Reseña Nussbaum Nussbaum, J. (1989). Capítulo 9. La Tierra como cuerpo cósmico, en Ideas científicas en la infancia y
Views 156 Downloads 0 File size 419KB
Reseña Nussbaum Nussbaum, J. (1989). Capítulo 9. La Tierra como cuerpo cósmico, en Ideas científicas en la infancia y la adolescencia. Madrid: Morata. Ideas básicas sobre el concepto de esfericidad de la Tierra Para saber, entonces, qué es lo que traen nuestros alumnos como bagaje propio y sobre qué cimientos debemos construir necesitaremos primero comprender cabalmente qué es lo que ellos piensan y entienden sobre determinados temas. Los autores consideran que la enseñanza tomada como un extracto de las ideas más importantes de los libros de texto de ciencias conlleva el riesgo de centrar la atención en aspectos avanzados que representan el estado más maduro de la disciplina, mientras se dejan de lado o se dan por sabidas la identificación y la caracterización de su misma esencia, por lo que esta esencia puede ser inadecuadamente tratada. En un capítulo del libro mencionado, escrito por Joseph Nussbaum, se trabaja sobre las ideas que tienen los niños acerca de la Tierra como cuerpo cósmico. Los resultados pueden causar alguna sorpresa. Al comenzar el trabajo, se les pregunta a los docentes cuáles creen ellos que son las ideas más importantes para describir a la Tierra. Seguramente, como la mayoría de los docentes ha hecho, Uds. mismos habrán pensado respuestas como las siguientes: • “La Tierra es redonda”, • “La Tierra gira alrededor de su eje y esto produce el día y la noche”, • “La Tierra forma parte del sistema solar”, • “La Tierra gira alrededor del Sol”, • “La Tierra es enorme. Su diámetro mide aproximadamente 13.000 km”, • “La Tierra tiene un núcleo fundido”, • “La mayor parte de la superficie de la Tierra está cubierta por agua”, etc. Si bien las sentencias anteriores son correctas y describen características de la Tierra, este es un “enfoque temático”, mediante el cual el docente explica estos conceptos y espera que, al repetirlos, los niños los hayan comprendido. Sin embargo, como demostraremos más adelante, en general, no es así. Llegar a la formulación científica que dice que la tierra es una esfera rodeada por un espacio sin límites visibles no es tan obvio como creemos. La dificultad fundamental para comprender estas ideas muy probablemente radique en lo que el biólogo y pedagogo Jean Piaget llma “egocentrismo infantil”. Los niños tienden a interpretar la realidad según la perciben desde su propia perspectiva (marco de referenci a egocéntrico)
Un enfoque alternativo es el llamado “enfoque cognitivo” que se centra en las exigencias c ognitivas que plantea el aprendizaje de los conceptos. Este método puede ayudar a evitar que las ideas parezcan engañosamente evidentes. Acorde a la experiencia realizada sobre la base propuesta en el libro de Driver, se realizaron una serie de entrevistas con chicos de entre 5 y 12 años con el fin de poner en evidencia cuáles son sus ideas básicas y esenciales sobre la Tierra. Se detectaron cuatro nociones (conjuntos de creencias) sobre la Tierra. Pueden existir más , pero estas son las que han aparecido con más frecuencia. Noción 1: A pesar de que ante la pregunta ¿qué forma tiene la Tierra? los niños contestan que es redonda, en realidad creen que es plana. ¿Cómo lo sabemos? Porque cuando se les pide que realicen un dibujo pintan cielo y tierra como franjas lisas.
La evidencia sensorial que se les presenta día a día les muestra una superficie plana, el suelo. Y un cielo horizontal sobre sus cabezas. Es natural y coherente para ellos pensar en una Tierra plana. Sin embargo, reciben la información de que la Tierra es redonda y la aceptan sin llegar a comprenderla. Esto se pone de manifiesto al realizar nuevas preguntas que nos permiten darnos cuenta de que, o bien no son capaces de justificar su afirmación de que la Tierra es redonda, o bien de que en la conceptualización de los niños existen dos Tierras: una es el planeta al que dibujan redondo y otra es la Tierra en la que ellos viven que es pensada como plana. Ante la pregunta ¿cómo sabés que la Tierra es redonda?
