La Nina Montes de Oca

Para hablar de los comienzos de la regla de oshá en su proceso de la diáspora afrocubana en Venezuela es obligatorio cit

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Para hablar de los comienzos de la regla de oshá en su proceso de la diáspora afrocubana en Venezuela es obligatorio citar a unos de los personajes que fomento dicho proceso en este país, estamos hablando de la archí conocida Juana María Montes de Oca Cruz “Osha inle”, conocida cariñosamente como “la niña montes de oca”. Nació el 1º de mayo de 1.901 en zagua la grande, cerca de la cruz de santa clara en cuba, se residencio en Venezuela desde el mes de enero del año 1.940, donde permaneció por espacio de 17 años dedicándose a la alta costura para luego regresar a su país de origen, para coronarse su santo el día 22 de febrero del año 1.956, con su madrina Selmira Álvarez “oshún lay”, y con su oyubbona Caridad Cuestas, hermana de Pascualita Cuestas. Le coronaron obbatala y su nombre de santo fue “oshá inle “, su mama en el santo era Oya. En el año 1.976 corono su primer santo a él ya difunto Javier Jiménez “omi laza”, murió el 26 de abril de 1.989. Corono 39 santos siendo unas de las primeras iworos que ingreso al país sirviendo de inspiración a muchas personas que tomaron el camino religioso y formando una de las primeras ramas aquí en Venezuela, hoy rendimos homenaje a esta noble mujer que mantuvo con firmeza la esencia de nuestra regla de oshá afro cubana, la cual llevo con humildad y devoción, como debe ser practicada esta religión. Espero que desde el cielo me des tu bendición, porque siempre te considere una guía, una hermana y mejor amiga. Todos vemos a diario, en las calles de Caracas y en todos los estados de nuestro país, como el número de iniciados y creyentes de la Santería ha ido en aumento. Y eso que hace sólo 10 años eran pocas las personas que se veían vestidos de iyawó. Pero ustedes amigos, ¿conocen más allá de la referencia quienes fueron las figuras que implantaron la Regla de Osha en Venezuela? Más allá de nombrarlos en sus moyugbas y de escuchar de sus mayores que ellos fueron los verdaderos Lagua-Lagua de nuestra religión, la mayoría de los iniciados no saben quienes fueron estos seres humanos que lucharon día a día por lo que hoy es nuestra religión. Aquí daremos a conocer a la ya desaparecida Niña Montes de Oca. LA NIÑA MONTES DE OCA. Fue una de las mujeres fundadoras de la Regla de Osha en Venezuela. Muchos son los religiosos que descienden de ella. Infinitas son las personas que resolvieron grandes problemas con sólo una consulta o consejo espiritual dado por ella. Muchas son las historias referidas a sus grandes dones espirituales y santorales. ¿Quién FUE LA NIÑA? Su nombre en vida fue Juana María Montes de Oca. Pero, todos la conocían como La Niña Montes de Oca. Nació en Cuba, en Zagua la Grande, ciudad de Villa Clara. Vino al mundo el 01 de Mayo de 1900. Según lo que cuentan aquellas personas que la conocieron, ella se dedico a la Alta Costura, profesión con la cual llega a Venezuela y que ejerció durante más de 20 años en nuestras tierras. Entre las principales características de su personalidad encontramos la fuerza de su condición, lo dominante de su personalidad, su carácter espiritual sobre todos los

