La Imagen de Mi Vida

La imagen de mi vida 1 La imagen de mi vida Caminaba deprisa para no llegar tarde a la cita con su prima, habían qued

Views 149 Downloads 8 File size 144KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

La imagen de mi vida

1

La imagen de mi vida

Caminaba deprisa para no llegar tarde a la cita con su prima, habían quedado para ver una cosa por los preparativos de su boda, y como siempre, ya llegaba con retraso La relación con su prima, era algo que todo el mundo conocía, las dos eran hijas únicas, y por lo tanto, habían crecido unidas desde niñas. Había pasado por sus peores y mejores momentos la una junto a la otra, y como era normal, la devoción que sentían mutuamente era aumentada con el paso de los años Desde su posición podía ver la cafetería, una heladería de Häagen Dazs en la que siempre quedaban por lo tranquila de esta Pasó veloz en cruce de peatones y agarrando su bolso al hombro llegaba hasta la puerta con la lengua fuera recibiendo la mirada de recriminación de su prima E: Lo siento... (se sentaba nada mas llegar) Ana: Siempre igual Esther... E: Perdona... (intentaba recuperar el asiento) Ana: Bueno, os presento, Esther ella es Maca, la amiga de la que te hable, ella... (dirigiéndose a Maca)... es la impuntual de mi prima Esther, de la que tanto te he hablado E: Jajaja hola... (Esther se levantaba para darle dos besos) M: Encantada E: Una cosa Ana... (llamaba al camarero antes de seguir hablando)... me ha llamado David que no le coges el teléfono y que mañana noche ha quedado con Alfonso para cenar Ana: ¿Cuál de los dos Alfonsos? E: El de tu gran amiga Ana: Joder... este futuro marido mío es idiota E: Jajajaj pobre... con lo que te quiere... (la camarera llegaba hasta la mesa) Camarera: ¿Qué le sirvo? E: Mmmm a ver... (agarraba la carta de la mesa) Ana: Empieza el espectáculo... (Ana se cruzaba de brazos mirándola) E: Ana por favor... ¿Qué va a pensar Maca? Ana: No tranquila... si tu prima ya me ha puesto al día... (Esther miró a su prima entrecerrando los ojos y volvió a mirar la carta) E: mmmm un banoffee Camarera: Ahora mismo se lo traigo M: ¿Y eso que es?... (Maca le cogía la carta de las manos)... esto tiene que estar de muerte E: Sí... ahora si quieres lo pruebas Estaban pasando un momento de lo más agradable. Esther llevaba unas semanas algo distraída y ausente, pues un par de meses atrás lo había dejado con su pareja, y tenía uno de esos baches en los que se preguntaba si había hecho lo posible para salvar su relación

La imagen de mi vida

2

M: ¿Bueno... y donde me vas a llevar Anita? Ana: Eso Esther... ¿Dónde la llevamos? E: ¿Llevamos?... perdona guapa... a mi no me has dicho que tuviera que hacer de guía Ana: Primero... sabes que yo conducir por el centro como que no... y segundo, nada a lo que yo te pida te puedes negar y lo sabes E: ¿Escuchas todo eso?... (le preguntaba a Maca)... pues no se le ocurre nada más... siempre el mismo discurso... como sea así para todo no veas lo aburrida Ana: ¡Oye! E: Bueno... ¿Qué quieres Maca?... museos, calles, monumentos... etc, etc, etc, todo aburrimiento, o, parques, bares, y mercados que aquí mi prima la vieja no conoce M: Pues... lo segundo sí E: Tú eres de las mías entonces Se recostó en su asiento terminado de beber su café sin dejar de mirarla. Una sonrisa de lo mas entupida había aparecido en sus labios al decir aquello último y sabía el porque Tras pagar con la consecuente pelea por quien lo hacia, saliéndose Esther con la suya, caminaban rumbo al parking donde esta tenía su coche E: Tú detrás que ya te conoces Madrid... y deja a la invitada delante Ana: Hija... E: Ni hija ni nada... (Esther llegaba hasta la puerta del copiloto y la abría)... señorita... (hacia una reverencia invitándola a entrar) M: Gracias Con una sonrisa fue hasta su asiento para poner rumbo hasta esos lugares a los que solo ella se le ocurría enseñar a una persona de fuera Pasaron por cuatro bares, los cuatro de barrios antiguos, en los que Esther parecía conocer a todo el mundo. Maca reía de lo lindo viendo a las dos primas en una encrucijada por la decisión de otro bar mas a la vuelta de la esquina. Tras más de un par de horas, llegó el momento parque. Esther fue mostrando los que para ella eran los más bonitos de la ciudad, no siendo conocidos más que por los habitantes que residían alrededor E: Bueno... y ahora el mejor puesto de mercao’... (dijo con chulería)... de to madri M: Uno hippie seguro E: No del todo... ¿vamos? Recorrían las calles del aquel mercado viendo lo que cada puesto ofrecía, Ana se dedicó a comprar cosas útiles a su futuro marido, sin poder evitar recibir más de una broma de su prima que le media el tamaño del calcetín en las manos, y no por la talla de pie precisamente Maca la miraba atónita por la frescura que emanaba, era algo más joven que ella, eso era indiscutible, pero dejando aquella manera de ser, se la veía una persona de lo más madura a la vez Llegaron a un puesto de bisutería mayormente echa de nácar, Esther se detuvo para mirar los colgantes, y sintió a Maca aparecer a su lado. Esta miraba uno con la forma de una hoja, y al ver la expresión de su cara se dejo llevar

La imagen de mi vida

3

M: ¿Qué precio tiene? Vendedora: Veinte E: Démelo M: Esther... E: Déjame a mí... M: Esther no... que es carísimo E: Que me dejes a mi te digo... (cogía la bolsita con el collar y le pagaba a la tendera)... gracias E: Bien... ahora hay que hacer dos cosas... (buscaba con la mirada)... ¿y Ana? M: Mas adelante... E: Ahora la buscamos... (abría la bolsa y lo sacaba)... primero... quitarle el cordón... yo no me fío... (puso una mueca graciosa)... así que... esto a la basura... (Maca la miraba sonriendo)... y ahora... tenemos que ir... allí... (señalaba otro puesto)... ven La agarraba de la mano y tiraba de ella dirección hacia aquel lugar. Nada más llegar, la muchacha tras el mostrador salió a saludarla, Maca permanecía a un lado escuchando como Esther le contaba lo que habían comprado y lo que buscaba Muchacha: Tengo algo perfecto E: Sé que eres la mejor Muchacha: Anda... anda... a ver... (buscaba entre sus cajones)... aquí está... E: Dios... ¿todavía quedan de estos?... Muchacha: Algunos... ya no suelen hacerlo, la gente no sabe tratar algo así E: Maca ven... (le indicaba que se acercarse)... mira... ¿sabes lo que es esto? M: No E: Es una cuerda hecha con hilo de pergamino M: ¿De pergamino? E: Sí... ¿a qué es precioso? M: Sí E: ¿Qué te debo Candy? Candy: Regalo de la casa... (le guiño un ojo a Esther y se volvió a meter tras el mostrador) E: Gracias Sacó de nuevo el colgante de la bolsita y con cuidado metía la pequeña abertura por el hilo. Le hizo un pequeño nudo a cada lado del colgante para evitar que este desgastara la cuerda E: Ven... que te lo pongo Se coloco tras ella y retirando su melena a un lado calculando la soltura de este en su cuello se lo ato. Se giró para mirarla, y asintiendo con una sonrisa dio por finalizado su trabajo Ana: ¡Joder!... ¿no podéis estar quietas en un sitio? E: Eso eres tú Ana... que no te aclaras con los calcetines... (miró a Maca completamente seria y estallaban las dos en una carcajada) Ana: Veo que os compinchais... La tarde llegaba a su fin, Maca se divertía como hacía tiempo que no conseguía, Ana miraba a su prima con todo aquel cariño que sentía por verla ilusionada de nuevo, conocía

