La Edad Moderna

la_edad_moderna.pdfDescripción completa

Views 235 Downloads 6 File size 88MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

- - - ---------- - - - - ----- - - _._-

INTRODUCCIÓN 1.

PR EÁMB ULO

Una de lus funciones de los histo riadores parece se r la de trazar el curso de las vicisitu des humanas en los ritmos sucesivos que res ulten apropiador. a los gi ros e fec tivos de esas mismas vicisit udes . Estas últimas . sin e mbargo. no sólo son co mplejas. sino que se desarrolla n tambi én en una multiplicid ad de plan os: por esto es casi imposible concreta r fechas e n tomo a [as q ue lodos o casi todos los factores concu rran o se com binen para indicar im portant e s cesuras. Sea por esta dificultad ti por e l tipo de historia que tradicionalmente ha prev alecido hasta no hace muc ho ücmpo. se han aceptado de hech o unas parti ciones q ue tienen mucho de co nve ncio nales, adem ás de ser eurocéntricas. La periodicidad, no obstante, no es só lo la obra de los es tudiosos que la han establecido en teoría, a posteríori o pur vfa de compromiso. Esta periodicidad es tamb ién y sobre todo el e fecto. aunque sea aproximado. de auténticos procesos de concienciación co lec tiva verificados e n detenninadus ambientes o e lites. Esas to mas de co ncie ncia se han concretado obviamente en la dimensión cultural, en la anbtica o en la política. Asr. ha habido diversos modos de establecer períodos. que han partido de premi..a.. diferentes y que no han llegado a resultados concordames. Las tornas de conciencia hace poco evocadas -que han dado lugar. por ejemplo. 3 las nociones de Re nacimiento y de Ilustración- son por s¡ mismas los acomectrníemos históricos de relieve que se han tenido e n cuenta. Pero esas lo mas de co ncie nc ia traducen las visiones. y por lo tanto proponen sus ritmos. principalmente c uhurales. que tienen poco o nada e n c uenta las realidades econ ómica... tec nocieru ificar.. e incl uso sociales . En otros t érminos. la periodicidad se re vela desde luego como un hech o no .'> (í ln convencional. por un lado. sino tam bié n ideológico. por otro, q ue suce sivas investigaciones pueden poner en cuestión con fu ndados urgumentos. Por otra parte , la misma vida intelec tual -y no só lo la académica o pcdag ógica-c- tiene su propi o peso y paga un fuerte tributo a la fuerza de inerci a. Cuando una noció n histó rica se ha consolidado o ha ec hado rafees. aunque se impugne co n j ustas razone s, resulta sum ame nte arduo llega r a ex purgarla o a hacerla abandonar. Es decir, esa noción no es sólo un nom bre o una etiq ueta sustituible. porq ue la adhesión que ha obtenido d urante tanto tiempo y tan ampliamente se ha transformado en un dalU fáctico, aunq ue sea cultural. te naz mente transmitido e inculcado. un dato que es ca...i irremovible.

mno

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ---

INT RO D UCCI Ó N

9

.medida en q ue se I;IS precise y se las art icule. El Medie vo. e n e fecto. no ha perdí. do nunca xu carácter ficticio de ex pediente para den o minar un período de la histo ria e uropea. A parece constituido po r una larga serie de siglos cuya.. princ ipales ' vic isitudes tienen un grado lim itado de coherencia entre sí. Desde este punto de vista. el Medievo aparece e n primer lugar co mo un co ntenedor de materia.. diversas y mode rad amen te congrue ntes. M ientras que e n algu nos pla nos se advierle n ciertas líneas de co ntinuidad. e n o tros ésta es más bien escasa; numerosos fenómenos del período prccarolingio tienen muy poco en común con lo:'> de l a fase

posterior a las cruzadas. Ahora bien, as í como en la historia europea hay aspec tos que, mctu so después de l año 1500. pueden hace rse remo ntar al m undo an tiguo, no e s de extrañar q uc algunos ot ros aparezcan como la prolon gació n o la supervivencia de cuanto se de nomina «medie val» . Sin e mbargo. si las parti ciones histó ricas tiene n un sentido. esto deri va de la posibilidad de revelar carac teres suficie ntemente nue vos y determ inantes durante un largo período y e n un érea po r lo menos vasta. Se ha subrayado ya q ue tales divisiones son en realidad bastante co ntrovertidas o controve rtibles y que panl salir del atolladero hay q ue recunir a aque llas que se han afirmad o trad icio na lmente. Sin e mbargo. los resultados converge ntes de un gran número de ind agaciones más actualizadas han puesto de relieve una suma ta l de cambios a lrede do r de 1350 q ue hace co nsidera r es ta fecha co mo más adaptada pnru se ña lar el inicio de la modernidad (y no tant o e l año 1700 aproximadamente. co mo giro que san ciona la madu rez de tal fase). En todo caso. los mismos es tudiosos de l Medie vo han conside rado indispensable articular sus fe nómenos e n sectores que eq uiva lgan a las particiones más apropiadas . Es cierto que esos estudiosos ha n dado prueba de muy esca sa imaginació n limitándose a di stin guir una Alta Edad Media de una Baj a Edad Media. De todas maneras, no puede extrañar e l hecho de que, tras una larga se rie de varios siglos. precisamente el siglo XIV y el xv m ani fi esten vínculo s mu y estrechos co n los que los siguiero n inmediatame nte. Po r otra parte. como es obvio. no ticne sentido imaginar que de una década a otra se pase verdaderamente de una época a o tra diversa. Por esto. e l año 1500 hay q ue considerarlo como una fecha que no tiene más significado que tantas otras y q ue so n so bre todo co nve ncio nes e xentas de relie ve las que hacen considerarla aún como aceptable u al me nos o rientativa. Co n todo. a un queriéndola to mar co mo punto de referencia. no se po-drán dejar de evocar aquellas o tras fechas. anteriores a 1500 . que ya habían manifestado nue vas orientaciones y nuevos caracteres de te mple bien diverso del co nsiderado medieval. Co mo co rresponde a una introd ucció n. no se proc ede rá a una presentaci ón adecuada de l siglo o siglo y medio que precedió a l siglo XVI. pero sí al menos a una refe rencia de lus factore s notables q ue ya habían co menzado y que s iguieron luego actuando co mo e leme ntos de la «modern idad».

2 . L A CRISTIAN DAD

El m undo cristiano del siglo XIV y del xv aparecía. sobre todo en alg unos sectores, fi r memente ancl ado en sus doctrinas y en sus tradic iones o intuiciones.

11 toía c videnciaLlo )'3 que el inlerlOl..'Ulor laico drl ~prnno poder religioso no estaba l'q'I1:'!'oCtllado ya solamente por el emperador- germánico, sino por muchos ecos prínci pes y grandes ciudades-es tado . El nuevo tipo de relaciones entre la Iglesia y el estado en los diverso s pafscs del Occidente europeo caracte rizó e sta área en 1'o U conjunto y. a l mismo tie mpo. coestu uy ó un fe nómeno lk pan rcheve . El trénsito del diálogo pri ví~giadodel papa co n ti emperador a 10' lJ'alo!;, del primero con loto; otros poéeres d'leranus fue acompañado de' una comrk'ja e innnediabk Jegrad¡a.. ción del prt'StiJio Y de la autoridad de loto; ponliflCeS romanos. Incluso los enfmu.amiemos má.. llamativos que se produjeron después con el mm imicnm prcrestante hay que considera rlos desde esa pcrspccnva. El triunfo de la Re forma en el siglo .\ \'1está en cuadrado e n una nue va relación de fuerzas que se remonta al siglo XIV. De e..re modo. e l papaoo pagaba. por Jo menos en pancolas consecuencias de una ejeccíén hecha en los enüentamieruos prodecioos en la penín...ula italiana, una ejección en la que lanlO se había comrmmetido poIiticamrnte. Como ya wbny6 Maquia\'clo ~ comienzos del siglo la conflumcia de múltiples elementos hizo del papado un tipo de poder muy singular. Por c uanto no residió e n Roma dura nte setenta años a proximada me nte e n ct rranscurso del s ig lo xrv, preci samente desde e nto nces s u dominio ca m bió el apelati vo de ..patrimonio de sa n Pedro.. por el de ..es tado de la Iglesia ... Ni las fuerzas polrncas italianas ni las de las dem:b pote ncias occidentales contemplaron jam:b la evenruaIidad de pri\ar al pontiCtee de e~t.iI dote y ni ..iquiera de dismi nuir ...u con..i..tencia. En eae caso. también jugó a faHw del papa la costumbre milenaria de asociar el ejercicio de la profesión y del ministerio sacerdotal a la propiedad de bienes. sobre todo te rre nos. Desde siglos atrás se había cons tituido en lUJ a Euro pa una auté ntica soc iedad ecles iástica, de sólidas ba ses econó m icas y de pri vil egio s reconccidos. sustancialmente respetados y mantenidos. El papa no era sino el mayO!" dete ntor de cce panicular g éoerc de poder eccpcaoo como habitual; coispos, abades. canóni~ y sacerocees con....itufan sus beneficiarios rnenoees, aunque mucho más nu merosos. En conju nto. la fuerza económica y pe-.. tanto política. ~­ más de social. del clero e n Europa durante ~ s ig los XIV y X\ era grande y serta im pos ible determinar su fic ie nte me nte su entidad . l.a obstaculizaban so la me nte raros promotore s de una Iglesia más scpa ruda de lo.. bie ne s te rre nos y semejante a la imaginada com unidad cristiana de la... primeros siglos. Pero tendían més a in~idiarta peligrosamente ~ príncipes que -por motivos sobre todo poIitirotton6miC&.>- consideraban excesivo su poder. Poroua pene. la IgJo,i a de Occidente no era sólo no. La regfa una organiza. ción sc pranacional que te nia e n su cúspide al papado romano y a su curia e n \'ía'i de a van zada e structuraci ón. Este pode r ce ntra l dese m peñaba fun ci one s que nu nca podían ser e stric tame nte re lig iosas y q ue se re ferian s imu ltá neame nt e a la econom ía. la polüica y la c ultura. El título con el q ue cI papa ejercfa su au toridad era el de Vicario de Cri....o . Entre e l met\.(,3je atribuido a l Hombre Dios y el armazón juridirodoctrinal de la Iglesia de los siglos XIV y xv había toda la distancia que habia producido un mik'ntu de historia, de ~peculación filO!'oÓfica)' In)lógica. de práctica litlirgica. de compromisos cu lturales y de a mbiciones temporales. La s uma de exencione s. inmunidades y pri vilegi os acumulada d ura nte tanto tiempo

)1;"'.

1

J

l"'lJ1UDUCC I Ó~

área cultural e uropea. Se constataría que desde aquel momento. durante los ültimos diez sig los . la civilización occidental -e-q ue no se encontraba entonces a un nivel mental o tecnológico muy superior al de la... otra s civilizacione s extracuropeas más evoluc ionadas-e- se d istanci ó cada vez más de e llas. hasta e l punto de poderlas di sgregar o destruir con su simplc contacto. Sin duda alguna, e l Occidenre precarolingio no tardó en sacar provecho de gran patrimonio clásico. heredado en parte precisamente grectas al cristianismo o a trav és de ~1. Muy pronto. además. las exigencias fundamentalmente religiosa, de este úhimo asumieron tamb ié n un número creciente de instancias laicas. Este es el sentido de los distintos ..renacimientos.. qu e se ha n pretendido concre tar en la c ultura e urope a desde el siglo IX en adelante. Se puede evocar al respecto un fenó meno significativo. q ue no es muy anterior al periodo comprendido e ntre el sig lo xv y el xvi. En e l ari stotelismo y sobre todo en e ltomismu de l siglo XIII . e l peso especifico de las instancias no propiamcme cristianas contrabalanceaba ya el de los co nte nido s marcadamente religiosos. aunque la forma de estos últimos se presentase aú n no !IIl' lO como cristiana. sino ta mbién como ortodoxa. Los resultados. no obstante. fueron muy d istintos. Precisamente aquel imponente co mpromiso reveló en poc as décadas sus conuu dicciones internas y desembocó en la cris is filo sófica de mediados del siglo XIV (marcada por el nominalismo de Ro scelíno y de Guillermo de Oc kbam). En otros térmi nos - lo q ue no es más q ue un ejemplo-e, el cristianismo había llegado ya entonces a un atolladero. por obra de aquella misma intelligemsia que él mismo había producido. Es verdad q ue 1O!i mecani smo s de aceleraci ón de la civilización e uropea deben bu scarse sobre todo en otros sectores. Sin embargo. era indis pensable subrayar que a esos sectores tampoco se sustraía el naturalmente más indinado al tradicionalismo y a la inmo vilidad. Por lo demás. precisa mente al intentar mantener la dirección de todas las actividades humanas y afirmar su magisterio. el pcnsamiento cristiano y eclesiástico llegó a encontrarse preso en la dinámica del desarrollo hi stóri co. En su intento de e ncuadrarte para no dejarlo escapar. la reti gió n se iba secularizando cad a vez más. igu al q ue en el ámbito organizador la Iglesia se iba convirtiendo cada vez mas e n una institución terrena y económica . No ha de ex tra ñar que e l resultado de tal proceso. que se había hec ho todavía más intenso, fue se un malestar múltiple y profundo. Una pequeña parte del clero intentaba rec urrir a remedios y propugnaba una serie de re formas . Su programa. dictado también por la co ncienc ia de la distancia cad a vel mayor entre el organismo eclesial existente y e l de los orígenes. se inspiraba en un retorno a la mítica pureza de l cristianismo pri miti...o. En todo caso. incluso antes que por lo s laicos. la bú squeda del lucro y la pe rsecución de las ren las por parte de los mini stros del c ulto fueron denunciadas abiertamente por algunos eclesi ásticos. Como las voces. a menudo italianas. de lo s franciscanos ..es piri tuales.. (es decir. panidarios de una conducta económica más severa. incluso por parte de su o rden religiosa). las voces má-O ndminislra tivO'i) una "u rna re levante de in vcr...iu nes...Con..lrulr a lo grande .. 'oC l."o nvin i6 e n una len-

) U Ld1 1.I V ,;:t

I

¡; INH IO U UCC IÓ N

25

to importaba no (ahan (JOI.'O adaplada.. pa ra la instalaci ón de las nuevas pie 7a.s, a l contrario que las un idades de ene burdo de la marina oceánica. S in ninguna duda, la introd ucción de la artillería innuyó con be-teme lenti tud e n el ane de la guerra: con todo. SU~ progresos fueron regulares. de modo que ames del año 1:'00 empezaron a percib írse llamativamente sus e fectos. Por OIrU lado. la no vedad no residfu tamo e n e l cañón romo en el aprovechamiento de la pólvora de d isparo para lanzar proyectües a distancia. El rubo metálico que lo-. dirigía sobre el ohjcli vo asumió prontO Ia.\ Iongi t~ más variada.. y un peso capaz de hal.-crlo maniohrable por parte de oos hombres c inc luso por uno -.010. EMa.. armas concretas. c uyo U\O se difundió bastante a par· tir del año 1500 aproximadamemc. resultaron oeci.. i..'as. Esto se verifké no solamente en 1," luchas erare europeos o contra los turcos (que supieron pro"-OCfse de esas armas bastante bien). sino también en aquellas que 10\ occidentales no lardaron en entablar ron los pueblos ultramarinos de I~ lkm:i.s continentes. Si la, armas lralJirionales dominaron todavía en los !>ig~ JI'\-' Y xv, Iana.s. alabardas y flecha.. continuaron ..iendo empleada.. amp'iame-m~ en el siglo "'" e inclu..u en el xvn (igual q ue 1"" escudl~. los yelmos y la.. corazas). No obstam~. la caballcrfa entró en crisis repcnunameme. No es necesario insis.tir en el hecho de que ya nadie podía dudar Chile la, anna... blanca'!. y I~ arma.. de fuego. con tal de di..poner del equipamiento adecuado y de la capacidad de procurarse la.. segundas. Desde e ntonces. lo r. príncipes 00 pudie ron dejar de proveerse de aniuerta, cuya poesra a punto y cuyo em pleo superaban en gent.·nl1 Ia... posibilidades de los particulares. Bastante díferenre fue la ..ituacK'in en el mar. donde cada barco. aunque fuera mercante. cm capaz de transportar e~ tipo de anna... y de usarías. Poco a poco. casi ninguna unidad de cierta importancia se permitir estar desprovista de ellas, Puesto que en 13 prictka lo s CUOI4k.1o.. con los paises exrraeuropeos sólo tu vieron lugar por vfa maritima. perece c\--Klenle el rebeve que a..umió duranle siglos el armamen to de los barcos occidentales en su.. con ñicros béliCO'i, Por lo que respecta 3 Europa . ya !OC ha o bservado que las nuevas posibilidades bahsrlcas impusieron muy pronto un a renovación radical de las obras defensivas fija, . Murull a!>. torreo ne s y f0l13IeJ'.a!> o ciud.aJela e mpezaron en seguida a cam biar su aspecto a parur de la ~gu nda mil alJ del siglo xv, en un proceso que prosi guió Inin terrum pidame nte hasta el siglo XVIII. Los muros de pied ra ce die ron ..u puesto a anc hos terraplene.. () glac¡.. recubiertos de lad rillos: desaparecieron las torres y aparecieron los ba..tienes o baluartes cada ver. mejor di señados por lo s ingemcros mili tares, Asaltnlla flor cualq uier panc. sohre todo a partir de l inic io del siglo XVI. la pen ínsula ita liana co nce ntró sus esfuerzos en e ste sector de las nuevas obras defe nsiva... (que. e n cambio. casi fueron ignoradas cn Inglaterra}. Italia no s fueron e n general lo s ingenieros más competentes e n la materi a hasta el sig lo XVIt . desde Francesco d i G iorg¡o Marl ini ( t 150 I ) hasta Michcle Sammicbcf (t 1559 ) Y desde Fr-IOCCs.cU Man:hi et 1577) ha..ta Fmnce sco Paciouo (t 159 1). De manera si milar a la artillería, a unque ba... tante mc n~ anóni ma. la imprenta. cronolégicameme más tardra. "C' impuso e ntre la mitad del siglo xv y Ias pn-

rudo

I I

I

1"'...... -,.

