La universidad de la cama

SEXO EN LA UNIVERSIDAD ¡Estudia, conoce y haz el amor! 1.a edición: 2018 Publicaciones Kino Brutal Copyright © 2

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SEXO EN LA UNIVERSIDAD

¡Estudia, conoce y haz el amor!



1.a edición: 2018 Publicaciones Kino Brutal Copyright © 2018 by Ken Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser copiada o reproducida en ningún formato sin el consentimiento escrito del autor a excepción de sus frases breves, divertidas, asombrosas y perspicaces. Este e-book no puede ser prestado, sino comprado. Ayuda a que el autor pueda sobrevivir en un mundo controlado por la élite. ISBN ???-?-??-??????-? Impreso en ningún lado

Para aquellos estudiantes que se aburren de todas esas clases tediosas que son parte de un siniestro sistema educativo y encuentran distracción en decidir cuáles son los culos más bonitos de sus compañeras del salón.

La vida no es corta, es desperdiciada.

by Ken

ÍNDICE PARTE I Introducción a la Universidad 1er Día de Clases Tu 1er Acercamiento Prendiendo Velitas Primer Inconveniente: ellas se conocen entre sí 2do Inconveniente: Hombres envidiosos Ligarte a las Bellezas más populares Las Bellezas ocultas La Inocente Mujeres que viven solas Chicas que rentan con otras Compañeras Chicas que viven con sus Padres Las demás Chicas La Competencia Las 10 Máximas para tener Amigas con Derecho ¿Qué hacer si ya estás quemado en la Universidad? Prosperar ante la Frustración PARTE II De las Palabras a la Cama Preguntas para enamorar Convive con todos ¿Se te olvidan los Nombres de las Personas? La Conversación es una Acción Contar Historias ¿Cómo hacer Preguntas inteligentes? La Secuencia natural de las Conversaciones Experto en un Tema Conversar con Grupos grandes

Preguntas abiertas Nueve Consejos para saber escuchar Primero escucha, después platica No olvides los Cumplidos Aprende a terminar Conversaciones Establece Encuentros a Futuro Los 45 Mandamientos para ser popular en tu Escuela El Ojo que Todo lo ve Comentarios entre Preguntas Dilo, pero de otra Manera El Sentido del Humor eres tú Transforma la Conversación en un Juego Improvisar es crear Los 19 Trucos para sobresalir como Improvisador Los 15 Secretos de una buena Conversación Hacer Amigos conversando Identificar a las Personas No te quedes mudo si la Conversación va por buen Camino Las Opiniones diferentes enriquecen la Conversación ¿Dónde conocer Personas? ¿Y si me quedo callado? ¡Si lo quieres, dilo! ¡Conecta! ¿En qué momento debes acercarte? Tres Temas de Conversación Vínculos Callejón sin Salida Suave Conclusión

PARTE I

Introducción a la Universidad He estudiado en tres universidades: el IPN, la UNAM y la UAM. También he asistido a varias universidades privadas y a las fiestas que algunos de sus alumnos realizaron, tales como la UNITEC, la ITAM y muchas otras que no son tan importantes como para su mención. Asimismo, tuve la oportunidad de ver pasar generación tras generación que fueron presentando los mismos patrones. Pude observar muchas cosas y te aseguro que todas esas universidades comparten características en común, v.g., casi todos ya tienen la mayoría de edad, algunos ya viven solos, ya pueden fumar y beber sin ser regañados o restringidos por la edad, y están, ahora más que nunca, dispuestos a explorar su sexualidad. Me he dado cuenta de que no importa el estatus de las universidades, si estás dentro del círculo universitario, serás parte del grupo, incluso si estás en una fiesta de una universidad privada y tú eres de una pública, lo cual me pasaba a mí bastante seguido. La gente y la publicidad dicen que las mejores etapas de la vida son la secundaria y la preparatoria. Nada más alejado de la realidad. Casi nadie menciona la universidad. Tal vez tengas menos responsabilidades, presiones y crisis en la pubertad y en la adolescencia, pero nada se compara con cumplir la mayoría de edad y estar en tu apogeo sexual. Sé que cada etapa es maravillosa, tanto las pasadas, las presentes y las que están por venir. Sin embargo, te mostraré las razones por las que la universidad es la mejor etapa de tu vida: Has cumplido la mayoría de edad y tienes más permisos y libertades que en tus años pasados. Puedes tener licencia de manejo, entrar a bares, comprar alcohol. A las mujeres de tu edad les dan mayor consentimiento para llegar tarde. Algunas mujeres ya viven solas. Las mujeres que en la secundaria o en la preparatoria no estaban tan atractivas, ahora se ven mejor que nunca. No me preguntes por qué. Ya no te saldrá tanto acné como en tu adolescencia. Tu tratamiento de ortodoncia probablemente ya habrá terminado. Las chicas están más abiertas a los encuentros sexuales.

Puedes estudiar y trabajar. Ya sabes: más dinero, más opciones. Tienes más vacaciones que en el trabajo. Ahora, más que nunca, tienes la capacidad de decidir lo que harás con tu vida. La lista sigue, y aunque sean características que se centran en la diversión y el vicio, son cosas de cierta importancia. Están las responsabilidades, el crecimiento personal, por supuesto, pero de eso no se trata este libro. Me gustaría que aprendieras cómo darte el lujo de estudiar, trabajar (quizá), dedicarles tiempo a tus pasatiempos y lo que nunca puede faltar: mujeres y mucha diversión. Esto no es una guía de ligue, sino una serie de consejos que pocos saben sobre la universidad. Es un escenario completamente diferente. No es lo mismo que en la secundaria o la preparatoria. No es lo mismo que en el ambiente laboral. Tampoco sigue las dinámicas de los bares, fiestas y antros. Mucho menos se parece a un ligue casual en un centro comercial o en la calle. La universidad tiene reglas propias. No me gustaría que fueras el clásico estudioso que sólo entra a clase y se va a su casa a estudiar. El que participa en clase haciendo quedar mal a los demás y ganándose enemigos. La universidad tiene mucho que ofrecer. Quédate en ella, disfrútala. No habrá nada parecido en un futuro, y menos en el campo laboral. Este es el mejor momento de volverte extrovertido, de perder el miedo a hablar en público, de ser más inteligente, de hablarles a todas las chicas que te gustan como no lo hiciste en la secundaria o en la preparatoria. Ya eres un hombre, estás a punto de explorar un mundo nuevo y disfrutar la mejor etapa de tu vida. Quiero ayudarte a disfrutar de todos estos años universitarios tal como lo he hecho yo. Acompáñame y sabrás de lo que te estoy hablando.

1er Día de Clases Pasaste el examen de admisión o tuviste la oportunidad de poder pagar una universidad privada. ¡Felicidades! No obstante, ahora eso es casi irrelevante. Ya estás adentro y lo único que importa es cómo vas a pasar los próximos cuatro años de tu vida ──sean menos o más. Estás sentado en tu salón de clases, probablemente todos los rostros son desconocidos. Posiblemente algunos de tus compañeros empiezan a socializar y otros tantos permanecen callados. Tu corazón palpita acelerado recordando la cantidad de "culos" que viste pasar mientras buscabas tu edificio y tu salón. Y ahora que estás esperando a tu maestro en turno, volteas y ves que hay tres chicas ──Dios quiera que más── que destacan por su belleza. Si hay cuatro chicas, da por hecho que al menos tres de ellas van a ser abordadas inmediatamente o al pasar de las horas. Al día siguiente todas ya habrán sido abordadas y estarán conformando un círculo de tres o más personas. No importa si está conformado por hombres o puras mujeres, llegar a ellas implicará pasar por varios obstáculos. Lo mejor sería formar parte de ese círculo, pero yo sé que no todos tienen esa misma suerte. Lo más aventurado sería abordarlas directamente, pero no te lo recomiendo. Incluso si eres bueno cautivando chicas, despertarás envidias y animadversión. Debes entender que son los primeros días, todo el mundo tiene una clase de incertidumbre, no conocen a nadie, y aunque parezca contradictorio, no tienen la mente abierta. Por eso, querer ligar y mostrar tus intenciones los primeros días con las de tu salón o las de nuevo ingreso será contraproducente. No te olvides tampoco que tuvieron una vida antes de entrar a la universidad y la siguen teniendo después de ella. Para ser más específico, me refiero a que probablemente la mitad de ellas tiene novio. Entonces, ¿qué puedes hacer? Quédate sentado y observa. Deja que todos los demás hagan el trabajo sucio. Yo sé que tienes muchas ganas de ligarte a tus compañeras y no te quiero quitar ese placer, pero es un placer que tendrás que aplazar. Tal vez alguien más verga que tú te quite a la chica que te gustó, pero no te mortifiques, hay más en otros salones. Mejor mira más alto. Primero hazte de un par de amigos varones, ellos pueden hacer la labor sucia y te ayudarán a distraer tu mente. Luego, trata de buscar el contacto visual con ellas y sonríeles. Dirígete a ellas cuando sea necesario y no trates de seducirlas, que ellas sean las

que te aborden. Trata de sentarte junto a ellas o estar en su cercanía sin asediarlas, eso facilitará la comunicación sin tener que hacer maniobras obvias que activen sus escudos. Las chicas que sí están permitidas son las de las viejas generaciones. Ellas ya saben las dinámicas de la universidad, conocen más gente, se siente más cómodas y, por lo tanto, están más abiertas. Sólo procura que no te vea tanta gente cuando las abordes y que no estén rodeadas de muchos amigos, porque si las vas a abordar sobre una base constante, cada vez más personas te conocerán y cada impresión que tengan de ti, será un rasgo acumulado en tu reputación. Algo que es tan importante como abordar personas, es conocer todas las actividades dentro y fuera de tu universidad. Adentro de la universidad puede haber actividades deportivas, de teatro, baile, canto, ajedrez, y muchas otras. Asegúrate de involucrarte en ellas. Elige la que vaya de acuerdo con tus pasiones, no la que veas que van más mujeres. Aunque, quizá sea el momento de explorar nuevos gustos. Trata de mantener un equilibrio. Las actividades que se dan fuera de la universidad, sobre todo los lugares de diversión y esparcimiento, pueden ser bares, billares, centros comerciales, mercados, cines, entre otros. Estos lugares suelen ser frecuentados por universitarios, algunos en su mayoría. A veces podrás conocer gente de otras universidades, que ya trabajan o que se dedican a ninguna de las dos. Yo adopté una estúpida regla de sólo conocer a las de mi universidad, por lo que, si conocía a una chica que no pertenecía a mi institución, me marchaba en seguida, aunque fuese linda. No seas como yo, no limites tus posibilidades. Otro requisito que debes tomar muy en serio desde tu primer día o de ahora en adelante es tener dinero guardado y reservado exclusivamente para tus encuentros sexuales. No para alcohol, no para citas, no para copias. No sé cómo le tengas que hacer, pero tienes que hacerlo. Toma en cuenta los diversos gastos, v.g., transporte, alcohol o cena, hotel, entre otros imprevistos. Yo pensaría en unos mil pesos o su equivalente. Antes de hablar con cualquier chica, y por obvias razones, siempre debes estar preparado para todo. Carga siempre en tu mochila desodorante, pasta y cepillo dental, crema corporal, gel para peinar, condones, dinero, baraja, incluso una playera extra y comida. Sé que es incómodo cargar una mochila pesada, pero es más frustrante dejar pasar oportunidades porque no te sientes preparado, porque

hueles feo o lo que sea. Que no te importe parecer mujer con bolsa de cosméticos, tus éxitos valdrán la pena. Aunque si te sientes muy macho para rebajarte a eso, entonces carga más dinero. Sé que muchas historias épicas surgen cuando no lo tienes planeado y tienes que improvisar, pero también sé que hay más historias de frustración por no estar preparado. Estudia tu universidad, el tipo de gente que acude, sus actividades, los horarios de entrada y salida, los lugares afuera de ella. Si quieres rentar cerca de la universidad, busca la opción más cercana y que te dejen meter a otras personas ──por eso, un compañero de cuarto no te conviene tanto. A veces no te permiten dejar pasar a otras personas en un cuarto en renta, pero vale la pena buscar. Muchas veces depende de cuánto quieras desembolsar. Una vez que investigues todo eso y antes de pasar a la acción, debes checar la logística dentro de la universidad, es decir, los rincones oscuros donde puedes tener tus aventuras. Estos lugares no tienen que ser tu carta principal, pero sí deben formar parte de tu baraja. No todas las mujeres aceptarán acompañarte a estos lugares, pero sí habrá muchas disponibles para subirse la falda en los mismos. Estos lugares deben cumplir al menos uno de los siguientes requisitos, incluso pueden ser completamente opuestos. No obstante, cada lugar debe tener sus ventajas: Estar aislado o apartado Se puede cerrar por dentro Su acceso es restringido Se puede ver quién viene o quién pasa, pero otros no te pueden ver Es fácil disimular el acto sexual (acostado en los pastos) Que sea oscuro Que esté en una parte alta o en una azotea Lugares estratégicos en los estacionamientos Puede haber más lugares potenciales que no cumplan ninguna de las características anteriores. Todo dependerá de tu intuición. La segunda alternativa de logística pueden ser los hoteles. Puedes preferir el lugar más cercano o más barato. Si eres exigente, elige el más bonito. Checa los precios y su información particular. En ellos no habrá casi ningún problema, lo único que debes analizar es cómo vas a llevártelas de tu facultad o de algún otro lugar a ese hotel en particular.

Lo mismo sucede si vives cerca. Aunque muy pocas veces pasa esto. Ya que, si cuentas con esa bendita suerte, tienes todas las de ganar, pues ya sabes la logística de tu casa y prácticamente no gastarás nada. ¿Qué sería de nosotros sin los buenos amigos? Aquél que te estima tanto, que es capaz de prestarte su cuarto para que puedas divertirte haciéndolas gritar de placer. Él sabe que, si te ayuda a tener sexo, es como si los dos hubieran metido sus miembros en la misma vagina. Nunca defraudes a este buen amigo. Haz cosas por él, como él las hará por ti. Preséntale amigas, invítale las cervezas. Y recuérdale que juntos pueden meter chicas, una tras otra, en su departamento del amor. La última opción logística, y tal vez la mejor, la reservaré para más tarde. Por ahora, hay que ir paso a paso. Todo esto lo puedes hacer a lo largo del primer semestre, pero trata de no tomarte tanto tiempo. Recuerda que tu mejor amigo, ese que está ahí abajo esperando que lo despiertes para la acción, está hambriento de universitarias.

Tu 1er Acercamiento Bastantes personas aseguran que el momento perfecto no existe, que las mejores oportunidades se desperdician por la búsqueda de éste, y sólo hace que te inventes excusas. Yo difiero. El momento perfecto para acercarse sí existe. Entiende, la decisión de acercarte ya está hecha desde que te levantas y te preparas para tus clases, lo único que hay que esperar es el momento adecuado. Para ilustrar este punto, te contaré cómo yo me acercaba a las chicas en mi universidad con un alto rango de éxito. Te explicaré por qué me iba tan bien y, además, puedo decirte que mis historias más deliciosas empezaron con este método de abordaje. Comencemos: En mi universidad había un gimnasio en el área deportiva. Estaba del lado opuesto a los edificios donde se tomaba clase. Era un lugar muy concurrido a todas horas prácticamente. Y como podrás imaginarte, había bastante flujo de culos, tanto afuera como adentro. Todos los días me la pasaba un aproximado de tres horas ahí. No todo el tiempo estaba entrenando. Era mi territorio y lo conocía muy bien. Me sentía seguro, conocía muchos amigos que me informaban quiénes estaban lindas, dónde andaban y a veces su itinerario. Algunas personas se referían a mí como el mamado del gimnasio ──esto lo decían no como un halago. No importaba si yo veía a una linda chica o alguien me informaba de ella. Lo único que decidía mi mente era, "¡Le voy a hablar!" Empero, no lo hacía inmediatamente. Tenía que observar su situación. Primero tenía que ver si venía con alguien. Si me acercaba a ella enseguida, corría el riesgo de que llegara su novio unos segundos después y quedara yo como un imbécil. Y créeme, pudo haberme pasado un chingo de veces. Gracias a la prudencia, siempre evité la pena. Primero hay que observar con quién viene o si anda sola. La mayoría de las veces iban con una amiga, y a veces con un amigo que pretendía ser su instructor porque, y cito a casi todas: les daba pena ir solas. En este caso no es tan compleja la situación. Es normal que vayan con sus amigas. Hay que acostumbrarse a ello. Y si te acercas con la actitud indicada, las amigas pueden animarte. Incluso así, no me acercaba inmediatamente: ellas sólo iban al gimnasio y no a ligar. Si me acercaba enseguida, independientemente si hubiera química o no, la presión iba a ser notoria. Lo que yo quería es que estuvieran

tranquilas, ignorando que yo las estaba cazando. Si ellas iban solas, era todavía más fácil. De todas formas, no me acercaba inmediatamente. Insisto: es clave dejar que ellas se sientan cómodas en su entorno. De cualquier forma, si notaba que iban con una amiga o iban solas ──descartando a las que tenían novio, por obvias razones──, era necesario dejarlas que hicieran su rutina en paz. Lo único a lo que me dedicaba era a observarlas procurando no establecer demasiado contacto visual. No quería que lo anticiparan. También hacía mi rutina, pero al mismo tiempo procuraba no ejercitarme cerca de ellas, no quería ser encimoso. Si bien no me acercaba, trataba de situarme en un lugar adecuado para observar todos sus movimientos o, en su defecto, que mis amigos me informaran si salía. Puede convertirse en un craso error acercarse antes de tiempo. Como dije antes, pueden estar esperando a su novio, lo que te puede dejar en una mala posición más tarde. Por lo regular, las mujeres no saben utilizar los aparatos o qué ejercicios hacer. Como resultado, hacían mal los ejercicios. Si eran feas, nadie se acercaba. Si eran atractivas, no tardaba en llegar el estúpido queriendo ser instructor para enseñarles otra forma incorrecta de realizar los ejercicios. No se llevaban más que su nombre y un "¡Gracias!" Yo prefería no caer en ese vicio a menos que me preguntaran, pero para eso estaban los instructores ──ellos también eran mis informantes. Necesitas comprender esto: déjalas en paz. De hecho, si traen puestos sus audífonos es un claro mensaje de que quieren su espacio. Ponte en su lugar, es bastante molesto quitarte los audífonos para oír cosas sin importancia o saber cómo hacer un maldito ejercicio sin que tú lo hayas preguntado, y más si escuchas tu música favorita, lo que es obvio. Obviamente tú estarías dispuesto a quitarte tus audífonos sesenta y cuatro veces si una mujer hermosa se te acerca, pero ella no, porque tiene atrás un chingo de cabrones queriendo meterle la verga. Otro motivo por el cual no me acercaba a ellas durante su rutina, era simplemente por discreción. No quería que nadie me viera acercarme. Que me vieran hablando con una chica distinta era suficiente para crearme una mala reputación. Peor es cuando ven cómo te acercas y qué es lo que dices para salir con ellas. Ya sabía su situación, con quién venía, cuál era su actitud, si volteaba a verme, si algún papanatas se había acercado, y finalmente llegaba el momento en el que

ella terminaba su rutina. Evidentemente ya estaba más relajada que cuando entró. Sabía que había llegado el momento perfecto. Me apresuraba cerca de la entrada y aguardaba hasta que tomara sus cosas de los casilleros que estaban afuera y caminara unos pasos para que no me vieran por las ventanas del gimnasio. Luego me acercaba sigilosamente por atrás y le tocaba muy suavemente el brazo para que se volteara. Tantas veces me pasó que me acercaba por atrás, les tocaba el brazo y me acercaba demasiado. Ellas se sobresaltaban y me miraban aterrorizadas. Quiero creer que no era porque yo estuviera horrendo. Perfeccioné mi acercamiento haciendo lo mismo, pero agregando un movimiento: cuando les tocaba el brazo retrocedía y me hacía a un lado ──del lado donde les tocaba el brazo, por supuesto──, para que pudieran notarme. Con esto eliminé los sobresaltos. Luego me acercaba lentamente. Ella me miraba y observaba rápidamente a su alrededor. Notaba que no había nadie e inmediatamente se relajaba. Palabras más, palabras menos, la charla seguía siempre el siguiente formato: ── Hola, ¿cómo te llamas? ── Gisela ── Te vi hace rato en el gimnasio y me pareciste muy guapa. ── ¡Ay, gracias! ── No te he visto muy seguido ¿tienes mucha carga de tareas? ── Sí, a veces, pero lo que pasa es que casi no vengo porque los lunes y los miércoles salgo tarde del laboratorio. ── ¡Uy, que pesado! ── ¡Sí! ── ¿Y qué estudias? ── ¡Biología experimental! ¿Y tú qué estudias? ── Ah, disculpa mi mala educación. Soy Adrian y estudio Lingüística. ── ¡Mucho gusto! ── Pareces apresurada, si quieres caminamos para que no se te haga tarde. ── ¡Ah, sí, claro! ── Pues no sé qué tan ocupada estés, pero me gustaría salir contigo. Quizá nos estemos viendo por acá o por los salones. Espero me saludes. ── ¡Sí! ── Bueno, pues te dejo, y espero verte pronto. ── ¡Sí, hasta luego!

En el diálogo hay elementos de suma importancia que quizá no hayas notado. Sin embargo, es necesario que los identifiques. Siempre es bueno tener una excusa para acercarte. Tienes que evitar a toda costa que se pregunten: ¿por qué se me acercó este tipo? La mayoría de las veces mi excusa era su físico, me acercaba porque me gustaban. Si hay un motivo, exprésalo. Sé lo más claro que puedas sobre tus intenciones. Exprésale también lo poco que la has visto, o que nunca la habías visto. Eso te dará información sobre su itinerario y qué tan factible es volver a verla. Pregúntale sobre su carrera y toda información que te permita saber si te conviene darle seguimiento o es difícil salir con ella. En ocasiones ellas no te preguntarán tu nombre o cosas personales. Para esto, debes cambiar el enfoque de su falta de interés o su nerviosismo. Sí, ellas también se ponen nerviosas. ¿Cómo cambiar el enfoque? Fácil, simplemente di que eres un maleducado por no haberte presentado o compartido información. Haz que sepan detalles de ti a toda costa, pregunten o no. El límite de tiempo es crucial. Jamás permitas que terminen ellas la conversación debido a su límite de tiempo. De hecho, por ningún motivo dejes que se sientan apresuradas. Toma el control de las circunstancias. Si notas que están inquietas, ves que su cuerpo apunta hacia otro lado o voltean insistentemente hacia un lugar lejos de ti, ofrécete a acompañarlas. Eso las relajará completamente. También te dará suficiente tiempo para demostrar valor. Un, "Te ves un poco apresurada, si quieres te acompaño unos momentos para terminar de decirte que...", demostrará cualidades atractivas y podrán aceptar relajadas. Una vez que están relajadas. Déjales claro que quieres salir con ellas. Propón un día y la hora o pregunta sobre su disponibilidad. Investiga dónde puedes encontrarlas y en qué horario. Es mejor buscar mujeres sin compromisos y con disponibilidad de tiempo. Algunas tendrán una agenda muy apretada, pero puedes insistir o hallar la forma de salir con ellas. Al final de la interacción, tienes dos opciones. Pedirles o no el teléfono. Eso depende de cada persona. Si decides pedirle el teléfono o su contacto, te recomiendo que sea únicamente para acordar una cita ──o como quieras llamarle. No intentes seducirla a través de mensajes de texto. Eso no sirve. ¿Por qué? Porque no estás conviviendo cara a cara con ella. Mejor acuerda una cita con ella por teléfono y lo que tengas que hacer, lo harás en persona con ella.

Lo que yo decidía hacer era no pedirles su contacto por una sencilla razón: quería ver qué tan seguido podía verlas. No me convenía verme apresurado, ya que muchas veces no las veía muy seguido, por lo que la magia del inicio se desvanecía y prácticamente era volver a abordarlas de nuevo. La segunda vez no salía nada bien. No me preguntes por qué. Sé que parece ilógico, pero déjaselo al destino. Diles que esperas verlas pronto y un vago, "Cuando tengas tiempo salimos a comer/beber/bailar/platicar." Hazme caso. No te conviene perseguirlas o tener sexo con ellas cuanto antes. Llévatela tranquilo. Alocarte demasiado es una de las maneras más rápidas de estrellarte contra la pared en poco tiempo. Sé que te encanta el sexo, y lo tendrás, solamente mantén la calma. Haz lo que tengas que hacer, pero llévatela tranquilo, nadie te va correteando. Finalmente, mi recomendación es que abordes a las mujeres estando solo, que no vayan acompañadas y que no sea frente a tanta gente. Te va a convenir ser discreto y pasar por desapercibido. Con el tiempo formarás una reputación y fama, créeme. Nada más no la apresures. Por otro lado, habrá momentos en que tendrás que ser audaz y abordarlas como sea y cuando sea. Es posible que el momento perfecto no llegue o te canses de esperarlo. En esas circunstancias, el momento en el que decidas acercarte será el perfecto, incluso cuando todas las apuestas están en tu contra.

Prendiendo Velitas Hablarle a una colegiala es lo más fácil de todo esto. Si todavía tienes dificultades para acercarte y atraer a una mujer, lamento decirte que no has pasado por lo peor. Estoy completamente seguro de que no planeas acostarte sólo con una, sino con varias. Investigar la logística y acercarte a las muchachas es una deliciosa adicción. Sin embargo, lo bueno todavía no comienza. El juego consiste en hablarles a todas las mujeres que te gustan y solidificar una relación sin que se enojen… pero… si no te diste cuenta de lo casi imposible que eso se escucha, has vivido en una vil fantasía. La mayoría de las mujeres no tolerará que les hables igual de bonito a otras. Mucho menos los hombres. La solución es ser tan discreto como sea posible, aunque parezca más tardado. Lo divertido es poder cortejar discretamente a otras mujeres mientras culminas tu objetivo. Si quieres algo serio, ya estarás casi del otro lado, no necesitas hablarles a otras si no quieres, pero si sabes que te enamoras cada cinco minutos y te gustan las emociones fuertes, también debes ir por la estrategia de cortejar por debajo de la mesa. El juego puede llegar a ser frustrante. En un par de semanas puedes tener cuatro mujeres con las que te hablas bonito, te andas besuqueando y quizá con una ya te hayas acostado. Todo parece un sueño. Cuando de pronto, por un error, un chisme de un bato o una chica celosa, tu círculo de amor se vuelve una triste realidad y las pierdes a todas. Quizá te llegue a pasar muy seguido que te acercas a una chica y ella te coquetea encantada, y días después se vuelve fría y te deja de hablar, así, sin previo aviso y sin pista alguna de lo que pudo haber sucedido. Tristemente, decir la verdad será contraproducente, por lo tanto, no es una opción. Independientemente de tus valores. Aunque una mujer sepa que andas de mujeriego, nunca le digas que no es la única, ni que sales con otras. Hablarles claro es lo correcto, ¿verdad? Por supuesto, pero no llegarás muy lejos. Sólo una mujer con baja autoestima y que no se respeta aceptaría tal cosa, a menos que ella esté jugando a lo mismo, pero todavía no llegamos a tener la mente tan abierta como para ver eso como algo normal y correcto. Así es, tendrás que mentir, tendrás que romperles el corazón a veces, pero eso es algo que todos nos arriesgamos a sufrir. Lo creas o no, ellas también mienten y rompen el corazón sin tentarse el corazón. No es un desquite, es algo inherente al juego.

Por supuesto puedes elegir decir la verdad, y quizá te vaya bien. No obstante, ninguna mujer dirá, "Ese hombre es fantástico, me dijo que solamente quería tener sexo conmigo y como yo quería algo más, decidió no herirme. Ahora lo admiro por su sinceridad", o bien, "Él me dijo que estaba saliendo con otras mientras salía conmigo, y por ser honesto ahora lo veo más atractivo." Ellas dirán algo más parecido a "Qué hueva de wey, nada más anda pensando en sexo. ¿Así o más patán?", o bien, "¡Qué estúpido! ¿O sea que todavía debo estar a su disposición para salir? Por mí que se vaya a la mierda." Para mí, ocultar la verdad o decir mentiras es lo mismo. Pero mentir despiadadamente es aberrante, y eso deberías evitar. No abuses de la mentira. No mientas cuando esté en juego la integridad de una mujer. Mentir desconsideradamente puede dañar a las personas. Esas mentiras cargadas de resentimiento y misoginia son actos viles y aquellos que pretendan hacerlo no deberían participar en los juegos del amor. Las mentiras a las que me refiero deberían ser: ¡No, hermosa, no te ves gorda en ese vestido! ¡Eres la mujer más hermosa que he visto! ¡La chica de ayer es sólo una amiga! ¡Salimos un tiempo, pero no funcionó! ¡Claro que me gustaría algo serio contigo! ¡Sí, podemos salir en plan de amigos! ¡No, ya no siento nada por ella! ¡Entre ella y yo no hay nada! ¡Yo te marco! ¡Vamos a mi casa, nos tomamos una cerveza y luego paso a dejarte a tu casa! ¡No te preocupes, no haremos nada que tú no quieras! ¡Claro que no te veo como una más! ¡Eres la única! Como puedes darte cuenta, son mentiras crueles. Pueden causar daño a diferentes grados. Eso no desmerita que sean mentiras necesarias. Ya dependerá de ti si las utilizas o prefieres ser completamente honesto. En este juego casi todo se vale, sólo procura no abusar de ello. Miente sólo cuando sea necesario, por el bien de una pasión desenfrenada y no para causar daño por el daño mismo.

En fin, por ahora sólo debes preocuparte por prender tantas velitas como puedas. Más tarde nos ocuparemos de los demás inconvenientes. Para romper el hielo, sigue la misma base. Algunas veces ellas te abordarán, otras tantas te las presentarán. No importa cómo haya sido la primera interacción, mientras hayas generado una buena impresión. No dejes que ellas se den cuenta cómo abordas a otras ni lo que sientas por las demás. A cada mujer hazla sentirse especial y la única, incluso cuando sea difícil ocultar que andas con otras. Recuerda abordar lo más posible estando solo. Procura que estén lo menos acompañadas posible y rodeadas de poca gente. Empieza a hablarles poco a poco tratando de que no sea siempre en el mismo lugar. Evita que la gente logre ver tus patrones. Mientras más tiempo puedas pasar desapercibido, mejor. Algún día te será imposible pasar desapercibido, así que aprovecha mientras puedas. En todos lados debes estar hablando con personas para hacer crecer tu círculo social. También es necesario que evites abordar a la gente como si fueras un vendedor callejero. Entre más casual y circunstancial puedas hacer que parezca el encuentro, mejor. Si la gente nota que estás abordando chicas a diestra y siniestra, crearás una reputación negativa. Después de saber todo esto, tu tarea es abordar a las chicas de forma natural y amigable. Que todo parezca circunstancial, sin tenerlo planeado. No te fuerces a abordar una y otra vez. Aprende a esperar las oportunidades y aprovéchalas cuando lleguen. Eres universitario y se supone que primero está el estudio y luego el desmadre.

Primer Inconveniente: ellas se conocen entre sí Uno de los primeros inconvenientes será que le hables a la amiga de la chica que ya habías abordado. Esa situación te hará querer mandar a todos a la chingada. Va más allá de lo frustrante. Cuando eso te pase, guarda la compostura. Enfócate mejor cuál de las siguientes tres circunstancias toma lugar: 1) Le hablaste a la amiga de la chica con la que te acostaste y jamás volviste a buscar. 2) Le hablaste a la amiga de la chica que te rechazó o simplemente no se pudo dar nada. 3) Le hablaste a la amiga de la chica que andas pretendiendo. La mayoría de las veces no hay forma de saberlo. Tú ves a la chica con sus amigas habituales o quizá siempre la hayas visto sola y pensaste que ya lo tenías todo bajo control, pero el destino es tan jodidamente cruel, que te llamó la atención justamente la amiga que ella frecuenta pocas veces. Y por si no fuera suficiente, después de enterarse de que andas atrás de las dos, de forma miserablemente mágica, fortaleció su amistad y ahora son más unidas que nunca. No me preguntes por qué, no sé la respuesta, pero así sucede. Sientes que todo el mundo se ríe de tu maldita suerte. Puedes llorar por tu desgracia, pero también debes buscar una solución. Justamente para eso existen las mentiras y así poder hacerte el desentendido. Depende mucho también de cómo ellas reaccionen. Si te evitan, son groseras y dejan de hablarte, ya ni caso tiene insistir, al menos por ahora. Si, por el contrario, te siguen hablando, aférrate a esa oportunidad. Sólo quiero que seas precavido, tú no sabes lo que ellas pudieron haber acordado secretamente en su plática de mujeres. No te confíes y juega tomando en cuenta lo que ha sucedido. Si ellas no aluden al tema, tú tampoco digas nada. Sigue actuando normal. Decide por qué amiga vas a ir y haz tu jugada. Lo mejor sería ir por las dos, pero si no sabes jugar con fuego, ni lo intentes porque te vas a quemar, lo que se traduce como: sin ninguna de ellas y más problemas de los que tenías. La otra posibilidad sería que te dijeran que la amiga habló mal de ti diciendo que





eres un patán. No importa mucho si fue una salida, un beso o sexo de una noche. Hacerte la víctima es una estrategia delicada, pero si haces bien tu jugada lograrás reivindicarte. A mí esto me pasaba muy seguido: a) lo primero que hacía era admitirlo: "¡Sí, una vez salí con ella!"; b) después me justificaba: "¡Pero no pudo funcionar!"; c) finalmente me hacía la víctima: "¡Después de lo que pasó volví a buscarla, pero me ignoraba y nunca respondía mis mensajes!"; y d) para rematar: "¡Por eso me resigné a no seguir buscándola!" Otra de las posibilidades es que sus amigos digan que tú eres un mujeriego, que sales con una y con otra. Para esto también lanzaba otra mentira, pero esta vez ofreciendo un punto de vista distinto y más elaborado que cualquier chisme mediocre: "Bueno, desde afuera, se ve de esa manera, pero la verdad es que resultamos tener gustos muy diferentes. Prefiero cortar las cosas que empezar una relación disfuncional. Me gusta conocer personas y tener relaciones estables, pero muchas veces sólo es una mera atracción física y nada más." Quizá parezca contraproducente, pues te estás orillando a ser un simple pretendiente desilusionado, pero sirve demasiado, porque no hay forma de que puedan debatirlo. Más tarde lo van a olvidar. Todo esto parece ser la justificación de un hombre débil que necesita buscar aprobación. Este no es el caso. Simplemente estoy implantando ideas de lo que quiero que ellas crean. Además, sirve para que más tarde ellas se justifiquen a sí mismas con sus amigos en caso de que decidan acostarse conmigo. Sus amigos ejercerán presión sobre ella, "¡Ese tipo no te conviene, sólo quiere jugar contigo!", pero ellas pueden justificarse. Es como quitarles un peso de encima. Claro que puedes elegir decir la verdad y tu conciencia estará tranquila. Toma su mano, mírala a los ojos y dile, "¡Sí, me cogí a todas ellas y les dejé de hablar porque ya había obtenido lo que quería desde un principio!", y tener integridad siendo honesto. Ellas te apreciarán por ello y quizá acepten ser una más... obviamente estoy jugando, no hay que ser ridículos engañándonos a nosotros mismos pintándonos una fantasía. Al mundo le da igual si el cuento lo quieres pintar de rosa. Aunque elijas palabras dulces, ese es el mensaje que al final vas a transmitir. Los seres humanos nos mentimos todo el tiempo creyendo cuentos mágicos para estar tranquilos y justificar nuestras decisiones, aunque en el fondo sabemos la verdad. Será obvio que eres un mujeriego, eso es muy difícil de ocultar. Se ve, se huele. La clave es cómo te presentas y cómo lo sobrellevas.

