La Mente Extendida

MENTE EXTENDIDA Y PERFORMATIVIDAD Pablo González de la Torre Master en Filosofía Teórica y Práctica 1 INDICE 1.-INTRO

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MENTE EXTENDIDA Y PERFORMATIVIDAD

Pablo González de la Torre Master en Filosofía Teórica y Práctica 1

INDICE 1.-INTRODUCCION………………………………………………………………….3 2.-LA MENTE EXTENDIDA………………………………………………………..4 3.-SUPERSIZING THE MIND………………………………………………………8 4.-MENTE EXTENDIDA, PERFORMATIVIDAD Y HOMO ECONOMICUS…..15 5.-CONCLUSIONES………………………………………………………………..21

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1.-INTRODUCCIÓN En 1998 Andy Clark y David Chalmers, dos filósofos de la mente que trabajan en la frontera de la ciencia empírica, publicaron un artículo que iba a, aunque no sin precedentes su tesis en la historia de la disciplina, provocar un aluvión de artículos por su (supuesto) carácter revolucionario. La tesis era bien sencilla: la mente no se encuentra únicamente dentro de la cabeza, en casos determinados es preferible adoptar una postura externalista que incluya, para los procesos mentales, operaciones y procesos llevados a cabo por el cuerpo y el entorno (el mundo). En este trabajo se pretende exponer la tesis de dicho artículo, “The extended mind”, ampliándola con el debate que se produjo a continuación, recogido en el libro de Clark Supersizing the mind, publicado una década después. Tras esta exposición se explotará una de las intuiciones que aparecen el artículo original, que ya habían sido señaladas en un artículo algo anterior al originario, y que se relaciona con las consecuencias que, en un entendimiento alternativo de las relaciones entre la mente y el mundo, tiene la configuración del entorno. Especialmente en el campo de la economía, entendida esta tanto en su referencia a los asuntos de los que se ocupa como a la disciplina que los estudia. Tanto para los primeros como para la segunda las consecuencias son relevantes, si la tesis de Clark es cierta. En su apoyo aduciremos alguno de los trabajos más recientes en sociología del conocimiento científico, tomados del libro de Mackenzie, Muniesa y Callon Do economists make markets? , que examina la candente cuestión de la performatividad en las ciencias sociales. La conclusión será que, en efecto, en ocasiones alterar el entorno tiene consecuencias no poco relevantes moral, política e incluso antropológicamente.

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2.- LA MENTE EXTENDIDA El artículo original1, precedido por una curiosa nota en la que se nos pone en conocimiento del distinto grado de apoyo a su tesis central, comienza con una pregunta en apariencia de respuesta evidente, ¿dónde acaba la mente y empieza el mundo? Frente a las dos respuestas más comunes, la que separa nítidamente lo que ocurre dentro de la cabeza (“skull and bones”) y un externalismo basado en los significados (públicos) de las palabras, los autores van a proponer una tercera vía. También de estirpe externalista, van a enfatizar el “papel activo que el entorno tiene en la consecución de los procesos cognitivos”2. A desarrollar esta clase de externalismo van a dedicar las siguientes dos secciones. En el cuarto apartado transitaran de la cognición a la mente, y en el quinto y último apartado se plantearán posibles desarrollos y líneas de investigación. El argumento, subrayan los autores, no está montado sobre desarrollos espectaculares ni exóticos, sino “en la tendencia de los seres humanos razonadores a depender profundamente de soportes ambientales”3. En efecto, desde el uso de lápiz y papel para multiplicaciones complejas, pasando por la reordenación de las fichas del scrabble, hasta el conjunto más general de lo que llamamos cultura (palabras, textos &c.) lo que se está produciendo es una distribución del proceso cognitivo, durante el cual “el cerebro realiza algunas operaciones mientras otras son delegadas a manipulaciones de medios externos”4. Lo que estos ejemplos nos muestran son un tipo característico de acción, que denominan siguiendo a Kirsh y Maglio, acciones

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Clark, A. Chalmers, D. "The Extended Mind" Analysis 58: 1: 1998 p.7-19 Clark, A.(2011). Supersizing the mind. Oxford University Press. Aunque citamos por el apédice del libro, que contiene el artículo original, para las traducciones nos hemos servido de la versión de Eva Aladro. 3 Ibíd., p.221 4 Ibíd., p.221 2