11

INT){OOlJ(''( "IÓN

29

octos. Apenas hace falla ai\.adir que la imprenta hada nacer una nueva y espccrecetar dimensi ón para todo tipo de propaganda (sobre lodo reftgíosa y polñica). IX información o de intimidación. Las primeras generacíooes de Impresores no pudieron. en general. vislumbrar o aprovechar adecuadamenle todas las poslbilíJades implfcitas en el nuevo descubrimiento, También por esto. al marcharse de su lona alemana originaria. estos artcr...a nos iniciaron a menudo su propia actividad en plazas si n porvenir o pocu udapladas al incremento de la producción upogréñca. Cuando les parecía que I~ negocios no iban suficiente me nte bien. volvían a partir, Aunque al principio fueron e llo.. mismos lo s que elegían y vendrán las oIlras, MJ actuación no m.pondió en general a eur énricas directiva..editoriales. sino !oObre lodo a las ganancias. Pero una producción de este tipo 00 podía prescindir de la.. exíge ecías culturales ni de una tsUlJClUT'aCión económica más articulada. !\oluy pronto se quiso hacer tarnllttn del libro una obra de calidad, De un modo totalmente semejante a los de los manuscritos (y en gererat géécos. dado el origen nórdico de los tipógra fes). los primeros~.. de imprmta no tardaron en ceder ..u puesto a otros más legibles. En Ita lia. aunque también poco 3 poco en otros países. fueron susnnnoos por los tipos en redonda y en cursive.Los caracteres y la presentación externa del texto en la superficie de la página -como tambi én de la.. 1cU"'..... mayúscula.. a l inicio de 1()Io capúulos-c-üegaron a ser pronto y a menudo aur ér aicas realizaciones ani.-.lica'i. Los proJuetos de tas distintas imprentas Iueron co ntrase ñados con imágt:ncs embleménca.. ). de propaganda. análoga.. a las que enarbolaban los demá... I.3llern artesanos, aunque má.. n:finadas y al mísmo tiempo má.. ambiciosas. Sin embargo. esto no na suficiente para proteger la exclusividad de la producción de cada npógrafoc tampoco lo consiguió el privilegio de impresión. que no se tardó en in-airuir, aunque \Ó1o fue concedido en general para un periodo b-......tantc breve. La imprenta constituyó una de la.s producciones má.. características de Occidente. donde perm urcct é pr ñcncamenr e concentrada dura nte mucho tiempo. Pronto atrajo el interés de q uie n. d isponiendo de los medios adecuados. deseaba difund ir ciertos tipos de obras m ás que o tros. A este propósito se puede citar a dos erntnenres editores: williarn Caxton (t 149 1). gran promotor de la lengua ingleca, y Aldo Manuzio (t 1515). difusor de obras latina... y griegas (el primero instalado entre Bruj as y Londres. el segundo en Venecia}, Aun cuando ya la segunda ge neraci ón de impresores. poseten la brújul a. que se hat'lia hccho de uso corrie nte en lo s mares europeo s a lrededor del a ño 1300. Dispon ían "demás de las tab las tri gonométricas llam adas de decl inaci ó n mag nética. que pcrmitfan co rregir aproximada mente la d iferenc ia e ntre el norte y el polo rnagn éneo ind icado por la brújul a, Estaban provistos en fi n de carta s marina s Ipon ulanos) cuya producci ón había florecido particularmente a partir de la primera m itad del "iglo XIV. No se trataba. sin embargo . de auténtica... cartas marinas. qu e no sur,gicro n hasta fi nale s del sig lo X\1. cuando se generalizó la proyecció n de Mercator ( 1569 ). En cuanto al astrolabio. co nocido por los doc tos a fines del sig lo XII . "l.' introdujo en la práctica náutica en la segunda mir ad de l sig lo xv. Servía para medir a bordo la altitud de 111" a....tres. es decir. para establecer e l punto exacto de la situaci ón de la nave. An tes de l año 1500. si n e m bargo . ni siquiera los navegantes más expertos lograban e stablecerlo en gene ral. fuese por la fulta de cart as marinas o por la d ificultad de mantene r un a ruta regular. las lat itudes. por co nsíeurcrne. se o bt uvieron sistem áticamente sobre todo con el progre so del co nocímiento em pírico de la costa atlántica de África. Los gra ndes descubrimientos, en suma. preced ieron a la navegación astronómica y. ames del siglo XVI. la difuvión de ! saber náutico IOOlÓ cue rpu co n notable lcn ntud . A pesar de esto. los grandes viaje.. que se e fec tuaro n entre el sig lo XIVy el xv fuero n la base de la intensificación de los in tercam bios y de las co m unic aciones mund iale s. Su instru me nto principa l fue un nuevo tipo de nave. qu e respondia a la... necesidades de la exploración oce ánica; la carabela . Antes de que ésta apareciese. se habían creado en la pen ínsula ibérica y en Portugal en panicular la.. condiciones preliminares para los descubrimientos. A partir de la m itad del »iglo XI\'. e n erecto. fueron alcanzados -y progresivamente inse rtos en regulares circu itos maritimos- los arch ipiélagos de Canarias y de las Azores. La fase que va desde 1340 hasta 1420 aproxi madamente fue muy importante por la.' pcrs peclivas econó m icas que se abrieron (e n prime r lugar. el c ultivo de la caña de UZúcar), y aú n más po r la práctica náu tica que se im pu so a los navegante s. El reconoci m iento a gran escala de las costa." africanas se verificó a partir de 1420. cuando los marineros se Iucron adaptando a las características del espacio maritimo conquistado. Ha.s ta el siglo XVI. la navegación oceánica de los europeos permaneció sustanci almente vi nculada al régimen de los vientos y de la.s corrientes. De ahí q ue la experienci a que los navegantes ibéricos habían acum ulado poco a poco - reco rrie ndo aq uel la especie de Medite rrá neo particu lar que se halla entre las C anarias y las A 1.nrcs- se revelara como insust itui ble y de terminant e. Desde la isla más oriental de l primer archi piélago hasta la m as occi denta l del segundo hay más de 2.200 kiló me tro!' y soplan sobre todo vientos estacionales que los marinero!' euromcdirerráncos ignoraban. C ua ndo su paciente audacia intu yó y asi miló la periodicidad de éstos. se atre vie ron a lanzarse más lejos. Con todo . hasta la realización de los máximos descubrimientos, esos archipiélagos continuaron siendo los puntos de referenci a. de part ida y de llegada de sus empresas oceánic as. Acto res

I

r

(7

u

o

._-~~~~~~-------

I

1

I

l.{)~

lSfM>oS U JilU ..1-0S , .

I .A~

GU H l.ltAS O le ITAUA

47

nativas. En el terreno financiero, en Francia surg lcron c ircun..cripcionce locales de ex tensión mod e sra Ilamedas ilt'(' r;onJ. q ue 8 "u 'l/CL loe reagrupaban en conjun1 0~ más amplios llamados ¡:bllralirfs . grupos dc consejeros generales (ci nco o sei s e n total). Desde fina les del sig lo XIV cxísua una duce na de secreta rios de fi nanzas; un s iglo má s tarde . se convcrtirtan en lo s grandes responsables del sector yen el prototipo de los futuros mini stros del sig to XVI. El reino de Francia heb ra ido aceptando un siste ma fi scal bajo la presión de las necesidades impuestas por la gucrra de los C ien Años. Este sistema se basaba en el monopolio de la sal {gabclal, el impuesto directo { talla} y e l subsid io (aidt') . a los que se añadieron de spués los derechos de adua nas y los die zmo s eclcsi éstices. Todos esos impuestos fueron poco regulare s al principio. pero lo fueron y a a partir de 14 30 apro ximadame nte. La ad mi nis traci ón fij ab a los importes. mientra s q ue las asamb leas que debían concede r tallas y subsidios se limita ban a aprobarlos a posteríon. De sde 1451 . el rey lo s exigió de manera autoritari a. La corona tenía en la ta lla "u fue nte de ingresos mas conspicua: éstos era n fijados por una ordena nza : su can tidad era repartida entre las provincias y pagada parroqui a por pa rroq uia (la contribución de cada fami lia era fijada seg ú n ese cómputo). Pcro ta l ...lsrern a de impue stos daba lugar a una relevante falta de equidad. pue sto q ue no estaban o b ligados a e llos los súbditos más ricos: los noble s. el c lero y lo s altos funcionarios. comu tam poco los prorcstonales y las pe rsonas influyentes . T amhién estaban exentos algunos pueblo s. di st ritos y ciudades (como Ru ém . En la práctica. la tall a venía a ser un impue sto reservado a la masa de las clases medias e infe rio res . ya que no pagarla era sin ónimo de d istinción social y el hecho de estar exento dc clla se adujo lue go co mo prueba de la co nd ición noble de la familia. Had a la mi tad del siglo XVI. la mo narqufa pe rfeccionó 1\U sistema de control atribuyé ndo se la supervisi ón de 1:1 \ fin anzas urbanas ( 1555) y confiand o a sus propios funcionarios la j urisdicción c ivil de las c iud ades ( 1567). La admi nistraci ón francesa res ulta ba la más compleja y también la más costO'3. aunq ue indudablc mente tam bi én era má.s capaz que las demás de responder a los impulsos y a las solic itudes del aparato central. En e l terreno eclesiástico. el conco rd ato de Amboise ( 146 1). si bien reservaba a l papa la potestad de conceder los bene ficios más impo rtantes. subord inaba esta concesió n al benepláci to de l rey. (Los bene fi cios menores dependían alternati vamente de las dos uutoridudes. un mes de cada un a. j M és tarde. el concordato de 151 6 entre Fran cisco f y León X con firió a l soberano e l derecho de nombrar alrededor de seiscientos cargos celesiésuccs de mayor relieve. Este acuerdo sancionó además que podía aprobar o no la publicaci ón de la s bulas papales e n su re ino. La situación espa ñola re sultó ba stante dist inta. La un ión de las coronas aragonesa y caste lla na sobre vino relativame nte tardc y. hasta el li nal del siglo x vn. las autonomías de las regiones mediterráneas se o pusieron con éxito al central ismo. En Catalu ña, la Gencralitat - supre mo régimen locat-c-, además de o tra.. atri buciones fisca les y financieras . as umió pronto prcrrogarívas.. judiciales y militares. Más allá de la au toridad de Castilla. esa instanc ia personificó los privilegios locales. co mo ocu rrió aná logamente en Arag ón. e n Na varra y e n la Lona de Va lencia. En A rug ón. las Co rtes era n más potentes y estructuradas que en Casti-

LOS rSrAUOS

l:lJ J(O "I()~'

I.AS GlJE RRAS UF: llAl lA

porque les era pocible ~g u ir los diClildn~ de la iml:li,gencia ¡'Inlitlcu. Como COf1I:cano de carrera y hucn consejero oe J"rinciIYs que había ..100 - primero en la coe11: de Carlos el Temerario. lue~o oe Lul' XI Y de los ~an~-. ntab3 ccoverct Jo oe que el homm: tiene la posibilidad &: arreOOer) alcanzar 1.. raciooalidad profunda e interna de 1( ", scoorecumenroc Para él. con igUlcntcmenlc. oocui d.1rla o mfringjrla sil!nlfic-dtya transgredir un orden divino y a la vez causar inevirablememe su propi a pérdida. Una minm-ioo;,.a rellc~ión. un debate rápido y una Indagació n sin pre-unciones debían pemunr al pol ítico escoger el mejor camino paru realizar sus prop ios planes. lo cual [',,",uponfa que esto- último.. fueran legi timados si mpleme nte por sus resu ltados positivos. E!>ta, conviccíoncs no só lo (Oran propias de C onnnynes. sino qu e se hahlan gene ra lizado en lo s gabi net es de ll" prrncípes. particularmente e n aque llo.. q ue los axistfun y lo.. secunda ban e n la conduc ta re fere nte al manejo L1cl e...tudo. No todo s lo... prtncipe-, eran pcrvcnalme nte tan frios )' calcoladore.. como Filippo M aria visco nu o Pranccsco Sfcrza en Italia, Luis XI en Franc te y Fernando el Católico en Espa"a. Pero el remedio a ...us eventuales in..uficiencías )"a se había encontrado y se praclkaba cada vez má..: con..i..tía en mdeaoe de háhilo m ini..eos )" de fidc... cceeejeros, que a . u \e'- 'ot valían & un cuerpo de funcionarios . En los estados europeos de ese periodo no existía un ~obíerno en el senuoo moderno del r érm tno . por cuanto los confidente, de l soberano no eran personalmente respon-abje-, an te la.. asambleas ni meno-. aún e~~~ban 10'> podere.. o 1," enalicio nes de e sa.. m i...ma.. asam blea... . En general. no hahía ministros con compete nci a.. muy especificas y sectoriales. salvo en e l terreno financiero. Se trataba de colaborado res laicos q ue podfan dese mpeñar d iversas funciones y acum ula r varias incumbencias. n bien parientes con..angurneos que asl..tfun al monnrcn en tanto que miembros de .. u familia. o inc lu..o a lto.. d ignatari os eclesi ástico.. nom brado.. por é l a causa de ..u gran capacidad y prestigio. Nu -c habían suprimido todavia los cargos mas excelsos q ue hahían caracterizado al periodo precedente• e0 010 el de senescal. maestro de ceremonia... chambelán o conoestabíe. aunque csla... funciones, reservadas a los nobles. ~ estaban conviniendo cada vez má.. en honotí ficaso A medida que organi7aban)" se articulaban 10'> con joc mil:'>. se iba perfilando una aut énuca lucha entre qu~"tr.. podían pretcO!.k.,. formar parte de euos pnr su sangre o por su rango y homhre... de procedencia mi.... modesta, es decir, burguesa. C uando "ühn:salfan por .. us cualidades personales. estos úlli~ eran a menudo los preferidos. sea porque sa h{an que lo debían todo al ...o beranc. sea pur qu e ..e solidarizaban m á~ con los intereses de xu señor. mediante el servicio al que hnbfan .. ido llamados. El triun fo de los d istintos patrones del nparmo buroc rático lue lento . La fi gura tradicional del canciller dominó todavía e n e l siglo XIV y e n el ..iglo xv. y los secretarios se im pusie ro n en el siglo XVI en grandes monarqu rus corno la ingfesa y la france sa, El secretario de Enrique VIII . Thoma.. C rom weü. se co nviníé en la (lCNma má.. importante del ~ tado e n 1533. cuando su..o tuyó al ("3rdenal Wo lsey . el canciller que le precedió. En Francia. tu.. secretarios del re)' entruro n a formar poane de '>ti consejo sohlmt=nte en 1~ 7_ En la mayoría de lolaS, capa-

r

UIS J-.SI Al>O S F.URO"UIS y I.AS (iUr RRAS u u IrA UA

51

tcórico,- y los administradores del c!>lado. en un lransfl"rt c ult ural má.. o menos con "iCi.,: nlc_

