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LA AMANTE FASCISTA Por Alejandro Moreno Síntesis argumental IRIS ES UNA MUJER ENAMORADA DEL DICTADOR, FANATICA. VIVE E

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LA AMANTE FASCISTA Por Alejandro Moreno

Síntesis argumental IRIS ES UNA MUJER ENAMORADA DEL DICTADOR, FANATICA. VIVE EN LA PROVINCIA DE NORTE DE CHILE PORQUE ESTA CASADA CON UN OFICIAL DE EJERCITO, RICARDO, QUE SE ENCUENTRA EN PANAMA. ELLA VIVE EN UNA VILLA MILITAR CON SU HIJO Y EL MISMO DIA QUE EMPIEZA ALA OBRA ES EL DIA EN QUE LLEGA EL DICTADOR A LA PROVINCIA. ELLA LO ESPERA ANSIOSA Y EXCITADA. EL DICTADOR JUNTO AL RESTO DE LOS OFICIALES DE EJERCITO EJERCEN ESCENAS DE VIOLENCIA SEXUAL SOBRE IRIS, QUE LAS ACEPTA, PORQUE ES UNA MUJER CAPAZ DE TODO CON TAL DE ESTAR CERCA DEL PODER, ES UNA AMANTE FASCISTA. ASI LOS PERSONAJES DE “ LA OFICINA” SON LOS QUE SE ENCARGAN DE HACER LAS ESCENAS DE ALLANAMIENTOS DONDE SE MEZCLAN SEXO Y VIOLENCIA. EL HIJO DE IRIS Y EL DICTADOR, MARIO, ES UN HOMOSEXUAL QUE TERMINA JUNTO A SU MADRE BAILANDO EN UN CLUB NOCTURNO. TODA LA HISTORIA ES UN GRUPO DE VOCES, NO ES SOLO IRIS LA QUE RELATA. SERA EL DIRCTOR EL QUE DECIDA Y DOSIFIQUE ESTE TEXTO TEATRAL QUE PRESENTA A UN PERSONAJE FASCISTA, UNA MUJER DE EXTREMA DERECHA PULVERIZADO POR LA DICTADURA MILITAR.

PRIMER ACTO : LA NOCHE PREVIA DE IRIS SEGUNDO ACTO: LA LLAMADA TERCER ACTO: HUEVONA ESTUPIDA CUARTO ACTO: VER DOBLE y LAS LANAS QUINTO ACTO: LA OFICINA DE MI CUERPO SEXTO ACTO: JAMAS ME HICIERON NADA OCTAVO ACTO Y FINAL : LAS CANCIONES DE CABALLO

PERSONAJES

IRIS, 45 AÑOS, MUJER PINOCHETISTA, FANATICA. MUJER DE OFICIAL MARIO, HIJO DE IRIS Y EL DICTADOR O EL SENOR ESPINA RICARDO, MARIDO DE IRIS. OFICIAL DE EJÉRCITO SENOR ESPINA, EL DICTADOR GERTRUDIS, TENIENTE SRTA VALQUIRIA, SOLDADO CANITROT, CABO PENA, SOLDADO 2 SRA POCHI, CAPITAN DE EJÉRCITO SENORA MICKELSEN, MUJER DE OFICIAL DEL EJÉRCITO, EMBARAZADA SRA NERI MUJER A CARGO DE LAS MANUEALIDADES DE LA DICTADURA TERREMOTO, TRAVESTI BIONICA, TRAVESTI CLEOPATRA, TRAVESTI

Primer Acto: La noche previa de Iris. IRIS: Estos días antes de tu llegada han sido terribles, llenos de ensayos y preparación han sido estos días. Y a esta hora nula de la noche me pregunto por qué los seres humanos no venimos con un interruptor para apagarnos.

No se me pegan los ojos y tengo que estar a las siete treinta impecable sobre la tarima junto con las autoridades militares, religiosas y civiles representando el papel de una mujer de 32 años a favor del régimen. El uniforme con que me tapizo miliquera aún está mojado dentro de la lavadora; ya no alcanza a secarse. Erectos mis pezones van a seguir hablando.

Al pestañear involuntariamente veo proyectado en la parte interior de mis párpados que a treinta metros, desde el fondo de mi ojo un grupo de antisociales avanzan encapuchados por una calle que viene del nervio óptico directamente hacia mi retina. En la mínima fracción de segundo que mis ojos permanecen cerrados logro ver que este grupo de irreconocibles cuerpos viene en bloque, decididos desde el interior de mi vista, a un tranco corto, pero regular hacia el iris.

Pestañeo, ahora voluntariamente a un ritmo acelerado utilizando los músculos de mis párpados para poder ver mejor a la turba aún identificables que llevan una pancarta que va extendida desde la mitad de mi ojo izquierdo hasta la mitad de mi ojo derecho. El lienzo que está estampado con irreconocibles palabras es sujetado por las manos de los cuerpos que forman la primer fila, que aún está a una distancia considerable de mi cornea.

Este es un boicot de mis propios ojos contra el gobierno. La masa que viene desde la periferia se vuelve borrosa en la zona de mis lagrimales donde están los faroles que iluminan la calle por donde ellos avanzan. Mueven banderas fabricadas clandestinas, hechas con palos de escoba y trapos de colores. Con esos mismos palos me van a romper los huesos de la cuenca ocular y me van a reventar los globos de los ojos.

Me defiendo dándome cuenta de que si no pestañeo logro que el grupo retroceda desde donde venían. Los rebobino hacía la periferia, pero no desaparecen, ya que al pestañear nuevamente comienzan su avance desde el interior donde se encuentra el orgánico mecanismo que me ha permitido hasta ahora ver. Mis pupilas, cómo se defienden mis pupilitas que las van a exiliar de mi vista. Me voy a quedar ciega y en el lugar donde estuvieron mis ojos se van a realizar las concentraciones y protestas que descalifican los logros del régimen militar.

Ya no marchan en bloque. Se desordenan y pasan de mi ojo izquierdo al derecho y viceversa. Intento que sea mi vida, también militar la que los espante, en eso pienso cuando me atrevo a cerrar mis ojos para identificarlos.

He visto tanto desfiles, pero nunca uno como este. Esta noche el problema son el abrir y cerrar de mis ojos. Hay mujeres. No las puedo contar porque son muchas. El pelo largo se les asoma por los pasamontañas. Caminan por las calles de la ciudad que está que queda desde mi retina hacia dentro.

No pestañeo ni respiro. Mi vista es una protesta callejera que causa disturbios en mi propia vía

pública, qué puedo hacer ahora con mi vida pública y mi fama, que debiera recuperar mañana mismo, sí, mañana mismo empiezo a recobrarla. ¿qué dicen las pancartas?

Se me cansan los ojos y con mis pupilas hacia el techo pestañeo rápidamente y entrecortado veo como el grupo por mis dos ojos rompen las ventanas de los autos y apedrean los cristales de las casas donde la gente se supone que están durmiendo. Me masturbo con los ojos abiertos y no me logro cansar lo suficiente. Corren, me corro, voy al baño con los ojos abiertos. Me lavo sin dejar de mirarme en el espejo. Sabiendo que van a retroceder, pero también sabiendo que van avanzar nuevamente.

De las mochilas sacan piedras y rompen los faroles del tendido eléctrico. Hay un corte total de la luz. Un apagón en la ciudad del ojo me dificulta ver al grupo. Mi cara deja de custodiar mis ojos y puedo ver por donde avanzan. Han hecho un cortocircuito echando al suelo los palo poste. Los cables del tendido eléctrico son lianas que chispean en las veredas, como serpientes enajenadas en mi vista.

El sonido de las piedras en los faroles me despierta más aún de lo despierta que estoy. Prenden fuego a unos neumáticos y el calor de las llamas me calienta los globos oculares que líquidos hierven en mis ojos. Me encandilo, no puedo ver más que rojo, gris, amarillo y azul. Toso. Los ojos no le hacen caso a la orden del sueño y me bombardean toda esta noche, que es la noche anterior, en donde no pestañeo intentando dormir. No respiro para que el fuego de las barricadas pierda su fuerza y empiezo a pensar que ese grupo tiene hambre y me quieren comer el apetecible iris de mis ojos.

El humo no me deja ver. Mis ojos de coquetos pasaron a satánicos. Vuelve la luz en la ciudad y sobre mi propia cama me meo, me estoy meando sobre un colchón que no puedo orear por las ventanas de una villa estrictamente militar que se prepara para un día repleto de actividades que han sido programadas hacia meses. Tengo el uniforme mojado en la lavadora. Mis pezones, mi fama. Veo tanto humo que ni veo, sólo oigo gritos.

Se organizan con palabras cortas que no logro escuchar. Aterrada reconozco mi voz entre la multitud. Un grupo de hombres que está en medio de mi ojo izquierdo, se comunica con un grupo de cinco mujeres que están en el borde inferior de mi ojo izquierdo a tres metros de la retina. Una de esas cinco soy yo. ¿Qué hago yo ahí?. Nuevamente reconozco mi voz, mi propio grito. ¿qué hago yo gritando dentro de mi ojo?. Los hombres balancean los autos que están en mi ojo derecho hasta que los dan vuelta y cae sobre mis pestañas donde otro grupo les prende fuego. Las mujeres de espalda a mi pupila saltan, lanzan panfletos al aire animando el escándalo. El trayecto de los volantes me marea. Patean los tarros de basura después de prenderlo. Soy yo la que hago eso. El líquido de mis ojos se calienta. Se me están derritiendo los ojos. Los globos son dos incandescentes que soplo con las pestañas.

Las cinco mujeres se aproximan tanto que sólo puedo ver las espaldas de dos en el ojo izquierdo y dos de ellas están en el ojo derecho. Yo soy la que se camufla en el medio de mis dos ojos, en la trinchera de mi entrecejo. Dejo asomar mi cabeza por el lagrimal de mi ojo derecho. Me quito la capucha y sí, soy yo. Ahora veo y escucho que soy yo la que da órdenes al grupo que en silencio me escucha y obedece incendiando un kiosco de diarios que está en la parte superior de

mi ojo izquierdo. Yo soy la que está furiosa en la retina, soy yo. Yo. Yo permanezco paciente camuflada en mi entrecejo. Nuevamente giro mi cabeza por el lagrimal y me miro a mi misma sin entenderme, mientras mi cara ocupa toda la extensión de mi cornea.

