La Penitencia

REPORTE DE LECTURA Y ANÁLISIS DEL TRATADO «LA PENITENCIA DE SAN AMBROSIO DE MILÁN» Introducción El estudio de este tra

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REPORTE DE LECTURA Y ANÁLISIS DEL TRATADO «LA PENITENCIA DE SAN AMBROSIO DE MILÁN»

Introducción

El estudio de este tratado, gira en torno a una de las prácticas medulares dentro de la vida cristiana. El hecho de que la penitencia cobre una especial importancia dentro de la vida de la Iglesia, se debe a la centralidad propia del contenido evangélico.

La conversión y la penitencia son centrales y no son en absoluto extrañas la una con la otra. Dios mismo hace pacto con el hombre pecador, le llama hacer una alianza, encontrando su plenitud en la persona de Jesucristo.

El pecado, la gracia, juegan de igual manera un papel medular, sin embargo estos referentes principales, no tienen una explicitación total ya que se mueven en el ámbito de lo sobrenatural y también en la realidad mundana.

El pecado como tal ha tenido un singular papel en la meditación de la Iglesia, provocando en distintos momentos oposiciones doctrinales, y también dando fructíferas y muy profundas respuestas respecto a la realidad del pecado.

El mismo término de penitencia ya sea en su contexto hebraico o griego denotan conversión, cambio, en el cual éste hace referencia a la conducta o al modo de ser, encontrando así diversos testimonios tanto en el Antiguo Testamento como en el nuevo.

En cuanto al Antiguo Testamento, su centralidad en cuanto a la enseñanza penitencial versa en las exhortaciones al pueblo por parte de los profetas, como por ejemplo en el libro de Jueces, 1° y 2° de Samuel, 1° y 2° de Reyes, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Salmos, etc.

En cuanto al Nuevo Testamento la figura que encabeza dicha predicación, es la persona de san Juan Bautista, reapareciendo de igual manera el tema penitencial en la misma predicación de Cristo en la de san Pedro y en el día de Pentecostés.

Testimonios sobre el texto (transmisión y edición)

El tema penitencial, presente desde el siglo primero, da testimonio de la situación sociocultural de las primeras comunidades cristianas, en las cuales, todas las situaciones respecto al pecado eran resueltas al interior de la comunidad, ya que como es sabido la

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hostilidad del mundo, pagano casi en su totalidad, obligaba a los cristianos a vivir de manera clandestina, siendo este un aliciente para el verdadero cumplimiento y observancia del acontecimiento de Cristo.

En el siglo segundo podemos observar de manera explícita diversos testimonios en materia penitencial, como lo es la Epístola a Bernabé, Cata de Clemente Romano, Pastor de Hermas, y en la Didaché1nos dice:

Reunidos cada día del Señor, romped el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestros sacrificios sea puro. Todo aquel, empero, que tenga contienda con su compañero, no se junte con vosotros, hasta tanto no se hayan reconciliado a fin de que no se profane vuestro sacrificio.2

En la Carta de Bernabé se nos dice:

Te acordarás, de noche y de día del juicio, y buscarás cada día las personas de los santos. Ya en el ministerio de la palabra, y caminando para consolar un alma por la palabra, ya ocupado en el oficio matinal, trabajarás para el rescate de tus pecados3.

San Clemente Romano, en su Carta a los Corintios, exhorta a la penitencia de este 4

modo : Fijemos nuestra mirada en la sangre de Cristo y conozcamos cuán preciosa es a los ojos de Dios y Padre suyo, pues, derramada por nuestra salvación, alcanzó gracia de penitencia para todo el mundo. Recorramos todas las generaciones y aprendamos cómo el Señor, de generación en generación, dio lugar a la penitencia a los que querían convertirse a Él...5

En el Pastor de Hermas, se encuentra una profunda explicitación testimonial de la doctrina testimonial: «Sí, hay que recibir a quien quiera pecare pero hace penitencia. Pero no por muchas veces, pues sólo una penitencia se da a los siervos de Dios»6.

