La Libertad de Pensamiento

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La Libertad de Pensamiento Por: Post Tenebras Lux, 33°

Al principio, pensé en escribir sobre La Libertad, pero luego entendí que era un tema demasiado amplio y controvertido; algo sobre lo que se han escrito toneladas de páginas y libros completos. Demasiado. Meditando un poco más, llegué a la conclusión: “Escribiré sobre la libertad de pensamiento.” Me sentí firme en mi decisión y comencé a hilvanar ideas al respecto, hasta llegar al punto en que entendí que ¡era un auténtico berenjenal en el que me había metido! Definiendo. En el Diccionario de la R.A.E. dice acerca de libertad: 1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. 2. f. Estado o condición de quien no es esclavo. 3. f. Estado de quien no está preso. 4. f. Falta de sujeción y subordinación. 5. f. En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas. 6. f. Prerrogativa, privilegio, licencia. En resumen, es la facultad que tenemos para hacer o no, obrando sin presión alguna. Y luego da una lista de 19 tipos de liberta, algunas que, por su definición, se duplican o triplican. Entre ellas encontramos la

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Libertad de pensamiento 1. f. Derecho de toda persona a tener y manifestar cualquier ideología, y a no ser obligada a declarar sobre ella. Aunque en tal definición mezcla también la libertad de expresión, queda claro que puedo tener las ideas que me vengan en gana. La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” Como se ve, esto está más enfocado a la cuestión religiosa; que es como lo abordan, regularmente, las legislaciones de los países. Se debe entender que la libertad de pensamiento se sitúa en un ámbito personal, puesto que el pensamiento libre no necesita realmente de garantías, estas son exigidas cuando se trata de actuar conforme a las propias ideas. La libertad de pensamiento es por tanto una libertad de manifestación, que protege al ciudadano frente al poder y frente a los demás. Claro, si esto lo trasladamos al ámbito religioso, las cosas cambian. Se nos hace notar que se puede pecar “de pensamiento, palabra y obra.” Si solamente lo piensas, ¡Ya pecaste! Y todavía se dan el lujo de hablar del libre albedrío del ser humano. Conozco a una iglesia que dice sobre el albedrío: “Los hombres son libres para escoger la libertad y la vida eterna, o la cautividad y la muerte.” En la Masonería adogmática se otorga absoluta libertad de conciencia; libertad de creer o no creer en la existencia de un Ser Supremo. Ello se inicia cuando, a fines del siglo XIX, el Gran Oriente de Francia decide dejar de considerar obligatorio el cumplimiento de algunos Landmarks, como el XIX, que habla de la obligatoriedad de la creencia en Dios y, por lo tanto, la consagración de los trabajos A L∴ G∴ D∴ G∴ A∴ D∴ U∴, así como el XX, la inmortalidad del alma; la libertad para poner, o no, la Biblia sobre el Ara (Landmark XXI). Lo cual conduce, de manera inevitable, a desechar el XXV: “Ninguno de estos Landmarks podrá ser cambiado nunca en lo más mínimo.” Con relación a lo anterior, es menester mencionar que lo que se ha venido a conocer como la corriente de la Masonería Adogmática y Liberal, tampoco considera válido el Landmark XVIII: “La necesidad de que todo candidato a iniciación sea varón, libre, mayor de edad, y sin mutilaciones que le impidan