La imagen de mi vida

4

aquella racha de bajones que tenía, y cuando habló por teléfono con ella, dedujo que se encontraba en otro Quedaron para cenar, primero por que a Ana no le apetecía cocinar, y segundo por que Esther quería llevarlas donde Emilio, el novio de su mejor amiga. Tras dejarlas en el portal de Ana, Esther siguió el camino hasta su casa, habiendo quedado en un par de horas con ellas Ana: ¿Lo hemos pasado bien no?... (metía la llave en el portal) M: Sí Ana: A mi prima le gustas... (entró sosteniendo la puerta dejando a Maca algo sorprendida aun fuera) Tardó unos segundos en reaccionar y entró despacio directa hasta el ascensor. Ana jugaba con sus llaves esperando a que este bajase y no decían nada más M: Y a mí tu prima... Lo dijo nada más llegar el ascensor entrando rápida por los nervios de haber dicho aquello. Se apoyó en la pared esperando a que Ana entrara y tras unos segundo, esta montaba presionando su planta Entraban en el piso sin decir una palabra y ambas fueron directas al sofá. Encendió la TV y fue el sonido perfecto para ese silencio tan incomodo que había crecido minutos antes M: Es muy joven... Ana: Y estás con Azucena... Hablaban mecánicamente, si tan siquiera mirarse, Maca tocaba aquella hoja de nácar pensando en esas escasas cuatro frases, pero que tanto lío estaban formando en su cabeza No sabía la edad exacta de Esther, pero se veía perfectamente que rondaba los veinticinco, y ella ya pasaba los treinta, tenía una vida de lo más formada, y solo tener eso en su mente, ya comenzaba a ser un quebradero de cabeza. Miró a Ana y esta la imitaba un segundo para volver su vista a la TV Ana: Es más madura de lo que parece... M: Ayer antes de venir rompí con ella... Estaba claro que intentaba buscar algo que aclarase aquella situación. Maca se levantó y fue hasta la habitación en la que Ana la había acomodado. Se sentó en los pies de la cama y pensó Ángela, en como le gustaría tenerla a su lado, para que como siempre, viera todo de manera más fácil. Ana entraba con ella sentándose a su lado Ana: No tiene por que ser tan difícil M: ¿Qué edad tiene? Ana: Cumplirá veintiséis en abril M: Es difícil Ana Ana: No necesariamente... como ya te he dicho... Esther es tan madura como tú y como yo... pero tiene un carácter infantil a veces... ya la has visto esta tarde

La imagen de mi vida

5

M: Ya Ana: ¿Por qué no me has dicho que rompiste con Azucena? M: No sé... no quería que mi viaje se pusiera dramático... (esbozo una pequeña sonrisa) Ana: ¿De verdad te gusta? M: Mucho... (comenzó a morderse el interior de la comisura de los labios por miedo a lo que su amiga pudiese decir) Ana: Inténtalo M: Mi vida es muy complicada para algo así... además... Ana: Maca... piensa un poco en ti... y si es por Ángela... estoy segura de que lo comprenderá... es más... seguro que Esther se la mete en el bolsillo nada mas verla M: Sí... eso seguro Ana: Vamos a ver que nos ponemos para cenar... y ya se verá ¿Vale? M: Sí... será mejor Le había dado un toque a Ana desde su móvil, para que supiera que las esperaba abajo. Apoyada sobre el capó miraba a la gente pasar, se notaba que era viernes, pues más de un grupo paseaba por las calles dirigiéndose a algún lugar para pasar el rato. Miró su reloj y apretó el claxon de su coche para intentar meterles prisa Minutos más tarde escuchó el ruido de la puerta cerrarse y se giró para ver si se trataba de ellas. Nada más poner los ojos en ella no pudo evitar sonreír, ni tan siquiera se preguntaba que le ocurría con aquella mujer, pero le encantaba mirarla y no quería evitarlo E: Vaya... ¿vais a alguna fiesta sin contar conmigo? Ana: No seas zalamera anda... E: Perdona prima... olvidaba que como te vas a casar no permites las adulaciones ni de tu propia prima Ana: ¿Dónde nos llevarás a cenar? E: A los ventanales Ana: Me encanta... E: Lo sé... ¿vamos?... (volvió a ir hasta la puerta del copiloto y tras abrirla volvía a dirigir su mirada hacia ella)... estás preciosa M: Gracias Sin decir nada más, pues el color que sus mejillas estaba tomando le hacia saber que la había puesto nerviosa, se dedicó a conducir para llegar lo antes posible hasta el restaurante Mientas Esther saludaba hasta la última cocinera, después de haber pasado por cada uno de los camareros y camareras, Ana y Maca permanecían en la entrada sonriendo por todo aquel número. Cuando Esther regresó las guió hasta la mesa en la que cenarían y una vez sentadas pidieron la cena a un Emilio más que payaso con ellas Emilio: ¿Ya cariño? E: Sí... por cierto... una de esas sangrías que solo haces tú no estaría mal Emilio: Ahora mismo M: ¿Qué sangría es esa? E: Mmm una que lleva de todo además del vino y la casera jajajaja La cena transcurría como si toda aquella tensión de un principio se hubiera quedado fuera. Esther ayudándose de su don de gentes, no para de contar anécdotas y chistes acompañada