Un gran número de estos niños responde “Me lo dijo la maestra”. La verdadera idea de estos niños aparece cuándo ellos mismos se plantean preguntas acerca del “arriba” y el “abajo” o sobre los “bordes” de la Tierra. Pero una de las evidencias más claras de la verdadera idea que tienen los chicos que sostienen esta noción es que, si se les entrega un dibujo en el que se presenta una Tierra redonda y se les pide que pinten el suelo y el cielo correspondiente, pintan franjas horizontales en los bordes superiores e inferiores del papel.
Noción 2: La Tierra es una esfera pero compuesta en realidad por dos semiesferas. La semiesfera de abajo es el suelo sobre el que estamos parados y la semiesfera superior es el cielo. Esta noción es la más frecuente en niños de hasta 9 años de edad. Hablan de la Tierra y el cielo como parte de una misma esfera rodeada por el espacio (“el lugar donde están los demás planetas”). En forma característica, los chicos se refieren a que nos encontramos “dentro” de la Tierra. Suelen preguntar, por ejemplo, si también se puede “entrar” a los demás planetas. Esta noción, aunque continúa siendo “primitiva” desde el punto de vista científico supone un avance significativo sobre la primera. Este modelo representa una construcción mental relativamente elaborada porque no se limita a describir lo que ve, sino que intenta de adaptar, de algún modo, la información científica recibida a su estructura cognitiva.
Noción 3: Los niños que sostienen esta noción tienen idea de una Tierra esférica rodeada por el espacio pero aún conservan un sistema de referencias absoluto a la hora de definir el “arriba” y el “abajo”. Es decir, mantienen una visión egocéntrica al pensar que su concepción de “arriba” y “abajo” es válida para el espacio independientemente de la Tierra. Si se les presenta el siguiente dibujo y se les dice que cada uno de estos hombrecitos arrojará una piedra hacia arriba y luego se les pide que dibujen la trayectoria que realizará esa piedra, los niños indicarán hacia la parte de arriba del papel. Aún así, si se les pide que pinten de azul el cielo, lo pintarán rodeando a la Tierra.
A decir verdad, esta noción es sumamente frecuente, incluso entre los adultos.
Noción 4: Los niños que sostiene esta noción demostraron tener una idea satisfactoria y estable del concepto Tierra. Es decir que alcanzaron la formulación científica y abandonaron definitivamente la visión egocéntrica.
Este trabajo nos permite ver que, generalmente, la idea de Tierra sufre en los niños una evolución a medida que crecen o reciben mayor enseñanza formal o no formal. Sin embargo, también queda bastante claro que el concepto científico no es asimilado inmediatamente con solo aportarles a los chicos algunas pruebas de que la Tierra tiene forma esférica. La información aislada, carece de sentido para ellos si no se tiene en cuenta sus propias concepciones previas. Una vez que somos nosotros quienes entendemos cuál es el conjunto de creencias del chico, una vez que realmente comprendemos qué es lo que él cree, podemos hacerle las preguntas necesarias para poner en conflicto esa idea primitiva. Sólo cuando el chico descubre que su propio modelo no explica con coherencia la realidad, es capaz de buscar ideas alternativas a la suya primitiva y a incorporar las que se les proveen. A esta altura, es casi obvio pensar que mientras no logremos que los niños lleguen a una conceptualización de la Tierra correspondiente a la noción 4 (o por lo menos 3), difícilmente las nociones de “día y noche” y muchísimo menos de “estaciones del año” o “fases de la luna” – que son los contenidos requeridos por los programas escolares en la Argentina, podrán adquirirse mediante un aprendizaje significativo.