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el cumplimiento de los deberes masónicos.” Lo cual, de un plumazo, rechaza a más del 50% de los seres humanos. He conocido a personas que carecen de uno o más miembros de su cuerpo y son infinitamente más valiosos que algunos Masones que me he encontrado. No menciono a las mujeres porque, sinceramente, no requieren de defensa y su valor ha sido más que demostrado día a día. Pero, aun así, existen hermanos, de logias de esta corriente masónica “adogmática y liberal,” que aceptan que se inicien mujeres, “pero en sus logias femeninas,” ¡jamás en las logias masculinas! Sigue funcionando el Club de Tobi: “No se admiten Niñas.” Son esas mismas logias “adogmáticas y liberales,” que pueden llegar a aceptar a profanos no creyentes para ser iniciados, pero, invariablemente, tendrá que jurar sobre la Biblia y consagrar sus trabajos A L∴ G∴ D∴ G∴ A∴ D∴ U∴, o no podrán participar en los trabajos de la Logia. Todo radica en que, en su mayor parte, la logia está compuesta por Masones iniciados y formados en los viejos cánones del R∴E∴A∴A∴ y han tenido que pasar por una etapa de cambio que, regularmente, no resulta fácil y, en muchos casos, les es desagradable. Después de años de explicar y enseñar y justificar esos principios inmutables de la Masonería, la mente les juega malas pasadas, creándoles confusiones y rechazo al cambio. No han sido pocos los HH∴ que se han alejado y caído en sueños por esta causa. ¿Qué podemos hacer en estos casos? Quisiéramos que nuestros QQ∴ HH∴ se mantuviesen firmes y activos en sus Logias; ¡quisiéramos conservar la hermandad y que los lazos fraternales nos unan siempre! ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Qué es lo que más divide y aleja de la Logia a los HH∴? Hay varios factores que me he encontrado, pondré algunos, sin que se considere que son los únicos, pero, desde mi punto de vista, los más relevantes: 1. La enseñanza/aprendizaje. Nos hemos aferrado a la idea de que la Masonería “no es una escuela” a la que llegamos a sentarnos a recibir clases. Si bien la Orden no funciona como el modelo escolar, SÍ somos una escuela a la que se llega a aprender una forma de vida. No hay un maestro al frente del grupo, dictando una cátedra, pero los HH∴, en particular los MM∴ MM∴, tienen el deber inherente a su Gr∴, deben estar pendientes para aclarar las dudas y elaborar sobre las preguntas que surja, principalmente entre los CComp∴ y AAp∴, a fin de compartir la Luz que han recibido. Se ha vuelto una costumbre nociva en la Orden que,

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una vez que se recibe el Tercer Grado, nos sentamos tranquilamente en nuestra Col∴ y nos concretamos a disfrutar del espectáculo. Los Maestros están obligados, más que nunca, a presentar frecuentemente sus TTraz∴ en Prim∴ y Seg∴ CCám∴ No permitamos que las dudas y los conceptos, que se alejan de las enseñanzas Masónicas, persistan en nuestras CCol∴ Dentro de este mismo tema, tenemos que tratar el punto del Aum∴ de Sal∴ y la Exalt∴ al Sub∴ Gr∴ de M∴ M∴ Esto debe hacerse con base a los méritos logrados mediante su trabajo y estudio. Si bien la antigüedad es un factor, muy importante en algunas Obediencias, no es lo esencial para juzgar el merecimiento. La presentación de trabajos, revisando su meticulosidad para elaborarlos, la manera de exponer el tema, la investigación realizada y su comprensión del tema, nos dan un buen parámetro para juzgar su avance en el conocimiento dentro de la Orden. Su participación en las actividades de la Logia, sus comentarios expresados sobre los asuntos Masónicos, reflejan su estudio y compromiso de y con la Masonería. Esto es más exacto que el aplicar un examen. Los Maestros estamos comprometidos para estudiar y estar preparados para ir formando a los que, en un futuro cercano, habrán de ocupar los cargos en Logia. 2. La Tolerancia. La definición de tolerar de la R.A.E.: 1. tr. Llevar con paciencia. 2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente. 3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento o una medicina. 4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. Sobre todo me gustan los conceptos 1 y 4. Es necesario ser paciente con los Masones neófitos, en tanto se adaptan a la manera de llevar los asuntos de la Orden, sin caer en la apatía y dejarlos al garete. Esto es, principalmente, cuando pretenden abordar temas que, nosotros, sabemos que corresponden a un grado diferente del que poseen; lejos de hacerles ver que ese tema “lo verán cuando lleguen al grado correspondiente,” debemos hacer el esfuerzo de explicarlo dentro de los límites de la Luz que ha recibido y simplemente acotar que “conforme siga estudiando, podrá descubrir otros aspectos del mismo tema.” Ello podrá satisfacer su inquietud, aclarará su duda y le dará más impulso para seguir adelante. Siempre habremos de encontrar HH∴ con “ideas, creencias o prácticas… diferentes o contrarias” a las nuestras en aspectos de