La imagen de mi vida

6

en más de una ocasión por el camarero que pasase por allí en aquel momento. Estaba en plena carcajada cuando alguien que cruzó la puerta clavó sus ojos en ella haciéndola parar Ana: Que pasa Esther... (su prima le incitaba con la mirada que se fijase en la puerta)... lo que faltaba M: ¿Quién es?... (hizo la pregunta algo despistada) E: Hola Laura... (antes de que nadie pudiera contestar aquella chica se plantaba frente a Esther) L: Hola Esther... cuanto tiempo Ana... (le tendió la mano) Ana: Hola L: ¿Qué hacéis? E: Creo que es obvio que cenar... (contestó una Esther bastante molesta por aquella sorpresa)... ¿y tú? L: Lo mismo E: Ah bueno... a ti no te falta quien quiera cenar contigo Ana: Esther... (Ana puso su mano sobre la de su prima para que se tranquilizara) L: Será... será mejor que me vaya E: Sí... será lo mejor... (la observó marcharse hasta que dobló la esquina del restaurante) Ana: ¿Estas bien? E: Voy al servicio Sentada sobre el wc intentaba calmar aquel dichoso llanto que tanto odiaba. Con rabia se pasaba el trozo de papel queriendo arrancar cada lágrima e impidiendo que las demás se adueñasen de su cara M: ¿Quién era? Ana: Su ex novia... (su móvil comenzaba a sonar)... dime cariño... no, cenando con Esther y con Maca... ¿ahora?... ¿pero que pa...?... ¡no!... joder mira que les dije que allí no... voy enseguida... sí... (colgaba y miraba a Maca)... me tengo que marchar M: ¿Ahora?... no Ana... Ana: Lo siento... discúlpame con Esther vale... dile que... dile que David me ha llamado que hay un problema con el restaurante... ¿vale?... gracias La vio salir de allí sin que pudiera decir que sí o que no, un camarero comenzó a servir el postre y con su cuchara, rompía aquel trozo de tarta de chocolate con galleta que ella había pedido. Se la metía en la boca saboreando el chocolate cuando Esther hizo su aparición E: ¿Y Ana? M: David le ha llamado... que no sé que problema tienen con el restaurante y se ha ido corriendo E: Pues que bien... (se quedó mirando su plato sin saber muy bien de que hablar)... la de antes era mi ex M: No hace falta que me lo cuentes si no quieres... E: Hace dos meses que no la veía... (continuo hablando)... es gracioso como puedes llegar a tener tu vida formada... y en dos semanas se vaya todo a la mierda M: Sí E: Le pedí que se casara conmigo... y... me dijo que sí... (sonrió al recordarlo)... me hizo la persona más feliz del mundo... (volvió a cambiar su gesto)... pero una semana más tarde comenzó a cambiar... casi no me hablaba... y no me dejaba ni tocarla... M: Esther de verdad que no...

La imagen de mi vida

7

E: Un día me dijo que no quería casarse conmigo... la tonta de mí pensando que se había agobiado y le dije que no nos casábamos que no pasaba nada... pero me dijo que no... que tampoco quería seguir conmigo... alzó mi mundo a lo más alto con una palabra... y dos semanas más tarde lo pisoteo con otra M: Lo siento... (se quedó mirándola con tristeza después de haber escuchado aquello) E: Vaya mierda de cena eh... con lo que yo quería que te divirtieras... M: Todavía queda noche... (ladeo un poco la cabeza intentando que sonriera) Habían ido hacia la zona universitaria, los bares y bajos mugrosos era lo mejor de allí si querías beber y pasártelo como debía ser. Entraron a más de uno donde el humo de algo que no era tabaco, hacían que las risas se hicieran más escandalosas de lo que ellas querían Entraron a un pub en el que Esther pensó, Maca se encontraría más a gusto, tras pedir sus copas, la dejó un segundo en la barra disculpándose par ir al baño. Cuando volvía se quedó mirándola, un tío estaba al lado suyo dándole coba, y la cara de Maca era un poema, la observaba buscarla entre el bullicio, así que se detuvo a unos metros de ella y justo cuando una de las luces le daba en pleno rostro Maca la vio. Abrió los ojos completamente mientras señalaba su lado, donde este intruso permanecía sin dejarla Esther le hizo una seña preguntando si le estaba molestando y esta asintiendo como alguien a punto de morir, la hizo reír mientras se acercaba a ellos, se colocó a su otro lado libre M: Haz que se vaya por favor E: ¿Qué se vaya para no volver o que se vaya para que cuando me dé la vuelta lo intente de nuevo?... (preguntaba cerca de su oído) M: Para que no vuelva por dios E: Vale Quedándose frente a ella, colocaba cada mano a un lado de su cintura, miró un segundo al hombre, y se dirigió lentamente hasta el cuello de Maca. Esta cerró los ojos en el mismo instante en que sintió sus labios recrearse en su piel. Lo iba recorriendo verticalmente hasta unos segundos después para acabar saliendo de allí con una sonrisa en los labios. De nuevo frente a ella la contemplaba con la copa en la mano y los ojos cerrados E: Parece que se ha ido M: Jum... E: ¿Nos vamos a otro sitio? M: Sí... (abrió los ojos algo aturdida)... sí Tras ella, y con las manos nuevamente en su cintura, salían de aquel lugar donde el número de personas comenzaba a ser agobiante. Nada más salir, la cogió de la mano, y andaban con paso decidió hasta dos calles más abajo donde un grupo de chicas reía en la puerta de otro local Chica: ¡Hola Esther! E: Hola chicas... (saludaba con la mano y entraba lo más rápido que la gente le permitía) M: ¿Vienes mucho? E: Antes más...

La imagen de mi vida

8

Llegaron hasta el fondo, donde un sofá junto al cristal de la mesa de mezclas, daba refugio a los habituales de las noches en aquel bar. Tras ser saludada por todas las que aun consideraba amigas, presentó a Maca como una amiga. Alguna la miraba queriendo preguntar algo a lo que no se atrevía, y esta queriendo que no la incomodaran, dejó sus pertenencias allí para ir hasta la barra de nuevo E: ¿Qué quieres? M: Yo no puedo beber más... pero sed si tengo E: ¿Quieres un refresco? M: Sí... Maca la miraba apoyada en la barra, hablando con la camarera, y aquella sonrisa que siempre tenía para todo el mundo de nuevo la dejaba embobada. La veía hablar y sin ningún pudor seguía mirándola desde su lugar sin querer evitarlo. Las copas llegaban y Esther le decía la suya a la vez que ella daba su primer trago M: ¿Cuándo me vas a besar? Esther que seguía bebiendo de su vaso se quedó helada sin llegar a mirarla. Se retiró el vaso de los labios despacio, y tras poder tragar el líquido en su boca se giró para mirarla. Esta seguía con la misma expresión esperando una respuesta E: ¿Quieres que lo haga? M: ¿Tú no? [Dejate llevar (Its alright) (Ricky Martin).mp3] Esther agarró su mano y se dirigió hasta el centro de la pista con ella. Y justo aquella canción se acaba dando paso a una más movidita. Miró hacia el elevado donde la Dj ponía la música y esta le guiño un ojo sonriendo Con su mano izquierda cogió la contraria de Maca haciéndola girar sobre si misma mientras la alejaba, tirando de su mano después pegándola a ella haciendo que riera en una carcajada por aquel tirón Se acercó a sus labios sin llegar a rozarlos y respirando casi de su misma piel agarró sus manos colocándola a su espalda para reclinarla unos centímetros recorriendo con su aliento aquel escote sin llegar a tocarlo. Cuando la devolvía a su estado anterior observó como cada vez veía en aquellos ojos, la pasión crecer en ella. Le ofreció una sonrisa juguetona y con su mano la hizo volver a girar Agarró de nuevo sus manos enredándolas en el aire para colocarse tras ella abrazándola con sus brazos cruzados. Coló una de sus rodillas entre sus piernas y bajaban sus cuerpos al ritmo de la música E: Déjate llevar... Maca sintió aquel aliento en su piel y cerró los ojos. Esther coló más su pierna y la hacía cada vez bajar más. De nuevo subían haciendo la misma operación, pero esta vez, Esther