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epistémicas, que “transforman el mundo para ayudar y aumentar los procesos cognitivos.”5 El eje de la argumentación gira en torno al llamado Principio de Paridad: “Sí, cuando abordamos una tarea,, una parte del mundo funciona como un proceso que, si se hiciera dentro de nuestra cabeza, no dudaríamos que es parte del proceso cognitvo, entonces esa parte del mundo es parte del proceso cognitivo. ¡Los procesos cognitivos no están (todos) dentro de la cabeza!”6 Para diferenciarlo del externalismo de Putnam o Burge, en el cual los elementos exteriores son pasivos, Chalmers y Clark enfatizan el papel causal de todos los elementos involucrados en estos sistemas ensamblados. El organismo está, en la concepción del externalismo activo, unido a entidades externas, la interacción funciona en los dos sentidos, y este sistema dirige el comportamiento de la misma manera que lo haría un proceso cognitivo interno. Estos procesos ensamblados deben contar como cognitivos se desarrollen o no completamente dentro de la cabeza. Contraprueba: eliminemos los elementos exteriors del sistema y el comportamiento se modificara “igual que si elimináramos una parte del cerebro.”7 ¿Cuales son las ventajas de adoptar esta posición sobre la mente humana y los procesos cognitivos? En primer lugar el desarrollo de teorías más parsimoniosas, con su aceptación se adquiere “una explicación más natural de muchos tipos de comportamientos.”8 Un creciente número de investigaciones empíricas en ciencias cognitivas sirven como aval para el mantenimiento de la tesis. No se trata, recalcan los

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Ibíd., p.222 Ibíd. 7 Ibíd. 8 Ibíd., 223 6

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autores, de una mera decisión terminológica sino que “existe una diferencia significativa metodológicamente para la investigación científica”9 Varias son las críticas que ponen en guardia contra este tipo de externalismo. En primer lugar la identificación (espuria) de consciente y cognitivo. Para los autores muchos procesos cognitivos incluyen procesos “más allá de los límites de lo consciente”10, de manera que se puede mantener una posición internalista para la consciencia sin necesidad de negar la posibilidad de los sistemas cognitivos extendidos. Más interesantes les resultan las objeciones basadas en la necesidad de portabilidad de los procesos cognitivos. El hecho de que esos sistemas ensamblados puedan ser fácilmente desarticulados merece consideración, y el reconocimiento de un posible núcleo fuerte cerebral/corporal. Sin embargo, la mera contingencia de los ensamblajes no es sino eso, una contingencia que no los despoja de su carácter cognitivo. De hecho, la lección que se puede sacar de la objeción de la portabilidad es que la articulación tiene que ser “confiable”, como puede confiar el ingeniero en las herramientas que siempre lleva consigo. Es cierto que “los ensamblajes más fiables tienen lugar dentro del cedrebro” pero “pueden existir ensamblajes confiables con el ambiente también.”11 La posibilidad de que estos aparatos o recursos externos puedan ser dañados o saboteados, tampoco es objeción suficiente: el cerebro también está expuesto a peligros semejantes. Por tanto, “si las capacidades relevantes están ahi cuando se necesitan el ensamblajes es suficientemente fiable12” Dando un paso más, arguyen los autores, es posible incluso que el cerebro haya evolucionado y se desarrolle teniendo en cuenta la presencia de un entorno manipulable, 9

Ibíd. Ibíd., p.224 11 Ibíd. 12 Ibíd., p.225 10

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siendo capaz de parasitarlo para reducir la carga de memoria o transformar la naturaleza computacional de los problemas. Si esto es así “entonces el ensambaje es parte del equipamiento basico de recursos cognitivos con los que nos manejamos en el mundo”13 Una vez que reconocemos el papel central del entorno “constriñiendo la evolución y el desarrollo de la cognición, vemos que la cognición extendida es un proceso esencial, no un añadido extra.”14 El siguiente paso conlleva pasar de los procesos cognitivos a la mente propiamente hablando. Algunos estados mentales puede que sean internos, pero en otros casos factores externos juegan un papel importante. En concreto, Clark y Chalmers van a sostener que parte de las creencias pueden estar constituidas por aspectos del entorno si “dichos aspectos juegan el papel adecuado en la dirección del proceso cognitivs. De ser esto así, la mente se extiende en el mundo.”15 Para ilustrar esta situación establecen el caso hipotético de un enfermo de Alzheimer, Otto, que se ayuda de elementos de su entorno para organizar su vida. En particular Otto apunta toda información relevante en un cuaderno que lleva siempre consigo. Cada vez que aprende algo importante lo apunta en su cuaderno, cada vez que necesita alguna información acude al mismo para encontrarla. Clark y Chalmers sostienen que, cumpliendo determinadas condiciones (fiabilidad, portabilidad, disponibilidad) el proceso cognitivo de Otto no se diferencia de manera relevante del de Inga, hipotética persona normal con su memoria incorporada. La relevancia se refiere a la particular misión que cumplen las creencias, dirigir la acción. A nivel explicativo los casos de Inga y Otto son análogos. De nuevo, se podrían introducir pasos extras en la