Ellas quieren ser especiales de entre todas tus conquistas, no seas tonto, hazlas sentirse especiales. En última instancia, cuando le hables a la amiga de la chica que andas pretendiendo, estarás en graves aprietos. Esta situación depende infinitamente del contexto. Cualquier bastardo que no sepa nada acerca de las mujeres, te dirá que vayas por las dos. Tristemente es muy difícil que puedas lograrlo. No obstante, eso es precisamente lo que tienes que intentar. No porque así puedas conseguir meter a las dos a tu cama al mismo tiempo, sino porque así te darás cuenta a cuál de las dos le interesas más. Irónicamente esa circunstancia provocará que ellas dos se unan más. Por lo tanto, no les mandes mensajes ni les hagas llamadas, porque ellas se pasarán el dato. Tus mensajes o tu número de celular quedarán registrados. Trata de no dejar evidencia. Lo mejor será hablarles en la escuela, ya que de este modo no tendrán nada comprobable, a menos que te tomen foto, pero es más difícil. No tendrán registros de llamadas ni mensajes tangibles que te incriminen. Se pueden contar que fuiste a buscarlas, pero no son pruebas fehacientes. Al mismo tiempo debes dejar que las cosas se enfríen un poco. Por el momento no insistas demasiado ni apresures las cosas. No las busques por voluntad propia, deja que la situación tome su curso natural. Si todavía puedes echarte para atrás, hazlo. Digamos que conociste a Susana, saliste con ella y ya la besaste. Ella muestra signos de que quiere estar contigo y a ti también te agrada, pero eso no es suficiente para que quieras dejar de conocer chicas. Un día descubriste a una linda mujer y fuiste a hablarle. Ella se llama Itzel y también te demostró que le gustas. Desde entonces andas saliendo con las dos. Un miserable día te das cuenta, no importa cómo, de que son amigas. Quizá ya se contaron acerca de ti o quizá lo hagan pronto. ¿Qué más da? Tu teatrito se puede caer en cualquier momento. Para esas situaciones que son más probables de lo que te imaginas, debes estar dos pasos adelante. Si ya sabes que andas saliendo con una, tus demás acercamientos deben ser todavía más casuales y sin insinuar con palabras textuales absolutamente nada. Por ejemplo, si no andas con nadie, puedes ser directo e incluso decirle que es la mujer más hermosa del planeta, pero cuando ya andas saliendo con alguien, aunque no sea nada serio, debes ser más cuidadoso y no ser tan directo y aventado. No quieras comerte todas las panochas de una sola lamida. De esta forma siempre puedes decir que nunca pretendiste a nadie, que sólo le hablaste por amabilidad. Quizá no te crean del todo, pero si no tienen pruebas en tu contra, no pueden culparte. Puedes tener

más relaciones sexuales si vas de una en una que si quieres tener sexo con varias al mismo tiempo, puesto que lo segundo es una de las maneras más rápidas de empeorar tu reputación.

2do Inconveniente: Hombres envidiosos Es increíblemente triste y ridículo que los hombres tengan que recurrir a los chismes para querer quitarte de la jugada y así poder conseguir a la chica que te interesa. ¿Qué clase de hombre tiene que recurrir a esta estrategia tan pobre? ¿Qué clase de mujer puede sentirse atraída hacia un hombre cuyo recurso es hacer quedar mal a otros hombres? Estos pobres diablos en verdad se toman en serio el viejo adagio, “En la guerra y en el amor todo se vale.” Sea cual sea el caso, estos adefesios de la naturaleza te van a causar un montón de dolores de cabeza. A veces actúan solos y a veces en grupitos de otros papanatas igual de incompetentes. Cuando una mujer te diga que le ha llegado un chisme malo de ti, lo primero que tienes que preguntar es “¿Quién fue?” Muchas de ellas no te van a revelar sus fuentes. Entonces lo siguiente que tienes que preguntar es “¿Fue hombre o mujer?” Si fue una mujer, puedes pasar al capítulo anterior. Si fue un hombre, sigue leyendo. Cuando es un amigo muy cercano a ellas, estarás en graves problemas al igual que si hubiera sido una amiga. Un amigo cualquiera te pondrá en uno que otro aprieto, aunque de menor riesgo si este amigo ya la ha pretendido anteriormente. Si es alguien que la anda pretendiendo no tendrá tanto impacto. En sí, importa poco quién sea este mentecato, el chiste es que plantará dudas en la cabeza de la chica que pretendes. Quieras que no, muchas mujeres tienen la mente tan débil y carecen de criterio propio para forjar sus propias conclusiones sobre ti. Me queda claro que tú eres un hombre de alto valor, por lo que buscarás mujeres que sean lo suficientemente maduras para darles la vuelta a los chismes y mejor reflexionar las cosas por sí mismas. Obviamente eso no se juzga a primera vista. Tú ves a una mujer atractiva y no sabes si es segura de sí misma o es de mente pobre. Naturalmente no tendrás problemas con las mujeres de alto valor. Ellas no se dejarán influenciar tan fácilmente. Los inconvenientes los tendrás con aquellas mujeres de carácter débil, que muchas veces no tendrán la decencia de decirte las cosas y te dejarán de hablar de un día para otro. Lo peor es que tú te haces mil cuentos en tu cabeza preguntándote por qué te dejaron de hablar si todo iba tan bien. En el momento en el que te suceda algo así, una de las posibilidades es que le llegó un chisme tuyo. Qué lástima que esa niña tan hermosa sea tan pendeja y manipulable. Digo que es una lástima, porque también sé que eso no te va a interesar y menos si sólo quieres tener sexo con ella. Sinceramente no te culpo ni te juzgo, lo pendejas no les quita ese culazo que se cargan.

Ya sabes, no te alteres y piensa en una solución. Primero asegúrate de que la chica te vuelva a hablar, porque si no, el idiota aquél se habrá salido con la suya. No es mala idea buscarla y preguntarle qué pasó, por qué te dejó de hablar. Solamente asegúrate de que no sea uno de sus mejores amigos, porque si lo es, debes adoptar las estrategias del capítulo anterior. Una vez que sepas que es un hombre ──que no es su mejor amigo──, el cual es origen del chisme, lo siguiente es hacerlo pedazos, aunque no sepas quién es. Simplemente pregúntale a la chica “¿No te parece raro que ese tipo te ande pretendiendo y luego diga chismes sobre mí?” En caso de que esa pregunta no tenga el impacto debido, insiste con “Me voy a sentir muy triste si le crees a él, pero sólo toma en cuenta que tuvo que recurrir a los chismes para sacarme de la jugada. Eso no hace un verdadero hombre.” Además, es verdad, eso no lo hace un verdadero hombre. Rara vez es entendible en el caso de que sea su amigo y tú seas descaradamente mujeriego. Luego de escuchar tus argumentos, ella te dará la razón. Es más, no te dará la razón por tus argumentos, te darás cuenta de que ella se pondrá de tu lado desde el momento en el que te informe de los chismes sobre ti y esté escuchándote lo que tienes que decir. El verdadero objetivo de tus argumentos es aliviar esa presión y que ella tenga la excusa adecuada en caso de que se acueste contigo. Estás dando la cara, eso es lo que hace un hombre chingón. Recuerda que, aunque sospechen que eres un mujeriego, ellas quieren mentirse a sí mismas para justificar que están atraídas hacia ti y pasar por alto tus defectos. Por si fuera poco, les estás devolviendo el favor a aquellos que tuvieron la molestia de hablar mal de ti. No dejes que se salgan con la suya. El sabor será más dulce cuando la tengas empinada y ellos sepan que tú verga está llena de sus fluidos orgásmicos. Ahora debes estar consciente de que la gente ya te empieza a ubicar y por lo tanto tu reputación es cada vez más reconocida y delicada. Cuando comiences a tener inconvenientes que involucren chismes, será el momento adecuado de ser más precavido. Aunque por ahora todavía no es necesario adoptar otras estrategias. Aprovecha ahorita que todavía te conocen pocos. Más adelante voy a ilustrarte otras estrategias más descaradas y divertidas, pero todavía insisto en que disfrutes cada una de las fases que va a sufrir tu reputación. No hay necesidad de darte a conocer tan rápido.

Ligarte a las Bellezas más populares Uno de los objetivos que deberías proponerte es ligarte a la chica más popular de la escuela, aquella por la que todos mueren. Esa mujer que otras mujeres envidian. La buena noticia es que no sólo hay una. Todo depende de cuántos alumnos haya en tu escuela o cuántas carreras. De cada área habrá al menos una chica popular. La mala noticia es que hay muchas malas noticias. La primera es que muchas de ellas tienen novio. La segunda es que están rodeadas de pretendientes. La tercera es que están rodeadas de amigas y amigos ──algunos homosexuales──, que actuarán como sus guardaespaldas. La cuarta es que son altamente visibles y pretenderlas te hará visible y todavía más susceptible a los chismes. En fin, para qué continuar. La otra buena noticia es que se pueden vencer todos esos inconvenientes. No es necesario ser el más popular, ser rico o ser guapo y atlético. Lo que sí es infaltable es que debes destacar con buenas cualidades sobre los demás. Si no has tenido buena suerte con las mujeres, sería estúpido decirte que debes seguir haciendo lo que estás haciendo y comportarte como lo has hecho toda tu vida. Si te digo que no es necesario ser popular no quiere decir exactamente que tengas alguna oportunidad con la chica más popular. La triste realidad es que nunca te haga caso porque eres un Donnadie. No es importante ser rico, pero al menos debes ser capaz de invitarla a salir y pagar el hotel. Si no tienes habilidades, ni pienses que ella te va a pagar la peda y el hotel. Tener una desventaja física, v.g., ser feo y estar escuálido, no debe impedirte mejorar tu físico con dieta y ejercicio. De cualquier manera, existen numerosas formas de sobresalir: 1) Tener muchos amigos 2) Saber ser agradable 3) Ser un hombre inteligente y disciplinado 4) Ser bueno en un deporte 5) Involucrarte en actividades dentro de tu universidad 6) Haber conquistado a algunas mujeres bellas de la universidad 7) Tener mucho dinero 8) Ser guapo o musculoso 9) Tener una buena verga o presumir de ser bueno en la cama











Dejar de pasar por desapercibido está en tu control. Deja atrás la mediocridad. Si vas a hacer algo, hazlo bien, porque hasta tener la mala fama de mujeriego puede servirte para conquistar a la chica más popular. Sobresalir de la multitud provocará que las chicas populares te vean como un igual y no como un pretendiente más. Luego de que estés practicando actividades para mejorar como persona y elevar tu confianza y autoestima, debes saber que las mujeres populares, aunque visibles, son de difícil acceso. La mayoría del tiempo van a estar acompañadas y los hombres nunca las dejarán en paz. Ni siquiera cuando vayan al baño a cagar. Pedirles su teléfono y mandarles mensajitos simplemente no va a servir. A ella le llueven tantos mensajes que estarás compitiendo con cientos de otros chats. Por esa misma razón, en lo personal, este tipo de mujeres no son mi tipo, pero te mentiría si no es satisfactorio conquistarlas, porque es una prueba incuestionable de que eres un hombre superior. Yo sé que es pura vanidad querer tener a este tipo de mujeres, sobre todo porque hay mujeres más bellas que permanecen ocultas ante los ojos poco observadores y los amantes de gustos mundanos. En fin, no te quiero quitar la emoción. En teoría, las chicas populares son como cualquier otra mujer. Lo único que varía es el contexto. Generalmente, la dificultad reside en que son hermosas y nunca están solas. La belleza les proporciona el lujo de decidir de entre muchos hombres y es por eso por lo que nunca están solas, muchos hombres están buscando la oportunidad de salir con ellas, las mujeres quieren ser como ellas, por lo que estarán apegadas a ellas tratando de imitarlas o aprovecharse de su estatus. Eso también puede ser causa de su miseria. Es mucha presión tener que ser bella y popular, y no poder expresarse fuera de lo que se espera de ellas. También atraen hombres de todo tipo, desde los más inútiles hasta lo que son un buen partido. De cualquier manera, e incuestionablemente les gusta la verga, incluso si son lesbianas. ¿Qué? ¿Crees que se meten nomás los dedos? Lo que debes hacer es acercarte cuando ella esté lo menos rodeada posible de personas. Ya sé que es una tarea imposible. Sé directo e invítala a salir. Que su número telefónico no sea tu objetivo, mucho menos sus redes sociales. Lo que necesitas es ganar tiempo para poder conocerla y que te conozca. La diferencia es que tú no las invitarás a salir el fin de semana, ni al cine o a cenas costosas, porque todo el mundo lo está haciendo. Incluso sus amigas batalla para salir con ellas. En vez de eso intenta que sea algo casual y espontáneo. Aunque sus

agendas sean igual que cualquier estudiante, ella estará ocupada o aparentará serlo, por lo cual no debe tomarte más de una hora para invitarle un helado o algo de algún lugar cerca de la escuela. Mientras menos tiempo le tome a ella pensarlo o de arreglarse para la ocasión, mejor. Así evitarás que te deje plantado, que cambie tus planes por los de otro pretendiente o que te dé largas. Reconoce su situación social y estarás muy por encima de otros hombres. Cuando logres ganar tiempo, el proceso de conocerla no será diferente al de las demás mujeres. Tomando en cuenta esto, entenderás que no es más difícil que conocer otras mujeres, sino que es diferente su situación social. Conquistar mujeres populares hubiera sido mi único pasatiempo en la universidad de no ser por el hecho de que salir con ellas, o incluso el intentarlo hará que mucha, mucha gente te conozca y comience a identificarte. Ese es el precio que lastimosamente hay que pagar. Dichosos no son aquellos que pudieron acostarse con una chica popular ──yo no me siento dichoso──, dichosos aquellos que encontraron al amor de su vida en ellas y decidieron quedarse ahí. No lo digo porque esté celebrando al amor, lo digo porque si hay otras mujeres que tengas en la mira, inevitablemente van a saber de entrada quién eres tú. Quizá nunca te hayan visto, pero alguien se va a encargar de informarles todo acerca de tu pasado. Sé que debo dejar de ser tan dramático con esto de la reputación. Siento que estoy arruinando algo tan hermoso como tener bajo tus sábanas a la chica más popular de la escuela. Pero también sé que no estoy exagerando cuando te digo que tener mala fama de mujeriego es un gran dolor de cabeza.

Las Bellezas ocultas Pobres tontos son aquellos que no me creyeron que hay mujeres tan hermosas que sorprendentemente pasan desapercibidas y que pueden opacar la belleza de aquellas mujeres populares. Es verdad porque muchas chicas populares están sobrevaloradas. Hay mujeres que provocan una poderosa atracción sexual incluso cuando no son las más guapas. Así como también hay mujeres de belleza inigualable que no generan tanta popularidad. Nada tiene que ver con que los hombres tengan miedo de acercárseles. De hecho, la mayoría de las veces no dejan una buena impresión. A veces son desaliñadas, no usan ropa que les favorezca, no se maquillan, su actitud no es llamativa y a veces no salen a socializar. Como lo dije antes, sólo un buen observador y un amante con gustos exquisitos las va a notar. A menudo no son tan populares porque no salen a fiestas y no conviven tanto en la universidad. Por ello, siempre hay que estar bien atentos y jugar un juego al que le llamo “¿Cómo se vería desnuda?” Puede parecer un juego idiota, pero por increíble que parezca, es una excelente forma de ver a las mujeres más allá de las primeras impresiones y fachadas como lo son la ropa y el maquillaje. Sé que es meramente físico, pero al menos no alimenta la lujuria perversa. Más bien, rinde un tributo a la apreciación de la belleza de la mujer por ser como es. Natural y sin arreglos. Estas mujeres son mis favoritas. Nunca me ha gustado acercarme a las mujeres que persiguen todos los hombres. Me gusta tener mi tiempo y mi espacio. Si confías en mí, tendrás unos deleites sin límites. Lo más difícil es encontrarlas, pero siempre las hay. Buscarlas es lo más divertido. La tarea es examinar a todas las mujeres, no con un ojo crítico sino buscando qué es lo más sensual en ellas. Evita estar pensando en sexo todo el día o estar de morboso. Simplemente observa y regocíjate con la belleza de las mujeres. Si no encuentras a una mujer bella, esfuérzate por encontrar qué es lo más bonito en ellas. Sigue haciendo este ejercicio hasta que la encuentres. Esta actividad no tiene nada que ver con observar lo mejor de una mujer fea y aprender a sobrellevarlo, sino con preparar tu ojo y que esté listo para identificar a las mujeres con rasgos hermosos, pero que no llaman tanto la atención. Unos ojos profundos, una nariz peculiar y una sonrisa inolvidable. Un cuerpo bien formado con la piel suave cubierto por una ropa holgada y descuidada. Espero que no te estés imaginando a una mujer hippie. Puede ser cualquier tipo de chica. Tan pronto la identifiques, será el momento de abordar o iniciar una

labor de espionaje. Mantenla bien ubicada hasta que puedas acercarte si es que no te nace hablarle desde un principio. La forma en la que te acerques no tiene que ser distinta a la forma en que te acercas a las demás. Pregúntale qué días tiene tiempo libre e invítalas a salir. El proceso de conocerlas tampoco tiene que ser diferente. Poco a poco irás observando lo hermosa que es, y cuando llegue ese momento esperado, verás que su cuerpo es fantástico. Muchas veces me he dado cuenta de que la ropa nos proyecta un cuerpo falso. Pantalones que levantan los glúteos. Fajas que hacen que su cintura se vea estrecha. Sostenes que incrementan el tamaño de su busto. Maquillaje que oculta imperfecciones y que aviva su rostro. Todo eso es falso. Las mujeres de las que te estoy hablando usan poco o nada de eso. Y cuando la veas desnuda y pruebes las mieles de su cuerpo, será uno de los deleites más grandes que hayas tenido en tu vida. Lo mejor de todo será que no tendrán tantos amigos ni tantos pretendientes molestándote. Prácticamente ellas estarán ahí esperando a que tú las encuentres. Después de que tú salgas con ellas, otros hombres y mujeres empezarán a notarlas. Quizá empiecen a sabotearte y a hacerse amigos de ella. Sigue las estrategias que te he estado comentando y no tendrás problemas en superar las dificultades. Además, tú las descubriste cuando todos ellos estaban mirando hacia el lado equivocado. Ellas te mostrarán el mismo aprecio prefiriéndote a ti.

La Inocente Por cada mujer que para mí sea un deleite, pondré otra que no lo sea en absoluto. Aunque mi deber es hablar de ellas porque yo he poblado esas tierras, y por ningún motivo quiero que dejes de probar lo que la universidad tiene que ofrecerte. Si tienes meses o incluso un año que perder, sé bienvenido. Si tienes la paciencia y el conocimiento para enseñar, adelante. Si tienes el temperamento adecuado para superar la resistencia debido a su pudor y recato, ¿pues qué esperas? Hay algo que odio y mucho, y es perder el tiempo. Esperar meses y años por sexo se me hace un delito contra los placeres. Sin embargo, estarás probando un sabor que quizá uno o nadie ha probado. Así es, muchas de ellas son vírgenes o han tenido sólo un amante, y posiblemente muy malo. Conquistar una tierra que nadie ha conquistado es una de las más grandes victorias como conquistador. Amorosas y frías. No más. Amorosas por su candor; frías por su timidez. Amorosas por su inocencia; frías por su inexperiencia. Este tipo de mujeres son las que más tabús tienen. Religiosas o sobreprotegidas. Su cuerpo es sagrado. El sexo antes del matrimonio es un pecado. Si se meten a una alberca con hombres puede salir embarazada. El mero tacto de tus manos las hará estremecerse. En casi todas sus zonas íntimas les dará cosquillas y despertarás una resistencia difícil de superar. En verdad tienes que estar enamorado o no haber conseguido nada para esperarte meses por algo que no sabes si te va a gustar. Porque no es que logres convencerlas de tener sexo y ya ser feliz. La gran mayoría no te permitirá hacer esas cochinadas que haces normalmente con las mujeres con experiencia. Olvídate de que quieran lamerte desde los huevos hasta el culo, de meterles el dedo en cada orificio, por no mencionar el sexo anal, de posiciones, de nalguearlas, someterlas, cachetearlas, ahogarlas… Insisto, debes estar muy enamorado o no haber conseguido nada. Tampoco quiero que me malentiendas. Claro que si me preguntas si vale la pena, la respuesta será un sí absoluto. Algunas de ellas tendrán un espíritu de curiosidad latente, esperando despertar. Vence sus resistencias y lograrás que te sigan adonde quiera que vayas. Probará nuevas cosas contigo. Por ser su primer amor, sentirá una conexión más fuerte hacia ti. Todas las mujeres son preciadas, pero ellas son un tesoro muy codiciado. No sólo entregarán su inocencia, sino todo lo que las hace ser una mujer.

La manera de acercarte no debe ser diferente. La única diferencia es que todo debe ser más sutil y lento. Seducirlas exige un nivel avanzado en cuanto a la paciencia y el control de tus emociones.

Mujeres que viven solas ¿Te acuerdas de que te había contado acerca de la mejor logística de todas? Pues te presento a las mujeres que viven solas. Nada que ver con las mujeres que viven con una compañera de cuarto. Una mujer que es universitaria y que vive sola probablemente viene de otro estado, y obviamente vive cerca de la escuela. Sus papás no estarán ahí para vigilarla y no la tienen tan sobreprotegida como para conseguir que tenga una compañera de cuarto. La mayoría de las veces no carecen de dinero. Estas chicas son una bendición de la vida, porque te resuelven toda la logística. Encontrarlas es todavía más complicado, porque no se juzga a primera vista y sobre todo tienen que ser guapas. Por eso su número se reduce infinitamente. Cuando llegues a encontrarlas, no las dejes ir. Ponte a pensar un momento: una mujer que es atractiva y que vive sola. En cuestión de madurez, está muy por encima del promedio de mujeres. Es independiente y se siente tan segura de lo que quiere que es capaz de sacrificar tiempo con su familia y dedicarse a la universidad y al trabajo, en caso de que lo tenga y necesite para solventarse. No todas ellas están becadas. En caso de que no lo estén, significa que les gusta tener tiempo para sí mismas. Esto se puede deducir porque tener una beca es muy extenuante y todos sus esfuerzos están dedicados para estudiar. Para encontrarlas tendrás que hablar con muchas mujeres e investigar su logística. Te repito, una vez que las encuentres, no las dejes ir. ¿Su debilidad? Definitivamente su independencia. Eso las hace ser un poco más apegadas a los amigos. Disfrutan de la soledad, pero no quieren estar solas. Es una lucha paradójica y constante. Vuelvo a lo mismo, el proceso de conocerlas no tiene que ser diferente. Necesitas solamente no ser como el promedio. Hazles una buena chamba y ellas mismas te pedirán que pases un fin de semana en su departamento. Echa a perder las cosas con ellas y otro estará ocupando tu lugar. Acostumbrarte a la comodidad de pasar la noche con ellas puede ser peligroso, porque de un momento a otro habrá una especie de relación seria con ellas. Yo sé que es difícil dejarlas ir, y voy a contradecirme, pero si una relación seria no es lo que estás buscando, tendrás que dejarlas libres. A menos que quieras hacerla tu amiga con derecho. En ese caso será una maniobra delicada, porque si alguien más la descubre, no dudes en que estarás compartiendo las babas de su segunda almohada. Lo más sano sería buscar otras mujeres en su misma situación y si no las encuentras, pues sólo te quedará estar agradecido porque la vida te concedió

al menos una oportunidad. Imagina que estás en una fiesta o en un bar tomando con unos amigos. Conoces a una chica y te la andas besuqueando, y te quedas con ella hasta el final de la borrachera, pero por algo no puedes pasar la noche con ella y estás demasiado ebrio y excitado como para regresarte a tu casa. De repente tomas tu celular, le marcas a Jazmín y le pides que te dé asilo. Ella acepta con gusto. Tienes sexo esa misma noche y un lugar dónde dormir. ¿Qué más quieres?

Chicas que rentan con otras Compañeras No son particularmente las mujeres que vale la pena buscar en la universidad. De todas formas, hay que tomarlas en cuenta, porque puede fascinarte una chica que se encuentre en esa situación. Lo malo es que sus compañeras de cuarto van a ser como sus mamás. De hecho, a menudo los padres tienen los teléfonos de sus compañeras de cuarto. Además, no tendrás permitido pasar la noche con ellas, quizá no por decisión de ellas o sus compañeras, sino por decisión de quien les renta. Tal vez exista alguna oportunidad, pero es un poco más difícil. A lo mejor tienes la suerte de que rente con chicas de mente abierta o con algún hombre igual de alivianado y que no ande teniendo sexo con ella, por supuesto. Lo mismo que con todas, el proceso de conocerla no debe ser diferente. Su logística va a ser igual de complicada que una chica que vive con sus padres con la única diferencia de que no tiene precisamente una hora de llegada. En esta situación, tienes dos posibilidades: la primera es que logres convencerla de tener sexo en su cuarto cuando sus compañeras no estén o buscar otro lugar para poder dormir juntos. Eventualmente ella tiene que acceder a llevarte a su cuarto, pero tendrás que invertir tú primero. De otra forma va a costarte mucho dinero estar con ella. La ventaja que tiene este tipo de chicas es que podrán convivir más tiempo en la universidad. El lugar donde rentan está cerca, por lo que no tendrás tantos problemas con el horario. Si te dicen que están muy ocupadas, probablemente no quieren salir contigo. Por muy estudiosas que sean, tienen al menos tiempo de ir a comer y tener sexo. En caso de que se te complique demasiado la logística y no tengas dinero para el hotel, debes intentar tener sexo con ellas dentro de la universidad. Plantéales que la timidez tiene que quedar a un lado. Si ellas tienen tantas ganas de estar contigo, deben hacerlo en algún lado. Habla con ellas y coméntales que no vas a estar pagando hoteles a cada rato, o lo hacen en su cuarto o sólo quedan las bellas instalaciones de la universidad. Si hiciste bien tu trabajo, ellas accederán tarde o temprano. De hecho, tener sexo dentro de la universidad es una buena forma para convencerlas de que es necesario hacer el amor en su cuarto. Quizás al principio no estén tan cómodos, pero será lo más conveniente para los dos por el momento.

Chicas que viven con sus Padres Generalmente son las mujeres con más complicaciones de todas. Lamentablemente son la mayoría. Que vivan con sus padres implica que tienen una hora de llegada poco flexible y es probable que vivan muy lejos de la universidad, lo que hará más difícil que convivan en el ambiente universitario. Incluso si tienes coche, tienes que ir a dejarlas temprano. Quiero que entiendas que conocer a todas las mujeres implica un proceso más o menos similar, lo único que varía es su situación. Entender eso te ahorrará más dolores de cabeza de los que ya tienes. A este tipo de mujeres les invertía muy poco tiempo si notaba que era demasiado complicado estar con ellas. No eran lo que yo buscaba debido a mi poca paciencia. También entiendo que puede que te haya hechizado una chica en esta situación. Por eso mismo sé que nosotros debemos ser lo suficientemente capaces de conquistar a cualquier mujer sin importar su situación. Entre más situaciones difíciles tengas que enfrentarte, mejores serán tus habilidades de seducción. No hay nada que te dé tanto poder más que saber que puedes acercarte a la mujer que sea. La libertad de tener opciones no tiene comparación. Nunca más tendrás que conformarte. Asumiendo que ya sabes que el proceso de conocerlas no tiene que ser diferente, empieza a planear bien la logística ¿Dónde vive? ¿A qué hora tiene que llegar a su casa? ¿Se queda a convivir dentro de la universidad? ¿Vive lejos? ¿Es muy estudiosa? ¿Siempre hay alguien en casa de sus padres? ¿La sobreprotegen sus padres o le dan permisos flexibles? Puedes desconocer la fecha de cumpleaños de todas tus mujeres, pero lo que no puedes desconocer es su logística. Quizá me haya obsesionado demasiado con saber la logística que caí en el hábito extremista de juzgar a las mujeres sólo por su logística. Cuando no eran adecuadas para mí, simplemente dejaba de pretenderlas; cuando su logística era la adecuada, tenían prioridad inmediatamente.

Otra cosa que debes también tomar en cuenta es que generalmente son este tipo de mujeres las que tienen mucha comunicación con sus padres con respecto a su vida amorosa. Sobre todo, con sus madres. Con esto me refiero a que van a decirles a sus padres casi inmediatamente que conocieron a un chico, es decir, tú, y que les pareciste guapo, diferente o confiado. Una decepción amorosa que les provoques y terminarán brutalmente decepcionadas. Eso significa también que te verán como un prospecto formal, así que tener sexo con ellas y abandonarlas hará que quieran desquitarse de alguna forma y ello implica una mancha más hacia tu reputación.

Las demás Chicas No es tan fácil clasificar a todas las mujeres. Muchas de ellas comparten características de diferentes personalidades. Por ello, debes estar ferozmente atento para analizar su personalidad y su contexto. Ya te habrás dado cuenta de que, en muchas ocasiones reiteré que el proceso de conocer a las mujeres no tiene por qué ser diferente. Eso es absolutamente cierto. Superficialmente, la diferencia de personalidades hace que cambien algunas estrategias a la hora de acercarse, sin embargo, esencialmente comparten muchas características que son básicamente similares. La imagen que proyecta la mujer popular o la mujer inocente es una fachada que debes tomar en cuenta, pero no debe distraerte. Todas tienen defectos y virtudes, inseguridades y fortalezas, gustos y disgustos que paulatinamente tendrás que descubrir a través del proceso del cortejo. Si bien es cierto, no podrás llegar al corazón de todas las mujeres, lo cual no tiene por qué frustrarte. De hecho, eso te ahorra bastante el trabajo. Únicamente vas a dedicar tu energía y tus pensamientos a las mujeres que puedan ser tus potenciales parejas sexuales y amorosas. Ellas pueden aparecer en distintos tonos y sabores. La tarea a la que te vas a tener que someter es buscar una estrategia adecuada para maximizar tus oportunidades con ellas y no acercarte simplemente improvisando. Aunque no lo creas, improvisar gana más fuerza cuando planeas una estrategia que te dé poder sobre la situación. Quizá te encuentres con tipos de mujer que no he mencionado y diversas situaciones que pasé por alto, pero es mejor así, ya que es parte del proceso que tendrás que pasar por ti mismo. Nadie te puede dar todos los pros y contras de una situación. Únicamente se te puede proporcionar una base y un panorama general de lo que es la situación. En la práctica estarás por cuenta propia y tu juicio será el único guía que te llevará a tener éxito en las diversas situaciones. Lamentablemente no puedo hacer una descripción de todas las universidades y de cada personalidad ahí dentro, aunque no tengo que hacerlo para saber que las dinámicas sociales son casi iguales en todos lados. Ya para terminar, te recomiendo no pasar por alto las diferentes personalidades y contextos de las mujeres. A pesar de que seas un hombre que odia las convenciones sociales, no por eso vas a hablarle a tu doctor particular de la misma forma en la que le hablas a tu mejor amigo. No tienes que ser falso,

hipócrita o cambiar de personalidad para acercarte a cada chica. Eso solamente lo hace una persona idiota o un charlatán queriendo venderte una fantasía. Adecúate a las circunstancias y extenderás los límites de tus posibilidades. Para ilustrarte lo que pretendo decirte, te quiero contar la historia de Matito. Él era un chico increíblemente influenciable. Su madre siempre le decía que había que respetar a las mujeres. Matito le creyó ciegamente a su madre hasta que conoció a Raquel. ¿Quién no conocía a Raquel? Media universidad ya había disfrutado de sus nalgas y eyaculado en su bello rostro. Matito decidió ignorar todo su contexto y se propuso a conquistarla creyendo que si la respetada y trataba como a una mujer decente iba a conseguir su amor. Raquel, a quien le encantaba que le metieran el pene, decidió salir con Matito porque, así como les contó a sus amigas ──igual de golosas, por cierto──, “Nunca había tenido sexo con un hombre virgen.” Raquel se le insinuaba a Matito, pero este parecía no responder con el mismo tono. Él simplemente se limitaba a llevarle flores, dedicarle canciones y ser todo un caballero. Raquel se cansó de eso y rechazó a Matito. Lo dejó llorando y con el corazón hecho pedazos. Matito, decepcionado, juró que eso no le iba a pasar de nuevo. Se metió al gimnasio, se puso a buscar lecciones de seducción y se encontró con una serie de consejos que eran tanto pendejos como ambiguos, los cuales eran: - A las mujeres les encanta el sexo tanto o más que los hombres - Es mejor pedir disculpas que pedir permiso - Nunca te disculpes por ser quién eres - Vive bajo tus propias reglas - Los hombres son la acción y las mujeres son la reacción - Sé completamente directo y honesto Entonces, Matito se memorizó estos consejos y se puso a practicar. Un día se encontró a una hermosa chica que al parecer le proporcionaba todos los indicadores de interés, pero era muy tímida. Su nombre era Viridiana. Como Matito no tenía criterio propio y se creía todo lo que le decían, sobre todo si sonaban bien los consejos, fue directo, quiso llevar la relación bajo sus propios términos e insistió siendo honesto y directo, hasta que Viridiana, frustrada y llena de hartazgo, decidió rechazar a Matito, quien nuevamente quedó en medio de la nada llorando y con el corazón hecho pedazos.







La moraleja de la historia ──dentro de todas las demás──, es que nunca hay que olvidar la personalidad y el contexto de las mujeres. Nunca. Jamás serás tan importante para ellas como para llegar y hacer las cosas bajo tus propios términos.

La Competencia ¿Creíste que te ibas a escapar de ella? Así como hay diferentes tipos de mujeres con las que vas a encontrarte, también hay diferentes tipos de competencia con la que vas a tener que lidiar. A continuación, te mostraré los diferentes tipos con los que te vas a topar ──aunque no sean precisamente competencia sino un dolor de huevos──, y describiré la forma de patearles el trasero. 1. El Chicle. En un mundo ideal, lo mejor sería darles un zape y decirles que si regresan, meterás su cabeza en su trasero. Lamentablemente no es posible, porque de alguna manera las chicas parecen adorarlos. De modo que, tratarlos mal sería un grave error. Son intocables y no poder darles su merecido es peor que un dolor de muela. Frustrante, ¿no? ¡Sí que lo es! A veces se pueden confundir con un pretendiente que pasa mucho tiempo con ellas o un amigo que se las anda cogiendo. La diferencia fundamental es que el contacto físico no será sexual o amoroso. Ella se comportará cómoda, pero nunca coquetearán con ellos. Ella puede salir de su clase con varios amigos, tanto hombres como mujeres. Pero este maldito pedazo de mierda no se le va a despegar incluso si se despiden los demás. Va en todas sus clases, come con ella, la acompaña a todos lados, la va a dejar a su camión, y la situación no para ahí. No, señor. Si tú llegas a hablarle, él no se va a ir. Estará escuchando todo lo que dices. Puede estar a sólo unos metros, pero estará ahí expectante con el único objetivo de presionarla. Todo eso hace que sea difícil hablar con ella por más tiempo, invitarla a comer o acompañarla en ese momento. Ella va a sentir remordimiento como si este fulano fuera su novio, sólo que no lo es. Ese despreciable apego se vuelve más difícil de vencer con el paso del tiempo y empeora la situación si el infeliz es maricón. Ten especial cuidado si no le caes bien. Es

más fácil vencerlo si él quiere con ella y te desaprueba, que si es maricón y la quiere para otro tipejo o sólo para sí mismo. Para comenzar a hablarle, es peligroso si le dices que quieres hablar a solas con ella. Es muy probable que oponga resistencia si quieres apartarla de él. Recuerda que son como uña y mugre. Tristemente tendrás que aceptar que él estará viendo y escuchando todo. Pedirles el teléfono o invitarlas a salir en las primeras interacciones es un riesgo que, de acuerdo con la situación, puede o no valer la pena correr. Todo depende cuánto te guste ella y si el momento lo amerita. Si quieres ser precavido, demuéstrale tu interés romántico, pero trata de formar un hábito. Es decir, si la vez, la vas a saludar, hablarás un par de minutos y en ese tiempo la vas a cortejar y propondrás un encuentro. Si el chicle se queda ahí, reconócelo y salúdalo, pero no le hagas mucho caso. Si se queda a unos metros, puedes preguntar discretamente si es su novio o un pretendiente. Si el tipejo ese cae en la categoría de chicle, ella te dirá que sólo es un amigo. Eso lo mandará directo al carajo. “¡Espero que no se moleste si te invito a salir!”, puedes preguntar. Ella reirá, se sonrojará y te dirá, “No, para nada. ¡Sólo somos amigos!” Ya que, si él no se larga y quieres ser indirecto, pero terriblemente cruel, puedes preguntar, “¿Cómo fue que se conocieron?” Y si su respuesta es algo nada romántico, destrúyelo diciendo, “¡Ah, por un momento creí que eran novios!” La clave es no demostrar tu desprecio por él. Es una buena persona que tristemente no

tiene el coraje para demostrarle su amor. Pocas veces en verdad sólo quieren su amistad. No fuerces las cosas más allá de su curso natural. Si haces las cosas bien, su querido amigo tendrá que retirarse y ella gustosa se despedirá de él para irse contigo. 2. El Deshuevado. Personalmente, es el tipo que más desprecio y aborrezco. No es un contendiente digno, pero sí entra en la categoría de competencia, porque de cualquier manera es un hombre que tendrás que vencer. El deshuevado es un individuo frustrado que te envidiará y hará todo lo posible para arruinarte la conquista con la chica que estás pretendiendo, porque él no puede ni siquiera despertar la menor excitación en ella. Su único objetivo es lograr que no la puedas empinar y meterle la verga. Algo que ni en sus sueños podrá conseguir. La sola idea de que alguien se esté parchando a las mujeres que él desea lo atormenta y lo hace sentirse menos hombre. No se sabe cómo, pero él cree que al decirles que tú eres un patán y sólo quieres introducirte en su vagina, y de este modo arruinar tus planes amorosos, ellas lo van a ver como un héroe y automáticamente ellas van a querer acostarse con ellos, porque son su única salvación ante el machismo. Lo peor de todo es que muchas mujeres caerán en este juego, y aunque la segunda parte de su estrategia ──que ellas se acuesten con él──, no suceda, él estará satisfecho. Tienes que afrontarlo de una vez: la mayoría de las mujeres que piensas seducir, no tendrán criterio propio y les creerán. Lamentablemente la belleza no siempre va de la mano con la inteligencia. Tampoco pienses que ellos tienen grandes poderes de convencimiento, puesto que, aunado a la falta de juicio de las mujeres, los deshuevados están rodeados de otros deshuevados y gente que no tiene otro propósito mayor en su vida que hablar mal de otras personas.