En una botella de vidrio meto un paño, con un encendedor y lo prendo. Corro hacia mi pupila y me lanzo la botella encendida al iris. Me esquivo. Me caigo de la cama. Desaparezco. Corro hacia el fondo de mi ojo, pero ya no me puedo ver. El humo ocupa todo el panorama de mi vista.

Segundo Acto: La llamada

IRIS: (EN PRESENCIA DE SU HIJO QUE RIE) Aló. Sí, sí sí. Aló. De Panamá. Sí, sí, sí acepto. Claro que la acepto. Sí. Aló Ricardo. Cómo estás. Aló Ricardo, no te escucho. ¿Tú me escuchas?. Se corta y no te escucho. Otra vez. Sí, la acepto. Aló de Panamá. Sí señorita. Cómo estás Ricardo. Aló. Sí, sí, sí acepto. Habla más fuerte y dime cómo estás. Aló Ricardo. Acepto, sí, sí acepto sí, sí. No te preocupes yo la acepto y tú después pagas, sino no la acepto. Sí, sí, sí. Tú pagas y yo ahora la acepto. Sí señorita, él dice que acepta. Acepto y yo soy su esposa. Después Ricardo paga, porque está llamando a su casa. Esta es su casa, pero él está en Panamá. Aló, aló. Cómo estás y cuándo llegas. Tienes alguna fecha. Te han dicho algo. Alguien te ha dicho algo o no tienes idea. Sabes algo o aún no sabes nada de tu regreso. No vengas de sorpresa que eso no lo acepto. No vengas sin avisar, Ricardo no vengas si no avisas. Así que apenas tú sepas algo sobre tu llegada me llamas, yo acepto y me avisas. En caso contrario yo no acepto señorita. Sí, tú sólo pagas y yo acepto, pero no vengas de sorpresa. Llamas, pero desde Panamá, no desde Chile. Desde Chile yo no acepto. Si me das una sorpresa no acepto, desde Panamá la acepto, desde Chile no acepto.

Bien, Mario duerme. Sí, sí sí. Parece, no sé. No me cuenta esas cosas. No, no acepta que le pregunte esas cosas. Sí, la hija del Teniente Mickelsen. Sí, tú me pagas y yo le doy para que la invite y ella acepte. Pero es muy niño y no hay que pensar en eso. No hay que pensar en eso. Ricardo, es muy chico, no hay que pensar en nada de eso aún. Está bien. Sí, está bien. Sí. Me avisas desde Panamá yo acepto y le digo, pero desde Chile yo no acepto y no le digo. Pero está bien, muy bien. Ahora está durmiendo. Muchas pruebas, muchas cosas. No, ninguna cosa mala, pero muchas cosas, muchas cosas buenas, pero está durmiendo. Sí, pero le quedan grandes. Esas camisas se perdieron. No, esas estaban en unas cajas que no aparecieron cuando llegamos acá,

pero yo le compré tiene. Si yo le compro tiene, pero tu pagas, yo acepto sólo si me avisas desde Panamá, desde Chile ya sabes claramente que yo no acepto.

Tú no te olvides, desde

Panamá me avisas, de Chile no me avises que no acepto.

Sí, va a desfilar. Va al último. Sí los forman por estatura. Va a desfilar al último. No, no se ha desmayado. No, va a desfilar al último, porque los ordenan por estatura. Sí, yo le digo, porque está durmiendo. Tú mátalos, sí, mátalos a todos con lo que sea. Es muy húmedo, por eso Ricardo mátalos, sí, mátalos. Me avisas, pero mátalos, que es muy húmedo allá por eso mátalos, pero avísame desde Panamá, no de Chile. No me preocupes Ricardo, te suplico que los mates, mátalos, mátalos. Ahora mismo mátalos, mátalos Ricardo mátalos. Sí mucho, muchísimo trabajo. No, sorpresas no Ricardo, me avisas y yo acepto, pero desde Panamá, desde Chile no, de Chile yo no acepto. Yo le digo, aló, mátalos, mátalos Ricardo. Sí, yo le digo que está durmiendo. Yo acepto desde Panamá desde Chile no acepto. No se ha desmayado, pero va al último, pero no se ha desmayado, está cansado, por eso está durmiendo. Mátalos, ahora mismo mátalos.

Tercer Acto: Huevona estúpida mañosa mañana En su cama , destruida

IRIS: Mi vida también militar desfila frente a mi cuerpo insomne que humea por la boca y por los ojos. Los ojos desacatan la orden del sueño y me bombardean toda esta noche previa. De mi cuerpo quedo tan lejos que no voy atribuirme los discursos y me quedo en guardia mientras espero el relevo. Deja de tomar y acuéstate huevona loca. Debiera recibir una orden, un grito seco y claro que me obligue a quedar en posición de descanso sobre la cama hasta que suene la diana. Acuéstate ahora mismo que tienes que despertarte en menos de cinco horas y debes estar presentable. Así lo único que vas a conseguir es que se rían de ti y no te dejen darle ni la mano y ahí sí que vas a llorar. Apaga los cigarros, cierra la botella de pisco sour. Tómate una pastilla, métete a la cama y duérmete. No puedo dormir pensando en los años en que mi corazón late al compás mar. Gracias a ti que además de liberar a este país del marxismo, liberó a mi cuerpo dejándolo flamear desde 1979 cuando ascendiste a Ricardo a Capitán de ejército y nos tomaron la Foto Oficial que tú interviniste estratégica y mi corazón considero radical. Sin Ricardo en la imagen me la hiciste llegar enmarcada. El discurso estúpida no has escrito ni una línea. Vas a tener que exagerar el maquillaje y van a pensar que te comiste un mono con la vocecita que vas andar. Acuéstate. Mañana las actividades se van a suceder como cuando una pieza de dominó se deja caer sobre todas las otras dejando ver una figura que marcial se desordena. Duérmete borracha, duérmete que a ti el pisco sour te desvela. Apaga bien los cigarros que vas hacer un incendio y esta casa no es tuya, te la prestan. No abras la otra botella, no la acerques a tu boca.

Inmediatamente después de aterrizar te van a llevar desde el aeropuerto a la ciudad por la carretera nueva para que veas con tus ojos azules detrás de tus gafas negras cuán expedito se ha vuelto el tránsito. Luego te van llevarán para que inaugures el liceo B12, porque tú no escatimas en gastos en la construcción de escuelas públicas. A la entrada del liceo se producirá nuestro primer encuentro. Yo te voy a pasar las tijeras para que cortes la cinta tricolor y se dé por inaugurado el liceo. (cuando me pegues uno de esos trocitos en mi uniforme ojala te fijes que llevo puesto los aros de oro que me regalaste). No bajes a buscar fósforos que vas a despertar a tu hijo que en pocas horas más tendrá que estar junto a todos los estudiantes de la enseñanza media parado al sol esperando que se inicie el desfile. Después seré yo la que tome la palabra y lea el discurso de bienvenida.

Luego pasarás revista en el Regimiento de Infantería donde cualquier sonido será camuflado por los estertores de la banda que ha resistido el sol de la provincia y en el estricto rigor de los ensayos han logrado afinarse hasta llegar al sonido más próximo a la música que tú les inspira. Ellos han ensayado tú no. Tú no has hecho nada, no llegaste a ninguna reunión, no tienes idea de los preparativos. Te has dedicado a fundir la calculadora viendo la ganancia que te reporta cada uno de los muertos que llega a la funeraria para ver si puedes seguir pidiendo tarjetas de créditos .

Tienes que dormir para levantarte fresca, no con olor a tabaco en la boca. Vas a tener que exagerar el maquillaje para disimular las ojeras y tendrás que soportar el sol en la nuca todo el día. Me escuchaste. Estás sorda o qué sonámbula de mierda. Asquerosa.

En el mismo regimiento, pero en la capilla, se va a realizar la misa ensayada y en ese mismo día, que empieza en menos de tres horas se producirá nuestro segundo encuentro. Salud. Salud por ti y por mí, por el sonido de las voces de esos niños que han traído desde el sur para que te canten en la iglesia donde el Capellán Jorquera en un instante preciso de la liturgia dirá “que el Señor está con nosotros”- y no el Señor querido capellán Jorquera, sino que el mejor de sus soldados-. Dirá “pueden darse fraternalmente la paz¨. Y yo te voy a dar la paz del señor y tú te vas a quedar tranquilo sabiendo que yo sigo ahí. Y por segunda vez en menos de dos horas tu cuerpo uniformado abrazará el mío camuflando cuanto sea posible lo que se está desencadenando en nuestras aproximaciones que terminarán completamente ligadas mañana a esta misma hora, después de comer en el casino donde seré yo la que te saque los anteojos oscuros (y me puedas ver a través de esos ojitos claros). Antes que me imites al Sr. Espina porque yo te lo pido. Si no te quedas dormida, idiota, vas a tener que seguir tirándote a los soldados más jóvenes que llamas con la excusa que te muevan los maceteros o te arreglen el calefón. Duérmete mujer, ahora te lo estoy suplicando arrodillada dentro tuyo. Cómo mierda te puedo tirar a esa cama. A esta misma hora, mañana, es decir, hoy: el primer, el segundo y el tercer encuentro. En el tercero quiero que ocupes la mejor puntería de todas tus armas. Ya se me olvida tu cuerpo desnudo. No has sacado tu uniforme de la lavadora y ya no se secó. No se seca en 3 horas. Anda a plancharlo y te acuestas, sino tendrás que ponértelo húmedo y todos se darán cuenta de que tienes los pezones erectos.

Qué tarde es, que tarde. No hay memoria para pensar en los detalles de la visita,

literalmente, este es un desvelo radical. Pero mañana después de ese día agotador, al que no vas a llegar porque estarás durmiendo, vamos juntos a ver La Oficina. Te van a castigar, me lo merezco. Vaya cómo me lo merezco.