La imagen de mi vida

9

había colocado las manos en su cintura, y una vez de pie la giró sobre sus pasos quedando frente a ella de nuevo Tragó saliva y colocando las manos en su espalda comenzó a bajarlas en una caricia hasta casi llegar a su trasero. Maca no podía aguantar más y se iba acercando a sus labios cuando casi lograba hacerlo alguien se paraba frente a ellas y se quedaba mirando la escena M: La chica del restaurante acaba de entrar E: ¿Y?... (preguntaba una Esther ansiosa) M: No quiere que tengas problemas por mi culpa E: El problema lo tendré si no me besas Maca sonrió sin poderlo evitar y terminó aquel recorrido llegando a sus labios. Tras varios besos en los que sus bocas se presentaban, giraron sus rostros completamente a la vez que se abrían paso entre ellas. Se habían parado aunque la música seguía su camino. Unos vítores y silbidos provenientes del sofá hicieron a Esther reír deteniendo ese beso, pero Maca ansiosa los buscó de nuevo continuando aquel beso tan deseado aquella noche Riendo y con Maca abrazándola por detrás salían de aquel lugar después de haber recibido aplausos mientras intentaban salir. Llegaron hasta una calle donde no sabían dónde girar y Esther pregunto E: ¿Dónde quieres ir? M: A tu casa Le besaba el cuello mientras con aquella respuesta dejaba todo claro. Parándose en el camino para besarse, caminaba de camino al piso de Esther. Un camino que hubieran hecho en veinte minutos llevaba alargándose una hora. Ya en el portal, Esther se las veía y deseaba para meter la llave. Nada más cruzar la puerta iban despojándose de la ropa de camino hasta su habitación Ya a los pies de la cama, las dos permanecían desnudas, un camino hecho con su ropa, marcaba el camino hasta la puerta. Sin dejar de besarse Esther se iba recostando de espaldas en la cama mientras Maca la seguía a gatas por el colchón Quedando sobre ella volvían al ritmo frenético de un beso, que ahora en esas circunstancias no hacía otra cosa, que excitarlas más. La mano de Maca recorría la distancia de pecho hasta su abdomen sin cansancio. No termina de dejarla seguir ese camino y Esther algo frustrada la unió a la suya y fue marcando aquel camino lentamente E: Hazlo Maca La miró unos segundos a los ojos, los que estos permanecieron abiertos hasta que con sus dedos comenzó a investigar en aquella piel. La respiración de Esther era contenida mientras se mordía el labio inferior haciendo que Maca se lanzase a su pecho deseosa de probarla entera Mientras bajaba por su cuerpo no cesaba en los movimientos de su mano que marcaban el camino hacia donde ella pretendía ir

La imagen de mi vida

10

Con sus manos la hizo flexionar las piernas, y Esther imaginándose lo que segundo más tarde ocurriría mando su vista directamente a sus ojos, viendo como lentamente se iba acomodando entre sus piernas sin dejar de mirarla. Con un simple roce de su lengua para un primer saludo, la hizo encorvarse y cerrar sus puños en aquella sabana Mientras se adentraba en aquel lugar la escuchaba repetir su nombre y hacía que no quisiera salir de allí. La sentía suya y eso le gustaba De nuevo sobre ella volvía a besarla necesitando de ella después de ese tiempo sin sus labios. En un giro inesperado, Esther se colocó encima esta vez. Pero con su cintura fuera de esta, acariciando con su mano cada curva de su cuerpo, acariciando el interior de sus muslos haciéndola desear ir más allá Sin dejarse desear más, llevó su mano hasta su centro, sentía su humedad, deslizando sus dedos por ella, la estimulaba más de lo que aun estaba. Introdujo con felicidad sus dedos en ella, lanzándose a sus labios, ahogando aquella voz, sintiendo aquel grito en su cuerpo Se colocó nuevamente sobre ella y con su mano colocó cada una de sus piernas en su cintura, haciendo que sus sexos se unieran inevitablemente en suspiro mutuo Maca apretaba las mandíbulas conteniendo un oxigeno necesario para respirar, pero Esther comenzaba a moverse sobre ella y abriendo los ojos la veía disfrutar de aquel momento Colocó ambas manos sobre sus glúteos, haciendo unir más sus cuerpos. Aquel movimiento cada vez era más centrado, más doloroso, y Maca creía no poder aguantar mucho más, y menos cuando Esther hundía el rostro en su cuello, se abrazó a ella y notando aquel último empujón, dejó su aire salir formando su nombre. Haciendo que el mundo, en aquel segundo, fuese solo de ellas Esther recostada en su pecho acariciaba un círculo alrededor de su ombligo, adorando aquel silencio que ahogaba sus gritos de minutos antes sobre aquella misma cama Sentía la caricia de unos dedos en su pelo, y se dijo a si misma, que le encantaba estar así E: ¿Te cuento algo que lo mismo hace que te vayas en cuanto lo escuches? M: Me arriesgare E: Desde que te vi... empecé a enamorarme de ti... (se había incorporado terminando de decir aquella frase) M: Y yo supe que sería muy fácil hacerlo de ti E: ¿Sigues pensando lo mismo? M: Sé que es así... (ladeo su rostro dejando clara su respuesta) E: Me alegra oír eso... (se recostó otra vez sobre ella)... ¿Cuántos años tienes? M: Jajajaj ¿y eso? E: Hombre... me enamore de ti esta mañana... me he acostado contigo y creo que es normal saber cosas básicas... M: Sí... tienes toda la razón... E: ¿Y bien? M: Treinta y dos E: La edad perfecta M: ¿Perfecta para que?

