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COURSERA Egiptología (Egyptology) 2014 Impartido por Josep Cervelló, José Lull Editado por Sofía Cavero 1.1. Orígen

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COURSERA

Egiptología (Egyptology) 2014

Impartido por Josep Cervelló, José Lull

Editado por Sofía Cavero

1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 1

Cuestiones previas Cronología, Periodización de la historia de Egipto Reinos Las tres etapas centrales de la historia de Egipto reciben el nombre de: Reino Antiguo Reino Medio Reino Nuevo En la nomenclatura de estas etapas hay dos tradiciones egiptológicas distintas: Inglesa e italiana prefieren hablar de "kingdom" y "regno", es decir reino. Francesa y alemana prefieren hablar de "empire" y "reich", es decir imperio La tradición egiptológica española, que es más reciente, prefiere mayoritariamente el término "reino", porque de estas tres etapas centrales de la historia de Egipto, solamente el Reino Nuevo puede considerarse realmente un imperio, parece más lógico retener la palabra "reino" que es aplicable a las tres.

Periodos Intermedios Estas tres etapas centrales están separadas por los llamados Periodos Intermedios: Primer Periodo Intermedio separa el Reino Antiguo y el Reino Medio. Segundo Periodo Intermedio separa el Reino Medio y el Reino Nuevo. Tercer Periodo Intermedio se desarrolla después del Reino Nuevo. La periodización histórica, igual que la praxis histórica, no es algo aséptico u objetivo, que venga dado de manera natural, sino que es una construcción teórica y que responde a un trasfondo ideológico tanto de la persona que elabora la periodización como del periodo, de la época, que a esa persona le ha tocado vivir. Estas etapas centrales de la historia de Egipto fueron definidas a mediados del siglo XIX o en la segunda mitad del siglo XIX, en un momento en que en Europa la forma suprema de organización socio-política humana era el estado-nación fuertemente centralizado, con una administración centralizada, monárquico normalmente, y eventualmente en proceso de expansión territorial: la época de los imperios coloniales. Estas características del estado-nación europeo moderno se proyectan indefectiblemente en las culturas del pasado, conscientemente o inconscientemente, considerándose aquellas etapas de esas culturas del pasado que responden a estos patrones como etapas centrales de las evoluciones históricas de las culturas del pasado, a las que se llama reinos o imperios: Fuerte centralización política Monarquía faraónica fuerte Control de todo el territorio de Egipto desde la Primera Catarata hasta el Mediterráneo si no incluso en unas etapas un poco más. Son periodos por tanto de presencia de un estado fuerte y centralizado. Los Periodos Intermedios de la historia de Egipto son etapas en que se verifica todo lo contrario: Disgregación política. Dinastas locales asumen el poder en sus territorios. Luchas por la supremacía en una región determinada. Finalmente se emprenden procesos de reunificación del país que son los que acaban culminando al final de cada uno de los Periodos Intermedios en la nueva etapa de centralización política y de Unificación. El término de "Periodo Intermedio" es un término que se define por oposición a los reinos. Son términos definidos en negativo, un poco como sucede con el término "Edad Media" en el caso de la historia europea, no es nada, salvo una etapa que va en medio de una época de esplendor pasada (la época clásica) y una época de esplendor presente (la etapa moderna). Sofía Cavero

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 1

Épocas Esta periodización con estos seis periodos centrales se va afinando con el tiempo y se añaden lo que se llaman las Épocas: Época previa al Reino Antiguo, Época tinita Épocas posteriores al Tercer Periodo Intermedio: Baja Época y la Época Grecorromana. De esta manera tenemos estructurada toda la historia dinástica de Egipto.

Dinastías Estos periodos a su vez se subdividen en lo que llamamos dinastías, siguiendo un término propuesto por primera vez por un personaje llamado Manetón.

Material complementario del curso Las dinastías faraónicas por Josep Cervelló Autuori y Jose Lull

Aegyptiaca de Manetón Manetón es un sacerdote egipcio originario de la ciudad de Sebennitos, en el delta, que en el siglo III a.C. escribe una obra en tres volúmenes titulada Aegyptiaca en griego por encargo del Ptolomeo II Filadelfo, que desgraciadamente se ha perdido. Efectivamente, después de la desmembración del Imperio de Alejandro, sus distintos generales se repartieron el Imperio Macedonio. Egipto tocó a Ptolomeo, primero de la dinastía extranjera de origen griego. Ptolomeo II, que era un hombre culto, quiso conocer bien al pueblo que tenía que gobernar y para ello pidió a Manetón que le escribiera una historia de Egipto, la Aegyptiaca.

Epítome Poco después de que Manetón acabara los Aegyptiaca, se elaboró un epítome o resumen de la obra de Manetón que consiste básicamente en: las serie de las dinastías los nombres de los reyes los años de reinado algún acontecimiento cuando parecía oportuno registrarlo. De este epítome tenemos distintas versiones que nos llegan a través de los cronógrafos cristianos: Julio Africano en el siglo III d.C. Eusebio de Cesarea en el siglo IV d.C. Jorge Sincelo, un monje bizantino del siglo VIII d.C. Gracias a estos extractos o versiones del epítome de la obra de Manetón nosotros conocemos el “esqueleto” o esencia de la obra de los Aegyptiaca de Manetón.

Pasaje íntegro Además del epítome transmitido por los cronógrafos cristianos poseemos un pasaje íntegro de la obra de Manetón, el que corresponde a los hicsos. En efecto, en el siglo I d.C., un autor de origen judío, pero que escribió en griego, Flavio Josefo, en su obra Contra Apionem, quiso demostrar la antigüedad de los judíos y para hacerlo entroncó la historia judía con la historia egipcia, puesto que los egipcios eran considerados la nación más antigua de la historia de la humanidad. Josefo consideró los hicsos como los judíos más antiguos. Y en efecto, nosotros sabemos que los hicsos eran poblaciones semíticas procedentes de la franja sirio-palestina, que se establecieron en el delta del Nilo y que acabaron haciéndose con el poder en Egipto. La iniciativa de Josefo nos permite conocer integro un pasaje de la obra de Manetón aunque este pasaje está puesto al servicio de una causa determinada y por tanto es muy probable que haya sufrido algún tipo de interpolación. De todos modos, es el único fragmento de los Aegyptiaca que podemos leer de forma completa y que nos permite conocer la subdivisión en dinastías que Manetón realizó. Sofía Cavero

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 1

Dinastía faraónica Cuando hablamos de "dinastía" en términos de historia europea hablamos de una familia reinante, pero una dinastía faraónica no tiene forzosamente que coincidir con una familia reinante autóctona. Puede serlo, por ejemplo, si se trata de familias reinantes que conforman una dinastía extranjera como los reyes etíopes o los reyes persas. En general, el último rey de una dinastía egipcia autóctona, es el hermano, el padre, o un pariente más o menos lejano del primer rey de la dinastía siguiente. Una dinastía faraónica es una secuencia convencional de reyes que ha sido determinada en función de criterios distintos del familiar. Por ejemplo, en función de la capital desde la cual esa dinastía gobierna o en función de un cambio en el ritual funerario. Por ejemplo, la Dinastía XII es una dinastía que se caracteriza por haber reinado desde una capital específica: Ity Tiwy. Y el paso de la Dinastía III a la Dinastía IV, el último rey de la Dinastía III es el padre del primer rey de la Dinastía IV, ese paso, viene determinado muy probablemente por el paso de la pirámide escalonada a la pirámide de caras lisas. Por lo tanto hay razones de carácter ritual o de carácter geo-político que determinan estos cambios de dinastía. Pero no se trata, insisto, de familias reinantes ya que muchas veces una misma familia comporta distintas dinastías sucesivas. También es importante que tengáis presente que en la obra de Manetón las dinastías se nos presentan como correlativas unas a otras. En los periodos centrales de la historia de Egipto, en el Reino Antiguo, en el Reino Medio y en el Reino Nuevo, si que se produce esta sucesión correlativa de las dinastías que conforman estos periodos; pero en los Periodos Intermedios muchas veces las dinastías no son sucesivas, sino que son contemporáneas. En relación con la división en dinastías propuesta por Manetón, podríamos plantearnos si se trata de una iniciativa del propio Manetón o si viene de más antiguo, aunque sabemos que Manetón consultó toda una serie de fuentes características de toda la historia faraónica: las listas de Reyes y los anales reales.

Fuentes previas a Manetón Papiro de los reyes de Turín Las imágenes muestran fragmentos del Papiro de los reyes de Turín cuyo estado de conservación es bastante precario. El Canon de Turín fue hallado a principios del siglo XIX, en una tumba de la necrópolis Tebana prácticamente intacto, pero en su traslado a Luxor, de forma poco cuidadosa, sufrió de manera irremediable y buena parte del papiro se perdió convertida en polvo. Los egiptólogos posteriormente han hecho un trabajo muy minucioso de recuperación de los fragmentos que se habían conservado, y de recolocación de esos fragmentos, de manera que en la actualidad tenemos una parte del texto conservada. La escritura utilizada no es pictográfica (como los jeroglíficos que representan objetos, seres o procesos de la realidad) son trazos más o menos convencionales, trazos cursivos de escritura hierática. Este tipo de escritura se utiliza sobre papiro en la escritura de los documentos cotidianos, pero también, de la literatura y de algunos documentos importantes como podía ser este papiro de los reyes, conservado en Turín. La imagen de la izquierda es otro fragmento en hierático del papiro original, mientra que la de la derecha es un dibujo del mismo fragmento en transcripción jeroglífica (podemos reconocer objetos o seres de la realidad, como abejas, pájaros, cestos, brazos, etc. porque es una escritura pictográfica) utilizado por los egiptólogos, para que resulte más cómoda la lectura y más directo el reconocimiento de los signos. Nos fijamos en la parte jeroglífica, porque justamente es más cómoda a la hora de identificar los signos. En este fragmento podéis ver toda una serie de líneas y en cada una de las líneas hay una abeja.

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 1

Las columnas de texto empiezan con los signos de la caña y la abeja, que son los símbolos heráldicos del Alto Egipto y Bajo Egipto respectivamente. Unidas sirven para escribir un título de la titulatura faraónica: Nisut-Bity, que significa literalmente “el que pertenece a la caña y el de la abeja”. Se trata de un título dual que implica la soberanía sobre las dos partes míticas del estado egipcio, por eso lo traducimos como “Rey del Alto y Bajo Egipto”. La titulatura faraónica estaba compuesta por cinco títulos. Inmediatamente después de la caña y de la abeja lo que tenemos es el cartucho real. El cartucho es un ovoide, que empieza en forma arcuada y que termina también en forma arcuada pero con un trazo vertical, dentro del cual, se escribe el nombre del rey. En los documentos en hierático, sólo se escribe el arco inicial y el arco final con el trazo vertical. Dentro, hay una serie de signos jeroglíficos, esos signos jeroglíficos reproducen el nombre del rey. Por lo tanto, en cada línea lo que tenemos es el título de Nisut Bity del rey, el nombre del rey y después, si os fijáis a la izquierda del fragmento, cifras que recogen los años de reinado del rey. Antes de las cifras, tenemos un signo vertical que termina en forma arcuada en la parte superior y que sirve para escribir la palabra Hesebed, que significa año de reinado. Respecto a las cifras: Un arco hacia abajo representa un diez. Cuatro, se escribe con cuatro trazos verticales. Para cinco, se añadiría otro trazo vertical más. Seis, se escribe con tres trazos arriba y tres abajo. Ocho.

Nueve. Si comparáis con la versión original del papiro, podéis jugar a intentar reconocer los signos jeroglíficos en los signos hieráticos. En realidad, los signos de la escritura jeroglífica y la hierática son lo mismos y se ordenan exactamente de la misma manera, con pequeñas variantes gráficas. Los signos jeroglíficos son pictográficos, se hacen de forma más cuidada, y la escritura hierática es cursiva, más rápida y con ligaduras entre signos a veces.

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 1

Listas reales de Abidos Otros documentos fundamentales son las listas reales de época ramésida. Las dos listas reales más importantes y conocidas pertenecen a la Dinastía XIX, son las listas reales de los templos de Abidos construidos por Seti I y por Ramsés II.

Templo de Seti I En el templo construido por Seti I tenemos una gran lista real con los nombres de todos los antecesores regios del propio Seti I. A la izquierda, tenemos la representación del faraón Seti I con su hijo Ramsés (futuro Ramsés II); el faraón es el personaje representado en módulo mayor con la corona faraónica, su hijo es el personaje representado en el módulo menor, con la trenza lateral en la cabeza que lo caracteriza como príncipe real.

Esta enumeración de reyes no se encuentra en un lugar visible porque no es un documento histórico para dejar constancia, objetiva y visible, de los antecesores de la realeza. Esta lista, con los ancestros del rey reinante y de sus futuros sucesores, es un documento de carácter ritual, pensado para rendir pleitesía, homenaje a los antepasados, por eso el faraón y su hijo se representan haciendo una ofrenda, rindiendo culto a sus ancestros regios. La lista se encuentra en un lugar recóndito del templo porque no ha sido hecha para ser vista de manera habitual por el común de los mortales.

Estas fotografías contienen dos dinastías de reyes. Del número 15 al número 19, tenéis la III Dinastía; del número 20 al número 25 tenéis la IV Dinastía. El número 20 es el rey Snofru, cuyo cartucho veíamos en la última línea de la imagen del papiro de Turín, primer rey de la IV Dinastía y padre del rey Keops, que es el cartucho número 21. Aquí está escrito su nombre egipcio que se lee Kh(u)fu.

Templo de Ramsés II La segunda lista procede del Templo de Ramsés II, también en Abidos, que se conserva hoy en el Museo Británico a diferencia de la anterior que sigue in situ en el Templo de Seti I. Los cuatro primeros cartuchos, que contienen un escarabajo entre los signos jeroglíficos, corresponden a los reyes Tutmosis II, Tutmosis III, Amenhotep II y a Tutmosis IV. Entre los primeros dos, Tutmosis II y Tutmosis III, reinó en la realidad histórica la reina Hatshepsut, pero aquí no está consignada. Si continuamos, después del cuarto cartucho, tenemos el nombre de Amenhotep III, en el que ya no hay un escarabajo, y a continuación, el cartucho del rey Horemheb, último de la Dinastía XVIII. Entre Sofía Cavero

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 1

Amenhotep III y Horemheb faltan todos los reyes de Amarna, Amenhotep IV, Smenkhkare, Tutankhamon y Ay. Hatshepsut y los reyes de Amarna no son consignados en las listas reales porque son vistos como heterodoxos, en relación con el arquetipo de la realeza. Bajo la visión de los egipcios el rey debía responder a un arquetipo y si no lo hacia era condenada a la damnatio memoriae, a la condena de la memoria que consistía en el olvido histórico.

Piedra de Palermo El siguiente documento tiene una importancia excepcional, es la Piedra de Palermo, que se guarda hoy en el Museo de Palermo en Sicilia aunque nadie sabe muy bien como llegó hasta allí.

Es un fragmento de piedra basáltica correspondiente a un documento mucho más grande y mucho más completo, como muestra la imagen.

La letra P corresponde a la piedra de Palermo. El fragmento marcado como K1 se guarda hoy en el Museo del Cairo y tiene un tamaño casi idéntico al de la piedra de Palermo, aunque es menos conocido. Otros documentos son más pequeñitos marcados con otras siglas, algunos de los cuales están en el Museo del Cairo y otros en Londres, en el British Museum. Cuando estaban completos, se trataba de unos anales reales elaborados durante la V dinastía que recogían los reinados de todos los reyes desde la I dinastía hasta el tercer rey de la V dinastía, Neferirkara Kakai que es quien probablemente ordenó la confección de los anales. Nos encontramos ante un documento colocado en un templo de carácter ritual, no es un documento histórico. Esta es solamente una de las líneas de la piedra de Palermo. Cada una de las líneas está dividida en tres registros:

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 2

El registro superior contiene el nombre del rey y el nombre de su madre. En este caso, aunque es fragmentario, conservamos el otro fragmento a la derecha de la piedra de Palermo y sabemos el nombre del rey (Den, que es el quinto de la I dinastía) y el nombre de la madre (Meryt-Neith). El nombre del rey se empieza a escribir en la casilla que coincide con su primer año de reinado. En la imagen vemos el final del nombre de la madre terminado con un signo determinativo (una mujer sentada), que indica el campo semántico de la palabra que le precede es una mujer. El resto del registro queda libre. Los dos registros inferiores están subdivididos en casillas separadas por un signo vertical con la parte superior arcuada (el mismo que veíamos en el Papiro de Turín, el signo para la palabra Hesebet, que quiere decir “año del reinado”). Por lo tanto, cada una de las casillas corresponde a un año del reinado del rey en cuestión: El registro superior, se nos consignan los acontecimientos más importantes los acontecimientos dignos de notar de ese año de reinado La casilla inferior, se nos consigna la altura de la crecida del Nilo en ese año. Este dato fundamental se registra a lo largo de toda la historia de Egipto, tanto por razones rituales como por razones económicas, puesto que a partir de la altura del río se calculaba el volumen de las cosechas y la cuantía de los impuestos. En la segunda casilla por la derecha, podéis ver una serie de signos cuyo conjunto significan Masacrar a los Iuntiu, que son las gentes del arco, extranjeros enemigos de Egipto; masacrar a los Iuntiu es algo que el faraón debe hacer porque forma parte de sus deberes arquetípicos, de sus deberes como figura mítica. En la casilla siguiente, se nos habla de la ceremonia de la aparición del rey del Alto Egipto, de la ceremonia de la aparición del rey del Bajo Egipto y del Festival de Sed. El Festival de Sed es un gran ceremonial regio que el rey celebraba cuando llegada su 30 año de reinado para regenerar sus fuerzas, para su propio bien y de toda la sociedad humana y toda la naturaleza, es un gran festival de rejuvenecimiento del rey y de renacimiento del mundo. Si el rey no llegaba a los 30 años no se celebraba. La concepción egipcia del pasado bascula entre esos dos polos: lo arquetípico, aquello que debe ser hecho porque forma parte de la esencia mítica de la realeza, y lo histórico, la realidad de los hechos. El historiador, el egiptólogo, debe moverse con mucha precaución y con mucha habilidad entre estos dos polos para, a partir de lo que nos dicen los textos egipcios, y a partir de toda la documentación histórica y arqueológica a su disposición, llegar a conclusiones sobre la realidad de los hechos históricos.

Origen de las listas y anales reales Es sorprendente hasta que punto hay una cesura entre el pre-dinástico y el dinástico en relación con la fijación por escrito de las concepciones del pasado. Esta concepción egipcia del pasado se fragua intencionadamente a principios de la I dinastía como demuestra la lista real más antigua que conocemos que contiene los primeros cinco reyes de la I dinastía y que se encuentra en la impronta de un sello cilíndrico.

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1.1. Orígenes - Cuestiones previas - Cronología y geografía de Egipto – parte 2

El documento original de la izquierda es una impronta de un sello cilíndrico. El sello cilíndrico tenía los signos grabados en su superficie, al pasarlo sobre la cerámica húmeda los signos quedaban inscritos en la cerámica. Estos fragmentos de cerámica servían para tapar recipientes de cerámica, vasijas de cerámica, que de esta manera quedaban tapadas y selladas. En la parte derecha, el dibujo reproduce este sello que muestra una serie de columnas. Algunas de estas columnas empiezan con un halcón, que es otro de los títulos de la realeza faraónica: el título de Horus. Es el título que identifica al faraón con el dios cósmico Horus, que es un dios que representa la totalidad del universo, y el faraón se identifica con el porque es responsable de la armonía del universo. El dios Horus encabeza algunas de las columnas e inmediatamente después tenemos el nombre del rey por el título de Horus: en la segunda columna, por debajo del halcón tenemos el nombre del rey Narmer; en la cuarta columna, agarrado de las garras del halcón, tenemos los jeroglíficos que conforman el nombre del rey Aha; en la sexta columna, tenemos el nombre del rey Djer; en la séptima, el nombre del rey Djet, que se escribe con una serpiente; y en la octava, el nombre del rey Den. Otras listas empiezan también con Narmer, primer rey de la I dinastía, pero no conocemos absolutamente ninguna lista que enumere reyes pre-dinásticos, inmediatamente anteriores, aunque los hubo, ni que enumere últimos reyes del pre-dinástico y primeros reyes de la I Dinastía. Las listas que poseemos empiezan indefectiblemente, con el primer rey de la I dinastía, que es Narmer. Esto nos indica que esta tradición, esta concepción del pasado de los egipcios, se fraguó intencionadamente justamente desde el principio de la I dinastía, de los comienzos del dinástico. En la fotografía de la izquierda, podéis ver una etiqueta analística, por la derecha está encabezada por el signo hesebet que quiere decir año. Los jeroglíficos que hay inmediatamente a la izquierda del signo hesebet nos dan cuenta de los principales acontecimientos del año de reinado en cuestión. Si os fijáis, en la parte central de la etiqueta, tenemos otra vez un halcón perchado encima de un signo rectangular dentro cual esta el nombre del rey Den, quinto rey de la I dinastía (el mismo a que nos referíamos cuando hablábamos de la piedra de Palermo). Esta etiqueta nos señala los acontecimientos principales de uno de los años del reinado del rey Den y que los analistas de la V dinastía utilizaban para elaborar los anales, de los cuales, la piedra de Palermo forma parte. Concretamente, uno de los acontecimientos del reinado del rey Den consignados en la piedra de Palermo y reproducido aquí, es el Festival de Sed, en el que están representadas dos de las ceremonias más importantes que se celebraban: el rey sentado en el trono con la corona y el flagelo y el rey corriendo entre tres marcas en forma de media luna.

Periodización por milenios Ahora estamos en condiciones de definir la periodización de la historia de Egipto. Lo vamos a hacer por milenios:  V y IV milenios a.C.  

Neolitización del Valle del Nilo Desarrollo del predinástico (cultura Nagada)

 III milenio a.C.    

Entre el predinástico y la época histórica: Unificación de las dos tierras ca. 3100 a.C. Época Tinita ca. 3100 a 2700 a.C. está conformada por las dinastías I y II. Reino Antiguo ca. 2700 a 2200 a.C., pleno tercer milenio, está conformado por las dinastías III a VI. Primer Periodo Intermedio ca. 2200 a los 2050 a.C., fin del tercer milenio, está conformado por las dinastías VII a principios de la XI (en gran medida, son contemporáneas).

 II milenio a.C.   

Reino Medio ca. 2050 a 1720 a.C., segunda mitad de la dinastía XI hasta la dinastía XIII. Segundo Periodo Intermedio (hyksos) ca. 1720 a 1550 a.C., dinastías XIII a XVII. Reino Nuevo ca. 1550 a 1080 a.C. Dinastías XVIII a XX.

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 I milenio a.C.    

Tercer Periodo Intermedio ca. 1080 a 664 a.C. y que abarca las dinastías XXI a XXV. Baja Época de 664 a 332 a.C. (estamos al final de las seis etapas centrales de la periodización). De la dinastía XXVI a la XXX y la Segunda Dominación Persa (que para Manetón constituye la dinastía XXXI). Conquista de Egipto por Alejandro: año 332 a.C. Época Grecorromana desde 332 a.C. hasta 395 d.C. que el Imperio Romano se separa entre Imperio Romano de Oriente e Imperio Romano de Occidente y Egipto queda dentro del Imperio Bizantino.

ca. Abreviatura de la palabra latina circa, que significa alrededor de, cerca de.

Geografía El Nilo Nos fijamos de entrada en estas dos espléndidas fotografías tomadas por satélites.

Egipto, como escribe Herodoto, es un don del Nilo. Herodoto se refería esencialmente al Delta, aunque la aseveración es válida para todo el país, ya que si el Nilo no hubiera existido, en la actualidad esta parte de la Sierra sería un desierto absolutamente árido; si existe esta línea de tierra fértil y este amplio delta que se abre al Mediterráneo, es justamente por la existencia del río. El Nilo es el río más largo del mundo, que corre desde los lagos del África Central y desde las altas montañas de Etiopía, hacia el Mediterráneo, a lo largo de seis mil kilómetros. Las fuentes del Nilo son dobles: Nilo Blanco, que nace de los lagos del África Central Nilo Azul, que nace de las montañas de Etiopía Estas dos ramas del Nilo se unen en lo que hoy es Jartúm, la capital del Sudán del Norte, puesto el Sudán se ha dividido en dos recientemente. Después de Jartúm, tenemos la primera de las seis cataratas que jalonan el curso del río. Una catarata, en el caso del Nilo, se trata de rápidos debidos a un ligero desnivel y sobre todo a las rocas que generan una corriente que muchas veces hace ese tramo del río imposible de navegar. La sexta catarata está un poco al Norte de la unión del Nilo Blanco y el Nilo Azul. A continuación, el Nilo recibe su principal afluente, el río Atbara e inmediatamente después, tenemos la quinta catarata y a partir de aquí empieza el gran meandro que el Nilo hace de este a oeste. En medio de este gran meandro tenemos la cuarta catarata, a la altura de la ciudad de Nápata. Después tenemos la tercera catarata, a la altura más o menos de Kerma. Continuando hacia el norte, tenemos la segunda catarata a la altura de Abú Simbel, aproximadamente. Luego, el Nilo se ensancha, porque tenemos el gran lago artificial Nasser creado por la Sofía Cavero

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gran presa de Asuán, construida en los años sesenta, a la altura de la primera catarata. Después el río baja sin más afluentes, sin más cataratas, hasta desembocar en el Mediterráneo. En la antigüedad, el delta poseía muchos más brazos que en la actualidad. En la actualidad, el delta del Nilo posee dos brazos: Rosetta y Damietta. En la foto de arriba, podéis ver las rocas que motivan justamente esta catarata en la zona de la primera catarata del río, Asuán; en la foto de abajo, un relieve que se encuentra actualmente en el templo de Filae y que reproduce al dios Hapy (dios del Nilo representado por una figura sedente con un tocado en forma de papiros) dentro de una cueva sosteniendo un recipiente en su mano y vertiendo el agua de la crecida del Nilo. Los egipcios creían que la crecida surgía de las rocas de la primera catarata, donde se halla la isla de Elefantina, llamada así en transcripción griega. En egipcio el nombre es Abu, que también significa "elefante", porque estas rocas de granito redondeadas por efecto de la erosión del río asemejan a espaldas de elefantes.

Alto y Bajo Egipto A la derecha podéis ver el territorio central de Egipto desde Asuán, desde Elefantina, desde la primera catarata por el sur, hasta el Mediterráneo. El Alto Egipto va desde Elefantina hasta el vértice del delta, aunque nosotros llamamos Egipto Medio a la parte superior de este tramo, a efectos de cultura egipcia antigua, no existe el Egipto Medio. Por lo tanto, el Bajo Egipto va desde el vértice del delta hasta el Mediterráneo. Recordad que el Bajo Egipto está al Norte (arriba en el mapa) y el Alto Egipto está al Sur (abajo en el mapa), porque lo que cuenta es la altitud, y el río baja desde el Sur hacia el Mediterráneo. La división entre el Alto Egipto y el Bajo Egipto es el vértice del delta.

Menfis Un poco al sur del vértice del delta encontramos la ciudad de Menfis, fundada por los primeros reyes de la I dinastía. Se establecieron aquí muy probablemente por razones de carácter simbólico o ritual ya que estaba en el punto medio entre las dos regiones del nuevo estado dual formado por el Alto Egipto y el Bajo Egipto, que se forja justamente en este momento. Estas dos porciones rápidamente tendrán símbolos heráldicos. Uno de los títulos de la realeza justamente se basa en esta dicotomía simbólica entre el Alto y el Bajo Egipto, Nesut-bity.

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Concepto del estado dual La idea de un estado dual dividido en Alto y Bajo Egipto no proviene de la realidad geográfica, sino que se debe a la proyección en el territorio de una estructura de tipo mítico ya que para los egipcios todo aquello que es perfecto, lo es por la combinación de dos polos opuestos complementarios. En el momento en que los reyes de la I dinastía se plantean cómo conceptualizar un estado que sienten como perfecto, como acabado, echan mano justamente de este motivo mítico, lo proyectan en el territorio y crean el estado dual. En realidad, el estado dual significa un estado perfecto que reproduce el orden del cosmos. En este área del Alto Egipto, desde la primera catarata hasta la zona de Hermópolis, van a surgir las culturas que sin solución de continuidad, sin ruptura, van a llevar la formación de la civilización faraónica. Fijaros que esta zona se caracteriza porque el río hace un meandro que se desplaza hacia el este y luego vuelve hacia el oeste. Inmediatamente al sur de este meandro tenemos la ciudad de Hieracómpolis. En la parte central de este meandro tenemos la ciudad de Nagada y en el parte norte de este meandro tenemos la ciudad de Abidos. Estos son los tres centros que suponen el principio del proceso que conduce a la formación de la monarquía faraónica y el estado dual egipcio.

Material complementario del curso Mapa de Egipto IEPOA.

Nomos del Alto Egipto Los nomos del Alto Egipto, suponen la división por provincias del territorio del Alto Egipto desde un poco al sur del vértice del delta hasta el sur de Alto Egipto, ya en época histórica.

(Fijaros que en el mapa de la izquierda falta justamente la parte más meridional del Alto Egipto, que en cambio tenéis en el mapa que os he puesto a la derecha). El número 1, que es el nomo nubio de Elefantina; el nomo número 2 que es el nomo de Edfu; después tenemos el número 3 que es el nomo de Esna, y a partir de ahí todos los nomos que están numerados desde el sur hacia el norte. El número de nomos varía a lo largo de la historia de Egipto. Pero digamos que el número estándar es de veintidós nomos para el Alto Egipto y de veinte nomos para el Bajo Egipto.

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Nomos del Bajo Egipto Aquí tenemos un mapa del delta, es decir del Bajo Egipto.

Fijaros que un poquito al sur de vértice del delta tenemos justamente la ciudad de Menfis, el punto medio entre el Alto Egipto y el Bajo Egipto. El delta con sus distintas ramas, si bien en la actualidad sólo queda la rama que desemboca en Rosetta y la rama que desemboca en Damietta. En el centro del delta podéis ver algunas de las ciudades más importantes en la parte occidental: Alejandría, una ciudad tardía fundada por Alejandro que no existe en época faraónica; en el centro del delta podéis Sais, Busiris, Sebennitos, de donde es originario Manetón. En la parte oriental del delta podéis ver ciudades también tan importantes como Tanis o como Avaris, la capital de los hyksos. En la zona de Menfis tenemos toda una serie de localidades: Giza, Abusir, Saqqara, Dashur. Son todas las localidades donde se levantan las pirámides del Reino Antiguo. Esta es la Necrópolis menfita que consiste básicamente en las grandes sepulturas piramidales de los reyes del Reino Antiguo y del Reino Medio. El nomo número 1 es el nomo de Menfis que forma parte del Bajo Egipto. Como os decía antes, el número estándar de nomos del Bajo Egipto es de veinte. En este mapa, y en el de los nomos del Alto Egipto, podéis ver también la densidad de población en el Reino Nuevo.

La Neolitización del valle del Nilo y periodo predinástico Pleistoceno al Holoceno Adaptación Nilótica En el paso del Pleistoceno al Holoceno, h. 10.000 a.C., se produjeron cambios climáticos que provocaron un periodo de extrema aridez fría, correspondiendo a la última glaciación en Europa, en el desierto del Sahara que hizo imposible cualquier forma de vida humana o animal. En el valle del Nilo las poblaciones humanas continuaron viviendo, pero a causa de la extrema aridez de los desiertos circundantes, estas poblaciones se vieron en la necesidad de explotar de manera masiva los recursos del propio río Nilo; debido a esta primera fuerte interacción entre las poblaciones humanas y el río a este periodo se le conoce como Adaptación nilótica.

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1.2. Orígenes - La neolitización del valle del Nilo y el período predinástico

Algunas poblaciones de la Adaptación nilótica explotaron los cereales silvestres, como sabemos por la presencia en los yacimientos de equipos líticos de moler (muelas de piedra para moler estos cereales silvestres) aunque no estamos todavía ante sociedades agrarias, pero esto indica que las cosas empiezan a cambiar en la prehistoria terminal del valle del Nilo.

Cambio climático La situación climática cambia completamente en el paso del Pleistoceno al Holoceno, el periodo climático actual, supone el fin de las glaciaciones en Europa y el final de este periodo de extrema aridez en el actual desierto del Sahara. Sobre todo en la primera mitad del Holoceno, aproximadamente del 10.000 al 4.000 a.C., las poblaciones humanas y animales pueden volver a poblar lo que hoy es el desierto porque las temperaturas suben y las lluvias se hacen abundantes. La humedad es tal que el lago Chad tiene una superficie veinticinco veces mayor que la actual y se forman verdaderos cursos de agua permanentes, verdaderos ríos, como estos que veis en estas fotografías, convertidos en la actualidad en ríos secos o wadis, a causa de la desertización.

En efecto, a partir del 4.000 a.C., empieza el lento e inexorable proceso de desertización que conduce a la situación actual del Sahara.

En este mapa podéis ver los principales yacimientos prehistóricos del África sahariano nilótica. En la actualidad, nuestros conocimientos de la prehistoria terminal de África, han aumentado muy considerablemente gracias a las misiones y a las excavaciones arqueológicas numerosas que se han conducido en las últimas décadas. En este sentido el valle del Nilo es entendido, actualmente, como parte integrante de este complejo cultural sahariano nilótico de la prehistoria reciente.

Poblamiento humano y animal del Sahara en el Holoceno Las nuevas condiciones climáticas benignas del Sahara a principios del Holoceno, permiten el aumento de la vegetación y hacen posible la vida de las comunidades humanas y de la fauna.

Sofía Cavero

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1.2. Orígenes - La neolitización del valle del Nilo y el período predinástico

Arte rupestre Las poblaciones humanas se instalan, principalmente, en los altiplanos y en las montañas y a partir del 8.000 a.C. empiezan a practicar el arte rupestre representando, principalmente, grandes animales salvajes, que se convierte en un auténtico espejo de la realidad ambiental y cultural de estas regiones en este momento.

En el mapa de la derecha podéis ver la distribución del arte rupestre del norte de África. En verde tenemos las zonas con grabados, y en amarillo las zonas en las que además hay también pinturas. Como se puede apreciar, la provincia más oriental de este arte rupestre, se halla en el valle del Nilo, concretamente en el sur del Alto Egipto y en el norte de Nubia. Entre los animales salvajes representados tenemos cocodrilos, jirafas y elefantes; animales todos que necesitan de abundante vegetación y de abundante agua para vivir. De manera que estos grabados se convierten en un testimonio indirecto de las condiciones ambientales del momento.

Pero a partir del 6.000 a.C., aproximadamente, empiezan a representarse también bóvidos y ovicápridos domésticos, coincidiendo con el proceso de Neolitización de estas regiones, como el ovino a la derecha, probablemente atrapado en una trampa, y el bóvido doméstico que veis a la izquierda. Sofía Cavero

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1.2. Orígenes - La neolitización del valle del Nilo y el período predinástico

Neolitización Neolitización significa el paso de una economía de subsistencia, donde las comunidades humanas son cazadoras-recolectoras, a una economía de producción de alimentos. El Neolítico pleno se define por la práctica de: La agricultura, especialmente de cereales y de hortalizas. (=Domesticación vegetal) La ganadería, sobre todo de bóvidos y de ovicápridos: ovejas y cabras. También de cerdos y de perros como animales de ayuda y de compañía. (=Domesticación animal) Cultura material, por la presencia de la cerámica sobre todo, y también de la cestería y del tejido. Aunque estos dos últimos son más difíciles de documentar porque raramente se conservan. Hasta hace unas décadas el proceso de Neolitización mejor conocido era el del Próximo Oriente asiático, de la región comprendida entre la franja Sirio-Palestina, el norte de Mesopotamia y los Montes Zagros. En esta región la Neolitización empieza en el 9.000 a.C. y supone primero la aparición de la agricultura, después de la ganadería y finalmente de la cerámica, en el 6.000 a.C. El Próximo Oriente fue considerado como el foco primario de Neolitización y sus ritmos de Neolitización fueron considerados prácticamente como universales. Sin embargo, los estudios conducidos en las últimas décadas en los yacimientos del norte de África han revelado un proceso de Neolitización igual de antiguo que el del Próximo Oriente, pero con ritmos completamente distintos: 1.

El primer marcador Neolítico en aparecer fue la cerámica a fines del IX milenio. Se trata de una cerámica sin agricultura y por tanto su función fue la de almacenamiento de productos de la recolección de frutos y cereales silvestres.

2.

En un segundo momento, en el VI milenio a.C., tuvo lugar la domesticación del buey, y un milenio más tarde la introducción de las ovejas y las cabras. Mientras que sabemos que el buey fue domesticado autóctonamente, porque se conoce el ancestro salvaje del buey doméstico en el norte de África, las ovejas y las cabras tuvieron que proceder del Próximo Oriente por un proceso todavía no esclarecido, porque sus ancestros salvajes se conocen para esta última región pero no para el norte de África. 3.

En cuanto a la agricultura, está mal documentada en los yacimientos del Sahara y debió ser un recurso secundario.

En el Sahara se documenta la cerámica utilitaria más antigua del mundo. En este mapa se recogen los principales yacimientos del VIII milenio a.C. en los que se documenta cerámica. Los más importantes son los de la zona del Aïr, especialmente el yacimiento de Tagalagal (2) y los del área del Acacus, especialmente los yacimientos de Ti en Torha (7-8). También es muy importante, el yacimiento de Nabta Playa (10) situado a solo cien kilómetros al oeste de Abu Simbel en el valle del Nilo.

Valle del Nilo A diferencia del Sahara y del Próximo Oriente donde la Neolitización es muy temprana, empieza en el IX milenio a.C. La Neolitización en el valle del Nilo, es más bien tardía y no se da hasta fines del VI milenio a.C. debido, muy probablemente, al medio suficientemente abundante que permitía a las comunidades humanas seguir viviendo de la caza, la pesca, la recolección, en definitiva de la explotación de los recursos fluviales haciendo innecesaria la economía de producción. A fines del VI milenio, el Neolítico llegó también a Egipto por estímulos internos, autóctonos, y también por estímulos exteriores: Sofía Cavero

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1.2. Orígenes - La neolitización del valle del Nilo y el período predinástico

Procedían del Próximo Oriente algunos animales y plantas domésticos: ovejas, cabras o trigo. Procedían del desierto del Sahara algunas tradiciones de talla lítica y de fabricación y decoración de la cerámica. En Egipto se distinguen dos grandes áreas de civilización neolítica: Área A corresponde al delta occidental con el yacimiento de Merimda Beni Salama y al oasis de El Fayum, es algo más temprana puesto que se fecha desde fines del VI milenio a.C. Área B corresponde al Alto Egipto y es algo más reciente puesto que se fecha desde mediados del V milenio a.C. Estas dos áreas son profundamente distintas entre sí, para empezar los yacimientos del área A no constituyen en este momento una cultura unitaria, sino que son yacimientos independientes y presentan profundas diferencias culturales entre ellos.

Cultura badariense En cambio, los yacimientos del área B presentan una cultura material muy homogénea, de manera que constituyen una civilización unitaria. De ahí que se hable de la Cultura badariense del Alto Egipto, h. 4500-3900 a.C. Por otra parte los yacimientos badarienses son ya eneolíticos, es decir, conocen el trabajo del metal por percusión, en concreto, del cobre, cosa que no sucede con los yacimientos del norte. Finalmente, también la cultura funeraria es completamente distinta en las dos regiones. En el norte del país, las costumbres funerarias son muy diversas. En el Alto Egipto, los enterramientos tienen lugar en necrópolis bien separadas de las zonas de hábitat, y ubicadas en el desierto. Los cuerpos se entierran en fosas circulares, colocados en posición fetal, con la cabeza hacia el sur, mirando hacia occidente. El sur es la región de donde proceden las aguas fecundantes, fertilizadoras y por tanto revitalizadoras de la crecida del Nilo, y occidente es el Reino de los muertos. Estamos pues, probablemente, ante la primera documentación de creencias que después serán características del Egipto histórico.

Alto Egipto: Cultura Nagada La cultura badariense dio paso a la cultura de Nagada, que se extiende a lo largo del IV milenio a.C. y que recibe su nombre a partir del yacimiento de Nagada, situado en el corazón mismo del sur del Alto Egipto. Es precisamente a lo largo del IV milenio que la documentación arqueológica, es decir las tumbas, los ajuares y la iconografía nos dan cuenta del proceso continuado de jerarquización social y de especialización del trabajo que acabó conduciendo a la formación de los primeros estados tempranos del valle del Nilo. Un breve apunte de cronología: Badariense:

4.500 - 3.900 a.C.

Nagada I: Nagada II: Nagada III:

3.900 - 3.750 a.C. 3.750 - 3.300 a.C. 3.300 - 3.100 a.C.

Unificación:

3.100 a.C.

La Cultura de Nagada se extiende del 3900 al 3100 a.C. aproximadamente, abarcando como decimos la casi totalidad del IV milenio, y se subdivide en tres distintas etapas. Finalmente en el 3100 a.C. aproximadamente, tuvo lugar la Unificación de las Dos Tierras, hecho que supuso la constitución del Estado egipcio histórico. En estos tres mapas se muestra la distribución geográfica de los yacimientos de la cultura badariense a la izquierda, y de las primeras dos fases de la cultura de Nagada en el centro y a la derecha. Como puede apreciarse los yacimientos badarienses se encuentran concentrados en un tramo relativamente pequeño del valle del Nilo en el centro del Alto Egipto. En cambio, durante Nagada I, Sofía Cavero

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1.2. Orígenes - La neolitización del valle del Nilo y el período predinástico

además de en esta zona nuclear original, los yacimientos se ubican en el área inmediatamente adyacente por el sur, hasta Hieracómpolis, de manera que la cultura de Nagada I se extiende por la mayor parte del sur del Alto Egipto. En cambio, durante Nagada II, la cultura Alto Egipcia se irradia hasta el norte del propio Alto Egipto e incluso hasta el delta, de manera que a finales de Nagada II, todo el valle del Nilo presenta una cultura material relativamente homogénea originaria del Alto Egipto.

Objetos de culturas predinásticas Cultura badariense Aquí podemos ver el fósil director, es decir, el objeto distintivo de la cultura badariense, se trata de esta cerámica roja de bordes e interior negro y sin decoración. Este es un enterramiento característico en fosa de la época badariense. El individuo inhumado en esta tumba no ha sido objeto de embalsamamiento sino que se trata de una momificación natural, a causa de la sequedad de la arena misma del desierto.

Nagada I Las imágenes muestran algunos objetos característicos de las tumbas de las élites de Nagada I. Para empezar, su fósil director, que es esta cerámica roja con decoraciones blancas que podéis ver en las dos fotografías superiores. En efecto a partir de este momento, la cerámica pasa a estar decorada con motivos humanos, animales, vegetales, geométricos, inspirados, la mayor parte de las veces, en el medio fluvial y de las tierras inmediatamente adyacentes. Sofía Cavero

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1.2. Orígenes - La neolitización del valle del Nilo y el período predinástico

En la fotografía inferior izquierda podéis ver una cabeza de maza discoide, se trata de un arma, también depositada como ofrenda funeraria en las tumbas. En la fotografía de la derecha podéis ver, una paleta de grauvaca para mezclas cosméticas, con forma de antílope. Este tipo de objetos, en un principio tienen un uso utilitario, pero finalmente acaban convirtiéndose en objetos votivos. Y finalmente en la fotografía de la derecha podéis ver lo que en la literatura egiptológica se suele llamar un barbado. Este tipo de estatuillas que proceden de las tumbas de las élites, son particularmente significativas si tenemos en cuenta que la barba en tiempos históricos será una prerrogativa del rey y de los dioses, es decir, un símbolo de poder.

Nagada II El fósil director de Nagada II es esta cerámica beige con decoraciones en marrón o rojo oscuro con distintos tipos de motivos inspirados normalmente en el medio nilótico, entre los que destacan estas barcas de múltiples remos que han sido asociadas al simbolismo funerario. En la fotografía de la izquierda podéis ver dos cabezas de maza, la de la izquierda es una cabeza de maza discoide característica de Nagada I, mientras que la de la derecha es una cabeza de maza piriforme, que durante Nagada II sustituye a la anterior y que acabará convirtiéndose en un símbolo por excelencia de la realeza faraónica porque es la principal arma que el faraón blande ante su enemigo atado y arrodillado, en el conocido motivo iconográfico de la masacre del enemigo.

Formación del estado egipcio En este mapa, podéis ver los principales yacimientos prehistóricos predinásticos y de muy comienzos del dinástico del valle del Nilo. Sofía Cavero

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 1

La parte central del mapa, es la zona de la actual ciudad de Luxor, antigua Tebas, que en este momento todavía no existía y que quedaría situada al sur del meandro, y de la ciudad de Coptos que quedaría emplazada en su extremo más oriental. Aquí es donde a principios de Nagada II, surgieron los primeros estados tempranos del valle del Nilo. Estos estados a finales de Nagada II, principios de Nagada III, se unieron en un único reino unificado del Alto Egipto predinástico. Y fue este reino el que a lo largo de las primeras etapas de Nagada III, emprendió un proceso de expansión que lo condujo por el sur hasta la primera catarata, y por el norte hasta el Mediterráneo creando de esta manera el estado Egipcio histórico. Es decir, el proceso que lleva sin solución de continuidad, sin rupturas, desde los primeros estados surgidos en el valle del Nilo hasta el estado Egipcio histórico, es un proceso que arranca justamente en esta región del valle del Nilo.

Proto-reinos del Alto Egipto Este mapa procede de la obra de Barry Kemp Ancient Egypt, anatomy of a civilization, publicada en su primera edición en 1989. En él, Kemp define por primera vez estos estados incipientes del Alto Egipto predinástico (Nagada II h. 3750-3300 a.C.): Reino de Hieracómpolis al sur Reino de Nagada en el centro, que ocupa la parte meridional del meandro del Nilo Reino de Tinis-Abidos, al norte. Tinis es el nombre de la ciudad y Abidos es el nombre de la necrópolis correspondiente, pero mientras que Abidos nos es bien conocida y ha sido exhaustivamente excavada, de Tinis apenas intuimos el emplazamiento y nunca se ha excavado en el lugar. Kemp define estos tres reinos, a partir de las ciudades que habrían sido sus capitales, Hieracómpolis, Nagada y TinisAbidos, situadas como podéis ver las tres en la orilla occidental del Nilo. En efecto, es en estos centros donde la arqueología documenta de manera más clara un incremento de la población, un incremento paulatino también de la jerarquización social y la presencia de cementerios para las élites con tumbas cada vez más ricas, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como desde el punto de vista de los ajuares.

Hieracómpolis El reino de Hieracómpolis debe su riqueza básicamente a tres factores: explotación de los recursos minerales del desierto oriental adyacente. contactos comerciales con las poblaciones nubias para abastecerse de materias primas procedentes del África ecuatorial como marfil, ébano, pieles de felinos, huevos y plumas de avestruz, necesarios tanto para los cultos como para los ajuares de las tumbas de las élites. contactos también con las poblaciones del norte, en especial con Palestina, de donde se importaban vino y aceite en grandes vasijas cerámicas, que también han sido documentadas en las tumbas de las élites de Hieracómpolis.

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 1

En este plano podéis ver toda el área arqueológica de Hieracómpolis. A la derecha tenéis la ciudad de Nekhen, la Hieracómpolis histórica, que fue fundada muy a finales del predinástico.

Nos interesa, el resto del área arqueológica de Hieracómpolis, que como podéis ver esta delimitada por tres ejes topográficos principales: límite entre la zona cultivada y el desierto (que es esta línea vertical que podéis ver a la derecha del plano) Wadi Abu Suffian en el centro. Wadi Khamsini que delimita el yacimiento justamente por el sur. Ambos wadis van de este a oeste. Los arqueólogos siglan las distintas localidades que excavan en el área arqueológica de Hieracómpolis con las letras HK y una cifra. Estas localidades son de tres tipos distintos: zonas de hábitat zonas de enterramiento zonas industriales en las que se fabricaba por ejemplo, cerveza o pan o cerámica. Nos vamos a centrar en la localidad HK6, que significa localidad 6 del yacimiento de Hieracómpolis.

HK6 HK6 se trata del cementerio de las élites de la Hieracómpolis predinástica. La tenéis en la parte superior del plano, y se halla bien entrado el Wadi Abu Suffian en el extremo noroccidental del yacimiento. He aquí el plano del cementerio HK6.

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 1

Como podéis ver se distinguen tres áreas de enterramiento bien diferenciadas: 1.

La primera área está justo en el centro. Es la más antigua, data de finales de Nagada I (Nagada IC), principios de Nagada II (Nagada IIA) h. 3750 a.C., y consiste en pequeñas tumbas de fosa entre la que destaca la T16, tumba 16 la más antigua del cementerio.

2.

La segunda área es la que viene inmediatamente al sur de la primera, con estructuras de dimensiones bastante más considerables, entre las que destaca la T23, tumba 23. Esta parte del cementerio data de Nagada IIAB.

3.

La tercera área, que en realidad tiene dos subáreas, son las tumbas que podéis ver al norte y al sur del plano por ejemplo, la T1, tumba 1 al norte o la T2, tumba 2 al sur, que datan de Nagada III y que son tumbas más monumentales porque están construidas en adobe.

El cementerio HK6 es importante porque en él se documentan por primera vez algunos rasgos definidores de la cultura funeraria del antiguo Egipto.

T16 En esta fotografía podéis ver el complejo de la tumba 16, el más antiguo del cementerio (Nagada IC-IIA, h. 3750). Consiste en una tumba principal, la propia T16 de dimensiones mayores, que habría sido la tumba de un jefe o tal vez de un rey, y en una serie de tumbas secundarias dispuestas alrededor. La tumba 16 está formada por una subestructura excavada en el terreno, y una superestructura construida con materiales vegetales. De la superestructura no ha quedado ningún vestigio pero los arqueólogos han podido deducir su existencia a partir de una serie de hoyos excavados en el terreno alrededor de la subestructura, en los cuales habrían sido clavados los postes que habrían sostenido la superestructura. Tenemos por tanto, una parte subterránea y una parte edificada por encima del nivel del suelo, ambas de planta cuadrangular. Pues bien, en esto consiste precisamente uno de los tipos más importantes de tumbas de toda la historia de la arquitectura egipcia: la Mastaba, que tendría aquí su antecedente más antiguo conocido. En esta otra fotografía podéis ver la subestructura de la tumba 16, que es la parte excavada en el terreno, no la construcción central. La construcción central es de época algo posterior de principios de Nagada III, porque la zona fue reutilizada. A pesar de esta reutilización, una buena parte del ajuar funerario de la tumba original, de la T16, ha podido ser recuperado. Entre los numerosos fragmentos cerámicos recuperados de la T16, destaca este que veis en la fotografía de la izquierda, en cuya superficie se halla grabada parte de la cabeza de la diosa Bat. El motivo completo podéis verlo en el dibujo de la izquierda. La diosa Bat es una diosa vaca asociada al cielo, a los astros y también a la dualidad. Es una diosa bifronte con dos caras. En los Textos de las pirámides del Reino Antiguo, por ejemplo, el faraón es asimilado a Bat con sus dos caras. En la parte superior de la famosa Paleta de Narmer, primer rey de la I dinastía, las dos caras de Bat están esculpidas a lado y lado del nombre del rey. La asociación entre Bat y la monarquía faraónica es bien conocida, este fragmento de cerámica demuestra que esta asociación se remonta al origen mismo del poder regio en el valle del Nilo. Otros de los elementos más significativos del ajuar de la T16 son estas dos máscaras funerarias. Estas máscaras funerarias son las más antiguas documentadas hasta la fecha en el valle del Nilo e inauguran una

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 1

tradición de la cual la famosa máscara de Tutankamón, hoy en el Museo del Cairo, es la realización más significativa, más vistosa y más conocida.

Los objetos que podéis ver en la fotografía de la derecha nos permiten fechar la T16 de finales de Nagada I y principios de Nagada II. En esta fotografía podéis ver de nuevo el complejo de la T16 desde otra perspectiva, y en ella han sido reconstruidos tanto la superestructura de la misma T16 como los que rodean las diversas tumbas del complejo.

Las tumbas que quedan más cerca de la T16 corresponden a enterramientos humanos. En ellas fueron inhumados treinta y nueve individuos de edades comprendidas entre los 8 y los 40 años, pero la mayoría de los cuales tenían alrededor de 15 años al morir. Esto ha hecho pensar a los arqueólogos que estos individuos no murieron de muerte natural, sino que fueron sacrificados en el momento del entierro de su jefe o rey, para que les sirvieran de séquito en el mas allá. Las tumbas que quedan más alejadas de la T16 corresponden a enterramientos animales. En ellas fueron enterrados tanto animales salvajes como un elefante, un cocodrilo, un hipopótamo, babuinos, como animales domésticos, como por ejemplo bueyes, vacas, un ternero o perros, cuyas tumbas significativamente se encuentran en los límites del complejo como si los perros tuvieran la función simbólica de vigilar a los demás animales enterrados aquí. Algunos de los animales salvajes como el elefante o el babuino eran difíciles de conseguir porque en ese momento no vivían ya en el valle del Nilo. Y de este modo se convertían en verdaderos bienes de

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 2

prestigio que prestigiaban y singularizaban a quien los poseía. Probablemente la tumba que más llama la atención es la que corresponde al elefante. El animal fue enterrado revestido de esteras y de lino, y los arqueólogos han podido documentar lo que ingirió como última comida antes del sacrificio, en concreto hojas de acacia de plantas nilóticas y cereales. Esto demuestra que estos animales estaban bien mantenidos precisamente en su condición de auténticos bienes que prestigian a su poseedor y de animales sacrificiales.

En la fotografía de la derecha podéis ver la tumba de un babuino. En estas otras dos tumbas podéis ver entierros de animales domésticos, bueyes en la fotografía de la izquierda y una vaca y un ternero en la fotografía de la derecha.

Los animales domésticos fueron enterrados sin duda como ofrendas alimentarias. Los animales salvajes, en cambio, fueron muy probablemente símbolos de las fuerzas de la naturaleza con las que el mismo jefe o rey se identificaban. En efecto, a lo largo de toda la historia de Egipto los grandes animales salvajes fueron considerados como alter ego del faraón, en virtud precisamente de que tanto unos como otro representaban grandes fuerzas de la naturaleza. En los “Documentos de la Unificación” de finales del Predinástico, el rey es representado no en forma humana, sino en forma precisamente de grandes animales salvajes que envisten enemigos como toros, leones, halcones o escorpiones.

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 2

T23 Volvemos al plano del cementerio HK6. El complejo de la T 23, situado inmediatamente al sur de la T16 está fechado en Nagada IIAB (h. 3750-3600 a.C.).

La tumba 23 es de mayores dimensiones que la tumba 16, pero responde a la misma estructura.

Tenemos por un lado una subestructura excavada en el terreno, y por otro lado una superestructura construida con materiales vegetales, documentada a partir de los hoyos en los cuales estarían clavados los postes que las sostendrían. Igual que la tumba 16, también la tumba 23 estuvo rodeada por una valla. Y a diferencia de la T16, en este caso los arqueólogos han podido documentar la existencia de una pequeña capilla funeraria situada al Este, construida de la misma manera que la superestructura de la tumba. En las inmediaciones de la capilla funeraria se han inhumado una serie de objetos: 1.

Tenemos por ejemplo objetos tallados en sílex, como armas y pequeñas tallas que representan animales salvajes, como un ibex u ovino salvaje. Esto hace pensar de nuevo en el tema del dominio del hombre sobre los animales.

2.

En la parte superior de la fotografía podéis ver una vértebra humana con claras marcas de decapitación. Esto remite de nuevo a los sacrificios humanos.

3.

El objeto que veis a la derecha es probablemente el mango de una maza, que es un objeto sacrificial por excelencia.

4.

En las inmediaciones de la capilla funeraria, los arqueólogos recuperaron además alrededor de seiscientos fragmentos correspondientes a una estatua humana de piedra caliza, la estatua

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 2

humana más antigua documentada de la historia del arte egipcio. Los fragmentos mejor conservados corresponden a la nariz y a las orejas, que podéis ver a la izquierda de la diapositiva. A partir de estos fragmentos los arqueólogos han podido deducir que se trataría de una estatua de tamaño casi natural. Piensan además que probablemente sería la estatua del culto funerario del rey enterrado en la T 23.

El área arqueológica de la T 23 no comprende solamente tumbas, sino también otras grandes estructuras sigladas con las siglas D9, 07 o E8. Vamos a ver con más detalles una de estas estructuras, la estructura 07.

Estructura 07 Como podéis ver no se trata de una tumba, porque no hay subestructura. En cambio, la superficie se caracteriza por la presencia de los consabidos huecos para postes. Están organizados en seis filas de cuatro postes cada una. El edificio mediría unos 15x10 metros aproximadamente. Y se trata como podéis ver, de la primera sala hipóstila o edificio hipóstilo documentado en toda la historia de la arquitectura egipcia. En el interior los arqueólogos han podido recuperar una serie de objetos, el más importante de los cuales es una estatuilla de malaquita de un halcón que podéis ver en la fotografía inferior derecha.

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 2

Esto es importante porque Hieracómpolis es el nombre que los griegos dieron a la ciudad egipcia de Nekhen que significa la “ciudad del halcón” donde se adoró a lo largo de toda la historia egipcia al dios halcón Horus; esta asociación entre el dios halcón y Hieracómpolis se remonta a los orígenes mismos de la ciudad. A la izquierda una planta del área arqueológica de la T 23 con sus sucesivas fases constructivas. Y a la derecha una reconstrucción de la estructura 07 con sus muros estucados y pintados de vivos colores. Los arqueólogos han reconstruido este aspecto del edificio a partir de fragmentos de estuco recuperados en las excavaciones. En cuanto a la función de la estructura 07, se piensa que debió ser una capilla funeraria dedicada al culto a los reyes enterrados en el cementerio.

T1 La tumba T 23 data de Nagada IIAB. En la etapa de Nagada IICD, la élite de Hieracómpolis, por razones que desconocemos, abandona el cementerio HK6 y pasa a enterrarse en la localidad HK31 próxima a la zona cultivada, donde a principios del siglo veinte se excavó la famosa tumba T 100 de Hieracómpolis. A principios de Nagada III, en Nagada IIIAB, todo el Alto Egipto está unificado en un único reino con capital en Abidos. En Hieracómpolis sin embargo, sigue habiendo una élite local importante que vuelve a enterrarse en el cementerio de sus antepasados. Las tumbas de esta época tienen la misma estructura que la T 23 o la T 16, pero ahora la subestructura está construida en adobe, lo cual permite aumentar las dimensiones de la tumba. En la imagen podemos ver la subestructura de la tumba T1, la más importante de esta época y dos dibujos con su reconstrucción; en la inferior junto a las demás tumbas que la acompañan.

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1.3. El cementerio HK6 de Hieracómpolis – parte 2

HK29A

Abandonamos momentáneamente el cementerio HK6 para trasladarnos a otra localidad del área arqueológica de Hieracómpolis, la localidad HK29A situada próxima a la zona cultivada. En esta localidad los arqueólogos han excavado un santuario fechado en Nagada IIBD (h. 3650-3300 a.C.) y por tanto en parte contemporáneo a la tumba T 23. Puesto que no se trata de una zona de enterramientos, este santuario debió estar dedicado a una divinidad que no conocemos, pero que bien pudo haber sido el dios halcón Horus. El santuario consiste en un gran patio a cielo abierto en forma de parábola de unos cuarenta metros de longitud, cercado con una valla y con edificios tanto en el interior como en el exterior. El edificio más importante viene marcado por cuatro grandes hoyos que se distinguen perfectamente a la derecha de la planta. Los arqueólogos han propuesto reconstruir este edificio como una gran capilla en forma de elefante, en la parte superior de cuyos postes de la fachada se habrían colocado colmillos de este animal. Esta es la forma que tiene la capilla simbólica del Alto Egipto desde finales del Predinástico y a lo largo de toda la historia faraónica, de ahí que los arqueólogos hayan reconstruido así este edificio. Dentro del patio fueron recuperados una serie de objetos, entre los que destaca un fragmento de cerámica que podéis ver en la fotografía, que tiene grabada en su superficie la imagen de la cabeza de la diosa Bat. Esto redunda una vez más la estrecha asociación entre esta divinidad y la Hieracómpolis de los orígenes.

Reino de Nagada El reino de Nagada lo conocemos peor que Hieracómpolis y Abidos debido a que en estos yacimientos se ha estado trabajando intensamente en las últimas décadas, y se sigue trabajando en la actualidad, y lo que conocemos de Nagada se debe a las excavaciones de finales del siglo XIX de Flinders Petrie que pudo documentar:  zonas de enterramiento: 

cementerio general



cementerio para la élite: mostraba tumbas de mayor tamaño, más regulares en su forma y con ajuares mucho más ricos que en el cementerio general, lo que demostraba una jerarquización social característica de los tres grandes núcleos del Alto Egipto predinástico: Hieracómpolis, Nagada y Abidos.

 zonas de hábitat: 

gran muro de adobe de proporciones monumentales es el vestigio más importante, puesto que mide 34x50 metros y 2 metros de espesor, que correspondería a un palacio o a un santuario.



zona residencial con casas de planta cuadrangular asociada a este muro.

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 1

Todos estos vestigios demuestran claramente que Nagada fue un centro tan importante como Hieracómpolis o Abidos en este momento, pero por desgracia no podemos ir más allá. Esta es claramente una asignatura pendiente de la Arqueología Egipcia.

Reino de Tinis o Abidos El tercero de estos reinos predinásticos es el reino de Tinis o Abidos, el que queda más al norte. Tinis es el nombre de la ciudad, que no ha sido excavada, mientras que Abidos es propiamente el nombre de la necrópolis correspondiente.

Umm el-Qaab En esta vista aérea de la zona arqueológica de Abidos podemos ver en la parte inferior izquierda de la fotografía la línea nítida que separa las tierras de cultivo de la franja del desierto. En la misma franja de desierto, junto a las tierras de cultivo en la parte inferior central de la fotografía, las construcciones corresponden a los famosos templos y palacios funerarios de Abidos, entre ellos los Templos de Seti I y Ramsés II. Como podéis ver, la franja plana de desierto queda delimitada por el Oeste por una cadena de bajas colinas que dibuja como una entrada, subrayada por la presencia de un wadi, hacia el Oeste, el Reino de los muertos para los antiguos egipcios, es sin duda lo que motiva la elección de este lugar como zona de enterramiento. Justo enfrente del wadi, podéis ver una serie de vestigios arqueológicos en la franja del desierto, que corresponden al Cementerio de Umm el-Qaab, que significa en árabe “la madre de los fragmentos de cerámica”, es decir, un lugar donde se acumulan muchos fragmentos de cerámica. En Umm el-Qaab están enterrados los líderes y reyes predinásticos de Abidos, pero también los reyes de la I Dinastía. A partir del Reino Medio, una de las tumbas de la I Dinastía fue considerada como la Tumba del dios Osiris, por lo que empezó a celebrarse anualmente una gran procesión desde el Templo de Osiris, que se situaba en el límite de las tierras del cultivo, hasta su tumba en Umm el-Qaab llevando recipientes cerámicos con las ofrendas de los fieles; la acumulación de éstos durante siglos ha motivado el nombre del lugar.

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 1

Este plano muestra el sector más antiguo del Cementerio de Umm el-Qaab, datado entre Nagada I y muy comienzos de la I Dinastía (h. 3900-3000 a.C.): Las tumbas de planta circular que tenéis en el centro de este sector, unas más pequeñas otras más grandes, son las más antiguas y corresponden a Nagada I y Nagada II. Las tumbas cuadrangulares distribuidas un poco por todo el sector, son más recientes, y corresponden a la transición entre Nagada II y Nagada III, a la propia Nagada III y a muy comienzos de la I Dinastía. En efecto, si observáis la zona sur del plano, podréis ver una tumba de doble cámara B17-B18, que es la Tumba del rey Narmer, primero de la I Dinastía. Inmediatamente al Sur y al Sureste de la Tumba de Narmer, podéis ver el Complejo funerario del rey Aha, segundo de la I Dinastía, formado por unas cámaras de mayores dimensiones, que son propiamente la tumba del rey, y unas cámaras de dimensiones menores que son en realidad tumbas subsidiarias, en las cuales fueron enterradas personas sacrificadas en el momento de la muerte del Rey, para que le acompañaran como séquito, en el mas allá. Esta práctica viene de lejos y ya la vimos documentada en el Cementerio HK6 de Hieracómpolis. En el caso de Abidos las tumbas subsidiarias caracterizan los complejos funerarios de los reyes de la I Dinastía desde Aha, pero en cambio no se documentan para las tumbas predinásticas. Los arqueólogos han dividido este sector más antiguo del Cementerio de Umm el-Qaab, en dos subsectores: Cementerio U es el más antiguo, queda al Norte. En este plano aparece dentro de una línea punteada. Cementerio B es el más reciente queda al Sur, en este plano esta fuera de la línea punteada El sector más reciente del cementerio, vendría a continuación de este plano por el Suroeste y correspondería al resto de las tumbas de la I Dinastía y a las tumbas de los últimos dos reyes de la II Dinastía. Después del último rey de la II Dinastía, Khasekhemuy, el Cementerio de Abidos fue definitivamente abandonado.

Cementerio U El Cementerio U corresponde a la élite de la Abidos predinástica.

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 1

En este detalle del plano anterior se pueden observar tres tipos distintos de tumbas: 1.

Tumbas de planta circular de tamaño menor, como la 131 datan de Nagada I y principios de Nagada II.

2.

Tumbas de planta circular y de mayor tamaño, como la 132, 133 y 134 datan de pleno Nagada II, sobretodo de Nagada IICD.

3.

Tumbas de planta cuadrangular, de forma más regular porque están construidas de adobe, como la que tenéis en la parte superior de la diapositiva con la letra O, datan ya de Nagada III.

Es importante que tengáis presente que, todo lo que veis aquí son subestructuras, porque las superestructuras prácticamente no se han documentado. Los arqueólogos piensan que se tratarían de túmulos de arena, de piedras, de cascotes. Porque lo que si que se ha documentado son los plafones que cubrirían estas subestructuras, y por encima de los cuales se habrían construido estos túmulos. Vamos a concentrarnos ahora, en las Tumbas circulares de mayor tamaño, aquellas que datan de Nagada IICD. En ellas se han podido documentar de entrada, grandes sarcófagos, de cerámica o madera. En los ajuares de las tumbas fueron recuperados numerosos objetos, que demuestran el alto estatus de las personas enterradas y en algunos casos son esenciales para comprender el origen de la monarquía faraónica y sobretodo de su simbolismo. Por ejemplo, la cabeza de un cetro heka de marfil. El cetro heka es el callado faraónico, aquel que por ejemplo, Tutankhamon lleva en sus manos en sus famosos sarcófagos.

El dibujo reproduce un mango de cuchillo ritual decorado con una escena de caza grabada, que es uno de los más antiguos documentados. Los mangos de cuchillo, las paletas y las cabezas de maza votivas, sirvieron de soporte a la iconografía de la realeza egipcia naciente desde este momento hasta finales del Predinástico. La jarra de cerámica de asas onduladas tiene pintado un signo que puede ser considerado como uno de los primeros signos jeroglíficos documentados en toda la Historia de Egipto. Su forma posterior corresponde al signo de grh, que significa “noche y representa un cielo del que cuelga un astro. La iconografía de un sello cilíndrico, se trata de la impronta que el sello deja al hacerse rodar sobre la arcilla húmeda. En el centro de la imagen, podemos reconocer perfectamente la cabeza de la diosa Bat, en este caso con estrellas en el extremo de las orejas, de los cuernos y también en la frente, indicando claramente el carácter astral de la diosa. El mismo motivo aparece esculpido en una paleta votiva de tiempos algo posteriores de principios de Nagada III, lo que demuestra que se trata de un símbolo bien establecido. A la diosa Bat la vimos en Hieracómpolis y este trasvase de símbolos de Hieracómpolis a Abidos, puede deberse a cambios históricos. El motivo iconográfico más recurrente en el sello, es el de las montañas y el del chacal recostado. En tiempos históricos, el dios Chacal más famoso del panteón Egipcio es Anubis, conocido por el epíteto “aquel que está sobre su montaña”. La asociación entre los dioses Chacales y las montañas es muy estrecha en la religión egipcia, porque los egipcios pensaban que

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 1

los dioses Chacales presidían las necrópolis, y acompañaban a los difuntos por los caminos montañosos, que llevan al Occidente, es decir, al Reino de los Muertos. En este caso, este dios Chacal es el dios local de Abidos, Khentiamentiu cuyo nombre quiere decir muy significativamente, “aquél que está al frente de los Occidentales”, aquel que acompaña a los muertos. No es casualidad que estos símbolos aparezcan precisamente en estos cementerios que se caracterizan por la presencia de las montañas y de un marcado camino hacia el Occidente, como lo hemos tenido ocasión de comprobar.

Tumba U-j En la transición de Nagada II a Nagada III, la situación política y cultural del Alto Egipto se transforma profundamente. De los tres grandes núcleos urbanos de la región, Hieracómpolis, Nagada y Abidos, este último va a estar claramente a la cabeza. Abidos se habrá convertido muy probablemente desde principios de Nagada III en la capital de un nuevo reino predinástico unificado del Alto Egipto. Las subestructuras de las tumbas del cementerio U de Umm el Qaab: aumentan de tamaño más regulares en sus formas construidas en adobe. La más importante de estas tumbas, no sólo de Abidos, sino de todo Egipto es la tumba siglada como U-j Nagada IIIA2, h. 3250 a.C., excavada por el Instituto Alemán del Cairo a finales de los años 80 del siglo XX.

El proyecto inicial de esta tumba consiste en diez cámaras, dispuestas nueve de ellas en tres filas de tres, al este, y la décima, al oeste de las anteriores, de mayores dimensiones porque sirvió como cámara funeraria. En un segundo momento, fueron adosadas dos cámaras alargadas por el sur, para aumentar el espacio disponible para la deposición de ofrendas. Las cámaras del proyecto inicial están comunicadas por unas oquedades verticales que, impracticables para un ser humano, deben tener una función simbólica. Nada sabemos de la superestructura de la tumba no conservada pero los arqueólogos piensan que se trató de un túmulo, chato, de tierra y cascotes, en forma ya de mastaba. El propietario de la tumba U-j puede ser considerado, sin ningún género de dudas, como un rey de este nuevo estado del Alto Egipto unificado. En efecto, uno de los objetos más significativos que formaban parte del ajuar de la tumba es este cetro heka de marfil, completo. Pero sin duda, la importancia fundamental de la tumba U-j radica en el hecho de que en ella se han exhumado los testimonios más antiguos de escritura documentados en el Valle del Nilo. Se trata de pequeñas inscripciones vinculadas a las ofrendas funerarias y suponen el estado inicial del proceso de formación de la escritura egipcia. En efecto, el origen de esta escritura está estrictamente vinculado a los reyes enterrados en Abidos en este momento, y a su ritual funerario. De allí, que fuera necesario encontrar específicamente estas tumbas de estos reyes para poder documentar estos estados iniciales de la escritura egipcia. Esto contrasta poderosamente con lo que sucede en Mesopotamia. En Mesopotamia, la escritura nace en este mismo momento, pero con finalidades claramente contables. Por eso, ahí, donde había un templo con un archivo era posible encontrar testimonios de las etapas formativas de la escritura mesopotámica. En el caso de Egipto, había que ir a buscar específicamente, la tumba del rey que en un momento dado decidió utilizar la escritura como recurso simbólico funerario.

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 2

Invención de la escritura Disponemos de una serie de criterios que nos permiten discriminar entre secuencias escriturarias y secuencias que no lo son:  Criterios internos (que tienen que ver con la propia escritura)  

Los signos sean los mismos que después aparecerán en la escritura jeroglífica definitivamente constituida. Las secuencias de signos sean legibles según las normas de la escritura posterior y esa lectura tenga sentido.

 Criterios externos, el más importante es que estas secuencias aparezcan sobre soportes que en tiempos inmediatamente posteriores lo serán de secuencias escriturarias seguras. Todos estos criterios se verifican en las inscripciones de la tumba U-j. Antes que nada, debemos saber que la escritura jeroglífica egipcia es una escritura pictográfica ya que sus signos no son trazos convencionales, como pueden ser nuestras letras alfabéticas, sino imágenes que reproducen seres u objetos de la realidad. En la tumba U-j, tenemos dos tipos de inscripciones: 1.

Inscripciones pintadas sobre vasos cerámicos de asas onduladas.

2.

Inscripciones grabadas sobre etiquetas de hueso o marfil.

Las inscripciones pintadas sobre vasos cerámicos de asas onduladas (la similitud entre estos vasos y el que vimos anteriormente, es precisamente lo que nos permite proponer que el signo pintado en aquel vaso, datado de finales de Nagada II, es ya un signo escriturario) consisten en uno o dos signos. Cuando se trata de dos signos, uno de ellos es siempre el signo de un animal mientras que el otro parece hacer referencia a un lugar. El signo de animal que más se repite con diferencia es el del escorpión.

Estas inscripciones han sido interpretadas como sintagmas formados por un sustantivo y su genitivo. Si nos centramos en la inscripción superior izquierda, que se lee de derecha a izquierda el primer signo representa un árbol, de modo que la secuencia completa podría leerse como árbol, o por metonimia, arboleda o plantación de escorpión. Cuando se descubrieron las inscripciones de la tumba U-j, se pensó que el signo del escorpión anotaba el nombre del rey enterrado allí. En la actualidad, se piensa, más bien, que se trata de una alusión al rey como fuerza de la naturaleza, una suerte de epíteto. El sentido de la secuencia completa, muy probablemente es la designación de la finca de la que procede la ofrenda contenido en el vaso, pues a lo largo de toda la historia de Egipto posterior, los reyes y los altos oficiales poseyeron una serie de fincas de donde procedían los bienes y los alimentos utilizados como ofrendas para sus tumbas y para sus cultos funerarios. Estaríamos, pues, aquí ante el inicio de esta práctica. Las secuencias de 1 a 4 signos grabadas sobre etiquetas de hueso o marfil están estrechamente vinculadas a las ofrendas funerarias depositadas en la tumba. Estas etiquetas miden entre 1 y 4 centímetros de lado y poseen un agujero que permitía sujetarlas a las ofrendas a las que se relacionaban. En la mayoría de los casos, los signos constituyen la forma arcaica de los signos de la escritura jeroglífica definitivamente constituida. Estas inscripciones son de dos tipos: Cifras: medidas de tejidos Designaciones, especialmente de lugares Si observáis las cuatro etiquetas que quedan más a la derecha, podréis ver que recogen cifras.

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 2

La etiqueta con una espiral sirve para anotar el número 100. Estas etiquetas que anotan cifras estarían vinculadas a tejidos y las cifras darían cuenta de las medidas de estos tejidos, según la práctica común después en época histórica. Algunas de las etiquetas que se refieren a designaciones de lugares son particularmente interesantes por razones escriturarias internas o por razones históricas. Si observáis las dos etiquetas que quedan en el ángulo inferior izquierdo de la fotografía podréis ver que recogen exactamente los mismos signos, un pájaro y un trono, pero dispuestos en orientaciones inversas, que es una característica definitoria de la escritura jeroglífica definitivamente formada (se puede leer y escribir en las dos orientaciones, tanto de derecha a izquierda como de izquierda a derecha). Tendríamos aquí un tercer criterio de discriminación de secuencias escriturarias. Desde un punto de vista histórico, estas mismas etiquetas son interesantes porque, lo que anotan es el nombre de la ciudad de Bubastis en el Delta. Esto significa que algunas de las ofrendas depositadas en la tumba U-j procedían ya de localidades del Delta que estarían bajo el radio de acción de los reyes Alto Egipcios, que en este momento habrían emprendido ya el proceso de Unificación de las Dos Tierras. En esta etiqueta podéis ver tres signos, que se leen de derecha a la izquierda, y de arriba abajo: un árbol, un elefante y unas montañas. Esta secuencia ha sido interpretada también como un sintagma compuesto por un nombre y su genitivo, y ha sido leído como Plantación de Elefantina. Desde un punto de vista histórico, es interesante porque significa que también por el sur, la ciudad de Elefantina habría entrado en el radio de acción de los reyes del Alto Egipto de este momento. Probablemente, las dos inscripciones más interesantes de la tumba U-j son estas que veis en esta diapositiva, que se repiten en distintas etiquetas. Al lado y lado de la fotografía, os he puesto la transcripción en jeroglíficos históricos de las secuencias contenidas en las dos etiquetas. Debemos decir que estas secuencias se leen de arriba a abajo y de derecha a izquierda.

Si os fijáis, podréis ver que cada una de las dos etiquetas contiene tres signos. Los primeros dos, con ligeras variantes formales, son idénticos en ambas etiquetas: una serpiente y una montaña. El signo de la montaña es un logograma (signo que anota una palabra completa) que anota la palabra “montaña”, en egipcio dw (dyú). El signo de la serpiente es un fonograma (signo que sirve para anotar un sonido independientemente de aquello que el signo representa) que anota el fonema d, el primer fonema de la palabra dw. En realidad, el signo de la serpiente es un refuerzo fonético para la lectura de la palabra dw. Falta en algunas de las etiquetas que reproducen estas mismas inscripciones porque no es imprescindible. En cuanto al tercer signo de cada inscripción, el de la inscripción de la derecha es un ibis crestado y sirve para escribir la palabra egipcia j3hw, que significa luz. Mientras que el de la izquierda es un cielo del que pende un astro, es un signo que ya conocemos y sirve para escribir la palabra egipcia grh, que significa noche u oscuridad. Así pues, las dos inscripciones pueden leerse dw j3hw, o “Montaña de la luz”, la de la derecha y dw grh, o “Montaña de la oscuridad”, la de la izquierda. Se trata muy probablemente, de designaciones de lugares, fincas de procedencia de las ofrendas o santuarios, pero en todo caso, por el significado de sus nombres, los egiptólogos piensan que estos lugares estarían ubicados en las dos orillas del Nilo: la Montaña de la luz, en la orilla este, y la Montaña de la oscuridad en la orilla oeste.

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1.4. El cementerio U de Abidos, la tumba U-j y la invención de la escritura en el Valle del Nilo – parte 2

Antes de dejar las inscripciones de la tumba U-j, me gustaría hacer una última apreciación importante. El hecho de que estas etiquetas anoten cifras y lugares de procedencia de las ofrendas no les confiere un sentido administrativo. Tenéis que pensar en primer lugar que proceden de una tumba y no de un archivo. Y, por otro lado, la cuantificación de las ofrendas y la indicación de su lugar de origen es una característica esencial del ritual funerario egipcio de todos los tiempos. Es importante subrayar que todo lo que hemos dicho hasta aquí indica que en la escritura de la tumba U-j, están presentes ya las dos categorías de signos que caracterizarán la escritura jeroglífica: los logogramas, o signos palabra, y los fonogramas, o signos sonido.

Procesos en Nagada III A comienzos de Nagada III, hacia 3300 a.C. los tres reinos tempranos de Alto Egipto predinástico se unen en un único estado unificado. De los tres núcleos urbanos de la región, los testimonios arqueológicos nos demuestran claramente que Nagada entra en declive y Hieracómpolis sigue siendo importante, pero deja de ser el motor de los cambios sociales y culturales, en cambio, Abidos se convierte en el centro más dinámico, seguramente porque pasa a ser la capital del nuevo estado unificado. Los reyes de este periodo se entierran en la Necrópolis de Umm el-Qaab de Abidos y la tumba U-j es, sin duda, la tumba de uno de estos reyes. No conocemos los mecanismos que unieron los tres estados incipientes del Alto Egipto, guerra o diplomacia, pero tuvo que haber algún entendimiento entre las élites de Hieracómpolis y las de Abidos porque algunos símbolos fundamentales de Hieracómpolis pasan a serlo de Abidos: Diosa Bat Dios halcón Horus, originario de Hieracómpolis pasa a ser la divinidad dinástica de los reyes de Abidos (y después de los faraones del Egipto histórico). A lo largo de Nagada IIIAB, los reyes del nuevo estado unificado emprenden un proceso de expansión territorial que los lleva por el sur, hasta la primera catarata, hasta Elefantina, y por el norte, hasta el Mediterráneo. Esto es lo que muestra este mapa que se debe también al egiptólogo británico, Barry Kemp. De este modo, a finales de Nagada IIIB, hacia 3100 a.C. todo Egipto, desde la primera catarata hasta el Mediterráneo está unificado bajo una misma realeza y puede empezar de este modo el Egipto dinástico.

Dinámica de la Unificación Es importante tener presente sin embargo, que este proceso de Unificación política y militar que tuvo lugar durante Nagada IIIAB, es decir, aproximadamente entre 3300 y 3100 a.C., estuvo precedido por un proceso de Unificación cultural que se desarrolló durante Nagada IICD, aproximadamente entre 3600 y 3300 a.C., que supuso que la cultura del Alto Egipto, se expandiera por todo el valle del Nilo egipcio, y en especial por el delta, es decir por el Bajo Egipto. En los yacimientos del delta observamos en efecto como la tradición cultural local es sustituida paulatinamente por la tradición cultural del Alto Egipto, fundamentalmente la cultura material: cerámica, industria lítica,

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

objetos en metal, artefactos construidos por el ser humano, patrones de asentamiento, necrópolis y tumbas. El esquema muestra la estratigrafía arqueológica del yacimiento de Tell el-Fara'in o Buto, situado en el norte del delta. En él podemos apreciar como los estratos inferiores, que son los más antiguos, responden a la tradición cultural del Bajo Egipto, mientras que los estratos superiores que son más recientes, responden a la tradición cultural del Alto Egipto. El medio entre unos y otros, tenemos un estrato de transición, cuya cultura material comporta elementos tanto de la tradición del Bajo Egipto como de la tradición del Alto Egipto. La cuestión es que a finales de Nagada II todo el valle del Nilo egipcio está unificado culturalmente bajo la cultura del Alto Egipto, la cultura de Nagada. No sabemos por qué mecanismos se produjo esta Unificación cultural, pero unos autores han avanzado la hipótesis de que fuera el resultado de un proceso de colonización del delta por parte de las élites del Alto Egipto, para asegurarse el control de las vías de comunicación por las cuales llegaban a Egipto, bienes de prestigio y materias de prestigio procedentes del continente asiático.

Documentos de la Unificación Durante Nagada IIIAB, los reyes de Abidos, del reino del Alto Egipto, llevan a cabo la Unificación política y militar de las Dos Tierras. Datan de este período toda una serie de documentos iconográficos que conocemos con el nombre de “Documentos de la Unificación”, que son testimonio elocuente de este proceso. Los Documentos de la Unificación pueden ser: 1.

Desde el punto de vista de los soportes: pinturas murales o sobre tejidos relieves esculpidos sobre mangos de cuchillo ritual de marfil de hipopótamo o sobre paletas votivas de grauvaca o sobre cabezas de maza votivas de piedra caliza. Originalmente las paletas sirven para la mezcla de cosméticos y las cabezas de maza son armas, pero en este momento, aumentan de tamaño, se cubren de iconografía y se convierten en objetos votivos.

2.

Por lo que se refiere a la iconografía, que es el vehículo de la ideología de la monarquía faraónica naciente (de ahí la gran importancia para el estudio de este periodo y la formación de la monarquía faraónica histórica), los temas de la iconografía son básicamente cuatro: la guerra y el dominio la caza el ritual regio dialéctica orden-caos

3.

En cuanto a la procedencia: Algunos Documentos de la Unificación han sido adquiridos en el mercado de antigüedades, como el cuchillo de Djebel el-Arak o la Paleta de la caza.

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

Otros en cambio, proceden directamente de yacimientos arqueológicos (tumbas o recintos de culto). El más significativo de estos yacimientos es el Main Deposit de Hieracómpolis, un depósito de objetos votivos de finales del Predinástico y de las primeras dos dinastías, que los arqueólogos excavaron en el recinto del templo de la Hieracómpolis histórica. De él proceden objetos tan emblemáticos como por ejemplo, la Paleta de Narmer o las cabezas de maza de Escorpión y de Narmer.

Precedentes: Tumba 100 de Hieracómpolis Los frescos pintados en los muros de la llamada tumba 100 de Hieracómpolis, fechada muy a finales de Nagada IICD, h. 3600-3300 a.C., pertenecen al momento inmediatamente anterior a la Unificación, y por eso estos frescos deben ser considerados más bien como un precedente inmediato de los Documentos de la Unificación.

Las élites de Hieracómpolis se enterraron durante Nagada IIAB y durante Nagada III en el cementerio HK6, pero durante Nagada IICD abandonaron este cementerio y pasaron a enterrarse en la localidad HK31 situada en el límite mismo entre el desierto y las tierras de cultivo. Es allí donde a finales del siglo XIX los arqueólogos excavaron la famosa tumba 100. El emplazamiento de la localidad HK31 nos es actualmente desconocido, porque después de la excavación y la documentación de la tumba 100 y de otras tumbas de esta misma localidad, los arqueólogos abandonaron el lugar que volvió a ser cubierto por las arenas del desierto o tal vez por la vegetación. A la izquierda tenéis el dibujo de la parte más importante y mejor conservada de los frescos. Como podéis ver el tema principal es una Procesión de barcas, se trata muy probablemente de un ceremonial regio con significación funeraria. Alrededor del tema principal, tenemos una serie de motivos secundarios asociados a la caza, a la guerra y al dominio. Los frescos de la tumba 100 no han llegado hasta nosotros pero si conservamos una fiel reproducción de los mismos realizada en el momento de la excavación de la tumba, estas fotografías corresponden a esta reproducción. En la imagen superior podemos ver el famoso tema de El Señor de los Animales, es decir, entre el personaje de dos leones lampantes, en este caso rojo el de la izquierda y negro el de la derecha. El rojo es el color que según los egipcios simbolizaba el desierto y la esterilidad, mientras que el negro es el color de la fertilidad de la tierra negra de Egipto fertilizada por el limo del Nilo. Algunos autores han propuesto por tanto, ver en este motivo una alusión a la capacidad del líder, o del rey, de mantener el equilibrio de fuerzas cósmicas opuestas. En la imagen inferior, podéis ver la primera representación conocida del motivo de La Masacre del enemigo, destinado a convertirse en uno de los temas iconográficos más significativos de la realeza faraónica histórica. Podéis ver a un personaje que blande su maza ante otros tres personajes arrodillados y sometidos a él.