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Ibíd., p.225 Ibíd. 15 Ibíd., p.226 14

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explicación del comportamiento de Otto, pero, como se señaló más arriba, en “una explicación la sencillez es poder”.16 La moraleja, sostienen los autores, es que “en lo que respecta a las creencias no hay nada sagrado con respecto al craneo.”17 Los autores subrayan que esta ampliación del concepto de creencia capta algo “más similar a una clase natural. La noción se vuelve más profunda y unificada, siendo más útil en una explicación”18 La única manera de resistirse, sostienen, sería declarar únicamente las creencias presentes como verdaderas creencias, posición que consideran extrema pero coherente en su rechazo de la tesis del artículo. En el último apartado se plantean, dadas las condiciones antes señaladas (confianza, portabilidad, disponibilidad) la posibilidad de extensión de la tesis y las dificultades de casos intermedios (¿contaría google?). En el caso que nos ocupa nos va a interesar especialmente la posibilidad de la cognición socialmente extendida. El papel de lenguaje en estas cuestiones va a ser de la mayor importancia. Otros rompecabezas surgen respecto a las cuestiones de agencia, de moralidad e incluso de reforma. “En algunos casos, interferir en el ambiente de alguien puede tener la misma significación que interferir con la propia persona.”19

3.- SUPERSIZING THE MIND Trece años después de la aparición del artículo original aparece Supersizing the mind. Este libro, ya firmado únicamente por Clarke, aunque Chalmers aparece como prologuista, recoge confirmaciones empíricas de la tesis del artículo (primera parte),

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Ibíd., p.228 Ibíd. 18 Ibíd. 19 Ibíd., p.232 17

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responde a algunas críticas aparecidas a raíz del mismo y señala los límites de las tesis extensionistas (segunda parte), evaluando al final su encaje en la investigación en la ciencia cognitiva mainstream (tercera parte). Los artículos que en la década transcurrida aparecieron, en los que Clarke replica a algunas de las críticas, han sido refundidos y pasado a formar parte del contenido del libro, por lo que nos centraremos en el libro, que presupone el núcleo de dichos artículos. En la introducción Clark pone las cartas sobre la mesa, distinguiendo entre la posición BrainBound y la EXTENDED. El primero de estos modelos de la mente aboga por la separabilidad entre la mente, el cuerpo y el mundo. La mente aparece como algo interior y “siempre realizada neurológicamente”. Para este modelo, que privilegia, como hace nuestra cultura, el cerebro como el “lugar de la inteligencia” el cuerpo no es sino el “sistema ejecutivo y sensor del cerebro, y el mundo el espacio en el que aparecen problemas de adaptación y en el que el sistema cerebro-cuerpo actúa.”20 Todo lo importante cognitivamente sucede en el cerebro. Frente a este modelo han surgido visiones alternativas, entre las que se incluye la del autor, el modelo de la mente extendida, que sostiene que la cognición “puede (a veces) depender directamente y de manera no instrumental upon the ongoing work of the body and/or the extraorganismic environment.” En este modelo se afirma la importancia esencial de los bucles que cruzan, en procesos de feedback o feedforward, las fronteras entre cerebro, cuerpo y mundo. No todo lo relevante cognitivamente se da en la cabeza, la cognición “se desparrama sobre el mundo”21. El libro pretende dos objetivos. En primer lugar mostrar los límites de la tesis y los casos en los que una perspectiva extendida son apropiados. El segundo objetivo 20 21