Cuarto acto: Ver bien doble, doble doble

NOTA > IRIS TIENE AHORA UN ROL MENOR, ELLA SOLO MIRA, LAS QUE ACTUANM ESTOS TEXTOS SON TODOS LOS PERSONAJES DE LA OBRA MENOS ELLA, LA ACUSAN LOS TEXTOS SEPARADOS POR PARRAFOS Y TITULADOS LOS DICEN EL HIJO, LA SENORA MICKELSEN, EL SENOR ESPINA, LAS SENORAS DE CEMA CHILE Y TODOS LOS MILITARES QUE APARECEN EN EL TEXTO. LE CORRESPONDERA AL DIRECTOR DECIDIR QUE PERSONAJE DICE QUE TEXTO

El botón culiado Resulta evidente que se obsesionó con el color dorado de los botones del uniforme militar, pero nadie se puede llegar a imaginar como lloró mientras le sangraba el dedo al comprobar que se quiebran al coserlos por estar hechos del más barato de todos los plásticos. Alérgica a todo. El betún negro le da nauseas, ¨no se me va el olor de las narices, así que no puedo con las botas¨. Puede maquillarse en la oscuridad ¨la raya negra me queda perfecta sin espejo, pero la gran pregunta que yo me hago es si tengo o no tengo cáncer¨.

Cigarros, colillas de ellos que Manosea, es confianzuda y ¨ese es mi carácter y ya¨. Lee el diario de atrás para adelante; se agota a las pocas hojas y descansa en el tarot. Se fuma dos cajetillas y ¨aún no sé que tengo cáncer al pulmón, porque realmente no sé si lo tengo. Para mí el verdadero cáncer es la pobreza y los síntomas los mismos pobres¨.

Vulcanita de esa que sirve para Siempre ha creído que los ricos son lindos y los pobres feos. ¨Yo soy tincuda¨. Tiene la extraña sensación de estar corcheteada en una clase media de esfuerzo y ¨los sueldos de estos milicos son una mierda¨ y tiene que dejar de hablar mal del sueldo de los militares, porque la mantienen desde los 18 años. Roba cosas, ¨sí robo¨, pero cosas imbéciles en el supermercado cuando la sobrepasa la fatiga. Se come un pan, abre un paquete de galletas. Roba compulsivamente, pero son estupideces que esconde en los bolsillos de los abrigos de piel que le ha regalado el Sr. Espina. Una mínima recompensa por el esfuerzo y sacrificios de pasar tantos inviernos al servicio de la institución. Mientras espera una caja libre para pagar el pollo asado, ¨porque yo no cocino¨, abre las revistas para buscar la publicidad de perfumes. Despega la lengüeta y se la refriega por la muñeca y paga. El pollo que compra cada día es el almuerzo para ella y para mí. Ya es una rutina, ¨incluso cuando está Ricardo en la provincia, también compro lo mismo, porque el almuerza en el regimiento¨ mientras ella se tira a los cabos de la guardia de día en la Villa Militar; a los que le suplica le arreglen la lavadora, el calefón, los tapones que ella misma descompone a zapatazos para que justamente ellos, los cabos de guardia de la villa, a la hora de la siesta lo solucionen mientras ella les baila, hasta que ellos se calientan y se la culean. ¨Pero no tengo cáncer, no eso no. No tengo síntomas de cáncer, ni cara de mujer con cáncer. Yo no tengo cara de empleada. Yo con cáncer me muero, me muero ponerme pañuelo y dármelas de hippie¨.

Cloro, mortadela, y un poco de esa que tiene ahí Hay algo peor que ser esposa de Teniente Primero como ella y es ser esposa de Teniente Segundo, de Alférez ¨y de ahí para abajo. Para que hablar de la miseria de vida que tienen las esposas de los sub oficiales. Muchas de ellas son unas comunistas de mierda¨. Para ella los funerales son una actividad social y como toda actividad social tiene sus reglas ¨Mi papá heredo la funeraria de mi abuelo, pero a mí no me la heredaron nada, igualmente sé de qué se trata el negocio¨. Sabe que tener cáncer al pulmón debe ser una cosa tremenda, ¨porque además de no poder respirar, te duelen las costillas como a los pobres¨. ¿Dónde están exactamente en el cuerpo los pulmones?, le pregunta a los cabos de guardia. Le tocan la espalda y les dice ¨ah, porque yo pensaba que estaba por acá¨, llevándole la mano a su cintura.

Horario de atención desde las Lleva más de 14 años sirviendo a la institución. De región en región de provincia en provincia. Ha recorrido Chile embalando y desembalando. ¨A Panamá con Ricardo yo no me iba ir¨. No ha parado de embalar y desembalar muebles por toda la patriecita esta, de un regimiento a otro, ¨sin saber que tengo cáncer pero bueno, si no sé que tengo cáncer es imposible que lo sepa¨. Si el infierno existiera para ella sería embalar toda la vida. Hacer y deshacer cajas días, noches. Mover y mover muebles meses, años. Limpiar y limpiar los clóset. Pero hay una cosa más allá del tenebroso infierno para ella y es ¨embalar la loza, eso es más, pero muchísimo más tremendo que tener cáncer o ser pobre¨. Sufre con sólo pensar en embalar la loza y tener que ponerle diario a cada plato, a cada taza, a cada copa por toda la eternidad. Llega presentable a todas las exequias. Tiene 32 años ¨y me saco partido¨

Con un camotes de tierra le dieron en Se desesperó pensar que pasaría sus días vendiendo productos de belleza por catálogos de casa en casa ¨y cuando digo de casa en casa no es una al lado de la otra, sino que una está atrás de la otra porque Chile está lleno de cerros y los pobres construyen igual los ranchos, encaramándose unos a otros. Propagándose como el mismísimo cáncer¨ . Bajar y subir con los productos no era lo ideal. Además con el calor del norte se le iban a echar a perder las cremas. No era una buena idea y esa fue exactamente el argumento que compadeció a su familia que siempre ha pensado que de alguna manera es ladrona, porque le ha robado a mi abuela, a mi abuelo, a mi tía y a su cuñado, el marido de mi tía. Ellos tienen en la provincia una sucursal de la Funeraria Reyes, pero a ella no la quieren muy cerca del negocio. ¨Cuando estoy sin nada que hacer ayudo a las personas que perdieron algún familiar, porque siempre he querido ser actriz, pero tengo la voz muy ronca¨. Pensó sacar líquido un 10% por difunto si llevaba la contabilidad de la funeraria, pero no se lo permitieron. Hay veces que saca un 5 % si maquilla o peina a los cadáveres. Hace un par de meses se consiguió la llave de la caja, porque se tiró al hombre que conduce la carroza que es el marido de la administradora de la pompa fúnebre. A veces siente que su economía necesita que una micro llena se estrelle y es por eso que ha llegado a odiar a las enfermedades lentas y degenerativas como el cáncer al pulmón ¨A esas enfermedades que se toman tanto tiempo las encuentro poco prácticas. Una enfermedad inútil como el cerebro de un pobre¨

La poda es en Dice que estábamos en guerra y en una guerra hay muertos, balas; ¨hay lo que hay en una guerra¨. Y que fue gracias al Sr. Espina este país se enderezó, ¨fue como una operación de cáncer a la columna de la patria¨. Se burla de las mujeres que bailan cueca solas y se acercan con carteles y fotocopias a los tribunales de justicia reclamando por las mismas personas que fotocopiadas aparecen en las pancartas, ¨ Lo mínimo es que si los quieren tanto saquen una impresión a color las huevonas. Ahora extrañan tanto, tantísimo, a sus maridos se llevaban pésimo con ellos que ahora bien exiliados desprestigian pataleando en sueco, italiano, inglés y ruso a este país, que se libró del cáncer al marxismo¨. Al negocio le llega gente deformada por los choques; y ella piensa en los accidentes, que a mí me pase algo y me abraza y me besa y no me deja casi respirar. Se compadece de los cadáveres las veces que logra burlar la seguridad de la funeraria. Entra y con formol les limpia la cara, sin que nadie la vea, ¨yo se los dejo lo más presentablemente posible a la descomposición. Me pasa algo cuando veo a un muerto¨

La hoja del calendario es la otra, estamos ¨La televisión le ofrece al televidente un relajo, algo que entretenga y eduque¨. La Oficina es una oficina chilena normal, con jefes, empleados flojos, secretarias lindas, secretarias feas, guardias ordinarios, etc. El jefe es el Sr. Zañartu que está casado con la Sra. Pochi, pero a él le gusta la Srta. Valquiria que es una secretaría joven y buena moza. La otra secretaria es la señorita Gertrudis que es feíta y bastante más mayor. También trabaja en La Oficina el Sr. Ricardo Canitrot que es el que siempre llega tarde y pasado alcohol, es muy chistoso y siempre tiene

rencillas con el Sr. Espina que lo acusa al Sr. Zañartu, el jefe, de sus innumerables faltas. Es por eso que el Sr. Canitrot, que representa al trabajador que saca la vuelta, se refiere al Sr. Espina de acusete. El Sr. Peña es el ascensorista del edificio donde está ubicada la oficina y el Sr. Mandiola es el jefe de toda la empresa. El Señor Zañartu siempre insulta a la Srta. Gertrudis porque es fea y anticuada. Cada vez que el Sr. Espina comete una falta ante su jefe, al que llama Sr. Zañartutito o papi, se auto castiga pegándose el mismo cachetadas o tirándose del noveno piso del edificio donde está ubicada La Oficina. "¿Podría existir un programa tan gracioso que entretiene y a la vez corrige los malos hábitos laborales?".

Limítrofe Al lograr humillar su hígado con pisco sour de botella se lanza vampiresa a su tema favorito ¨ el sueldo de los militares es una mierda, una verdadera mierda de plata: una limosna ¨. Y un día la van a escuchar y se va a meter en problemas (y los problemas de ella son también los míos). Cuando eso suceda el Sr. Espina va a limitar aún más los encuentros clandestinos que tienen, ¨pero es que estos milicos ganan una mierda. A ver si con alguna guerra con Argentina o Perú sacan algo más, pero con lo de Ricardo a mí no me alcanza¨. No entiende cómo el Departamento de Abastecimiento del Ejercito de Chile piensa que con esa escasa cantidad de plata se puede mantener una familia, que en el fondo somos sólo yo y ella.

Título, los créditos El otro día vio una película donde una mujer hermosa le cantaba a Hitler, ¨ay, sí una película

hermosa y bien hecha. Marlen se llamaba la niña¨. Se pasaría de un cóctel a otro. De una recepción se pasaría a la inauguración de una carretera y de ahí a un acto oficial o a la llegada de algún militar a la provincia. Los canapés de huevo y con paté de aceituna son sus favoritos. Tiene la manía de mojar con pisco sour los canapé di mare. El pisco sour de botella la deja con unas cañas que al día siguiente la dejan sin poder dormir. ¨¿Cómo se atreven a pensar los peruanos que ellos fueron los que inventaron el pisco sour?. Peruanos culiados, cholos mentirosos, ahora van a decir que inventaron el pan también los huevones¨. Así se queja. Estas últimas semanas le da vuelta a los conflictos bélicos con los países limítrofes, porque piensa que puede sacar más plata. ¨En fin, yo hasta la fecha no tengo cáncer. Todos limitamos con la muerte si estamos vivos, es decir, yo limito, tú limitas, él limita, nosotros limitamos, ellos limitan, vosotros ...¨

En el cuaderno donde yo anoto "Si este mes a la funeraria llegan al menos 30 clientes seguro 15 van a necesitar mi ayuda sicológica".