La imagen de mi vida

11

E: Para vivir una historia de amor conmigo M: Jajajaj estás loca... (la observaba incorporarse de nuevo) E: ¿Tú crees? M: Jum... pero me encanta que seas así Se abrazaron nuevamente volviendo hasta un silencio que esta vez, era testigo de esas palabras, y que se retaba con el sonido de dos corazones a mantenerlas en el aire Había dormido un par de horas, pero Esther volvía a despertarse, se giró y vio a Maca tendida durmiendo de lado, con todo su cuerpo relajado al sueño. Se levantó sin hacer ruido, y fue hasta su estudio, cogió su cámara, y volvió a la habitación, se colocó justo enfrente y sin evitarlo sacó una foto que gracias a la poca luz que había, se distinguía a la perfección la que la luna dejaba sobre el rostro de aquella mujer en su cama M: ¿Qué haces? E: Inmortalizando lo más precioso que he visto en la vida M: ¿Siempre tienes que decir cosas así? E: ¿Te molesta? M: No E: Pues entonces no... (se sentaba a su lado) M: Quiero ver tus fotos E: ¿Qué fotos? M: Tu prima me lo ha contado todo de ti, así que no te hagas la loca E: Aahh... esas fotos... M: Sí... esas fotos... (dejaba la cabeza en sus piernas) E: Luego las vemos M: No... ahora E: Es muy tarde Maca... mañana te las enseño M: He dicho que ahora... (se levantó cubriendo su cuerpo con la sabana) E: Está bien De la mano la guiaba hasta su estudio, una pequeña habitación donde tenía el ordenador y todo lo necesario para revelar sus fotos. Encendió la luz, y algunas colgadas de haberlas dejado secar permanecían en aquel mismo lugar. Maca miraba cada cosa a su paso mientras Esther no soltaba su mano. La llevó hasta la mesa y sentándola en la silla encendía el ordenador, y se sentaba sobre sus piernas E: Vas a ver algo que poca gente ve que lo sepas M: Y yo que me alegro Se sonreían antes de que Esther comenzara a abrir la carpeta donde tenía aquellas fotos vistas por un número escaso de personas. Tras abrir la primera foto, colocaba la mano de Maca sobre el teclado para que ella decidiera cuando pasar a la siguiente Mientras Maca tenía la mirada fija en la pantalla, Esther la tenía en ella, percibiendo lo que sentía en su rostro M: Esto es genial Esther E: No es nada... simplemente un hobby M: Si trabajas para eso no es ningún hobby

La imagen de mi vida

12

E: Tener una tienda de fotografía no quiere decir nada M: Sigo pensando que te menosprecias E: Bueno... ¿las has visto ya? M: Sí E: Pues espera un segundo Volvía a la habitación y regresaba con la cámara, sacaba la tarjeta de memoria, y la insertaba en un pequeño adaptador junto al monitor. Este empezaba a reproducir una serie de carpetas abriendo finalmente un programa de fotografía. Buscaba entre las que había abierto, y encontrando la que le había hecho a Maca cliqueaba dos veces en ella haciendo que ocupara toda la pantalla E: Eso si es genial M: No seas tonta y quita eso E: Que sepas que aparte de colocarla en la habitación se va a quedar aquí Cerraba los programas y volvía hasta la carpeta de dicha tarjeta eligiendo aquella foto de papel tapiz del ordenador. Cerraba cada ventana y dejando el puntero a un lado, se dedicaba a mirar la foto M: ¿No pensaras dejarla ahí? E: Hasta que encuentre otra que me guste más sí... y eso va a ser muy difícil Sentada sobre ella le hacía preguntas de su vida con la excusa de que no podía estar sin saber las cosas más importantes de la mujer de su vida M: Deberías saber algo Esther E: Dime todo lo que quieras M: Lo mismo no... lo mismo te hace replantearte esto E: Lo dudo M: Tengo una hija Esther... (Esther seguía mirándola fijamente sin hacer ningún gesto)... ¿no dices nada? E: Tiene que ser maravilloso ser madre Maca se incorporó apoyándose en sus codos mirándola fijamente M: ¿No te frena eso? E: ¿Que tengas una hija que seguramente sea igual de preciosa que tu? En absoluto M: Eres genial ¿lo sabías? E: Algo pensaba sí. Oye... y... ¿lo tuviste con alguien o...? M: ¿Qué si tiene padre? E: Sí M: Sí... estuve casada E: jum... oye y... (se acercó a su cuello besándolo despacio)... ¿llevas traje alguna vez? M: Cuando trabajo sí... (cerraba los ojos sintiéndola) E: ¿Sabes que? M: Jum E: Eres el sueño erótico de cualquier mujer jajajaja M: ¡Serás!... (le daba un golpe en la espalda)

La imagen de mi vida

13

Habían cambiado la cama por el sofá, y Maca permanecía entre las piernas de Esther mientras hablaban sin conocer durante esa noche lo que era el sueño. Esther le contaba historias de su infancia mientras Maca se dedicaba a escucharla embelesada y sin dejar de reír Aquella mujer de veinticinco años estaba consiguiendo lo que nadie hasta ahora, solo la conocía un día, y se había apoderado de ella por completo, la escuchaba hablar y no concebía otra voz que no fuera la suya, sentía sus caricias y seguía con sus ojos aquel recorrido viéndolas como lo más hermoso que nunca había sentido Sentía esos besos por su espalda, y pensaba en lo que los echaría de menos. Su rostro cambio en aquel momento, pensando en la realidad que hasta ahora no había tomado partido en aquella noche, ella vivía en jerez, tenía a su hija, a su trabajo, a su familia en aquella ciudad, y Esther en Madrid. Su cuerpo sintió un frió que esta sintió, y envolviéndola en sus brazos intentaba llamar su atención E: ¿Qué te pasa? M: Esther... yo... me... me tendré que marchar Esther levantó su vista, y comprendió el por qué de aquel momento, sin contestar a eso, la rodeó también con sus piernas y comenzó a besar su cuello, no sabía que decir, pues cierto era que Maca tenía su vida lejos de allí, y que por mucho que ella quisiera retenerla tal y como la tenía ahora, eso no era posible, por lo menos en un futuro tan corto como el que tenía entre los brazos M: Tenía previsto volver pasado mañana... para traer a la niña E: Vale M: ¿Quieres venir? E: ¿Contigo? M: Sí E: Como tú quieras Como habían acordado ahora iban en aquel Ave, recordando aquellos tres días como si de una vida se tratase. Cuando llegaron de la mano a casa de Ana esta no pudo más que mondarse de risa por ver la cara de tortolitas que estas llevaban puestas, y aun se reían de aquello Esther había caído rendida, y apoyada en su hombro se dedicaba a contemplarla, era la valentía personificada, teniendo una base de tres días en aquella relación estaba dispuesta a enfrentarse a una vida que Maca ya tenía más que estabilizada, la cual ahora, volvía a construir unos cimiento comenzó a derrumbar los antiguos Tirando de una maleta llegaban hasta la parada de taxi y montando en uno de ellos, Maca indicaba la dirección de la casa de su madre donde la niña estaba pasando aquellos días Frente a una gran casa el taxi terminaba su recorrido. Esther bajaba a por la maleta mientras Maca pagaba al chofer y esperándola con toda la tranquilidad del mundo se quedaba a un lado E: Me encanta la casa

