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Espiritualidad en el siglo XXI Por: A Garrido D. SIGLO XIX La civilización del siglo XIX era capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurídica y constitucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia, el conocimiento y la educación, así como del progreso material y moral. Además, estaba profundamente convencida de la posición central de Europa (con sus Grandes Imperios Coloniales), cuna de las revoluciones científica, artística, política e industrial, cuya economía había extendido su influencia sobre una gran parte del mundo, que sus ejércitos habían conquistado y subyugado, cuya población había crecido hasta constituir una tercera parte de la raza humana (incluida la poderosa y creciente corriente de emigrantes europeos y sus descendientes), y cuyos principales estados constituían el sistema de la política mundial. Siglo XX Primera parte LA EPOCA DE LAS CATASTROFES El siglo XX comienza con la primera guerra mundial, que marcó el derrumbe de la civilización (occidental) del siglo XIX. Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mundial hasta la conclusión de la segunda fueron una época de catástrofes para esta sociedad, que durante cuarenta años sufrió una serie de desastres sucesivos. Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguieron dos oleadas de rebelión y revolución generalizadas, que situaron en el poder a un sistema que reclamaba ser la alternativa, predestinada históricamente, a la sociedad burguesa y capitalista, primero en una sexta parte de la superficie del mundo y, tras la segunda guerra mundial, abarcaba a más de una tercera parte de la población del planeta. Los grandes imperios coloniales que se habían formado antes y durante la era del imperio se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas. Pero no fueron esos los únicos males. En efecto, se desencadenó una crisis económica mundial de una profundidad sin precedentes que sacudió incluso los cimientos de las más sólidas economías capitalistas y que pareció que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido un logro del capitalismo liberal del siglo XIX. Incluso los Estados Unidos, que no habían sido afectados por la guerra y la revolución, parecían al borde del colapso. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prácticamente entre 1917 y 1942, excepto en una pequeña franja de Europa y en algunas partes de América del Norte y de Australasia, como consecuencia del avance del fascismo y de sus movimientos y regímenes autoritarios satélites. Sólo la alianza —insólita y temporal— del capitalismo liberal y el comunismo para hacer frente a ese desafío permitió salvar la democracia, pues la victoria sobre la Alemania de Hitler fue esencialmente obra (no podría haber sido de otro modo) del ejército rojo. Desde una multiplicidad de puntos de vista, este período de alianza entre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo —fundamentalmente las décadas de 1930 y 1940— es el momento decisivo en la historia del siglo XX. Una de las ironías que nos depara este extraño siglo es que el resultado más perdurable de la revolución de octubre, cuyo objetivo era acabar con el capitalismo a escala planetaria, fuera el de haber salvado a su enemigo acérrimo, tanto en la guerra como en la paz, al proporcionarle el incentivo —el temor— para reformarse desde dentro al terminar la segunda guerra mundial y al dar difusión al concepto de planificación económica, suministrando al mismo tiempo algunos de los procedimientos necesarios para su reforma. Segunda parte Edad de oro del Siglo XX El principal interrogante al que deben dar respuesta los historiadores del siglo XX es cómo y por qué tras la segunda guerra mundial el capitalismo inició —para sorpresa de todos— la edad de oro, sin precedentes y tal vez anómala, de 1947-1973…. Ahora bien, lo que ya se puede evaluar con toda certeza es la escala y el impacto extraordinarios de la transformación económica, social y cultural que se produjo en esos años: la mayor, la más rápida y la más decisiva desde que existe el registro histórico.