Vencer a estos individuos es un camino delicado y truculento. Volverte amigo de ellos no es la solución. No querrás juntarte con la mierda y arriesgarte a que su condición sea contagiosa. Tampoco puedes decirles a las chicas, “¡Prepárate porque la gente es bien chismosa y le gusta inventar chismes de mí que no son ciertos!” Con ello solamente lograrás que sospechen más de ti. Mucho menos puedes caerle bien a todo mundo y evitar humillar a los deshuevados. El simple hecho de que te acuestes con sus “imposibles” es humillación suficiente para ellos. ¿Qué puedes hacer? Nada. No puedes controlar las opiniones ni los juicios de otras personas. Yo sé que no es suficiente con que te diga que eso te alejará de las mujeres de mente débil y te acercará a las mujeres que posean una mente brillante. Eso le viene valiendo una mierda a tus ganas de coger. Como yo sé que tu objetivo no es buscar una esposa sino experimentar colores, olores y sabores, sentirás igual de rico tener sexo con una chica de mente pobre, que con una que tiene una visión más amplia del mundo. Quizá sea injusto decir que ellas tienen una mente débil, ya que simplemente pueden estar buscando la aprobación de sus amigos y no quieren ser unas zorras frene a sus ojos. Pero hay que tener cierto criterio para diferenciar la opinión de sus amigos de la opinión de un deshuevado que no te conoce. Un individuo que habla mal a las espaldas de otra persona no es digno de confianza, y menos si ese individuo, al igual que tú, quiere acostarse con ellas. Sobre todo, si a ella no le gusta y ya ha sido previamente rechazado.

Después de acercarte a una chica, lo más probable es que ella le cuente lo que les pasó a sus amigos ──uno de ellos puede ser un deshuevado. Eso no lo puedes evitar. Ella pudo llegar a contarles a sus amigos emocionada de que tú te acercaste. Tú puedes estar satisfecho de que ella te respondió bien. Pero alguien puede bajarla de su nube y decirle que tú eres un patán. A partir de allí existen tres posibilidades: 1) ella es de mente débil y les cree; 2) a ella no le importa, pero el comentario la pone a dudar de tus intenciones dificultando tu misión; y lo más raro 3) ella tiene criterio propio y decide dejarse llevar porque le gustas. ¿No te parecería raro que las primeras veces que le hablaste, sonrió y te coqueteó, y de repente, un día como cualquier otro, es fría y trata de evitarte? Es probable que te haya visto coqueteando con otras chicas, pero también es probable que un deshuevado le haya hablado mal de ti. Si tú has sido especialmente cuidadoso, debes estar seguro de que hay alguien detrás de todo esto. Entonces, tu mejor apuesta es mejorar tus habilidades de conquista y ganarte su confianza lo más rápidamente posible. Evita ser arrogante. Sé coqueto, pero caballeroso. Si ella es tímida, no seas descarado con ella. Procura establecer contacto físico y has que hable sobre su vida. Pasar más tiempo con ella hará que confíe en ti. Si no quieres que ella crea en los deshuevados, no le des razones para que ella confirme las cosas que pueden hablar de ti. Si tú eres atento con ella y la seduces con caballerosidad, es más

probable que se ponga de tu lado. Es muy fácil ser más astuto que ellos, porque tu visión es en muchos niveles más amplia. Mejora tus habilidades de seducción y siempre estarás un paso delante de ellos. Confrontarlos puede ser una solución temporal sólo si sabes quién está hablando mal de ti, pero si no lo sabes, tu mejor estrategia es hacer que se traguen sus palabras. 3. El Pretendiente. Quiero dejar al lado a los novios y a otros tipos que se andan cogiendo a las mujeres que te gustan. Meterte con la mujer de otro hombre quedará bajo tu propio riesgo. Prefiero enfocarme en mujeres que al igual que tú, no tengan ataduras. Un pretendiente es otro hombre que, justo como otros hombres, desea acostarse con ella. No importa si es por primera o décima vez. En teoría, la diferencia que ellos tienen entre el novio u otra pareja sexual formal es que ella está abierta a buscar otra pareja sexual y no tiene que darles explicaciones a ti ni a tus contrincantes. Ellos son una competencia respetable sin importar sus estrategias por la sencilla razón de que ellas sí los están tomando en cuenta para abrirles las piernas. La primera estrategia es nunca presionarlas para que elijan entre tú y alguien más. La segunda es aceptar que puedes estar probando los fluidos del otro u otros, según sea el caso. La tercera es nunca reprocharles por decidir estar con el otro. Aquí puedes decidir retirarte si te están ganando la batalla o seguir insistiendo sin agobiarlas. La cuarta estrategia que bien podría ser una regla de oro es no competir con los demás. Cada contrincante tiene algo diferente para ofrecer. No busques ser mejor que el otro o estarás dándole más importancia de la que merece. Tampoco busques ofrecer más que los demás o le

estarás dando a ella más poder del que tiene. Aprovecha cualquier oportunidad que ella te ofrezca y exprímela al máximo sin tener que rogarles o perseguirlas todo el tiempo. La quinta estrategia es una de las más poderosas: que ella no sea la única opción. Si ella nota que es la única mujer en juego y tiene dos o más hombres compitiendo por ella, tendrá mayor control de la situación. Déjale claro que estás dispuesto a competir por ella, pero también que estás en la misma situación: otras mujeres quieren también estar contigo. Finalmente, recuerda que la única forma de ser mejor que los demás es estar en control de ti mismo y nunca permitir que la situación te sobrepase. No importa si juegas limpio en el sentido estricto de la palabra. Las estrategias que adoptes no son tan importantes en comparación con tu actitud. No les cedas el poder a ninguno de los dos.

Las 10 Máximas para tener Amigas con Derecho Así que no quieres ninguna relación seria. Sólo sexo casual y sin mezclar sentimientos. Solamente quieres tomar tu celular, marcar y cenar esa misma noche. Tener amigas con derecho es una bendición que elude a la mayoría. En teoría es un estilo de vida saludable, aunque a menudo fracasa miserablemente debido a los malentendidos. Tener amigas con derechos es divertido, ambos salen beneficiados y lo mejor es que no tienes que pagar cenas costosas, llevar flores o regalos, ni dar explicaciones. Parece que es simple, sin embargo, pocos poseen estos deliciosos beneficios. Quiero ya suponer que tienes los pantalones suficientes para hablarles a las chicas lindas cuando quieras y eres lo suficientemente perspicaz como para atraerlas cada vez ──si no, continúa leyendo──, por lo que únicamente me enfocaré en darte las 10 máximas para llevar tus habilidades al siguiente nivel: Máxima #1: Tienes prohibido enamorarte Este tipo de relaciones se ven arruinadas por la falta de objetividad. Lo único que necesitas de tu amiguita es que te permita eyacular en su hermosa cara y que cumpla tus antojos. Esta es una regla que al parecer les cuesta mucho trabajo a los hombres obedecer. Entiendo que eventualmente vas a sentir algo más por ella, aunque también sé que, si eso pasa, es momento de buscar otras amiguitas, porque evidentemente has pasado demasiado tiempo con ella y nadie más. Recuerda que hay una razón por la que no quisiste algo serio con esa persona. Máxima #2: No debes buscarla ni llamarla a menos que sea para tener sexo Lo único que le tienes que escribir por whatsapp es “¿Estás libre esta noche?”, y posiblemente una imagen pícara para que sepa a lo que te refieres. Más allá de eso, no le preguntes qué tal estuvo su día, ni le pidas el recuento de su semana. Tampoco charles con ella sólo porque estás aburrido y nadie más te hace caso. Tener amigas con derecho tiene reglas de oro y si las rompes, sólo te llevará a la

confusión, a los celos que llevan a la decepción, y a una historia que ambos creerán que es romántica, pero la verdad es que será patética. Máxima #3: No saldrás con tus amiguitas en plan romántico El primero que sea romántico pierde. Así que debes comportarte. ¿Quieres llevarla a cenar después de tener sexo? Pierdes. ¿Quieres invitarla al cine antes de llevarla a la cama? Pierdes. Todo evento que involucre algo más sentimental que un, “Te equivocaste de hoyo”, es romántico y, por lo tanto, no recomendable. No quieres mezclar emociones ¿recuerdas? Es más fácil que salgas con el corazón roto que lograr una maravillosa historia de amor. Máxima #4: No la involucrarás con tus amigos Tienes que hacerme caso en esta máxima, de lo contrario, se la terminarán cogiendo. Mucho menos debes presentarla con tu familia, pues, si bien te va, se terminarán encariñando con ella. Eso sólo lo puedes hacer cuando una relación va en serio, pero con una amiguita con la que te acuestas los fines de semana y que, probablemente compartes con otros, estarás cometiendo un error que te provocará dolores de cabeza. Entre menos sepan tus amigos y tu familia de tus amiguitas, mejor. Máxima #5: Prohibido ponerte celoso Mantén libre la entrada y salida. Es decir, si conoces a alguien más, ten la decencia de comentarlo con tu amiguita. Por otro lado, si ella conoce a alguien, déjala ir. Nunca olvides que es sólo sexo. Tener amigas con derecho también implica estar dispuesto a desapegarte de ellas emocional y físicamente. Máxima #7: Debes diferenciar a tus amigas con derecho del resto Puedes tener sexo casual con alguna mujer que te gusta, pero no precisamente es una amiga con derecho. Una amiga con derecho tiene límites, las demás tienen la posibilidad de tener algo serio contigo. Es decir, pueden conocer a tus amigos y a tu familia, y puedes llevarlas a cenar las veces que te plazca sin temor a que

suceda algo más. Tus amiguitas no. Máxima #8: Nada de besos ni abrazos Esta máxima se relaciona con la tercera, sólo que esta vez quiero hacer hincapié en que no debes tomarla de la mano por la calle ni dejar de caminar para besarla. Mucho menos debes abrazarla después del sexo. Sin embargo, esta máxima no tiene por qué ser estricta. Digo, de repente se te puede antojar darle un beso y abrazarla por atrás para sentir las carnes de sus glúteos. Solamente procura no llevarlo demasiado lejos, cosa que puede suceder si andas de manita sudada. Máxima #9: Es pésima idea que tu mejor amiga se vuelva tu amiga con derecho No te quiero quitar el placer de acostarte con esa amiga que por tanto tiempo le has traído ganas. Además, no me refiero a eso. Simplemente es mejor iniciar este tipo de relación con alguien que apenas conoces. Si te acuestas con una amiga, ambos pueden recuperar la amistad, pero si no les funciona ser amigos con derecho, difícilmente podrán rescatar esa amistad previa. De hecho, esa es la transición que genera más problemas. Máxima #10: Entiende que estas relaciones son pasajeras Si las sexoservidoras no están disponibles para ti todo el tiempo, menos lo estarán tus amiguitas. Después de un par de meses, se vuelve un tipo de relación, sobre todo si son encuentros seguidos. Puedes tener amiguitas que duren años y haber tenido pocos encuentros sexuales. Incluso es factible que se vuelva una simple amistad. No cabe duda de que ellas encontrarán a alguien más, quizás otros amiguitos o una pareja estable. El único remedio es seguir conociendo personas y encontrar más amiguitas o a tu pareja ideal. No es motivo para desilusionarse. Durará lo que tenga que durar y pasará lo que tenga que pasar. Lo fugaz no le quita lo placentero. La única advertencia que quiero darte es que siempre debes comunicar abiertamente que no quieres nada serio. Expresa tus deseos y necesidades abiertamente y sin temor. Vas a sorprenderte de cuántas mujeres quieren complacer tus caprichos. ¿Aun así quieres tener amigas con derecho? Pues sigue las máximas y ve por ellas vaquero.



¿Qué hacer si ya estás quemado en la Universidad? “¡La escuela no es un antro!” “¡Si andas de perro con todas, te van a ver como un necesitado!” Uno de los grandes dilemas de los hombres es cómo conocer a las mujeres más bonitas de su facultad sin verse como desesperados o necesitados. En mi experiencia, no es posible andar con las mujeres más bonitas de tu escuela y no dar de qué hablar. Los hombres envidiosos, las mujeres celosas, los hombres inseguros, las mujeres despechadas, y la competencia harán que tu fama de “todas mías,” se extienda hacia las mujeres que te interesan causándote muchos inconvenientes. Tienes que aceptar que en cualquier momento tu reputación será cada vez más conocida. Querer ocultar y negar esa reputación casi inevitable no es la solución, más bien haz todo lo contrario: acéptala y auméntala. Es obvio que la escuela no es un bar donde puedes hablar con todas y no tener repercusiones negativas en tu reputación puesto que nunca las vas a volver a ver, pero tampoco es como el trabajo donde tener una mala fama puede poner en riesgo tu empleo, entorpecer el trabajo en equipo y afectar a la compañía. La escuela es especial, hay muchas mujeres, las oportunidades de conocerlas son numerosas y, por si fuera poco, cada semestre y cada año, hay renovación de mujeres. Las veteranas se gradúan y las nuevas pieles ingresan. Si en dado caso llegaras a “quemarte” como dicen las malas lenguas, cada año tienes borrón y cuenta nueva. Además, es casi imposible conocerlas a todas, lo que quiere decir que no todas sabrán de tu mala reputación, si es que la tienes. Y hablando de la mala reputación, temerle es darte demasiada importancia. Por muy popular que seas, el mundo no gira alrededor de ti. Aunque la gente sea chismosa, están más preocupados por lo que los demás puedan pensar de ellos, por lo tanto, lo que ellos piensan de ti, se vuelve irrelevante. De ahí la frase, “Haz lo que se te pegue la gana sin que la opinión de los demás te importe,” y mucho ojo, no es que no importe, es simplemente que esa opinión, no existe, sólo está en tu cabeza, son tus excusas y tus miedos. Pero como te gusta culpar a los demás, crees que lo que la gente piensa de ti, es el problema.

En contraparte, mi señora madre una vez me dijo, “Preocúpate cuando la gente deje de hablar de ti,” y es cierto, cualquier publicidad es buena publicidad. A pesar de la mala publicidad, la gente sigue yendo a McDonald’s, a pesar de que Justin Bieber les escupe a sus fans, ellas siguen yendo a sus conciertos, a pesar de que varios artistas son racistas, la gente sigue admirándolos. Así que, si personajes de fama internacional siguen siendo admirados, ¿por qué tú no? Recuerda que la gente va a quererte o a odiarte hagas lo que hagas. Y qué si te rechazaron, y qué si una mujer dejó de hablarte porque le dijeron cosas malas de ti, y qué si ellas te ven saliendo con otras, y qué si los hombres celosos e inseguros hablan madre y media de ti. La última palabra la tienes tú. Si una mujer te rechaza siempre tienes una nueva oportunidad, ya sea con ella misma en otro momento o con otra chica. La gente olvida rápido. La gente no piensa todo el día en ti. El tiempo enmienda tus errores. Si le hablaron mal de ti a la chica que te gusta, habla con ella, dile que tome su decisión basándose en lo que ella vea de ti. Si los hombres te echan tierra, dales más razones para que sigan sintiéndose inseguros, demuéstrales que tú eres el macho alfa de la manada y quédate con las hembras más fértiles. Ser sincero y congruente es la clave para superar la mala fama. Acércate con cualquier pretexto, ve prendiendo tantas velitas como puedas. Invítalas a salir, coquetea con ellas sin pena ni remordimientos. Si ellas se enojan porque andas de ojo alegre, discúlpate. Tu disculpa puede o no ser sincera, pero sí debe ser coqueta. Muéstrate con una sonrisa y acepta la presión de las críticas y canalízalas en algo positivo. Si no te escondes ni te muestras abrumado u ofendido, la gente se tragará todas sus palabras. Y si, por el contrario, te escondes, lo niegas y evitas el conflicto, les darás la razón. Acepta que te gusta conocer chicas bonitas, pero hazles saber que jamás juegas con ellas. Muéstrate como el amante perfecto, jamás hables de tus conquistas, nunca le digas a nadie que tuviste sexo con ellas. Les harás un favor y te harás un favor a ti. Tus acciones demuestran que eres el “mil amores,” pero nadie tiene pruebas. Todo se queda entre tú y ellas. Tu mira siempre está en tu presente conquista, lo demás sale sobrando. Si te preguntan, “Oye, ¿te la cogiste?,” diles que no, que era sólo una amiga. Si tú cortaste a una chica porque querías conocer a otra mujer, diles que ella fue la

que te cortó. Si un día te ven besando y agarrándole las nalgas a una chica y al otro día te ven con otra, diles que tu primera relación no pudo funcionar y que quieres intentarlo con alguien más. Tú no sabes nada y tú no hiciste nada. El secreto y el recuerdo de ellas entregándose a ti se quedará guardado en tu corazón. La fama, positiva o negativa, es simplemente un elemento más que le brinda sabor al cortejo, no la evites, úsala a tu favor. Tu amor por ellas no tiene remedio y ellas tarde o temprano van a aceptarte, a pesar de tu fama de mujeriego.

Prosperar ante la Frustración Antes de concluir la primera parte, me gustaría hacerte saber que pasarás por intermitentes momentos de frustración más o menos duraderos. No necesariamente hay algo mal en ti, simplemente es un juego de números. Independientemente de cómo reacciones ante aquellos momentos en donde nada parece funcionar y la fortuna te abandona completamente, el fracaso llegará a ti. Define al fracaso como quieras, llámalo aprendizaje si te da la gana. Lo que no cambia es le hecho de que en un momento dado las tres chicas que te andabas cotorreando te dejaron de hablar repentinamente. Tu compañera de la clase de alemán te canceló una cita para salir con el chairo que se cree zapatista sólo porque fue a una huelga. Te enteraste de que la chica que andabas siguiendo desde hace una semana tiene novio. La chica que te caldeaste en un bar te dio un número falso. De un momento a otro ninguna mujer te hace caso. Es como si la Diosa de la Fortuna te hiciera pasar siete ratos amargos por cada noche de placer. No hay nada que puedas hacer para prevenir estas inminentes recaídas. Sólo hay una forma de prosperar, y es tratar de salir de ese bache lo más rápido posible. Este estado puede durar desde un par de horas, una noche, hasta dos semanas. Después de ese lapso, la culpa es únicamente tuya. La clave es seguir interactuando con tantas mujeres sin perder el estilo hasta que vuelvas a probar las mieles del triunfo. Nunca te des por vencido ni te sientas la víctima. Esta es la mejor forma de superar la frustración. Obviamente no siempre tienes que empezar desde cero. Una vez que tengas éxito, construye relaciones sólidas y duraderas. Cuando te vaya mal, vuelve a lo básico y reflexiona sobre tus acciones. Quizá la mala racha sea culpa tuya y la solución estará en tus manos.

PARTE II

De las Palabras a la Cama Yo creo firmemente en el contacto físico como una de las herramientas más poderosas para seducir a una mujer, pero ese es un tema que ya expliqué extensivamente en mi obra de arte Kino Brutal: cómo cautivar a las mujeres en un instante. Sin embargo, también sé que hay que hablar de algo y más en la universidad. Es por eso por lo que dedicaré la segunda parte de este libro ──que es mi segunda obra maestra── para cubrir los requisitos y cautivar a las mujeres con tus palabras.

Preguntas para enamorar Hace un par de años leí un artículo en la página The New York Times, sobre un ensayo de Mandy Len Catron donde hace referencia a un estudio del psicólogo Arthur Aron que analiza si la intimidad entre dos extraños puede ser acelerada al hacer que se formulen una serie de preguntas personales específicas. Las 36 preguntas están divididas en tres grupos. Cada grupo pretende ser más profundo que el anterior. Lo que se intenta probar es que la vulnerabilidad mutua fomenta el acercamiento. Un patrón esencial asociado con el desarrollo de una relación cercana entre una pareja es la autorevelación sostenida, progresiva, recíproca y personal. Volverte vulnerable ante una persona puede ser extremadamente difícil, por lo que este ejercicio fuerza el asunto. La clave es estar en un lugar íntimo, estar cerca de la persona y mirarla a los ojos. Es decir, ya tiene que estar invirtiendo tiempo y emociones en ti. No vas a decirle en los primeros minutos de la interacción, “A ver, cuéntame sobre tu infancia.” Obviamente no. Debes buscar el momento adecuado. Antes de comenzar, quiero que sepas que no es necesario que hagas este experimento con las chicas que conoces, más bien te presento este artículo para que te des una idea de qué preguntas hacer para conocer a una persona. Evita, como siempre, juzgar a la otra persona por sus respuestas. Asimismo, no es importante que hagas las preguntas en un solo día, ya que puedes profundizar en el tema y no dejarlo en una simple respuesta. Tampoco se trata de que hagas las preguntas tal cual las presenta el artículo. Es sólo una guía. Permítete ser creativo. Grupo I Si tuvieras la oportunidad de invitar a cualquier persona en el mundo ──viva o muerta──, ¿a quién invitarías? ¿Te gustaría ser famosa? ¿De qué forma? Cuando vas a hacer una llamada, ¿ensayas lo que vas a decir? ¿Por qué? ¿Cómo describirías tu día perfecto? ¿Cuándo fue la última vez que cantaste a solas? ¿A alguien? Si pudieras ser capaz de vivir hasta los 100 años y retener ya sea tu mente o tu cuerpo de cuando tenías 20 años, ¿con qué te quedarías?

Nombra tres cosas que tú y yo podamos tener en común. ¿Qué es lo que más agradeces de tu vida? Si pudieras cambiar cualquier cosa sobre tu niñez, ¿qué sería? ¿Tienes una corazonada sobre cómo vas a morir? De la manera más detallada posible, ¿cómo podrías resumir tu vida en cuatro minutos? Si pudieras despertar mañana teniendo una cualidad o habilidad, ¿cuál sería? Grupo II Si una bola de cristal pudiera decirte la verdad sobre ti, tu vida, tu futuro o cualquier cosa, ¿qué quisieras saber? ¿Hay algo que has deseado hacer durante mucho tiempo? ¿Por qué no lo has hecho? ¿Cuál es el logro más grande que has hecho en tu vida? ¿Qué es lo que valoras más en una amistad? ¿Cuál es tu recuerdo más apreciado? ¿Cuál es tu recuerdo más horrible? Si superas que en un año vas a morir, ¿cambiarías la forma en la que estás viviendo? ¿Por qué? ¿Qué significa la amistad para ti? ¿Qué papeles juegan el afecto y el amor en tu vida? Menciona 5 características positivas que veas en mí. ¿Qué tan cercana y amorosa es tu familia? ¿Crees que tu niñez fue más feliz que la mayoría de las personas? ¿Cómo te sientes con la relación que estás llevando con tu mamá? Grupo III Realiza tres declaraciones que tengan un “nosotros”. Por ejemplo, “Nosotros estamos en esta habitación sintiendo…” Completa esta oración: “Desearía que tuviera a alguien con quien pudiera compartir…” Si de pronto te convirtieras en mi mejor amiga, qué cosa es tan importante que yo tendría que saber. ¿Qué es lo que te gusta de mí? Se honesta conmigo. Puedes decir cosas que

no estés acostumbrada a decírselas a alguien que acabas de conocer. ¿Cuál es el momento más embarazoso de tu vida? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste enfrente de otra persona? ¿Sólo? (Es el turno de decirle a la otra persona lo que te gusta de ella) Para ti, ¿qué es tan serio como para hacer una broma de ello? Si fueras a morir esta noche sin la oportunidad de hablar con alguien, ¿qué es lo que lamentarías no haberle dicho a alguien? ¿Por qué no se lo has dicho? Supongamos que tienes una casa con todas tus pertenencias. Después de salvar a tus seres queridos y tus mascotas, tienes tiempo de sacar sólo una cosa. ¿Cuál sería? ¿Por qué? De todas las personas en tu familia, ¿de quién sería su muerte la que te cause más tristeza? ¿Por qué? Cuéntame un problema del cual necesites un consejo para resolverlo. Quizá quieras cambiar algunas preguntas o adecuarlas a la situación y a lo que tú quieras saber. Mi intención era que te dieras una idea de cómo cavar más profundo para conocer una persona y generar intimidad y confianza entre los dos.

Convive con todos Si es que quieres pasarla bien en la universidad, una cosa que debes hacer es aprender a hablar con quien sea, como sea y cuando sea. La buena noticia es que puede ser más fácil de lo que te imaginas. Pero primero debes saber que hay un par de cosas que no debes hacer. La primera es que no debes desesperarte, disculparte e irte. Esa es la manera más fácil para no ser tomado en serio. Nunca sabrás si es un aliado el que te puede ayudar en tus conquistas, la que te presentará a sus amigas o tu siguiente amor de verano. Sigue conviviendo con tus compañeros. En segundo lugar, no empieces a hablar de ti. Claro, puedes presentarte, pero no aturdas a la gente hablando media hora sólo de ti. Esto nos lleva al primer gesto de las interacciones: habla sobre la persona que acabas de conocer. No hables de tus logros todavía. La clave está en las preguntas y declaraciones. Obviamente habrá personas que no tendrán mucha conversación, personas que se sientan intimidadas o que se sientan molestas por algo. Sin embargo, sigue siendo una minoría tomando en cuenta las posibilidades. Si persistes, gran parte de las personas tendrán cosas interesantes que decir y aportarte cosas valiosas. Implementa estas tres estrategias en tus conversaciones: 1) haz preguntas; 2) encuentra conexiones; y 3) sigue la dirección que te indiquen tus interacciones. Lo que harás con esto es encontrar algo en común con las personas. Lo que a muchos hombres les preocupa es no tener nada en común, tanto con mujeres como con hombres. No obstante, lo que he descubierto es que, si realizas preguntas inteligentes, podrás encontrar algo en común con las personas, y ya estarás dentro. Lo peor que puede pasar es que no tengas conexión alguna. De todos modos, te servirá de experiencia y quizá no sea tan malo. Así sabrás qué preguntas hacer y cuáles no. Tendrás un arsenal de cosas que decir y sufrir silencios incómodos no será un problema para ti. Inevitablemente encontrarás personas que se adaptarán a tu forma de conversar. Lograrás relacionarte con muchas personas, lo cual hará que tu experiencia en la universidad o tu preparatoria sea más que placentera. Cuando conozcas y te conozcan, y ambas partes puedan ver con claridad los defectos y virtudes del otro, podrás estar seguro de que no hay mucha diferencia

entre las personas. Podrás establecer lazos de amistad y amor. Si conoces y dejas que te conozcan. Las cosas más importantes no saldrán de tus labios, sino de la vida que llevas.

¿Se te olvidan los Nombres de las Personas? Si, por cualquier razón te distraes cuando las personas se presentan contigo y olvidas su nombre, confiesa. No pases toda la conversación pretendiendo que sabes su nombre. Es mejor decir algo como, “Disculpa, no estoy seguro de cuál es tu nombre.” Es preferible que te lo repitan que andar fingiendo. Este pequeño contratiempo te salvará de uno peor, v.g., olvidar el nombre de la chica que acabas de conocer justo cuando en medio de la conversación aparece uno de tus amigos y tengas que presentarla. Hay algunos casos cuando el nombre de la chica es raro o difícil de pronunciar. Aunque parezcas torpe, asegúrate de poder pronunciar bien su nombre. Tomarse el tiempo de aprender el nombre de la otra persona expresa un interés sincero y de que te da gusto que entre a tu vida. El esfuerzo es lo que cuenta. Y ese esfuerzo hará una gran diferencia en tus conversaciones. Y si alguien olvida tu nombre, sólo acércate, extiende tu mano y dile tu nombre con una sonrisa.

La Conversación es una Acción Deja de utilizar el conocimiento de pocas personas. Entiende que puedes ganar el conocimiento de cientos de personas enfocándote en preguntas clave e incluyendo personas intencionalmente a tus conversaciones. La conversación siempre ha sido nuestra principal herramienta para descubrir intereses en común, compartir conocimiento y cooperar con otras personas para salir adelante. Desde esta perspectiva, la conversación es una acción. A través de las conversaciones construyes tus conexiones y participas en el mundo. Asimismo, las preguntas crean una interacción de aprendizaje que un simple debate sobre los problemas de la vida. Si quieres usar la conversación como un proceso importante en tus relaciones, entonces debes tener la intención adecuada para diseñar estructuras conversacionales que inviten a las personas a ver el mundo desde otra perspectiva o, mejor aún, a ver el mundo como tú lo ves. Quizá tengas un punto de vista demasiado raro, pero con la actitud correcta harás la diferencia. Sólo escuchamos a aquellos que hablan en voz alta y a quienes tienen mayor poder. Las habilidades de una persona que habla en voz alta y posee mayor poder pueden ser las siguientes: - Crea una conversación de autodescubrimiento y curiosidad - Saca a la luz nuevas perspectivas - Realiza preguntas poderosas - No provoca prejuicios prematuros - Explora creencias y opiniones - Acepta la ambigüedad y la ignorancia - Sabe hacer conexiones entre las ideas - Captura los temas clave y entiende a las personas Por estas mismas razones, practicar para ser un buen conversador es indispensable. Si no sabes qué hacer para conquistar una chica, toma en cuenta que tener una base de temas de conversación te ayudará para emprender acciones e incrementar tus oportunidades para tocar fibras sensibles en ella y lograr que te tomen en cuenta como un candidato para acceder a los rincones más jugosos que

esconde su falda.

Contar Historias Contar historias es una de las herramientas más poderosas para transmitir ideas en la mente de las personas. ¿Por qué es tan importante contar una historia? Piensa de esta manera, una historia bien contada tiene retribuciones. Nada te da más armas que tener la atención de las demás personas. En un mundo donde el vulgo trata de impresionar con cosas banales, saber contar historias es refrescante, es una forma indirecta y poco agresiva de persuadir a quien te escucha. Es gentil, interesante y persuasivo, ya que invita a la acción. En esencia, nuestras historias provocan que nos presten atención y nos den reconocimiento. Una historia es una base principal para capturar la imaginación de tus oyentes y que así puedan asimilar tu historia según sus propias ideas y experiencia. Las historias siembran ideas en las mentes de otros. Socialmente estamos atraídos hacia las historias. No tienes que ser el más interesante y el más experimentado. Puedes simplemente compartir hechos, vivencias u opiniones. Aunque, como ya sabes, no es recitar palabras, así como los clásicos estudiantes que pasan a leer la exposición al pizarrón. Es contar las cosas con entusiasmo, como si fueran las cosas más interesantes del mundo, yendo de emociones de la tristeza a la dicha, del suspenso a lo emocionante, de lo pasivo a lo enérgico, del enojo a la excitación. Será una montaña rusa de emociones. Elige tus historias según la persona, algunas historias pueden aburrir a quienes te escuchan, otras pueden excitarlos. Unas pueden interesarles y otras pueden ofenderlos. También elige tus palabras, no todas provocan el mismo impacto. Algunas están cargadas de sentido, otras son ambiguas y algunas dicen muy poco. ¿Alguna vez has leído un libro que te transporte a un mundo diferente o a un lugar donde nunca has estado? A esto me refiero con que debes llevar a las personas a experimentar cosas que nunca han vivido. Tampoco seas tediosamente descriptivo. La clave es usar pocas palabras, pero que esas pocas tengan impacto.

1. Recuerda tus historias, las cuales puedas utilizar para tus propósitos. Usa diferentes escenarios, problemas que has enfrentado y que pudieran haber enfrentado las personas con quienes estás hablando, cosas que has logrado y aquellas cosas que más valoras. 2. Utiliza diferentes tipos de energía, crea ejemplos ficticios, apela los sentidos y dibuja imágenes en la mente de las personas que te escuchan. 3. Utiliza la intriga para capturar la atención e implementa preguntas retóricas para que inviertan las personas. Describe personajes que se pudieran parecer a tus escuchas. Usa elementos de novedad, intriga, suspenso y sorpresa para tomar y retener a las personas. Otro propósito de las historias es acercarte a las personas al demostrar empatía. Sin empatía, no hay conexión. Te sugiero que uses las historias para construir conexión, atracción y buenas emociones. Cuando hay conexión, puedes extender la conversación hacia temas de mayor importancia. Lo más probable es que consigas tus objetivos con una o un par de historias. El mismísimo Milamores, como cualquier persona sobresaliente, primero debe tener la atención de las personas, para que pueda lograr sus propósitos. Y ya que menciono tu condición de mujeriego, es importante que no te vanaglories de ser santo. Muestra tus defectos. Demuestra que también eres vulnerable. Piensa en momentos embarazosos, compártelo con sinceridad, haz que la gente se ría de ti. Lo único que debes evitar es que te vean como el payaso de la fiesta. Cambia de tema cuando el buen momento pase. También piensa en las tragedias que hayas tenido. La gente ama la tragedia combinada con sinceridad y humor. Genera bastante empatía, por lo que conectarás más rápido. La gente se sentirá bien si te rebajas un poco. Alégralas con tus tragedias. Enséñales una lección de vida. Tienes que aceptar que los hechos acerca de ti son interesantes. Sólo depende de cómo los cuentes. Existen muchas historias sobre ti, únicamente les falta una manera interesante de contarse. ¿Tienes un pasatiempo único como coleccionar fotos urbanas? Utiliza ese hecho para contar una historia atractiva que te haga valer. Comparte algo que pocos compartirían, como aquella vez que te dejaron plantado pero que conociste a una persona maravillosa en ese mismo lugar.

