Kuya Kuya

Kuya Kuya La obra Kuya Kuya se narra la historia de Paliaco, un niño ancashino del campo, vive enamorado de la niña más

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Kuya Kuya La obra Kuya Kuya se narra la historia de Paliaco, un niño ancashino del campo, vive enamorado de la niña más hermosa del aula donde estudian llamada Floria. Paliaco busca por todos los medios ganarse su amor, compra regalos como por ejemplo unos ganchos, flores, etc. Floria no le hacía caso a pesar de los regalos además le sacaba celos con Basilio que también estudiaba en su escuela, después de muchos desplantes un día Marcial amigo de Paliaco le dice que case al ave tuktupillín y le saque su corazón y que lo haga secar con el sol para que Floria lo quiera, Paliaco le hizo caso a Marcial y a escondidas lo hecha el polvito en todo el balde de la leche que Floria estaba ordeñando de su vaca. Después de algún tiempo, Floria y Paliaco se vuelven a encontrar y comentan "Ahora, Floria, tenemos dos guaguas. Al mayorcito le habían puesto el sobrenombre de Paliaco, como le decían en la escuela. Los padres de Floria también lo querían mucho, Paliaco le confiesa un secreto a Floria esa vez, faltando poco para que se vayan a Huaylas, cuando te encontré afanada sacando leche de tu vaca, sin que te dieras cuenta nomás, lo eché a tu balde el polvito del tuktupillín; y ahora sí lo creo al Marcial que me dijo riendo, ¿A toda la leche lo has echado? Ya los fregaste a todos, zonzo; era sólo a su taza de ella. Bueno, qué se va hacer, ahora hasta sus viejos te van a querer y los padres de Paliaco ahora también lo quieren porque el echo el polvo en todo el balde.

Autor: Óscar Colchado Lucio

QUERIDO HIJO ESTAS DESPEDIDO Érase una vez un niño llamado Miguel que vivía con sus padres. Miguel era muy travieso, vago, descuidado… y muchas cosas más. Sus padres aguantaron varios años hasta que ellos dijeron basta y le mandaron a Miguel una carta de despido. Le dieron un plazo de 30 días para que cambiase su actitud. Durante ese tiempo Miguel procuró portarse lo mejor posible pero fue inútil, aun con esas Miguel seguía rompiendo cosas. Ya pasado los 30 días los padres de Miguel le dieron a su hijo el material necesario y Miguel se fue. Miguel no sabía a donde ir, hasta que se dio cuenta de que era la hora de salir del colegio y espero en el parque a sus amigos. Cuando Miguel los vio, les comento, todo lo sucedido y ellos se entristecieron. Ellos no podían hacer nada al respecto pero Mar tuvo la idea de traerle un bocadillo ya que le vio muy hambriento. Cuando llegó Mar ya se habían marchado sus amigos, Mar le entregó su bocadillo le dio un beso a Miguel y se fue corriendo. Miguel conversó con un anciano en el banco sobre ese tema. Él le dijo que podía pedirles una segunda oportunidad a sus padres o ir a un abogado. Miguel se fue corriendo a ver a su abogado que era su vecino y se lo comentó todo. Él le ayudo mandándoles una instancia a los padres de Miguel y ellos le dieron la segunda oportunidad. Después de todo Miguel aprendió la lección y podrá demostrar a sus padres lo bueno que es.

Autor: Jordi sierra i Fabra

EL VENDEDOR DE SUEÑOS La demostración en forma de libro de que toda persona puede tener sueños. La demostración de que todo es más sencillo de lo que parece. La demostración de que existe un mundo gobernado por lo sueños, un mundo feliz, dónde la única moneda es el amor, y el principal lazo el compañerismo, el cariño. Un cariño real, que sirve de combustible a las personas, que digiere todo tipo de envidia y rencor y lo introduce en un lugar sólo conocido por él, un lugar al que los humanos no sabemos ni podemos llegar, un lugar seguro, dónde tendría que residir todo lo que nos evita perseguir nuestros sueños. Sueños que intentamos ocultar con la rutina, con el conformismo, con la falta de fuerza de voluntad, la falta de fuerza interior, el poco cariño que tenemos hacia nosotros. Cury nos presenta a un hombre sin igual, un hombre que se presenta como un vendedor de sueños, un hombre sin aparente pasado que su única voluntad es vivir la vida con amor, repartir amor, sacar los sueños que toda persona lleva dentro, pero que la inmensa mayoría rehúye de alcanzar. Él rompe con esa mayoría, se sitúa indirectamente y en contra de su voluntad como personaje principal de una historia en que los más pobres en cuestión de sueños, los más perdidos, los que creen no tener salida, los que creen vivir en un hondo pozo encuentran en él la puerta a la felicidad, con un principio de duda, de miedo, pero con un final de júbilo, de amor completo. Amor completo de una persona completa, de una persona que tuvo que tocar fondo para comprender el verdadero sentido de la vida, y que ni mucho menos se guarda esta receta para él, sino que la comparte con todo aquel que se precie, con todo aquel que lo acepte, y con aquellos que no, también. Ni mucho menos espera ver caer a los demás para compartir su secreto, todo aquel que se acerca a él es bienvenido a su mundo personal, ese mundo amueblado con felicidad, con optimismo, con sueños, y como si se tratara de un excelentísimo arquitecto va construyendo muebles, habitaciones, casas, en forma de sueños para todo aquel con esa voluntad, con la voluntad de querer soñar, de querer vivir la vida con optimismo, de crearse un interior fuerte, un interior seguro, un interior feliz para proyectar esa felicidad al mundo exterior, esa seguridad de sentirse bien por dentro, la que conlleva irradiar ese positivismo, hipnotizando con la sonrisa, abrazando con amor. Un hombre que muchas personas pueden decir que es ficticio, que no existe, que es un mero invento literario, una utopía. Esas mismas personas que guardaron sus sueños en un cofre muy al fondo de su corazón y perdieron la llave allí dónde nunca poder recordar ni encontrarla, un cofre ya oxidado, que solo aflora en los últimos instantes de tantas marchitadas vidas, cuando nos damos cuenta que ya es demasiado tarde y cuando aparecen en nuestras mentes pensamientos como los del distinguido R. Sharma: “Los jóvenes no saben. Los viejos no pueden”. Nunca es tarde para perseguir nuestros sueños, eso intenta inculcar en las mentes abiertas este magnífico personaje, personaje que vive debajo de un puente, que

no tiene ropa, ni aseo, ni comida, ni dinero, pero que se le ve feliz, que es feliz, y al preguntarle el por qué contesta simple y llanamente: “Soy un simple caminante que ha perdido el miedo a perderse”. Es posible que no existan personas así en el mundo, es posible que todo sea una mera utopía, es posible que no existan los vendedores de sueños, que perseguir los sueños no pase de habladurías e imposibles, que tener sueños sea para los aburridos, para los ignorantes. También puede ser que exista un mundo mejor, un mundo al que ha conseguido llegar poca gente, un mundo donde cada día es un día nuevo, donde nuestra mente solo observa a través del optimismo, un mundo donde todo juega al son de esta mente, la que puede engañarnos hundiéndonos en el pesimismo generalizado o la que podemos conseguir adiestrar y encaminar en la senda de la felicidad. Quizás el error ha sido siempre nuestro. Quizás nos hemos negado tanto a los sueños que han dejado de existir. O quizás no. “Cuando el alumno está listo, aparecen los maestros”.

Autor: Augusto Cury