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

Mangos de cuchillo ritual De Nagada IIIAB, es decir, ya propiamente del período de la Unificación, data el famoso cuchillo de Djebel el-Arak, hoy conservado en el Museo del Louvre.

En la parte superior del recto de este hermoso objeto, podemos ver de nuevo el motivo de El señor de los animales, pero esta vez con una factura claramente elamita o mesopotámica que evidencia los contactos e influencias que en este momento hubo entre Egipto y el golfo Pérsico. En el reverso podemos ver escenas de lucha, que evocan sin duda los conflictos del momento. En la parte superior de la imagen podéis ver el dibujo del recto del mango de cuchillo del Metropolitan de Nueva York. El tema representado es una vez más el de la Procesión de barcas como en la tumba 100 de Hieracómpolis. La iconografía de este objeto nos interesa particularmente, porque en la parte superior derecha podemos ver la imagen de un rey sentado en su trono, portando el flagelo y tocado con la corona blanca. Se trata de una de las representaciones más antiguas de lo que, en tiempos históricos, será específicamente la corona del Alto Egipto. Además en la parte central inferior del mismo objeto, podemos ver una de las representaciones más antiguas también, de lo que en tiempos históricos era la capilla simbólica del Bajo Egipto, con el techo abovedado. En la parte inferior de la imagen, podéis ver el dibujo del mango de cuchillo de Hieracómpolis, que hoy se guarda en el Ashmolean Museum en Oxford. Aquí en el reverso, a la izquierda, podemos ver una de las más antiguas representaciones de lo que en tiempos históricos será la capilla simbólica del Alto Egipto. Se trata del mismo edificio que presumiblemente presidió el recinto cultual HK29A de Hieracómpolis.

Paletas votivas De Nagada IIIAB datan las grandes paletas votivas decoradas.

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

Paleta de la caza Las más antiguas no presentan su decoración organizada en registros horizontales, como esta que veis aquí, que es la llamada Paleta de la caza, uno de cuyos fragmentos se guardan en el Museo de Louvre, mientras que los otros se guardan en el Museo Británico.

La posición correcta de observación es vertical pues se trata de una paleta escutiforme. En este documento se representan las dos modalidades posibles de caza: la caza al herbívoro que es alimenticia y por lo tanto sin peligro, y la caza al carnívoro a la gran fiera salvaje, en este caso al león, que es una caza peligrosa y socialmente prestigiosa. Los cazadores aparecen dispuestos en dos hileras, a lado y lado de la composición, pertrechados con todo tipo de armas, cosa que no sucede en una partida de caza real, donde las armas son siempre específicas en función del animal cazado. El documento no pretende reflejar un hecho histórico o real, sino “reflexionar” sobre la realidad “caza” en todas sus manifestaciones. En este documento no se representa directamente al rey, pero es interesante observar que el atuendo ritual que el rey llevará, desde finales del Predinástico, en la época Tinita y a lo largo de todo el Reino Antiguo, es en esencia el atuendo de un antiguo cazador. El cazador de la derecha abajo (de la Paleta de la caza) sujeta con su mano izquierda un estandarte, levanta con la derecha una maza y va vestido con un faldellín corto y una cola de toro. El dibujo superior derecho corresponde al personaje que masacra enemigos de la tumba 100 de Hieracómpolis que ya habíamos tenido ocasión de conocer. En cambio, el dibujo de la izquierda reproduce el rey Narmer de la Paleta de Narmer. Si os fijáis, esta imagen viene a ser una síntesis de las otras dos. En efecto, el rey Narmer va vestido con un faldellín corto, una cola de toro, igual que el cazador y levanta con la mano derecha una maza, igual que los otros dos personajes y sujeta con la izquierda, aunque aquí no esté reproducido, el personaje arrodillado ante él, igual que en la tumba 100. En efecto, el faraón será a lo largo de toda la historia de Egipto un gran cazador, un cazador de fieras salvajes en tanto que fuerzas de la naturaleza porque el mismo es una fuerza de la naturaleza capaz de oponerse a sus semejantes y porque esta actividad es una manifestación de su prestigio y de su poder.

Corona roja del Bajo Egipto Estos dos personajes proceden de sendos grabados rupestres del desierto oriental de Egipto fechados en un momento impreciso pero en pleno predinástico. Se trata de dos líderes de caza, y están tocados con la forma más antigua conocida de lo que después será la corona roja.

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

A la derecha, la fotografía y el dibujo de un fragmento de cerámica fechado en Nagada I, en cuya superficie aparece en relieve una representación de este mismo tocado. Como podéis ver pues, tanto la corona roja como la corona blanca que veíamos en un mango de cuchillo en una diapositiva anterior, son símbolos originarios del Alto Egipto que en el momento de la constitución del estado dual histórico, como sucedió con muchos otros símbolos, como las dos capillas de que hablábamos también anteriormente, fueron asignados entre el Alto y el Bajo Egipto justamente para que simbolizaran las dos mitades del nuevo estado dual.

Paletas fragmentarias

Los dos fragmentos de la izquierda corresponden a la llamada Paleta del León o del Campo de Batalla o también de Los Buitres, debido a la decoración de la parte inferior del recto, que es la que podéis ver aquí. Los dos fragmentos se guardan hoy en el Museo Británico y en el Ashmolean de Oxford. El fragmento central corresponde a la llamada Paleta del Toro y hoy se guarda en el Museo del Louvre. El fragmento de la derecha corresponde a la llamada Paleta de las Ciudades, también por razones evidentes, y hoy se guarda en el Museo del Cairo. Esta última paleta presentaba su decoración distribuida, organizada en amplios registros horizontales como podéis ver por la línea de separación de registros en la parte superior derecha. En estas tres paletas el rey aparece representado pero no en forma humana, sino en forma animal: a la izquierda como un león que devora enemigos; en el centro como un toro que embiste un enemigo; y a la derecha como una serie de animales: un halcón, un león, un escorpión, que destruyen fortalezas o bien que fundan ciudades, según algunos autores. En efecto, además de ser un gran cazador, el rey se identifica con las fieras salvajes en tanto que fuerzas de la naturaleza en virtud de ser él mismo una fuerza de la naturaleza.

Paleta de Narmer El más importante de los Documentos de la Unificación es la famosa Paleta de Narmer, que hoy se guarda en el Museo del Cairo. En la Paleta de Narmer la decoración se organiza en registros horizontales y el rey aparece representado cuatro veces: dos en forma humana y dos en forma animal. En el registro superior de las dos caras de la paleta tenemos representada a la diosa Bat al lado y lado del serekh con el nombre del rey. En el recto de la paleta, que aquí tenéis reproducido a la izquierda, en el segundo registro podemos ver al rey en forma humana presidiendo una procesión militar que se dirige hacia una serie de enemigos decapitados. En el

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

registro inferior, en cambio, podemos ver al rey en forma de toro que embiste enemigos y destruye fortalezas. En el registro central dos serpopardos, es decir dos animales fantásticos mitad felinos y mitad serpientes (de clara influencia mesopotámica), entrelazan sus cuellos formando el círculo que en las paletas más antiguas servía para la mezcla de cosméticos. En el verso de la paleta, que aquí tenéis reproducido a la derecha en un amplio registro, tenemos al rey representado en forma humana en el conocido motivo de la Masacre del enemigo, que aquí recibe su forma canónica y definitiva. Además también tenemos representado al rey en forma de un halcón que sujeta una personificación del delta, de la Tierra de los Papiros, que se ven brotar inmediatamente por debajo del propio halcón, alude muy probablemente al dominio del rey sobre el Bajo Egipto, y por tanto al hecho de que la Unificación de las dos tierras estaría ya completada. En efecto, la Paleta de Narmer, fechada alrededor de 3100 a.C., es considerada por los egiptólogos como el documento que señala el final del predinástico y el principio del Dinástico, de la I Dinastía, de la cual Narmer sería el primer faraón. No en vano, en la Paleta de Narmer, como podemos ver en estos dos detalles correspondientes al recto y al verso, el rey aparece tocado por primera vez en un mismo documento, con lo que a partir de ahora será la corona roja del Bajo Egipto (a la izquierda) y la corona blanca del Alto Egipto (a la derecha). Esto significa que el estado dual histórico está ya en marcha.

Cabezas de maza votivas De Nagada IIIAB (h. 3300-3100 a.C.) datan también las grandes cabezas de maza votivas decoradas, las más importantes de las cuales son la Cabeza de maza de Escorpión, que podéis ver en esta diapositiva, y la Cabeza de maza de Narmer que veremos en la siguiente. Las dos se guardan hoy en el Ashmolean Museum de Oxford y proceden, como también la Paleta de Narmer, del Main Deposit de Hieracómpolis. En ambas la decoración se organiza en registros horizontales. Aquí podéis ver el dibujo y la fotografía de la parte conservada de la decoración de la Cabeza de maza de Escorpión. En ella el rey aparece representado en forma humana, ataviado con el atuendo ritual, el faldellín corto y la cola de toro, tocado con la corona blanca y portando en la mano una azada. La escena corresponde muy probablemente a la fundación de un templo. El siguiente es el dibujo y la fotografía de la Cabeza de maza de Narmer. El rey aparece también representado en forma humana, sentado en su trono, bajo un dosel y sobre un podio, portando en la mano el flagelo y tocado con la corona roja. La escena corresponde a un ceremonial del llamado Festival de Sed, un gran ritual de rejuvenecimiento del rey y de regeneración del universo entero.

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 1

Comienzo del Dinástico Nuevos canales de la ideología faraónica Vistos los Documentos de la Unificación, podemos decir que durante el reinado de Narmer se produce la transición del predinástico al Dinástico. Este reinado supone una inflexión fundamental en la historia de Egipto, que se observa en distintos ámbitos de los cuales vamos a destacar aquí tres: 1.

En primer lugar, Narmer es el último rey que es representado iconográficamente tanto en forma humana como en forma de gran fiera salvaje. En efecto, a partir del segundo reinado de la I Dinastía, el faraón será representado siempre exclusivamente en forma humana.

2.

En segundo lugar, los motivos de influencia elamita o mesopotámica que aparecen en algunos Documentos de la Unificación, como los serpopardos de la Paleta de Narmer o el motivo del Señor de los Animales del cuchillo de Djebel Al-Arak, desaparecen por completo de la iconografía faraónica.

3.

Y en tercer lugar, los objetos que a finales del predinástico habían servido como vehículos de la ideología faraónica, es decir las cabezas de maza, las paletas y los mangos de cuchillo (soportes), dejan de ser utilizados de forma súbita y drástica tras el reinado de Narmer y son sustituidos por otro tipo de objetos entre los que destacan las etiquetas analísticas.

De este modo, los que hasta ahora habían sido los canales de la ideología faraónica dejan paso a nuevas formas de expresión.

Fundación de Menfis Una vez completada la Unificación hacia el 3100 a.C., los reyes unificadores abandonaron Abidos como lugar de residencia y se establecieron en Menfis, fundada en el vértice del delta, en el límite mismo entre el Alto y el Bajo Egipto, y convertida a partir de ahora en la capital del nuevo Egipto unificado. De la fundación de Menfis y de su palacio real así como del templo de la principal divinidad de la ciudad, el dios Ptah, en griego "Hefesto", nos hablan distintos autores clásicos como Herodoto, Manetón o Flavio Josefo: “Min, el primero que reinó en Egipto, decían los sacerdotes, protegió con un dique a Menfis (…). Cuando este Min, que fue el primer rey, logró secar el terreno de donde había desviado el Nilo, fundó en él la ciudad que ahora se llama Menfis (…); y edificó en la ciudad el famoso santuario de Hefesto, que es grande y muy digno de memoria” (Herodoto, Historias, II, 99) “Después de los Espíritus de los Muertos, los Semidioses, la primera casa real cuenta con ocho reyes, el primero de los cuales, Menes de This, reinó 62 años. Fue capturado por un hipopótamo y pereció. Atotis, su hijo, (reinó) 57 años. Construyó el palacio de Menfis…” (Manetón, Aegyptiaca, según Africano) “Y a los que se ha preguntado por qué todos los reyes egipcios desde Minayas, el fundador de Menfis, que vivió muchos años antes de nuestro padre Abram, (…) se llamaron Faraones…” (Flavio Josefo, Antigüedades judías, VIII, 155)

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 2

Conceptualización y organización del tiempo cultural Como estamos viendo en el paso del Predinástico al Dinástico, se producen cambios determinantes en el proceso histórico y cultural de Egipto. Otro de estos cambios afecta la conceptualización y la organización de lo que podríamos llamar el tiempo cultural.

Listas reales A partir del reinado de Narmer y de la I Dinastía empiezan a confeccionarse lista reales. Debajo podéis ver la fotografía y el dibujo de una impronta de sello cilíndrico sobre arcilla que recoge los nombres de Horus de los ocho reyes que constituyen la I Dinastía. Este sello procede de la tumba del rey Qaa, último de la misma.

Cada uno de los nombres de los reyes aparece dispuesto en una columna encabezada por el signo del dios halcón Horus y se repite dos veces. La columna de la derecha corresponde al nombre del rey Narmer, primero de la dinastía, y la segunda columna por la izquierda corresponde al nombre del rey Ka, último de la dinastía, en cuya tumba se encontró el sello. La primera columnita por la izquierda, en cambio, corresponde al nombre, también repetido dos veces, del dios Chacal Khentiamentiu, el dios de la necrópolis de Umm el-Qaab en Abidos donde todos estos reyes están enterrados. La fotografía de la izquierda corresponde, a un estatuilla de un sacerdote de fines de la II Dinastía o principios de la III, en cuyo hombro izquierdo están grabados como podéis ver los serekhs de los primeros tres reyes de la II Dinastía. El serekh, recoge el nombre por el título de Horus de los reyes. Estos documentos son dos de las listas reales más antiguas conocidas en la historia de Egipto.

Títulos duales Es además, a lo largo de la I Dinastía, cuando aparecen los dos títulos duales de la titulatura faraónica. En efecto, como sabemos, los reyes unificadores de finales del predinástico, tuvieron un solo título, el título de Horus. Ahora en cambio, contemporáneamente a la puesta en marcha del nuevo estado dual, aparecen estos nuevos títulos duales: A mediados de la I Dinastía, es el título del “Rey del Alto y Bajo Egipto”, que se escribe con una caña y una abeja.

A finales de la I Dinastía, es el título de “Dos señoras” que se escribe con un buitre y una cobra encima de un signo jeroglífico que sirve para notar la palabra señor, el signo de una cesta. El buitre es la diosa titular del Alto Egipto, mientras que la cobra es la diosa titular del Bajo Egipto. El título se aplica al rey en tanto que protegido por estas dos divinidades.

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 2

En la fotografía podéis ver los nombres de los últimos cuatro reyes de la I Dinastía pero no por sus títulos de Horus, sino por sus títulos duales de “Rey del Alto y Bajo Egipto” y de “Dos Señoras”.

Etiquetas analísticas Finalmente, otra de las novedades de la I Dinastía, en lo que se refiere a la conceptualización y organización del tiempo, es la aparición de las llamadas etiquetas analísticas. Esta que veis aquí corresponde al rey Den, quinto de la I Dinastía.

En las etiquetas analísticas, como sabemos, se registran los principales acontecimientos, normalmente rituales, de un año de reinado de un faraón. En este caso, el principal acontecimiento registrado, como vemos por el registro superior derecho, es la celebración del Festival de Sed. Se trata del mismo motivo que veíamos en la Cabeza de maza de Narmer. En este caso, el rey, que está representado dos veces, aparece tocado ya con la corona Pshent, que es la corona doble. Está compuesta por la corona roja del Bajo Egipto y la corona blanca del Alto Egipto y es un nuevo símbolo del estado dual.

Tumbas reales En cuanto a las tumbas reales de comienzos del dinástico, los faraones de la I Dinastía y los últimos dos y más importantes de la II, a pesar de haber trasladado su lugar de residencia a Menfis, siguieron enterrándose en el cementerio de sus antepasados, Umm el-Qaab, en Abidos, en el sector más meridional del mismo. Lo hicieron en grandes mastabas, de las cuales hoy conservamos tan solo las subestructuras que se caracterizan por ser más monumentales que las tumbas de la etapa inmediatamente anterior por incorporar desde mediados de la I Dinastía una rampa o escalera de acceso a la cámara funeraria y por estar acompañadas o rodeadas de tumbas subsidiarias destinadas a los miembros de la familia real o a altos

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 2

funcionarios, o bien, a personas sacrificadas en el momento de la muerte del rey para acompañarlo como séquito en el más allá.

La práctica de sacrificios humanos hunde sus raíces en el cementerio HK-6 de Hieracómpolis y es característica de la I Dinastía, pero desaparece por completo en la transición de la primera a la II Dinastía. En esta fotografía, podéis ver la subestructura de la mastaba del rey Den, de mediados de la I Dinastía.

La superestructura de estas tumbas no conservada, debió consistir en una mastaba baja y compacta, de arena y cascotes revestidos de adobe, delante de la cual se habrían colocado hincadas en el suelo, las dos estelas simétricas con el nombre de Horus del rey correspondiente. Muchas de estas estelas han llegado hasta nosotros, siendo la más famosa la Estela del rey Djet o rey serpiente, que se guarda en el Museo de Louvre.

Palacios funerarios Otra importante innovación de los reyes de las primeras dos dinastías son los llamados palacios funerarios. Se trata de grandes recintos rectangulares de adobe con los muros modulados en entrantes y salientes como podéis ver en al fotografía de la derecha, que la mayoría de estos reyes se hizo construir para su culto funerario que ahora dejó de celebrarse junto a las tumbas en Umm el-Qaab. Los palacios funerarios se encuentran en la misma Abidos a un kilómetro y medio aproximadamente al oeste de Umm el-Qaab, en el límite entre el desierto y las tierras de cultivo, y constituyen el precedente estructural inmediato de lo que a principios de la III dinastía será el complejo funerario del rey

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1.5. La unificación y los comienzos del Dinástico – parte 2

Netjerkhet-Djoser en Saqqara, con la diferencia de que este último será piedra, será mucho más monumental, e incorporará la pirámide escalonada.

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2A.1. ¿Qué es una pirámide?

Pirámides Cuando contemplamos, por ejemplo, las pirámides de Guiza, las pirámides de Khufu, Jafra y Menkaura, nos admiramos de sus proporciones, de sus dimensiones y de la belleza de sus formas e inmediatamente nos preguntamos cómo es posible que semejantes monumentos pudieran ser construidos hace nada menos que 4500 años, con qué medios tecnológicos y económicos se construyeron, con qué mano de obra, cómo se organizó esa mano de obra, cómo pudo tallarse y transportarse cada uno de los bloques empleados en su construcción, qué pesos y qué dimensiones tienen esos bloques...

Si os fijáis, todas estas preguntas que solemos formularnos tienen que ver sobre todo con los aspectos formales, tecnológicos, exteriores, podríamos decir, de las pirámides. Pero si queremos definir realmente qué es una pirámide, debemos tener muy en cuenta que una pirámide es, ante todo, un artefacto ritual. Se trata de una tumba y para definirla deberemos atender al simbolismo y al ritual que subyace a ella. Heliópolis es el nombre que los griegos dieron a esta ciudad y significa la “Ciudad del Sol”, a partir de helios, Sol, y polis, ciudad. En efecto, Heliópolis es el centro de origen de la religión solar egipcia. En el mapa que tenéis en esta diapositiva podéis ver la localización de Heliópolis, en la parte superior, en el centro. El emplazamiento de la antigua ciudad se halla en la actualidad en el extremo noreste de la conurbación que llamamos El Gran Cairo que tiene dos partes principales: El Cairo propiamente dicho, al este del río Nilo, El-Guiza, al oeste del río Nilo. En el extremo occidental de el-Guiza, se levanta la localidad en el desierto donde se encuentran las pirámides de Khufu, Jafra y Menkaura. Algo al Sur de la conurbación del Cairo, que en este mapa está sombreada de color lila, se encuentra la ciudad de Menfis, que como sabemos, es la capital de Egipto durante el Reino Antiguo. La proximidad de Heliópolis y Menfis explica, en parte, la influencia decisiva que los sacerdotes de Heliópolis, los sacerdotes del culto solar, tuvieron sobre los reyes que gobernaban desde la ciudad de Menfis. Sofía Cavero

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2A.1. ¿Qué es una pirámide?

Cosmogonía solar Veamos pues en qué consiste la cosmogonía solar, es decir, la doctrina heliopolitana de la Creación.

Nun Según los sacerdotes heliopolitanos, antes de la creación solo existía el Nun, es decir, un universo acuoso, en tinieblas y en silencio. En efecto, para los egipcios la no existencia implica precisamente eso, una extensión líquida, oscura y silenciosa.

Colina Primordial El primer ente emergido de las aguas del Nun es una Colina Primordial, que en la tradición heliopolitana recibe el nombre de Benben. La emergencia del Benben implica la aparición de la tierra frente al agua.

En las fotografías podéis ver las pirámides de Guiza en el momento de la inundación. Son fotografías del siglo XIX, antes de la construcción de las presas de Asuán. La pirámide sobre el agua evoca claramente la emergencia de la Colina Primordial por encima de las aguas del Nun. Es muy probable que esta imagen cosmogónica fuera inspirada por las primeras colinas que emergían en el momento en que se retiraban las aguas de la inundación anual del Nilo.

Pájaro primordial y grito Un segundo ente aparecido en el momento de la creación es el pájaro primordial, que emite un primer grito. Este grito implica la aparición del sonido frente al silencio. En un pasaje de los Textos de los ataúdes TA, podemos leer lo siguiente: Textos de los ataúdes TA Este N [N sustituye el nombre del difunto] ha graznado, en tanto que ganso. Este N se ha posado en la planicie yerma que está sobre la isla grande [la Colina Primordial]. Este N se ha elevado hacia arriba. Este texto es un texto funerario en que el difunto es identificado con el pájaro primordial. Se nos dice que el pájaro primordial ha graznado al principio de los tiempos, se ha posado sobre la Colina Primordial, como podéis ver en la fotografía inferior derecha y se ha elevado hacia arriba a partir de ella.

En la tradición heliopolitana, el pájaro primordial recibe el nombre de ave Benu. El nombre Benu deriva del verbo uben, que significa surgir, elevarse, porque en efecto, el ave Benu, el pájaro primordial, se eleva a partir de la Colina Primordial hacia el cielo. En la tradición heliopolitana, el ave Benu es, o bien una lavandera egipcia, o bien una garza real. En la imagen de la derecha, en la fotografía, podéis ver una garza real, que se caracteriza por estas plumas horizontales, en la parte posterior de la cabeza. En el pasaje de los Textos de las Pirámides TP que los he puesto en la parte inferior, podéis ver, el ave Benu, en Sofía Cavero

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2A.1. ¿Qué es una pirámide?

su forma de lavandera egipcia. El pasaje se lee de de izquierda a derecha y el signo que representa a la lavandera egipcia es el cuarto por la izquierda, el octavo por la izquierda y el quinto desde el final, dentro de un rectángulo. Este rectángulo es el signo que sirve para anotar el término mansión, porque ahí se nos está hablando de la mansión del ave Benu.

Demiurgo solar, Atum El tercer ente que aparece en el momento de la creación es el demiurgo solar, es decir, el dios Sol, Atum, y el advenimiento del dios Sol implica la aparición de la luz frente a las tinieblas. En un pasaje de los Textos de las Pirámides TP podemos leer lo siguiente: Textos de las Pirámides TP Salud a ti, Atum, Salud a ti, Khepri, surgido de sí mismo, [Atum y Khepri son aspectos de la misma divinidad solar] Que tú te eleves en este nombre tuyo de elevación, Que tú vengas a la existencia en este nombre tuyo de Khepri. [=“el que viene a la existencia”]

En la tercera frase de este pasaje, el demiurgo solar es asimilado a la Colina Primordial. Se dice, en efecto, “que tú te eleves en este nombre tuyo de elevación”, de Colina Primordial. Cuando en un texto egipcio se dice “en este nombre tuyo”, se quiere decir “en esta cualidad tuya”, es decir, “en virtud de que tú eres”, en este caso, una elevación. A continuación del texto os he puesto la secuencia jeroglífica de la cuarta frase del mismo, es decir, la frase que reza, “que tú vengas a la existencia en este nombre tuyo de Khepri”. Esta secuencia se lee de izquierda a derecha y si os fijáis, el signo del escarabajo está repetido dos veces, una al principio, para anotar el verbo kheper, que significa venir a la existencia y la otra hacia el final para anotar el participio kheperer o khepri, que significa el que viene a la existencia. El hecho de que el signo del escarabajo se utilice para anotar el verbo kheper, que significa venir a la existencia, puede tener que ver con la imagen del escarabajo que al alba se ve arrastrando su bola de estiércol en la que pone sus huevos. La bola de estiércol y los huevos serían una metáfora del sol que da vida.

Aspectos del demiurgo solar Como decíamos, el demiurgo solar es una divinidad que tiene diferentes aspectos, en concreto, tiene tres aspectos: Khepri, que corresponde al sol de la mañana Re, que corresponde al sol cenital Atum, que corresponde al sol del atardecer. En un pasaje de los Textos de las Pirámides TP en que el Rey difunto Merenre es asimilado al sol, se dice lo siguiente: Textos de las Pirámides TP Ellos [los dioses] harán que este Merenre venga a la existencia como el Sol, en este nombre suyo [es decir, en esta cualidad suya] de Khepri [sol naciente de la mañana]. [A Merenre se le dice:] Tú ascenderás hacia ellos como el Sol, en este nombre suyo de Re [sol cenital del mediodía]. Tú desaparecerás de su vista como el Sol, en este nombre suyo de Atum [sol poniente del atardecer]. En las fotografías de la derecha podéis ver la imagen iconográfica de cada uno de estos tres aspectos del Dios solar.

Sofía Cavero

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2A.1. ¿Qué es una pirámide?

A la izquierda el dios Khepri con cabeza de escarabajo. En el centro el dios Re con cabeza de halcón y tocado con el disco solar y el ureo. A la derecha el dios Atum con forma humana y tocado con la doble corona.

Primera pareja divina Una vez que el demiurgo ya ha aparecido, es el demiurgo solar que continúa la tarea de la creación y lo hace creando la primera pareja divina, el dios Shu, que simboliza el Aire, y Tefnut, que es una divinidad poco definida y que algunos autores piensan que simboliza la humedad, mientras que otros piensan que simboliza más bien la luz. En este momento, puesto que el demiurgo se encuentra solo, los procedimientos que emplea para crear son procedimientos que tienen que ver con la emisión de líquidos de su cuerpo. Así, en un pasaje de los Textos de las Pirámides se dice lo siguiente: Textos de las Pirámides Oh Atum-Khepri, tú te has elevado en tanto que elevación, tú has ascendido en tanto que Benben en la Morada de Benu, en Heliópolis. tú has escupido a Shu y has expectorado a Tefnut. A continuación del texto os he puesto las dos secuencias jeroglíficas que corresponden a la segunda y a la tercera frase del mismo.

En la segunda de estas secuencias, podéis ver el signo de un león escupiendo que forma parte de la grafía de los verbos escupir y expectorar. En cuanto a la primera de las secuencias jeroglíficas, que corresponde, como digo, a la segunda frase del texto, la hemos visto ya anteriormente cuando hablábamos del ave Benu y es interesante porque nos indica que todo este proceso de creación tiene lugar en la misma Heliópolis, es decir, en la misma ciudad de donde el culto solar es originario. Decíamos que los procedimientos de creación empleados por el demiurgo tienen que ver con líquidos emitidos de su cuerpo. Pues bien, en otro pasaje de los Textos de las Pirámides puede leerse lo siguiente: Textos de las Pirámides Es Atum quien vino a la existencia como aquel que se masturbó en Heliópolis. Agarró su falo con su puño para provocar un orgasmo con él y los dos hijos-hermanos nacieron, Shu y Tefnut. El texto es, como veis, suficientemente elocuente, y en la secuencia jeroglífica que os he puesto a continuación del mismo, que se lee de izquierda a derecha, más o menos a un tercio del final, podéis ver el signo jeroglífico que evoca la acción de la masturbación.

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2A.1. ¿Qué es una pirámide?

Segunda pareja divina Una vez que Shu y Tefnut han sido creados, son ellos los que generan la segunda pareja divina, formada por los dioses Geb, que simboliza la tierra, y Nut, que simboliza el cielo. A continuación se produce la separación entre el cielo y la tierra, es decir, la separación de Geb y de Nut por su padre Shu, el dios del Aire, que queda entre ambos. En un pasaje de los Textos de los ataúdes TA se puede leer lo siguiente: Textos de los ataúdes TA [Habla Shu:] Estoy cansado (…) desde que he elevado a mi hija Nut sobre mí, para entregársela a mi padre Atum como morada. [En efecto Nut es el cielo y Shu se la entrega a Atum, que es el dios del Sol, para que le sirva de morada, puesto que el Sol vive en el cielo.] He colocado a Geb bajo mis pies; este dios, que él mantenga unidas las Dos Tierras para mi padre Atum. En efecto es a Geb a quien compete que las Dos Tierras queden permanentemente unidas. En la representación iconográfica vemos al dios Geb aparece estirado en el suelo, mientras que la diosa Nut aparece en forma de arco sobre él. Entre ambos tenemos al dios Shu que sostiene a Nut hacia arriba. En las piernas y en los brazos de Nut, podemos ver la barca en la que navega el dios Solar.

Cuarta generación de dioses primordiales De la unión de Geb y Nut nace la cuarta generación de dioses primordiales, que son: Osiris, Isis, Seth y Neftis, es decir, los dioses del ciclo osiriaco, que se encuentra incorporado en las creencias solares heliopolitanas.

Enéada de Heliópolis Tenemos, pues, nueve dioses en total, que conforman la llamada Enéada de Heliópolis, es decir, el conjunto de nueve dioses primordiales, según la cosmogonía solar. En un pasaje de los Textos de las Pirámides podemos leer lo siguiente: ¡Oh Gran Enéada que está en Heliópolis, Atum, Shu, Tefnut, Geb, Nut, Osiris, Isis, Seth y Neftis. Hijos de Atum! Extended su deseo (de regeneración) sobre su hijo [el rey difunto], en vuestro nombre de Nueve Arcos.

En efecto, los arcos se extienden y en tanto que arcos que se extienden, los dioses de la Enéada pueden extender el deseo de regeneración de Atum sobre su hijo, que es el rey difunto. En la secuencia jeroglífica que os he puesto a continuación del texto, podéis ver los nombres de los nueve dioses, tal como aparecen en la segunda frase del mismo. La genealogía de la Enéada Heliopolitana:

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2A.1. ¿Qué es una pirámide?

Primera generación: dios Atum, el dios Sol. Segunda generación: Shu y Tefnut. Tercera generación: Geb y Nut. Cuarta generación: Dioses del ciclo osiriaco, Osiris, Isis, Seth y Neftis.

¿Qué es una pirámide? Una pirámide es: 1.

símbolo creacional, y por tanto, recreacional o resurreccional, como quiera que reproduce la Colina Primordial, primer ente de la Creación.

2.

símbolo ascensional, como quiera que el demiurgo se elevó a partir de ella al cielo. De la misma manera, el rey difunto se elevará desde su pirámide hacia el cielo, y de esta forma resucitará.

3.

nuevo ente creado y una marca en el paisaje, ya que igual que la Colina Primordial entre las aguas, es bien visible a muchos kilómetros a la redonda, desde las tierras inundables que la rodean.

Para que veáis hasta qué punto esto es así, aquí tenéis tres fotografías en las que podéis ver en primer lugar la pirámide escalonada de Saqqara desde las tierras de cultivo, las tres pirámides de Guiza, asimismo desde las tierras de cultivo, y las pirámides de Abushir en primer plano y las tres pirámides de Guiza en segundo plano, tomadas desde el desierto a la altura de Saqqara.

Culto de la divinidad solar en Heliópolis Heliópolis es la ciudad del sol y el lugar de origen y el principal centro de culto de la divinidad solar en Egipto.

Benben y sus representaciones El objeto de culto más importante del templo solar de Heliópolis era el llamado Benben, o Colina Primordial. Una piedra meteórica, es decir caída del cielo, que los heliopolitanos consideraban una manifestación del propio Dios Solar.

Sofía Cavero

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2A.2. Heliópolis, la solarización de la monarquía faraónica y la Edad de las Pirámides

Evidentemente el Benben no ha llegado hasta nosotros, pero los egiptólogos creen poder reconstruir su forma a partir de dos signos jeroglíficos contenidos en dos pasajes de los Textos de las Pirámides:

Ambos pasajes se leen de izquierda a derecha, y en el superior el signo en cuestión se encuentra más o menos a un tercio del final mientras que en el inferior es a un quinto de la izquierda. Como podéis ver, se trata de un signo que reproduce un objeto vertical, más ancho en la parte inferior que en la superior y con el extremo superior acabado en una forma más o menos redondeada. Estos dos signos los volvéis a tener en la imagen con el número 2. Con el número 1 tenéis justamente la reproducción que los egiptólogos hacen a partir de esos dos signos jeroglíficos. A partir de la forma original de la piedra habrían surgido dos tradiciones distintas de representaciones estilizadas de la misma: planta rectangular con la parte superior redondeada planta cuadrada con la parte superior en punta Ejemplos de la primera son las estelas que tenéis con el número 3, o el monolito levantado por Sesostris I en el oasis de el-Fayum que tenéis con el número 6. Ejemplos de la segunda son el piramideón que tenéis con el número 9, siendo un piramideón la piedra que culmina una pirámide, y el obelisco que tenemos con el número 10. Con el número 4 y 8 tenéis la palabra "Benben" acompañada en un caso por el signo redondeado, y en el otro caso por el signo en punta. Como podéis ver pues, una pirámide y un obelisco son evocaciones de la Colina Primordial de Heliópolis.

Templo solar De la antigua ciudad de Heliópolis y de su templo solar apenas quedan restos en la actualidad. El emplazamiento de la ciudad, que llegó a ser la tercera en importancia del antiguo Egipto después de Menfis y Tebas, se halla en el extremo noreste de la actual conurbación del Cairo. Ahí, el único vestigio que hoy puede admirarse es este obelisco levantado en el emplazamiento del antiguo templo por Sesostris I, faraón de la dinastía XII, en el Reino Medio. Como decimos pues, el templo solar de Heliópolis no ha llegado hasta nosotros. Los egiptólogos, sin embargo, piensan que podemos hacernos una idea de como pudo ser este templo, a partir de los llamados templos solares de la V dinastía.

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2A.2. Heliópolis, la solarización de la monarquía faraónica y la Edad de las Pirámides

Templo solar de Niuserre En efecto, la mayoría de los faraones de la V dinastía (Reino Antiguo) se hizo construir un templo solar para el culto solar, en ámbito funerario, complementario de su complejo funerario piramidal. El mejor conservado de estos templos solares, es el que el faraón Niuserre se hizo construir en Abu Gorab, una localidad situada un poco al norte de Abusir, a su vez al norte de Saqqara. En la imagen podéis ver la reconstrucción del Templo solar de Niuserre en la parte superior, y dos fotografías del estado actual del mismo en la parte inferior.

Los dos elementos más importantes de un templo solar son: altar para las ofrendas al Dios Sol, construido en un patio a cielo abierto obelisco construido sobre un podio inmediatamente al oeste de este altar En las fotografías inferiores podéis ver el altar en cuestión situado en el centro de las dos imágenes. La fotografía de la izquierda está tomada hacia el oeste de manera que lo que veis detrás del altar es el podio sobre el cual se levantaba el obelisco. La fotografía de la derecha en cambio, esta tomada hacia el este, precisamente desde el mismo podio del obelisco, y lo que podéis ver es el patio a cielo abierto. Estos serían pues, los dos elementos principales del templo solar de Heliópolis al menos en su forma más antigua, la que corresponde al Reino Antiguo. Por un lado tendríamos un altar solar para el culto al Dios Sol, culto que se celebraría a cielo abierto, lo cual es lógico tratándose de la divinidad solar y que diferiría de los demás cultos que se celebraban en Egipto puesto que estos tenían lugar siempre en la parte más recóndito del templo, en el interior del mismo, en las habitaciones más ocultas y más interiores del templo. Al oeste del altar se levantaría un podio sobre el cual estaría probablemente la piedra Benben, la piedra meteórica de la que hablábamos anteriormente.

Forma de las pirámides Todo cuanto acabamos de exponer nos permite comprender las tres formas posibles de las pirámides egipcias del Reino Antiguo: Pirámide escalonada es, a la vez, una reproducción de la Colina Primordial y de una escalera para la ascensión del rey difunto al cielo. Pirámide romboidal, que no deja de ser un obelisco chato, es una reproducción de la Colina Primordial en una de sus formas posibles. Pirámide perfecta o de caras lisas, es la forma más estilizada que reviste la Colina Primordial, cuyas aristas a su vez recuerdan los rayos del sol que se filtran por entre las nubes. Sofía Cavero

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2A.2. Heliópolis, la solarización de la monarquía faraónica y la Edad de las Pirámides

Solarización de la monarquía Podríamos preguntarnos por qué los faraones del Reino Antiguo decidieron dejar de enterrarse en mastabas como sus predecesores y pasa a hacerlo en pirámides. La razón estriba en que ya desde comienzos del Dinástico, la monarquía faraónica experimentó un progresivo proceso de solarización: Asunción de las creencias solares heliopolitanas El faraón empezara a ser considerado como el hijo del Dios Sol y consustancial con él. Esto se refleja sobre todo, en la titulatura faraónica.

Titulatura real En la fotografía podéis ver la titulatura del rey Snefru, primero de la IV Dinastía del Reino Antiguo y padre de Keops. 1.

La titulatura está comprendida toda ella dentro del serekh, lo cual es una solución un poco atípica pero posible, por encima del serekh podéis ver el halcón Horus perchado, del cual solo se ha conservado la mitad inferior. El halcón Horus expresa el primero y más antiguo de los títulos del protocolo faraónico, el título de Horus.

2.

El resto de la titulatura esta dispuesta en dos columnas en el interior del serekh: La primera columna es la de la derecha. En la mitad de esta columna podéis ver los dos títulos duales del protocolo faraónico, el título de Rey del Alto y Bajo Egipto con la caña y la abeja, y el titulo de Dos Señoras, con el buitre y la cobra.

3.

En la parte inferior de esta misma columna, podemos ver un título de nueva creación. Se trata del signo del halcón puesto por encima de un signo que representa un collar de oro. Comoquiera que el halcón es el rey, y el oro es la materia de la que está hecho el cuerpo del Dios Solar Re, el título de Horus de Oro implica la solarización del rey.

4.

El resto de la titulatura se encuentra en la segunda columna donde podemos ver el cartucho con el nombre de Snefru en su interior y una representación del propio rey sentado en el trono, tocado con la doble corona y sosteniendo en mano el flagelo. El cartucho es otro símbolo solar por excelencia comoquiera que representa el circuito que describe el sol en el cielo.

Tanto el título de Horus de oro como el cartucho aparecen muy a finales de la III dinastía pero no se generalizan hasta la IV y sobretodo la V dinastía. 5.

En la fotografía de la derecha podéis ver el último de los cinco títulos del protocolo faraónico en aparecer. Se trata del título de Hijo de Re que se escribe con el signo de la oca que sirve para anotar la palabra Sa que significa “hijo” y el signo del sol que anota la palabra Ra que significa “Sol”. Por tanto el título se lee Sa Ra y significa “Hijo de Re”. Este título aparece a lo largo de la IV Dinastía.

La titulatura real del faraón Ramsés II de la Dinastía XIX, es decir ya del Reino Nuevo, muestra la forma canónica de la titulatura faraónica y el orden definitivo de los cinco títulos que la componen: Sofía Cavero

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2A.2. Heliópolis, la solarización de la monarquía faraónica y la Edad de las Pirámides

a.

Horus: el toro poderoso, el amado de Maat

b.

Nebti o Dos Señoras: aquel que protege a Egipto y somete a los países extrajeros

c.

Horus de oro: rico en años y grande en victorias

d.

Nesu-bit o Rey del Alto y Bajo Egipto: Usermaatre (= Re es poderoso en justicia) Setepenre (= el escogido de Re)

e.

Sa-Ra o Hijo de Re: Ramsés (= Ramessu = es Re quien lo ha generado) Meriamon (= el amado de Amón)

El título de Horus con el serekh; los títulos de Nesu-bit y de SaRa inscritos dentro de cartuchos.

Edad de las Pirámides Pirámides reales se construyeron a lo largo tanto del Reino Antiguo como del Reino Medio. Pero cuando hablamos de Edad de las Pirámides nos referimos específicamente al Reino Antiguo. Es decir a la primera de estas dos etapas comprendida aproximadamente entre los 2700 y 2200 a.C. y que abarca las dinastías III a VI. En efecto las pirámides de esta época son: las de mayor tamaño las técnicamente mejor construidas las mejor conservadas De ahí que cuando hablamos de "Edad de las Pirámides" por excelencia nos refiramos a este periodo en concreto. Puesto que en esta etapa la capital de Egipto es Menfis, la necrópolis que contiene las pirámides del Reino Antiguo es lo que llamamos la necrópolis Menfita. La necrópolis Menfita se ubica al oeste de la propia Menfis, en el desierto y comporta toda una serie de localidades de norte a sur: Abu Roash, Giza, Zawiyet el-Aryan, Abusir (y Abu Gorab), Saqqara, Dahshur y 50 kilómetros más al sur de Dahshur, la localidad de Meidum. En estas localidades es donde los reyes del Reino Antiguo, es decir los faraones de las Dinastías III a VI, construyeron sus pirámides.

Textos de las Pirámides Mientras que el interior de las pirámides de los reyes de la III dinastía, de la IV dinastía y de casi toda la V dinastía es anepígrafo es decir, carece por completo de textos, las cámaras y los corredores de las pirámides del último rey de la V dinastía, Unis, de los reyes de la VI Teti, Pepy I, Merenre y Pepy II y de algunas de sus esposas, y del rey de la VIII dinastía, ya en el Primer Período Intermedio Ibi, se llenan de textos funerarios que conocemos con el nombre de Textos de las Pirámides. Se trata del corpus de textos religiosos y funerarios más antiguo de la historia de la humanidad. Las pirámides con textos datan, aproximadamente, entre 2375 que es el año de inicio del reinado del rey Unis, último de la V dinastía, hasta 2150 a.C. aproximadamente, que es cuando reinó el rey Ibi, VIII Dinastía en el Primer Período Intermedio. Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Localización de las pirámides con textos En este plano, podéis ver la localización de las pirámides con textos que se encuentran todas ellas en Saqqara. Las pirámides con textos han sido marcadas en color rojo en este plano. El plano está orientado con el norte a la derecha, y el sur a la izquierda.

La pirámide con textos más antigua es la pirámide de Unis, que se encuentra al sur del complejo de Djeser aquí representado en color verde. La segunda pirámide, la de Teti, que corresponde al primer rey de la VI dinastía la encontramos al noreste del mismo complejo de Djeser. Las pirámides de Pepi I, Merenre y Pepi II, en cambio se encuentran al sur y al suroeste del primer grupo. Finalmente, la pirámide de Ibi, se encuentre al este de la pirámide de Pepi II. Las pirámides de las reinas, cuando las hay, se encuentran dentro del complejo piramidal de sus esposos. En esta fotografía, podéis ver la pirámide de Unis, cuyo estado de conservación es algo precario. Y podéis ver también el templo funerario adosado a la pirámide, que se encuentra en la parte izquierda de la fotografía.

En este dibujo, podéis ver la reconstrucción del complejo funerario piramidal de Pepi I con la pirámide del propio rey, que es la más grande, su pequeña pirámide satélite y las pirámides de sus esposas.

Subestructura de las pirámides con textos En esta primera parte, vamos a interesarnos por la subestructura de las pirámides con textos, es decir, por las cámaras y los corredores que constituyen su interior. Lo ejemplificaremos con la pirámide de Unis porque todas las pirámides con textos presentan el mismo esquema en su subestructura. Es un esquema en forma de T invertida como podéis ver en el plano. El trazo vertical de la T corresponde al vestíbulo (A) y a los corredores horizontal y ascendente. Al sur del vestíbulo, tenemos el corredor horizontal, en el cual se encuentran los tres grandes bloques de granito, los tres rastrillos (B), que servían para bloquear el acceso al interior de la pirámide. Al norte de la letra A, tenemos el corredor ascendente, el que llevaba hasta la salida de la pirámide, visto en términos del rey que resucita, que se encontraba en la cara norte de la misma. Tenemos una cámara con nichos (C), la antecámara (D) y la cámara funeraria (E), en la cual se encuentra el sarcófago (F).

Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Como podéis ver, la mayor parte de los bloques que revisten estas cámaras y corredores son de piedra caliza. Los bloques que componen los rastrillos y el corredor horizontal son de granito, que es una piedra mucho más dura. Y finalmente, la parte oeste de la cámara funeraria está revestida con bloques de alabastro.

Interior de las pirámides En las fotografías podemos ver la cámara funeraria de la pirámide de Pepi I. En la fotografía de la izquierda, que está tomada mirando hacia el oeste, podemos ver el sarcófago y delante de el, un bloque cuadrangular de piedra sobre el cual se colocaron los vasos canopos que contenían las vísceras del rey difunto. En la fotografía de la derecha que está tomada mirando hacia el este, podemos ver el pequeño corredor que comunicaba la cámara funeraria con la antecámara. En las fotografías de esta otra diapositiva, podemos ver a la izquierda, el mismo sarcófago visto esta vez desde la antecámara y en la fotografía de la derecha, una parte del corredor horizontal.

Como podéis ver, todas estas cámaras y corredores están profusamente decorados con Textos de las Pirámides. Aquí tenemos dos detalles de estos textos correspondientes a la cámara funeraria de la pirámide de Pepi I. La disposición en columnas es mayoritaria en las pirámides. Y observamos también que los signos están pintados de color verde como en otras, o en color azul (como en el caso de la pirámide de Unis), o pueden no estar pintados en absoluto. Los textos se disponen y se leen tanto de derecha a izquierda como de izquierda a la derecha. Los textos jeroglíficos se empiezan a leer por allí por donde miran los signos que representan seres vivos. En un texto, todos los seres vivos miran siempre a la misma dirección. Si miran hacia la derecha, el texto se lee de derecha a izquierda, como ocurre con la fotografía de la izquierda de esta diapositiva. Si miran hacia la izquierda, el texto se lee de izquierda a derecha, como ocurre con la fotografía de la derecha. Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Características Antigüedad Conozcamos con más detalle los Textos de las Pirámides y empecemos por la cuestión de su antigüedad puesto que la fecha de documentación, es decir, el momento en que los textos son esculpidos en las cámaras y los corredores de las pirámides no siempre coincide con la fecha de creación de los textos:  muchos pasajes fueron compuestos a finales del Reino Antiguo en el momento en que los textos estaban siendo esculpidos en las pirámides.  otros fueron compuestos a principios del Reino Antiguo durante la III y la IV dinastía, o incluso antes, durante la Época tinita o en el Predinástico. Lo sabemos por:  

cuestiones de lengua cuestiones de contenido:  Entierro del rey en una mastaba  El rey tiene que sacudirse el polvo para poder resucitar.

Fueron compuestos en un momento en que todavía no existían las pirámides y en que los entierros se efectuaban en mastabas o bien directamente en el suelo. En cuanto a la transmisión de los textos, sabemos que se hizo mediante copias en papiro de las cuales, prácticamente, no se ha conservado nada (por eso he puesto este signo interrogante), pero sabemos que eran la base de las recensiones esculpidas de los textos. Sea cual sea la procedencia y la antigüedad de los textos, todo el material ha sido armonizado por los compiladores heliopolitanos y puesto al servicio de las creencias solares.

Función En cuanto a la función de los Textos de las Pirámides podemos distinguir, básicamente, dos: 1.

Una función mágica, puesto que la palabra, oral y escrita, tiene un efecto realizativo. Es decir, su pronunciación o su puesta por escrito aseguran que lo que se dice se realice, se haga realidad.

2.

Una función ritual, puesto que los Textos de las Pirámides son los textos que se recitaban con ocasión de los funerales del rey. Así lo evidencian las continuas referencias a ofrendas que deben ser presentadas precisamente para asegurar que su contenido se verificara.

Orden de lectura Y por lo que se refiere al orden de lectura de los textos, tenemos dos teorías principales: 1.

teoría ritualista: los textos eran recitados en el momento del entierro del rey, el orden de la lectura debe ser del exterior al interior, como quiera que este es el recorrido que efectuaba la procesión funeraria que llevaba el féretro del rey hasta el sarcófago.

2.

teoría mitológica: más reciente, según la cual los textos describen el viaje del difunto de la tierra al cielo, el orden de lectura debe ser del interior al exterior puesto que este es el recorrido que hace el rey difunto para poder resucitar. En el dibujo podéis ver justamente este último recorrido. Los textos se leen de Oeste a Este y de Sur a Norte.

Disposición y estructura Si atendemos ahora la disposición y la estructura de los Textos de las Pirámides podemos decir que los textos se disponen: mayormente en columnas verticales esculpidas en las cámaras y corredores de las subestructuras de las pirámides. Aunque todas las pirámides echan mano del mismo corpus virtual de textos no reproducen siempre las mismas fórmulas. Y cuando reproducen fórmulas idénticas, no lo hacen siempre en los mismos lugares de la pirámide. Hay, pues, una notable variabilidad de pirámide en pirámide. Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Los textos se hayan estructurados en sucesivas fórmulas. Algunas más breves, de unas pocas palabras y otras más extensas, de varios centenares de palabras, y dispuestas en varias columnas.

Géneros Desde el punto de vista de los géneros, tenemos dos grandes tipos de fórmulas en los Textos de las Pirámides: Textos rituales que nos hablan, por ejemplo, de la presentación de una gran comida, pues los alimentos son la esencia de la vida, y por tanto de los hábitos de la resurrección; o también de la ceremonia de la “Apertura de la boca” que se efectuaba sobre la momia o sobre una estatua del difunto para restaurar la capacidad del mismo de alimentarse; o la presentación de atuendos y de coronas regias; o el ritual de la resurrección para asegurar que el espíritu del difunto pudiera abandonar el cuerpo muerto y la tierra y salir a reunirse con los dioses; o el ritual de la mañana que reproduce las ceremonias con que el rey era despertado, vestido y alimentado en vida. Textos "personales" y que permiten al difunto superar con éxito el trance de resurrección sorteando los peligros que le asechan, y abandonar la tumba para ascender al cielo y unirse a los dioses. Entre estos textos, destacan las fórmulas contra serpientes y otros seres dañinos. Finalmente, tenemos también toda una serie de alusiones mitológicas, por ejemplo, a momentos de la cosmogonía solar o a episodios del mito osiriaco. Estas alusiones se hallan incluidas tanto en los textos rituales como en los personales.

Temas Conozcamos finalmente los dos principales temas de los Textos de las Pirámides.

Transformación en akh En efecto, el ser humano está integrado por diversos elementos de los cuales, los más importantes son el cuerpo físico, el ka o fuerza vital (es aquello que distingue un ente vivo de un ente muerto), y el ba o esencia individual (que nosotros llamaríamos alma o personalidad). Al morir, el ka se separa del cuerpo y para que el individuo pueda seguir existiendo en el más allá, es preciso que el ka y el ba se reúnan; el ente resultante de esta unión es el espíritu akh o ente “efectivo”. Esto es lo que significa la palabra akh. Si la unión no se verifica, el difunto no se transforma en akh, y permanece muerto. Los textos cuya función es asegurar la transformación del difunto en akh mediante su recitación o su inscripción en las tumbas, reciben en egipcio el nombre de sakhu, que significa literalmente “hacedores de espíritus-akh”. Estos símbolos representan los distintos elementos del ser humano: A la izquierda podéis ver los dos brazos abiertos recibiendo las ofrendas que es el símbolo del Ka; en el centro podéis ver un jabirú que es el símbolo del Ba, que a veces se representa con la cabeza, con la cara del difunto; y a la derecha podéis ver el ibis crestado que es el símbolo del espíritu Akh.

Ascensión del rey difunto al cielo El segundo gran tema de los Textos de las Pirámides es la ascensión del rey difunto al cielo. Después de ser colocado en el sarcófago de la pirámide, el rey difunto empieza un proceso de regeneración y resurrección que supone un viaje desde la Duat o mundo inferior, donde se encuentra el sarcófago y que coincide con la cámara funeraria de la pirámide, hasta la Akhet u horizonte oriental del cielo, por donde surge el sol desde el mundo inferior, que coincide con la antecámara. La palabra Akhet esta compuesta a partir del término akh y significa literalmente, “lugar de conversión en espíritu-akh”, o sea, en un espíritu regenerado y efectivo, resucitado. Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

A partir de aquí, el viaje sigue por el corredor y el corredor ascendente de la pirámide, que conduce al difunto hasta las estrellas imperecederas, es decir, el conjunto de los espíritus-akh, que son en este caso, los antepasados reales, los reyes que han precedido al difunto. Las estrellas imperecederas se hayan en el norte, y de ahí que el corredor ascendente este situado siempre en la cara norte de las pirámides. Llegado al cielo, el rey difunto se halla en el dominio de su padre Re, el Dios Sol. En el dibujo de la derecha, podéis ver este recorrido que acabamos de describir. Las dos cámaras de la pirámide son llamadas Duat y Akhet como sabemos, y como vemos por sus nombres escritos en oblicuo, encima de los techos de las mismas. Los pájaros y las flechas, indican la dirección de lectura y el orden de lectura de los textos de Oeste a Este y de Sur hacia el Norte.

Pasajes que describen el viaje del rey difunto al cielo El primero de ellos reza así: Que se coloque para el [es decir para el rey difunto] una escalera hacia el cielo, para que el pueda ascender a través de ella al cielo. El ascenderá sobre el humo de la gran incensación. Este Unis volará como un pájaro, y se posará como un escarabajo. Volará como un pájaro y se posará como un escarabajo, en el asiento vacío del barquero que está en tu barca, oh Re. (TP 267, Pyr. 365a-366c) Un segundo texto, reza de esta manera: Aquel que vuela ha volado. Pepy ha volado lejos de vosotros, oh seres humanos. El no es para la tierra; Pepy es para el cielo. (…) Este Pepy ha ascendido hacia el cielo como una garza. Este Pepy ha besado el cielo como un halcón. Este Pepy ha recorrido el cielo como Horus de la Akhet. (TP 467, Pyr. 890a-891d) Es decir como Horus del horizonte. Esta es una forma solarizada de Horus, como quiera que el horizonte es por donde surge el sol naciente. Un tercer texto dice lo siguiente: ¡Qué hermosa es la visión, qué agradable es la contemplación... [dicen ellos, dicen los dioses] de la ascención de este dios hacia el cielo, de la ascención de Unis hacia el cielo! Sus bau [bau es el plural de ba] están sobre el, su terror está junto a el, su poder mágico está en sus pies. (…) Han ido hacia él los dioses y las almas de Pe, los dioses y las almas de Nekhen, los dioses que están en el cielo, los dioses que están en la tierra para ser soportes para Unis con sus brazos. Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Oh Unis, puedas tú ascender al cielo. (TP 306, Pyr. 476a-479a) Las almas de Nekhen y las almas de Pe, son las almas de Hieracómpolis y las almas de Buto, es decir las almas de las capitales simbólicas del Alto Egipto y el Bajo Egipto respectivamente. Se trata en realidad de los antepasados míticos del rey, en tanto que el rey del Alto y el Bajo Egipto. A veces el proceso de ascensión se produce en medio de cataclismos naturales como en este pasaje: Las aguas de la vida que están en el cielo han venido, Las aguas de la vida que están en la tierra han venido, el cielo arde por ti, la tierra tiembla por ti, antes del nacimiento del dios. Las dos montañas se han separado, el dios ha venido a la existencia. El dios ha tomado el poder en su cuerpo. Las dos montañas se han separado, este Pepy Neferkare ha venido a la existencia. Este Pepy Neferkare ha tomado el poder en su cuerpo. (TP 685, Pyr. 2063a-2064b) Sin embargo, el texto más conocido y que probablemente llama más la atención, es el llamado Himno caníbal, que se encuentra inscrito solo en las pirámides más antiguas, la de Unis y la de Teti. Dice así: Es Unis el que come seres humanos, el que vive de dioses. (…) Es Khensu [un dios], como acuchillador de los señores, el que los degollará para Unis, y extraerá para él lo que está en sus cuerpos. (…) Es Shesmu [otro dios] el que los troceara para Unis, y cocinará con ellos un manjar para él en sus hogueras del atardecer. Unis es quien se come sus magias, quien se traga sus espíritus-Akh. Los mayores de entre ellos son para su desayuno; Los medianos de entre ellos son para su merienda; Los pequeños de entre ellos son para su cena; los viejos y viejas de entre ellos son [combustible] para sus hornos. (…) Unis se alimentará de los pulmones de los que son sabios, y se complacerá de vivir de corazones, así como de sus magias... (TP 273-274, Pyr. 400a-410c) A veces, una vez que llega al cielo, el rey se comporta de manera muy parecida a como lo ha hecho en vida: Pepy Neferkare ha venido porque puede ascender al cielo, Pepy Neferkare puede explorar el firmamento. Pepy Neferkare dará gracias a su padre Re y se manifestará como Horus, porque Pepy Neferkare ha venido en tanto que él. (…) Pepy Neferkare dará ordenes, Pepy Neferkare concederá kau, [es decir fuerzas vitales. Kau es el plural de la palabra ka] Pepy Neferkare asignará plazas, Pepy Neferkare hará ofrendas, Pepy Neferkare oficiará rituales. Él es Pepy Neferkare: Pepy Neferkare es el único del cielo, El que ejerce el poder cuando actúa, el primogénito de Nut. (TP 681, Pyr. 2035a-2041) Como veis el texto nos dice que Pepy Neferkare ha venido en tanto que Horus, puesto que Horus es el dios co-substancial con el rey vivo, Pepy Neferkare sigue haciendo en el cielo, exactamente lo mismo que ha hecho en vida.

Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Enterramientos de particulares En este sentido es importante tener bien presente que el mundo funerario de los reyes y el mundo funerario de los particulares, son notablemente distintos durante el Reino Antiguo. 1.

En primer lugar los particulares del Reino Antiguo no se entierran nunca en pirámides sino en mastabas construidas o en hipogeos excavados en la roca, tanto en la necrópolis menfita como en los cementerios de las principales ciudades del país.

En la imagen superior izquierda, podéis ver un cementerio de mastabas. Una mastaba es una tumba que tiene dos partes: una subestructura excavada en el suelo y una superestructura construida por encima del nivel del suelo, de planta cuadrada o rectangular que es maciza, en el caso de mastabas pequeñas, pero que puede tener toda una serie de habitaciones en el caso de mastabas más grandes. Por ejemplo, las correspondientes a los altos oficiales. En la fotografía de la derecha, podéis ver las entradas de toda una serie de hipogeos de la necrópolis de Asuán correspondientes a las VI dinastía. Todas las tumbas del Reino Antiguo comportan siempre una estela “de falsa puerta” para el culto funerario. La falsa puerta sirve al ka del difunto para poder venir desde el más allá y aprovisionarse de las ofrendas funerarias depositadas en el altar situado justamente ante la estela de falsa puerta misma. La estela de falsa puerta, no es algo exclusivo de los particulares, sino que se encuentra también en los templos funerarios de los reyes. 2.

Por otra parte en las tumbas de los particulares, no aparecen los Textos de las Pirámides, que son exclusivos de la realeza. No hay ninguna alusión al dios Sol, a las restantes divinidades de la cosmogonía solar y a los episodios de esta cosmogonía. No hay textos de carácter mitológico.

3.

En los textos funerarios privados, al viaje del difunto por el más allá, se dedican una pocas frases y tanto el recorrido como los destinos descritos son completamente distintos de los de los Textos de las Pirámides. El destino es la necrópolis y el Occidente, donde gobierna Osiris, el dios de los difuntos, y no el cielo solar, donde gobierna Re, el dios Sol. Reyes y particulares comparten, en cambio, la doctrina de la resurrección por conversión del difunto en akh y la doctrina del ka, la fuerza vital a la que están destinadas las ofrendas funerarias; de ahí que todos cuenten con estelas de falsa puerta.

4.

En cuarto lugar, los temas principales de los textos funerarios de los particulares son la fórmula y enumeración de las ofrendas funerarias y de las prerrogativas concedidas al difunto; el cursus honorum del difunto, es decir la enumeración de sus cargos y títulos; y en algunos casos la autobiografía del difunto, es decir, la alusión mas o menos estereotipada, a algunos episodios de su vida.

5.

Finalmente, los muros de las tumbas de los particulares, se decoran con relieves o pinturas que muestran escenas funerarias (por ejemplo el difunto sentado ante la tabla de ofrendas o desfiles de porteadores de ofrendas) y escenas de la vida agraria o actividades más o menos estereotipadas del difunto, como la pesca y la caza de aves en las marismas, que es lo que podéis ver en las dos imágenes situadas en la parte inferior de la diapositiva, que siempre están dotadas de un simbolismo funerario. No hay en ningún caso escenas rituales o mitológicas.

Sofía Cavero

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2A.3. Los Textos de las Pirámides

Y esto lo que distingue fundamentalmente el programa decorativo de estas tumbas privadas y el de los complejos piramidales de los reyes.

Sofía Cavero

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2A. Pirámides

PIRÁMIDES ......................................................................................................................................... 1 COSMOGONÍA SOLAR ..................................................................................................................... 2 NUN ................................................................................................................................................... 2 COLINA PRIMORDIAL........................................................................................................................... 2 PÁJARO PRIMORDIAL Y GRITO .............................................................................................................. 2 DEMIURGO SOLAR, ATUM .................................................................................................................... 3 Aspectos del demiurgo solar............................................................................................................ 3 Primera pareja divina ..................................................................................................................... 4 Segunda pareja divina..................................................................................................................... 5 Cuarta generación de dioses primordiales....................................................................................... 5 E NÉADA DE HELIÓPOLIS ...................................................................................................................... 5 ¿QUÉ ES UNA PIRÁMIDE? ............................................................................................................... 6 CULTO DE LA DIVINIDAD SOLAR EN HELIÓPOLIS .................................................................. 6 BENBEN Y SUS REPRESENTACIONES ...................................................................................................... 6 TEMPLO SOLAR ................................................................................................................................... 7 Templo solar de Niuserre ................................................................................................................ 8 FORMA DE LAS PIRÁMIDES ................................................................................................................... 8 SOLARIZACIÓN DE LA MONARQUÍA ........................................................................................... 9 TITULATURA REAL .............................................................................................................................. 9 EDAD DE LAS PIRÁMIDES ............................................................................................................ 10 TEXTOS DE LAS PIRÁMIDES ........................................................................................................ 10 LOCALIZACIÓN DE LAS PIRÁMIDES CON TEXTOS.................................................................................. 11 SUBESTRUCTURA DE LAS PIRÁMIDES CON TEXTOS .............................................................................. 11 INTERIOR DE LAS PIRÁMIDES .............................................................................................................. 12 CARACTERÍSTICAS ............................................................................................................................ 13 Antigüedad ................................................................................................................................... 13 Función ........................................................................................................................................ 13 Orden de lectura ........................................................................................................................... 13 Disposición y estructura................................................................................................................ 13 Géneros ........................................................................................................................................ 14 Temas ........................................................................................................................................... 14 Transformación en akh ............................................................................................................................. 14 Ascensión del rey difunto al cielo ............................................................................................................. 14 Pasajes que describen el viaje del rey difunto al cielo ............................................................................ 15

ENTERRAMIENTOS DE PARTICULARES ................................................................................... 17

Sofía Cavero

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

Arquitectura funeraria real Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III Necrópolis de Umm el-Qaab Desplacémonos en primer lugar hacia la antigua ciudad de Abydos y en concreto hacia la Necrópolis de Umm el-Qaab, una necrópolis donde no solo encontramos tumbas del predinástico y protodinástico.

Tumbas distribuidas por pares Por un lado tenemos una serie de estructuras subterráneas, veis que están distribuidas por pares, la B18, B17, por un lado, que se cree que es la tumba de Narmer, la B7 y B9, sería la tumba de Ka, y la B2 y B1, que sería la tumba de Iry-Hor, es decir tenemos aquí al primer rey de la I Dinastía y reyes de finales del Protodinástico.

Tumbas principales y subsidiarias Ahora veamos otra serie de estructuras subterráneas, B19, B15, B10 y las escritas como B13, B14. Hasta este punto son todas estructuras vinculadas a la tumba de Aha, el segundo rey de la Dinastía I, pero más allá de B13, B14, aún encontramos unos 34 pozos, que se ha podido verificar, son tumbas subsidiarias. La mayoría de estas tumbas contienen hombres sacrificados, de edades inferiores a los 25 años y justo la última tumba, la que no forma una hilera de tres, en ella se encontraron restos de leones jóvenes. Por encima de este complejo del rey Aha encontramos la estructura O, que corresponde al faraón Djer. Este faraón Djer, que sería el tercero de la I Dinastía tiene un altísimo número de tumbas subsidiarias, unas 338 tumbas subsidiarias. Aquí se han encontrado restos humanos que evidencian esos sacrificios a los que hacíamos referencia anteriormente. El resto de tumbas de esta Necrópolis corresponden todas a la I Dinastía, excepto la señalada aquí como V, que es la de Khasekhemuy, último faraón de la II Dinastía, y la señalada como P, que corresponde al faraón Peribsen también de finales de la II Dinastía.

Tumba de Djer Aquí podemos ver la tumba de Djer, a la que hacíamos referencia anteriormente, una tumba que en época antigua se pensó podría ser la tumba de Osiris y por este motivo se realizaron multitud de deposiciones de objetos cerámicos como ofrenda al rey de los muertos, al dios de los muertos, Osiris, de modo que

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

la acumulación de cerámicas fue tan grande a lo largo de los siglos que por eso en tiempos actuales a esta necrópolis se la llama Umm el-Qaab, “la madre de las cerámicas”. Bien, la estructura central, la que vemos en la imagen, es la que sirvió como auténtica tumba del faraón, y alrededor esas pequeñas cámaras que vemos son las que en el plano anterior os comentaba, corresponden a tumbas subsidiarias. No se tiene constancia de qué tipo de superestructura podría haber tenido estas tumbas de la I Dinastía. Se barajan: 1.

Dos túmulos, uno sobre otro, según opinión del Instituto Arqueológico Alemán tras las excavaciones en 1968. Por encima de esos dos túmulos habría quizás una estela con el nombre del faraón o quizás una estructura de carácter efímero, como la T1, tumba 1 de Hieracómpolis.

2.

Mastabas como la que veis reconstruida aquí y que correspondería a la tumba de Merit-Neith (Merit-Neith estaría entre el faraón Djer y el faraón Djet, habría servido como regente de país durante la niñez de Djet), con estelas en las que aparecería el nombre de la reina, alguna de las cuales se han conservado. Alrededor de toda esta superestructura tendríamos una serie de tumbas subsidiarias, que en este caso, corresponderían en su mayor parte a mujeres. De hecho un gran número de estas tumbas tenían estelas y gracias al nombre que aparece en las estelas se podían identificar si la tumba era para un individuo femenino o masculino. Entonces, de las 97 estelas que se han hallado aquí, 76 pertenecen a mujeres y 11 a hombres, y dos parece ser que pertenecen a enanos. Esto nos da un poco la idea de cuál es el tipo de individuo, al menos por sexo, que fue sacrificado para acompañar a esta reina que fue regente de Egipto.

Necrópolis Saqqara Vayámonos ahora a otro emplazamiento importante, la necrópolis menfita por excelencia es la Necrópolis de Saqqara, y en Saqqara hallamos una mastaba muy curiosa.

Mastaba 3038 La mastaba 3038 que corresponde a la época del rey Anedjib, el antepenúltimo rey de la I Dinastía.

Esta mastaba, nada tiene que ver con la idea que podríamos tener preconcebida: una estructura rectangular de lados inclinados hacia el interior, formando una especie de banco, que es lo que le da el nombre árabe de mastaba. En este caso tres de los lados corresponden a una estructura escalonada, pero hay que tener en cuenta que esta estructura estuvo dentro de un túmulo de tierra que se apoyaba en un muro circundante con decoración de fachada palacio.

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

Hay quien habla, de que aquí podría estar, en concepción, el origen de la primera pirámide escalonada. El grupo de mastabas de la I y II Dinastía se halla al Norte de recinto del faraón Netjerkhet.

Tumba de Netjerkhet Uno de los grandes recintos que hallamos en Saqqara es el recinto del faraón Netjerkhet, primero de la III Dinastía. El recinto de este faraón, tal cual lo vemos actualmente, no corresponde en realidad a lo que fue la concepción original del mismo pues ha habido muchos cambios. Originalmente no había una pirámide escalonada, originariamente había una mastaba de poco más de 8 metros de altura, 63 metros de lado mayor y el recinto sagrado quedaba demarcado por toda una serie de estelas de demarcación.

En un estadio final se realizó un foso de 40 metros de ancho que definía un espacio de 750x600 metros, restos de ese foso lo podemos ver, por ejemplo, en el lado Sur del muro perimetral de la pirámide escalonada, justo aquí, en esta imagen, una parte como más rehundida, obviamente ese foso pues se ha ido rellenando de arena de manera natural y también otras estructuras. Tras ese foso obviamente encontraríamos ya el muro que vemos ahora que delimita todo el espacio, es un muro de 544x277 metros, es decir, 1600 metros de perímetro con unas paredes que alcanzan los 10 metros de altura. El muro no es completamente liso, sino que ofrece una serie de salientes a modo de bastiones separados entre sí por unos 4 metros de longitud. En total, 211 bastiones en todo el perímetro, y encima de ellos hay un pasillo de rondas, casi una pequeña fortaleza este recinto. Incluso aparecen 14 entradas, aunque todas ellas son falsas, excepto una, que es la que vemos en la imagen, situada en el lado Sureste de este recinto. En los subterráneos de la pirámide y de la tumba Sur, que tiene el complejo de Netjerkhet encontramos algunos relieves y también el uso de plaquetas de fayenza. Esta imagen que vemos ahora es de la Tumba Sur y vemos al faraón Netjerkhet corriendo. Esto forma parte de la simbología, de la iconografía asociada al ritual del Heb Sed (Festival de Sed), al fin y al cabo todo el complejo de Netjerkhet es una transposición en piedra imperecedero del auténtico teatro efímero que se utilizaba para realizar la festividad del Heb Sed.

Evolución de su estructura funeraria Aquí vemos ahora un esquema de cómo evolucionó durante el reinado de Netjerkhet, que pudo durar 19 años, su estructura funeraria. 1.

M1, la estructura original del complejo fue una mastaba, que medía 63 metros de longitud y 8 metros de altura.

2.

M2 nos indica una ampliación de esa primera mastaba, ya llegaría a los 71 metros de longitud.

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

3.

M3, una segunda ampliación de esa mastaba que llegaría a tener unos 79x70 metros pero que no sobrepasaría los 8 metros de altura. Esta fase M3, tapó los 11 pozos que en el lado Este tenía la mastaba. Los primeros de estos pozos eran enterramiento de familiares y aquí se han hallado las improntas del sello cilíndrico de Imhotep, el famoso constructor de la pirámide escalonada de Netjerkhet que en época tardía incluso fue vinculado al dios Asclepios, dios que en Memphis incluso se considero como un hijo de Ptah y Nut (Sejmet).

4.

Pero posteriormente a estas tres mastabas o a esta mastaba con tres fases constructivas, mejor dicho, hallaremos una primera fase de pirámide escalonada P1. Una pirámide que alcanzo los cuatro escalones, 42 metros de altura y 85 metros de lado.

5.

La última fase constructiva, P2 es la que veríamos actualmente: una pirámide escalonada que alcanza o supera los 60 metros de altura y que en su base tiene unas dimensiones de 109x121 metros.

Vinculación del faraón difunto a “las que no conocen el ocaso” Ahora me gustaría haceros referencia a un hecho y es la vinculación del faraón difunto con las estrellas circumpolares, aquellas a las que los egipcios reconocen como “las que no conocen el ocaso” o dicho en egipcio las jhmw-skjw. Varios pasajes de los textos de las pirámides nos hablan ya de cual es el carácter de este tipo de estrellas: PT 878 Oh tú que estás muy elevado entre las jxmw-skjw , tú nunca perecerás PT 1079-1080 Éste que está delante de mí me habla cuando yo asciendo al cielo; yo estoy ungido con ungüento y vestido con fino lino. Me siento sobre (el trono) “la que preserva la justicia”. Estoy espalda con espalda con aquellos dioses del cielo septentrional, los jxmw-skjw , (por tanto) yo no pereceré; que no conocen el cansancio, (por tanto) yo no me cansaré. PT 1000 Que puedas ir hacia aquellos dioses septentrionales, los jxmw-skjw. Si uno está entre las jhmw-skjw nunca perecerá. Los dioses septentrionales y el cielo septentrional se vinculan a las jhmw-skjw. PT 724-725 Tú te cogerás de la mano de las jxmw-skjw. (Entonces) tus huesos no perecerán, tu carne no enfermará. ¡Oh rey! Tus miembros no estarán lejos de ti, pues tú eres uno de los dioses. PT 1220

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

Tú debes colocarme como magistrado (sr) entre los akhu, los jxmw-skjw en el cielo septentrional PT 758-759 El hijo ha protegido a su padre, Horus a protegido a Osiris, Horus ha protegido a este rey de sus enemigos. Puedas surgir, oh rey, protegido y provisto como un dios, equipado con la forma de Osiris sobre el trono del Primero de los Occidentales; puedas tú hacer lo que él debía hacer entre los akhu, los jxmw-skjw. Los akhu se asocian a los jhmw-skjw. Los akhu recordemos que son esos entes espirituales, luminosos que forman parte del ser. Un ser esta compuesto por varias partes y desde el punto de vista de lo espiritual, tendríamos el ba, el ka, pero finalmente el akh de modo que los akhu son esos entes espirituales luminosos eficaces que trascienden del cuerpo del difunto y se dirigen a este mundo circumpolar que es objetivo del faraón difunto.

Entrada de las pirámides en el lado norte

Por esa razón, todas las pirámides en Egipto tienen su entrada en el lado Norte fijémonos bien, que las únicas excepciones se van a producir en la dinastía XII por razones de seguridad no por otra razón. Claro ya era evidente para los ladrones que la entrada siempre estaba en el lado norte. La imagen a la izquierda corresponde a la pirámide escalonada de Netjerkhet, la entrada en el norte; la foto de en medio de arriba corresponde a la pirámide roja del faraón Snefru de la IV dinastía; la de abajo corresponde al faraón Teti, de la dinastía VI; la de arriba a la derecha corresponde al faraón Userkaf de la V dinastía, todas con su entrada al Norte. Conociendo este hecho simbólico, en realidad establecemos una incorrección cuando hablamos de este pasillo como la entrada de la pirámide, porque en realidad, desde el punto de vista de la psicología egipcia, es una salida del que esta adentro el que sale a través de este pasillo hacia el Norte, por lo tanto, lo que llamamos nosotros corredor de entrada a la pirámide, a ojo de los egipcios es más bien un corredor de salida que apunta hacia el mundo de las jhmw-skjw, el mundo de las estrellas circumpolares.

Serdab Y dentro de este contexto simbólico, evidentemente no quisiera dejar de lado mencionar el Serdab del rey Netjerkhet situado al norte de su pirámide, muy cerquita de donde esta la entrada. Este Serdab presenta dos orificios que son los que podemos ver en esta imagen y si nos asomamos por esos orificios podemos ver en el interior una estatua del faraón, una estatua con la vestimenta del Heb

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

Sed. La estatua original se halla actualmente en el Museo del Cairo, la que veríamos ahora en el interior es una copia.

Gracias a un estudio arqueo-astronómico realizado por el astrofísico Juan Antonio Belmonte sabemos, ya sin ningún género de dudas, que en época de Netjerkhet estos orificios apuntaban a dos estrellas bastante importantes, por un lado Dubhe y por otro lado Kochab. Dubhe es la estrella alfa de la Osa Mayor que veríamos en el círculo de abajo a la izquierda y Kochab es la estrella beta de la Osa Menor que es la que veríamos en el círculo de arriba a la derecha. Como vemos reproducido en este dibujo, estas dos estrellas se situarían justo en la punta de una constelación que a ojos de los egipcios sería vista como una transposición en el cielo del netjerti, ese instrumento utilizado durante el ritual de la “Apertura de la boca”. Por los Textos de las pirámides sabemos que la constelación de la Osa Mayor, la Mesjetiu que conocemos por techos astronómicos de otras épocas, podría verse a modo de azuela. Por eso uno de los Textos de las pirámides nos habla de la “Azuela de Upuaut” y nos dice que es la azuela de hierro (aunque no estamos en la Edad del Hierro todavía): PT 13 Oh rey, yo abro tu boca para ti con la azuela de Upuaut, yo te abro la boca con la azuela de hierro que abre la boca de los dioses Fijémonos ahora en esta imagen pertenece a la tumba de Tutankhamon y en ella vemos al faraón Ay realizando con ese instrumento uno de los episodios del ritual de la “Apertura de la boca” a Tutankhamon en forma de Osiris ya difunto. En el extremo de ese instrumento vemos como una pieza que ha sido atada al mango con forma de azuela de color negro probablemente de madera de ébano quizás. En todo caso esa punta es una punta meteórica. Los egipcios ya usaban hierro meteórico. Lo conocían como Bia-em-pet, el “hierro del cielo” y este hierro meteórico es probable que fuera empleado para hacer estas puntas de los instrumentos utilizados para el ritual de la “Apertura de la boca”.

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2B.1. Evolución de la arquitectura funeraria real entre las dinastías I-III

Sekhemkhet La pirámide escalonada de Sekhemkhet, segundo rey de la III Dinastía, es una pirámide que quedo inacabada. Tiene un recinto similar al de Netjerkhet de 545x190 metros y las dimensiones de la propia pirámide son de 120 metros de lado y, aunque esta inacabada, teóricamente podría haber alcanzado los 70 metros de altura. Como vemos en este caso todo el sistema de almacenaje subterráneo rodea tres lados de la pirámide, formando una especie de U. Aquí la curiosidad es que el sarcófago cerrado y sellado se halló en la cámara sepulcral inacabada; lo encontró Zakaria Goneim en 1951. Si bien la apertura provocó cierta desolación al ver que en el interior del sarcófago no había absolutamente nada.

Necrópolis Zawyet el-Arian Khaba Khaba pertenece a la III dinastía y su pirámide escalonada también quedó inacabada. El sistema de almacenes subterráneos sigue teniendo esta forma de U y en este caso hablaríamos de una pirámide que de haberse acabado, hubiera tenido cinco o seis escalones y hubiera alcanzado los 42 m de altura.

Estructura interna Pero vale la pena observar ahora un detalle de la estructura interna de esta pirámide puesto que cuando llegamos a la IV dinastía veremos como el modo de construcción va a evolucionar a las hiladas horizontales y aquí no es eso justo lo que estamos viendo. Tendríamos en esta pirámide del rey Khaba en Zawyet elArian (entre Guiza y Abusir) un núcleo de 11 metros de lado al que se adosarían una serie de 14 capas, que se aprecian perfectamente en la imagen, de 2,6 metros de ancho con una inclinación hacia el interior. Entre las catorce capas que menciono y el núcleo de once metros de lado nos encontraríamos con una estructura piramidal de 84 metros de lado y unos 68º grados de inclinación alcanzando esos hipotéticos 42 metros de altura a los que hacia referencia anteriormente. Se ha utilizado tipo de bloque de mampostería irregular y poco tiene que ver con los bloques perfectamente tallados de piedra de buena calidad que observaremos ya en la IV dinastía.

La IV dinastía con Snefru - Meidum y Dashur Nos vamos a centrar en la época de Snefru, primero de la IV dinastía, dado que Snefru levantó tres pirámides, una en Meidum y dos en Dahshur, vamos a observar la evolución que se detecta en ellas, desde la forma que aún se utilizaba en la tercera dinastía hasta el nuevo modo constructivo que llegará a su clímax en las pirámides de Khufu y Khafra en la llanura de Guiza.

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2B.2. La IV dinastía con Snefru - Meidum y Dashur

Necrópolis de Meidum Pirámide de Snefru: Fase I y II Sabemos que la pirámide de Snefru en Meidum es la que empieza a construir durante sus primeros quince años de reinado pero también es la que rematará al final de su reinado de unos 44 años de duración. En la primera fase, esquema de arriba a la izquierda, va a ser una pirámide escalonada de siete pisos o escalones de altura, con un núcleo de mampostería de aproximadamente unos 30 metros de lado, si hacemos caso de las mediciones tomadas por Wainwright cuando realizó un túnel a través de toda la pirámide para averiguar cómo era su estructura interna. A este núcleo se adosan en la fase inicial hasta seis capas en talud hacia adentro con 75 grados de inclinación, lo cual nos recuerda aquella estructura que vimos en la pirámide de Khaba, en Zawyet el-Aryan, y la parte externa de estos escalones tenía revestimiento era de caliza, exactamente igual que se hará posteriormente en las pirámides cuando estas tengan caras lisas. En una segunda fase constructiva, ahora fijémonos en el esquema de abajo a la derecha, se añadirá una nueva capa, alcanzando la pirámide ya unos ocho escalones de altura.

Fase final Ahora tendríamos que ir a Dahshur para continuar con la evolución constructiva de Snefru cronológicamente, pero seguiremos en Meidum para ver la fase constructiva final, la que observaríamos actualmente, que transformó la pirámide escalonada en una auténtica pirámide de caras lisas. Para esto se rellenaron todos los escalones y además se construyó una serie de hiladas de piedra caliza, en el exterior de caliza de Tura, conformando una pirámide de 92 metros de altura, 144 metros de lado y 51 grados 50 minutos de inclinación. La entrada a esta pirámide como siempre en el lado norte, a 18 metros de altura y a partir de este punto se inicia un corredor de 1,55 m de altura, apenas un metro de anchura, y unos 60 metros de longitud hasta una serie de pequeñas cámaras que nos van a llevar hasta un pozo ascendente que es el que nos conducirá ya a la cámara sepulcral, cuyo suelo está curiosamente al nivel del suelo donde apoya la pirámide.

La cámara funeraria tiene un techo abovedado por aproximación de hiladas, es la primera vez que se realiza esto en una cámara funeraria, después veremos que es una construcción corriente de esta época. Si nos fijamos ahora en la imagen de la derecha, la entrada está en el Norte (que es el lado en sombra), para preservar esa simbología estelar y a la izquierda, en el lado Este, se añade una pequeña estructura,

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2B.2. La IV dinastía con Snefru - Meidum y Dashur

que es el prototipo del templo funerario, enlazando con la simbología solar (eje asociado al curso del sol); en las siguientes generaciones este templo irá creciendo en tamaño e importancia. Hay que señalar la existencia de un recinto de 236x218 metros de lado en cuyo lado Sur situaríamos una pequeña pirámide de unos 26 metros de lado. Esta pirámide satélite es la tumba para el Ka del faraón, por lo tanto nunca se enterró nadie. El simbolismo es exactamente el mismo que el de la Tumba sur en el caso del complejo funerario del faraón Netjerkhet de la III dinastía. Desde el templo funerario del Este, que posee dos estelas enormes pero anepígrafas, aparece otro aspecto importante en la evolución de los complejos funerarios: una rampa que va a conducir al Templo del Valle. Esta rampa tiene 215 metros de longitud, 3 metros de anchura y originalmente tenía a ambos lados, muros de unos 2 metros de altura acabados de manera redondeada y aparentemente no había techumbre, al contrario de calzadas posteriores.

Estamos viendo la estructura básica del complejo funerario de la época de las pirámides: a.

La pirámide con su entrada al Norte

b.

El templo funerario en el Este

c.

El recinto que rodea el espacio sagrado de la pirámide

d.

La pirámide satélite del Ka

e.

La rampa que conduce al Templo del Valle

Necrópolis de Dahshur Pirámide romboidal de Snefru Vayamos ahora a la necrópolis de Dahshur a la llamada pirámide romboidal de Snefru. Desde Menfis, Meidum está de camino a la región de El Fayum y Dahshur queda al sur de Saqqara. La pirámide romboidal recibe este nombre por el aspecto que ofrece vemos que tiene dos inclinaciones distintas, la pirámide tiene una base de 188 metros de lado, alcanza los 105 metros de altura pero hasta los 49 metros de altura, la inclinación de la pirámide es de 54 grados 27 minutos, mientras que a partir de los 49 metros la inclinación de la pirámide se rebaja a los 43 grados 22 minutos.

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2B.2. La IV dinastía con Snefru - Meidum y Dashur

Evidentemente, cambiaron la inclinación porque notaron como en el interior la estructura presentaba fisuras y por miedo a que todo el edificio se viniese abajo probablemente intentaron restarle masa a la parte superior de la pirámide, realizando esa inclinación más baja. Volvemos a ver los elementos que hemos descrito antes pero aquí hay que hacer referencia a dos entradas, no solo la norte que la tiene, sino también otra entrada que de manera absolutamente inusual posee esta pirámide, una entrada en el lado oeste, de hecho en esta fotografía se puede ver, por debajo de los 49 metros de altura veréis un puntito negro, bueno eso es la entrada oeste de esta pirámide. La pirámide romboidal de Snefru también presenta una característica constructiva especial: 1.

En la primera mitad vemos como hay bloques de hasta un 1,85 metros de longitud pero que están inclinados hacia adentro, unas inclinaciones de 6 grados, que hacen difícil la extracción, gracias a esto se puede haber conservado mejor que otras en su revestimiento.

2.

La parte superior del revestimiento es de hiladas horizontales.

El recinto que se aprecia perfectamente en esta imagen aunque el muro haya desaparecido casi en su totalidad es de 300 metros de lado, y vemos como hay una pirámide a la derecha, esa pirámide está en el lado sur, evidentemente es la pirámide satélite, la pirámide para el Ka. Y en el lado este de la Pirámide Romboidal encontramos una pequeña estructura, un prototipo de los futuros templos funerarios, aquí está estructura es de modestas dimensiones, si bien posee dos altas estelas que alcanzaban originalmente unos 9 metros de altura, éstas sí que presentan inscripción e iconografía, no como las de Meidum, presentan el nombre del faraón pero también al faraón sentado en su trono con la vestimenta del Heb Sed. Fijémonos en la necrópolis de Dahshur, la Pirámide Romboidal es la que vemos en la parte superior a la derecha, desde el recinto de 300 metros que hemos descrito, parte una rampa que nos conduce al llamado Templo Bajo aunque en realidad posiblemente es un templo intermedio. Esa rampa alcanza hasta ese punto unos 700 metros de longitud y tiene tres metros de anchura, y unos muros que casi alcanzan los dos metros de altura, similar por tanto al caso de Meidum. Desde este templo intermedio probablemente aún tendríamos que continuar la rampa hasta una posición más baja que correspondería con el auténtico Templo del Valle de esta tumba, un templo que aún no ha sido estudiado por la zona en la que se encuentra.