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Probablemente, quienes durante el tercer milenio escriban la historia del siglo XX considerarán que ese período fue el de mayor trascendencia histórica de la centuria, porque en él se registraron una serie de cambios profundos e irreversibles para la vida humana en todo el planeta. Además, esas transformaciones aún no han concluido. Más justificada estaría la afirmación de que el tercer cuarto de siglo señaló el fin de siete u ocho milenios de historia humana que habían comenzado con la aparición de la agricultura durante el Paleolítico, aunque sólo fuera porque terminó la larga era en que la inmensa mayoría de la raza humana se sustentaba practicando la agricultura y la ganadería. Es importante recordar que la repercusión más importante y duradera de los regímenes inspirados por la revolución de octubre fue la de haber acelerado poderosamente la modernización de países agrarios atrasados. También otro aspecto que cabe destacar es que, en la década de 1980, la Bulgaria socialista y el Ecuador no socialista tenían más puntos en común que en 1939. Tercera parte El Derrumbamiento Aunque el hundimiento del socialismo soviético —y sus consecuencias, trascendentales y aún incalculables, pero básicamente negativas— fue el acontecimiento más destacado en los decenios de crisis que siguieron a la edad de oro, serían estos unos decenios de crisis universal o mundial. La crisis afectó a las diferentes partes del mundo en formas y grados distintos, pero afectó a todas ellas, con independencia de sus configuraciones políticas, sociales y económicas, porque la edad de oro había creado, por primera vez en la historia, una economía mundial universal cada vez más integrada cuyo funcionamiento trascendía las fronteras estatales y, por tanto, cada vez más las fronteras de las ideologías estatales. Por consiguiente, resultaron debilitadas las ideas aceptadas de las instituciones de todos los regímenes y sistemas. Inicialmente, los problemas de los años setenta se vieron sólo como una pausa temporal en el gran salto adelante de la economía mundial y los países de todos los sistemas económicos y políticos trataron de aplicar soluciones temporales. Pero gradualmente se hizo patente que había comenzado un período de dificultades duraderas y los países capitalistas buscaron soluciones radicales, en muchos casos ateniéndose a los principios enunciados por los teólogos seculares del mercado libre sin restricción alguna, que rechazaban las políticas que habían dado tan buenos resultados a la economía mundial durante la edad de oro pero que ahora parecían no servir. En el decenio de 1980 y los primeros años del de 1990, el mundo capitalista comenzó de nuevo a tambalearse abrumado por los mismos problemas del período de entreguerras que la edad de oro parecía haber superado: el desempleo masivo, graves depresiones cíclicas y el enfrentamiento cada vez más encarnizado entre los mendigos sin hogar y las clases acomodadas, entre los ingresos limitados del estado y un gasto público sin límite. Los países socialistas, con unas economías débiles y vulnerables, se vieron abocados a una ruptura tan radical, o más, con el pasado y, ahora lo sabemos, al hundimiento. El colapso de los regímenes comunistas no sólo dejó tras de sí una ingente zona dominada por la incertidumbre política, la inestabilidad, el caos y la guerra civil, sino que destruyó el sistema internacional que había estabilizado las relaciones internacionales durante cuarenta años y reveló, al mismo tiempo, la precariedad de los sistemas políticos nacionales que se sustentaban en esa estabilidad. Algunos de ellos —tal es la ironía de la historia— reclamaron la condición —ya obsoleta e irreal— de «estados-nación» soberanos en miniatura. El futuro de la política era oscuro, pero su crisis al finalizar el siglo XX era patente. CRISIS SOCIAL Y MORAL Más evidente aún que las incertidumbres de la economía y la política mundial era la crisis social y moral, que reflejaba las convulsiones del período posterior a 1950, que encontraron también amplia y confusa expresión en esos decenios de crisis. Era la crisis de las creencias y principios en los que se había basado la sociedad desde que a comienzos del siglo XVIII las mentes modernas vencieran la célebre batalla que libraron con los antiguos, una crisis de los principios racionalistas y humanistas

