La Luz Que No Puedes Ver

Anthony Doerr: La luz que no puedes ver Idioma original: inglés Título original: All the light we cannot see Año de pub

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Anthony Doerr: La luz que no puedes ver

Idioma original: inglés Título original: All the light we cannot see Año de publicación: 2015 Traducción: Carmen Cáceres y Andrés Barba Valoración: bastante recomendable Aparte de una portada y un formato bastante best-selleriano (etiqueta de prestigioso premio incluida), La luz que no puedes ver dispone de muchos de los elementos que hacen que una novela no me interese demasiado a priori. Por ejemplo, pronto uno se da cuenta de que está protagonizada en su inicio por dos niños en extremos opuestos. Niños que casi no dejan de serlo en toda la novela. Niños, cómo van a ser la mayoría de los niños en la literatura (excepto alguno), inocentes en medio de un caldo de cultivo tan poco nutritivo como la Alemania de la eclosión del nazismo y la Francia en los días cercanos a la ocupación. Niños que, encima, no han contado con suerte en la vida para nada. Aquí ya los vamos presentando: Marie Laure Leblanc, francesa, ciega a los seis años, que convive con su padre, humilde fiel custodio de las llaves de un importante Museo de Historia en París, y Werner Pfenning, alemán, interno, junto a su hermana Jutta en un orfanato, después de que su padre haya perecido en un accidente en la mina en la que trabajaba, y a la que Werner parece estar destinado a trabajar, justo cuando cumpla quince años, si nada lo remedia. Más detalles que suelen repelerme: los ancianos entrañables que cuidan a esos niños (les una o no vínculo sanguíneo). Aquí Marie Laure tiene a Etienne, parece, enajenado tras la primera guerra mundial, y confinado en uno de los pisos de la casa de Saint-Malo donde Marie Laure y su padre acaban viviendo en una estéril huida, para la cual se han hecho acompañar del Mar de Llamas, enorme diamante cuya puesta a salvo de la avaricia nazi le ha sido encomendada. Y Werner tiene a la frau de turno en el orfanato, que le ha enseñado francés y que se da cuenta de que la habilidad de Werner con los aparatos de radio puede procurarle un salvoconducto para eludir el futuro. En el telón de fondo, la Segunda Guerra Mundial, las Juventudes Hitlerianas, la Francia ocupada, el gobierno títere, la

organización de la Resistencia. A pesar de esas reticencias, desafío a cualquiera a leer las 50 o 60 páginas iniciales de esta novela y no tener ganas de leer hasta el final. Porque Doerr, hasta ahora desconocido para mí, aunque la solapa le atribuye una nutrida obra no exenta de galardones de menor entidad, tiene la cualidad de narrar de una forma efectiva. Sin tomar partido, sin azucarar, sin pretender, aunque sea imposible no tomar partido de alguna manera, definir un mundo de malos contra buenos. Aunque en las historias sobre nazis esto está bastante complicado. Ya sabemos. Pero la de Doerr no sobra: quizás porque La luz que no puedes ver podría ser despojada de esos detalles y sería en su chasis una pura historia de cómo el mundo adulto y la intemperie coyuntural acaban devastando la inocencia y la pureza de las personas. Pero las circunstancias que la aderezan la enriquecen, y quien la lee se solaza de los tímidos avances de organización de la población ocupada, de las perversas decisiones de los ocupadores, de la propaganda del régimen para que los cachorros corran contentos a inmolarse, y aunque todo esté escrito otras veces y desde distintas perspectivas (esta, por ejemplo, no presta atención más que puntualmente a toda la cuestión de la shoah), y a pesar del poderoso aroma a best-seller, se convierte en una lectura fascinadora y enormemente dinámica (capítulos de cinco o seis páginas como mucho), que solo acusa un final no exactamente feliz pero sí algo a medio camino entre lo rimbombante y lo acomodaticio. Que queda justificado y encaja, pero que encuentro algo forzado. Y ya que hablamos de un territorio literario cercano a grandes masas, de una historia con cierta vocación de universalidad, pues ahí creo que, para aceptarle otro nivel, y otorgarle (disculpad cierta prepotencia) un ascenso, aquí la historia es buena y la intriga generada, notable, pero, por poner un ejemplo, no he sentido la necesidad de transcribir ningún párrafo. O sea, que la excelencia es, definitivamente, otra cosa.