Clark, Op.cit. p.XXVII Clark, Op.cit. p.XXVIII

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consiste en mostrar por qué importa la adopción de esta perspectiva. Concretamente tanto para el diseño de nuestro entorno (en cuanto afecta nuestras habilidades cognitivas) como, desde un punto de vista epistemológico, para el campo de las ciencias cognitivas. 3.-1.-REPLICAS Y CONTRARREPLICAS Las críticas de Adams y Aizawa (A&A) ocupan prácticamente el grueso del primer capítulo de la segunda parte del libro. La acusación de estos se resume en la acusación de “coupling-constitution fallacy”, ejemplificada en una suerte de reducción al ridículo de la tesis de la mente extendida. Estos autores pretenden que de la existencia de sistema cognitivos emparejados se deduce que el lápiz usado por un matemático, por estar articulado con el matemático piensa. La falacia, resume Clark, consiste en “pasar del emparejamiento causal de cierto objeto o proceso con un agente cognitivo a la conclusión de que el objeto o proceso es parte del agente o de su proceso cognitivo.”22 La comisión de este razonamiento espurio se debe, continúan los autores, a la ausencia en los extensionistas de una “marca de lo cognitivo”, esto es, de aquello que permite identificar algo como agente cognitivo. En el lado propositivo A&A sostienen que la “cognición está constituida por ciertos procesos causales que involucran contenidos no-derivados”23 y que estos procesos siguen leyes psicológicas que no siguen los elementos externos que juegan un papel en las tesis extensionistas. La replica de Clark consiste en señalar que, así como un lápiz no es, en sí mismo un agente cognitivo, tampoco puede considerarse como tal una neurona aislada. La crítica de A&A sin embargo se dirige, así lo cree Clark, al papel que juega el “ensamblaje”, el cual ha sido en su opinión malinterpretado. El ensamblaje no pretende 22 23

Clark, Op.cit. p.86 Clark, Op.cit. p.86

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hacer, continua, de un objeto externo un elemento cognitivo, sino que pretende señalar el papel que juega en un proceso cognitivo, los efectos que tiene a la hora de resolver problemas. La insistencia en la función adscribe la posición de La mente extendida a lo que se denomina “funcionalismo de sentido común”. A&A parecen postular que únicamente determinados objetos o procesos pueden “en virtud de su propia naturaleza” ser “candidatos a su inclusión en un sistema cognitivo”24. De aquí su requisito de una “marca de lo cognitivo”. La propuesta de los autores consiste en señalar que únicamente pueden caer dentro de este conjunto procesos que incluyen representaciones no-derivadas. Clark advierte que la crítica de A&A sin embargo ofrece poca información acerca de estas. La crítica parece querer decir, continua Clark, que los símbolos del cuaderno de Otto dependen para ser significativas de su convencionalidad y por tanto de prácticas sociales. Aceptando, por hipótesis, estas dos críticas, solo se eliminaría la funcionalidad cognitiva del cuaderno si se prohibiera toda relación, en todo momento, de una parte de un sistema cognitivo con representaciones convencionales si quiere ser reconocida como cognitiva. Con respecto a la marca de lo cognitivo y su identificación con determinados procesos causales psicológicos legaliformes distintos de los que rigen los elementos externos, Clark replica que esta posición “alcanza nuevas cotas de antropocentrismo y neurocentrismo”25. Este requisito no sería solamente indeseable sino que eludiría la cuestión planteada por la tesis de la mente extendida. Otra cuestión relacionada planteada por A&A tiene que ver con la posibilidad de una ciencia cognitiva unificada pues, dada la ausencia de una teoría de la esencia de lo cognitivo y, más aun, su transgresión al incluir elementos que no cumplen dicha 24