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que compartían el capitalismo liberal y el comunismo y que habían hecho posible su breve pero decisiva alianza contra el fascismo que los rechazaba. Un observador alemán de talante conservador, Michael Stiirmer, señaló acertadamente en 1993 que lo que estaba en juego eran las creencias comunes del Este y el Oeste: Existe un extraño paralelismo entre el Este y el Oeste. En el Este, la doctrina del estado insistía en que la humanidad era dueña de su destino. Sin embargo, incluso nosotros creíamos en una versión menos oficial y menos extrema de esa misma máxima: la humanidad progresaba por la senda que la llevaría a ser dueña de sus destinos. La aspiración a la omnipotencia ha desaparecido por completo en el Este, pero sólo relativamente entre nosotros. Sin embargo, unos y otros hemos naufragado (Bergedorfer 98, p. 95). Sin embargo, la crisis moral no era sólo una crisis de los principios de la civilización moderna, sino también de las estructuras históricas de las relaciones humanas que la sociedad moderna había heredado del pasado preindustrial y precapitalista y que, ahora podemos concluirlo, habían permitido su funcionamiento. No era una crisis de una forma concreta de organizar las sociedades, sino de todas las formas posibles. Los extraños llamamientos en pro de una «sociedad civil» y de la «comunidad», sin otros rasgos de identidad, Procedían de unas generaciones perdidas y a la deriva. Se dejaron oír en un momento en que esas palabras, que habían perdido su significado tradicional, eran sólo palabras huecas. Sólo quedaba un camino para definir la identidad de grupo: definir a quienes no formaban parte del mismo. Para el poeta T. S. Eliot, «esta es la forma en que termina el mundo: no con una explosión, sino con un gemido». Al terminar el siglo XX se escucharon ambas cosas. RESUMEN AL FINAL DEL SIGLO XX Es un mundo cualitativamente distinto al siglo XIX, al menos en tres aspectos. La primera transformación, el mundo ya no es euro-céntrico. La segunda transformación, particularmente en las cuestiones económicas, el mundo es ahora la principal unidad operativa y las antiguas unidades, como las «economías nacionales», definidas por la política de los estados territoriales, han quedado reducidas a la condición de trabas de las actividades transnacionales. Posiblemente, la característica más destacada de este período final del siglo XX es la incapacidad de las instituciones públicas y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estar a la altura de ese acelerado proceso de mundialización. Curiosamente, el comportamiento individual del ser humano ha tenido menos dificultades para adaptarse al mundo de la televisión por satélite, el correo electrónico, las vacaciones en las islas Martinicas y los trayectos transoceánicos. La tercera transformación, la más perturbadora en algunos aspectos, es la desintegración de las antiguas pautas por las que se regían las relaciones sociales entre los seres humanos y, con ella, la ruptura de los vínculos entre las generaciones, es decir, entre pasado y presente, esas tendencias existen en todas partes, reforzadas por la erosión de las sociedades y las religiones tradicionales y por la destrucción, o autodestrucción, de las sociedades del «socialismo real». Conclusión Esbozado lo anterior, esta es la situación a la que debe adaptarse una parte de la humanidad en el nuevo milenio. Más adelante es posible que se aprecie con mayor claridad hacia dónde se dirige la humanidad. Ignoramos cuáles serán los elementos que darán forma al futuro. Confiemos en que el futuro nos depare un mundo mejor, más justo y más viable. El viejo siglo no ha terminado bien.