¿Alguna vez has traspasado los límites de lo prohibido? Pues cuenta la historia. Es buena idea que tus historias terminen con algún mensaje o moraleja, lo que le añadirá poder a tu historia. Antes de contar tu historia, piensa bien qué quieres comunicar. Procura que ese mensaje sea corto pero memorable. Muchos individuos tienen una historia que les avergüenza y se sentirían patéticos si alguien se enterara. Si quieres sobresalir ante todos ellos, cuenta esas historias. De esta forma tu confianza se elevará por los cielos y te perdonarás a ti mismo. Sin embargo, debes impactar y no deprimir o hacer sentir mal a las personas. Añadir un poco de humor ayudará a crear buenas emociones. La gente te apreciará por tu sinceridad, confianza, autenticidad. Si quieres comunicar valores, no digas lo que uno debe hacer o creer. Mejor cuenta una historia. Dibuja imágenes con las palabras. Los detalles pueden ser vitales. Cuando tu historia tiene buenos detalles, tendrá vida propia. Tampoco exageres, no te detengas en cosas irrelevantes. Ni mucho ni poquito, tal como la sal en la comida. Dibuja una imagen de algo que sea importante para ti. Cuenta algo que creas que los hará reír, no importa si es tan ridículo como la historia de Reese en la serie Malcolm el de en medio en el capítulo ‘La hermana de Lois’: “Sí, manejar es increíble. Siempre pienso cuando manejo. Claro que hay veces que manejo y no pienso. Sólo manejo. Pero no importa adónde maneje o cuánto maneje, siempre me doy cuenta de que las personas siguen siendo personas.” La clave es ser tan visual y expresivo como puedas, justo como lo hace Reese cuando cuenta su reflexión. Dibuja una imagen con detalles relevantes. Captura la imaginación y los sentidos con detalles sensoriales. Haz tu imaginación visible. Usa preguntas como ganchos para atraer a tu audiencia hacia tu historia. Al preguntar cosas relevantes a lo que estás contando, harás que tu audiencia deje de pensar en otras cosas y se enfoque en tu narración. Haz una pregunta retórica e incluso una tonta, y ve lo que pasa. Por ejemplo, si quieres contar la historia de un gran amor pasajero, pregunta, "¿Crees en el amor a primera vista?" Y a pesar

de que es una pregunta cliché, es una en la que la mayoría opina. Luego cuenta la historia de por qué sí o por qué no. El suspenso es el ingrediente del que las buenas historias están creadas. Hace que las personas estén al borde del asiento. Una forma para crear suspenso es proporcionar un dato crucial, pero no decirlo todavía. Entrégalo cuando la tensión esté elevada. Eso mantiene a las personas despiertas tratando de adivinar el desenlace. Cuenta tu historia que contenga un gran misterio desde el principio. Ve dando pistas, pero no las des todas en un solo momento. Construye energía y suspenso hasta llegado el momento de la verdad. La primera pista lleva a la otra. Empieza tu punto haciendo una gran promesa. "Ayer me persiguió la policía... y yo no había hecho nada." Posteriormente, puedes hacer una pregunta para estimular la atención, v.g., ¿Alguna vez te ha perseguido la policía?" Poco a poco ve dando pistas hasta el desenlace. La gente ama el drama. Nadie quiere escuchar que tú sólo eres éxito, que todo lo haces bien o que te madreaste a cinco chacas tú solo. Sí, cuenta tus éxitos, pero cuando hayas salido de un montón de problemas en tu contra. Cuenta historias en donde hayas estado en una terrible situación, solamente no te hagas la víctima. ¿Qué tal aquella vez que se te quedó atascado el coche de tu papá en una inundación, justo cuando ibas a pasar por tu novia el día de su cumpleaños? ¡Cuéntalo! Eso impactará a tu audiencia y al mismo tiempo despiertas su curiosidad. Esa complicación hará tu historia más interesante porque genera cierta ansiedad y energía, también transmites varias emociones al mismo tiempo. Además, enganchas a las personas para que quieran saber lo que ocurrió. No puedes permitirte ser tachado de aburrido. Contar historias llenas de drama es algo que le debes a tu audiencia. Ese es el ingrediente esencial que les da sentido a tus historias. Cuéntales acerca de tus altas y bajas en la escuela, nuevos descubrimientos, las volteretas de la vida, lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo. También debes hablar de los temas que a la mayoría le concierne: maestros, actividades, tesis, amigos, lugares fuera de la universidad. ¿Tienes muchas dudas de qué historia contar? Pues cuenta historias que sean relevantes para la plática o las necesidades de las personas que te escuchan. Investiga qué es lo que quieren de sus vidas a corto y largo plazo, qué es lo que las haría felices. Las cosas básicas que la mayoría quisiera tener es libertad financiera, comodidades, aceptación social, reconocimiento, más tiempo, más viajes. Como podrás darte cuenta, muchas cosas que les interesan, están en un

futuro cercano o lejano. A las personas les gusta soñar en lo todavía inalcanzable. Al hablar de ese tipo de cosas, demostrarás que ellas te importan. Y créeme, después de eso, la gente te recordará por mucho tiempo. 1. Sé ordinario. Con esto quiero decir que tus compañeros de universidad te vean como uno de ellos. Cuidado si te presentas como el héroe, el que todo lo sabe y/o el que lo tiene todo. Darás mucha flojera. No seas así. 2. Que tus historias inciten a la aventura. Serás una influencia, buena o mala. Eres esa persona que les dirá aquello que estaban buscando, pero no sabían que existía. Sentirán que se habían perdido de mucho. 3. Si tienes que ser el mentor, sé el mentor. Serás aquél que desafiará a las personas para que puedan emprender un viaje que tanto anhelaban, pero hasta ahora les era desconocido. 4. Prueba quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos. Cualquier persona sobresaliente se topará con retos y descubrirá que tiene más enemigos que amigos, pero ambos serán de vital ayuda para llegar a su destino.

¿Cómo hacer Preguntas inteligentes? El objetivo de este libro no es hacer sólo preguntas, sino preguntar cosas que inspiren a la gente a pensar de formas fuera de lo común, expandir su visión y hacer que contribuyan más a la interacción. Las preguntas que logran eso por lo regular son abiertas ──aunque a veces pueden requerir una simple negativa o afirmación. Evita que la interacción pierda fluidez con respuestas de “sí” o “no”. Muchas preguntas inteligentes empiezan con “por qué…”, “cómo…”, “qué opinas sobre…” Son preguntas que motivan a descubrir soluciones, incrementan la energía, la confianza y llevan a mejores conversaciones. Una pregunta inteligente hace más que transmitir respeto hacia la otra persona. También le ayuda a pensar que está contribuyendo a la conversación y así creer que su aportación es valiosa. Por el contrario, una pregunta que no es inteligente se enfoca en cuestionar por qué una persona no puede hacer ciertas cosas, eso provoca que se ponga a la defensiva. Una pregunta poco inteligente se dirige más hacia los problemas que a las soluciones. Una pregunta inteligente obtiene respuestas favorables; una pregunta poco inteligente obtiene repuestas desfavorables. Parece extraño, pero muchas personas hacen preguntas sobre cosas que no quieren oír o simplemente no saben qué respuesta quieren escuchar. ¿Qué es lo que quieres lograr con tus preguntas? Entre mejor sepas qué quieres escuchar, más inteligentes serán tus preguntas. Habrá veces en las que necesitarás más de una pregunta para llegar a la respuesta deseada. Necesitas más información, no simplemente una opinión de las personas. Propón el contexto adecuado para obtener buenas respuestas, no sólo interpretaciones. ¿Quieres saber si siente deseo por ti? ¿Quieres saber si vive sola? ¿Quieres saber si tienen novio? ¿Quieres saber qué posiciones sexuales le gusta? Después de preguntar eso debes considerar hacer preguntas de seguimiento. Siempre hay una clase de invenciones en las respuestas de las personas. Ya sea por quedar bien o que sólo quieran desviarte del tema. De este modo, sin presionar, debes preguntar, “¿por qué dices eso?” o, “¿cómo fue que llegaste a esa conclusión?”, o, “¿a qué te refieres con eso?” Las preguntas de seguimiento siempre te harán tener un mejor panorama de lo que quieres saber. Otra estrategia que debes adoptar es aprender a guardar silencio después de

preguntar. Espera la respuesta, escucha lo que tienen que decir y espera que digan más. Muchas veces la persona con la que estás platicando tiene más información y te la dará si sabes esperar. Aprende a sentirte cómodo guardando silencio esperando que hablen un poco más. Trata de no interrumpir sus respuestas.

La Secuencia natural de las Conversaciones Muchas personas tímidas se atoran cuando tratan de hacer conversaciones porque ven la conversación como algo lineal. Creen que sólo son preguntas y respuestas, y que llevan una sola dirección. No saben que las conversaciones no siguen una secuencia lógica de principio a fin. Las direcciones que siguen son arbitrarias. ¿Te ha pasado que estás hablando de algo completamente extraño y te preguntas cómo diablos fue que empezaste a hablar de ese tema? Esto sucede debido a que hay un sinfín de caminos que un tema de conversación puede seguir. Depende completamente de lo que los hablantes quieran decir. Gracias a esto, es posible tener una conversación que dure para siempre y nunca quedarte sin nada qué decir. Pero antes de que llegues a ese punto, debes saber lo que es un hilo de conversación. El hilo de conversación es un pequeño elemento de la comunicación. Es una pequeña idea que tú les comunicas a los demás o ellos a ti. En una pequeña frase que alguien pudiera decirte, existen varios hilos de conversación. Toma como ejemplo esta frase: “Ayer me estuvieron dando muchas patadas en el partido de fútbol.” Este sería un pequeño fragmento de una conversación, pero en él se pueden encontrar al menos dos hilos de conversación si sabes cómo buscarlos. Las palabras claves para seguir el hilo de la conversación son ‘patadas’ y “fútbol’. Así que, supongamos que yo elijo la palabra ‘fútbol’, entonces podría decir algo como, “¿En qué posición juegas? Te lo digo porque el sábado necesitamos un delantero, y ya que dices que te dan muchas patadas, supongo que juegas en esa posición.” O si quieres seguir con el tema de las patadas, puedes decir, “Pues has de querer hacer las jugadas tu sólo y por eso te pegan”. Cualquiera de esas declaraciones es socialmente inteligente, ya que: 1. Siguen el flujo del tema de conversación. 2. No necesitas escuchar y quedarte callado, porque estarás participando activamente en lo que te están diciendo. 3. Le das motivos a la otra persona para que siga hablando y se sienta

apreciada. Siempre tendrás algo que decir y serán buenos temas de conversación. 4. Es más fácil que te sigan la conversación si eliges las palabras o ideas clave de cada frase. 5. Combinas entre preguntas y declaraciones, es decir, evitas que se vuelva una tediosa entrevista. Algo que debes evitar es dejar que la persona tenga todo el peso de la conversación. Eso sería aburrido para ambos. Entonces, lo siguiente que debes hacer después de buscar palabras clave, es asegurarte de que tus respuestas o comentarios tengan sus propios hilos de conversación. Supongamos ahora que estás hablando con una chica que te gusta y te dice: Miriam: El sábado me quedé toda la noche viendo una serie en mi casa. Tú: Y yo pensé que todo el tiempo tus pretendientes te invitaban a salir. Me imagino que debe estar muy buena esa serie para que te quedes toda la noche aguantándote las ganas de salir a bailar. Miriam: ¡Ay, claro que no! Yo soy niña buena. Y sí, esa serie me gustó desde el primer capítulo, pero si me hubieras invitado tú a bailar, igual y lo pensaba. Como puedes ver, hay palabras clave para continuar una buena conversación, y cada frase ofrece un nuevo camino. Primero se habla de ver series de televisión y luego se pasa al tema del baile. Y como también puedes darte cuenta, no hay ninguna pregunta y, sin embargo, hay respuestas. La conversación es más ágil cuando no hay preguntas como tal, sino declaraciones. La gente tímida posee una tendencia a realizar demasiadas preguntas como forma de ocultar su falta de inteligencia conversacional. No cometas ese error. Si en algún punto de la conversación te encuentras realizando demasiadas preguntas, detente, o de lo contrario le darás una tremenda flojera a la otra persona. Opta mejor por hacer declaraciones. Un ejemplo de una mala conversación es el siguiente: − Hola, ¿cómo te llamas?

− Lucía − Ah, muy bien, yo me llamo Jorge ¿Y qué estudias, Lucía? − Bioquímica − ¡Órale, qué padre! ¿Y ahorita tienes clase? − No, tengo hora libre. Voy a comer con una amiga. − ¡Qué rico! ¿Y qué piensas comer? − No sé todavía. Oye, ya me tengo que ir, me están esperando. − Oye, ¿me pasas tu teléfono? − No puedo, tengo novio. Nos vemos. En esta conversación hay varios errores, pero el que nos incumbe en este momento es el de las preguntas. Como puedes ver, hacer preguntas no aporta nada a la conversación y no ofrece nuevos temas de conversación. Fastidia, aburre. Lo único que quería Lucía es huir de Jorge. Lo que puedes intentar para no ser aburrido como Jorge es compartir intereses. Si quieres tener conversaciones que sean fluidas e interesantes, tienes que saber lo que las personas hablan normalmente con sus mejores amigos. Aprende de todo. Comienza a ver películas y series populares. Aprende algo de deportes, cualquier cosa siempre y cuando no te aburra. Tampoco tienes que hacer cosas sólo para caerle bien a la gente. Puedes leer libros que te parezcan interesantes, o simplemente aprender cosas de lo que ves y de las personas que conoces. Recuerda que la meta no es ser ese personaje patético que puede citar películas y libros palabra por palabra, o decir datos de cultura general que a nadie le importa. La meta es construir conocimiento de modo que, si alguien te habla sobre música, tengas algo qué comentar o al menos hacer preguntas inteligentes. Este proceso puede llegar a ser complicado, pero se vuelve cada vez más fácil con el tiempo y la experiencia. A veces ni siquiera tienes que leer libros, se aprende muchísimo de la gente que te rodea. Hablando se genera mucho conocimiento. Una vez tomando en cuenta lo anterior, puede que te pase que al pasar los minutos de repente sientas que la conversación se está volviendo tediosa y pierda fluidez, en ese momento no dejes que la conversación se muera, o peor aún, que la vuelvas un interrogatorio. Lo que debes hacer es preguntarte un par de cosas: Conecta − ¿Qué es lo que tuviste en común con esa persona? Vuelve por ese camino. Observa − ¿Hay algo interesante que esté sucediendo alrededor? Hazle un

comentario. Recuerda − ¿Hay algo interesante que te haya pasado últimamente? Pregunta − Con lo poco o mucho que te haya compartido, ¿hay algo que le quieras preguntar? Algunos ejemplos serían los siguientes: Conecta − “Hace rato me dijiste que cantabas en un grupo, yo hace mucho tiempo toque en una banda.” Observa – “¿Ves a esa chava que estaba formada en el baño? El otro día se enojó conmigo porque no le pasé las respuestas de un examen.” Recuerda – “El otro día que iba caminando me encontré a un amigo de hace muchos años…” Pregunta – “Acabas de mencionar que sabes tocar el piano, ¿por qué te intereso?” Quizás en esos momentos de incertidumbre tengas que forzar un poco las cosas, pero poco a poco la conversación irá retomando su fluidez.

Experto en un Tema Habla de algo que te hayas ganado el derecho de hablar a través de un largo estudio o experiencia. Habla sobre algo que sepas que sabes muy bien. No pases minutos ni horas preparando tu discurso: prepárate semanas o meses. Mejor aún, invierte años. Habla de las cosas que exciten tu interés. Habla de algo que te provoque un deseo intenso de compartirlo con los demás. Los discursos más aburridos son aquellos que tienes que escribir y memorizar. Solamente vas a escucharte falso. Los buenos discursos son los que brotan de ti como si fueras una fuente. No necesitas leer revistas para buscar temas de conversación. No busques en ningún lado temas de conversación. Es necesario que tus temas de conversación provengan de tu conocimiento, deseos y convicciones. Nada más te dará el derecho de hablar. A su vez, hablar desde tu propia experiencia te proporcionará un profundo y permanente deseo de comunicar tus ideas y transferir emociones a los que te escuchan. Pocas cosas te harán sonar más convincente, ya que tu experiencia te dará certeza y seguridad. Yo sé que has vivido cosas únicas, que tienes un punto de vista diferente y valioso. Ya estás preparado para tener miles de buenas conversaciones, conversaciones que nadie más que tú puede llevar a cabo. Yo no sé qué conversaciones puedan ser, pero tú sí. Anota tus historias en un papel o simplemente empieza a contarlas y ve puliéndolas para que tengan un mejor impacto. También sé que tus historias son excepcionales, y algunas pueden caer en las categorías de “Cosas de las que me arrepiento,” “Mi más grande ambición,” “Lo que me gusta/disgusta de la universidad.” Empieza por esos temas y verás que poco a poco surgirán nuevas historias. La buena noticia es que tu progreso como buen conversador dependerá más de elegir el tema adecuado para ti que tu habilidad para contar historias. Insisto, hablar de tus propias experiencias es una de las mejores maneras de generar atracción en las mujeres. Obviamente cuando vayas progresando vas a querer hablar de otros temas. La buena noticia es que puedes encontrar temas de conversación en cualquier lado. Sin embargo, seguirás hablando desde tu propia experiencia. Cualquier arte es una expresión de uno mismo. Sólo puedes cantar lo que tú eres. Sólo puedes pintar lo que tú eres. Sólo puedes escribir lo que tú eres. Eres lo que tus experiencias han hecho de ti. Para bien o para mal sólo

puedes hablar de lo que tu experiencia te dicta. Puedo apostar que ya has escuchado que envidiar es ignorarte a ti mismo; que la imitación es el suicido de tu propio yo; que debes aceptarte seas bueno o seas malo. Y sólo podrás mejorar como conversador cuando emplees dos herramientas fundamentales. Número uno: arriésgate a expresarte. Depende de ti tomar ese riesgo y empezar a hablar con las personas. No debes depender de que las personas vayan a acercarse a ti ──rara vez te hablará la chica que te gusta. No me importa si eres tímido, es tu obligación, tal como lo oyes, hacer el primer movimiento. A la mayoría nos atemoriza el rechazo, ni modo, tendrás que aceptarlo. Créeme, ser un Donnadie es mil veces peor que ser rechazado. Número dos: asume la responsabilidad. Es tu responsabilidad asumir el peso de la conversación, al menos al principio. Claro, si es que quieres conocer chicas lindas. Es tu responsabilidad sacar temas de conversación; es tu responsabilidad recordar los nombres de las personas y presentarlas a otras; es tu responsabilidad componer el flujo de la conversación y prevenir silencios incómodos. No esperes que los demás asuman la responsabilidad. Esto es necesario, ya que, si las personas se sienten cómodas a tu lado, las probabilidades de conocer a quien te interesa y fundar nuevas relaciones son amplias. Quizá tengas la inseguridad de que es poco probable que tengas algo en común con otras personas. Pensar así limita tus oportunidades. Permites que las diferencias de cualquier tipo te disuadan de empezar una conversación. No permitas que el género, el estatus social, la edad, la ocupación, el estilo de vida generen barreras artificiales. No obstante, debes saber que los seres humanos tenemos más cosas en común que diferencias. Cada persona es única, más no diferente. Sólo es cuestión de hablar, mostrar interés, escuchar y observar.

Conversar con Grupos grandes Si es difícil para los hombres tímidos hablar con una persona, lo es aún más hablar con dos personas o más. Un grupo de dos o más personas es un poco cerrado, y se requieren ciertas habilidades para meterse en él. A continuación, te mostraré algunas tácticas que puedes utilizar en momentos de necesidad: Muestra interés en los integrantes del grupo, pero no te metas tanto en sus asuntos si no te han invitado. Entre más personas haya en el grupo es proporcionalmente más complicado que te den la bienvenida, así que primero deja que se acostumbren a tu presencia. Poco a poco ellos mismos harán que te involucres dentro del círculo. Facilítate dentro del grupo al demostrar que has prestado atención a todos sus asuntos. Empieza a buscar signos de que quieren que te involucres como hacerte preguntas, pedir tu opinión o que empiecen a dirigirse hacia ti mediante un lenguaje corporal más abierto. Al principio es mejor no destacar, reconoce a todos en el grupo. Espera pacientemente tu turno o el momento de destacar un poco más. Deja que el mismo grupo te vaya incluyendo. Si empiezas a destacar demasiado o empiezas a interrumpir la armonía que ya tenía el grupo, van a resentirte. Una vez que estés adentro del grupo es importante que te enfoques ahora en la persona o personas con quienes te interese hablar. En lo personal, no me gusta hablar con grupos grandes porque lo considero una pérdida de tiempo, pero sé que es necesario saber cómo manejarlo si no hay de otra. Prefiero acercarme directamente a las personas que me interesan, pero sé que es algo arriesgado, porque los integrantes del grupo podrían ofenderse, incluso con la persona que te interesa. Saber manejar grupos es una habilidad que nunca te hará daño, y menos si es lo que te gusta: ser el centro de atención. Ya que si los grupos no son lo tuyo trata de evitar manejar grupos y ve por lo más arriesgado, aunque muchas veces será la mejor decisión. Siempre he creído en la versatilidad, pero creo más en la eficiencia: hacer más con menos.



Preguntas abiertas Descríbeme… Cuéntame acerca de… Cómo… Qué tal te pareció… Qué fue lo que te llevó a… Por qué… Todos los días hay personas preguntando a otras, “¿Qué tal te ha ido?,” ──palabras más, palabras menos──, y la respuesta oficialmente recurrida es un insignificante, “¡Bien!” Posteriormente la otra pregunta dice lo mismo y segundos después, ambos están a diez metros de distancia siguiendo sus caminos. Esto sólo significa una cosa: ninguna de las partes estaba interesada realmente en lo que sucedía con su vida, simplemente es una formalidad, nada más. ¿Qué tal tus vacaciones? ¿Cómo te fue? ¿Cómo va la escuela? ¿Cómo estás? ¿Dónde has estado? Estas preguntas también son pura formalidad. Quizá en otras culturas sea diferente, pero en la nuestra no significan mucho estas preguntas. La mayoría de las veces, estas conversaciones terminan bastante rápido. Y no tendrá mucho sentido que hagas estas preguntas si no preguntas más. Entonces, lo que debes hacer después de que te respondan una pregunta tal como, “¿Qué tal te ha ido?,” puedes seguir preguntando cosas como, “¿En serio bien, pues qué, has estado viajando o encontraste al amor de tu vida?” Con esto quiero decir que, si empiezas un diálogo con una pregunta, prepárate para cavar más profundo y hacerle saber a esa persona que estás interesado en escuchar más acerca de su vida. Seguir haciendo preguntas sin ser tedioso, indica que realmente deseas escuchar sus respuestas y quieres invertir tu tiempo para saber más. A continuación, te mostraré algunas sugerencias: ── ¿Qué tal tu fin de semestre? ──Bien. ── ¿En serio, tuviste buenas calificaciones? ── ¿Qué tal estuvieron tus vacaciones? ──Bien.

── ¿Adónde fuiste? ── ¿Qué tal tu fin de semana? ──Bien. ── ¿Pues qué hiciste? ── Fui a ver un concierto con mis amigos. ──Ya ves, me hubieras invitado, ¿qué tipo de música te gusta? ──No te invité porque no sé si te gusta el Rock. ──Claro que me gusta el Rock, ¿y vas a conciertos muy seguido? Esto es parte de hacer preguntas inteligentes. Hacer preguntas inteligentes no quiere decir que digas cosas intelectuales o profundas, ni siquiera que inviten a reflexionar. Claro, hacer eso te hará verte más interesante para algunas personas, pero la mayoría de las veces, hacer preguntas inteligentes significa que puedes entablar una conversación fluida y relajada con todo el mundo haciendo preguntas cualesquiera y aun así mantener el diálogo y pasar un buen rato. Saber hacer preguntas inteligentes quiere decir que eres capaz de que las personas se abran hacia ti y lograr saber eso que tanto quieres saber sobre los demás. Y no necesariamente tienes que hacer preguntas para pedir una respuesta. Así que, en vez de preguntar, “¿tienes novio?,” “¿qué carrera estudias?,” “¿qué haces en tu tiempo libre?,” puedes decir cosas como: ¿Qué tal te llevas con tu familia? ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? Si pudieras ganarte la vida haciendo un pasatiempo, ¿cuál sería? ¿Hiciste algo nuevo este fin de semana?

Nueve Consejos para saber escuchar 1. Si quieres saber escuchar, te debe interesar la persona. 2. Si quieres saber escuchar, da señales verbales y visuales de que en verdad estás haciéndolo. 3. Jamás te aburrirás de escuchar si participas en lo que te están contando. 4. Aunque te grabes de memoria todo lo que te están diciendo y lo repitas para que se den cuenta que sí estás escuchando, jamás se sentirán importantes si estás viendo otras cosas o mandando mensajes desde tu celular. 5. Haz preguntas o declaraciones, te ayudará a no olvidar lo que te están platicando. 6. Si no entiendes algo o si de repente dejaste de prestar atención a lo que te estaban diciendo, haz preguntas para saber si estás siguiendo el hilo de lo que te estaban platicando. 7. Controla las distracciones internas o externas. 8. Si no te interesa escuchar a la persona, mejor no lo hagas. 9. Si estás aburriéndote, trata de participar más en la conversación.

Primero escucha, después platica Por cortesía y a pesar de todas las buenas preguntas que hayas hecho, tarde o temprano tendrás que hablar de ti. Las reglas de una buena conversación involucran un equilibrio entre dar y recibir. Si sólo haces preguntas, la otra persona se cansará de hablar ──aunque con las mujeres parezca extraño── o sentirán que no te interesa compartirles acerca de tu vida. Es muy importante que cada persona cuente acerca de su vida. Es un esfuerzo para cada involucrado en la conversación. Algunas personas que se rehúsan a hablar de sí mismas tienen algunos miedos en común, tales como: 1. Creen que sus vidas son demasiado ordinarias para ser interesantes 2. No quieren parecer egocéntricas o presumidas En primer lugar, no debería preocuparte parecer demasiado ordinario. En realidad, todos somos personas ordinarias tratando de hacer lo mejor de nuestras vidas ──aunque a veces no lo parezca. Nos preocupamos por pagar recibos, trabajamos para tener dinero, estudiamos todas las noches para sacar buenas calificaciones, queremos agradarles a los demás, nos preocupamos por nuestros padres y parientes, tenemos pasatiempos, nos gustaría salir más de vacaciones, odiamos levantarnos temprano. Recuerda que tenemos más cosas en común que diferencias, y a través de todas esas cosas que tenemos en común podemos crear una conexión y, por supuesto, una buena conversación. No conozco a todas las personas, probablemente no te conozco a ti, sin embargo, sé que has tenido experiencias increíbles de una manera u otra. Todos hemos vivido un acontecimiento gracioso que seguramente provocará la hilaridad de los demás. Seguramente has tenido unas vacaciones de ensueño o de pesadilla, o quizá una lista de lugares que te gustaría visitar. Piensa en compartir esos momentos en los que te sentiste ridiculizado y empieza a reírte de ti mismo y no tomarte las cosas tan en serio. Posiblemente tienes historias que empezaron fatalmente y tuvieron un final feliz, o al revés. Presume tus logros y cuenta lo que tuviste que pasar. Diles las coincidencias que te ha regalado el destino. Impáctalos con tus aventuras. No te guardes nada. Sé que puedes hacer una conversación de cualquier cosa. Tampoco te veas limitado para hablar sólo de sucesos y experiencias. Puedes

compartir tus sentimientos ──aunque suenen cursis──, tus opiniones acerca de la vida, los libros, el mundo. Hay muchas posibilidades de que compartan los mismos gustos en comida, series de televisión, género musical, el clima, las personas.

No olvides los Cumplidos Sin caer dentro de lo regular y decir lo que todo el mundo dice, puedes empezar y mantener una conversación dándole un cumplido a la otra persona. Encontrar algo agradable en los demás no te debe ser muy difícil. Todos tenemos algo qué presumir, y la persona que tienes al lado no debe ser la excepción. No tengas miedo a ser directo y decirles a las personas que las admiras por algo, ya que puedes lograr una conexión inmediata. Y no puede haber una buena conversación sin una conexión de algún tipo. Las cosas serán más fáciles cuando muestres aprecio por las cualidades de los demás. La clave es que el cumplido sea sincero, así que selecciona algo que en verdad admires, si no, puedes abstenerte y buscar posteriormente con más cuidado. Puedes realizar un cumplido por la apariencia, sus posesiones o su comportamiento.

Aprende a terminar Conversaciones Termina una conversación mostrando aprecio para dejar una impresión positiva. Agradéceles por su tiempo, habilidades o el puro placer de haber hablado con ellas. Demostrarás elegancia y confianza cuando te despidas expresando gratitud y halagando a la otra persona de alguna manera. Esto lo puedes lograr de la misma forma en la que usas un cumplido para alimentar la conversación, y lo mismo sucede aquí, si eres genuino la otra persona lo notará y se sentirá apreciada. Ser sincero al demostrar gratitud por su tiempo producirá un ambiente de buena voluntad y serás una figura positiva para ellos. La apreciación es un cumplido con una despedida intrínseca. Habrás terminado la conversación con un sello personal, y ambos podrán volver a sus asuntos llenos de un buen sentimiento. Recuerda terminar la conversación de la misma forma en la que la empezaste: con una sonrisa y un buen apretón de manos ──o un beso y un abrazo en el caso de las mujeres. Sé igual de efusivo que al principio. Ser seco en tus despedidas no te ayudará en nada. Incluso cuando tengas que rodear la mesa o superar obstáculos, haz lo que esté en tus manos para asegurarte de dejar un buen sabor de boca. Da buenas impresiones terminando las conversaciones de una manera amable y amistosa. Esta pequeña acción que es despedirse te ayudará a lograr lo que tanto estás buscando: que la universidad sea de las mejores etapas de tu vida. Existen pausas naturales entre las oraciones y temas de discusión. Espera esos momentos oportunos para terminar tus conversaciones. Después de que mandes el signo de que quieres terminar la conversación, es bueno planear ver a la otra persona al fijar un encuentro en el futuro, incluso si lo haces muy vagamente, tal como, “¡Espero verte pronto!”, o “A ver cuándo nos vemos.” Si la otra persona habla demasiado y no respira entre oraciones, interrúmpela. Tómala del brazo o del hombro y dile, “¿Qué te parece si me terminas de contar en otro momento? La verdad es que tengo que ir a ver a una persona.” Sé amistoso y discúlpate por interrumpirla. Prométele unas cervezas si es preciso, pero hazle saber que quieres escuchar su historia completa y que te dará gusto volver a verla.

Establece Encuentros a Futuro Si conoces a alguien con quien te gustaría formar una relación, la mejor forma que existe para hacerlo es pedirle un encuentro en un futuro. Asume la responsabilidad de expedir una invitación. No importa si es hombre o mujer, no hay nada que temer ni que demostrar. Sencillamente tienes que generar una buena charla para lograr tus intenciones. Si tu meta es conocer mujeres, entonces hazlo. Si quieres conocer hombres, diviértete de la misma forma, pero no me cuentes. Reúne el coraje y hazlo. Yo sé que es bastante atemorizante, pero si no lo haces, tus posibilidades se verán severamente limitadas. Si te rechazan tienes permiso de irte a llorar a un rincón, pero también tienes la obligación de seguir intentándolo. Algunas formas que he utilizado para ver a una mujer en otro momento son las siguientes: No quiero hacerte perder el tiempo, se ve que tienes prisa, pero ¿qué tal si nos vemos el jueves? ¿A qué hora tienes tiempo libre? Podemos ir a comer o a beber un par de cervezas. En la tarde vamos a ir mis amigos y yo a bailar, ¿quieres venir? Me agradó mucho platicar contigo, pásame tu teléfono y nos vemos otro día. Me llamó la atención ese curso que estás tomando, hay que vernos pronto para que me platiques más. ¿Qué días tienes más posibilidades de poder vernos? Podemos hacer algo rápido si no tienes tiempo. No hay ningún truco en todo esto, no necesitas memorizar nada. Simplemente estás poniendo una oferta sobre la mesa, estás mostrando interés y la otra persona tiene que decidir si salir contigo o no. Las peticiones se basan en el sentido común, pero muchos se ven cegados por el miedo al rechazo y pierden cualquier noción. Invita a salir a las personas frecuentemente hasta que ya no tengas ni que pensarlo y las palabras cobren vida por sí solas. Tener la costumbre de invitar a salir a las personas te dará presencia y confianza. Esto es parte de ser atractivo e interesante. Pocas personas se van a resistir y si lo hacen, tendrán curiosidad de qué habría pasado, ya que estoy seguro de que te verán salir con otras personas. Si crees que te pierdes de la oportunidad con esa persona que te rechazó, puede que sea verdad, pero también esas personas se pierden de ti.



Los 45 Mandamientos para ser popular en tu Escuela Sé el primero en decir, “¡Hola!” Preséntate a los demás. Toma riesgos y anticipa el éxito. Utiliza tu buen sentido del humor. Practica diferentes formas de empezar una conversación. Haz un verdadero esfuerzo por recordar el nombre de los demás. Pregunta el nombre de las personas si lo has olvidado. Muestra curiosidad e interés para saber acerca de las personas. Cuéntales a las personas sobre tu vida. No seas pasivo al esperar que las personas se acerquen a ti. Demuestra que estás escuchando al reafirmar las cosas que te están contando. Expresa entusiasmo por los temas de conversación que brindas a la plática. Forja tu camino para conocer nuevas personas donde quiera que estés. Acepta que los demás pueden tener ideas y creencias diferentes a las tuyas. Involúcrate en la costumbre de preguntarles a las personas acerca de su vida. Repíteles tu nombre a aquellas personas que muestren signos de haberlo olvidado. Rétate a ti mismo y a los demás a decir cosas interesantes o diferentes. Sé consciente del lenguaje corporal abierto y cerrado. Sonríe, establece contacto visual, extiende tu mano y ve en busca de nuevas personas. Saluda a las personas que veas regularmente. Busca intereses, metas y experiencias en común. Si puedes, haz el esfuerzo de ayudar a los demás. Deja que las demás personas se sientan los expertos en su tema. Si alguien te pregunta cómo estás, responde algo más que un simple, “¡Bien!” Entusiásmate por los intereses de los demás. Establece un balance entre contar y escuchar. Habla sobre toda variedad de temas. No tengas temor de expresar tus sentimientos, opiniones y creencias. Haz que se note que la pasas bien platicando con los demás. Invita a las personas a salir, sea donde sea. Encuentra una forma de mantenerte en contacto con las personas que te

interesan. Busca la opinión de los demás. Busca lo positivo en aquellos que estás conociendo. Termina las conversaciones con el mismo entusiasmo con el que las saludaste. Forma relaciones con tus compañeros. Haz preguntas sobre lo que te han dicho previamente en las conversaciones. Haz preguntas abiertas para aprender un poco más. Cambia los temas de conversación incómodos, tediosos, aburridos o que no aporten nada bueno. Busca aquellos temas de conversación que les excite. Diles cumplidos acerca de lo que usan, hacen o dicen. Cuando cuentes una historia empieza con una frase cautivadora y luego ofrece detalle. Incluye a todos en la plática siempre que sea posible y necesario. Aprende a notar signos de aburrimiento o falta de interés. Prepárate con tiempo cada vez que tengas una reunión importante. Despídete cortésmente cuando alguien no esté interesado en tu plática.

El Ojo que Todo lo ve Cada vez que entres a un lugar, pretende que eres invisible. Nadie te ve, así que no tienes la necesidad de sentirte incómodo o inseguro. Cada persona que está en el lugar al que tú llegas está centrada en sus propias actividades, tiene sus propias conversaciones o está absorta en sus propios pensamientos. Con más calma podrás andar u observar el lugar al que llegues: ¿quién está allí? ¿Cómo se comporta el ambiente? ¿Todos se están divirtiendo o hay mucha tensión? Observa todo. ¿Quién parece más accesible? Cuando hayas reunido información suficiente sobre el lugar, tus pensamientos ahora pueden convertirse en palabras, las cuales compartirás al abordar a las personas o cuando ellas te aborden a ti. Es más fácil romper el hielo comentando observaciones sobre la situación que ir directamente a las preguntas personales. Normalmente, si realizas un comentario inocente, la persona del otro lado responderá con sus propias impresiones. Y a veces puede resultar efectivo que empieces a hablar con los hombres antes que las mujeres para no despertar sospechas o simplemente para entrar en el estado adecuado para socializar. Si tienes suerte, ellos mismos te pueden presentar con una linda chica. Algunos rompehielos que puedes utilizar son: ¡Ya he venido varias veces aquí y nunca te había visto! ¿Sabes dónde van a dar la conferencia X? Yo casi no conozco a nadie de este salón, ¿tú sí? Los jueves se pone muy bueno en X. ¿Tienes algún plan? Si no, podemos ir. Ya te he visto varias veces, y has despertado mi curiosidad. Nunca había venido aquí. ¿Tú qué opinas de este lugar?