Lo que contribuyó en mit)'or medida a irk.TCmcntar la autoridad del priocipt fue la nigna...;oo tk ~ di,üntlb cargos y funciones péblicos. Se trat ó de un ~ cc..o le nto.. aunque irreversible. que Ikgó a ,,"u plcna mecuree ~Io a finales dd ¡glu X" II. precisamente con el triunfo del abMllutismo. Controlar las prelaturas era

.k1:isivo en la medida en que consm uia un medio sobrt'manc.-ra eücaz panI ~nc.-r bajO control a las familias nobI~. c uyos miembros mas jovenes tenían la impen0-.3 necesidad de lo-. beneficios q ue recibían. Con todo. el fa\'or principesco no era menos apio para eegurar la fortuna de la burguesía. Desde la primera mitad dd ",ig lo xv se hahía manifestado co n claridad que las grandes ganancias se ree!liahan sobre lodo con los monopolios y I~ contratos públicos. cuya concesión J ependía del soberano. I.>cMJe los Médicis a los Pazzi . de Jecqucs Coeur a los Fuggcr. Spínola. PaJ1av icieo, Bon...isi , etc.• todas las v icisitudes y peripecia... poltcica.' y militares aparec ían conectadas con las, retacioees entre el príncipe y los grandes empresarios o barqueros. Durante década... la interde pe nde nc ia fue hal:iénJo~ más . trecha. Y en el siglo xvr se impuso de una manera flagrante . De esle modo. la vía de acceso a los diversos tipos de fortuna personal y familiar dependía e n general del soberano y de su corte. de aquellos que aventajaban a 1O!i Jem:i.. en prestigio y poder. asumiendo la... funciones del gran mecanismo que movfa la "ida es tatal. Se observaré. sin embargo. que aún entre el siglo xv y el XVI. aunq ue sin idcn t lfka ~ entre sí. la corte y el soberano se d istingu ían bastante mal una del otm. En e ..le aspecto. pUl' ejemplo . el reino de N époíe, con..lilu ía casi una excepción . t-uera dc la corte. e n efecto. Alfonso el Magnánimo hahía instituido órganos autónomos como la Camera dclla Sornmaria (para las cuestiones económ icas y edmini..uauvasj . la Gran Corte dclla Vicaria (para la justicia c ivil y criminal) y el Sacro Regio Consigüo, además de 0U'a." canc iUeri:n del mi smo soberano. La ..iluación no era me~ clara en las cíudades-olado (dnde Italia hasta Jos Patse.. Baj conciencias nacionales. Del siglo XI\' en adelante se ecenluó el sentírmemo de solidaridad erare los habitames, de un mi ..mo reino. que ha-da considerar como ilíci18 una relación de vasallaje con respecte a señores esablecjdcs fuera de sus frontera" , También deMJe el siglo xrv se deS3lToHa el gu"'o flOr Jo.. especiécuíos r~tUOSOS que \ 'CNlJ1 ....lbn: la \'ida de los pstocipes )' parncc tarmerue !>Obre su ascensión al trono y su muerte. Si en mucha!> de esas f~.. predominaba la gOI:~a explosión de la colecuvidad. OIrU" e..taban canalizada... deliberada mente parol subrayar objetivos estaretes y monérquícos. Tras la aparición de la imprenta. la propaganda política no dudó e n servirse de e lla con gruhado ", o impresos laudatorio.. y también polé micos. Se observur é ig ua lme nte qu e e l crime n de lesa mujcstud. existe nte hasta connenzos del . .ig lo xrv sólo con re specto a It IS c m pcrudorc.... desde 1356 se extc nJ ió tambi én a aquellos que hubie ron ate ntado contra lus príncipes e lectores del Imperio. Es evidente que e n el resto de Europa e so fue evocado tambi én con ~S· recto a los demás soberanos. En tre OIms lIoigJKb de la afirmación estatal se recue rda la evolución que !>iguió el Im perio germémco. Aunttue tal proceso no tU\'O coeseccencíes dunMkra... se proclamó una paz perpetua en 1495. S imultáneamente se in:dituyó en Frankfurt un tribunal competeme para lodos los miembros

1

r• l OS ESTADOS EU RO PEO S Y l AS (,U U I RAS U I> II''' I-I A

59

sino q ue la preocupación principal de las mayores entidades pol íticas y económ icas que la componían era la de que ninguna de ella.. se hiciera tan pot ente como para amenazar la libertad y la independencia de las de más. Desde la mirad del siglo XIV. nin guna potenci a e uropea. salvo la de A ragon. hebra lo grado entromete rse permarerueme nte en 10.liana. Del mismo modo que el humanismo laico había digniftcado de nuevo las obras descuidadas. deformadas o transmitidas fragme mariameme de los dá..ices antiguos y ensalzaba los valores que conten ían, el humanismo cristiano se aplicó al estudio más riguroso de los textos sagrado s para captar su fonna más auténtica o rara extraer mejor su espíritu. Junto a esta lectura mas atenta del Antiguo y del Nue vo T estamento se consolidó el conocimiento y la autoridad de la literatura patrtsnca. part icularmente de los escntos de san Agusun. La espiritualidad de la Devotio moderna y tambi én e l e vangelismo de cuño humanista --que tu vo su ma yor exponente en Erasmo-c- estaba n reservados más bie n a las e lites que a las musas. La le nta y constante búsqued a de una perfección y elev ación moral se trud ucfu a l menos implícita mente en un itinerario ético arduo, que sólo unos pocos e ran capaces de recorrer. Esta búsqueda se fundaba tanlo en una disciplina interi or como en la confianza de poder recorrer con las propias fuerzas el cami no de la virtud y de la salvación. Un prolongado háhito colectivo. al contrario. habla acostumbrado a los ñeie, a l logro de las mera s reli giosas por vías m~ fácile,. e inmediata.s, como las prácticas piadosas . las timosna.s , los votos. las indulgencias o el rec urso a la intercesión de la Virgen y de los

78

U . SI G LO XVI

samos. Quien hubiera qeerico impugnar la validez de tales forma de piedad y su..tiruirtas, sólo podría haber obtenido un éxtto amplio y popular indicando a I() )' los estudiantes de Wittcnberg . Al año sig uiente. má... de un centenar de ca balleros lo escoltaron ha..ta la Dieta de worms. a cuya presenc ia había sido con vocado. Protegido por un salvoco nduc to, rechazó retractarse y la Dieta lo expulsó del Imperio. aunque

80

El. SIGLO XVI

siguió siendo defendido por el elector de Sajonia . cuya escolta lo condujo a Jugar

segu ro. lnnega blcmcmc, uque l monje agus tino supo apel ar al sentimiento nacional de Ins alemanes. e ntre quienes e ncontró en breve tiempo un gran número de seguidores. Con lodo. e.... so lidaridad no fue e l único eleme nto de: que se valió ; se le unió DUO no mene.. im portante: la propaganda por medio de la imprenta, La wición c landestina de sus iniciales 95 tesis conoció ya un éxito mu)' notable. que tampoco faltó a la densa lista de sus escritos posteriores. redactados con un excelente talento de polemista. S610 Girolamo Sa vonarola había podido utilizar en análogas circun..tanelas e l nue vo descubrimiento tipográfico. aunque treinta aI10s más tarde la imprenta alemana consnrura un instrumente mucho más evolucio nado. que Lutero empleó a fondo y deliberadamente. Sin embargo, el reformador encontró 13 mayor caja de resonancia en 13 \01 de SUS propi ~ seguidores. a I~ que habfa reconocido el eerecbo de tratar de los probternas religioso.. y eclesi ésucos con su teoría del sacerdocio uni versal . Aunque en la disputa pú blica de Leipztg (julio de 1519) con Johann Eck éste le había obligado a reconocer que el concilio de Constanza había ya condenado como berénros algunos de lo5. ~ nos que él había vuelto a sostener, Lutero tuvo de súbito ardorosos penidarioc desde Carlsladt hasta Ulrich \ "00 Huuen. dcfodc Franz \"00 S íckingen hasta Felipe Metancmon. E."II~ úllimo. a fine!> de 1521 . presentaba orcenadamerne la doctrina luterana en una afortunada y peq ueña o bra titulada Loe; ("OmmU 1J(' J . En el mi ..mo 01"'0. la ciudad de Constanza rec hazaba aplicar el edicto de w orms y en 1525101 Dieta de Néremberg la imitaba. Entre 1522 Y 1525. oua.s cíudaoes como Estur!. Magdeburgo. Halberstadt, Breslau. Brernen. a.. í como ceetres suabo!; similares, adoptaban el luteranismo. En Koo.ig5oberg. el mismo obispo lo imponía en su peopia diócesis: el p-dn maestro de los caballeros teut ónicos. una vez secularizada la orden. hacía otro tanto en Prusia. Como se hab fa manifestado desde el pri ncipio. e l apogeo de la nue va doctrina hahí3 sido promovido por los apoyo!> seculares: sin ellos. su suene habría ..ido com pletamente distinta. Alemania no era solamente el te rre no más rérti l para un a revuelta antirromana y an tipontificia...ino que era tam bién el má... apto. dividido polrücamenre corno estaba. rara la formaci ón de partidos o puestos . En 1525. algunos prínci pe s ale manes '-C a liaron para hacer frente a la propagación de la nueva doctrina: inmediatamente. el elector Juan de S ajonia. sucesor de Federi co. y Felipe de Hesse '>C coaligaron para defenderla. La di scordia m ás viva se hebra in..talado así en el corazón del Im perio . con toda la ve ntaja para los diside ntes. que e n el rrn smo afio. e n la Dieta de S pira. consiguieron hacer rec hazar la aplicación de l edicto de w orm s . Cuando e n 1529 un a nueva Dieta quiso volver a poncrlc e n vigor. seis príncipes y catorce ci udades protestaron. ganándose el epíteto de protestantes. que desde e ntonces debía desi gnar a los seg uidores de Lutero (y luego tam bién a los demás refo rmadores de aná loga inspiraci ón )" En mano de 1513. éstos llegaron a establecer u n auténtico pacto armado. llamado Liga de Esmalcalda: era la prueba de que la pequeña nobleza y muc has burguesías ci udadanas hab ían descubierto e n el lu te ranismo las pers pectivas concorda ntes co n sus objetivos. En una medida ha:...a e ntonces inhabitu al e impresionante, toda ..uerte de au -

I

U. REFO RMA PRO I ls

rAN-l li \'

lOS ('ONF UClOS t .utt OI'EOS

81

roridades civiles. bajo la fác il ju..tifi cucién de la salvaguardia del o rden púb lico e inc luso en nombre de la propia conciencia. 1oC!' aprestaron a tomar povicioncs en el campo de' la.. creencias y de las práctica... dd cuno. Así. en Zúrich. a comienzos de los años veinte. el bcrgorneestre y el consejo de la ciudad proclamaron su derecho a intervenir en esa materia. En oeos términos: la responsahilidad política ik Jos magoeaocs, sobre todo en el área alemana. se tradujo en la reivindicación de legislar en el terreno dogmático. cultural y eclesi ástico. Hubo inclu'iO casos paradéjicos. como el del arzobispo de Colonia Hennann von wied. Aunque su preparación teológica era escas-a. este príncipe del Imperio otDr¡!:ó mucho crédito al reformador Martín Bucero y le promelió introducir en ...u IC1TÍlono varia.. innovacíones protestantes. Si el pontífice pudo excomulgar a aquel arzobispo. q ue fue después destituido. ni el papa ni el mismo emperador pudieron hacer nada contra los príncipes Iaícos que no d udaron en manejar el roovtrmemo reformador para su propio pro\·«00. É.. Estas innovaciones sugerían otra... o . al menos, m uchos intentaban esforzadamente que tuviera n lugar. En una ~iluac¡ón que se había hecho tan fluida. varias

82

E L SIGLO

x'....

categorías sociales trataron de imponer sus exigencia!": en primer lugar los campestnos, que rentan tan tas asp iraciones insatisfecha.. dcMlc had a tiempo. l.utero ' luteranos, príncipes y nobles sobre todo. lomaron la.. armas contra los revouosos. Tra.. varias vecüacioncs. Lutero se inclinó a favor de los nobles y los exhortó 11 e xterm inarlos. como efectivamente acaeció en Prankenhauscn (15 de ma)o de 1525): xtumzer fue capturado y luego ejecutado. La breve llamarada que había ardido en el verano de 1525 en la parte meridional de A lemania se reavivó una decena de años má.. tarde en el valle del Rin. AIIf reapareció aún más viva la convicción de que el fin de los tiempos e~ba cerca. que iba a in...taurarsc una nueva Jerusalén. De hecho. en 15J.4 kl'l anabaptista... consiguieron apoderarse de M ün...ter. en wesfaha, e in..taurar un régimen radical. bajo la guía de Juan de Leyden. Durante un ai\o epeovimadamente. se impuso la repartición de todos los bienes (incluidas la casa y la alimcntación) y se in..tituy6 la poligamia: el dinero fue declarado fuera de curso. Pero la. rtl'tesión por fUI1C' de las tropas episcopales no lank) en Impoeerse y en dispersar a los exaltados (2-' de junio de 1535). Lutero dedujo de esas experiencia.. que la.. masas alemanas eran Iocapece.. de asumir la re..ponsabilidad de los propios destinos e.. pirituale, y que había que salvaguardar el orden con..tituido para permitir a los príncipes asegurar el é xito de su Reforma. Se dio cuenta de que sin su apoyo és ta no podría cl m..o lidarse. pero e n contrapartida hizo suyas las exige ncias del estado . Era innega ble que los poderes de los gobernantes sa lían reforzados de la doctrina del sacerdoc io universal y que el luteranismo les atribuía una mayor respon sabilidad social. Si la autoridad civi l tenía el deber de reformar la Iglesia y unclarla. de esto se derivaba que esa autoridad no encor urartu resistencia aun cuando se inm iscuyera en cuestiones religiosas, Eru obvio que en la situación alemana el lutera nismo con stuufu para los príncipes un anna contra el e mperador y \0'; señores que seguían sie ndo cat ólicos. Con todo. aún e ra más claro que con esta alianza entre el trono y el altar protestante se introducía e n la escena e uropea la premisa para roda una nue va serie de graves conñíctos. La política de l conunenre venra a hacerse singularmente complicada. d&lo que a las contienda... di n:btica.s y a las rivalidades por la supremacía de la.. potencias ~ añadían. como motivo de con flicto, las di-

LA REFORMA f'RO r ESTA N11! V l.OS c nN H .ICTOS l' U ROI'H)S

scnsiones y las hostilidades de natural eza relig iosa. Para consolidar e l é xito de sus doctrina". Lutero no vacil ó en emprender un cami no ya bien conoc ido y practicado. a pesar de que sus implicacione s co nstituye ro n una importante novedad en e l mareo de una si tuaci ón profundamente cambiada. E.s decir. la gran aportación del luteranismo cons istió e n la ruptura de la unidad confes ional propia del mundo católico. Con la ayuda de los príncipes. Lutero no dudó e n constitu ir una auténtica iglesia di ferente de la de Roma. que h'L..ta entonce s había reunido bajo su égida a todos los creyentes. Cierta mente no se podrfa e ncontrar una prueba más palmaria y decisiva de la pérd ida de prestigio y de autoridad del pontífice romano. pero la divisió n así introducida revelaba adem ás ha...ta qué punto la preponderancia del poder civil se había impuesto sobre el reli gio so. Anteriormente. lo s soberanos tampoco habían tolerado que las dive rsas creencias o las doctrinas contrarías a la co mün onodo xia se implantasen e n \ u territori o; sin embargo. la religión segu ía siendo única. no -.610 en el interior de cada estado. sino también en el exterior. Ahora. un número cada vez más importante de príncipes no vacilaba en abrazar una forma de religión nue va y muy di scordante, hasta e l punto de exigir a sus súbd itos que los siguieran e imi tasen. Por lo demás. esto no excluía lo que a veces suced ió: que un país tuviese que pasar no sólo de una confes ión a otra. sino tambi én retornar a la anterior o aceptar una tercera. sigu iendo los camb ios de posició n de sus gobernante s.