Clark, Op.cit. p.89 Clark, Op.cit. p.93

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esencia, una ciencia no sería posible, pues las ciencias lo son de clases naturales. La primera respuesta de Clark consiste en señalar que es muy aventurado descartar de una ciencia cognitiva extensionista filosofando desde el sillón. Entrando en la cuestión, que depende de la afirmación de los procesos causales que constituyen la marca de lo cognitivo, Clark señala la cantidad de ejemplos históricos de unificaciones de disciplinas científicas al encontrar un marco más amplio que permita que “fenómenos superficialmente diferentes sean tratados bajo una explicación unificada” a otro nivel relevante. El estudio de la mente, continua puede “que necesite abrazar una multitud de paradigmas explicativos cuyo punto de convergencia sería la explicación del comportamiento inteligente”26. De hecho, y esto es una sospecha de Clark, puede que las diferencias entre lo externo y lo interno no sean mayores que las que se dan entre los propios procesos internos. El argumento de A&A esta entonces doblemente errado: por su concepto de explicación científica, y por sus reservas sobre posibles unificaciones explicativas a niveles relevantes. En cualquier caso, reitera, estos asuntos habrán de resolverse empíricamente, lo que de hecho para Clark ya está probando de facto. Una preocupación distinta es la de Dartnall27. Para este el cuaderno de Otto no representa adecuadamente el proceso memorístico por su estabilidad. La réplica de Clark admite las diferencias, pero niega que afecten a la argumentación, en primer lugar porque en el artículo original nunca se apela a la identidad del proceso cognitivo de Inga y Otto sino, como establecía el Principio de paridad, a la similaridad funcional.

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Clark, Op.cit. p.95 Clark, Op.cit. p.97

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Sterelny28 señala una diferencia relevante entre los artefactos epistémicos y los procesos cognitivos interiores. Los primeros, a diferencia de los segundos operan en el espacio público, siendo por tanto susceptibles de acciones de sabotaje, lo que conlleva el desarrollo de estrategias para evitar dichas acciones. Esto implicaría la existencia de una diferencia general entre el funcionamiento del sistema perceptivo y el de los procesos internos. La sugerencia de Sterelny se centra en la supuesta descarga de trabajo en elementos exteriores que sostiene la tesis extensionista, que no se daría pues se desarrollan dichas estrategias anti-sabotaje. Clark admite la importancia de la objeción de Sterelny, pero la cuestión se dirime en función de la confiabilidad que podemos tener en la información almacenada en nuestro ambiente y la frecuencia de las situaciones de decepción. Lo importante no es nuestra vulnerabilidad al engaño y sabotaje sino el nivel “ecológicamente normal”. La sospecha sistemática no parece una estrategia plausible ni una crítica definitiva pues la percepción, en condiciones normales, es “tan segura como necesita ser”29. La crítica que sostiene la extravagancia o carácter contraituitivo de la tesis extensionista la relaciona Clark con la existencia inadvertida de un “neurocentrismo teóricamente cargado”. El sentido común, sin embargo permite, en el lenguaje corriente la inclusión de elementos exteriores en procesos de planificación o diseño. Para Clark, la comprensión común de la mente y sus procesos “es sorprendentemente liberal en lo referente a todo aquello que relacionado con maquinas, lugares o arquitectura.” Otro de los motivos para el rechazo de las tesis de la mente extendida consiste en su interpretación como un proyecto que pretende difuminar el papel que un determinado

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Clark, Op.cit. p.102 Clark, Op.cit. p.105

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“núcleo cognitivo”30 juega en los procesos mentales. Lejos de esto, tranquiliza Clark, de lo que se trata es de que, incluyendo la investigación de ese núcleo, el foco se abra para permitir la investigación de los sistemas mas amplios que permiten un tipo de habilidades distintivas de los seres humanos, y que se relacionan con la razón y planificación “reason-infected”. Otra serie de críticas se han centrado en la presunta desaparición del agente que estudia la ciencia cognitiva, al disolverse este entre elementos externos e internos. Clark reconoce que el proyecto de la mente extendida no está circunscrito al organismo humano, pero si está centrado en el. La hipótesis de la mente extendida no niega la existencia de un organismo biológico persistente cuyo estudio es perfectamente legítimo y relevante. De lo que se trata es de extender la investigación a los ensamblajes “mayores, a menudo temporales” en los que el organismo humano se ve involucrado como “unidades de actividad cognitiva por derecho propio”31. 3.2.-LA MENTE COMO BATIBURRILLO Una de las virtudes de la hipótesis de la mente extendida es la posibilidad que nos ofrece de extrañarnos ante fenómenos familiares. Los ejemplos acumulados en Supersizing the mind, sobre todo, pero no solo, en su primera parte, invitan a”dejar de privilegiar irreflexivamente lo interno, biológico y neural”32 en los procesos cognitivos. Este cambio de enfoque, por añadidura, nos puede ofrecer una mejor comprensión del papel que estos elementos privilegiados juegan en realidad. La mente humana, en esta

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Clark, Op.cit. p..108 Clark, Op.cit. p.139 32 Clark, Op.cit. p.218 31