aspectos de su vida. A pesar de no ser una persona comunicativa, ella siempre tenía las palabras adecuadas para cada momento difícil. Era ante todo, una mano amiga para todas aquellas personas que buscaban su ayuda. Ella tenía los ojos marrones y una boca muy linda. Era una persona muy linda. Era una persona muy coqueta y llamativa. Le encantaba arreglarse, especialmente le gustaba que le arreglaran el cabello y las cejas. ¿Quiénes FUERON SUS MAYORES? Consagro Osha el 22 de Febrero de un año que no está claro. Su madrina fue Selmira Álvarez Oshún Lay, y su Oyugbona fue, nada más y nada menos que Caridad Cuesta, quien era una de las tres hermanas cuesta, familia de suma importancia para la religión. El Ángel de la Guarda de la Niña era Obatalá, santo que coronó, resultando su madre Oyá. El camino de su Obatalá era Oba Moro. Su nombre de santo era Ochainle. UNA ESPIRITISTA DE ALTO CALIBRE. Muchos son los buenos comentarios que existen sobre las grandes cualidades espirituales de La Niña. Todas aquellas personas que tuvieron la oportunidad de consultarse con ella, de ser sus ahijados o sus amigos, hacen constante referencia de este rasgo, que era notablemente sobresaliente entre sus dones. Se dice que, como espiritista, era de armas tomar. Ella no tenia penda, ni cazuela espiritual, según lo que se conoce de este tema sobre ella. No existía en su casa ningún indicio de tener algunos de estos dos fundamentos. Todos los días colocaba una atención a los muertos en su bóveda espiritual. Además, colocaba en un rincón de su casa 7 palitos de tapara amarrados con una cinta, mas una vela. En su casa jamás faltaba una vela frente a la bóveda. Podía faltar cualquier cosa, excepto esta vela que permanecía prendida frente a su bóveda como una manera de atención a sus muertos. Sus dones con el tabaco también sirvieron para resolver infinidades de problemas a las cientos de personas que acudían a su consulta. Ella encerraba en un círculo a las personas del problema, le colocaba velas, las prendía y luego les soplaba humo de tabaco. Con este sencillo trabajo la gente resolvía sus problemas. Los allegados a este gran personaje de la Osha en Venezuela relatan que el Egun de La Niña se llamaba “Ma Francisca Lucumí del Ingenio Providencia”. Este era el espíritu que regía su casa, su vida y todas aquellas cosas que hacia La Niña. Muchas son las personas que tuvieron la oportunidad de consultarse con ella. Relatan cómo, cuando ella ya se encontraba en una edad bastante avanzada, se quedaba dormida durante las consultas. Cuando despertaba, le decía al consultante que se estaba comunicando con el más allá y le indicaba con que iba a resolver la situación por la cual se estaba consultando. Y, con esa obra o trabajo espiritual era que la persona resolvía su problema. Todas las mañanas compraba el periódico y anotaba los nombres de las personas que habían fallecido. Luego, se sentaba a pedir por ellas. LA NIÑA COMO SANTERA. Para comenzar a hablar de este aspecto de su vida, tenemos que decirles que, hasta el último de sus días, fue una religiosa entregada a lo que hacía, una mujer caritativa y una persona de excelente corazón para el trabajo religioso.

