La Muerte En Venecia De Thomas Mann

LA MUERTE EN VENECIA DE THOMAS MANN CONTEXTO HISTÓRICO Y MOVIMIENTO LITERARIO En la primera mitad del siglo XX, entra en

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LA MUERTE EN VENECIA DE THOMAS MANN CONTEXTO HISTÓRICO Y MOVIMIENTO LITERARIO En la primera mitad del siglo XX, entra en crisis la novela realista del siglo anterior y se crea una narrativa que quiere expresar el caos, a partir de una gran renovación de la forma y las técnicas narrativas. Además deja de ser puro entretenimiento para convertirse en testimonio de conocimiento, preocupación intelectual y reflejo de profundos problemas humanos. Influenciada por las vanguardias en poesía, se tenderá a la innovación. En la novela se tratan temas nuevos como las drogas, el sexo, el humor, la homosexualidad, entre otros temas llamados "tabú". Algunas de las nuevas técnicas se basarán en el uso del monólogo interior, para plasmar, de forma caótica en ocasiones, el fluir del pensamiento del personaje; o del narrador omnisciente. También se recurrirá al personaje colectivo, es decir, el traspaso del protagonismo de una persona a un grupo; o la técnica del contrapunto, para poder contar el mismo hecho desde la perspectiva de diferentes personajes. En cuanto al trato del tiempo, se harán continuos juegos mediante la cronología discontinua y los saltos cronológicos. Por último, esta nueva novela no siempre tendrá un argumento claro y cerrado (estructura clásica), sino que podrá empezar por el medio o por el final, y dejarlo abierto. Entre los distintos novelistas destacan: Marcel Proust, James Joyce, Thomas Mann y Franz Kafka. AUTOR Thomas Mann es una de las figuras más importantes de la literatura de la primera mitad del siglo XX. Mann, hermano menor del novelista y dramaturgo Heinrich Mann, nació en una antigua familia de comerciantes en Lübeck el 6 de junio de 1875. Después de la muerte de su padre, la familia se trasladó a Munich, donde se educó Mann. Fue oficinista en una compañía de seguros y miembro del comité de dirección de la revista satírica Simplicissimus antes de dedicarse a la escritura como profesión. Estuvo influido por dos filósofos alemanes, Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche, aunque rechazaba las ideas de este último. Sus novelas se caracterizan por una reproducción precisa de los detalles de la vida moderna y antigua, por un profundo y sutil análisis intelectual de las ideas y los personajes, por un punto de vista distanciado e irónico, combinado con un profundo sentido trágico. Sus héroes son con frecuencia personajes burgueses que sobrellevan un conflicto espiritual. Desde 1933 se exilió de Alemania, con la llegada de Adolf Hitler. Mann se refugió primero en Suiza y después en los Estados Unidos (1938), de donde se hizo ciudadano en 1944. En 1953 se estableció cerca de Zurich (Suiza), donde murió el 12 de agosto de 1955. LA OBRA Publicada en 1914, esta novela cimentaría la fama de Mann, que en 1929 recibió el premio Nobel. “La muerte en Venecia”, cuyo título en alemán es “Der Tod in Venedig” es una novela no muy extensa de Thomas Mann publicada en 1912. A pesar de que no consta de más de 120 páginas aproximadamente en la mayoría de las ediciones, es una obra de gran 1