4 . P Il:1MERA owusI6s D E LA R EHlItM ....

La obra de Lutero. sin embargo. no IOVO solamente esos resultado s. a causa de sus repercusiones notable s en e l ámb ito cu ltural. Convencido de que la Biblia era un texto accesible a cualquiera que la leyese con los ojos de la fe. preparó una ed ic ió n alemana co mpleta. ilustrada por Luces Cranach ( 1534): antes de su muerte . la obra tuvo 84 ediciones diferentes y 25 3 reimpresiones. con innegables bene fi cios para la lengua nacional. El sector de la enseñanza fue profundamente inFluido por e l luteranismo. pue sto que pasó de manos de la Iglesia a las de los magistrados seglares: se intentó realizar una instrucc ión general o blig atoria. laica y técn ica además de reli gio sa. Desaparecidas las ó rdenes monástica s. la asistencia social fue co n fi ada a la... parroquia... y :1 la.. comunidades: un gran número de mo nasterios fueron tran sformados e n ho spitales o manicomios . En co nj unto. las co lec tividade s luteranas se en contraron inve stid as de toda una serie de de beres soc iales. y esto contri buy ó al desarrollo del sentido cívico de las poblaciones. Lutero no fue sino el primero de u na larga lista de reformadores q ue intentaron organizar ig lesias autónomas que respondiesen a sus doctrinas. pero que fuesen generosas con e l poder co nstituido. Así. Martín Buccro (1491- 155 1) en Estrasburgo no denegó nunca a los magi strado s civiles la facultad de dar directri ces a la ig les ia local. En Basüea. donde Ecolampadio ( 1482-1 531 ) hab ía internado salvaguardar mej or la independencia de la co munid ad reli gio sa por él promovida. fueron las autoridades municipales las que suprimieron el consistorio ce ntral

EL S IG l.O XVI

de pastores que había sido instituido. Los reformadores de aquella ciudad tuvieron que contentarse con los consejos parroq uiales. donde tomaban parte también representantes del gobie rno civ il. Se tendía. pues. a la ap licación de un principio que seguía sin tener e n cuenta la libertad de las conciencias: ("/ú us regio eíus religio ; cada uno debía acostumbrarse a seg uir la confes ión de su propio estado. Independie nte desde 1523. Suecia (q ue comprendía también Finlandia) se orientó progresivame nte hacia la Reforma. T ras la Dieta de v üstcras ( 1527 ). el represe ntante oficial del partido católico fue e xpulsado del país y el pode r espírltual quedó conce ntrado en las manos del rey Gustavo Va-m ( 1523 -1560); és te llevó a ca bo una e nérgica po lítica eclesiástica. confiscando vastas prop iedades que habían pertenecido al clero. Entre 1526 y 1536, Dinam arca y Noruega se pasa ron al luteranismo, que naturalmente siguió difundiéndose por el Imperio y e ngrosando la Liga de Esmalcalda. La gran victoria milita r que Carlos V consiguió sobre los protestan tes alemanes de Mühlberg (24 de abril de 1547) no pudo restablece r la situación y sus efec tos fue ron pasajeros. Alemania, aunque reconoció como em perador al bcrrnano de Carlos V, Fernando de Habsburgo, se e ncontró dividida e n el plano religioso en dos zonas desiguales. Mientras Baviera y la parte occide ntal (valles del Masa. de l Meseta y gran parte del valle del Rin) siguieron siendo católicos. el resto -cerca de dos tercios del territorio- fue desde entonces protestante: la paz de Augsburgo ( 1555) sancionó es ta di visión confes ional. El primer gran país que, fu era del Imperio, adoptó el protestantismo fue Inglaterra: un país donde las instituciones eclesiásticas no gozaban de mucho prostigio y habían sido vigorosame nte atacadas desde los tiempos de Wycli f. La segregación con respecto a Roma. sin e mbargo. se produjo por motivos singulares y de una forma totalmente es pecífica. Enriq ue VIII . en efecto. que había escrito incl uso un tratado contra Lutero e n defensa de la doctrina tradicional. en 1527 se dirigió al papa para obtener la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón. No habiéndo la obtenido. decidió igualmente casarse con Ana Bolena. sirviéndose de la anulación que había dictado el arzobispo de Camerbury, Th omas Cranmer (mayo de 1533). La energía que Roma había demostrado tan escasamente contra Lutero y sus primeros seg uidores se manifestó ahora: el rey. la rcina y el prelado fueron e xcomulgados (julio de 1534). Enrique VIII. sin e mbargo, ya había tomado medidas audaces y no se vol vió atrás. Desde fe brero de 1531 se había hecho reconoce r como protector y jefe supremo de la iglesia de Inglaterra; al año siguiente había impedido que las habit uales «anualidades» se recaudaran e n su reino y fueran enviadas a Roma. Tras la conde na papal, en noviembre de 1534, se atribuyó el derecho de reprimir la herejía y de excomulgar, exigiendo a la vez, sin e ncontrar casi resistencia. que los mie mbros del clero. de la magistratura. de la burocracia y de la universidad j urasen reconocerlo como su premo jefe religioso: todo adulto e ra obligado a hacerlo igual mente. Suprimidos los monasterios. sus vastos bienes fueron confiscados por la corona, que a su vez los vendió asegurándo se el valioso apoyo de la clase terrateniente que los había adquirido. Desde entonces. los obispos eran elegidos como ames por los cabildos de las catedrales. pero la lista de los candidatos tenía que ser aprobada previamente por el rey. Las cere monias católicas y el c ulto de las imágenes fue ron mante nidos. así

85

LA RE FORMA PROTESTA NTF. y I .O S CON F LICTOS IoU RO PEOS

La di/lt.fiÓII JI! ia Hr/ urma

,.n lomo a

1536

, ~l , •

('~ ,'l

¡m

, • •

1. Estados y ciudades adheridos a la reforma luterana. 2. C iudades adherida.' a la reforma de: Suiza y de Esnasburgo. 3. Reforma anglicana. 4. zonas con notables infiltraciones de la Reforma. 5. Acuerdos polflicos y religiosos de wirtenberg.

como las plegarias para los difuntos y el dogma de la transustanciación eucarfst ica. En torno a 1536 pareci ó que el soberano abríalars puertas al luteranismo. pero al año siguiente restab leció la práct ica de los siete sacramentos y en 1538 prohibió el matrimonio de los sacerdotes; en 1543 recomendó incluso la devoción a la Virgen y a los santos y prohib ió la lectura privada de la Biblia. La coherencia de la política relig iosa fue todavía menor bajo los sucesores de Enrique VIII . aunque fuera porque el prime ro. Eduardo VI ( 1547- 1553). sub ió al trono cuando sólo tenía nueve años. Entre 1547 y 1548 se hizo sentir la influen-

II

srm.o

XVI

c ia luterana. entre 1549 y 1553 la calvmi ..ta, con una ~ucc~i6n de cambios ecle..i:hl.iem. y lu ürgjcos tuna gran parte de: tes obras de: arte sacro se perdió al tiem, po que jos altares eran sU'il.ilUidos. por "iimples me"ia.'i ). Los cinco años del reina. do de Maria Tudor ( 155J- 155 8) prnnitteron a Inglaterra volver a ~ car ébca; el Paríamcmo aa-ptó la recoocilixión ron Roma. aunque ttthll7ó resumir las ríerrasconfi'4'1M hs a la Iglesia ( 3 de enero de 1555). Una minoriadc: peceestantes, no (~Lanle. comrtió varios actO!'> ". la Reforma. en cambio, turbó y destrozó la Ifnea de su.. horizonte!i memaíes. los apartó de la óptica uni taria y dogmática. IO!i puso en presencia del plura lismo rehgi oso como a lgo objetivamente posible. real . A pesar suyo, y aunque !\610 fuera en un punto extremo . Eu ropa comenzaba a admi tir la coe r ¡..tenc ia. a aceptar e n profundidad la div isión. Antes de que estuviese bien elaborada la idea de tolerancia. empezó a !i u~irel inconfesado reconocimiemo de su necesidad; ames del hberti nismo declarado. se tuvo la intuición vaga de que se podía dejar de creer e n todo lo q ue ha."la e nrcoen se había aJmitido y predicado. sin ser por esto digno de ~prttio. Era cuma la ~nsación nueva de que en materia de creencias el hombre tenía el derecho a med ir por sí mtsmo el grado de adh esión intelectual y moral. En otros términos: desde 1530 no se verificó solamente una fragmentaci ón ec lcci ésuca en con fesiones YUJ.tapue.us: un bcen número de fieles no se inclinó ni ror una parte ni por otra. mientra,.. que una masa aún má.. numerosa admitió desde entonas 10.0. diversos cultos por costumbre o por conformismo. como si se hubieran convertido bru'\Cameme en manife..teciones exteriores. Sin ninguna duda. la mayor parte se encorufÓ promo encuadrada o e n la.s nuevas estructuras peoresranrcs o en 10.0. Te -

LA IU-J'ORMA I"R0 1E.'' irA N U .. y LOS C.'OSFUCTOS EU RO I"LOS

91

novados andamiajes católicos. Un cambio notable. sin embargo. se había vcriñcado: puesto que ero necesario seguir y practicar la re ligión del soberano y dado q ue este último pe rmi tía un a Inquisic ión a menudo aloc ada. la es pontaneidad de tos senu rníemos se sintió contrariada. la fuerza de las creencias quedó inhibida y su ex presión. fal se ada. Fueron llamados nicodcmita.. aq uellos que. a semejanza de Nicodemo. que no había osado pronuociarse a biertamente a favor de C ris to. no ten ían el valor o la voluntad de manifestar püblícarncme sus conv iccione-s interiores.. Fueron c íerlamente numerosos terno e n 1m. paíse s donde I ~ luchas con fes ionales estallaron co n violenc ia como en los estados e n que e l apa rato represivo impidió que se manifes taran. T ambié n se- multiplicaron los «libertinos espiri tuales», qu e d isociaban el comportamie nto externo de la adhesión a las propi as ide-a." reü gi osars. Una actitud semejante. que tan to preocu pó a Calvino. se e ncontraba sustanctalrremc en Kaspar Sch wenckfeld (1489- 1561) y en sus seguidores. desde Alemani a hasta Trunsilvania.. A 1m, ojos de éstos M: reducían a puros gestos si mhólicos tanto las peque ña.s prácticas de piedad como íos sacra mentos : el mi..mo Cri sto constituía tam bién con cierto modo un intermediario simbólico. A l lado de- cuantos se e-nfrentaban a cara descu bierta .a causa de- los dogm as y las formas de c ulto había muchos que no in tervenían en el enfrentamiento. aunque tampoco se limitaban a asisnr a é l como espectadores. Eran tant o menos pasivos cuanto que se destacaban tanto de unos como de otros de una manero consciente. reservando-e la libertad de creer y de j uzgar. Entre ellos se encue ntro a quien interioriza fue rtemente su propia fe. que- asum e incluso acentuados tintes místico s; a aquellos en cuyo espíri tu se infiltra un grado m és o menos alto de indiferencia; a otros que haCe-II despuntar lo s primeros brote s de una ética autónoma y laica; en fi n. a quienes llegan hasta e l e xtre mo de rebelarse co ntra e l mi smo cristianismo. En tumo a 1550. e n efecto. al revoltijo de creencia.. vino a sumarse una especie de catalización de- la incredulidad en cuanto tal. Cualq uier orientación o tendencia im plícita o ex pl ícitamente antic ristianas fueron increme ntándose con la ci rculación acelerada de las ideas. por la vivacidad y la am plitud de las po lémicas. mezcl ándose. confundié ndose y reforzándose según los casos. Aunque a lgu ie-n qu isiera limitarse a defi nir e l nicodemism o y sobre todo el Iibc rtini..mo espiritual. j unto a ciertas formas de anabaptismo, como fenómenos puramente heterodo xos, no le resultaría fácil renu nciar a relacionarlos indirecta mente con las corrientes del libre pensamiento. con las lendencia.. encaminadas haci a el racionalismo y la toleranci a. Hacia la mitad de l siglo xvi. un buen núme ro de e uropeos da m uestra de actitudes superficiales o hi percríticas. o incl uso de un a despreocu pación bastante nueva con respecto a las cree nc ias religiosas. Este de sapego mcnml y esta despreo cupación van desde cie rtas fo rm as de escurn¡o anricc lesí ésüco o de: ..he rejía .. hasta toma.s de posición razonadas y filosófica.". a trav és de toda una gama de posiciones intermedias. La atmósfera general creada con la Reforma ha consti tuido una coyuntura favorab le a la manifestaci ón de gérmenes que la ci vilización euro-pea llevaba en sí misma desde hacfu tiempo. de-sde e l anticlericalismo hasta el cpícure rsmo. pasando a través de varias fo rmas de nacionalismo. A partir de 1530 aumenta e l numero de quienes conside ra n las religiones como construcciones hu-

92

I'.l. S IGLO XVI

manas, c uya función es la de mante ne r a Jos estratos infe riores de la sociedad sumisos y obed ientes. Pode mos mencionar incluso a cuantos se dejan lle var por e l placer grosero de blasfe mar y de ostentar un auté ntico desprecio por el culto y sus formas . Pese a cons iderarse d islocada y escasamente coherente. la incredulidad aparece ya como un monstruo temible a los ojos de los fieles de las diversas igle , stas. Los ataques d irigidos a esa incredulidad exageran regularmente sus dimensiones. y es que en efec to esa irre ligión es una gran no vedad. Ya no e s só lo un re. chazo a aceptar un credo de las manos de los intermediarios eclesiásticos. sino también la exigencia de reducir los do gmas a afi rmac iones comprensibles desde el parámetro de la razón y de la mo ra l human as. Desde la segunda década del sig lo XVI. Maquiave lo había criti cado con vigor lógico la visión cristiana y ex presado una ctara preferenci a por la religión de los antiguos paganos. En 1537. Bonaventure des P éríers había tachado a Cristo de impostor e n su o bra Cymbalum mundi; hacia 153 1. Miguel Servet había publicado tes escritos en q'-!c negaba e l dogma de la Trinidad : en ¡¡U Chríst ían ísmi restinaío. de 1553. el médico español negaba también el pecado ori ginal. En tomo a 1520. Carlstad t. e n nombre de la prioridad del espíritu sobre la letea. había atribuido a las Escrituras una importancia relativamente sec undaria. insistiendo en la inspiración interior que transforma y dei fica gradua lmente al elegido : co mo tantos o tros libertinos espirituales. Carlstadr era partidario de una comunidad libre de laicos iluminados. Desde su primera aparición. no todos los anabaptistas fuero n partidarios de la violencia paca implan ta r el reino de Dios. Desde S uiza hasta el sur de Ale mania. desde Au stria hasta Moravia y los Países Bajos. o tros (como Ba lthasar Hubmaier) rei vindicaban el derecho a organizar su propia secta fuera de los estados y de las iglesias del estado. Sebastian Franck (1499- 1542). por su parte. fue hostil a cualqu ier ig lesia organizada. como también a las ceremoni as. a las imágenes sagradas y a los edificios de culto. mientra s que S ébastien Castelhon ( 15 16- 1563) negaba el derecho a dar muerte a los herejes. Libertad. razón. tolerancia eran valores q ue sed ucían. aunque fuera só lo por contraste con la fiereza de las luc has re ligiosa.s y con e l dogmatismo renaciente.

