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• claudiaalanisg

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Arturo, era un niño que le encantaba el futbol, y soñaba con ser un buen jugador, le gustaba ir al estadio con su papá que se llama Jerónimo Gómez que era científico y fabricaba imanes, Arturo, siempre practicaba para ser delantero y su padre le decía que el futbol también se juega con la mente. El Estadio estaba protegido de las aves intrusas por 4 halcones, una de ellas se llamaba Pancho como el delantero del equipo Atlántida a quien todos querían y era el que más autógrafos firmaba con la imagen de un caballito dormido. El padre de Arturo también aconsejaba al equipo y les decía, el futbol es magnético, el balón siempre llegará a quién más lo desea. Los jugadores del Atlántida eran muy buenos en los entrenamientos, pero al llegar los partidos se sentían inseguros y eran muy malos, no metían ningún gol y siempre perdían, a su portero le decían dedos de mantequilla porque se le resbalaban todos los balones y le metían goles, la selección jugaba tan mal que les decían Los Putrefactos, y un así el equipo nunca perdía el ánimo ni el apetito. Aún y cuando la selección fuera pésimo toda la gente no dejaba de apoyarlos y de ir al estadio, ya que en ese país la ilusión nunca moría, y decían, algún día el equipo será bueno, y confiaban en ellos, pronto ganarían los partidos, incluso pensaban que la ciencia podía hacer algo por el equipo Pero aunque el equipo seguía siendo malísimo, esto no impedía que fueran famosos y queridos por todo el mundo, por su amabilidad y su entusiasmo, no por su calidad; los invitaban a jugar a otros países y a sus rivales les llevaban regalos, el equipo siempre perdía, pero con todo y sus derrotas ellos siempre estaban de buen humor, La selección había ganado varios reconocimientos, pero ninguno significaba la victoria de alguno de sus partidos, su entrenador les decía que estaba bien ser agradables pero que también debían jugar para ganar. El equipo era muy bueno para anunciar publicidad, porque era muy queridos por toda la gente, si anunciaban algún producto de moda la gente de inmediato salía a comprarlo, su uniforme estaba tan lleno de publicidad que el entrenador decía que les pesaba para jugar, pero el dueño del equipo no le interesaba porque esto les hacía ganar mucho dinero. La única esperanza del entrenador era la ciencia, en especial el padre de Arturo, que siendo científico buscaba un remedio para la difícil situación de los jugadores y para esto trataba de inventar un imán que llevara el balón a la portería.

Arturo también quería que su papá le diera un imán que pudiera llevar en su mochila y que lo ayudara a conquistar a Sofía, una niña de la escuela que le gustaba ya que era muy diferente a las demás chicas y con quien se ponía muy nervioso al verla. El papá de Arturo no dejaba de trabajar buscando la solución para el equipo , trabajaba hasta la madrugada, y su esposa le indicó que era mejor que le pidiera ayuda a su amigo el científico que le podía apoyar en su invento ya que también le gustaba mucho el futbol. Arturo estaba muy preocupado por su padre ya que se estaba esforzando mucho en encontrar una solución, él quería verlo contento y tranquilo, y pensaba que si no inventaba el imán que se requería para el equipo, de todas formas siempre sería un excelente padre. El entrenador de la selección buscaba ayuda para su equipo y antes de ir con el Dr. Gómez consultó psicólogos, brujos, sacerdotes, astrólogos y nada le daba resultados el equipo no sabía chutar, mientras tanto el Dr. Gómez estaba buscando la fórmula para lograr goles, y de nuevo su esposa le indicó que buscara al Dr. Ziper, y el doctor lo contactó por mail solicitando su ayuda. El Dr. Ziper le respondió que buscara la respuesta en Arturo su hijo, porque el futbol es una oportunidad de volver a la infancia, y la infancia era la solución, con esto puso más atención a su hijo y después de escucharlo se fue su laboratorio a hacer sumas y restas, porque necesitaba una energía especial para los imanes del futbol, y esta energía la conseguiría del entusiasmo de la gente. El papá de Arturo, regresó a casa con los imanes que fabricó y Arturo le preguntó ¿esos imanes atraen metales?, y el Dr. le respondió que solo atraen los sentimientos del pueblo y con la ayuda de los halcones pusieron los imanes en el techo del estadio y en la portería puso una red metálica para captar la energía y se controla con un control como de televisión, Arturo aprovecho para quedarse con un imán sin que su padre se diera cuenta para llevárselo en su mochila a la escuela. Cuando Arturo llego a la escuela con su imán, varios compañeros le ofrecieron cosas y fueron amables con él pero el imán no tuvo reacción con Sofía, poco después la situación se volvió un poco molesta para Arturo, por lo que se deshizo del imán, al volver a casa le comentó a su mamá lo sucedido con Sofía, su mamá le mencionó que algunas personas se dejan afectar por cosas nuevas más que otras y Sofía es una chica que tiene mucha personalidad, su papá escucho un poco la conversación y le dijo que era una chica antimagnética. Llegó el partido contra Alemania, todo funcionó de maravilla durante el primer tiempo con el entusiasmo de la gente, el invento estaba funcionando a la perfección, el equipo logró conseguir 3 goles a su favor, todos los jugadores jugaban muy bien menos Pancho, pero al

llegar el 2do tiempo todo empeoró, porque la gente dejó de apoyar a su equipo al distraerse con la comida que compró durante el descanso, así que el equipo volvió a jugar malísimo solo el que mejoró fue Pancho y Alemania anotó 3 goles para finalizar el partido 3 a 3. El Dr. Gómez supo que el magnetismo no funciona con tantos antojos, y tendría que hacer algo para remediarlo. A siguiente día Arturo fue al estadio a buscar una moneda con la que pidió el deseo de que el invento de su padre funcionara, se encontró con Perico Agilar el entrenador de los halcones quien le explicó la diferencia entre Pacho y los 3 halcones, muy parecido a Pancho el jugador de la selección, al salir de ahí tomo un taxi el cual pagó con la moneda de la suerte para que lo llevara con su padre a la Universidad Nacional, le costó mucho trabajo encontrarlo porque la universidad era enorme, pero en su camino encontró un varias monedas que seguramente se le habían caído a su padre y lo guiaron hacia él. Al encontrar a su padre Arturo le comentó la diferencia de los halcones y como esto era parecido a Pancho y el resto de los jugadores, descubrieron que Pancho era caprichoso y por eso los imanes no funcionaban con el así que el Dr. Gómez decidió fabricar una camiseta especial para Pacho con tela antimagnética con la ayuda de la mamá de Arturo, ahora solo tenían que resolver como apasionar a la gente y no distraerse con los antojos en el medio tiempo. Se llegó el partido de la selección contra Krupitania, en el primer tiempo la selección iba ganando pero al llegar el segundo tiempo la gente nuevamente se distrajo con tanta golosina y frituras, que el equipo contrario logró empatarlos, el Dr. Gómez hablo con el locutor para que aconsejara a la gente por el altavoz para que siguiera apoyando a su equipo, hasta que solo faltando unos segundos para que terminara el partido Pancho logró meter el gol que los hizo ganar y calificar al Mundial. El equipo festejó su triunfo con toda la gente del pueblo, todo mundo estaba feliz, y Arturo al da siguiente fue a la escuela y con seguridad se acercó a Sofía quien se puso muy feliz y Arturo le contó la historia del la selección.