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visión “emerge como la interface productiva de cerebro, cuerpo y el mundo social y físico”.33 Para desembrollar estas interacciones deberán colaborar una plétora de disciplinas científicas, proyecto que ya está dando sus frutos, desarrollado “marcos y métodos de análisis” que están comenzando a resolver la complicada tarea. Por último, el cambio de foco no supone tanto un cambio radical como un progreso natural de maduración de las ciencias cognitivas. No pretende arrumbar con los enfoques previos, sino que se sirve de los progresos alcanzados por estos, señalando que el engrandecimiento de la mente solo lo es con respecto a “unas expectativas previas demasiado pobres”34 4.-MENTE EXTENDIDA, PERFORMATIVIDAD Y HOMO ECONOMICUS En un artículo 199735 Clark se enfrento a la imagen distorsionada que las ciencias sociales, incluida la economía, tenían de la racionalidad. Estas ciencias suelen operar con una concepción que “ignora o minimiza tanto los aspectos temporales como situacionales de la razón”. El propósito del artículo es ofrecer una imagen alternativa que tenga en cuenta las estructuras externas y temporales que filtran el razonamiento humano. Por ejemplo, como ya hemos visto, el lenguaje, pero también las estructuras institucionales de todo tipo, incluidas las económicas. El ser humano debe ser colocado en el centro de esté complejo sistema de filtros e interacciones en varias direcciones para poder entender de una manera más realista el comportamiento del mismo. Es

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Clark, Op.cit. p.219 Clark, Op.cit. p..220 35 Clark, Andy (1997). "Economic Reason: The Interplay of Individual Learning and External Structure" J. Drobak and J. Nye (eds) The Frontiers Of The New Institutional Economics (Academic Press: San Diego, CA 1996) p.269-290 34

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esencial entender la interacción entre la cognición individual y los bucles cognitivos con el entorno en los cuales aquella participa. La teoría que considera el comportamiento como racional cuando maximiza los beneficios en relación a una ordenación consistente de preferencias, el paradigma de la racionalidad sustantiva, es el eje alrededor del cual se organiza el trabajo en la ciencia económica. Sin embargo, un corpus de investigaciones, señala Clark, nos muestran un tipo racionalidad distinto, “limitada, en tiempo real, incorporada e incrustada en el entorno”36. El paradigma de la racionalidad sustantiva, como teoría psicológica es “prácticamente incorrecto seguro”, y sin embargo, la economía neoclásica ha cosechado numerosos éxitos. ¿Qué puede explicar el “al menos moderado éxito” de algunas aéreas de la ciencia económica? Por el lado opuesto, ¿a que se deben sus escasos triunfos en otros ámbitos? Para Clark, que sigue en esto a Satz y Ferejohn, la mejor explicación se debe a la presencia o ausencia de situaciones de “highly scaffolded choice”. La teoría de la racionalidad sustantiva, a pesar de su irrealismo, funciona en presencia de situaciones de elección altamente estructuradas, obteniendo sus peores resultados en entornos en los que la cognición humana está menos constreñida. Parafraseando a Satz y Ferejohn podemos decir que la teoría de la elección racional funciona mejor cuanta menos elección existe. En estos entornos altamente constreñidos, y en el que el andamiaje es el resultado evolutivo de presiones competitivas, el individuo maximizador sería efectivamente racional, pero porque actuaria como un engranaje de una maquina mucho mayor, que “se extiende mas allá

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Ibid.,p. 270

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del individuo e incorpora estructuras sociales, físicas e incluso geopolíticas de gran escala”.37 El éxito en la modelización de esta máquina es compatible con la existencia de distintas motivaciones psicológicas en los agentes. Si no te comportas tal y como el entorno “espera” que te comportes simple y llanamente serás eliminado.38 La moraleja que podemos sacar de esta historia es que el éxito de la teoría económica en determinados campos depende de la irrelevancia de las motivaciones psicológicas. Las preferencias previas, fuesen las que fuesen, “son impuestas por la situación global”39. En suma: “la teoría económica tradicional (que apela al paradigma de la racionalidad sustantiva) tiene éxito allí donde la elección individual está fuertemente constreñida por estructuras sociales e instituciones que han evolucionado sujetas a presiones selectivas para maximizar los beneficios. Fuera de este escenario altamente constreñido, el pensamiento individual juega un papel mayor, y el irrealismo psicológico de la racionalidad sustantiva paga su deuda.”40 En apoyo de esta tesis se han venido desarrollando en los últimos tiempos, en el ámbito de los estudios sociales de la ciencia, una serie de investigaciones que tratan de atrapar el escurridizo papel que la performatividad tiene en discursos como el de la ciencia económica. En Do economists make markets?41 se reúnen un conjunto de