7 . CA RLOS V

Exactamente con un siglo de di sta ncia entre e llos. dos e mperadores. Segismundo y Carlos V. tuvieron que hacer frente a la herej ía. a la reforma de la Iglesia y al peligro turco: los comportamie ntos de uno y de o tro fueron aná logos. Al menos exteriormente. sin e mbargo, e l pode r de Carlos V parecía mayor que e l de su predeceso r: ade más tic la coro na húngara. unía a su ce tro imperial la coro na espeñola y la joven pote ncia uanscce énica e n continuo desarro llo de los castellanos. En contrapartida. contra los dominios de los Habsburgo (tan extensos que en su terri to rio no se ponía nu nca e l sol) se erigía a hora no sólo e l ex pans ío nismo o tomano. sino también la decidida acción de Francia. Carlos V sonaba con restablecer el prestigio de l Imperio y con hacer de su cabeza e l árbitro de los destinos co ntinenta les. No obstante . a pesar de haber perseguido su obje tivo durante

LA REfORMA plI:O n STASTE y I-OS G~n~"log{a d~

I

MT

ie

I

lrM. imili_

~Ipe

-I

Fe

:a r~

SlInt. Fe de Bog01j

-S• ,• -§ •

'v--rcc

o

La Plata I

&

•e

Valdivla

,• ·•,

El imperio

, •o ,o

tl",,.,¡Cf/110

JI' Cortos V





M,re ne;. "PIlI\ol.,

lIIlJ Herenei.....trlac:• 1-:/ imperi" jI" Curlo.1 V

:;

96

U . S IGlO X VI

cuar el territorio saboyano. que desde 1536 servía de óptima base de part ida para la.. intervenciones. francesas en Italia. J unto con Sabcya. el Piamonte era rest ituído al duque Manuel f iliberto. con la única excepci ón de Pine rolo y de Saluuo. Desde entonces. el principado. reconstituido de este modo. gravitará durante va. rias décadas e n la órbita e..pa ñola. igual que la Toscana de los Médicis y Génova. Finalmente. Francia renunciaba a sus derechos sobre Anois y sobre Flandes. como también a la reciente conq uista de C órcega, que volvía a estar bajo domi nio de la república ligur. Si les príncipe s luteranos alemanes habían constituido algo más que un obstáculo a los pies de Carlos V, sustrayé ndole tantas fu er/ as a su prolongada lucha contra Fra ncisco I y Enrique 11. un adversario aún más tem ible que el francé s lo tuvo ocupado durante década... en el opuesto freme balcáni co y en e l berberisco del norte de Á frica. A diferencia de los e stados occide ntales. e l imperio otomano tenía como objetivo principal la ex pansión armada en dirección a Europa. E. de compleja transición desde las instituciones precedentes a la conciencia m é.. o menos clara de los de rechos modernos. En cierto sentido. el primero de esos derechos parec ía ser e l de la libertad de las creencias. La reivindicación protestante de la fe individual se habfa convertido adem ás e n la de los derechos innatos y. en c ierta medi da. naturales. no revocables por pa rte de los poderes temporales. La co nvicción de un derecho de concie ncia independiente de la obediencia al estado vino a constituir una de las vías de paso haci a la afirmación de inalienables derechos pe rsonale s. Por 10 demás. el apego interno al conjunto de los ..privilegios» locale s simbolizaba una tradi ción de libertad. Los Es tados Generale s de los Países Bajos desempe ñaban la funci ón esencial de aprobar los impue stos requeridos por e l príncipe. para cuya apl icación el ase ntimiento de sus diputados era visto como in-



11 4

EL SIG LO XV I

tos Pat ses

8 tljos

A lkmaar

FLANDES

Bruselas .

, Ulle

Oouai _

Mona e

Narnur _

• HAINAUT Valenciennes

1o-';'O!Cambra,1......_ ...



Ciudad.... e n In que e m pe zó la

re~¡On

Paises de la Gellflrali dad. incorpor lldo s a las PrOllincies Unidas en 1648.

Unión de UI,echl en 1579. PalüS Bajos ... paflol"

"n1648.

de 1512.

- -- LA CO N T RA RRE FO RM A Y L AS POTEN CIAS PROTESTA NTES

115

dispensable. De este modo. la noción de «pri vilegio.. representaba el sagrado vrnculo qu e unía a los súbditos a su soberano y constituía e n definitiva el apoyo legíti mo y reconocido de un control de su actuación. Precisamente la defensa de tales ..pri vilegios. desempeñó una función central cuando fue usarla para reclamar la subdivisión de los cometidos a la que se estimó que el rey se había comprometido. e xactamente como si se tratase de un acuerdo recíproco. A medida que la acción española se mostraba més dura con respecto a los súbditos, estos últimos tendieron a asimilar lo s tradicionales ..privilegios.. a una forma de contrato. como si se e ncontrase en un contexto de gobierno constitucional. Era una presión animada por las convicciones calvinistas respecto al derecho de resiste ncia a la autori dad contraria a la fe verdadera y conducía a la di solución del deber de obed iencia e n aq uellos casos e n que e l príncipe no hu biera observado la relación de reciprocidad ya supuesta co mo existente entre él y sus súbd itos . Los gueux del mar manifes taron una fuerza agresiva e indomable. hasta el punto de tomar posesión de casi todas las ciudades de Zelanda y de Holanda. El radicalismo calvinista encontró en e sa circunstancia el mejor terreno paca desplegar su capacidad organizadora y su rigor ideológico. La dureza de la acción español a hizo aceptables incluso las más enérgicas iniciativas de los revoltosos. inclinados explícitamente a convenir a los católicos a su confesión. Después de que Gui llermo de Orange hubo aceptado (1572) las funciones de go bern ador de Holanda. empezó a deli nearse una fragmentaci ón del país e ntre una parte septentrional cada vez más independiente de España y una zona meridional todavía bajo su control efectivo. A e llo se lIeg6 explícitamente en 1579. cuando fueron proclamadas pri mero la Unión de Arrás (que comprendía aproximada mente el sur valón y es taba animada por la aristocrac ia católica loc al) y después la de Utrecht, que rea grupaba las re giones flamencas y calvinistas . Estas últimas procl amaron además su república independiente. llamada precisamente de las Pro vincias Unidas (julio de 1581). En contrapartida, el poder español se estabilizó progresivamente e n la parte meridional. e n gran parte gracias a la habilidad táctica y política del nuevo go bernad or Alejandro Farnesio, quien entre 1579 y 1585 vol vió a ocupar los grandes centros de Toumai. Ypres. Brujas. Gante. etc . Hay que tener en cuenta además el hecho de que varios elementos contribuyeron a mantener católica esa región. donde la propiedad ec lesiástica ocupaba un lugar predominante (l as tres cuartas partes de l suelo en la zona de Cembraí.Ia mitad en la de Namur y porcentajes relevantes también en Artois. Bravante y en Flandes propiamente dicho ). La Contrarreforma. en efecto. había lle vado a cabo una notable ofensiva, con toda una serie de fundaciones de seminarios (al de Ypres e n 1565 sucedieron los de Arrás y Brujas en 1571 . de Loveina en 1579. de Douai e n 1586. de Liej a en 159 2. de Malinas e n 159 5. de Amberes en 1602 y d e Gante en 161 2). A su vez. los je sui tas concentraron allí sus esfuerzos y abrieron muchos co legio s. de Toumai (1562) a Dinant (1573). de Saint-Omer (1566) a Doua i ( 1568) y a Amberes ( 1573); entre 1584 y 1592 fueron inaugurados los de Ypres. Cou rtraí. valencíennes. Gante y Lille (y desde 1592 ha sra 1625 serán fundados otros 27 establecimientos escolares de la Compañía de Jesú s). Mientras tanto. la contie nda no tardó e n cambiar de aspecto. porque se internaci onalizó: para evitar

1 16

E l S IGLO XVI

que Famesio progresara de masiado en su reco nquis ta. Inglaterra intervino e n el conflicto. aunq ue sin declarar abiertame nte la guerra a España. La indudable superioridad militar terrestre del soberano español y su alta conciencia de paladín de la propia fe se encontraron de frente no só lo con las reivindicaciones de los Países Bajos, sino tambié n con 1000 un conj unto de fuerzas que de varias maneras vinieron a o bstaculizar sus designios. Se trataba de e nergías aún no coaligadas, aunque a la larga resultaron suficientes para lransfonnar una revuelta local e n un a uténti co conflicto internacional con resultado desfavorable para la monarquía española. Desde el co mienzo pareció claro que Felipe JI no se iba a encontrar sólo frente a las presiones de unos súbditos descontentos o reacios, sino también con toda una serie de dificullades de otro tipo. La potencia de España , en efecto. lenfa sus límites. Si tenfu necesidad de tropas para hacer frente al sultán en el Mediterráneo, tenía también que retirar algunas de los Países Bajos, mientras que los hugonotes franceses constituían una seria amenaza a las puertas del reino ibérico. El desarrollo de los acontecimientos en los Países Bajos sólo se puede comprender adecuadamente enmarcándolo en las circunstancias de la époc a, al estar aquella región situada en una zona neurálgica del enfrentamiento que se estaba perfilando en Occidente entre el frente protestante y el católico . Por otra parte. co mo bien lo demostraron las peri pecias de la lucha que siguió, España nunca lU VO la posibilidad de llevar a cabo una eficaz acción naval en aguas de los Países Bajos. La marina de guerra constituía su punto débil mienIras que, en particular en la primera fase del enfre ntamiento, ésta se manifestó como la carta principal de los insurrectos. Sus puertos. en efecto, poseían una flota muy numerosa, co n tripulaciones desde had a tiempo acostumbradas - al contrario de las espa ñolas-e- a la maniobra y a la navegación por los mares nórdicos. Era bastante fácil transformar sus ágiles barcos mercantes en navíos armados, aptos para realizar operaciones militares mediante el empleo cada vez más adecuado de la artillería a bordo. Por lo demás, el dominio del mar aseguraba unas preciosas relaciones con la aliada natural de los sublevados: la Inglaterra de Isabel L En el plano estratégico, pues, España no partía de una posición de segura ventaja. ob ligada como estaba a actuar en aquel escenario para ella leja no casi exclusivamente a través de cuerpos de expedición terrestres. Las relaciones entre Felipe 11 y la reina Isabel ( 1558~ 16(3) tenían ya una larga historia desde que el soberano español, muerta María Tudor (1558). había considerado la posibilidad de casarse con eIJa. Los acontecimientos tomaron muy pronto un rumbo muy diferente: las simpatías de los ingleses por Orange eran evidentes y los gueux del mar encontraron un refugio acogedor en sus puertos. Isabel intentaba no enemistarse demasiado con España, para evitar que ésta apoyase abiertamente a los partidarios católicos de la pretend iente María Esluardo; con todo, permitía que sus súbditos practicaran una piratería activa en perjuicio de los ibéricos. A medida que pasaban los años y sus golpes de mano resu ltaban fructuosos, los ingleses adquirían una experiencia oceánica no inferior a la de los españoles, conociendo cada vez mejor sus debilidades y valorando la perspectiva de poder co mpet ir con ellos en el mar.

LA CONTRAR RfH) RM" V LAS POTF.NCI"S P R01"EST"NTES

11 7

Est as nuevas rivalidade s se inscribían sobre e l fo ndo de un evide nte renco r confes ional. De sde 1559 . Isabel se había hechu proclamar «supre ma gobern ante temporal y espiritual del reino... hebra vuelto a pone r e n vigor la legislación anticatólica con el Acta de Uniformidad. que castigaba a quien no seguía e l culto o fi ci al. T ambién por influjo de la vecina Escocia. donde en 1560 el Parlamento había acep tarlo el calvinismo de Joh n Knox, los puritanos q ue se insp ira ban e n él se difu ndían progresi vamente en Inglat erra. La reina no lo s favorec ía, convenci da de que el episcopalismo anglicano aseg uraba mej or la defensa de las prerrogativas del estarlo; en co ntra partida. el puritani smo hacía mucho s prosélito s en los, Comunes. do nde se re fo rzaba la oposici ón a la política de la corona . Estas dificultades internas contribuyeron a explicar que las rel aciones entre Ing late rra y España no se preci pitaran en un auténtico conflic to ha.s ta después de 1585. Mi entII"" tan to Felipe 11 . desaparecido e l último miembro de la dinast ía legftima tusitana. e mpare ntado co mo esta ba con la d inastía portugue sa. había anexionado Portugal y sus dominios de ultramar a España ( 1580). Desde hacía algunos años ya habían sido puesta.. exp lrcüamer ne e n un plano de paridad la ..vocación .. del rey y la de los estados. dado que tanto e l uno como los o tros habían reci bido autorid ad y poder de Dio s y de las leyes de l pa ís. Para sostener la causa de los suble vados c n la lucha. hecha c ada vez má.. ag uda . no se tardó e n hacer de las asam bleas de los estados el auténtico receptáculo de la soberanfa. Semejante paso fue dado en ju lio de 1581. cuando esas instancias se arrogaron el derecho inaudi to de derrocar al monarca . E n cierto modo. los estados se convirtieron en e l terreno en que e mpe zó a realizarse la revolución políti ca de la reg ión. e n tanto que e l rápido desarrollo de la situación hacía de ellos el trámite y el crisol de un viraje histórico. G racias al número de sus representante s. los grupos mercantiles y burgu eses de las ciud ades (e ntre las qu e se había terminado dando la primada a A msterdam) fueron muy pronto ma yoritarios en sus asam bleas. Más que una base jurídica fue esa plataforma socioecon ómica la q ue les aseg uró un auténtico poder. Representantes de la colectividad . los estados si· guieron fun cionando co mo instancias de delegados de int ereses locales precisos: de ahí que lograran c imentar la coexis tencia dc provincias celosas de sus particulari smo s. Además. con el transcurso del tiempo. e n sus a.sam bleas se pe rfi ló una mayor conc ie nciación de l propio papel soberano. A medida q ue se imponía la necesidad de una administració n estatal independiente y cohere nte, se advirt i ó el carácter ind ispensa ble de la organización efi caz de un gobierno central. De sde 1577. en efecto. se había pasado de la fase de re presión más o menos ine vitable a la del auténtico conflicto político y militar entre dos frentes opuestos. Las proporciones mundiales de la contie nda se habían hecho evide ntes. siendo cl aro qu e la alineaci ón religiosa seguía la pauta de la lucha po lítica y económica . la pirate ría inglesa se hizo má.. intensa y más am p lia a partir de 1580 aproximadamente: e n 1585. Isabel aceptaba enviar un cuerpo expedicionario e n ayuda de las Provincias U nidas. Felipe Il , q ue tam bién había vacilad o durante muc ho tiempo. dccidió finalmente salir al encuentro del enemigo e inició lo s pre· paran vos para construir una gran flota . E l adversario tomó una actitud que no tenía nada de ociosa: mientras la católica Maria Estu ardo era e liminada de la esce-

118

EL S IGLO XVI

na y obligada a subir al patíbulo (febrero de 1587). las naves de Francis Drake atacaban e l puerto de Cádiz e incendiaban los navíos que estaban allí concentrados. El gran enfrentamiento tuvo lugar a l arlo siguiente, cuando en las aguas del canal de la Mancha entraron en contacto las unidades ibéricas -c-bautizadas im prudente mente con el nombre de «Arruada Inve ncibles-e- y las inglesas. El combate se prolongó alrededor de una semana y se resolvió con un desastre para los es pañoles. menos dañados por el adversario que por una tempestad ante la que no encontraron un refugio adecuado. El frente protestante obtuvo pronto nue vos éxitos. Mauricio de Nassau. sucesor de Guillenno de Orange. al mando del ejército de las Provincia s Unidas ocupaba B reda en 1590. y Nimega y Deventer en 1591; tras la muerte de Alejandro Fernestc. Felipe 11 aceptaba recons tituir en los Países Bajo s una especie de estado borgoñón satélite. bajo la soberanía de su hija Isabe l y del marido de ésta. e l archiduq ue Alberto. Mientras tanto. la arm ada de las Pro vincias Uni das co me nzaba a h acer su aparición incl uso en los lejanos océanos: do s d e sus escuadras surcaban victoriosamente los mares del archipiélago indones io en 1595 y en 159 8. En 1596. Omite reanudaba su inc ursión en Cádiz y se permitía permanecer allí unos q uince días. saqueando e incendiando. Ante estas y otras demo suacíones de los límite s de su potencia, la orgullosa España e mpezó a pensar e n negociar. La primera paz concertada fue la de Vervins ( 1598), e ntre Felipe n y Enrique IV; la segunda fue estipu lada en tre Fe lipe III y la Inglaterra de Jaime l. e l so berano que h abía unificado bajo su cetro los reinos de Inglaterra y Escoc ia ( 1604). En 1606. e l monarca español p roponía un armisticio a las Provincias Unidas y al año siguie nte fueron suspe ndidas las hostilid ades: el 9 de abril de 1609 se firmaba una tregua de doce años. Aunque se trataba de un puro reconocimiento de hecho. e llo consagraba innegablemente la e xis tencia de las Provincias Unidas. las últimas llegadas al grupo de las grandes potencias europeas: el reconocimiento o ficial del estado calvi nista. que se produciría solamente en 1648, constitu irá sobre todo un acto formal.