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CASA UNIVERSAL DE JUSTICIA A principios del siglo XX se había consolidado una interpretación materialista de la realidad en forma tan completa hasta convertirse en la religión mundial predominante por lo que se refería al rumbo de la sociedad. Junto con ello, la educación de la naturaleza humana había sido violentamente sacada del curso que había seguido durante milenios. En Occidente, a muchos les parecía que simplemente se había disuelto y desvanecido la Autoridad divina que había hecho de centro focal de la guía –por muy diversas que fuesen las interpretaciones de su naturaleza –. En gran parte, las personas quedaban en libertad de mantener cualquier interpretación sobre la relación entre su vida y una existencia más allá de lo material, mas la sociedad en su conjunto se dispuso con creciente confianza a cortar la dependencia respecto de un concepto del universo que era considerado, en el mejor de los casos, una invención y, en el peor, un narcótico, algo que en ambos casos impedía el progreso. La humanidad había tomado el destino por su propia mano. Había resuelto a través de la experimentación racional y el discurso –así se le hacía creer a la gente – todas las cuestiones fundamentales que tenían que ver con el ejercicio del gobierno y el desarrollo humanos. Esta actitud fue reforzada por la suposición de que los valores, ideales y disciplinas cultivadas a lo largo de los siglos eran ya rasgos de la naturaleza humana fidedignamente estables y permanentes. Era menester solamente que fuesen refinados por la educación y reforzados por la acción legislativa. El legado moral del pasado era precisamente eso: la herencia irrevocable de la humanidad, que no requería de más intervención religiosa. En toda aquella parte del mundo en que vive la gran mayoría de la población mundial, pocos prestaban atención a declaraciones ligeras en el sentido de que “Dios ha muerto”. Tal vez el factor más insistente en el cambio lo constituya el reconocimiento a desgana de que no tiene un verdadero sustituto la creencia religiosa en cuanto fuerza capaz de generar autodisciplina y restaurar el compromiso de un comportamiento moral. Detrás de la atención que ha comenzado a atraer sobre sí la religión, en cuanto a su concepción formal, se encuentra un resurgimiento general de la búsqueda espiritual. Expresado más comúnmente como un afán de descubrir una identidad personal que trascienda lo meramente físico, este acontecimiento alienta un sinnúmero de búsquedas, de carácter tanto positivo como negativo. Por una parte, la búsqueda de la justicia y la promoción de la causa de la paz internacional tienden a producir también el efecto de estimular nuevas concepciones sobre el papel del individuo en la sociedad. las observaciones de extraterrestres, los regimientos del “autodescubrimiento”, los retiros en el desierto, la exaltación carismática, diversos entusiasmos por la Nueva Era y la eficacia atribuida a los narcóticos y alucinógenos en elevar el nivel de consciencia atraen seguidores en mucho mayor número y diversidad que todos los que tuvieron el espiritismo o la teosofía en un momento histórico decisivo similar en el hace un siglo[XIX]. Para un bahá’í, la proliferación incluso de cultos y prácticas que pueden despertar aversión en la mente de muchos sirve básicamente como recordatorio de la sutileza contenida en la antigua narración de Majnún, quien tamizaba la arena en busca de la amada Leylí, aunque sabía que ella era puro espíritu: “La busco por doquier; quizá en alguna parte la halle” La suerte corrida por lo que el mundo ha dado en llamar desarrollo económico y social no ha dejado lugar a dudas de que ni los motivos más idealistas pueden corregir los defectos fundamentales del materialismo. Nacido de resultas del caos de la Segunda Guerra Mundial, el “desarrollo” llegó a ser, con mucho, la empresa colectiva de mayor alcance y más aspiraciones a que se haya lanzado la raza humana. Su motivación humanitaria igualaba su enorme inversión material y tecnológica. Cincuenta años después, si bien hay que reconocer los impresionantes beneficios que ha traído el desarrollo, esa iniciativa debe ser juzgada, con sus propios criterios, como un desalentador fracaso. Lejos de estrechar la distancia que separa el bienestar del pequeño sector de la familia humana que disfruta de las ventajas de la modernidad y la condición de las amplias poblaciones empantanadas sin esperanza

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en la indigencia, el esfuerzo colectivo que comenzó con tan caras esperanzas ha visto ensancharse esa distancia hasta formar un abismo. Aparte de los factores tecnológicos, la unificación del planeta está produciendo otros efectos aun más directos en el pensamiento. Sería imposible exagerar, por ejemplo, el efecto transformador sobre la consciencia global que se ha derivado de los viajes masivos a escala internacional. Mayores aún han sido las consecuencias de las inmensas migraciones que el mundo ha presenciado durante el siglo y medio transcurrido desde que el Báb declaró Su misión. Millones de refugiados que huyen de las persecuciones se han desplazado en vaivén, cual marejadas, sobre todo a través de los continentes de Europa, África y Asia en particular. En medio del sufrimiento causado por tal agitación, se percibe la progresiva integración de las razas y culturas del mundo en cuanto a ciudadanos de una única patria que es el planeta. Como consecuencia, gentes de todo origen han sido expuestas a otras culturas y normas, acerca de las cuales sus antepasados poco o nada sabían, lo que ha provocado una búsqueda de significado que no se puede eludir. CARACTERISTICAS DE LAS RELACIONES HUMANS DEPENDENCIA = INFANCIA INDEPENDENCIA = ADOLESENCIA INTERDEPENDENCIA = MADUREZ PARADIGMA Definición: “…un paradigma es un modelo o patrón aceptado y este aspecto de su significado me ha permitido apropiarme la palabra 'paradigma', a falta de otro término mejor..” (T.S. Kuhn) Por ejemplo en la edad media se consideraba la tierra plana y que al final estaba el infierno y para ellos eso era un patrón de entendimiento una verdad en sí misma. Este paradigma evitó que los europeos exploraran el mundo. Cuando este paradigma fue cambiado descubrieron la redondez de la tierra y la existencia de otras culturas etc.. Un paradigma nuevo que reemplaza a un caduco lo hace porque explica mejor la realidad de acuerdo a la época ó momento en que se aplica. Pero los paradigmas humanos no son eternos en algún momento se tornan una traba al progreso humano o científico y son reemplazados por uno nuevo mas adecuado para ese momento que los anteriores. Algunos paradigmas: Individuo y sociedad al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) Sociedad ligada a principios humanistas y religiosos El hombre es superior a la mujer en educación Reglas morales estrictas Educación centrada en los varones, y poca información La mujer no tenia decisión política de país Liderazgo vertical el jefe decidía todo Analfabeto era quien no sabia leer ni escribir