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preferencias religiosas, políticas o sexuales, entre otras. Recordemos lo que se dijo antes, al hablar de libertad de conciencia, y apliquemos la tolerancia como la define la R.A.E. en ese punto 4. La tolerancia aplica también para los HH∴ que no son parte de nuestra Logia u Obediencia, porque, finalmente, también son nuestros Hermanos. Esto nos lleva al tema de 3. La Regularidad. Al tratar el espinoso tema de la regularidad, siempre me hago la pregunta ¿Qué me da la calidad de Masón? –El que mis QQ∴ HH∴ me reconozcan como tal. Cuando se formó la Gran Logia de Londres y Westminster (luego Gran Logia Unida de Inglaterra), lo que le dio la regularidad fue el reconocimiento que se dieron entre sí todos los HH∴ allí reunidos. Luego todo el problema empezó cuando esa Gran Logia de autonombró la Gran Logia Madre de todas las logias del mundo, y decretó que, a partir de ese momento, únicamente serían regulares las logias a quienes la GLUI les otorgara su reconocimiento. El GOdF, después de haber sido desconocido por la GLUI, formó su propia corriente Liberal y Adogmática como una alternativa a la Masonería confesional y dogmática representada por la GLUI. Pero cayó en los mismos vicios, ya que solo considera “regulares” a quienes se apegan a sus lineamientos y buscan su aprobación. El mismo caso se presenta entre los cuerpos filosóficos (los “Altos Grados” de la Masonería). Aun cuando las “Grandes Constituciones” del R∴E∴A∴A∴ especifican que solo habrá un Supremo Consejo por cada país, solo en el nuestro existen varias docenas de ellos, y todos aseguran “ser los buenos” y tener “pedigree” de abolengo. Y, obviamente, se califican de espurios e irregulares unos a otros. Fuera de todas esas discusiones, podemos considerar que la “regularidad” la da el trabajar Masónicamente, apegados a las enseñanzas de la Orden, buscando cumplir fielmente con ese principio que dice que “la Masonería busca hacer mejores a los hombres buenos.” Lo demás son meros lineamientos políticos que buscan ese “poder” que les da el sentir que forman parte de un grupo, numeroso o no, como si se tratase de un ejército que les permitirá ganar su “guerra” contra los espurios que se niegan a estar bajo su obediencia. ¿De qué les sirve presumir de un rancio abolengo? Si la Carta Patente, que ahora se ostenta como título nobiliario, sin el trabajo Masónico auténtico, se vuelve un simple papel, más o menos adornado, que les fue expedido bajo la condición de comprometerse a obedecer fielmente unos principios, conformando su pensamiento a esos dictados que ahora ocupan el lugar

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de los dogmas religiosos. Caso contrario, se les “excomulga” masónicamente y se les retira la Carta Patente. ¡Esto se ha vuelto una auténtica iglesia! Para volver a la real Fraternidad Masónica solo tenemos que 4. Aceptar que mis HH∴ tienen libertad de conciencia que les permite escoger y actuar de acuerdo a las ideas que más se acomoden a sus expectativas en la vida. Y, en ese tenor, han optado por una determinada corriente Masónica. Aceptar que no soy más o mejor Masón que ellos, por el hecho de estar en un determinado grupo de Masones que se ostentan como “regulares” y califican a los demás como espurios. Aceptar que TODOS SOMOS MASONES; aceptar que somos Hermanos, quizá de diferentes padres, pero de una misma madre: la Masonería. La tolerancia que nos permite aceptar la Libertad de Pensamiento, la facultad de poder elegir y ejercer una determinada ideología; cuando se alberga la idea de que tenemos la verdad última, que nuestra corriente Masónica es la auténtica, la regular, la legítima, “la buena,” y que todas las demás “están en el error,” son espurias, ilegítimas, irregulares. Caemos en un fanatismo cuasi-religioso y terminamos predicando un nuevo “evangelio” masónico. Ese tipo de entes devienen autoritarias, se convierten en los modernos Torquemada, predicando el único evangelio verdadero, el único por medio del cual se salvará el género humano. Sonaría de risa loca, si no fuera algo tan real, tan irracional y que causa tanto daño a la Orden. Mi sueño es estar en una Logia donde reine la armonía, donde la fraternidad sea la brújula que guíe los trabajos, donde el trabajo esté encaminado a lograr el mejoramiento de cada uno, el desarrollo personal, familiar y social; donde se respete la libertad de conciencia, de expresión; donde mi libertad no interfiere con la de los demás. Una Logia donde la tolerancia nos lleve a compartir las ideas y, como resultado, todos salgamos enriquecidos con la Luz que hayamos recibido de nuestros HH∴ Desbastemos nuestra Piedra hasta lograr construir un gran templo a la Virtud, donde reine la Fraternidad y la Armonía, ¡QUE ASÍ SEA!

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