5 . D ESDE EL M EDITERRÁ NEO HASTA LA EU RO PA DEL NORTE Y DEL ESTE

Las luchas de la segunda mitad del siglo XVI en tre las potencias de la Europa occidental estaban consagrando nuevas relaciones de fue rzas y nue vos equili b rios. que iban a caracterizar la fisonomía de la histori a mundial en el siglo siguiente. Efectivamente, se puede situar en los años fin ales de l siglo XVI e l inicio de l traspar..o de la supremacía de España a las potencias marítimas prote stantes. Vicisitudes relativamen te simé tric as, au nq ue e n parte de signo opuesto , se verificaro n durante e l mi smo periodo e n e l M edi terráneo. La m itad del siglo XVI. en efecto. había señalado el apogeo de la expansión otomana. tanto en el mar como en los Baleanes. Sin embargo. si el mundo germánico tardaba en organizarse contra el avance turco, la catolicidad meridional preparaba sus energías para la contrao fe nsiva. Un fac tor no menor de este proceso cada vez más vasto era la co ncreción de un impu lso religio so en el que participaban muchos ele mentos de la

11 9

LA CONTRARREf'ORMA y LAS POTENCIAS PROTESTANTES

\

, •~

w

~ ~

I U

~

.~

~

-

••



J~

• o Z

" l'

~

•,•,

~"~

!



II

-=•o

••

••

• • •-,i -,, i

o

~

ºª ~z

li

, ¡

"C>Q

~ ...

i

~~ - w ~

"

i .,1 i •! aguas banícas. sin embargo. siguió siendo muy disputado: las potencias que lo pretendían e staban aún más divididas entre sí que las mediterráneas. Tras haber ocupado la ci udad de Novgorod ( 1 ~78) . lvén 111 no sólo había expulsado de ella a los mercaderes hanseáticos. sino que hahía intentado tambi én. aunque en vano. establecerse e n las costas del Báltico. Medio siglo despu és. uñ e mpresa fue reemprendida por lvén IV el Terrible (15 33- 15R4): su oc upaci ón de Narva, no obstante, suscitó una vasta reacción comrala nueva pre sencia rusa . Polacos y lit uanos. particularmente sens ibles a e ste peligro. formaron en 1569 la Unión de Lubli n. En diciembre del año siguie nte. un trat ado fi rmado no sólo por las poten cias bálticas (a e xcepción de Rusia ). sino también por Ing laterra. Escocia• ..:....peña y Francia. proclamaba la libertad de navegación . En este periodo. a la fortuna de los intermediarios holandeses correspondió la del mayor productor de trigo: Polonia: su puerto de Dantzig superara desde entonces e n prosperidad al mayor ce ntro de la decadente Han sa : Lübeck.

LA COSTkAkkf.HJKMA y LAS F'OTF.NClAS I'ROTIOSTAN IES

121

A los de stinos de Polonia se aproximaron los de Sueci a en la segund a m itad del siglo XVI, sobre todo des pués de q ue el futuro monarca sueco Juan 1II se hubo casado con la hermana de Segismundo JI A ug usto 0548-1572). A la muerte de este último, extinguida la dinastía de los Jage llón y convertida en electiva la monarquía polaca. primero fue nombrado re y En rique de Anjou, aunq ue éste se ilpresur ó a dej ar el país en cuanto se convirtió e n heredero del trono francés (1574). Juan 111. a pesar de haber propuesto entonces su candidatura. no logró impedir la elección del príncipe de Transilvania Esteban Batho ry (1576-1586). Suecos y potacos se encontraron unido s po r primera vez en la guerra común contra lv an IV. Inicial mente derrotado s. lo s pri meros lograron arre batar a l ad vers ario Estonia y la c iudad de Narva. m ientras los segundos conquistaban Li vonia ( 1579- 158 1). Con todo. una partida confesional se había entablado simultáneamente en ambos países . T ras haber manifest ado sus sim patías por la confesión romana y haber acogido a los j esuitas en su re ino . Juan 111 abjuró además del protestantismo ( 1578). En Polonia. a la política tolerante de Segi smundo 11 A ugusto (que e n 1555 había concedido la libertad religiosa), no Lardó en seguir el influjo de la Contrarreforma. A la muerte de Este ban Batho ry se reabrió la lucha por la sucesión e n e l trono polaco. qu e opuso al archiduq ue Maximiliano de Habsburgo al heredero del trono sueco, Segismundo. La Dieta polaca. e ncontrándose divida. no puedo evitar que los prete ndientes tornaran las annas. Seglsmundo no sólo obligó al adversario a abandonar Cracovia. si no que tam bién 10 hizo re troceder hasta Silesia. ha st a hace rlo pri sio nero: solame nte le fue co ncedi da la libertad a cam bio de su renunci a defi nitiva a sus p retensiones (1589). El nuevo soberano ( 1587163 2) había tenido una sólida formaci ón católica)' no vaci ló en hacer suyos los objetivos de la Contrarreforma. Como consecuencia. a la m uerte de su padre Juan 111. tu vo que e nfre nta rse con sus propios súbditos suecos. de sd e had a tiempo y en gran medida adhe ridos al luteranismo . El duqu e Carlos. su tío. se puso al frente del partido protestante. C uando Segismundo dese mbarcó en Kalmar para restablecer su autoridad. Carlos salió a su e ncue ntro y lo obligó a hacerse de nuevo a la mar ( 1598). Mientras el catolicismo veía cómo se le escapaba Suecia. intentaba expandirse por los territorios de la Europa oriental: en octubre de 1596 fue promulgada en Brzesc (Brest-Lnovsk) una unión confesional entre las iglesias romana y ortodoxa ru tena. C o mo ya he mos mencionado. el fi n del siglo XVI v io cómo se producian lo s pri meros síntomas de una reconq uista católica de las tierras ocupadas por lo s tu rcos. El papado estaba consagrándose a la difíci l reconstitución de un frente anríoromano. tanto menos fácil cuanto las dos mayores potencias de la zona fieles a Roma - Po lo nia y el Im perio d e lo s Habsburgoc- tenía n intereses diverge ntes . Rodo lfo de H absburgc se asegu ró el apoyo del prínci pe de T ra nsilvania. Segismundo Barho ry, q ue consiguió sobre los turcos una brillante victoria en Giurgevo (1595). Un éxito menor tuvieron las operaciones lanzada.s por los imperiales contra los otomanos e n la fronte ra turco- hú ngara. Debe destacarse que en esas operaciones part iciparon contingentes de las más variadas procedencias de l mundo católico: valones. españoles e incluso franceses. La guerra del Dan ubio termil1Ó con la tregua de Sziva-Torck. de noviembre de 1606: el sult án renunció desde

-l::l Iv'" 111 RlIfI k (1462-15115)

I Ro man Jur' cv it ( t 1543)

Basilio III

I

.

(l SOJ- ISH)

,

Iván IV el Terrihle

(ca..oolt en 1S47 con el Uf Iv'" IV)

(1533-1584 )

Nikllll Romllno vlt ( t 1586)

I

Feodor Ni,i,it Romanov (~tril.rc_ Filare.." t 1633)

I

__

I

_

I

I

:

Fiador. (l 584 ·1 ' 98)

I

Feodor III ( 1676- 1b82) Iv'" V (1682. 1b89}

_

j

r

Miguc:1 Fc:odorovit (l6 13- IM5) Uf _ _ _ _1 A lejO Mlch' Jlovlt ( 164 5·1 67(1) S"fl... part icipe e n e l ~ino IblI2-168 9. t 171)4

I

I Anasl.ll.,ia Romanovna (t 1560}

I

t 16%

I

_ ,

I

I

D imilri

tt

I

Pedro el Grande (1682· 1725) cbado en 'C',undP nupc i... en 17 12 CalAl in_ ', 172 5· 1727

1

1

An. Alejo (del primCl llUllrimoll io; t (71 8) A na (t 1728) 1I", hel Call1li na ( t 1733) I 1 ( 174 1- 1762} (1730- 1740) Isabel (Ana ~Ido ...n..l Pedro 111 (t 17( 2) Ped ro 11 Alebcevit (1727· 1730) Regenle 1740-41, t 1746 , e• ...oo en 1745 con SolI. de Anhall-Zefb" Iv," VI Amonovit (nacido 23 . BOlito 1740; ~ ...hna li la Grande ( 1762-1796 ) emperador 28 OCIUM 1740 - ó die icmbre 174 1; Peblo I (1796- 1801) a'>C~in.do 16 julio 17M )

Gttlta/og(a dr los soberanos r U J IJJ

1590 )

•e-

"5 O

~

LA CO NTRA RREFO RM .... y LAS POTEN CIAS PROTESTA NTES

123

ento nce s al tri buto que le habían es tado paga ndo los Habsburgo. Pese a la confirmación del estatuto autóno mo de qu e gozaba. con el tratado de Viena de j ulio de 1606 el principado de Transilvania mantuvo los vínculos que desde hada eproxtmadamente medio sig lo lo unían a la Hungría austríaca. Las ambicio nes polacas. aunque sin ignorar Moldavia y Valaquia., se orientaron sobre lodo en dirección a las tierras rusas y se concretaron con la conquista de Es molensko. El proyecto. ya acariciado por Esteban Bathory, de anexionar Moscovia a Polo nia fracasó a causa de la resistencia del pueblo ruso. aunqu e lo s reiterados intentos realizado s leas la muerte de Iván IV cond ujeron a que en 1617 e l príncipe Ladislao , hijo de Segi smundo 111. estuviese a punto de convertirse en zar. En ca mbio. fueron notables los resultados de la política de unión religiosa con los ortodoxos. Esta unión fue utilizada por los magn ates polacos contra lo s cosacos , que se oponían a su pe netración en Ucrania. para mantener más fáci lmente a los ca mpesinos bajo su dominio. De esta manera. la gestación del nuevo o rden eu ropeo resu ltó muy laboriosa. tanto en el este como en el oeste : con lodo. innegablemente to mó forma antes en los países occ identales que en lo s o rientales. Inglaterra y las Provincia.. Unidas ocuparon la escena mu nd ial hasta el inicio del siglo XVII. al Iado de lo s reinos ibéricos y de Franci a. En cambio. la exte nsa zo na báltica. polaca, ro sa y balcán ica continuará buscando du rante más de un sig lo una o rdenación e stable . A lo s moti vos sociales y económicos de su retraso con respecto a l re sto de Eu ropa se añadieron por tanto también los desequilibrios po líticos y reli gio sos . así como lo s trustomos territoriales.



4.

1.

LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD EN EL SIGLO XVI L AS COND ICIO N ES D E LA POBLA CIÓ N

El periodo del siglo XVI tiene muchas can•icteristicas e n común con e l q ue lo precede y con e l que lo sigue en el plano de la vida cotid iana. Los progresos de la higiene y de la medicina sociales no se harán verdaderame nte sensibles de hecho antes del siglo XVIII. La mortalidad infanti l sigue siendo muy elevada . En la región de Si manca s (España), por ejemplo. esa mort alidad alcanzó e l 40-50 por 100 y en Palencia el 6 8 por 100 de lo s nacido s murió antes de c umplir siete años e n e l último cuarto del siglo XVI. Si se loma el caso de Bcau vais en el sig lo XVII, se cons tata q ue la mitad de la poblaci ón no llegaba a la edad de 20 años , mientras u n cuarto de los recién nacidos fallecía e n el primer año de vida. A nuestros ojos. pues, se trata de un a población joven. por cuanto la probabilidad media de vid a e n tomo a 1600 era de 34 años para las mujeres y de 28 para lo s hombres. No o bs ranre. tanto en e l sig lo XV I como e n el XVII. e n determinada,.. zonas se e ncue ntran tambié n cifras más bajas. como en Ginebra. París e Inglate rra. En 1574. más d e un tercio de lo s habita ntes de Colonia estaba co nstituido por niño s de u na edad meno r de J 5 años : e n el siglo siguiente. tanto e n Le iden co mo en Inglaterra. éstos representaban cas i la mitad . En proporción. no se llegaba muy pronto al matri monio: las jóvenes se casaban entre los 20 y los 25 año.. ; lo s hombres. e ntre los 25 y los 29. tanto an tes como des pués de 1600: en las clases más altas, e l segundo matrimonio era frecuente. superando e l 20 por 100. Po r lo que se sabe. las prácticas anticoncep tivas no se habían d ifund ido abiertamente. au nque ~ recurrfa a ellas por di stintos motivos. Una de las consecuencias de la solicitud del conc ilio tridentino {Xlr las almas fue la obligació n impuesta a los párroco s católicos de registrar la natalidad: en Inglaterra. esto empe zó a hace rse so lamente a partir de 16 53. A pesar de las plagas colectivas y las deficiencia.. méd icas. e l siglo XV I estuvo caracterizado por un fuerte y general aumento demográfico. El incre mento alcanzó valores próximos al 50 por 100 desde Noruega hasta Castilla y desde Bretaña hasta S uiza. El Imperio germánico. por ejemplo. pasé de doce a veinte millones de habitantes. Inglaterra de tres millones y medio a cinco. E.... te fenómeno se produjo de un modo desigual e n las ciudades. re lacionado a menudo con motivos coyunturales. Así. e n el rranscur-

.25

Lo\ ~:CO "' OM {A .. 1.-'" S(X: IIoDA() i::N F.1. SIGI _O XVI

lncrrmento d~m()gráficot'n Europa: J500. 1600 M illo nes

d. habitantes

20

'8 '6

-

'4 12 10 8 6 -

';

' {.::.::.::'.

4

'"

' m::

~.::

:f·

2 -

::= •:¡:1 •

15001600 15001600 1500 1600 15001600 15001600 15001600 Francia

Alemania

Rusia

ltatie

España

FVE!'o'TE: M. Legnani, R. Parean, A. vegezzi. Tempo aonco. vol. 11: L 't'1iJ nia. Zanichelli, 1978, p. 12.

I

Islas Brit ánicas

moJ",7W.