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al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) Sociedad envuelto en el materialismo La mujer se educa y aporta al mundo Desorden moral Educación al alcance de hombres y mujeres y mucha información tanta que uno no puede aprender todo La mujer participa en política y tiene voto Liderazgo compartido trabajo en equipo El Analfabetismo ha disminuido en El mundo, hoy se habla de analfabetismo funcional. es decir que no sabe determinadas cosas por ej no sabe usar computadora ó Internet etc

Familia al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) La familia era el centro de la sociedad El padre trabaja la madre se dedica al hogar y a la crianza de los hijos La mujer no aporta económicamente a la familia por tanto no necesita educación fuera de temas del hogar Poder de decisión familiar concentrada en el hombre. Educación selectiva y poca información

al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) La familia sometida a dificultades por tratar de mantener patrones del siglo IXX ambos padres trabajan La mujer se educada y aporta a la economía familiar

Poder de decisión familiar compartido por que la mujer también aporta. Educación al alcance de todos y mucha información tanta que uno no puede aprender todo No se reconocía la el aporte de una mujer educada Se reconoce la importancia de una mujer en la familia educada y poco a poco se ve su influencia en la formación de los hijos Pais al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) La tierra políticamente conformada por grandes imperios coloniales provenientes de Europa El gobierno era de estructura vertical de arriba a abajo El país es importante como unidad económica y social Gran influencia de las religiones sobre el estado Diferencia en el funcionamiento de los países Mundo al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) Europa era el centro del mundo La tierra políticamente conformada por grandes imperios coloniales provenientes de Europa La estabilidad de cada país estaba en sus independencia económica Lo que pasaba en un país no afectaba a la comunidad mundial Sistemas educativos independientes Diferencia en el funcionamiento de los países La raza blanca era un tercio de la población mundial Los países competían económicamente agrupándose en alianzas económicas No se tenia problemas ecológicos capaces de afectar al medio ambiente

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al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) Ya no hay imperios coloniales, ahora el mundo se une en bloques pej. la unión europea Gobierno depende del apoyo popular El mundo esta listo económicamente para la unidad Los pueblos mas exitosos en occidente Asia y África son donde estado y la religión están separados Menor diferencia entre los países de distintos continentes

al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) Aparecen focos de desarrollo en el mundo india, china, brasil, sudáfrica, etc. El mundo se globaliza y la economía mundial está en manos de transnacionales La estabilidad de cada país depende de su interrelación con el mundo Lo que pasa a un país afecta a otro que esta al otro lado del mundo Sistemas educativo interdependientes Menor diferencia entre los países de distintos continentes La raza blanca es un sexto de la población mundial Existen organismos como la ONU, UNESCO, etc. Se toman medidas en foros mundiales para evitar el medio ambiente se siga deteriorando

Arte al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) El arte era expresión solo propia de cada pueblo en El artista involucra en su labor tradiciones y base a sus tradiciones y creencias técnicas de diversos pueblos La difusión del arte se efectuaba en cada país La difusión del arte es mundial Se puede decir que el arte es el primer ambiente de la humanidad en expresar la unidad en la diversidad Ciencia al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) Occidente era el centro científico del mundo Se consideraba el avance científico debido a la influencia del cristianismo a partir del renacimiento La ciencia se considera capaz de reemplazar a la religión en la formación moral de la persona y sociedad El futuro de la ciencia es inmenso La ciencia genera confianza y seguridad Analfabeto era quien no sabia leer ni escribir