densidad, llena de matices y reflexiones, en la que el autor describe la decadencia personal y la muerte de un escritor, Gustav von Aschenbach, el cual se obsesiona por un bellísimo adolescente al que conoce en un hotel del Lido de Venecia. Está considerada una obra maestra de la narrativa de Mann, un escritor que ha marcado decisivamente el rumbo de la novelística de la primera mitad del siglo XX. Partiendo de una anécdota aparentemente simple, el autor ahonda en la compleja psicología de un artista insatisfecho que de pronto contempla la belleza absoluta, lo que le produce fascinación, placer, vértigo, angustia y hasta miedo a la vez, porque, como dijo el propio Mann en una de sus frases más conocidas, la belleza nos hace sufrir tanto como el dolor. ARGUMENTO El escritor en crisis Gustav von Aschenbach, hastiado del verano en Múnich, la ciudad donde habitualmente reside, decide marchar a un destino en la costa del mar Adriático, pero, también descontento, se traslada a Venecia, para pasar unos días en un hotel del Lido. La llegada no resulta en principio agradable (discute con un hosco gondolero que no sigue sus indicaciones), pero, ya acomodado en su hospedaje, se dispone a disfrutar de su estancia en aquel hotel cuya clientela procede de distintos países. De pronto se siente sobrecogido por la belleza casi sobrenatural de un muchacho, un adolescente andrógino que atiende al nombre de Tadzio. Al instante todo deja de tener sentido o interés para el escritor, salvo el jovencito, quintaesencia de la belleza absoluta, espiado compulsivamente por un Aschenbach que, sin embargo, rehúye cualquier tipo de contacto físico, que ni siquiera se atreve a hablarle. La contemplación del hermoso joven se produce sobre todo en el comedor, en la playa y en los paseos por una ciudad de Venecia en la que las autoridades tratan de ocultar una epidemia de cólera para no ahuyentar a los numerosos visitantes. Aunque los huéspedes del hotel comienzan a marcharse, pues los rumores sobre la epidemia se extienden, Aschenbach permanece puesto que la familia de Tadzio, que parece ajena a todo lo que ocurre a su alrededor, no ha pensado aún en hacer las maletas. Un anecdótico episodio (la actuación de unos artistas ambulantes ante los clientes del hotel) y un extraño sueño, jalonan las últimas horas de Aschenbach, el cual acepta ser maquillado por un barbero para ocultar los estragos de la edad. Gustav morirá en la playa del Lido, consumido por la enfermedad, mientras cree ver al hermoso joven haciéndole señas desde el agua para que se reúna con él. PERSONAJES Dos son los personajes fundamentales en la obra: el escritor Gustav von Aschenbach y el joven Tadzio. Oficiando de narrador onmisciente, Thomas Mann bucea en la compleja personalidad de Aschenbach para ofrecer al lector una verdadera “disección” psicológica de este hombre solitario, misántropo, envuelto en una egoísta rutina, neurótico y lleno de manías, que aspira a una perfección y una plenitud que al fin cree hallar en la belleza andrógina del adolescente Tadzio. Ciertos sucesos que cualquiera consideraría insignificantes o incluso cómicos, provocan la angustia de este hombre que en realidad huye de sí mismo, sin ser consciente de ello: es significativo el episodio del barco que lo conduce a Venecia, en el que un viejo maquillado y con el pelo teñido de rubio acompaña a unos jóvenes, vestido como si fuese uno de ellos; el ridículo de personaje, que en la inmensa mayoría de nosotros hubiese causado risa o lástima, o una mezcla de ambas cosas, despierta un inmenso malestar en Gustav von Aschenbach 1, una 1

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angustia casi insoportable. Curiosamente él hará casi lo mismo días después, cuando trate de “rejuvenecerse” en manos del barbero que lo maquilla, a fin de resultar más agradable y menos viejo ante los ojos de Tadzio. Del joven Tadzio sabemos en cambio muy poco, pues es siempre un personaje contemplado a distancia y a través de la mirada de Aschenbach. Vamos conociendo tan sólo lo que descubre de él el neurótico novelista: se trata de un joven polaco, perteneciente a una familia acomodada, quizás aristocrática; probablemente es de salud enfermiza; como buen polaco, odia a los rusos; sus hermanas están sometidas a una rígida disciplina, mayor que a la que a él le aplican, y le gusta jugar en la arena con otros amigos de su edad, de los que Aschenbach se siente celoso. El resto de personajes de la obra quedan en un segundo plano, aunque casi todos ellos son necesarios por la relación, directa o indirecta, que mantienen con el protagonista. ESTILO Todos los elementos de la novela sirven para trasladar al lector el mundo interior del personaje principal, el escritor Gustav von Aschenbach. Así, vemos como la antítesis “euforia – malestar”, tan frecuente en la obra, describe la personalidad fuertemente contradictoria de Aschenbach, y explica buena parte de su comportamiento a lo largo de la historia: Presa de febril excitación, con el aire triunfal de quien posee la verdad y, a la vez, con un resabio de disgusto en la lengua y un terror delirante en el corazón, el solitario recorría... Los pensamientos del personaje se intercalan durante toda la obra con las descripciones, abundantes pero no excesivas, los párrafos propiamente narrativos y los diálogos. Mann hace que el lector “bucee” en la compleja psique del personaje. Nótese que las reflexiones del personaje (mundo interior) hallan contrapeso en las sensaciones (mundo exterior). Destaca la vista, sobre todo por el juego de miradas que en algunos momentos se cruzan entre Aschenbach y Tadzio: al pasar junto a ese hombre canoso y de frente alta, el muchacho bajó modestamente los ojos y volvió a alzarlos al instante en dirección a él, abriéndolos con la gracia y suavidad que le eran propias. Pero el resto de los sentidos también están presentes: un siniestro bochorno oprimía las callejas; el aire era tan espeso que los olores procedentes de las casas, tiendas y fondas – vaharadas de aceite, nubes de perfume y muchos otros – flotaban inmóviles sin disiparse. Y también abundan las sensaciones sonoras, especialmente las relativas a la voz humana, y concretamente a la de Tadzio.

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