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Anthony Doerr, 'La luz que no puedes ver' Hits: 5983

título La luz que no puedes ver autor Anthony Doerr traductores Carmen Cáceres y Andrés Barba editorial Suma de Letras 600 págs. 18,90 €.

Marie-Laure vive en Francia. Ciega desde la niñez, es instruida por su padre para convertirse en autónoma, mediante el aprendizaje del braille y la exploración táctil de maquetas de la ciudad... Hasta que se ven obligados a huir por el acecho nazi, no sin que su progenitor –celador del museo de Historia Natural–, se lleve una preciosa y peligrosa piedra... Al otro lado de la frontera, un joven genio huérfano vive en un internado con su hermana. Werner tiene un interés particular: la radio. Pronto llegará a convertirse en un experto que oye más de lo que se permite oír. Al ser llamado por los altos cargos nazis, todos temen por su destino. Nadie espera que termine siendo reclutado con un cargo especial en las filas alemanas.

ANTHONY DOERR (Cleveland, 1973) es autor de los libros de relatos Memory Wall y The Shell Collector, las memorias Four Seasons in Rome y la novela About Grace. La luz que no puedes ver fue finalista del National Book Award 2014, elegida por The New York Times como una de las diez mejores novelas del año y acaba de recibir el Pulitzer de ficción 2015.

Delicada, sutil, extremadamente sensorial... y de belleza inexplicable. Si un buen número de párrafos suenan poéticos, lo son. Con un peso específico de seiscientas páginas, estamos ante un almacén de emociones: la contienda, la resistencia, el destino, el libre albedrío, el amor entre enemigos, los sacrificios que los padres hacen por sus hijos, así como los individuos por sus países. La ceguera física frente a la espiritual, el poder de la ciencia, la radio como arma de resistencia, la posibilidad de magia... de leyenda. Con acento mítico, construido a partir de sentencias, aborda cada capítulo a balón parado para hacer confluir, durante la Segunda Guerra Mundial –la ocupación alemana de Francia–: a una chica ciega, un joven huérfano experto en construir y reparar radios, un oficial nazi, un diamante maldito, la pasión por la ciencia, el amor por Julio Verne... Todo ello, bajo montones y montones de bombas. Las vidas de los dos jóvenes se desarrollan en lados opuestos de la frontera hasta que la casualidad permitirá, en Saint-Malo, el encuentro entre quien nada ve y aquel que todo lo oye. A pesar de mostrar el inicio de la propaganda nazi y el antisemitismo, la narración no profundiza en los horrores del Holocausto ni en los detalles de la guerra, ya que se ocupa del punto de vista subjetivo de ambos jóvenes. La radio es el tercer protagonista omnipresente. A través de ella se conocen los avances del nazismo y la ocupación; su pasión hertziana les define y da significado a sus vidas hasta entrelazar sus caminos. Se trata de una novela de fuerte impacto emocional, concebida como una pieza operística, con una armónica contraposición entre graves y agudos, sostenida sobre sutiles matices. Aunque no estamos ante una obra maestra, asistimos a una historia deliciosa que lleva impreso en su ADN colisionar mediante líricos misiles contra el corazón del lector. Aunque, un buen amigo debiera recordarle que el exceso de adjetivación no hace más rico un texto, y mucho menos cuando viene en formato tripartito a la azoriniana manera. No obstante, es un mal menor para una novela luminosa. ÁNGELES LÓPEZ

La luz que no puedes ver, Anthony Doerr

Suma de Letras, 2.015 Premios: Premio Pulitzer 2.015 Precio: 19,90 € Adquisición: regalo.