Pirámide roja de Snefru Vayamos ahora más al sur, vamos a ir a la llamada Pirámide Roja de Snefru, la tercera de las que estamos mencionando. La Pirámide Roja de Snefru, está a dos kilómetros al norte de la Pirámide Romboidal tiene 220 metros de lado, por lo tanto en cuanto a anchura es la segunda pirámide más grande después de la Gran Pirámide, la pirámide de Khufu, pero dado que la inclinación de sus lados es de 43 grados, 22 minutos, exactamente la misma que la parte superior de la Pirámide Romboidal, nos encontramos con que su altura aproximadamente es de 104-105 metros, es decir, lejos de la segunda posición que por su base le correspondería. La Pirámide Roja tiene la entrada a 28 metros de altura, es un pasillo de 1,2 metros de alto, unos 27 grados de inclinación que nos lleva a dos antecámaras con bóveda por aproximación de hiladas, las dos antecámaras superan los 12 metros de altura, pero la cámara sepulcral que también utiliza una bóveda por aproximación de hiladas, ya casi llega a los 15 metros de altura, como curiosidad hay que mencionar que aquí se hallaron los restos de un hombre momificado que tal vez pudieran ser los del propio Snefru.

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2B.2. La IV dinastía con Snefru - Meidum y Dashur

Después otra cuestión, es que el Instituto Arqueológico Alemán por parte del excavador Rainer Stadelmann aquí encontró el piramidión original de 1,57 metros de base. El recinto de la pirámide es de 263x249 metros, pero lo importante en esta estructura quizás es lo que halló Stadelmann en sus excavaciones. Él estuvo excavando, limpiando los restos acumulados del lado este de la pirámide y aquí halló datos de interés, por una parte en la primera hilada, en la base de la pirámide halló un grafito del año 30 de Snefru, en realidad el año 15 contando los milenios correspondería al año 30 de Snefru, pero en otro bloque situado 30 hiladas por encima del anterior, encontró un grafito que hablaba de una fecha cuatro años posterior. Claro esto es magnífico por que vemos como sólo cuatro años fueron necesarios para pasar de una primera hilada a una hilada número 30 y teniendo en cuenta que el porcentaje mayor de masa, de volumen, de una pirámide se halla precisamente cuanto más cerca de la base estemos quiere decir que estos datos nos sirven para calcular bastante bien cual era la velocidad de construcción de un edificio de estas dimensiones.

Evolución de las pirámides: III D. al Imperio Medio Con esta última imagen ya os quiero mostrar un esquema del perfil de las pirámides desde la época arcaica hasta el Imperio Medio para ver a grandes rasgos como evolucionaron.

Perfil constructivo 1.

Primeras pirámides, III dinastía. Por ejemplo, pirámide de Khaba en Zawyet el-Aryan presentan un núcleo, un núcleo al que se adosan toda una serie de capas de anchura variable, unos dos metros de ancho o más, en talud.

2.

IV dinastía, época de Khufu, nos encontramos con una pirámide construida a base de bloques en hiladas horizontales con un revestimiento exterior con piedra de mayor calidad; caliza de la cantera local en el interior y caliza de Tura, más densa por el exterior.

3.

V, VI dinastías, un núcleo escalonado irregular construido con piedras mal trabajadas chapando este núcleo con hiladas horizontales que una vez más vuelven a acabar con un revestimiento exterior de mejor calidad.

4.

Imperio Medio, el núcleo, el mayor volumen de la pirámide lo ocupa millones de ladrillos de adobe, y su revestimiento exterior, apoyado en una piedra, caliza de buena calidad.

Por lo tanto aparentemente una pirámide de la IV dinastía podía ser muy similar a una de la dinastía XII pero una vez quitamos esa revestimiento o hacemos un perfil del interior de la misma es cuando vemos que las diferencias son notables, de hecho las que mejor se conservan son precisamente las de la IV dinastía por que su construcción tiene mejor calidad al contrario de estas de la V, VI o del Imperio Medio.

Volumen de m3 de piedra Y un último detalle, generalmente se habla de Khufu (Keops) como el gran constructor pero si vemos los millones de metros cúbicos de piedra empleados por Khufu comparados con los de su padre Snefru en sus tres recintos funerarios de Meidum y Dahshur comprobamos como en realidad, es Snefru el que debería de llevar el título de gran constructor puesto que él suma cerca de tres millones y medio de metros cúbicos de piedra mientras que Khufu, su hijo, apenas supera los dos millones y medio de metros cúbicos en todo caso.

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2B.2. La IV dinastía con Snefru - Meidum y Dashur

Exceptuando Snefru, Khufu y Khafra, vemos como el resto de faraones están muy lejos de esas cifras astronómicas, exorbitadas de volumen de metros cúbicos de piedra empleados por estos tres faraones.

La IV dinastía con Khufu

Organización y construcción del complejo funerario Duración del reinado de Khufu Una anécdota que supongo que todos conocéis y es que del faraón Khufu, Cheops o Cheope de los griegos sólo nos queda una estatua de bulto redondo de apenas siete 7,5 cm de altura. Es una estatua que fue hallada en el año 1903 en Abidos. Una cuestión que debemos plantearnos es cuánto tiempo reino Khufu si fue capaz de alzar un edificio tan descomunal como la Gran pirámide. Si intentamos calcular cuál fue la velocidad con la que se realizó este edificio evidentemente nos es necesario saber cuántos años reinó el faraón.

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2B.3. La IV dinastía con Khufu: organización y construcción del complejo funerario

Para esto tenemos varias fuentes como el Papiro Real de Turín, que nos habla de 23 años de reinado, y otras fuentes que son contemporáneas, por lo tanto más exactas, que nos van a servir para determinar al menos un reinado de 27 años.

Por eso quiero conduciros a dos lugares: La "Montaña de agua" de Djedefra (hijo de Khufu) situada al oeste del oasis de Dakhla. Aquí, en el año 2000, el explorador alemán Carlo Bergman encontró una serie de inscripciones que evidencian operaciones por parte de una expedición egipcia en el lugar. Aquí se habla de una expedición dirigida por Imeri y Bebi en el año posterior a la “decimotercera vez del censo del ganado”, que correspondería al año 26 pero como se habla del año posterior quiere decir esto que esa expedición de Imeri y Bebi se realizó en el año 27 del reinado de Khufu, dado que esta inscripción con claridad nos muestra el nombre del faraón. Así que tenemos ya claro un año 27 de Khufu. La expedición se hizo para buscar mefat que parece ser, se utilizaba probablemente para pintar (de rojo) y en esta expedición a pesar de ser un lugar tan lejano y en una zona desértica se utilizaron al menos dos regimientos lo que suma más de 400 hombres. En el Mar Rojo conocemos ya dos puertos artificiales, Ayn Sukhna al norte y Wadi-Gasu más al sur. El puerto artificial más antiguo conocido, Wadi el-Jarf ha sido identificado como de la época de Khufu por parte de Pierre Tallet que estaba excavando en el lugar en campañas sucesivas desde el año 2011 nos aporta una información muy valiosa. Tener en cuenta que en este puerto se han hallado al rededor de 30 galerías donde se guardaban tablones de madera y enseres que debían ser utilizados para aquellas gentes que desde este puerto situado en el Wadi el-Jarf partían para ir hacia la costa de enfrente de la península del Sinaí desde la cual ya evidentemente irían hacia la minas de cobre y turquesa, pero bien lo importante de este puerto no es solo que nos ofrece una estructura naval antiquísima de la IV dinastía que no es poco, lo importante como decía es que además en el se han hallado decenas y decenas de trocitos de papiros, algunos de ellos, algunas de esas piezas bien conservadas que nos indican el año 27 de Khufu, es decir, exactamente del mismo año de reinado del que se hablaba en aquella Montaña de agua de Djedefra. Además en estos papiros, como podéis ver en la parte inferior izquierda se nos ofrecen unos listados a modo de plantilla de Excel, donde se da información sobre el material que llega, etcétera y esto evidentemente es algo muy importante para entender la organización de ese puerto en ese momento.

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2B.3. La IV dinastía con Khufu: organización y construcción del complejo funerario

Hemiunu Volvamos a Guiza. Ya hemos aclarado que la longitud del reinado de Khufu es de al menos 27 años y volvemos a Guiza para encontrarnos con Hemiunu.

Hemiunu era hijo de Nefermaat, un alto funcionario enterrado en la mastaba 16 de la Necrópolis Meidum en época de Snefru, probablemente es sobrino de Khufu. En todo caso este Hemiunu está enterrado en la mastaba G 4000 de Guiza (señalada en rojo en esta imagen) y por los títulos de Hemiunu podríamos decir que probablemente es el arquitecto de la Gran pirámide. La estatua que vemos a la izquierda se conserva actualmente en el Museo de Hildesheim y fue hallada precisamente en el serdab de esta mastaba. La planta de la mastaba de Hemiunu nos muestra una estructura de 53x26 metros, alcanza los 6 metros de altura y fue excavada en el año 1912 que es cuando se recuperó esta estatua. Como vemos en la planta de la mastaba en su superestructura tiene una larguísima habitación de unos 37 metros de longitud y apenas un 1,5 m de ancho que es la que aparece en el plano como totenopferraum, es decir, habitación para ofrendas funerarias y de esta habitación se accede al serdab que es donde se halló la famosa estatua de Hemiunu. Recordamos que el serdab es una habitación cerrada con una única entrada que generalmente pueden ser orificios o pequeñas ranuras que permitan la vista del interior pero también, sobre todo, la vista de esa estatua del difunto hacia el exterior (recordemos el serdab del faraón Netjerkhet en Saqqara). En el perfil de la mastaba fijémonos en el pozo de 20 metros de altura que desde la parte superior de la mastaba atraviesa la superestructura pero también después se excava en el suelo de modo que finalmente llega a una cámara lateral donde se depositó originalmente la momia de Hemiunu y en un nicho practicado en el suelo se depositaron también los vasos canopos de dicho difunto. Como es que ya hemos presentado al posible arquitecto de la Gran pirámide que hace las veces del Imhotep de la pirámide escalonada de Netjerkhet.

Instrumentos de construcción Ahora veamos un poco por encima que tipo de instrumentos podían utilizar para tan magna construcción. Tenían niveles, niveles verticales y niveles horizontales, martillos, escoplos… En esta época para el instrumental, aparte de esos martillos con piedra dolerita que podían pesar varios kilos, ellos utilizan el cobre de modo que cada cien golpes se calcula aproximadamente esos instrumentos de cobre quedaban inutilizados y constantemente tenían que renovarse.

Codo real, meh nesu Después también hay que indicar que ellos tienen un sistema de medición que consiste en el meh nesu, es decir, el codo real egipcio que mide aproximadamente 52,35 cm y esta dividido en siete palmos, cada

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2B.3. La IV dinastía con Khufu: organización y construcción del complejo funerario

palmo es un shesep dedos. El dedo se cuando observamos como efectivamente por ejemplo la base codos.

y cada palmo tiene a su vez cuatro llama dyeba en egipcio. De hecho las estructuras de la época vemos toman el codo como referencia. Así de la pirámide de Khufu mide 440

1 meh nesu (codo real egipcio) = 52,35cm 1 meh nesu = 7 shesep (palmos) = 28 dyeba 1 shesep = 4 dyeba (dedos)

Conocimientos matemáticos El papiro que os pongo ahora en la imagen es el famoso Papiro matemático Rhind. Es un papiro que nos ofrece decenas de problemas pero lo importante es que aunque es de época hyksa y aunque se dice que es copia de otro papiro de la dinastía XII, posiblemente estos conocimientos ya se tenían en la época de la IV dinastía y en este papiro hay problemas matemáticos de toda índole: cálculo de superficies, cálculo de volúmenes, cálculo de pendientes… o sea, todo lo necesario para calcular, por ejemplo, cuanto material podría necesitarse para construir una rampa o calcular el volumen de material contenido en la pirámide, pendientes, etcétera.

Canteras En cuanto a las canteras debemos hablar de dos tipos de canteras: 1.

Las canteras locales que son las que proporcionan la mayor parte de material para la pirámide y su complejo.

Aquí vemos la cantera que se sitúa en el lado norte de la pirámide de Khafra donde todos los bloques están perfectamente ya cuadriculados y casi listos para ser extraídos; y después en la parte inferior izquierda os pongo una imagen que es interesante, un plano de la pirámide de ¿Sendji? que se halla cerca de Abidos y vemos como en ese plano aparecen marcadas cuatro rampas y es que la pirámide quedo inacabada y gracias a esto podemos comprobar como efectivamente los egipcios utilizaban rampas para subir los bloques o construir el edificio.

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2B.3. La IV dinastía con Khufu: organización y construcción del complejo funerario

2.

La pirámide de Khufu se asienta sobre una plataforma de piedra caliza es uno de los puntos más importantes de la construcción de la pirámide dado que dicha plataforma es la que da estabilidad, horizontalidad a la construcción que se va a asentar por encima. Evidentemente lo primero que hacen es recortar la roca de la meseta de Guiza para darle una superficie más o menos horizontal y sobre esta superficie ya se coloca esa plataforma formada con grandes bloques de piedra caliza, pero bloques de piedra procedente de la cantera de Tura, es decir, no es ya de la cantera local que es una caliza nummulítica , muy porosa y de peor calidad, sino de la caliza de Tura, situada a varias decenas de kilómetros de Guiza, que es mucho más densa, de un colorido más blanco y evidentemente de mejor calidad al ser menos porosa.

Precisión Horizontalidad Pues bien, el error de horizontalidad que tiene esta plataforma es de 2,1 cm, lo cual es absolutamente irrisorio. Aquí vemos un detalle de esa plataforma, la unión de dos bloques; vemos que realmente la construcción aquí alcanza una gran precisión.

Orientación Ahora fijémonos en otro detalle, a la izquierda tenemos la pirámide de Khafra y a la derecha tenemos la pirámide de Khufu. En concreto estamos viendo el lado sur de ambas pirámides; salta a la vista que la orientación de estas pirámides sigue los ejes cardinales. Evidentemente los egipcios desarrollaron un método para poder conseguir una orientación realmente muy precisa. Sobre la cuestión de la orientación de la pirámide de Khufu, tened en cuenta que el error medio de orientación es de tres minutos de arco.

Longitudes Tengamos en cuenta que la pirámide de Khufu ocupa 53.000 metros cuadrados de superficie. Si hemos hablado antes de 440 codos (aprox. 230 metros) como la medida que nos da la base de la pirámide, deberíamos señalar también que la altura original de la pirámide era de 280 codos (unos 146,5 metros). En estas condiciones hay que señalar que el error que tenemos por ejemplo en el lado norte de la pirámide, si ellos buscaban lados de 440 codos de longitud, es decir 230 metros, más o menos, un error de 13 centímetros, el error mayor que se produce en los lados de esta pirámide. El error menor es el que tenemos en el lado este donde tan sólo es de 0,8 centímetros, completamente insignificante.

Ritmo de trabajo La gran pirámide tenía originalmente unas 213 hiladas que alcanzaban esa altura de 146 metros, actualmente faltan más de diez hiladas en la parte superior. En total unos 2.300.000 bloques de muy distinto tamaño. Las hiladas están dispuestas en 19 estratos formados por una primera hilada de mayor tamaño seguidas de hiladas en las que el tamaño de los bloques va descendiendo, hasta llegar a un nuevo estrato donde nuevamente tenemos un bloque de tamaño superior.

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2B.3. La IV dinastía con Khufu: organización y construcción del complejo funerario

Para calcular un ritmo de trabajo medio, si la pirámide de Khufu tiene 2.300.000 bloques, trabajando durante un reinado de 27 años 12 horas al día, estaríamos hablando de la colocación de 233 bloques por día o, lo que es lo mismo casi 20 bloques de piedra por hora. Se trata de una aproximación, ya que hay una gran diferencia entre las dimensiones de los bloques según la hilada de la que se trate. En la primera hilada se encuentran los bloques de mayor tamaño, 1,5 m de altura, que evidentemente son los bloques de mayor peso y teóricamente los más difíciles de desplazar, aunque al estar en la parte inferior de la pirámide sólo necesitaban ser movidos en horizontal y no en altura, y de algún modo esto rebajaba el trabajo. El peso medio de los bloques es de 2,5 toneladas.

El núcleo de la pirámide, la mayor parte del volumen de la pirámide, está hecho con bloques de caliza local, esa caliza nummulítica porosa a la que hacía referencia, el revestimiento de caliza de Tura; estas distintas densidades determinan el peso de los bloques y afectan al ritmo de trabajo. Como vemos en la imagen de la derecha, donde se observa la pendiente de la pirámide en esa primera hilada, una pendiente de unos 51º 50’. O como podemos ver también, en la parte superior de la pirámide de Khafra, donde el revestimiento afortunadamente se ha conservado bastante bien. Otro dato a tener en cuenta, y esto nos viene de maravilla para recordar aquel dato que comenté de Rainer Stadelmann, que en su estudio de la pirámide roja de Snefru vio inscripciones separadas por cuatro años; inscripciones que hacían referencia a una primera hilada y a una hilada número treinta. Bueno, pues fijémonos en este perfil de la pirámide de Khufu. Hemos dicho que tiene unos 146 metros de altura pero fijaos como sólo construyendo hasta los primeros 30 metros de altura, sólo hasta los 30 metros de altura de esos 146, ya tendríamos el 52% de volumen de toda la pirámide. Es decir, el mayor esfuerzo por producción en cantera y desplazamiento de bloques es el que se da sólo en esta parte inferior de la pirámide, de hecho con los 50 primeros metros de altura de construcción ya tenemos el 82% del volumen de toda la pirámide. Claro, según vamos ascendiendo, cada vez son menos los bloques que hay que poner, pero también es cierto que al estar más altos en posición esto genera otro tipo de dificultades.

Organización de los trabajadores Según Herodoto, que visita Egipto en el año 440 a.C., Khufu cerró todos los santuarios y ordenó a todos los egipcios que trabajaran para él 100.000 hombres. Herodoto, Historia II, 124 “[Khufu] primeramente cerró todos los santuarios, impidiéndoles ofrecer sacrificios, y, luego, ordenó a todos los egipcios que trabajaran para él. A unos se les encomendó la tarea de arrastrar bloques de piedra desde las canteras existentes en la cordillera arábiga hasta el Nilo, y a otros les

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2B.3. La IV dinastía con Khufu: organización y construcción del complejo funerario

ordenó hacerse cargo de los bloques, una vez transportados en embarcaciones a la otra orilla del río, y arrastrarlos hasta la cordillera llamada líbica. Trabajaban permanentemente en turnos de cien mil hombres, a razón de tres meses cada turno. Asimismo, el pueblo estuvo, por espacio de diez años, penosamente empeñado en la construcción de la calzada por la que arrastraban los bloques de piedra, una obra que, en mi opinión, no es muy inferior a la pirámide” Es cierto que, en esta época, las referencias que se dan de Khufu son del todo horrendas, la visión que se tiene de Khufu nada tiene que ver con la que se indica de su padre Snefru. Se calcula que directamente trabajando en la construcción de la pirámide, en la colocación de bloques y su transporte, podría haber dos equipos de 2.000 hombres. En realidad podríamos estar hablando de 4.000-5.000 hombres aproximadamente trabajando en concreto en la construcción de la gran pirámide. Evidentemente a éstos habría que sumar toda una serie de hombres dedicados por ejemplo a la logística, desde trabajos de cantería, de reparación, de avituallamiento. Es decir, en total se calcula que podríamos hablar de unos 25.000 hombres y el esquema que tenéis ahora en pantalla es el típico para definir cual es el modo de trabajar de un equipo de 2.000 hombres. Poniendo la Pirámide de Menkaura como ejemplo, estos grupos de 2.000 hombres se dividirían en equipos de 1.000, uno se llamaba "Los amigos de Menkaura" y el otro "Los borrachos de Menkaura" (los Tehu de Menkaura); cada uno de estos grupos de 1.000 hombres se divide a su vez en 5 grupos de 200 hombres llamados sab o phyle. Cada phyle tiene un nombre invariable que recuerda términos utilizados del mundo náutico egipcio y a su vez se dividen en 10 pequeños grupos de 20 hombres.

Ciudades, fincas y poblado de trabajadores Evidentemente para construir una pirámide y después para soportar el culto en el complejo funerario fueron creados myut (ciudades), fueron creados hut (fincas de explotación) que servían entre otras cosas, para proveer de bienes y alimentos a las personas que vivían en el poblado de la pirámide. Mientras dura la construcción de la pirámide la residencia del faraón se vincula o está en las cercanías de esta pirámide. El poblado de trabajadores en las cercanías del complejo funerario, es lo que tenemos en la imagen de la derecha. En este poblado se han encontrado tumbas de los trabajadores de la pirámide, se han encontrado también centros de producción y esto ha dado mucha información sobre cuál era el modo de vida de estas personas.

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2B.4. Khufu: estructura interna de la Gran Pirámide

La Gran Pirámide Estructura interna

Corredor descendente El primer elemento de esta estructura interna es a su corredor descendente que parte de la entrada de la pirámide. Recordemos que aunque nosotros utilizamos esa terminología y hablamos de corredor descendente, desde el punto de vista egipcio sería en realidad un corredor ascendente hacia el mundo de las estrellas circumpolares. Este corredor descendente tiene desde la entrada 105 metros de longitud y nos lleva a un pequeño pasillo que da acceso a la llamada cámara subterránea. Las medidas del corredor descendente, me refiero a su ancho y a su alto son prácticamente comunes a otros corredores de la Gran Pirámide. Estaríamos hablando aproximadamente de 1,2 metros de altura y 1,05 metros de anchura.

Cámara subterránea No sabemos cuál es la función de la cámara subterránea. Es una cámara de grandes dimensiones, unos 14x8 metros y cerca de 3 metros de altura, queda unos 30 metros por debajo del nivel del suelo. Y que posiblemente deberíamos vincular al mundo del dios Sokar.

Entrada La entrada de la pirámide según nos dice Estrabón, que visitó Egipto hacia el año más menos 24 a.C., bueno pues la entrada de la pirámide consistía en un bloque que empujado nos daba acceso hacia el interior. Es un bloque que quedaría insertado y completamente camuflado en esa cara norte alisada de la pirámide de Khufu. Quedaría insertado como decía a través de un eje. Algo similar podríamos tener en

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2B.4. Khufu: estructura interna de la Gran Pirámide

la entrada oeste de la pirámide Romboidal del rey Snefru en Dashur donde ahí sí quedan aún esas perforaciones a la derecha e izquierda de la entrada de ese corredor. La entrada original actualmente se sitúa a unos quince metros de altura. Más o menos esto coincide con la hilada dieciséis pero claro aquí falta mucha piedra. Todo el revestimiento de la pirámide ha desaparecido excepto en algunos puntos de la primera hilada. Es cierto que un viajero árabe nos dice que en el siglo XIII el revestimiento aún se conservaba intacto. También es cierto que en 1396 el barón Danlur nos comenta que observaba como los cairotas utilizaban la gran pirámide como auténtica cantera para en ella conseguir bloques con los que construir edificios de esa gran ciudad que era el Cairo. Probablemente la pérdida del revestimiento se habría iniciado siglos antes. En todo caso, si ahora la entrada de la pirámide se halla en esa hilada a esa altura, originalmente se calcula que estaría situada hacia la hilada diecinueve y a unos diecisiete metros de altura. En todo caso a poco más de siete metros de desviación al este de la mitad del lado norte. Una manera de complicar la vida a los posibles ladrones que en un momento dado quisieran buscar la entrada de la pirámide partiendo siempre de la premisa de que la entrada está en el lado norte.

Brecha de Al-Mamun En este dibujo se habla de un túnel de los ladrones cuya entrada se hallaría en la llamada brecha de Al-Mamun, un califa que era hijo de Jarún AlRashid, el famoso protagonista de las "Mil y una noches". Al-Mamun hacia el año 820 se cree (al menos esto dice la tradición) que realizó esta brecha para introducirse en el interior de la pirámide. Lo curioso es que esta brecha, este túnel nos conduce justo después de los tres bloques de seguridad que cierran el corredor ascendente. Parece excesiva casualidad y bueno tampoco tenemos datos que confirmen de que la brecha sea realmente de Al-Mamun. Podría ser muy anterior, incluso de la época del Primer Periodo Intermedio.

Corredor ascendente En todo caso, vamos a explicar ahora como es este corredor ascendente. El corredor ascendente como decía queda protegido por tres bloques de granito. Y estos bloques pesan aproximadamente unas cinco toneladas cada uno. Pero la conexión entre el corredor ascendente y el corredor descendente, una conexión que se produciría a unos 28 metros de la entrada, esa conexión quedaba totalmente camuflada mediante una losa de caliza de modo que mientras uno bajara por ese pasillo no notaba que justo encima de su cabeza se iniciaba un nuevo corredor protegido por bloques de granito. Por eso que esta brecha, de Al-Mamun, este túnel de ladrones lo que hace es justo eso, evitar los bloques de granito e irse directamente al corredor ascendente. Un detalle del corredor ascendente son los llamados bloques cinturón. Son bloques de piedra de grandes dimensiones perforados en su interior de modo que su interior en realidad está formando el propio corredor. Los bloques cinturón no forman todo el corredor ascendente, pero sí parte de él. Estamos hablando de un corredor ascendente de 37 metros de longitud que nos llevaría, que desembocaría en este punto: intersección del pasillo horizontal y la gran galería.

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2B.4. Khufu: estructura interna de la Gran Pirámide

Pasillo horizontal Por una parte vemos un corredor horizontal, que es el que nos lleva a la cámara de la reina, que tiene más de una treintena de metros de longitud, y por encima vemos la gran galería. Agujeros que quedan a derecha e izquierda sirven para deducir que en realidad cuando uno saliese del corredor ascendente se encontraría con un falso suelo que haría continuidad hacia la gran galería ocultando de este modo el acceso hacia la cámara de la reina a través del corredor horizontal que vemos en esta imagen.

Cámara de la reina El corredor horizontal conduce a la llamada cámara de la reina. La funcionalidad de esta cámara también se desconoce, pero es posible que en ella existiese una estatua del ka del faraón. Probablemente una estatua situada en este nicho que vemos ahora en la imagen. Es un nicho que tiene 4,7 metros de altura. En realidad esta cámara es bastante grande, son casi 6 metros de lado y más de 6 metros de altura.

Es una cámara en la que investigaciones desde principio de los noventa y a principio de este siglo se pudo observar como los llamados canales de “aireación” (después hablaremos sobre su posible vinculación astronómica), estos canales que apenas son unos conductos de unos 20 centímetros de lado, llevan hacia el norte y hacia el sur hacia dos losas, que son las que veis ahora en pantalla, con agarraderas de cobre. Esto es realmente interesante puesto que el inicio de estos corredores en la cámara de la reina se descubrió después de que en 1872, W. Dixon consiguiera romper un trozo de pared y acceder de esta manera a esos conductos que de otra manera quedaban completamente ocultos y camuflados por la propia pared.

Gran galería Abandonando la cámara de la reina, nos dirigimos ahora a lo que es la continuidad después de ese pequeño vestíbulo del corredor ascendente, es decir, la Gran Galería. La Gran Galería es una sala apoteósica dentro de la estructura interna de la Gran Pirámide. Tiene casi 47 metros de longitud y unos 8,5 metros de alto. Hasta poco más de 2 metros de altura las paredes son lisas, pero a partir de ese punto vemos como hay una aproximación de hiladas. Estamos hablando de siete hiladas, cada una respecto a la anterior gana ocho centímetros de modo que al final en el techo, en la parte superior fijaros como nos queda como un pasillo. Es un pasillo superior que justo tiene 1,05 metros de anchura. El pasillo que quedaría en el techo corresponde exactamente al paso central de la Gran Galería que también tiene esas dimensiones de 1,05 metros.

Antecámara o sala de los rastrillos Al final de esta Gran Galería encontramos la sala de los rastrillos que es la que nos dará paso a la cámara del rey.

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2B.4. Khufu: estructura interna de la Gran Pirámide

Cámara del rey En la Gran Pirámide no hallamos en su interior ningún tipo de iconografía ni textos jeroglíficos como los Textos de las Pirámides que se encontrarán a finales de la V dinastía y durante la VI dinastía. Por lo tanto todo ese compendio epigráfico, ausente en el interior de la pirámide lo vamos a encontrar en otras estructuras: en el templo funerario, en la rampa, en el templo del valle. Pero en esta época aún no se utilizan este tipo de textos religiosos dentro de la pirámide. Accediendo a la cámara del rey nos encontramos con un espacio bastante grande nuevamente. Un espacio de unos 10 x 5 metros, casi 6 metros de altura. Pero ahora con una novedad, y es que esta cámara esta realizada en granito. De hecho el techo de esta cámara, que es perfectamente rectangular, (un techo como decía de casi seis metros de altura) está compuesto por nueve losas, y cada losa pesa unas 45 toneladas. Son los bloques de mayor peso que encontramos en el interior de la pirámide. Y justo por encima de la pirámide hallaremos cámaras de descarga de las que hablaré posteriormente.

El único objeto de mobiliario funerario hallado en la pirámide es justo la bañera del sarcófago del faraón Khufu hecha en granito de Asuán. Tiene una longitud de 2,28 metros y la altura es de 1,05 (=dos codos egipcios), y en cuanto al ancho del sarcófago casi llega a un metro. Por tanto es de modestas dimensiones si lo comparamos con sarcófagos que veremos posteriormente aún dentro del imperio antiguo. Fijémonos como a la izquierda de la entrada a la cámara del rey vemos un pequeño hueco. Es la entrada a uno de estos canales de aireación.

Canales de aireación Pero como comentaba antes que al hablar de la cámara de la reina que podían tener una vinculación astronómica. De hecho, hay hipótesis que dicen que los canales servirían para apuntar a estrellas de clara simbología funeraria. El canal norte de la cámara del rey apuntaría a Thubán, que en aquella época era la más circumpolar de todas las circumpolares, en cuanto que hacía las veces de estrella polar. El conducto norte de la cámara de la reina apunta a la estrella Kochab, la estrella beta de la Osa Menor (que ya mencionamos al hablar del serdab de Netjerkhet) y por lo tanto tendría ese simbolismo asociado a la punta del instrumento utilizado durante el ritual de la “Apertura de la boca”. El canal sur de la cámara del rey conduciría al Cinturón de Orión, recordemos que Orión en realidad en egipcio es Sakh, es una forma del dios Osiris, el dios de los muertos.

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2B.4. Khufu: estructura interna de la Gran Pirámide

Mientras que el canal sur de la reina apuntaría hacia la estrella Sirio, la Sepedet egipcia que es una forma de Isis. Por lo tanto, conceptualmente, todo esto tendría mucha lógica. Eso sí advertir que en ningún momento uno se pone en uno de estos canales y observa directamente el cielo. Tener en cuenta que la entrada de esos canales desde las respectivas cámaras es horizontal, y después de unos dos metros de recorrido horizontal ya adquieren una inclinación hasta salir al exterior. En todo caso, salir al exterior solo los de la cámara del rey. Los de la cámara del rey salen, salían originalmente hacia la hilada 103, 104; actualmente salen hacia la hilada 101 y 102. En cambio los de la cámara de la reina no tienen salida y como hemos visto, en realidad tampoco tenían entrada dado que una capa de pared de unos 18 centímetros de anchura impedía su visión directa hasta ese descubrimiento llevado a cabo por Dixon. Bien, la cuestión es que si en realidad con las inclinaciones que tenemos intentamos calcular cuándo se hubieran producido estas alineaciones a dichas estrellas de ser estas alineaciones totalmente precisas vemos como hay una disparidad de datos bastante notable. A Thubán, por ejemplo, la alfa de la constelación del Dragón, la alineación se habría producido en el año 2540 a.C. Y la alineación a Sirio se hubiera producido en 1950 a.C. Esto si buscamos máxima precisión en esta estructura realizada por los egipcios. Por ello que existan dos opciones: Suponer que son canales de aireación como opinan algunos autores. Suponer que realmente tienen un simbolismo astronómico pero en este caso tendríamos que aceptar que los egipcios no fueron precisos en la elaboración de dichos canales, que dicho sea de paso, también ofrecen una complicación añadida en la construcción de la pirámide.

Cámaras de descarga Por encima de la cámara del rey existen cinco cámaras de descarga. La primera, la que queda justo por encima de la cámara del rey fue descubierta en 1765, y las cuatro restantes fueron descubiertas en 1837. Lo importante de estas cámaras en todo caso es que algunas de ellas tienen “grafitis” realizados por los trabajadores de la pirámide: Algunos ofrecen nombres de equipos Destaca el nombre del faraón a veces la versión abreviada Khufu, a veces la versión extendida original del nombre Jnum-Jufui, es decir "el dios Num me protege".

El complejo funerario y otras estructuras asociadas En el dibujo de la página 19 vemos como alrededor de la pirámide hay un muro que cierra este espacio sagrado. Muros similares ya hemos visto en las pirámides de Snefru, tanto en Meidum como en Dahshur, pero en realidad podríamos remontarnos más en el tiempo y compararlo, por ejemplo, con ese muro perimetral de 1600 metros que cierra el espacio sagrado vinculado a la pirámide escalonada de Netjerkhet. Este muro se calcula que podría tener unos 3 metros de altura y está separado 10 metros, más o menos, de los lados de la pirámide.

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2B.5. Khufu: el complejo funerario y otras estructuras asociadas

A ese muro se asocia en su lado Este el Templo funerario o Templo alto que es la auténtica comunicación entre el espacio de la pirámide y la rampa que desde su lado este nos conducirá salvando un desnivel de cerca de 38 metros, porque estamos en una meseta, Guiza es una meseta. Recordemos pues que salvando ese gran desnivel, podremos ir a través de la rampa hasta el llamado Templo del valle o Templo bajo, un templo situado en una posición baja que le permitía conectar mediante canales con el río Nilo. Aparte comentar también la presencia de cinco fosas para barcas funerarias vinculadas a la pirámide de Khufu: dos en el lado Sur, dos en el lado Este y otra tercera en el lado Este, pero pegadita al lado Norte de la rampa que conduce al templo del valle. Aparte de eso también la presencia de una pirámide satélite dedicada al ka del faraón, pirámide que fue descubierta en 1992 y que también nos lleva a otros ejemplos como los que vimos en el caso de Snefru en Meidum y los dos de Dahshur; pero también el caso original, podríamos decir, de la tumba Sur del faraón Netjerkhet en Saqqara. Aparte, tres pirámides, las llamamos pirámides de las reinas. Fijémonos ahora en la fotografía de la izquierda, vemos restos de un muro con la parte superior redondeada que pertenecen a ese muro que comentaba antes, que rodea toda la pirámide y que deja un espacio de diez metros de anchura con la propia pirámide.

Templo funerario o Templo alto En la fotografía de la derecha vemos una persona andando en una superficie de color negro, es el suelo del templo funerario de Khufu, un suelo de basalto. Aquí en realidad se utilizaron varios materiales: basalto para ese suelo granito para los pilares piedra caliza para el resto de la estructura. La planta que ofrecía ese templo funerario, que ya nada tiene que ver con lo que vimos en la época de Snefru, pues está mucho más desarrollado. Vemos como más allá de la rampa se abre un patio a cielo descubierto, es un patio de 46x26 metros. En realidad la estructura de este templo funerario nos ofrece unas dimensiones de 52,5x40 metros y bien, claro, el problema es que está en un estado muy ruinoso, con lo cual es difícil establecer cuál es la funcionalidad exacta de los espacios internos del templo, pero lo importante es señalar esto, que existe ya ese desarrollo que en las siguientes dinastías va a ser aún más y más grande, de modo que casi la pirámide quedará en un papel, entre comillas, secundario, en comparación al desarrollo que ofrece el templo funerario.

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2B.5. Khufu: el complejo funerario y otras estructuras asociadas

Pirámides de las reinas Otras estructuras, en este caso estamos mirando hacia el lado este de la pirámide. En amarillo os señalo la posición de tres pirámides, las llamadas pirámides de las reinas, está a unos 56 metros del lado este de la pirámide de Khufu y bueno, pues, su altura, aproximadamente, porque no son exactamente iguales, o no lo eran originalmente, es parecida, podríamos estar hablando de unos 30 metros de altura y sus lados varían entre los 44 y 47 metros. En cuanto a quién fue enterrado o enterrada en estas pirámides, no hay una solución clara, pero, generalmente se acepta por los pocos indicios que se han hallado en los alrededores que la que queda más hacia la izquierda sería la pirámide de Heteferes, que es la madre de Khufu, esposa de Snefru, si bien, restos de su ajuar fueron hallados en un pozo en 1925, en una tumba que se conoce como la G7000X. Justo la pirámide del medio, probablemente, pertenezca a la reina Meritites, y la que queda más a la derecha, sería la de Henutsen. Todo esto con grandes dudas.

Barcas funerarias En la imagen vemos dos de las cinco fosas para las barcas funerarias indicadas en azul. La de la derecha de la imagen sería la que queda más al sur en el lado este de la pirámide y la de la izquierda es la que está adosada al lado norte de la rampa. La rampa tras más de 700 metros de recorrido nos llevaría hacia el Templo bajo o Templo del valle, un templo cuyo conocimiento es muy reducido ya que está bajo metros de depósitos de aluvión, está bajo una barriada de El Cairo y, por lo tanto, solo unos sondeos, cuando se hicieron unas infraestructuras, en el lugar, permitieron descubrir allí materiales como granito, etcétera, que hicieron deducir que aquí se situaba realmente ese templo del valle. De las cinco fosas, dos permanecían intactas en el momento del descubrimiento en tiempos modernos. De las dos fosas del lado sur, la que queda más hacia el este, cuando fue descubierta en 1954, la verdad es que supuso un gran impacto, porque apareció una barca completamente desmontada en 1224 piezas, de modo que una vez que se montó apareció un esplendoroso barco elaborado en madera de cedro de casi 43 metros de eslora y casi 6 metros de manga, algo evidentemente impresionante, desde 1982 está en el museo que veis en esta imagen. No obstante la fosa que guardaba estas 1224 piezas es una fosa de un tamaño más reducido que el de la propia barca una vez montada. Es una fosa de 31 metros de longitud, por poco más de 5 metros de profundidad, pero lo interesante es que las 41 losas que cerraban estas fosas son losas de entre 15 y 20 toneladas de peso, llevan muchas de ellas, inscripciones del faraón Djedefra, que es el sucesor de Khufu. Por lo tanto, vemos como Djedefra fue el encargado de rematar el complejo funerario de Khufu. Y bueno, hay que hacer referencia a la otra fosa del lado sur, la que queda más hacia el oeste, en este caso, a través de una perforación realizada en 1967, se comprobó que allí también había una barca desmontada. Un proyecto japonés actual espera reconstruirla, igual que se hizo con la otra y exponerla en un futuro en el nuevo Museo de El Cairo.

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2B.5. Khufu: el complejo funerario y otras estructuras asociadas

Rampa En cuanto a la rampa, esta imagen pertenece a la rampa de la pirámide de Unas. Podríamos suponer que la original de Khufu podría tener un aspecto similar. Recordemos, no obstante, las palabras de Herodoto para el que la construcción de la rampa casi era más impresionante que la de la propia pirámide. Recordad lo que os he documentado antes, la rampa tenía que salvar ese talud de la meseta de Guiza (38 m). La rampa también sabemos, por Herodoto y por otros descubrimientos posteriores que estaba decorada, llevaba una iconografía, llevaba inscripciones, con lo cual sí que debía ser una estructura muy vistosa y probablemente nos hubiera ofrecido bastante información sobre el reinado de Khufu. Hemos comentado ya que esa rampa tenía que superar necesariamente los 700 metros de longitud para comunicar la pirámide y su templo funerario, con el templo bajo o templo del valle.

Templo del valle El templo del valle de la pirámide de Khufu está completamente perdido bajo una barriada actual de El Cairo pero, quizás, nos puede servir de referencia el Templo del valle del faraón Khafra, que es el que vemos aquí. Vemos perfectamente la rampa y su acceso al templo del valle, un templo que presenta dos entradas y en cuyo interior sabemos que había más de una veintena de estatuas en diorita del faraón Khafra. Justo por delante del templo del valle, tanto en el caso de Khafra como en el que comentamos de Khufu debéis imaginar el llamado Ra-She, este gran estanque, que hacía a las veces de puerto y que comunicaba a través de canales con el río Nilo.

Necrópolis Este y Oeste Deberíamos añadir las Necrópolis Este y Norte. En la Necrópolis Este, más allá de las pirámides de las reinas, a la derecha de la imagen, vemos una gran cantidad de mastabas básicamente pertenecientes a familiares vinculados al faraón Khufu. La Necrópolis Oeste, que vemos a la izquierda de la gran pirámide, se vincula también a grandes funcionarios de su corte. En total, tumbas que se puedan fechar en la época de Khufu, entre el cementerio Este y Oeste, son más de 70.

Teoría sobre la Correlación de Orión – Alineaciones topográficas Una última cuestión que quisiera mencionar es la relación que algún autor como Bauval ha querido establecer entre las tres estrellas del Cinturón de Orión, es decir, Alnitak, Alnilam y Mintaka con las tres pirámides principales de Guiza: la de Khufu, Khafra y Menkaura. Fijaros en la línea que he trazado de color naranja en estas tres estrellas del Cinturón de Orión, vemos cómo Mintaka, que es la estrella que queda más a la derecha, la más débil, queda como desplazada de la

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2B.5. Khufu: el complejo funerario y otras estructuras asociadas

línea, de modo que se puede establecer una similitud si hacemos la misma operación con las tres grandes pirámides de la Necrópolis de Guiza.

Vemos cómo la pirámide más pequeña, que sería equivalente teóricamente a esa estrella Mintaka, queda además desplazada también, exactamente igual que en el Cinturón de Orión. Bueno pues esto es la hipótesis de Bauval, es decir, que la llanura de Guiza se hizo, o esas tres pirámides se hicieron en un proyecto unitario para reflejar lo que es ese Cinturón de Orión en la Tierra, recordando en todo caso que Orión para los Egipcios, o mejor dicho Sakh, es una forma del dios Osiris. Sin embargo, dicho esto y aunque claramente parezca atractiva esta hipótesis, que después se ha desmadrado por completo en esa llamada correlación de Orión, buscando otras estrellas como Betelgeuse, Bellatrix, Rigel o Saiph, también pertenecientes a Orión con pirámides más allá de Guiza. Pues bien, aparte de esto hay que señalar que realmente lo que vemos en Guiza no es una alineación astronómica, podemos verificar una alineación topográfica, puesto que si cogemos los lados Sureste de cada una de estas tres pirámides de Khufu, Khafra y Menkaura, veremos como esta línea nos lleva justo hacia la ciudad de Iuno, es decir, la gran ciudad religiosa, la más importante del Egipto de la época de Khufu, Heliópolis. Eso por un lado, y por otro lado, si hacemos una alineación hacia el Norte, el Norte quedaría en la parte inferior de la fotografía que estáis viendo, nos dirigiríamos, exactamente hacia la ciudad de Jem, Letópolis. Jem, cuyo estandarte es una pata de toro, es decir, el Mesjetiu, recordemos que Meskhetiu, la pata de toro, es la constelación que equivale, pues, nuevamente a nuestra Osa Mayor. Es decir, resumiendo, en Guiza, a todas luces tenemos, en realidad, alineaciones, tanto al Norte como hacia el Sureste hacia objetivos topográficos.

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2B. Pirámides

ARQUITECTURA FUNERARIA REAL.............................................................................................. 1 EVOLUCIÓN DE LA ARQUITECTURA FUNERARIA REAL ENTRE LAS DINASTÍAS I-III ...1 NECRÓPOLIS DE UMM EL-QAAB ............................................................................................................1 Tumbas distribuidas por pares ..........................................................................................................1 Tumbas principales y subsidiarias ....................................................................................................1 Tumba de Djer........................................................................................................................................................ 1

NECRÓPOLIS SAQQARA .........................................................................................................................2 Mastaba 3038 ...................................................................................................................................2 Tumba de Netjerkhet .........................................................................................................................3 Evolución de su estructura funeraria ..................................................................................................................... 3 Vinculación del faraón difunto a “las que no conocen el ocaso” ......................................................................... 4 Entrada de las pirámides en el lado norte .............................................................................................................. 5 Serdab ..................................................................................................................................................................... 5

Sekhemkhet .......................................................................................................................................7 NECRÓPOLIS ZAWYET EL-ARIAN ...........................................................................................................7 Khaba ...............................................................................................................................................7 Estructura interna ................................................................................................................................................... 7

LA IV DINASTÍA CON SNEFRU - MEIDUM Y DASHUR................................................................ 7 NECRÓPOLIS DE MEIDUM ......................................................................................................................8 Pirámide de Snefru: Fase I y II .........................................................................................................8 Fase final..........................................................................................................................................8 NECRÓPOLIS DE DAHSHUR ....................................................................................................................9 Pirámide romboidal de Snefru ..........................................................................................................9 Pirámide roja de Snefru .................................................................................................................. 10 EVOLUCIÓN DE LAS PIRÁMIDES: III D. AL IMPERIO MEDIO ............................................... 11 PERFIL CONSTRUCTIVO ........................................................................................................................ 11 VOLUMEN DE M3 DE PIEDRA ................................................................................................................. 11 LA IV DINASTÍA CON KHUFU ........................................................................................................ 12 ORGANIZACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL COMPLEJO FUNERARIO ............................................................. 12 Duración del reinado de Khufu ....................................................................................................... 12 Hemiunu ......................................................................................................................................... 14 Instrumentos de construcción .......................................................................................................... 14 Codo real, meh nesu ............................................................................................................................................. 14

Conocimientos matemáticos ............................................................................................................ 15 Canteras ......................................................................................................................................... 15 Precisión ........................................................................................................................................ 16 Horizontalidad ...................................................................................................................................................... 16 Orientación ........................................................................................................................................................... 16 Longitudes ............................................................................................................................................................ 16

Ritmo de trabajo ............................................................................................................................. 16 Organización de los trabajadores ................................................................................................... 17 Ciudades, fincas y poblado de trabajadores .................................................................................... 18 LA GRAN PIRÁMIDE ........................................................................................................................ 19 ESTRUCTURA INTERNA ........................................................................................................................ 19 Corredor descendente ..................................................................................................................... 19 Cámara subterránea ....................................................................................................................... 19 Entrada........................................................................................................................................... 19 Brecha de Al-Mamun ........................................................................................................................................... 20

Corredor ascendente....................................................................................................................... 20 Pasillo horizontal ........................................................................................................................... 21 Cámara de la reina ......................................................................................................................... 21 Gran galería ................................................................................................................................... 21 Antecámara o sala de los rastrillos ...................................................................................................................... 21

Cámara del rey ............................................................................................................................... 22 Canales de aireación ...................................................................................................................... 22

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2B. Pirámides

Cámaras de descarga ..................................................................................................................... 23 EL COMPLEJO FUNERARIO Y OTRAS ESTRUCTURAS ASOCIADAS ............................................................. 23 Templo funerario o Templo alto ...................................................................................................... 24 Pirámides de las reinas ................................................................................................................... 25 Barcas funerarias ........................................................................................................................... 25 Rampa ............................................................................................................................................ 26 Templo del valle.............................................................................................................................. 26 Necrópolis Este y Oeste .................................................................................................................. 26 Teoría sobre la Correlación de Orión – Alineaciones topográficas ................................................. 26

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3A.1. Historia de la lengua egipcia

Sinuhé Historia de la lengua egipcia La Historia de Sinuhé Sinuhé es el protagonista ficticio de la Historia de Sinuhé, uno de los relatos más importantes del antiguo Egipto que inspiró lejanamente la novela Sinuhé el egipcio del autor finlandés Mika Waltari (1940s). El marco histórico y cronológico son los reinados de Amenemhat I y de Sesostris (o Senusert) I de la XII dinastía, en pleno Reino Medio. La Historia de Sinuhé es uno de los textos que marcan el origen de la literatura egipcia entendida como creación de autor y creación auto-referencial, no tiene como finalidad describir la realidad exterior, su razón de ser es el propio texto y la expresión del yo emisor. La lengua empleada en la Historia de Sinuhé, y en otros textos contemporáneos, es el llamado egipcio medio, la lengua clásica por excelencia. En la obra vemos el estadio evolutivo de la lengua egipcia.

Adscripción genética de la lengua egipcia El antiguo egipcio pertenece al tronco lingüístico afroasiático o camito-semita (para algunos lingüistas francófonos). El tronco lingüístico indoeuropeo es un conjunto de lenguas emparentadas entre sí y divididas en familias que se hablan desde la Europa atlántica hasta la India, incluyendo el tocario chino, y desde el Mar del Norte, el Mar Báltico y Siberia hasta el Mar Mediterráneo, el Golfo Pérsico y el Océano Índico. Entre las familias indoeuropeas tenemos las lenguas románicas que derivan del latín como español, catalán, gallego, portugués, francés, occitano, italiano, sardo o rumano. Otras familias indoeuropeas son las lenguas anglogermánicas y las lenguas eslavas.

Extensión geográfica El tronco lingüístico afroasiático es un amplio conjunto de lenguas emparentadas entre sí y divididas en varias familias. Las lenguas afroasiáticas se extienden desde el África atlántica y las Islas Canarias (guanche hablado desapareció en el s. XVII) hasta el Golfo Pérsico y ciertas regiones del actual Irán, y desde el Mar Mediterráneo y la isla de Malta (maltés) hasta el Sahara sur, el Sahel y el cuerno de África. La extensión actual es muy parecida a la de la antigüedad salvo por la expansión del árabe, lengua afroasiática originaria del centro de la Península de Arabia, que sustituyo a las lenguas afroasiáticas autóctonas. En Egipto se habló copto, último estadio evolutivo del egipcio medio faraónico, hasta el s. XVII.

Familias del afroasiático Constituyen el tronco lingüístico afroasiático seis familias: Líbico-beréber (color lila) que se habla en África noroccidental y en el Sahara central también en Siwa, Egipto. Su lengua más conocida es el tuareg. Cushítico (azul claro) que se habla en África centro-oriental y sus lenguas más conocidas son el beya (Sudán) y el somalí.

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3A.1. Historia de la lengua egipcia

Chádico (verde oscuro) que se habla alrededor del lago Chad (Sahel central) y su lengua más conocida es el hausa. Omótica (verde claro) que sólo se habla en el valle del río Omo, en Etiopía. Semítica (color naranja) que provenía del Próximo Oriente y Etiopía extendiéndose actualmente por todo el África árabe. Egipcio, que es la única familia extinguida desde s. XVII.

Clasificación de la familia semítica antigua Las lenguas semíticas antiguas se clasifican en tres grandes subfamilias, una de las cuales se divide a su vez en dos grupos: Semítico oriental (verde) formada el acadio, hablado en la antigua Mesopotamia durante el IV y III milenio a.C., diferenciado después en asirio y babilonio, hablados durante el II y I milenio a.C. Semítico occidental (rojo) dividido en: o

septentrional con lenguas como el fenicio, el hebreo o el arameo

o

meridional representado por el árabe. Semítico meridional (azul) que comprende las lenguas sudarábigas y las lenguas etíopes.

Historia del proto-afroasiático El proto-afroasiático o afroasiático común, la lengua original a partir de la cual habrían surgido todas las demás, se remonta a hace unos 15.000 años. La primera documentación escrita se remonta a hace unos 5.300 años y corresponde al egipcio. El cambio más importante desde la Antigüedad hasta hoy consiste en la desaparición del egipcio y la expansión del árabe.

Homeland y expansión del proto-afroasiático La paleolexicología ha podido determinar el probable homeland (tierra de origen) del afroasiático en el Kordofan y los valles del Nilo Blanco y el Nilo Azul, entre los actuales Sudán del Norte, Sudán del Sur y Etiopía.

Fases y cronología del Egipcio El egipcio es la lengua con documentación escrita más prolongada en el tiempo de toda la Humanidad, 5.000 años, por lo que es un objeto privilegiado para la lingüística diacrónica (estudio de la evolución de las lenguas). En esta larga evolución pasa fundamentalmente por dos fases de desarrollo:

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3A.1. Historia de la lengua egipcia

Egipcio de la primera fase es la lengua productiva (escrita y hablada de uso coloquial y culto) desde los primeros testimonios escritos (h. 3300 a.C.) hasta finales de la XVIII dinastía (h. 1350 a.C.) cuando el egipcio de la segunda fase aflora en los textos por primera vez. La lengua hablada ya estaba experimentando un proceso de profunda transformación desde el segundo Período Intermedio. Se mantiene como lengua de tradición (textos sacros y áulicos, regios) desde 1350 a.C. hasta el final de la civilización faraónica (Época romana, s. IV-V d.C.). Egipcio de la segunda fase es utilizado como lengua productiva desde finales de la XVIII dinastía hasta la extinción del Copto como lengua hablada en el siglo XVII d.C. Sin embargo, en la actualidad el Copto se mantiene como lengua litúrgica de la Iglesia copta.

Diferencias entre el Egipcio de la primera y segunda fase La profunda transformación que tiene lugar entre el egipcio de la primera y el de la segunda fase consiste en dos cambios fundamentales: el paso de una lengua sintética a una lengua analítica y el orden de los elementos sintácticos. Una lengua sintética es capaz de expresar muchas nociones léxicas y gramaticales con pocas palabras mientras que una lengua analítica necesita más palabras para expresar lo mismo. Ej. Latín puerorum = castellano de los niños. Ejemplo en la flexión nominal:

El egipcio de la primera fase utiliza sólo el sustantivo mientras que el egipcio de la segunda fase utiliza además el artículo determinado o indeterminado. Ejemplo tomado de la flexión verbal:

En egipcio de la primera fase se utiliza una única palabra sintética sedjemu-ef para decir "él escuchará" siendo sedjemu el verbo en futuro y ef la marca de tercera persona de masculino singular. En egipcio de la segunda fase se sustituye por una construcción analítica formada por tres palabras: iw-ef, con la marca de tercera persona de masculino singular; la preposición de dirección er; el verbo sedjem en infinitivo. La expresión literalmente significa "él está hacia el escuchar" o "él va a escuchar" pero se utiliza como "el escuchará". Respecto al orden de los principales elementos sintácticos en la oración de predicado verbal pasamos del egipcio de la primera fase que es una lengua VSO (verbo, sujeto, objeto) al egipcio de la segunda fase que es una lengua SVO (sujeto, verbo, objeto).

Etapas del Egipcio de la primera fase El egipcio de la primera fase, debido a su larga duración, se subdivide a su vez en tres etapas a la que añadimos una etapa 0. Egipcio temprano (h. 3300-2700 a.C.) desde los primeros testimonios escritos en el Valle del Nilo hasta el comienzo del Reino Antiguo cuya cantidad impide un conocimiento real de la lengua. Egipcio antiguo (h. 2700-2200 a.C.) corresponde al Reino Antiguo considerada como la primera etapa histórica de egipcio. En egipcio antiguo se redactaron los primeros textos regios (inscripciones monumentales y decretos) y también los primeros textos funerarios privados (con enumeraciones de títulos y cargos de altos funcionarios y a veces también con sus biografías estereotipadas), aunque los textos más importantes son los funerarios regios conocidos como Textos de las Pirámides. Egipcio medio o clásico (h. 2200-1350 a.C.) que abarca desde el Primer Periodo Intermedio, el Reino Medio, el Segundo Periodo Intermedio y en el Reino Nuevo, de la Dinastía XVIII hasta Akhenaton. Se redactaron los Textos de los Ataúdes, textos funerarios del Primer Periodo Intermedio y del Reino Medio y textos áulicos de la corte (inscripciones regias). Surgen los primeros textos literarios: la literatura sapiencial, instrucciones morales y de comportamiento que normalmente un padre da a su hijo y la narrativa breve, cuentos como la Historia de Sinuhé, relatos como El náufrago o los Cuentos maravillosos del Papiro Westcar.

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3A.1. Historia de la lengua egipcia

Egipcio de tradición (h. 1350 a.C.-452 d.C.) se trata del mismo egipcio medio o clásico escrito reservado a los textos sacros, funerarios o a los textos áulicos más elevados. Es el caso del Libro de la salida al día (Libro de los muertos) que es la colección de fórmulas funerarias más importante a partir del Reino Nuevo. También de los libros funerarios regios del propio Reino Nuevo, inscritos en las tumbas del Valle de los Reyes. Y también de los textos litúrgicos y mitológicos y decretos regios de la Época Ptolemaica esculpidos en los grandes templos ptolemaicos como Edfu, o sobre estelas, como la Piedra de Rosetta.

Etapas del Egipcio de la segunda fase En cuanto al egipcio de la segunda fase se diferencian también tres etapas sucesivas. Neoegipcio (h. 1350-650 a.C.) se trata de la lengua hablada y escrita, excepto en los textos sacros, de la segunda parte del Reino Nuevo, la época ramésida y del Tercer Periodo Intermedio. En esta modalidad lingüística se redactaron textos áulicos tan famosos como el Poema de Qadesh, que narra la batalla entre Ramsés II y los hititas y la relación de la guerra de Ramsés III contra los Pueblos del Mar. También se redactaron textos literarios de literatura sapiencial (instrucciones) y narrativa como el conocido cuento Los dos hermanos. Demótico (h. 650 a.C.-452 d.C. última inscripción de fecha conocida) es la lengua hablada y escrita, excepto de los textos sacros, de la Baja Época y toda la época greco-romana. Entre los textos áulicos, los decretos ptolemaicos de la Piedra de Rosetta. La desconocida literatura demótica es muy amplia comporta textos narrativos, instrucciones y textos proféticos. Copto (siglos II-XVII d.C.). La literatura copta es fundamentalmente una literatura gnóstica y cristiana puesto que entre el siglo I y III d.C. Egipto se cristianizó. Los textos gnósticos más conocidos son evangelios apócrifos y textos apocalípticos de la famosa biblioteca de Nag Hammadi (siglos IV-V d.C.). En cambio los textos monásticos más importantes son los escritos del monje Shenute de Sohag en el Alto Egipto (siglo V d.C.) que suponen la fijación definitiva de la gramática, léxico y retórica copta.

Dialectos coptos La división dialectal debió ser característica de las etapas anteriores de la historia del egipcio aunque solo afloran a partir de los textos coptos. Esto es debido a que los sistemas de escritura autóctonos egipcios (jeroglífico, hierático y demótico) anteriores al copto no anotaban las vocales mientras que la lengua copta utilizaba un nuevo alfabeto basado en el alfabeto griego con vocales lo que evidenció estas diferencias dialectales.

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3A.2. Las escrituras egipcias

Escrituras egipcias Sistemas de anotación o escritura La lengua egipcia fue anotada con cuatro sistemas de escritura distintos: jeroglífico, hierático, demótico y copto. Las escrituras jeroglífica y hierática se emplean para anotar la lengua egipcia en todas las etapas previas al demótico: las tres etapas del egipcio de la primera fase y la primera etapa del egipcio de la segunda fase o neoegipcio. Los textos en lengua demótica están escritos en escritura demótica y los textos en lengua copta están escritos en escritura copta.

Características generales Autóctona//exógena. Los sistemas de escritura autóctonos o creados en Egipto son el jeroglífico, el hierático y el demótico utilizados para anotar durante las etapas faraónicas. La escritura copta, utilizada en la última etapa de desarrollo del egipcio, es exógena ya que está basada en el alfabeto griego adaptado. Compleja//Alfabética. Los sistemas jeroglífico, hierático y demótico son escrituras complejas que combinan signos fonéticos (sonidos), léxicos (palabras) o semánticos (campo semántico asociado) y poseen un elevado número de ellos (centenares o incluso miles). Los signos de la escritura copta son alfabéticos (signo=sonido) y muy limitados en número.

Notación de las vocales. El jeroglífico, hierático y demótico no anotan las vocales sólo la escritura consonántica al igual que muchas escrituras afroasiáticas (árabe, hebreo). La escritura copta sí cuenta con signos para las vocales y las anota. Pictográfica//No-pictográfica. El jeroglífico es una escritura pictográfica cuyos signos son imágenes que reproducen la realidad. Las escrituras hierática, demótica y copta son no-pictográficas. Los signos hieráticos son una simplificación cursiva de los jeroglíficos (ejecución rápida y práctica) de los que derivan los signos demóticos. Las letras coptas son signos alfabéticos convencionales con un valor puramente fonético.

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3A.2. Las escrituras egipcias

La columna número 1 son jeroglíficos esculpidos en piedra, con todos sus detalles interiores; en la columna 2 los mismos jeroglíficos esculpidos en piedra en relieve rehundido, sin detalles interiores; en la 3a, incisos en madera o marfil; en 3b la modalidad llamada jeroglífico cursivo pintados sobre soportes duros (muros, ataúdes) o escritos en tinta sobre papiro; en la columna 4 los correspondientes signos hieráticos escritos en tinta sobre papiros u ostraka. (Diapositiva que muestra la evolución jeroglífico-jeroglífico cursivo-hierático-demótico).

Cronología de las escrituras egipcias El uso de la escritura jeroglífica y hierática va desde los orígenes a fines del IV milenio a.C. hasta el final de la civilización egipcia antigua o faraónica, a finales de la época romana, pues la última inscripción jeroglífica de fecha conocida data del año 394 d.C. y está esculpida en la llamada Puerta de los Antoninos del templo de Filae junto a una representación del dios solar nubio Merul. El jeroglífico es la variante capital para usos monumentales, áulicos, funerarios y muebles (ajuares, objetos de prestigio, mobiliario doméstico de las elites...) mientras que el hierático es la variante cursiva de la misma tradición escrituraria utilizada para usos literarios y administrativos. Desde la aparición del demótico h. 650 a.C., quedan relegados a escrituras sacras o sacerdotales, el jeroglífico en los monumentos y el hierático en la tradición manuscrita, papiros. La escritura demótica se utilizó desde la Baja Época (dinastía XXVI o saíta) hasta el final de la civilización faraónica, a finales de la época romana y comienzos de la bizantina, o sea, desde aproximadamente 650 a.C. hasta el siglo V después d.C. La última inscripción fechada conocida es un grafito inciso del templo de Filae datado en el año 452 d.C. La escritura copta cristiana definitivamente formada se utilizó entre los siglos II-III d.C. y el siglo XVII d.C. Previamente entre los siglos II a.C. y II d.C. encontramos el Old Coptic, o copto antiguo, que corresponde a textos de longitud muy variable cuyo contenido tiene que ver todavía con la antigua tradición pagana redactados en caracteres griegos o coptos. Desde mediados del siglo VII a.C. hasta los siglos III-IV d.C. las escrituras jeroglífica, hierática y demótica coexisten, las primeras dos para usos sacros y la tercera para todos los demás. Entre los siglos II y V d.C. las escrituras faraónicas y la escritura copta coexisten, las primeras para usos relacionados con la antigua cultura pagana, y la cuarta vinculada a la nueva cultura cristiana en expansión.

Nombres de las escrituras A partir de los siglos VI-V a.C., los griegos intensifican sus relaciones económicas y culturales con Egipto. En ese momento las tres escrituras egipcias coexisten y los griegos las denominan en función de los usos que tienen entonces. El término jeroglífico deriva del griego hieros (sagrado) y glypho (esculpir, grabar). Los griegos hablaban de Grammata hieroglyphica, que significa "caracteres esculpidos sagrados". El término hierático deriva del término hieratikos, que quiere decir "sacerdotal". Grammata hierática significaba en griego "caracteres sacerdotales". El término demótico deriva del griego demotikos, que significa popular o común pues se utilizaba en la mayoría de ámbitos. Puesto que en ese momento sólo un cinco por ciento de la población sería letrado, no debe entenderse como escritura “del pueblo”. Grammata demotika significa en griego “caracteres populares”. El término copto procede del gentilicio árabe qibt con el que los árabes denominaron a los habitantes autóctonos de Egipto al conquistarlo en 640 y deriva a su vez del griego aigyptios, que significa “egipcio”. Puesto que Egipto era cristiano qibt significa "cristiano de Egipto", "lengua de los cristianos de Egipto" y "escritura de los cristianos de Egipto”.

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3A.2. Las escrituras egipcias

Cuadro resumen de las etapas del egipcio y los sistemas de escritura empleados

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3A.2. Las escrituras egipcias

Características de la escritura jeroglífica Su nombre egipcio es meduu-netjer que significa "palabras de dios" o "divinas" pues su principal ámbito de uso a ojos de los egipcios es el sagrado. La escritura jeroglífica es una escritura pictográfica pues sus signos son imágenes que representan seres, objetos o acciones de la realidad. Por ejemplo el signo que sirve para anotar el fonema “eme” representa un mochuelo. La ejecución y soporte de la escritura puede ser esculpida, incisa, grabada o pintada sobre soportes duros como piedra o madera. Los tipos de soportes pueden ser muros, obeliscos, estelas, estatuas, ataúdes, escarabeos u objetos de parada, de lujo y de ajuar doméstico o funerario de las elites. La función de esta escritura es monumental, sagrada y áulica. En cuanto a la disposición y orientación, puede escribirse en columnas o en líneas horizontales y leerse tanto de derecha a izquierda como de izquierda a derecha (se empiezan a leer desde donde miran los signos que representan seres vivos). Los textos jeroglíficos monumentales esculpidos en muros se adaptan a la simetría de los monumentos, se acoplan a la iconografía y pueden llegar a constituir ellos mismos auténticas obras de arte. Un ejemplo de la simbiosis con la iconografía es este relieve, donde el rey Tutmosis III hace una ofrenda ante el dios Amón, los objetos representados como ofrenda son exactamente los mismos que los esculpidos como signos jeroglíficos al final de la columna de texto que separa el rey del dios. Otros soportes posibles de la escritura jeroglífica grabada o incisa pueden ser las estelas, objetos cotidianos como una paleta de escriba o estatuas. Respecto a los jeroglíficos pintados los podemos encontrar sobre muros o sobre madera (ejemplo sarcófago).

Características de la escritura hierática La escritura hierática es una escritura cursiva con signos que pueden ir ligados entre sí y que además puede presentar signos de puntuación, normalmente en puntos negros o rojos que sirven para delimitar secuencias, frases o incluso versos. El ejemplo de la imagen muestra un texto hierático del reino medio (arriba) transcrito a jeroglífico; dos signos jeroglíficos (abajo) han sido escritos en hierático resultando un único trazo pues una ligadura une los dos signos. En cuanto a la ejecución y el soporte, se escribe con tinta mayoritariamente negra y puntualmente roja (encabezamientos y, en los papiros funerarios, para palabras relacionadas con el mal que hay que conjurar) sobre papiro, tablas de madera u ostraka. Los ostraka, en singular ostrakon, son fragmentos de piedra o de cerámica sobre los cuales se escribe o se dibuja. La función inicial de la escritura hierática era la literatura y la administración, pero al final de su historia queda reservada como escritura para usos sagrados y funerarios. En cuanto a la disposición y orientación, se escribe tanto en columnas como en líneas horizontales, pero sólo de derecha a izquierda pues no se trata de una escritura monumental donde sea necesaria la simetría. El Papiro Harris 500 recoge, entre otros textos, el Cuento del príncipe predestinado está escrito con tinta negra utilizando la tinta roja para los encabezamientos y los característicos puntos encima de la línea de escritura que sirven para delimitar secuencias o frases.

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3A.2. Las escrituras egipcias

Este fragmento de papiro corresponde al Libro de los Muertos, un texto sagrado escrito sobre papiro que utiliza un tipo de escritura que queda entre el jeroglífico y el hierático: el jeroglífico cursivo.

Características de la escritura demótica Su nombre egipcio es sekha en shat, que significa "escritura de cartas" o "de documentos". Es una escritura muy cursiva que inicialmente estiliza los signos hieráticos. Después se convierte casi en una taquigrafía con trazos totalmente convencionales, numerosas ligaduras y signos que son nexos entre dos o más signos previos. En cuanto a la ejecución y soporte, aparece esculpida sobre soportes duros y, sobre todo, escrita en tinta sobre papiro u ostraka. Su función es la de escritura para todo tipo de textos, salvo los más sagrados. La disposición y orientación de la escritura demótica se reduce a líneas horizontales y sólo de derecha a izquierda. Ejemplo de escritura demótica incisa sobre una estatua y escrita sobre papiro.

Características de la escritura copta La escritura copta utiliza el alfabeto griego enriquecido con siete signos procedentes del demótico para los sonidos que el egipcio poseía pero el griego no. Algunos signos coptos derivan de las mayúsculas y otros de las minúsculas griegas.

Respecto a los signos tomados del demótico, en la columna de la derecha está el origen jeroglífico del signo, en el centro su forma demótica y en la columna de la izquierda la forma copta.

Los 31 signos del alfabeto copto completo:

En cuanto a la ejecución y el soporte, aparece tanto esculpida sobre soportes duros como sobre todo en tinta escrita sobre papiro, pergamino, madera, tejidos u ostraka.

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3A.2. Las escrituras egipcias

La función es la escritura de todo tipo de textos, especialmente religiosos, cristianos, y administrativos. La disposición y orientación, como el griego, se escribe sólo en líneas horizontales de izquierda a derecha.

Historia de Sinuhé Qué es la literatura egipcia No consideramos literatura ni los textos de carácter teológico, ni los textos administrativos o cotidianos. Consideraremos como literatura los textos que enmarcamos en dos grandes categorías: los textos referenciales y los textos auto-referenciales. Los textos referenciales son textos que aluden a las verdades objetivas del mundo, entendido como el referente externo al ser humano. Se trata de textos religiosos que en una cultura de “discurso míticoreligioso”, como la egipcia, transmiten la verdad objetiva como lo hacen los textos científicos en nuestra cultura de “discurso lógico-racional”. Los textos auto-referenciales cuya razón de ser es el propio texto y la expresión del yo emisor colocando al individuo, y no la realidad exterior, en el centro del discurso. Son los textos literarios por excelencia, que en Egipto, pueden referirse a las expectativas que la sociedad pone en el individuo o a los anhelos, sentimientos y experiencias particulares del individuo mismo. El egiptólogo italiano Antonio Loprieno ha designado estas dos perspectivas literarias con los términos griegos de topos, la norma ideal, y mímesis, la experiencia o el anhelo individual. Los textos auto-referenciales son textos de autor, consciente de su obra o bien consciente de la transmisión y reelaboración de una obra que existe precedentemente, aunque no firme puesto que la categoría del yo individual del autor es prácticamente inexistente en las culturas de discurso mítico religioso, como es la egipcia.

Autobiografías En el Reino Antiguo los textos funerarios de los particulares consisten, fundamentalmente, en listas de títulos y de cargos, así como de las ofrendas de vida. A fines del reino antiguo, se incorpora en algunos casos elementos autobiográficos que consisten en alusiones a misiones que los nobles han desempeñado para sus reyes. Los precedentes de la literatura egipcia deben buscarse en estas autobiografías de nobles de fines del Reino Antiguo donde por primera vez aparecen alusiones de carácter autoreferencial. Una de las más conocidas es la Autobiografía de Herkhuf, un alto oficial, enterrado en la necrópolis de Qubbet el-Hawa en Elefantina, que vivió bajo los reinados de Merenre y de Pepi II, a mediados y finales de la VI dinastía última del Reino Antiguo. En su autobiografía Herkhuf nos describe sus viajes al país de Yam, muy probablemente a la altura de la tercera catarata del Nilo y también nos reproduce una carta que el rey Pepi II, entonces tan solo un niño, le envía de regreso de uno de estos viajes. A la izquierda parte de la necrópolis de Qubbet el-Hawa con la tumba de Herkhuf situada justo en el centro de la imagen. El texto de la Carta del rey, esculpido en la fachada de la tumba a la derecha del portal de entrada, contiene evidentes elementos auto-referenciales: "…Se ha tomado buena nota de esta carta tuya que has enviado al rey, a palacio, para hacer saber que has vuelto sano y salvo de Yam con la tropa que estaba contigo. Has dicho, en esta carta tuya, que has traído todo tipo de grandes y hermosos dones (…). Has dicho, en esta carta tuya, que has traído un pigmeo de danzas divinas de la tierra de los habitantes del horizonte, como el pigmeo que el portador del sello del dios Baurded trajo de Punt en tiempos del rey Isesi. [Punt es muy probablemente un país situado en las costas de las actuales Eritrea, Etiopía o Somalia e Isesi es un rey de la V dinastía] (…) Dirígete hacia el norte, a palacio. Apresúrate y trae contigo a este pigmeo (…). Cuando el pigmeo viaje contigo en la barca, nombra a personas responsables

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3A.3. La Historia de Sinuhé

que estén junto a él en cubierta para evitar que se caiga al agua. Cuando duerma, de noche, nombra a personas responsables que duerman junto a él, en su tienda, e inspecciónalo diez veces cada noche. Mi majestad desea ver este pigmeo más que los dones del Sinaí y de Punt. Si llegas a palacio con este pigmeo contigo, vivo, fuerte y sano, mi majestad hará por ti algo más grande que lo que se hizo por el portador del sello del dios Baurded en tiempos de Isesi, tal es el deseo de mi Majestad de ver a este pigmeo…". La literatura aparece a lo largo del Primer Periodo Intermedio y sobre todo a comienzos del Reino Medio al desaparecer las certezas culturales de las élites del Reino Antiguo debido a los acontecimientos del periodo siguiente creando una nueva necesidad de expresión de lo particular.

Categorías de textos literarios Sea como fuere la literatura egipcia presenta desde el comienzo dos grandes categorías de textos. Desde el punto de vista del topos, las expectativas que la sociedad pone en el individuo o la norma ideal, tenemos instrucciones o textos sapienciales puestos normalmente en boca de un padre (alto funcionario, escriba o rey) que alecciona a su hijo sobre como debe comportarse para vivir y actuar de acuerdo con la maat (el orden armónico y justo del universo), sobre como debe ejercer su oficio (rey) o qué oficio debe escoger (hablando a un futuro escriba elogiando este oficio) y le da también consejos morales. Desde el punto de vista de la mímesis, los anhelos y experiencias individuales, tenemos narrativa breve como los cuentos y también textos poéticos como los “cantos de amor” en el reino nuevo o los “cantos de arpistas” que recogen el famoso tema del carpe diem.

Instrucciones Fragmentos de la Instrucción de Ptahhotep, fechada en el Primer Periodo Intermedio o muy a comienzos del Reino Medio: "…No seas arrogante a causa de tu saber, sino consulta tanto al hombre sin formación como al sabio, ya que nunca se alcanza la totalidad del saber y nunca un artesano domina plenamente su arte. La buena palabra está más oculta que la malaquita, pero a veces se la encuentra entre las sirvientas de los molinos. Si te encuentras como adversario en el debate a un hombre revestido de autoridad y superior a ti, baja el brazo y dobla la espalda; si no estás de acuerdo con él, él no se plegará a tu parecer. Haz poco caso del que habla de manera impertinente y no te opongas a él cuando esté en acción; será tachado de ignorante en cuanto tu autocontrol haya igualado su impertinencia. Si te encuentras como adversario en el debate a un hombre igual a ti, de tu mismo nivel, que tu virtud sea superior a la suya por medio del silencio, si habla con malicia. Los oyentes hablarán mucho de ello y te harás un buen nombre entre los magistrados. Si te encuentras como adversario en el debate a un hombre modesto, que no es igual a ti, no seas agresivo con él en proporción con su humildad. Déjalo: él mismo se convencerá de su error…". Un tono más desenfadado tiene la Instrucción de Khety a su hijo Pepy o Sátira de los oficios, fechada en el Reino Medio, pero transmitida a través de diversas copias del Reino Nuevo. En ella, un padre, Khety lleva a su hijo Pepy a la escuela de escribas de la corte y por el camino le instruye en las bondades del oficio de escriba haciendo una descripción en tono peyorativo de los demás oficios: "…He visto golpes y más golpes: es en los libros donde tu debes poner tu corazón. He observado que se pueden evitar las fatigas: ¡mira no hay nada mejor que los libros! Es como dejarse llevar por el agua. (…) Haré que ames los libros más que a tu propia madre, haré que sus bellezas penetren en ti. Es el mayor de todos los oficios, no hay otro igual en este país. (…) Nunca he visto a un escultor en misión ni a un orfebre enviado como mensajero. Pero he visto al herrero trabajando, en la boca de su horno; sus dedos son como las garras de los cocodrilos y huele peor que las huevas de pescado. (…) El alfarero está cubierto de tierra, a pesar de encontrarse aun entre los vivos; se ensucia más que un cerdo para cocer sus cacharros. Sus vestidos están sucios de barro, su cinturón está hecho trizas.

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3A.3. La Historia de Sinuhé

El aire entra en su nariz procedente de su horno ardiendo. Pisa la arcilla con sus pies y acaba molido él mismo. (…) ¡Mira! No existe un oficio sin un jefe, excepto el de escriba, porque es él el jefe. Si sabes escribir, te irá mejor que en cualquiera de los oficios que te he presentado"

La narrativa breve del Reino Medio Los cuatro cuentos más célebres son el Cuento del náufrago, los Cuentos de la corte del rey Keops, el cuento de El oasita elocuente y por supuesto la Historia de Sinuhé. El Cuento del náufrago se ha conservado en un papiro que data del Reino Medio. Un oficial acaba de regresar con su tripulación a la frontera meridional de Egipto de una misión en Nubia y, sin que se expliciten las circunstancias y los precedentes, está convencido de que ha fracasado y de que le espera un castigo. Un compañero suyo, para convencerle de que las cosas irán bien en la corte y de que hay situaciones que parecen adversas pero que, si uno actúa con sabiduría, acaban bien, le cuenta su propia historia. Habiendo naufragado en el mar a causa de una terrible tormenta, es arrastrado por las olas a una isla maravillosa, habitada por una divinidad serpiente, dueña de toda suerte de riquezas, que en un primer momento le inspira un gran temor, pero que después lo protege y finalmente, cuando un barco llega a la isla y lo recoge, le cede un cargamento de toda suerte de esas riquezas para que, de regreso a Egipto, lo entregue al faraón. Los Cuentos de la corte del rey Keops se han conservado en el papiro Westcar fechado en el Segundo Periodo Intermedio. Para entretener al rey Keops, cuatro de sus hijos, entre ellos los futuros reyes Djedefre y Kefren, le cuentan sucesos maravillosos acaecidos durante los reinados de sus inmediatos predecesores y el suyo propio; en el ultimo cuento se vaticina el nacimiento divino de los primeros tres reyes de la V dinastía. En cuanto al cuento de El oasita elocuente, se ha conservado en cuatro papiros del Reino Medio que juntos dan el texto íntegro. Un oasita del Wadi Natrun, al oeste del Delta, se dirige al valle para vender sus productos pero es interceptado y privado de su cargamento por un oficial de la administración que abusa de su posición. Cuando acude al gran intendente para reclamar justicia, este queda maravillado por su oratoria y, de común acuerdo con el rey, le hace pronunciar hasta nueve súplicas antes de darle la razón.

La Historia de Sinuhé El Sinuhé es el gran clásico de la literatura egipcia de todas las épocas. Era muy apreciado por los amantes de la literatura y además era un texto “escolar” copiado en las escuelas de escribas durante el Reino Medio y a lo largo de todo el Reino Nuevo.

Tradición manuscrita Es mucho más rica que la de los cuentos anteriores ya que el texto se ha conservado en cinco papiros y 25 ostraka. Cuatro de los papiros datan del Reino Medio o de muy comienzos del Segundo Periodo Intermedio (dinastías XII y XIII) muy cercanos al contexto histórico del relato (principios de la dinastía XII durante los reinados de Amenemhat I y Sesostris I). El quinto papiro data de la Época Ramésida. Los más importantes son el papiro B, llamado así porque se guarda en el museo de Berlín y fechado en la dinastía XII; y el papiro R, llamado así porque fue hallado en el Ramesseum que también se guarda en el museo de Berlín y está fechado en la dinastía XIII. Entre los dos recogen el texto íntegro. Se ha conservado también 25 ostraka de la Época Ramésida (dinastías XIX y XX) que recogen pasajes sueltos en su mayoría. El ostrakon del Ashmolean Museum de Oxford recoge el texto casi completo, aunque con muchas imperfecciones debido a que se trata de un ejercicio de escriba, data de la Época Ramésida. El fragmento pertenece al papiro B, escrito en hierático como corresponde a un texto literario. El texto está dispuesto tanto en columnas, a la derecha, como en líneas horizontales, a la izquierda.

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3A.3. La Historia de Sinuhé

El recto y el verso del ostrakon del Sinuhé del Ashmolean Museum muestran el texto dispuesto en líneas horizontales en escritura hierática.

Más datos Fecha de composición del Sinuhé. El contexto histórico de la obra es el comienzo de la dinastía XII y el manuscrito más antiguo data de la misma dinastía XII, por lo que probablemente se escribió durante el reinado de Sesostris I de esta dinastía. Sobre el Sinuhé como clásico. Además de que fuera ampliamente copiado e incluso utilizado como texto escolar, hay otros dos factores que nos lo muestran como tal. Uno es el de las “citas literales” y el otro es de las “bibliotecas literarias funerarias”. En efecto algunas frases o expresiones del Sinuhé son copiadas literalmente en textos posteriores del Reino Nuevo y de la misma Baja Época, lo cual demuestra que es un texto conocido y apreciado. En cuanto a las bibliotecas literarias funerarias, debéis saber que el papiro R, fue hallado en una tumba bajo los almacenes del Ramesseum, el templo funerario de Ramsés II. Una procedencia parecida tiene, muy probablemente, el papiro B aunque en este caso su origen específico es desconocido. Todo esto demuestra que en el antiguo Egipto, hubo auténticos amantes de la literatura que se enterraron con las bibliotecas que en vida habían podido reunir en las que se incluyó un texto muy apreciado por estos lectores: el Sinuhé. En cuanto a la lengua y a la escritura del Sinuhé. Todos los manuscritos, tanto los del Reino Medio como los del Reino Nuevo, están redactados en lengua egipcia clásica y en escritura hierática.

Sinopsis del argumento Sinuhé, que cuenta su historia en primera persona, es un miembro de la guardia del harén real que se siente forzado a abandonar Egipto en el contexto de las tensiones sucesorias que se producen entre la muerte del rey Amenemhat I y la subida al trono de su hijo Sesostris I y se refugia en Palestina. Allí se convierte en yerno y hombre de confianza del jeque del país de Retjenu Superior, en el Alto Líbano, Amunenshi, quien lo pone al frente de una de sus tribus y al mando de todas sus tropas. El prestigio y la riqueza de Sinuhé no dejan de aumentar, sobre todo después de que éste vence en singular combate a un poderoso guerrero que previamente lo ha desafiado, celoso de su condición de favorito del jeque. Cuando ha alcanzado todo el honor, la riqueza y el poder que su país de adopción pude ofrecerle, Sinuhé, añorado de Egipto, pide al faraón que le permita regresar a su tierra. El rey Sesostris no sólo accede, sino que le insta a volver para morir en Egipto y ser enterrado como un egipcio. El relato termina con la audiencia real, la reinstalación de Sinuhé en la corte como allegado regio, y los preparativos de su tumba y de su funeral.

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3A. Sinuhé

SINUHÉ ..................................................................................................................................................1 HISTORIA DE LA LENGUA EGIPCIA .............................................................................................. 1 LA HISTORIA DE SINUHÉ .......................................................................................................................1 ADSCRIPCIÓN GENÉTICA DE LA LENGUA EGIPCIA ....................................................................................1 Extensión geográfica ........................................................................................................................1 Familias del afroasiático ..................................................................................................................1 Clasificación de la familia semítica antigua ......................................................................................2 Historia del proto-afroasiático..........................................................................................................2 Homeland y expansión del proto-afroasiático ...................................................................................................... 2

FASES Y CRONOLOGÍA DEL EGIPCIO .......................................................................................................2 Diferencias entre el Egipcio de la primera y segunda fase ................................................................ 3 Etapas del Egipcio de la primera fase ............................................................................................... 3 Etapas del Egipcio de la segunda fase .............................................................................................. 4 Dialectos coptos ..................................................................................................................................................... 4

ESCRITURAS EGIPCIAS ....................................................................................................................5 SISTEMAS DE ANOTACIÓN O ESCRITURA ................................................................................................. 5 Características generales..................................................................................................................5 Cronología de las escrituras egipcias ............................................................................................... 6 Nombres de las escrituras .................................................................................................................6 Cuadro resumen de las etapas del egipcio y los sistemas de escritura empleados ............................. 7 CARACTERÍSTICAS DE LA ESCRITURA JEROGLÍFICA.................................................................................8 CARACTERÍSTICAS DE LA ESCRITURA HIERÁTICA ...................................................................................8 CARACTERÍSTICAS DE LA ESCRITURA DEMÓTICA ....................................................................................9 CARACTERÍSTICAS DE LA ESCRITURA COPTA .......................................................................................... 9 HISTORIA DE SINUHÉ ...................................................................................................................... 10 QUÉ ES LA LITERATURA EGIPCIA .......................................................................................................... 10 Autobiografías ................................................................................................................................ 10 CATEGORÍAS DE TEXTOS LITERARIOS ................................................................................................... 11 Instrucciones .................................................................................................................................. 11 La narrativa breve del Reino Medio ................................................................................................ 12 LA HISTORIA DE SINUHÉ ..................................................................................................................... 12 Tradición manuscrita ...................................................................................................................... 12 Más datos ....................................................................................................................................... 13 Sinopsis del argumento ................................................................................................................... 13

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3B.1. El Reino Medio. La dinastía XI durante el Reino Medio

Reino Medio La dinastía XI durante el Reino Medio Los monarcas de la dinastía XI pertenecientes al Reino Medio gobiernan desde alrededor del 2050 hasta la primera mitad del siglo XX a.C.