Esas son sus cuentas ahora que ha logrado que su familia la deje ayudar en la

funeraria. Conoció a Ricardo Garay en una fiesta en el casino de oficiales de Viña del mar, ¨de inmediato nos amamos¨. Llevaba meses echándole el ojo como una puta, ella misma me ha dicho borracha. Dice que fue todo muy pasional y se casó de inmediato y también de inmediato quedó embarazada del Sr. Espina en una fiesta Oficial, rápidamente me di cuenta de donde viene mi olor a pólvora. Esto sucedió cuando ascendieron a Ricardo. ¨Yo tenía 18 años, pero ahora mi hijo tiene 14 recién cumplidos y yo tengo unos míseros 32 años, es decir, lo que se llama una vida por

delante¨. Odia a las personas que dicen que es mas seductor mostrar menos para provocar más, ¨a esas personas yo las odio, las encuentro cagadas, tira pa abajo¨.

Es lunes y estamos a Se lanza generalmente a compras precipitadas y demenciales. ¨Sí, la verdad es que soy una gastadora de mierda¨. Sin cabeza, de ansiosa se equivoca en las tallas de la ropa que escoge, porque ni se las prueba. Sabe perfectamente los procedimientos amenazadores con las que ataca a las vendedoras para cambiar una prenda sin boleta. ¨Algún día tú te vas a morir y voy a ser yo la que te atienda, sin boleta, sin vida, sin nada¨.

Páginas amarillas Al salir del liceo postuló para ser azafata de la primera línea aérea del país y quedó seleccionada, pero no pasó las pruebas finales, porque no paró de vomitar toda la práctica. Europa es un lugar que no necesita conocer para saber como es, ¨pero he ido a Miami¨. No ha ido a Miami, ¨pero yo no nací para trabajar de empleada ni en el cielo, ni en la tierra¨. Ceniceros llenos en la repisa. Ceniceros llenos en la cocina, en el ropero y en el velador también ceniceros llenos ¨y sigo sin saber nada del cáncer al pulmón, es que ni tos tengo. Así es imposible saber de algo tan terminal que me va a dejar calva e impresentable como una mujer pobre. Yo me niego a encontrarle sentido a la luna, al sol a las estrellas y a todas esas huevás. Y sí, yo si he ido a Miami¨. No ha ido a Miami.

Liceos que empiezan con letras o consonantes Sin ser linda linda siempre la sacaron a bailar. No habla inglés. ¨Hablo inglés, pero no lo escribo¨ No ha ido a Miami, ¨pero no sé que tengo cáncer y allá hay unos excelentes hospitales¨. Yo salí más parecido al Sr. Espina y curiosamente tengo algo a Ricardo. ¨De Ricardo hablo poco, pero soy su señora, pero es que hace dos años está destinado por el Sr. Espina en los entrenamientos militares que se realizan en PanamᨠY es allá mismo donde se lo están comiendo los mosquitos, ¨porque esos rotos, los panaminos, panameños, panamasinos, además de hambre tienen zancudos que los pican, porque también los insectos tienen derecho a alimentarse o no dirían los de los Derechos Humanos o esas viejas que bailan cueca solas de felicidad por no recibir la sarta de golpes que le propinaban los chascones que ahora están mejorando la raza con las suecas¨. Esto lo dice a cualquier hora a quien la escucha. No sabe susurrar, no sabe hacerlo.

Venerada, venérea, venenosa Baila de noche desde la ventana de su pieza al cabo de guardia, que desde la caseta de la villa militar la mira masturbándose. Ella hace uno de los dos números que tiene ¨ Hay Vida en Marte ¨ y ¨ El Show de la Leona¨. En el primero activa las almohadas que simulan planetas que giran colgadas al sol, que es la lámpara de su pieza. La cortina abierta deja ver el espacio sin gravedad desde donde ella se mueve flotando por la galaxia. En el segundo número ella es una felina con frío que araña desnuda el vidrio de la ventana en busca de calor. ¨Simulo que en la selva estoy perdida por no encontrar a la manada. Y tengo hambre y frío, queriéndome aparear para tener

guaguas leones¨

Lo estás escribiendo de a poco No ha tomado cartas en el asunto aún sobre los insultos que recibo en el colegio de parte de mis compañeros de curso. ¨Sé que a mi Marito le dicen Maricón, Fleto, Nuco, Mario-Mamona, Maraca, Mamemimomú, cómete este fiambre¨ Yo la ayudo a coser marcas de ropa sobre el Made in China, Korea y Taiwán que tiene que a escondidas comprar, ¨por la mierda de sueldo que ganan los milicos como lo he venido diciendo, pero no tengo cáncer. Es exactamente igual que si yo me pusiera mañana abrigo de piel, porque la señorita del tiempo dice que va hacer frío¨

Camino de tierra que lleva Le gustan las canciones campesinas, las canciones de huasos. ¨soy adicta a las canciones de caballos, lloro escuchando esa en donde el patrón le dice al peón que tiene que sacrificar al equino por viejo y el peón se resiste intentando convencerlo que deje al caballo pastar pero finalmente tiene que matarla no más porque es peón y tiene que acatar las órdenes. Además que el caballo no es de él, sino que del dueño del fundo. Las lágrimas se le salen por el caballo viejo y enfermo. ¨Un campo libre sin esa mierda de reforma agraria¨

sin ningún compromiso, pero Está a cargo de los Centros de Madres ¨donde el Gobierno Militar le da la oportunidad a las mujeres de escasos recursos para desarrollar técnicas manuales, artesanías; como por ejemplo, forros de lana para el papel higénico, jabones vestidos a croché para perfumar el baño, flores de masa fría. A todas las viejas las tengo en el negocio de las empleadas domésticas puertas adentro y afuera. Es una manera de ayudar a las viejas que son en su mayoría jovencitas sin estudios¨ Ella hace una lista con el nombre de las mujeres que saben escribir, por esas cobra más. Luego ve quiénes son las que se van a regiones puertas adentro o las que sólo van hacer el servicio de planchado lavado o cocina ¨la conchesumadre que roba caga porque hago un cartel con la foto de ella y arriba con lápiz pasta rojo le pongo ladrona en la cara de la culiá y no entra más a un centro de madre. Ridículo resultaría empezarme hacer quimioterapias si aún no sé nada del cáncer que seguro todas esas viejas que me quieren pegar¨

LAS LANAS (Iris esta con la esposa del teniente Mickelsen en una oficina de Cema Chile, ahí le

habla a las señoras que la miran atónitas) IRIS: Aquí están las lanas y aquí están los hilos. Aquí está la greda y aquí traje las agujas: acá las de bordar y acá las de coser. Aquí los moldes y acá están los yesos, la arpillera y aquí los retazos. Aquí hay diez palillos: cinco para cuello y cinco de croché y esta es la señora del Teniente segundo Carlos Cabrera, la Sra. Margarita Mickelsen que va a guiar las actividades que ustedes tiene presupuestadas realizar de aquí a la navidad. Sra. Mickelsen estas son las artesanas del fin del mundo que le van a demostrar como en Chile la cultura es algo que nace de la tierra misma como los elementos naturales con que estas viejas hacen las artesanías. Sra. Mickelsen esa de ahí es la señora Blanca Cifuentes, que es la presidenta de este Centro de Madres. La de allá es la Sra. Edith Carvallo, que es la secretaria y la que está acá es la más importante de todas las viejas porque es la tesorera, la Sra. Luisa Neri. La Sr. Neri coordina la compra de los materiales y supervisa los trabajos que más se venden gracias a esta vieja buena para la plata hemos asistido a ferias no sólo regionales de artesanía, sino que además a la Feria de Mujeres Artesanas del Cono Sur. Con todas estas viejas partí yo en bus semicama para Mendoza, pero la Sra. Neri vendió todo tipo de productos que en este centro de madre se realizan. La viejita de la esquina es la señora Valdés que es la descubridora del uso de la concha de loco como cenicero, que sin pensarlo nosotras se exportó este año a Europa, ya que en las costas de países como Italia, Francia y Alemania no se da ni cultiva ese molusco. Señoras todas, ella es la mujer del teniente segundo Carlos Cabrera, la Sra. Margarita Mickelsen. Usted Sra. Mickelsen mano dura con estas viejas de mierda que se juntan acá a puro copuchar y además de eso hace dos semanas supe que los viernes en la noche ocupan el centro como

discoteque. La Sra. Mickelsen estoy segura que está deseosa de empezar a coordinar con mano dura las labores de navidad. Le digo al tiro Sra. Mickelsen que si no pone a estas viejas a trabajar ahora mismo le van a tener los regalos para mayo. Quiero que la Sra. Mickelsen las vea motivadas sino usted las echa no más, sin piedad. Como podrán ver la Sra. Mickelsen está embarazada de tres meses de su segundo hijo. Me alegro tanto que su niña mayor, Bernardita, se esté conociendo con mi Mario. Mi hijo me habla maravillas de ella. Yo creo que está completamente enamorado de su hija y cualquier día nos enteramos que están de novios. Espero que ustedes mismas sean las que empiecen a tejer las cositas para la guagüita de la Sra. Mickelsen. Sra. Neri usted que es la tesorera debe de tener una relación directa con la señora Mickelsen y Ud. Sra. Mickelsen puede acá conseguir empleada o alguien que le lave y planche cuando esté más cerca de tener su guagüita. Acá yo he conseguido viejas re buenas y algunas las he mandado yo misma a mi familiares de la quinta región, lo que si es que no son muy buenas para cocinar porque usted habrá visto que acá mucho árbol no se ve y si no hay árbol no hay fruta y sin fruta no se come Sra. Mickelsen y con esta mierda de sueldo que le pagan a nuestros esposos en el ejército no se puede hacer nada. Váyase de acá Sra. Mickelsen. Acá se va a volver loca y usted es rubia. Yo le aconsejo, como futura suegra, que presione al Teniente Cabrera que se la lleve de aquí, que busque otro trabajo de paisano. Me adelanto y pienso en el futuro de nuestros nietos. Esta destinación es una pesadilla. Es imposible coordinar una casa con ese sueldo que la obliga a una a no poder comprarse nada no se ofenda si la mujer de algún oficial le regala ropa, no se ofenda, porque luego va a entender que en el ejercito todo es necesidad y falta, hasta la guerra les falta. Bueno aquí las lanas, los hilos, las agujas y nada de chismes, ni menos bingos caseros que eso la Sra. Mickelsen con un