El autor

Anthony Doerr es un autor estadounidense nacido en Ohio en 1.973. Es conocido mundialmente por ser el ganador del Premio Pulitzer en la edición de 2.015 con 'La luz que no puedes ver'. Se licenció en historia en el Bowdoin College con un máster en la Bowling Green State University. En 2.004 publicó 'Todo sobre Grace', novela que ha sido reeditada recientemente debido a la

repercusión que la obra reseñada ha tenido sobre los lectores. Reside en Boise con su esposa con la que es padre de gemelos.

Sinopsis Marie-Laure vive con su padre en París, cerca del Museo de Historia Natural, donde él trabaja como responsable de sus mil cerraduras. Cuando, siendo muy niña, Marie-Laure se queda ciega, su padre le construye una perfecta miniatura de su barrio para que pueda memorizarla gracias al tacto y encontrar el camino a casa. A sus doce años, los nazis ocupan París y padre e hija tienen que huir a la ciudad amurallada de Saint-Malo. Con ellos se llevan la que podría ser la más preciada y peligrosa joya del museo. En una ciudad minera de Alemania, el joven huérfano Werner crece junto a su hermana pequeña, cautivado por una rudimentaria radio que ambos encuentran. Werner se convierte en un experto en construir y reparar estos aparatos cruciales para los nuevos tiempos, un talento que no pasa desapercibido a las Juventudes Hitlerianas.

Mi crítica

Premio Pullitzer 2.015 y buenas críticas son una combinación irresistible: sabía que tarde o temprano acabaría leyendo este libro. El resultado no ha sido el que esperaba, aunque hay bastantes elementos positivos a resaltar de esta novela. Digamos que la obra tiene sus luces y sus sombras, a mi juicio. Agradezco enormemente a la persona que ha hecho posible que lo leyera su generosidad. Comienzo resaltando los aspectos positivos: 'La luz que no puedes ver' es una novela en la que intervienen buenos personajes. Llama la atención lo pocos que son, lo cercanas que resultan las figuras principales. Dos son los protagonistas que se reparten el peso en la novela: MarieLaure y Werner. Ella es una muchacha francesa que se queda ciega siendo niña. Él es un muchacho alemán que destaca desde pequeño en el orfanato donde se cría debido a su inteligencia.

El modo en que ambas tramas comienzan a tener sus puntos en común me ha gustado mucho y en mi opinión es una de las mejores virtudes de la novela. Los paralelismos que Anthony Doerr construye en torno a ambos. En cuanto al estilo narrativo, es a mi modo de ver aparentemente sencillo; el autor tiene la capacidad de expresar más de lo que en un primer momento parece estar transmitiendo. Considero que tiene una sensibilidad especial para describir ambientes, paisajes, sensaciones y objetos. Sobre todo en los pasajes protagonizados por Marie-Laure, la chica ciega. Todo se narra desde su punto de vista, para nada limitado por su condición física. Anthony Doerr logra que el lector vea a través de los ojos de una invidente. Me ha gustado el argumento, la base de la que parte la trama y el desarrollo de los personajes. Sin embargo, existen dos grandes peros que considero bastante relevantes como para pasarlos por alto: el ritmo y la existencia de pasajes en los que no sucede prácticamente nada a nivel argumental. Momentos de "calma chicha" durante decenas de páginas y en los que me daba la sensación de que la novela no iba a ninguna parte.

A mi juicio, ambos aspectos negativos están relacionados ya que uno sumado al otro crean una especie de "tormenta perfecta" que convierten una novela prometedora en una obra mejorable. No he leído más que un par de premios Pullitzer, pero sinceramente he llegado a preguntarme si este prestigioso premio está a la altura de 'La luz que no puedes ver', incluso habiendo considerado esta lectura digna de tener en cuenta. Considero sinceramente que lo que uno halla en más de seiscientas páginas podría haberlo encontrado en la mitad. La obra habría sido más sólida, hubiera mantenido más pura su esencia. Tampoco me ha convencido la resolución de la trama, que no dudo en calificar de decepcionante en mi caso. Esperaba que concluyera de otro modo, que no puedo explicar por razones obvias. Definitivamente 'La luz que no puedes ver' no es una novela fácil a pesar de ese estilo narrativo sencillo que caracteriza la narración.