Rolo-

so del siglo Florencia y Milán no vieron crecer mucho su población , a diferencia de la s ci udades atlánt icas como Sevilla. Lisboa. Ambcres. Amsterdam o Londres. aunque tambi én lo hicieron Roma. Madrid y sobre todo Nápoles. Sin embargo. entre los mayore s centros e uropeos no existieron diferencias dema..iado notable s y. en gene ral, co mparables a las actuales. Fueron muy raras las ciudades q ue lle garon a 200.000 habitantes: Népoles. París y probablemen te Moscú. seguidas a no mucha distancia - aunque sólo por un breve periodo-- por Venecia . Sevilla estaba más poblada que Londres: Mcssina. Palermo y Milán no eran superadas por Marsella. Amheres o Amsrerdarn. En el Imperio germ ánico. Dantzi g, Augusta . Estrasburgo. Lübeck, Núremberg, H amborgo o Vie na no sobrepasaban los 50.lKlO habitantes. En el siglo XVI. como luego en el XVII. m ucha.. agjcmeraciones fueron atacada.s por enfermedades e pidém icas: Venecia perdió ca... ¡ e l 30 por lOO de su población entre 1575 y 1576. Santander e l 80 por 100 en 1599. Mantua el 70 por 100 en 1630. N ápoles y G énova a lrededo r del 50 por IOOe n 1656. E,"IOSazotes (llamados pestes. aunque la mayoría de las veces eran tifus. viruela, erc.j afectaban má.s a la... ciudades, en particular a los barri os pobres y con malas condiciones higiénica...; ve hículos habituales de transmisión eran las ralas infectadas por la... pulgas. Como e n el período anterior. las personas acomodadas se sustraían más fécilrnentc a eslas enfermedades. fuera por la m ayor posibilidad de salir de los centros afectados o por la de alimentarse mejor .

126

EL S IG LO XVI

No parece que la.. familias de las clase s populares fuesen normalmente muy numerosas: si se puede sostener que el número medi o de hijos e ra de cuatro, más bien eran los pudientes qui enes tenían más. De lodos modos, el aumento demográfico no pro siguió y e ntró ya en cri sis antes de finales del siglo XVI. Entre 1594 y 1597, co ndiciones metereol6gicas desfavorables causaro n unas malas cosec has: mientras la peste se difundía en España, en Ita lia y en Alemania hubo una gran carestía. Las zonas mediterráneas resultaron más afectadas que las nórdicas: tanlo en Holanda como en Inglaterra. por ejemplo. la población siguió creciendo en el siglo XVII. Las dificultades de aprovisionamiento de c iertas zonas de a lta densidad urbana se co rres pondían con las de la producción agricola circundante. a menudo inferior a las ex igencias. La carest ía. que ya se había hecho se ntir en cI Mediterráneo antes de 1590. por primera vez después de esa fecha obligó a los estados costeros a recurrir a masivas importaciones de cereales del Báltico. Con todo. las insuficiencias hay que relacionarlas también con una inversi ón de tendencia en el c ampo. Así. en el Languedoc. a fines del siglo xv, muchos campesinos eran personas relativamente pudientes y podían procurarse otros bienes con los beneficios sacados de sus propias tierras. A comie nzos del siglo XVII. e n cam bio. la mayorfa no produ cfu trigo suficie nte para sus propias necesidades y se hacía necesario trabajar en otra parte para subvenir a las necesidades fam iliare s. De forma más general. se instituyó una relación entre la presión demográfica y el alquiler de tierras. ya que sus propietarios intentaban e le var a un nivel correspondiente al de los precios los arriendos y sus otros derechos. Este deterioro de las co ndiciones de los campesinos provocó los tra.s lados de población. al menos allí donde -ccomo e n Francia. Alem ania e Inglaterra- no existían particulares obstácul os a su movilidad. Teóricamente. en la mayor parte de Occide nte los campesinos ya no e ran sie rvos y no sólo podían disponer de sus haberes. sino también abandonar sus pueblos. Poco a poco. sin embargo. muchos perdieron la propiedad de las tierras. engrosando el número de quienes ya no la.. poseían. reducidos a me nudo al papel de braceros tempore ros o de desocupados y vagabundos. Mien tras los trabajadores agrícolas se conve nían (co mo en Inglaterra y e n Francia ) en mayoritarios en el mundo ru ral. a ca usa del aumento demográfico muchas haciendas resultaron demasiado exiguas e insuficientes para garantizar unos ingresos regulares. Gran parte del suelo e...taba co nstituido por campos comunales . mientras que las haciendas penenedan a los burgueses. al clero o a los aristócratas. Por eso no es de extrañar que el descontento. desde hacía mucho tiempo difundido en el campo. no disminuyera de hecho y que siguiese alimentando disturbios y rev uelta.s de distinta entidad. Después de la g uerra de los ca mpesinos en tiempo de Lutero. se vieron afectadas por ese tipo de revue ltas regiones tan diferentes como e l Lan guedoc y Hungrfa (1560- 1570 aproximadamente. y todavía m ás tarde e n 15931595 Y 1597 ). Noruega ( 1570) y Ucrania (última década del siglo XVI). o la zona a lpina. desde e l Delfinado ( 1580) hasta Estiria, Croacia y Eslovenia ( 157 1· 1573 Y 1594-1591 ). Si los campesinos no se beneficiaron en general del aume nto del precio de los productos de la tierra . la mayor demanda de estos últimos llevó a la am pliac ión

LA ECONO MfA y LA SOCIEDA D EN EL S IGLO XVI

127

de las áreas de culti...o . Mucha.s zonas boscosas y m uc hos pa...iizates empezaron a ser roturados. mientras se emprendía el saneamiento de v arios te rreno s pantanosos. En tre estos últimos hay que ci tar los del Lacio. e l Véneto y e l Perrarese. e n Itali a. las Provincias Unidas, Schleswig-Holstei n y otras regiones ing lesas. francesas y alemanas. Así. la agricu huru atrave só un pe ríodo de notable desarrollo. aunq ue no se verificase n progresos técnico s deci sivos e n los aperos. en los métodos de rotación ni e n la utilización de las cosechas. Inglaterra const it",,}'~t ~ na1,:ona ..,. de evolución agrícola particu larmente inte nsa, que se prolongó desde el siglo XVI hasta el XVII : el aprovechamiento de los terrenos y la comercialización registraron un innegable progreso. Otra área do nde la producción di o grandes pasos adelante fue la polaca: la exportación de centeno. por ejemplo. se triplic6 en la segunda mitoo del siglo XVI y se volv ió a doblar Iódavfa al inifi~_de l sig lo sigu iente. Por otra parte. en las inmed iacio nes de grandes ce ntros como Londres. París o Venec ia prosperaron lo s cultivos honofruucolas. destinados a un mercado seguro. Naiuralmente. sobre los cam pesinos sig uiero n gravando el fi sco co n impues-"> to s como la tal la y e l clero (incl uso el protestante ) con sus d iezmos, mientras creo cían los arrieñdOs: contodo, un~mero im preciso se benefició-cierta mente con el ilza de losp recio s de los comestibles mientras pudo gozar de los cánones antiguos. Esta época. no o bstante . vio desarrollarse no tablemente el pauperismo tanto e n elcampo como e n la ciudad . aunq ue sea ard uo verificar si e l porceñtaje de pobres con're specto a la poblac ión e n conjunto fue a l menos de una qui nta parte , tal co mo se ha aseverado . De sde e l inicio d el siglo XVt se percibe cl aramente en Europa una conciencia más aguda de l fe nóme no , asf como e l intento de afrontar el problema de la asiste ncia. en plena evolución e n todos sus aspectos. Las formas de .carid ad medievales estaban e n crisis o se manifestaban como insuficientes: tanto la reforma protestante como la católica bu scaron nuevas soluciones. Elluteranis mo fa voreció la transferenci a a la autoridad laica de la asiste ncia pú b lic a. considerada como un a misió n q ue debía se r c ump lida por y en nombre de la comunidad cris tiana. Así, esa asiste nci a fu e instituida por grande s municipalidades ale manas, de sde 1522 e n Au gu sta y N üremberg , desde 1523 en Estrasb urgo y Bresl au y desde 1524 en Magdeburgo y Regensburg . T am bién varias nuevas órde nes relig iosas surgidas en e l mundo católico se propusieron entre sus obje tivos pri nc ipales la asictericia a los necesitados, y esta tende ncia no hizo sino acentuarse e ntre el siglo XVI y el XVII. Estas medidas intentaban hacer fre nte a las insélitas proporci one s del pauperismo y del vagab undeo. pasando de la limo sna desorde nada a una ayuda organizada que facilitaba también la fun ción de control. Las providenci as qu e se lomaron no tardaron e n c umplir las funci one s de cedazo e inc1uso de d iscrimin aci ón. Los g ru pos mercan ti les se mo straron más sens ibles qu e otros a la amenaza socia l que constituían los pobres: fueron los más generosos en otorgar lo s medios. aunq ue fueron también los más exigentes respecto a su empleo. En la cap ital in glesa. por ejem plo. entre fines del siglo xv y mitad del XVII, la burgue sía disminuyó hasta una sexta parte sus donaci ones para el culto míentras aume ntó hasta el triple las destinadas a la asistencia. En la pri mera mitad del sig lo XVI -que vio surg ir por ejemplo los grandes

-

-

----

128

El, 5 1(; 1.0 XV I

hospitales de Ly6n (1533), de Londres ( 1544) Y de Paris ( 1554>-- se rec urrió al sistema de dar una licencia de mendicidad. Asf, Carlos V permitió que los meno digas españoles pidieran limosna en su s propias c iudades y en sus inmediaciones hasta seis leguas de distanc ia. En Londres. los pobres iban provistos de señales e speciales de reconoci miento gracias a las cuales estaban au torizados a pedir limosna. Má.. adelante, las autoridades se hicieron más rígidas y limitaron su radio de acción al terri torio parroquial. co mo acaeció en Escocia en 1535 y en España con Felipe 11. Desde 1550 aproximadamente. sobre todo en Inglaterra y en Prancia. se difundi ó el uso de l impuesto para los pobres y se adoptó la disti nción entre hospitales, reservados para los inválidos sin recursos. y hospicios para los mendigos sanos. Casi simultáneamente se e mpezaron a tomar medidas contra el vagabundeo: e n Ing laterra fueron tan severas (desde la esclavitud hasta la muerte) que tuviero n q ue ser abolidas. Esas mismas medidas no tardaron en ser apli cadas tambié n contra los pobres. puesto que se conside raba -c-sobre lodo entre los protestante s-e- qu e éstos '>C encontraban en tal estado po r c ulpa de su incapacidad : se les qui so . pues. oblig ar a trabaj ar si su aspecto era lo bastante robusto. La image n viv ie nte de C risto se fue c ambiando cada vez más por la del e ne migo de la soc iedad de los pudientes. en nombre de una nue va ética del trabaj o y de la produc tividad.

2 . LAS C LASES SOCIA LES

Como d urante todo el período del Ancien Régime. en el siglo XVI el !:!rupo socialmente dominante sigu ió siendo e l de la nob leza. que en la mayo ría de los casos ten ía tam bi én en sus manos a l ejercicio de las d istintas formas de poder.. En efecto. con el pa.'iO del tie m po no se modificó la tendenci a de la bu rguesía a aceptar la superioridad del estado noble y sancionar su propio ascenso modelando su co mpo rtam ie nto según el de la aristocracia. Esta última. sin embargo. estaba ya muy lejo s de ejercer un do minio inconresrado. de manera que en cierto sentido puede afirmarse que e mpezaba a enca mi narse haci a su decadencia. Las monarq uías siguieron practicando la política esbozada anteriormente . ind inada a limitar los derechos de los fc udarurios sobre q uie nes residía n e n sus domin io s o j urisdicciones. De este modo . sobre todo e n la parte occide ntal de Europa. los príncipes perseguían un doble o bjetivo: co nsolid ar cada vez más la propia autoridad en el á mbito local y de bilitar la fuerza de los noble s, ine stables en su fi delidad. Les no ble s no tardaron e n reaccionar. o bat iéndo se obstinadamente y a ve ces victoriosamente (como . por ejem p lo, en el re ino de Napolcs) para restaurar sus antiguo s derechos a menudo caídos en desuso , o bien haci endo ind ispensab le su apoyo a los mo narcas y obte niendo a cam bio pri vileg ios (como en Po lonia ). La re laci ón entre nobleza y monarquía se configu ró de mane ra muy variada segú n lo s países. En a lgunos -y ante todo en el caso de España-e, la a flue nci a de los eleme ntos burgueses al servicio del soberano no pu so de hecho en entred icho e l vinc ulo pri vilegi ado entre la corona y la aristocracia: la seg unda no se opuso al absolutismo progresivo de la p rime ra. tanto más cuanto que los noble s controla-

I.A F.CONO~fA 'i I. A SOC IEDAD EN F.1. S IG LO XVI

129

bun todas las ramas de la administrac i ón. Un caso di stint o fue el de Francia . donde la monarquía IUVO que luchar hasta la seg unda mirad del siglo xvu para dominar la resistenci a y la intolerancia aristoc ráticas. dc modo que se apoyó mucho m és en los elementos que provenían de la burguesía. Ast, el gran peso económico y soc ial de la nobleza podía llevarla a actitudes a ntitéticas. Según un censo efectuado a ñ ncs del siglo XVI. los nob les controlaban en Castilla la Nueva e l .w por 100 de las ciudades y el 34 por 100 de la población: sin embargo. siguieron siendo el fiel apoyo de la corona. mientras que en Polon ia la habían red ucido a un cargo electivo. Esta mism a variedad se e ncue ntra en otros importantes sectores. como por ejemplo e l militar. En torno a la m itad del siglo XVI. el ejército inglés tenía aún una es truc tura feudal: lo m ismo ocurrió e n algunos países europeos hasta medi ados del sig lo siguie nte. De tod os modos. la burguesía poma obstác ulos de mú ltiples formas a la primacía aristocrática: innegablemente más fuene y perspicaz e n el plano econénuco. mediante su riq ueza tendía a obtener los rangos de la nobleza. Cuando pudo. esta última intentó cerrarle el camino erigiendo como principio discriminante un estilo de vida heredado del periodo precedente . Para engrosar su patrimonio. en efecto. I~ burgueses habían tenido que ejercer persona lmente - y todavía tenían que hacerlo-e- actividades lucrativa s. en ge neral mercanti les. Por tradició n. los nobles se habían abstenido de ello. sobre todo en algunos pafses como España y Francia. Por lo demás. los nob les sos tenían q ue era algo indi ..pensab le a su condición soci al constru irse costosas mansiones. te ner un notable séquito de criados. darse al juego. a la caza y a los banquetes. Su é tica comportaba no sólo el recha1:0 a co nsagrar su vida cotidiana a acumular dinero. sino tamb ién la prerrogativa de gasta rlo con largue za y ge neros idad. sin prácticame nte tener en cuenta sus di sponibilidades efectivas . Si JX)r un lado los beneficios de las tierras fe udales y dc los numerosos cargos p úblicos oc upados tod uvia por e llos era n por lo menos norebles. por otro una innegable di sminuci ón de sus réditos y la subida de los costes debida a la inflación hicieron ruinosos los co nsumos arisrocréticos. Sobre todo en España. se recurrió al mayorazgo para proteger I~ patrimonios arístoc ráticos: sus normas prohibían la venta de las propiedades familiares. aunque pero muían contraer deudas. En muchos casos esto contribuyó a preservar los bienes nobiliarios. regulando al mismo tiempo la primogenitura: 6 1a salvaguardaba la integridad del haber hereditario sin impedir la alienación de- las haciendas. Los nobles . sin embargo. consideraron que no e ra una peor defensa e l hec ho de apelar a sus prerrogativas de raza y de estilo de vida . Sobre todo e n Francia. los no bles se propusie ron a puntalar los priv ileg ios aún práct icamente reservados a su c lase afirma ndo que no pod ía e ntrar a forma r parte de e lla quien no fuera de sa ngre noble y que, por otra parte. los perdía quien ejerc iera la actividad mercantil. Este doble cri terio resultó muc ho más cla ro e n la Icaria q ue en la práctica puesto q ue la riq ueza. aunque m ás de modo indirecto que directo. M: tomó co n c reces el desquite . F_" muy cie no que en 1560 el principio de la dérogeance llegó a ser codificado: quien se dedicara al comercio al por menor o a actividades manuales perdería la nobleza y. recíprocamente. no pod ía o btene rla quien se dedicara a ello. Con todo. muchos juristas no tardaron en admitir que quien se