1

Cfr. D. BOROBIO, EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN PENITENCIAL, 105. DIDACHÉ, XIV, 1-2. 3 CARTA DE BERNABÉ, XIX, 10. 4 Cfr. SAN AMBROSIO, La Penitencia, 13. 5 SAN CLEMENTE ROMANO, Carta a los Corintios, 7-8. 6 EL PASTOR DE HERMAS, Mand. IV, 6. 2

3

Estos testimonios fueron el germen de toda una doctrina penitencial, que se iría desarrollando con el crecimiento de las comunidades cristianas impulsadas por el espíritu misionero que las llevaría a la trasmisión del mensaje evangélico a todo el mundo conocido en aquella época.

No sobran los testimonios de varios santos varones como Clemente de Alejandría, Hipólito de Roma, san Juan Crisóstomo o bien en obras de igual manera conocidas como la Didascalia o Doctrina católica de los Doce apóstoles de nuestro Señor, los escritos de Tertuliano, en su etapa católica, su obra conocida como De paenitentia y en su etapa montanista su controvertida y opuesta obra respecto a la penitencia De pudicitia.

Así como también la doctrina rigorista de Novaciano, a la cual san Ambrosio, ataca con el tratado sobre la penitencia, ya que según Novaciano debido a la cuestión de la reconciliación de los apóstatas se puso en contra exigiendo la excomunión definitiva postulando un rigorismo absoluto, teniendo como principal motivación no tanto esta cuestión doctrinal, sino movido por el desencanto de su no elección como obispo de Roma7.

Biografía

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Cfr. SAN AMBROSIO, La Penitencia, 13-19. 4

San Ambrosio de Milán junto con san Jerónimo, Gregorio y Agustín, forma parte de las grandes columnas de la iglesia occidental, debido a sus grandes aportaciones en materia doctrinal, social, catequética, sacramental, etcétera.

La fecha de nacimiento de san Ambrosio no se sabe con certeza, sin embargo se calcula entre los años 337 y 339. Proveniente de una familia cristiana, en la cual, sobresalen las presencias de santa Sotera, santa Marcelina y san Sátiro.

En el año 327, fue nombrado gobernador de las provincias de Liguria y Emilia, residiendo en Milán, ciudad que poseía características complejas principalmente en el ámbito político y religioso.

San Ambrosio fue catecúmeno hasta los treinta y cuatro años, su bautismo se debió a que después de la muerte del obispo arriano, la sede estaba disputada entre estos y los católicos, eligiendo de una manera inesperada a su propio gobernador Ambrosio, haciéndose bautizar y consagrándose una semana más tarde como obispo el 7 de diciembre del año 374.

El presbítero Simpliciano, influyó grandemente en la persona de san Ambrosio, induciéndolo a los estudios bíblicos, patrísticos y filosóficos, en especial en los filósofos Filón y Plotino.

Su episcopado duró alrededor de veintitrés años en Milán, destacando principalmente sus intervenciones contra los arrianos, luciferianos y demás movimientos pseudoreligiosos8.

Intervino en el ámbito político ante las figuras de los emperadores Valentiniano I, Valentiniano II, Graciano y Teodosio. Respecto a Teodosio, su doctrina respecto a la 8

Cfr. SAN AMBROSIO, La Penitencia, 7-9. 5

penitencia destaca un ejemplo preclaro de su práctica y doctrina, debido a las matanzas efectuadas por dicho emperador en el año 390.

Su labor episcopal como ya había hecho mención fue sumamente fructífera, distinguiéndose por su compromiso y testimonio ante el pueblo milanés, como muestra del autentico sacerdocio cristiano, así como también como prueba máxima de la fe en el Resucitado9.

Obra literaria

El bagaje de su obra, en su mayoría es fruto de su labor social y pastoral, encontrando un sin número de homilías en las cuales sobreabundan cuestiones referentes a la moral y a la práctica cristiana.