Comentarios entre Preguntas Considera lo siguiente cuando realices una pregunta o ellas te pregunten a ti: piensa en cómo puedes hacer un comentario acerca de lo que respondan las personas. Aquí hay un ejemplo: Tú: ¿Qué tan seguido sales? Ella: Trato de salir los viernes y sábados Cuando ella responda, piensa qué comentar acerca de lo que te respondió en lugar de pensar en la siguiente pregunta. Este ejercicio hace maravillas para mejorar tus habilidades para escuchar. Tú: ¡Parece que lo último que quieres hacer es estar en casa! Ahora hiciste un comentario en vez de ser predecible y formular otra pregunta al estilo de, “¿a qué lugares te gusta ir?” Verás, requiere de un nivel más alto de atención realizar comentarios que hacer preguntas. Al hacer un comentario estarás dándole más flujo y contenido a la conversación, y puedes demostrar buenas cualidades como sentido del humor y quizá un poco de coquetería, mientras que hacer preguntas puede demostrar nerviosismo o que no te interesa en absoluto lo que te están explicando al no dar un poco de retroalimentación. Si tienes varias preguntas en mente, no las digas todas si no has hecho unos cuantos comentarios. Tampoco te preocupes, eso no quiere decir que no puedas preguntar después. Guárdalas en tu mente y pregunta más tarde cuando creas que sea el momento indicado. Otra opción que puedes tomar en vez de hacer un comentario humorístico es revelar cosas de ti de acuerdo con lo que te están diciendo. Así es como funciona: Tú: ¿Qué tan seguido sales? Ella: Trato de salir los viernes y los sábados. Tú: ¿En serio? Yo trato de salir entre semana porque hay menos gente en mis lugares favoritos. Esta vez, una revelación acerca de ti mantiene cierta conexión en la conversación. También te servirá de ayuda hacer una que otra pregunta. En la

mayoría de las ocasiones, si todo va bien, estas revelaciones actuarán como generadores de interés. Estos comentarios despertarán la curiosidad de la otra persona para que hable más o te haga preguntas a ti. Siguiendo este hilo de la conversación, ella te podría decir algo como: Ella: Oye, es cierto, nunca se me hubiera ocurrido. Lo malo que entre semana no tengo mucho tiempo. Cuando comentas la respuesta de alguien, sentirá cierta obligación de decir algo de regreso. Utiliza esta reacción a tu favor. Ahora te preguntarás qué sucede cuando no hay reciprocidad en la conversación. Bien, utiliza las preguntas que tengas en mente. En estos casos debes ser paciente e insistir hasta las últimas consecuencias, o bien, cortar la conversación e intentarlo otro día o más tarde. Sigamos entonces con el ejemplo que estábamos tratando: Tú: ¿Qué tan seguido sales? Ella: Trato de salir los viernes y sábados Tú: ¡Parece que lo último que quieres hacer es estar en casa! Ella: (se ríe, pero no responde) Tú: ¿Y cómo le haces para aguantar todas las desveladas? Una vez que entres en el hábito de hacer comentarios y revelar cosas de ti, hacer preguntas no será tan tedioso. Con el uso creativo de esos tres elementos, las posibilidades y variaciones de tus conversaciones son virtualmente ilimitadas. Mientras estés atento en tus conversaciones todo se irá dando poco a poco. Quiero finalizar este apartado diciéndote algo: debes de ser paciente ──cosa que a mí me ha fallado mucho. No tienes que darlo todo en la primera cita. Date la oportunidad de conectar con las personas que te interesan en vez de tratar de encontrar todo acerca de ellas en ese mismo encuentro. Tantea las posibilidades que tienes de lograr esas cosas que buscas de esa persona y decide si vale la pena continuar esa relación o sólo dejarlo como un solo encuentro

Dilo, pero de otra Manera Ya estoy cansado de la frase, “No importa lo que dices, sino cómo lo dices,” pero no hay nada más cierto. Diciendo las cosas de una forma diferente puedes transformar el valor de la plática de aburrida a interesante. ¿A qué me refiero con esto? Me refiero a que sobre el curso de una conversación la información compartida necesita ser transmitida de un lado a otro con la mujer que estés hablando. Este es el flujo natural de cualquier conversación. Así que puedes ir olvidándote de pasártela platicado acerca de lo que has logrado, de cuánto dinero te da tu papá para ir a gastar y todas tus patoaventuras que al inicio no harán más que complicarte las cosas. Mejor aprende a crear pequeñas charlas añadiendo cosas divertidas, juguetonas y coquetas. Existe un sinfín de maneras para hacer que una plática sea coqueta y debería fascinarte buscar esas oportunidades tan valiosas. Muchos hombres tienen miedo a usar la coquetería en sus conversaciones por miedo a ofender a la chica en cuestión. Sin embargo, es un componente importante para medir el interés sexual que una mujer tiene hacia ti. Si sientes que una mujer actúa cómoda platicando contigo y la conversación no tiene ningún componente sexual, no importa el tiempo que ella dure contigo, no va a besarte ni a acceder a algo más contigo a menos que ella ya esté atraída hacia ti. Si después de una plática nunca terminas besuqueándotelas o nunca las tienes bajándose sus calzones ansiosas por tu verga, y ni tú ni ellas toman la iniciativa, probablemente careces de este componente sexual del cual te estoy hablando. Que una mujer esté platicando contigo no significa que pueda haber algo más. La próxima vez que estés en medio de una conversación con una mujer que te guste y no sepas qué hacer, relájate unos segundos y pregúntate por qué estás hablando con ella. Quizá quieras una amistad, una relación seria, una sola noche de pasión, amistad con derechos. Empieza siendo sincero contigo mismo y no te conformes con menos por mera inseguridad. Lo más probable es que quieras escucharlas gritar de alegría mientras te las estás cogiendo durísimo. Si quieres revolcarte con ella en la cama o en un salón de clases, debes estar dispuesto a perderla. Esto significa que, si tu intención es desnudarla o al menos subirle el vestido, debes arriesgarlo todo para lograr tu cometido. Que no te dé miedo perderla. Créeme si te digo que vas a fracasar miserablemente si te da miedo romper esa linda conexión que tienes con ella, que si estás dispuesto a

incomodarla al sugerirle cositas indecentes. La tensión sexual genera deseo combinado con incertidumbre, suspenso e incluso nerviosismo. Si has estado hablando durante una hora con una mujer acerca de comida, viajes o escuela, ten por seguro que no hay tensión sexual, incertidumbre, suspenso ni nada que despierte sus sentidos sexuales, a menos que le hayas estado tocando la pierna o haciéndole propuestas indecorosas con un lenguaje no verbal. Tampoco es tan malo, pues generas cierta comodidad y simpatía. Sin embargo, si quieres avanzar, tienes que sacudir esos sentimientos. Por ejemplo, si una mujer se ha acomodado demasiado contigo y comienza a parlotear acerca de lo mucho que odia la escuela, detenla y dile, “Si seguimos hablando acerca de esto tendré que cobrarte $300 la hora por la terapia.” Es necesario también que sepas cuándo interrumpirlas y cuándo dejarlas hablar. Tampoco te estoy recomendando que seas un egoísta y que impidas que te hablen de esas cosas de las cuales necesitan desahogarse. Utiliza tu criterio y no hagas sentir a las personas poco apreciadas sólo porque quieres ser coqueto. Volviendo al ejemplo anterior, lanzar ese comentario romperá ese trance negativo y le dará vida a la conversación. Además, harás pedazos cualquier pensamiento relacionado con, “Me cae bien, lo voy a mandar a la zona de amigos.” En general, no tendrás problemas de que tus interacciones carezcan de tensión sexual si desde el principio tienes claras tus intenciones y se las haces saber a ellas. Siempre hazles saber tus intenciones. Si no quieres que una mujer se sienta demasiado cómoda contigo y te empiece a ver como un chico divertido con el cual uno se la pasa riendo, entonces demuestra tus intenciones desde el principio. Si sólo te la pasas hablando con una chica acerca de la escuela, viajes y comida, te verá sólo como alguien con quien puede hablar de la escuela, viajes y comida. A continuación, te mostraré un par de ejemplos sobre cómo puedes demostrar tus intenciones de una forma coqueta: Tienes una sonrisa muy traviesa, como si todo el tiempo pensaras en maldades. Me encanta. Eso que estás haciendo con tus ojos me está volviendo loco. Ya dejé de poner atención a lo que estás diciendo.

Una vez que hagas una declaración indecorosa no hay cabida para una disculpa, decir que era broma o echarte para atrás. De otro modo destruirías la tensión que acabas de crear. Si rompes esa tensión que has creado, será más difícil volver a construirla. No tendrás que preocuparte de que ella malinterprete tus intenciones si eres claro y no te disculpas cuando sacudes sus emociones. Eso sí, cuando realmente las ofendas, discúlpate. Diles que te ganó la excitación, que su belleza te puso nervioso o cualquier comentario para mitigar su enfurecimiento. Apacígualas y vuelve a intentarlo si tuviste éxito. Todo depende del contexto y la calibración. Usa el sentido común.

El Sentido del Humor eres tú El sentido del humor no es lo que dices, es lo que eres. Necesitas tener un sello único. Una actitud que indique que eres tú y sólo tú. Sin un estilo propio sólo eres un recitador de palabras. Una persona puede hacer reír a la gente incluso cuando lo que dice no es especialmente gracioso, porque lo que hace reír es la persona, no lo que dice. Aquellos quienes tienen el don de tratar a las personas se han creado una personalidad memorable. No sólo las personas se sienten bien a su alrededor, sino que las interacciones cobran vida propia. Como ya hemos visto, el inconveniente más grande es que muchas personas se quedan sin nada que decir o recurren a temas aburridos, especialmente al principio de la conversación, donde no se ha establecido casi nada. A ti y a esas personas les gustaría saber que se puede tomar cualquier tema de conversación y convertirlo en un tema excitante y coqueto para, de este modo, tener siempre algo bueno que decir y nunca quedarse sin tema. Así es, existe una forma de lograrlo. Esto es posible porque, como dije antes, el sentido del humor fluye más de las personas y de la interacción, que de las bromas. Esto es un alivio porque no necesitas estar pensando constantemente en un chiste para hacer divertida la interacción. De hecho, la diversión se generará gracias al juego entre ustedes dos o demás personas. El humor y su expectativa generan tensión. Mientras continúes construyendo tensión, relajando la situación y subas la energía, crearás, paso a paso, tensión sexual. Importa poco tu personalidad en este asunto. No obstante, exhibe un pequeño grado de dominio mental sobre las personas con quienes platicas. Bromear y ostentar un dominio mental, en combinación, generarán bastante atracción. Escoger una postura debe involucrar un criterio adecuado para lograr esa atracción que tanto te falta. Algunas posturas funcionarán mejor que otras. Para que me comprendas mejor, estos son algunos de los papeles implícitos que puedes atender: Tú eres el dominante, ella la inocente Tú eres la autoridad, ella quien intenta pervertirte Tú eres su maestro, ella la aprendiz Tú eres el seducido, ella la seductora

Tu eres el frío, ella la caliente Tú eres el conservador, ella la aventurera Tú eres el usado, ella la que te usa Haz que cada uno adopte el papel que más convenga a tus propósitos. Bromea con ello y no te lo tomes tan en serio, así como tampoco debes llevarlo demasiado lejos. Básicamente estás haciendo que cada uno adopte la postura adecuada para que de ahí establezcas las reglas de la conversación. Es importante que lo hagas desde el principio y no cuando hayas platicado media hora de su situación académica. Eso haría las cosas demasiado torpes. Lo más importante es que seas congruente, lo cual quiere decir que no te vas a intimidar si ella te pone a prueba. No le estás pidiendo permiso, ella simplemente tiene que jugar con las cartas que le diste. Finalmente, lo único que faltaría es saber cuándo dejar esa postura al olvido y dejar que la conversación evolucione. Quizá no sea necesario dejar el tema por completo para poder utilizar un par de bromas esporádicas más adelante. En resumidas cuentas: no abuses. Si ya generaste atracción, no hay necesidad de gastar el tema. Con esto en mente, me gustaría dejarte de tarea un ejercicio ──con esto me refiero también a que lo lleves a la práctica──, el cual consiste en lo siguiente: con la postura que acabas de elegir para determinada interacción, cómo responderías a las siguientes situaciones: Ella toca tu trasero accidentalmente Deja caer algo Se pone a mandar mensajes en su celular No te presentó a sus amigas cuando fueron a saludarla Bosteza Bebe muy rápido Se pone a fumar Pide algo de comer Voltea hacia otros lados Te da un golpe en el pecho por algo que dijiste Te dice una grosería

Te recomiendo hacer este ejercicio adoptando diferentes posturas. El éxito es amante de la preparación. Cuando lleves este ejercicio a la práctica debes saber que ella sabrá de antemano que estás jugando, así que puedes sentirte cómodo siendo cursi, exagerado e incluso grosero. La práctica debería involucrar un diálogo más o menos así: Ella: (accidentalmente toca tu trasero) ¿Y cómo te ha ido este semestre? Tú: (viendo hacia abajo y a su mano) Sí me di cuenta de lo que acabas de hacer, eres una perversa. Ella: Jajaja, cálmate, fue sin querer. Tú: Quieres distraer mi mente y aprovecharte de mí. Ella: Lo siento, me atrapaste. Tú: Y no es que no me haya gustado, el problema es que ni un café me has invitado. Ella: Tú eres el que debería invitarme a salir. Tú: ¿Entonces debo agarrarte las nalgas antes o después? Ella: Jajaja, eres un tonto. Pero yo creo que después. Hubieras podido ignorar ese hecho y simplemente responder su pregunta y continuar con la conversación aburrida y desabrida. Pero adoptar una postura te permite avivar las cosas instantáneamente y generar buenos sentimientos. Tensión sexual, por ejemplo. Esto no quiere decir que debas ignorar la plática anterior o que no debas responder su pregunta, lo único que estás haciendo es generar una pequeña pausa para subir el ritmo y evitar el tedio.

Transforma la Conversación en un Juego ¿Alguna vez has pasado divertidas horas pateando un balón de fútbol contra la pared volviendo a rematar cada vez que rebotaba hacia ti? ¿Te has sentado en tu asiento clasificando quiénes eran tus compañeras más “cogibles” en tu salón de clases mientras el maestro recitaba conceptos aburridos? ¿Has jugado a ser equilibrista caminando a través de un borde estrecho en la calle? Felicidades, ya sabes cómo hacer algo divertido de una actividad aburrida. Yo creo que la gente hace esto todo el tiempo, puesto que los juegos son divertidos. Cada interacción que tengas con una chica posee el potencial de volverse divertida. Hacer de las conversaciones que antes eran aburridas en un juego es una habilidad digna de construirse. Busca algo que puedas convertir en algún tipo de concurso y ver quién supera a quién. A todo el mundo le gusta jugar juegos. Hacer esto hará que siempre haya algo que decir, porque la conversación será parte del juego. Y antes de pasar a los ejemplos, me gustaría decirte las razones por las que es una excelente idea jugar estos juegos: Genera un buen entendimiento entre ambas partes Mantiene la conversación fluyendo adecuadamente creando una ilusión de química Permite que los dos compartan información que sería un poco más complicada obtenerla de otro modo Puedes entablar temas sexuales de una manera menos agresiva e incómoda Sitúa la conversación en los sentimientos, emociones y observaciones en lugar de meros hechos Cualquier cosa tiene el potencial de convertirse en un juego. Cada juego debe pensarse y diseñarse para apelar a las emociones y crear un sentimiento de compenetración y atracción. Ten en mente que no debes acabar el juego, no debes llevarlo hasta las últimas consecuencias y no debes tomártelo demasiado en serio. Tampoco debes usarlo como una medida desesperada para hacer que ella invierta en la conversación, o porque no tienes nada que decir. Entender el ritmo de tus conversaciones es vital. Si la conversación no va del todo bien de nada te servirá esto, mejor adopta otras estrategias para generar el ambiente apropiado. Por último, es importante que no avises, simplemente propón el juego

cuando lo creas conveniente. Sin más preámbulos, vayamos a este par de ejemplos: 1) Tú: Vamos a jugar un pequeño juego. Ella: Está bien, ¿cuál juego? Tú: Es muy simple. Sólo tenemos que tomar nuestro turno para hacer la pregunta que queramos, pero las reglas son las siguientes. Ella: ¿Cuáles reglas? Tú: La primera es que todas las preguntas deben ser respondidas con la verdad; la segunda es que no pueden repetirse preguntas, es decir, si yo pregunto algo, no me puedes preguntar lo mismo; y la tercera es que yo voy primero, “¿Cuántos novios has tenido?” 2) La segunda opción es jugar los juegos del rol. El juego del rol consiste en crear un escenario imaginario y papeles que los dos deben actuar juntos. Digamos que estás hablando con una chica y le dices que en dos meses vas a viajar a Holanda y entre bromas ella te dice, “¡Llévame, por favor!,” en vez de decirle que no puedes o algo estúpido, puedes seguirle la corriente con: “Por supuesto, es exactamente lo que te iba a proponer. Lo malo es que no compre otro boleto así que tendré que guardarte en mi maleta. ¿Qué tan flexible eres? No lo digo para hacer porquerías en la cama, lo digo porque sólo tengo maletas pequeñas. Después cuando lleguemos te voy a contratar como mi guardaespaldas, porque quiero ir a apostar a los bares y cuando no tenga con qué pagar, tú los vas a golpear a todos. Nos robaremos ese dinero y con él podemos estar de bar en bar por toda Europa.”



Así es como puedes hacer un juego de cualquier cosa. No olvides ser coqueto y divertido, ya que ese es el punto. Aquí te mostré un par de juegos, pero estoy seguro de que conoces otros más, así que no temas proponerlo y pasar un buen rato.

Improvisar es crear No hay duda de que la improvisación puede ser divertida. Sin embargo, el propósito principal de la improvisación no es ser divertido. Improvisar es desempeñarse en una actividad sin un guion en específico. Es poner al máximo tus habilidades mentales, estar atento a la situación y reaccionar de acuerdo con lo que está a tu alrededor y estar completamente en el momento presente ──no el pasado ni el futuro, sino el ahora. Improvisar trata sobre darte cuenta de que todo lo que necesitas está en el momento presente. Si no estás atento a las circunstancias, no podrás actuar sobre ellas. Regla #1: Concuerda y di “sí” “Sí” es una palabra simple, y en la improvisación es una filosofía. “Sí” es la aceptación de nuevas ideas y perspectivas, y establece reconocimiento y respeto a la persona que te está hablando. Forja un escenario de comunicación positiva y un verdadero diálogo. Es muy fácil ser negativo y apático ──actitudes que rápidamente corroen los buenos sentimientos de la interacción. La negatividad sofoca la creatividad y la innovación. Decir “sí” te mantiene abierto a nuevas posibilidades. Es positivo, afirmativo, confiado, optimista. Decir “sí” es el primer paso para erradicar la negatividad. Regla #2: No sólo digas “sí”, di “sí, y” “Sí” establece sinceridad y aceptación. “Sí, y” toma esa sinceridad y aceptación un paso más adelante al construir algo nuevo sobre lo que la otra persona ha dicho. Significa que aceptas lo que la otra persona dijo y estás dispuesto a aportar. “Sí, y” te permitirá tomar ideas y construir sobre ellas algo que te acerque a tus objetivos amorosos. También motivarás a la otra persona para seguir aportando a la conversación y apegarse a tu plática. A su vez, esa persona estará acercándose a tus propósitos sin sospechar de tus intenciones. Además, fomenta la cooperación porque ambos estarán dando sus puntos de vista. Sirve para construir una relación entre los dos, lo que permite que tus interacciones sean más exitosas. Regla #3: Haz declaraciones Cualquiera que sea el problema, sé parte de la solución. Las personas que

constantemente están haciendo preguntas ponen presión en los demás para seguir con la plática. Todos hemos estado con este tipo de personas o hemos sido este tipo de personas. No se logra otra cosa más que detener el progreso de la conversación, a veces causando que la interacción se estanque. Este mundo necesita personas que sepan resolver problemas, o en este caso, personas que sepan hacer declaraciones. Es importante hacer preguntas trascendentales, pero también es importante pinar sobre los comentarios. Hacer declaraciones provee diferentes direcciones por las cuales la conversación puede dirigirse. Hacer declaraciones implica liderazgo, lo cual ayuda a forjar un camino que ambas partes van a disfrutar. Regla #4: No hay errores, sólo oportunidades Si sigues las otras reglas de la improvisación, entonces las posibilidades son ilimitadas. No habrá errores. Estarás escuchando, reaccionando y creando algo nuevo, y este simple acto puede llevarte a algo novedoso e inesperado. Es cierto que puede haber equivocaciones, pero esta regla trata de aceptarlas y seguir adelante. La improvisación también consiste en no detenerte y explorar territorios inexplorados ──no de arrepentirte y morar en el pasado. Preocuparte por los errores puede llevarte a ser demasiado precavido, a tener miedo a cometer más errores y dejar pasar oportunidades. Necesitas liberarte para intentar lo nuevo, lo arriesgado. Sé libre para experimentar e innovar en tus conversaciones. El verdadero fracaso es no aprender de tus errores. Los inventos que han provocado que la humanidad pueda trascender, fueron errores cargados de buena suerte. Entonces, ya no son errores, sino oportunidades. Ya que has visto y puesto en práctica las reglas de la improvisación, es importante plantearte la siguiente pregunta: si tienes miedo a pensar diferente, ¿cómo puedes prepararte para lo inesperado, cuando los retos que vas a enfrentar dependen menos de lo que sabes y más de la manera en la que piensas? Si realmente quieres pasarla bien en la universidad necesitas sobresalir como comunicador, innovador, saber cómo tomar decisiones, pensar críticamente, promover la cooperación ──entre amigos deben ayudarse── y saber transmitir buenas emociones a los demás. Como un improvisador principiante puedes encontrar adverso cuando conoces alguien en la vida real y su primera respuesta es “¡No!” Pero si sólo te quedas con esa primera respuesta, no tendrías manera de sobresalir. Toma en cuenta que en la segunda regla tienes que estar de acuerdo con lo que dicen y luego añadir

algo de tu propia cosecha. Si alguien empieza con un comentario como, “Hay demasiada gente aquí,” y tú dices, “¿Pues qué esperabas?,” estás frito, porque estás llevando la conversación a ningún lado. Un mejor abordaje podría ser, “Sí, pero así no vamos a pasar frío,” ya que puedes llevar la conversación a otro lado. Esto significa que no tienes miedo de contribuir. Es tu responsabilidad contribuir. Siempre asegúrate de aportar algo valioso a la conversación. Luego, tomando en cuenta la regla número tres, es una manera positiva de decir, “¡No hagas tantas preguntas todo el tiempo!” Si desde el principio empiezas a preguntar, “¿Cómo te llamas? ¿Qué estudias? ¿Dónde vives? ¿Adónde vas?” Estás poniendo demasiada presión para que deba responder todas esas preguntas. Entiende, sea cual sea el problema, sé parte de la solución. No te pares enfrente haciendo pregunta tras preguntas poniendo obstáculos entre tú y las demás personas. Y algo muy importante es que tus declaraciones no deben sonar como preguntas, es decir, no tienes que sonar dubitativo: “¿te acompaño a tu salón?” No, si quieres acompañarla a su salón, debes decirlo con seguridad, “¡Te acompaño a tu salón!” Que se noten tus intenciones con tus acciones y con tu voz. Implementada correctamente, la improvisación puede ayudarte a confiar más en ti mismo, incrementar la colaboración con quienes te escuchan, mejorar tus habilidades de comunicación, promover la innovación y la creatividad, mejorar la tolerancia a la ambigüedad y el caos en tus conversaciones, y saber cómo asumir riesgos. Todas estas destrezas te ayudarán a sobresalir. La improvisación puede desarrollar un enorme rango de habilidades y comportamientos, pero tiene sus limitaciones y puede no ser la mejor solución para cada interacción. Reflexiona en las habilidades y competencias que debes requerir para sobresalir en la universidad. No todas ellas pueden desarrollarse con la improvisación. La improvisación provee muchas herramientas para desarrollar habilidades como el liderazgo y la confianza, pero no siempre funcionarán en cada ocasión. Las habilidades que decidas usar dependerán de tu forma de ser y la situación en específico.

Los 19 Trucos para sobresalir como Improvisador 1. Preséntate. Jamás asumas que todos saben quién eres. 2. No bloquees a los demás. Habla con todas las personas que se dirigen a ti dentro y fuera del grupo. Siempre y cuando no generes conflictos y esas personas tengan cierta relevancia. 3. Recuerda la regla de “Sí, y”. Acepta la información que los demás te comparten, pero también recuerda añadir algo más. Quieres ser una fuente de buenas conversaciones, no alguien que dice que sí a todo. 4. Escucha. Una de las claves de la improvisación es escuchar. Presta atención a lo que dicen y cómo lo dicen. Los detalles te darán dividendos más tarde. 5. Usa tu cuerpo. Tienes que estar consciente de tu lenguaje corporal, tu postura y tu apretón de manos para asegurarte de comunicar el mensaje adecuado: confianza, positividad, amistad y capacidad. 6. Comprométete. Una vez que les intereses a los que te escuchan, sigue asumiendo esa responsabilidad. 7. Practica por cuenta propia. A veces no es posible hablar con todos todo el tiempo, pero puedes practicar en tu cabeza planteándote diferentes escenarios o enfrente del espejo. Quizás a solas en voz alta. 8. Ayuda a los demás. Si alguien tiene problemas para acercarse o hablar con las personas. ofrécele un par de consejos o dale retroalimentación. No te burles, mejor aprende de él. 9. No hagas preguntas, haz declaraciones. Jamás me cansaré de repetirlo: dale

dinamismo a tu conversación. 10. Vive en el presente. No existe otra cosa más que la conversación y tú. Deja tu sello personal. 11. Conviértete en un pensador ágil. Esto podrás lograrlo únicamente con la práctica y la experiencia. 12. Entiende tus motivaciones. No camines hacia otra persona si no sabes por qué lo haces. 13. Entra y sal con propósito. Esto es muy importante. Si sólo abordas a una persona y abandonas sin una justificación real, carecerás de presencia. Ten un motivo real para hablarle una persona y otro motivo por el cual abandonas la conversación. De esta forma no despertarás sospechas ni malos sentimientos. 14. Establece contacto físico. Tocar a las personas fomenta una buena conexión. 15. No seas arrogante. Presumir y acaparar la conversación te hará sobresalir… negativamente. Robar la escena sólo provocará animadversión y sentimientos que no te conviene provocar. 16. Fomenta relaciones potenciales. Promueve ideas, motivaciones o metas en una conversación para crear futuras colaboraciones o encuentros. 17. Si puedes vender tu acto, no tienes que ser el mejor. Si tienes posibilidades, hazlas valer. 18. Mantén la energía alta relajándote. Visualízate logrando tu objetivo y

convenciéndote de que hablar y persuadir a las personas es tu actividad favorita y de que eres bueno en ello. 19. Haz que los demás queden bien. Tienes que ser capaz de dar tanto como recibes. Haz cumplidos, da buenas críticas.

Los 15 Secretos de una buena Conversación Secreto #1 Construye Autoestima Nuestra percepción de nosotros mismos tiene bastante control sobre nuestra habilidad para conversar. Muchas personas pasan mucho tiempo y se esfuerzan para construir una imagen de sí mismas y que otras personas puedan ver. Por ejemplo, pueden hacerse pasar como alumnos destacados, o pueden gastar todo su dinero en ropa y así poder aparentar un estatus superior. Las mujeres pueden construir una imagen de sí mismas para parecer populares e inalcanzables. Nos creamos una identidad falsa cuando no nos valoramos adecuadamente y tenemos muchas inseguridades. La personalidad que tratamos de proyectar se vuelve demasiado frágil. De este modo, un individuo con una personalidad frágil tiende a enojarse o alterarse cuando su ego se ve herido. Eso significa que hará lo siguiente: Callarse y criticarse a sí mismo Apresurarse para decir lo que sea y evitar silencios incómodos Preocuparse demasiado por lo que están diciendo. ¿Es lo suficientemente interesante? Ponerse nervioso cuando haya un tema que no conoce Perjudicar su habilidad natural para ser espontáneo Tener un conflicto mental en vez de disfrutar el momento Y todo esto solamente para evitar decir algo tonto, dar un paso en falso o parecer aburrido. El temor a ver su ego dañado está latente en todo momento. Así es como el ego puede manipular nuestro comportamiento. Es importante preocuparse por lo que las personas piensan de ti, pero una cosa es una preocupación constructiva a una destructiva. Si te preocupa la impresión que puedas causar o te preocupa lo que las personas piensen de ti, serás muy frágil ante las adversidades. Te recomiendo que no te mortifiques tanto. Yo tengo el ego sensible, casi todos lo tenemos. Lo único que podemos hacer para contrarrestarlo es fortalecer nuestra autoestima. Mientras más fuerte sea tu autoestima, menos necesitarás usar esa máscara y más cómodo te sentirás en tus interacciones. Una de las maneras más efectivas para construir una autoestima

inquebrantable es hacer cosas para ti y para tu crecimiento personal. Créeme, nadie puede tacharte de aburrido cuando has dedicado tus fines de semana para practicar deportes extremos. Lo único que puede ser herido es tu orgullo, una autoestima fuerte jamás va a tambalearse, y menos cuando alguien haga un comentario hiriente o dé una opinión negativa. Una fuerte autoestima jamás se verá afectada por los ataques al ego. Esa debilidad quedará superada. Acepta los juicios sobre ti. Así aceptarás cualquier crítica en tu contra y aumentará tu confianza. Te darás la única aprobación que importa: la tuya. No buscarás el consentimiento de los demás. Esta perspectiva te permitirá una mejor maniobrabilidad en tus conversaciones porque te permitirá hablar de cualquier cosa sin juzgarte internamente acerca de lo que estás diciendo. Podrás tener cualquier conversación sin tener que censurarte o preocuparte sobe la impresión que estás creando. Recuerda que esto no quiere decir que no debas preocuparte por la retroalimentación que recibas de los demás. Ten en mente que hay una preocupación constructiva y una destructiva. Secreto #2 El Poder de la Positividad La extraordinaria habilidad para hacerte amigo de tus maestros, actuar como el anfitrión de las fiestas e inclusive acercarte a personas extrañas y tener buenas conversaciones, empieza con la positividad: la energía que expresará tu carisma. Si no puedes hacer esto, tu negatividad prevalece. Tu meta es acercarte a la gente y durar todo el tiempo conversando sin albergar ningún pensamiento negativo. Si algún pensamiento negativo surge, para y cámbialo por uno que te sea de más ayuda. Imagínate logrando lo que te has propuesto. Secreto #3 Haz que la Conversación sea un ganar-ganar Cando empiezas una conversación con una confianza cálida pero minimizada, será difícil que no te respondan favorablemente y tengan una reacción más positiva para que la puedas aprovechar. Esto te ayudará a exudar una vibra afectuosa y auténtica que mucha gente está programada a responder de la misma forma. Este panorama asegura que cualquiera que sea la reacción que obtengas en tus conversaciones siga una línea adecuada que te acerque a tus objetivos. Será difícil obtener una mala reacción. El resultado final es que no importa demasiado si llegaras a recibir respuestas negativas, ya que tu postura te ayudará

a sacar lo mejor de esa interacción. Secreto #4 Empieza tus Conversaciones por Razones auténticas Antes de que empieces a hablar con las personas es mejor tener una razón genuina para empezar a hablar. Eso puede sonar demasiado obvio, pero cada conversación empieza de dos maneras: 1) el deseo de impresionar a otros; ó, 2) la necesidad de expresarte a ti mismo. ¿Me pregunto si ahora sabes cuál sería la mejor perspectiva para acercarte a una persona? Cuando deseas impresionar a alguien con lo que dices, estarás presumiendo de alguna forma, cualquier tipo de abordaje llegará a eso. Nuestros motivos para acercarnos son egoístas porque queremos ser bien recibidos y sentirnos validados por nuestras acciones. El siguiente motivo no es tan egoísta, de hecho, cuando queremos expresarnos simplemente enunciamos algo interesante que ha sucedido: nuestras conversaciones empiezan de forma natural y relajada porque estamos menos preocupados por el resultado de nuestra interacción. La conversación se verá envuelta en una vibra genuina y auténtica y las personas con las que hables tenderán a considerar tu presencia favorablemente. Siguiendo el segundo enfoque, puedes empezar una conversación por impulso, y es cuando te ves tan envuelto en el momento presente que tienes que compartir un gran pensamiento, idea u observación con la persona que deseas comunicarte. La curiosidad es un elemento favorable, ya que, si notas algo sobre alguien que te interesa, te acercarás a esa persona para decírselo. Puede ser un accesorio, una prenda de vestir, la feliz expresión de su rostro, la raza de su perro, incluso su belleza física. De cualquier forma, si te da curiosidad, te acercarás. La siguiente razón puede ser por mera diversión. Siempre que tienes un pensamiento divertido o una broma graciosa, seguramente quieres compartirla para que puedan reírse, así como lo hiciste tú. Quizá no se rían tanto como tú, pero de ahí puedes empezar a construir una charla favorable para tus propósitos. Otra razón es por una necesidad. Esto depende de la idea de que necesitas preguntar información sobre alguien o sobre algo. Por ejemplo, digamos que no sabes dónde está el auditorio de la universidad, o cualquier cosa que no sepas en ese momento. Este tipo de conversación, mientras que se dan fácilmente, son cortas porque terminan tan pronto tengas la respuesta, y es difícil hacer una

transición para continuar platicando. Lo que puedes hacer es realizar una transición de una manera sutil. Ahora quiero que prestes mucha atención. Si quieres romper cualquier protocolo social o acercarte a las personas en una situación muy difícil, necesitas primero entender el contexto y reconocerlo para no tener repercusiones negativas, pero aun así salirte con la tuya. Todo esto se puede resolver con una simple declaración como en los ejemplos siguientes: Hola, sé que no debemos estar hablando aquí, pero quería decirte que… Hola, sé que te estás divirtiendo mucho y no quisiera interrumpirte, pero… Hola, creo que vienes con alguien, pero me gustaría… Primero estarás rompiendo el hielo al decir “¡Hola!,” pero la siguiente declaración reconoce las reglas sociales que estás rompiendo. Por ejemplo, si quieres hablar con una chica que va corriendo para no llegar tarde a su clase, no tendrás ninguna oportunidad si no reconoces la situación y quieres extender tu plática o hacer que ella se detenga. Las convenciones sociales nos dicen que no debemos hacer eso. Si quieres lograr algo en esta situación, tienes que anticiparte a las negativas y hacer una declaración de por qué no consideras correcto hablarle en ese momento, pero después le dices el motivo por el que tuviste que hacerlo: “Hola, te noto muy apresurada, seguro vas a clase, pero necesito decirte algo. Te lo digo mientras caminamos para que no llegues tarde.” Lograr algo en estas situaciones tan difíciles, requiere de cierto nivel de maestría. Secreto #5 Una Manera efectiva de sacar buenos Temas de la Nada Puede ser bastante frustrante cuando no tienes nada que decir, pero aun así quieres hablar con alguien. Un método para sacar el tema correcto de la nada es hacer una declaración exagerada. Esta es una declaración respaldada por una energía positiva apenas la articules. Para que tu declaración exagerada sea auténtica, necesitas encontrar algo que admires genuinamente o encuentres peculiar en la persona que quieres abordar. “Caray, tu cabello rizado parece que tiene vida propia. Deberías culpar a tu cabello de que me fuera casi imposible no acercarme a ti”.

Desarrollar tus capacidades de observación te ayudará descomunalmente a encontrar siempre un detalle y decir algo acerca de ello. Si ella ríe o te hace sentir algo, puedes observar y definir esa sensación y describírsela para inicial una buena charla. Siempre que te veo siento que mi cuerpo se estremece, ¿cómo le dicen? ¿Mariposas en el estómago? También puedes hacer declaraciones exageradas acerca del clima. Esto es particularmente útil cuando la persona que te interesa está muy cerca de ti: No quiero sonar dramático ni nada, pero con este calor lo único que nos falta es una playa. Como regla de oro, considera que entre más problemas tengas para acercarte y decir algo, más energía y pasión debes exudar en tu declaración. Después de todo esto espero que te hayas dado cuenta de que todo depende del contexto. Por ejemplo, si la persona que quieres abordar nota que has caminado diez metros a través de un lugar lleno de gente, tienes que tener una buena razón para justificarlo. De otro modo te verás incongruente y patético si haces todo un recorrido por el lugar para acercarte a preguntarle dónde está el baño. Ellas sabrán que tienes intenciones ocultas y cualquier cosa que digas o preguntes la catalogarán como negativa. Por lo que hasta ahora sé y que tú también ya debes saber, es que no hay una frase mágica que te garantice que tu conversación sea fluida y positiva todas las veces. Sin embargo, ser observador te dará muchas garantías. Este método de acercamiento depende de que veas a alguien, realices una declaración positiva y se la hagas saber. Quizás observes que en el lugar hay un grupo de ocho personas que obviamente se conocen y la están pasando genial. Puedes asumir que están juntos por una razón en especial. Se ve que se la están pasando de maravilla, ¿cuál es la ocasión?