rigor alemán lo va a sancionar y las va a traspasar a las Damas de Rosa que ayudan a los pacientes con cáncer y ahí hasta luego el arte y yo las quiero ver atendiendo a pobres enfermos pobres, pobres mujeres pobres y calvas, y pobres niños pobres, pálidos de tanta quimioterapia. Sra. Mickelsen, ahora que es mi consuegra le ordeno que saque lo que quiera de la caja de este centro. Eso es lo que hacemos todas sáquelo no más sin pudor y con confianza, no piense que es robo. Robo es otra cosa, otra. Luego se lo descuenta del cuaderno. Usted misma lo borra. Le repito que es lo que hacemos todas cuando llegamos a la institución; para eso es todo este show de viejas pobres, sólo pasa eso. Y si está en caso de extrema necesidad dice que le robaron la caja y nadie puede alegar. Le van a empezar a subir los gastos por su guagüita; usted saque no más para pañales, que no hay nada más triste que ver a una guagüita llorando porque esta cagada entera. También puede ir sacando y empezar a ahorrar para el matrimonio de nuestros hijos Mario y Bernardita.

QUINTO ACTO LA OFICINA DE MI CUERPO

(IRIS Y TODOS LOS PERONAJES DE LA SERIE CHILENA EL JAPENNING CON JA IRIS FRENTE AL SENOR ESPINA, EL RESTO DE LOS PERSONAJES DE LA OFICINA MIRA, SON SOLDADOS QUE PERMANECEN A UNA DISNTACIA MIENTRAS SE ARREGLAN VISTEN DISFRAZAN PARA REALIZAR EL QUINTO ACTO) IRIS: Quién está tirando piedras a la ventana me va a romper los vidrios. Son las tres y media de la mañana. No golpee así la puerta que me la va a botar. No tire piedras a las ventanas, córtela. Me va a despertar a los niños. Se cortó la luz y no veo, qué son esos golpes, qué quiere a esta hora. Tenemos que dormir, porque mañana estamos llenos de actividades. ¿se cortó la luz en la cuadra o es en todo el barrio? No veo, no voy abrir, no puedo ver. Deje de golpear de esa manera que va a quebrar el marco de la puerta y me va a despertar a los niños. Es muy tarde y acá nos tenemos que levantar temprano; yo y los niños. Yo tengo que ir hacerme la ecografía y los niños tienen que ir a la escuela. Voy a llamar a los carabineros y se los van a llevar presos, porque estas no son horas de venir a una casa, ni menos de golpear de esa forma que me va a despertar a mis niños que en tres horas más tienen que levantarse porque mañana tienen prueba coeficiente dos. Y yo a las ocho y media tengo control en el hospital y tengo todavía que despertarlos y darles desayuno a mis niños (darles la leche y vestirlos) y después partir en ayuno hacerme la ecografía, porque en ayuno se hacen. Me van a mostrar al otro niño, al que usted me lo va a matar de un susto si sigue golpeando de esa manera la puerta de calle.

Ahora mismo estoy llamando a los pacos y van a llegar de inmediato. Estoy marcando el teléfono de la policía, así que deje de golpear la ventana que me la va a romper. Le dije que estoy

llamando a los pacos. Los estoy llamando y me contestaron, sí, me contestaron: ¨Sí mire soy Iris Rojas y sabe que acá hay una persona que está tocando la puerta a las tres y media de la mañana. Sí, le digo que está tirando piedras y ya me quebró un vidrio. Además está oscuro, porque cortaron la luz del barrio y ahora está golpeando. Ahora mismo está golpeando como loco, mire, escuche. Vengan rápido que tengo miedo no sólo por mi vida, sino por la de mis niños¨. Ya, vienen al tiro. En menos de diez minutos llegan y se lo van a llevar preso. Oiga, escúcheme, no golpee, escúcheme le digo. Si usted no dice quién es y qué quiere le voy a pegar un balazo. Yo tengo un arma acá, porque mi marido es milico. Sí, mi marido es milico y me dejó el arma cargada. Voy a empezar a pegarle tiros a la puerta y lo van a sacar muerto de acá. Va ser en defensa propia y de mis niños. No le voy abrir hasta que deje de golpear de esa manera y me diga qué quiere. Yo no respondo de mí, porque le dije que tenía un arma y perros, también tengo tres o cuatro perros que los voy a soltar. Voy a echarle a todos los perros y le voy a disparar. Me da lo mismo que me lleven presa. Escuche como están los perros, se los voy a soltar para que lo muerdan y lo maten. Mire, están ladrando los perros ¿escucha las sirenas? están llegando los pacos y los perros están ladrando, desaforados. Acá adentro los perros van a proteger con sus colmillos filudos a mis niños.

Escúcheme y yo le voy abrir, pero prométame usted que no me va a tocar a mis niños. Si me los toca le pego un balazo y muerto usted le suelto los perros. Le abro, pero le ruego que no me los toque, que si se acerca a ellos lo van a morder y matar los perros o el balazo. No toque a mis hijos se lo suplico. Si usted quiere violar, vióleme a mí, no me viole a los niños. Le abro y me hace lo que sea con la condición que no me toque a los niños.

Pase. Tan temprano Sr Espina. Era mentira no tengo ni armas, ni perro, pero tengo a los niños; no me los toque. A mí, a mí tóqueme y vióleme aunque no llegue a la posta hacerme la ecografía en ayuno. A mí lo que sea. Si a estas horas anda con ganas de violar, vióleme a mí no a mis niños.

Mire cómo me rompió la puerta Sr. Espina. Cómo anda usted así a estas horas golpeando la puerta de una casa ajenas. Se lo pueden llevar detenido. Yo le dije que estaba llamando a los carabineros, pero es mentira Sr. Espina. También es mentira que tengo perros, se lo juro. Y le juro también que no tengo ninguna pistola, ningún arma. Pase y regístreme. Mire estoy desnuda. Míreme que estoy completamente pelada, porque yo duermo pelada Sr. Espina aunque no esté mi marido si yo duermo pelada, sin pijama, sin ropa, sin nada, cómo me ve ahora. Pilucha, sin armas, ni perros. Ve que no tengo arma. Ve que no tengo ni teléfono para llamar a la policía, así que es imposible que haya llamado a la comisaría.

Mire cómo se hizo daño y le está sangrando la nariz Sr. Espina. Tiene las manos con sangre de golpear tan fuerte. Mírese cómo tiene pelados los nudillos. Pase Sr. Espina, pero no me toque a los niños que si lo ven así se van asustar, no me los toque, tóqueme a mí. A mí tóqueme. Déjeme curarle sus manitas. No metamos ruido Sr. Espina que tengo a los niños durmiendo, venga a la cocina. Mire cómo tiene las manos y la cara. Se manchó, entera la camisa con sangre y así no puede llegar a La Oficina, piense qué va a decir el Sr. Zañartu, su jefe, su jefecito si lo ve llegar lleno de sangre a iniciar la jornada laboral en La Oficina. Eso queda para el Sr. Canitrot, que es un mal funcionario, eso queda para él, que es un borracho que siempre llega tarde, por eso usted lo llama beodo. Quédese ahí, no salga para afuera que los niños están durmiendo Sr. Espina. Yo

estaba agresiva, porque yo me mato si les hace algo, por eso inventé lo de los perros, el arma y la policía. Le digo que mejor hágamelo a mí, lo que quiera. A mí, sin armas, sin perros lo que quiera.

Si está con ganas de pegar, deme a mí como a usted le gusta darme. Cuando usted me da me gusta, me encanta. Tóqueme a mí, eso a mí tóqueme, no me toque a los niños. Vamos al sofá que si no echa la cabeza para atrás va a seguir sangrando. Usted es un excelente funcionario como va a echar a perder su fama de años siendo el mejor empleado de La Oficina. Un funcionario Ejemplar que con su amor y dedicación al trabajo arregla a este país, su granito de arena en esta playa libre del marxismo. Yo le voy a encontrar una camisa limpia para que se la ponga, porque mi marido también tiene camisas blancas, pero no las usa porque no está y nos dejo sin perros, ni armas para protegerme yo y los niños.

Le suplico que me viole, vióleme, mire me estoy sacando yo misma los calzones, mire como me los saco Sr. Espina míreme que no tengo nada. Venga. Eso, agáchese como perro. Quítese el pantalón y así se cansa y después se duerme antes de irse a La Oficina. Míreme la chucha Sr. espina, míreme que rica y mojada tengo la chucha. Métamelo. Métamelo se lo suplico. Eso, quítese la camisa que yo le encuentro una limpia después que me lo meta. Me viola y se va presentable Sr. Espina. Hágame lo que quiera y después le lavo la sangre del pantalón. Yo misma se lo plancho. Mire cómo tiene sangre en los pantalones y en los calzoncillos. Eso Sr. Espina. Así mismo, que así mismo a mí me gusta.

Sr. Espina, menos mal que vino que llevaba todo el día pensando en usted. Arrástreme, pero

despacito, dónde vamos Sr. Espina y yo no puedo salir. Tengo a los niños durmiendo y gateando puedo perder a mi guagüita que tengo que ir a vérmela al hospital, porque le dije que tenía control. Para dónde me lleva Sr. Espina, para dónde que no ve que ando en enagua y a pies pelado.

Personajes El Dictador es el Sr Espina. 53 años. Usa bigote. Todo su traje le queda chico. Y sobre el cuello del uniforme lleva un corbatín negro. En la cabeza tiene un bisoñé de color negro con la partidura al medio. Su obsesión es el Sr. Zañartu, su jefe. Los otros integrantes de la oficina le llaman Chupamedias, porque demuestra un excesivo cariño por el Sr Zañartu, cuando este es un tirano con todos los miembros de La Oficina. Se mueve con rapidez por los escritorios espiando que todos ejecuten su trabajo con disciplina. Demuestra una antipatía explícita por el Sr. Canitrot y cada vez que puede insta al jefe a que lo despida de La Oficina. El Sr. Espina sobre su escritorio tiene una foto enmarcada de su jefe que en algunas ocasiones besa obsesivamente, muchas veces llamándolo papi.

