La Lepra

Tsará La lepra Leyes sobre la lepra Lev 13:1 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Lev 13:2 Cuando un hombre

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Tsará

La lepra

Leyes sobre la lepra

Lev 13:1 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Lev 13:2 Cuando un hombre tenga en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca lustrosa, y se convierta en infección de lepra en la piel de su cuerpo, será traído al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes. Lev 13:3 Y el sacerdote mirará la infección en la piel del cuerpo; y si el pelo en la infección se ha vuelto blanco, y la infección parece más profunda que la piel de su cuerpo, es una infección de lepra; cuando el sacerdote lo haya examinado lo declarará inmundo.

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La lepra es una enfermedad infecciosa bacteriana conocida desde hace mucho tiempo. Destruye la piel y las mucosas y ataca además a las células nerviosas. Si se diagnostica demasiado tarde puede producir daños irreparables. Sin embargo, con un diagnóstico y un tratamiento a tiempo su curación es posible. A nivel mundial aparecen cada año unos 250.000 nuevos casos de lepra, principalmente en el Sudeste Asiático. En España la lepra ya no es una enfermedad importante; solo se dan algunos casos aislados importados. Por razones desconocidas, la lepra prácticamente desapareció en Europa en el siglo XVI.

La causa de la lepra es la infección con un agente patógeno concreto, la bacteria Mycobacterium leprae, que puede vivir en el interior de las células del cuerpo humano. No obstante, todavía no se sabe el proceso completo de cómo surge exactamente la lepra: hay personas que portan el agente patógeno de la lepra sin que lleguen a desarrollar la enfermedad Así, desde hace ya miles de años hay informes de China e India en los que se describe tanto la enfermedad como las normas para tratar a los leprosos. También en la Biblia hay alusiones sobre la lepra, pero los síntomas descritos en la Biblia no coinciden exactamente con los síntomas reales y pueden referirse también a un grupo general de enfermedades cutáneas.

La primera prueba de lepra en el Mediterráneo se halló en esqueletos egipcios del segundo siglo antes de Cristo. Probablemente los soldados de Alejandro Magno trajeron la lepra a la zona del Mediterráneo cuando volvieron de la India entre 327 y 326 a.C. La enfermedad se extendió muy lentamente por todo Occidente, y alcanzó entre el siglo XII y XIII dimensiones epidémicas para ir retrocediendo poco a poco. En Noruega, la lepra alcanzó su pico máximo en el siglo XIX, donde también se descubrió en 1873 el germen patógeno en el tejido cutáneo de personas enfermas.

El concepto de leproso forma parte del patrimonio de la pobreza y describe el habitual tratamiento social de los afectados: la sociedad aislaba a las personas que padecían lepra. Así, la Iglesia estableció en la Edad Media estrictas reglas de conducta para el tratamiento de los enfermos de lepra: recibían una vestimenta especial con capucha, guantes y un “palmoteador” de madera para llamar la atención sobre sí mismos, porque les estaba también prohibido hablar con las personas sanas. A menudo llevaban consigo un bastón para poder tocar y coger los objetos que querían.

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Los síntomas más comunes e intensos se muestran en la cara; a veces también afecta a los ojos, las extremidades y la piel. Los primeros síntomas de la lepra también se manifiestan a menudo como una sensación de entumecimiento en los dedos y pies y en una inflamación de los nervios periféricos Otros síntomas tempranos son manchas en la piel, que en caso de piel clara son rojas y en caso de piel oscura presentan un color claro. Con el avance de la enfermedad, los miembros se deforman , las. mucosas de boca y nariz se destruyen, se pierde el vello corporal y los dientes, y los rasgos faciales se transforma a causa de las úlceras en la piel y de la hinchazón de la nariz y la boca. El desagradable aspecto físico que confiere la enfermedad cuando no es tratada adecuadamente, ha influido en la estigmatización y el rechazo social de las personas afectadas,,

Abuso de Autoridad Núm 12:1 Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado (pues se había casado con una mujer cusita); Núm 12:2 y dijeron: ¿Es cierto que el SEÑOR ha hablado sólo mediante Moisés? ¿No ha hablado también mediante nosotros? Y el SEÑOR lo oyó.

El Orgullo 2Re 5:11 Pero Naamán se enojó, y se iba diciendo: He aquí, yo pensé: "Seguramente él vendrá a mí, y se detendrá e invocará el nombre del SEÑOR su Dios, moverá su mano sobre la parte enferma y curará la lepra."

La codicia 2Re 5:26 Entonces él le dijo: ¿No iba contigo mi corazón, cuando el hombre se volvió de su carro para encontrarte? ¿Acaso es tiempo de aceptar dinero y de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? 2Re 5:27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre. Y él salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.

La Ira 2Cr 26:19 Pero Uzías, con un incensario en su mano para quemar incienso, se llenó de ira; y mientras estaba airado contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa del SEÑOR, junto al altar del incienso.

Toda Israel estaba leprosa Luc 17:11 Y aconteció que mientras iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea, Luc 17:12 y al entrar en cierta aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, Luc 17:13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros! Luc 17:14 Cuando El los vio, les dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios.

Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio.