La Danza de Carpeaux

LA DANZA DE CARPEAUX Autor: Jean Baptiste Carpaux Fecha: 1869 Museo: Museo de Orsay Características: 415 cm. altura Esti

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LA DANZA DE CARPEAUX Autor: Jean Baptiste Carpaux Fecha: 1869 Museo: Museo de Orsay Características: 415 cm. altura Estilo: “Neobarroco” Material: Mármol Escultor francés, con muchos elementos románticos, además de barrocos. Fue discípulo de François Rude y heredó bastantes elementos románticos de él. Se centró en los personajes de la vida cotidiana, apartándose del arte clásico de la academia. Sus trabajos son muy cuidados. Le da mucha importancia al claro al claro oscuro, al juego de luces, al movimiento. Juega con distintas texturas Intentó utilizar las posibilidades expresivas de la pintura en la escultura. La ejecución más famosa de Carpeaux fue La danza, para la decoración de la Opera de París de Garnier conjunto escultórico en la que destacan la gracia, la vivacidad y el decorativismo. La fachada debía decorarse con cuatro figuras alegóricas dedicadas a las cuatro artes que se funden en la ópera, ubicadas una a cada lado de las dos puertas. Sin embargo, Carpeaux se saltó las normas al crear un grupo de seis jóvenes desnudas que danzan alrededor de un genio alado que toca la pandereta. En "La danza", el personaje principal, ligeramente desplazado hacia la izquierda, es un genio alado, totalmente desnudo, acompañado de un niño juguetón a sus pies, que anima a bailar a un grupo de jóvenes, casi desnudas, en torno a él. Su grupo en relieve, La danza, comparte el espíritu de la pincelada de Delacroix, y su estilo anticipa las superficies casi esbozadas de Rodin. Si comparamos esta escultura, encargada para la fachada de Charles Garnier de la Ópera de París, con La Marsellesa de Rude, la influencia del siglo XVIII es evidente en las actitudes más relajadas de las figuras y en su carácter juguetón expresado en el gesto y en las expresiones faciales -Carpeaux fue también pintor y estuvo influido por la decoración rococó-. Las proporciones de la figura se aproximan a las del natural, y el modelado de sus superficies se acerca a la suavidad de la carne humana. La obra contiene un gran dinamismo, con un ritmo circular destacado y una ligereza que rompen con el tono grave y grandilocuente de las obras vecinas. Además, las figuras, que se inspiran en personas contemporáneas, están tratadas con gran naturalidad y expresan la alegría y la "joie de vivre" que caracterizó el París del Segundo Imperio, mediante rostros y miradas llenos de picardía que contrastan vivamente con la pesadez y la severidad que caracterizan a los personajes de los otros grupos. Fue causa de gran escándalo porque se consideraba un tema indecoroso y por el tratamiento excesivamente realista de los personajes. Ello muestra que esta obra representa la superación del clasicismo dominante en la producción escultórica del siglo XIX, y se aleja del modelo de la típica alegoría altisonante, porque rehuye el tratamiento clasicista habitual del tema y de los personajes. De esta manera, abrió el camino de la renovación del lenguaje escultórico.