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Ibíd., p.273 Pensemos por ejemplo en una empresa que no tuviera como fin la aximizacion de beneficios. Una aproximación literaria a esta hipótesis la podemos encontrar en la última novela de Javier Mestre, Made in Spain 39 Ibíd.,p. 273 40 Ibíd.,p. 275 41 Mackenzie, D et al, Do economists make markets?. Princeton: Princeton University Press 38

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trabajos, desde diferentes perspectivas que nos van a permitir evaluar hasta qué punto la capacidad humana42 para la “construcción de nichos ecológicos” modifica la agencia humana, empujándola hacia el paradigma de la racionalidad sustantiva, permitiendo a la economía sus éxitos predictivos. El término performatividad fue puesto en circulación por el filósofo norteamericano J.L Austin. Una oración performativa es aquella que “crea su referente en el momento de su proferencia”43. Los ejemplos paradigmáticos son el del funcionario que celebra una boda o el del ritual de la botadura de un barco. También el caso de la petición de perdón o la promesa son ejemplos de declaraciones performativas. Posteriormente la teoría ha sido desarrollada en el marco de la speech act theory en el marco de la tradición pragmatista norteamericana, preocupada por el modo como “acciones, entidades y representaciones se interrelacionan.” Pierre Bourdieu añadirá la dimensión sociopolítica al requerir la presencia de “conditions of felicity” para el éxito de este tipo de declaraciones. Del campo de la filosofía analítica el concepto pasó a los estudios de género (Judith Butler) y al resto de ciencias sociales (en sociología existía el precedente del estudio de las profecías autocumplidas, o más en general, de las consecuencias no deseadas de la acción, de Robert K.Merton), llegando al campo de los estudios de la ciencia de la mano de autores como Ian Hacking o Barry Barnes. Como señalaron Clark y Chalmers en el artículo original, si tomamos en serio la tesis de la mente extendida las modificaciones en el entorno conllevan consecuencias relevantes, no solo cognitivas, para el agente humano. En el artículo que abre la

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Evidentemente no sólo humana. Mackenzie, D. (2007).Introduction. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.1-20). Princeton: Princeton University Press 43

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compilación “The social construction of a perfect market”44, de Garcia-Parpet, la autora muestra como, frente a las tesis evolucionistas de desarrollo del orden extenso de un Hayek, el diseño deliberado, producto a su vez de la lucha entre distintos actores con intereses opuestos, de un mercado lo mas similar al modelo de competencia perfecta puede alterar la dinámica social de un determinado sector. Parpet nos muestra como no son los indeseables vestigios sociales los que frenan el desarrollo de mercados que funcionen sin resistencias, sino que fue precisamente la organización de los productores de fresas de la región francesa de Fontaines-en-Sologne, los que alteraron el funcionamiento tradicional del mercado, que situaba en una posición ventajosa a los intermediarios, para, obligando a los compradores a participar en un sistema de subasta que funcionaba por encima de las voluntades de los mismos, modificar las relaciones de poder. Este trabajo seminal, de 1982, fue el que abrió la veda en el campo de los estudios performativos de la economía. Donald Mackenzie, editor del libro, colabora con otro capítulo45, distinguiendo entre distintos casos de performatividad. Tras estudiar el funcionamiento del sistema financiero, Mackenzie llego a distinguir distintas formas de performatividad. La performatividad barnesiana46 sería la propia de aquella teoría que convierte en verdaderos, tras su publicación, los fenómenos que pretendía estar meramente describiendo. El caso de la ecuación Black-Merton-Scholes para la fijación de precios del mercado de opciones es paradigmático, pues a partir de una serie de supuestos irrealistas en el momento de su aparición, su adopción por parte de los jugadores de bolsa supuso con el tiempo que la “realidad” se ajustara a la descripción 44

Garcia-Parpet, M-F (2007). The Social Construction of a Perfect Market. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.20-53). Princeton: Princeton University Press 45 Mackenzie, D (2007). Is Economics performative? Option-theory and the construction of derivative markets. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.54-86). Princeton: Princeton University Press 46 Así denominada en honor de Barry Barnes.