La dinastía XI en las listas reales En la lista de reyes de Karnak, de la época de Tutmosis III (dinastía XVIII del Reino Nuevo), encontramos a un personaje cuyo nombre no aparece dentro de un cartucho al que se ha identificado como Intef. Senusert I, segundo rey de la dinastía XII, se refiere a él como “Intef el grande, hijo de Iku” en la dedicatoria que posee la estatua de la imagen. Todo ello nos sugiere que para los egipcios posteriores a la dinastía XI, Intef pudiera considerarse como el fundador de la progresión de gobernantes y reyes que desembocó en el Reino Medio. Aunque sólo se han conservado algunos nombres dentro de cartuchos y parcialmente, confirma esta hipótesis la identidad de los personajes representados en la lista de reyes a continuación de él: Mentuhetep I, Intef I, Intef II y, muy probablemente, Intef III (su nombre se ha perdido); correspondientes a los primeros reyes de la Dinastía XI pertenecientes al Primer Período Intermedio. En otra parte de la misma lista encontraremos a Nebhepetra que corresponde a Mentuhetep II; Sankhkhara, que corresponde a Mentuhetep III y, posiblemente, aunque su nombre también se ha perdido, a Mentuhetep IV. Estos otros reyes completan esta dinastía XI ya dentro del Reino. El Canon Real de Turín, también conocido como Papiro Real de Turín o Lista de Reyes de Turín, proporciona además de los nombres de entronización, la longitud de los reinados de esta seriación de monarcas muy útil para establecer una cronología bastante aproximada.

La información relativa a los dos primeros monarcas de este período (Mentuhetep I e Intef I) se ha perdido, pero por la parte conservada, sabemos que Intef II tuvo un largo reinado de cuarenta y nueve años, confirmado por otras fuentes documentales contemporáneas a su época, y que el reinado de Intef III duró al menos ocho años. Ya dentro del Imperio Medio se lista a Mentuhetep II con un reinado de cincuenta y un años; a Mentuhetep III con un gobierno de doce, pero se omite a Mentuhetep IV, quizás de manera intencionada. En su lugar, se menciona una serie de seis reyes para la dinastía y una duración de ciento cuarenta y tres años para este período de la historia de Egipto. Se habla también de una laguna de siete años que podría corresponder a la duración del reinado de este monarca.

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3B.1. El Reino Medio. La dinastía XI durante el Reino Medio

Nueva época durante la dinastía XI Este relieve, procedente del segundo pilono del templo funerario de Ramsés II, el Ramesseum, muestra una serie de portadores transportando estatuillas de reyes con sus nombres asociados. El propio Ramsés II encabeza los reyes de la dinastía XIX, seguido de Seti I y Ramsés I. La serie continúa con los reyes de la dinastía XVIII hasta Tutmosis I, Amenhetep I y por último Ahmose, que es el reunificador de Egipto tras la expulsión de los hyksos y el fundador de la dinastía: Segundo Periodo Intermedio al Reino Nuevo. La serie salta a los grandes monarcas de la dinastía XII hasta llegar al rey de la Dinastía XI Mentuhetep II ya que es fundador de un Egipto nuevamente reunificado tras el Primer Período Intermedio. Sus antecesores, los monarcas tebanos, gobiernan un Egipto fragmentado entre los reyes heracleopolitanos de la dinastía X y otros potentados que mermaban el poder del rey: los nomarcas, prácticamente gobernadores independientes, que en muchos casos fechan con sus propios años de gobierno en vez de seguir los años de reinado del monarca heracleopolitano o tebano; poderes políticos, como “La casa de Abihu”, un gobernante que poseía nomos alrededor de Dendera o “La casa de Khuu”, que gobernaba nomos en la parte meridional del Alto Egipto; los gobernadores locales y los jefes de tropa. A la izquierda de Mentuhetep II, aparece Menes, Narmer el fundador de la I Dinastía, al que se atribuye la unificación de Egipto. Este relieve indica que según la mentalidad egipcia estos tres monarcas crean tres nuevas épocas porque unifican bajo un único cetro un Egipto inicialmente fragmentado.

Mentuhetep II Vemos en este relieve, encontrado en el Wadi Shatt er-Rigal entre Fhui y Kom ombo, que el nombre de Horus del monarca (círculo de la izquierda) es Sematawi, “el que unifica las dos tierras” durante el año treinta y nueve (circulo de la derecha), lo que indica que en este año Egipto estaba unificado. Sin embargo, sabemos que Mentuhetep II utiliza el nombre de Horus Seanjibtauy en el año catorce por un documento fechado de esa época. Podemos deducir que entre el año catorce y el año treinta y nueve de su reinado, se produjo esta reunificación de Egipto bajo el cetro de Mentuhetep II y cambió su nombre de Horus. Los documentos conservados indican que fue Intef II el que extendió la frontera norte del dominio tebano hasta el décimo nomo del Alto Egipto y que Elefantina también estaba bajo el control tebano. Sin embargo, los reyes heracleopolitanos se mantenían fuertes por sus alianzas con poderosos gobernantes, como los de Assiout, del decimotercero nomo del Alto Egipto, o los de Hermopolis, del decimoquinto nomo del Alto Egipto. Mentuhetep II consigue vencer estas alianzas y aunque la vía diplomática pudo desempeñar un papel importante, la destrucción de Heracleópolis y de su necrópolis por las tropas tebanas supuso el fin y el olvido del máximo contrincante de Tebas en este Primer Periodo Intermedio. Después de la derrota heracleopolitana, el poder tebano continúa su expansión bajo el reinado de Mentuhetep II hasta la mismísima Buhen (en la segunda catarata) como demuestra el grafito de Tjehemau hallado en Abisko, una localidad muy cercana a Elefantina: “El año de someter al país extranjero del sur: Yo comencé a luchar en el ejército durante el reinado de Nebhepetra cuando remontó el río hasta Buhén, y mi hijo acudió conmigo ante el rey.” Otra inscripción de Mentuhetep II fue hallada en el 2008 en Gebel Uweinat, en el extremo suroccidental del Egipto actual donde jamás se había descubierto ninguna inscripción.

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3B.1. El Reino Medio. La dinastía XI durante el Reino Medio

El hallazgo resulta fascinante si tenemos en cuenta que, desde el valle hasta el oasis de Dakhla, último lugar donde hay recursos acuíferos, hay una distancia de casi 400 km; y desde este oasis hasta Gebel Uweinat, otros 600 km a través de regiones inhóspitas. Fue necesario un sistema logístico de depósitos con ánforas para cereal y agua que abasteciera a las caravanas entre Dakhla y Gilf Kebir (ya a 200 km del final de la ruta). Desde 1917 se han descubierto varios depósitos que dan idea del trazado seguido por las caravanas, entre ellos el de Abu Ballas, algunos con cerámicas incluso del Reino Antiguo. Las inscripciones son muy interesante por la zona tan lejana donde se encuentran y por su contenido. En el recuadro verde un emisario del país de Yam está ofrendando un cuenco quizás con resina. Yam era un territorio que generalmente se ha situado en la parte de la Nubia meridional, quizás en la región del Dóngola, y que mencionaba el expedicionario Herkhuf de la VI dinastía en la carta del rey. En el recuadro azul se menciona a un oferente asociado a un orix del territorio de Tehebetén, territorio que no se menciona en ningún otro documento. Se desconoce la situación exacta de Tehebeten. Indudablemente el esfuerzo logístico que para los hombres de la época de Mentuhetep II implicaba llegar hasta Gebel Uweinat necesariamente debía estar acompañado por beneficios importantes como la consecución de productos del Sur, quizás del África negra, materiales exóticos principalmente, que llegaran allí o que trajeran las caravanas que partieran hacia Darfur o Ennedi. Desde el punto de vista comercial y expedicionario, se ha producido una rápida evolución hacia el sur. Mentuhetep II abandonó la necrópolis de El Tarif en el extremo norte de la montaña tebana, donde se habían enterrado otros monarcas de la dinastía XI, y decidió crear su templo funerario y su tumba en el Circo de Deir el-Bahari (donde ahora se sitúa también el famoso complejo de Hatshepsut). El acceso a Bab el-Hosan (flecha roja) fue descubierto por Howard Carter y consta esencialmente de un largo corredor que llega prácticamente a la base de la gran estructura cuadrangular que compone el templo funerario (en la parte inferior de la imagen) y que inicia un pozo hasta el nivel freático, claramente una asociación simbólica al mundo acuático vinculado con el mundo funerario. Recuerda a otras tumbas como la de Seti I, o una tumba de la dinastía XXVI en la rampa de Hafra, donde la pretensión, sin duda, era alcanzar ese nivel freático. Una gran terraza originalmente decorada con tamariscos, sicómoros (la flecha verde indica una serie de agujeros donde se situaban estos árboles) precedía a la estructura arquitectónica principal del templo funerario. Hay varias hipótesis sobre cómo podría ser el elemento central: según la hipótesis de Arnold podría haber sido una mastaba; Naville opina que se trataba de una pirámide, al igual que recientemente Daniel Polz, aunque él habla de una pirámide con una inclinación mucho mayor, del orden de 70 grados; Stadelmann cree que podía haber un túmulo.

En la siguiente imagen la línea roja marca la situación de tumbas de reinas, princesas de época de Mentuhetep II, mientras que la flecha situada más hacia la derecha nos indica la posición de la tumba de Tem, la reina principal y madre de Mentuhetep III. La flecha con el nombre “Mentuhetep II”, indica el inicio del largo corredor que lleva a la cámara sepulcral de este monarca.

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3B.1. El Reino Medio. La dinastía XI durante el Reino Medio

Mentuhetep III En el Texto del Wadi Hammamat, una inscripción del año 8 de Mentuhetep III, el tesorero del rey del Bajo Egipto, Henenu, cuenta la expedición marítima enviada por el faraón al lejano país de Punt explicando la ruta seguida. Indica que salió de Coptos, alcanzó el wadj-ur, el Mar Rojo, y que en Punt cargó los barcos, entre otros materiales con “incienso fresco” y “piedras de calidad”, regresando al Nilo “pasando por Uag” y por “Rohenu” (Wadi Hammamat). En esta época, además de la ruta por el Wadi Hammamat, se utilizaría la variante por el Wadi Atalla hacia la zona del Wadi Gasus y el puerto de Mersa Gawasis, donde se han encontrado abundantes restos del Reino Medio. La expansión comercial y expedicionaria durante la época de Mentuhetep II que había llevado a los egipcios hasta Buhen, en la segunda catarata, y Gebel Uweinat, continúa su desarrollo hacia el sur, hasta el país de Punt, con Mentuhetep III. En la montaña conocida como “Corona de Tebas”, desde la que se divisa el Kur, el Valle de los reyes y la llanura aluvial del Nilo, Seankhkare Montuhotep III levanto un pequeño pero interesante templo dedicado al dios Horus. El templo (flecha roja de la derecha) fue excavado por Petrie pero en los años 90 una expedición húngara, liderada por Voros, lo excavó nuevamente. Se sustenta sobre una plataforma elaborada con cascotes y tiene un interesante pilono de entrada, es uno de los ejemplos más antiguos de este tipo de fachada monumental, y un sancta sanctorum tripartito. Desde el sancta sanctorum se observa la existencia de una alineación astronómica hacia el orto solar (amanecer) del solsticio de invierno. Esta alineación se repite en otras estructuras de la zona tebana, por ejemplo Karnak. A la izquierda, a unos 125 metros de distancia, existen restos peor conservados de otro templo de la misma época más perdido que los excavadores consideraron que podría vincularse a un posible Festival Sed de Mentuhetep III. Ambos templos se abandonaron durante la dinastía XI posiblemente por un terremoto.

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3B.1. El Reino Medio. La dinastía XI durante el Reino Medio

Mentuhetep IV Volvemos al Wadi Hammamat donde encontramos una Inscripción de Nebtauire Mentuhetep IV (aquel que no aparece en muchas listas reales), correspondiente al segundo año de reinado del monarca, que nos habla del visir Amenemhat al frente de diez mil hombres trabajando en el wadi para extraer piedra, seguramente grauvaca de las canteras locales. Encontramos otro relieve de Mentuhetep IV en Ayn Sukhna. Este emplazamiento resulta muy interesante porque desde Menfis se podría llegar al puerto de Ayn Sukhna y navegar hasta la llanura de El-Markha en la península del Sinaí para acceder a Wadi Maghara o Serabit el-Khadim, bien conocidos por sus minas de turquesa, cobre, etcétera. En resumen, Ayn Sukhna se convierte en un emplazamiento comercial muy importante al igual que Mersa Gawasis más al sur con su predecesor.

Los inicios de la dinastía XII con Amenemhat I Reyes de la Residencia Según las cronologías publicadas por egiptólogos como Hornung y Krauss en fechas recientes, Amenemhat I, el fundador de la dinastía XII, comenzó su reinado en torno al año 1939 a.C. Volviendo al Papiro Real de Turín, tras la serie y cómputos generales correspondientes a la dinastía XI, el texto (indicado con una flecha roja) menciona a los “Reyes de la Residencia” antes de enumerar a los monarcas de la dinastía XII. Esta referencia resulta muy interesante porque alude al abandono de Tebas y al traslado de la administración a una nueva capital: Iti-Tawy o la Residencia (Real). El primer monarca enumerado, según los signos legibles del final de su nombre, es Sehetepibre, que corresponde con Amenemhat I. El siguiente monarca sería Kheperkere, Senusert I, cuyo reinado según indica el documento duró alrededor de 45 años. Solo se conservan los años de reinado de los siguientes monarcas pero, como se conoce la seriación por otros documentos, es posible asociar a cada rey la duración de su gobierno. La serie completa de monarcas de la dinastía XII (dentro del recuadro verde) se encuentra en la Lista de Saqqara de época de Ramsés II.

El número 44 corresponde a Sehetepibre, Amenemhat I, fundador de la dinastía; continuaríamos hasta el número 37, la ultima monarca de esta dinastía, la reina Sebekneferu, que aquí utiliza el nombre de Sebekara. Dentro del recuadro rojo podéis ver indicados en el número 46 a Mentuhetep II y en el número 45 a Mentuhetep III; aquí también falta Mentuhetep IV.

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3B.2. El Reino Medio. Los inicios de la dinastía XII con Amenemhat

Amenemhat I Acceso al trono La Profecía de Neferty nos habla de cómo un rey llamado Ameny (abreviatura de Amenemhat I) estaba destinado a reunir las dos coronas. Un rey vendrá del sur, llamado Ameny (…) él reunirá las dos coronas (…). Los asiáticos caerán por su espada, los libios morirán por su llama (…) Él levantará los “muros del gobernante” para impedir que los asiáticos entren en Egipto. En la Lista Real de Turín, Lista de Saqqara o la Lista Real de Abidos, falta el nombre de Mentuhetep IV, lo que llevó a pensar que Amenemhat I podría haber accedido al trono de manera irregular y habría provocado la damnatio de Mentuhetep IV. Sin embargo otros documentos y hechos lo desmienten, por ejemplo, el relieve de Mentuhetep IV en el Puerto de Ayn Sukhna se encuentra muy cerca de otra inscripción de Amenemhat I pero no fue borrada. Quizás, la sucesión entre Mentuhetep IV y Amenemhat I fue pacífica. Es un hecho que, en otras fases de la historia de Egipto, un monarca sin descendientes varones legara el poder a uno de sus altos funcionarios, y es muy probablemente que Amenenhat I sea el mismo Visir Amenemhat mencionado en la Inscripción de Nebtauire Mentuhetep IV del Wadi Hammamat.

La creciente inmigración En la inscripción de la Profecía de Neferty se dice que Amenemhat "levantará los muros” para impedir que los asiáticos entren en Egipto. No se sabe a qué tipo de sistema de seguridad se refiere, ¿fortalezas?, ¿puestos de control? pero trataba de frenar un problema creciente en el este del delta: la inmigración. Otra manera de sacar rendimiento a la inmigración en esta región del delta, fue la creación del Hut de Amenemhat, localizado actualmente en el yacimiento de Ezbet Rushdi. El Hut era una explotación de gran extensión para producción cerealística, ganado, etc. donde trabajaban probablemente muchos trabajadores de origen no egipcio, procedentes de la región Palestina de Canaán.

Actividad militar Las inscripciones vinculadas a Amenemhat I indican que en la última fase de su reinado, estimado en 30 años, tuvo intervenciones en Nubia. Hay referencias del año 23 para Gerf Hussein y Toshka, del año 29 para Korosko e incluso para Semna, que está en la segunda catarata, un poco más al sur de la fortaleza de Buhen. También tenemos una posible intervención en la región libia en el año 30. Es decir, que hay actividad militar mas allá de las fronteras naturales de Egipto.

Iti-Tawy El Papiro Real de Turín hace referencia a una nueva residencia de los reyes tras el abandono de Tebas, quizás debido a la situación política precedente: Iti-Tawy. Se desconoce la localización exacta de Iti-Tawy, aunque se supone cerca de la región de Fayum, y dado que este monarca se enterró en El-Lisht, podríamos pensar que Iti-Tawy queda muy cerca de El -Lisht, incluso podía haber sido el poblado vinculado a su pirámide. La proximidad a Heracleópolis, antigua capital de los reyes heracleopolitanos dominantes en el Egipto fragmentado durante buena parte del Primer Período Intermedio, podría vincularse a un intento por controlar mejor un territorio

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3B.2. El Reino Medio. Los inicios de la dinastía XII con Amenemhat

donde quizás aún sobrevivían alianzas forjadas en este periodo.

Asesinato y sucesión Las Instrucciones de Amenemhat, es un texto muy bonito donde el monarca da una serie de consejos éticos, morales y políticos a su hijo Senusert I, una vez le va a ceder el trono. “Fue después de la cena, cuando la noche había llegado. (…) Habiéndome despertado a causa de la lucha, me puse alerta. Descubrí que se trataba de una disputa de la guardia (...). Mira, el crimen aconteció cuando estaba sin ti, sin que aún se hubiera enterado la corte de que yo te iba a entregar [el poder], y sin que aún me hubiera sentado [entronizado] contigo, de forma que te pudiera aconsejar” En esas instrucciones se nos da cuenta de cómo fue el final de Amenemhat I: una conjura para asesinarle. La Historia de Sinuhé, también nos habla de este momento dramático fechándolo en “el año 30, tercer mes de la estación de Akhet, el día 7”. “Año 30, III akhet 7. El dios ha ascendido a su horizonte, el rey Sehetepibra se ha elevado al cielo, habiéndose unido al disco solar, el cuerpo del dios habiéndose fundido con quien lo creó (…) Por aquel entonces Su Majestad había enviado un destacamento a la tierra de los Tjehenu. Su hijo mayor estaba al mando de ellos, el buen dios Senusert”. El relato nos habla de la muerte del rey y de cómo su hijo Senusert se encontraba en ese momento de campaña en Tjehenu, la región Libia.

Pirámide Antes de que se produjera el traslado a Iti-Tawy, Amenemhat I comenzó a construir su monumento funerario, un poco al sur de Deir el-Bahri, pero lo abandonó al trasladarse la residencia real por lo que solo quedan restos de la estructura iniciada, relativamente similares a la estructura de Mentuhetep II en Deir el-Bahri. Es en El-Lisht donde Amenemhat I finalmente construyó su monumento funerario, motivo por el que se supone que Iti-Tawy se encontraba en sus cercanías. Construyó una pirámide de 55 metros de altura con unas inclinaciones de sus caras de unos 54 grados. Es una pirámide aún construida en piedra, con la entrada en el norte, como es habitual. Actualmente la cámara sepulcral queda por debajo del nivel freático y no se puede acceder a ella. Lo interesante de esta pirámide es que en su núcleo se han encontrado multitud de bloques pertenecientes a la rampa ceremonial del rey Khufu, piezas que procedentes del complejo funerario de Khafra, es decir que ya en esta época prosigue un desmantelamiento de monumentos funerarios antiguos para realizar nuevas construcciones.

La obra de Senusert I Senusert I es uno de los grandes monarcas del Reino Medio. Senusert I, cuyo nombre de entronización es Jeperkara, reinó desde 1920 a 1875 a.C. El comienzo de su largo reinado de cuarenta y seis años fue probablemente turbulento, tengamos en cuenta que su padre Amenemhat I murió asesinado, no obstante, una vez superados estos problemas iniciales, su reinado se convierte en uno de los más importantes y mejor documentados de toda la dinastía XII.

División administrativa En oposición al poder fragmentado y compartido con nomarcas, prácticamente independientes, heredado del Primer Período Intermedio, durante la dinastía XII hay un proceso de centralización que comienza con un mayor control de los nomarcas, llegando incluso a la supresión de algunos de estos cargos. Con el fin de controlar mejor el sistema jerarquizado de la burocracia, a mediados de la dinastía XII, Egipto se divide en dos administraciones: una que controlara el Egipto Medio y el Delta y otra que controlara todo el sur Egipto desde aproximadamente la región de Ajmin.

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Se conserva en Londres una estela que pertenece a la Autobiografía de Mentuhetep, un nomarca tebano, y que dice así: Yo era de paso firme y era obediente; uno a quien la Majestad de mi señor dio su amor. Era un grande en la Cámara Secreta del rey, un hombre paciente, libre de perfidia, alguien que no es arrogante ante el poderoso (…) He aquí que llegó una mala inundación en el año 25 pero no dejé que mi provincia pasara hambre. Le ofrecí grano del AE y farro. No permití que hubiera miseria en ella hasta que llegó una gran inundación. Alimenté a los niños ofreciendo ungüento a las viudas y ningún hombre humilde sufrió a mi alrededor. Mentuhetep muestra lealtad al rey, rasgo propios de este período en contraposición con muchos textos autobiográficos del Primer Período Intermedio.

Inundación y hambrunas La Autobiografía de Mentuhetep también hace referencia a una inundación que tuvo lugar en el año veinticinco de Senusert I, y cómo fue capaz de organizar el nomo para ofrecer comida y evitar la hambruna. El gobierna el nomo como responsable dependiente del rey. En las Cartas de Heqanakht, un sacerdote de esta época dedicado al culto de la estatua de un visir, encontramos datos fascinantes. Son cartas que Heqanakht dirige a su familia situada en algún lugar cercano a Lisht o Al-Fayum. Por si estáis enojados por (el recorte de suministros), mirad, toda la gente de mi casa es como si fueran mis hijos. Cada cosa es mía porque se dice que es mejor estar medio vivo que muerto completamente. Mirad, que se diga “hambre” para referirse al “hambre” de verdad. Mirad, aquí se ha comenzado a comer personas. Mirad, en ninguna otra parte se han dado este número de provisiones. Tenéis que guiaros con un corazón fuerte hasta que yo regrese con vosotros. Mirad, yo pasaré la estación de shemu allí. Durante esta fase de la historia de Egipto, queda claro, que hay registros de fases de hambrunas que afectaron al país. No se trata de un topos (suceso simbólico), sino que estamos ante hechos reales.

Gran constructor Senusert I puso en explotación muchas canteras de Egipto, lo que evidencia que fue un gran constructor aunque nos ha llegado un reducido legado tenue reflejo lo que pudo ser su obra.

Explotación de canteras Existen restos de su presencia en el Wadi Khadig, una región cercana a Serabit el-Khadim en el Sinaí, conocida por sus explotaciones de turquesa y cobre. Recordemos las expediciones de la época de Mentuhetep IV que desde el puerto de Ayn Sukhna navegaban hasta la llanura de El-Markha para acceder a Wadi Maghara o Serabit el-Khadim. En reinados posteriores se construirá un templo dedicado a la Diosa Hathor en Serabit el-Khadim. En la región hermopolitana, más al sur en el valle del Nilo, encontramos otras muy importantes explotaciones de calcita, por ejemplo la cantera de Hatnub, que se ya se explotaban durante el Reino Medio pero que nuevamente comienzan ser empleadas en época de Senusert I. En el Wadi Hammamat tenemos inscripciones que evidencian el paso de expediciones de Senusert I: en el año dos de reinado; en el año dieciséis, donde se mencionan casi cinco mil hombres; y durante el año treinta y ocho, en el que una impresionante expedición formada por diecinueve mil hombres tenía como objetivo la extracción de 210 bloques de grauvaca, 60 esfinges y 150 estatuas. Esta expedición necesitaría de una exquisita y compleja organización para mantener a un grupo humano tan grande en un lugar ciertamente inhóspito. A unos kilómetros al sur de Elefantina, la primera catarata, está la explotación de amatista del Wadi elHudi, encontramos, al menos, dos inscripciones que se refieren al año veintidós y al año veinte del reinado de Senusert I.

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En la fortaleza de Buhen, en el extremo sur de lo que era el dominio egipcio en esta época, ha aparecido la Estela de Buhen, del año 18, donde por primera vez se menciona el territorio de Kush (dentro del circulo rojo). Probablemente Kush hace referencia al Reino de Kerma, una potencia militar en el extremo sur de Egipto en este período, pero sobre todo, durante el Segundo Período Intermedio. Kerma dominaría buena parte de Nubia y no sería derrotada por los egipcios hasta principios de la dinastía XIII.

Edificaciones Parte de los Anales de Senusert I se hallaron en un bloque perteneciente a la puerta medieval Bab elTaoufiq, en El Cairo durante su restauración. Esto es una evidencia de que los cairotas de la Edad Media también extraían piedra de las construcciones egipcias antiguas para la construcción de sus murallas, mezquitas, etcétera. Las flechas negras indican el signo de año y tras cada signo de año vemos una serie de columnas de textos jeroglíficos donde se nos aporta información sobre sucesos que dieron lugar en el año, esencialmente a la construcción de templos. Hay que tener en cuenta que este monarca inicia construcciones en el templo de Atum-Ra, en Heliópolis. También en la región heliopolitana, al nordeste de El Cairo, se encuentra el obelisco de Senusert I, el más antiguo que queda en pie en Egipto. Este obelisco pesa unos 100-120 toneladas y tiene unos 20 metros de altura. Se erigió en conmemoración al Jubileo Real, el Heb Sed. Tenemos constancia de construcciones de Senusert I dedicadas a Khentiamentiu Osiris en Abidos. Este relieve guardado en Londres, procede de un templo construido en honor al Dios Min, en Coptos. Pero una de sus intervenciones más importantes debió ser un templo dedicado a Amón en Karnak. Intef II, de la dinastía XI, ya había edificado allí un pequeño templo dedicado al dios Amón. Senusert I construyó su templo (se situaría en la zona indicada por el circulo rojo) del que no queda más que tres grandes bloques de granito (flechas rojas) correspondientes al umbral de puertas sucesivas que servían de acceso al edificio.

El lugar donde se conservaba la estatua del dios Amón queda en su extremo noreste en vez de en el eje longitudinal. Esto supone una diferencia respecto a la posición actual de la capilla para la barca del dios Amón erigida por Filipo Arrideo. Se creó un patio a cielo descubierto (aproximadamente 40x40 metros)

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3B.3. El Reino Medio. La obra de Senusert I

con una fachada decorada por pilares en forma de estatuas de tipo osiriaco de Senusert I, muy similares a las de la reina Hatshepsup en Deir el-Bahari (dinastía XVIII). Otra obra importante de Senusert I es la Capilla blanca que debió emplazarse originariamente delante del templo de Amón aunque se localizó desmontada en decenas de bloques formando parte del material de relleno del tercer pilono de Karnak, erigido por Amenhotep III. La capilla se encuentra en el museo al aire libre de Karnak, reconstruida prácticamente en su totalidad con bloques originales. Mide casi siete metros de lado y no llega a los cuatro metros de altura. Su función inicial pudo ser servir como doble trono en el Festival Sed de Senusert I, pero a partir de finales de la dinastía XII con Amenmenhat III o Amenmenhat IV se convierte en una capilla reposadero para la barca portátil del dios Amón. El mayor interés de la capilla está es una serie de inscripciones que aportan información sobre 16 nomos del Bajo Egipto y 22 nomos del Alto Egipto. Las columnas de los ejemplos se refieren a nomos del Alto Egipto: Ta Seti, el primero; el segundo Apolinópolis Magna, es decir a Edfu; el tercer nomo corresponde a Nejen; y el cuarto llamado Ouaset, corresponde a Tebas. Para cada nomo se da su nombre (recuadro rojo, Tebas), se indica el dios tutelar (recuadro verde, dios Montu) y una cifra correspondiente a la longitud del río Nilo en ese nomo (recuadro amarillo, tres iteru). Un iteru equivale a 10,5 kilómetros aproximadamente con lo que se indica una longitud de más de treinta kilómetros. Esta información es importantísima a efectos económicos, a efectos de distribución espacial de todos estos territorios. Senusert I, construye su pirámide en El-Lisht poco más de un kilómetro al sur de la pirámide de su padre Amenmenhat I. Esta pirámide tiene unos 105 metros de lado, algo más de 70 metros de altura con una inclinación de sus lados de 49 grados. Sin embargo, lo importante es el nuevo diseño que adopta el interior de la pirámide: una serie de muros en piedra de manera radial en la base que constituyen unos treinta y dos compartimentos rellenados de bloques toscos de piedra. Una vez acabada esta fase de la obra, el revestimiento se hace con piedra caliza de calidad dando una apariencia final exquisita a la pirámide. El problema es que con el tiempo y con el desmantelamiento de ese recubrimiento, la pirámide va a perder su forma.

Los siguientes reyes de la dinastía Amenmenhat II El sucesor de Senusert I, Amenmenhat II, abandona El-Lisht volviendo a la necrópolis de Dahshur, donde se encuentran dos de las grandes pirámides del rey Sneferu de la IV dinastía. De su pirámide, a pesar de sus veintiséis años de reinado, prácticamente no queda nada. Era una pirámide de cincuenta metros de lado, de grandes dimensiones, pero ha sido objeto de un saqueo masivo de piedra, de modo que ha quedado en condiciones lamentables.

Senusert II Senusert II decide realizar su pirámide en Illahun a la entrada a la región de Fayum. Se ha comentado la posibilidad de que fuera el promotor del sistema de irrigación que se inicia en la dinastía XII en Fayum, pero en realidad no tenemos datos certeros que lo avalen.

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Su pirámide tiene 49 metros de alto, 106 metros de lado, con una inclinación de sus lados apenas de 42 grados. A diferencia de las anteriores el núcleo está construido prácticamente en su totalidad de adobe, exceptuando los muros internos de piedra que sirven para dar estabilidad. La pirámide fue recubierta con bloques de caliza de buena calidad. La entrada de esta pirámide no se encuentra al norte, sino al sur. Lo mas importante de esta la zona de Illahun, es la llamada Ciudad de Kahun, que era la ciudad de la pirámide de Senurset II, y es una junto a Amarna, Deir el-medina y poquísimas más que han sido excavadas en Egipto.

Se ve un ordenamiento evidente en una ciudad de nueva planta patente en el trazado perpendicular de las calles. Se evidencia también la existencia de dos clases sociales clarísimamente diferenciadas. Por ejemplo, la casa de color rojo, es una vivienda de tamaño mayor que el resto y situada además en un nivel más alto, por lo que debió pertenecer a un oficial. Las casas de color verde son casas de unos 1700 metros cuadrados, con cerca de sesenta habitaciones, evidentemente pertenecían a personajes importantes como oficiales. En cambio las casas de color azul, son casas de muy pocas habitaciones de unos 44 metros cuadrados destinadas a viviendas para los trabajadores de nivel social inferior.

La expansión bajo Senusert III y Amenemhat III, y el final de la dinastía XII Senusert III Desde luego uno de los reyes más importantes de la dinastía XII es Senusert III. Khakaura. Aunque según el Papiro Real de Turín su reinado duró treinta años, cronologías recientes opinan que sólo reinó en torno a veinte años.

Fortalezas Una inscripción muy interesante la encontramos en la primera catarata trata de la creación de un canal de navegación que sirve para navegar la primera catarata evitando la zona de rápidos. Se habla de un canal de 120 codos de longitud, con una anchura de 20 codos y una profundidad de 15 codos. Una de las obras más compleja, pero a la vez necesaria, llevada a cabo durante esta dinastía incluido el reinado de Senusert III fue la construcción de toda una serie de fortalezas construidas en adobe que tendrían un objetivo comercial y un objetivo militar de salvaguarda de rutas importantes para los egipcios. Hay restos de fortalezas notables en Ikkur y Kubban, que evidentemente salvaguardaban la entrada al Wadi Allaqi, una zona rica en recursos auríferos. En Aniba, que con el tiempo se convertiría en una capital de esta región dominada por los egipcios, asegura la entrada de la ruta que conduce a las canteras de dioritas. Más hacia el sur, toda una serie de fortalezas (Faras, Serra, Buhen, Mirgissa, Askut,

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3B.4. El Reino Medio. La expansión bajo Senusert III y Amenemhat III, y el final de la dinastía XII

Shelfak, etcétera) hasta llegar a la zona de Semna y Kumma. La fortaleza de Semna sur quedaría en la frontera más meridional controlada por los egipcios. Este importante gasto de recursos tiene un motivo comercial pero también militar, ya que al sur se sitúa el Reino de Kush, el dominio de la ciudad de Kerma, digno contrincante al poder egipcio.

La imagen muestra la planta de la fortaleza de Buhen. Tendría más de 400 metros de longitud en su lado mayor, quizás unos 150 el lado menor, y estaba compuesta por dos lienzos de muralla principales: el exterior y el la ciudadela, donde residía la población local compuesta en su mayor parte por soldados. En los años sesenta aún se conservaban restos de los fosos secos, de las torres circulares, rectangulares… podían verse las troneras, desde los cuales se disparaban flechas en diversos ángulos. Por desgracia esos magníficos ejemplos de la arquitectura militar egipcia desaparecieron bajo las aguas al construirse la gran presa y empezar a crecer en volumen el lago Nasser. Para salvar los rápidos más peligrosos de la segunda catarata en la zona de la fortaleza de Mirgissa, se construyó una especie de rampa resbaladiza gracias al barro, por la que las naves podían trasladarse. Más al sur, las fortalezas de Semna y Kumma custodiaban una zona de rápidos que quedaba entre ambas. Un poco más al sur, relativamente cerca de Semna y en la misma orilla, se encontraba la fortaleza de Semna Sur. El lado oeste de esta fortaleza estaba protegido por una muralla que alcanzaba varios kilómetros de longitud. En Semna Sur se han hallado registros nilóticos que evidencian variaciones acusadas de unos años a otros en el nivel de inundación y son útiles para realizar estudios de tipo paleoclimáticos. Evidentemente en Egipto esto es muy importante pues una mala inundación genera carestía. Se han encontrado textos que contienen comunicaciones entre fortalezas, algunas de ellas muy importantes. A este conjunto de textos se les llama Despachos de Semna, aunque no todos proceden de esta fortaleza.

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3B.4. El Reino Medio. La expansión bajo Senusert III y Amenemhat III, y el final de la dinastía XII “Hemos encontrado las huellas de 32 hombres y 3 asnos, que ellos pisaron […]” […] La patrulla […] mis lugares, […] en la guarnición […] al borde del desierto. Este humilde sirviente ha enviado sobre ello a Semna un mensaje de fortaleza a fortaleza. Es una comunicación sobre ello. Todos los asuntos del dominio del rey están sanos y salvos. El texto demuestra que los egipcios patrullaban el desierto cercano a las fortalezas para vigilar la posible entrada de gentes procedentes del sur. Esta estela prohíbe estrictamente atravesar la frontera egipcia a todo nehesy, es decir, las gentes de Nubia, a excepción de los comerciantes que se dirijan a la fortaleza de Iqen (Mirgissa).

Arte Durante el Reino Antiguo la escultura mostraba al faraón idealizado con una pose absolutamente hierática (por ejemplo las estatuas de los faraones Khafra o Menkaura). Sin embargo, durante el Reino Medio esta forma de representación cambia. Lo podemos observar en sucesivas estatuas de Senusert III correspondientes a diferentes estadios cronológicos que van desde la juventud a la etapa final de su reinado. En estas últimas representaciones se observan rasgos que evidencian la pesadumbre del personaje.

Pirámide La pirámide de Senusert III se realizó en Dashur. Es una pirámide de 105x61 metros con 56 grados de inclinación aunque queda muy poco de ella, con núcleo de adobe. Su entrada no está hacia el norte sino hacia el oeste. Se abandona la entrada en el lado norte que constantemente hemos visto desde la III dinastía, pero se reemplaza por una capilla, es decir, el aspecto simbólico no se abandona por completo.

Amenemhat III Amenemhat III es otro de los grandes reyes del periodo. Se le calcula un reinado entre 1818 y 1773 a.C., y bueno de él tenemos también documentos variados. Se localizó en el puerto de Mersa Gawasis, en el mar Rojo, una estela que se refiere a dos hermanos que hablan de expediciones a ¿vía Punt? y al país de Punt. Este faraón probablemente también tiene una importancia especial por su obra en la región de El Fayum. En el yacimiento de Biahmu encontramos los restos de unos monumentos descritos por Herodoto: “En medio del lago hay levantadas dos pirámides, que emergen del agua 200 brazas cada una; y bajo el agua está construido otro tanto; y sobre ambas hay un coloso de piedra, sentado en un trono” Se trataría de una especie de pirámides truncadas con un coloso de evidentemente monolítico con la figura del faraón sentado en el trono. Del desaparecido monumento aún se conserva parte de esa base sobre la que se apoyaban las grandes estatuas. Amenemhat III además construyó una gran pirámide en la necrópolis de Dashur. Es una pirámide de 105x75 metros y con 57 grados de inclinación en sus caras, similar a la de Senusert III. La entrada se sitúa en el lado este. El núcleo está realizado con ladrillos de adobe, como la de Senusert II y Senusert III. Pero este faraón abandonó este complejo funerario. Construyó una segunda pirámide en el yacimiento de Hawara, que es la que sirvió realmente como el lugar para su enterramiento. Es una pirámide de 105x58 metros, más baja pues la inclinación de sus caras es de 48 grados, es decir, casi diez grados menos que la pirámide de Dashur. La entrada en este caso se sitúa en el lado sur. Actualmente es imposible acceder a la cámara sepulcral por la subida del nivel freático. El esquema de la cámara sepulcral muestra el curioso sistema que utilizaron los egipcios para bajar un pesadísimo bloque elaborado en cuarcita (señalado con una flecha) para cerrar la cámara funeraria alrededor del sarcófago. Utilizaron dos conductos rellenos de arena que al vaciarse, permitía que la gran piedra de cuarcita fuera bajando lentamente hasta depositarse en el lugar adecuado.

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3B.4. El Reino Medio. La expansión bajo Senusert III y Amenemhat III, y el final de la dinastía XII

Pero sin duda lo más celebre de este lugar fue el llamado “laberinto”, tal y como lo designa Herodoto, que probablemente corresponde al templo funerario de Amenemhat III: “(...) construyeron un laberinto que, un poco más allá del lago Meris, aproximadamente se halla en la ciudad que se denomina ‘de los cocodrilos’. Éste, superior a todo lo decible, yo también lo vi. En efecto, si alguien hiciera recuento de las fortalezas de los helenos y de la ostentación de sus obras, sería claro que son de menor trabajo y dispendio que ese laberinto. (...) Sin duda el laberinto incluso a las pirámides supera. En efecto, a él pertenecen 12 patios cubiertos con las puertas opuestas entre ellos (...) y un muro por fuera los rodea. En el interior a cámara a dos niveles: unas subterráneas y otras levantadas del suelo sobre aquellas, tres mil en número” Del recinto del templo funerario de Amenemhat III en Hawara, tenemos unos muros que definen un espacio de 358x158 metros aproximadamente siguiendo un eje norte-sur, exactamente igual a que lo hiciera el rey Neserjet en la III dinastía, que contendría numerosas habitaciones.

Amenemhat IV Amenemhat IV, es el penúltimo monarca de la dinastía XII, tiene un reinado inferior a los diez años, pero nos ha legado algunos documentos. Aquí veis una esfinge este monarca, actualmente en el museo Británico, aunque fue retocada en época romana. Si fuéramos a Mersa Gawasis, tenemos una inscripción hallada en una caja del año ocho que se refiere a las maravillas de Punt. Hasta Amenemhat IV, los reyes de la dinastía XII continuaron realizando expediciones al País de Punt y esto denota que Egipto seguía siendo un estado fuerte. En Mersa Gawasis se han hallado restos de anclas, de tablas de madera que formaban parte de embarcaciones, muchos metros de cabos: material vinculado a la esfera naval. También se han encontrado piezas procedentes de otras culturas, por ejemplo cerámica de la llamada cultura Sabir, que pertenece a la costa oeste de Yemen, en el estrecho de Bab al-Mandab al sur del Mar Rojo. Este hecho no tiene porque demostrar un contacto directo con esta cultura, es posible que estos objetos, como otros de origen africano fueran recibidos en Punt. Sin embargo Mersa Gawasis era la puerta de estos materiales, incluso de la obsidiana, a Egipto.

Sebekneferu El último monarca de la dinastía XII es una reina convertida en faraón, que tiene el nombre de Sebekneferu, y que el Papiro Real de Turín nos dice que reinó tres años, diez meses y veinticuatro días. En su estatua esta representada como mujer pero llevando el nemes propio de un faraón. La historia nos habla de otras mujeres que tuvieron rango de faraón, como por ejemplo Nitocris a finales de la VI dinastía, pero la primera confirmada por documentos contemporáneos sería Sebekneferu. Y con ella termina la XII dinastía y el Reino Medio, a partir de aquí se inicia el Segundo Periodo Intermedio.

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3B. El Reino Medio

REINO MEDIO ......................................................................................................................................1 LA DINASTÍA XI DURANTE EL REINO MEDIO ............................................................................1 LA DINASTÍA XI EN LAS LISTAS REALES ................................................................................................. 1 NUEVA ÉPOCA DURANTE LA DINASTÍA XI .............................................................................................. 2 MENTUHETEP II ....................................................................................................................................2 MENTUHETEP III ...................................................................................................................................4 MENTUHETEP IV ...................................................................................................................................5 LOS INICIOS DE LA DINASTÍA XII CON AMENEMHAT I........................................................... 5 REYES DE LA RESIDENCIA .....................................................................................................................5 AMENEMHAT I ......................................................................................................................................6 Acceso al trono ................................................................................................................................. 6 La creciente inmigración ..................................................................................................................6 Actividad militar ............................................................................................................................... 6 Iti-Tawy ............................................................................................................................................6 Asesinato y sucesión .........................................................................................................................7 Pirámide ...........................................................................................................................................7 LA OBRA DE SENUSERT I .................................................................................................................7 DIVISIÓN ADMINISTRATIVA ...................................................................................................................7 INUNDACIÓN Y HAMBRUNAS..................................................................................................................8 GRAN CONSTRUCTOR ............................................................................................................................ 8 Explotación de canteras ....................................................................................................................8 Edificaciones ....................................................................................................................................9 LOS SIGUIENTES REYES DE LA DINASTÍA ............................................................................................... 10 Amenmenhat II................................................................................................................................ 10 Senusert II ...................................................................................................................................... 10 LA EXPANSIÓN BAJO SENUSERT III Y AMENEMHAT III, Y EL FINAL DE LA DINASTÍA XII ......................................................................................................................................................... 11 SENUSERT III ...................................................................................................................................... 11 Fortalezas ....................................................................................................................................... 11 Arte................................................................................................................................................. 13 Pirámide ......................................................................................................................................... 13 AMENEMHAT III .................................................................................................................................. 13 AMENEMHAT IV .................................................................................................................................. 14 SEBEKNEFERU ..................................................................................................................................... 14

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4A.1. Hyksos. Egipcios y semitas en el Sinaí

Hyksos. Egipcios y semitas en el Sinaí La primera parte del tema 4 se centra en la interacción entre egipcios y semitas en el Sinaí que tuvo fascinantes consecuencias culturales, poco conocidas, como la creación del alfabeto a partir de los jeroglíficos egipcios. La segunda parte se centra en la presencia de semitas en Egipto, a partir sobre todo del Reino Medio, y especialmente en el Segundo Periodo Intermedio y cómo algunos grupos de estos semitas se hicieron con el poder en Egipto, especialmente en el norte del país, y constituyeron la llamada dinastía de los hyksos.

La península del Sinaí Geografía y clima El Sinaí es el territorio desértico que separa África de Asia. Esta región experimenta una progresiva desertización desde fines del Predinástico egipcio, h. III milenio a.C. y desde este momento hasta la actualidad, las fuentes y oasis permiten pequeñas y fluctuantes comunidades nómadas y sedentarias. Históricamente está delimitado por el oeste por el Golfo de Suez y los Lagos Amargos, y en la actualidad también por el Canal de Suez; y por el este por el Golfo de Aqaba y por el Wadi Áraba, que junto con el Mar Muerto forman la estribación más septentrional de la gran falla africana del Rift. El desierto del Néguev, actualmente en Israel, históricamente se considera parte del Sinaí.

Por esta situación geográfica el Sinaí fue a la vez una tierra de contacto y una tierra de frontera: Contacto comercial y cultural con la franja sirio-palestina durante toda la historia de Egipto. Contacto demográfico como vía de penetración a Egipto de grupos de población procedente de la franja sirio-palestina o del mismo Sinaí, especialmente en momentos de escasez. Contacto militar, a raíz de la expansión egipcia sobre todo a partir del Reino Nuevo. Tierra de frontera que permitió que Egipto viviera en relativa tranquilidad durante el Reino Antiguo, el Reino Medio y el Reino Nuevo, y que solo en el primer milenio antes Sofía Cavero

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4A.1. Hyksos. Egipcios y semitas en el Sinaí

de Cristo fuera objeto de conquista por parte de los grandes imperios del próximo oriente, asirios o persas. Es importante tener presente que en el Sinaí se distinguen claramente dos áreas: El norte es una región de paso, estratégica para la defensa de Egipto contra invasiones asiáticas y ruta comercial. El sur es una región a la que se va por razones económicas fundamentalmente a sus explotaciones mineras: turquesa, malaquita y cobre (también en el sur del Wadi Áraba).

Los antiguos egipcios llamaban al Sinaí biau, que literalmente significa “región minera”. Utilizaban para su escritura el signo de la “montaña” que significa “extranjero”. Dos joyas procedentes del famoso tesoro del rey Tutankhamon con turquesas incrustadas.

I Dinastía Control y expansión con Narmer A finales de la Unificación y comienzo del Dinástico, fundamentalmente durante el reinado de Narmer, de la I dinastía, la zona norte del Sinaí y el sur de la franja sirio-palestina estaba bajo control egipcio. (Zona gris en el mapa). El mapa indica también las zonas de expansión egipcia en el sur de la franja sirio-palestina. El fragmento de cerámica muestra el serekh de Narmer procedente de la localidad de Arad que se encuentra al oeste del Mar Muerto.

Curiosamente ya durante la I dinastía toda esta región fue completamente abandonada por los egipcios que limitaron su nuevo estado histórico a las dos tierras: el delta y el valle del Nilo.

Sofía Cavero

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4A.1. Hyksos. Egipcios y semitas en el Sinaí

Wadi el-Humur Las evidencias más antiguas de la explotación de las minas del sur del Sinaí, datan de mediados de la I dinastía de la Época Tinita y proceden de Wadi el-Humur, en la región centro occidental de la península, cerca de Serabit el-Khadim y Wadi Maghara, las localidades más importantes de esta región. Muy recientemente en el Wadi el-Humur se han documentado tres grandes relieves rupestres del rey Den, quinto rey de la I dinastía. En uno de ellos se representa al rey masacrando al enemigo vencido, igual que el rey Narmer en la famosa paleta de Narmer, a la derecha tocado con la corona blanca del Alto Egipto y a la izquierda tocado con la corona roja del Bajo Egipto y junto a la cabeza del rey aparece el serekh con su nombre.

A la derecha se muestra una etiqueta analística que recoge un acontecimiento acaecido en un año de reinado de Den, como indica el serekh. Aparece aquí el mismo signo jeroglífico que en el relieve rupestre y la inscripción al completo reza “primera vez de masacrar a los orientales” (dentro del óvalo). Se interpretan estos documentos como representación de una expedición militar contra los habitantes del Sinaí en el momento en que se empezaba justamente la explotación de las minas de turquesa de esta región.

Reino Antiguo Wadi Maghara El Wadi Maghara es llamado en los textos egipcios khetiu mefekat que significa las “terrazas de la turquesa” a causa de su orografía aterrazada y las explotaciones de este mineral. Las relaciones hostiles con las poblaciones sinaíticas, al menos en el plano simbólico, se mantienen a lo largo de todo el Reino Antiguo, desde la III a la VI dinastías. Numerosos relieves rupestres encontrados en el Wadi Maghara representan a los faraones más importantes masacrando enemigos o en actitudes rituales. A la derecha, uno perteneciente a Sekhemkhet, III dinastía. Este otro relieve del rey Sanakht, también perteneciente a la III dinastía, guardado en el Museo Británico, muestra parte de los signos jeroglíficos del término mefekat (turquesa). El relieve de abajo muestra una representación del rey Sahure de la V dinastía masacrando enemigos. El texto jeroglífico de la columna a la derecha del rey reza “golpear a los nómadas y a todos los pueblos extranjeros”. En el de la izquierda del rey, se lee “someter a todos los pueblos extranjeros”. El término “pueblos extranjeros” está escrito con el signo de la montaña repetido tres veces para indicar pluralidad.

Primer Periodo Intermedio Durante el Primer Periodo Intermedio se interrumpe la explotación de las minas del Sinaí.

Sofía Cavero

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4A.1. Hyksos. Egipcios y semitas en el Sinaí

Textos literarios como las Lamentaciones de Ipuur y la Instrucción para Merikare, Merikare es un rey heracleopolitano de este primer periodo intermedio, aluden a la presencia de asiáticos en el delta del Nilo, o sea beduinos del Sinaí o cananeos, tras la caída del Reino Antiguo. En la Instrucción para Merikare hay un pasaje muy interesante en el que se describe qué es ser nómada: “Esto puede decirse de los nómadas: el vil asiático es un miserable a causa del lugar donde habita, pobre de agua y vacío de árboles. Sus caminos son numerosos y difíciles, a causa de las montañas. No vive en un solo lugar: el alimento impulsa sus pies. Combate desde el tiempo de Horus y no vence ni es vencido. No anuncia el día del combate, como un ladrón que asalta un grupo.” El texto demuestra que los egipcios eran conscientes de que los asiáticos llegaban a su país en busca de alimentos, en tiempos de escasez, o de una vida menos difícil. Es evidente que esto resultaba más fácil en momentos de debilidad del estado egipcio, como lo fue el Primer Periodo Intermedio.

Reino Medio, XII dinastía Este del delta y norte del Sinaí Política de hostilidad A comienzos del Reino Medio y de la XII dinastía, se reemprende la política de hostilidad hacia los asiáticos para impedir la llegada de población procedente del Sinaí y del sur de la franja siriopalestina con la construcción de fortalezas: En el este del delta, las que conocemos con el nombre de Muros del Príncipe. En el franja costera, del este del delta al sur de la franja sirio-palestina, las conocidas como Caminos de Horus. En el Sinuhé se aluden ellas: “Tras ponerme en camino hacia el norte, alcance los Muros del Príncipe, hechos para detener a los asiáticos y para pisotear a los nómadas (del Sinaí)". Y en otro pasaje, cuando regresa a Egipto después de su exilio, Sinuhé dice: "Este humilde servidor [Sinuhé], se puso en viaje hacia el sur. Fue en los Caminos de Horus donde me detuve, y el oficial que estaba allí, al mando de la guarnición, envió un mensaje a Palacio para informar [de mi (pronta) llegada]".

Política de asentamientos A mediados de la XII dinastía, con los reyes Amenemhat III y Amenemhat IV, hay un cambio fundamental en la política hacia los asiáticos. Con el fin de impulsar el desarrollo del delta, se instalan cananeos y beduinos del Sinaí en la región de la futura Avaris (la actual Tell el-Daba), que será la capital de los Hyksos. En Beni Hassan se encuentra la Tumba de Khnumhotep II, gobernador del nomo dieciséis del Alto Egipto, El Órix, con una famosa pintura que representa una caravana de asiáticos que llega pacíficamente a Egipto.

El tercer personaje por la derecha es el líder del grupo y puede leerse su título heqa khaset. A sus piernas puede leerse su nombre Abisha. Se trata por tanto del heqa khaset Abisha, del “jefe de país extranjero Abisha”. Este título en plural, heqau khasut, “jefes de los países extranjeros”, da origen a la palabra griega Hyksos con el que se designa a estos cananeos que se hacen con el poder en Egipto durante el Segundo Periodo Intermedio. Sofía Cavero

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4A.1. Hyksos. Egipcios y semitas en el Sinaí

Los dos pasajes del libro del Génesis siguientes se refieren a la historia de José y se sitúan en el momento en que empiezan los siete años de hambruna: “Hubo hambre en todas las regiones, pero en todo Egipto había pan. (…) De todos los países venían también a Egipto para proveerse comprando grano a José, porque el hambre cundía por toda la tierra. Vio Jacob que se repartía grano en Egipto y dijo Jacob a sus hijos: « ¿Por qué os estáis ahí mirando? Tengo oído que hay reparto de grano en Egipto. Bajad a comprarnos grano de allí, para que vivamos y no muramos». (…) Fueron pues, los hijos de Israel [de Jacob] a comprar con otros que iban, pues había hambre en el país cananeo”. El segundo pasaje dice así: “Partió Israel [Jacob] con todas sus pertenencias y llego a Bersheba, donde hizo sacrificios al dios de su padre Isaac. (…) Jacob partió de Bersheba. Sus hijos lo montaron, junto con las mujeres y los niños, en las carretas que había mandado Faraón para el viaje. También tomaron sus ganados y la hacienda lograda en Canaán, y fueron a Egipto, Jacob y toda su descendencia con él”. Aunque no se trata de relatos históricos, se hacen eco de realidades sociales y económicas.

Sur del Sinaí Desde comienzos del Reino Medio y de la XII dinastía, se reemprende la explotación de las minas en el sur del Sinaí y Serabit el-Khadim constituye el yacimiento faraónico más importante en esta zona hasta que cese la actividad minera tras la caída del Reino Nuevo. Sesostris I, segundo rey de la XII dinastía, funda en Serabit el-Khadim (cerca del Wadi Maghara) el templo de la diosa Hathor. Los reyes Amenemhat III y Amenemhat IV lo amplían y levantan nuevas capillas y estelas conmemorativas en el camino que conduce hacia él. Los reyes del Reino Nuevo, desde Hatshepsut y Tutmosis III hasta Ramsés II, III y VI, ampliarán y embellecerán el templo. La principal diosa adorada en Serabit el-Khadim era la diosa Hathor, “Señora de la Turquesa”, en egipcio nebet mefekat (a la derecha). Otras divinidades importantes fueron Thot, a la izquierda en su forma de mandril, y Soped, un dios antropomorfo que es llamado “Señor del Oriente” y que es considerado el protector de la región minera.

Expediciones De las expediciones a las minas documentadas, veintiocho pertenecen al reinado de Amenemhat III. Participan altos oficiales, soldados, sacerdotes, arquitectos, constructores, mineros, médicos, escribas, intérpretes, líderes de caravana y conductores de asnos (animales utilizados en las caravanas hasta que el camello fuera introducido en Egipto en la primera mitad del I milenio a.C. por los asirios). La mayor parte de estos expedicionarios son egipcios aunque por los nombres propios y otros detalles recogidos en los textos, sabemos que hay también muchos semitas, más o menos egiptizados y de rango más o menos elevado. Khebeded, que en sus estelas se hace llamar “hermano de un jefe de Retjenu (Líbano central)”, es un oficial de alto rango, probablemente uno de los jefes de los trabajadores semitas, que reconocemos como semita por hacerse representar montado en un burro.

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4A.2. La invención del alfabeto, el legado de los jeroglíficos

La invención del alfabeto, el legado de los jeroglíficos Egipcios y semitas formaban en el Sinaí un universo cerrado multiétnico, multicultural y multilinguístico, que favorecía el intercambio, la interacción y la imitación de prácticas, donde tuvo lugar probablemente durante el Reino Medio, la creación del alfabeto.

Petrie En el año 1905, el arqueólogo y egiptólogo William M. Flinders Petrie, condujo una expedición arqueológica a Serabit el-Khadim, en el Sinaí. Trabajó en el templo de la diosa Hathor, pero también en el camino que conduce hacia él y en las propias minas de turquesa. El material epigráfico que tuvo ocasión de documentar consistía en dos tipos de inscripciones: En jeroglíficos egipcios, las inscripciones más abundantes, muchas dedicadas a la diosa Hathor, Señora de la Turquesa, que era la divinidad adorada en el Templo de Serabit elKhadim. Otro tipo menos numeroso y extraño que Petrie describió así: "Estas inscripciones contenían una combinación de jeroglíficos egipcios, aunque no podía leerse ni una sola palabra en egipcio regular". Petrie descubre que se utiliza un número muy limitado de signos que se repetían a menudo, e imagina que podría tratarse de una escritura alfabética para anotar la lengua de los semitas que trabajaban para los egipcios en la explotación de las minas. Pero Petrie no fue más allá. Las inscripciones en esta extraña escritura se hallaban grabadas en los muros rocosos de las minas, o bien sobre pequeños objetos votivos, como esta pequeña esfinge de piedra arenisca que hoy se guarda en el Museo Británico.

Esta pieza es muy interesante porque muestra los dos tipos distintos de inscripciones: en jeroglíficos egipcios de factura más o menos regular sobre el hombro y costado derecho de la esfinge y en el nuevo tipo de escritura en ambos lados de la base. La inscripción en jeroglíficos egipcios se lee de arriba abajo y de derecha a izquierda. El primer signo es el que sirve para escribir el nombre de la diosa Hathor, consiste en un cuadrado con el halcón Horus en su interior que significa “morada de Horus” es decir “Hathor”. Por debajo del cuadrado con el nombre de la diosa Hathor tenemos el signo de la azada seguido del signo de la caña en flor repetido dos veces, esta combinación sirve para escribir el participio “amado”. De manera de que la primera secuencia de este texto jeroglífico reza "amado de Hathor". La segunda secuencia está escrita debajo y a la derecha de los signos que acabamos de describir y como la esfinge está rota faltan los signos iniciales (escritos entre corchetes en la transcripción). Esta segunda secuencia reza "señora de la Turquesa". De manera que el texto jeroglífico completo de la esfinge dice "amado de Hathor, señora de la Turquesa". Las inscripciones en la nueva escritura quedaron de momento indescifradas.

Gardiner En el año 1916, el egiptólogo Alan H. Gardiner, se dio cuenta de que los signos de la nueva escritura representaban objetos de la realidad cuyos nombres, en las

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4A.2. La invención del alfabeto, el legado de los jeroglíficos

lenguas semíticas, correspondían a los nombres de las letras del alfabeto, y en especial del alfabeto fenicio.

Por ejemplo, el signo de la cabeza de buey. La palabra para buey en semítico es 'alp (con oclusión glótica inicial) que coincide con el nombre de la primera letra del alfabeto fenicio que es 'alep. La oclusión glótica es una obstrucción del paso del aire a la altura de la glotis, en la garganta, se representa con la ‘. En 'alp la oclusión es el primer sonido de la palabra y no la vocal “a”. Este sonido es característico de las lenguas semíticas y en general de las lenguas afro-asiáticas. Otro ejemplo es el signo de la cabeza humana. La palabra para cabeza en semítico es rash que coincide con el nombre de la letra r del alfabeto fenicio que es resh. Gardiner volvió a la pequeña esfinge de piedra arenisca y concluyó que las letras fenicias derivaban de los signos de la nueva escritura sinaítica e intentó leer las inscripciones sinaíticas de la izquierda a partir de las letras fenicias. Estas son las últimas cuatro letras de la inscripción:

Estas son las mismas cuatro letras correspondientes al alfabeto fenicio:

Las secuencias se leen de izquierda a derecha. La tercera y la cuarta letras son las mismas en la inscripción sinaítica y en la secuencia fenicia: “l” y “t”. La “l” ha experimentado un proceso de rotación en el paso del sinaítico al fenicio, que es perfectamente normal. En cuanto a la segunda letra, el ojo de la inscripción sinaítica, se corresponde bien con la letra circular del alfabeto fenicio llamada ayn, una consonante fricativa faringeal, pronunciada en la garganta, característica en general de las lenguas afroasiáticas pero de la que carecen las lenguas europeas. El primer signo, si la secuencia anotaba lo que Gardiner sospechaba, debía corresponder a una “b”, aunque el signo sinaítico y la letra fenicia difieran formalmente en este caso. Gardiner tenia cuatro consonantes: “b”, ayn, “l” y “t”. La nueva escritura sinaítica, al igual que la escritura fenicia, parecía no anotar las vocales pero convenientemente vocalizada, la secuencia podía leerse Baalat, es decir, el nombre semítico de la diosa Hathor. Años más tarde se descifró la inscripción de la derecha de la base de la esfinge. La secuencia se lee de izquierda a derecha. Los últimos cuatro signos son los mismos que Gardiner ya había descifrado: Baalat. El cuadrado central, correspondiente a la “b”, se usa como primer signo de la palabra Baalat y a la vez como último signo de la palabra previa, maheb, que significa “amado”. La inscripción completa reza "amado de Baalat", traducción lingüística y cultural de la inscripción en jeroglíficos egipcios de la misma esfinge, que decía "amado de Hathor". La esfinge de Serabit el-Khadim, puede ser considerada como una pequeña Piedra de Rosetta de la escritura sinaítica.

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4A.2. La invención del alfabeto, el legado de los jeroglíficos

Gardiner concluyó que los signos alfabéticos sinaíticos habían sido aislados por acrofonía, cada signo anotaba el primer sonido de la palabra semítica que designaba lo que el signo en sí mismo representaba. Por ejemplo, si el signo representaba una cabeza humana, en semítico resh, con “r” inicial, el signo de la cabeza humana pasaba a anotar la consonante “r”. La nueva escritura consistía en un alfabeto de tipo pictográfico, cuyos signos reproducían o estaban inspirados directamente en los jeroglíficos egipcios, y fue denominada escritura proto-sinaítica. La lengua que este alfabeto anotaba era del grupo semítico noroccidental, como los posteriores fenicio y hebreo. Muchos años más tarde, en 1961, en su historia de Egipto, Gardiner escribió: "los jeroglíficos siguen vivos, aunque en una forma trasmutada, dentro de nuestro propio alfabeto".

Goldwasser En los últimos 20 años nuestro conocimiento sobre la escritura proto-sinaítica ha aumentado de manera muy significativa, gracias al trabajo de distintos especialistas entre los que destaca la egiptóloga israelí Orly Goldwasser. En 2006, Goldwasser reexaminó detalladamente los documentos desde una amplia perspectiva que considera la paleografía de las inscripciones, estudio de la forma de los signos, y su contexto geográfico, histórico, etnográfico y cultural. Goldwasser concluyó que el alfabeto proto-sinaítico fue inventado por semitas poco egiptizados y casi iletrados en Serabit el-Khadim, durante el Reino Medio, probablemente durante el reinado de Amenemhat III. En cuanto a la documentación, conservamos 33 inscripciones proto-sinaíticas en total: 30 proceden de Serabit el-Khadim; dos de Wadi el-Hol, en el desierto al noroeste de Luxor, y una de El-Lahun, en El Fayum. Consisten mayoritariamente en inscripciones rupestres sobre muros rocosos (a veces en forma de estelas), sobre estatuillas o placas de piedra.

Puntos esenciales de su argumentación A.

Ejecución tosca. Según Goldwasser denota que los autores de las inscripciones son prácticamente iletrados y poco egiptizados, pues no conocen los principios que gobiernan la escritura jeroglífica propiamente dicha.

B.

Procedencia del Sinaí de la práctica totalidad de las inscripciones proto-sinaíticas. Para Goldwasser indica que la nueva escritura nació muy probablemente allí, aunque algunos autores han planteado la posibilidad de que naciera en Egipto a raíz del reciente descubrimiento de las dos inscripciones de Wadi el-Hol. Es en las inscripciones jeroglíficas egipcias de Serabit elKhadim donde hay que buscar los prototipos de los signos proto-sinaíticos. Por ejemplo, en las Estelas de Khebeded, el oficial semita que trabaja en las minas de Serabit el-Khadim y que se hace representar montado en un burro, Goldwasser observa que los signos jeroglíficos tienen una forma muy parecida a la forma de los correspondientes signos protosinaíticos.

C.

Prototipos de los signos proto-sinaíticos. Goldwasser considera dos tipos:  Jeroglíficos esculpidos en inscripciones egipcias del Reino Medio, fines de la XII dinastía, en el mismo Sinaí, sobre todo en Sherabit el-Khadim.  Objetos de la realidad que dan lugar a signos de nueva creación.

D.

Lengua de las inscripciones. Se trata de una lengua semítica noroccidental muy próxima al fenicio, al arameo y al hebreo, con las que comparte el léxico.

E.

Finalidad de las inscripciones: cultual y religiosa. Existe un estímulo interno, necesidad espiritual de los trabajadores semitas de las minas, y un estímulo externo, ejemplo egipcio que emular. Es decir, los semitas buscaban escribir sus propias invocaciones a sus dioses (como la diosa Baalat y el dios supremo El) y anotar sus nombres propios y sus títulos como oferentes a

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4A.2. La invención del alfabeto, el legado de los jeroglíficos

imitación de lo que hacían los egipcios con los que convivían. Según Goldwasser, esto explica el nacimiento del alfabeto en ese lugar y en ese momento en concreto. F.

Mecanismo de aislamiento de los signos: acrofonía. Los creadores del sistema ignoraron el valor fonético o semántico del signo jeroglífico egipcio escogido, probablemente por desconocimiento. Procedieron identificando los sonidos consonánticos de su lengua semítica, un total de veinte, y escogieron una palabra de su lengua que empezara por cada uno de ellos, acto seguido, establecieron como signo para anotar cada sonido el jeroglífico egipcio que representaba el objeto de la realidad designado por la palabra en cuestión o, en su defecto, un icono de nueva creación. Es importante que tengamos bien presente que los alfabetos semíticos solo anotan las consonantes.

Escritura proto-sinaítica Ejemplos de signos proto-sinaíticos Para la consonante b, los creadores del alfabeto escogieron la palabra bayt, que significa “casa”, y el signo jeroglífico que representa una casa (a la izquierda de la flecha) para anotarlo. A la derecha de la flecha está su adaptación en la escritura proto-sinaítica.

El sonido de la oclusión glótica, que consiste en una obstrucción del paso del aire que se produce en la glotis característico de las lenguas semíticas y afroasiáticas (aunque las lenguas europeas carecen de él), los creadores del alfabeto escogieron la palabra 'alep, que significa “buey”, para anotarlo y adoptaron el signo jeroglífico de la cabeza de buey adaptado. Es importante que tengáis bien presente que el primer sonido de la palabra 'alep no es la vocal “a”, sino justamente esta oclusión glótica.

Para el sonido de la aspiración, los creadores del alfabeto parecen haber escogido las interjecciones ¡hey! o ¡hoy! que utilizarían los capataces para llamar a los obreros al trabajo. El signo jeroglífico seleccionado representa a un hombre que levanta los brazos, que aparece muy frecuentemente en las inscripciones egipcias del Sinaí, y en concreto de Serabit el-Khadim, para anotar el título de capataz.

Para el sonido y, se escogió la palabra yad, que significa “mano”, y se adoptó el signo jeroglífico del brazo y la mano.

Para el sonido k, se escogió la palabra kap, que significa “palma de mano”. Los signos jeroglíficos egipcios de la mano y de la palma de mano en las inscripciones del Sinaí, a la izquierda de la flecha, reproducen formas muy estilizadas y siempre en horizontal, mientras que el signo proto-sinaítico es más detallado y aparece normalmente reproducido en vertical. Por ello Goldwasser piensa que el signo protosinaítico pueda tener referente real.

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En cuanto al sonido l, se escogió la palabra lamd, que significa “cuerda de doma”, y se adoptó cualquiera de los signos jeroglíficos que a los semitas podían sugerirles este objeto.

Para el sonido m, se escogió las palabra mayim, que significa “agua” se adoptó el signo jeroglífico del agua.

Para el sonido n, se escogió la palabra nahash, que significa “serpiente” y se adoptó el signo jeroglífico de la serpiente.

Para el sonido del ayn, una consonante fricativa faringeal con sonido característico de las lenguas semíticas y afroasiáticas inexistente en las lenguas europeas, se escogió la palabra 'ayn, que significa “ojo”, y se adoptó el signo jeroglífico del ojo.

Respecto al sonido q, característico de las lenguas semíticas y afroasiáticas pero no de las lenguas europeas, y que es distinto de la “k” porque se pronuncia en la úbula (campanilla), se escogió la palabra qop, que significa “mono”. Puesto que no hay signos jeroglíficos con esta forma, el prototipo del signo proto-sinaítico debió ser, o bien el referente real, o bien las imágenes del dios Thot en su forma de mandril que era adorado también en el Sinaí y en concreto en Serabit el-Khadim.

Para el sonido r, se escogió la palabra resh, que significa “cabeza”, y se adoptó el signo jeroglífico de la cabeza.

En cuanto al sonido t, se escogió la palabra tau, que significa “señal o marca”, y se adoptó un signo jeroglífico que para los semitas parecía una señal o una marca.

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Ejemplos de inscripciones con escritura proto-sinaítica Los primeros objetos son dos estatuillas votivas y el tercero, un panel rupestre en forma de estela.

En la primera de las estatuillas, podemos leer la secuencia T N T, tal vez el nombre de la diosa Tanit. En la segunda de las estatuillas podemos leer el nombre de la diosa Baalat precedido de una L, que es la preposición de dativo. La secuencia significa por tanto, “para Baalat”. El nombre de la diosa Baalat vuelve a encontrarse en la parte inferior de la columna de la derecha del panel en forma de estela.

Escritura proto-cananea Tras la caída del Reino Medio, la nueva escritura alfabética se extiende por toda el área semítica cananea, y por eso pasa a llamarse escritura proto-cananea. Se conocen 22 inscripciones en total en escritura proto-cananea. La más antigua de las cuales es la que se encuentra sobre la Daga de Lakish, al este de Hebrón y que data de h. 1700 a.C. La escritura proto-cananea sigue siendo empleada de manera muy restringida y esporádica, sobre todo para anotar nombres de personas y de divinidades por gentes humildes y anónimas, lejos de las escuelas de escribas y de la alta cultura o de las cancillerías de los Estados. Los grandes Estados a lado y lado de la región desértica sinaítico-cananea la ignoran por completo. Los hyksos, semitas de origen cananeo que se hacen con el poder faraónico, no adoptan el alfabeto semítico del Sinaí sino que se egiptizan por completo y adquieren las prestigiosas formas culturales egipcias, entre ellas, las escrituras. En su capital, Avaris, no se ha hallado ni una sola inscripción en alfabeto proto-sinaítico o protocananeo. El único estado que sí posee una escritura alfabética es la ciudad estado semítica de Ugarit, en la actual costa siria. Allí entre los ss. XIV y XII a.C. fue creado y utilizado un alfabeto cuneiforme, cuyos signos se escribían a base de cuñas que se imprimían sobre tablillas de arcilla, como se hacía en Mesopotamia.

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La fotografía muestra una tablilla alfabética de Ugarit donde se han anotado todos los signos alfabéticos en el mismo orden que después tendrán en el alfabeto fenicio. No sabemos si el alfabeto cuneiforme de Ugarit es una adaptación de la escritura proto-cananea o una creación paralela, pero después de la caída y destrucción de Ugarit por parte de los Pueblos del Mar h. 1200 a.C. dejó de ser utilizado.

Transición del alfabeto proto-cananeo al alfabeto fenicio Fue el alfabeto proto-cananeo el que dio origen al alfabeto fenicio produciéndose la transición del uno al otro a finales del II milenio, en concreto en los ss. XI-X a.C. Las inscripciones incisas sobre las puntas de bronce encontradas en la localidad junto a Belén, las Flechas de El-Khader, fechadas precisamente en los ss. XI-X a.C. son consideradas como el eslabón entre la escritura proto-cananea y la escritura fenicia. La transición entre el alfabeto proto-cananeo y el alfabeto fenicio consistió en un fuerte proceso de estilización gráfica de los signos durante el que dejaron de ser pictográficos, imágenes que representaban seres u objetos de la realidad, y pasaron a ser trazos convencionales, como lo son todas las letras alfabéticas desde el alfabeto fenicio. Durante el paso del alfabeto proto-sinaítico al alfabeto fenicio, algunos signos experimentan un proceso de rotación de 90 grados o de 180 grados. Ejemplos de ello en el cuadro inferior: el primer signo, el de la cabeza de buey, experimenta una rotación de 90 grados; el de la cuerda de doma, experimenta una rotación de 180 grados. Los sonidos anotados por esos signos fenicios, en la tercera columna, son los mismos que anotaban los signos protosinaíticos, ya que ambas son lenguas semíticas. Posteriormente, los griegos adoptaron el alfabeto de los fenicios. Más tarde, los romanos lo adoptaron de los etruscos, que a su vez lo habían adoptado de los griegos. Así, en la cuarta columna figura la forma que las letras adquieren en los alfabetos griego y latino. Algunas letras griegas y latinas vuelven a experimentar un proceso de rotación con respecto a las letras fenicias. Además algunas letras griegas y latinas estén orientadas del revés con respecto a las correspondientes letras fenicias, por ejemplo la letra E y la K, debido a que la escritura fenicia se escribía de derecha a izquierda, mientras que las escrituras griega y latina se escriben de izquierda a derecha. La última columna indica el sonido que las letras griegas y latinas anotan. Las letras que en fenicio habían anotado fonemas característicos inexistentes en la lengua griega y latina como la oclusión glótica, la aspiración o la y (en color rojo), los alfabetos griego y latino las recategorizaron y las utilizaron para anotar las vocales. Así, la letra derivada del antiguo signo proto-sinaítico de la cabeza de buey sirvió para anotar la vocal a. La letra derivada del signo protosinaítico del hombre con los brazos en alto sirvió para anotar la vocal e. Y la letra derivada del signo proto-sinaítico de la mano sirvió para anotar la vocal i.

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4A.2. La invención del alfabeto, el legado de los jeroglíficos

Las letras derivadas de los signos proto-sinaíticos del ojo y del mono, que habían servido para anotar los sonidos consonánticos del ayn y de la q, fueron utilizadas en el alfabeto griego y latino para anotar respectivamente la vocal o y la consonante k en determinados contextos gráficos. Cuando los egipcios a partir del s. II a.C., pero sobre todo a partir del s. II d.C., empezaron a escribir su propia lengua con las letras griegas y crearon la escritura copta, desconocían que las nuevas letras derivaban de algunos signos jeroglíficos de sus antepasados después de una evolución gráfica de casi 2.000 años y de un periplo geográfico circular de Egipto al Sinaí, del Sinaí a la franja Sirio-Palestina, de la franja Sirio-Palestina a Grecia, y de Grecia de nuevo a Egipto.

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4A. Hyksos

HYKSOS. EGIPCIOS Y SEMITAS EN EL SINAÍ ............................................................................. 1 LA PENÍNSULA DEL SINAÍ .............................................................................................................. 1 GEOGRAFÍA Y CLIMA ........................................................................................................................... 1 I DINASTÍA ......................................................................................................................................... 2 CONTROL Y EXPANSIÓN CON N ARMER ................................................................................................. 2 WADI EL-HUMUR ................................................................................................................................ 3 REINO ANTIGUO ............................................................................................................................... 3 WADI M AGHARA ................................................................................................................................ 3 PRIMER PERIODO INTERMEDIO .................................................................................................. 3 REINO MEDIO, XII DINASTÍA......................................................................................................... 4 E STE DEL DELTA Y NORTE DEL SINAÍ .................................................................................................... 4 Política de hostilidad ...................................................................................................................... 4 Política de asentamientos................................................................................................................ 4 SUR DEL SINAÍ .................................................................................................................................... 5 Expediciones................................................................................................................................... 5 LA INVENCIÓN DEL ALFABETO, EL LEGADO DE LOS JEROGLÍFICOS ............................... 6 PETRIE ................................................................................................................................................ 6 GARDINER .......................................................................................................................................... 6 GOLDWASSER ..................................................................................................................................... 8 Puntos esenciales de su argumentación ........................................................................................... 8 E SCRITURA PROTO-SINAÍTICA .............................................................................................................. 9 Ejemplos de signos proto-sinaíticos................................................................................................. 9 Ejemplos de inscripciones con escritura proto-sinaítica................................................................. 11 E SCRITURA PROTO-CANANEA ............................................................................................................ 11 TRANSICIÓN DEL ALFABETO PROTO-CANANEO AL ALFABETO FENICIO.................................................. 12

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4B.1. Hyksos. Dominio y expulsión: Introducción al Segundo Período Intermedio

Hyksos. Dominio y expulsión Introducción al Segundo Período Intermedio El Segundo Período Intermedio es una época que ocupa alrededor de 221 años y que reúne las dinastías XIII, XIV, XV, XVI y XVII. Estamos hablando de una elevada cantidad de monarcas que reinaron en un espacio de tiempo relativamente reducido. El Segundo Período Intermedio comienza al final de la dinastía XII, cuya última reina faraón fue Sobekneferu. La dinastía XIII es una continuidad de la dinastía XII en cuanto a que, probablemente, en sus orígenes, incluso existen relaciones familiares que unen un período y otro. Pero, junto a la dinastía XIII, nace en el noreste del Delta lo que llamamos dinastía XIV, la llegada de los Hyksos que formaron la dinastía XV, y paralelamente, la existencia de dos dinastías de origen tebano, la XVI y la XVII. Estos últimos se encargarían de comenzar el proceso, la guerra, que concluiría el rey Ahmose con la expulsión de los Hyksos. El primer rey del Segundo Período Intermedio sería Wegaf Khutawira, monarca de la dinastía XIII el último seria Kamose, último monarca de la dinastía XVII. La dinastía XII tenía control sobre todo el territorio egipcio hasta la segunda catarata del Nilo. Pero tras ella, Egipto comienza a fragmentarse y, aunque la dinastía XIII tendría un dominio casi total del territorio, una dinastía XIV controlaría el noreste del Delta. Según opinaba Ryholt en su libro de 1997, las dinastías XIII y XIV fueron total o casi totalmente contemporáneas. Sin embargo, otras hipótesis plantean que la dinastía XIII fuera continuación de la XII y que en su parte final hubiera visto nacer esa dinastía XIV en el Delta. Dinastías XIII-XIV

La dinastía XV, fundada por los hyksos procedentes de la región sirio-palestina, ocupa con rapidez el Delta egipcio. Según algunos investigadores, esta ocupación extingue la dinastía XIV y también la XIII creando un vacio de poder en el resto de Egipto, que podría haber facilitado la fundación de dos nuevas dinastías: una dinastía con sede en Abidos, muy discutible ya que apenas podríamos aportar pruebas de su existencia; y otra dinastía oriunda de Tebas, que formaría la dinastía XVI y posteriormente la XVII. Dinastía XV

La máxima extensión del poder hykso bajo la dinastía XV es discutible.

Una hipótesis sería que los hyksos hubieran ocupado solamente el Delta junto a buena parte del Medio y del Alto Egipto, controlando indirectamente el sur, la Tebaida. Incluso, podríamos suponer que los reyes tebanos fueran vasallos de los hyksos. Otra opción posible es que estos monarcas tuvieran el control total del territorio egipcio por un tiempo indeterminado, sin duda corto, tras el que comenzarían las contiendas, que tendrán lugar sobretodo en la dinastía XVII, entre Hyksos y Tebanos y que concluirán con la expulsión de los Hyksos por el rey Ahmose, primero de la dinastía XVIII.

Dinastía XIII Sobre la dinastía XIII en los Epítomes de la Aegyptiaca de Manetón compiladas por autores como Eusebio o Sincelo:

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4B.1. Hyksos. Dominio y expulsión: Introducción al Segundo Período Intermedio

La información que tenemos nosotros indica una cifra total de años de reinado inferior, además de una continuidad de la anterior dinastía XII con capital en Ity Tawy, ni en Dióspolis Magna ni en Dióspolis Parva. Los múltiplos fragmentos del Papiro Real de Turín, que miden un total de cerca de 1,70 metros, se han restaurado a lo largo del siglo XX y son una fuente muy importante de información. En particular, las columnas siete y ocho del Papiro Real de Turín se refieren a los reyes que compusieron la dinastía XIII.

En la columna VII, línea 4 con letras de color rojo, la inscripción (aunque tiene muchas lagunas) nos indica el inicio de un listado de monarcas descendientes del rey Sehotepibra, el primer monarca de la dinastía XII:

Cada línea hace mención a un monarca, dando su nombre y la longitud de su reinado, hasta el final de la columna séptima y continuando por la columna octava. Desde la columna VII: línea 4 a la columna VIII: línea 27, se enumeran aproximadamente cincuenta y siete reyes, cifra muy similar a la mencionada en los Epítomes de Manetón.

La imagen de la izquierda es de Auhibra Hor; en la parte central, una estela de Sebekhotep III junto a las diosas Anuket y Sateth, que fue hallada en Sehel; en tercer lugar, la estatua de Neferhotep I hallada en Medinet el-Fayum y custodiada en el Museo de Boloña; y finalmente, la figura de Sebekhotep V hallada en Karnak.

Las dinastías XIV y XV Dinastía XIV La dinastía XIV, según algunos de los Epítomes de Manetón es una dinastía que estuvo constituida por 76 reyes, procedentes de la ciudad de Xois, una ciudad situada en el delta de Egipto. La longitud global de sus reinados difiere según la fuente que tomemos, pero se habla de entre 184 y 484 años.

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4B.2. Hyksos. Dominio y expulsión: Las dinastías XIV y XV

Se podría pensar que la mención de Xois, una ciudad del delta poco importante en este periodo, como origen de esta dinastía, se debiera a la similitud entre los términos Hekaw Hasw (Xois) y hekaw haswt (hyksos) y que lo que se quiso decir es que se trataba de una dinastía de hyksos, de “gente extranjera”.

(Xois)

(Hyksos)

En el Papiro Real de Turín, esta dinastía XIV empezaría en la columna VIII: línea 28 y abarcaría toda la columna IX y buena parte de la columna X hasta la línea 21. Considerando las lagunas existentes, contabilizaríamos al menos 51 monarcas, por lo tanto entre la dinastía XIII y la dinastía XIV hemos superado con creces el centenar de reyes documentados. En este fragmento del Papiro Real de Turín podemos ver escrito en hierático el nombre de Nehesi. Nehesi, el primero o uno de los primerísimos reyes de esta dinastía XIV, nos ha legado buena parte de los monumentos que conocemos de dicha dinastía, todos en el noreste del Delta, el ámbito de acción de estos monarcas.

Varios textos, algunos de carácter literario, se refieren a este periodo. La Historia de Sinuhé, nos informa de turbulencias en el mundo asiático: “Cuando los asiáticos conspiraron para atacar a los gobernantes de las tierras extranjeras, yo me opuse a sus movimientos.” En la Instrucción de Merikara, una instrucción del rey Khety a su hijo Merikara durante la dinastía X, nos hablan de la llegada de asiáticos al delta de Egipto: “El este está lleno de extranjeros.” La Profecía de Neferty, nos habla de que estos asiáticos llegados al este están convirtiéndose en enemigos de Egipto: “Enemigos han emergido en el este; asiáticos han venido a Egipto, pues no hay fortalezas ni guardias que los escuchen.” En los Reprobatorios de Ipuwer se habla de destrucciones dentro de esa sintonía catastrofista propia de este texto: “Los nomos están destruidos. Extranjeros de fuera han venido a Egipto.” Una de las fuentes más interesantes para observar esa llegada pacífica de extranjeros a Egipto es la Tumba de Khnumhotep II, un nomarca de la dinastía XII, en la necrópolis de Beni Hassan. Se representa una hilera de extranjeros cananitas acompañados de sus familias e hijos, con vestimenta colorista, con su peinado característico. El primer hombre de la derecha lleva en su mano una carta con una inscripción: “Año 6, bajo la Majestad del rey Khakheperra [rey Senusert II]. Relación de los cananeos que vienen con cohol, que trajo consigo el hijo del jefe Khnumhetep. Número total de cananeos del país de Neshu: 37.”

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4B.2. Hyksos. Dominio y expulsión: Las dinastías XIV y XV

En todo caso, en esta dinastía XIV, a parte de los numerosos monarcas con nombres puramente egipcios, hallamos otros reyes que poseen nombres extranjeros, como sería el caso de Yaammu, Yakbim, Sheshi o Yaqub-Har, quizás el más popular de esta serie por que su nombre recuerda muchísimo a Jacob, el Jacob bíblico.

Dinastía XV La dinastía XV, según los Epítomes de Manetón estuvo formada por 6 reyes pastores, es decir hyksos, que procedían de Fenicia.

Los filólogos especialistas intentan averiguar cuál es el origen geográfico de estas gentes hyksas mediante el estudio de los nombres propios. Por ejemplo, el nombre de Smkn indica un origen hurrita o ugarita:

Pr-ntj parece ser un nombre semita noroccidental:

El nombre Skr-hr de procedencia semita occidental:

Hy3n, amorrita:

Y la procedencia del nombre propio h-mw-dj quedaría indeterminada.

Parecería que el origen de los hyksos apunta hacia el mundo urrita, semita o amorrita. Manetón, a través de la compilación del monje Sincelo, personaje del s. VIII d.C. nos dice que la dinastía XV estuvo constituida por reyes de Dióspolis. Indicativo de que, tanto Manetón, como sus compiladores,

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4B.2. Hyksos. Dominio y expulsión: Las dinastías XIV y XV

presentan errores importantes y no son una fuente que podamos corroborar con el conocimiento que hoy tenemos. En el Papiro Real de Turín, estos monarcas se mencionan al final de la columna X.

Solo se conservan unos pocos restos de esta parte del Papiro Real de Turín, con lo cual se han perdido los nombres de los monarcas, excepto el último de ellos, Khamudi (línea 27). En la línea 28, se indica que hubo un total de seis reyes hyksos, el mismo número que se mencionaba en los Epítomes de Manetón, que habrían reinado durante poco más de 100 años. El fragmento de la izquierda pertenece a un texto hallado en Tell el-Daba, la antigua Avaris, se refiere al rey Sekerher. Menciona su nombre Nebty, “el que subyuga a los arcos”; su nombre Horus de oro, “el que establece su frontera”; y sobre el cartucho que contiene su nombre Sekerher, el título heqa khasut. El empleo de la titulatura propia de hykso indica que estamos ante uno de los primeros reyes de la dinastía. Las dos esculturas de abajo corresponden al reinado del rey Khayan, su sucesor, una procede de Bagdad y la otra del Museo Británico. De este rey conocemos su nombre de Horus en serekh y su nombre de Khayan, escrito en cartucho y también precedido del título heqa khasut usado entre estos primeros reyes hyksos.

A la izquierda, la parte inicial del Papiro matemático Rhind, que se dice copia de otro papiro de finales de la dinastía XII, contiene una inscripción del año 33 del rey Aauserra Apophis, sucesor de Khayan. Se trata del documento con fecha más alta que tenemos de este monarca de la dinastía hyksa XV.

La esfinge, sobre estas líneas, del rey Khakaura Senusert III, un importantísimo monarca de la dinastía XII, fue usurpada por el rey Apophis. Las inscripciones muestran su nombre de Horus dentro del serekh, su nomen en cartucho y su nombre de entronización también en cartucho al estilo egipcio, pero no su título

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4B.2. Hyksos. Dominio y expulsión: Las dinastías XIV y XV

como hykso heqa khasut, lo que podría interpretarse como una evolución respecto a su predecesor, que aún conservaba su titulatura original. Apophis y Khamudi habrían olvidado este título de Hykso, para usar solo la titulatura propia de la realeza egipcia.

Reconstrucción parcial de la dinastía XV Tanto los Epítomes de Manetón como el Papiro Real de Turín nos hablan de seis reyes para esta dinastía que podríamos ordenar de la siguiente manera: por el fragmento conservado del Papiro Real de Turín sabemos que el último monarca fue Khamudi; según la titulatura empleada por estos reyes, junto con otras fuentes, se puede asegurar que Apophis, un rey que gobernó más de 40 años, pudo ser el quinto rey de la dinastía; con anterioridad a Apophis, encontraríamos a Khayan en el trono; su predecesor sería posiblemente Sekerher y faltarían dos monarcas correspondientes a las líneas 23 y 24 de la columna X.

Tal vez tuviéramos que incluir en ese primer y segundo puesto a Shemuquenu y a Aper-Anati, porque son reyes reconocidos con la titulatura de hykso.

La dinastía XVI h. 1650-1649 a.C. - h. 1585? a.C. Origen de la dinastía La dinastía XVI es una dinastía oriunda de Tebas cuyo origen probablemente tiene relación con la llegada en el norte de los Hyksos. Algún autor sugiere que la invasión del Delta y la progresiva ocupación del norte de Egipto por los Hyksos creó un vacío de poder en la región del sur que bien pudiera haber provocado la creación de un reino centrado en la ciudad de Tebas. Así habría nacido probablemente esta dinastía XVI, a la cual continuaría la XVII, que sería la que finalmente, prácticamente provocaría la expulsión de esos Hyksos.

Documentación En los paneles que componen la Lista de Reyes del Akhmenu de Tutmosis III en Karnak, se mencionan algunos de los monarcas de la dinastía XIII, dinastía XVI y dinastía XVII, es decir, la primera y las dos últimas dinastías del Segundo Periodo Intermedio. Esta lista fue arrancada en 1843 y ahora se encuentra en el museo parisino de Louvre. Los monarcas que corresponden a las dinastías tebanas XVI y XVII están marcados en violeta y recuadrados en rojo se muestran monarcas de la dinastía XIII.

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4B.3. Hyksos. Dominio y expulsión: La dinastía XVI

Centrándonos en los reyes tebanos del Segundo Periodo Intermedio, pertenecientes a la dinastía XVII, encontramos en la posición 25 a Skn-nR’w, penúltimo rey, y a su lado a Snht-n-R’w, el antepenúltimo rey, con el número 26. En la posición 27 de esta fila encontraríamos a uno de los monarcas de la dinastía XVI, Swsr-nR’w (bbj-'nh). También podríamos hallar, en el número 38, al rey Nb-jrj-r’w I, perteneciente a la dinastía XVI. Respecto a los reyes en las posiciones 8 y 45, el rey Dhwty y el rey R’w-htp, hay discrepancias entre autores para situarlos en la dinastía XVI o en la dinastía XVII.

Un último monarca de esta serie de reyes tebanos del Segundo Periodo Intermedio mencionado aquí, es Sbk-htp VIII de la dinastía XVI. Curiosamente, la Lista de Reyes del Akhmenu de Tutmosis III, a pesar de que originalmente apenas pudo alcanzar los 61 reyes, contiene muchos monarcas pertenecientes al Segundo Periodo Intermedio comparándola con otras listas conocidas como la de Seti I en Abidos que los omite. Lamentablemente, no facilita ninguna información de índole histórica, como el orden cronológico de estos monarcas o la duración de su reinado. Respecto a la información suministrada por Manetón o sus compiladores, resulta contradictoria:

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4B.3. Hyksos. Dominio y expulsión: La dinastía XVI

El monje Sincelo siguiendo a Africano nos dice que la dinastía XVI estuvo formada por reyes pastores o hyksos con numerosos reyes que gobernaron más de medio milenio. De ahí, que buena parte de la bibliografía, sobre todo antigua, hable de estos reyes como los “vasallos hyksos menores descendientes de la dinastía XV”. Sin embargo, el mismo autor siguiendo a Eusebio nos habla de cinco reyes de Tebas que reinaron casi 200 años. Una fuente más apropiada para el estudio de las listas de reyes, el Papiro Real de Turín, nos facilita información interesante correspondiente a la dinastía tebana XVI en la columna XI. En la línea 15, una inscripción completa nos hablaría de un total de 5 reyes, probablemente se trata de un error y debería poner 15 que concuerda mejor con el tamaño de la lista que se encuentra por encima de esa linea. Aproximadamente, situamos a la dinastía XVI desde 1650-1649 a.C., supuesta fecha de la llegada de los Hyksos a Egipto, hasta una fecha indeterminada en torno a 1585.

Reconstrucción parcial de la dinastía XVI Si utilizamos la información del Papiro Real de Turín, a pesar de sus numerosas lagunas, podríamos obtener el siguiente listado de monarcas.

La lista de la dinastía XVI comenzaría probablemente en la última línea de la X columna del papiro, pero es en la línea 1 de la columna XI donde encontraríamos un primer nombre, cuya identificación es ambigua. Tal y como se mencionó anteriormente al hablar de la Lista de Reyes del Akhmenu de Tutmosis III, existen dudas en torno a los reyes Djehuty y Rahetep para saber cuál de ellos pertenece a la dinastía XVI y cuál a la XVII; esto se debe a que el nombre de entronización de ambos empieza exactamente igual, Sekhemra. Continuaría la serie el rey Sebekhetep VIII o el rey Sebekemsaf I, aunque muchos autores sitúan a este monarca en la dinastía XVII. Los reyes que siguen están mejor identificados: Neferhetep III, Mentuhetep VI, etcétera. Con algunos huecos se llega a las líneas 14 y 15, con lo que la dinastía XVI ronda un total de 15 monarcas.

Rahetep Al rey Rahetep algunos autores lo consideran uno de los primeros monarcas o el primer monarca de la dinastía XVII. El área de influencia de este monarca, por la procedencia de estelas, parece situarse en la región de Coptos y en la región de Abydos.

Djehuti

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4B.3. Hyksos. Dominio y expulsión: La dinastía XVI

El rey Djehuti sería el primer o segundo monarca de esta dinastía XVI, según Ryholt.

De él se conserva un poco más de información. Por ejemplo, la caja de Canopos de este monarca procedente de Tebas; la tumba de la reina Mentuhetep, esposa del monarca, hallada en el s. XIX también en la región tebana; y la inscripción de la imagen procedente del yacimiento de Edfu. Gracias al conocimiento que tenemos de la genealogía de la reina Mentuhetep podemos establecer, en esta época carente de fechas precisas, una probable cronología relativa: la distancia entre los últimos reyes de la dinastía XIII y los primeros de la dinastía XVI.

Como muestra el árbol, un abuelo de la reina Mentuhetep fue Ibiau, visir bajo el reinado de un monarca del mismo nombre y bajo el reinado de Merneferra Ay. Siendo así, la distancia entre este rey Ay, uno de los últimos reyes de la dinastía XIII, y el rey Djehuti, uno de los primeros de la dinastía XVI, debía ser evidentemente corta, alrededor de unos 30-40 años o incluso menor.

Sebekhetep VIII Sobre Sebekhetep VIII sabemos por el Papiro Real de Turín que reinó durante 16 años en uno de los reinados más largos de la dinastía XVI, junto con el del monarca Nebi R'w que gobernó 26 años. Una estela de Karnak explica que en el año 4 de su reinado hubo una gran inundación que afectó el templo de Karnak:

Neferhetep III El reinado de Neferhetep III, según el Papiro Real de Turín, duró apenas un año. Estos reinados muy cortos son típicos del Segundo Período Intermedio.

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4B.3. Hyksos. Dominio y expulsión: La dinastía XVI

La inscripción en la estela de la imagen correspondiente a este monarca dice:

La ciudad a la que se refiere es Tebas, que había sido hundida por el conflicto con los extranjeros. Este texto podría tomarse como parte de una fraseología, pero puede estar indicando el conflicto abierto con los Hyksos.

Mentuhetep VI El siguiente monarca de esta dinastía es Mentuhetep VI, S'nh-n-R’w, que contó únicamente con un año de reinado según el Papiro Real de Turín. De su reinado tenemos dos esfinges procedentes de Edfu y también una estela, de Karnak en Tebas, que orientan sobre el área de influencia de estos reyes. En la inscripción de la estela de Karnak también él habla de Tebas como la “ciudad de la victoria”:

Quizás, empleando el mismo tipo de fraseología que aparecía en la inscripción de Nekhehetep III, asociada probablemente con los momentos de dificultad debidos a la entrada en Egipto de los Hyksos y su progresión hacia el sur.

Nebiryrau I Nebiryrau I sería el monarca de más largo reinado de esta dinastía XVI, pues tenemos constancia de que duró 26 años. Conservamos de él la Estela jurídica de Tebas y escarabeos procedentes de Dióspolis Parva y de El-Lisht, una zona mucho más al norte de Egipto. Estos escarabeos están realizados con pasta vítrea por lo que algún autor ha sugerido que Nebiryrau I no tenía acceso a las minas de esteatita. En la Estela judicial de El Cairo, se hace mención al año 1 de Nebiryrau I. Recordemos como antes de ese año 1 de Nebiryrau el Papiro Real de Turín nos habla de Mentuhetep VI que reinó un año; Neferhetep III, que reinó un año con anterioridad a él; Sebekhetep VIII que anteriormente reinó 16 años; posiblemente Djehuti que reinó 3 años y quizás un predecesor, que apenas llegaría a un año. Es decir, que anteriormente al año 1 de Nebiryrau I, totalizaríamos 21 años de reinado para los monarcas de la dinastía XVI que le preceden.

Gracias a diversos textos y a la Estela judicial, se observa la distancia relativamente pequeña entre el rey Merhetepra de la dinastía XIII y el rey Nebiryrau I de la XVI, prueba a favor para reducir la cronología entre las diversas dinastías del Segundo Período Intermedio.

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4B.3. Hyksos. Dominio y expulsión: La dinastía XVI

Nebiryrau II Continuaríamos con la dinastía XVI hablando del monarca Nebiryrau II del que no tenemos más documentos que la propia mención en el Papiro Real de Turín. Su reinado debió ser inferior a un año.

Semenenra Tenemos de este rey una inscripción en un hacha actualmente custodiada en el museo Británico. En todo caso probablemente tampoco llegaría al año de reinado.

Bebiankh El siguiente monarca quizás sea un tanto más interesante, es Swsr-n-R’w Bebiankh que habría reinado doce años. De Bebiankh tenemos documentación procedente de Gebel Zeit, unas minas de galena, al norte de Tebas en la costa del Mar Rojo; alguna muestra procedente de Naqada; y una inscripción situada en Gebel Tjauti, que está en el Camino de Alamat Tal, una zona montañosa en el codo de Qena al norte de Luxor, explorada por Darnell en años recientes.

La Inscripción de Gebel Tjauti no menciona el nombre del rey pero autores como Jürgen von Beckerath, uno de los más reconocidos cronólogos en referencia a la cronología egipcia, la han vinculado al monarca Bebiankh. El texto se refiere al año 11 de un reinado y atestigua el lugar en que se observó el Orto helíaco de la estrella Sirio, hecho tan importante para la cronología Egipcia. Por ello se trata de una inscripción única. La inscripción se puede fechar en cronología absoluta h. 1593-1590 a.C. Ya que Bebiankh reinó 12 años es bastante posible que el texto se refiera a su reinado. De ser así, tendríamos un encuadre bastante interesante para esta época del Segundo Periodo Intermedio.

El inicio de la dinastía XVII h. 1585? a.C. – La dinastía XVII continúa con la tradición de reyes tebanos que comenzó en la dinastía XVI por tanto estamos en una época de finales del Segundo Período Intermedio en conflicto con la dinastía Hyksa.

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4B.4. Hyksos. Dominio y expulsión: El inicio de la dinastía XVII

No sabemos con exactitud cuándo se produce el corte entre la dinastía XVI y la dinastía XVII, estaríamos quizás h. 1585? como consecuencia de la conquista hyksa o del vasallaje de Tebas, ya comentamos que desconocemos si los hyksos llegaron a tener dominio total de Egipto o si el sur fue controlado por vasallaje pero no ocupado. En cualquier caso, sería posible una relación genealógica entre ambas dinastías, la XVI y la XVII. Flavio Josefo nos habla de una guerra continuada entre los monarcas de Tebas y los reyes hyksos (pastores):

Probablemente desde 1649-1650 a.C. en que comienza la dinastía XVI, hasta el momento en que finaliza la ocupación hyksa del delta, el conflicto alcanzara distintos grados y quizá solo al final de la dinastía XVII la guerra ente los monarcas tebanos y los hyksos fue más activa. Esta lista de reyes nos muestra los componentes de la dinastía tebana XVII según Ryholt:

El investigador británico Kim Ryholt dedicó en 1997 un magnifico volumen al Segundo Periodo Intermedio que, aunque con varios aspectos controvertidos, contiene importante información general, como un catálogo bastante exhaustivo de toda la documentación referente a este periodo. Esta lista comienza con el rey Rahotep, que según algunos autores pertenecería a la dinastía XVI. A partir de aquí, los siguientes monarcas son más fácilmente identificables como parte de la dinastía XVII hasta su último rey, Kamose. En esta reconstrucción hipotética del árbol genealógico de comienzo de la dinastía XVII, nos centramos en la parte izquierda, donde aparecen los reyes Sebekemsaf I, Intef VI e Intef VII:

La relación familiar entre Intef VI, Intef VII y Sebekemsaf es bastante conocida: sabemos que Intef VI e Intef VII son hermanos e hijos de Sebekemsaf.

Intef VI Sekhemra-Wepmaat Intef VI es conocido por diversos elementos que fueron hallados en el s. XIX en la necrópolis de Dra Abu el-Naga.

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4B.4. Hyksos. Dominio y expulsión: El inicio de la dinastía XVII

Las imágenes muestran su ataúd dorado y su caja de canopos que se encuentran en el museo del Louvre.

En el museo británico está el piramidión que colmaba la pirámide de este monarca, tengamos en cuenta que estamos hablando de pirámides que probablemente no superan los 8-10 metros de lado. Recientemente Daniel Polz encontró en Dra Abu el-Naga un pedazo de este piramidión.

Intef VII El rey Nubkheperra Intef VII, hermano del anterior, es probablemente el más importante de esta serie de reyes de inicios de la dinastía XVII. De él se conserva su ataúd se halló hacia 1827 en Dra Abu el-Naga; Mariet redescubrió la tumba en 1860 y en 2001 Daniel Polz la descubrió nuevamente. De Intef VII tenemos también una diadema de oro con una cobra en frente, actualmente en el museo de Leiden y otras piezas. Se han encontrado documentos referidos a este monarca en Abydos, Tebas, Gebel Intef (en el Camino Farshut estudiado por la expedición de Darnell) y referencias indirectas con la ciudad de Edfú, dado que su esposa era hija de un gobernador de esta ciudad. Esta fotografía actual de Edfú, bajada de Google Earth, enmarca la superficie del antiguo hotel de Edfú donde excavaciones recientes han hallado estructuras de almacenaje fechadas a finales del Segundo Periodo Intermedio, cuando Edfú era un emplazamiento de gran interés. No sería casual el matrimonio de una hija del gobernante de la ciudad con uno de los reyes más importantes de la dinastía XVII. Del rey Intef VII tenemos también un decreto muy conocido y sobresaliente, el Decreto de Coptos, donde se nos habla de la destitución de uno de los funcionarios más importantes del templo del lugar:

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4B.4. Hyksos. Dominio y expulsión: El inicio de la dinastía XVII

Respecto a la tumba de Intef VII en Dra Abu el-Naga, fue redescubierta en 2001 por Daniel Polz que encontró la base de la pirámide casi completamente destruida.

Este hallazgo sirvió para identificar el emplazamiento exacto de la tumba, que con anterioridad ya había sido descubierta en 1860 y 1827, y para verificar el aspecto aproximado de estas pirámides de la dinastía XVII. En Dra Abu el-Naga, Mariet encontró obeliscos con la titulatura completa de este monarca que desgraciadamente se perdieron de camino al Cairo al hundirse el barco.

Intef VIII Un monarca efímero del que tenemos muy poca o nula información es Sekhemra-herhermaat Intef VIII, incluso la posición de este monarca en la dinastía es, a veces, discutible. En todo caso su ataúd se conserva en el Louvre y también es una de esas formidables piezas que fueron halladas a mediados del s. XIX en Dra Abu el-Naga.

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4B.4. Hyksos. Dominio y expulsión: El inicio de la dinastía XVII

Sebekemsaf II Otro monarca del periodo es Sebekemsaf II, del que tenemos información procedente de lugares dispersos como Abydos, la propia Tebas, Coptos o Wadi Hammamat. Del Wadi Hammamat procede la inscripción del rey Sebekemsaf que nos habla de una expedición compuesta por alrededor de 130 hombres, indicativo del poder y capacidad organizativa del monarca más allá de la región tebana (abajo en primer lugar).

Los magníficos relieves en los que el monarca otorga ofrendas al Dios Montu, proceden de Medamut (segunda imagen de arriba). Las estatuas se hallaron en Abydos, la de la izquierda actualmente en el Museo Británico y la de su derecha actualmente en el Museo del Cairo.

Tenemos también una caja de canopos de este monarca. Respecto al escarabeo de corazón, perteneció a un rey llamado Sebekemsaf, seguramente se trata de Sebekemsaf II, ya que la tumba del otro Sebekemsaf que conocemos, fue saqueada y su contenido quemado por los saqueadores en la época de Ramses IX (como sabemos por el Papiro Abbott – sobre la inspección de diez tumbas, algunas de la dinastía XVII- y por el Papiro Leopold II).

Dra Abu el-Naga Dra Abu el-Naga es la necrópolis real por excelencia de los monarcas de la dinastía XVII y muy probablemente de los monarcas tebanos de la dinastía XVI. Así lo ratifican los grandes descubrimientos que se produjeron en esa necrópolis durante el s. XIX, entre ellos, los hallazgos de Petrie en 1908. El localizó en Dra Abu el-Naga el ataúd de una reina desconocida, un sencillo ataúd de niño y piezas de ajuar, algunas originarias del Reino de Kerma.

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4B.4. Hyksos. Dominio y expulsión: El inicio de la dinastía XVII

Esta es una vista general de la montaña tebana con el templo funerario de Seti I en primer plano y detrás Dra Abu el-Naga, la necrópolis de los reyes de la dinastía XVI y XVII. La carretera que va por la derecha de Dra Abu el-Naga hacia el interior de la montaña tebana, conduce al Valle de los Reyes, la necrópolis real en el Reino Nuevo.

El final de la dinastía XVII -1640 a.C. El final de la dinastía XVII es el momento en el que se está a punto ya de establecer la reunificación de todo Egipto después de la expulsión y derrota de los Hyksos. Tenemos una genealogía del final de la dinastía XVII bastante exacta a pesar de las discrepancias sobre el origen de Kamose:

El rey Senakhtenra, casado con la reina Tetisheri, están ambos bien documentados, y serían padres del siguiente monarca: el famoso Seqenenra, al cual se le conocen varias posibles esposas entre las que destaca la reina Ahhotep. La dinastía finalizaría con Kamose, cuya adscripción a la familia de Senakhtenra y Seqenenra se puede considerar segura, aunque se desconoce el vínculo concreto con sus predecesores en el trono de Egipto.

Senakhtenra El monarca Senakhtenra podría ser considerado como una especie de “fundador” de esta familia.

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4B.5. Hyksos. Dominio y expulsión: El final de la dinastía XVII

Las inscripciones en esta mesa de ofrendas de época Ramésida hacen mención a varios monarcas, entre ellos a Kamose, Seqenenra y Senakhtenra, lo que podría ser un indicativo de que en cierto modo es “fundador de una familia”. De este rey se conocía hasta ahora solo su nombre de entronización, Senakhtenra, pero un descubrimiento reciente en el Templo de Ptah en Karnak nos ha revelado su nomen, Ahmose (igual que el del primer rey de la dinastía XVIII, al que llamamos Ahmose I y que debería ser ahora el segundo); y también el nombre de Horus, Meryt Maat.

El rey Senakhtenra estaría casado con Tetisheri, una reina que abre el camino de una serie de mujeres que gozan de una gran influencia y poder político en el Egipto de finales de la dinastía XVII y comienzos de la dinastía XVIII, entre otras cosas porque actúan como regentes de reyes niños. En la estela de Ahmose y Tetisheri, en el Museo del Cairo, el rey nos habla de una serie de fundaciones que hizo para su abuela, la reina Tetisheri:

Estas inscripciones son desde luego interesantes, porque nos sirven para reconstruir cómo podían ser estos edificios y el paisaje inmediato que lo circundaba.

Seqenenra De esta época tenemos un texto literario que alude a una situación un tanto cómica, el Papiro Sallier I:

El rey hykso Apophis, de la dinastía XV, desafía al señor de Tebas, el rey Seqenenra, a través de una serie de mensajes advirtiéndole que los hipopótamos de Tebas le molestan y le impiden conciliar el sueño (tengamos en cuenta que Apophis reside en Avaris, a cientos de kilómetros al norte de Luxor). El texto trasluce la tensión entre Tebas y Avaris.

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4B.5. Hyksos. Dominio y expulsión: El final de la dinastía XVII

La momia del rey Seqenenra apareció en el Escondite Real de Deir el-Bahari y es una momia muy conocida, quizá una de las más famosas del antiguo Egipto, porque muestra, sobre todo en su cara, una gran cantidad de lesiones provocadas por armas que indicarían que Seqenenra pudo morir en la guerra contra los Hyksos. La esposa de Seqenenra era la reina Ahhotep de la que tenemos también mucha información. El texto de la izquierda, procede de una estela de Ahmose, hallada en Karnak, donde se enumeran los títulos principales de esta mujer y se aporta información sobre el papel que pudo desempeñar en esta fase final de la dinastía XVII, sobre todo tras fallecer su esposo Seqenenra y con el conocimiento de que Kamose, el rey que sucede a Seqenenra, probablemente no reinó más de tres años. En la tumba de la reina Ahhotep, aparte de un ataúd, conocemos dos de ella, fueron hallados numerosos objetos de ajuar: varias pulseras, un hacha ceremonial, una daga y auténticas moscas decoradas que son condecoraciones al valor, muy populares en esta época de la historia de Egipto.

Kamose La Segunda Estela de Kamose sitúa las fronteras geográficas del reino tebano en los inicios del reinado de Kamose, con los Hyksos al norte, en Hermópolis y, con el Reino de Kerma al sur, en Pathyris.

Al hablar de Pathyris ¿quizás se refiera a la ciudad de Gebelein? De cualquier modo, el norte de Egipto estaba en manos de los Hyksos y al sur se encontraba el poderoso

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4B.5. Hyksos. Dominio y expulsión: El final de la dinastía XVII

Reino de Kerma, que controlaba toda Nubia y, muy probablemente, también tenía influencia en la zona egipcia de Elefantina. En este mapa podemos hacernos una idea de cuál es el área de influencia del rey Kamose:

En la Tablilla Carnarvon I, fechada en el año 3 de Kamose, el monarca reconoce su difícil posición entre dos poderosos reinos y concluye que debe enfrentarse al asiático para reunificar Egipto: “Año 3 del (...) rey del Alto y Bajo Egipto (...) Kamose. (...) Su Majestad habló en su palacio a su consejo de magistrados: ‘Yo me pregunto, ¿cuál es mi fuerza? Un jefe está en Avaris, otro en Kush, y yo me siento aquí, entre un asiático y un nubio. Cada hombre tiene su pedazo en este Egipto, por lo que el país está partido conmigo. Nadie puede ir más allá de Menfis, aunque es agua egipcia. Mira, él tiene incluso Hermópolis. (...) Me enfrentaré a él y le rajaré su cuerpo, pues mi deseo es rescatar a Egipto, y expulsar al asiático.” A partir de esta situación inicial, una serie de enfrentamientos comienza la rápida expansión, hacia el norte y el sur, de la influencia territorial egipcia directa. La Segunda Estela de Kamose da información del conflicto bélico entre hyksos y tebanos: “(Estando en Sako) Capturé a un mensajero suyo en el oasis, mientras iba a Kush con un escrito, escrito por la mano del gobernante de Avaris: ‘Aauserra, hijo de Ra, Apophis, saluda a mi hijo el gobernante de Kush. ¿por qué te has erigido como gobernante sin hacérmelo saber? ¿has visto lo que ha hecho Egipto contra mí? El gobernante Kamose me está echando de mi propia tierra y yo no lo he atacado como todo lo que él te ha hecho; él ha sumido nuestros países en la tristeza, mi país y tu país, y los ha saqueado.

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4B.5. Hyksos. Dominio y expulsión: El final de la dinastía XVII

Ven, ¡navega hacia el norte! ¡No lo dudes! Mira, él está aquí conmigo. Nadie se enfrentará contigo en Egipto. No dejaré que se marche hasta que tú llegues. Luego, podremos repartirnos los pueblos de Egipto y Khenthennefer se regocijará’” El texto nos habla de un mensaje enviado por el rey hykso Aauserra a Nubia para planear una estrategia de tenaza contra Kamose, aprovechando la presencia de los soldados tebanos en territorio hykso. El mensajero procedente del delta tuvo que desplazarse por la Ruta de los oasis evitando el dominio tebano: El Fayum (A), Bahariya (B), Farafra (F), Dakhla (D), Jarga (K), hacia el oasis de Selima para entrar en contacto con el Reino de Kerma. Sin embargo, este mensaje fue interceptado haciendo fracasar la estrategia. En otro texto en la Segunda Estela de Kamose se nos habla de la continuidad de la guerra y cómo finalmente se luchó en los alrededores de Avaris. “Yo arribé a Per-Djedqen, estando mi corazón feliz pues le dí a Apophis una mala experiencia, ese príncipe sirio de brazos débiles. (...) Llegué a Inytnetkhenet (...) Tu corazón debe perecer, oh tú! vil asiático, que solía decir: ‘yo soy un señor sin igual desde Hermópolis a Pi-Hathor sobre el agua de Rekhty’. En cuanto a (la región de) Avaris, en los dos ríos, la dejé baldía sin habitantes; destruí sus poblaciones y quemé sus lugares hasta dejarlos en montones de rojizas ruinas para siempre, a causa de la destrucción que ellos habían realizado en Egipto.” A finales del reinado de Kamose el reino hykso se encuentra claramente debilitado. La muerte del monarca tebano le impide sin embargo alcanzar una victoria definitiva. También Kamose hizo conquistas en el sur llegando hasta la fortaleza de Buhén, en la segunda catarata del Nilo, donde se han hallado estelas que le mencionan: Estela de Buhén, de Kamose [Año 3] bajo la Majestad del rey del Alto y Bajo Egipto Wadj[kheper]ra (…) Construcción del fuerte (…) […] año 3 Estela de Buhén, de Ahmose (…) Yo fui un bravo luchador del poderoso [Ka]mose. Yo tomé 46 personas mientras seguía al gobernante (…) La tumba, aunque sea secundaria, de Kamose fue hallada en Dra Abu el-Naga con algunos objetos de ajuar, como la daga de la imagen. A la izquierda, la herencia que deja Kamose: un Egipto que prácticamente engloba todo el territorio, desde la segunda catarata (aunque es de dudosa evaluación el control real de esa zona tan extrema hacia el sur) hasta el delta.

Principio de la dinastía XVIII: Ahmose Por lo tanto la reconquista de Egipto no la va a realizar Kamose sino Ahmose, el primer monarca de la dinastía XVIII. Ahmose pertenece a la misma familia que sus predecesores de la dinastía XVII Senakhtenra, Seqenenra, etc. pero como conquistador de los últimos dominios hyksos y unificador de Egipto tras este periodo de poder fragmentado, se le consideró iniciador de una nueva época (a la que nosotros llamamos Reino Nuevo) y convirtiéndose por ello en el fundador de una nueva dinastía.

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4B.5. Hyksos. Dominio y expulsión: El final de la dinastía XVII

Estrategia Conocemos la estrategia que sigue Ahmose para derrotar a los hyksos. Ahmose se desplazó hasta la fortaleza de Tjaru, el punto más al este que controlaron los Egipcios, el inicio de los Caminos de Horus (la ruta que llevaba a Palestina). La conquista del emplazamiento de Tjaru resultaba estratégicamente interesante porque cortaba las líneas de comunicación y abastecimiento de los hyksos con la zona de Palestina. Papiro Rhind vº Año 11, II shemu: Iunu fue tomada I akhet 23; el del sur lucha contra Tjaru. Día 25, se dice que Tjaru fue tomada. Año 11, I akhet; nacimiento de Seth: la Majestad de este dios dio un grito; nacimiento de Isis: el cielo llovió Una vez imposibilitado el abastecimiento de la ciudad de Avaris por el este, el siguiente paso fue la conquista de la propia ciudad de Avaris.

La Inscripción de Ahmose, hijo de Abana, en la tumba en el yacimiento de El-Kab nos habla de cómo Avaris fue saqueada y que después se sitió Sharuhen durante tres largos años. Sharuhen se encuentra probablemente en el yacimiento de Tell el-Ajjul al sur de Palestina. “Cuando se puso sitio a la ciudad de Avaris, mostré bravura a pie delante de Su Majestad (…). Luego, la ciudad de Avaris fue saqueada, y yo me traje como botín a un hombre y tres mujeres, en total cuatro, y Su Majestad me los concedió como dependientes. Después se sitió Sharuhen durante tres años y cuando Su Majestad la tomó yo traje botín de allí dos mujeres y una mano. Se me concedió (otra vez) el oro del valor, y me dieron mis cautivos como dependientes” Con el saqueo de Avaris quedan derrotados los hyksos y se produce la reunificación del país. No existen relieves que narren ese proceso de conquista, la única excepción serían los muy fragmentados relieves hallados en los monumentos funerarios de Ahmose en Abidos. Estos fragmentos muestran caballos, arqueros, una parte de un barco, signos jeroglíficos donde probablemente debemos intuir ¿Djuhayret?, el nombre de Avaris, incluso unos signos que nos hablan de “Ipep”, quizá en referencia a Apophis. Se trata de un legado muy lagunar pero encontraremos mejores exponentes de esta narrativa bélica, de todo el proceso de conquista, durante la época Ramésida.

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4B. Hyksos. Dominio y expulsión

HYKSOS. DOMINIO Y EXPULSIÓN..................................................................................................1 INTRODUCCIÓN AL SEGUNDO PERÍODO INTERMEDIO .......................................................... 1 DINASTÍA XIII.......................................................................................................................................1 LAS DINASTÍAS XIV Y XV .................................................................................................................2 DINASTÍA XIV ......................................................................................................................................2 DINASTÍA XV ........................................................................................................................................4 Reconstrucción parcial de la dinastía XV.......................................................................................... 6 LA DINASTÍA XVI H. 1650-1649 A.C. - H. 1585? A.C........................................................................6 ORIGEN DE LA DINASTÍA ........................................................................................................................6 DOCUMENTACIÓN ................................................................................................................................. 6 Reconstrucción parcial de la dinastía XVI ........................................................................................8 Rahetep ................................................................................................................................................................... 8 Djehuti .................................................................................................................................................................... 8 Sebekhetep VIII ..................................................................................................................................................... 9 Neferhetep III ......................................................................................................................................................... 9 Mentuhetep VI ..................................................................................................................................................... 10 Nebiryrau I ........................................................................................................................................................... 10 Nebiryrau II .......................................................................................................................................................... 11 Semenenra ............................................................................................................................................................ 11 Bebiankh ............................................................................................................................................................... 11

EL INICIO DE LA DINASTÍA XVII H. 1585? A.C. – ....................................................................... 11 Intef VI ................................................................................................................................................................. 12 Intef VII ................................................................................................................................................................ 13 Intef VIII .............................................................................................................................................................. 14 Sebekemsaf II ....................................................................................................................................................... 15

DRA ABU EL-NAGA ............................................................................................................................. 15 EL FINAL DE LA DINASTÍA XVII -1640 A.C................................................................................. 16 Senakhtenra .......................................................................................................................................................... 16 Seqenenra ............................................................................................................................................................. 17 Kamose ................................................................................................................................................................. 18

PRINCIPIO DE LA DINASTÍA XVIII: AHMOSE............................................................................ 20 ESTRATEGIA........................................................................................................................................ 21

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

Amón En la quinta lección del curso Coursera de Egiptología, que lleva como título genérico Amón, vamos a estudiar diversos aspectos de la religión, la cultura y la historia del Egipto del Reino Nuevo.

Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba Vamos a conocer algunos de los dioses más importantes del panteón egipcio, aparte del Dios Solar heleopolitano: los dioses de Menfis, los dioses de Tebas y los dioses de ultratumba. Aunque nos centraremos especialmente en el Reino Nuevo, en algunos casos deberemos remontarnos a sus orígenes en el Reino Antiguo o incluso algo antes.

Dioses de Menfis En la antigüedad, en la región menfita, entendida en sentido amplio como la región que queda inmediatamente al sur del vértice del Delta del Nilo, hubo dos ciudades principales: Heliópolis, que se sitúa al norte de esta región, y Menfis, que fue la capital de Egipto durante el Reino Antiguo, situada hacia el sur en la orilla occidental del Nilo en plena zona aluvial (lo que explica que sean pocos los vestigios de la ciudad que han llegado hasta la actualidad). En el Reino Antiguo se rindió culto a los dos dioses de Estado más importantes: el dios Sol de Heliópolis (adorado bajo diversas formas como pueden ser Atum, Re, Khepri o Re-Atum) y el dios Ptah de Menfis. Tanto el dios Sol de Heliópolis como el dios Ptah de Menfis son dioses creadores, de ahí que tengamos por un lado una cosmogonía heliopolitana, y por otro lado una cosmogonía menfita. Una cosmogonía es una doctrina de la creación, una serie de creencias sobre la creación del mundo (como indica el significado del propio término en griego = generación del cosmos).

Ptah El dios Ptah es el un dios local originario de la región menfita que se convierte en una divinidad preeminente del Estado tras la fundación de Menfis hacia el año 3100 a.C. y el comienzo del Dinástico. Su templo en Menfis, actualmente en la localidad de Mit Rahina, se convirtió a lo largo de la historia de Egipto, en el recinto cultual más grande del país después del templo de Amón en Karnak. Por encontrarse sobre zona aluvial, quedan sólo unos pocos vestigios en la actualidad, mostrados en la imagen de la derecha: al norte, los restos del palacio del rey Apries de la época saíta, y al sur, los restos del recinto del templo de Ptah. Según algunos egiptólogos, el mismo nombre de Egipto pudo derivar del egipcio Hat-ka-Ptah, "Morada del ka de Ptah", que es el nombre que se daba en la Baja Época a un santuario del dios situado en el recinto de su templo

Sofía Cavero

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

menfita y, por extensión, a toda la ciudad de Menfis. Cuando los griegos llegaron a Egipto, extendieron el nombre Hat-ka-Ptah, aplicado a Menfis, a todo el país; lo helenizaron en la forma Aigyptos y de ahí deriva nuestro Egipto. Desde sus orígenes, Ptah es un dios artesano, que los griegos identificarían con su dios Hefesto. El título del sumo sacerdote de Ptah era wer-Kherep-Hemut, literalmente "grande de los jefes de los artesanos". Durante el Reino Antiguo este personaje religioso tuvo un destacado papel en la construcción de las pirámides, precisamente por ser “jefe de artesanos”. En Egipto un mismo personaje podía desempeñar simultáneamente sin ningún problema un cargo religioso y un cargo administrativo o ejecutivo. Ptah, en tanto que dios artesano, es el escultor o el herrero de la humanidad, creador de las artes y los oficios y el protector de los artesanos. Desde la Época Ramésida, Ptah se sincretiza con la divinidad menfita Ta-Tenen, la "Tierra Emergida" símbolo de la Colina Primordial, el primer ente surgido en el momento de la Creación. Surge así una divinidad sincrética: Ptah-Ta-Tenen, que identifica al dios Ptah con la Colina Primordial (único elemento que todas las cosmogonías egipcias comparten). A Ptah se le representa como un ser antropomorfo momificado, con las manos saliendo de las vendas de momificación, y sosteniendo un largo cetro que termina en la parte superior con tres símbolos superpuestos:

El primero es el Pilar Djed, símbolo de estabilidad; el central es el símbolo Ankh de la vida y el último es el cetro Was o Uas, símbolo de poder. El dios lleva en la cabeza un casquete y está colocado sobre una tarima en forma trapezoidal que puede simbolizar la Colina Primordial, la vara de medir que utilizaban los artesanos o ambas cosas a la vez.

Cosmogonía menfita Además de crear como artesano, el dios Ptah crea mediante un curioso mecanismo completamente distinto: el Verbo divino, como se recoge en un texto fundamental conocido con el nombre de Cosmogonía menfita, que se halla esculpida en la llamada Piedra de Shabaka. Shabaka es un rey kushita de la dinastía XXV y en la piedra explica la razón por la que ha hecho esculpir el texto: el original había sido encontrado en un papiro mucho más antiguo “roído por los gusanos”. La Piedra de Shabaka fue reutilizada en un molino, de ahí el agujero central y las estrías radiales, pero la parte esencial del texto, en la cual Ptah crea el mundo a través del Verbo divino, se ha conservado: “…El corazón se ha manifestado bajo el aspecto de Atum, la lengua se ha manifestado bajo el aspecto de Atum. Es Ptah, el Antiquísimo, quien ha dado (vida) a todos los dioses y a sus ka a través de este corazón y a través de esta lengua (…). Sucede que el corazón y la lengua tienen poder sobre todos los (demás) miembros (…): uno, concibiendo lo que él [= Ptah] desea, y el otro, ordenando lo que él desea. (...) La vista, el oído, la respiración: estos informan al corazón. Él es el que hace posible todo conocimiento, y es la lengua la que repite lo que el corazón ha pensado. Así nacieron todos los dioses y fue completada su Enéada. Cada palabra del dios se manifestó según lo que el corazón había pensado y la lengua había ordenado. (...) Este pasaje puede ser comparado con el capítulo 1 del Génesis o con los versículos 1-14 del capítulo 1 del Evangelio de Juan, donde el Dios Bíblico crea también a través de la palabra. La mención a Atum debe ser entendida simplemente como un símbolo de fuerza creadora y no como una referencia al dios Solar creador, es decir, la primera frase del texto significa que tanto el corazón como la lengua de Ptah se manifiestan como fuerza creadora. Para los egipcios, el corazón, y no el cerebro, es la sede de todo

ur-kherepu-hemuu es la palabra empleada en los subtítulos, podría tratarse de wer-Kherep-Hemut aunque no he podido confirmarlo.

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

conocimiento, y es la lengua la que repite lo que el corazón ha pensado. Así nacieron todos los Dioses y fue completada su Enéada con cada palabra de Ptah. ...Así fueron creados todos los oficios y todas las artes, la actividad de las manos, el movimiento de las piernas, el funcionamiento de todos los miembros, de acuerdo con esta orden que el corazón ha concebido y la lengua ha expresado, y da lugar a la aparición de todas las cosas. Así, Ptah es llamado ‘el autor de todo, aquel que ha creado a los dioses’, porque él es la Tierra Emergida, el que ha creado a los dioses, de quien ha salido cada cosa, alimentos y vituallas, ofrendas divinas y toda suerte de cosas buenas. (…) Así Ptah estuvo satisfecho después de haber creado todas las cosas, todas las palabras divinas. Él ha creado a los dioses, él ha hecho las ciudades, él ha fundado los nomos, él ha colocado a los dioses en sus santuarios, él ha organizado sus ofrendas, (…) él ha fabricado sus cuerpos, de acuerdo con sus [= de los dioses] deseos. Así los dioses entraron en sus cuerpos, de todo tipo de madera, de todo tipo de piedra, de todo tipo de arcilla, de cualquier cosa que crece sobre él y en la que ellos se pueden manifestar. Así, todos los dioses y sus ka quedaron fundidos con él, contentos y unidos con el Señor de las Dos Tierras”. En efecto, siendo la Tierra Emergida, Ptah se identifica con la tierra de donde salen los alimentos, las vituallas, las ofrendas divinas y toda suerte de cosas buenas. Es por esto que Ptah estuvo satisfecho después de haber creado todas las cosas, todas las palabras divinas; también el Dios Bíblico está satisfecho después de haber terminado su obra creadora. Añade que tras crear a los dioses, estos entraron en sus cuerpos, aquí se refiere a las estatuas divinas fabricadas de cualquier material procedente de Ptah en tanto Tierra Emergida/tierra.

Apis Otra importante divinidad de Menfis era Apis que se adoraba en la forma de un toro vivo. Era un dios de la fuerza procreadora que encontramos asimilado o vinculado a otras divinidades o al rey: 1.

Apis y Ptah. La fuerza procreadora del toro se identificaba con la fuerza creadora de Ptah. También se veía en el toro Apis la manifestación tangible y viviente del alma de Ptah.

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Apis y el rey. Una de las ceremonias más importantes del Festival de Sed, de rejuvenecimiento regio, era una carrera en que el rey y el toro Apis corrían juntos. De esta manera la fuerza regeneradora del toro se transmitía al rey.

3.

Apis y Osiris. Cuando un Apis moría se convertía en un Osiris, era convenientemente momificado y enterrado en un gran sarcófago de piedra, en una necrópolis en forma de catacumba que se hallaba en la localidad de Saqqara.

Del sincretismo entre Osiris y Apis surge Osirapis que, en época tolemaica asimilado a una serie de divinidades griegas, da a lugar al dios Serapis, adorado a lo largo de toda la época greco-romana. Del nombre de Serapis, se forma el término serapeum con el que los egiptólogos designan tanto el lugar de enterramiento de los toros Apis como cualquier recinto de culto dedicado al dios Serapis. El Serapeum de Saqqara data desde el Reino Nuevo hasta la época greco-romana. En cuanto al aspecto del toro Apis, Herodoto en el libro III de sus Historias dice lo siguiente: “Este Apis o Épafo es un novillo nacido de una vaca que después ya no puede concebir otra cría; dicen los egipcios que baja del cielo un resplandor sobre la vaca, por el cual concibe a Apis. Este novillo llamado Apis tiene estas señas: es

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

negro, con un triángulo blanco en la frente, la semejanza de un águila en el lomo, los pelos de la cola divididos en dos mechones y un escarabajo bajo la lengua. En la tradición egipcia este resplandor sería Ptah.

Demiurgo de Elefantina y Esna Los tres grandes demiurgos, dioses creadores o cosmogónicos, de la religión egipcia son el Sol, Ptah y Khnum de Elefantina y Esna. En la fotografía de la izquierda, la isla de Elefantina, que se encuentra en la región de Asuán, a la altura de la primera catarata del Nilo; en la fotografía de la derecha, el templo de Esna.

El dios Khnum es: El dios de la primera catarata, de la inundación y del poder fecundante del Nilo. Una personificación de la fuerza procreadora, y por eso se le representa en forma de carnero o bien en forma humana con la cabeza de carnero. Un dios cosmogónico que crea con arcilla mediante el torno del alfarero. Encontramos aquí una similitud con el segundo relato de la Creación del libro bíblico del Génesis, en el capitulo segundo, versículo 7. Un texto del templo de Esna reza como sigue: “Tú eres el señor del torno, que se regocija modelando con el torno, el dios benefactor, que organiza el país (...). Tú eres el Todopoderoso (...) y tú has hecho a los hombres con el torno, tú has creado a los dioses, tú has modelado ganado mayor y menor, tú has formado todas las cosas en tu torno, cada día, en tu nombre de Khnum, el alfarero” (Templo de Esna 319)

Dioses de Tebas Durante el Reino Antiguo Tebas es una pequeña ciudad provincial pero, a partir del Primer Período Intermedio y del Reino Medio, se transforma hasta convertirse en la capital de Egipto y en su ciudad más importante. Esto es debido al hecho de que los fundadores del Reino Medio (Montuhotep II) y del Reino Nuevo (Ahmose) son precisamente los señores de Tebas.

Montu El dios principal de Tebas, hasta la XI dinastía, es el dios Montu. De ahí que una parte de los reyes de esta dinastía se llama Montuhotep, que significa “Montu está satisfecho”. Al dios Montu se le representa en forma humana y con cabeza de halcón, tocado con una corona formada por un disco solar del que salía el ureo y dos largas plumas en la parte posterior. Era un dios eminentemente guerrero.

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

Amón En el paso de la XI a la XII dinastía se produce un cambio muy significativo: el nuevo dios principal de Tebas pasa a ser Amón ya desde principios de la XII dinastía. Por eso la mitad de los reyes de esta dinastía se llaman Amenemhat, que significa “Amón está al frente”.

Divinidad original El hecho de que Amón se convierta en una divinidad preeminente a partir del Reino Medio no significa que no exista durante el Reino Antiguo ya está documentado desde los Textos de las Pirámides. Originalmente Amón era un dios de naturaleza incognoscible cuyo nombre parece significar “el oculto” o “el invisible”. Amón era miembro de la Ogdóada, un conjunto de ocho dioses primordiales, cuatro machos y cuatro hembras que formaban cuatro parejas, cada una de las cuales simbolizaba una característica del caos primordial, es decir de la situación anterior a la creación del mundo. La pareja formada por Amón y Amonet, simbolizaba el carácter oculto, invisible, indefinido e informe de esa realidad anterior a la Creación. La Ogdóada era adorada en la ciudad de Hermópolis y era el centro de una cuarta cosmogonía además de la heliopolitana (Sol), la menfita (Ptah) y la de Khnum.

Divinidad imperial Desde la XII dinastía pero sobre todo desde el Reino Nuevo, Amón se convirtió en la divinidad imperial y se sincretizó con el dios Re, la principal divinidad de la realeza del Reino Antiguo, asumiendo muchos de sus rasgos y deviniendo de esta manera Amón-Re nesu-netjeru, “rey de los dioses”, nuevo dios supremo del panteón egipcio. Amón-Re, fue el dios de la guerra y del imperio. A partir de ahora, en las representaciones del faraón masacrando enemigos, el dios Amón aparece presidiendo la escena, como promotor y destinatario de la acción. Un ejemplo a la izquierda, esculpido en el templo de Medinet Habu. En virtud de todo lo dicho, Amón-Re es considerado a partir del Reino Nuevo, como un dios universal, uno de sus epítetos es "aquel que existe en todas las cosas". Empieza a fraguarse de esta manera, la concepción de la unicidad de la divinidad, que prepara y preludia las creencias de Amarna. En cuanto a la iconografía de Amón, normalmente se le representa en forma humana, de pie o sentado en su trono, llevando en las manos los símbolos de la vida (ankh) y del poder (cetro Was o Uas), y tocado con la corona de dos largas plumas, que probablemente había heredado de Montu. El animal sagrado de Amón es el carnero de cuernos curvados hacia abajo y hacia adelante, y por eso a veces se le representa en forma de carnero o en forma humana con los cuernos de carnero. A la izquierda, las esfinges en forma de carnero de Amón que presiden la entrada del templo de Karnak.

Tríada tebana Amón forma la llamada tríada tebana con otras dos divinidades: la diosa Mut, que simboliza la realeza femenina, y el dios Khonsu, un dios lunar hijo de Amón y de Mut, y por tanto príncipe, por lo que se le representa con la trenza lateral.

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La fotografía muestra a la tríada tebana junto con el faraón. El dios Amón (recuadro amarillo) está sentado en su trono y entrega al faraón (recuadro azul), arrodillado ante él, los símbolos del festival de Sed (en rojo), lo cual equivale a concederle larga vida. Detrás del faraón, se sitúa la diosa Mut (recuadro rosa). Detrás del dios Amón, tenemos a su hijo el dios Khonsu (recuadro verde). A Mut se la representa en forma humana, con el tocado de las reinas, que consiste en un casquete en forma de buitre y la doble corona. A Khonsu se le representa momificado con las manos saliendo de las vendas como a Ptah, y sosteniendo, en este caso, los cetros reales y el cetro Was o Uas propio del dios Ptah, va tocado con el disco lunar. El culto a los dioses tebanos tenía lugar en el conjunto de templos de Karnak, que los egipcios llamaban Ipet-sut, “el más apreciado de los lugares”. Es el recinto sagrado de mayores dimensiones y de mayor riqueza jamás levantado en Egipto, que fue construido desde el Reino Medio hasta la Época Ptolemaica. Los principales templos del conjunto son: el gran templo de AmónRe, dentro del recinto de mayores dimensiones (en la parte superior de la planta); el templo de Mut, en la parte inferior del plano; el templo de Khonsu, que queda en el ángulo suroccidental dentro del recinto de Amón; y el templo de Montu, que es el que queda más al norte. El templo de Karnak, estaba vinculado por una vía procesional al templo de Luxor, que los egipcios llamaban Ipet-resyt, es decir, “el harén del sur”. Allí se adoraba a Amón-Min, dios itifálico de la fertilidad, que se muestra en la fotografía de la izquierda.

La fotografía de la derecha muestra el primer pilono del templo de Luxor.

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

Anualmente, con ocasión de la fiesta de Opet, la más importante de las festividades de Amón, la estatua del dios en Karnak visitaba el templo de Luxor y, bajo la forma de Amón-Min, celebraba la unión con su esposa divina Mut, lo cual suponía la regeneración del universo.

Dioses de ultratumba Osiris El más importante de todos los dioses de ultratumba es el dios Osiris.

Divinidad original Originariamente, Osiris es un dios de: La tierra negra o fértil de Egipto, de las aguas de la inundación y de la fertilidad. La vegetación y de la fuerza germinativa de las plantas, en especial de las plantas cultivadas, como la cebada. Los muertos. A partir del Reino Nuevo, es frecuente que en las tumbas se depositen los llamados Osiris vegetantes (en la imagen uno procedente de la tumba de Tutankhamon). Un Osiris vegetante es una caja de madera, en forma de Osiris, con tierra y semillas de cebada en su interior como ayuda mágica para que el difunto resucite. El objeto se deposita en la tumba y cuando la cebada germina, eso simboliza la resurrección del difunto. La vinculación entre Osiris y la vegetación explica también imágenes como la de la izquierda, que procede de un papiro de época Grecoromana. El dios está representado estirado, momificado, con espigas de cebada que brotan de su cuerpo. Osiris es un dios muerto, pero también es un dios resucitado por este motivo se le llama por el epíteto Unennefer, que significa "aquel que está eternamente en buenas condiciones". En general, los dioses de la fertilidad y de la vegetación son también dioses de los muertos, como Osiris, pues existe un paralelismo evidente entre ambas funciones: las semillas se entierran para que fructifiquen y generen una nueva cosecha, los difuntos se entierran para que se regeneren y resuciten. Las creencias en torno a las divinidades de la fertilidad, de la vegetación y de los muertos suelen organizarse en ciclos míticos que comportan la unión sexual, la muerte y la resurrección.

Mito de Osiris El mito de Osiris está presente en diversos pasajes, dispersos y no secuenciales, desde los Textos de las Pirámides. Sabemos por estos fragmentos sobre la muerte de Osiris por obra de Seth, mediante arma blanca o por ahogo; la búsqueda del cadáver del dios, emprendida por sus hermanas Isis y Neftis, bajo forma de aves de rapiña (milanos); el lamento de las hermanas que se afligen y se golpean el pecho; el encuentro del cuerpo de Osiris y la recuperación de todos los miembros del dios, lo cual hace pensar en que fuera desmembrado por Seth (aunque los Textos de las Pirámides no hacen mención explícita a este suceso); el acoplamiento de Isis y de Osiris resucitado y la consiguiente concepción mágica de Horus; y la venganza final de Horus sobre Seth. De este modo, Osiris queda como rey de los muertos y Horus como rey de los vivos. Esta es una parte de la doctrina política de los Textos de las Pirámides. Son los autores grecolatinos, y en especial Plutarco (s. I-II d.C.) en su De Iside et Osiride, los que nos aportan tardíamente una versión secuenciada del mito, aunque con una cierta reinterpretación cultural.

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Según las recensiones griegas del mito osiríaco, los egipcios consideraban a Osiris como el primero de los faraones, un rey sabio, benefactor y civilizador, casado con Isis, diosa de la magia, que lo auxiliaba en su tarea. Pero Osiris tenía un hermano, Seth, que envidioso, planeó matarlo. Con una estratagema, Seth consiguió que Osiris se introdujera en un sarcófago, que el y sus cómplices sellaron y arrojaron al Nilo. El sarcófago flotó por el río hasta alcanzar el Mediterráneo y la ciudad de Biblos, donde Isis lo recuperó. Isis condujo el cuerpo de su esposo al delta del Nilo, donde, a causa de un descuido, Seth volvió a hacerse con él. Seth troceó entonces el cuerpo en catorce partes, que diseminó por todo Egipto para evitar que Isis las encontrara. Pero Isis, ayudada por su hermana Neftis, emprendió la gran búsqueda y halló cada una de las partes, excepto el falo, que el pez oxirrinco se había tragado. Celebró un ritual funerario en cada lugar donde había encontrado una parte del cuerpo de su marido y lo recompuso dotándolo de un falo manufacturado por ella, después lo hizo revivir mágicamente. De este modo pudo concebir de él a su hijo Horus. Isis parió a Horus oculta en las marismas del delta. Cuando éste hubo alcanzado la edad adulta, se enfrentó a Seth, lo venció y vengó a su padre. Como consecuencia de esta versión del mito, muchas ciudades egipcias tenían una tumba de Osiris donde había sido enterrado uno de sus miembros. El mito culmina cuando Horus queda como faraón en el trono de Egipto y Osiris pasa a reinar en el mundo de los muertos.

La primera fotografía muestra al dios Horus, con cabeza de halcón, y al dios Seth, con cabeza de animal fantástico, lo cual enfatiza su condición de monstruo, de dios del caos; en la imagen central Isis y Neftis protegen el cuerpo muerto y momificado de Osiris; la última fotografía muestra a Osiris momificado y sentado en su trono como rey de los muertos, detrás está Horus, tocado con la doble corona como rey de los vivos, y entre ambos se sitúa el dios Anubis.

Evolución histórica La primera documentación de Osiris consiste en textos funerarios, tanto privados como regios, que datan de la V dinastía. Los textos regios son los Textos de las Pirámides. Los teólogos heliopolitanos incorporaron a Osiris, probablemente porque en la doctrina de la realeza Osiris encarnaba ya la figura mitológica del rey difunto (y Horus la del rey vivo), aunque no hay evidencia de ello anterior a la V dinastía. Así, en los Textos de las Pirámides, Osiris puede ser tres cosas distintas: Dios de los muertos, excepto para el rey, cuyos destinos de ultratumba son celestes y solares. Dios con el que se identifica el rey difunto. Así, el rey Unis (dinastía V) puede ser llamado, Osiris Unis para enfatizar su identificación con Osiris. Dios de la Enéada heliopolitana junto a los demás dioses de su ciclo mitológico. Ya desde el Reino Antiguo y a lo largo de la historia, Osiris se sincretiza con otras divinidades: Andjety de Busiris, el dios antropomorfo de esta ciudad en el Delta. Probablemente, de este dios toma la historia mítica del antiguo gobernante muerto y resucitado. Khentiamentiu de Abidos, el dios chacal "aquel que está al frente de los Occidentales [muertos]”. Se añade el nombre en calidad de epíteto y surge así Osiris Khentiamentiu, lo que enfatiza su condición de dios funerario y de los muertos. La imagen representa a Osiris Khentiamentiu, como reza la columna de texto en jeroglíficos cursivos que queda inmediatamente delante de su cara.

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5A.1. Amón. Dioses de Menfis, dioses de Tebas, dioses de ultratumba

Abidos y Busiris son los principales lugares de culto de Osiris pues albergaban la cabeza y la columna vertebral del dios, respectivamente. La tumba del rey Djer de la I dinastía en la necrópolis de Umm el-Qaab, en Abidos, fue considerada a partir del Reino Medio como su “tumba” y se convirtió en la tumba cultual de Osiris por excelencia. Durante el Reino Antiguo, solamente el rey se identifica con Osiris añadiendo el nombre del dios al suyo, como indican los Textos de las Pirámides. Sin embargo desde el Primer Período Intermedio, todos los difuntos se identifican con Osiris, añaden su nombre al del dios. En el ámbito funerario, Osiris y Re se aproximan desde el Reino Medio y se sincretizan desde el Reino Nuevo, devienen en Osiris-Re. El aspecto de esta única divinidad es el de una momia, tal que Osiris, con una cabeza de carnero coronada con el sol, lo cual corresponde a Re. La fotografía de la derecha es una escena de la tumba de la reina Nefertari, esposa de Ramsés II, en el Valle de las Reinas. En ella, las diosas Isis y Neftis protegen al cuerpo momificado de Osiris-Re. Entre las diosas y el dios, hay un texto que reza así: "Este es Re, que descansa en Osiris. Osiris, que descansa en Re" Este texto ilustra perfectamente el carácter sincrético de esta divinidad. Finalmente, desde el Reino Nuevo, Osiris es también el juez de los muertos en el tribunal del Más Allá.

Iconografía Osiris es representado en forma humana y momificado, de color verde (color de la vegetación) o negro (color de la tierra fertilizada por el limo del Nilo) sosteniendo en las manos los cetros reales como rey resucitado de los muertos. Aparece coronado con la corona Atef, que es la corona blanca del Alto Egipto adornada con dos plumas laterales, aunque a veces, este tocado puede ser más sofisticado.

La fotografía superior muestra a Osiris sentado en su trono de juez de los muertos y acompañado de Isis y Neftis detrás de él. Delante del trono, Horus acompaña al difunto que está siendo juzgado.

Dioses chacales El más importante de los dioses chacales es Anubis, el dios del embalsamamiento, que vemos en la imagen de la izquierda en su forma humana, con cabeza de chacal, embalsamando a un difunto, y en la imagen de la derecha en su forma de chacal.

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Los otros dos dioses chacales son Upuaut, cuyo nombre significa "aquel que abre los caminos", y Khentiamentiu, cuyo nombre significa "aquel que está al frente de los Occidentales". Ambos son dioses psicopompos, cuya misión es acompañar las almas de los difuntos hacia el Más Allá.

Textos funerarios y literatura del Reino Nuevo Textos funerarios El corpus de textos funerarios más antiguo de la historia de Egipto y de la historia de la humanidad, son los Textos de las Pirámides (abreviado TP) del Reino Antiguo. En el Primer Periodo Intermedio surgió un segundo corpus de textos funerarios, los llamados Textos de los Ataúdes (abreviado TA), derivados en gran parte de los Textos de las Pirámides. En el Segundo Periodo Intermedio surgiría un tercer corpus de textos funerarios, el llamado Libro de la Salida al Día o Libro de los Muertos, derivado, a su vez, en gran parte de los Textos de los Ataúdes. En efecto, Textos de las Pirámides, Textos de los Ataúdes y el Libro de la Salida al Día son en realidad tres momentos sucesivos de una misma tradición funeraria.

Textos de los Ataúdes Soporte La diferencia más visible ente los Textos de las Pirámides y los Textos de los Ataúdes es el soporte. Los Textos de las Pirámides estaban esculpidos en muros de piedra de las cámaras interiores de las pirámides regias mientras que los Textos de los Ataúdes están pintados en tinta negra o roja en las paredes interiores de los ataúdes rectangulares de madera. En la imagen superior, aunque no pueda apreciarse muy bien, uno de estos sarcófagos con la mitad inferior de las paredes interiores cubierta con Textos de los Ataúdes. El detalle de la fotografía inferior muestra los tres registros que normalmente caracterizan el interior de las paredes de los ataúdes: A. Fórmula de ofrendas. Escrita en jeroglíficos, la fórmula por la cual el rey y los dioses funerarios conceden al difunto las ofrendas funerarias. B. Friso decorado con imágenes de objetos personales para uso del difunto. Estos objetos están dispuestos de acuerdo con la colocación del cuerpo del difunto en el interior del ataúd: los collares a la altura del pecho; los objetos de escritura, o que se manipulan con las manos, a la altura de éstas; correspondiendo a la cabeza espejos o tocados; a los pies se representaban las sandalias, etc.

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C.

Textos de los Ataúdes dispuestos en columnas y escritos en jeroglíficos cursivos con tinta negra y roja.

Los textos van seguidos de una columna a otra columna, pero cada columna empieza con la expresión djed-medu, que significa “palabras para recitar”. Esto enfatiza el carácter litúrgico de los Textos de los Ataúdes que eran textos que se recitaban en el momento del entierro del difunto. También el exterior del ataúd puede comportar columnas o bandas de texto en jeroglíficos, con la fórmula de ofrendas en las bandas y otras fórmulas litúrgicas o nombres de divinidades en las columnas.

En el exterior de la pared este se pintaban unos ojos a la altura de la cabeza del difunto, que era colocado en el interior del ataúd mirando hacia el Este, a través de estos ojos el difunto podía ver el sol naciente y resucitar con él.

Características En cuanto a la cronología, los Textos de los Ataúdes datan del Primer Periodo Intermedio y del Reino Medio. La lengua en que están escritos es el egipcio medio o clásico y anotado con la escritura jeroglífica cursiva. Al contrario que los Textos de las Pirámides, que estaban reservados en exclusiva a los reyes, los Textos de los Ataúdes están destinados a toda la clase dirigente: altos oficiales, señores locales, gobernadores provinciales, escribas, militares, damas… Estos textos funerarios tienen un alcance social mucho más amplio. En cuanto a la procedencia, se han hallado ataúdes con textos por todo Egipto, desde Kom el-Hisn, en el delta, hasta Asuán, en el extremo meridional del país. Se conocen en total unos 250 ataúdes con textos hallados en Kom el-Hisn, Saqqara, Dahshur, El-Lisht, Heracleópolis, Beni Hassan, El-Bersha, Qau, Meir, Akhmim, Asiut, Abidos, Dandara, Tebas, Gebelein y Asuán. Los Textos de los Ataúdes sirven para proteger y guiar al difunto en el Más Allá. También para conferirle poder para sortear los peligros del Más Allá, mediante el breviario de fórmulas mágicas que contienen. En cuanto al contenido, se trata de himnos, oraciones, descripciones del Más Allá, alusiones mitológicas, textos de ascensión, transformación y resurrección, sakhu (textos que sirven para que el difunto pueda convertirse en un akh, un espíritu efectivo), conjuros contra serpientes, listas de ofrendas, etcétera. Se conocen 1185 fórmulas en total de las cuales una parte procede directamente de los antiguos Textos de las Pirámides y otras son nuevas. Respecto a estas nuevas fórmulas, responden a tradiciones religiosas locales y a anhelos más humanos, como el de volver a la tierra junto a los seres queridos, y denotan una mayor diversidad de creencias. Otra característica de los Textos de los Ataúdes es que ahora todos los difuntos se identifican con Osiris, se convierten en un Osiris. En la fórmula que sigue se enfatiza precisamente esta identificación entre Osiris y el difunto, a cuyo nombre se añade el de Osiris. La fórmula se titula: “Fórmula para ser proclamado justo ante Thot, príncipe de los dioses, y para no sustraer a uno su sudario y su ataúd en el reino de los muertos”.

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Oh Osiris N, los que vienen por Horus que reside en su morada vendrán por ti en este día en que se viste a todos los dioses en el entierro de Osiris (…). Oh Osiris N, los que lloraron a Osiris te lloran en este día del entierro (...). Oh Osiris N, el mismo Horus te purificará en este lago de agua fresca. Oh Osiris N, Anubis el embalsamador te envolverá con las envolturas que aporta Tait [= diosa del tejido, que teje las vendas funerarias]; Oh Osiris N, Anubis el embalsamador te ha momificado con su mejor embalsamamiento. Thot purificará para ti los hermosos caminos del Occidente (que conducen) a Osiris. (…) Upuaut abrirá para ti los hermosos caminos del Occidente...” (TA 345) “Osiris N” significa Osiris más el nombre del difunto. Anubis momifica al difunto, lo mismo que hizo a Osiris, en tanto que identificado con Osiris. Y ahora vamos a leer otra fórmula que tiene un aire más poético, su titulo es: “Hacerse con los cuatro vientos del cielo” - Me han dado estos cuatro vientos – Dicen estas jovencitas. - He aquí el viento del norte, que rodea el mar, Que extiende sus brazos hasta el extremo de Egipto, Que se detiene después de haber traído el placer a su amigo, cada día. Es viento de vida, el viento del norte; Me lo han dado y vivo de él –. -Me han dado estos cuatro vientos – Dicen estas jovencitas. - He aquí el viento del este, que abre las ventanas del cielo, Que libera las brisas de Oriente, Que abre el camino a Re, cuando surge con él. (...) Es viento de vida, el viento del este; Me lo han dado y vivo de él –. - Me han dado estos cuatro vientos – Dicen estas jovencitas. - He aquí el viento del sur, que sopla como un negro del sur, Que trae el agua que hace surgir la vida. Es viento de vida, el viento del sur; Me lo han dado y vivo de él – (...)” (TA 162) Los cuatro vientos, que son vientos de vida, ayudarán al difunto a resucitar. Otra característica de los Textos de los Ataúdes es que las dos grandes divinidades de ultratumba Osiris y Re, se acercan ahora y ambos conjuntamente presiden un Más Allá compuesto que tiene una dimensión terrestre osiriaca y una dimensión celeste solar.

Libro de los Dos Caminos Este acercamiento entre Osiris y Re se ve muy especialmente en el llamado Libro de los Dos Caminos, que es un conjunto de fórmulas que se encuentran escritas en el fondo de los ataúdes procedentes específicamente de la ciudad de Deir el-Bersha, en el Egipto Medio. Según el Libro de los Dos Caminos, el difunto tiene que recorrer dos caminos para poder acceder al Más Allá: Camino de agua o un canal sinuoso azul, que conduce a los “Campos de la felicidad” gobernados por Osiris. Es un camino nocturno, donde el dios lunar Thot acompaña al difunto.

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5A.2. Amón. Textos funerarios y literarios del Reino Nuevo

Camino de tierra o pista sinuosa, entre extensiones líquidas, todo de color negro. Es un camino diurno donde el difunto avanza en la barca solar junto al dios Re. El destino último del difunto es el cielo diurno presidido por Re-Horus el Viejo, tras recorrer estos dos caminos: uno de carácter osiriaco y el otro de carácter solar.

Libro de la Salida al Día El Libro de la Salida al Día (abreviado LSD) es más conocido popularmente como el Libro de los Muertos, como le llamó el egiptólogo prusiano Karl Richard Lepsius, porque los papiros que lo contenían solían aparecer enterrados con los difuntos. Pero los egipcios lo llamaban rau nu peret em heru (en jeroglíficos a la izquierda) que significa "fórmulas de salir al día" o, más literalmente, "fórmulas de salir de día [de la tumba]". El Libro de la Salida al Día fue utilizado desde el Segundo Período Intermedio hasta la época romana. Los destinatarios son toda la elite, desde los reyes hasta la familia real, los cortesanos, los altos oficiales, los señores locales y gobernadores provinciales, las damas… Las versiones más antiguas del Libro de la Salida al Día parecen reservadas a la familia real, pero después su uso se extiende al resto de la clase dirigente. Las versiones más antiguas del Libro de la Salida al Día se encuentran sobre ataúdes o sobre sudarios o vendas de momias. Pero desde comienzos del Reino Nuevo se generaliza el papiro como soporte principal. Se conservan centenares de papiros con recensiones más o menos extensas del Libro de la Salida al Día, muchos aún no publicados. En la fotografía de la izquierda, dos rollos de papiro que contienen el LSD. También puede hallarse pintado o esculpido en las paredes de las tumbas.

La lengua es el egipcio de tradición y la escritura es el jeroglífico cursivo en tinta negra y roja, como podéis ver en la fotografía de la derecha. En las tumbas a veces, el LSD está escrito en jeroglíficos. Desde mediados de la XVIII dinastía, solo esporádicamente antes, los distintos capítulos del Libro de la Salida al Día se acompañan de viñetas ilustrativas más o menos fijas, algunas muy sofisticadas. En cuanto al origen, muchas fórmulas proceden directamente de los Textos de los Ataúdes convenientemente modificadas, readaptadas o desarrolladas creando una línea continua entre los Textos de las Pirámides, los Textos de los Ataúdes y el Libro de la Salida al Día. Otras muchas fórmulas en cambio son de nueva creación. El corpus fue el resultado de la labor creadora y adaptadora de los sacerdotes de Tebas, por lo que a la primera recesión del Libro de la Salida al Día se la llama “recensión tebana”. En la época Saíta se fijó de manera más rígida la secuencia de las fórmulas y el contenido de las viñetas dando lugar a la llamada “recensión saíta”.

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La finalidad del Libro de la Salida al Día sigue siendo la de proteger, conferir poder y guiar al difunto en el Más Allá, por ello se colocaba el papiro en el ataúd para que lo tuviera al alcance si lo necesitaba. En cuanto al contenido, se conocen ciento noventa y dos fórmulas o capítulos, que no guardan una estructura canónica. Cada papiro es diferente en el número, la selección y el orden de los capítulos, según los gustos y la capacidad económica de quien lo encarga. Hay papiros que llegan hasta los veinte metros de largo y contienen la mayoría de fórmulas, mientras que otros están reducidos a una sola página y a alguna fórmula. Existieron auténticas fábricas funerarias de este libro, los rollos se preparaban de manera estándar, y en los pasajes donde tenía que ir el nombre del difunto se dejaban espacios en blanco a la espera de un comprador. El Libro de la Salida al Día describe un Más Allá sincrético, único pero dual, subterráneo y celeste a la vez, gobernado complementariamente por Osiris y Re, aunque pueden aparecer sincretizados bajo la forma de Osiris-Re. El contenido del Libro de la Salida al Día se ha dividido convencionalmente en cinco partes.

Primera parte: el cortejo fúnebre La primera parte está dedicada al cortejo fúnebre, al entierro. La primera fórmula del Libro de la Salida al Día enfatiza nuevamente la identificación entre Osiris y el difunto: "Comienzo de las fórmulas de salir al día” “De la exaltación y de la glorificación, de salir y de entrar en la necrópolis. Es una cosa útil en el hermoso Occidente, que se dice el día del entierro, de la entrada después de la salida. Se dice: (…) Oh vosotros que hacéis que las almas perfectas entren en la casa de Osiris, haced que el alma perfecta del Osiris N, es decir nombre del difunto, entre con vosotros en la casa de Osiris, de manera que él oiga como vosotros oís, vea como vosotros veis, se levante como vosotros os levantáis, se siente como vosotros os sentáis. Oh vosotros que dais pan y cerveza a las almas perfectas en la casa de Osiris, dad pan y cerveza, de día y de noche, al alma del Osiris N, justo de voz ante los dioses señores de Abidos, justo de voz ante vosotros. Oh vosotros que abrís los caminos y allanáis las vías para las almas perfectas en la casa de Osiris, abrid los caminos y allanad las vías para el alma del Osiris N." (LSD 1) “Justo de voz” significa que el difunto ha superado el juicio en el Más Allá. Las siguientes imágenes corresponden a la viñeta que ilustra el cortejo fúnebre del Libro de la Salida al Día de Ani, en el Museo Británico (la imagen superior va colocada a la izquierda de la inferior).

En el centro del registro, tenemos unos toros que empujan un trineo en el que va el sarcófago que contiene el cuerpo momificado del difunto, a continuación vienen una serie de familiares del difunto que lo acompañan, y después tenemos a unos personajes que tiran de un segundo trineo más pequeño, en el cual van los vasos canopos del difunto, conteniendo las vísceras del mismo.

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En la fotografía inferior a la izquierda, podemos ver unos portadores de ofrendas y a un grupo de plañideras. A la derecha, tenéis al sacerdote funerario vestido con una piel de pantera, y al dios Anubis que recibe el cuerpo momificado del difunto. Inmediatamente detrás del dios Anubis, a la derecha de la imagen, tenemos la tumba del propio difunto (formalmente parecida a la TT1 en Deir el-Medina).

En el Más Allá, el difunto tiene que realizar todos los trabajos que hacía en vida, algunos muy poco atractivos, como por ejemplo, las labores agrícolas. Por este motivo, en esta primera parte del Libro de la Salida al Día, existe una fórmula para hacer trabajar a un ushebti. Un ushebti es una estatuilla, como la de la fotografía de la derecha, que lleva en las manos unas azadas y que reemplaza al difunto en los trabajos del Más Allá, se colocaba en gran número en las tumbas. La fórmula dice así: “Fórmula para hacer que un ushebti haga los trabajos de la necrópolis” "Se dicen las palabras: Oh tú, ushebti, si se convoca al Osiris N justo de voz para hacer todos los trabajos que se hacen allí en la necrópolis, acude tú, en cualquier momento en que se trabaje para cultivar los campos, para regar las riberas, para transportar por agua la arena del Occidente y del Oriente. ¡Lo haré yo! ¡Heme aquí! - debes decir" (LSD 6)

Segunda parte: la regeneración del difunto La segunda parte del Libro de la Salida al Día trata de la regeneración del difunto. Consta de una serie de fórmulas que tienen por finalidad regenerar al difunto, purificándolo, devolviéndole su individualidad, su poder mágico, su corazón y su nombre, e impidiendo que los gusanos devoren su cuerpo o que su carne se pudra. También lo protegen de animales maléficos, como serpientes, cocodrilos o insectos. El corazón, la sede de la memoria, es devuelto al difunto para que testifique sobre su conducta en vida ante el tribunal de Osiris, por eso, una fórmula lo conjura para que no testifique en contra del difunto. Esta fórmula dice así: “Fórmula para no permitir que se mantenga lejos el corazón del Osiris N en la necrópolis”

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5A.2. Amón. Textos funerarios y literarios del Reino Nuevo

“Se dicen las palabras: Oh corazón mío de mi madre, oh corazón mío de mi madre, no te alces contra mi como testigo, no te opongas a mi en el tribunal, no te vuelvas contra mi ante el guardián de la balanza. Tú eres mi ka que estuvo en mi cuerpo, el protector que hizo fuertes mis miembros. Si tú te decantas por el bien, estaremos a salvo. No calumnies mi nombre ante el tribunal que asigna su posición a la gente. No digas mentiras contra mí ante el dios excelso, señor del Occidente. Colocar las palabras sobre un escarabeo de jade, montado en electro y con un anillo de plata. Sea colgado del cuello del espíritu [del difunto].” (LSD 30B) Al final de la fórmula tenemos una instrucción que nos indica que el texto, además de en el papiro, debe ser inscrito en un escarabeo que debe ir colgado del cuello del difunto. Las fotografías muestran escarabeos con el texto inscrito en su parte inferior, el primero preparado, para ser colgado del cuello del difunto.

Tercera parte: “salida al día” y juicio de Osiris La tercera parte del Libro de la Salida al Día es la más extensa y la más importante porque trata precisamente de la "salida al día" y del juicio ante el tribunal de Osiris. Tras haberse regenerado, el difunto exclama: "Yo tengo poder sobre mi corazón, yo tengo poder sobre mi corazón, yo tengo poder sobre mi boca, yo tengo poder sobre mis brazos, yo tengo poder sobre el agua, yo tengo poder sobre los líquidos, yo tengo poder sobre el río, yo tengo poder sobre las riberas, yo tengo poder sobre quien actúa contra mi. Yo me levanto hacia la izquierda y me coloco a la derecha, yo me levanto hacia la derecha y me coloco a la izquierda, yo estoy sentado y me levanto, y me sacudo el polvo. Mi lengua y mi boca son guías experimentadas. En cuanto a aquel que conoce este libro, sale al día y camina sobre la tierra en medio de los vivos. No será destruido" (LSD 68) La fotografía muestra parte de la decoración mural de la Tumba de Arinefer, en Deir el-Medina donde está inscrito un capítulo de esta parte del Libro de la Salida al Día. Las imágenes muestran la sombra y el Ba del difunto, que es este pájaro con cabeza humana y con el rostro del propio difunto, que salen de la Tumba. El más importante y más conocido es el capítulo 125, que trata del juicio ante el tribunal de Osiris. Esta fotografía es de la viñeta correspondiente del Libro de la Salida al Día de Hunefer, que hoy se guarda en el Museo Británico.

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A la izquierda de la imagen el dios Anubis introduce al difunto en la sala de las Dos Maat, es decir, la Sala de la Doble Verdad (Maat es la diosa de la verdad y de la justicia). A la derecha de la imagen tenemos al dios Osiris, el juez supremo de este tribunal, sentado en su trono y acompañado de las diosas Isis y Neftis. El corazón del difunto se coloca en el plato izquierdo de la balanza que queda en el centro de la sala y en el plato derecho se coloca una pluma de la diosa Maat, o bien, una estatuilla de la misma diosa. En este momento el difunto realiza la “confesión negativa”, que consiste en decir los 42 pecados que no ha cometido en vida, en la parte superior de la imagen aparecen sentados algunos de los 42 jueces que escuchan esta confesión negativa. Si el difunto miente, la balanza se desequilibra, el monstruo que queda justo por debajo de la balanza, que es medio hipopótamo, medio cocodrilo, medio león devora el corazón del difunto, y de este modo éste es aniquilado de manera completa. Si el difunto dice la verdad la balanza queda en perfecto equilibrio y entonces el difunto puede acceder al Más Allá. El dios Thot, en el centro, actúa como notario y dando fe escrita del resultado del juicio. Si el difunto ha superado la prueba será declarado “justo de voz”, es decir, justo en aquello que dice. Este es un extracto de esta larga fórmula: "Fórmula de bajar ante el tribunal de las Dos Maat por N [el difunto]” “Salud, oh Gran Dios, señor de las Dos Maat. Yo he venido a ti, mi señor, habiendo sido conducido a contemplar tu belleza. Yo te conozco, yo conozco el nombre de los cuarenta y dos dioses que están contigo en este tribunal de las Dos Maat, que viven de la masacre de los malvados, que se tragan su sangre, en el día en que se sopesa la conducta ante Unennefer. Yo he venido a ti, te he traído la verdad y he alejado por ti la maldad. No he cometido maldad contra los hombres. No he maltratado a los bóvidos. No he hecho algo mal en vez de algo justo. No he conocido lo que no debe existir. No he empezado ningún día pidiendo un donativo a quienes tenían que trabajar para mí. No he blasfemado contra dios. No he empobrecido a ningún mísero. No he hecho nada que disguste a los dioses. No he causado enfermedades. No he causado hambre, No he matado. No he causado perjuicio a nadie. No he robado los panes de los dioses. No he sustraído las tortas de los espíritus. No he sido pederasta. No he cometido actos impuros. No le he quitado a ningún niño la leche de la boca. No he privado al ganado de la hierba. No he capturado con la red los pájaros de la divinidad. No he robado peces de su lago. No sufriré ningún daño en este país en la sala de las Dos Maat porque yo conozco los nombres de los dioses que se hallan en ella. Oh Ser de larga zancada, que sales de Heliópolis, no he cometido pecado, Oh Abraza-llama, que sales de Babilonia, no he robado. Oh Narigudo, que sales de Hermópolis, no he sido envidioso. Oh Traga-sombras, que sales de la Caverna, no he saqueado. Oh Ser de miembros terribles, que sales de Rosetau, no he matado hombres. (…) Oh Uamenti, que sales del lugar de ejecución, no he cometido adulterio. Oh Mira-lo-que-trae, que sales de la casa de Min, no he cometido actos impuros. (…) Salud a vosotros, oh dioses. Yo os conozco y conozco vuestros nombres. Yo no caeré y vosotros no golpearéis. (…) No se dirá: "¡Mentira!" en relación a mi ante el Señor Universal, porque yo he practicado la justicia en Egipto." (SLD 125) Unennefer, es uno de los epítetos de Osiris y significa "aquel que está eternamente en buenas condiciones". Con estas palabras “No he cometido maldad…” comienza la confesión negativa. La frase “lo que no debe existir” quiere decir, el mal.

Cuarta parte: el mundo subterráneo La cuarta parte del Libro de la Salida al Día está dedicada al mundo subterráneo. Una serie de fórmulas da cuenta del viaje del difunto, identificado con Re, por el Más Allá; otras contienen una descripción

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5A.2. Amón. Textos funerarios y literarios del Reino Nuevo

topográfica del reino de ultratumba; y otras se refieren a la protección del difunto y de las varias partes de su cuerpo, son las fórmulas relacionadas con la máscara funeraria a la que se llama la "cabeza misteriosa" y con los amuletos protectores.

La imagen de la izquierda muestra una viñeta con la representación de algunos amuletos, a la derecha los mismos amuletos como objetos que eran colocados entre las vendas de la momificación.

Quinta parte: homenaje a Osiris-Re La quinta parte del Libro de la Salida al Día contiene diversas fórmulas de homenaje a Osiris.

Textos funerarios regios del Reino Nuevo (Valle de los Reyes) Los reyes del Reino Nuevo, en sus tumbas del Valle de los Reyes, además de algunos pasajes del Libro de los Muertos, hicieron esculpir y pintar distintas colecciones de nuevos textos funerarios destinados exclusivamente a ellos. Algunas de estas colecciones son: Letanías de Re, que describe las 75 “formas” o “manifestaciones” de Re. Libro de Amduat o de lo que está en la Duat, el Más Allá subterráneo. Describe detalladamente el viaje del dios Sol en su barca a través del mundo subterráneo, habitado por genios y sombras, durante las doce horas de la noche. Libro de las Puertas, hace una descripción del viaje nocturno del Sol en su barca, que en este caso tiene que superar doce puertas fortificadas defendidas por terribles guardianes y gigantescas serpientes que escupen fuego. Libro de las Cavernas, narra cómo el Sol recorre a pie el mundo subterráneo, donde hay cavernas que contienen dioses, genios maléficos y a los enemigos de Osiris y que hay que superar.

Literatura Los textos literarios del Reino Nuevo están redactados en neoegipcio y escritos en hierático sobre papiros. En la fotografía podéis ver una página del Papiro D'Orbiney que recoge el cuento de Los dos hermanos. Los textos literarios del Reino Nuevo pertenecen a tres grandes géneros: Instrucciones Poesía amorosa Narrativa breve: cuentos Entre las instrucciones podemos mencionar la Instrucción de Ani o la Instrucción de Amenemope. Encontramos poemas en el Papiro Harris 500 y el Papiro Chester Beatty I. Respecto a la narrativa breve, los principales cuentos del Reino Nuevo egipcio son: El príncipe predestinado. Relata como un viejo rey es agraciado con un hijo al que las siete Hathors vaticinan una muerte temprana; el rey lo encierra en una torre para evitar que

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5A.2. Amón. Textos funerarios y literarios del Reino Nuevo

se cumpla su destino. El papiro está incompleto y no se conserva el final, pero todo hace pensar que ese destino no se cumple. La toma de Yoppa. Narra como la cuidad cananea de Yoppa es tomada por los egipcios gracias a la estratagema de introducir en ella a numerosos soldados ocultos en grandes cestos ideada por el general Djehuty. Los dos hermanos. El cuento está contenido en el Papiro D'Orbiney y relata cómo la esposa de Inpu, el hermano mayor, intenta seducir a Bata, el hermano menor, y al no conseguirlo, lo acusa de haber intentado violarla. Bata consigue explicar a Inpu la verdad y, después de muchas peripecias y diversas metamorfosis, acaba convirtiéndose en faraón. La contienda de Horus y Seth. Está inspirada en el mito de la lucha entre estos dos dioses. El viaje de Unamón. Cuenta cómo, muy a finales del Reino Nuevo, el sacerdote Unamón es enviado a Biblos en busca de madera de cedro para la construcción de la barca del dios Amón de Tebas y se encuentra con que Egipto ya no es temido y respetado entre sus supuestos vasallos. Muchos de estos relatos giran en torno a motivos literarios universales, que se documentan en las culturas y épocas más dispares: el del príncipe o la princesa predestinados (como en La bella durmiente); la toma de la cuidad por una tropa que se introduce en ella mediante un engaño (como la leyenda de la toma de Troya); o el intento de seducción de un joven hermoso y honesto por la esposa de su hermano o señor (como la historia de José y la mujer de Putifar, recogida en Génesis 39, 7-20 o el mito de Belerofontes y Antea, narrado en la Ilíada VI, 155-170).

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5A. Amón.

AMÓN .................................................................................................................................................. 1 DIOSES DE MENFIS, DIOSES DE TEBAS, DIOSES DE ULTRATUMBA ..................................... 1 DIOSES DE MENFIS .............................................................................................................................. 1 Ptah ................................................................................................................................................ 1 Cosmogonía menfita .................................................................................................................................. 2

Apis ................................................................................................................................................ 3 DEMIURGO DE E LEFANTINA Y E SNA ..................................................................................................... 4 DIOSES DE TEBAS ................................................................................................................................ 4 Montu ............................................................................................................................................. 4 Amón .............................................................................................................................................. 5 Divinidad original ...................................................................................................................................... 5 Divinidad imperial ..................................................................................................................................... 5 Tríada tebana ......................................................................................................................................... 5

DIOSES DE ULTRATUMBA ..................................................................................................................... 7 Osiris.............................................................................................................................................. 7 Divinidad original ...................................................................................................................................... 7 Mito de Osiris ........................................................................................................................................ 7 Evolución histórica .................................................................................................................................... 8 Iconografía ................................................................................................................................................ 9

Dioses chacales .............................................................................................................................. 9 TEXTOS FUNERARIOS Y LITERATURA DEL REINO NUEVO ................................................ 10 TEXTOS FUNERARIOS ......................................................................................................................... 10 Textos de los Ataúdes .................................................................................................................... 10 Soporte .................................................................................................................................................... 10 Características.......................................................................................................................................... 11 Libro de los Dos Caminos .................................................................................................................... 12

Libro de la Salida al Día ............................................................................................................... 13 Primera parte: el cortejo fúnebre ............................................................................................................... 14 Segunda parte: la regeneración del difunto ................................................................................................ 15 Tercera parte: “salida al día” y juicio de Osiris .......................................................................................... 16 Cuarta parte: el mundo subterráneo........................................................................................................... 17 Quinta parte: homenaje a Osiris-Re........................................................................................................... 18

Textos funerarios regios del Reino Nuevo (Valle de los Reyes)....................................................... 18 LITERATURA ..................................................................................................................................... 18

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5B.1. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis I y Hatshepsut

LA CONSTRUCCIÓN DEL IMPERIO Tutmosis I Genealogía Después de los últimos reyes de la dinastía XVII, Senakhtenra Ahmose, Seqenenra Taa y Kamose, reina Ahmose, al que se considera fundador de la dinastía XVIII por el hecho de haber expulsado a los hicsos y haber unificado Egipto, ya que estaba enlazado con sus predecesores por vínculos familiares directos.