Si tu suposición es incorrecta, ellos te lo dirán. A pesar de todo, una vez que el diálogo haya comenzado, es más fácil meterte dentro del grupo. Para mantenerte dentro del grupo, debes convivir con entusiasmo hasta que puedas brindar un tema nuevo a la conversación. Cuando hayan adquirido más confianza, podrías tan sólo asumir que un integrante del grupo sabe la respuesta de una pregunta que necesitas formular. Por ejemplo, tú realmente no sabes si a esa persona le gustan las series, pero aun así vas a preguntarle: Oye, ¿sabes a qué hora pasarán el nuevo capítulo de ‘X’ en la televisión? Recuerda que este es sólo un ejemplo. No te recomiendo ponerte a hablar de series de televisión en un grupo cuya energía es demasiado alta por la música y el alcohol. Es de bastante ayuda observar el comportamiento de las personas. Una chica que está volteando a otros lados menos al grupo es más propensa a ser abordada. Una chica sentada y cruzada de brazos probablemente no sabe bailar o es la que está cuidando las mochilas del grupo, por ejemplo. Tienes que hacer una labor interpretativa del por qué se están comportando de esa manera, luego usa esa hipótesis para comenzar una plática. Oye, sólo por curiosidad, ¿tienes que llegar temprano a casa? Para que puedas agudizar tu sentido interpretativo, la próxima vez que encuentres a alguien interesante en la cafetería, en el salón o en la biblioteca, empieza a formularte preguntas sobre esa persona basándote en tus suposiciones. Trata de adivinar a qué se debe su comportamiento y llena los huecos con todas esas hipótesis que surgen en tu imaginación. Todo eso te dará muchas ideas para poder comenzar una plática, lo que hará de tus abordajes algo sencillo, casual y auténtico. Desarrollar este hábito te volverá un conversador mucho más hábil que cualquier línea que te puedas memorizar. Secreto #6 Por qué las Conversaciones sobre el Presente no van a ningún Lado Las conversaciones que se atascan en el momento presente morirán. Eso

significa que, si el tema de tu conversación permanece arraigado en las observaciones que haces en el momento presente, entonces tienes unos pocos segundos antes de que tu diálogo se vaya de picada y se detenga. Si alguna vez le has dicho a una linda mujer lo bien que se ve en ese momento, seguramente obtuviste como respuesta una sonrisa y un “¡Ay, muchas gracias!,” seguido de un absolutamente nada. Este es el punto débil de las pequeñas charlas: empezar una conversación sólo para ver cómo desfallece y te deje parado en medio de un silencio incómodo. Hubiera sido mejor no haber dicho nada. Tristemente, eso es lo que muchas personas hacen. Esto sucede cuando la conversación permanece inmóvil en el momento presente y no viaja al pasado o al futuro. Quiero creer que te son familiares los conceptos de estas tres dimensiones. No es tan difícil, solamente pon atención a mi recomendación. Digamos que nuevamente emites la misma declaración: “¡Hola, quería decirte que me pareces una chica muy atractiva!” Y ella te responde con un amable: “¡Ay, muchas gracias!” Luego, en vez de quedarte parado en un silencio incómodo, debes plantear una situación a futuro: “Sabes, me serías de mucha ayuda para un proyecto que estoy realizando. Me dedico a salvar animales en situación de maltrato. Lo que tú podrías hacer es seducir a esas malas personas e investigar todos sus movimientos. No te podría pagar con dinero, pero la recompensa de salvar a un animal es enorme.” Quizá no sea necesario aventarte todo un discurso, pero entiendes que la idea es convertir una observación casual en una situación más entretenida porque habrás forjado muchas direcciones que ambos pueden seguir. Secreto #7 Una estrategia para captar la atención de las personas ¿Alguna vez has estado en la situación donde has empezado una conversación

que da buenos indicios al principio, pero después pierdes la atención de esa persona y todo se viene abajo? Pudo haber sido un buen comienzo, pero quizá sólo tuviste unos segundos para demostrar algo más y no lo hiciste. Quizás el diálogo haya terminado simplemente porque la pregunta que hiciste fue respondida: ── “Hola, ¿cómo te llamas?” ── “¡Aidée!” Yo amo empezar mis conversaciones con esta pregunta, es sencilla y va al punto: quieres saber cómo se llama esa persona. No obstante, eso sería todo. La pregunta sería respondida, y si no tienes algo más que decir, te quedarás ahí parado con las ganas. Cuando esto te sucede puedes verte en una situación donde se siente peor intentar poner un mayor esfuerzo en la conversación porque parecería que estás presionando demasiado para satisfacer más tus intenciones que simplemente ser amigable. Lo que necesitas es una razón natural para seguir hablando y seguir conociendo a esa persona que tanto te gusta. Afortunadamente existe una herramienta que te puede proporcionar esa oportunidad y se llama ‘transición’. Una transición es un acuerdo sobreentendido de ambas personas en una interacción para averiguar un poco más sobre la persona que está enfrente sin tener que sentir presión. Existen numerosas formas para conseguir este acuerdo. Un método muy efectivo es recompensar verbalmente el comportamiento de la otra persona por responder tu pregunta o reírse de tu broma. Después de oír la respuesta a tu pregunta, puedes añadir: “Bien, mi nombre es Carmelo. Por cierto, no me imaginé que fueras tan amable.” Este cumplido te facilita una razón genuina para seguir dentro de la conversación: “Tenía muchos nervios de acercarme, pero si eres así de amigable, me gustaría poder conocerte aún más.” En caso de que dudes qué cumplido es más adecuado, tienes que saber que no puedes arruinar el momento con un cumplido, sobre todo si va de acuerdo con la forma en la que esa persona te ha respondido. Si le pides un cigarrillo a una

chica y le dices sólo “¡Gracias, eres muy amable!,” no será tan personal como decir, “¡Gracias, eres una en un millón, ¿cómo te llamas?,” ahí serás más específico e irás al punto. Es también posible que cualquier reacción que tenga cuando rompes el hielo sea suficiente para facilitar la conversación. Es como si todas las barreras hayan sido derribadas entre los dos y tengas el camino libre para hablar de lo que sea con esa persona sin sentir que estás presionando o molestándola. Nada es tan bonito como cuando ya no tienes que pensar en ninguna transición para mantener viva la conversación. Si muestras confianza y amabilidad, es posible que la otra persona quiera seguir hablando contigo. ── Hola, ¿cómo te llamas? ── Aidée, ¿y tú? ── Carmelo. Ya te había visto aquí en la universidad, pero no había podido acercarme. ── Sí, yo también te había visto. ¿De casualidad eres amigo de Sebastián? ── Sí, nos conocimos en el equipo de fútbol. ── Ah, ya, es que ya me había hablado de ti y me dio mucha curiosidad. Algunas mujeres parecen haber descendido del cielo sólo para hacer de tu vida algo maravilloso. Secreto #8 Nunca te quedes sin Nada que decir A todos nos pasa. A pesar de la experiencia, existen días y situaciones que simplemente nos dejan congelados. Lo que tienes que hacer es recordar que todo lo que existe a tu alrededor es una oportunidad para seguir hablando. No me digas que puedes mirar hacia el frente o a tu alrededor y no haya nada que decir, que nunca logras tener una opinión sobre algo que puedes observar. La verdad es que puedes hablar sobre cualquier cosa. Quizá no sea la más atinada o no te sirva para conseguir que ella se quede platicando contigo, pero al menos estás explotando todas las posibilidades. Lo que sospecho es que si decides no hablar sobre algo que viste o que pasó, es sólo porque piensas que no eres capaz de decir algo interesante o te preocupa la reacción de la otra persona. Entonces, es así como te ves envuelto en un dilema: ¿qué puedo decir que sea interesante? Sin embargo, eso sólo te garantiza que te quedes sin nada que decir. Entiende, lo que hace que un comentario sea bueno o malo es el entusiasmo que le apliques a tus

palabras. La clave principal es no juzgar lo que estás a punto de decir. El principal motivo por el que no hablamos sobre lo que crea nuestra imaginación es porque tenemos miedo a decir algo tonto y nuestro frágil ego pueda verse herido. Cuando juzgas todo lo que tienes que decir, te bloqueas. Si aceptas todo lo que tu mente se imagina, entonces les darás fluidez a tus ideas y a la interacción. Eso sí, en ninguna circunstancia digas algo inapropiado o que pueda ofender a las personas. Nunca pierdas el sentido común. No te cierres a las ideas que te va dictando tu mente. Es más, si de repente tu mente se encuentra bloqueada pensando qué decir y te invade el nerviosismo, di exactamente eso. Utiliza la espontaneidad como una práctica. Di todo lo que tu mente te sugiere. Estoy seguro de que cuando digas eso, algo más surgirá. La interacción seguirá su curso y podrás seguir otro hilo de la conversación. Secreto #9 Acepta otros Temas de Conversación Una característica que tienen en común aquellos no dotados de una buena conversación es que se cierran a otras ofertas dentro de la conversación. En vez de eso, eligen escuchar impacientemente lo que la otra persona dice y luego la interrumpen para hablar de su propia idea. Hablar con estas personas es una tortura. Por ejemplo, Martha puede estar contándole a Tomás que el otro día se peleó con su amiga porque ésta se puso celosa de que ella estuviera hablando mucho tiempo con su novio. Tomás puede asentir impacientemente y luego platicarle sobre algo que le pasó recientemente. Eso es terrible, porque en vez de que le dijera su opinión o le diera un consejo, Tomás decide ignorar a Martha y empezar a platicar de sus propios asuntos. Lo único que ocasiona es que se rompa el flujo de la conversación. Bloquear cualquier oferta como tema de conversación asegura que la plática pierda su buena vibra y eventualmente se venga para abajo, ya que no se puede construir nada a partir de ahí. A menos que se inicie una discusión, pero eso tampoco es bueno. Si Tomás no escucha lo que dice Martha, entonces Martha no va a querer escuchar lo que dice Tomás. Primero se restringe la participación y luego se restringe la atención. Se vuelve un círculo vicioso. La interacción muere. No existe ninguna experiencia tan agradable como cuando hablas con tus amigos más cercanos y te siguen la corriente en todas tus tonterías. No tienes ninguna

presión con tus amigos, ya que los conoces y ellos a ti. La presión desaparece. Con ellos puedes ver una película, tomar una cerveza y la garantía de pasar un buen rato se da por hecho. Indudablemente esto no pasa tan fácil con una persona que acabas de conocer. Y no es necesario que así sea. Simplemente quiero que te des cuenta de que es el orgullo lo que impide que la fluidez se pueda dar con todas las personas con quienes tienes contacto. Acepta todas sus ofertas, te gusten en un principio o no. A fin de cuentas, tú fuiste quien quiso emprender el abordaje. Cuando tu ego está en control va a forzarte a mantener una postura superior y a siempre querer tener la última palabra. Si esto te sucede muy a menudo, quiero que sepas que es una forma de agresión. Muchas discusiones y peleas inician con este tipo de actitud. Si quieres evitar cualquier tipo de conflicto y no ser rechazado a la primera, debes aceptar lo que la otra persona considere conveniente expresar. Lo único que se puede ver herido en tus interacciones es tu ego. Empieza a trabajar en ello y pasa la vida hablando con quien tú quieras. Secreto #10 No hay malas Respuestas, sólo malas Reacciones Existe una tendencia a pensar que hay buenas y malas respuestas para las preguntas. Cuando le preguntamos algo a alguien hay una respuesta que esperamos obtener. Por ejemplo, si un novato se acerca a una chica y le pregunta su nombre, él espera que ella le conteste con su nombre verdadero y ella pregunte lo mismo. Pero muchas veces ella va a responder con otra pregunta: “¿Por qué quieres saber?” Él no esperaba esta respuesta. Su mundo se derrumba. Empieza a ponerse nervioso y termina ahuyentándola. La verdad es que no lo culpo, es muy común anticipar buenas respuestas, y nos cuesta trabajo asimilar otra respuesta o una respuesta negativa. La experiencia te dirá las posibles reacciones que debes tener ante este tipo de situaciones. Yo también opino que es una pregunta estúpida, pero no podemos hacer nada para que no vuelva a surgir. Lo que sí puedes hacer es guardar la compostura y responder con algo más o menos así: “Bueno, pues me acerqué porque me pareces muy atractiva y quisiera conocerte un poco más, y pienso que lo primordial es saber tu nombre.”

Nos parezca adecuado o no, es una respuesta válida. Lo que te corresponde es tomarla desde una perspectiva positiva: “Si realmente quieres saber por qué pregunto tu nombre, aquí tienes la respuesta.” En este caso sé que puede haber otro motivo por el que no te quiere decir su nombre, y habrá muchos otros motivos por el que no te den la respuesta que esperas. Sobre todo, si es un patrón que persiste: ── Hola, ¿cómo te llamas? ── ¿Para qué quieres saber? ── Bueno, pues me acerqué porque me pareces muy atractiva y quisiera conocerte un poco más, y pienso que lo primordial es saber tu nombre. ── Liliana, pero tengo novio. ── Eso no me interesaba saber, disculpa las molestias. Mucho gusto. ── No te preocupes, es que es muy celoso. ── Eso tampoco me interesa. ¡Jajaja! Estas últimas líneas puedes omitirlas. Hay momentos en los que puedes continuar teniendo una buena reacción y otros en los que es claro que te están rechazando. Acéptalo y no insistas. No pierdas el estilo. En general, trata de buscar algo en común al tener un poco de empatía. Si quieres sacarla a bailar y ella te dice, “No, gracias, es que no sé bailar,” o bien, “En la siguiente canción, ¿va?, es que ya me duelen los pies,” puedes responder con: “No te preocupes, realmente no importa si bailamos o no. Sólo quise tener un pretexto para platicar contigo. ¿Te molesta si me siento contigo?” Al mantener tu postura te darás cuenta si eso fue un rechazo o si tienes una oportunidad. De todas formas, acepta la respuesta que te están proporcionando como si ya la estuvieras esperando y tendrás una oportunidad para mantener la interacción y rescatar la situación. Cualquier respuesta es una oportunidad. Eso debido a que importa más tu reacción que lo que ellas digan. Siempre serás la diferencia. Secreto #11 Cambia de Tema sin Esfuerzo Si no cambias el tema de conversación corres el peligro de que se vuelva

monótona y la fluidez se extinga. Las conversaciones deben evolucionar naturalmente cuando empiezas a expandir los temas de conversación y buscas siempre temas nuevos. Incluso puedes tratar temas diferentes al mismo tiempo. Una estrategia para cambiar de tema elegantemente es encontrar una frase que pueda unir al tema siguiente. Estas pueden ser: “Así como cuando…” “Eso me recuerda a…” “Por cierto…” “Eso mismo me pasó el día que…” Estas frases de conexión te permitirán moverte sutilmente de un tema a otro, incluso si los temas no tienen nada en común. Siempre que te mantengas hablando, la gente no se dará cuenta de que estás haciendo un salto deliberado para cambiar de tema. Y si se dan cuenta inicialmente que realizas ese cambio brusco, volverás a capturar su atención si demuestras entusiasmo. Tus escuchas tendrán la urgencia de quedarse contigo, porque hay tantos temas que se tienen que resolver que la única alternativa es seguir participando en el diálogo. Secreto #12 Siéntete libre para decir Tonterías Si estás platicando con alguien y notas que todo va bien, es un motivo para no censurar tus pensamientos. La triste realidad es que los malos conversadores, que son muchos, se preocupan más por no arruinar la plática cuando las cosas se van dando a pedir de boca. Las ideas, por más tontas que parezcan, deben surgir para mantener viva la interacción. Preocuparte por no decir tonterías es lo que te hará parecer aburrido. No podrás evitar lo inevitable. En algún punto dirás algo que puede sobresaltar o incomodar a tu audiencia y hacerte parecer un tonto de alguna manera. Los individuos sin tema de conversación tratan de lidiar con este sentimiento al ignorarlo en un intento de esconder su error. Esto, no obstante, los hace sentirse y verse como la persona menos importante en la conversación. Te animo a hacer lo contrario y jalar más la atención hacia tu torpeza. Actuar como si nada hubiera pasado te sitúa en una posición débil. Esta reacción podría parecer contraintuitiva, pero minimiza tu torpeza inicial y demuestras al mismo tiempo que te sientes cómodo en tu propia piel. Si haces algo tonto como

escupirle en la cara a la otra persona mientras estás hablando ──puedes incluso decirle que no debió haberse acercado a ti en tono de broma──, haz que eso se vuelva el tema a debatir: “Rayos, te rocié la cara por completo, es que quería que me dijeras como iba a estar el clima el día de hoy. Lluvioso, me imagino.” Con esto puedes causar que la otra persona se empiece a reír y así aliviar su incomodidad que pudiste haberle causado. A veces puedes rescatar tus meteduras de pata, como cambiarle el nombre a una persona, usando una técnica de teatro llamada ‘la cuarta pared’. Lo cual implica dirigirte a una audiencia invisible e imaginaria y narrar la escena en voz alta. Digamos que le cambias el nombre a una chica que acabas de conocer.: “Como podrán ver señores, Alicia me romperá la nariz y me dejará un ojo morado después de haberle dicho Alejandra…” De la misma forma, si cuentas un chiste y nadie se ríe, que pudiera pasarte constantemente, puedes confrontar las caras perplejas y serias con: “Voy a tener que ir a reflexionar unos minutos bajo ese árbol, ¿verdad?” No importa lo que hagas para salir del apuro, cuando reconoces lo que tus escuchas están pensando, podrás anticiparte y continuar. Si realmente dices algo malo en una conversación, como un comentario racista, entonces tu carta es disculparte y reconocer lo que probablemente están pensando: que eres un ‘idiota’. Si reconoces las malas reacciones a tus comentarios y a tus acciones, podrás manejarlas con gracia y mejorar la interacción. Secreto #13 No revivas Temas pasados ¿Alguna vez te ha pasado que estás hablando con alguien cuando de repente la conversación se convierte en un silencio incómodo y tratas de reavivarla con temas pasados? Quizás estabas hablando sobre los maestros estrictos y la conversación cambió hacia las actividades extracurriculares de la universidad. De repente sientes que el tema ha llegado a su conclusión natural, así que, para evitar el silencio incómodo, dices, “Entonces dices que casi no tienes maestros estrictos, ¿verdad?” Muy a menudo se entorpece la interacción cuando vuelves a poner antiguos temas sobre la mesa porque ahora te ves como si te esforzaras demasiado para

evitar un silencio incómodo, o peor, para impresionarlos. Tener una conversación es como adentrarte a lo desconocido del bosque; no tienes idea de lo que te vas a encontrar, pero puedes voltear y ver las huellas que has dejado. Para mantener viva, excitante y dinámica una conversación, es importante que te dirijas hacia adelante a lo desconocido. No retrocedas hacia los temas pasados, sobre todo si ya han sido expandidos, explicados y dejados al olvido. Es posible que te ocurra que estás hablando con alguien sobre un tema sólo para ser interrumpido por una llamada o alguna otra complicación. Quizás un extraño se acerca a ustedes para venderles dulces. La conversación se ve interrumpida bruscamente. En este punto, te recomiendo no seguir contando la historia a menos que la otra persona te pida que lo hagas, sobre todo si es una persona que acabas de conocer. Si ya conoces a esa persona no tendrás ningún problema. De hecho, la mayoría de estos consejos están enfocados en las primeras interacciones. Si ves que no les interesa la conclusión de tu historia, déjala atrás, incluso si es una historia irresistible para ti. Eso quiere decir que no estaban tan enganchadas en el tema como tú lo estabas. Los malos conversadores volverán hacia atrás buscando un tema cómodo y desgastado en la primera oportunidad que encuentren, y los hace ver como si estuvieran esperando para sentirse importantes de nuevo. Esto muestra a su vez que no les importaba lo que los demás tenían que decir. Una conversación necesita de diferentes temas para ser más interesante. No importa si sacas a la luz un tema interesante, tarde o temprano cambiará a un tema nuevo. Revivir temas pasados siempre estará fuera de contexto, incluso si es un tema que se trató siete minutos atrás. Tener la disponibilidad de cambiar de temas muestra muchas cosas buenas de ti como conversador. Ser capaz de introducir nuevos temas constantemente, sin dificultad o ansiedad, les dice a tus oyentes que te sientes cómodo con cualquier tema, que tienes la mente abierta y que sabes mucho. Si te sientes cómodo socialmente, las personas se sentirán cómodas contigo, porque sabrán que ellos también pueden hablar de cualquier cosa y no dejarás que la conversación se vaya en picada. Secreto #14 Cómo terminar una Conversación sin ser grosero ¿Ya quieres terminar la conversación? No necesitas inventar ningún pretexto. Di

algo positivo y cierra con una frase de cortés despedida. Por ejemplo, “Ha sido un placer hablar contigo. Necesito hablar con un amigo que está allá.” Señala el final de la conversación ofreciendo tu mano y diciendo algo como, “Me dio mucho gusto conocerte.” Dar la mano siempre es una buena idea porque son signos sociales de presentación y despedida. Si eliges dar una razón de por qué estás terminando la conversación hará que tu despedida sea más genuina. La manera más fácil para dar una razón de algo es usar la palabra ‘porque’. Por ejemplo, si necesitas irte porque quieres ver a otra persona, simplemente di, “Lo siento, tendré que dejarte un momento porque quiero saludar a unos amigos que están por allá, pero me dio gusto saludarte.” Es positiva la tendencia a cerrar las conversaciones con “me dio mucho gusto…”, porque hay algo encantador en dejar una imagen positiva. No sabes cuándo te volverás a encontrar a esa persona o si le habla a alguien que te interesa. Ese buen cierre de conversación también te proporciona la oportunidad de pedirle su contacto. Simplemente saca tu teléfono y di, “Pero dame tu número para estar en contacto. Puede que no te vea más tarde.” No ofrezcas ni aceptes nuevos temas si no quieres, v.g., si alguien te dice que ha tenido mucha tarea o cualquier otro comentario, no des la última palabra. Sé muy bien que a todos nos gusta irnos con la frase final, el problema es que puede reavivar la conversación. Responder algo como, “¿En serio? Yo también he tenido muchas tareas además de dos exposiciones.”, les dará la oportunidad de seguir hablando, haciendo que la conversación se extienda y sea más difícil cortarla sin ser grosero. Cuando intentes cerrar una conversación, lo mejor que puedes hacer es lidiar con los nuevos comentarios reconociéndoles, pero sin expandirlos de más. Eso sí, ten en mente que estás bloqueando el flujo emotivo de la charla. Por lo tanto, puedes decir cosa como, “¡Buena suerte con ello!”, o, “¡Eso suena interesante!”, luego espera. Es posible que tengas que decir varias de estas frases cortantes hasta que eventualmente se pierda el flujo de la conversación porque no estás aportando nada. No estarás añadiendo ninguna nueva información, pero estás reconociendo a la otra persona para hacerle saber que te importan sus emociones. Aunque ellos también deben entender que les estás dando una razón para retirarte, lo que implica que no te vas así porque sí.

Yo sé que hay personas difíciles. Con ellas hay que repetir bastante que tienes que retirarte y quizá ser un poco más cortante. Habrá también muchas personas que son indeseadas, v.g., las que sólo llegan a interrumpir sin que las conozcas y sin que les hayas hablado. No pierdas el estilo, no les sigas el juego. Sé cortés, pero extremadamente cortante. Un ejemplo sería: Tú: …y de repente ya no sabía qué hacer. Ella: No lo puedo creer, ¿y luego qué pasó? Indeseado: Oye, ¿quieres bailar? (Dirigiéndose a ella) Ella: No, gracias. Indeseado: Ándale, es sólo una canción. Tú: Estamos hablando de algo importante. Retírate, por favor. Indeseado: Bueno, ¿y ustedes son novios o amigos? Tú: Ese no es asunto tuyo. Insisto que te vayas. Sé que a veces dan ganas de golpear a los intrusos. Resístete. A la mayoría de las chicas no les interesa verte pelear con un perdedor. Muestra autoridad siempre que no quieras hablar con algún intruso. Expresa que ambos están hablando de algo importante y que su presencia no es bienvenida. Debes calibrar según la situación y reaccionar positivamente, quizá con una sonrisa, pero no debes involucrarte en conversaciones en las que no quieres participar. Secreto #15 Habla con Todos, donde sea Es maravilloso saber que puedes conversar con todas las personas que te interesan, el problema es que hay algo que se llama “parálisis de información”. Este fenómeno ocurre cuando sabes lo que necesitas hacer para mejorar tus habilidades, pero tienes que hacer lo demás: poner los conceptos en práctica. Aunque sepas qué hacer, poner los conceptos en práctica es un gran salto. Yo sé que la práctica es muy intimidante, pero en algún momento tienes que hacerlo. Por esa misma razón, quiero facilitarte un poco más las cosas. Quiero hacer que te involucres en la práctica y pongas a prueba estas técnicas, pero liberarte de todo estrés y la necesidad de forzarte a ti mismo. Todo lo que quiero que hagas es que sigas la siguiente filosofía que me ha servido todo este tiempo: “Si ella pertenece a la misma universidad que tú, tienes el derecho a dirigirte a ella como compañero.”

La realidad de todo esto es que, si alguien va a la misma universidad, al mismo gimnasio, al mismo club, o a la misma organización o institución, tiene que estar dispuesta a hablar con los miembros de esta. Tiene que hablar contigo, para ser más específico. No es necesariamente cierto u obligatorio, pero al pensar de esta forma descubrirás que puedes hablar con cualquier persona en tu rutina diaria. No vas a hablar con las personas con el simple hecho de pulir tus habilidades, de hecho, estarás involucrándote más en la universidad y con todos los estudiantes. No importa adónde vayas, siempre estarás en contacto con tus compañeros y con las personas que laboran dentro y fuera de la universidad. Incluso si sólo es para preguntarles qué carrera estudian. El chiste es conectar con tus compañeros y ver qué pasa. Notarás que, poco a poco, te será más fácil hablar con las personas, incluso si el contexto parece difícil. Tu competencia conversacional se nutrirá con cada interacción, lo que aumentará tu confianza y disminuirá tu miedo al rechazo, lo que a su vez te hará más fuerte para lidiar con algunas malas respuestas. A partir de allí, sólo será diversión. Nada más debes de tomar en cuenta que habrá mucha gente mamona. Te tratarán como si no existieras, se molestarán con el simple hecho de tener que mirarte y responderte. Incluso si su actitud es personal, es decir, que están en contra tuya, no te ofendas, no te desmotives y mucho menos pierdas el estilo. ‘Esas gentes’ están insatisfechas, son infelices y su visión del mundo es tan pequeña porque su mentalidad no les da para más. Sus papás no les dieron ácido fólico. Están malitas de su cabeza. Compréndelas y ve a repartir felicidad a otro lado.

Hacer Amigos conversando El principio para empezar una conversación y hacer amigos se compone de cuatro claves: 1) tomar la iniciativa y acercarse a los demás; 2) mostrar interés en las personas que quieres conocer; 3) tratar a las personas con respeto y amabilidad; y 4) entender que las personas pueden ofrecerte cosas valiosas. Cuando apliques estas ideas y los demás consejos que incluyo en este libro, puedes pasarla de lo lindo. Nada me haría más feliz que ver que este libro te ha ayudado a conseguir tus metas. Las buenas conversaciones sirven para parecer más interesante. Después de todo, pasamos mucho tiempo conversando con otras personas. ¿Por qué aburrirte o ser aburrido cuando puedes divertirte a lo grande? La próxima vez que estés en un lugar donde haya gente que te interesa conocer, sólo obsérvalos hablar. Todos se están comunicando a través de la verbalización. La conversación es nuestra principal forma de expresar ideas, opiniones, metas y sentimientos a aquellos que entran en contacto con nosotros. Es también el principal medio para empezar y establecer amistades y relaciones. Cuando el canal de conversación está abierto, podemos conectarnos y comunicarnos con las personas que nos rodean. Si se cierra el canal de conversación, entonces empezar y sostener una conversación puede ser un gran problema. Incluso los buenos conversadores a veces se encuentran en situaciones donde la conversación no sale del todo bien o tal como lo esperaban. Este libro te proveerá de técnicas para ayudarte a dirigir y controlar las conversaciones según te convenga. Las situaciones más comunes en donde las personas tienen problemas para socializar con nuevas personas son las fiestas y los eventos sociales. No hay que hacer ninguna encuesta para saber que muchas personas se sienten incómodas en un lugar donde no conocen a nadie y tienen que acercarse a otras personas. La gente quiere compartir sus experiencias con otros. Constantemente estamos buscando personas para poder relacionarnos en un nivel intelectual, físico y emocional. Esta búsqueda puede ser frustrante y poco compensatoria si no eres capaz de acercarte y comunicarte. Pero una vez que domines los fundamentos básicos de una buena conversación y estés dispuesto a acercarte, atraerás muchas amistades, conexiones y relaciones.

La habilidad de comunicarte en una forma informal y amigable es esencial para cada aspecto de tu vida laboral, social y personal. Muchas personas pueden conversar con otros cuando se sientes confiadas y cómodas. El problema surge cuando la seguridad y la comodidad se ven reemplazadas por la ansiedad y el miedo. La meta de una conversación es conectar con las personas y el mundo alrededor de nosotros. Tenemos mucho que ganar al poder comunicarnos de una forma abierta y mutua. Al compartir nuestras experiencias podemos crecer de muchas maneras. Nuestros horizontes y oportunidades van a expandirse, mientras que nuestras relaciones pueden profundizarse y volverse más significativas. Las amistades y un sentido de logro personal pueden desarrollarse. La conversación es también una vía para negociar con otros. Comunicar nuestros deseos y necesidades efectivamente es esencial para que puedan lograrse. Empieza por abrir tu mente y tus sentidos, observa a la gente y el mundo que está a tu alrededor. Empieza a integrar estas nuevas habilidades en tu personalidad. No tienes que volverte una persona diferente; sólo necesitas cambiar tus actitudes y habilidades cuando te dirijas a otros. Sé paciente y enfócate en los pequeños cambios progresivos, en vez de buscar un cambio repentino. Recuerda, nuestros patrones tienen que tener una práctica constante para quedar arraigados, y toma bastante tiempo cambiarlos. El requisito es tener el deseo de cambiar y acercarte a las personas que te interesan, e implementar nuevas ideas. Genérate la necesidad de hablar con otras personas. Tener una base de habilidades para comunicarte, te ayudará a cumplir tus metas de una manera más fácil y más divertida de lo que imaginabas. Así que refréscate la boca y empieza a hablar. Una de las habilidades más importantes para ser mejor conversador no viene de tu boca, sino de tu cuerpo. Aquellas personas que aburren una vez que abren la boca no se dan cuenta de que un lenguaje corporal no-receptivo ──brazos cruzados, poco contacto visual, no sonreír── es a menudo la causa de una conversación corta y de poca relevancia. Las personas hacen evaluaciones consciente e inconscientemente sobre las señales que emites, y si no tienes un lenguaje corporal abierto y amistoso, va a ser difícil mantener una buena conversación. Sonreír es un fuerte indicador de una actitud amistosa y abierta. Sugiere que tienes muchas ganas de platicar. Es un signo receptivo y no verbal enviado con

la esperanza de que la otra persona te corresponda con una sonrisa. Cuando sonríes, demuestras que has catalogado a la otra persona de una manera positiva. La otra persona lo considerará como un cumplido y usualmente la harás sentir bien. Las posibilidades de que también sonría serán muy altas. Sonreír no significa que debas esbozar una sonrisa hipócrita o que pretendas estar feliz todo el tiempo. Yo sé que cuando veas a la chica que te gusta vas a sentirte alegre por conocerla. Sonreír te abrirá muchas puertas y pocas veces te verá la gente como alguien pesado. Es difícil rechazar a una persona que sonríe. Abre tus brazos, no los cruces. No metas tus manos en las bolsas. Yo sé que alguna vez te han dado una bienvenida con los brazos abiertos, lo que por supuesto indica que a la otra persona le alegra tu presencia. En una fiesta o en cualquier otra situación social, los brazos abiertos sugieren que estás receptivo a lo que te dicen y que te agrada lo que estás escuchando. Por otro lado, pararte o sentarte con los brazos cruzados te hace parecer como una persona poco receptiva, a la defensiva y de mente cerrada. A esto añádele las piernas cruzadas y una cara seria y parecerás alguien insoportable a quien mejor hay que evitar. Dime tú, ¿te gustaría acercarte a una persona que muestre estos signos? Probablemente no. Además, cruzar tus brazos puede hacerte parecer nervioso, escéptico y criticón ──signos que desaniman a la gente para hablar contigo o que les hace sentirse incómodos y ansiosos. Inclínate hacia las personas. Tampoco invadas su espacio, simplemente inclínate ligeramente mostrando interés. También demostrarás que te interesa lo que están diciendo y, por lo tanto, que estás escuchando. Esta acción será interpretada como un buen signo y eso los animará a seguir hablando contigo. Procura ser casual y no exagerar cuando te inclines. Sólo muéstrale tu aprecio de una manera casual y natural. Al hacer esto estarás comunicando lo siguiente, “Estoy interesado en lo que me estás diciendo, por favor, continúa hablando.” Es una excelente manera de hacer que las personas te busquen y les encante hablar contigo. Toca a las personas. En nuestra cultura la manera más aceptable como primer contacto entre dos personas que se están conociendo es el apretón de manos. Esto es usualmente verdad cuando conoces personas tanto del género masculino como del género femenino. Y esto se puede dar en cualquier situación social. En casi todas las situaciones, un apretón de manos cálido y firme es una forma segura de mostrar una actitud abierta y amistosa hacia las personas que estás conociendo. Sé siempre el primero en extender tu mano para saludar. Acompaña

esto con un “¡Hola!” amistoso, una sonrisa, tu nombre, y habrás dado el primer paso para abrir los canales de comunicación entre la otra persona y tú. En los países de Latinoamérica es perfectamente aceptable que un hombre le dé la mano y un beso en la mejilla a las mujeres que apenas conoce. Incluso, en algunos casos, sería de mala educación si les das sólo la mano y no les das la mejilla. También es importante terminar tus conversaciones con un apretón de manos cálido y amistoso en cualquier situación social. Acompaña ese apretón de manos con una agradable sonrisa y una declaración como, “¡Me dio mucho gusto hablar contigo!”, o “¡Hay que salir un día de estos!” Esta es una excelente forma de terminar una conversación y deja a ambos con un buen sabor de boca. Mantener el contacto visual es un hábito que cualquier persona exitosa te va a recomendar. Es uno de los gestos no verbales que tiene un poder inimaginable y que no te puedes dar el lujo de no hacer. El contacto visual directo indica que estás escuchando a la otra persona y que quieres saber más acerca de ella. Acompaña el contacto visual con una sonrisa y enviarás un mensaje inconfundible, “¡Me encantaría conversar contigo y saber más acerca de ti!” El contacto visual debe ser natural y no forzado o exagerado. Es importante también que tengas breves períodos en donde alejas tu mirada para ver hacia otra dirección o ver otras características del rostro de la otra persona ──particularmente su boca. Y si ves que la otra persona te observa y te sonríe, correspóndele con el mismo cumplido. A su vez, debes saber que demasiado contacto visual puede ser contraproducente. Si observas fijamente a una persona, puede sentirse incómoda y sospechar sobre tus intenciones. Una mirada fija puede parecer agresiva, sobre todo si esperas que la otra persona se sienta intimidada y desee mirar hacia otro lado. No es una buena idea que veas el contacto visual como una lucha de poder, porque usualmente resultará en una respuesta negativa o defensiva por parte de la otra persona. Si, por otro lado, tienes problemas para mantener el contacto visual, intenta las siguientes dos sugerencias. Empieza a establecer el contacto visual por períodos de tiempo relativamente cortos ──quizás unos segundos. Mira las pupilas de la otra persona y sonríe. Luego deja que tu mirada explore sus rasgos faciales, v.g., el cabello, la nariz, los labios e incluso sus orejas. Es más placentero examinar los hermosos rasgos de las mujeres. No olvides volver a mirarla a los ojos a la otra persona. Evitar el contacto visual puede causar que la interacción se llene de ansiedad e incomodidad, y puede dar la impresión de

que no te interesa, que no eres de fiar o que te aburre su compañía. Lo único que obtendrás es una conversación corta y poco satisfactoria. Así que asegúrate de practicar y ejercitar este hábito.