El Sr. Canitrot es el Cabo de Infantería Sr. Anselmo Araya. 39 años. De contextura delgada. Representa al mal funcionario dentro de La Oficina, ya que llega siempre atrasado a la jornada laboral y con evidentes signos de embriaguez. Al llegar, borracho, inventa sucesos menores de ciencia ficción para justificar sus atrasos. Estas historietas no logran ser creíbles por el Sr. Espina, que furioso le comunica al Sr. Zañartu las faltas del Sr. Canitrot. El resto de los personajes de La Oficina disfrutan con las historias que inventa el ¨beodo¨, como le llama Espina. No es precisamente guapo, pero según él las mujeres enloquecen al verlo.

El Sargento García es la Srta. Gertrudis. Una mujer de 50 años. Ella es la persona en la que el Sr. Zañartu descarga todo su odio. La llama Búho, Lechuza fea, etc. Ella siempre aterrada escucha los insultos boca abajo, mirando fijamente su máquina de escribir en la que tipea nerviosa mientras recibe las humillaciones de la boca de Sr. Zañartu o el Sr. Espina. Ella usa su pelo recogido en dos moños tipo tomate a cada lado de su cabeza. Tiene unas gafas redondas que la hacen ver como una persona de otro siglo, por eso también la llaman cuatro ojos. Pacata viste un vestido verde, sin ninguna posibilidad de escote. Sus compañeros le tienen cariño, porque ella es la persona más eficiente de la oficina, digamos que es la única persona que realmente trabaja. Está constantemente hablando de los cuidados que le brinda a su abuela que vive con ella.

El Sargento Ruiz es la Srta. Valquiria. Una mujer de 35 años. Es chica y medio gorda, pero al estar exageradamente arreglada se convierte en la mina de La Oficina. Ella es la mijita rica. Con una falda naranja tres dedos arriba de sus rodillas y unos tacones verdes que la sostienen, coqueta logra lucir sus piernas. Usa una blusa estampada de colores vivos. Su pelo rubio está siempre muy peinado. Ella es la obsesión del Sr. Zañartu y por ende la envidia del Sr. Espina. Ella camina moviendo sus caderas desde su escritorio hasta la oficina del Sr Zañartu. Permite todo tipo de acosos sexuales sin importarle que estos sean penados por la ley. Nunca se ha sabido si ella tiene o no relaciones sexuales con su jefe, pero se puede inducir. Generalmente alaba la corbata que usa su jefe y cuando esto sucede, él se pega palmotazos en la cara, como queriendo despertar del sueño al que ella lo lleva a través de sus curvas.

El Teniente Primero Carlos Segovia es la Sra. Pochi. Mujer de 50 años de contextura gruesa. Ella es la mujer del Sr Zañartu, por lo tanto disfruta de todos los placeres que el dinero que recibe de

su marido le ofrece. Generalmente se aparece en la oficina al medio día, luciendo abrigos de piel y lujosas joyas . Ella tiene buena relación con los funcionarios de la oficina y es capaz de insultar al Sr. Zañartu delante de todos los funcionarios. No se entera de la relación de acoso sexual que el Sr. Zañartu ejerce sobre la Srta. Valquiria, pero lo sospecha. El Sr. Espina la llama mami.

El Cabo segundo Rolando Pérez es el Sr. Zañartu. Hombre de 55 años. Él es el jefe tirano dentro de una empresa que no percibe grandes ganancias. Su escritorio está en un pequeño privado a un lado del espacio que ocupan los funcionarios. Desde ahí, sentado en su silla que evidentemente es más cómoda, por ser reclinable desde donde no hace nada. Inventando excusas para llamar a la Srta. Valquiria a su despacho se ve envuelto en todo tipo de enredos. El resto de los funcionarios no cuestiona la conducta del Sr. Zañartu, pero este a su vez está controlado por un superior, el Sr. Mandiola.

El Teniente primero Álvaro Michelsen es el Sr. Segundo Peña Peña. Hombre de 34. Con un sentido del humor sobrenatural, más conocido como Peñita. El Sr. Peña recibe todos los días a las personas que entran al edificio donde se encuentra La Oficina. Conduce el ascensor de manera muy graciosa ya que usa la expresión ¨ábrete sésamo ¨ciérrate sésamo¨ para que se abran y cierren las puertas del elevador que transporta desde el primer piso al noveno en donde se encuentra ubicada La Oficina. Además de esto vende colaciones en el edificio para sacar algo más de dinero. Clandestinamente comercializa refrescos y sándwiches de jamón, queso o jamónqueso. Bueno para la talla, usa un lenguaje extremandamente inculto, en un tono popular.

El Soldado Mario Oyarzún es el Sr Mandiola. Hombre de 67 años. Es el jefe máximo.

Desmemoriado, el Sr Mandiola, no es capaz de retener ninguna frase. Es imposible dialogar con él ya que olvida todo lo que le dicen. En su negación al diálogo inventa pequeñas historias absurdas. Estos cuentos breves dejan atónitos a los que lo escuchan. Él no representa una gran autoridad pero todos le tienen cariño, porque casi no existe, ya que vive en su mundo imaginario como un niño de 7 años. Es un viejo gagá que controla el desastre que es La Oficina.

La jornada laboral A las 04.55 a.m. el Sargento García o Srta. Gertrudis está sentado/a en su escritorio. Tiene la cabeza a dos centímetros de la máquina de escribir y teclea compulsivo/a. Con un vestido verde y una madeja de lana negra se ha hecho una peluca con dos moños a cada lado que caracterizan

el peinado anticuado de Srta. Gertrudis. El Dictador entra representando un neurótico Sr Espina que al ingresar a la oficina, da un portazo que hace que el Sargento García o Srta. Gertrudis salte de su asiento, sin dejar de teclear la máquina de escribir que la condena. El Dictador o el Sr. Espina tiene manchas de sangre en la camisa

El Sr espina corre a su escritorio a besar la foto del Sr Zañartu que tiene un marco enmarcada en forma de corazón donde tiene impresa la imagen del Cabo segundo Rolando Pérez o el Sr. Zañartu. El Sargento García o Srta. Gertrudis rie y el Sr. Espina la/o insulta.

Sr. Espina: De qué se rie usted lechuza, cuatro ojos. Srta. Gertrudis: De nada Sr. Espina, de nada. Sr. Espina: Dígame de qué se ríe pantruca. Srta. Gertrudis: De una cosa que ayer le paso a mi abuelita que confundió el jabón con la mantequilla. Sr. Espina: Más le vale que trabaje que para eso le pagan. Srta. Gertrudis: Sí señor Espina. Sr. Espina: Entonces trabaje y no se ría. Que si se vuelve a reír el Sr Zañartu lo va a saber y la va a matar.

(Sin levantar la vista de la máquina de escribir y sin dejar de teclear el Sargento García o Srta. Gertrudis afina su voz y pregunta)

Srta. Getrudis: Me gustaría preguntarle algo Sr Espina.

Sr. Espina: Ni se atreva, falta un minuto para que abra la oficina. Srta. Gertrudis: Disculpe Sr Espina. Sr. Espina: Ya pasó el minuto, son las cinco a.m. y estamos abierto. Así que pregunte su lechuza preguntona. Srta. Gertrudis: Quería preguntarle si usted sabe si hoy viene la persona que va hacer mi reemplazo el tiempo que se demore el post operatorio de mi abuelita. Sr. Espina: Afirmativo, lechuza de otro siglo. Hoy viene la mujer que hará su reemplazo, pero no le puedo dar más información, porque es extremandamente confidencial y ustedes no puede saberlo. Srta. Gertrudis: Sí Sr Espina. Sr. Espina: Cállese. Srta. Gertrudis: Sí Sr. Espina, disculpe.

La puerta se abre y aparece el Sargento Ruiz o la Srta. Valquiria que camina empinando/a sobre sus botas militares a las que ha puesto unas guirnaldas. Usa una falda naranja, a tres dedos sobre la rodilla tal como aparece en la descripción del personaje de la Srta. Valquiria. Al atravesar la puerta saca un rouge y se pinta los labios manchándose la barba de rojo. Muy lentamente se sienta en su escritorio, que está ubicado al lado de Getrudis. Hablan en susurro.

Srta. Valquiria: Hola Gertru Srta. Gertrudis: Hola Valquiria Srta. Valquiria: Uy, que llegaste temprano Gertrudis. Srta. Gertrudis: Es que tenía mucho trabajo atrasado.

Srta. Valquiria: Gertru parece que estoy enamorada Srta. Gertrudis: ¿De quién Valquiria? Srta. Valquiria: Después te cuento que el Sr. Espina está con la cara rara. (disimulando) Buenos días Sr. Espina ha visto como me quedó hoy el pelo. Lo tengo brillante porque ayer después del trabajo fui con unas amigas a una tienda en donde venden un nuevo bálsamo que llegó del extranjero y que deja el pelo radiante, brilloso. Son todos productos importados de Estados Unidos.

Aparece el Cabo segundo Rolando Pérez o el Sr. Zañartu, que al ser tan delgado, ha tenido que rellenar su terno marrón para tener la panza del Sr. Zañartu.

Entra el Sr. Zañartu y el dictador o el Sr. Espina se lanza a sus pies y besa sus zapatos. El Sargento Ruiz o la Srta. Valquiria empieza abrir y cerrar los ojos en señal de un amor exagerado hacia el jefe. El Sargento García o la Srta. Gertrudis se esconde bajo su escritorio, aterrado/a.

Sr. Espina: Hola papi. Sr. Zañartu: Hola Espina, levántese que parece un ratón. Sr. Espina: Más que ratón parezco papi, un guarén infeccioso es lo que soy al lado suya.

El Sr. Zañartu sacude su pierna haciendo que el Sr. Espina caiga a un lado. El Sr. Zañartu se dirige al escritorio de la Srta. Valquiria y la/lo besa en la boca al Sargento Ruiz que le dice al oído.

Srta. Valquiria: (arreglándole el nudo de la corbata al Cabo Pérez o el Sr. Zañartu): Qué cosa más linda su corbata jefe.