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inicial. La contraperformatividad sería la situación inversa: la difusión de una teoría acabaría alejando máximamente el funcionamiento de la realidad social de la descripción teórica. Los propios autores, ganadores del premio Nobel de economía por añadidura, sentirían en sus carnes los efectos de la misma en el hundimiento bursátil que conllevo la ruina generalizada de empresas y particulares a finales de los años 90. De nuevo una innovación teórica, que también conllevo procesos políticos y sociales determinados, supuso una modificación del ecosistema con consecuencias de largo alcance. Sin embargo la aportación que más nos interesa, por su relevancia antropológica, es la del italiano Francesco Guala47. Este, que también se ha embarcado en el diseño de experimentos económicos, considera que las mayores virtualidades de la ciencia económica, de hecho sus partes más exitosas, son las de aquellos economistas que adoptan un enfoque ingenieril. El diseño de mecanismos, que también a partir de la fijación de determinados objetivos deseables construyen un ecosistema que actué por encima de las voluntades de los participantes, es además de un modelo de éxito académico, que va más allá de la academia con consecuencias económicas que afectan además de manera desigual a las diferentes clases sociales, un ejemplo perfecto de la verdad del aserto verum est factum. Para Guala la performatividad más interesante es la que empuja a la aparición de determinados comportamientos que se ajustan al modelo del homo economicus de los modelos abstractos de los economistas clásicos. En fin, todos estos ejemplos nos ofrecen más confirmaciones empíricas de la relevancia que el modelo de la mente extendida tiene en un campo tan determinante como el de los asuntos económicos. Como señala Mackenzie, con palabras que repiten

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Guala, F. (2007). How to Do Things with Experimental Economics. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.128-162). Princeton: Princeton University Press

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el motivo de indiferencia de las motivaciones psicológicas que mantenía Clark (1997), “la influencia de una determinada doctrina económica” no es solo una cuestión de “persuasión, creencias y estados mentales” sino también de “diseño institucional y tecnológico”. Situados en un ecosistema determinado hasta “monos capuchinos pueden comportarse en forma neoclásica, sin la necesidad de haber sido adoctrinados o de creer en la economía neoclásica”.48

5.-CONCLUSIONES La tesis de la mente extendida está bien consolidada tanto a nivel filósofico como en su ejercicio como proyecto de investigación empírico. Más allá de una comprensión mejor de los procesos cognitivos de las maquinas pensantes que somos, se presenta como un atractivo cambio de enfoque para investigaciones en otras ciencias sociales. Podríamos haber mencionado también los trabajos de Roger Bartra en el campo de la antropología, pero nos hemos detenido en la ciencia económica por su relevancia y actualidad. Los estudios sociales sobre la ciencia han demostrado, ayudados del concepto de performatividad, como efectivamente la alteración del ecosistema tiene la misma relevancia que la interferencia directa sobre los agentes humanos. El diseño desde la ciencia económica de nuestro entorno, cada vez extendido a un mayor número de áreas, exige un examen atento que puede beneficiarse de la perspectiva propuesta por A.Clark, introduciendo en el análisis los elementos políticos y morales que asuntos tan vitales merecen.

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Mackenzie, D. (2007).Introduction. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.1-20). Princeton: Princeton University Press

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BIBLIOGRAFÍA - Clark, Andy (1997). "Economic Reason: The Interplay of Individual Learning and External Structure" J. Drobak and J. Nye (eds) The Frontiers Of The New Institutional Economics (Academic Press: San Diego, CA 1996) p.269-290 - Clark, A. Chalmers, D. "The Extended Mind" Analysis 58: 1: 1998 p.7-19 - Garcia-Parpet, M-F (2007). The Social Construction of a Perfect Market. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.20-53). Princeton: Princeton University Press - Clark, A.(2011). Supersizing the mind. Oxford University Press - Guala, F. (2007). How to Do Things with Experimental Economics. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.128-162). Princeton: Princeton University Press -Mackenzie, D (2007). Is Economics performative? Option-theory and the construction of derivative markets. En Mackenzie, D et al, Do economists make markets?(pp.54-86). Princeton: Princeton University Press

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