En materia dogmática sobresale la sencillez de sus aportaciones a diferencia de otros grandes dogmáticos. En materia bíblica, sigue las escuelas de Orígenes y de Filón, reconociendo de igual manera el triple sentido de las Escrituras, a saber, literal, moral y alegórico.

En cuanto sus obras dogmáticas, ubicamos los tratados sobre el Espíritu Santo, sobre la fe, sobre la Encarnación, así como los tratados de De misteriis y De sacramentis, en materia de catequesis presacramental.

Sobre sale en su obra literaria, respecto al Antiguo Testamento el Hexamerón, o Comentario a los seis días de la Creación, así como diversos comentarios bíblicos. Respecto al Nuevo Testamento, siguiendo a Eusebio de Cesarea, Orígenes y san Hilario hace un comentario respecto al evangelio de san Lucas.

En cuanto a sus obras acéticas y morales, el Tratado de la Virginidad, ocupa un lugar de gran importancia ya que es considerado como el primer tratado orgánico escrito en 9

Cfr. SAN AMBROSIO, La penitencia, 7-9. 6

latín, el primer tratado de espiritualidad y así el primer tratado de teología de la virginidad10.

La doctrina de san Ambrosio como se puede observar es basta, teniendo como ejes principales la meditación sobre cristología, mariología, Santísimo Trinidad, pecado original, ángeles, primado de Pedro, etc.

Es notable resaltar su consideración respecto a la Inmaculada Virgen María y a sus aportes respecto a la Misa11.

Lugar, origen y fecha de la composición

En cuanto al escrito propio de san Ambrosio, san Agustín su discípulo, nos hace referencia directa de este tratado. Como fuentes posibles de este tratado se pueden señalar las cartas 52 y 55 de san Cipriano, el tratado De Paenitentia de Tertuliano, varios pasajes de las obras de Orígenes y muy probablemente las obras de san Panciano de Barcelona12.

En cuanto a la datación cierta del tratado, lo podemos ubicar en la segunda mitad del siglo IV, y es resultado d una exposición de diversas objeciones respecto a la práctica novaciana de la penitencia.

Así pues este tratado es una manifestación de la doctrina ortodoxa de la Iglesia en materia penitencial, teniendo como objetivo principal la refutación de todos aquellos presupuestos y postulados por los novacianos.

Género literario

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Cfr. SAN AMBROSIO, La Penitencia.. 9-10. Cfr. Ibíd. 10-11. 12 Cfr. Ibíd. 28. 11

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En cuanto al género literario, éste podría considerarse dentro de los escritos de tinte apologético, sin embargo por la gran cantidad de referencias bíblicas y a la exposición doctrinal, puede ubicarse dentro de un género de tinte más catequético o bien espiritual.

División y contenido

El tratado consta de dos libros. El primero dividido en diecisiete capítulos. En esta primera parte san Ambrosio expone la práctica novaciana sobre la penitencia, manifestando de una manera explícita las contradicciones que posee respecto a la misericordia de Dios y a la tradición eclesiástica, sosteniéndose en las sagradas escrituras.

Expone de igual manera la mal interpretación de varios pasajes de las escrituras con los cuales los novacianos presentaban objeciones a la doctrina católica, insistiendo de manera especial en los casos relativos al poder dado a los apóstoles y a todos los sucesores de estos respecto al poder perdonar los pecados. Hace uso de algunos textos paulinos como principal herramienta.

En el segundo libro dividido en once capítulos san Ambrosio trata de demostrar lo que es la verdadera penitencia cristiana, hace una exposición y análisis de las obras de mortificación, diversos gestos penitenciales y de algunos actos de humillación propios de la penitencia canónica, señalando de igual manera el error de los que difieren respecto a dichas prácticas penitenciales y en general de la penitencia propia13.