Sistemas de comunicación limitados El conocimiento técnico del hombre se limitaba a su área de influencia La tecnología en inicios solo de aplicación mecánica Hay diversas razas en la tierra y la raza blanca es la superior

al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) La ciencia no esta limitada a fronteras se desarrolla en todos los continentes del mundo El avance científico no depende de la religión se da en todo el mundo La ciencia fracaso en su esfuerzo de reemplazar a la religión en la formación moral de la persona y sociedad La ciencia ha tocado fronteras en su avance científico La ciencia ha desarrollado sistemas de pensamiento filosóficas al estudiar el cosmos los que se aceptan sin dudas (por Fé) La proporción de analfabetos ha disminuido en el mundo, hoy se habla de analfabetismo funcional es decir que no sabe determinadas cosas por Ej. no sabe usar computadora ó Internet etc. Sistemas de comunicación ilimitados El conocimiento del hombre se abre hacia el universo La tecnología avanza en especial la electrónica y biología La Genética indica que la raza humana es una sola

Religión al final del siglo XX (e inicios del siglo XXI) al inicio del siglo XX (Final del siglo XIX) Las religiones tradicionales aportan socialmente al mundo social La religión es cuestión de Fe y no requiere contacto con la sociedad La religión posee de clero profesional para educar a las masas, gran parte del mundo es analfabeto.

Las religiones tradicionales tiene dificultades en aportar socialmente al mundo actual La religión para tener aceptación debe ser útil a la sociedad La religión puede ser estudiada por todos, no se requiere clero porque el analfabetismo ha disminuido en el siglo XX Concepto que el hombre es superior a la mujer en El hombre y la mujer son iguales ente Dios las religiones tradicionales Gran influencia de las religiones sobre el estado Los pueblos mas exitosos en occidente Asia y África son donde estado y la religión están separados Los dogmas religiosos son aceptados por Fé Los dogmas religiosos con cuestionados racionalmente

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Porque los principios dados por Bahá’u’lláh para esta época son espirituales. Terminado el Siglo XX con muchos problemas económicos, políticos, sociales y morales, en medio de todo este proceso la humanidad esta mejor preparada que a fines del siglo XIX para su integración mundial y se observa a la luz de las enseñanzas de Bahá’u’lláh que un nuevo orden surge de en medio del caos. "La tierra será iluminada por la luz de Dios. Esa luz es la luz de la unidad." (Abdu'l-Baha, Las Tablas del Plan Divino) Bahá’u’lláh dejo prescrita para la Humanidad la práctica de la oración y la lectura obligatoria de los libros sagrados, como un medio espiritual para conectarse con nuestra la fuente de origen divino Dios. Además manifestó que la unidad de la humanidad está decretada divinamente y en el mundo actual los Bahá’ís creemos en la espiritualidad en la práctica de los principios dados por Bahá’u’lláh a la humanidad:

1. LA UNIDAD DEL GENERO HUMANO: "El mundo entero debe ser considerado como un solo país,

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todas las naciones como una sola patria, todos los hombres como si pertenecieran a una sola familia. Las religiones, razas y naciones, son divisiones hechas por el hombre o creaciones su pensamiento. Ante Dios no hay persas, árabes, franceses, ni ingleses. Dios es Dios para todos, y para El toda la creación es una sola. LA LIBRE INVESTIGACIÓN DE LA VERDAD:"El hombre debe desligarse por completo de todo prejuicio y de todo resultado de su propia imaginación, para que pueda buscar la luz de la verdad sin impedimentos. La verdad es una sola en todas las religiones y por medio de ella la unión del mundo puede realizarse" "Dios a dotado al hombre de una mente para operar como luz de antorcha y guiarlo por la senda de la verdad" LA BASE DE TODAS LAS RELIGIONES ES UNA: "Todas las grandes religiones del mundo son divinas en su origen; que sus principios básicos están en completa armonía; que sus finalidades y propósitos son idénticos; que sus enseñanzas no son si no distintas facetas de una sola verdad; que sus funciones se complementan; que estas distintas religiones difieren solamente en las aspectos no esenciales de sus doctrinas; y que sus misiones representan etapas sucesivas en la evolución espiritual de la sociedad humana.". LA RELIGION DEBE SER LA CAUSA DE LA UNION: " Si todo el mundo investigara y siguiera las verdaderas enseñanzas de su propia religión, se amarían los unos a los otros, y la religión cumpliría su propósito original; el de establecer la unión y la armonía. La religión debería unir a todos los corazones y borrar de la faz de la tierra las guerras y disputas; debería inspirar la espiritualidad y traer luz y vida a todas las almas". LA ELIMINACIÓN DE TODA CLASE DE PREJUICIOS:" Debe renunciarse a todos los prejuicios y a sean estos de religión, de raza, de política o de naciones, porque estos prejuicios han sido las causas de las enfermedades del mundo. Es una grave enfermedad que si no es detenida puede ser la causo de la destrucción de toda la raza humana... Todo lo que divide al mundo; odio, guerra y derramamiento de sangre, es originado por estos mismos prejuicios" LA RELIGIÓN DEBE DE ESTAR DE ACUERDO CON LA CIENCIA Y LA RAZÓN: " La religión debe estar de acuerdo con la razón; debe concordar perfectamente con la ciencia, de manera que ésta pueda aprobar la religión, y la religión a su vez, justificar la ciencia; ambas deben, verdaderamente, formar una entidad indisoluble. No existen contradicciones entre la verdadera religión y la ciencia." IGUALDAD de derechos y oportunidades para HOMBRES Y MUJERES "La humanidad es como un pájaro con dos alas, la una masculina y la otra femenina. A no ser que ambas alas sean robustas y estén impelidas por una fuerza común, no podrá volar hacia el cielo. De acuerdo con el espíritu de esta época, las mujeres deben avanzar y llenar su misión en todos los campos de la vida, elevándose al mismo nivel del hombre". LA EDUCACIÓN UNIVERSAL OBLIGATORIA:"Todos los niños y niñas deben ser instruidos de manera que no quede ni un sólo individuo sin instrucción... A esta instrucción, se debe agregar una

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profesión o un oficio". "La educación esencial, y todas las normas de entrenamiento y enseñanza a través del mundo deben llegar a un ajuste y acuerdo; se debe establecer un sistema universal de educación y la base de la ética debe ser igual". 9. UN IDIOMA UNIVERSAL SECUNDARIO A LA LENGUA MATERNA:"Las naciones del mundo deben elegir, por mutuo acuerdo, un idioma existente o uno nuevo, para servir de idioma universal, secundario a la lengua materna, de cada país, e igualmente, una escritura universal. Este medio común de intercomunicación será uno de los más poderosos factores para el acercamiento de los pueblos". "El idioma es la llave del corazón". 10. RESOLUCION ESPIRITUAL DE LOS PROBLEMAS ECONOMICOS: Cuando se comprenda el daño que hace a la humanidad los exagerados extremos tanto de la pobreza como de la riqueza, se vera la inmoralidad que un niño o pueblo sufra hambre o desamparo. Esto no quiere decir igualdad económica, la cual es imposible, sino la moderación y la justicia para asegurar el bienestar de toda la humanidad. 11. UN TRIBUNAL INTERNACIONAL DE JUSTICIA: "Un tribunal supremo deberá ser establecido por los pueblos y gobiernos de todas las naciones compuesto por miembros de cada país. Los miembros de este Gran Consejo deberán estar unidos. Todas las disputas internacionales deberán ser presentadas ante esta corte, siendo su trabajo el de resolver por arbitraje todo lo que pudiera ocasionar guerra. La misión de este tribunal será la de evitar toda clase de disputas entre las naciones. 12. UNA PAZ UNIVERSAL DURADERA: "El bienestar de la humanidad su paz y seguridad, no podrán lograrse a menos que, y hasta cuando, su unidad este firmemente establecida". Importancia del mensaje de Bahá’u’lláh “…Aquel a quien se le hizo soportar, bajo circunstancias tan dramáticas, el sobrecogedor peso de Misión tan gloriosa, no era otro sino uno a quien la posteridad aclamara, y a quien innumerables seguidores conocen, como el Juez, el Legislador, el Redentor de toda la humanidad, el Organizador de todo el planeta, como el Unificador de los hijos de los hombres, como el Inaugurador de un nuevo "Ciclo Universal", como el Establecedor de la Mas Grande Paz, como la Fuente de la Mas Grande Justicia, como el Proclamador de la madurez de toda la raza humana, como el Creador de un Nuevo Orden Mundial, como el Inspirador y Fundador de una civilización mundial” (Shoghi Effendi, DIOS PASA 01)

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