La imagen de mi vida

14

M: Antes teníamos una más grande, pero al morir mi padre la vendimos y mi madre se vino a esta E: Es preciosa Maca agarró su mano y con una sonrisa comenzaron a caminar hasta la puerta. Después de que le habrían la del exterior terminaban de recorrer un pequeño camino de adoquines marrones hasta la entrada de la casa. La puerta se abría repentinamente y una niña salía corriendo hacia ellas haciendo que Maca se soltase de su mano para esperar aquella carrera de su hija Ángela: ¡Mami! M: Hola cariño... (dejaba un reguero de besos por toda su cara)... ¿Cómo te has portado? Ángela: Bien... yo me porto bien mami M: Ahora se lo preguntare a la abuela... (la volvía a dejar en el suelo y miraba a Esther)... mira... ella es una amiga... se llama Esther Ángela: ¡Hola!... (Esther se agachaba quedando frente a ella) E: ¿Y tú como te llamas?... (le daba con el dedo en la barriga haciéndola reír) Ángela: Ángela E: Que nombre más chulo... me tienes que decir los años que tienes para una cosa muy importante Ángela: ¡Seis!... (daba un salto nerviosa) Maca miraba la escena sin dejar de sonreír, su hija parecía hablar con ella con toda la naturalidad del mundo, y mientras la miraba nerviosa, Esther buscaba algo en el bolsillo de su bolso sin ninguna prisa E: ¿Ves esta estrella?... pues es una estrella mágica de seis puntas... (de su mano colgaba una cadena de plata con una estrella) Ángela: ¿Mágica?... (miraba su madre y Esther de nuevo) E: Sí... y tienes que pedir un deseo por cada una de ellas... y lo más importante... (alzaba un dedo mirándola seria)... no puedes quitártelo hasta que todos los deseos se hayan cumplido Ángela: ¡Que guay! ¿Has oído mami? M: Sí cariño... (mirando aquello comenzaba a emocionarse) Ángela: ¿Me la pones Esther? E: Sí... pero primero tienes que pedir el primer deseo Ángela: Mmmm... (cerraba los ojos haciendo que ambas sonrieran)... ¡ya! E: Venga... date la vuelta que te lo pongo Ángela: ¡Voy a enseñárselo a la abuela!... (salía corriendo de nuevo) M: Gracias... (se acercaba a ella) E: Lo hago encantada M: Te quiero Sonrientes cruzaban la puerta y escuchaban las voces de Ángela que contaba emocionada todo lo que Esther le había dicho minutos antes en la puerta. Saltaba con aquella estrella en sus dedos mientras su abuela la miraba sorprendida de escucharla M: Hola mama Rosario: Hola hija... (se levantaba a darle dos besos) M: ¿Cómo se ha portado? Rosario: Mi nieta es un encanto

La imagen de mi vida

15

Ángela: ¡Ves!... (se recriminaba su hija desde el sofá) M: jajaja si perdona... mama... ella es Esther M: Esther... ella es rosario, mi madre E: Un placer señora Rosario: Hola M: Vamos a irnos a casa que llevamos mucho tute Rosario: Claro... M: Ángela... ve con Esther hasta la cochera y ayúdala a guardar la maleta Ángela: ¡Sí mami!... ¡vamos Esther! E: Voy... (la niña la arrastraba de la mano) Maca se quedaba embobada sin darse cuenta, la risa de Esther aun inundaba aquella casa aun habiendo salido ya de allí. Cuando se giró sin borrar aquella sonrisa los ojos de su madre se habían clavado en ella Rosario: ¿Es muy joven no? M: Te lo podrá parecer... pero es la persona más madura que conozco Rosario: Bueno... tú verás lo que haces M: Ha venido por que yo se lo he pedido... no para pedirte un consentimiento Rosario: No hace falta que te pongas así... nunca te he dicho nada respecto a esa faceta tuya, y más cuando dejaste a la otra hace cuatro días M: No es ninguna faceta... es mi vida mama, y nunca te gusto Azucena Rosario: Y la vives como quieres M: Gracias a dios... (su tono irónico no pasó desapercibido) Rosario: Vendrás a verme antes de marcharos M: Sí... nos vamos mañana por la noche, vendremos por la tarde Rosario: Vale... (se levantó y le dio un beso en la mejilla antes de dejarla sola en el salón) Esther se había sentado ya en el coche junto a la niña que le había pedido que fuera atrás con ella. Le enseñaba algunos juguetes que llevaba en él. Le ensañaba una pequeña video consola en la que tenía que cuidar a un perro haciendo este lo que ella ordenase E: ¿Y te hace caso? Ángela: Si lo cuido bien, sí E: Que guay... ¿y esta barrita de aquí? Ángela: Es el hambre que tiene... le di hace un rato así que ahora no tiene E: Vaya... es como tener uno de verdad Ángela: Sí... es súper chulo... me lo regalo Azucena por Navidad E: Es un regalo muy divertido sí Ángela: ¿Quieres a mi mami? E: ¿Cómo? Ángela: Cuando mama se fue, Azucena me dijo que mama ya no la quería... E: ¿Eso te dijo?... (pregunto sorprendida) Ángela: Sí... vino a verme al cole... ¿te quiere a ti? E: Eso... deberías hablarlo con mama Ángela: ¿Pero tú la quieres a ella? E: Sí... mucho Ángela: Me caes bien... (asentía sonriendo)... podemos jugar juntas si quieres E: Claro