\30

1': 1. S I(jLO XV I

dedicara a ciertos tipos de come rcio no por d io de bía sufrir la pérdida. sino tan sólo la suspensión. del ran go nobiliario . Es presu mible que en c ierta medida la inversión de los réditos rurales fran ce ses en las ac tividades comerciales o industriales re sultase frenada, pero no lo fue la adqu isic ión de 10lO cargos públicos y de las tierras titu ladas, que facilitaba a los miembros de la burguesía el acceso a la nobleza. Como ya se ha mostrado anteriormente, desde el siglo XIV y el xv se había consolidado en Francia la tendencia a la trans mis ión hereditaria de los cargos públicos. La ley que sancionó esta prác tica, y q ue fue llamada de la Pau íette. fue adoptada solamente en 1604: además de legalizar ese carácter hereditario. esa ley provocó un aumento del precio tic los cargos venales. Es cierto que la po sesión de un cargo o de una tierra ti tulada no bastaba por sí sola: era necesario además vivir como noble y demostrar que así habían vivido tam bién los propios antepasados: con todo, para quien fuese tenaz, el asalto del dinero a las defe nsas de casta era en general coronado por el éxito. En Francia. pues. a pesar de las seve ras exigencias genealógicas, el estado noble fue un cuerpo social bastante permea ble y tamb ién suficientemente comprensivo, del que no quedaban excluidos ni los segundoncs ni la pequeña nob leza rural. Esto no significa que la obstrucción social queda se sin consecuencias. Una de ellas fue el fortaleci miento de la co nciencia de clase de algu nos grupos burgueses que. u pesa r de doblegarse a ciertas exigencias de la vida noble, siguie ron estando fundamentalmente anclados en los propios valores peculiares. sin mostrar ningún entusiasmo por el eje rcicio de las armas y sin considerar admisible la gestión desconsiderada de los propios habe res. como hacían los nobles. Como las relaciones entre las aristocraci as y los soberanos. las ex istentes entre la burguesía y la nobleza variaban fuerteme nte de un país a otro. En casi todos los principados del Imperio gcrrnanlco. los burgueses no podían adquirir propiedades nobiliarias: de este modo. sus inversiones agrícolas resultaron notable mente limitadas. Esto no quita que los patricios de Lübcck. por ejemplo, fuesen casi todos propietarios de tierras, como lo eran los ricos comerciantes de Londres, aun cuando tanto unos como otros sig uieron residiendo preferentemente en la ciudad. En Inglaterra ni siquiera se asistió, por un lado , a la lucha por la defen sa y, por otro, al asalto de las prerrogativas nobiliarias: no hubo c uestión de «limpieza de sangre» I ni de bata llas genealógicas. La aristocracia inglesa no era una auténtica casta. sus miembros no perdían ni pres tigio ni rango ded icándose a los negocios. Se podía llegar a ser gentilhombre aun sin poseer prop iedades territoriales, con tal que se viviese seg ún las exigencias de esa condición soci al. Aun cuando en esa época no faltaron de hecho nobles emprendedores entre los alemanes. los escoceses, los italianos, erc., los ingleses invirtieron sus fondos en el come rcio o en la industria más que los otros. En el plano de la participación en la vida po lñicu. los grandes aristóc ratas seg uían ocupando los cargos má.. elevados que la corona les reservaba, mientras que la ad ministración efectiva de Inglaterra estaba en manos de la pequeña nobleza. Esta última. además de desempe ñar los oficios de sheriff l.

En ""pañuJ en el origi nal italiano. (N. d..¡ l.)

LA EC ONOM(i\ V I.A SO C IED A D EN EL S IG l.O XVI

13 1

y de j uez de paz. alimentaba en g ran parte la.. fila.. de los miembro.. de la Cámara de los Comunes. c uya importancia no hacía sino acrecentarse. La hase de los éxito s de esta capa social. aún má... que las iniciativas mercunri les . era la tierra. Supo apoderarse de ella aprovecha ndo en panicular las d iversas secularizaciones de biene s eclesi ásticos. y en mu chos casos utilizó el suelo para la crianza de ganado más que para la agricu ltura.

3.

Los

PRORI.EMAS DE LA TIERRA

La tierra IUVO una gran función social para las aristocracias. y ante lodo en Italia. donde n i siqu iera las disputas ge nealógicas echaron profundas rafees y los nobles pudieron dedicarse casi sin dificu ltad a las actividades económicas más lucrativas. La tierra -sea e n forma de feudo en las regiones me ridionales y e n e l Píamorne . sea como hacie ndas patri moniales en otras panes - fuc an helada con mayor afán por los patricios urbano s de la penínsu la. Se trataba del desarrollo de un a te ndenci a claramente deline ada a nte riorme nte, desde Florenc ia has ta Ve nec ia: sobre tod o e n lo s ce ntros de menor importanci a. si n e mbargo. esa tendencia contrihuyó a re forzar un fen ómeno de cerrazón de la ari stocraci a y de la noble za . De hecho. este fenóme no no fue más pronu nci ad o que en o tros pa íses europeos. pe ro en varias reg iones centrose premrionalcs tomó un re lie ve panicular porque contrasta ba con la acentuada mo vilidad social de la fase hi stórica anterior. Ital ia. q ue primeramente se parecía menos al resto de Europa. se fue parecie ndo luego más. sobre todo en el plano del estilo de vida y de la jerarquía de las clases. Ni en Itali a ni en los demás países. la importancia de la tierra en las relacione s sociales corre el peligro de ser exagerada. La tierra. en efecto. fue el principal objeto de sus tensiones. asf como de las ósmosis y de las diferenciaciones que se verificaron. No hay apenas nece sidad de subrayar. en efecto. que. mientras en ciertass zonas e l declive ~ la aristocracia se efectuaba precisamente a trav és del paso de la tierra de las manos de los nobles a las de los burgueses. también la reactivación de lo s primeros a expensas de los segundos 'OC co ncret ó en otras regiones gracias a la valoración de los terrenos realizada por aquéllos. Con 1000. como ocurría entre los d istintos estado!"> de la península italiana. en los europeos tampoco e xistía una ú nica lógica subyacente a la di versidad de los fen ómenos. Las situaci ones e ran demasiado peculiares para que puedan red ucirse a un co m ún denomi nador y sobre lodo a ex plicaciones a nálogas. E.s decir. si la tierra e ra la constante. Ja acción de las monarquías y las coyunt uras económicas consti tuían variab les esenci ales para la config uración de las re laciones socia les . Es verosímil que el bloque const itui do en España po r la co rona y la aristocrac ia hubiera condenado a lo s burgueses castellanos a la suerte de rcntiers, mientras que e n Ing laterra e l j uego más libre de las fuerza s existentes permitió desarro llos más fecundo s y dinámicos. No menos acentuadas parecen las disparidades entre algunas zonas atl ánticas y otras de Europa oriental : en las pri meras. por ejemplo. los pequeños nobles del campo aparecían co mo los menos afortunados. mientras que e n las segundas conqui staron posiciones envidiables. En todo caso.

lJ 2

EL S IG LO XVI

parece que se debe corregi r. al me nos en parte. la image n de un estrato ansrocr ñtico incapaz o cas i incapaz de gesnonnr sus propios bienes territ ori ales. Si esta imagen corres ponde sufi cie nteme nte a Jo que se produjo e n España y en Francia. e ncuentra menos confirmación e n Italia y en Inglaterr a. siendo ade más desmentida en una amplia área que no sólo se extiende sobre el Báltico. sino también desde Hun gría hasta Rusia. Esto no sólo vale para la gesti ón de los terrenos. sino también e n e l ámbito de la ind ustria y del comercio. Es un hecho que la nob leza supo hacerse emprendedora no só lo en Inglaterra. sino también en zonas socialmente diferentes como Prusia. Polonia. Bohem ia. etc. A l desarrollarse con fuerza las tendencias q ue se han mencionado anteriormente. en esas regiones las burg uesías ciudadanas ce dieron cada vez más terreno frente a l carác ter e mpre ndedo r de la nobl eza. que se manifestó tanto en el plano socia l como en el plano económico y político. Los nobles daneses. prusianos y po lacos supieron dominar de nuevo el aprovechamiento de sus tierras y vende r directamente sus prod uctos a los co mercian tes ingleses y holandeses. Esto no perjudicó únicamente a los ce ntros urbanos. q ue así perdieron muchas de sus posiciones privilegiadas en el pIano come rcia l. Víctimas aún mayores fueron los campesinos; protegidos de un modo totalme nte insuficicntc por los soberanos. fu eron red uc idos al estado de servidumbre he reditaria no sólo e n las re giones arri ba indicadas. sino tam bié n e n Eslovaquia. Hungría. Transilvan ia y Ru sia. Las prestac iones que ya habían logrado pagar al señor e n dinero y e n especie fueron reducidas de nue vo a jornadas labora les. Mien tra s que los a ldeanos eran de tal modo e xplotados. el completo dominio de la tierra se traduc ía para los se ñore s en importa ntes exenciones de pagos de derechos y en franquicias come rciales concedidas a ellos por los soberanos. En el mundo del sig lo XVI. cuyos horizontes se habían ampliado al planeta e ntero. existió sin duda una interdependencia entre los po los de mayor desarrollo y las zonas marginales. Los desti nos sociales y económ icos del Occidente euro peo se vincularon entonces estrechamente a los contactos co ntinuos y directos con los países americanos y asiáticos. ta nto al menos como lo habían estado anteriormen te los de los grandes ce ntros italianos con las reg iones de l Mediterráneo islamico. Aunque en men or medida . se puede a fi rm ar q ue e xistió una compleme ntaricdad entre los estados de la Europa ori ental y los de la occidental, en el sentido de que la'> ari stocracias agrarias que se impu sieron en los primeros prosperaron también gracias a la salida de sus producto s que encon traron en los seg undos. Es cie rto que la prosperidad de Holanda y luego tambié n de Inglaterra tuvo en los co mercios bálticos de es te período una innegable fase de consolidación. Las burg uesías de los países ce mroo rienrales conocieron c iertamente no sólo una interrupci ón momentánea sino tambié n un aut éntico reflujo. q ue debía repercutir claramente, aunq ue fu era cn distinta medida. e n su propia historia. Este fenómeno afec tó en particular a Rusia, donde los Lares se mostraron sumament e hostiles incluso co n respecto a las corporacio nes ciudadanas. El poder de los príncipes mosco vitas fue ind udablemente aque l que --dejando aparte e l caso del pontífi ce rom ano-- má s revistió un carác ter sacro: la Iglesia les rcconoc ió autoridad inclu so en materia de j urisdicc ión eclesi ástica. Su autocracia. q ue debe di stingui rse del absolut ismo incipien te de los países occidentales. marcó

lA ECON OM ( A V L A SOCI E DA D f .N EL SIG L O XV I

133

p rofundamente la sociedad rusa prec isamente en el transcu rso del sig lo X VI . A princ ipios de siglo aproximadame nte, en efecto. se üc vo a ca bo una importante reforma que fa voreció a los pequeños noble s (lla mados «nobles de serviciulO, porq ue es taban libreme nte en el séq uito del príncipe). e n perjuicio de los an tiguos aristócratas o boyardos. Con un procedimiento no muy di stinto del otoma no. Ivén 1I 1 dec id ió o torgar a qui enes le servían e l usufructo (no la propiedad hereditari a ) de tierra s conq uistad as: de es te mod o. ade más de vincularlos a ..í mismo. el wr convirtió también a los nuevos propietari os en parte interesada e n la defensa de sus bie nes. Los boyardos intentaron tomarse el desquite contra el soberano a la muerte de Basilio 11I ( 1503- 153 3). que había dejado un hijo de sólo tres a ños. Éste. fvan IV llamado el Terrible (1533· 1584). tuvo qu e e..pcrar a su mayoría de edad pam tomar e n su s manos las rie ndas del es tado. A mediados del s iglo X V I aproximadamente. lván IV decidió reconocer e l carácter hereditario d e las tierras ced idas e n usu fructo por Iván 11I y también entreg ó muchas a iras e n la zon a de Moscú. Po cos años despu és. indignado por la animo sidad de los boyardos. proc edió a la insta uración de un siste ma que tenía a lgu nas características feudales. lIunquc e n realidad estaba to talme nte orientado al fort alecimiento de la autocracia. Tras haber e xpulsado a los anteri ores propie tarios. Iván IV concedió a los «nobles de servic io» las tierras de una amplia zona (0l' ril lli"a ). casi eq uiva lente a la mitad del territorio: libre de los boyardos. e sa zona fu e admi nistrada de d istinto modo que el {esto de l país y puesta bajo la autoridad directa de l soberano. Los nuevos señores territoriales fueron o bligados desde ento nces a proporcionar soldados a caba llo. perfectamen te armados, en fun ción del ..uelo po seído. o bien a pagar suma.. de di ne ro al con tado: sus representa nte s constituyeron de sde 1566 una nueva asamblea (Zemskij Sobar). El zar form ó con esos nobles una fuerza militar au tó noma. de la que se val ió par.! hostigar d uramente a los boya rdos. a los qu e ex pubé a miliare s. procediendo ta mbién a ejec uciones en masa ( 1564· 1572). Los desórdenes y la vio lencia que aco mpa ñaron esa fusc de reorganizació n hic ieron huir del te· rritorio a muchos ca mpes inos. El ....o bcrano reaccio nó promulgando leyes que. adem ás de au mentar las prestacione s de los a ldeanos. los vinc ularon obligatoriamente al suelo con la prohibición absoluta de a lejarse en e l fut uro. De este modo. desde una reg ión a o tra de Europa se de splega ba un verdadero abanico de situaciones socia les que, aunque casi siempre estaban centradas en la tierra. originaban ordenaciones de co nj unto de una acentuada d iversidad.

4 . LA VIDA ECON ÓMICA

Mientras las rel acione s sociales o frecían, salvo e xce pc io nes . e l e spe ctáculo de una e volución bastant e lenta, lus fen ómenos económicos se en co ntraron afec tad os por un co nj unto de coyunturas insó litas y de sconce rtantes. La más co nstante. aunq ue Ilo la menos nue va. fue e l aume nto delos precios. que afectó en primer lugar a los es tados atlán ticos y. aunq ue de un 01000 més a te nuado. se extendió a todo el contine nte. Co mo ya se ha mostrado. es ta alza parecería hoy por lo menos

ur.

134

S IGLO XVI

moderada, ya que el aumento correspo ndía a un promedio de dos o tres po~ cie nto anual para los géne ros alimenticio s. Sus conte mporáneos. stn embargo. se sintieron muy perjudicados por este e ncarecimiento, que contras taba con la experien cia anterior y los hallaba pocu preparados. sobre lodo cuando gozaban de réditos fijos. El aume nto era ya perceptible u fines del siglo xv . aunque el proceso se hizo declaradamente inflac ionista sólo a parti r de la mitad del siglo XVI. Los precios agrfcolaseume ntaron basta nte más rápidame.Il1.e que los d~l?ás~ desde Efpeña hasta Bélg ica y desde A lema ni ~ .~a~!,aJ'olonJa: el simultáneo incremento demográfi co de bió de contribuir a ello. dado que los más afectados fu eron los géneros de con sumo. Se ha calc ulado que dura nte t()Jo 'e! siglo xvr los ce reales ve ndidos al por mayor se e ncarecie ron cinco ~ e.Ee~ más en Ing late ~._ siete 'veces más en Fra ncia y todavfa más e n Espa ña. Pero tanto e n España como en lnglatcrra e! alza de los precios de la lana fue más rápido que el de los' ce reales. al menos e n la prime ra mitad del siglo. (' El nivel de los salarios no se elevó en absoluto de un modo proporcionado. fuese por la len t itud~(l n la qu,~ reaccionaron los organismos corporativos. fuese por la abu ndancia de mano de obra y por la existencia de desocupados. Los salarios se doblaron o se t riplicaron e n el transcurso del siglo XVI. pero hubo una innegablepérdida de su podei"adquisitivo' '(defiída tambiéñ:Í !.¡-repetida de valu ació n de la moneda). No se puede olvidar qUeel1 esaé~a mUY~~K::.