El Sr. Zañartu acerca nuevamente su boca al oído de la Srta. Valquiria y le dice susurrando

Sr. Zañartu: la espero en cinco minutos más en mi despacho. Srta. Valquiria: Sí, claro que sí Sr. Zañartu.

A medida que el Sr. Zañartu o el cabo Pérez se da palmazos en su propia cara. Luego se acerca al escritorio de la Srta. Gertrudis o el Sargento García que desde el suelo tiene puesto los dedos en la máquina de escribir en donde teclea compulsivo/a.

Sr. Zañartu: (Gritando) Qué está haciendo en el suelo Srta. Getrudis!. Levántese inmediatamente lechuza, bruja, vieja fea. Hasta cuándo la tengo que soportar yo a usted Gertrudis.

La Srta. Gertrudis deja de teclear y solo levanta un dedo aún escondida/o bajo el escritorio.

Sr. Zañartu: Baje el dedo lechuza con síndrome de Down.

El Sargento García o la Srta. Gertrudis lo baja. El dictador o el Sr. Espina empieza a imitar las ordenes que da el Sr. Zañartu, entrometiéndose.

Sr. Espina: Lechuza, baje el dedo. Me tiene hasta la coronilla.

La Sargento García o la Srta. Gertrudis baja el dedo, pero no la mano.

Sr. Zañartu: Baje la mano lechuza con tiña. Sr. Espina: Baje la mano lechuza con tiña.

La Sargento García o la Srta. Gertrudis empuña la mano.

Sr. Zañartu: Cómo me está insultando de esa manera levantándome el puño como una comunista a las 4.15 de la mañana. Sr. Espina: Cómo le esta insultando de esa manera levantándole el puño como una comunista a las 4.15 de la mañana. Sr. Zañartu: Cállese usted Espina Sr. Espina: Cállese usted Espina.

El Sargento Ruiz o la Srta. Valquiria se ríe. El señor Espina mira al Señor Zañartu y se cachetea el mismo, auto castigándose.

Sr. Espina: Perdóname papi. Sr Zañartu: Deje de golpearse Sr. Espina y dígame a qué hora viene la reemplazante. Sr. Espina: Dentro de poco papi lo tengo todo controlado.

Sr. Espina o el dictador y Sr. Zañartu o el Cabo Rolando Pérez van a un lado.

Sr. Zañartu: Usted sabe si es guapa la reemplazante de la lechuza Sr. Espina: Sí papi. Sr. Zañartu: Entonces ya está contratada Sr. Espina: Lo que usted diga jefe, más que jefe, jefecísimo.

El cabo Rolando Pérez o el Sr. Zañartu mete las manos al pecho del Sargento Ruiz o Srta. Valquiria.

Sr. Zañartu: Ay Valquiria tenemos que trabajar en mi despacho, la espero en 5 minutos... Sr. Espina: Jefe. Sr. Zañartu: Dígame Sr. Espina. Sr. Espina: No ve que falta alguien.

Sr. Espina apunta hacia el escritorio del Sr Canitrot o el cabo de infantería Anselmo Araya que aún no llega a la oficina.

Sr. Zañartu: No me diga nada. Esta nuevamente atrasado ese insecto Sr. Espina: Aún debe estar durmiendo en alcohol jefe. Sr. Zañartu: no me diga que no ha llegado el alcohólico Sr. Espina: se lo digo El Sr. Zañartu o el Cabo Rolando Pérez se lleva las manos a la cabeza y grita.

Sr. Zañartu: Cuando llegue ese beodo lo voy a ahorcar. El Sr Zañartu o el Cabo Rolando Pérez ahorca con sus manos al Sargento García o la Srta. Gertrudis que cae asfixiada/o a un lado de su escritorio. En ese preciso instante el Cabo de infantería Anselmo Araya o el Sr. Canitrot entra cubierto por una sábana blanca, simulando un fantasma que se tambalea con una botella en la mano. Todos se aterran y gritan. El cabo Anselmo Araya se destapa y nos damos cuenta que es el Sr. Canitrot. Sólo va con botas negras y calzoncillos.

Sr. Canitrot: (apuntando la sábana blanca, como si tuviera vida) Maldita, diles tú quién es la responsable de mis atrasos. Ella es la que no me deja cumplir con mis horas de trabajo, ella es la culpable. Explícales tú, maldita sábana blanca el motivo de mi irresponsable conducta.

La Srta. Valquiria y la Srta. Gertrudis se ríen. El dictador o el Sr. Espina se pone furioso por la excusa que inventa el Sr Canitrot. El Cabo Rolando Pérez o el Sr. Zañartu le grita indignado.

Sr. Zañartu: Esta es la peor mentira que le he escuchado este ultimo año Sr. Canitrot: No pues Sr. Zañartu no se acuerda la del canario.

Todos ríen. El dictador o el Sr. Espina le entrega un kilo de carpetas.

Sr. Espina: Mira beodo, tienes que terminar el informe en menos de una hora.

Entra el Teniente Carlos Segovia o la Sra. Pochi envuelto en joyas falsas.

Sra. Pochi: Me compré uno, dos, tres cuatro y cinco abrigos de piel. Fui a una rebaja y me lo compre todo. Dónde está Willy Zañartu que necesito muchísimo dinero. El Sr. Espina se lanza al suelo Sr. Espina: Mami, mi mami querida.

Sra. Pochi: Hola Espinita. Vine a ver quién será la que reemplazará a la Srta. Gertrudis mientras ella cuida a su abuelita. Quiero ver con mis propios ojos si es linda o fea, porque si es muy atractiva yo misma la voy a echar. ¿Dónde está Zañartu que necesito dinero?

Todos empiezan a simular que trabajan, menos el Sargento Ruiz o la Srta. Valquiria que se pinta de rojo la boca y la barba.

Entra Iris con una enagua blanca y sin zapatos. Todos la miran. Aparece el Sr. Zañartu. La mira de arriba abajo y le pregunta.

Sr. Zañartu: ¿ Quién es usted y a qué viene?

Iris: Yo vengo por lo del reemplazo. Me gustaría saber qué tengo que hacer, porque con la rapidez que me trajo el Sr. Espina, no me dio tiempo de entender muy bien de qué se trata exactamente el trabajo que me quieren ofrecer en esta oficina. Así que ustedes me dirán si quieren que me meta la corchetera por la chucha y me suba desnuda sobre la falda de la señorita valquiria mientras se la chupo al Sr. Canitrot, hasta que la Sra. Pochi se corra en mi cara mientras el Sr. Zañartu masturba al Sr. Espina hasta que eyacule.

¡Un ratón! Me quedé dormida, con las medias puestas en la cama ¡Un ratón! No llegué, me desperté a las cuatro de la tarde con el uniforme puesto ¡Un ratón! ¡Un ratón! ¡Un ratón! ¡Un ratón! Déjenme subirme a su escritorio Sr. Canitrot que hay un ratón suelto por la oficina, pero ¡Un ratón! ¡Un ratón! Me desvelé pensando en los detalles de la llegada, era mucho de qué preocuparse ¡Un ratón! ¡Un ratón! ¡Un ratón! ¿cómo van haber ratones en la oficina Sr. Zañartu? ¡1 ratón! ¡2 ratones ratones! ¡3 ratones ratones ratones ! ¡4 ratones ratones ratones ratones! Me quedé dormida de tanto que trabaje toda la semana con las viejas ¡Sra. Pochi suelte esos 4 ratones! que yo le tengo pánico, pánico a los ratones, mire Sr. Espina es mejor que le diga a la Sra. Pochi. Le repito a usted Sr. Zañartu para que le diga a su mujer que a mí me dan miedo los ratones que la Sr. Pochi está sacando de su cartera, que era tan fina y ahora la ensucia. La Sra. Pochi que parece que se gasta todo el sueldo del Sr. Zañartu en ratones. Le juro Valquiria que me duché, me vestí, maquillé, peiné y sobre la cama me quedé dormida. Amárrenme a la mesa, pero alejen de mí los ratones, que entre más cerca me los pone la Sra. Pochi más pánico me dan. Los ratones, los ratones. El Sr. Mandiola, que es el jefe de los jefes de esta oficina, que es su Jefe Sr. Zañartu, el que le paga para que usted le de plata a la Sra. Pochi, con la que ella se compra abrigos de piel se la gasta comprando estos asquerosos ratones que me ponen en las piernas, que me suben, que me entran y yo me tengo que hacer la ecografía como le vengo diciendo hace dos horas al Sr. Espina. Completamente en ayuno. Cómo estuvo el desfile y las inauguraciones. El Sr. Mandiola que es el jefe de los jefes de esta oficina contrato al Sr. Peña para que limpie los baños, para que los desinfecte, para que la Sra. Pochi traiga ratones y haga peligrar el trabajo de usted Sr. Zañartu. Les gustó como cantaron los niños del sur que trajeron del sur para que cantaran en la misa Srta. Gertrudis. Cómo tocó la orquesta.

No me amarre tan fuerte Srta. Gertrudis que me va a cortar la mano, se me pone morada me está cortando toda la circulación, los ratones, sáqueme de encima los asquerosos ratones Peñita. Me quedé dormida, me desvelé pensando en los detalles. Me desperté a las cuatro vestida, peinada y maquillada sobre la cama.

SEXTO ACTO: En ningún caso en la vida

Las mujeres de cema chile responden

MUJER UNO Señores y señor autoridad

: En nuestros encuentros jamás la violencia se

constituyó en una práctica habitual. Eso es falso como lo más falso. Eso es una soberana mentira.

MUJER DOS Autoridades y señora de los distinguidos: Jamás he sentido dolores o he tenido sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales. Justamente todo lo contrario.

MUJER TRES Señoras de los señores autoridades: Jamás recibí golpes con objetos flexibles o no contundentes. Nunca nadie ocupó un látigo, ni una fusta para caballos, ni baquetas, ni varillas de coligüe. Todo siempre fue cariños y abrazos.

Señores y sus distinguidas autoridades: Nunca me han golpeado los oídos, que me pueda haber provocado lesiones auditivas permanentes, jamás conmigo han hecho eso. Nunca recibí golpes reiterados en ninguno de mis ojos, boca, nariz, pechos, cuello, rodillas y alguna otra parte sensibles del cuerpo. Ninguna vez yo fui arrastrada por el suelo o por las escaleras, tomada del pelo, amarrada del cuello. Eso nunca jamás, pero en la vida, nunca nunca.