Conclusión

Recomiendo 'La luz que no puedes ver' a los amantes de las novelas ambientadas en la segunda Guerra Mundial. De cualquier modo, estoy convencida de que no es una novela que pueda gustar

a todo tipo de lector en general, ni tampoco se trata de una lectura que se deba abordar en cualquier momento. No sé si volveré a leer algo de Anthony Doerr en un futuro, desde luego a medio plazo no. Por cierto, no me extrañaría ver esta novela adaptada al formato de la gran pantalla más pronto que tarde. (la pagina 17)

La luz que no puedes ver - Anthony Doerr | Reseña

¡Buenas! Hoy os traigo la reseña del libro que me ha acompañado las últimas semanas de julio, escrito por Anthony Doerr en 2014. Este libro había pululado por mi estantería desde que me lo regalaron, y es que aún no había elegido un momento para leerlo. "La luz que no puedes ver" fue ganadora de un premio Pulitzer en 2015 por lo que las expectativas eran bastante altas. Dicho esto, vamos a comenzar con su trama. "La luz que no puedes ver" comienza en agosto de 1944, pero como veremos las fechas van a fluctuar mucho a lo largo de la novela, pues esta recorre los años de ocupación alemana en Francia. Nos encontramos dos puntos de vista, que no se articulan simplemente como dos protagonistas individuales, sino que son dos miradas diferentes al mismo conflicto, el de la Segunda Guerra Mundial. Por una parte, encontramos a MarieLaure LeBlanc, una niña que pierde la vista muy tempranamente, y que acompañada de su padre deben huir debido al avance hacia París de las tropas alemanas. Su padre trabaja en el Museo Nacional de Historia Natural, por lo que nos llegan a introducir un elemento misterioso desde el principio, que todos denominan "El mar de llamas", una piedra preciosa que guarda maldición y vida a partes iguales. La tinta nos lleva a recorrer kilómetros hasta llegar al otro protagonista; Werner. Este joven es huérfano, y vive junto a su hermana Jutta en un orfanato de Alemania. A Werner siempre le ha interesado el funcionamiento de las cosas, y esto se evidencia desde su niñez en las preguntas sin respuesta que escribe en su cuaderno. Un día empieza a trastear e intentar arreglar una radio vieja, y es ahí cuando encuentra su verdadera pasión.

En primer lugar, hablaré del título de la novela, que además de ser precioso, guarda diferentes significados.

"Abrid los ojos - solía decir el francés en la radio- y observad todo lo que podáis antes de cerrarlos para siempre".