La imagen de mi vida

16

Maca llegó y mirando como Esther permanecía detrás, se montó en su asiento y sin decir una palabra arrancó el coche poniendo rumbo a su casa. Esther la miraba por el retrovisor y la veía algo tensa, supuso que sería por lo que fuera que habló con su madre, así que no quiso agobiarla Mientras Ángela entraba como los torbellinos en casa, Maca iba con la maleta hasta su habitación seguida por una Esther que no sabía ni que decir. Cuando llegaron Maca se sentó en la cama dejando que todos esos nervios la abandonaran mientras ella desde la puerta la observaba en silencio Ángela: ¡Mami!... puedo salir a jugar con Nuria M: SÍ... pero no tardes que vamos a cenar Ángela: Vale Después de sonreír a la niña antes de que se marchara, se fue acercando lentamente hasta ella para sentarse en sus piernas, esta nada más sentirla se abrazó con necesidad. Sobraban las palabras y Esther lo sabía, se dedicaba a guardar un silencio que Maca necesitaba para tranquilizarse E: ¿Cómo estas? M: Tranquila E: ¿Ha sido por tu madre? M: Siempre ha sabido hacerme daño con pocas palabras E: Bueno... pero ahora ya no estás con ella... estás conmigo... y yo no te hago daño ¿no?... (esta sonreía mientras Esther buscaba su mirada)... ¿eso es un no? M: Siempre lo consigues eh E: ¿El que? M: Hacer que todo parezca más fácil E: No... eso lo haces tú... yo simplemente hago el payaso M: Tonta E: Guapa Aquella noche mientras acostaba a la niña, le dijo de la mejor forma que Esther iba a formar parte de sus vidas, Ángela que ya veía natural que una mujer ocupara ese lugar, por la relación que había tenido su madre con Azucena, lo vio como algo natural dejándole claro a su madre todo lo que le gustaba Esther Con una tranquilidad que solo a veces su hija conseguía hacer crecer en ella, volvía hasta su dormitorio donde Esther repasaba las fotos que le había hecho a la niña con su cámara E: Tienes una hija preciosa M: Le has caído bien... (se acostaba a su lado observando las fotos) E: Pero eso es normal cariño... (decía aguantando una risa) M: Anda... ¿y eso por que?... (se separaba de ella sorprendida) E: Conseguí que te enamoras de mí en un día... (se acercaba a ella lentamente)... con una niña es más fácil M: Jum E: Jum ¿Qué? M: Nada... (evitando sonreír se recostaba dándole la espalda) E: Ahora me dirás que no es verdad

La imagen de mi vida

17

M: Lo que tú digas... (apagaba la luz de su mesilla) Viendo por donde iban los tiros dejo la cámara a un lado apagando también su luz. Se acostó mirando al techo y sin dejar de sonreír dejó pasar los segundos E: No pienso darte mimos que lo sepas M: Ni yo he dicho que los quiera Le estaba costando, pero pensaba conseguirlo, de vez en cuando sentía como Maca se acomodada de nuevo haciéndola sonreír. Lentamente fue llevando su mano hasta aquel espacio de piel que no cubrían ni el pantalón ni la camiseta que Maca llevaba puesta, dejando una caricia con su dedo índice. Tras unos segundos volvía a llevar su mano hasta su postura anterior colocándose a esperar Cuando ya comenzaba a quedarse dormida sin ninguna reacción por parte de Maca, sintió como esta se giraba y se acomodaba en su pecho abrazándola M: Vale... has ganado E: Me estabas asustando que lo sepas jjajaja M: Ten claro que no eres irresistible ¡eh!... es que estoy sensible, simplemente E-: Lo que tú digas M: ¿Otra vez?... (se incorporaba mirándola) E: Una broma cariño... (la besó evitando reír)... una broma M: Bueno... te perdono... (se volvía a abrazar a ella) E: Buenas noches M: Buenas noches La boda había pasado, y aquellos dos últimos días juntas pasaron de lo más rápido. Maca había vuelto a Jerez con la niña, prometiéndole a Esther que sería ella quien se instalase en Madrid, pero que tenía que hacer las cosas bien, y tenía que ofrecer un tiempo en la empresa, y más ahora que no pasaban por su mejor momento Las llamadas telefónicas eran algo que llenaban las horas en sus respectivas vidas, los sms de madrugada echando de menos el cuerpo de la otra, y los regalos postales que surgían de cualquier momento sin necesidad de motivo Una mala racha en la empresa de Maca le hacía pasar casi las veinticuatro horas del día entre reuniones y conversaciones con su jefe. Hacía como dos días que no había podido hablar con Esther, y no encontraba el momento para hacerlo Esta algo decaída pero sin querer mostrarlo, se dedica a trabajar y a conseguir reportajes de bodas o comuniones que siempre le hacían perder todo el día Ana estaba al tanto de la situación de ánimo de su prima, e intentaba tenerla entretenida cuando el trabajo no lo conseguía Una noche mientras permanecía en el sofá viendo como los minutos se alejaban de aquella hora en que Maca le dijo por sms que la llamaría, cogió su móvil y marcó el número de su casa

La imagen de mi vida

18

Rosario: ¿Sí? E: ¿Maca? Rosario: No... soy su madre... ¿Quién es? E: Soy... soy Esther... ¿está ella en casa? Rosario: Pues... sí hija... sí está... pero ahora mismo no puede ponerse E: Vaya... Rosario: Mira Esther... sería mejor que te dijera algo... por lo visto mi hija nunca aprende E: ¿Decirme algo? Rosario: Sí... mira es que... verás... ha arreglado las cosas con azucena y... Esther miraba al frente no asimilando aquellas palabras que Rosario le decía, tragó saliva y entonces recordó la visita hacía unas semanas, de la manera en que Maca se había quedado tras hablar con su madre, y pensó en que quizás podría ser una artimaña E: ¿Le puede decir que soy yo? Rosario: No sé si... (la voz de Maca se escuchaba a lo lejos preguntando quien era) E: Rosario... la he escuchado... le puede decir por favor que soy yo Rosario: Espera... (escuchó como tapaba el micrófono del aparato y segundos después la voz de Maca) M: Dile que no estoy Sintió como su corazón se iba helando poco a poco, no sabía cuando, pero su pulso había desaparecido haciendo que aquel teléfono cayese al suelo. Sus ojos se movían nerviosos mirando un punto exacto, una foto de Maca sobre el mueble del salón, había permanecido mirándola justo cuando escuchó su voz con aquella frase que la hacía caer al más horrible de los infiernos Su cuerpo se movía sin pensar donde se dirigía, fue hasta su dormitorio y retirando la colcha se dejaba caer para cubrirse con ella. Tardó unos minutos en reaccionar, pero cuando lo hizo, su rostro se iba arrugando hasta que estalló en un llanto que la hizo encoger su cuerpo mientras se cubría con aquella manta intentando protegerse de algo que no veía, pero que sí dolía No sabía las horas que llevaba sin dejar de llorar, un dolor de cabeza le hacía tener que permanecer con los ojos cerrados, y aun así, este cesaba, había intentado pensar algún motivo que hiciese que aquel dolor desapareciese de su cuerpo, pero había sido su propia voz la que le había dejado claro todo aquello, y una vez más, un torrente de lagrimas caía, cansando aun más su cuerpo cuando ya casi no le quedaban fuerzas Había hablado con su prima, y esta veía una frialdad en sus palabras que nunca había escuchado y eso la asustó. Esther repetía hasta la saciedad que no pasaba nada, que las parejas romper continuamente, y que la relación que ellas habían tenido, quizás hubiera sido demasiado intensa para el poco tiempo que habían tenido Mientras entraba en su casa, intentaba coger fuerzas para lo que pensaba hacer, era absurdo esperar más tiempo, pues solo por pasar por aquella puerta, el corazón se le encogía, y aunque fuese duro, tenía que conseguir hacerlo. Abrió la puerta y docenas de fotos inundaban la estancia, colgadas en aquella cuerda, pegadas por la pared, sobre la mesa,