El análisis central del texto de san Ambrosio, versa entres textos clásicos respecto a la cuestión de los pecados, en específico de los pecados perdonables, en el cual expone el fundamento cristológico y eclesiológico de la doctrina cristiana mostrando de esta manera la irregular y perversa división que han hecho los mismos novacianos.

13

SAN AMBROSIO, La Penitencia, 22-23. 8

Hace un análisis del mismo sacerdocio, así de todas las potestades que este lleva por su propia naturaleza. Condena fuertemente a los así mismos llamados los puros, seguidores del mismo novaciano y manifiesta las muy diversas contradicciones de su doctrina.

Aplica éstos las condenas presentes en el Nuevo Testamento haciendo también uso del Antiguo Testamento. Hace mención de una profunda catequesis respecto al bautismo y su relación de perdonar los pecados, pero a su vez ubica de una manera correcta y certera la realidad sobrenatural de la penitencia.

Hace énfasis respecto a las prácticas penitenciales, teniendo como regla que a mayor gravedad de pecado, mayor tendrá que ser la penitencia. Así también muestra que la potestad misma de la Iglesia por mandamiento del mismo Jesucristo es el poder atar y desatar los pecados cosa de que si en alguna cosa es fallida se contradiría el mismo mandato de Jesucristo.

Medita respecto a los pecados, en sus variadas manifestaciones pero exalta y expone de manera cierta la posición inamovible de la práctica penitencial dentro d la Iglesia.

Hace una pequeña división respecto a los tipos de pecado, a saber contra el reino celestial, contra el cielo, contra el alma. Pero también expone las condiciones para el arrepentimiento y el perdón de estos pecados.

Hace mención del pecado contra el Espíritu, y ahonda en la meditación respecto a la meditación de éste. Hace uso de diversas figuras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, así como también promueve y motiva a la misma Iglesia ante la realidad de los miembros que de ella forman parte, incitándolos a la oración por los penitentes y demás prácticas penitenciales.

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Conclusión

La meditación respecto a la penitencia debido su carácter penitencial en la vida de la misma Iglesia, es un cuestión que hasta el día de hoy sigue en boca de todos. así pues los testimonios de grandes héroes de la fe, hacen de manifiesto la preocupación y compromiso de la misma Iglesia en materia penitencial.

La persona misma de san Ambrosio, es un ejemplo excitante del compromiso cristiano, sacerdotal, o bien episcopal. La riqueza cultural así como también las carencias que presentaban en aquella época como en cualquier otra se pueden presentar en motivo de fertilidad eclesial o de infortunio para la misma Iglesia.

El compromiso de san Ambrosio se vio respaldado por el mismo testimonio familiar y por un pueblo que le aclamó de manera unánime eligiéndolo como su pastor. Así como también y de manera principal, la tradición y la palabra de Dios fueron el respaldo inmutable de la doctrina ambrosiana.

La preocupación real de un pastor con su grey pone la mirada en los sufrimientos del pueblo, llegando a ser de una manera absoluta un Alter Christus, que se posiciona dentro el mismo pueblo y le saca adelante fijando la mirada en el Reino de Dios.

Así pues la penitencia de san Ambrosio no deja de ser el fruto sincero de una preocupación de padre, pastor y hermano por la salvación de todas las almas a imagen del mismo Jesucristo.

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Bibliografía

Fuentes

SAN AMBROSIO, La Penitencia¸ Madrid 1993.

Literatura crítica BOROBIO, D., EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN, Salamanca 2006. 

Epístola a Bernabé



Cata de Clemente Romano



Pastor de Hermas



Didaché

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Índice

Introducción.............................................................................................................. 1 Testimonios sobre el texto (transmisión y edición)...................................................3 Biografía....................................................................................................................5 Obra literaria.............................................................................................................6 Lugar, origen y fecha de la composición.................................................................7 Género literario.........................................................................................................8 División y contenido.................................................................................................8 Conclusión...............................................................................................................10

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