Identificar a las Personas Cuando entres en cualquier lugar, busca rostros amigables entre la multitud y personas que estén platicando o que se estén divirtiendo. Saber identificar gente amigable te ahorrará muchos dolores de cabeza. Tú podrías asumir que sólo porque las personas sostienen una plática placentera, son personas que ya se conocen, pero con frecuencia son personas que se acaban de conocer. No asumas que eres el único desconocido. Busca el contacto visual con las personas, sonríe y, sobre todo, mantén un lenguaje corporal abierto. Comienza a divagar por el lugar, observa a las personas mientras caminas hacia el baño, el bote de basura, hacia tus conocidos, o adonde sea que te dirijas. Mantén los ojos abiertos para conseguir amigos, conexiones, relaciones y ligues. Busca precisamente ese tipo de gente que parezca más abierta. Más tarde, paséate cerca de ellos. Recuerda que lo que dices es menos importante que enviar signos con el lenguaje corporal de que quieres pasarla bien con ellos. Cuando conozcas a alguien en una fiesta, lo más fácil para romper el hielo es presentarte y comentar algo acerca de la fiesta. En la mayoría de tus interacciones, las personas serán abiertas. Escucha cuidadosamente los signos o palabras que manifiesten que también ellas están interesadas en ti. Es muy seguro que en tu universidad haya gente que sólo conoces de vista, pero que nunca has conocido formalmente. Invéntate una apertura positiva y combínala con una energía alegre. Haz que les sea imposible resistirse a tu encanto. Una conversación ideal debe ser un intercambio de ideas y no como una exhibición elocuente de inteligencia y oratoria. No necesitas ser divertido, inteligente o interesante. De hecho, sin temor a equivocarme, las personas que tratan de generar ese tipo de impresiones no logran serlo ni un poquito. Siempre que quieres acercarte a alguien corres ciertos riesgos. Muchas personas tímidas no inician las interacciones por tener miedo a ser rechazados. Y claro, se pierden de muchas buenas oportunidades y experiencias. Ten en mente que el riesgo y el rechazo son parte de la vida, y dejar que eso te afecte es contraproducente. Les estás dando demasiado poder a las personas que ni siquiera conoces. Procura no adoptar el papel pasivo en cuanto a tus conversaciones. Mucho menos te quedes sentado esperando que alguien se apiade de ti y empiece a querer conversar contigo, porque ahí te quedarás: sentado y esperando. Es más, digamos que es una buena estrategia y que eres muy atractivo y estás acostumbrado a que las personas se acerquen a ti. Empero

¿qué tal si la chica que te gusta es también tímida y está esperando que tú te acerques? Ambos están jodidos. Ahora supongamos que tienes más suerte que aquellos que se ganan la lotería y la chica que más te gusta se te acerca para platicar contigo. También estarás jodido, porque no vas a tener la soltura que sólo la práctica te puede proporcionar. No sabrás llevar la plática al lugar donde logres todo eso que quieres obtener. No sabrás qué decir y perderás la oportunidad de todos modos. Además, te estarás conformando con una sola mujer. Si quieres evitar este dilema, toma la decisión de ser activo en lugar de pasivo. Sé el primero en decir, “¡Hola!”, y toma la iniciativa de generar conversaciones. Empieza a presentarte con las personas regularmente y comparte tus ideas, sentimientos, opiniones y experiencias. Busca en cada lugar y ve si conoces a alguien ──sobre todo cerca de tu universidad──, después de presentarte, busca qué es lo que tienen que decir, lo que piensan, sus puntos de vista, sus intereses. Al iniciar conversaciones, tendrás más resultados positivos, y tu miedo al rechazo será cada vez menor. De esta forma, tu toma de riesgos puede pagarte con dividendos y tener más contactos, relaciones y experiencias gratas. Otra ventaja de ser el primero en decir, “¡Hola!”, es que te proporciona la oportunidad de dirigir hacia dónde va la conversación, lo cual le dará a la otra persona la impresión de que eres confiado, amigable y abierto. También haces sentir bien a los demás al mostrar el deseo de entablar una conversación. No me cansaré de repetir que entre más conversaciones inicies, mejores resultados vas a tener. Aunque tampoco es para tanto, también vas a ser rechazado, a veces de formas crueles. Nadie tiene la aprobación de todos, así que cuando te rechacen, aprende de ello y olvida el mal sabor de boca. La mejor forma de disminuir la cantidad de rechazos es observar el ambiente y buscar gente receptiva. Más adelante en la práctica tú mismo te impondrás retos, mientras tanto, es válido jugar a la segura. Otro inconveniente es que se piensa que puedes ofender a las demás personas si te acercas. La verdad es que sí, es probable que puedas molestar un poco. Así que quítate ese peso de encima. A veces, las personas quieren su privacidad incluso cuando acuden a eventos sociales. Me parece una pendejada que las chicas vayan a un antro donde hay demasiado ruido para hablar de sus problemas, pero suele pasar. A veces, las personas quieren reflexionar a solas. En esos casos, discúlpate y retírate. Sin embargo, habrá personas que van a sentirse halagadas si te acercas con una buena actitud y aportas un poco de dicha en sus días. Esas personas son tu principal objetivo. Necesitas más personas que realmente se interesen en ti y en lo que tienes que decir. Las demás personas

deben esperar un poco para que puedas encontrarlas en su mejor momento. Un sesenta por ciento de las veces puedes volver a hablar con una chica que ya te había rechazado. Es también importante que tú estés dispuesto a aceptar que otras personas se te acerquen. Responde a su iniciativa con más que unas solas palabras. Muéstrales que siempre tienes algo que decir. Cuando respondes de forma extensa, también podrás darle herramientas a la otra persona que se interesa en charlar contigo y pueda extender la conversación hacia otros temas. Lo que más se me ocurre para hacer que este punto quede claro, es cuando las personas te preguntan qué tipo de música te gusta. La mayoría de la gente dice, “¡De toda!”, eso casi nunca es cierto, ni siquiera cuando dicen, “¡De todo un poco!” Lo que me gustaría que dijeras en lugar de comentar algo típico de la gente regular, sería algo como: ── Cuando era niño me gustaba mucho el rock, pero ahora prefiero el metal alternativo, aunque me gusta ir a conciertos de música electrónica. Me gusta ese ambiente. Durante tu estancia en la universidad, tendrás que preguntar en qué carrera están aquellas personas con quienes interactúas. También tendrás que responder esa pregunta cada vez que conozcas a alguien. Es una pregunta estereotípica que tiene que preguntarse por ley general. Y no sólo vas a tener que responder qué carrera estudias, sino darles una idea general de lo que ejerces o pretendes ejercer. Pronto vas a memorizar esa respuesta y podrás ser capaz de agregar o disminuir detalles si así lo prefieres. Es mejor estar preparado para responder esta pregunta y generar una buena impresión. Lo mismo tienes que buscar como respuesta cuando preguntes sobre su carrera. No toda la gente te dará una respuesta detallada, pero puedes buscarla con un par de preguntas más. Tus respuestas pueden seguir el siguiente formato: ── Bueno, responder qué estudio es un poco complicado, porque la mayoría piensa una cosa, pero la verdad es que yo me enfoco en tal área. A veces les digo a las personas que hago tal, porque no comprenden muy bien mi carrera, aunque si quieres saber más, puedo decirte que… Quizás esto pueda parecerte aburrido y tedioso, sobre todo porque casi todos van a formularte este tipo de preguntas rituales y también vas a tener que preguntar lo mismo. Sin embargo, hay un orden particular socialmente implícito en las

conversaciones sobre cómo las interacciones deben proseguir, y muchas pláticas deben pasar sobre las fases de preguntas rituales para proceder a fases más profundas y significativas. Las pequeñas charlas y las preguntas típicas son un elemento importante en tus relaciones, de otra forma será bastante complicado que te puedas relacionar con los demás de forma significativa. Las preguntas que se realizan meramente por costumbre te permiten descubrir información personal de una forma natural y un poco informal. Intercambiar pequeños detalles de la vida de ambos es un rito sencillo para descubrir la forma de ser de las personas paulatinamente. Esa pequeña información que la otra parte te va proporcionando con el tiempo te ayudará a determinar si quieres seguir conociendo a esa persona o no. Conocer lo que es importante para la otra persona es clave para poder formar una relación estable y positiva, siempre y cuando utilices esos datos para hacer el bien, claro está. Otras maneras de utilizar esas preguntas rituales son para romper el hielo o cambiar el tema de conversación. Si las respuestas a tus preguntas rituales son breves, intenta con otras hasta que obtengas una respuesta entusiasta. Cuando descubras un área de interés en la otra persona, asegúrate de seguir con una pregunta abierta para obtener más información. Cuando el tema se esté agotando ──no tienes que agotar el tema──, utiliza otra pregunta ritual basándote en la información que acabas de recaudar. Quiero creer que a estas alturas ya no tendrás problemas para saber qué decir posteriormente. Bien, pues te recuerdo que la clave es escuchar. Ya has formulado varias preguntar rituales y después no sabes qué decir. En menos de un minuto ya no te pasa por la cabeza algo que puedas decir para mantener la conversación. A decir verdad, ya no tienes por qué pensar en lo que vas a decir. No tienes que andar pensando. Escucha palabras clave. Aprende a saber qué decir al escuchar cuidadosamente palabras clave, hechos, opiniones, sentimientos o cualquier pedazo de información. No pienses en lo que vas a decir después, porque mientras estás pensando, no estás escuchando. Estás tan metido en tu cabeza buscando desesperadamente temas de conversación que dejas de preocuparte por lo que en verdad importa, que es exactamente lo que la otra persona te está diciendo, tanto verbal como físicamente. La clave es prestar atención a la situación en la que estés. Utiliza tu lenguaje corporal, especialmente el contacto visual. Tu sonrisa también puede proporcionarte ayuda al igual que analizar e imaginarte lo que te están contando. Escuchar activa o participativamente anima a la gente a continuar

hablando. Cuando alguien te está contando algo, encontrarás demasiado tiempo como para que tu mente empiece a divagar mientras la otra persona vocifera palabras que ya no tienen sentido alguno, y más si la persona habla lento y te proporciona un lujo de detalles. Es muy difícil no divagar. Vas a perder la concentración e incluso la idea principal de la conversación. Para evitar eso, has preguntas de seguimiento basándote en lo que te están contando. Tener dudas y preguntarlas te ayudará a clarificar los hechos y los detalles. Si te perdiste en algún punto, puedes decir que te repitan lo que te estaban diciendo. Luego resume lo que te acaban de decir. Así tu mente puede relajarse un poco más. “Entonces, en resumen, te paso tal, ¿cierto?”, puedes decir para no memorizar tantos detalles. Esto mejorará tu concentración y te ayudará a quedarte con las ideas principales. No tendrás problemas para conversar si sabes buscar información. La información puede encontrarse en el atuendo de los individuos, su físico, su lenguaje corporal, su comportamiento, sus actividades, así como también sus palabras. A veces la información puede consistir en una impresión general. Después puedes hacer preguntas del tipo: “Parece que sabes mucho sobre…” “Se ve que haces mucho ejercicio, ¿qué deporte practicas?” “Me da la impresión de que tienes muchas ganas de bailar.” “Hablas mucho sobre viajes, ¿cómo le haces para conseguir tiempo libre y viajar?” Preguntar cosas personales siempre requiere de una sensibilidad particular a los sentimientos de la otra persona, y especialmente su nivel de receptividad hacia ti. Usualmente es mejor empezar a realizar preguntas personales con un mitigante, “Disculpa por preguntar, pero…” o “Me gustaría saber, si no te incomoda…” o “Espero no ser un entrometido, pero…” si formulas una pregunta personal de tal forma que la otra persona no tiene que responder, frecuentemente responderá de una manera quizá no tan directa. De hecho, no debes esperar una respuesta directa, debido a que mucha gente tiene problemas para decir lo que quieren realmente decir, especialmente si es un tema delicado. Sin embargo, si escuchas cuidadosamente y buscas si tiene un lenguaje corporal receptivo, puedes darte una idea si la otra persona confía en ti lo suficiente como para revelar información personal. Por otro lado, si te preguntan algo que no quieres responder, simplemente di,

“Preferiría no contestar eso. No te lo tomes a mal.” Mucha gente entenderá y no volverá a indagar más sobre el asunto. Si alguien te pregunta cuánto cuesta algo que traes puesto y no quieres discutirlo, di, “No lo sé, me lo regalaron.” Tienes que saber que la mayoría de los individuos no quieren revelar cierta información tal como su ocupación, de dónde son, etcétera. No tienes por qué sentirte obligado a responder este tipo de preguntas. Si te incomoda responder algo personal, no lo hagas o responde lo que te plazca. Después de rehusarte a responder, realiza otra pregunta o cambia de tema. Al principio, trata de evitar dificultades cuando estés conversando. No entres en temas tabú como la muerte, religión, eventos tristes, chismes o temas raciales o feministas. Evita, por el momento, desahogarte con la otra persona y usarla para contarle todos tus problemas. Es mejor no dramatizar o pedir consejos trascendentales. Estas interacciones pueden causar una impresión negativa. Al principio es mejor tener una conversación sencilla y un tanto superficial. Recuerda que todo tiene que ser gradual. Aunque parezca contradictorio, no temas ser abierto con lo que cuentas acerca de ti. La próxima vez que alguien pregunte acerca de tu pasado, tus ideas y opiniones, recuerda que tienes derecho a expresarte de la manera que quieras. De eso se trata, de expresarte en compañía de otros. Debe ser un equilibrio, tampoco caigas en el extremo de contarlo todo. Todos hemos tenido esa experiencia de alguien que se pone a platicar toda su vida. ¡Qué aburrido! Es mejor revelar tu pasado e ideas poco a poco con el tiempo y dentro del contexto de la conversación. Si exageras tus buenas cualidades y escondes tus defectos, la gente pronto se dará cuenta de que estás mintiendo y exagerando. Es importante que te aceptes tal como eres. A veces las personas no te creerán lo que les dices, aunque sea verdad, así que puedes omitir varios detalles para no parecer arrogante. Deja que los demás se acerquen a ti. No tengas miedo de aburrir a la otra persona. A mucha gente le fascina hacer nuevos amigos, y es esencial dejar que otros te conozcan realmente y si tienen intereses en común. No tienes que ser un payaso de circo para entretener, pero se tan alegre como sea posible.

No te quedes mudo si la Conversación va por buen Camino 1. Enfócate en la situación en la que estás. Empieza por identificarte con el ambiente donde sea que estés por más difícil que te parezca. ¿Por qué estás ahí? ¿Quién más está en ese lugar que ya conoces o que deseas conocer? ¿Qué tipo de actividades están llevándose a cabo? ¿Qué es lo que ese lugar tiene de inusual o interesante? ¿Quién te puede dar más detalles sobre el lugar? ¿Qué experiencias previas has tenido en ese lugar? ¿Cómo te sientes en ese lugar? Puedes conversar con otros simplemente enfocándote en los diversos aspectos de tu alrededor. Una vez que te identifiques a ti mismo, es natural descubrir lo que los demás están haciendo en ese lugar. Este enfoque puede proveerte muchos temas de conversación. No tienes que pensar en lo que vas a decir. Sólo observa la situación y descubre algo que puedas comentar. Observa tu exterior, no tu interior. Los malos conversadores tienden a ensimismarse en lugar de observar su ambiente. Se preguntan cómo se ven, lo que los demás puedan pensar y si pueden ser validados. Se preguntan si la gente piensa que son inteligentes o estúpidos, atractivos o feos y cosas que sólo impiden el progreso. Estos pensamientos internos te harán sentir inseguro y totalmente ignorante de lo que sucede en tu entorno. Como resultado, todo el arsenal conversacional que se encuentra frente a tus ojos se pierde. En vez de eso, utiliza tus sentidos para recoger detalles y usarlos a tu favor. Además, cuando piensas y observas el exterior, te sentirás menos inseguro e incómodo. Tu confianza aumentará, el miedo y la duda disminuirán y tus conversaciones se volverán más naturales y sostenidas. 2. Descubre los grandes eventos en la vida de la persona. Esos grandes eventos son áreas que son de enorme interés y generan entusiasmo en las personas y en ti también. Estos son

temas en los que tú o tu compañera de charla pueden estar cien por ciento metidos y hablar de ello por un largo período de tiempo. Puede ser el trabajo, una novedad, un pasatiempo, una meta, un viaje por realizar, un deporte, alguna obra de caridad y faltaba más: el sexo. Estos son temas y actividades que le interesan a la mayoría de las personas. Cualquier cosa que logre excitar las emociones. Como podrás imaginarlo, es necesario encontrar esos temas tan pronto como sea posible, porque generan un fuerte interés y ayudan a que tus pláticas sean más prolongadas. Mientras más pronto encuentres estos botones de encendido en las personas y reveles los tuyos, más energética y estimulante será tu conversación. Quizá tengas la fortuna de que la otra persona tenga los mismos intereses personales. Para eso son las pequeñas charlas, para descubrir esos botones de encendido. Cuando descubras ese botón, vas a encender las emociones de la otra persona y probablemente aquello que más valora en la vida. Te darás cuenta en dónde invierte su tiempo, dinero y esfuerzo ──por eso es lo que la otra persona valora. Es un generoso estimulante para la conversación, y te cuenta cosas relevantes sobre tu compañera. A partir de aquí puedes buscar cosas en común. Lo mejor es que cuando encuentres cosas en común, tendrás el pretexto perfecto para establecer una relación y establecer planes a futuro. Cuando recibas una respuesta entusiasta, expresa interés en el tema. Esto no significa que debas tener un fuerte interés, pero un poco de curiosidad te ayudará mucho. Lo importante es que sientan que te importa escuchar los aspectos de su vida al mostrar un poco de curiosidad. Eso generará un halo de buenos sentimientos. Sólo así incrementarás las probabilidades de que ellas muestren interés en ti. La gente, para ser más interesante, seguido hablan de sus botones de encendido con pequeños comentarios. A cada rato estarán revelando cosas que ellos consideran importantes. Si encuentras signos visuales o verbales sobre esos botones de encendido, haz preguntas abiertas acerca de ello.

¿Qué haces los fines de semana? ¿Qué haces para divertirte? ¿Qué haces cuando no estás trabajando/estudiando? ¿Qué es lo que te ha llamado la atención últimamente? ¿Qué haces para relajarte? ¿Tienes algún proyecto en el que estés trabajando por el momento? ¿Perteneces a alguna organización? ¿Hay algo que siempre hayas querido hacer pero que no has podido llevar a cabo? ¿Tienes alguna meta a largo plazo? Recuerda que una buena conversación posee un balance, así que debes revelar también cosas importantes sobre tu vida. Al dejar que los demás sepan lo que es importante para ti, les estarás dando una oportunidad para conocerte de una forma que cause una buena impresión. Ni siquiera tienes que escribir nada o memorizarte algo, eso que es importante está latente dentro de ti. Así será más fácil que te entusiasme platicar con otros. Es importante también que proporciones detalles sobre lo que te gusta, no lo dejes como un seco, “Ah, sí, me gusta patinar.” No seas tan apático y di cosas como, “Me encanta patinar, pero me gusta ser un poco más extremo, así que me dedico a hacer downhill, porque amo la adrenalina.” Imagina que estás convenciéndolos para que practiquen contigo. Proporciona detalles, sentimientos. Quizá no sepan nada acerca de tu tema, pero tu entusiasmo será contagioso y provocarás que te hagan más preguntas. Si empleas términos técnicos que son exclusivos de tu área de interés, explícaselos o cuenta las cosas coloquialmente para que los demás puedan entender. Se trata de que les des una idea de lo que te apasiona en vez de entrar en modismos arrogantes. La clave es no hablar demasiado. Lo más probable, si no te lo preguntan, es que no quieran saber cada detalle sobre lo que te apasiona. Busca intereses en común. A muchas personas les proporciona placer encontrar gente que tenga los mismos intereses. A través de la conversación activa, te irás acercando a las metas

particulares asociadas con ese tema. Por supuesto, mientras más intereses tengas y seas capaz de discutir, más agradables serán tus conversaciones. Recuerda que la conversación es una forma de aprender sobre muchas cosas que no has experimentado directamente. Cuando compartes experiencias, ambas partes saldrán ganando en cultura general. Proponte a encontrar lo que les interesa a las personas y anímalas a hablar de ello. 3. Mantén un balance en el intercambio de información. En una buena conversación, los participantes son conscientes de que el intercambio de información debe ser equitativo. Este intercambio de información debe ser un balance entre hablar y escuchar. No te preocupes por los turnos, estos se irán dando de forma natural. Es mejor cuando las dos partes hablan cuando es su turno y escuchan cuando sea el turno del otro. Cuando se habla de un tema que probablemente sea desconocido para el otro, es mejor pintar un panorama general y si la otra parte quiere saber más, es correcto entrar en detalles. Procura no aburrir a las personas con demasiados detalles, si puedes explicar una gran idea con sólo una oración, mantenlo así de breve. Suena paradójico, porque lo que quieres es que la conversación se alargue, sobre todo si quieres pasar más tiempo con esa persona, pero créeme, la conversación va a durar lo suficiente si dices cosas interesantes y no aburres con detalles innecesarios. Mientras tu conversación sea activa, mucha información será intercambiada, y al final ambos partidos sabrán lo suficiente del otro como para conocerse mejor. Esta es una forma natural de conocer a las personas. Promueve la confianza mientras que anima a las personas a abrirse hacia ti. Se enfatiza en saber escuchar, pero ser participativo dentro de la conversación es igual de necesario e importante. 4. Cambia el tema usando información adicional Cambiar el tema es la manera más sencilla de sostener una conversación mientras buscas temas de interés mutuo o personal.

No tienes que terminar un tema antes de proceder al siguiente. Los buenos conversadores siempre están entretejiendo temas e ideas y siempre están brincando de un punto al otro. No siempre se brinca hacia un tema relacionado, por lo que es más fácil volver al tema inconcluso diciendo, “Bueno, regresando a lo que te estaba diciendo hace rato…”, o “Escuché que mencionaste que te gusta el motocross…” Siempre escucha atentamente y recuerda que la información adicional puede darle más vivacidad a la conversación. Si sientes que el tema que estás discutiendo ya se desgastó, sólo cambia el tema y realiza una pregunta que te interese saber de la otra persona. A veces, quizá, quieras cambiar el tema por unos momentos, así que todo lo que tienes que decir es, “Disculpa, pero me gustaría cambiar el tema por un momento”, y luego hacer un comentario o formular una pregunta. Procura completar tus ideas rápidamente y luego regresa al tema original. Toma en cuenta que, si brincas de tema en tema indiscriminadamente, puedes dar la impresión de que no te interesa discutir un tema seriamente. También puede indicar que no estás escuchando o que te aburre el tema ──lo que puede ser verdad. Si la otra persona te responde cortante, es obvio que no quiere discutir el tema en cuestión. Presta mucha atención a las respuestas poco entusiastas. Cambia el tema rápidamente cuando sientas que has tocado una fibra sensible o que no le interesa a la otra persona. Hay temas de mal gusto que hace sentir incómodas a las personas. Por ejemplo, si alguien saca un tema racista o sexista para ser gracioso para atraer la atención o mantener la conversación, siéntete libre de mostrar tu incomodidad. Hazlo sin tener que discutir. Simplemente di, “No estoy de acuerdo”, o “Sé que podemos hablar de algo más bonito”, o “Te perdono por decir eso, si tú me perdonas por cambiar de tema.” Abre un nuevo tema de conversación rápidamente como ya sabes hacerlo. Ambos estarán más tranquilos cuando el tema de conversación cambie. Otro problema común que complica llegar hacia las personas es que a veces estarás compitiendo por atención. En vez de escuchar

tus palabras, el otro participante está pensando en sus propias ideas y permanece desconectado. Debido a su poca atención, tus ideas y argumentos se pierden o se malentienden. Algunos de los signos que indican este problema es que la otra persona te haga preguntas que no se relacionen con lo que estás hablando, hace comentarios irrelevantes y vuelve a tratar argumentos que ya han sido discutidos y respondidos. Estos factores indican que la otra persona no está sintonizada con tu forma de pensar y no está lista para adoptar o considerar tus ideas. Un tercer factor que interfiere con la comunicación es cuando la otra persona transforma lo que dices en lo que desea escuchar. De este modo, lo que dices lo malentiende porque lo interpreta como algo que quiere escuchar y no lo que quisiste decir. Hay formas de superar las dificultades para presentar tus ideas a otros. Comienza a animar la cooperación y receptividad al decirles a otros que sientes su poca atención. “Te noto un poco distraída…”, “Creo que no me estás siguiendo en lo que te digo…”, “¿No quieres hablar de este tema?”, “¿Qué sucede? Te noto un poco distante.” Este tipo de declaraciones harán que la otra persona haga un esfuerzo en ser más receptiva. Siempre puedes cambiar la conversación si muestran poca receptividad. No tiene sentido seguir hablando cuando la otra persona no pone de su parte, porque, aunque sigas hablando, tus ideas no serán tomadas en cuenta. Casi siempre es mejor cambiar a otra cosa, realizar otra actividad, preguntar entonces qué es lo que tiene en mente o dejar de hablar con esa persona. La mayoría de las veces existirá más tarde la opción de regresar a lo que quieres comentar cuando notes que la otra persona es más cooperativa. Nunca ignores los signos de la otra persona, puesto que eso es precisamente lo que anima a la cooperación y receptividad para que puedas presentar tus ideas. Para que puedas incrementar esa sensibilidad cuando estés hablando con otros es preguntarte: ¿Cómo hará sentir a la persona lo que estoy a punto de comentar? ¿Cómo está reaccionando a lo que estoy diciendo? ¿Se sentirá halagada o menospreciada con lo que voy a decir?

Lo importante es abrir los canales de comunicación. Aprende a ser más consciente de los signos implícitos u ocultos que acompañan a la conversación.

Las Opiniones diferentes enriquecen la Conversación No asumas que todo lo que ves o crees es la verdad. Cuando discutas temas, ten en mente que hay diferentes puntos de vista, recuerda que hay una gran diferencia entre lo que es un hecho y lo que asumimos que es verdad. Con frecuencia, nuestras opiniones son el resultado de nuestras preferencias, prejuicios, suposiciones y nuestro condicionamiento, lo que no son necesariamente hechos universales. Como resultado, hay muchas áreas donde la diferencia de opiniones es inmensa. Son áreas que de hecho pueden fomentar una gran conversación. Cada persona tiene derecho a su punto de vista ──incluso si es estúpido──, sin tener que ser ridiculizado. No fuerces tus puntos de vista sobre otros. Muestra un deseo de entender las demás opiniones. Así lograrás que las demás personas se abran poco a poco y de este modo ellas también se vuelvan receptivas a tus ideas. Esto es especialmente importante cuando estás tratando de convencer e informar. Cuando alguien comente algo con lo que no estás de acuerdo, evita matar la conversación con “¡Estás mal!” o “¿De dónde sacaste esa estupidez?” Cuando alguien salga con una opinión diferente, responde con “A mi parecer…”, “En mi opinión…” o “En mi experiencia…” Cuando presentas tus opiniones de esta manera, sin condenar el comentario de la otra persona, promoverás una discusión sana y que escuche tu punto de vista, en lugar de poner una barrera o ponerse a la defensiva. Si alguien no está de acuerdo con lo que has dicho o con lo que crees, no te pongas a discutir. Es mejor decir, “¡Supongo que no hemos pasado por lo mismo!”, o “Entiendo lo que piensas, pero a mi parecer…” Recuerda que todo mundo tiene derecho a su opinión. No se trata de hacerlos cambiar de parecer, sino promover la comunicación. Es bueno ser flexible, pero no indiferente. Puedes pensar que si eres lo suficientemente cordial para aceptar casi cualquier cosa que la otra persona quiere ──sobre todo cuando no estás de acuerdo──, te volverás una persona agradable. Sin embargo, la otra persona podría sentir tu actitud de “me da igual”, lo que demuestra indiferencia, aburrimiento e incluso deshonestidad. Expresa tus preferencias incluso cando difieran de las de la otra persona. Si no expresas preferencias, gustos y deseos, la gente no sabrá lo que quieres o lo que andas buscando. Las personas no leen la mente y a menos que aprendas a expresarte, no lo van a saber. Si no expresas tus sentimientos, corres el riesgo de provocar hostilidad, resentimiento y culpa. A eso se le llama asertividad, cuando dices

directamente lo que quieres respetando los derechos y sentimientos de los otros. Deja que la otra persona sepa lo que quieres y estará en una mejor posición para dártelo o negártelo. Al menos tendrás la satisfacción de haberlo intentado. La actitud de “a mí no me importa” indica que no tienes deseos de involucrarte en el proceso de decisiones necesario para la interacción humana. En vez de decir que sí a todo lo que te proponen, ofrece algunas alternativas. Presenta tus ideas y preferencias y la otra persona podrá conocerte mejor. Involucrarte es interesarte, entusiasmarte por su compañía y mostrar el deseo de estar con esa persona. Un claro ejemplo de saber expresarte es cuando no sabes nada acerca de un tema o muy poco. En lugar de quedarte callado y poner cara de tonto sin entender lo que te están diciendo, pregunta cuando no sepas lo que se está tratando. Mejora tus conversaciones diciendo “¡No lo sé!” Es contraproducente pensar que necesitas saber todas las respuestas de todas las preguntas. Hazlo sin ser apático. “¡No lo sé, pero dime de qué se trata!” Muestra que no eres un ignorante que se queda con la duda, sino que te gusta saber nuevas cosas. La mayoría de las personas te explicarán las cosas con gusto, la mayoría a quienes les gusta enseñar y que vale la pena conocer.

¿Dónde conocer Personas? Para conocer mujeres, ve a los lugares donde te diviertes. Existe un sinnúmero de lugares para conocer buenos culos, aunque no cabe duda de que hay lugares que son mejores para interactuar con ellas. Esos lugares suelen ser los eventos sociales, donde la gente se reúne para convivir con otras personas. Si tienes intereses en común con las personas que acuden a ese lugar en el que te encuentras, entonces estás en el lugar adecuado. Cuando conoces a una mujer en un lugar y ambos disfrutan las actividades, ya tienes una base importante para comenzar una amistad o incluso algo más. Es una excelente idea buscar relaciones que compartan tus intereses. Si, por ejemplo, te gustan los deportes, te gusta practicarlos al aire libre, tienes equipo y asistes a eventos, al menos podrás tener una cosa en común con las personas que acuden a los mismos. Al principio de todas tus interacciones con ellos incluirán el tema del deporte y las razones por las que están ahí. “¿Por qué comenzó a gustarte este deporte?”, “¿Cuánto tiempo llevas practicando este deporte?”, “¿De dónde vienes?”, son preguntas que puedes utilizar para iniciar una conversación. En el transcurso de la conversación podrás notar si la otra persona disfruta y desea tu compañía. De ser así, ya tendrás asegurada una amistad. Durante tus conversaciones casuales puedes sugerir un encuentro futuro para ir a tomar algo, salir a comer o realizar alguna otra actividad. Esto le dejará claro que disfrutas su compañía y quieres seguir viéndola. Si ella no tiene compromisos y es receptiva, seguramente aceptará. Sólo te queda fijar el día y la fecha, “¿Qué día y a qué hora puedes?”, o “¿Qué me dices de esta noche?”, o “¿Qué días tienes libres?” Lograr que alguien te acompañe a comer no es tan difícil tomando en cuenta que todo el mundo al menos come una vez al día. Cuando estés hablando con alguien que te interese y quieras volver a ver, busca la oportunidad adecuada para sugerir un encuentro para ir a comer. Es fácil sacar el tema a colación haciendo preguntas sobre los restaurantes que hay cerca de su casa, su comida favorita o lugares que suele frecuentar. Puedes preguntar, “¿Sabes de algún restaurante aquí cerca?”, o “¿Qué opinas del restaurante que está aquí cerca?”, o “¿Te gusta la comida tailandesa?” Es muy fácil tener platillos favoritos en común, y más fácil aún sugerirle salir a comer algún día. Si la otra persona quiere pasar más tiempo contigo, aceptará sin problemas. Planea realizar actividades de interés mutuo. Después de platicar por un rato, propón salir a una actividad que tome más tiempo para conocer a esa persona.

Puede ser salir al billar, ir a patinar sobre hielo o ir por unas cervezas. No tendrás que preocuparte, pues se supone que tienen intereses en común. En lo único que tienes que enfocarte es en la diversión. Es mejor cuando ofreces opciones y sugieres el encuentro en los próximos días. No lo apresures, pues habrá un poco de presión; no lo pospongas por mucho, pues es más probable que te cancelen o lo olviden. Cuando tengas el chance, sugiere, “Recuerdo que me dijiste que te encantaba (hacer cierta actividad), así que me preguntaba si te interesaría acompañarme a…” Mi recomendación es que pidas el teléfono para confirmar, agendar o proponer un encuentro, no para seducir con una llamada, ya que pocas veces funciona, puesto que es infinitamente mejor tener cerca a la persona que te interesa. Confirmar, agendar o proponer un encuentro debe ser fácil. “Hola, Susana, habla Ramiro. ¿Tienes un par de minutos?” Haz una llamada corta para confirmar y saludar. Cuando la persona responda el teléfono, identifícate y nunca digas el patético, “¿Adivina quién habla?” Es buena idea preguntar cosas como, “¿Cómo ha sido tu día?”, o preguntarle sobre alguna cosa que te haya contado las primeras veces. Luego dile por qué estás llamando, “Sólo quería confirmar lo de mañana”, “Mañana voy a estar cerca de donde trabajas y quería saber si te gustaría salir a comer conmigo.” Cuando hayas confirmado, termina la llamada con un sincero, “Me dio mucho gusto escucharte”, “Bueno, entonces te veo ahí”, “Muy bien, te llamo en la mañana para confirmar.”

¿Y si me quedo callado? ¡Esos malditos silencios! ¿Quién no ha recurrido al modo entrevista bajo esas circunstancias? Cuando hacemos pregunta tras pregunta es una clara señal de que estamos dando patadas de ahogado. Por dentro sabemos que la hemos perdido. ── ¡Oye, tengo que ir con mis amigas! ¡Mucho gusto! ¡Bang! Las mujeres sí que saben cómo rompernos el corazón. Independientemente si son amables o groseras. En definitiva, no hay que culparlas. Ya han pasado por ese martirio y es entendible: ¿a quién no le daría flojera? Sin embargo, los silencios también son una forma de comunicación y expresión. Incluso sirven para generar tensión sensual. Una de las cosas más comunes que los hombres hacen, tan pronto se hallan en una conversación con una mujer, es llevar los silencios a las conversaciones basadas en el nerviosismo. Cuando hay una pausa en la conversación por cualquier razón, ellas notan cuando desesperadamente avientas una pregunta o comentario con la intención de no hacer que el silencio sea incómodo. Este es un comportamiento bastante forzado. Estoy seguro de que cuando estás con tus amigos no te apresuras a llenar los silencios con comentarios forzados. Si no lo haces con tus amigos, no lo hagas con ellas. Aprende a sentirte cómodo durante los silencios. Yo sé que odias quedarte callado cuando estás con la mujer que te encanta, pero ¿por qué consideras que es necesario tener una conversación trivial, aburrida y torpemente persistente? A veces es mejor callarte la boca por un minuto y disfrutar la compañía de la persona que te fascina. Entiende una cosa: está bien quedarte en silencio, no te estás resistiendo a la tensión, sino lo contrario, estás disfrutando la tensión. Déjales el peso a ellas para que quieran llenar el silencio. Siéntete cómodo sosteniendo su mirada, deléitate en la tensión sexual que revelan los breves momentos de silencio. Un silencio bien ejecutado tendrá más poder de insinuación que tu voz. No siempre digas lo que sientes o lo que quieres, usa el misterio a tu favor. A menudo en el lenguaje, menos, es más. Un silencio bien ejecutado puede decirlo todo. Sentirte cómodo con el silencio significa que estás en control de tus emociones y la situación. Es un silencio con significado y no un silencio torpe por no saber qué decir después. A veces tu calma y tu silencio impresionarán más que tus palabras. No sientas que debes hablar cuando no tienes nada que decir, relájate y acepta que tu mente se quedó en blanco en ese momento. Presionarte no te ayudará en nada. No debes llenar todos los silencios, no debes ser siempre gracioso o atractivo o

intentar decir la frase perfecta. Saca lo mejor de las situaciones, cualquier situación es tu mejor amiga. Está bien querer hacer las cosas lo mejor posible y querer que ellas se sientan atraídas hacia ti, pero piénsalo bien, eso no se podrá hacer todo el tiempo, es un trabajo muy pesado, no hay nada de divertido en ello. Ninguna mujer es tan buena como para llegar al punto de la desesperación. Sé fantástico, reconoce que eres lo suficientemente bueno, no por ser complaciente, sino para evitar querer hacer cosas que estarán por demás. A veces estará bien que no se la pasen bien contigo, todo está bien. No tienes que culminar con todas. Limítate a aprender de ellas y a disfrutar con las mujeres con quienes sientes química. No tienes que jugar un juego perfecto, sólo necesitas ser lo suficientemente bueno, saber cuándo es momento de cerrar y aprovechar esas oportunidades sin hacer demasiado. Recuerda que también los silencios son importantes en la música. Finalmente hay que romper el silencio. Obviamente no te quedarás todo el rato disfrutando el silencio viéndola a los ojos. En un momento dado tendrás que hacer la transición. Entonces, si no se te ocurre nada, ¿qué debo decir? Bueno, pues un ejercicio que a mí me funcionó en muchas ocasiones cuando no tenía nada que decir es formular el siguiente comentario, “No tengo nada que decir. Eres tan hermosa que estar a tu lado me ha dejado congelado.” Este comentario funciona por diversos motivos. En primer lugar, estás diciendo la verdad. En segundo, estarás exteriorizando tu diálogo interior, el mismo que hace que te presiones. De modo que al expresarlo te hará sentir más tranquilo y podrás acceder a los temas de conversación que estaban bloqueados. En tercer lugar, porque una de las razones por las que te bloqueas es porque estás tratando de impresionarla y tú no te sientes con suficiente valor para hacerlo. Entonces, al expresar que te has bloqueado es una forma de quitarte esa presión. Querer impresionarlas es una terrible estrategia de seducción y peor aun cuando sientes que no la mereces. Y finalmente, le estás haciendo un cumplido y es una forma de coquetear con ella. Es decir, estás cambiando el enfoque de una situación desfavorable. Estás bloqueado y sabes que en cualquier momento se excusará para irse o peor, tendrán un momento forzado y aburrido. Pero con este comentario cambiarás el rumbo de la interacción y a continuación ella se sentirá halagada, y en el mejor de los casos, ella romperá ese silencio incómodo, lo que te dará tiempo y claves valiosas para hacer una transición.