Esta es la frase más repetida a lo largo del libro y contempla dos de los ejes principales, por una parte la vista, observación y conocimiento, y por otra parte la sentencia implícita de cualquier conflicto bélico: la posibilidad de morir. Las referencias a la mirada, a lo que observamos, a lo que no podemos ver y en general, a la luz y la oscuridad son constantes. Juega con la "ceguera" en diferentes sentidos, con la crítica a la sociedad alemana o a los colaboracionistas franceses, es decir, a la situación política del momento. "-¿Sabe lo que sucede, Etienne-dice madame Manec desde el otro lado de la cocina-, cuando echas una rana dentro de un cazo de agua hirviendo? -Nos lo va a decir usted, estoy seguro. -Que salta afuera. ¿Pero sabe lo que ocurre cuando pones una rana dentro de una cacerola con agua fría y la cueces poco a poco? ¿Sabe lo que sucede entonces? (...) -Que la rana se cocina". Para las personas a las que nos gusta la historia la novela tiene partes muy interesantes, pero demasiado puntuales para mi gusto, la crítica y política se ven muy arrastrados por la historia. Alguna vez en este blog se ha hablado de la Segunda Guerra Mundial, pero nunca de la ocupación francesa, que es el tema principal de este libro. Volvemos a fijarnos en el título, y es que el autor no nos "muestra", no nos "hace ver" la ocupación, sino que la sentimos, a través de Marie-Laure, pues al ser ciega tenemos que intuir lo que ocurre. La siguiente fotografía es de las más conocidas de Robert Capa, y muestra las consecuencias de la denominada "colaboración horizontal", es decir, de una mujer francesa que tiene relaciones con un soldado alemán. En el centro a la derecha encontramos a una mujer rapada sosteniendo a su hijo y paseando su "humillación" por la calle, como se hizo en algunos casos. Tenéis todos los enlaces abajo por si queréis más información. Esta reticencia hacia los colaboracionistas y el miedo hacia los soldados alemanes lo encontraremos en casi todo el transcurso de la novela.

La Tondue de Chartres, Robert Capa A parte del título, hay otros elementos que han sido cuidadosamente elegidos, y uno de ellos es la localización. El escenario principal del libro, en el que desarrolla toda la acción es la ciudad portuaria de SaintMalo, en Bretaña. No ha sido casual, pues hay diversas razones por las cuales esta acaba siendo la ciudad elegida. En primer lugar, el libro tiene una fuerte relación con el mar, las caracolas y el puerto. Marie-Laure nos describe un mar que no puede ver y su conexión con el paisaje de manera que casi podemos oír el rugir de las olas. Esta localización también aparece en la portada, y como podemos ver, no es una ciudad normal, sino que está completamente amurallada desde el siglo XIII. Esta muralla, que protegía de las embarcaciones enemigas que provenían del mar, cobra un especial significado si nos trasladamos a la ocupación alemana. Una ciudad, preparada desde hace siglos para luchar contra enemigos, que finalmente es asediada dos meses después del desembarco de Normandía. Al mismo tiempo, esta ciudad muestra la dualidad constante del libro, pues nos muestra a dos protagonistas en bandos opuestos y cuya relación con el lector se va consolidando de una manera agridulce. Los aliados siguieron su avance hacia Saint-Malo, y las tropas alemanas se hicieron fuertes en la ciudad. Aunque en principio los aliados pensaron que iba a ser una desocupación fácil, esta se dificultó y alargó más de lo que esperaban. En agosto de 1944 comenzó dicha liberación, pero el factor clave lo encontramos en su destrucción. Las tropas estadounidenses acabaron bombardeando intensamente la ciudad y su reconstrucción tras la guerra se alargó hasta 1972. Parte de los muros que la rodeaban fueron destruidos, de aquello que salvaguardaba a sus habitantes, y de los más de ochocientos edificios, tan solo unos cien quedaron en pie.