Como leyeron al principio de este escrito, este personaje tenia hecho Obatalá y su madre en el santo era Oyá. Pero, adoraba a Elegguá, tanto así que todos los días le daba un pollo. Adoraba también a Oshún y quería de corazón a Yemayá. Su trabajo religioso comenzó con el impulso de Noraida Hernández, Aura Hernández y Domingo Gómez. Este último fue la persona que la impulso a comenzar a montar collares. Después aparecieron en su vida Roger González, Héctor Lavadie, Cecilio Pérez y Gilberto Carrasco. Este último fue la persona quien raspo a los primero ahijados que tuvo la niña. Su pueblo religioso era variado. Ella atendió desde Presidentes de la Republica, Ministros, Generales, artistas de cabaret, bailarines de TV, profesionales y mucho pueblo. Su horario de atención era desde las 7 de la mañana, y ya a esa hora, en su casa ubicada en Catia, en la ciudad de Caracas, Venezuela, había cola. En un día ella podía atender 30 y 40 personas. Entre estas había personas de mucho dinero y personas muy humildes. Ella no hacia separación especial de acuerdo a la condición económica de los que asistían en búsqueda de su ayuda. Si asistías en un día congestionado, podías estar allí hasta las 9 de la noche esperando que ella te consultara. Aseguran que, cuando ella consultaba con caracol, ponía sólo dos signos. Con eso podía decirle todo a la persona que estaba consultando. Otro de los detalles que podemos denominar como curioso, que sucedían en su consulta, es que a veces parecía que la persona que estaba hablándole al consultante no era La Niña sino otra persona o una presencia parecida a Obatalá. Para muchos de sus ahijados ella fue una gran amiga, consejera y guía. Ella no era de las madrinas que se sentaban con sus ahijados a enseñarles paso por paso como se hacían las cosas. Ellos tenían que observar como ella las hacía para aprender y esperar que ella les dijera: “fulano ven para que hagamos esto”. De esta forma fue que sus ahijados aprendieron todo lo que este gran personaje sabio. Ella conversaba con sus ahijados, les decía cosas que debían hacer y las que no, para orientarlos en sentido religioso. Ella nunca fue comerciante del santo, siempre fue religiosa de corazón. La consulta u obra ella se las hacia a las personas así ellos no tuvieran dinero. Para cancelar el derecho, ella les decía: “pon lo que tú quieras”. Pero este buen corazón religioso no se extendía sólo a las consultas y obras, también a las consagraciones religiosas. Se dice que ella le hizo el santo a muchas personas de gratis y jamás les cobro su consagración. Muchos nunca fueron al pie de Obatalá a pagar su deuda. UN DIA EN LA VIDA DE ESTE PERSONAJE. La Niña era una mujer madrugadora. Su hora normal de despertarse eran las cuatro de la mañana. Se bañaba y se vestía con sus tradicionales batas blancas sencillas. A las siete de la mañana estaba en el mercado comprando las cosas de la comida de ese día. A las 10 de la mañana, ya el almuerzo estaba listo. A esto le sumamos la consulta que normalmente tenía en su casa.

Ella nunca se sentaba. Era de esos seres humanos que son inquietos. No podían mantenerse sentada ni un solo instante de las 24 horas del día. Este rasgo de su personalidad le daba vitalidad. Si hablamos de que esta mujer consultaba 40 personas diarias. Es evidente que su casa siempre estaba llena. Entre esas personas estabas ahijados y consultantes. ELLA Y SU RELACION CON LA COMIDA. Como ya está claro, a este punto del reportaje, la Niña era un excelente ser humano. Uno de los detalles en los cuales se observaba esto era su don de compartir. En este caso concreto, hablamos de compartir la comida con todas aquellas personas que asistían a su casa. Todos los días ella cocinaba ollas de comida. Ponía una con arroz, otra con caraotas y otra con pollo o gallina, dependía el día. En otros días ella hacia carne mechada, pollo guisado, arroz con pollo. El menú no era repetitivo, dependía de lo que ella deseara para ese día. Todas las personas que iban a su casa tenían que comer la comida que ella había hecho para ese día. Era una regla. Si querías o no comer ese no era el punto, el comer era una obligación. Nadie salía de su casa sin comer. Aquellas personas que estuvieron cerca de ella decían que ella no hacia esto porque se lo marco un santo o un muerto. Ella lo hacía simplemente porque le nacía hacerlo. EL LEGADO DE LA NIÑA. Muchos son los religiosos que descienden religiosamente de ella. Si este personaje esta en tu moyugba, investiga si es tu pariente religiosa. En este reportaje tienes algunos datos para que conozcas la obra en vida de esta excelente religiosa. Si hablamos de legado en este caso es bastante extenso. Aquellas personas que tuvieron la dicha de ser coronados por ella le deben todo: el hecho de volver a nacer dentro de la Santería fue gracias a sus manos y su Ashé. Los descendientes de estos religiosos deben agradecer, por sus mayores y por ellos, a esta excelente mujer. La Santería y sus practicantes le debemos mucho. Le debemos por ser una de las precursoras de esta religión en nuestro país, le debemos admiración por atreverse a luchar por su religión y le debemos, ante todo, respeto por ser una religiosa ejemplar