Tras Ahmose reinará su hijo Amenhotep I, después se produce un corte dinástico con su sucesor, el tercer rey de la dinastía XVIII, Aakheperkare Tuthmosis I, cuyo padre desconocemos, aunque sabemos que su madre fue la reina Senseneb. Es posible que el padre de Tuthmosis sea Ahmose Sipairi, un hermano de Ahmose, como evidenciaría el culto que se le rinde a lo largo del Imperio Nuevo, propio de un personaje con un papel importante a principios de la dinastía XVIII.

Actividad militar Sur Tuthmosis I comienza una expansión hacia el sur, hacia Nubia. Reyes anteriores habían consolidado su presencia en el territorio de la segunda catarata, en la fortaleza de Buhen. Ahora hallamos inscripciones en la localidad de Tombos, justo al norte de la tercera catarata, es decir a pocos kilómetros al norte de la capital del poderoso reino de Kerma: Inscripción de Tombos Los nubios han sido derrotados con (su) matanza, tendidos por sus tierras, sus vísceras inundando sus valles, su sangre como un chaparrón torrencial. Los pedazos cortados de ellos son demasiados para que los pájaros se lleven la pieza a otro lugar (…) Los señores del palacio han construido una fortaleza para su tropa. No hay quien se le oponga entre los Nueve Arcos (…) El texto nos habla de una gran matanza donde los Nubios son derrotados y de la construcción de una fortaleza egipcia para consolidar las posiciones tomadas por Tuthmosis I. Otras inscripciones relacionadas proceden de la Tumba de Ahmose, hijo de Abana en la localidad egipcia de el-Kab: Relato de Ahmose, hijo de Abana Sofía Cavero

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5B.1. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis I y Hatshepsut

Siendo marinero del rey Aakheperkara, navegó río arriba hasta Khenthennefer para reprimir el desorden por tierras extranjeras, para frenar la inmigración desde el desierto. (...) Su Majestad navegó río abajo, estando todas las tierras extranjeras en su puño, y aquel maldito iuntiu iba colgado boca abajo debajo de la proa del barco de Su Majestad, ‘Halcón’, atracado en Jpt-swt”

En esta ocasión Ahmose, hijo de Abana, se refiere a la expedición de Tuthmosis I hacia las tierras de Khenthennefer, en el territorio nubio al sur de la segunda catarata aunque en el área de influencia de Kerma, en la que se lucha contra los iuntiu y se captura a uno de sus jefes, que fue llevado a Tebas colgado boca abajo de la proa del barco del rey. Los iuntiu son, según fuentes clásicas, “trogloditas”, gente nómada que vive en la parte desértica y montañosa al este del Valle del Nilo. El lugar más lejano hacia el sur donde se han encontrado testimonios de la actividad militar egipcia es Kurgus, una localidad situada entre la cuarta y la quinta catarata del Nilo. En Hagar el-Merwa, un afloramiento rocoso de unos 30m de altura que destaca en la planicie de la zona, se han hallado inscripciones de Tuthmosis I, Tuthmosis III, Ramsés II y de otros pueblos que han pasado por esta zona.

En Hagar el-Merwa vemos este dibujo con inscripción de la época de Tuthmosis I tiene gran interés. El texto que queda a la izquierda en una columna dice: "Ningún rey ha alcanzado Kush desde los tiempos de Horus con la excepción de su Majestad [Tuthmosis I]." Que una expedición militar egipcia alcanzara posiciones tan al sur marca un hito histórico y denota que el poder del Reino de Kerma debía haber sido anulado totalmente o casi en su totalidad. En la Web Société des Cultures Nubiennes hay referencias a estas inscripciones e información sobre las expediciones recientes.

Norte Parece que los egipcios ya habían conseguido el control de la zona Líbano-Palestina tras las primeras campañas del rey Ahmose, en el proceso de expulsión de los hyksos, y tras otras probables campañas en época de Amenhotep I. En época de Tuthmosis I, las luchas tienen lugar más allá del río Orontes, incluso a orillas del río Éufrates, en posiciones al norte nunca alcanzadas por Egipto. Sofía Cavero

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5B.1. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis I y Hatshepsut

Ahmose, hijo de Abana, nos habla de un avance del ejército egipcio en el corazón del reino de Mitanni: Relato de Ahmose, hijo de Abana “Después de esto, prosiguió a Retenu para saciar su deseo por tierras extranjeras. Su Majestad alcanzó Naharina, y encontró a aquel enemigo reuniendo atacantes. Su Majestad llevó a cabo una gran matanza entre ellos, e incontables fueron los prisioneros que Su Majestad se trajo de sus victorias.”

Según el texto, Tuthmosis I avanzó por Retenu en la costa Sirio-Palestina, aparentemente sin problemas por lo cual entendemos que con Amenhotep I ya se habría consolidado la posición egipcia en la zona, pero después al alcanzar Naharina, también conocido como territorio de Hanigalbat o Mitanni, se encuentra con el enemigo. Probablemente, en Mitanni reinaba entonces el rey Shuttarna I. En esta época, además de Mitanni, existen otras dos potencias en la zona: Hatti, el país de los hititas, y Babilonia, de la casi recién inaugurada dinastía Casita. Por lo tanto las cuatro grandes potencias del momento son Hatti, Mitanni y la Babilonia casita junto a Egipto, pero para los egipcios el enemigo a vencer es Mitanni.

Hatshepsut Actividad diplomática y comercial

La reina Hatshepsut nos ha legado relieves e inscripciones sobre su actividad diplomática y comercial en su complejo funerario de Deir el-Bahari. En uno de estos textos hallamos referencias a una expedición egipcia realizada en el año ocho o nueve del reinado esta reina faraón: Texto de Deir el-Bahari

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5B.1. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis I y Hatshepsut “Uno lo ha escuchado de boca en boca, en relatos de los antepasados, que se traían maravillas y productos de allí bajo el reinado de tus antecesores, cada uno de los reyes del Bajo Egipto, desde los tiempos de los ancestros, los reyes del Alto Egipto, los que existieron primero, a cambio de numerosos pagos, pues no se alcanzan salvo por tus enlaces.” Nos habla del problema existente en las comunicaciones entre Jibuto y Punt, que hacía necesarios numerosos intermediarios para conseguir bienes procedentes de allí. Sin embargo la situación iba a cambiar ahora, porque Hatshepsut enviaría una flotilla de cinco naves al país de Punt. Cada nave llevaba quince remeros por costado, con un total de 150 remeros, al que se añadiría el resto de la tripulación, por lo tanto la expedición constaría de unas trecientas personas.

El desembarco de esta expedición se suele situar en algún lugar del este de la costa africana, quizás Eritrea, Etiopía Djibouti o el cuerno de África. Se utilizarían naves más pequeñas para cargar los bienes traídos desde Egipto para comerciar. Punt no debe ser considerado como un país de fronteras claras, sino como un territorio centro de comercio y captador de bienes procedentes de otros lugares de África e incluso del sur de la península arábiga, por lo que los productos que consiguen los egipcios de allí, puede ser originarios de distintos territorios; fijémonos que sólo el estrecho de Bab el-Mandeb, unos pocos kilómetros, separa África del suroeste del Yemen. En el templo funerario de Deir el-Bahari hallamos preciosos relieves que nos recuerdan cómo fue esta llegada de los egipcios a Punt. En el registro inferior (recuadro verde claro) vemos una tropa egipcia encabezada por el almirante Neh'si. Delante del almirante, encontramos una mesa sobre la que se apoyan muy diversos objetos de procedencia egipcia con los cuales los egipcios pretenden comerciar. Más hacia la izquierda con los brazos alzados encontramos a Parehu que es el jefe del país de Punt. En la parte superior (recuadro verde oscuro) tenemos a Parehu acompañado de su esposa Itit (muy conocida por el aspecto con el que fue representada por los egipcios; también la conocemos por un ostracón hallado en Deir el-Bahari). Justo delante de la familia gobernante de Punt están algunas de las cosas que donan los puntitas: resinas, oro, etc. y a la derecha el almirante egipcio. Detrás de Neh'si, una tienda con seis columnas de jeroglíficos, muy interesantes, explican la organización de un banquete con comida traída por los egipcios de su país, parte de un protocolo diplomático con el cual los egipcios quieren agasajar a los puntitas para mantener una buena relación con ellos y obtener de Punt toda una serie de bienes exóticos, aromas, etc. que les son necesarios.

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5B.1. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis I y Hatshepsut

Una vez acaba todo este protocolo diplomático vemos en los relieves como se cargan los barcos egipcios con todo tipo de enseres, como indican las columnas jeroglíficas: maderas preciosas, sacos de resina de anetu (mirra), árboles de anetu, ébano, marfil puro, oro verde de Amu, incienso, antimonio y animales exóticos a ojos de los egipcios como babuinos, monos o perros.

Tutmosis III 1479 – 1425 a.C. Consideramos a Tutmosis III el gran conquistador que asienta las bases del Imperio Egipcio, consolidando posiciones tomadas, a veces, efímeramente en los reinados anteriores y continuando la expansión empezada por Tutmosis I. Debido a su corta edad, Tutmosis III inició su reinado gobernando conjuntamente con Hatshepsut, como reina faraón, hasta la muerte de ella en el año 22 de este reinado conjunto. El reinado de Tutmosis III dura cincuenta y cuatro años, desde 1479 a 1425 a.C. según la cronología publicada hacia 2006 por Hornung y Krauss, si bien, por estudios de fechas lunares, podríamos rebajar el inicio de ese reinado hacia 1468.

Campañas asiáticas Batalla de Meggido Habiendo probablemente respetado los dos o tres meses necesarios para enterrar a la reina, el rey participa en la gran batalla de Meggido, inicio de la primera de sus diecisiete campañas asiáticas entre el año 22 y el año 42-43 de su reinado. Sofía Cavero

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5B.2. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis III y Amenhotep III

Tenemos información lagunar sobre estas campañas militares de Tutmosis III en una serie de paredes de la capilla de Filipo Arrideo en Karnak (indicada con una flecha roja). Gracias a todos los documentos conservados el conocimiento global de lo que fueron aquellos acontecimientos es ciertamente bueno.

De hecho la batalla de Megiddo es, junto a la batalla de Qadesh de Ramsés II, una de las mejor conocidas de la historia de Egipto por la multitud de textos que la documentan. Por ejemplo, en la Estela de Gebel Barkal que fue escrita en el año 47 del reinado de Tutmosis III pero que recuerda acontecimientos anteriores: Estela de Gebel Barkal MFA 23.733 “Ellos avanzaron para combatir contra Mi Majestad; había hombres por cientos de miles, y los jefes de todos los países extranjeros estaban sobre sus carros; eran 330 príncipes, cada uno con su ejército” Se dice que el príncipe de Qadesh, el jefe de la gran coalición de 330 príncipes que se va a enfrentar a Egipto, reúne estas fuerzas en la ciudad de Megiddo. Más allá de Qadesh, se sitúa el poderoso Reino de Mitanni con intereses compartidos con estos aliados. En la capilla de Filipo Arrideo se nos habla de la reunión que tuvo Tutmosis III con sus generales para dirimir qué ruta seguir. Los generales optan por la ruta de Taanach o la ruta de Djefty, las rutas más sencillas; mientras que Tutmosis III se decanta por el paso de Aruna, que atraviesa un peligroso y encajonado desfiladero donde el enemigo podría masacrarlos, con la certeza de que el dios Amón le apoya y le protege en su decisión. La tropa egipcia aparece en Megiddo pillando por sorpresa al gran ejército de aliados que huye despavorido en dirección hacia Megiddo para refugiarse tras sus murallas. Los textos hablan de que en esa huida precipitada se dejaron sus tiendas montadas, carros abandonados, de cómo fueron izados sobre las murallas los aliados una vez las puertas de la ciudad habían sido cerradas. Según algunos documentos, el ejército egipcio incumplió las órdenes estrictas del faraón dedicándose al saqueo de lo abandonado por el enemigo en su huida, y por este motivo el asedio se alargó. Finalmente, tras ese largo asedio, la ciudad iba a ser tomada: Anales de Tutmosis III – Karnak Sofía Cavero

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5B.2. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis III y Amenhotep III “[Su Majestad dirigió entonces unas] palabras a su tropa, diciendo: ‘¡Conquistad con destreza! Oh, Mi tropa victoriosa (…) todos los jefes de todas las tierras extranjeras [del norte] están encerrados en su interior. Así, la captura de Megiddo es la captura de mil ciudades.” La última frase es muy descriptiva, la caída de Megiddo resultaba de tanta importancia porque implicaba también la caída de muchas ciudades estado en la zona sirio-palestina cuyos príncipes formaban parte del ejercito aliado refugiado dentro de sus murallas. Por otro lado, Megiddo se emplaza muy cerca del Monte Carmelo, con lo que se había conquistado un lugar estratégicamente importante: paso a la llanura de Yezreel, donde fácilmente se podría obtener un gran cultivo de cereales; paso de las caravanas que van de Egipto hacia el norte por la Vía Maris.

Organización y consolidación del imperio Con la toma de Megiddo y de otros territorios al norte de la ciudad en sucesivas campañas, se hace necesaria una organización del imperio creciente en Asia. Muchos jefes que habían sido derrotados fueron mantenidos en sus puestos, pero otros serían ajusticiados y sustituidos por jefes filoegipcios: Anales de Tutmosis III – Karnak “Los jefes de esta tierra extranjera vinieron postrados para besar el suelo debido a los poderes de su majestad, para solicitar aliento (de vida) para sus narices (...). Su Majestad nombró de nuevo a los jefes de [cada ciudad].” Otra medida que iban a tomar los egipcios es la de reparcelar el territorio de cultivo conquistado, hay textos sobre las parcelas de Megiddo su producción cerealística: Anales de Tutmosis III – Karnak “Los campos de cultivo fueron convertidos en parcelas, las cuales fueran asignadas a los agentes de palacio, para recoger su cosecha. Relación de la cosecha que Su Majestad trajo de las parcelas de Megiddo: 207.300 sacos de trigo, además de lo que se segó al paso de la tropa de Su Majestad [...].” Otra estrategia para consolidar las conquistas era llevar hijos de príncipes vasallos a Egipto para que fueran educados según las costumbres egipcias. Se pretende que estos príncipes, que en el futuro serán jefes de sus ciudades-estado, se sientan cercanos a la cultura egipcia y sean filoegipcios: Anales de Tutmosis III – Karnak Año 30 “Los hijos y los hermanos de los jefes fueron traídos para ser guerreros fieles a Egipto. En cuanto a todos aquellos que murieran entre estos jefes, Su Majestad haría entonces que su hijo ocupara su trono. Relación de los hijos de los jefes que fueron traídos en este año: 35 hombres (...).”

Octava campaña Pero, más al norte de Megiddo hay muchos otros emplazamientos: Qatna, Qadesh, Niy, incluso nuevamente el río Éufrates, al que las tropas de Tutmosis III accederían igualando la proeza de su abuelo, Tutmosis I.

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Así, en la octava campaña militar en Asia durante el año 33 de reinado de Tutmosis III, una de las más importantes junto a la primera, se llega a cruzar el Éufrates: Anales de Tutmosis III – Karnak Año 33 “Su Majestad estaba en la tierra de Retenu. Alcanzando la región de Qatna en la octava campaña de victoria. Vadeando el Éufrates de Naharina por Su Majestad al frente de su tropa, hasta alcanzar la orilla oriental del río. Él dejó otra (estela) al lado de la estela de su padre, el rey de Egipto Aakheperkara. (…) Su Majestad alcanzó la ciudad de Niy viajando hacia el sur.” Como dicen las inscripciones, Tutmosis III dejó otra estela al lado de la estela de Tutmosis I, al que se refiere como su “padre” para enfatizar la cercanía temporal y familiar que les vincula. Una consecuencia de estas conquistas en la región sirio-palestina y de la llegada de Tutmosis III al río Éufrates evidentemente es la pleitesía que le rinden otras grandes potencias del próximo oriente en reconocimiento al poderío egipcio, regalos protocolarios. Los Anales de Tutmosis III en Karnak hablan de ellos: Anales de Tutmosis III – Karnak Año 33 “Productos del jefe de Babilonia: […] deben de lapislázuli verdadero, lapislázuli sumando 24 deben, lapislázuli de Babel […]

[Productos del jefe de Assur (?) en este año]: una cabeza de carnero de lapislázuli verdadero, junto con vasijas […] Productos de la gran Hatti en este año: 8 aros de plata que suman 401 deben, 2 piedras grandes blancas valiosas, madera tjagu […]” En la inscripción “Babilonia” aparece escrita como Sangard.

Frontera sur En Kurgus, el afloramiento rocoso entre la cuarta y quinta catarata, Tutmosis III marca nuevamente ese límite meridional al que accedió Tutmosis I años atrás.

Legado literario El reinado de Tutmosis III es reseñable por las conquistas que ampliarán y consolidarán el Imperio Egipcio en Asia y también por el interesante legado literario vinculado a todo este proceso de conquista. Uno de los cuentos más atractivos de la época es La toma de Yoppa que relata la proeza del general Djehuty para conquistar la ciudad mediante una simple estratagema: los egipcios pretendieron obsequiar al señor de Jaffa (=Yoppa) que abrió ingenuamente las puertas a los porteadores de doscientos cestos con regalos, donde se ocultaban guerreros egipcios con armas, que una vez dentro atacaron la ciudad. Las imágenes muestran algunos elementos del ajuar de este general, hoy repartidos en varios museos del mundo.

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Sheikh Abd el-Qurna La necrópolis más importante en la época de Tuthmosis III la tenemos en Tebas Oeste y es Sheikh Abd el-Qurna, en ella encontramos numerosísimas tumbas contemporáneas a su reinado y algunas de ellas poseen decoraciones muy interesantes.

El dibujo inferior corresponde a un relieve de la tumba del Sumo Sacerdote de Amón, MenkheperraSeneb.

En el aparecen varios hombres realizando salutaciones y ofreciendo regalos a Tutmosis III. La inscripción relacionada con el primer hombre, casi tumbado en el suelo, nos habla de Keftiu, un territorio muy mencionado por los textos egipcios del Imperio Nuevo generalmente vinculado a Creta (hay quien habla incluso de Chipre). La inscripción del segundo personaje nombra a Hatti, a los hititas. El tercer personaje pertenece a Tunip, una localidad siria al norte de Qadesh y cercana a Dappur, y lleva a un niño, presumiblemente el hijo del señor de Dappur, que va a ser enviado a Egipto para ser educado allí. Sofía Cavero

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5B.2. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis III y Amenhotep III

El relieve bajo estas líneas, procede de la tumba de Puy-Em-Ra, en la necrópolis de el-Khokha, también de la época de Tutmosis III, en el encontramos un personaje (enmarcado en azul) con un peinado muy especial, el mismo que lucia el último hombre representado en el fragmento de la tumba de Menkheperra-Seneb. Este tipo de peinado, similar a los que encontramos en frescos de la Creta minoica (en el recuadro interior), indican que ambos proceden del área del Egeo.

De la tumba del Visir Rekhmira, Sheikh Abd el-Qurna, son estos cinco preciosos registros.

En el registro superior aparece una fila de hombres procedentes de regiones de Nubia y de Punt. Un segundo registro muestra a un grupo procedente de Egeo, con características idénticas a las que hemos visto en las tumbas de Menkheperra-Seneb y de Puy-Em-Ra. Un tercer registro con gentes procedentes de Nubia. Un cuarto y quinto registros con personajes procedentes de Siria.

Estos detalles corresponden al Registro Nubio, donde los porteadores transportan material y objetos exóticos traídos de Nubia, que no se hallan en Egipto. Vemos una jirafa, monos, babuinos, huevos de avestruz, colmillos de elefantes, pieles, maderos oscuros (quizás de ébano).

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Este otro detalle pertenece al Registro Sirio, vemos como traen caballos, productos contenidos en tinajas, ánforas, incluso un oso y un elefante.

Amenhetep II Después del larguísimo reinado de Tutmosis III, su sucesor, Amenhetep II, reinará durante otros largos veinticinco años en los que realizará dos campañas militares en Asia. Estas campañas, en los años siete y nueve de reinado, consolidan las conquistas de su antecesor y fijarían la frontera en el área de influencia directa de Ugarit.

Para organizar el territorio egipcio conquistado en Asia se crearon tres grandes provincias: Canaán con capital en Gaza, Apu con capital en Kumidu y Amurru con capital en Simurru. El territorio aproximado de cada provincia se señala en la fotografía.

Amenhetep III Durante el reinado de Amenhetep III, quedan atrás las guerras de conquista, y se alcanza una Pax Aegyptiaca, un periodo de paz y apogeo que se refleja también en el arte egipcio. En la base de estos pies de la fotografía aparecen unas inscripciones referidas a la época de Amenhetep III muy interesantes. Se enumera aquí una serie de localidades que no aparecen mencionadas en ningún otro lugar de Egipto. Sofía Cavero

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5B.2. La construcción del Imperio. Entre Tutmosis III y Amenhotep III “Todas [las tierras de los Fen]khu y de Khenthennefer están a los pies de este buen dios [...] los jefes de todas las tierras extranjeras del norte y del sur que eran ignoradas vienen (ahora) a Egipto [...] vienen de rodillas, reunidos en [un solo] lugar [...] Amnisos, Festos, Cidonia, Micenas, Tegea (?), Mesenia (Metana?), Nauplia, Citera, Ilion (Troya), Cnosos, Amnisos, Lictos [...]. No se trata de ciudades conquistadas, sino de aquellas ciudades que engloban el área de influencia comercial que ha adquirido ya Egipto en esta época de esplendor para la dinastía XVIII.

KARNAK y LUXOR Karnak Vemos en la fotografía inferior el complejo de Karnak, formado por tres recintos y numerosos edificios, además del templo de Amón. Se ha señalado en la imagen el recinto de Amón (círculo verde), con más de 500 metros de lado; el recinto del Dios Montu (círculo azul), que en una época anterior a la dinastía XII era un Dios más importante que el propio Amón en toda la Tebaida; y finalmente el recinto de la diosa Mut (círculo amarillo), la Consorte de Amón.

Dentro del gran recinto de Amón encontramos, entre otras, las siguientes edificaciones: El templo de Amón propiamente dicho (recuadro en verde), un edificio sobresaliente de grandes dimensiones. El templo del Dios Khonsu (recuadro en naranja), hijo de la pareja Amón y Mut, que con ellos forma la Tríada tebana. El templo del Dios Ptah (recuadro en azul). El templo de Opet Las capillas de las Divinas Adoratrices Capillas dedicadas a varias formas del Dios Osiris Esto convierte a Karnak en un emplazamiento con mucho atractivo arquitectónico y pero también muy complejo.

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5B.3. La construcción del Imperio. Karnak y Luxor

Recinto de Amón Templo de Amón

La parte central del templo de Amón esta bastante poblada de edificios, pero justo la parte más antigua del templo y el lugar donde se conservaba la estatua del Dios, que se remonta al templo construido por Senusert I, incluso a la dinastía XI con Intef II y Mentuhotep II, es ahora solo un solar (zona verde). Destaca en Karnak su alineación astronómica hacia el orto del sol en el solsticio de invierno: el 21 de diciembre en el solsticio de invierno, situándose en el muelle del templo por delante del primer pilono, se podría ver como el sol emerge por la puerta este de Karnak. Esta alineación no es casual ni única en el área tebana se produce también en el templo de Mentuhotep III, situado en la cima de la Corona de Tebas.

Amenhetep I Uno de los primeros faraones de la dinastía XVIII que comienza a remodelar e incrementar los edificios nucleares construidos en el Reino Medio es el faraón Amenhetep I, que nos ha dejado la Capilla de calcita, en la imagen recuadrada en rojo, aunque la decoración fue terminada durante el reinado de su sucesor Tutmosis I. La capilla fue encontrada desmontada como material de relleno dentro del tercer pilono construido en la época de Amenhetep III.

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5B.3. La construcción del Imperio. Karnak y Luxor

Tutmosis I Este faraón construye el cuarto pilono que va a ser la fachada del templo de Amón durante mucho tiempo. Se trata de una estructura importante para su época que tiene 62 metros de anchura, 23 metros de altura. También levanta el quinto pilono. Entre el cuarto y el quinto pilono, Ineni creó una sala de unas dimensiones aproximadas de 75x14 metros que se convirtió en la Sala de Coronación, Uadyet, de los reyes de la dinastía XVIII a partir de este momento y hasta la dinastía XIX. Por delante del cuarto pilono Tutmosis I colocó dos obeliscos de los cuales se conserva uno de 20 metros de altura.

Tutmosis II Delante de los obeliscos de su predecesor, Tutmosis II inició la construcción de dos obeliscos más que terminó su esposa Hatshepsut. Tutmosis II además cerro la fachada anterior al cuarto pilono creando un patio en el que quedarían dos capillas para la barca, la de Senusert I y la de Amenhetep I. También levantó un tercer pilono que seria desmantelado posteriormente para colocar el gran tercer pilono de Amenhetep III.

Hatshepsut Hatshepsut construyó la Capilla roja que servía de descanso temporal para la barca portátil del dios Amón durante las procesiones religiosas y originalmente, se situaba donde ahora encontraríamos la capilla de Filipo Arrideo, más allá del sexto pilono de Tutmosis III.

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5B.3. La construcción del Imperio. Karnak y Luxor

La Capilla roja fue iniciada en el año 17 y tras la muerte de Hatshepsut, continúo su construcción Tutmosis III, aunque finalmente la desmanteló para erigir una propia. También es obra de esta reina faraón el octavo pilono, que vemos en las fotografías inferiores. A partir de finales del reinado de Tutmosis III, ella sufrió una Damnatio memoriae por lo tanto sus relieves, inscripciones, etcétera, fueron modificados para ser usurpados por otros monarcas, como Amenhotep II.

En la parte este de Karnak, Hatshepsut realizó un contra-templo consistente en una pequeña capilla flanqueada por dos obeliscos. Algunos de los fragmentos conservados, aunque sin sus bases, indican que debían tener considerables longitudes, una inscripción nos habla de obeliscos de 108 codos de altura, casi 60 metros de altura. (Su ubicación está marcada en la figura de la página 17 en verde).

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Tutmosis III En esta imagen virtual vemos la posición de los pilonos empezando por el tercero de Tutmosis II, que posteriormente seria eliminado y sustituido por el de Amenhetep III.

La techumbre entre el cuarto y quinto pilono, donde sobresalen los dos obeliscos de Hatshepsut, fue realizada por Tutmosis III. Este faraón erigió un pequeño sexto pilono que apenas tuvo 12 metros de altura y 15 metros de longitud, que da paso al llamado Palacio de Maat, una serie de salas que rodean la capilla reposadero para la barca del Dios Amón. En paralelo con el octavo pilono de Hatshepsut, Tutmosis III erige el séptimo pilono. Interesantes obras ambas, ya que proporcionan un nuevo eje al templo, orientado hacia la zona del templo de Mut y el templo de Luxor, una orientación hacia el sur. Entre ambos pilonos Tutmosis III levantó dos obeliscos que originalmente debieron tener bastante altura, sin embargo sólo conservamos la parte superior de uno de ellos que fue recolocado por el último emperador romano Teodosio en Estambul. El edificio mas importante que se hace en Karnak durante la época de Tutmosis III es el llamado Akhmenu, que comenzó a construirse en el año 23, finalizo en el año 30 de Tutmosis III en el que se celebro el primer jubileo del Rey (Hebsed). El Akh-menu presenta numerosas salas: una sala donde se representaron originalmente 61 reyes ancestros de Tutmosis III; una sala dedicada a Sokar; una sala con nueve nichos, dedicada a la Enéada Heleopolitana; otra en la que hay un conjunto escultórico en el que se asocia a Tutmosis III y Amón; la “Alta cámara del sol”, una especie observatorio solar orientado hacia el solsticio de invierno. En total estamos hablando de un conjunto que mide unos 40x77 metros, donde destaca la sala columnada llamada Heret-ib (en las imágenes inferiores).

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Tutmosis IV La siguiente inscripción se refiere al obelisco de la derecha de la imagen virtual: “Fue Su Majestad quien recompuso el enorme y único obelisco traído por su antecesor, el rey Menkheperra; después de que Su Majestad encontrase este obelisco habiendo transcurrido 35 años tumbado sobre uno de sus costados, estando en manos de los artesanos, en el lado sur de Karnak” Tutmosis IV nos habla de cómo erigió un obelisco abandonado por Tutmosis III hacia 35 años, colocándolo frente al contraSofía Cavero

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templo situado al este de Karnak. Se trata de un enorme obelisco de cerca de 33 metros de altura que actualmente se encuentra en la plaza de San Juan de Letrán, en Roma. Se llevó en época de Constantino en el año 357 aproximadamente para formar una de las agujas del circo máximo, y después el Papa Sixto V lo recolocaría en su ubicación actual.

Amenhetep III El tercer pilono construido por Amenhetep III alcanzaba una altura de 28 metros.

El material de relleno del pilono estaba constituido en buena parte por piezas procedentes de estructuras antiguas como la capilla blanca de Senusert I, la Capilla de calcita de Amenhetep I, la Capilla roja de la reina Hatshepsut, estructuras de Tutmosis II y estructuras de Tutmosis IV. El pilono se ha vaciado y los egiptólogos estudian el material obtenido. De esta manera ha sido posible reconstruir una serie de edificios que se exponen en el llamado Museo al aire libre de Karnak.

Dinastía XIX a Ptolomeo III Entre el tercer pilono y el segundo pilono queda la Gran sala Hipóstila, un recinto del tamaño de un campo de fútbol que asimila un enorme bosque de columnas, obra del faraón Seti I (2º de la dinastía XIX).

La Gran sala Hipóstila es un conjunto de 134 columnas. Las 12 columnas centrales son más altas y tienen capiteles abiertos, mientras que el resto de los capiteles son cerrados. Esta diferencia de altura permite que las columnas centrales sean iluminadas por los rayos de luz que atraviesan los claustras, ventanas de piedra que se pueden Sofía Cavero

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5B.3. La construcción del Imperio. Karnak y Luxor

ver en la fotografía, recreando un ambiente natural donde el sol hace rebrotar las plantas. La decoración de la Gran sala hipóstila en la zona sur, y algunas otras partes, pertenece a Ramsés II. Más allá del segundo pilono encontramos una capilla reposadero para las barcas portátiles de la Triada Tebana de Seti II (en la imagen anterior, arriba) y otra mucho mas compleja del faraón Ramsés III, dinastía XX (en la misma imagen, abajo). Sheshonq I de la dinastía XXII, creó un patio delante del segundo pilono de Karnak y modificó la avenida procesional. En ese patio, el faraón Taharqa de la XXV dinastía edifica un pabellón, se trata realmente de una columnata, formado por altas columnas suficientemente separadas entre si como para deducir que no existía techo.

La fachada actual de Karnak correspondería al primer pilono de la época de Nectanebo I, un faraón de la dinastía XXX que empieza a reinar en el 380 a.C.

Las esfinges podrían ser de Amenhetep III trasladadas aquí y usurpadas no sólo por Ramsés II sino también posteriormente en su base por Pinedyem I, sumo sacerdote de Amón en la época de Ramses XI, dinastía XX) son testigo de las convulsiones en la historia de Karnak. Sofía Cavero

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5B.3. La construcción del Imperio. Karnak y Luxor

El embarcadero sirve de acceso a este eje principal de Karnak. La fotografía muestra la Puerta de Bab el-Amara, de la época de Ptolomeo III, que se encuentra en el eje que va a formar el templo de Khonsu con una avenida de esfinges que nos conducirán al templo de Luxor.

Pilonos hacia el templo de Mut

El eje que apunta al templo de Mut, comenzó a trazarse con la construcción de los pilonos séptimo y octavo por Tutmosis III y Hatshepsut. Posteriormente Horemheb (último XVIII dinastía) erigió el pilono noveno. El décimo pilono fue comenzado por Amenhetep III y finalizado también por Horemheb. En el décimo pilono, destaca una enorme estatua realizada en cuarcita que pudo llegar probablemente a los 20 metros de altura en origen y de la que desgraciadamente no quedan más que algunos restos de la base y un pie de la estatua que sugieren ese tamaño descomunal. La piedra se obtuvo en canteras muy distantes.

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Templo de Khonsu

Otro de los edificios de Karnak que se encuentran dentro del recinto de Amón es el Templo de Khonsu. Comenzado por Ramsés III, pero acabado por el rey sacerdote Herihor y el rey sacerdote Pinedyem I, si bien las esfinges son de la época de la dinastía Nubia.

Avenida de esfinges hacia el templo de Mut A partir del décimo pilono se origina una avenida de esfinges que nos llevaría al templo de la diosa Mut.

Esta avenida de esfinges fue realizada por Tutankhamon, si bien después hay añadidos del faraón Ay junto a usurpaciones de Horemheb, (todos reyes de la dinastía XVIII) que complican el estudio de la arquitectura de este emplazamiento a la vez que lo hacen muy interesante para el investigador.

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Lo que se ha perdido Aunque lo que conservamos sigue siendo grandioso, se ha perdido la rica policromía de la piedra, el mobiliario, las decoradas carpinterías, los grandes mástiles, el famoso suelo de plata del templo de Amón… La siguiente descripción de Amenhetep III nos da idea del esplendor pasado: Descripción del III pilono – Texto de Amenhetep III “(...) Una puerta enorme ante Amón-Ra, señor de los tronos de las Dos Tierras, recubierta totalmente de oro y trabajada con la imagen del dios en forma de carnero, decorada con lapislázuli verdadero y trabajada con oro y costosas piedras. Ninguna obra anterior la iguala. Está pavimentada con plata pura y en su cara exterior está recubierta de estrellas de lapislázuli a ambos lados. Cada uno de sus dos extremos se eleva hasta el cielo como si fueran los cuatro pilares del mismo. Las astas de las banderas llegan hasta el cielo y están trabajadas en oro. Su Majestad trajo dicho oro para esta puerta, de la tierra de Karoy en su primera campaña de victoria ante la miserable Kush”

Luxor Avenida de esfinges La avenida de esfinges recorre los más de dos kilómetros entre la puerta Bab el-Amara de Ptolomeo III ºal templo de Luxor.

Templo de Luxor Las estructuras originales del templo de Luxor se deben a Amenhetep III, se corresponden con la zona dentro del círculo verde. La parte construida por Ramsés II se encuentra dentro del círculo amarillo.

Ramsés II Al llegar al templo de Luxor nos encontramos con los Colosos y un obelisco de Ramsés II.

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El obelisco de Luxor tiene unos 25 metros de altura, su pareja fue llevado en 1835 a la Plaza de la Concordia en Paris, aunque aquel no llega a los 23 metros. Detrás del pilono, que está decorado con escenas que conmemoran la batalla de Qadesh entre Ramsés II y los Hititas, hallaríamos un patio a cielo descubierto con estatuas monumentales estantes y sedentes, algunas de ellas usurpadas del templo funerario de Amenhetep III.

Amenhetep III El pilono debido a Amenhetep III, hoy en día desaparecido, constituía la entrada al templo y conducía a una sala hipóstila. Esta sala contaba con catorce columnas [1] de gran altura, con el ábaco (elemento que apoya sobre el capitel) unos 22-23 metros, tenía una decoración dedicada a la Fiesta de Opet. Buena parte obra de Tutankhamon, aunque después acabara usurpada por Horemheb y Seti I.

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La Fiesta de Opet celebraba la visita del dios Amón de Karnak (Ipet sut) al Dios Amón del templo de Luxor. A lo largo del tiempo, la duración de esta fiesta fue aumentando hasta llegar prácticamente a un mes en la época de Ramsés III. Luego llegamos a un patio a cielo descubierto y a partir de aquí a una sucesión de salas, algunas hipóstilas, que nos llevarían a un reposadero para la barca del Dios Amón. El reposadero que existe actualmente es desde la época de Alejandro Magno. Finalmente, la sala de culto donde se custodiaba la estatua de Amón.

TEBAS OESTE En Tebas Oeste destacan dos montañas que marcan aproximadamente los puntos más altos, por un lado el-Qurn, que desde la perspectiva de la Valle de los Reyes tiene forma piramidal; y por otro lado la Corona de Tebas, donde se asienta el templo de Mentuhotep III, dedicado al dios Horus.

Templos funerarios En la llanura aluvial, encontramos los templos funerarios del Imperio Nuevo que eran llamados por los egipcios Casas o Templos de los millones de años. Se sustentaban gracias a fundaciones realizadas en vida por los faraones, a los cuales, una vez muertos, se les debía rendir un culto funerario. En este panorama de Tebas Oeste, encontramos algunos templos funerarios pertenecientes a: Sofía Cavero

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Ramsés III (dinastía XX) Ay y Horemheb (finales de la dinastía XVIII). Tal vez este emplazamiento tuviera alguna vinculación original con Tutankhamon, pero las inscripciones, de momento, nos hablan de Ay y Horemheb. Amenhetep, hijo de Hapu, un sabio de la época de Amenhetep III. Cuyo templo funerario es mayor que otros dos templos situados a derecha e izquierda, que suelen vincularse con Tutmosis I y con Tutmosis II. Amenhetep III (dinastía XVIII) Merenptah, hijo de Ramsés II (dinastía XIX) Tausert (reina faraón de la dinastía XIX) Tutmosis IV (dinastía XVIII) Ramsés II (dinastía XIX) Amenhetep II (dinastía XVIII) El templo de Seti I (dinastía XIX) está situado también en la zona desértica pero más al norte. Si ahora vamos a Deir el-Bahari encontraríamos el templo funerario de la reina faraón Hatshepsut de la dinastía XVIII, el de Mentuhetep II de la dinastía XI y también una estructura de Tutmosis III. En un pequeño valle cercano se encuentran restos del templo funerario de Amenemhat I, que abandonó al hacerse su pirámide y su complejo funerario en la zona de el-Lisht, en el norte. En este mapa, podemos observar la posición de los templos funerarios, rodeados de las necrópolis tebanas.

La inmensa mayoría de los templos funerarios se sitúan en la zona desértica de la llanura aluvial por dos razones básicas: La inundación anual debilitaría los cimientos de los templos situados en la zona verde. Disminución de la superficie cultivable. Sofía Cavero

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Excepcionalmente el templo de Amenhetep III se encuentra en la llanura aluvial.

Templo funerario de Ramsés III De todos los templos funerarios de Tebas Oeste destaca el de Ramsés III, cuyo nombre original egipcio es “Casa o Templo de los millones de años del Rey del Alto y Bajo Egipto Usermaatra-Meriamón en el dominio de Amón al Oeste de Tebas” y al que nosotros llamamos Medinet Habu. En otro tiempo estuvo el poblado de Dyamet, una zona arqueológica muy interesante que fue excavada en los años veinte y treinta por el Instituto Oriental de Chicago.

Los muros perimetrales enmarcan una superficie de 210x315 m2 o sea unos 66.000 m2 y originalmente medirían unos 19 m de altura con una anchura en su base de 10 m. La fábrica, que se conserva bastante bien, tenía dos grandes puertas de entrada, hacia el Oeste y hacia el Este. Esta última, un portalón de 22 m de altura que sigue una tipología de tipo sirio se conserva bien. En la fotografía cenital del templo encontramos en la parte inferior el pilono de entrada, al que le sigue un primer patio, después una segunda estructura a modo de pilono, un segundo patio y a partir de aquí, tras un pequeño pórtico (que no podemos ver en la imagen), una sucesión de salas hipóstilas (de las que vemos las bases de numerosas columnas) que conduciría a la sala de culto del dios Amón y en los laterales salas de culto al faraón difunto. Toda esta zona tiene más de 55 cámaras, entre ellas la cámara del tesoro y cámaras dedicadas a otras divinidades. Este es el pilono de entrada del templo con nichos para los mástiles de los que pendían banderolas. Lo que parecen ventanitas eran los huecos donde se insertaban las grapas de bronce Sofía Cavero

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que agarraban los grandes mástiles. Esculpido el motivo del faraón masacrando a sus enemigos ante Amón, consiguiendo la destrucción del caos y la supervivencia del orden. La estructura mide 27 m de altura y 65 m de longitud.

Otras estructuras en Medinet Habu: Palacio Real, que es un palacio simbólico asociado al templo. Almacenes y otras edificaciones dentro del muro del templo, prácticamente desaparecidos. Capillas de las divinas adoratrices del dios Amón, mujeres muy importantes e influyentes de la época de la dinastía XXV, finales del Tercer Periodo Intermedio e inicios de la Época Saita. Templo de la dinastía XVIII, anterior al de Ramsés III, en cuya base parece que hubo en origen un templo de la dinastía XII dedicado a la Ogdóada. Muelle perfectamente conservado, escavado por Uvo Hölscher, demuestra que los templos estaban conectados mediante canales con el Nilo.

Templo funerario de Amenhetep III Este templo de Amenhetep III se erige sobre la llanura aluvial. Debió tener cerca de 385.000 m2 de superficie. La distancia entre la parte frontal y la parte posterior del muro que rodeaba todo el templo prácticamente podría llegar al kilómetro de longitud. En el frente del templo, solamente quedan los dos grandes colosos (de Memnon) que, sin la base, miden cerca de 18 m de altura y pesan 1.000 toneladas cada uno. Son esculturas monolíticas de granito procedente de las canteras de Asuán. Son obras del escultor Men, el padre del famoso escultor Bek de época de Akenahton. Sofía Cavero

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El dibujo, de mediados del XIX por David Roberts, y la fotografía, de mediados del siglo XX, muestran la inundación anual cubriendo la superficie donde se había construido el templo. La razón de la elección del emplazamiento es simbólica. El templo funerario de Amenhetep III emergería de las aguas de la inundación, al igual que la Colina primordial emergió de las aguas del Nun, del océano primordial. Ese es que se consiguió cada año, pero que finalmente llevo a la ruina a este templo.

Templo funerario de Merenptah Vemos en el templo de Merenptah, hijo de Ramsés II, las estructuras básicas de un templo funerario: primer pilono y primer patio; segundo pilono y segundo patio accesibles mediante pequeñas rampas ya que vamos ascendiendo en altura; dos salas hipóstilas y finalmente el Sancta Sanctorum. El Sancta Sanctorum está en la posición más elevada simbolizando la cumbre de la Colina primordial. Rodeando la estructura central, almacenes y un palacio. Las excavaciones realizadas por un equipo suizo son magnificas y muy positiva para la conservación de este templo.

Ramesseum El templo funerario de Ramsés II fue llamado Ramesseum por Jean-Françios Champollion. Son visibles las mismas estructuras básicas: un primer pilono seguido de un patio, un segundo pilono con otro patio y salas hipóstilas que nos llevan finalmente a la parte más sagrada. Una gran cantidad de almacenes y un palacio. Y todo rodeado por un muro perimetral.

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La estatua destruida de la fotografía, es un coloso que se situaba en el segundo pilono. Diodoro Sículo la encontró, todavía dispuesta en su posición, en el siglo I a.C. y leyó una inscripción en su base en la que hablaba de “Ozymandias, Rey de Reyes”, evidentemente, Usermaatra que es el nombre de entronización de Ramsés II. Este enorme coloso alcanza los 18 m de altura sin la base. En el segundo patio se encontraba otro coloso menor que corresponde a una figura de Ramsés II.

Giovanni Battista Belzoni llevó el torso a Londres en 1816, tal y como aparece en el dibujo, y hoy está expuesto en el Museo Británico. En la primera sala hipóstila vemos las columnas centrales más altas y con capiteles abiertos, mientras que los de la derecha son de menor tamaño y con capiteles cerrados. La parte central se ilumina gracias a los claustras, las ventanas de piedra, abriendo el capitel, como una flor en la naturaleza. Alrededor tenemos los almacenes construidos con bóvedas de cañón de adobe, que podían contener cerca de 16 millones y medio de litros de cereal, que serían capaces de sustentar a cerca de 3.500 familias. Fue por este motivo, que cuando ocurrieron las famosas huelgas de la época de Ramsés III, los trabajadores protestaron delante de los templos funerarios, porque sabían que almacenaban una gran cantidad de cereal. Al norte de Ramesseum, hallamos el templo funerario de Amenhetep II (d. XVIII), un poco más hacia el norte el templo del joven rey Siptah de finales de la XIX y a continuación, el templo funerario de Tutmosis III, llamado Henket-ankh, que fue Sofía Cavero

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estudiado por Legrain y Weigall en 1906, por Ricke en 1939 y en fechas recientes sigue siendo objeto de estudio, excavación y limpieza por parte de la española Myriam Seco.

Templo funerario de la reina Hatshepsut El templo funerario de la reina Hatshepsut fue llamado originalmente Djeser-Djeseru, y es un templo distinto a los demás, que se integra en el paisaje del circo de Deir El-Bahari.

Trazado como una sucesión de terrazas y pórticos recorridos por una calzada, de 13 metros de anchura y 400 metros de longitud, que lleva al templo del valle situado junto a la llanura aluvial y conectado al río Nilo. Esta calzada o avenida debía estar decorada con esculturas de la reina, árboles, etc.

Templo funerario de Seti I El templo del rey Seti I (d. XIX), el faraón padre de Ramsés II, es el situado más al norte. Este templo también se ciñe a la típica estructura con una sucesión de pilonos, patios, salas hipóstilas, palacio real asociado y almacenes situados alrededor del conjunto, dentro de un recinto. Sofía Cavero

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Este templo se halla tan al norte que nos lleva prácticamente a la carretera de acceso al Valle de los Reyes.

Las necrópolis Seguimos en Tebas Oeste tomando como referencia el-Qurn y la Corona de Tebas para situar las necrópolis:

Valle de las Reinas, la más meridional. Deir el-Medina, el poblado de los trabajadores. Qurnet Murai, a la entrada del valle donde está Deir el-Medina, hasta hace muy poco tiempo estaba casi totalmente tapada por una población moderna. Sheikh Abd el-Qurna, la gran necrópolis llamada el Valle de los Nobles. Deir el-Bahari presidida por el templo funerario de Hatshepsut, Mentuhotep II y los restos del de Tutmosis III. El-Khokha que es una pequeña loma justo al norte de Sheikh Abd el-Qurna. El-Asasif, que es la continuación hacia el este de la necrópolis de Deir el-Bahari. En el siguiente plano figuran además la necrópolis de Dra Abu el-Naga y la necrópolis de El-Tarif, con enterramientos de reyes de la Dinastía XI.

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El Valle de las Reinas En esta imagen podemos ver lo pequeña que es la distancia entre el Valle de las Reinas y Deir el-Medina, el poblado de los trabajadores que construían y tallaban en la roca estas tumbas.

El Valle de las Reinas es conocido con el nombre original egipcio de Ta Set Neferu que podemos traducir como "el lugar de los hijos reales". Encontramos cerca de 110 tumbas, en su mayoría anónimas y de la dinastía XVIII, son enterramientos simples, de pozo con cámara lateral. Desde Ramsés I, 1º de la dinastía XIX, el valle ejerce su función como necrópolis para reinas y sobre todo príncipes. Aquí tenemos la distribución topográfica de las tumbas por cronología. Las tumbas de la dinastía XVIII tienen unas dimensiones mucho más modestas que las grandes tumbas de la dinastía XIX, de los reinados de Seti I, Ramsés II. Los enterramientos de la dinastía XX, en concreto de la fase de Ramsés III, pertenecen a príncipes y a alguna reina.

QV44 La tumba QV44, una de las más bonitas del Valle de las Reinas, pertenece al príncipe Jaemuaset. Encontramos continuamente a Ramsés III acompañando a su difunto hijo (con la coleta lateral).

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Los textos e iconografía de la tumba mayoritariamente pertenecen a diversos capítulos del Libro de los Muertos. La imagen de la izquierda muestra la tumba tal como la encuentra Ernesto Schiaparelli a principios del siglo XX, con una gran cantidad de ataúdes del Tercer Periodo Intermedio, debido a que estas tumbas fueron reutilizadas con posterioridad a su abandono.

QV66 La QV66 es otra de las grandes tumbas del Valle de las Reinas, la célebre tumba de Nefertari, la esposa de Ramsés II que fue descubierta en 1904 por Ernesto Schiaparelli. La tumba tuvo que ser cerrada al público debido a problemas de conservación posteriormente el Instituto Getty estuvo trabajando en ella de 1988 a 1995 con resultados muy positivos; actualmente han surgido nuevamente los problemas. La decoración se basa en el Libro de los Muertos.

Qurnet Murai La necrópolis de Qurnet Murai se encuentra a la entrada del valle de Deir el-Medina. Sobre ella se asentó una población moderna que ha deteriorado la decoración de las tumbas. Hay que destacar la decoración de la tumba del virrey de Kush Huy, de época de Tutankhamon.

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Las pinturas nos muestran la llegada de una comitiva nubia que se presenta ante el rey Tutankhamon.

Deir el-Medina En Deir el-Medina encontramos el poblado de los trabajadores, un templo de época Ptolemáica, capillas del Imperio Nuevo y un pozo del Imperio Nuevo donde se encontraron los famosos ostraca, con multitud de inscripciones de todo tipo pertenecientes a esta población.

A la izquierda del poblado se concentra la mayoría de las tumbas de los trabajadores de Deir elMedina. Estas tumbas sirvieron para varias generaciones de una misma familia. Sofía Cavero

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La imagen corresponde a la TT1, que es la tumba de Sennedjem.

La superestructura de la tumba es bastante vistosa: un pilono de entrada a modo de fachada, un patio y una capilla de culto familiar. Sobre esta capilla hay una pirámide de adobe con una altura inferior a 10 metros, que podía estar rematada con un piramidión de piedra, la cara este tenía un nicho donde podía situarse alguna estela, también de piedra. Un pozo en el patio nos llevaría hacia una antecámara y una cámara sepulcral. En la cámara se descubrieron más de 20 cuerpos lo que verifica que se trataba de un panteón y no de una tumba exclusiva para Sennedjem. La iconografía se basa en el Libro de los Muertos. Por ejemplo en la imagen de la izquierda tenemos una de las viñetas más conocidas por todos de este libro. Se trata de la viñeta del capítulo 110, el capítulo que hace referencia al Sekhet-Aaru, el Campo de Cañas de Osiris.

Sheikh Abd el-Qurna La necrópolis de Sheikh Abd el-Qurna es muy importante por el número, la calidad y las dimensiones de las tumbas.

Tumba de Ramose Sofía Cavero

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Ramose vivió durante la dinastía XVIII a caballo entre Amenhotep III y Amenhotep IV, el futuro Akhenaton. Su tumba es la TT55. Para acceder a la tumba de Ramose bajamos por una rampa hasta un primer pilono, del que vemos algún resto, que da paso a un patio excavado en la roca por el que se accede a una primera sala hipóstila, a la que sigue otra sala hipóstila y la sala de culto. En la primera sala hipóstila se encuentra un pasillo en rampa, después escalonado, que conduce a la auténtica tumba. Abajo, una de las imágenes más conocidas, el cortejo fúnebre, que lleva los restos de Ramose, sus vísceras, el tekenu (esa especie de bolsa negra sobre un trineo) y el ajuar funerario, acompañado por las plañideras, las familiares del difunto junto a otras mujeres contratadas para expresar teatralmente el dolor por la defunción.

Esta tumba ofrece bellos ejemplos de relieves de la dinastía XVIII. Aparecen representados los padres de Ramose y de su esposa junto con otras parejas vinculadas a la familia.

Tumba de Rekhmira Rekhmira fue un visir de Tutmosis III. Un patio a cielo descubierto da acceso a su tumba en forma de t excavada en la roca. Su tumba tiene textos muy importantes como las obligaciones del visir, pero lo más interesante son los casi 300 m2 de decoración en el pasillo longitudinal mostrando trabajos de varios oficios: orfebres, escultores, apicultores recogiendo miel,

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peleteros, carpinteros, etc.

el-Khokha Al norte de Sheik Abd el-Qurna se encuentra el-Khokha con muchas tumbas, algunas grandes hipogeos, por ejemplo, la tumba de Puy-Em-Re de época de Tutmosis III.

Dra Abu el-Naga Más al norte, tenemos la necrópolis de Dra Abu el-Naga, muy amplia tanto en extensión como por su cronología. Dos tumbas bastante grandes, la K93-11 y K93-12, han sido excavadas recientemente por Daniel Polz, del Instituto Arqueológico Alemán, quien opina que pueden vincularse a la reina Ahmose-Nefertari y al rey Ahmose o a Amenhotep I o Ahmose-Nefertari en los principios de la dinastía XVIII. En cualquier caso personajes de gran importancia en ese periodo. Una tumba visitable, aunque de pequeñas dimensiones, es la Tumba de Roy, un escriba de época de Horemheb donde se encuentra la pintura de la imagen. Otra tumba importante pero no visitable es la Tumba de Djehuty, de época de la reina Hatshepsut, que ha sido visitada en numerosísimas campañas por el español José Manuel Galán.

Valle de los Reyes El sector oriental del Valle de los Reyes es el más importante y el que contiene mayor número de tumbas. El sector occidental es un valle bastante largo, aún un tanto virgen con pocas tumbas como la del faraón Ay; la Amenhotep III, aunque los depósitos fundacionales son de época de Tutmosis IV; y alguna más inacabada, que quizás podría relacionarse con la época de Akhenaton-Tutankhamon.

Valle de los Reyes – Sector oriental En la época de las pirámides, la pirámide donde está la tumba del faraón forma parte de un complejo funerario donde se le realiza el culto al faraón. Todo el mundo sabe donde está enterrado el faraón. Sin Sofía Cavero

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embargo, a comienzos de la dinastía XVIII, se va a producir una disociación entre el templo funerario (lugar de culto) y la tumba propiamente dicha. Así, en la llanura aluvial se encuentran los templos funerarios donde se rinde culto al difunto faraón y, muy cerca, pero en un emplazamiento no visible desde allí, es un lugar oculto y secreto se emplazan las tumbas.

Primeras tumbas: KV20 – Tumba de Tutmosis I Esta flecha esta marcando la posición de la KV20, la tumba original de Tutmosis I, después ampliada por la reina Hatshepsut. Se construye en un lugar oculto, una zona alta con una entrada pequeña, como explica en una inscripción el arquitecto Ineni.

Esta es la pequeña entrada de la KV20. La tumba tiene un trazado complejo, es una planimetría curva que conduce a una cámara sepulcral, la antecámara en realidad es lo que en origen fue la cámara sepulcral de Tutmosis I. La tumba tiene cerca de 225m de longitud y presenta unos 97m de desnivel entre la entrada y la parte inferior de la misma. Esta tipología inicial, emplazamientos escondidos y entradas pequeñas, va a ir cambiando según sea evidente que el Valle de los Reyes es la necrópolis de los reyes del Imperio Nuevo.

Evolución Los siguientes tres ejemplos ilustran la evolución en las entradas a las tumbas:

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La primera imagen de la izquierda muestra la entrada a la tumba de Tutmosis III mediante un pequeño hueco abierto en la zona alta de la pared vertical de un acantilado, inaccesible y oculta. La escalera se hizo en las excavaciones posteriores. La imagen central pertenece a la tumba de Amenhotep III, cuya entrada se sitúa más abajo, en el talud, es algo más visible aunque discreta. La imagen de la derecha muestra una tumba a pie de valle, propia de la dinastía XIX y XX, que presenta una entrada monumental. Al final de la época Ramésida, probablemente tuvieran un pilono de entrada. La planimetría se modifica a lo largo del tiempo:

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Inicialmente nos encontramos tipología acodada, como la tumba de Tutmosis III, que va modificándose hasta el doble codo, como vemos en la tumba de Amenhotep III. Se trata de una tumba más desarrollada que cuenta con una cámara sepulcral rectangular, y no en forma de cartucho u ovalada, numerosos pilares y una zona más baja para el sarcófago. Los elementos básicos de la tumba como son sucesión de corredores escalonados en rampa, un pozo, una antecámara principal y una cámara sepulcral con cámaras laterales, se conservan a grandes rasgos. Un nuevo diseño que inaugura Ay en el valle occidental (quizás el propio Akhenaton en Amarna) lo podemos ver en la tumba de Horemheb, marcada en azul, se trata del trazado siguiendo un solo eje longitudinal abandonando los codos. Se mantiene este diseño con cambios ligeros durante las dinastías XIX y XX, donde prácticamente serán de desarrollo horizontal. La Cámara Sepulcral cambia también:

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En la tumba de Tutmosis III (d. XVIII), a la izquierda, la cámara es ovalada (también en la tumba de Tutmosis I-Hatshepsut), la iconografía está basada en el Libro del Amduat y el techo decorado con estrellas sobre un friso kheker. La forma se hace rectangular, se introducen nuevos compendios religiosos, como el Libro de las puertas en época de Horemheb (d. XVIII) y se añade el techo astronómico con un listado de decanos y constelaciones egipcias en época de Seti I (d. XIX), imagen central. En la imagen de la derecha, que pertenece a la tumba de Ramsés VI (d. XX), podemos ver otros compendios religiosos como el Libro de la Tierra y sobre el techo el Libro del día y de la noche acompañando a la Diosa Nut. Los compendios religiosos se amplían y si en un principio sólo teníamos el Libro del Amduat al final de la época Ramésida la colección es ya extensa.

Asociación topográfica y cronológica de las tumbas Por ejemplo: la tumba de Ramsés I (KV16) y la tumba de Seti I, su hijo (KV17), están juntas; algo más arriba, la tumba de Ramsés II (KV7), el hijo de Seti I, y cerca la tumba de su hijo, Merneptah (KV8). Seguidamente la tumba de Amenmeses (KV10), que fue el usurpador de Seti II durante un pequeño periodo de tiempo en el Alto Egipto. Ahora abajo, está la tumba de Seti II (KV15) y junto a ella se encuentra la de su esposa Tausert (KV14), después ampliada para Setnakht (1º de la d. XX). Al lado, la tumba del príncipe Siptah (KV47), que hereda el trono de Egipto tras la muerte de Seti II y también en esta zona KV13, perteneciente a un poderoso canciller ejecutado por Siptah. KV58 es una pequeña tumba donde se han hallado piezas con el nombre de Seti II y Tausert, quizás la tumba de un hijo de ambos. KV11 es la tumba que inició Setnakht que fue terminada por Ramsés III.

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Última tumba: Tumba de Ramsés XI La última tumba que se construye en el valle es la de Ramsés XI, el último Ramésida aunque jamás se enterró en ella. Tiene una entrada monumental y el corredor de entrada, los corredores, tienen más de 4 m. de altura, indicadores de que nos hallamos en una tumba de un momento final del Imperio Nuevo.

Tumbas de acantilado Las Tumbas de acantilado se encuentran también en Tebas Oeste pero más aisladas. Estas tres son de comienzos de la Dinastía XVIII: la de la izquierda está al final del wadi Gabbanat el-Gurud y pertenece a tres esposas sirias de Tutmosis III; la imagen central es la del wadi Sikkat Taka ez-Zeida que pertenece a Hatshepsut, cuando ella era reina antes de ser Faraón; y en la imágen de la derecha, vemos la boca de entrada de la tumba identificada por Howard Carter como tumba de la princesa Neferura, hija de Hatshepsut y Tutmosis II. Otra tumba de acantilado muy cerca de Deir el-Medina, a la izquierda, la tumba en alto de Bab elMallaq; a la derecha, la entrada de la tumba DB320, muy cerquita de Deir el-Bahari, célebre porque en ella se encontraron más de cincuenta ataúdes con momias de reyes del Imperio Nuevo incluso, de la Dinastía XVII.

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5B. La construcción del Imperio LA CONSTRUCCIÓN DEL IMPERIO ................................................................................................ 1 Tutmosis I ...............................................................................................................................................1 GENEALOGÍA ........................................................................................................................................1 ACTIVIDAD MILITAR .............................................................................................................................. 1 Sur ....................................................................................................................................................1 Norte ................................................................................................................................................2 Hatshepsut ..............................................................................................................................................3 ACTIVIDAD DIPLOMÁTICA Y COMERCIAL................................................................................................ 3 Tutmosis III 1479 – 1425 a.C. ................................................................................................................5 CAMPAÑAS ASIÁTICAS........................................................................................................................... 5 Batalla de Meggido........................................................................................................................... 5 Organización y consolidación del imperio ........................................................................................7 Octava campaña ............................................................................................................................... 7 FRONTERA SUR ......................................................................................................................................8 LEGADO LITERARIO ............................................................................................................................... 8 SHEIKH ABD EL-QURNA ........................................................................................................................9 Amenhetep II ........................................................................................................................................ 11 Amenhetep III ....................................................................................................................................... 11 KARNAK y LUXOR ............................................................................................................................ 12 Karnak .................................................................................................................................................. 12 RECINTO DE AMÓN.............................................................................................................................. 13 Templo de Amón ............................................................................................................................. 13 Amenhetep I ......................................................................................................................................................... 13 Tutmosis I............................................................................................................................................................. 14 Tutmosis II ........................................................................................................................................................... 14 Hatshepsut ............................................................................................................................................................ 14 Tutmosis III .......................................................................................................................................................... 16 Tutmosis IV .......................................................................................................................................................... 17 Amenhetep III ...................................................................................................................................................... 18 Dinastía XIX a Ptolomeo III ................................................................................................................................ 18

Pilonos hacia el templo de Mut ....................................................................................................... 20 Templo de Khonsu .......................................................................................................................... 21 AVENIDA DE ESFINGES HACIA EL TEMPLO DE MUT ............................................................................... 21 LO QUE SE HA PERDIDO ........................................................................................................................ 22 Luxor..................................................................................................................................................... 22 AVENIDA DE ESFINGES ........................................................................................................................ 22 TEMPLO DE LUXOR.............................................................................................................................. 22 Ramsés II ........................................................................................................................................ 22 Amenhetep III ................................................................................................................................. 23 TEBAS OESTE .................................................................................................................................... 24 Templos funerarios ............................................................................................................................... 24 TEMPLO FUNERARIO DE RAMSÉS III ..................................................................................................... 26 TEMPLO FUNERARIO DE AMENHETEP III .............................................................................................. 27 TEMPLO FUNERARIO DE MERENPTAH ................................................................................................... 28 RAMESSEUM ....................................................................................................................................... 28 TEMPLO FUNERARIO DE LA REINA HATSHEPSUT ................................................................................... 30 TEMPLO FUNERARIO DE SETI I ............................................................................................................. 30 Las necrópolis ....................................................................................................................................... 31 EL VALLE DE LAS REINAS.................................................................................................................... 32 QV44 .............................................................................................................................................. 32 QV66 .............................................................................................................................................. 33 QURNET MURAI .................................................................................................................................. 33 DEIR EL-MEDINA ................................................................................................................................ 34 SHEIKH ABD EL-QURNA ...................................................................................................................... 35 Tumba de Ramose ........................................................................................................................... 35 Tumba de Rekhmira ........................................................................................................................ 36 EL-KHOKHA ........................................................................................................................................ 37 DRA ABU EL-NAGA ............................................................................................................................. 37 Sofía Cavero

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5B. La construcción del Imperio VALLE DE LOS REYES .......................................................................................................................... 37 Valle de los Reyes – Sector oriental ................................................................................................ 37 Primeras tumbas: KV20 – Tumba de Tutmosis I................................................................................................ 38 Evolución ............................................................................................................................................................. 38 Asociación topográfica y cronológica de las tumbas.......................................................................................... 41 Última tumba: Tumba de Ramsés XI .................................................................................................................. 42

TUMBAS DE ACANTILADO .................................................................................................................... 42

Sofía Cavero

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6A.1. Amarna. El Uno y los múltiples- politeísmo, henoteísmo, monoteísmo

Amarna El Uno y los múltiples Vamos a hablar de las concepciones egipcias de la divinidad, del Uno y los múltiples: el politeísmo, henoteísmo y el monoteísmo.

Politeísmo, henoteísmo Este primer pasaje pertenece al Papiro Bremner-Rhind, que se guarda en el Museo Británico y data de principios de la Época Tolemaica, aunque el texto se remonta muy probablemente al Reino Nuevo: “Cuando yo [= el demiurgo solar] aparecí en este mundo, Shu y Tefnut surgieron felices de las aguas inertes en las cuales habían estado (hasta ese momento). Entonces, Shu y Tefnut generaron a Geb y Nut. Entonces Geb y Nut generaron a Osiris, a Horus el de los dos ojos, a Seth, a Isis y a Neftis, de un solo vientre, uno tras otro, y ellos generaron a su multitud en este mundo.” (BM 10188 = papiro Bremner-Rhind, 27, 2 y 4-5) El segundo texto es un pasaje de la Instrucción para Merikare, una composición sapiencial del Reino Medio, dice así: “Actúa en beneficio del dios [**], de manera que él haga lo mismo por ti, mediante grandes ofrendas destinadas a llenar los altares y mediante inscripciones en las que tu nombre sea una indicación [de quién es el oferente], aunque el dios reconoce a quien actúa para él. Bien atendidos están los seres humanos, el rebaño del dios. Por ellos él ha creado los cielos y la tierra, tras haber frenado la avidez del agua [primordial] [*]. Si ha creado el soplo de vida, es para que sus narices estén agradecidas, (porque) ellos son sus imágenes, salidas de sus carnes. Si brilla en el cielo, es en beneficio de ellos. Si ha creado los vegetales, el ganado, los pájaros y los peces, es con la intención de que se alimenten. Del mismo modo que él ha aniquilado a sus enemigos, así ha destruido a sus hijos a causa de su plan de rebelarse. Del mismo modo que ha hecho la luz del día para satisfacción de ellos, así navega para verlos, tras haberse fabricado una cabina [en la barca celeste] al abrigo de ellos. Cuando ellos lloran, él escucha. (…) El dios conoce cada nombre.” (Instrucción para Merikare, 129-138) En la frase reseñada [*] se alude al Mito de la Creación, cuando aparece la primera tierra y el agua primordial queda confinada en los límites del mundo, pero pugna constantemente con volver a entrar en él. El principio del pasaje de la Instrucción para Merikare [**] puede traducirse: "Actúa en beneficio del Dios/de un dios/de dios/de la divinidad", porque en egipcio clásico no existe el articulo determinado ni el indeterminado y no es posible precisar. El fragmento habla pues del dios de manera genérica con una serie de imágenes que resultan familiares a la tradición religiosa monoteísta: Los seres humanos como el rebaño del dios. Los seres humanos creados a semejanza de la divinidad a partir de “sus carnes”. La aniquilación de la Humanidad a causa de su plan de rebelarse, que recuerda al diluvio universal bíblico. Cada individuo es conocido por el Creador, etc.

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Sin embargo, aunque parece que el pasaje del Papiro Bremner-Rhind y el de la Instrucción responden a dos tradiciones distintas, no es así, obviamente responden a la misma tradición religiosa egipcia, una concepción compleja de la divinidad que considera lo Múltiple y lo Uno (aunque no exclusivo). Sólo con Akhenaton, lo uno se vuelve exclusivo y lo múltiple desaparece efímeramente. El dibujo muestra algunas de las 74 formas de Re y es que la multiplicidad de lo divino, no sólo atañe a la diversidad de divinidades sino también a la diversidad de formas en que cada una se presenta. Este problema de la dialéctica entre lo Uno y lo Múltiple ha preocupado desde los comienzos de la egiptología y se habían defendido tradicionalmente dos posiciones, hoy totalmente superadas y abandonadas: A.

La religión egipcia fue originalmente monoteísta y posteriormente se habría desarrollado el politeísmo. Las personas cultivadas, como los intelectuales y los iniciados, habrían mantenido el monoteísmo original y habrían considerado la multiplicidad de dioses como personificaciones de las cualidades divinas, mientras que el "pueblo" habría sido politeísta.

B.

La religión egipcia fue originalmente politeísta y, poco a poco, tendió hacia el monoteísmo.

Pero la relación entre lo Uno y lo Múltiple no es histórica, sino estructural, complementaria. En los textos sapienciales, como la Instrucción para Merikare, encontramos ejemplos de: El término "dioses", en plural, y la mención de divinidades especificas. La divinidad “dios” de manera abstracta y genérica. Esto se debe a que los textos están dirigidos a la clase dirigente de todo el país y, por tanto, los destinatarios son muy diversos. Cada "lector" potencial sería devoto de una divinidad determinada, que para él sería la divinidad principal, y el uso del término genérico "dios" permitía que cualquiera pudiera hacer suyo el texto, aplicándolo a "su" dios. Esto está vinculado con el concepto esencial de henoteísmo.

Finales del Reino Antiguo Cedamos la palabra al egiptólogo Erik Hornung, quien en su obra El Uno y los múltiples escribe: “…el egipcio desarrolló como muy tarde hacia finales del Reino Antiguo la idea de un Ser Supremo que es ‘rey’ y ‘señor’ de toda la creación y además creador y preservador de ‘todo lo que es’. Pero las características de este Ser Supremo no están vinculadas siempre a una divinidad determinada, sino que pueden ser adjudicadas en cada caso a una divinidad diferente, incluso a dioses locales relativamente insignificantes. (...) En el acto de la veneración, sea en la oración, en la alabanza mediante un himno, o en el vínculo y compromiso ético, el egipcio extrae de la abundancia de dioses de su panteón un solo dios, que en ese momento lo significa todo para él. El poder y la grandeza de Dios, limitados pero ingentes, se concentran en el punto focal de esta divinidad invocada (...). El dios invocado está por encima de los dioses, es más que ellos” (Hornung, E. 1999. El Uno y los Múltiples. Concepciones egipcias de la divinidad. Madrid: Trotta, pp. 216-217). En el momento del culto cada persona o cada comunidad de fieles invocarían a su dios concreto como el dios por excelencia, como el Ser Supremo, como el Uno.

A partir del Reino Nuevo Pero a partir del Reino Nuevo, aparecen nuevas sensibilidades religiosas que tienden a atribuir al dios supremo del Estado, Amón, características propias de un dios trascendente, como lo es un dios monoteísta. Los dioses egipcios son inmanentes, en cuanto limitados:

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En el tiempo, porque envejecen y, eventualmente, mueren. En el espacio, porque no pueden ir más allá del mundo habitado, son seres sujetos al espacio de la creación como los seres humanos y todos los demás (en los textos mitológicos por ejemplo se dice explícitamente que el espacio externo al cosmos no está habitado por los dioses). Ahora bien, Amón a partir del Reino Nuevo adquiere: Universalidad que hace que se le llame "Aquel que existe en todas las cosas". Trascendencia, a partir de su condición original de oculto y de invisible: Papiro Leiden I 350 “Él permanece oculto a los dioses y su aspecto es desconocido. Él está más allá del cielo y es más profundo que el mundo subterráneo.” Esto se puede comparar con el salmo bíblico 139, que se refiere, por supuesto, al dios monoteísta y trascendente de los hebreos: Salmos 139, 7-8 “¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir? Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el mundo inferior me acuesto, allí te encuentras” Algunos de estos rasgos nuevos de Amón, como la trascendencia, son ya características propias de un dios monoteísta, y es esta nueva sensibilidad religiosa, la que desarrollándose, dará lugar a la religión de Amarna.

Aton Pero el dios monoteísta de Amarna no será Amón, sino un dios nuevo: Aton, en origen el disco solar. Es muy importante no confundir a Aton (eg.: Iten), el disco solar, con Atum (eg. Temu), el demiurgo creador del mundo. Aunque se trata de dios divinidades solares o de dos manifestaciones de la divinidad solar son completamente distintos. La primera documentación de Aton data del Reino Medio, pero es en la Dinastía XVIII cuando adquiere una importancia creciente, especialmente durante los reinados de Tutmosis IV y Amenhotep III, inmediatos predecesores de Amenhotep IV. Del reinado de Tutmosis IV data por ejemplo un escarabeo en que se alude a Aton como dios guerrero que protege al faraón. El poder conceptual y el prestigio político del dios Sol como dios creador que "rodea todo lo que ha creado" conllevan: Su asimilación a otras divinidades como Amón de Tebas u Horus. Su manifestación en múltiples formas y nombres, como por ejemplo: Atum, Re, ReHaractes o Khepri; Aton es su forma visible: el disco solar. Los himnos al dios Sol del reinado de Amenhotep III, por ejemplo los de la Estela de los hermanos Suty y Hor, que hoy se guarda en el Museo Británico, se dirigen al dios en estas diversas formas y conceden un papel preeminente a Aton: Estela BM 826 “Salud a ti, oh Re, perfecto cada día, Que te elevas al alba sin desfallecer, Khepri que te cargas de trabajo: Tus rayos están ante los rostros, aunque (permanezcas) desconocido, y el oro fino no puede igualar tu esplendor. Hecho a ti mismo, tú has modelado tu cuerpo, Oh creador increado. Oh solo, oh único, que cruzas la eternidad, que estás por encima de los caminos y tienes a millones a tu cargo…”;

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Cómo podéis ver a este dios, que todavía no es monoteísta, se le llama “único”. Sin embargo, lo que distingue al dios monoteísta no es la unicidad sino la exclusividad. “Salud a ti, oh Aton del día, Creador de todo, que haces que ellos vivan. Gran halcón de plumas brillantes, Escarabajo que se genera a sí mismo. Oh hecho a sí mismo, increado, Horus el viejo dentro de Nut (…), Khunm y Amón de la humanidad…” (Estela BM 826) Es el propio Amenhotep IV, después llamado Akhenaton, el creador y definidor de Aton como divinidad nueva e independiente. En un primer momento, se llamó al nuevo dios Re-Haractes-Aton [1]. Mantuvo una vinculación con las formas antiguas y tradicionales de la divinidad solar como indica su representación con forma de halcón o con forma humana y cabeza de halcón.

Reinado de Akhenaton Arte de Amarna En el año 3 de reinado de Amenhotep IV, se inauguró un primer gran templo para el culto de Aton situado al este del templo de Amón en Karnak. Este templo fue completamente desmantelado después del reinado de Akhenaton, pero de él se conservan los llamados talatat, una serie de bloques de piedra decorados que fueron reutilizados en construcciones posteriores en la misma Karnak. Es en estos talatat donde se documenta, por primera vez, el nuevo estilo artístico de carácter “expresionista”, que rompe completamente con la tradición, conocido con el nombre de “Arte de Amarna”, aunque la ciudad de Amarna todavía no había sido fundada. El Arte de Amarna supone una liberación de las formas: La figura humana se intelectualiza y deviene más simbólica. Por ejemplo, este retrato de Akhenaton cuyo aspecto, ha sido atribuido a alguna deformación o enfermedad, debe ser interpretado en clave simbólica. La naturaleza y lo cotidiano, devienen fundamentales en el Arte de Amarna, y sustituyen, de alguna manera, la mitología presente en la iconografía regia.

Primeros cambios en la política religiosa Pronto (posteriormente al año 2) se producen los primeros cambios significativos en la política religiosa de Amenhotep IV: A.

Se procede a la sustitución de Amón por Aton como dios de estado.

B.

Se abandona la iconografía de Re-Haractes-Aton como divinidad manifestada en un ser mitológico con forma de halcón o con forma humana y cabeza de halcón, y se sustituye por la nueva iconografía del disco solar. En la fotografía se observa esta nueva iconografía de Aton en forma de un disco solar del que emanan una serie de rayos acabados en manos, algunas de las cuales sostienen el símbolo de la vida, que queda inmediatamente delante de la nariz y la boca de los personajes implicados.

[1] Haractes equivale a “Horus en el Horizonte” u “Horus del Horizonte”.

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C.

Se crea el primer nombre didáctico o nombre dogmático de Aton, puesto que tuvo dos formas distintas a lo largo del reinado de Akhenaton. En tanto que “rey de la creación” y “dios de estado”, y a diferencia de lo que sucede con todas las demás divinidades egipcias, Aton recibe una titulatura real, inscrita en dos cartuchos. En la fotografía un objeto guardado en el Museo Egipcio de Turín con el nombre de Aton inscrito en cartuchos: Primer cartucho: “Aquel que vive, Re-Haractes que se regocija en el horizonte...” Segundo cartucho: “…en su nombre de Shu [=luz], que es Aton/que emana de Aton”. En la primera forma del nombre de Aton se alude a otras divinidades como manifestaciones del propio Aton: a ReHaractes, escrito con el signo jeroglífico del halcón con el disco solar en la cabeza; y a Shu, el dios del aire que separa el cielo de la tierra, pero que en el texto es evocado como dios de la luz.

Sentido y alcance de estos primeros cambios 1.

Salvo Re-Haractes y Shu, incluidos en la primera forma del nombre didáctico de Aton, desaparecen las demás manifestaciones del dios Sol, como Atum o Khepri.

2.

La manifestación del nuevo dios es la luz que emana del disco solar, que lo inunda todo y da la vida.

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3.

Aton es único y no necesita compañera como otros dioses, ni tiene enemigos. Desaparece la mitología del viaje del Sol por el inframundo y por el cielo y las divinidades y seres a ella asociados.

4.

Mientras que en la religión egipcia general, los dioses hablan con el rey para concederle sus beneficios y el rey dialoga con ellos de igual a igual, Aton permanece silencioso y sólo se comunica intelectualmente, se revela, al rey, que es su mediador ante la humanidad.

5.

Al principio, Aton deviene el dios supremo, pero los demás dioses se mantienen. Después, progresivamente van siendo eliminados, empezando por Osiris y los dioses de ultratumba.

Amarna Al principio del año 6 del reinado de Amenhotep IV, tiene lugar la fundación de la nueva capital Amarna, que en egipcio recibe el nombre de Akhetaton (Akhet-Iten), que significa el “horizonte de Aton”.

Arriba a la izquierda, la localización de la Amarna de Akhetaton en pleno Egipto Medio; a la derecha, el plano de la ciudad, en el que destaca el gran templo de Aton en el centro de la conurbación.

Estelas fronterizas El territorio de la ciudad de Amarna, está delimitado por catorce estelas fronterizas, a modo de capillas talladas en la roca, que consisten en una estela flanqueada por estatuas de la familia real. Estas estelas son interesantes tanto por la lengua como por el contenido: Lengua: combinan el egipcio clásico y el neoegipcio. El neoegipcio se utiliza para los parlamentos del rey (discurso directo puesto en boca del rey).

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Contenido: 

Razones de la elección del lugar: la ciudad de Amarna se construye en tierra virgen, limpia, donde no se ha rendido culto a ninguna otra divinidad.



Aspectos litúrgicos: el culto público de Aton es la principal actividad cotidiana del rey y de la corte.

Templos Gran templo de Aton En Amarna se levantaron dos templos principales para el culto de Aton y el más importante era el Gran templo de Aton, en egipcio Per-Iten-em-Akhetiten que significa la “Casa de Aton en Akhetaton”. Se trata de un gran recinto rectangular, de casi 800x300 metros.

El recinto tiene dos áreas bien diferenciadas, la del oeste (parte inferior de esta planta) y la del este (parte superior de la misma).

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En el área oeste, se levanta el llamado Gematon o Gempaaton, un edificio rectangular muy alargado, cuyo nombre significa “Aton ha sido hallado”. Este edificio consiste en una sala hipóstila, que recibe el nombre de Casa del regocijo (en amarillo), seguida de seis patios (en naranja), los dos primeros más grandes y los otros cuatro más pequeños, que contenían unos 800 altares de piedra para ofrendas de pan. Al norte y al sur del Gematon, se extendían dos áreas (en rosa) con más de 900 altares de adobe cada una, también para ofrendas de pan. Todos los altares, también los del Gematon, eran a cielo abierto como corresponde al culto de una divinidad solar. Fuera del recinto del templo, al sur de su mitad occidental (en verde), largas hileras de tiendas corresponden a panaderías donde se producía el pan destinado al culto a Aton en el gran templo. En cuanto a la mitad oriental del Gran Templo, tenemos una estela circular (en rojo), que tal vez evoca al símbolo solar por excelencia, el benben de Heliópolis, con un altar adosado inmediatamente al norte. También un matadero asociado (en gris), dentro del cual se han hallado las piedras donde se ataban los animales. Finalmente, en el extremo oriental del recinto tenemos el Santuario o Sanctasanctórum (en azul). Dentro del santuario y al norte del mismo, se han hallado altares para ofrendas de pan. El área al sur del santuario en cambio parece haber sido un área de residuos, porque en ella se han encontrado trozos de vasijas que indican libaciones y ofrendas de incienso, que también se harían dentro del santuario.

Pequeño templo de Aton En cuanto al segundo templo principal de Amarna, es el llamado Pequeño templo en egipcio Hut-iten, que significa "Morada de Aton". Se trata de un recinto rectangular de aproximadamente 200x120 metros que está situado al sur del Gran Templo y de la Casa del Rey.

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Algunos autores han sostenido que podría tratarse de la capilla privada de culto para la familia real, otros piensan que sería el templo funerario del mismo Akhenaton.

Cambio de nombre del rey Contemporáneamente a la fundación de Amarna, el rey se cambia de nombre: De

Amenhotep (Imen-hetep(u))

que significa

"Amon está satisfecho"

A

Akhenaton (Akh-en-Iten)

que significa

"Aquel que es efectivo/beneficioso para Aton" "Manifestación luminosa de Aton"

Reforma amarniana Poco a poco la reforma amarniana va avanzando: 1.

Se suprimen todas las divinidades salvo Aton, que queda como dios exclusivo, lo cual supone una ruptura con respecto a la historia religiosa egipcia anterior.

2.

Se compone el Gran Himno a Aton.

3.

La Gran Esposa real Nefertiti y las hijas del rey y de la reina participan del culto y las "historias" de la mitología de los demás dioses son sustituidas ahora por las "historias" de la familia real.

4.

Hacia el año nueve de Akhenaton, surge la segunda forma del nombre didáctico de Aton. Primer cartucho (izq.): “Aquel que vive, el Sol, dueño del horizonte, que se regocija en el horizonte…” Segundo cartucho (der.): “…en su nombre de Luz que viene de Aton”. Desaparece Re-Haractes, el signo jeroglífico del halcón con el disco solar en la cabeza, y Shu es sustituido

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por un sinónimo que también significa luz. No se menciona ninguna divinidad o manifestación divina excepto Aton. 5.

A partir de este momento se persigue a Amón y a los demás dioses, pero esto acaba desembocando en el fin de Akhenaton y de Amarna.

Doctrina de Amarna La doctrina de Amarna respondió, muy probablemente, a la inspiración religiosa del propio Akhenaton y fue elaboración teológica suya y de algunos de sus allegados más íntimos, entre ellos la reina Nefertiti. Las fuentes para el estudio de esta doctrina son básicamente: Los parlamentos del rey en las estelas fronterizas de Amarna. Los relieves y las inscripciones de las tumbas hipogeas de los cortesanos de Amarna, como Ay que después sería rey tras el reinado de Tutankhamon. Las inscripciones consisten en himnos y oraciones dirigidos a Aton o conjuntamente a Aton y al rey. Los más importantes son: Pequeño Himno a Aton, conservado en cinco tumbas amarnianas, que puede estar puesto tanto en boca del cortesano enterrado en la tumba como del rey. Gran Himno a Aton, esculpido en la tumba de Ay y puesto en su boca.

Gran Himno a Aton de Akhenaton El Gran Himno a Aton de Akhenaton, se halla esculpido en la tumba de Ay, en concreto en su pared oeste en 13 columnas de texto, que se leen de derecha a izquierda. A la derecha se encuentra la primera mitad de la primera columna de texto. La secuencia termina con los jeroglíficos que sirven para escribir el nombre de la cuidad de Akhetaton, en el texto se ha marcado el final de esta secuencia con [*] en rojo. El texto se abre con el nombre didáctico de Aton, en concreto con la primera forma de este nombre, y con la titulatura abreviada de Akhenaton y de Nefertiti, dice así: “(1) Adoración de ‘Aquel que vive, Re-Haractes que se regocija en el horizonte; en su nombre de Shu que es Aton’, que vive por siempre jamás, gran Aton viviente que está en el festival de Sed [a], señor de todo lo que Aton rodea, señor del cielo, señor de la tierra, señor de la Casa de Aton en Akhetaton, [b][*] (y de)l Rey del Alto y Bajo Egipto, que vive de Maat, señor de las Dos Tierras, Neferkheperure Waenre, el Hijo de Re, que vive de Maat, señor de las apariciones Akhenaton, de larga vida, (y de) la gran esposa real, amada de él, señora de las Dos Tierras Neferneferuaton Nefertiti, que viva y permanezca sana y joven por siempre jamás”. [a] Puesto que Aton es rey celebra festivales de Sed como los faraones. [b] Señor de la Casa de Aton en Akhetaton, es decir, del Gran Templo de Aton en Amarna.