¡Si lo quieres, dilo! La mejor forma de obtener lo que quieres es pedirlo directamente. Muchas personas prefieren que se les pida directamente para dar o hacer algo. A muchas personas les desespera que no les pidan las cosas directamente. Si quieres algo de alguien, es mejor hacer tu petición claramente. De esta forma, la otra persona sabrá lo que estás pidiendo y puede responderte con un sí o con una negativa. Evítate los rodeos o las manipulaciones. La gente no puede leer tu mente. Es absurdo que la gente esté esperando que otros sepan lo que están pensando, sintiendo o lo que desean conseguir. Estas personas mandan peticiones encubiertas todo el tiempo, esperando que los demás sepan lo que están pidiendo. Es mejor ser directo, porque las peticiones encubiertas son a menudo ignoradas o malentendidas. Por ejemplo, considera a Filiberto que quiere invitar a salir a Carla. Éste le escribe diariamente para saber cómo ha estado su día y nada más. Él quiere salir con ella, pero no se lo pide directamente. Él sólo piensa, “¿Por qué no se da cuenta de que quiero invitarla a salir?” En este caso, Filiberto cree que, al escribirle diario, Mónica se dará cuenta de todo, pero seguramente está pensando que Filiberto es un buen amigo que se preocupa por ella. Ella no puede leer su mente y es ilógico que él espere que ella lo haga, pero así pasa más de lo que podrías imaginar. Existe algo de suma importancia que se llama expresar tus deseos y sentimientos tan pronto como los sientas. Si ves a una mujer que te agrada y notas algo característico en ella, entonces acércate y díselo directamente. Se trata de tomar decisiones, incluso si no tomas acción inmediatamente. Expresar el cómo te sientes y decirle a una mujer lo que piensas cuando la ves incrementará tus niveles de confianza. Sentirás que puedes decir cualquier cosa y aun así atraerlas. Los hombres débiles tienen miedo de expresar sus sentimientos y pensamientos. Hacer lo contrario a ellos te convertirá en un hombre rudo y varonil. Se trata de que te sientas pleno al expresar tus deseos sin esperar un resultado. La peor manera en la que puedes decirle a una mujer que la amas es esperando que ella lo diga de regreso. Hacerlo te transforma en un hombre débil. Si logras lo que deseas con la mujer que te gusta, qué bueno, si no, continúa siendo libre y feliz. Vive una vida donde aceptes y expreses tus deseos en lugar de esconderlos. Hazlo y tendrás una vida más plena. Yo sé que cuando vez a la mujer que te fascina, sientes que es demasiado hermosa, pero también sé que tú eres inteligente, bien parecido e interesante.

Quizá ella no lo vea justamente cuando te vea por primera vez, pero para eso te darás la oportunidad de platicar con ella y dejar que ella descubra todas las cosas buenas de ti. Ese es el propósito de la conversación, que ella te conozca. No siempre puedes comunicar esas cosas a través del lenguaje corporal. Date cuenta de que tienes deseos sexuales y románticos. Después dales rienda suelta. Estos deseos son reales y son parte de ti. Contrólalos y dales satisfacción. Es bueno tener deseos y querer lograr cosas. Lo que hace a la vida interesante es que puedes ir tras eso que tanto anhelas para ti. Sólo no dejes que el resultado sea lo único que sea importante. Hay pocas cosas que te proporcionan tanta autoestima como ser capaz de ir por lo que quieres y aceptar los triunfos y fracasos. Pase lo que pase, haz que tu vida sea una historia digna de contar. Así que cada vez que quieras hablar con una hermosa chica, obedece a tus instintos y ve por ella, pero sea cual sea el resultado, tu fortaleza seguirá intacta. Es más importante que sigas progresando y desarrollando tus habilidades para conocer mujeres.

¡Conecta! Casi todo el mundo puede hablar. Casi todos podemos comunicarnos. Pocos saben conectarse con las personas. Aquellos que saben conectarse llevan sus relaciones, su trabajo y sus vidas hacia otro nivel. Para ser exitoso, necesitas aprender cómo comunicarte realmente con los demás. La gente no puede tener un éxito significativo si no sabe comunicarse efectivamente. No es suficiente acercarte a ellas todos los días. No es suficiente salir con ellas. Para ser exitoso, necesitas aprender a comunicarte con los demás. ¿Alguna vez te has sentido frustrado por querer comunicar algo y no ser comprendido? ¿Alguna vez has querido mejorar tus relaciones íntimas o generar impacto en otros? Si no puedes encontrar una forma de comunicarte efectivamente, no serás capaz de alcanzar tu potencial, no tendrás el éxito que deseas y siempre quedarás frustrado. ¿Cuál es el secreto? Saber cómo conectar con otros. Conectar es la habilidad para identificarte con la gente y relacionarte con ellas de una forma que incremente la influencia que posees sobre ellos. ¿Por qué es importante? Porque la habilidad de comunicarte y conectar con otros es un factor determinante para alcanzar tu potencial. Antes de poder cogerte a Laura, debes saber comunicárselo. Y para hacerlo de la mejor forma, debes aprender a conectar. El talento no es suficiente. La experiencia no es suficiente. Para mejorar tus relaciones personales, debes ser capaz de comunicarte bien, y la conexión es la clave. Quizás eres el chico que intenta bailar con todas en las fiestas, pero nunca se quedan contigo. Te interesas en los temas que ellas te platican, pero no muestran aprecio por tu atención. Deseas tener relaciones íntimas con las mujeres que te gustan, pero no parecen desearte como desean a otros. Quieres tener un grupo grande de amigos, pero te sientes evadido por ellos. ¿Cuál es el problema? La conexión. Para poder llegarles a las personas, debes ser capaz de conectarte con ellas. Tener una conexión con otras personas puede no ser un asunto de vida o muerte, pero a menudo es un asunto de éxito o fracaso. Mientras más avances en la vida, más consciente te vuelves sobre la importancia de conectar con otras personas. Para empezar, debes aprender los principios detrás de conectar con otros al: Interesarte en sus asuntos

Saber que la comunicación va más allá de las palabras Despertar todo tipo de emociones Observar cómo las personas exitosas establecen conexión con otros Encontrar cosas en común Tratar asuntos íntimos Capturar el interés de las personas Inspirarlos Ser auténtico No tienes que ser un genio para saber que todo lo que somos y todo lo que hemos logrado en nuestra vida es el resultado de nuestra interacción con otros. La habilidad de conectar con otros es una de las habilidades más importantes que debes aprender. Conectar con las personas una a una es más importante que ser capaz de hacerlo en un grupo o con una audiencia. ¿Por qué? Porque el 80 ó 90 por ciento de la conexión ocurre en ese nivel, y es cuando conectas con las personas que son más importantes para ti. ¿Qué tan bueno eres conectándote con amigos, familia, compañeros? Para incrementar tu influencia cara a cara necesitas: Hablar más sobre la persona que está frente a ti y luego de ti. Tener bajo la manga dos o tres preguntas que puedas formular para conocer personas en una reunión. Ofrecer algo de valor, como una frase positiva, una historia ilustrativa, un obsequio (tangible o no) para darle a una persona cuando la veas. Aprender a servir a las personas. Es difícil, pero ¿por qué? Empezar una conversación con alguien que nunca has visto puede ser estresante y difícil a menos que tengas la mentalidad correcta. Tu éxito y felicidad dependen masivamente de tu habilidad para interactuar con otras personas. No tienes que ser original, de hecho, puedes utilizar el mismo material una y otra vez hasta que eventualmente sea un botón automático que presiones para tener conversaciones con otras personas. Estas viejas conversaciones confiables serán nuevas e interesantes para las personas que no te conocen. Desarrolla la rara habilidad de comenzar una gran conversación con cualquier persona para alcanzar tus metas más rápido. ¿Por qué? Porque a quién conoces es más importante que lo que conoces.

Es poco importante qué tan habilidoso seas para empezar conversaciones, en ocasiones conocerás gente que no quiera hablar o gente que no tenga nada en común contigo. En estos casos es aceptable dar lo mejor y después llevar la conversación a su fin cuando la conversación no vaya a ningún lado. Sé amable y emprende tu salida cuando veas que no hay motivos para continuar. Mejor sigue hablando con otras personas hasta encontrar a alguien que también le intereses. Incluso, aunque tengas buenas conversaciones, emprende tu salida cuando veas que ya no está yendo a ningún lado. Termínala antes de que se desplome y amablemente finaliza la conversación: Gracias por tu tiempo, me encantó hablar contigo. Me voy para dejar que te sigas divirtiendo. - Eso fue genial. Es bueno hablar con alguien tan interesante. Me tengo que ir ahora. Quizá nos veamos pronto. Creo que no tenemos nada en común, pero gracias por no ser grosera. Que te diviertas. Cuando las cosas no salgan bien, no te martirices pensando que es tu culpa. Las conversaciones siempre tienen dos partes. Si la otra persona no quiso participar, no es tu culpa. Por otro lado, siempre es valioso analizar tus conversaciones que no terminaron bien y darte cuenta de qué pudiste hacer diferente para salir a flote. Aprende de las experiencias y mejora a cada paso.





¿En qué momento debes acercarte? Las mujeres que simplemente están paradas o sentadas en una banca son más fáciles de abordar. Simplemente hay que acercarse y hablar con ellas. Con respecto a las mujeres que están sentadas, si responden bien a tu acercamiento y puedes entablar una conversación con ellas, necesitas sentarte con ellas o pedirles que se paren un momento contigo. Es mucho mejor cuando están cara a cara hablando. Sencillamente di, “¿Te importa si me siento?”, o bien, “¿Te importaría levantarte y platicar un poco conmigo?” En cuanto a las mujeres que están caminando puede llegar a ser complicado, ya que están dirigiéndose hacia algún lado. A veces con prisa. Es un poco más difícil captar su atención. Como ya he dicho antes, lo mejor es acercarse por atrás y un poco de lado. Tócalas ligeramente en el brazo y diles lo que tienes que decir. Lo que estás esperando es que se detenga para escucharte. Incluso cuando caminan hacia ti, déjalas pasar y luego voltéate para abordarlas. Esto también te sirve para verles las nalgas y evaluarlas un poco mejor. Todo esto con el fin de no espantarlas o hacer que se sobresalten. Yo sé que para algunos hombres suena ridículo acercarse por atrás, pero si las abordas de frente también pueden ellas anticiparte y evaluarte demasiado rápido, lo que le resta impacto a tu abordaje. Como recomendación, si una mujer no se detiene cuando las abordas por detrás, no continúes siguiéndola. Parecerás un acosador si lo haces. Camina unos cuantos pasos con ella tomando una distancia cómoda para que no se intimide. Esto hará que disminuya su velocidad y finalmente se detenga. Si no lo hace, ni modo, quizá se encontraba ocupada o no le interesó conocerte en ese momento. Recuerda que todo depende del contexto, a veces podrás acompañarlas, sobre todo si su destino está muy cerca ──es dentro o en las proximidades de la universidad. Una vez que ya hayas tenido numerosos abordajes, probablemente notarás algunas situaciones sociales que son más desafiantes, v.g., acercarte a una mujer que vaya con un grupo de amigos. Las situaciones desafiantes son de hecho una buena oportunidad para demostrar tu inteligencia social. Si ella está con una amiga, reconoce a la amiga amablemente, justo después de que hayas dicho tu frase ligadora. Si eres demasiado atrevido, puedes decir, “Tú también eres adorable, pero tu amiga me gustó demasiado.” Luego asegúrate de involucrar a la amiga en la conversación que estés sosteniendo. En otras ocasiones tendrás que caminar una larga distancia para acercarte o tendrás que hacer una maniobra inusual y ella lo nota, entonces hazle saber con un comentario del tipo, “Disculpa, te vi desde allá y no pude evitar sentirme atraído por ti.” Habrá veces

que ella se mostrará sobresaltada. Minimiza esa emoción con un, “Disculpa, no quise espantarte, pero la verdad tuve muchas ganas de venir a conocerte.” También te toparás con el inconveniente de que ella esté rodeada de mucha gente externa a su círculo social. Considera esperar un poco hasta que haya espacio para hablarle. No te apresures demasiado para abordarla, busca el momento adecuado para sacarle el mayor jugo posible a la situación. La clave aquí es ser socialmente inteligente. Si una mujer responde bien a tu abordaje inicial, es prácticamente todo lo que necesitas por ahora. Sin embargo, si ella no responde bien y no parece en absoluto impresionada, insistir un poco más te puede ayudar. No te pongas nervioso ni te presiones, simplemente sigue hablando y buscando una pequeña entrada para poder seguir en contacto con ella. En estas dificultades, más que en otro momento, no habrá una frase mágica o alguna estrategia para lograr que sean más abiertas, ya que depende infinitamente del contexto. Lo único que va a poder ayudarte es abordar mujeres cotidianamente hasta que percibas un cambio notable ──sobre todo positivo──, en tus interacciones. Aborda a tantas mujeres hasta que esa energía que anteriormente experimentabas como miedo y pánico adopte la forma de excitación, adrenalina y placer. Muy pocos hombres aprenden a entrenar su ojo. Empezar a hablar con cualquier mujer al principio de tu entrenamiento es tan sólo una fase, pero más adelante sólo te llevará al estancamiento. ¿Por qué? Pues una vez que pierdas tu miedo al abordaje y aprendas a acercarte con soltura, lo siguiente es aprender a observar para maximizar las oportunidades. Formar el hábito de acercarte debe ir también de la mano con entrenar tu ojo para darte cuenta de las oportunidades presentes en tu entorno. No sólo es notar mujeres atractivas y acercarse, también debes observar en qué estado emocional se encuentran, con quién vienen, qué están haciendo, si esperan a alguien o van hacia algún lado, qué tipo de ropa traen, qué personalidad proyectan. Y una vez teniendo en cuenta todas las señales preguntarte, ¿cómo será la manera más adecuada para maximizar mis oportunidades con ella? No se trata llanamente de buscar el momento o el abordaje perfecto, pues eso nunca lo sabrás, se trata de buscar y aprovechar los puntos de ventaja. Sencillamente se trata de ser inteligente socialmente, de que vas a acercarte con respeto y tratarla bien, y parte de ello es saber que serás capaz de identificar en qué situación se encuentra. Por ejemplo, si ignoras que está apresurada, solamente recibirás un “¡Lo siento, tengo prisa! Si ignoras que ella le está diciendo a todo mundo que no quiere bailar, y tú te acercas para sacarla a bailar para ver si tienes más suerte que los demás, es muy probable que

te rechace igual que a todos. Las dificultades pueden anticiparse y solucionarse incluso antes de que te acerques. Adáptate a las circunstancias y minimizarás los rechazos. En el ejemplo donde ella está ocupada, muestra entendimiento y mantén la conversación breve, después dile que te gustaría verla cuando tenga más tiempo, intercambia teléfonos y déjala continuar. La mayoría de las estrategias para aprender a seducir mujeres no se pueden enseñar en un manual. Esos regalos únicamente los obtienes cuando acumulas experiencia en tu vida. Seguramente has visto que las mujeres prefieren salir con hombres mayores que ellas. La razón principal es que ellos ya tienen su vida mejor ordenada que los hombres más jóvenes. Ya viven solos, tienen un coche y su trabajo es próspero. No solamente se trata de dinero, sino de experiencia y seguridad. Aunque muchos hombres desearían que eso no fuera tan importante y que, a pesar de ello, pueden atraer mujeres, la triste realidad es que eso casi no sucede. Mientras más hayas hecho con tu vida y más conocimiento del mundo poseas, más atractivo serás para las mujeres. Acumular logros en tu vida te abrirá más oportunidades. Lo que sí debe quedar claro es que algunos tipos de experiencia son más atractivos para ciertas mujeres. En gustos se rompen géneros. No te desesperes si eres joven. Tu curiosidad te llevará a adquirir experiencia en menos tiempo de lo que crees. La experiencia no es proporcional a la edad, lo que realmente la determina es cómo afrontas la vida. Realiza tantas actividades como puedas, intenta nuevas cosas, lee, escucha, aprende y observa lo que puedas y desees para ganar más experiencia. Por otro lado, yo sé que tienes muchas experiencias que compartir y que pueden ser relevantes para las mujeres que quieres conocer. Si ya no te queda otro remedio más que aceptar que no has vivido muchas cosas, por lo menos muestra hambre de conocer el mundo. Si eres universitario, tienes la vida por delante. Si eres más grande, nunca es demasiado tarde. La clave es tener la mente abierta y conocer gente nueva.

Tres Temas de Conversación A través de miles de conversaciones, uno se puede dar cuenta de que, en general, existen principalmente tres temas de conversación que te permiten tener buenos momentos con las mujeres: el contexto, la escuela o el trabajo y los pasatiempos. El contexto trata sobre hablar sobre la situación presente en la que se conocen. En los horarios escolares, normalmente es cuando la ves caminando hacia algún lado, cuando la ves sentada o en horario de clase. Casi siempre se encuentran haciendo algo. Estaban por hacer algo cuando te acercaste. A veces el contexto te puede llevar a saber cosas interesantes sobre ella. Por ejemplo, puede que esté esperando que empiece su clase de canto, actividad que le apasiona a morir. También puede ser algo más cotidiano como simplemente ir a comer en su hora libre. Hablar sobre el contexto es una excelente forma para romper el hielo y poder entablar una conversación cómoda. El contexto también implica preguntar de dónde es ella, especialmente si su acento es inusual. No será un tema tan interesante si ambos son de la misma región. Recuerda que las cosas que son novedosas para nosotros son más relevantes en el contexto y regularmente son temas interesantes. Una pregunta contextual es, “¿Y qué andabas haciendo?” Como puedes observar, esa pegunta no es interesante y no genera ningún tipo de atracción, pero te permite guiar la conversación hacia algo más conveniente. Procura no hacer una pregunta sin saber hacia dónde pretendes llegar con ella. Trata de ir conectando preguntas y comentarios hacia un área más interesante, divertida o relevante para tus intenciones. También prepárate para responder las mismas cosas que estás preguntando. Por ejemplo, en el caso de que le preguntes qué estaba haciendo en ese momento, espera que ella te pregunte, “¿Y tú?”, entonces responde con lo que consideres adecuado para tus propósitos. Una vez que hayas hablado un poco sobre el contexto, lo segundo de lo que puedes hablar es el trabajo o el estudio. Algunas personas se preguntan si es buena idea hablar sobre el trabajo o la escuela. Puede que sí o puede que no, depende bastante si se habla de ello con pasión o por mero compromiso. A pesar de todo, forma una parte considerable de nuestras vidas, así que preguntar a qué se dedica la otra persona nos puede proporcionar información bastante valiosa. Lo clásico es preguntar, “¿A qué te dedicas?”, o en el caso de estar en la universidad, “¿Qué carrera estudias?” La clave no es conocer datos aleatorios sobre ella, sino descubrir cómo tu vida se relaciona con la de ella, y qué es lo

que le puedes aportar a ella basándote en los aspectos cruciales en su vida. En caso de que estudien la misma carrera, podrán hablar extendidamente y compartir que es lo que a cada uno le apasiona sobre la carrera que actualmente están estudiando. Al compartir esto, tendrás valor social para ella y de ahí tendrás una base firme para comenzar a generar atracción. En caso de que no tengas nada en común con su trabajo o carrera, se encuentra el otro tema que son los pasatiempos: ¿qué es lo que hacen para divertirse en su tiempo libre? La pregunta tradicional es, “¿Qué haces los fines de semana?” Si ella no está muy segura de qué responder, puedes cambiar la fórmula y preguntar, “¿Te gusta salir de fiesta los fines de semana, o prefieres mejor quedarte a ver series de televisión?” Si las preguntas anteriores te parecen demasiado superficiales, puedes preguntar algo más profundo como, “¿Te apasiona viajar, el deporte, la música, el cine?” En general, en tus conversaciones iniciales importa bastante cubrir los tres temas generales, v.g., contexto, trabajo o carrera y entretenimiento. En muchos casos, el orden es necesario, ya que el grado de intimidad es progresivo y necesitas que ella se sienta más cómoda contigo para tener una plática profunda y significativa. Si quieres que se involucre sentimentalmente contigo, sigue esta progresión. Además, es natural. Los temas son numerosos, pero con que toques estos tres, tendrás una base importante para construir una relación con el sexo femenino. Tampoco creas que con estos tres temas estarán automáticamente atraídas hacia ti, aunque te aseguro que son como una estructura para descubrir áreas importantes en su vida y poco a poco ir metiéndote en su mente.

Vínculos Vincular los temas de conversación es una herramienta de considerable poder para establecer una conexión con la otra persona incluso cuando lo que a ella le apasiona no se relaciona con lo que a ti te apasiona. Lo crucial es entender que ambas pasiones generan los mismos sentimientos. Básicamente existen dos tipos de vínculos: El vínculo lógico: en este vínculo buscas una conexión lógica y objetiva entre dos temas. Por ejemplo, preguntarle a alguien a qué se dedica, qué hace los fines de semana o simplemente lo que le gusta, son vínculos lógicos. Todo mundo se dedica a algo, todo mundo realiza actividades los fines de semana y a todo mundo le gusta hacer algo. Estas actividades son las que vas a vincular con las suyas. El vínculo emocional: es el vínculo donde buscas una conexión sentimental entre dos temas. Por ejemplo, preguntarle a una mujer si disfruta su trabajo, si le gusta hacer actividades extremas o al aire libre o si desde niña siempre quiso tomar clases de escultura. En estos casos, estás tratando de vincular los temas el encontrar sentimientos similares, incluso cuando lo que provoca estos sentimientos sea una actividad totalmente diferente. Estos vínculos tienen que combinarse. No pretendas que una conversación sea completamente lógica o emocional. En la práctica, la conversación va a ser del siguiente modo: Tú: ¿A qué te dedicas los fines de semana? Ella: ¡En estos momentos estoy tomando clases de fotografía! Tú: ¡Genial! Cuando iba en la preparatoria tomé clases de fotografía. Era mi materia favorita. Lamentablemente sólo duró dos semestres. Ella: ¡Qué mala suerte! ¿Y por qué no tomaste clases en otro lado? Tú: Bueno, quizás haya dejado a un lado las clases, pero sigo tomando fotografías. Ella: ¿En serio? Un día deberías enseñarme tus fotos. Tú: ¡Tengo una mejor idea! ¿Por qué no salimos tú y yo a tomar fotografías?

Callejón sin Salida A menudo te toparás con temas que no conoces. Por ejemplo, cuando le preguntas a una mujer qué estaba haciendo y su respuesta es, “¡Iba de compras!”, puede ser un tema que no domines. Quedarse en ese tema y preguntarle qué iba a comprar o si va de compras muy seguido, no dará para muchos temas de conversación. Lo más seguro es que quieras cambiar el hilo, pero si lo haces demasiado burdo y dices, “¡Ah, muy bien! ¿Y qué más ibas a hacer?”, vas a entorpecer la interacción. En lugar de eso, tienes que relacionarte con ello lo suficiente como para mantener viva la conversación, y luego cambiar de tema hacia un territorio común. Si puedes cambiar el tema hacia uno que domines, bien hecho; si no, sigue el hilo de la conversación y progresa de lo contextual hacia lo laboral o profesional. Relacionarte con lo que te cuenta implica comentar algo relacionado a lo que te acaba de decir, v.g., tu experiencia en esa actividad, experiencias de tus amigos relacionadas o algo que hayas escuchado acerca de ello. Supongamos que ella va a ir a una exposición de pinturas dentro de tu escuela y no sabes nada de ello. Para relacionarte con ella, la plática puede seguir el siguiente rumbo: Ella: ¡Voy a la exposición de pinturas aquí en el edificio Q! Tú: ¡Eso es muy interesante! Las pinturas pueden contarte toda una historia. ¿Te dedicas a la pintura o algo así? Ella: Soy historiadora y como la exposición es sobre el renacimiento, pues me interesó. Tú: ¡Perfecto! Eso ya tiene más sentido, pues a simple vista puedo ver que eres muy curiosa. Me gusta la gente como tú. Ella: ¡Jajaja! ¿Y cómo te diste cuenta? Tú: En la forma en la que me miraste cuando me acerqué. Y bien ¿a qué te dedicas cuando no estás estudiando o asistiendo a exposiciones? Si te das cuenta de que una mujer tiene mejor dominio de un tema que tú, considera relacionarte con ella y lo que te gusta el tiempo suficiente para mostrarle que tienes inteligencia social y luego muévete hacia el siguiente tema.

Suave La mayoría de los hombres comenten el error de esforzarse demasiado para impresionar a las mujeres. Incluso los hombres que salen con muchas chicas caen también en el error. Cuando te esfuerzas demasiado para demostrar tu valor social a las personas, les haces sentir que estás buscando caerles bien. Algunos chicos caen en la trampa de ser demasiado coquetos y divertidos en los primeros minutos, en lugar de darles la oportunidad a ellas para hablar para así poder relacionarse en su mundo un poco. Por otro lado, muchos hombres caen en el error opuesto y no se esfuerzan en absoluto para impresionarlas. Hacen pregunta tras pregunta olvidando hablar sobre su vida y platicarles a las chicas algo interesante sobre sí mismos. Lo único que intentan es hablar solamente sobre ellas y no ser lo suficientemente provocativos para demostrar su valor social. Lo que tienes que hacer es llevar la conversación hacia un terreno incitador, donde puedes conseguir que se abra un poco más, permitiéndote mostrar un poco de valor social que pudiera interesarle a ella, lo que a su vez causa que se vaya abriendo todavía más. De esta forma, ambas partes invierten gradualmente datos a la conversación para asegurarse de que es interesante para ambos, y que tú estás demostrando un valor social en el que ella está interesada. Por ejemplo, si a ti te gusta surfear y le preguntas si le llaman la atención los deportes extremos, necesitas fijarte si se queda enganchada en ese tema ──posiblemente respondiéndote afirmativamente o que es lo suficientemente aventurera como para intentarlo alguna vez──, para así poder contarle tu experiencia en ese deporte. Si ella es más una niña de casa y no se engancha en el tema de los deportes, entonces estarías esforzándote vanamente en contarle sobre tu experiencia en el surfeo. La línea entre mostrar que tienes valor suficiente y esforzarte en vano por impresionarla, llega a ser muy delgada. Si estás solamente haciendo preguntas y no hablas de ti, probablemente no estás mostrando nada de valor. Si estás contado muchas cosas y ella no está diciendo nada, probablemente estás intentando impresionarla sin resultados positivos. La clave es comentar y preguntar cosas que refuercen tus conversaciones y que ambos puedan hablar sobre temas de mutuo interés. Ser capaz de estructurar y dirigir tus conversaciones para demostrar cosas interesantes sobre ti que puedan ser relevantes para ellas, es una habilidad que lleva tiempo adquirir. Domina eso y no tendrás problemas para atraer a las mujeres, incluso si es sólo por tu conversación.

A las mujeres les encanta poder compartir detalles sobre su vida y sentirse bien cuando te los cuenta. Eso es parte de entender al sexo femenino. Al mismo tiempo, también les gusta saber que eres capaz de hacer lo mismo con ellas. Mientras más pueda compartir contigo, más cómoda se sentirá a tu lado. Nunca debes pasar por alto que tienes que lograr que ella se abra hacia ti. En resumen, hazle preguntas y averigua más sobre su vida. Deja atrás lo superficial e intenta saber más de ella: lo que le apasiona, lo que la motiva, sus ambiciones, deseos, opiniones y experiencias en su vida. Generalmente hablando, construirás lazos demasiado fuertes si te enfocas en temas de relevancia emocional. Por ejemplo, si a ella le apasiona demasiado su trabajo y lo comparte contigo, ella estará invirtiendo emociones fuertes contigo. Por otro lado, si no habla demasiado sobre su trabajo, pero le apasiona más lo que hace en su tiempo libre, entonces sus pasatiempos e intereses son un mejor tema para desarrollar. Mientras una mujer esté compartiendo información sobre su vida, debes relacionarte con ella y compartirle experiencias que se relacionen con lo que está ella contando. Cuando estableces empatía con alguien, no necesariamente necesitas haber experimentado la misma cosa. Lo esencial es reconocer sus emociones y compartir experiencias que te han hecho sentir de forma parecida. Por ejemplo, si ella te cuenta que disfruta correr en las montañas porque ama la naturaleza y le proporciona un sentimiento de libertad, no necesariamente tienes que hacer lo mismo para relacionarte con ella. Quizás experimentes emociones similares cuando viajas en tu motocicleta y así contarle como eso te hace sentir lo mismo que ella siente cuando corre. Si no puedes relacionarte con ella, porque le gustan las matemáticas y no tienes nada que se relacione con ese campo, entonces trata de ahondar más en el tema o pasar a otra cosa para relacionarte con ella. Eso sí, toma en cuenta que no necesitas relacionarte con ella en todo momento. En lo personal le diría que no sé nada de matemáticas y que odio a mis maestros por no sembrar en mí el gusto por ellas. Está bien no relacionarte con ella en algo. Lo único que no debes hacer es decirles que están mal o que es aburrido lo que hacen. Mientras más tiempo pases con una mujer, lo cual no siempre se dará en el primer encuentro, intenta profundizar hacia un nivel todavía más personal. La transición para pasar a temas aún más íntimos son los valores y sus ambiciones en la vida. Comparte tus propias experiencias, creencias y sentimientos, mientras que al mismo tiempo debes animarla para que te comparta cosas similares. Hazla sentirse cómoda y elogia aquello que tiene que compartir. Enfatiza por qué te gusta lo que está diciendo para que ella no se sienta una más cuando se acueste

contigo. Para comenzar a mejorar en el manejo de temas íntimos, debes tener en mente un par de cosas: Mantén la conversación lo más positiva que puedas. No hables negativamente sobre tu vida, y en caso de que se ponga negativa en algún tema, dale la razón, pero cambia de tema sutilmente a uno en donde renazcan las buenas emociones. No seas arrogante, no la hagas sentir mal, ni bromees cuando ella se abra en un tema importante para ella. Hacer bromas puede funcionar cuando no sean temas delicados, pero si cometes el error de hacer un mal comentario cuando te cuente algo que sea importante para ella, romperás la magia que tanto trabajo te había costado crear. Que no te dé pena mostrar un poco de vulnerabilidad, y menos si genera emociones positivas. Por ejemplo, un “Le tengo mucho miedo al mar y me hace sentir un perdedor, porque todos van a divertirse ahí,” cámbialo por un “El siguiente mes voy a tomar clases de surfeo, porque siempre le he tenido un miedo aterrador al mar.” No seas prejuicioso con lo que te dice. Mantén la mente abierta y muéstrate dispuesto a aprender de ella. Algunos hombres tienen problemas para hablar en términos de emociones, lo que les impide conectar a un nivel más emocional con las mujeres. Eso nada tiene que ver con la naturaleza del hombre, de hecho, es todo lo contrario. No estar en contacto con tus emociones te afecta demasiado en todas las áreas de tu vida. Resolver ese problema te hará ser grande. Para empezar, estar en contacto con tus emociones aumentará tu autoestima y confianza. Además, sabrás cómo manejar el enojo, la frustración e incluso el placer.

Conclusión Nunca logré comprender a mis compañeros que sólo vivían para estudiar. Los veía estresados antes de un examen o en la recta final para entregar un trabajo. Ellos llevaban prisa por graduarse con un buen promedio, hacer su servicio social en una buena empresa y rezar para que ahí mismo los contrataran. Sólo entonces se podrían dar sus gustos: un departamento, un coche, buena ropa y viajes. Algunos lo lograron y otros no. La mayoría de los que cumplieron su sueño me provocan amargura. Ellos se ven más viejos que yo, y no son precisamente más felices. Con fotografías de viajes, de sus coches y su familia “perfecta” tratan de ocultar su sobrepeso, que viven para su trabajo o que su máxima aspiración es un viernes de borrachera con sus cuates… y tan jóvenes. No quiero decir que ellos están mal ni que yo haya encontrado el secreto de la felicidad, porque no hay nada más alejado de la realidad. Más bien eso me invita a preguntarme, ¿de eso se trata la Universidad? ¿De acostumbrarnos al estrés y a la velocidad opresiva de la vida laboral? Tampoco es que los grados anteriores hayan sido años de ensueño. ¿O sí? Entonces, si lo que estudias es tu verdadera pasión y no hay ninguna otra prioridad apremiante que te separe de los libros, pues anda y gradúate sin prestar atención a los demás aspectos de la universidad. Pero si sólo quieres estudiar mucho para sacar buenas calificaciones, conseguir un buen trabajo, ganar mucho dinero, comprar cochecitos y tener una vieja bien deliciosa, pues detente y mira a tu alrededor. Observa el culazo que se carga tu compañera Diana y dime que no quieres meterle unos empujones de verga. Siempre hay tiempo para estudiar y trabajar. Deseo que en tu mente siempre tengas presente que en este momento estás viviendo la mejor etapa de tu vida. Enfrente de ti se encuentran unas señoras nalgas esperando ser domadas a punta de vergazos. Que Diana no se gradúe sin su buena cogida.

Table of Contents PARTE I Introducción a la Universidad 1er Día de Clases Tu 1er Acercamiento Prendiendo Velitas Primer Inconveniente: ellas se conocen entre sí 2do Inconveniente: Hombres envidiosos Ligarte a las Bellezas más populares Las Bellezas ocultas La Inocente Mujeres que viven solas Chicas que rentan con otras Compañeras Chicas que viven con sus Padres Las demás Chicas La Competencia Las 10 Máximas para tener Amigas con Derecho ¿Qué hacer si ya estás quemado en la Universidad? Prosperar ante la Frustración PARTE II De las Palabras a la Cama Preguntas para enamorar Convive con todos ¿Se te olvidan los Nombres de las Personas? La Conversación es una Acción Contar Historias ¿Cómo hacer Preguntas inteligentes? La Secuencia natural de las Conversaciones Experto en un Tema Conversar con Grupos grandes Preguntas abiertas Nueve Consejos para saber escuchar Primero escucha, después platica No olvides los Cumplidos Aprende a terminar Conversaciones Establece Encuentros a Futuro

Los 45 Mandamientos para ser popular en tu Escuela El Ojo que Todo lo ve Comentarios entre Preguntas Dilo, pero de otra Manera El Sentido del Humor eres tú Transforma la Conversación en un Juego Improvisar es crear Los 19 Trucos para sobresalir como Improvisador Los 15 Secretos de una buena Conversación Hacer Amigos conversando Identificar a las Personas No te quedes mudo si la Conversación va por buen Camino Las Opiniones diferentes enriquecen la Conversación ¿Dónde conocer Personas? ¿Y si me quedo callado? ¡Si lo quieres, dilo! ¡Conecta! ¿En qué momento debes acercarte? Tres Temas de Conversación Vínculos Callejón sin Salida Suave Conclusión