La Cabeza Voladora

Documento n- 04cu LA CABEZA VOLADORA Hace como setenta años atrás ocurrió la siguiente historia en la provincia de Tarat

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Documento n- 04cu LA CABEZA VOLADORA Hace como setenta años atrás ocurrió la siguiente historia en la provincia de Tarata. Un caballero de cincuenta años, tenía que salir de la ciudad de Tarata con dirección a Chucatamani. Partió a eso de las diez de la noche, cuando ya había caminado la mitad del camino, pasó cerca de un árbol grande, al pasar escuchó una voz femenina que le decía: -Ayúdame, ayúdame. El caballero volteó, pero no vio nada, todo era oscuridad, no hizo caso, y siguió su camino. Nuevamente, escucha la voz de una mujer que le dice: -Ayúdame, ayúdame por favor. El caballero voltea, mira cuidadosamente, y observa cada lugar y no encuentra a ninguna persona. Entonces reinicia su marcha, y la voz de mujer en tono suplicante le dice: -Por favor, no te vayas, ayúdame. El caballero regresa al árbol, comienza a mirar bien, y observa que en la parte superior estaba enredado algo parecido a la cabeza de una mujer, a la distancia se miraba que sus cabellos largos se habían enredado a las ramas del árbol. El caballero buscó un palo largo, para desenredarlos. Después de buscar un buen tiempo, lo encontró y comenzó a golpear las ramas. Estuvo golpeando como media hora, hasta que de pronto una cabeza de mujer se caía al suelo. Antes de llegar a la tierra, la cabeza se convirtió en una paloma blanca, y comenzó a volar lejos. El caballero se asustó, porque al mirar el suelo vio sangre derramada… Entonces, comenzó a correr con dirección a la ciudad de Tarata. Llegó a su casa y se durmió. Al día siguiente, muy temprano, tocan la puerta de su casa, y un vecino le avisa que ha muerto una señora. El caballero se alista y dice, -primero voy al velorio de la señora, luego voy a Chucatamani. Llega a la casa de la difunta, le reza un padre nuestro, un ave María, luego se acerca al ataúd de la difunta. Abre bien los ojos, pero era verdad, la señora tenía un corte fino alrededor de su cuello, como si fuera un collar invisible. ¿Era una bruja? ¿Era un alma en pena? ¿Era una señal de la despedida final? ¿Era la cabeza voladora?” (Versión del Prof. Juan Vildoso Romero, 2004, Tacna)