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En las siguientes fotografías vemos, a la izquierda, el texto del Gran Himno a Aton, esculpido en la tumba de Ay y por debajo la representación del propio Ay y de su esposa en actitud de adoración; y en la fotografía de la derecha el famoso busto de la Reina Nefertiti, que se guarda en el Museo de Berlín. Continúa con sus títulos y su nombre, y Ay sigue recitando el texto: “(2) Él dice: Radiante te elevas en el horizonte del cielo, oh Aton que vives y has dado inicio a la vida. Cuando surges en el horizonte del oriente, llenas toda la tierra con tus bellezas. Eres hermoso, grande, brillante, alto sobre todas las tierras y tus rayos rodean las tierras hasta el límite de todo lo que has creado. (3) Eres el sol y llegas hasta sus límites [= límites de las tierras]. Tú las sometes (para) el hijo que amas. Estás lejos pero tus rayos están sobre la tierra. Estás ante los rostros (de los seres), pero no se ven tus pasos [= tu proceder]”. En esta parte del texto tenemos dos conceptos fundamentales: Dios omnipresente, que está en todo lo que ha creado. Dios lejano y cercano a la vez, incognoscible y de proceder inescrutable, pero que se manifiesta en los rayos y en la luz del sol. La luz es la hierofanía, la manifestación de la divinidad. “Cuando te pones en el horizonte del occidente, la tierra queda en la oscuridad, como si estuviera muerta. Los que duermen están en el aposento, cubiertas las cabezas. Un ojo no ve al otro y, si se robaran todas las cosas que están bajo sus cabezas, no se darían cuenta. (4) Cada león sale de su madriguera, todas las serpientes muerden (ya que) la oscuridad es luz [para ellas]. La tierra permanece en silencio mientras su creador reposa en su horizonte”. Esto es todo lo que se dice de la noche en el Himno a Aton: Desaparece la mitología del viaje del Sol por el mundo subterráneo, de los peligros con que se enfrenta su barca durante las horas nocturnas y de la topografía y los seres que pueblan el inframundo (que eran temas característicos de la mayoría de los textos funerarios egipcios). Por la noche el creador, simplemente, reposa. Los efectos de la falta de la luz del Sol son "naturales", aunque las horas nocturnas se sienten como inquietantes, representan un paréntesis en el despliegue incesante de la vida propio del día. “Pero cuando la tierra se ilumina, resurges en el horizonte y resplandeces como Aton durante el día. Alejas la oscuridad y concedes tus rayos. Las Dos Tierras [= las gentes de Egipto] están en fiesta, despiertas y puestas en pie: si tú las has levantado es para que se laven el cuerpo, se pongan (5) su ropa y sus brazos se alcen

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en adoración a tu surgir. [Las gentes de] la tierra entera hacen sus trabajos. Todos los animales están contentos con sus pastos. Los árboles y las hierbas crecen. Los pájaros vuelan de sus nidos; sus alas están en adoración de tu ka. Todos los animales salvajes brincan sobre sus patas. Todos los que vuelan y se posan (6) viven cuando tú los iluminas. Las barcas navegan río abajo y también río arriba porque todos los caminos se abren cuando apareces. Los peces en el río saltan hacia tu cara y tus rayos llegan hasta el fondo del mar”. Resulta interesante comparar este pasaje del Himno con el salmo bíblico 104 (Salmos 104, 19-30) por el empleo de similares motivos propios de la creación literaria. A pesar que, conceptualmente, el monoteísmo de Akhenaton y el bíblico son totalmente diferentes y es imposible una trasmisión directa, puesto que los textos bíblicos fueron compuestos por lo menos 700 años más tarde. “Tú que haces crecer el feto en las mujeres y creas la simiente en los hombres, que haces vivir al hijo en el vientre de su madre, que lo calmas para que no llore, (como) nodriza desde (que está en) (7) el vientre, que concedes el soplo (de vida) para hacer que viva todo lo que has creado, cuando él desciende del vientre para respirar, el día de su nacimiento, tú abres bien su boca y le proporcionas su sustento. Cuando el polluelo está en el huevo y habla en la cáscara, tú le das el soplo (de vida) en su interior para hacer que viva (...)”. El misterio de la vida se describe en términos naturales más que mitológicos ya que el dios único es incompatible con los dioses y seres de la mitología. “Cuán numerosas son tus obras, que permanecen secretas a la mirada [de los seres humanos], oh (8) dios único, fuera del cual no hay otro. Por deseo tuyo creaste la tierra cuando estabas solo, con los seres humanos, los rebaños, todos los animales salvajes y todo lo que está sobre la tierra, caminando sobre sus patas, y lo que está en lo alto, volando con sus alas, y los países extranjeros, Siria, Kush, y la tierra de Egipto. Tú colocas a cada hombre en su lugar y le proporcionas su sustento; cada uno tiene su alimento y la duración de su vida está contada. Las lenguas [de los seres humanos] están diversificadas en las palabras, sus formas [= rasgos físicos] (9) igualmente, sus pieles están diferenciadas porque tú has diferenciado los pueblos extranjeros”. Tenemos aquí una serie de conceptos fundamentales: Unicidad y exclusividad de dios. La exclusividad de la divinidad es la novedad radical del pensamiento de Akhenaton y lo que supone una ruptura con el pensamiento religioso egipcio anterior y el posterior. Dios crea la naturaleza pero es distinto de ella. Hay una separación de dios y la naturaleza: desaparece la inmanencia divina, es decir la identificación entre lo divino y lo natural. Diversidad de criaturas, de naciones, de lenguas y de razas. Se introduce el concepto de ecumenicismo, es decir de universalismo, y el replanteamiento de la relación con el otro, también creado y querido por dios. “Es del mundo inferior de donde tú haces venir la inundación y la conduces hacia donde deseas para hacer vivir al pueblo [de Egipto], puesto que lo has creado para ti. Oh señor de todos ellos, que te fatigas por ellos, oh señor de todas las tierras, que te alzas para ellos, oh Aton del día, grande de gloria. Todos los lejanos países extranjeros, tú actúas para que ellos vivan. Si has colocado una inundación en el cielo, que desciende para ellos (10) y hace olas sobre las montañas como (si fuera) el mar, es para regar sus campos en sus aldeas. ¡Qué benéficos son tus designios, oh señor de la eternidad! La inundación en el cielo es para los pueblos extranjeros y para los animales salvajes de todos los desiertos que andan sobre sus patas, mientras que la inundación [del Nilo] viene del mundo inferior para la Tierra Amada [= Egipto]”.

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6A.2. Amarna. El Himno a Aton de Akhenaton

De nuevo el concepto del universalismo, como dios creador de todo y de todos, Aton ha previsto dos “inundaciones”, puesto que la inundación es la fuente de vida por excelencia: una para Egipto y la lluvia para los demás pueblos. “Tus rayos alimentan todos los campos: cuando brillas, ellos viven y dan sus frutos para ti. Si haces (que se sucedan) las estaciones, es para hacer crecer todo lo que has creado: (11) el invierno para refrescar y el calor para que se te saboree. Si has creado el cielo lejano, es para brillar en él y para ver todo lo que has creado, tú que eres único y brillas en tu forma de Aton que vive, que apareces y resplandeces, que te alejas y te acercas. Es a partir de ti como creas millones de formas, puesto que eres único: las ciudades y las aldeas, los caminos y el río. Todos los ojos te ven a su nivel, porque tú eres Aton del día sobre (la tierra). (12) (…)”. El sentido de la creación responde a un designio preconcebido, a la voluntad de dios, que es otro de los conceptos fundamentales de los monoteísmos. Se insiste en la unicidad de dios: toda la creación emana directamente del dios único y no de sucesivas generaciones de dioses. “Tu estás en mi corazón. No existe otro que te conozca excepto tu hijo Neferkheperure Waenre, porque tú haces que él tenga conocimiento de tus designios y de tu poder. (Los seres de) la tierra vienen a la existencia de tu mano, tal como los creas; cuando surges, ellos viven, cuando te pones, ellos mueren. Tú mismo eres la duración de la vida, porque, si se vive, es gracias a ti. Los ojos están (13) en la (pura) belleza hasta que tú te pones y cuando tú te pones en el occidente todo trabajo se detiene. (…) Si los pones en pie [= a los seres creados] es para tu hijo, salido de tu propio cuerpo, el Rey del Alto y Bajo Egipto, que vive de Maat, señor de las Dos Tierras Neferkheperure Waenre, el Hijo de Re que vive de Maat, señor de las apariciones Akhenaton, de larga vida, (y para) la gran esposa real, amada de él, señora de las Dos Tierras Neferneferuaton Nefertiti, que viva y permanezca joven por siempre jamás”. Revelación: el Atonismo, una religión revelada. Según explica E. Hornung en El Uno y los Múltiples: “La naturaleza de Aton no se revela por imágenes míticas, sino sólo gracias al esfuerzo y la penetración mentales; y no a cualquiera, sino sólo a Akhenaton y aquellos que él instruye. “No hay ningún otro que te conozca” subraya Akhenaton en el Gran Himno a Aton (...). Aton, que se ha retirado a lo impenetrable, necesita un mediador para ser accesible a los humanos. (...) Así la nueva fe podría reducirse a la fórmula “No hay más Dios que Aton y Akhenaton es su profeta”. (...) Pero eso es contrario a toda lógica existente hasta aquel momento: antes de Akhenaton, la exaltación privilegiada de un dios nunca había perjudicado la existencia de los otros dioses. El Uno y los múltiples habían sido tratados como afirmaciones complementarias que no se excluían mutuamente. Pero ahora se excluyen uno al otro, y nos encontramos con la formulación de una lógica nueva. El salto de pensamiento que se puede constatar aquí quedó para Egipto en un paréntesis y no superó el reinado de Akhenaton. (...) El primer paso consistió en confirmar a los otros dioses en sus derechos y en restituir, así, la complementariedad de Dios y los dioses. (…) El egipcio no estaba dispuesto a renunciar a la multitud de formas y a la polivalencia de la naturaleza divina por venerar al Uno” (Hornung, E. 1999. El Uno y los Múltiples. Concepciones egipcias de la divinidad. Madrid: Trotta, pp. 227-228). El Atonismo contiene conceptos inasumibles para los egipcios: La exclusividad de la divinidad. Su carácter intelectual y lejano. La persecución de los demás dioses, y en especial de Amón, que enemistó a Akhenaton con el poderoso clero de esta divinidad y del Osiris que lo enemistó con el pueblo. La noción de revelación de Aton a Akhenaton y de Akhenaton a la humanidad.

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6A.2. Amarna. El Himno a Aton de Akhenaton

Y esto conllevó el final de la época de Amarna y la desaparición de la religión de Akhenaton.

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6A. Amarna

AMARNA ............................................................................................................................................. 1 EL UNO Y LOS MÚLTIPLES ............................................................................................................ 1 POLITEÍSMO, HENOTEÍSMO ................................................................................................................... 1 Finales del Reino Antiguo ............................................................................................................... 2 A partir del Reino Nuevo ................................................................................................................. 2 ATON.................................................................................................................................................. 3 REINADO DE AKHENATON ............................................................................................................ 4 ARTE DE AMARNA............................................................................................................................... 4 PRIMEROS CAMBIOS EN LA POLÍTICA RELIGIOSA.................................................................................... 4 Sentido y alcance de estos primeros cambios ................................................................................... 5 AMARNA............................................................................................................................................. 6 Estelas fronterizas........................................................................................................................... 6 Templos .......................................................................................................................................... 7 Gran templo de Aton .................................................................................................................................. 7 Pequeño templo de Aton ............................................................................................................................ 8

CAMBIO DE NOMBRE DEL REY .............................................................................................................. 9 REFORMA AMARNIANA ........................................................................................................................ 9 DOCTRINA DE AMARNA ..................................................................................................................... 10 GRAN HIMNO A ATON DE AKHENATON ................................................................................... 10

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6B.1. Los reyes de Amarna. Amenhetep IV

Los reyes de Amarna Amenhetep IV Genealogía de Amenhetep IV y Nefertiti Sabemos de Amenhetep IV que su padre es el rey Amenhetep III y su madre la Gran esposa real Tiye.

Respecto al origen de su esposa Nefertiti, algunos indicios la asocian con la familia de la reina Tiye abandonando la posibilidad de que fuera una princesa mitánea (originaria de Mitanni).

Sobre estas especulaciones, fijémonos en este pequeño árbol genealógico:

Sofía Cavero

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6B.1. Los reyes de Amarna. Amenhetep IV

En la parte superior del árbol tenemos a Yuya y Tuya, estos influyentes personajes oriundos de la ciudad de Ajmin, de los que se conservan sus momias en excepcional estado, padres de la reina Tiye; vemos abajo una momia que fue hallada en la KV35 presuntamente de la Gran esposa real Tiye, madre de Akhenaton IV; en la parte central tenemos la estatua del sacerdote y astrónomo Aanen, hermano de Tiye, que se conserva en el Museo Egipcio de Turín. A la derecha, un relieve de la tumba de Ay en Amarna que representa al funcionario y su esposa Tiy, son el futuro faraón sucesor de Tutankhamon y la Nodriza de la Gran esposa real Neferneferuaton Nefertiti, quien cuidó a Nefertiti cuando era niña. La posible relación filial de Ay con Tuya y Yuya no puede sostenerse en pruebas concluyentes. Al respecto, solo podemos especular basándonos en coincidencias como la vinculación evidente de Ay con Ajmin, donde realizó varios monumentos; el uso del títulos antes portados por Yuya que pudieran indicar una herencia; y la relación que mantuvo con Amenhetep IV, muy similar a la que mantuvieran Amenhetep III y Yuya. Sabemos que el padre de la reina Tiye, Yuya, ostentó el título it-netjer (“padre del Dios”=”padre de faraón”) cuando su hija se casó con Amenhetep III y el se convirtió en el padre político del faraón. También sabemos que Ay portó el mismo título en vida de Amenhetep IV, lo que hubiera sido posible si Nefertiti fuera hija de Ay. Según esta hipótesis Nefertiti hubiera nacido de una primera esposa desaparecida, por lo que Tiy, se habría convertido en madrastra y nodriza de la futura reina. Esto crearía un posible parentesco político entre la reina Tiye y Ay, el futuro faraón.

Construcciones de los primeros años de reinado En los primeros años, Amenhetep IV continuará la obra de su padre en Karnak construyendo un vestíbulo en la entrada del enorme 3º pilono erigido por Amenhetep III. Esta pared que vemos reconstruida en el Museo al aire libre de Karnak, procede precisamente de ese vestíbulo y representa al rey realizando la destrucción del caos simbolizado por la masacre de los enemigos.

El estilo artístico y el canon de proporciones con el que realiza las representaciones en este vestíbulo es todavía el tradicional egipcio. Muy pronto, pasado el primer año de reinado, empezara la construcción de, al menos, cuatro templos dedicados a Aton: Gem-Pa-Aten [1] Rudi-Menu-en-aten-er-neheh [2] Teni-Menu-en-aten-er-neheh [3] Hwt benben [4]

Sofía Cavero

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6B.1. Los reyes de Amarna. Amenhetep IV

La fotografía indica la situación del templo extramuros en el lado Este de Karnak llamado Gem-Pa-Aten (“Aton ha sido hallado”). Pudo construirse entre el año 2-3 de reinado y es el más grande de los cuatro que erigió con unas medidas aproximadas de 130x216 metros. Para su construcción se emplearon talatats, unos bloques de pequeño tamaño. Los relieves nos muestran que la decoración principal estaba relacionada con la celebración del festival Heb Sed por parte del faraón. Se cree que el último en construirse, en el año 4 de reinado, fue el Hwt benben cuya decoración nos muestra a Nefertiti como la oficiante del culto a Aton sin su marido.

Talatats Los templos edificados por Amenhotep IV en Karnak, fueron desmantelados desde comienzos del reinado de Tutankhamon reutilizando la piedra para cimientos o como material de relleno en otras estructuras posteriores, como el suelo de la gran sala hipóstila, el II o el IX pilono (en las dos fotografías siguientes), etc.

Esta piedra, utilizada en las construcciones de Amenhetep IV, se dispuso como bloques homogéneos de modestas dimensiones, unos 52x26x22 centímetros (LargoxAnchoxAltura) a los que llamamos talatats. El pequeño tamaño de los bloques facilita su manejo y su decoración acelerando la velocidad de construcción enormemente. Se han hallado miles y miles de estos bloques pertenecientes a los templos de Amenhetep IV-Akhenaton en Karnak. El talatat de la fotografía procede del Gem-Pa-Aten y en él se observa la figura del monarca preparado para ese festival Sed que celebró hacia el año 2-3 de su reinado, aunque lo usual era celebrar el primer festival Sed en el año 30 y después cada tres años.

Quizás este festival Sed coincidiera con el tercer festival Sed de Amenhetep III. Otra hipótesis es que al morir Amenhetep III se estuviera preparando ya su futuro cuarto festival Sed, a celebrar en el año 40-41 de su reinado, y su hijo Amenhetep IV-Akhenaton decidiera celebrarlo, siendo protagonista el [1] También encontrado como Guemet-Pa-Iten, Gem-Pa-Iten, Guem-Pa-Iten, Gematon o Gempaaton [2] Encontrado abreviado Rudi-Menu [3] Encontrado abreviado Teni-Menu [4] Encontrado también como Hut Ben-Ben

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dios Aton como representación de la figura deificada de su padre Amenhetep III.

Arte de Amarna Esta estatua, junto con una larga veintena, fue hallada en el Gem-Pa-Aten y muestra las características del arte de Amarna: ojos almendrados, labios carnosos, mentón prominente, arrugas labio-nasales. Otros rasgos identificativos son la cadera ancha y el vientre prominente.

Representación de Aton Las siguientes dos imágenes pertenecen a la tumba de Ramose, TT55 en Sheikh Abd el-Qurna, que vive entre los reinados de Amenhetep III y Amenhetep IV.

La imagen de la izquierda representa a Amenhetep IV, como indica el cartucho frente a él, acompañado por la diosa Maat según el arte canónico egipcio. Sin embargo, la imagen de la derecha, que se encuentra a dos o tres metros de distancia de la anterior, muestra símbolos propios del arte amarniense, tenemos el disco solar cuyos rayos acabados en forma de mano bañan a la pareja real, Nefertiti y Amenhetep; también las proporciones de las figuras se corresponden con el nuevo canon. El tiempo transcurrido entre la confección de ambas imágenes sería muy breve y no existen estadios intermedios, por lo que la transición entre estilos debió ser prácticamente inexistente.

Fijémonos en este talatat Berlín 2072 que debe pertenecer al 1-2º año de reinado del rey Amenhetep IV. La figura del rey obedece al canon tradicional con un mentón pequeño y recto. Aton se representa como un dios antropomorfo y hieracocéfalo, un hombre con cabeza de halcón, coronado con el disco solar propio de una divinidad de carácter solar. El nombre del dios Aton esta inscrito sin cartucho. Con posteridad al año 2, la representación de Aton consistirá en el disco solar del que emergen rayos acabados en manos y el empleo de cartuchos. A semejanza del faraón, que escribe sus nombres de nacimiento y entronización dentro de dos cartuchos, también Aton utilizará cartuchos para su nuevo nombre didáctico. La primera muestra fechada de esto se

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produce en el año 4, 2º mes de shemu, según indica un texto inscrito en una tela de lino hallada en la tumba de Tutankhamon. Esto quiere decir que, a partir del año 4 de reinado, el nombre de Atón aparece en dos cartuchos (imagen inferior derecha). El disco que representa a Atón, cuando abandona su forma hieracocéfala, se introduce en la iconografía antes de que Amenhetep IV cambie su propio nombre por el de Akhenaton.

Nuevo nombre: Akhenaton Cuando llega a su año 5 de reinado Amenhetep IV abandona su nombre “Amón está en paz” y elige un nuevo nombre: Akhenaton, “akh de Aton” es decir “espíritu eficaz de Aton” (cartucho marcado en rojo). Conserva su nombre de entronización sin variante Neferkheperura Waenra, recordemos que el epíteto waenra significa "el único de Ra" porque él es el único intermediario entre el dios solar y resto de la población egipcia (cartucho marcado en verde). Nefertiti también cambiará su nombre a Neferneferuaton Nefertiti (cartucho marcado en azul).

Akhetaton Fundación de Akhetaton Akhenaton entra en conflicto con el sacerdocio de Amon, el más importante y más poderoso de Egipto, ya con la construcción de templos dedicados a Aton junto al recinto del dios Amon en Tebas. Pero es en el año 5 de su reinado, según el texto de decreto que anuncia la fundación, cuando decide trasladar la residencia real y la sede del culto principal de Aton a un nuevo emplazamiento virgen donde no hubiera ninguna población, ni divinidad anterior y fundar Akhetaton "El horizonte de Aton", Amarna justo a medio camino entre Menfis y Tebas. La página Web Amarna Project facilita información de las excavaciones realizadas por Barry Kemp.

Estelas fronterizas El área de influencia del dios Aton en la ciudad creada para él se delimita mediante quince estelas fronterizas fechadas en los años 5, 6 y 8 del reinado de Akhenaton.

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6B.1. Los reyes de Amarna. Amenhetep IV

Indicadas en este mapa: la estela A, la primera que se descubrió (Claude Sicard, misionero jesuita, en 1714); la X y la M, las más antiguas que datan del año cinco de reinado, el año de la creación de la ciudad.

La estela fronteriza reproducida en la página anterior presenta a la pareja real bañada por los rayos de Aton acompañada por dos de sus hijas, Meritaton, la primogénita, y Maketaton, la segunda. Los textos inscritos en las estelas hablan de: El deseo del dios Aton por tener una ciudad construida para él cumplido por Akhenaton: “Entonces dijo (Akhenaton): ‘Tráiganme a los compañeros del rey y a los grandes de palacio, los supervisores de la guardia, los capataces de las obras, los oficiales y a todos los de la corte sin excepción’. Y así fueron llevados ante él todos juntos, y yacieron sobre sus vientres en presencia de Su Majestad: ‘¡Alabado sea Aton! Aton desea tener [una ciudad] construida para él como un monumento con nombre eterno y perdurable (...)’” La supervisión del solar donde se construirá la ciudad de Akhetaton con indicación de la fecha por Akhenaton el 5 año de reinado, 4º mes de peret día 13: “En ese día [año 5, IV peret 13], cuando uno estaba en Akhetaton, Su Majestad apareció sobre el gran carro de electro, igual que Aton cuando surge en el horizonte y llena la tierra de amor y cosas buenas del Aton. Salió por un magnífico camino hacia Akhetaton, su lugar del acontecimiento primigenio, que él creó para sí mismo para establecerse allí diariamente, y que su hijo Waenra había hecho para él (...), su horizonte, en el que nace su recorrido, donde es contemplado con alegría mientras la tierra se regocija, y donde todos los corazones exultan cuando lo contemplan” La determinación de los límites Norte, Sur, Este y Oeste de la ciudad de Akhetaton: “Puesto que él proyecta sus rayos sobre mí, confiriendo vida y dominio por siempre y eternamente, construiré Akhetaton para el Aton, mi padre, en este lugar. No construiré Akhetaton para él al sur de aquí, ni al norte de aquí, al oeste o al este de aquí. No iré más allá de la estela sur de Akhetaton hacia el sur, ni iré más allá de la estela norte de Akhetaton río abajo, sino que construiré Akhetaton en este lugar” (…) También expresa que todas las rentas que hay en el país pertenecerán o se dirigirán a Aton: “En Akhetaton, en este lugar, haré que todas las rentas que hay en el país pertenezcan al Aton, mi padre” Evidentemente, esto crearía un gran conflicto con el resto del clero, especialmente el del dios Ptah menfita y el del dios principal Amon en Tebas.

Alineación En esta foto, que fue tomada por el egiptólogo Marc Gabolde, se observa cómo el disco solar sale por un pequeño valle, llamado Abu Hasah el-Bahri, donde está la tumba real de Amarna,

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recreando el símbolo del akhet

“horizonte”.

El muro que vemos delante, es el eje longitudinal del Pequeño Templo de Aton, el templo para uso particular de Akhenaton. Esta alineación, sin duda intencionada, visible en las fechas en que Gabolde tomó las fotografías sería extremadamente importante a nivel cronológico. Recordemos la inscripción que vimos más arriba, cuando Akhenaton elige el emplazamiento de Amarna en el año 5, IV peret 13; debemos considerar que en la elección se tuviera en cuenta ya esta alineación. Sobre esta hipótesis sería posible determinar el año en cronología absoluta, con un error de unos cuatro años, en 1335 antes de Cristo.

Planimetría La ciudad de Amarna se desarrolla paralelamente al Nilo en su orilla este, muy cerca del río por cuestiones prácticas: El Nilo es la vía de comunicación natural. Los pozos necesitan menos profundidad para llegar al nivel freático y obtener agua. Los límites que marcan las principales estructuras de la ciudad son: Ciudad norte, donde se sitúa el Palacio de la Ribera Norte, es el punto más septentrional. Maru-Aton meridional.

marca

el

límite

más

Wadi Abu Hasah el-Bahri, donde está la tumba real de Akhenaton, al este. Vamos ir viendo los emplazamientos más importantes, la distribución de los mismos y qué funcionalidad podían tener.

Norte Palacio de la Ribera Norte El más importante de los edificios de la zona norte debió ser el Palacio de la Ribera Norte que según Barry Kemp, podría haber servido de residencia permanente de Akhenaton.

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6B.2. Los reyes de Amarna. La ciudad de Aton

El Palacio de la Ribera Norte se perdió durante el siglo XIX debido a un cambio en el río Nilo, que acabó arrasando la mayoría de sus estructuras; y posteriormente con el crecimiento de los cultivos. En los planos elaborados en los años 20, el palacio tenía un largo muro de unos 240-270 m de longitud. En el plano y la fotografía se ve la parte conservada, correspondiente a ese muro doble con relleno y a la puerta monumental. La puerta monumental daba acceso a un primer recinto, pero seguramente existía un segundo muro circundando el auténtico palacio.

Palacio Norte Algo más al sur, se sitúa el Palacio Norte, un gran complejo de 148x111 metros, que fue excavado entre 1923-1924 y reexcavado en los años 90.

Se especula que podría haber sido la residencia de la princesa Meritaton, la primogénita de Akhenaton y Nefertiti, pues se han encontrado inscripciones suyas. Sin embargo, en la parte izquierda del plano, se han hallado iconografía y restos de animales como ovejas, cabras, gacelas, aves y ganado. Lo cual ha

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6B.2. Los reyes de Amarna. La ciudad de Aton

hecho pensar que podría haber servido de zoológico o como residencia del Buey Mnevis, mer-wer, el toro sagrado (vivo) de Heliópolis, al que no debemos confundir con Apis, que las estelas de Amarna indican que debía de vivir también en la ciudad. En el eje longitudinal, justo en el centro del plano, hay un gran estanque. Siguiendo ese eje, llegamos a una habitación que contiene un trono que es visible desde el acceso principal del complejo. La zona coloreada sobre el plano del edificio, cuenta con un pequeño estanque, que recibe agua a través de una canalización desde el estanque principal, y un número elevado de habitaciones. De todas ellas destaca la llamada habitación verde decorada con elementos naturales y de fauna. El sector, alrededor del pequeño estanque, podía ser observado desde una ventana situada a la derecha, por lo que se ha especulado que pudiera tratarse de una gran jaula para distintos tipos de aves. Las fotos bajo el plano corresponden a ese área.

Isla de Aton Al centro de la ciudad se la conoce como Isla de Aton. Vamos a detenernos en los siguientes edificios: El Gran Templo de Aton El Gran Palacio Real La Casa del Rey El Pequeño Templo de Aton La Casa de Archivos

Gran templo de Aton Uno de los más importantes edificios de Akhetaton es el Per-item o Per-Iten-em-Akhet-iten, es decir, el Gran templo de Aton. Los muros perimetrales encerraban un área de 760x270 metros, prácticamente vacía, a la que se accedía por un primer pilono de entrada con varios mástiles a derecha e izquierda. Un segundo pilono, separado cerca de 32 metros del primero, daba paso a un templo de desarrollo longitudinal, que probablemente es el Gempaaton. (Recordemos que en Karnak también encontramos un Gempaaton). El gempaaton se sitúa en la parte más occidental del recinto. Se trata de un edificio sin techumbre para facilitar la adoración del dios; Aton no tiene estatuas de culto ya que se adora al propio disco solar. Tanto dentro del templo, como en uno de sus lados en el exterior, se hallaron centenares de altares de ofrendas; muy característicos de la religión y del modo de llevar la liturgia en esta época de Amarna. En el extremo oriental encontraríamos un cercado donde se sacrificaba el ganado ofrendado a Aton.

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Más allá encontraríamos un templo en forma de T, similar a uno existente en el Pequeño templo de Aton, donde había estatuas de Akhenaton y Nefertiti. Tenemos múltiples representaciones del Gran Templo de Aton, por ejemplo, en la tumba de Meryra y la tumba de Panehesy, imagen superior e inferior respectivamente.

Mediante estas representaciones podemos deducir cuál era la distribución y la funcionalidad de los diversos espacios del templo, aportando información complementaria a los descubrimientos de los arqueólogos en sus excavaciones, a partir de los cuales conocemos aproximadamente la planimetría de estos templos.

Gran palacio El Gran Palacio se supone que servía para realizar ceremonias de exposición del faraón o para recibir a las embajadas extranjeras. Desgraciadamente, buena parte de este palacio ha desaparecido. Era un palacio impresionante por sus dimensiones, la parte conocida mide 440x250 metros, sin contar una estructura que se hizo posteriormente en época del rey Smekhkare. Ofrecía una sucesión de pilonos y patios; en el segundo patio debía haber numerosas esculturas de grandes dimensiones de la pareja real.

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En el sector conocido como el harén, aunque no sea un harén propiamente dicho, se hallaron restos del pavimento y de la decoración mural con escenas de naturaleza y de la vida cotidiana en el palacio.

Casa del Rey La Casa del Rey es el palacio donde se especula que Akhenaton pernoctaba tras las largas jornadas de ceremonias en el Gran Palacio, no sería realmente su residencia habitual. Un puente sobre la vía ceremonial, unía la Casa del Rey con el Gran Palacio. Pitrie hallo un mural en este palacio, actualmente conservado en el Ashmolean Museum, del que la imagen muestra un fragmento. En el mural aparecen cinco princesas junto a sus padres, Akhenaton y Nefertiti. La vía ceremonial comunicaba los dos extremos de Amarna. Se trataba de una avenida, de cerca de 30 metros de anchura, que recorría los ocho kilómetros que separan el Palacio de la Rivera Norte del Maru-Aton en el extremo sur.

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Pequeño templo de Aton Otro lugar importante es el Pequeño templo de Aton, Hut-Iten o Hut-Aton.

Es un templo a cielo descubierto con su santuario en forma de T en la parte posterior del mismo. Aún se pueden apreciar los fundamentos de las partes principales del edificio: la sucesión de pilonos y las bases de algunas columnas pertenecientes al santuario. Se considera que el Pequeño Templo de Aton estaba destinado al uso personal o familiar de Akhenaton, mientras que en el Gran Templo de Aton se realizarían las ceremonias multitudinarias.

Casa de Archivos La Casa de Archivos se encuentra muy cerquita de la Casa del Rey y del Pequeño Templo de Aton. En un pequeño sector de la misma se hallaron cerca de 360 tablillas en escritura cuneiforme que nos han aportado muchísima información sobre las relaciones internacionales de Akhenaton, Amenhetep III y probablemente Tutankhamon. De esos documentos, unos 300 son comunicaciones del rey con vasallos del Próximo Oriente y el resto son comunicaciones del faraón con los monarcas de los grandes reinos del momento: los hititas, Babilonia, Mitanni, Alashiya de Chipre, etc.

Barrios o suburbios La población de Amarna no se distribuye de manera continua sino en varios barrios, por ejemplo el suburbio norte, aunque el más importante está alrededor de la Isla de Aton. En todo caso, no se percibe una división jerarquizada en los barrios de Amarna: las viviendas de grandes dimensiones, pertenecientes a la elite, se construyen junto a las viviendas más modestas, de clases sociales más bajas.

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En estas pequeñas viviendas hallamos piezas interesantes como baños o letrinas.

Casa del Visir Nakht Una de las grandes casas de la élite de Amarna es la del Visir Nakht. Comparando las fotografías de 1922 y la de 2005, vemos cómo los muros de adobe se han ido perdiendo.

El piso inferior de la vivienda mide casi 30 metros de lado y tiene unas 30 habitaciones destinadas a cocina, dormitorio, baño, vestidores, etc. Se ha perdido el segundo piso de casa. La edificación en su conjunto debió ser realmente importante, ya que tenía, además de la vivienda, una zona ajardinada con una capilla para el culto de la familia real, graneros para almacenar cereal y, seguramente también, pozos con escalera para acceder al nivel freático y suministrar agua a la vivienda.

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Sur Maru-Aton En el extremo sur de Akhetaton se encontraba un complejo conocido generalmente por la abreviatura Maru-Aton, aunque su nombre es Pa-maru-en-pa-aten. Fue excavado en 1921, por desgracia hoy ya no existe debido a unas obras de regadío ejecutadas en los años 60-70.

Actualmente se considera que este edificio central podía corresponder a un Shut Ra (Swt Ra, que significa “espejo/sombra de Ra”) de Meritaton, ya que se le atribuyen dos. En la parte inferior derecha hay un conjunto de estanques en forma de “tes” entrelazadas bellamente pavimentado con motivos naturales y florales como los de la imagen. En la pequeña estructura, también en forma de T, se halló una inscripción que identifica el lugar como el shut-ra de Meritaton. Las estructuras llamadas Shut Ra ya se mencionan en las estelas fronterizas de Amarna. Algunos de estos templetessantuarios solares [1] pertenecían a la reina Tiye, Nefertiti, Meritaton y Ankhesenpaaton, la futura esposa de Tutankhamon, pero otras estructuras no están identificadas.

Este Poblado de los trabajadores El poblado de los trabajadores es un asentamiento aislado con una planimetría hipodámica (en forma de cuadrícula) que consta de 68 viviendas de modestas dimensiones; la más grande se supone que podría ser la residencia del capataz. Al igual que en Deir el-Medina en Tebas Oeste, aquí residían los trabajadores de las tumbas. Se han encontrado muchas herramientas y todo tipo de utensilios necesarios en un pequeño poblado como hornos, baños, etc.

[1] Shut Ra es un templete o santuario solar sencillo compuesto generalmente por un altar elevado en el centro de un corredor abierto. En algunos templos mortuorios puede ser una capilla techada.

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6B.2. Los reyes de Amarna. La ciudad de Aton

Necrópolis norte Tenemos dos grandes necrópolis privadas en Amarna; la necrópolis norte es la más pequeña aunque contiene seis tumbas de algunos personajes importantes: TA 1 TA 2 TA 3 TA 4 TA 5 TA 6

Huya Meryra II Ahmose Meryra I Pentjiu Panehesy

Inspector del harén real Escriba real, inspector del Tesoro Inspector del tribunal de justicia Gran Vidente de Aton en la Casa de Ra Escriba real, Jefe médico, Jefe de jefes Inspector del doble granero y del ganado Son tumbas en su mayoría inacabadas y deterioradas por el tiempo, actos vandálicos o la damnatio memoriae que se ejerció sobre parte de la iconografía relativa a Akhenaton; pero ofrecen aún relieves de gran calidad.

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6B.2. Los reyes de Amarna. La ciudad de Aton

Necrópolis sur Más al sur, encontramos la llamada necrópolis sur que es la que más tumbas contiene. Destacamos la TA25, que es la tumba de Ay; y una tumba inacabada, pequeña y sin decoración, la TA24 que pertenece a Paatenemheb, posiblemente relacionado con el futuro rey Horemheb. TA 7 TA 8 TA 9 TA 10 TA 11 TA 12 TA 13 TA 14 TA 15 TA 19 TA 23 TA 24 TA 25

Parennefer Tutu Mahu Ipy Ramose Nakhtpaaton Neferkhepruhersekheper Maya Suty Sutau Any Paatenemheb Ay

Inspector de los artesanos del rey Inspector del tesoro de Aton Jefe de policía de Akhetaton Gran mayordomo, escriba real Escriba de reclutamientos, General del rey Visir Alcalde de Akhetaton General del rey, Inspector de los trabajos Abanderado de la guardia del rey Inspector del Doble Tesoro Fiel escriba real Inspector de los trabajos en Akhetaton Padre divino

Wadi Abu Hasah el-Bahri En el Valle Real, Abu Hasah el-Bahri, hay varias tumbas todas ellas inacabadas excepto la Tumba Real, que se preparó para el enterramiento de Akhenaton. En ella probablemente también fue enterrada la esposa de Amenhetep III y madre de Akhenaton, Tiye, y algunas de sus hijas que murieron tras el año XII de reinado.

Akhenaton La fase final del reinado de Akhenaton comenzaría en su año 9 con el cambio de nombre del dios Aton, en sus dos cartuchos.

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6B.3. Los reyes de Amarna. Akhenaton, Smenkhkara, Ankheprura Nefernefruaton

Comparando el primer nombre inscrito en los cartuchos de la izquierda, perteneciente al 2 del reinado, con la nueva variante inscrita en los cartuchos de la derecha, vemos que: Desaparece la figura de Horus. Desaparece el nombre del dios Shu. Esto indica la radicalización Atonista, Aton como divinidad solar única y exclusiva, lo que conlleva una damnatio memoriae dirigida contra la iconografía y contra el nombre de “Amon”, el gran competidor como dios principal y con más recursos en Egipto. También se elimina usualmente la palabra netjeru, que significa “dioses” allí donde aparece. Como ejemplo de ello, el relieve donde se ha borrado a Amón; y la base de la estatua perteneciente a Amenhetep III, el padre de Akhenaton, donde se ha borrado de su cartucho el nombre del dios.

En ese contexto, en el que la postura Atonista se ha radicalizado, llegamos al clímax del poder y de la ideología que ha intentado implantar Akhenaton desde esa nueva residencia de Akhetaton en el año 12. Esta imagen procede de la tumba de Huya (TA 1) que fue Supervisor del doble tesoro de la Gran esposa real y Mayordomo de la Gran esposa real Tiye.

Muestra una inscripción fechada en el año doce, segundo mes de peret, día ocho que dice; "Aparición del Rey del Alto y bajo Egipto, Neferkheperura-Waenra, y de la Gran Esposa Real, Neferneferuaton Nefertiti, sobre la gran silla portátil de electro para recibir los productos de Kharu, de Kush, del Este y del Oeste".

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6B.3. Los reyes de Amarna. Akhenaton, Smenkhkara, Ankheprura Nefernefruaton

Aunque aparentemente solo vemos una figura, el número de pies y piernas confirma que hay dos personas sentadas en la silla de electro, Nefertiti y Akhenaton; el solape de ambas figuras representa la gran influencia de Nefertiti sobre el monarca. En la tumba de Meryra II (TA 2), también en la necrópolis norte de Amarna, se encuentra esta escena del mismo acontecimiento aunque en un momento posterior. En ella se representa el Durbar, el festival en el las embajadas procedentes de los países anteriormente mencionados ofrecen sus tributos a Akhenaton y este reafirma su carácter de gobernante divino. Detrás del trono en el que se sienta Akhenaton, están las seis princesas Meritaton, Maketaton, Ankhesenpaaton, Neferneferuaton, Neferneferura y Setepenra, hijas de Akhenaton y Nefertiti que están vivas en este momento del año doce, como indica la inscripción en amarillo.

Otra vez son dos figuras solapadas en el trono, la reina está dando la mano al rey y hay cuatro piernas.

Smenkhkara Esta es otra escena de la tumba de Meryra II, justo a la izquierda, en otra pared, de la escena anterior.

Resulta inusual que el único cartucho que se conserve contenga el nombre de Meritaton. Afortunadamente, en las copias que se hicieron en la época de Lepsius de los cartuchos hoy perdidos,

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6B.3. Los reyes de Amarna. Akhenaton, Smenkhkara, Ankheprura Nefernefruaton

podemos leer el nombre del dios Aton en los dos primeros cartuchos y el nombre de Ankhkheperura Smenkhkara. El rey Smenkhkara aparece aquí vinculado como esposo de la Gran Esposa Real Meritaton, hija primogénita de Akhenaton y Nefertiti. Este bloque hallado en Mit Rahina, en la región de Memphis, permiten demostrar esa asociación entre Smenkhkara y Meritaton. A pesar de la destrucción alrededor del bloque podemos leer parcialmente algunas inscripciones:

Dos primeros cartuchos: están más cerca de los rayos del Aton, luego deben contener el nombre de Aton. Tres cartuchos restantes: necesariamente dos pertenecen al rey y uno a la reina.  Cartucho de la reina: aunque no sea legible es fácilmente identificable por la terminación femenina debajo del cartucho, ankh-ti.  Cartuchos del rey: dado que ambos terminan exactamente igual, con el signo kheper y con el plural u, es decir kheperu, los cartuchos se refieren a: Ankhkheperura

Smenkhkara Djeser Kheperu

La reconstrucción de una inscripción, parcialmente borrada, sobre esta pieza hallada en la tumba de Tutankhamon, muestra una fascinante asociación de los cartuchos de Akhenaton con los cartuchos de Smenkhkara, lo que podría indicar una contemporaneidad de ambos. Esto explicaría también la proximidad en la tumba de Meryra II de la escena que representaba a Akhenaton y Nefertiti en el año 12 y su vecina, la que representaba a Smenkhkara con Meritaton.

Generalmente se atribuye esta imagen a Akhenaton, representado con los rasgos típicos de Amarna, pero pudieran ser dos imágenes de dos faraones contemporáneos, Akhenaton y quizás Smenkhkara.

Nefertiti Ya desde el inicio del reinado de Akhenaton, Nefertiti fue más que una mera Gran Esposa Real y gozó de gran influencia dentro de la ideología y de la política de Amarna. Recordemos, el templo Hwt benben, que alzó Amenhotep IV en Karnak hacia el año cuatro de su reinado, donde ella aparecía oficiando acompañada de una o dos hijas.

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6B.3. Los reyes de Amarna. Akhenaton, Smenkhkara, Ankheprura Nefernefruaton

En el cuarto año de reinado también ella cambiará su nombre de Nefertiti a Neferneferuaton Nefertiti. La reina se muestra desde el principio a la misma altura que Akhenaton formando una auténtica tríada: Aton, Akhenaton y Nefertiti. Algunos bloques muestran una iconografía que no es propia de una reina sino de un rey. Por ejemplo, estos recuperados en Ashmunein MFA 64.521, lugar al que fueron a parar muchos bloques procedentes de Amarna durante el desmantelamiento de la ciudad:

Vemos a la propia Nefertiti (reconocible por su inconfundible corona, ya que es la única reina que la utiliza) realizando la “masacre de los enemigos”, una iconografía absolutamente vinculada a los reyes de Egipto y en ningún modo a la reina, como una muestra de su influencia. Veamos estas estelas inacabadas: La de la izquierda es parcialmente anepígrafa en los cartuchos, muestra a dos reyes, atendiendo al tipo de coronas que utilizan, en actitud cariñosa. Respecto a los cartuchos, los dos colocados simétricamente a ambos lados del disco solar, contendrían los nombres de Aton. Los otros tres, probablemente dos son del rey y uno de la reina. En ambas estelas, una de las figuras porta la corona azul, un casquete ceremonial propio del rey; en la estela inacabada de la derecha, la lleva claramente una mujer. Las estelas representan a Akhenaton y Nefertiti, como afectuosos esposo y esposa, pero con igual rango.

Ankhkheperura Neferneferuaton Esta estela conocida como Estela de la Corregencia clarifica aún más la posición de la reina. Se han recuadrado en verde cuatro cartuchos, los dos de la izquierda son los de Akhenaton y los dos de la derecha contienen: Ankhkheperura (idéntico a Smenkhkara) Neferneferuaton Podríamos considerar que constituyen un nuevo nombre tomado por Neferneferuaton Nefertiti

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6B.3. Los reyes de Amarna. Akhenaton, Smenkhkara, Ankheprura Nefernefruaton

(originalmente Nefertiti), al adquirir un mayor grado de influencia, convertida en faraón corregente de su marido Akhenaton. Estas dos columnas de inscripciones proceden de una caja que halló Howard Carter al fondo de la escalera de acceso en la KV62, la tumba de Tutankhamon, y aportan la siguiente información: Los dos cartuchos de Akhenaton (Neferkheperura-uaenra Akhenaton) Un primer cartucho perteneciente a Ankhkheperura Merineferkheperura, una versión completa del cartucho de Ankhkheperura con su epíteto. Un segundo cartucho perteneciente a Neferneferuaton Meriuaenra. El quinto cartucho de Meritaton, la Gran Esposa Real.

Curiosamente, este monarca cuyo nombre es Ankhkheperura Neferneferuaton, hace uso de dos epítetos muy especiales Merineferkheperura y Meriuaenra: Epíteto pronomen: meri nefer kheper, tras añadir la “u” y “Ra” sería meriNeferkheperura, es decir “amado/a de Neferkheperura”; recordemos que éste es el pronomen de Akhenaton (nombre de entronización). Epíteto nomen: meri uaenra o waenre, es decir, “amado/a de Uaenra”; recordemos que Uaenra es el epíteto que utiliza Akhenaton en su pronomem y que significa “Único de Ra”. También es evidente la vinculación de Meritaton a los cartuchos de Akhenaton y a los de este otro rey bajo el título de Gran Esposa Real, y no con Smenkhkara. En el escarabeo de la imagen aparece inscrito Ankhkheperura Meriuaenra:

Debajo del signo ankh, perteneciente al nombre del rey, hay una t, una desinencia de femenino, con lo cual es evidente que Ankhkheperura, es una mujer. Existen también algunos cartuchos pertenecientes a Neferneferuaton en los que aparece el epíteto Akhet-en-hes, que significa “el espíritu eficaz de su esposo”, confirmando que estamos ante una reina faraón:

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6B.3. Los reyes de Amarna. Akhenaton, Smenkhkara, Ankheprura Nefernefruaton

La evolución de Nefertiti, con su cambio de nombre de Nefertiti a Neferneferuaton Nefertiti, su posterior asociación a la iconografía propia de los reyes (como la destrucción del enemigo), la utilización de coronas reservadas al rey, como la azul, u oficiar directamente al Aton, hace perfectamente factible que este nuevo nombre asociado a una reina faraón esté vinculado a ella. Otro hecho importante de esta reina faraón Ankhkheperura Neferneferuaton está relatado sobre un grafito en la tumba TT 139 de Tebas Oeste que data del año 3 (de este monarca), tercer mes de la estación de akhet, día diez: “Año 3, III akhet 10. El rey del Alto y Bajo Egipto, [señor de las Dos Tierras], Ankhkheperura Meri[atón], hijo de Ra, Neferneferuaton Meri[waenra]. Habiendo orado a Amón, besado el suelo ante Wennefer junto al sacerdote wab y escriba de las ofrendas divinas de Amón en el templo de Ankhkheperura en Tebas, Pawah, nacido de Itefseneb dice: ‘Mi deseo es mirarte (...), que mi corazón pueda alegrarse, oh Amón, protector del hombre pobre: tú eres el padre del que no tiene madre y el esposo de la viuda. (...) Vuelve a nosotros, oh señor de la continuidad. Tú estuviste aquí antes de que nada existiese, y seguirás aquí cuando todo haya desaparecido. Así como has hecho que contemple las tinieblas que has creado, haz ahora la luz, de manera que pueda verte. (...) ¡Oh Amón, oh gran señor que puede ser encontrado si lo buscas, ahuyenta los temores! Siembra el regocijo en el corazón del pueblo. Feliz es aquél que te ve, oh Amón: ése está en fiesta todos los días.’” Este texto podría indicar que se estuviera saliendo de una época oscura para Amon, que inició Akhenaton a partir del año 9 con su persecución, o lo que es lo mismo, en este año 3 fechado en Ankhkheperura Neferneferuaton hay una apertura hacia Amon. Esto tal vez indique que Akhenaton ha muerto y que la reina faraón Ankhkheperura Neferneferuaton le ha sucedido. A partir de Manetón existen indicios de que una mujer fue faraón en esta época: Flavio Josefo, Contra Apión (s. I d.C.) “(…) a continuación, su hijo Amenofis reinó 30 años y 10 meses. A continuación, su hijo Horus, reinó 36 años y 5 meses. Después, su hija Acenkeres, 12 años y 1 mes. Luego, su hermano Ratotis reinó 9 años. Después, su hijo Acenkeres reinó 12 años y 5 meses. Luego su hijo Acenkeres II reinó 12 años y 3 meses, su hijo Harmais 4 años y 1 mes, su hijo Rameses 1 año y 4 meses, su hijo Harmeses Miamun 66 años y 2 meses (…) Teófilo, A Autólico “(…) Después de él, Horus reinó 36 años y 5 meses; después de él, su hermana reinó 12 años y 1 mes; después de él, reinó Ratotis 9 años; después de él, reinó Akrenjeres 12 años y 5 meses; después de él, reinó Akrenjeres II durante 12 años y 3 meses; su hijo Harmais reinó 4 años y 1 mes; después de él, Rameses reinó 1 año y 4 meses; después de él, Rameses Miammun reinó 66 años y 2 meses (…) Según la obra Contra Apion de Flavio Josefo, del s. I d.C., cuya fuente es Manetón (s. III a.C.), tras Amenofis, es decir Amenhetep III, reinó un faraón llamado Horus, Akhenaton, a quien sucedió su hija Acenkheres. Si se refiriera a su hija Acenkheres Meritaton, apoyaría la hipótesis de buenos conocedores de la época de Amarna, como Rolf Krauss, que creen que Meritaton y Ankhkheperura Neferneferuaton son la misma persona. Pero según Teófilo, tras Horus-Akhenaton, reinó su hermana; la palabra hermana en egipcio, senet, se emplea tanto para hermana como para esposa, por lo que recogería la hipótesis de que Nefertiti sucediera a Akhenaton. En cualquier caso las fuentes antiguas son muy tardías respecto a la época en que vivió Akhenaton, y aunque son claras al mencionar a una reina-faraón, no determinan quién fue.

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

Tutankhamon Tutankhamon es con absoluta certeza hijo de un rey, como se deduce de una inscripción hallada en Hermópolis, aunque procedente de Amarna, donde se habla del príncipe Tut-ankh-uaton:

Cronología de los reyes Amarna Podemos hallar pistas sobre esta fase final de Akhenaton e inicial de Tutankhamon en algunas pequeñas inscripciones. En un asa de jarra hallada en Amarna una inscripción asocia un año 17 con un año 1: rnpt-Hsb 17 bjt […] rnpt-[Hsb] 1 j[rp …] Esto indicaría que al último año de reinado de Akhenaton, su año 17, lo siguió el año 1 de otro rey; o que ambos son paralelos. En Tell el-Borg, un yacimiento al noreste del Delta donde se inician los caminos de Horus, encontramos otra asa donde se asocian dos nombres: Tutankhaton Neferneferuaton Es decir, el nombre utilizado por Tutankhamon durante sus tres primeros años de reinado y el nombre de Neferneferuaton Akhetenhes, la mujer Faraón. Pudiera interpretarse como una contemporaneidad de ambos. Se podría reconstruir este final de la época de Akhenaton de dos maneras distintas:

Akhenaton reinó 17 años. Smenkhkara, se convertiría en rey en el 13, 14 o 15 de Akhenaton. Esto lo sabemos porque en la escena del Durbar de la tumba de Meryra II, fechada en el año 12, Meritaton aparece con Akhenaton, Nefertiti y sus 5 hermanas sin que se haga mención al título de Gran Esposa Real, por lo tanto, no estaba casada aún con Smenkhkara. La reina faraón Neferneferuaton comenzaría su reinado en el mismo año 17 de Akhenaton y lo prolongaría al menos 3 años.

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

Tutankhaton habría comenzado su reinado una vez hubiese muerto Akhenaton y quedara sola en el trono Neferneferuaton, y ambos reinados serían practicamente paralelos. O bien, según opina Rolf Krauss mediante el estudio de etiquetas con los títulos utilizados por los vinateros, entre Akhenaton y Tutankhaton, reinó tres años en solitario Ankhkheperura Neferneferuaton.

Progenitores de Tutankhamon Tumba TA 29 En el Wadi Real de Amarna, además de la tumba real donde se enterraron originalmente Akhenaton y otros miembros de la familia, se encuentra la tumba la TA 29. Esta tumba inacabada tiene tipología real por lo que es posible que fuese iniciada para enterrar en ella a Ankhkheperura Neferneferuaton.

Las pocas tumbas inacabadas en el Wadi Real no se han relacionado con faraones concretos, aunque los emplazamientos de las tumbas de Smenkhkara, Ankhkheperura Neferneferuaton e incluso la de Tutankhaton, en el período inicial de su reinado en Amarna, siguen siendo desconocidos. Algunas piezas importantes del ajuar funerario de Tutankhamon fueron usurpadas a otros reyes. Por ejemplo, los pequeños ataúdes de oro, como el de la imagen, que guardaban las vísceras del joven faraón, y que se introducían dentro de los vasos canopos. Bajo las inscripciones dedicadas a Tutankhamon se esconde el nombre de la reina faraón Neferneferuaton Akhetenhes.

Tumba KV55 KV 55 es una pequeña tumba del Valle de los Reyes hallada a principios del siglo XX por Edward Ayrton, del equipo de Theodore Davis, que contenía interesantes elementos de la época amarniense.

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

En el nicho que se ve en la imagen, se encontraron vasos canopos usurpados y reutilizados pues presentaban sus inscripciones borradas; el texto reconstruido menciona a Kiya “la gran amada”, una de las esposas de Akhenaton, ya que Nefertiti no fue su única esposa, aunque sí la más importante e influyente. A la izquierda de la imagen se halló parte de un sepulcro de madera dorado, al estilo de los utilizados por Tutankhamon en su tumba, en el que Akhenaton y sus nombres han sido completamente eliminados, pero se ha respetado la figura de su madre, la Gran Esposa Real, Tiye (o Tiy). La imagen de arriba a la derecha muestra un “ladrillo mágico” que pertenece al ajuar funerario de Akhenaton aunque, curiosamente, delante del nombre del faraón se habla del Osiris Rey que la religión Atonista había eliminado. El ataúd hallado en esta tumba se diseñó originalmente para una mujer, quizás para Kiya, pero fue usurpado y adaptado para un enterramiento de un hombre. En opinión de Aidan Dodson, que estudió la inscripción a los pies del ataúd, no pertenece a Akhenaton, sino a otro monarca del período de Amarna. Por otro lado, el equipo de Zahi Hawass ha analizado el ADN de varias momias vinculadas a esta época, (el blog de la egiptóloga Kate Phizackerley reflexiona sobre estos estudios) determinando que la momia de este ataúd pertenece a un varón hijo de Amenhetep III y de Tiye y padre de Tutankhamon. La imagen muestra las momias de esta pareja real.

Tumba KV 35 Aunque Tiye fue enterrada en Amarna, seguramente en la propia tumba real de Akhenaton, el abandono de la ciudad provocó el traslado de su cuerpo a la tumba de Amenhetep II, la KV 35, del Valle de los Reyes. La momia de Tiye es la que queda a la izquierda; la de la

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon derecha, conocida como la “joven dama” ha sido identificada por los análisis de ADN como madre de Tutankhamon.

Tumba de Maia A finales de los 90 se halló en Saqqara, la tumba de Maia (o Maya) “Real Nodriza que alimentó el cuerpo de dios”, es decir, la nodriza de Tutankhamon. Tampoco aquí se encontraron los nombres de los padres del “rey niño”.

Relieves de Amarna Se especula que la princesa Baketaton, hija de Tiye y Amenhetep III, que aparece en algunos relieves de Amarna ya que vivía allí, pudiera ser la madre de Tutankhamon.

Cambio de nombre El monarca llamado inicialmente Tut-ankh-Aton, “la imagen viviente de Aton”, en una fecha indeterminada, a principios de su reinado, probablemente hacia el año 3-4 va a cambiar su nombre por Tut-ankh-Amon y utilizará el epíteto Heka-iunu-shema, “soberano/gobernante de Heliópolis del Alto Egipto” [1]. Sin embargo conservará el nombre de entronización, Neb-kheperu-Ra.

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

Matrimonio Tutankhamon se casó con la tercera de las hijas de Akhenaton y Nefertiti, Ankhesenpaaton que también cambia su nombre a Ankhesenamon. Según los resultados del ADN, probablemente son fruto de esta unión los fetos de dos niñas prematuras.

La esposa de Tutankhamon podría ser una de las dos momias halladas por Giovanni Battista Belzoni en KV 21 y recuperada posteriormente por Donald Ryan cuando estuvo trabajando en la tumba.

Reconstrucción genealógica en base al ADN Este esquema presenta el estudio de Hawass y Compañía sobre el ADN de las momias de la época de Amarna:

[1] A Tebas se le llamaba “Heliopolis del Alto Egipto”, por lo tanto equivale a "Soberano de Tebas".

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

Aunque Hawass defiende que el padre de Tutankhamon no sólo es la momia de KV 55, sino que es el propio Akhenaton, otros, como Phizackerley, opinan que podría tratarse del faraón Smenkhkara que, en consecuencia, sería hijo de Amenhetep III y Tiye y también hermano de Akhenaton. En todo caso el ADN demuestra que la esposa del hombre de KV 55 es también su hermana; lo que convierte a Baketaton, la hija de Amenhetep III y Tiye, en una buena posibilidad para ser la madre de Tutankhamon.

Restaurador del orden Hacia el año 3-4 del reinado se produce probablemente el traslado de la residencia de Amarna a Tebas. La Estela de la restauración describe una imagen tétrica y oscura de la época anterior a Tutankhamon; el nuevo faraón quiere mostrarse como restaurador del orden y del mundo de Amon: [Año ...] IV akhet 19, bajo la majestad del Horus [...] Tutankhamón [...] (...) Él ha hecho que todo lo que estaba destruido floreciera como un monumento para la eternidad. Él ha expulsado el engaño de las Dos Tierras. La justicia se ha asentado (...). Ahora, cuando Su Majestad apareció como rey, los templos de los dioses y diosas, desde Elefantina hasta el Delta habían caído en ruina. Sus santuarios estaban destrozados y se habían convertido en campos que producían hierbajos; sus capillas parecía que nunca habían existido y sus salas servían como caminos para los viandantes. El país estaba revuelto y los dioses le habían dado la espalda. Si se mandaba una misión a Djahi [*] para extender las fronteras de Egipto, ningún éxito venía de ello (...) [*] Expediciones militares que se mandaban a la zona Sirio-Palestina.

Templo de Nebkheperura Como demostración de su “retorno al mundo de Amon” Tutankhamon inicia un templo conocido como Templo de Nebkheperura en Tebas, que termina su sucesor Ay. En Karnak se han hallado cerca de 200 bloques de este templo, pero también en Luxor, a donde se llevaron durante la Edad Media para construir casas, y en Medamud. En este bloque vemos los cartuchos de Tutankhamon, que fueron picados por Horemheb. Sabemos que al principio respetó el nombre de Tutankhamon, aunque eliminó el nombre de Ay. En este templo aparecen escenas de carácter bélico, como estas, pertenecientes a la tumba de Horemheb, cuando era general de Tutankhamon y realizó campañas en Asia.

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

Este hecho se puede confirmar por los bloques hallados en este pequeño templo de Tutankhamon en Karnak que constituyen un primer ejemplo de narrativa bélica que encontraremos en época de Seti I y Ramsés II.

El bloque de la izquierda muestra a soldados egipcios que llevan clavadas en sus lanzas manos para presentar al oficial y así contabilizar los enemigos muertos; luego se amontonaban como en las escenas de la época de Ramsés III en Medinet Habu. El bloque de la derecha representa el barco real de Tutankhamon; de la proa pende una suerte de jaula en cuyo interior hay un personaje de origen sirio, probablemente un jefe o rey de alguna ciudad de estado, quizás Qadesh.

Ay Cuando muere Tutankhamon oficia la ceremonia de Apertura de la boca su sucesor Ay, en lugar del primogénito del fallecido faraón, ya que no tiene hijos.

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6B.4. Los reyes de Amarna. Tutankhamon

El faraón Ay incluye en su cartucho su nombre de Ay y el titulo it-netjer, “Padre del dios”, quizás como padre político de Akhenaton siendo Nefertiti supuestamente su hija.

También se ha hallado un anillo en el que aparece el nombre de entronización de Ay, Kheperkheperura asociado al nombre de la mujer de Tutankhamon, Ankhesenpaaton. Este hecho podría significar un enlace entre ambos que legitimara su posición en el trono, aunque no hay más pruebas que lo demuestren.

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6B. Los reyes de Amarna

LOS REYES DE AMARNA...................................................................................................................1 AMENHETEP IV ...................................................................................................................................1 GENEALOGÍA DE AMENHETEP IV Y NEFERTITI .......................................................................................1 CONSTRUCCIONES DE LOS PRIMEROS AÑOS DE REINADO .........................................................................2 Talatats.............................................................................................................................................3 ARTE DE AMARNA................................................................................................................................. 4 Representación de Aton ....................................................................................................................4 NUEVO NOMBRE: AKHENATON ..............................................................................................................5 AKHETATON .........................................................................................................................................5 Fundación de Akhetaton ...................................................................................................................5 Estelas fronterizas .................................................................................................................................................. 5 Alineación .............................................................................................................................................................. 6

Planimetría .......................................................................................................................................7 Norte ................................................................................................................................................7 Palacio de la Ribera Norte ..................................................................................................................................... 7 Palacio Norte .......................................................................................................................................................... 8

Isla de Aton.......................................................................................................................................9 Gran templo de Aton .............................................................................................................................................. 9 Gran palacio ......................................................................................................................................................... 10 Casa del Rey ......................................................................................................................................................... 11 Pequeño templo de Aton ...................................................................................................................................... 12 Casa de Archivos ................................................................................................................................................. 12

Barrios o suburbios ........................................................................................................................ 12 Casa del Visir Nakht ............................................................................................................................................ 13

Sur .................................................................................................................................................. 14 Maru-Aton ............................................................................................................................................................ 14

Este................................................................................................................................................. 14 Poblado de los trabajadores ................................................................................................................................. 14 Necrópolis norte ................................................................................................................................................... 15 Necrópolis sur ...................................................................................................................................................... 16 Wadi Abu Hasah el-Bahri .................................................................................................................................... 16

AKHENATON...................................................................................................................................... 16 SMENKHKARA .................................................................................................................................. 18 NEFERTITI .......................................................................................................................................... 19 ANKHKHEPERURA NEFERNEFERUATON................................................................................................ 20 TUTANKHAMON ............................................................................................................................... 23 CRONOLOGÍA DE LOS REYES AMARNA ................................................................................................. 23 PROGENITORES DE TUTANKHAMON ..................................................................................................... 24 Tumba TA 29 .................................................................................................................................. 24 Tumba KV55 ................................................................................................................................... 24 Tumba KV 35 .................................................................................................................................. 25 Tumba de Maia ............................................................................................................................... 26 Relieves de Amarna ........................................................................................................................ 26 CAMBIO DE NOMBRE ........................................................................................................................... 26 MATRIMONIO ...................................................................................................................................... 27 RECONSTRUCCIÓN GENEALÓGICA EN BASE AL ADN ............................................................................ 27 RESTAURADOR DEL ORDEN .................................................................................................................. 28 Templo de Nebkheperura ................................................................................................................ 28 AY ......................................................................................................................................................... 29

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida

Este relieve procede de la tumba Horemheb en Saqqara, de la época en que era general de Tutankhamon. A pesar de ello, en su frente se ha colocado un ureus, es decir la marca del momento en el que este general es transformado en faraón pues decidió incluir la cobra real en su frente en todas sus representaciones de cuando aún no había llegado al trono de Egipto. Cuando era general de Tutankamon, Sementawi hacía las veces de su secretario y persona de confianza apareciendo tras él en el recuadro rojo. En una época posterior, siendo Horemheb ya faraón, ese Sementawi fue sustituido por otro funcionario llamado Pa Ramesu o Ramsés, que es el que aparece mencionado en la inscripción del recuadro amarillo. Pa Ramesu que significa “El Ramsés” es un artículo que más adelante será eliminado cuando tenga una influencia o poder grandes. Este personaje es el que aparece a modo de escriba en esta fotografía tomada en 1913 en el décimo pilono de Karnak.

Las dos estatuas de la izquierda marcadas en amarillo son suyas y las dos de la derecha pertenecen al famoso sabio de época de Amenhetep III, Imenhetep hijo de Hapu.

Sofía Cavero

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida

El origen de Pa Ramesu se conoce gracias a un estudio, realizado por Cruz Uribe, de esta estela conservada en Chicago en la que podemos ver algunos de sus familiares directos. Una vez conocida su genealogía, vemos nombres de familiares vinculados al dios Set como su propio hijo Seti, considerando que esta familia es oriunda de la región de Avaris en el este del delta. El personaje central es mencionado como Suty. Los jeroglíficos en donde se indica su nombre, lo vemos de derecha a izquierda en verde. Este personaje tiene el título de jefe de tropa del señor de las dos tierras, que tanto a derecha como a izquierda aparece marcado en azul. Por lo tanto pertenece al estamento militar. El personaje de la izquierda (amarillo) es mencionado en ese pequeño texto jeroglífico que tiene sobre su cabeza como su querido hermano. Es decir, es el hermano de Suty y se llama Khaemwaset. Mientras que el personaje de la derecha (morado) es reconocido como hijo de Suty y es Ramsés. Por lo tanto el futuro faraón Ramsés I es hijo del jefe de tropa Suty.

Ramsés I

Se puede recomponer, gracias a la estela anterior y a otros documentos, una mínima genealogía donde observamos que Suty, padre de Ramsés I, se vincula al estamento militar pero su tío Khaemwaset es el segundo de abordo del virrey de Kush Huy, virrey de época de Tutankhamon. El propio Khaemwaset también fue porta abanico de la derecha del rey de la época de Tutankhamon y se había casado con Taemwadsy que era hermana del virrey Kush, Huy. Por lo tanto, Ramsés tiene su origen en una familia

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida tiene influencia dado que ocupa cargos importantes tanto en época de Tutanhkamon como en época de Horemheb, cuyo reinado según la cronología actual estaría en torno a los 15 años.

Titulatura de Ramsés I Estos son los cinco nombres que componen la titulatura del faraón Ramsés I.

Los marcados en azul son una variante del cartucho con el nombre de entronización de Ramsés I, Mempekhtira, que podemos traducir como “Permanentes la fuerzas de Ra”. Los siguientes tres cartuchos, marcados en rosa, son variantes del nombre de Ramsés.

Este grupo de jeroglíficos hace referencia al nombre de Horus. Aquí se puede traducir el texto como “El toro fuerte, el de próspera soberanía”.

Nombre Nebty, traducido en este caso como “Aquel que aparece como rey del mismo modo que Atum”.

Finalmente el nombre de Horus de Oro que es el que establece el orden a través de las dos tierras. Como curiosidad, comparamos ahora los cartuchos de nombre y nombre de entronización de Ahmose primer faraón de la dinastía 18 y de Ramsés, primer faraón de la dinastía 19:

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida

En la parte superior están sus nombres y en la parte inferior los de entronización. Son muy similares, Ahomose es Nebpekhtira y Ramsés Mempekhtira, similitud que algunos autores creen que no es casual, sino que se hizo a propósito, quizás para hacer de Ramsés I un fundador de una nueva época al igual que fue Ahmose al inaugurar un Egipto reunificado. De Ramsés I no nos quedan muchas obras pues su corto reinado (en torno a dos años), no fue tiempo suficiente como para realizar un gran programa arquitectónico y, por otra parte, lo que él hizo en muchos casos fue usurpado o eliminado en épocas posteriores. Su tumba, de modestas dimensiones, se encuentra bien conservada en Valle de los Reyes.

Un ejemplo realmente interesante es esta imagen que se encuentra en el pasillo de entrada del segundo pilono de Karnak. El estilo no es ramésida sino ptolemaico ya que fue restaurada en época de Ptolomeo VI que quiso conservar el programa de textos e iconografía pero con un nuevo estilo. Los cartuchos que vemos aquí originalmente son de Ramsés I, pero lo que se lee es el nombre de Ramsés II, es decir, su propio nieto le usurpó el nombre y mucho más tarde Ptolomeo VI realizó esta restauración.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida

Seti I

Comienza su reinado en el año 1290. Existe bastante información sobre sus actividades militares en Asia, gracias a los relieves situados en la parte norte de la gran sala hipóstila de Karnak.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida Una iconografía muy bien conservada es la que representa la toma de la ciudad de Pa en Canaán.

El texto de arriba a la derecha nos habla de una fecha concreta, el año uno de Menmaatra, es decir que iniciado su reinado Seti I comienza con una campaña militar que intenta sofocar la revuelta de los shasu y otros pueblos situados en torno al mar de Galilea. Aquí se habla de una campaña militar desde la fortaleza de Tjaru, fortaleza egipcia situada en el noreste del delta, hasta Canaán. Y la fortaleza que vemos a la izquierda representada es descrita en el texto encuadrado en azul como la población de ¿ Canaán?, es decir probablemente la ciudad de Gaza. A continuación analizaremos el relieve que representa la llegada del victorioso Seti I al emplazamiento de Tjaru, las puertas de Egipto en el noreste del del Delta.

Es importante hacer mención a algunas partes del prolífico texto ya que aquí se habla del año uno del wehem mesut bajo Menmatraa I y lo interesante es que se haya hecho uso del término wehem mesut, un término que veremos utilizado a finales de la dinastía 20 para expresar la repetición del nacimiento, en el sentido de la vuelta hacia el orden, después de una etapa de sacrilegios y confusión. Con Seti I, evidentemente, no se conoce que haya habido ningún problema inmediato en relación a Ramsés I, por lo tanto lo más sencillo es pensar que el wehem mesut de Seti I se puede vincular a la época de Amarna, es decir, que con su reinado comienza la auténtica época de estabilidad en el país y quedan atrás todos

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida aquellos problemas derivados de la época de Amarna. Además, el texto jeroglífico que hay a la izquierda marcado en azul nos indica el motivo de esta campaña militar: Se habla de que los enemigos shasu están conspirando y que sus líderes se han reunido en las estribaciones de Kharu, que es un término un tanto ambiguo pero que podemos describir como la región Siria en general. El siguiente mapa es el teatro de operaciones egipcias en la región del Mar de Galilea y parte norte del río Jordán.

En esta zona los egipcios mantienen unas plazas fuertes como Meggido o Beth Shan pues es una zona que les interesa mucho no sólo para controlar partes de las rutas caravaneras, que unen con Siria y de aquí con Mesopotamia, sino también por la extensión de sus campos de cultivo, por ejemplo el Valle de Jezrael y Asralon. En Beth Shan se han hallado algunas estelas.

Esta es la segunda estela de Beth Shan, conservada actualmente en Israel, en la que se hace mención a una serie de pueblos que están creando turbulencias en la región. Se habla de los apiru del monte Yarmutu. El término apiru o habiru es utilizado no solo por parte de los egipcios, sino también por parte de hititas, mesopotámicos, etcétera. Es un término que se conoce prácticamente en todo el próximo oriente y que no designa a una nación o un pueblo sometido a las fronteras concretas de un reino, sino a

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida un grupo de rebeldes, malhechores, personas que no están sometidas al gobierno de una ciudad, estado o rey. Primera estela de Beth Shan

Seguimos en el año uno, por lo tanto esas estelas hacen referencia a los acontecimientos expuestos en la pared norte exterior de la gran sala hipóstila. En esta se habla del enemigo que está situado en la ciudad de Hammath y de la conquista de la plaza de Beth Shan, que hasta ese momento estaba bajo el control de los egipcios. También se habla de como los de Pella están al lado de los rebeldes de Hammath creando distorsiones y por eso la decisión del faraón es mandar las tres unidades de su ejercito: la división de Amón, la de Ra, y la de Seth para tomar los emplazamientos de Hammath, Beth Shan y Yenoam. De la toma de Yenoam es el siguiente relieve de Karnak:

Se observa el caos típico que corresponde al desorden en las filas enemigas ante el ímpetu del avance del faraón. En la siguiente colación se ve mejor lo que representa el relieve: Una fortaleza a la izquierda y un texto jeroglífico que pone ¿Demi-en? Yenoam.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida

En esta región, quizás no por casualidad, se ha encontrado en este año de 2014 un ataúd cerámico que está fechado en época de Seti I.

Este ataúd cerámico fue hallado en Tel Shadud en el valle de Jezrael y su interés radica en que recuerda lo que fue el dominio egipcio en la época. Volvemos a los relieves de Karnak.

Se trata de una imagen de Seti I que ha bajado de su carro y tiene delante de él una serie de personajes. La fortaleza situada bajo los caballos tiene un texto jeroglífico en su parte central que nos da información sobre el lugar representado que es el pueblo de Qader en la tierra de Henem. No se identifica

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida concretamente con un yacimiento, pero debe estar en algún lugar situado en esa región de Meggido, Mar de Galilea o Yenoam. Más hacia la izquierda vemos a un oficial egipcio y un texto jeroglífico dice: “Cuando los jefes de Retenu te ven, el miedo a ti está en sus cuerpos”. Retenu también es un término que se utiliza para indicar la región siria, se habla de un Retenu superior y un Retenu inferior.

Y más hacia la izquierda tenemos una escena en la que el texto jeroglífico nos habla de los grandes jefes del Líbano. De hecho lo que vemos son cananitas que están cortando troncos de cedro, algo que, evidentemente, era muy necesitado por los egipcios. Esta escena preciosa es un ejemplo extraño de una actividad que por otra parte debía ser muy corriente: la exportación desde el Líbano de madera de cedro hacia Egipto.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida

La batalla de Qadesh

Después de los conflictos en esa región adyacente al mar de Galilea y de la extensión de la campaña militar hacia la región fenicia, para obtener tributo, el conflicto se desplaza más hacia el norte, a la ciudad de Qadesh. La batalla de Qadesh famosa probablemente sea la de Ramsés II pero hay más batallas de Qadesh en el pasado, por ejemplo, en época de Tutmosis I y ahora en época de Seti I. La batalla de Qadesh de Seti I también queda representada en Karnak mediante esta preciosa imagen.

En la fortaleza de la derecha vemos a gentes de origen sirio por su aspecto y una inscripción que nos habla de demi en kedesh, es decir el pueblo de Qadesh, identificando así la fortaleza. Y otra inscripción jeroglífica pegada en la misma fortaleza donde se habla de la subida que realizó el faraón para destruir la tierra de Qadesh y la tierra de Amurru. Amurru es la región que queda en torno al río Orontes, el Eleuterium, esa zona donde en época de Akhenaton hubieron serios problemas con personajes como Abdi-Ashirta o Aziru que se hicieron dueños de esa región. Ahora hay otra vez problemas pero con Seti I se recupera el poder egipcio sobre Amurru, aunque esto va a ser muy, muy breve puesto que caerá otra vez bajo la influencia de los hititas y este problema perdurará hasta la época de Ramsés II.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida Un detalle de la decoración de esa batalla de Qadesh representa a un pastor que huye despavorido ante el avance egipcio llevando su ganado lejos de la zona de conflicto. Todas estas escenas militares, a veces nos ofrecen algunos detalles que representan la crudeza de la guerra.

El activar una política militar en la región de Qadesh y Amurru, bajo influencia hitita hasta ese momento, provoca sin duda un conflicto con los propios hititas. Y eso es lo que va a suceder en un año indeterminado de Seti I.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida El conflicto también quedó representado en Karnak, en esos precisos relieves del faraón Seti.

Aquí por ejemplo vemos la lucha entre egipcios e hititas y en la inscripción se hace referencia a la vil tierra de los hititas.

Una vez concluida la batalla y tras la derrota de los hititas el faraón lleva arrastrando varios carros enemigos junto a otros prisioneros que van a pie; sus cabellos largos los identifican plenamente como hititas.

Los prisioneros son conducidos hacia la triada tebana formada por Amón, la diosa Mut con cabeza leonina y Khonsu, detrás aparece Maat. Es decir, el faraón hace lo que tiene que hacer que no es otra cosa que implantar el orden. Y una forma de implantar el orden es llevar a esos enemigos ante los dioses.

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7A.1 Ramsés I y Seti I: El inicio de la Epoca Ramésida También conocemos conflictos con los libios aunque tampoco se pueden fechar en un momento concreto.

En este caso es interesante hacer referencia al relieve que queda hacia la izquierda de Seti I donde aparece una figura en tamaño pequeño. Esta figura representa al hijo mayor Ramsés, el heredero del trono Ramsés II que aparece aquí como príncipe, si bien esta figura sustituyó a la de un funcionario que había sido tallado previamente.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

Los primeros años de Ramsés II Este tema va a tratar de los años que Ramsés II intervino dentro de la política interior y exterior de su padre Seti I y del comienzo de su reinado en solitario. Numerosos relieves de época de su padre hablan de él como el hijo real de su cuerpo, como el príncipe Ramsés, dejando claro que bajo Seti I el auténtico heredero de Egipto es Ramsés II.

Ramsés antes de ser rey en solitario intervino en algunos conflictos en los que se había involucrado Seti I. Por ejemplo, en el templo de Beit-el-Wali, uno de los templos que Ramsés erigió en lo que ahora es el lago Naser (Nubia) se esculpieron una serie de relieves que son una vista retrospectiva a sucesos que tuvieron lugar muchos años antes y son interesantes porque nos muestran conflictos en los que interviene Ramsés pero bajo el reinado de Seti I.

En esta imagen hallamos detrás de Ramsés a dos de sus hijos: en la parte superior, a Amenherwenemef que es su hijo mayor, hijo de Nefertari y en la parte inferior a Jaemuaset que es hijo de su otra reina Isis Nefer. Aparecen aquí combatiendo con Ramsés II pero es evidente que es una vista retrospectiva sobre la que se han hecho algunos añadidos, pues en la época del conflicto de Seti I contra los nubios, podrían tener quizás cuatro o cinco años y evidentemente en esas condiciones no podían combatir. Sin embargo Ramsés en la declaración del templo decidió incluirlos dentro de la iconografía.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

A la izquierda de la imagen de Ramsés aparecen los nubios que están siendo derrotados y más hacia la izquierda algunas imágenes muy curiosas como la de esta nubia que parece un poco ajena al conflicto, pues está cocinando, y, a la derecha, el bracito de un niño que sí que es consciente de lo que está sucediendo y que corre para escapar de los egipcios. En el texto asociado se habla del año ocho de Menmaatra (Seti I) y se menciona esa victoria que los egipcios tienen contra los nubios.

En otra imagen del templo de Beit-el-Wali encontramos a Ramsés sentado recibiendo todo el tributo de la victoria pero los personajes asociados también son interesantes: Nuevamente hallamos al príncipe heredero del trono en ese momento, Amenherwenemef, que cambiaria hasta tres veces de nombre ya que después se llamo Amenhirjopshef y posteriormente Setherkhepeshef. En la parte inferior aparece la figura de un visir y detrás de él al virrey de Kush que en ese momento era Amenemopet, hijo de Paser y nieto de Amenhetep Huy, ambos también virreyes, el último en época de Tutankhamon.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

Detrás aparecería esta imagen en la que se ve a numerosos nubios portando grandes cantidades de objetos exóticos, muy valiosos para los egipcios: anillos de oro, bolsas o sacos llenas de polvo de oro, arcos, pieles de animales exóticos como panteras, escudos también cubiertos de piel de animal, sillas caracterizadas por estar talladas en madera de ébano (de ahí el color negro), abanicos, pedazos de madera de ébano, colmillos de elefante, plumas de avestruz, huevos de avestruz y una serie casi interminable de animales exóticos como jirafas, leones, panteras y monos, además del ganado que los egipcios extraían mucho en la región de Nubia.

Pero también en esos años hubo un conflicto contra los sherden, pueblo al que veremos al hablar de Ramsés III, época a la que pertenece este relieve. Según dicen los textos, estos sherden, que vinieron en barcos de guerra desde el mar, una vez derrotados y anulados por Ramsés, comienzan a integrarse dentro de las filas del ejército egipcio.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

También los relieves de Beit-el-Wali nos muestran victorias de Ramsés contra los shashu, pueblo contra el que había combatido su padre Seti I en su primer año de reinado, junto a la toma de algunas plazas donde sus habitantes son de tipo sirio-cananeo y la entrega de algunos prisioneros procedentes de esa región, es decir toda una serie de conflictos en los que Ramsés interviene en época de su padre.

Seti I fallece en torno al año 1279 antes de Cristo y Ramsés sube al trono como único rey. En el Rameseum, su templo funerario, podemos ver un relieve muy interesante: el árbol Ished, que es el árbol sagrado. Ramsés aparece sentado en el trono y tanto la diosa como el dios Atún están inscribiendo,con el cálamo, el nombre de entronización de Ramsés en los frutos de ese árbol sagrado.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

La titulatura completa de Ramsés va a quedar ahora de este modo: 

Su conocido de Ramsés con el epíteto de Meriamón, amado de Amón.



Nombre de Horus: Toro poderoso, amado de Maat.



Nombre Nebty: El que protege Egipto y somete a los países extranjeros.



Nombre de Horus de Oro: Rico en años, grande en victorias



Nombre de Entronización: En los relieves de Beit-el-Wali aparecía simplemente como Usermaatra, pero ahora recibirá el epíteto de Setepenra. De modo que finalmente es Usermaatra Setepenra.

Nueva Capital

Ramsés II, a comienzos de su reinado, inaugura una nueva capital que recibe el nombre de Per Ramsés Aa-Nakhtu que significa “Dominio de Ramsés, Grande en victorias” conocida popularmente como PiRamsés. Observando el mapa vemos que halla muy cerca de la fortaleza de Tjaru, el inicio de Los Caminos de Horus y no debe ser una casualidad pues el conflicto y el interés de Egipto respecto a Asia es cada vez mayor, ahora que Nubia está dominada, y quizás por eso es oportuno trasladar la residencia del faraón al noreste del delta.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

Cargos

Uno de los primeros cargos que cambian es precisamente el de primer sacerdote del dios Amón en Tebas (amarillo), a causa de la muerte del anterior, siendo elegido Nebumenef, que gozaba de la confianza absoluta de Ramsés.

Continúa siendo visir Paser e Iuni, sustituye como virrey de Kush a Amenemopet, que ya vimos en los relieves de Beit-el-Wali. Generalmente las familias que gozan de estos altos cargos religiosos y funcionariales son familias influyentes que en muchas ocasiones dejan en herencia el cargo a sus hijos.

Una de las grandes construcciones que se inicia en el reinado de Ramsés II es su templo funerario, el Rameseum sobre el que volveremos más adelante para explicar algunas cuestiones de diversa índole.

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7A.2 Los primeros años de Ramsés II

Primera campaña militar

En el año cuatro del reinado de Ramsés II da comienzo la política que tiene como objetivo intentar recuperar la influencia egipcia en la región de Amurru, al norte del territorio controlado por los egipcios y la zona donde había estado activo su padre Seti I. En ese mismo año realiza una primera campaña que pasa por Tiro, Biblos y probablemente llega hasta Irkata. En realidad la campaña del año cuatro es un auténtico preparativo para lo que al año siguiente será el intento de conquista de la estratégica plaza de Qadesh en el Orontes.

Algunas referencias de la campaña del año cuatro son vaias estelaas halladas en Biblos, Tiro y ésta situada en Nahr-el-Kalb, un lugar donde encontramos inscripciones de muy variadas épocas, como el relieve mesopotámico de la izquierda, pero que es muy posterior al de Ramsés II.

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7A.3 La batalla de Qadesh

La batalla de Qadesh Una de las batallas más famosas de la antigüedad es la de Qadesh.

En el año 4 de su reinado, el faraón Ramsés II comenzó a activar la política militar egipcia en la región introduciendo tropas que después podrían serle útiles de cara a su objetivo que no era otro que la conquista del emplazamiento de Qadesh

El objetivo, Qadesh, es una ciudad fortificada que estaba situada en la parte Norte de las dos cordilleras que conforman el Líbano y el Antilíbano, a orillas del río Orontes y correspondería al yacimiento actual de Tell Nebi Mend (mapa de la derecha).

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7A.3 La batalla de Qadesh

Fuentes de Información Son diversas: 

Papiro de Pentaur (año 9), llamado así por el nombre del escriba que lo realizó, probablemente al dictado del faraón.

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Papiro Sallier III, es el mejor conservado Los llamados boletines, que en Abidos, Luxor, Karnak, o en el templo de Ramsés II en Abu Simbel. El elemento central de su iconografía va más allá de lo que es la figura de Ramsés II y no puede ser otro que el emplazamiento de Qadesh.

En esta imagen vemos una ciudad fortificada, con su bandera identificativa, con un gran número de soldados defendiéndola y en el centro, como ya viéramos en aquellas escenas de Seti I en Karnak, está identificada la ciudad como ¿Demi en? Qedesh, el pueblo de Qadesh. La siguiente obra, aunque antigua, pero sirve para introducirse en el tema ya que en ella se puede ver parte de la iconografía de la batalla de Qadesh, así como una traducción, algo antigua pero válida, de los textos que rodean a esa batalla. James H. Breasted The Battle of Kadesh: a study in the earliest known military strategy (1903) https://archive.org/details/battleofkadeshst00breauoft

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7A.3 La batalla de Qadesh

El movimiento de las tropas de Ramsés II se produce a través del valle de la Bekaa, entre los montes Líbano y Antilíbano, probablemente desde un emplazamiento cercano a la ciudad de Tiro, ciudad en la que estuvo Ramsés en su año cuatro de reinado de Ramsés II, hecho que le permitió preparar el camino de la campaña del año cinco que cae en el año 1275 a.C. Este primer avance de las tropas egipcias con las cuatro divisiones, una más que en época de Seti I, se complementa con segundo avance que partiría aproximadamente del emplazamiento de Irqata, situado al norte de los montes Líbano, en la costa cerca del río Eleuterio. Este grupo lo constituían los llamados Naharinos, tropas de la región de Amurru que fueron vitales para que la campaña de Qadesh no acabara en una absoluta derrota para los egipcios. El movimiento de las tropas egipcias y de los Naharinos estaba milimétricamente calculado gracias a una serie de mensajeros egipcios e informes entregados al Norte de la región de Biblos que sirvieron para crear el avance preciso de los dos tipos de tropas. En los textos se habla de que la salida de los egipcios desde Egipto tuvo lugar en el año cinco, en el segundo mes de la estación de Shemu, en su día nueve. Y justo un mes después es cuando llegaron a Qadesh.

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7A.3 La batalla de Qadesh

El texto relata la salida de Egipto a través de la fortaleza de Tjaru y el paso del ejército de Ramsés II por Ramsés Meriamón, el pueblo situado en el Valle de los Cedros, que no sabemos exactamente dónde se sitúa, pero se supone que incluso podría hacer referencia a la antigua Kumidi.

En primer lugar marchaba la división de Amón, comandada por el propio Ramsés II. A un íteru de distancia, se sitúa la segunda que es la división de Ra. Seguía una tercera que es la división de Ptah. Y finalmente la división de Seth. En época de Seti I eran tres las divisiones que conformaban el ejército egipcio pero Ramsés II amplía a cuatro. Teniendo en cuenta que cada división tiene aproximadamente unos 5.000 hombres, estamos hablando de un ejército de unos 20.000 soldados, además de un cuerpo de 2.000 carros de guerra. La idea de Ramsés II era acampar junto a Qadesh para, a la mañana siguiente, proceder a la conquista de la ciudad.

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7A.3 La batalla de Qadesh Esa idea se aceleró cuando fueron capturados dos shasu que, después de ser interrogados, revelaron la posición del ejército de los hititas. Cuándo Su Majestad pregunta dónde están vuestros hermanos que os han enviado a hablar de esto con Su Majestad, la respuesta de los Shasu es que el ejército hitita se halla en la tierra de Alepo, al norte de Tunip. Eso quiere decir muy al norte de la ciudad de Qadesh, a varios días de marcha. Por lo tanto, si esto era cierto, Ramsés II podía obtener casi una cómoda victoria. Y esta es la razón por la que ordenó que la división de Amón acelerara el ritmo para, de ese modo solo con ella, obtener esa victoria y celebrarla con la llegada de las siguientes divisiones egipcias.