Ahora hablaremos del último de sus puntos fuertes; la dualidad en las historias y protagonistas. Es todo un reto escribir por una parte a la víctima de la ocupación, en este caso Marie-Laure, y por otra a un residente del país enemigo, a Werner. Esta combinación ha sido posible gracias a la utilización de dos factores claves. En primer lugar, por la edad, ambos empiezan la novela con alrededor de quince años, y además, ambos se encuentran en una posición vulnerable. Marie-Laure debido a su ceguera, su predisposición a salir a la calle sola y el apoyo de su padre nos crea una figura entrañable. Por otro lado encontramos a Werner, un chico que siente curiosidad por la física y las radios, pero que debido a su condición se enfrenta a la desilusión de que seguramente no pueda dedicarse a lo que le gusta. Las radios se transforman en su refugio, y de ahí el autor se permite justificar todo lo que ocurre después. "Las noches llenas de estrellas, los amaneceres cubiertos de rocío, los silencios deambulatorios, el obligado ascetismo. Werner jamás se ha sentido parte de algo tan cerrado, nunca ha sentido tanto deseo de pertenecer". Aún así, creo que no desarrolla suficiente los caracteres de los personajes, nos encariñamos con ellos de una manera muy superficial, pero en las seiscientas cincuenta páginas del libro no ha sabido gestionar los pensamientos de ambos personajes, lo que viven, lo que sienten, si lloran o si gritan ante una realidad realmente tormentosa. También tengo mis críticas hacia la manera en la que Doerr ha tratado la ceguera, puesto que de base es una historia muy buena. El hecho de que al lector se le extirpe descarada y violentamente la vista debería ser un proceso doloroso, podría haber jugado con eso, y aunque lo ha hecho sobre todo hacia el final, siento que es una ausencia que se podría haber explotado más. "Cerrar los ojos no alcanza para imaginar lo que es la ceguera. Bajo un mundo de cielos y rostros y edificios, existe otro mundo más crudo y antiguo, un mundo en el que las superficies se disuelven y los sonidos construyen conjuntos en el aire". Durante la reseña he enumerado los aspectos que en general me han parecido más positivos e interesantes, pero tengo algunas críticas, y es que el cien por cien de las reseñas que he podido leer tienen una opinión

muy positiva del libro, y no voy a ser yo quien contradiga a un premio Pulitzer, pero tengo quejas. En primer lugar, como he dicho, el libro tiene una buena historia de base, pero se ha desarrollado muy lentamente. Las historias largas están bien, los personajes o diálogos densos o desarrollados me parecen necesarios, pero he tenido la sensación de que la novela podría tener cuatrocientas páginas. Es una historia que en mi opinión se ha alargado innecesariamente, y aunque ha empezado bien, su lectura acaba siendo tediosa. Hasta las doscientas páginas tan solo se encarga de presentarnos a los personajes, no hay un hilo conductor que nos mantenga en la intriga. Al lector no hay que dárselo todo masticado, no hay que pasarse cien páginas para descubrir a un personaje, lo que le gusta o lo que no, sabemos que a Werner le gustan las radios, no hace falta explicarlo tanto. Las tramas que se alargan innecesariamente siempre me exasperan. Por otra parte, los lectores, sobre todo a día de hoy y si encima van en busca de una novela con cierto toque histórico, somos capaces de meternos en el ambiente bélico, sobre todo de la segunda guerra mundial, pues por lo menos en mi caso y en el de la mayoría, nos hemos tragado clases de historia, decenas de películas y algún que otro documental sobre el tema. Esta guerra se ha explotado demasiado cinematográficamente para que Doerr tenga la necesidad de "meternos en el ambiente" durante tantas páginas. La historia de "El mar en llamas" me parece artificiosa y poco trabajada, pues desde el principio parece que este toque de realismo mágico vaya a conducir la novela, vaya a tener una importancia clave, que quizás la tiene, pero tan solo se observa en algún momento muy puntual e incluso demasiado sentimental del libro. También pienso que este intento de realismo mágico se podría haber hecho más interesante, como una trama aparte, una trama que interesara de verdad al lector. Acabando con las críticas, ha sido una historia muy predecible, incluso en los momentos en los que el autor pretendía que no lo fuera. Creo que una trama te debe sorprender o inquietar en algún sentido, y he encontrado una historia bastante lineal, no hay saltos, sobresaltos o sucesos inesperados, y esto tan solo ha colaborado a mi falta de entusiasmo en el tramo final del libro. En conclusión, pienso que si la reseña te ha interesado y pese a mis críticas tienes ganas de leerlo, no debes dejar de hacerlo, es una historia tranquila pero cuya lectura es "llevable", pues la escritura es bastante limpia. Ahora bien, si estabas indeciso y no te acababa de convencer, quizás no es el mejor momento para leerla. Por todo lo enumerado, he acabado aprobando a la novela con dos estrellas y media. (Flor de tinta)