La imagen de mi vida

19

incluso aquella foto que había colocado de salvapantallas recorría el monitor en un vaivén torturante Fue hasta la mesa y una a una fue recogiéndolas haciendo un montón con ellas. Fotos de la niña en la boda, de Maca sobre el sofá mirándola con cara enfadada por su insistencia aquel día con la cámara, Maca sobre la cama con solo aquella sabana, Maca sentada en la mesa de la cocina cantándole a la sartén, Maca asomándose tras la puerta, Maca... siempre Maca Sus lágrimas hacía minutos que ya marcaban su rostro, pero con todo aquel dolor, nació la rabia, una por haber creído que era la mujer de su vida, la que tanto merecía todas esas ocurrencias que tenía con ella, todos esos detalles que tanto necesitaba darle, toda aquella vida que quería entregarle Llegó hasta la cuerda, una misma foto, pero varias copias con tonalidades distintas, con efectos distintos, la hacían recordar aquella misma noche. Retiró una tras otra de sus pinzas mientras las miraba lentamente sabiendo que nunca dejaría de quererla, que nunca podría olvidarla Subiéndose sobre una silla colocó aquella caja en lo más alto de aquel mueble, y yendo hacia su mesa, se sentó frente a su ordenador, mirando aquella foto de fondo, de nuevo aquella foto, y supo que no podría quitarla, que esa no era capaz Tragando saliva y limpiándose la humedad de sus ojos, apagó el monitor, para salir de aquella habitación, sabedora de que pasaría bastante tiempo hasta que pudiera volver a entrar Sentada mientras miraba la televisión terminaba de fumarse aquel último cigarro, llevaba noches sin dormir y podía evitarlo. Bajó los pies del sofá y un dolor en la planta la hizo mirar aquel aparato, hecho añicos desde que cayese de su mano. Recogió los trozos y miró cada uno de ellos sobre la mesa. Mientras recordaba aquella frase, el sonido del timbre la hacía despertar de aquel recuerdo, obligándola a ir hasta la puerta, abrió sin tan siquiera preguntar quien era, y al terminar de abrir, su cuerpo de helaba una vez más M: Te obligaré a poner teléfono fijo en casa E: ¿Qué... que haces aquí?... (miraba a Maca frente a ella con la niña de su mano) M: ¿Podemos entrar? E: Eh... sí... claro pasa Dejándoles sitio, entraban hasta el interior mientras ella intentaba controlar su respiración, su corazón palpitaba como loco, mientras escuchaba como Maca le decía a Ángela que se quedase en aquella habitación con tantas fotos mientras las veía. La vio caminar hasta ella, y aun con el dolor en su corazón, la vio más preciosa que nunca, ataviada con un traje de chaqueta y falda oscuro, esperaba en la puerta del salón a que ella reaccionase M: Quiero hablar contigo Cerrando por fin la puerta, fue hasta el salón, ocupando aquel mismo lugar en el que había permanecido minutos antes

La imagen de mi vida

20

M: ¿Dónde está tu móvil?... (con su pie le señalaba el lugar en la mesa donde este permanecía roto)... ¿Cómo has podido ser tan ingenua Esther? E: ¿Perdona? M: Ayer me enteré de lo que mi madre te hizo creer E: Fuiste tú Maca... no ella quien lo dijo M: ¿Decir que? E: “Dile que no estoy”... (intentó imitar mientras controlaba un llanto que asomaba en sus ojos) M: Esther... (cerró los ojos enfadándose) E: Te escuché Maca... y tu madre dijo que... M: Mi madre no soporta que esté con una mujer... ¿de verdad crees que te diría eso quedándose tan ancha? E: ¿Entonces? M: Aquello que escuchaste no fue por que me dijera que fueras tú... me dijo que era Azucena E: Llevabas días sin llamarme M: Esa tarde acababa de llegar... pensaba llamarte... pero fuiste más rápida, y estuve tres días Esther... tres días llamándote... sin saber nada de ti E: Pensé que... M: No confiaste en mí... creíste la palabra de una mujer que solo sabe hacerme daño E: Lo siento...

Años después... Una galería de arte abría sus puertas en una ocasión especial, una fotógrafa era descubierta por alguien bastante importante en el mundo de la fotografía digital en España, y tras unos meses de duro trabajo, conseguían que su trabajo fuese expuesto al publico durante una semana en aquel lugar Una Esther más que nerviosa permanecía en el pasillo esperando que los minutos pasasen para hacer su aparición, se frotaba las manos inquieta y deseando salir para verla Una azafata le hacía una señal al final del pasillo y le indicaba que ya debía salir. Nada más girar aquel pasillo, una marea de flashes la cegaba sin remedio, caminaba a tientas hasta aquella mesa improvisada donde tenía que responder algunas preguntas de la prensa E: Buenas tardes Reportero 1: Sra. García... (su agente a la derecha indicaba a aquel reportero que continuase hablando)... ¿Por qué a estado tanto tiempo guardando su trabajo a la sombra? E: Yo... la verdad es que tomo la fotografía como algo personal... algo que me inspira sensaciones nuevas con cada imagen que tomo con mi cámara Reportero 1: ¿Quién le hizo cambiar de idea? E: Alguien me dijo una vez que era una pena que no lo mostrase al mundo... y tras años esforzándose me hizo comprender a que se refería Reportero 2: ¡Sra. García! ¡Sra. García!... ¿si tuviera que elegir la imagen que resumiese su vida?

La imagen de mi vida

21

E: Creo que no ha visto la exposición si hace esa pregunta... (los periodistas estallan en una carcajada mientras este se sonrojaba)... no importa... yo se lo explico... si giran su mirada... justo detrás de ustedes... está la imagen de mi vida Todos y cada uno de ellos se iban girando en sus asientos, descubriendo una fotografía en blanco y negro, sobre una pared iluminada, donde solo aquella instantánea ocupaba el lugar. El rostro de una mujer durmiendo, bañada por la luz de la luna, y un titulo bajo ella “LA IMAGEN DE MI VIDA”

LA IMAGEN DE MI VIDA Esther giraba su rostro hacia su izquierda buscándola con la mirada, sonriente y mirándola, permanecía Maca con su hijo en brazos, guardando silencio mientras disfrutaba del sueño de Esther, y a su derecha, Ángela con la cámara que le había regalado la Navidad anterior, y sonriendo mientras le sacaba una foto pillándola desprevenida Sin dejar de mirarla cogió aire para responder definitivamente a aquella última pregunta E: Mi mujer es... la imagen de mi vida

[Una foto en blanco y negro (el canto del loco).mp3]

FIN