Señoras de las autoridades y señores y sus distinguidas: Nunca me subieron a ningún vehículo donde me vendaran la vista, y hayan empezado inmediatamente a interrogarme y a golpearme en el estómago, eso no ha pasado jamás.

Señores y señoras autoridades: No he tenido jamás en mi vida lesiones auditivas premeditadas,

provocadas por disparo de fusil junto a los oídos o por la exposición a sonidos agudos durante tiempo prolongado, incluso hasta causar sangramiento de oídos, boca y nariz, con pérdida de conciencia en algún caso. Eso en mi caso no es cierto, no pasó.

Distinguida autoridad distinguida y señoras: Ni menos he sufrido lesiones en las uñas u otras partes del cuerpo mediante clavadura de alfileres, yataganes u otros objetos punzantes, ni lesiones de diversa consideración resultantes de pasar un vehículo sobre los pies, las manos u otras partes del cuerpo. Me trataron siempre regio, se pasaron de piroperos y aduladores.

Autoridades señores distinguida señora: No me han atado de ningún brazo, de ninguna pierna. Yo siempre he sido elástica, buena para la gimnasia.

Distinguida señora autoridad y autoridades: No me han puesto un bloque de cemento en el vientre, ni me aplicaron electricidad vaginal, en los pezones y oídos. Me susurraban cosas lindas, canciones: tangos.

Distinguidísima autoridad y su distinguidísimas señores y señoras: Nunca me llenaron la boca con caca de animal. Me decían que me iban a regalar un perro, un gato y un loro.

Señora distinguidísima de entre todas las señoras: Nunca amarraron mi cuerpo con scotch, ni sentí un fuerte dolor en alguna zona de mi cuerpo que me hayan hecho ver un montón de estrellitas, ni haber sentido que me orinara o me cagara. Siempre he tenido control total sobre mi

esfínter.

Señora del señor de la autoridad: Nunca me desmayado dos veces, ni he recibido algún golpe en los oídos, ni me han hecho quemaduras profundas en el ano, que en mi vida sólo lo he ocupado para ir al baño, como todo el mundo.

Autoridades señoras y autoridades señores: Jamás me han obligado a ingerir desechos orgánicos (excrementos, orina y vómitos, de humanos o animales), además de líquidos pestilentes, etc., por vía oral o nasal. Perfumes, ricos aromas del campo yo he olido siempre.

Distinguidísimas autoridades señor: Nunca me han arrojado excrementos e inmundicias sobre mi cuerpo, porque en todo baño chileno hay papel higiénico o servilletas.

Señora y señor de autoridad y sus distinguidas: No se me ha obligado jamás en la vida a besar la bota de un agente militar o policial. Yo he lustrado alguna que otra vez las botas, pero no mucho, porque soy alérgica al betún, en realidad a todo.

Autoridad señor autoridades distinguidas: Nunca me han hecho arrastrarme por el suelo en medio de burlas y golpes. Piropos desde hace rato digo que me pasaban diciendo.

A las señoras distinguidísimas y señores autoridades: Nunca me han cortado el pelo al rape. Siempre he andado peinada de peluquería.

Autoridad de la autoridad señora: Repito que jamás fui violada, en ninguna de sus variantes (penetración oral, vaginal, anal). Ya no voy a seguir diciendo lo bien que me trataron.

Autoridad de la distinguida autoridad y señoras: No se me han introducido ratas, ni arañas u otros insectos en boca, ano o vagina. A todas las personas le dan miedo las ratas, pero yo las encuentro un animal más, que como todo ser vivo tiene derecho a alimentarse y reproducirse.

MUJERES AL MISMO TIEMPO: quienes colaboramos con /apreciar por sobre todo / el amor a la patricia y el arraigado sentido religiosos / y los valores permanentes de chile / un hombre de excepción el espíritu de una nación / su formación de soldado y sus sacrificios para lograr el bien del país / acción de gobernante / no hubo dualidad / ilustro cada una de sus acciones / ese carácter queda registrado en las etapa de su gobierno / sin contemplaciones ni auto complacencia/ autentico conductor / objetivos centrales / amainara las tempestades / no satisfacerse en los mares de la tranquilidad / estadista que aúna la sociedad / reconociendo que en la diversidad habían puntos de encuentros sustantivos / crisis externas y severidad al país desánimo y confusión / esa valentía visión y prudencia le evito a Chile lo que fuera una tragedia de insospechados en esos dramáticos días / obrar en el sentido que lo hizo / el ejercito es víctima de la pasión política desatada/ fundamento a su mandato / la declaración de principios que establece que el hombre tiene derechos y obligaciones con el estado y a este le corresponde garantizar su tranquilidad / generar el vínculo de una armonía social donde el orden económico se entrelaza con el orden político / y ambos se entrelazan con el orden de la moral

OCTAVO ACTO Y FINAL

EN UN PROSTIBULO ESTA IRIS CON UNAS TRAVESTIS MIENTRAS ESPERA EL SHOW DE SU HIJO MARIO

(Están Iris, Biónica que borda, Terremoto que mira el movimiento de las manos de Iris y Mario que está a un lado preparando que no se sabe qué es ) Yo siempre fui miliquera, no me ha interesado nunca la política, pero siempre siempre siempre fui miliquera como la que es devota se vuelve monja o como los que nacen hombres y se ponen tetas. Que tos más grande. Me gustaba el lado ceremonial: los cócteles, las bienvenidas, las despedidas, las fiestas del once y los desfiles. Me calienta el silencio de las filas. Me imaginaba pasando medio empelota por entre medio de los soldados en posición firme bajo el sol. Una cosa es la política y otra el espectáculo.

A mí me gustan las canciones de caballos, no las que se tratan solamente de desencuentros domésticos, esa del Manuela y la Amanda. No sé como la gente se emociona con las canciones que se tratan de desencuentros domésticos y no lloran con las canciones que se tratan de caballos.

Ese tema no te conviene, la letra es espantosa de puros desencuentros domésticos y para qué va se van andar bailando tragedias. Yo no sé por que le dan tanto con la Amanda y el huevón del marido que debería haber trabajado el doble para que esa pobre mujer Amanda se quedara en la casa cuidando los hijos en vez de ir a buscarlo a la fábrica a puro molestarlo con estupideces. Esos cinco minutos la Amanda los debió haber ocupado para hacer las camas, barrer el piso, encerarlo. Y después el otro huevón se manda

cambiar a la sierra en cinco minutos y deja a la otra pobre huevona destrozada, porque se da cuenta de que el Manuel le se fue a la sierra a ponerle los cachos. En cinco minutos, por huevona, la Amanda quedó destrozada, más encina mojada cagada de frío. Alega por la lluvia la chucha de su madre. Fíjate la mujer quejosa, que se ponga una bolsa de plástico la muy huevona. Si llueve obviamente la calle va a estar mojada o no. Y si el Manuel tuvo un accidente, porque no fue hablar con su supervisor para que le pasara las llaves del botiquín, porque seguramente el Manuel sin saber leer, ni se enteró lo que decía el cartel con las instrucciones de emergencia y la prevención de riesgos laborales que en todas las fábricas hay.

Las canciones son canciones como las flores son flores no más por eso yo sin ser simpatizante de la cantante esa con pinta de empleada doméstica yo le encuentro más razón, porque de alguna manera es más práctica. Al ser del sur ella sabe la utilidad y el beneficio de las flores. Ella dice en la canción que se toma un toronjil si está muy afectada y si esta media alicaída se hace una agüita con violeta azul. En el caso que este tempestuosa o presa de la ira se toda la misma agüita de perra pero con clavelina roja y si no sabe lo qué chucha le pasa y se muestra insegura deshoja, como ella misma dice, un blanco manzanillo. Ahí hay una gama de emociones, en esas míseras tres líneas. Esta rota a diferencia de la Sra. Amanda, que no debe de tener ni jardín, encuentra en las flores su propia cura y no guevea a nadie, ni hace escándalos en el trabajo del marido, que por cuática se mando a cambiar a la sierra.

Pero como les dije en un principio, a mí me gustan las canciones de caballos, esas me gustan. De eso yo me acuerdo cuando tengo que subirme el ánimo al verme completamente calva el espejo.

Así yo me ánimo y al escucharlas no me duele ni al mover los brazos, ni al toser. Esas canciones de las relaciones entre el empleado con su empleador o el jefe del fundo con los campesinos que le trabajan la tierra y le suplican que no mate a sus caballitos, los mismos huasos se niegan a sacrificar a un caballo viejo y son ellos mismos, los campesinos los que le ruegan al patrón que dejen pastar a los animales viejos. Ellos sin subordinarse y con buen corazón le aconsejan al patrón que les dé la posibilidad de comer y descansar al animal hasta que se vaya por viejo con el olor a pasto a la muerte por todo el tiempo que dedicaron a arar la tierra los mejores años de su vida.

Y el patrón los escucha y autoriza, para que el animal paste tranquilo; porque cuánto vive

un caballo, 30, 40 años y trabaja más que la chucha el paquidermo el 90 por ciento de su vida.

Ya quedémonos calladas mejor que va aparecer el Marito.

Desde hace dos meses ensayo La Amante Fascista. En donde mezclo danza, teatro, cabaret, artes marciales y estrategias militares. En el número una Loca Dictadora tiene una disputa conmigo. Esta pieza tiene dos partes.

La primera parte se llamó ¨En ningún caso¨ en donde yo tomando los testimonios de mujeres torturadas de un informe sobre abuso de los D.D.H.H. Se utilizo la palabra ¨nunca¨ y la palabra ¨jamás¨ negando el propio relato de la víctima en el gobierno de mi padre. Además de eso se agregó comentarios simples de La Amante Fascista inspirados en mi propia madre.

En la segunda vamos a ver a la Loca Dictadora siendo increpada por su propio hijo, la Loca Dictadora del Pico. Es una tremenda pugna la que voy a presentar en donde padre e hijo, ambas Locas, se pelean a muerte por el poder de un país. Iniciando por mi propia presentación.

Ponle play mamá.

Soy Mario Marito Marcial La Loca Dictadora del Pico y estoy agradecida que vengan al desfile con guaripoleo y agradecida de mi madre, facha me presento nortina, atea y devota a santa Gemita que le pido que me madure y se caiga mi miembro seco ante vuestras presencia. Eso sería como el clímax total. Liberada de toda cadena o uniforme, mis ideas flotan sobre el agua hirviendo y salado que mata a peces, algas, ballenas, tiburones.