Teniendo en cuenta esta aparente realidad, se establece el campamento de Ramsés II al oeste de Qadesh, y ese campamento es representado en el boletín, en varios emplazamientos en Egipto. En esta imagen vemos   

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Coloreado en rosa: Parte oeste del campamento todo él rodeado por escudos a modo de empalizada. Coloreado azul: La entrada del campamento a través de dos esfinges Coloreado amarillo: Escenas cotidianas de un campamento militar como podría ser el momento en el que un compañero quita pinchos que se ha clavado otro; un soldado advirtiendo a otro, probablemente por su holgazanería; el león de Su Majestad siendo domado; la recurrente escena del burro terco que recibe multitud de bastonazos para llevarlo al redil o escenas donde algún soldado intenta arreglar piezas de los carros de guerra. Coloreado rosa oscuro: Junto a las esfinges aparecen varios soldados egipcios que constituyen la guardia que custodia la entrada del campamento. Coloreado verde: Vía, entre las dos partes del campamento, que conduce directamente a la tienda de Su Majestad, de Ramsés II.

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7A.3 La batalla de Qadesh

. Pero si al principio la captura de los dos enemigos shasu había revelado que el grueso del ejército hitita se hallaba en la región de Alepo, en la zona de Tunip muy al norte de Qadesh, la realidad de la situación llega a oídos de Ramsés II, una vez son capturados dos enemigos hititas, representados en este relieve de Abu Simbel, que después de ser apaleados como se ve en la imagen, confiesan cual es la posición real del ejército hitita.

La posición real del ejército hitita deja completamente en entredicho todo el sistema de información del que podía gozar Ramsés II. ¿Por qué? Porque estos prisioneros hititas revelan que Muwatali y todo su inmenso ejército se halla justo al otro lado de la ciudad de Qadesh y que además están equipados y listos para combatir. El ejército hitita, según las fuentes egipcias, estaría compuesto por casi 2.500 carros de guerra y 40.000 hombres, una fuerza importante compuesta no solo por el ejército procedente del país de Hatti, sino también de numerosos aliados. Así que inmediatamente Ramsés II, pide que se reúna un consejo de guerra.

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7A.3 La batalla de Qadesh

Ramsés II aparece ante un grupo de personas que son las que conforman el consejo de guerra que se reúne para resolver de manera rápida el problema que supone la cercanía del ejército hitita y que el ejército de los egipcios aún no se haya reunido. Sombreado en beige aparece Mena, auriga de Ramsés, que será uno de los héroes en la batalla de Qadesh a ojos de su jefe junto al visir, generales y funcionarios del ejército. . En la parte inferior, sobreada en azul, está la guardia de Ramsés II entre la que se encuentran sherden que habían sido capturados por el propio Ramsés II y que después se introdujeron como mercenarios en el ejército egipcio. Son los que tienen escudos redondos, espadas largas y cascos con cuernos. ¡Están listos detrás de la antigua Qadesh mientras que mis gobernadores de los territorios extranjeros y nuestros jefes bajo la autoridad de los cuales están las tierras del faraón han sido incapaces de decirnos que habían llegado! Ramsés II ante las nuevas noticias realiza una crítica de la situación. ¿Cómo puede ser que ningún gobernante de las plazas egipcias de esa región haya obtenido información al respecto del avance de ese poderoso ejército hitita?.

Para resolver de algún modo esta catástrofe que se avecina, Ramsés ordena que un mensajero salga al galope, así como un príncipe y el visir, en un carro en dirección hacia la tercera de las divisiones para advertirle de que deben acelerar el ritmo y ayudar a las dos primeras que se van a ver envueltas en una guerra inesperada, en este momento en una batalla desigual.

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7A.3 La batalla de Qadesh

En esta imagen vemos el movimiento de ese mensajero hacia la división de Ptah. Los textos nos hablan de como Hatti había reunido a gentes de Naharina, Arzawa, Dardani, Keshkesh, Masa, etcétera. Reunir a gentes de tan diversa procedencia supuso al rey hitita Muwatali un altísmo coste. (Muwatali era hijo de Mursil II, hijo, a su vez del famoso Suppiluliuma I, aquel gran rey hitita de época de Amenhetep III y Akenaton).

Imaginemos que esta es la situación del ejército egipcio más cercano a Qadesh, con la división de Amón que ya había establecido el campamento o que estaba en ello, la división de Ra que sigue en marcha, y el ejército de Muwatali que se sitúa al este de Qadesh. En un momento, de manera inesperada para la división de Ra se lanza al ataque parte del ejército hitita cruzando el Orontes y creando un gran desconcierto en esa división egipcia. Lo mismo sucede con la división de Amón y el campamento que se había establecido al oeste de Qadesh. Las fuerzas hititas son más numerosas y, en todo caso, pillan por sorpresa a los egipcios. Esa entrada de los hititas en el campamento egipcio queda representada en multitud de relieves que no representan la muerte de los egipcios. Sí que se ve desconcierto, pero, si nos fijamos, siempre la parte ordenada queda expresada por la posición de los egipcios mientras que aquellos que son precisamente asesinados son sólo soldados del ejército hitita.

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En el centro de esta imagen tenemos representada la tienda de Ramsés II y otras tres tiendas menores pertenecientes a príncipes que le acompañaron. También sabemos como nota casi anecdótica que a Ramsés II le acompañó una esposa, Mut Neferet.

Esta situación tan crítica que puede conducir a una derrota inminente del ejército egipcio, es la que precisamente hará de la batalla de Qadesh una de las batallas más famosas, no ya de Egipto en general, sino, por supuesto, dentro de la historia de Ramsés II. Ramsés II hace de esta batalla un ejemplo paradigmático de su valentía. No presenta una victoria egipcia dado que en ningún momento dice que haya conquistado Qadesh, pero sí que presenta la batalla de Qadesh como aquel acontecimiento que sirvió para mostrar la valentía del faraón en una situación que se daba por perdida. Los textos hablan de como su majestad salió al galope y solo sin nadie que lo acompañara saltó contra los hititas que le rodeaban. Él habla de 2.500 carros rodeándolo a él solo combatiendo. Fijémonos además como combate, las riendas de sus caballos quedan atadas a su cintura, de manera que puede utilizar su arco para disparar. Es decir, él quiere mostrarse como el gran héroe, a través del cual ,con la ayuda de los dioses y su propia valentía, la situación puede tornarse en victoria.

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7A.3 La batalla de Qadesh

Pero obviamente no puede dejar de lado el papel del dios Amón. Ramsés II en una situación muy difícil, le pregunta al dios si es posible que Amón vaya a dejarle abandonado, solo en el campo de batalla.

La situación era bastante dramática para los egipcios, pero, por fortuna, el plan que tenía diseñado Ramsés II comenzó a funcionar en este momento, cuando llegaron con gran precisión los naharinos, las tropas de Amurru, desde el norte y saliendo a la altura de Irqata llegaron por fin al emplazamiento de Qadesh sorprendiendo a los hititas. A partir de este momento empieza a cambiar un poco el signo de la contienda. Mientras los hititas se dedicaron al saqueo del campamento egipcio estando convencidos de que su victoria era fácil, la división de Ptah llega al lugar donde parte de la división de Amón y Ra se estaban reagrupando.

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7A.3 La batalla de Qadesh

Es ahora cuando son los egipcios los que toman la iniciativa y los hititas empiezan a retirarse, cruzando apresuradamente el río Orontes y se ven en una situación comprometida por la presión de los carros de guerra e infantería egipcios.

Muchos de ellos tienen que lanzarse al río Orontes para salvar sus vidas, pero muchos mueren en el intento. De hecho, la iconografía nos sirve para ver cómo hermanos del rey de Hatti y una larga lista de personajes importantes, de Hatti y aliados, murieron ahogados. También tenemos por ejemplo la visión del señor de Alepo que está siendo salvado por algunos compañeros que lo levantan y suspiran a veces para que expulse el agua que ha tragado.

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7A.3 La batalla de Qadesh

Los hititas huyen hacia el emplazamiento de Qadesh, la ciudad fortificada, que resulta ser su salvación en este momento de desconcierto. En esta imagen de la ciudad de Qadesh entra un carro a través de sus murallas.

El rey hitita Muwatali, como dice el texto, estaba en medio de su ejército horrorizado por la situación, temblando y descompuesto y ordenando el cese de las hostilidades para intentar salvar parte de su ejército.

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7A.3 La batalla de Qadesh El viejo jefe de Hatti, como dice el texto, envía un mensaje rindiendo homenaje al faraón Ramsés II

Claro, esto es lo que dice la versión egipcia. En todo caso la versión egipcia expresa que fueron los hititas los que pidieron a Ramsés II la paz. ¡No seas duro en tus acciones rey victorioso, la paz es mejor que luchar, déjanos vivir! Ramsés II expone la situación a los jefes de su ejército, a sus oficiales y ellos concuerdan que la paz es la mejor solución y, de esta manera, se resuelve la famosa batalla de Qadesh. Todo queda como estaba: Amurru y Qadesh en manos de los hititas y los egipcios con la influencia sobre la costa levantina y el territorio situado al sur de Qadesh.

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7A.3 La batalla de Qadesh Tras la lucha, es el momento de seguir con la tradición de contar las manos de los soldados enemigos caídos en combates. Ramsés II está sentado plácidamente en su carro de guerra observando como una serie de van amontonando las manos cortadas mientras que otros oficiales, escribas del ejército egipcio toman nota del número de manos para contabilizar así los muertos enemigos. También está representado al visir aunque no se le nombre y, tras él, los tres generales que comandaron las divisiones de Ra, de Ptah y de Seth. Y también algunos príncipes. De hecho uno de ellos, aunque no aparezca aquí su nombre, debe ser Amenherunemef, aquel que ya vimos representado en el templo de Beit el Wali en época de Seti I. Este príncipe precisamente tras la batalla de Qadesh, cambió su nombre a Amenherkhepeshef. Y posteriormente por allá el año 20 de reinado incluso lo volvería a cambiar por Setiherkhepesehef. Detrás vienen hileras de soldados hititas que cayeron prisioneros.

En texto Ramsés II recuerda a su ejército cómo discurrió la batalla. Habla de lo cobardes que fueron sus corazones, de que ninguno era digno de confianza pero también recuerda algunos hechos. ¿Hay alguno entre vosotros para el que no haya hecho una buena acción? ¿No aparecí como señor cuando erais pobres? Recordemos que la familia de Ramsés II era una familia que en origen procede del estamento militar y es probable que Ramsés II, así como sus antecesores, hubiesen ayudado a mejorar la situación de los militares. La batalla de Qadesh sirvió para constatar el fracaso del sistema de informadores egipcios y también hay un reproche a la actuación del propio ejército egipcio. El crimen que mi infantería y mis carros han cometido es mayor de lo que se puede decir, indica Ramsés II. De hecho, la mayoría de los personajes que aparecen representados en la iconografía de la batalla de Qadesh son anónimos, excepto algunos como su caballerizo auriga Mena o sus dos caballos “Victoria en Tebas” y “Mut que está en paz”, caballos que fueron representados no solo en la iconografía sino también en sellos de oro como este custodiado en el Louvre.

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas

Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los hititas

En primer lugar, tenemos que hacer referencia a la campaña del año 7-8. En este momento, el problema se centra en la zona de alrededor del Mar Muerto, dividiéndose el ejército egipcio en dos: parte del ejército de dirigirá hacia el Sur del Mar Muerto, hasta tomar el emplazamiento de Butartu, situado en la parte Este, mientras que el propio Ramsés II, realizará un movimiento por el Norte, hasta llegar a la zona de Dibon. Aquí se juntará todo el ejército, el que llevaba Ramsés II, y el que comandaba su hijo Amenhirjopshef, y desde este punto, todo el ejército reunido, recorrerá parte de la llamada Vía del Rey, para dirigirse en dirección a Damasco y quizás, Kumidi, que ya dijimos, podría corresponder a aquella ciudad de Ramsés del Valle de los Cedros, por la que pasó el ejército de Ramsés II en dirección a Qadesh el año 5 de reinado. En el año 8-9 de Ramsés II el objetivo nos lleva a un lugar más lejano. Ante la imposibilidad de tomar Qadesh, Ramsés II, decide realizar una campaña que le lleve a la zona Norte de Qadesh, hacia los emplazamientos de Dapur y Tunip para que si la victoria cae del lado egipcio quede aislada la citada ciudad. Las tropas egipcias se van a mover a lo largo de la costa mediterránea, pasando por emplazamientos fenicios como Tiro, Sidón y Biblos, y probablemente a la altura de Irqata o Tumura el ejército se introducirá tierra adentro, en dirección a esas dos plazas de Dapur y Tunip

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas

Representaciones de esa campaña, podemos verlas en la parte occidental del primer pilono del templo funerario de Ramsés II, el Rammesseum. Están representadas dieciocho ciudades fortificadas, de las cuales quedan unas catorce.

La representación más famosa de esta campaña es la primera batalla de Dapur, que está en la primera sala hipóstila del Rammesseum, un lugar donde inusualmente se darían este tipo de escenas, sino más bien otras vinculadas al mundo religioso. En este caso, podemos ver como Ramsés II avanza en esa posición típica, él solo dirigiendo su carro de guerra, pero bajo la ciudad de Dapur hay hasta ocho príncipes representados, muchos de ellos aparecen mencionados por su nombre: Khaemwaset, que era hijo de Isis Nefer, Mentuherkhepeshef, también hijo de la misma reina, y así otra serie de príncipes, entre los que se incluye al príncipe Seti, que en este caso, de los mencionados, es el único hijo de la reina Nefertari. Los dos príncipes que escalan los muros de la ciudadela de Dapur, aparecen aquí anónimos.

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas

En esta imagen más centrada alrededor de la fortaleza, vemos cómo los príncipes de la parte inferior no sólo quedan protegidos por sus escudos, sino también por unas estructuras ovaladas de grandes dimensiones que les cubren. Las partes coloreadas de azul reflejan a una serie de personas, cargadas de alimentos y ofrendas con las que intentan implorar a los dos príncipes egipcios, Khaemwaset y Mentuherkhepeshef, que no acaben con la vida de los que eran los jefes de esta ciudad, jefes que aparecen representados con el cabello largo (característica propia de la manera de representar a los hititas). Dapur, por lo tanto, estaba dentro de la órbita hitita

Si nos fijamos en la parte superior de esta ciudad de Dapur, encontramos en la iconografía datos interesantes. Por ejemplo, dos personas que se descuelgan con cuerdas por las murallas; algunos soldados que intentan disparar con sus arcos, o que lanzan piedras, mientras otros están rezando a sus dioses e implorando para que la ciudad no sea destruida. Un elemento iconográfico indiscutible es el de la bandera

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas de Dapur atravesada por tres flechas lo que indica que esta ciudad fue tomada, a diferencia de Qadesh cuya bandera está intacta pues esta ciudad no fue conquistada por Ramsés II en el año 5. La cuestión es que una vez se produce esta victoria de Ramsés II en Dapur, el ejército vuelve a tierras egipcias y se realiza una gran celebración en Per Ramsés Aa-Nakhtu, es decir, la ciudad de Pi-Ramsés

En la imagen de arriba vemos una escena espectacular que procede de una estela actualmente conservada en el museo de Hildesheim. En la parte izquierda aparece el propio faraón, subido sobre una gran estatua colosal suya, denominada Ra-en-hekau. Estatuas con este nombre las conocemos en otros emplazamientos, como el Rammesseum o el propio Abu Simbel. Desde esa altura, Ramsés II lanza toda una serie de objetos a sus oficiales y otros integrantes de su ejército para celebrar esa gran victoria

Victoria asolutamente efímera ya que poco después, probablemente hacia el año 10 de reinado, Ramsés II tiene que volver a la ciudad de Dapur. La imagen superior representa la segunda batalla de Dapur, en la que aparecen soldados sherden integrados en las filas del ejército egipcio, en la parte inferior. Esto también se veía aunque no de manera tan clara en la escena correspondiente de la primera batalla de Dapur. Nuevamente está la bandera de la ciudad totalmente atravesada por flechas y Ramsés II ha bajado

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas de su carro y participa activamente en la batalla. Estas victorias eran efímeras probablemente porque dejaban allí un grupo reducido de soldados egipcios, de modo que en breve tiempo esos emplazamientos, situados al Norte de Qadesh, volvían a caer en la órbita delos hititas ya que su frontera estaba muy cerca y la egipcia quedaba lejos.

En esta imagen podemos ver a los sherden (sombreado amarillo) y el detalle de la bandera atravesada por flechas (sombreado rosa).

Una vez que finalizan estas etapas más bélicas dentro del reinado de Ramsés II, en el mundo hitita comienza un periodo de crisis derivada a partir de la muerte de Muwatali II, que es el rey hitita que se enfrentó a Ramsés II en Qadesh. Cuando muere Muwatali hereda el trono del país de Hatti su hijo UrhiTeshub que asciende con el nombre de Mursil III, y va a tener problemas con su tío, el futuro Hattusil III. Este había sido nombrado gobernador de la parte Norte del país de Hatti para luchar contra los kaskas, teniendo victorias muy sonadas y gozando de gran consideración pero, en un momento determinado, entró en conflicto con Mursil III, venciéndole, y obligándole a exiliarse, primero en la región de ¿Mujase?, después probablemente en alguna ciudad levantina; hay quien habla incluso de la posibilidad de que hubiera sido exiliado a Chipre. Mursil III busca aliados en otras potencias del Próximo Oriente para enfrentarse a Hattusil III pero finalmente decide irse del lugar y se exilia a Egipto. Imaginémonos a Ramsés II recibiendo en Pi-Ramsés a Mursil III, un rey hitita hasta hacía poco que ahora aparece en la

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas corte del faraón como exiliado, y todo esto, ante la mirada de Hattusil III que, evidentemente, no podría estar muy contento con ver a su sobrino Mursil III en Egipto. Otros problemas que afectan al mundo hitita, provienen de Asiria. Con Salmanasar I, los asirios consiguen derrotar completamente al reino de Hanigalbat, anexionando su territorio y estableciendo sus fronteras en el río Éufrates, de tal manera que Asiria se convierte en un país inmediatamente vecino a los hititas. Además los asirios consiguen asediar y tomar la importantísima ciudad de Karkemish, obteniendo un enorme botín y más de catorce mil prisioneros, y todo esto supone un problema para el mundo hitita que se había desgastado en continuas guerras con respecto a los egipcios, sin que hubieran obtenido beneficio de todo ello. Así que llega un momento en que hititas y egipcios consideran que la mejor salida a este conflicto de varios decenios es establecer una paz común entre ambos países. De esta manera surge este tratado egipcio-hitita que es considerado el tratado más antiguo del mundo. Evidentemente, hubo otros mucho antes pero no conservamos uno como este donde tengamos las dos versiones

La foto de la izquierda, corresponde a la versión hallada en el Imperio Hitita, escrita en cuneiforme, en lengua acadia, y a la derecha está la versión egipcia en jeroglífico que se encuentra en el patio de la cachette, en Karnak Para llegar a establecer este tratado de paz, mantuvieron en torno a dos años de conversaciones que finalizaron con la elaboración de dos tablillas de plata: una enviada desde el mundo hitita a Egipto, que contenía la versión elaborada por los hititas del tratado de paz y otra enviada por parte de los egipcios al mundo hitita, con la versión egipcia, pero también en caracteres cuneiformes, probablemente. “El tratado que el gran señor de Hatti, el héroe, hijo de Mursil, el gran señor de Hatti, el héroe, el nieto de Shuppiluliuma, el gran señor de Hatti, el héroe, hizo redactar en una tablilla de plata para Usermaatra Setepenra, el gran rey de Egipto, el héroe, el hijo de Menmaatra, el gran rey de Egipto” Esa es la introducción del tratado de paz entre hititas y egipcios que contiene varios puntos importantes: 

Pacto de no agresión, ni los hititas atacarán a los egipcios, ni los egipcios a los hititas.Si alguna potencia extranjera ataca a alguno de estos dos países, ambos deben ayudar para repeler al invasor y enemigo común.

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas 

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Renovación del tratado de época de Shuppiluliuma y Muwatali, como señala la versión egipcia de este tratado de paz, firmado en el año 21 de Ramsés, y que supone, en parte, una renovación de tratados más antiguos. Mutua defensa Herencia del trono de Hattusil III. Este es un apartado que aparece en el tratado, por el cual se señala que el hijo de Hattusil III es el que debe heredar el trono hitita, es decir, que se ha de establecer la legitimidad de la línea de Hattusil III, y que en caso de que no sea así, Egipto debe de intervenir, para forzar a que esta línea sucesoria se mantenga. Extradición de refugiados, aspecto importante pues cuando se firma el tratado Urhi-Teshub, el anterior rey hitita, se había exiliado a Egipto. Buen trato a los refugiados devueltos. Recordemos que Urhi-Teshub, no fue devuelto al país de Hatti, ya que fue un acontecimiento producido con anterioridad a la firma del tratado, esta cuestión quedó sin resolver. Los dioses son testigos del nuevo tratado, tanto los dioses hititas como los egipcios.

A partir de este año 21, la situación cambia totalmente entre Egipto y el país de Hatti. La guerra de desgaste continua, vivida en época de Ramsés II, Seti I e incluso hasta el reinado de Shuppiluliuma, toca a su fin y a partir de ahora comienza una relación que podemos definir como fraternal: Sabemos que no solo Hattusil III escribe a Ramsés II, o viceversa, algo que entra dentro de la normalidad sino que además Pudukhepa, esposa de Hattusil III escribe a los egipcios, incluso a la propia Nefertari y viceversa,así como los príncipes hititas y príncipes egipcios y viceversa. Por lo tanto se crea una relación que cada vez va a ser más intensa y más fraternal dentro del reinado de Ramsés II Para ver cómo se comunican entre sí, y también cómo a pesar del tratado, surgen ciertos problemas, vamos a analizar algunas cartas:

Carta de Ramsés II a Hattusil III: “Acabo de escuchar todas las palabras que mi hermano me ha escrito diciendo: “¿Por qué me escribes, tú, mi hermano, como si no fuera más que uno de tus súbditos?”. Me ofendes, hermano mío, cuando escribes “como si no fuera más que uno de tus súbditos”. (…) ¿Por qué te escribiría como a un súbdito? Recuerda que soy tu hermano, tú deberías hablar con palabras calurosas. (…) Pero en lugar de eso pronuncias palabras insensatas que no son dignas de un mensaje.” Es una carta en la que Ramsés II intenta protestar un poco porque parece que Hattusil III se había visto ofendido. Hattusil III en una carta anterior dijo: “¿Por qué me escribes tú mi hermano como si no fuera más que uno de tus súbditos?”. Quizás los términos en los que Ramsés II se había dirigido a Hattusil III no habían sido del todo correctos, y para éste último esto había sido una ofensa.

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas

Carta de Hattusil III a Ramsés II: “Su dote será más grande que la del rey de Babilonia, y que la de la hija del rey de B[…] (…). Enviaré este año a mi hija, que también llevará: siervos, ganado, carneros y caballos a la tierra de Aya. Mi hermano, deberá enviar una escolta al país de Aya para recogerlos” Hattusil III decide enviar una princesa hitita a la corte de Ramsés. Le dice que “su dote será más grande que la del rey de Babilonia”, pero aunque se decide que se va a realizar esta boda, parece ser que desde que se anuncia hasta que la princesa viaja a Egipto, pasa bastante tiempo. De hecho, Ramsés II escribió a Padukhepa para protestar, y la propia reina hitita, se quejó del modo en el que Ramsés había escrito relaciona la lentitud en el proceso de envío de la princesa hitita con el conflicto que años antes habían tenido Urhi-Teshub con Hattusil III, y las fricciones que podían haberse generado en el palacio hitita, y en el mundo hitita en general.

Carta de Padukhepa a Ramsés II: “En cuanto a ti, mi hermano, me escribes esto: “Mi hermana me escribió: te enviaré mi hija. Sin embargo, la retienes lejos de mí sin gentileza. ¿Por qué todavía no me la has dado?” No deberías desconfiar, crée(nos). Te habría enviado a mi hija, pero […] incendiado es el palacio. Lo que queda, Urhi Teshub lo dio a los grandes dioses. Ya que Urhi Teshub está allí (contigo) pregúntale si es así o no. ¿Qué hija en la tierra o en el cielo puedo dar a mi hermano? (…) Que tú, mi hermano, desees enriquecerte a mi costa (…) no es fraterno ni te honra” El final de la carta de la reina Padukhepa: “Que tú, mi hermano, desees enriquecerte a mi costa, no es fraterno, ni te honra”, manifiesta que no tenían problemas en decirse las cosas.

Finalmente, la princesa hitita es enviada a Egipto en el año 34 de Ramsés II, donde recibe el nombre de Maathor Neferura, sin que sepamos cuál era su nombre original hitita. Está representada en Abu Simbel, en la llamada Estela del Matrimonio así como en otros relieves y estatuas. Entre las curiosidades de esta relación creciente entre hititas y egipcios está la visita, casi turística, que hizo el príncipe Hishmi-Sharruma, que es el futuro rey Thudaliya IV del país de Hatti. Otros integrantes de la familia real hitita realizaron con seguridad actos similares, existiendo indicios para considerar que el propio rey Hattusil III visitó Egipto.

Carta de Ramsés II a Hattusil III:

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7A.4 Después de Qadesh: De la guerra a la paz con los Hititas “Pueda mi hermano aceptar esta buena sugerencia de venir a verme. Entonces nos conoceremos cara a cara en el lugar donde el rey está entronizado. Yo mismo iré a Canaán para encontrar a mi hermano y verlo cara (a cara), y recibirlo en el corazón de mi tierra” Probablemente, este hecho tuvo lugar y Hattusil III visitó Egipto, algo que es absolutamente extraordinario, pues esta relación cordial y de gran amistad contrasta con el conflicto sangrante entre ambos pueblos hacía muy poco tiempo. Producto de esta gran cordialidad, es el desplazamiento a Egipto, en los primeros años de la década de los 40 de reinado de Ramsés II, de otra princesa hitita para casarse con el faraón. No existe más información sobre ella.

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7A.5.Los Pueblos del Mar con Ramses III

Los Pueblos del Mar con Ramses III Guerra Libia, año 5 En el año 5 de reinado de Ramses III es cuando se produce la primera Gran Guerra contra los Libios. Nos ha quedado constancia de esta guerra en la decoración que aparece en el extremo oeste de la pared exterior norte del Templo funerario de Ramses III donde se representa generalmente a los Libios con una coleta lateral, una barba puntiaguda y sobretodo con tatuajes que, por desgracia, se pierden una vez desaparece la policromía de los relieves. La decoración muestra una batalla con el enemigo libio dominado por el caos, frente a unas filas egipcias bien situadas y en posición de combate. Según las inscripciones, el enfrentamiento se saldó con 12.535 libios asesinados por los egipcios y muchos prisioneros.

Situación en el Mediterráneo Oriental En el Mediterráneo Oriental comienzan a surgir problemas que van a afectar a las culturas locales. Esto se deduce de una serie de textos foráneos a Egipto, por ejemplo, estas cartas entre el rey de Alashiya, Chipre, y el rey de Ugarit, al sur del Golfo de Alejandreta: Carta del rey de Alashiya Así dice el rey a Hammurabi, rey de Ugarit: Saludos, que los dioses te conserven con buena salud. Sobre lo que me has escrito de que ‘un enemigo en barcos ha sido divisado en el mar’: ahora bien, incluso si fuese verdad que se han visto barcos enemigos, mantente firme. Porque, en ese caso, ¿qué pasa con tus tropas?, tus carros, ¿dónde están estacionados? ¿se encuentran cerca y a tu disposición o no? ¿quién te presiona detrás del enemigo? Fortifica tus ciudades, mete dentro de ellas a tus tropas y tus carros, y aguarda al enemigo con pie firme

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7A.5.Los Pueblos del Mar con Ramses III

Carta del rey Hammurabi de Ugarit Al rey de Alashiya. Padre mío, así dice el rey de Ugarit, su hijo. Me postro a los pies de mi padre. Saludos a mi padre, a tu casa, a tus esposas, a tus tropas, a todo aquello que pertenece al rey de Alashiya, muchos, muchos saludos. Padre mío, los barcos enemigos ya están aquí, han prendido fuego a mis ciudades y han causado gran daño en mi país. Padre mío, ¿acaso no sabías que todas mis tropas estaban estacionadas en el país hitita, y que todos mis barcos siguen estacionados en Licia y todavía no han regresado? Así, pues, el país está abandonado a su suerte (...). Considera esto, padre mío, hay siete barcos enemigos que han venido y han causado un gran daño. Ahora, si hay más barcos enemigos, házmelo saber, para que pueda conocer lo peor. Estos enemigos que vienen en barco, evidentemente, hay que relacionarlos con los Pueblos del Mar. Un texto de Ramses III, hace referencia a estas gentes: Texto de Ramses III “Los pueblos extranjeros conspiraron en sus islas. Todos a una, los pueblos se pusieron en movimiento, sembrando la guerra a su paso. Ningún país pudo resistir ante sus armas. Hatti, Kode, Carquemish, Arzawa y Alashiya, todos quedaron aislados. Se estableció un campamento en un lugar de Amurru. Arrasaron a su población y su tierra quedó como si nunca hubiera existido vida en ella. Avanzaron sobre Egipto mientras la llama se preparaba delante de ellos. Su liga eran los peleset, los tjeker, los shekelesh, los denyen y los weshesh, países unidos. Extendieron sus manos sobre las tierras de toda la Tierra, y sus corazones se mostraron confiados y seguros de sí mismos: ‘Nuestros planes tendrán éxito’ (se decían)”. Ramses III describe quiénes forman estos Pueblos del Mar: los peleset, los tjeker, los shekelesh, los denyen y los weshesh; una liga que se han unido para atacar Egipto. Algunos de ellos nos son conocidos desde la invasión en época de Merneptah. Según el siguiente mapa, los Pueblos del Mar son oriundos del Mediterráneo central; probablemente la presión demográfica y la falta de recursos alimenticios forzaran a estos pueblos a expandirse, como muestra el gráfico, hacia zonas más ricas, siendo Egipto un territorio muy apetecible (en tiempos posteriores Egipto será conocido como el granero de Roma). A su paso, provocan la destrucción de muchos estados y ciudades (imperio hitita, Alashiya, ciudades-estados de la región cananea, Micenas…).

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7A.5.Los Pueblos del Mar con Ramses III

Guerra con los Pueblos del Mar, año 8 Un texto de Ramses III también en Medinet Habu, nos indica cómo el frente egipcio se dispuso en dos lugares, por una parte en Djahi (Siria-Palestina) y por otra parte en el Delta del Nilo donde se esperaba frenar el paso de las embarcaciones enemigas: Texto de Ramses III “Organicé mi frontera en Djahi. Me preparé delante de ellos: príncipes, comandantes de guarniciones, y maryannu. Ordené que se preparase la boca del río como una poderosa muralla con barcos de guerra, transportes y buques mercantes; y fueron ocupados por completo, de popa a proa, con valerosos guerreros armados. Las tropas consistían en todos los hombres de Egipto armados con picas; eran como leones rugiendo en lo alto de las montañas. Los carros los ocupaban los conductores, los piqueros y todos los combatientes de carro buenos y capaces (...)” El templo de Medinet Habu finalizó su construcción en el año 12 de reinado con lo cual, los relieves que quedan más hacia el oeste (parte posterior del templo) corresponden a las representaciones de la Guerra contra los Libios del año 5; hacia la mitad del muro encontraríamos las representaciones de las batallas contra los Pueblos del Mar del año 8; y en la parte más cercana al pilono de entrada, hallaríamos las representaciones de la Guerra contra los Libios en el año 11 junto con algunas batallas, que se suelen asociar a ese año 11 o 12, contra los Amorritas.

Esta escena pertenece a la batalla terrestre contra los Pueblos del Mar, nuevamente vemos un caos, en el que los egipcios se mantienen en orden:

En el detalle de la derecha, se observa que las tropas de peleset que pelean contra los egipcios no van sobre carros de guerra, sino sobre carros para el transporte tirados por bueyes y traen con ellos mujeres y niños, traen a sus familias. Están forzados a luchar hasta conquistar territorios donde asentarse y poder sobrevivir. Las escenas correspondientes a la batalla naval describen una situación similar: el caos vuelve a quedar reflejado en las naves enemigas, mientras que el orden permanece en las naves egipcias.

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7A.5.Los Pueblos del Mar con Ramses III

La nave de la izquierda es un barco sherden; a la derecha peleset, también con escudos circulares y espadas largas pero con esa corona que les caracteriza a ellos y algunos otros pueblos.

Los atacantes intentan salvarse llegando a nado a la orilla de las bocas del Nilo pero allí se encuentra al ejército egipcio comandado por Ramses III disparando sus flechas para aniquilarlos:

Texto de Ramses III “En cuanto a aquellos que llegaron juntos por mar, se encontraron frente a ellos toda la llama en las bocas del río, mientras una estacada de lanzas los rodeaba en la orilla. Fueron arrastrados a tierra, cercados y arrojados sobre la playa. (…) Extendí todas las fronteras de Egipto. Aniquilé a aquellos que las invadieron desde sus tierras. Maté a los denyen que están en sus islas, y a los tjeker y los peleset los convertí en cenizas. Los shardana y los weshesh del mar, es como si no existieran, fueron apresados al unísono, llevados

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como cautivos a Egipto como la arena a la orilla. Los asenté en fortalezas atados a mi nombre. Numerosas eran sus clases, como cientos de miles. A todos ellos les impuse tributo (...) Me llevé a los que mi espada perdonó, a numerosos cautivos (...), sus esposas y sus hijos, cerca de diez mil (...). Puse a sus jefes en fortalezas en mi nombre. Les di capitanes de arqueros y jefes, marcados y convertidos en esclavos, impresos con mi nombre; sus esposas y sus hijos también”. Los prisioneros, soldados, mujeres y niños, son marcados a fuego con el cartucho de Ramses III, y se quedarán en Egipto. La mayoría son enviados a fortalezas porque el destino de muchos peleset será el ejército egipcio. Los peleset tras su derrota contra los egipcios se asentarán en Palestina. El relieve de la izquierda muestra a los prisioneros; a la derecha y abajo, una reproducción de otra batalla donde se observa a los sherden y a los peleset luchando contra libios, integrados como mercenarios en el ejercito egipcio.

Ramses III describe la nueva situación de los shardana y los kehek que después de “descansar” en Egipto iban a ser enviados a Kush y a Siria, junto con sus familias, integrados en el ejército egipcio: Texto de Ramses III “Hice que la infantería y los carros habitaran en casa en mi tiempo; los shardana y los kehek estuvieron en sus ciudades, tendidos todo lo largo de sus espaldas; no sentían miedo, pues no había enemigo de Kush ni rival en Siria. Sus arcos y sus armas reposaban en sus almacenes, mientras ellos vivían satisfechos y bebían alegremente. Sus esposas estaban con ellos, sus hijos a su lado, pues yo estaba con ellos como defensa y protección de sus miembros”. Una prueba de esto, podrían ser los cerca de 50 sarcófagos laborados en arcilla, que se han encontrado en la localidad de Beth Shean, cerca del mar de Galilea en Israel, asociados a cerámica micénica y chipriota pero con influencias egipcias.

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El mismo tipo de sarcófago se ha hallado en el territorio de Israel-Palestina en Tell el-Fadah, Lakish, Deir el-Balah, y en Egipto en Tell Nebesheh y Tell el-Yahudiye, en posibles enterramientos de peleset, filisteos u otros pueblos asociados al ejercito egipcio, lo que explicaría la influencia egipcia transmitida en la tipología extraña de estos sarcófagos. A partir del Relato de Unamon de principio de la dinastía XXI, del Onomasticón de Amenemope y otras fuentes, sabemos de los pueblos que se están asentando en el levante mediterráneo: filisteos, tjekker, sherden y fenicios (cananeos).

Guerra Libia, año 11 Esta imagen nos muestra parte de la narrativa bélica de Medinet Habu referida a la derrota de los Libios. Los prisioneros libios son presentados por los oficiales egipcios a su faraón, Ramses III:

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Aquí vemos los prisioneros libios:

Y en esta otra imagen vemos como Ramses III presenta a los prisioneros a los dioses de la triada tebana, Amón y la diosa Mut:

También vemos cómo un oficial egipcio recuenta las manos amontonadas de los enemigos y un escriba anota la cifra, la inscripción habla de unos 2175 muertos por parte de los libios. Detrás de él, uno de los jefes libios capturados:

Al igual que algunas gentes de los Pueblos del Mar se asentaron en Egipto, también ahora un alto número de libios se quedará, algunos de manera pacífica a través del delta, otros después de haber sido

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tomados como prisioneros. En todo caso, esta población libia va a ser crucial para entender el final de la época ramésida y, sobre todo, el Tercer Periodo Intermedio.

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7A.6. Problemas al final de la dinastía XX

Problemas al final de la dinastía XX Ramses IX Un insólito relieve en Karnak muestra a Ramses IX junto al Sumo Sacerdote de Amón, Amenhotep, a la misma escala, una iconografía que no se había observado antes, y que indica la enorme influencia alcanzada por el sacerdote (también su padre, el Sumo Sacerdote Ramsesnakht, gozó de poder e influencia puesto que dirigió la expedición a Wadi Hammamat al principio del reinado de Ramses IV).

Otro problema surgía en Tebas, los trabajadores de Deir el-Medina no van a las tumbas bien por la presencia de libios y merodeadores o porque simplemente no reciben sus raciones en pago a su trabajo: Papiro Turín 2009 + 1999 vº, Ramsés IX “Año 13, mes 1 de akhet día 4. Inactividad del equipo, (aunque) no hay libios aquí. Aún no hemos recibido las raciones del tercer mes de shemu, del cuarto mes de shemu, de los cinco días (epagómenos), ni del primer mes de akhet” Papiro Turín 2083/ 178 rº, Ramsés IX “Año 17, mes 2 de peret, día 13. Inactividad del equipo de la tumba. / Ellos estaban hambrientos, sin las raciones del segundo mes de peret, / (sin) las raciones del segundo mes de peret que hacen transferir los seguidores del visir”

Ramses XI Queda documentado que en el año 9 de Ramses XI, se llama al virrey de Kush Panehesy [*] para que las tropas nubias solucionen el desorden causado por los merodeadores: Papiro Turín 1895 + 2006 “(1: 4) El portaabanico a la derecha del rey, escriba real, general del ejército, inspector del doble granero [del faraón, v.i.s., hijo del rey] (1: 5) de Kush, inspector de las tierras meridionales, el [*], de las tropas [del faraón, v.i.s.]”. líder

Guerra civil Desde ese año 9, el virrey de Kush Panehesy, apoyado por sus tropas, va ir adquiriendo más protagonismo en Tebas en detrimento del Primer Sacerdote de Amón. Por eso, el Papiro del Museo Británico 10052 fechado en el año 1 de la wHm mswt (wehem Mesut), inicios del año 19 de Ramses XI, nos habla de una guerra contra el Primer Sacerdote de Amón:

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P. BM 10052, año 1 de la wHm mswt “(13,24) Ella dijo: entonces, cuando fue hecha la guerra del primer sacerdote de Amón, este hombre robó (13, 25) las cosas de mi padre (...) Según el Papiro Mayer A, la supresión de Amenhotep se produjo entre finales del año 17 y el año 18 de Ramses XI (puesto que la relación entre Ramses XI y Panehesy era todavía buena en el año 17 cuando en una carta le solicita productos que ha de conseguirle en Nubia): Papiro Mayer A – Años 1 y 2 de la wHm mswt Declaración

(aHAwtj-nfr)

“Él dijo: ‘los extranjeros vinieron y tomaron posesión del templo mientras yo estaba con algunos burros (6, 5) pertenecientes a mi padre. un extranjero, me capturó y me llevó (6, 6) a Ipip, cuando hacía que había sido suprimido Amenhetep, que era primer sacerdote de Amón, (6, 7) seis meses.’” Esta guerra entre el virrey de Kush y las tropas enviadas por el faraón para apoyar al depuesto Amenhotep provocan destrucción y sacrilegios en la Tebaida; por supuesto, en el templo funerario de Ramses III, que se había convertido en residencia del Sumo Sacerdote de Amón y de parte de los trabajadores del poblado abandonado de Deir el-Medina a finales de la época ramésida y principios de la dinastía XXI. Uvo Hölscher, excavador de Medinet Habu, demostró que la destrucción de la puerta monumental del oeste se produjo en este momento: a finales de la dinastía XX, a finales de la época Ramésida. El saqueo de la tumba de Ramses VI, un monarca que gobierna entre 1145 y 1139 a.C. pudo suceder en esa época. La resina empleada por los sacerdotes durante el enterramiento se va solidificando con el paso del tiempo, pero todavía era semi-líquida cuando se volteó el sarcófago, ya que manchaba; debieron pasar pocos decenios entre el enterramiento y la destrucción de la tumba, lo que encaja en los 40-50 años entre la muerte de Ramses VI y los sucesos en Tebas. La Guerra Civil tuvo un contexto geográfico más amplio. Este documento habla del saqueo de la ciudad de Hardai, al norte del Alto Egipto: P. BM 10052 “(10: 18) Él dijo: entonces, cuando saqueó la ciudad de Hardai, el joven nubio Bw-thA-Jmnw me compró, y el nubio (10: 19) PA-n-tA-sxn me compró de él y dio 2 deben de plata para pagar(le). Y cuando se le asesinó (10:20), yo fui comprado por el jardinero KAr (por) mi precio”. En otro papiro del Museo Británico 10383 se habla de que Panehesy depuso a un sacerdote sin motivo, lo que suponía un “sacrilegio”: P. BM 10383 - año 2 IV shemu 25 (wHm mswt ?) “(2: 5) Él dijo: yo dejé la casa del faraón, v.i.s., cuando vino PAj-nHsj y depuso a mi superior, aunque no había culpa en él.” El siguiente texto parece referirse, aunque no menciona nombres, a la supresión del Sumo Sacerdote Amenhotep por el virrey de Kush, Panehesy: KRI VI, 537:16 Sofía Cavero

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7A.6. Problemas al final de la dinastía XX

(20) [...] [Amón-Ra, rey de los dioses, escuchó mi voz rápido, sin permitirse demora [...] (21) [...] [Amón-Ra me reconoció] en la maldad hecha (contra) mi. Yo solicité al faraón, mi señor, [el] que ha permitido [...] (22) [...] [el templo del rey del Alto y Bajo Egipto Usermaatra] Setepenra, en el dominio de Amón, el templo del rey del Alto y bajo Egipto Usermaatra Meriamón, en el dominio de Amón en la Tebas occidental hacia [el] lugar (23) [...] lugar. Oh! Primero sacerdotes de Amón que vendréis después de mí, no descuidéis (24) [...] yo le he hecho provecho, y él ha suprimido a quien me suprimió, rápido, sin permitirse [demora]” Finalmente, el orden es restablecido en el año 19 de Ramses XI: Papiro Mayer A (6: 9-11) “(6: 9) Pero cuando el orden fue reestablecido del oeste de la ciudad, el escriba de la casa del tesoro (6: 10) PA-smn-nxt y el escriba del ejército QA-Swtj, dijeron: reunamos la madera y los (...) (6: 11) no le darán fuego. Ellos hicieron meter el resto y le pusieron un sello. Él está intacto hasta (6: 12) hoy.” El año 19 de Ramses XI se anuncia como el año 1 de la (whm mswt= wehem Mesut), “de la repetición del nacimiento”, que se crea para simbólicamente salvar del caos reciente a Tebas y volverla a encauzar por el orden anterior. Se utiliza en Tebas, en la Tebaida, y no sabemos si se utiliza en el Bajo Egipto. La inscripción coloreada en azul en la que se anuncia “el año 7 de la whm mswt bajo la majestad del rey Ramses XI” demuestra la asociación evidente entre el whm mswt y Ramses XI.

Payankh No sabemos si Amenhotep ejerció su cargo en Tebas nuevamente, pero en este año 7 de la whm mswt, según la inscripción coloreada en rojo, el Sumo Sacerdote era Payankh, “Portaestandartes a la derecha del Rey, Hijo real de Kush (es decir, virrey de Kush), Primer Sacerdote de Amón-Ra Rey de los Dioses, General y Líder”. Probablemente Payankh es el general que obtuvo la victoria contra el virrey de Kush Panehesy en Tebas y se le otorga honoríficamente el título de Primer Sacerdote de Amón, ya que en el relieve es un segundo sacerdote de Amón delante de la barca portátil del dios el que oficia el oráculo. Pero la guerra continúa, como queda demostrado en esta carta de DHwtj-ms (Djehutymes), padre de Butehamon, que fue un escriba de la necrópolis muy vinculado al general Payankh: Sofía Cavero

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p. Turín 1972, rº 8-10 escriba de la necrópolis DHwtj-ms (8)”Ahora, nosotros hemos atracado en Elefantina y me ha dicho (Paiankh): ‘yo subiré hacia arriba (9) para alcanzar a (Panehesy) en el lugar donde está’. Dile a Amón, del trono de las Dos Tierras, este mi señor: (10) ‘devuélveme intacto’ “ El escriba explica que Payankh remontará el río desde Elefantina en busca de Panehesy, en territorio nubio; es evidente que en Nubia continúa la guerra entre el general Payankh, Primer Sacerdote de Amón, y el virrey de Kush. Otros papiros describen ese estado de guerra mencionando la fabricación de flechas de cobre o el peligro antes un ataque con flechas y lanzas: P. Bibl. Nat 196, II

(8)”El general (ha dicho): (9) hazle trabajar las lanzas. Le daréis cobre para que haga las lanzas” P. Phillips, carta del sacerdote Jmnw-Htp al escriba DHwtj-ms

(l.12)”Siéntate en la (l.13) barca y protégete contra flechas y lanzas”. En otra carta, probablemente enviada por el general Payankh al escriba Tjaray (nombre empleado también por Djehutymes), hacia el año 10 de la Whm-mswt se pone en duda la supremacía de Ramses XI: P. Berlín 10487 Carta enviada por el

al escriba T3-r3y de la tumba

(8) Otro asunto: en cuanto al faraón, v.i.s., (9) ¿cómo alcanzará él esta tierra? Y, en cuanto al faraón, v.i.s., ¿de quién es superior aún?

Herihor El templo de Khonsu se encuentra dentro del recinto de Amón en Karnak.

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7A.6. Problemas al final de la dinastía XX

La parte de la derecha del templo fue construida por Ramses III con decoración de Ramses IV; en la sala hipóstila vemos relieves de Herihor como Sumo Sacerdote a las órdenes de Ramses XI; sin embargo, los relieves del primer patio porticado pertenecen solo a Herihor (no aparece Ramses XI), que se muestra aquí como rey. Este cambio en la iconografía se debe a que tras la muerte de Ramses XI, el primer sacerdote de Amón, Herihor, automáticamente se proclama rey. Estos son los cartuchos de Herihor: El primer cartucho incluye el título principal de Herihor, Primer Sacerdote de Amón, como nombre de entronización; el segundo cartucho simplemente contiene su nombre, Herihor; acompañado a veces del epíteto SaImen, “hijo de Amón” o del epíteto Meri-Imen-Ra, que quiere decir "Amado de Amón-Ra".

En el patio del templo la decoración muestra a Herihor como rey, por los siguientes elementos: Uso de los dos cartuchos Cobra (Ureus) en la frente Faldellín real. También se muestra a Herihor en actuaciones propias del rey: Recibiendo la purificación por parte de Tot y de Horus. Corriendo alrededor de las demarcaciones (una iconografía conocida desde la época arcaica). Siendo coronado por parte dos divinidades masculinas y también por de Uadyet y Nekhbet, las diosas tutelares del Bajo y Alto Egipto. Sofía Cavero

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7A.6. Problemas al final de la dinastía XX

A Herihor se le podría asociar con un lugar conocido como “El Campamento”, El-Hibe una fortaleza que queda al sur de el-Fayum, en la parte norte del Alto Egipto. En esta lista de hijos de Herihor, se han marcado cinco nombres claramente libios: Masaharta, Masakaharta, Nawasuna, Osorkhon y Madenas, quizás porque Herihor tuviera esposas libias. Es evidente la presencia libia en la alta sociedad egipcia.

Mientras esto ocurre en Tebas, en el delta de Egipto, en Tanis se va a instaurar una nueva dinastía: Papiro de Unamon

“Yo lo enviaré a Smendes y Tnt-Jmnw, los señores del país, que Amón ha colocado en el norte de su país” A la muerte de Ramses XI, Smendes accede al trono de Egipto fundando la dinastía XXI. Egipto queda dividido en dos poderes: al norte Tanis, al sur Tebas.

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7A.7 Detalles de la economía de época ramésida

Detalles de la economía de época ramésida En este campo hay que hacer referencia, en primer lugar, al papiro Wilbour.

El papiro Wilbour fue hallado en el siglo XIX y, actualmente, se conserva en de Brooklyn. Este papiro es uno de los textos económicos más importantes de la época ramésida. El papiro en sí es un documento que tiene casi unos 10 metros de longitud, pero lo importante en él es que nos ofrece una información bastante interesante y precisa sobre el tamaño de las tierras de cultivo, las parcelas y el modo en que esas parcelas tributaban al dominio de Amón. Es un texto que en este caso hace referencia tan solo a una pequeña porción del territorio egipcio, una región que se sitúa aproximadamente entre El Fayum y la actual ciudad de Elminia (cerca de El Cairo). Ha servido para conocer un poco cómo funciona el sistema de tributación del dominio de Amón, en este caso en época del sumo sacerdote Ramsés Nakht. El papiro Wilbour está fechado en el año cuatro de un faraón que no es nombrado pero que se sobreentiende que es Ramsés V. Por este papiro conocemos que todas las tierras no tributan de la misma manera. Por ejemplo se hace una distinción entre aquellas tierras que se sitúan más cerca del río y aquellas más lejos porque con una crecida que fuera escasa las tierras más lejanas no serían afectadas tanto por la crecida y su producción sería muy baja o nula. Por eso se hace esa diferenciación entre unas y otras tierras En líneas generales, podemos decir que, en teoría, toda la superficie de Egipto pertenece al faraón. Pero la realidad es que, si bien el faraón es el que detenta el poder y el que evidentemente posee gran parte de las tierras de

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7A.7 Detalles de la economía de época ramésida Egipto, hay un porcentaje muy importante de tierras que pertenecen a los templos y muchos de estos templos están exentos de pagar impuestos a las arcas del estado. Por lo tanto hablamos de una propiedad privada de los templos junto a la existencia de parcelas vinculadas a distintas personas, de mayor a menor categoría, que podríamos considerar como propiedad privada. Buena parte de los campesinos en realidad son arrendatarios que pagan un porcentaje de su producción a los dominios de los templos, por ejemplo.

Hay un texto interesante procedente del papiro Lansing que nos habla de los mercaderes ocupados como el cobre que tenemos que traducir, para entenderlo mejor, por ocupados como hormigas, es decir incesantemente suben y bajan por el río Nilo repartiendo enseres o productos. El río Nilo era la auténtica autopista de comunicación de mercancía a lo largo del país y los mercaderes, como dice el texto, constantemente realizaban sus actividades por este río. ¿Cómo se producían las transacciones comerciales?. En general, utilizaban la manera más arcaica que es la del trueque simple, es decir, una persona da un objeto, una serie de bienes y otra le concede otros que, de común acuerdo, consideran que tiene el mismo valor.

Esto es lo que podríamos entender de un texto como este del Ostracón Berlín 12630 donde un escriba llamado Amennakht aceptó coger un ataúd realizado por un carpintero, pero a cambio de ese ataúd el pago debía consistir en la donación de un ternero. En este caso, parece que la entrega del ternero no se llega a producir y después la situación se complica un poco aunque, en esencia, lo que vemos aquí es un trueque simple, dar un objeto por otro sin más. Después veremos cómo en realidad dentro de la economía y de las transacciones comerciales egipcias, incluso las de más bajo nivel, el trueque era más complejo y más preciso que lo que acabamos de leer y para eso antes debemos hacer referencia a las llamadas unidades de valor.

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El deben es una medida de peso que equivale, aproximadamente, a 91 gramos y está dividido en 10 partes llamadas kite o kedet como diría el jeroglífico. Así pues, cada kite equivale a prácticamente a nueve gramos. Esto es el deben y el kite como unidad de peso. Pero tanto el deben como el kite sirven como unidades de valor económico. Tengamos en cuenta que en Egipto no existe la moneda, pero sí que existen referencias de valor económico, en este caso el deben tendría las dos funciones, como medida de peso y como unidad de valor económico.

Otra unidad de valor económico es el seniu que se medía siempre en relación a la plata. Un seniu equivale a la doceava parte de un deben de plata. De modo que si lo queremos traducir a cuántos gramos supone un seniu, tendríamos que equivale a 7,6 gramos. El seniu si lo relacionamos con el deben de cobre tendríamos que equivalía a 455 gramos de cobre. Por eso es importante tener en cuenta respecto a qué otra unidad hacemos referencia, si es con el deben de plata o con el deben de cobre. Así mismo, es importante tener en cuenta que a lo largo de la época ramésida hubo fluctuaciones en el precio de la relación entre el oro, la plata y el cobre. Por ejemplo, en época Ramsés II la relación plata cobre era de uno a 100, una pieza de plata equivalía a 100 de cobre. Pero en época de Ramsés III pasamos ya a una relación de uno a 60. Lo mismo ocurrió en relación con el oro. Con Ramsés IX la relación oro plata era de uno a dos, es decir una pieza de oro equivale a dos piezas de plata, mientras que si hablamos de la relación oro cobre sería una pieza de oro equivale a 200 piezas de cobre. Por tanto hay que tener en cuenta que los valores comparados siempre están sujetos a fluctuaciones.

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Después tenemos importantes medidas de capacidad como el hin, el khar y el oipe. Estas medidas de capacidad también pueden ser empleados como unidades de valor económico, pues por ejemplo como medidas de capacidad diríamos que 1 hin equivale prácticamente a 1/2 litro. Pero como medida de valor diríamos que 1 hin corresponde a aproximadamente a 1 deben de cobre. Si hablamos del khar como medida de capacidad diríamos que equivale a casi 77 litros pero en relación a la unidad de valor tomando como referencia el deben de cobre equivaldría a 2 deben de cobre.

En este texto procedente del Ostracon de Turín 9753 se hace referencia a la entrega a un personaje llamado Hay de una cabeza de ganado a la que se le ha puesto un precio de 120 deben de cobre. Como vemos aquí estamos ante una situación más compleja y precisa que la que vimos a principios del tema. No se trata de hacer un trueque simple, ofrecer un objeto por otro sino que aquí lo que se hace en primer lugar es asignar un valor económico a la pieza que va a ser vendida. El otro interlocutor, Nebsmen, que debe pagar por esa cabeza de ganado 120 deben, lo que hace es reunir una serie de objetos que también tienen un valor asociado, por ejemplo dos tarros de grasa están valorados en 60 deben, cinco camisas de tejido fino son valoradas en 25 deben y así cada uno de los productos que se mencionan en este texto. De modo que al final la suma del valor estimado de estos productos es de 120 deben de cobre, que es justo lo que vale la cabeza de ganado y en este momento se realiza el intercambio.

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Es interesante también hacer mención de este papiro. En la parte superior izquierda, en color amarillo y en hierático la inscripción dice ciudadana ¿“Amhetnetniut”? y en verde el nombre de la ciudadana que es Irytneferet. Bien, ella es la protagonista de este papiro. Este papiro, en realidad, es un papiro judicial pues ella está sometida a un juicio pero nos interesa para ver alguno de los entresijos de la economía de esta época y, sobre todo, el papel que puede desempeñar la mujer en las transacciones comerciales. Aquí se nos habla de la compra por parte de Irytneferet de una esclava, de una sirviente de origen sirio a la que se le ha dado un precio. Este precio supera la cantidad que la propia Irytneferet puede aportar.

Como todo lo que ha reunido esta dama es insuficiente para comprar a la sirviente, nos dice el papiro que tiene que acudir a la ciudadana Kafy, al jefe de almacén Piay, al sacerdote wab Huy-Pas, etcétera, que le prestan una serie de enseres, cada uno de ellos asociado a un valor económico preciso, de modo que al final consigue sumar el valor de la esclava y de esa manera comprarla. Sin embargo estamos hablando de un papiro judicial, no de un papiro comercial. Y esto es así porque aquí la discusión estriba en que parece ser que ella es acusada de haber usado también enseres de una ciudadana llamaba Bakmut pero que ella lo niega. Se indica que si realmente se confirma que ella ha utilizado bienes de esta otra mujer, que no reconoce, recibirá 100 bastonazos y perderá a la sirvienta.

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En contra de la opinión de esta mujer tenemos una larga lista de testigos mencionados por el soldado Nakhi, entre esos testigos tenemos tres hombres y tres mujeres que van a indicar que realmente ella sí que hizo uso de los bienes de otra mujer. Lo importante en todo caso ha sido ver como en estas transacciones comerciales las mujeres participan sin ningún problema, es decir, no son dependientes en todos los sentidos de sus esposos sino que ellas también tienen libertad para comerciar. De hecho hemos visto como esta mujer compró a la sirvienta de origen sirio. Valdría la pena hacer un pequeño inciso, seguimos en época ramésida, haciendo referencia, en este caso, a un testamento de una mujer llamada Naunakht, cuya historia también es muy interesante.

La dama Naunakht siendo jovencita se casó con un hombre mayor de Deir el- Medina. Con él no tuvo ningún hijo, de modo que a la muerte de su marido ella heredó parte de las propiedades del marido, a lo que había que sumar las que ella tenía procedentes de su propia familia.

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7A.7 Detalles de la economía de época ramésida La cuestión es que esta mujer se volvió a casar. Con este segundo marido tuvo ocho hijos, pero ya siendo ella una mujer mayor, podemos imaginar enferma y necesitada de ayuda, vió como no todos los hijos la ayudaban. Algunos parece ser que no hacían nada por ella. Por eso, dice en su testamento: “A todos los que hayan puesto sus manos sobre las mías voy a darles de mis bienes, pero en cuanto a quien no lo hayan hecho, no le daré mis bienes”. Por tanto, ella tenía plena libertad para hacer lo que quisiera con sus bienes y entregarlos en herencia a los hijos que quisiera y de la manera que quisiera. Vemos como la mujer por lo tanto también tiene esa libertad. Desde luego para la economía de la época ramésida el lugar que más información nos ha legado es la población del Deir el-Medina.

Muy cerca de la población de Deir el-Medina existe un pozo donde se han hallado cientos y cientos de ostracas con inscripciones simples pero muy interesantes. Inscripciones que constituyen facturas, listas de precios de muy diversos elementos, lechugas, muebles, cualquier cosa que prácticamente podamos imaginar. Gracias a un estudio muy bueno, realizado por Jansen, sobre los precios de más de mil objetos podemos ver cómo los precios también fluctuaban, sobre todo, si nos fijamos en la cebada y el trigo que constituyen los elementos esenciales para la vida en el antiguo Egipto. En el caso de la cebada, el khar fluctuó prácticamente entre 4 y 1 deben a lo largo de la historia ramésida. Mientras que el khar de trigo también tuvo fluctuaciones similares, también entre 4 y 1 deben de cobre por khar. Se aprecian algunos picos puntuales que en algunos casos pudieron llegar a los 7 deben por khar. Estas fluctuaciones podrían estar asociadas a períodos de escasez o a la propia corrupción pero evidentemente podían afectar al poder adquisitivo de los trabajadores de Deir el-Medina.

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Aquí aparece indicado el sueldo que tenían los trabajadores de esa población. Por ejemplo, un capataz cobraba 7,5 khar al mes. Con 7,5 khar podía sostener a una familia compuesta por seis o algunos miembros más. Es decir no es un sueldo que sirva para un único individuo, sino que sirve para sostener a una familia y para tener unos excedentes con los cuales poder comerciar. Vemos que un trabajador normal de Deir el-Medina cobra 5,5 khar y un médico cobra un poco más de un khar. Esto no quiere decir que este sea su sueldo mensual. El médico probablemente es un trabajador, de modo que cobraría lo que un trabajador más este extra de más de un khar por actuar también como médico. Hay ostracas que nos ofrecen información sobre cuál era el precio de las cosas.

En este listado de piezas realizadas para el capataz Amennakht se nos dice como dos sillas valen 30 deben, una cama de madera 20 deben. Se refiere al deben de cobre. Un ataúd vale 25 deben etcétera. Si tenemos en cuenta cuál es el sueldo del capataz, 7,5 khar que equivalen a 15 deben de cobre, podemos ver cuál es la relación entre el sueldo de un capataz y el precio de las cosas.

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7A.7 Detalles de la economía de época ramésida Otros precios:

¿Qué valía la cerveza en el antiguo Egipto? Era una bebida esencial para los egipcios y una jarra madjiktu de cerveza que equivale a 24 litros costaba un deben.

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7A.7 Detalles de la economía de época ramésida

También existe información sobre la puntualidad con la que los trabajadores de Deir el-Medina recibían su sueldo, y, como vemos, el único momento en el que recibieron su sueldo con puntualidad o incluso un poco antes de lo previsto fue en época de Ramsés II. A partir de ahí siempre recibieron su sueldo con retraso lo que explica que en época de Ramsés III comiencen a surgir serios problemas que derivan en las primeras huelgas de trabajadores que conocemos en la historia.

En esta carta del escriba Neferhetep al visir se hace una queja de cuál es la situación. No llegan las raciones y por lo tanto ellos están agotados, tienen hambre y de esa manera indican que no es fácil arrastrar piedras, así no pueden trabajar.

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Llega un momento, en el año 29 de Ramsés III, en el que los trabajadores lejos de realizar quejas a través de sus escribas lo que hacen es ponerse en huelga. Y la huelga consiste en desplazarse desde Deir el-Medina hasta templos funerarios, por ejemplo el Tutmosis III, que es el de Menkheperra, o Usermaatra Setepenra que es Ramsés II.

¿Por qué hacen estas visitas a los templos funerarios? Iban allí a protestar porque los templos funerarios son auténticas unidades económicas. En este de Ramsés II aparecen en la parte derecha de la imagen los restos de las bóvedas de los almacenes del templo. La superficie de almacenaje de este templo es de 8.000 metros cuadrados y si los almacenes de que dispone este templo se llenaran hasta dos metros de altura de cereal ( son más altos pero con que se llenaran hasta dos metros) tendrían una capacidad de 16,5 millones de litros. ¿Y esto qué implica? Pues suponiendo que una familia necesita 66 khar por año para sobrevivir, esto quiere decir que con lo que podía almacenarse en el Rameseum podía sostenerse la vida de 3.400 familias. Ahora entendemos por qué iban a protestar a los templos funerarios.

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Medinet Habu era el templo de Ramsés III y se habla de que disponía de 110 khar por día, lo que equivale a decir que en sus almacenes había capacidad para guardar el cereal con el que podían vivir 600 familias.

Otro papiro de índole económica es el Gran Papiro Harris, el papiro más largo que conocemos del antiguo Egipto pues tiene 42 metros de longitud y en él se habla de las donaciones que realizó Ramsés III a los grandes templos egipcios. En este papiro se habla de un dominio del templo de Amón con más de 81.000 trabajadores. Mientras que el dominio de Ra en la Heliópolis, siendo el segundo más importante de Egipto, sólo tenía poco más de 12.000. Hay también hay información sobre las fincas y cabezas de ganado que tenía cada uno lo que nos da una idea bastante aproximada de cuál era el poder de estos dominios. De hecho, se considera que los templos podían poseer el 30% de las tierras de Egipto y el 20% de la población egipcia dependía de ellos.

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7B.1. La dinastía XXI

La dinastía XXI En el siguiente esquema vemos al último ramésida, Ramses XI marcado de color verde; la línea de reyes tanitas, comenzada con Smendes, marcada de color azul y la línea de los Primeros Sacerdotes de Amón, muchos de ellos con título real en Tebas, en color rojo:

Siguiendo la línea de los Primeros Sacerdotes de Amón el sucesor de Herihor y Paiankh [1] es Painedjem I, hijo de Paiankh, que en el año 16 de Smendes adquirirá también el título real. Painedjem I se va a unir con Hentawy (A) que posee una enorme cantidad de títulos que evidencian su importancia y alcurnia (muy probablemente es hija de Ramses XI o tiene alguna relación familiar con él). Por lo tanto, con Painedjem I y Hentawy se une la línea de poder tebana con la extinta dinastía ramésida. Fruto de esta unión nace el rey Psusennes I, que gobernará en Tanis.

Painedjem I de Tebas En Tebas, Painedjem I, hijo de Paiankh, comenzará una política de restauración y usurpación de muchos monumentos en su pretensión de hacer uso del título real. Este coloso pertenece a Ramses II, pero las inscripciones de su parte posterior son de Painedjem I; en el cinturón del coloso un óvalo simulando un cartucho contiene una inscripción que dice "Primer sacerdote de Amón, Painedjem, hijo de Paiankh":

Otra actuación es la Avenida de esfinges de aprox. 200 m. de longitud hasta el segundo pilono de Karnak (el primer pilono todavía no existía). Estas esfinges son de época de Tutmosis IV, Amenhetep III, y fueron usurpadas por Ramses II. Painedjem I las trajo probablemente esdeLuxor y grabó una inscripción alrededor de sus bases.

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7B.1. La dinastía XXI

También, modificó el simbólico palacio de Ramses III en Medinet Habu para reutilizarlo, tal como dicen sus inscripciones en el lugar. Hacia el año 16 de Smendes es cuando Painedjem I comenzará a utilizar un título real: Kheperkhara como nombre de entronización Meri Amon como epíteto vinculado a su nombre Las imágenes corresponden a la caja de sus ushebtis con sus cartuchos reales, y a una parte de su papiro funerario donde se muestra ante Osiris vestido como rey. Painedjem I es rey en la Tebaida, reconocido en Tanis (se ha encontrado alguna pieza en Tanis en la que aparece como rey aunque no gobierne directamente allí).

Psusennes I de Tanis En Tanis reina el faraón Psusennes, hijo de Painedjem I, con los siguientes nombres y títulos: Primer Sacerdote de Amón (tanita, no tebano), título añadido a su nomen Aakheperra Setepenamon, como nombre de entronización Ramses Psusennes Meri Amon, como nomen. El uso de Ramses delante de su nombre podría sugerir una vinculación familiar con los últimos ramésidas, posible si Hentawy, madre de Psusennes, fuera hija de Ramses XI.

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7B.1. La dinastía XXI

Tanis Tanis es una capital de nueva planta que se desarrolla durante los 25 años de reinado de Smendes y los poquitos que siguen con Neferkara. En el larguísimo reinado de casi medio siglo de Psusennes, se va a proceder al desmantelamiento de Pi-Ramses, la cercana capital ramésida, trasladando muchas estatuas y elementos pertenecientes a Ramses II.

El templo de Amón y el templo de Mut hacen de Tanis una segunda Tebas, pero cabe señalar también una Necrópolis Real erigida dentro del recinto del templo, marcada con el círculo verde, realizada por el propio Psusennes.

La tumba NRT III de esta Necrópolis Real, sombreada en verde, pertenece al rey Psusennes I, aunque en ella también fueron enterrados otros monarcas menos principales como Siamon, Psusennes II o Sheshonq II; una cámara que había sido preparada junto a la de Psusennes para su esposa fue ocupada finalmente por el sucesor del faraón, Amenemope. Esta tumbas descubiertas por Pierre Montet a partir de 1939, contenían ajuares funerarios de las dinastías XXI y XXII evidentemente muy interesantes como una pulsera de Osorkon I. Éste es el aspecto que tenía la Necrópolis Real antes de las recientes restauraciones.

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7B.1. La dinastía XXI

A la izquierda el ataúd de plata del rey Psusennes que se encontraba metido en un ataúd de piedra, dentro a su vez de un sarcófago de granito que en origen perteneció al rey Merneptah (dinastía XIX); la momia del faraón Psusennes se ha perdido y solo queda el esqueleto debido a la alta humedad que hay en Tanis.

El-Hibe El-Hibe es una localidad más al sur de Tanis, que mencionamos en relación con Herihor, donde se encuentra una fortaleza muy importante durante el Tercer Periodo Intermedio. Desde El-Hibe parte Menkheperra, hijo del sacerdote y rey Painedjem I y por lo tanto hermano de Psusennes, que se va a convertir en Sumo Sacerdote del dios Amón durante algo más de medio siglo.

Menkheperra PSA, Tebas Dos hermanos de Menkheperra habían sido Sumos Sacerdotes de Amón en Tebas, quizás a la muerte del segundo hermano el cargo había sido usurpado, y por esta causa Menkheperra marcha desde El-Hibe con sus tropas para recuperar la posición que le corresponde a él: Estela de los desterrados (6) (…) su corazón se regocijó por que él (Amón) deseó que él (Menkheperra) viniera hacia el sur con fuerza victoriosa, para contentar a todo el país y derrotar a su enemigo y permitir que fuera[...] Menkheperra da continuidad a esta dinastía de Sumos Sacerdotes ya que dos de sus hijos serán Sumos Sacerdotes, Nesubanebdjed y Painedjem II y finalmente un hijo de este último, Psusennes, es el que cerrará esta dinastía:

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7B.1. La dinastía XXI

Painedjem II PSA, Tebas Painedjem II, hijo de Menkheperra, va a reformar o construir la tumba DB320, la famosa cachette (escondrijo) de Deir el-Bahari, donde se hallaron más de 50 ataúdes con momias reales de finales del Segundo Periodo Intermedio, del Imperio Nuevo y también momias pertenecientes a su familia. Aquí se enterraron sus esposas Nesikhonsu, en el año 5 de Siamon, y Asetemakhbit. El mismo en el año 10 de Siamon (su momia es la que aparece a la izquierda). Se encontraron aquí las momias de Painedjem I, en el centro, y Masaharta, derecha, aunque esta no era la tumba inicial de ninguno de los dos.

No hay datos sobre Herihor o Menkheperra por lo que sus tumbas aún podrían encontrarse en algún lugar de la montaña tebana intactas y por descubrir. Sobre el último sacerdote de esta dinastía de sacerdotes tebanos, Psusennes, existe un debate sobre si se trata o no del último rey de la dinastía XXI, Psusennes II.

Amenemopet de Tanis El sucesor de Psusennes en Tanis es Amenemopet, cuya máscara veis a la derecha, quien comienza a gobernar a principios del s. X a.C. A su muerte le sucede un monarca de nombre libio: Osorkon.

Osorkon de Tanis Conocemos el origen libio del faraón Osorkon tanto por su nombre, como por las largas genealogías que se han conservado. La Estela de Pasenhor contiene una genealogía

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7B.1. La dinastía XXI

del año 37 de Sheshonq V. En ella el sacerdote Pasenhor, descendiente de reyes de la dinastía XXII enumera las 14 generaciones de padres-madres que le anteceden: Osorkon II, Takelot I, Osorkon I, Sheshonq I… pero también llega a mencionar a la madre real Mehetemweskhet, aunque no se dice quién es el hijo de esta mujer:

El Grafito de Ankhefenkhonsu, hallado en la terraza del templo de Khonsu, en época de Takelot III, completa la información de la Estela de Pasenhor, relacionando al rey Osorkon con su madre Mehetemweskhet: Grafito de Ankhefenkhonsu (ep. Takelot III)

Pasenhor, tras remontarse 14 generaciones, nombra a “Buyuwawa el libio” como el primero de una familia libia que se asentó en Egipto en algún momento del siglo XI o finales del XII a.C. Algunos de sus descendientes prosperaron hasta alcanzar el trono de Egipto, entre ellos Osorkon. La lista genealógica de Ankhefenkhonsu, menciona curiosamente al Primer Sacerdote de Amón, Menkheperra vinculándolo de algún modo a su familia: Grafito de Ankhefenkhonsu (ep. Takelot III)

Menkheperra se vincula a esta familia de origen libio. La genealogía abreviada que podemos ofrecer ahora es la siguiente:

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7B.1. La dinastía XXI

Tenemos los últimos reyes de la dinastía XXI, marcados de color rojo, aunque la relación entre ellos no está clara, sí se confirma el origen libio de Osorkon (el viejo). Por otra parte, los primeros cuatro reyes de la dinastía XXII, marcados en color verde, de origen libio según la Estela de Pasenhor y vinculados de alguna manera a la línea tebana en la que aparece Menkheperra.

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7B.2. Últimas dinastías indígenas y segundo dominio persa

Dinastía XXIX mendesita Neferites I En el año 399 Amirteo es derrocado por el rey Neferites I, oriundo de Mendes, que gobierna hasta el 393. En el año 395 manda refuerzos a las tropas espartanas que se hallaban en Rodas, pero numerosas de estas naves de guerra son capturadas por el ateniense Conón que estaba en el bando de los persas. En realidad, esto simplemente es un indicativo de esas relaciones crecientes entre los egipcios y los griegos, en este caso espartanos, por el interés común: frenar el avance persa tras las fronteras de griegos y egipcios. El rey Neferites I se enterró dentro del recinto del principal templo en Mendes, continuando con una tradición que se observa en el primer milenio a.C. en Egipto: los reyes de la dinastía XXI y XXII se enterraron en la necrópolis real de Tanis situada dentro del recinto del templo de Amón, el principal de la ciudad; las Divinas adoratrices del dios Amón y el rey de Tebas Harsiese, contemporáneo a la dinastía XXII, dentro del recinto-fortaleza del templo funerario de Ramses III en Tebas oeste; según Herodoto, las tumbas reales de la dinastía XXVI estaban dentro del recinto del templo de la diosa Neith en Sais y, quizás también, se enterraron allí los reyes saítas de la Dinastía XXIV.

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7B.2. Últimas dinastías indígenas y segundo dominio persa

Psamutis Tras Neferites I encontramos un efímero rey llamado Psamutis que gobernaría en el año 393 por algunos meses y parece ser que es un usurpador. Hay algunas inscripciones suyas en Karnak, por lo que parece que esa zona de Egipto estuvo bajo su control.

Acoris Pero en ese mismo año de 393 Acoris, hijo de Neferites I, se hará con el control de la totalidad de Egipto, y gobernará hasta el 380. Es una época próspera durante la que siguen estableciéndose lazos con el mundo griego, con el mundo chipriota. Este faraón nos deja como legado arquitectónico la capilla reposadero frente al primer pilono del templo de Karnak para la barca portátil del dios Amón.

En 380, el último del reinado de Acoris, manda a Evágoras de Chipre una flota de 50 naves de guerra; esto demuestra que Egipto ha conseguido convertirse en una potencia marítima del momento, con una fuerte armada.

Neferites II Tras 380 se inicia el efímero reinado de Neferites II, último monarca de la dinastía XXIX.

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Dinastía XXX sebennítica Nectanebo I Desaparecidos Acoris y Neferites II, accede al trono de Egipto Nectanebo I, un rey oriundo de Sebennytos, que es una ciudad a unos 30 kilómetros de Mendes. Este monarca reinará hasta el año 362 a.C.

A él se deben algunas construcciones importantes de Karnak, entre ellas el inacabado primer pilono y la modificación de la avenida de esfinges hacia Luxor, pero también otros templos por todo Egipto. Durante su reinado, Egipto va a ser atacado por los persas dirigidos por Farnabazo en el año 373 con la ayuda de contingentes atenienses dirigidos por el general Ifícrates de Atenas, pero el ataque será anulado. Le seguirá una época sin problemas y relativamente próspera.

Djedhor En el año 365 su hijo Djedhor, llamado a veces Teos o Tachos, se convierte en corregente de su padre hasta conseguir el trono ya en solitario en el año 362 aproximadamente. Djedhor decide contraatacar a los persas. Es este momento circulan las primeras monedas egipcias, aunque estas monedas de oro se acuñan sólo para pagar a los mercenarios griegos. La moneda de la imagen tiene en uno de sus lados, en jeroglífico, la inscripción “oro bueno”, “oro de calidad”. Tengamos en cuenta que Djedhor reunió una formidable fuerza de combate, casi inimaginable para esa época, para las posibilidades de un rey egipcio. Puso de su bando al rey Agesilao de Esparta y también contrató al famoso y victorioso general ateniense Cabrias. Para poder sufragar los altísimos costes de esta expedición tuvo que subir los impuestos. Marchó hacia Fenicia dejando a su hermano como regente de Egipto, pero a pesar de haber conseguido éxitos militares al principio de esta campaña, su hermano se rebeló y finalmente nombró rey de Egipto a su propio hijo, Nectanebo II.

Nectanebo II Nectanebo II, que va a gobernar desde el año 360 al 342 a.C., es el último monarca de un gobierno indígena egipcio, después vendrá la segunda ocupación persa y la llegada de Alejandro Magno. En el momento final de su reinado van a haber ya problemas evidentes con los persas. En el 342 los persas conquistan Chipre y Sidón. Mentor de Rodas, que se habría pasado al bando de los persas, dirigidos por Bagoas, consigue con un formidable ejército entrar en Egipto. La derrota en el Delta provocará la huida de Nectanebo II a Edfú donde permanece independiente durante dos años hasta que se ve forzado a huir definitivamente hacia Nubia. Sofía Cavero

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7B.2. Últimas dinastías indígenas y segundo dominio persa

Sobre esta huida existen otras curiosas versiones, por ejemplo la de Pseudo Calístenes en el s. III en las Aventuras de Alejandro o Novelas de Alejandro (la autoría y fecha son discutibles). Según esta obra Nectanebo II huyó hacia Macedonia donde trabajó como un gran mago y conoció a Olimpia de Épiro, la madre de Alejandro Magno a la que recomendó que se acostase con el propio dios Amón para solucionar los problemas que tenía con su marido. Disfrazado de Amón, se acostó con una engañada Olimpia y fruto de esa unión nació Alejandro Magno. Mientras el mago Nectanebo miraba las estrellas, el joven Alejandro lo condujo a un pequeño hoyo al que accidentalmente cayó y antes de morir le confesó la treta y que él era su hijo. Por eso, en la obra de Pseudo Calístenes se dice “ese rey que ha marchado [Nectanebo II] volverá nuevamente a Egipto, pero no más viejo, sino rejuvenecido y someterá a nuestros enemigos los persas”. Es decir, Nectanebo volverá en forma de Alejandro el Grande.

Segundo dominio persa

En el año 342 los persas dirigidos por Bagoas consiguen reconquistar Egipto, aquella provincia que considerada rebelde, siendo monarca en Persia el rey Artajerjes III. Sofía Cavero

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7B.2. Últimas dinastías indígenas y segundo dominio persa

Sin embargo, tras la muerte en 338 de Artajerjes y coincidente con el gobierno en Persia de Arses, nace una rebelión en Egipto encabezada por el último rey rebelde Khabbash. Pero Arses gobierna apenas un par de años porque es eliminado por Darío III en 336 a.C. Un año después, en 335 a.C. Dario III domina nuevamente Egipto, aunque sólo hasta 332 a.C. en que llegará Alejandro Magno que conquista todo el Imperio persa.

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

Rosetta Para poder comprender cuál era el concepto que los europeos de la época de Champollion tenían de los jeroglíficos egipcios, debemos remontarnos a la antigüedad tardía.

Antigüedad tardía Concepto de lo jeroglíficos En Época Romana, siglos I-IV d.C. los jeroglíficos se esculpen prácticamente sólo en los muros de los templos ptolemaico-romanos, como los de Esna y Filae, en textos mitológicos y litúrgicos, y su conocimiento está cada vez más restringido a unos pocos sacerdotes y escribas de estos templos. Los autores grecolatinos y coptos, que no tienen ninguna relación con estos templos ni conocen directamente la escritura jeroglífica, generan la tradición tardoantigua y después europea de que los jeroglíficos no constituyeron un sistema de signos para anotar mensajes lingüísticos, sino símbolos universales de verdades arcanas y esotéricas, susceptibles de ser interpretados independientemente de lengua alguna. Por eso, en los frontispicios de los libros de la Época Renacentista y Barroca Europea, a menudo se representaban obeliscos con signos jeroglíficos de fantasía en obras, sobre todo, que trataban del simbolismo de las imágenes. Uno de los autores grecolatinos que de manera más explícita se refiere a los jeroglíficos egipcios es Clemente de Alejandría, que vivió a caballo entre los siglos II y III d.C. En sus Stromata explica lo siguiente: Clemente de Alejandría (ss. II-III; Stromata V, 4, 20.3-21.3) “Así, aquellos que entre los egipcios reciben instrucción, aprenden en primer lugar el método de escritura egipcia llamado epistolográfico [gr. epistolographike = demótico]; en segundo lugar, el método hierático [gr. hieratike], usado por los escribas de los templos; y finalmente terminan por el método jeroglífico [gr. hieroglyphike], que en parte se expresa propiamente por medio de las letras elementales y en parte es simbólico. En tanto que simbólico, bien se expresa propiamente por semejanza, bien se escribe como por medio de metáforas, bien es abiertamente alegórico y procede por enigmas… A continuación, Clemente explica qué quiere decir con todo esto: …Así, si quieren escribir “sol” hacen un círculo y para “luna”, la forma de un creciente; esto según la especie que se expresa propiamente… …Pasemos a la especie de las metáforas: llevan a cabo transferencias o cambios según una relación de afinidad, y esculpen así los signos haciendo sustituciones y modificando sus formas de diversas maneras. (...) He aquí un ejemplo del tercer género, el que utiliza los enigmas: representan (…) el sol por medio de un escarabajo, porque este último fabrica con estiércol de buey una suerte de bola que hace girar tras él. Este animal, dicen además, pasa seis meses bajo tierra y el resto del año por encima; pone sus huevos en la bola y así engendra; no existe escarabajo hembra”.

Los primeros ejemplos de Clemente son los signos que significan aquello que representan, como es el caso del signo del sol y del signo de la luna, que sirven para anotar respectivamente las palabras "ra" y "iah" que significan sol y luna. Respecto a la especie de las metáforas, Clemente alude a signos que guardan una relación metafórica con aquello que significan, como es el caso del signo de la vela henchida para anotar la palabra "tjau" que

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

significa viento, o el signo de la banderola que es el emblema de divinidad en el Antiguo Egipto y que sirve para escribir la palabra "netjer" que significa "Dios". Clemente no está del todo acertado en el tercer género que mencionado, "el que utiliza los enigmas”, porque los egipcios no representan el sol por medio del escarabajo, sino que el escarabajo sirve para escribir el nombre del Dios Khepri, que es el Dios Sol de la mañana. La parte más importante del escrito de Clemente de Alejandría es la que dice que el método jeroglífico, en parte se expresa propiamente por medio de las letras elementales y en parte es simbólico: “Letras elementales” → signos que anotan sonidos: la imagen no interviene en la codificación del mensaje → signos fonéticos signo del agua, sirve para anotar la consonante "N" “Simbólico” → signos que anotan palabras en virtud de reproducir plásticamente el significado de estas palabras, de manera “directa” o más “metafórica” o “alegórica”: la imagen interviene en la codificación del mensaje → signos léxicos o semánticos

signo del sol, sirve para anotar la palabra "Ra" que significa Sol Clemente de Alejandría demuestra un conocimiento indirecto pero bastante certero de lo que son las categorías de signos del sistema jeroglífico. Aún así, empieza a explicar alguno de estos signos, como es el caso del signo del escarabajo a través de nociones simbólicas. Cosa que se acentuará en los tiempos siguientes.

Fechas señaladas En el año 313, el emperador romano Constantino promulgó el Edicto de Milán a través del cual dio libertad de culto a los cristianos. En el año 380, otro emperador, Teodosio, a través del Edicto de Tesalónica convirtió el cristianismo en la religión oficial del Estado Romano. En 392 el mismo emperador Teodosio promulgó un edicto por el cual ordenó cerrar todos los templos paganos del Imperio Romano, excepto el Templo de Filae. En el Templo de Filae los egipcios y los nubios de la Baja Nubia, en el territorio del Nilo comprendido entre la primera y segunda catarata, adoraban a la Diosa Isis y a otra divinidades nubias. Para no ofender a estas poblaciones nubias, que eran vitales para el tráfico comercial en esta zona del Nilo, los romanos decidieron mantener abierto el Templo de Filae. Y de ahí procede, efectivamente, la última inscripción jeroglífica de fecha conocida que data del año 394 y que está esculpida en la llamada Puerta de los Antoninos del mismo Templo de Filae. En el año 395 murió Teodosio y el Imperio Romano se dividió en Imperio de Occidente e Imperio de Oriente o Bizantino. En el año 551 el emperador Bizantino Justiniano, a través de un edicto ordenó el cierre definitivo del Templo de Filae. En el año 553 el obispo bizantino Teodoro consagró el Templo de Filae como iglesia cristiana bajo la advocación de San Esteban. Con el final del Templo Pagano de Filae y de los últimos sacerdotes que allí vivían, el conocimiento de los jeroglíficos cayó definitivamente en el olvido. Al final de la Antigüedad, mientras los jeroglíficos quedan confinados en el Templo de Filae y después desaparecen como escritura, se fue afianzando la idea de que los jeroglíficos eran un conjunto de símbolos y no un sistema de signos para anotar mensajes lingüísticos.

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

Época bizantina En ello tuvo un destacado papel Horapolo, un alto egipcio de cultura copta que vivió en el siglo IV o V d.C. y que escribió en copto una obra luego traducida al griego, Hyeroglyphica. En ella, Horapolo explica 189 signos jeroglíficos, algunos auténticos y otros no, dando su significado (aunque sólo la mitad de ellos es correcta) y argumentando, erróneamente, el porqué de este significado. Cedamos la palabra a Horapolo: Horapolo (ss. IV o V; Hieroglyphica) “Qué quieren decir [los egipcios] cuando dibujan un buitre. Para escribir «madre» (…) dibujan un buitre (…) porque no hay macho en esta clase de animales, y su nacimiento se produce del modo siguiente: cuando el buitre desea concebir, poniendo su vulva hacia el viento Boreas, es cubierto por él durante cinco días, en los que no toma ni comida ni bebida, ansiando la procreación. Hay también otras clases de aves que quedan preñadas por el viento, cuyos huevos sólo son apropiados como comida, pero no para producir vida, mientras que el nacimiento de los huevos de los buitres cubiertos por el viento da lugar a seres vivos”. El signo jeroglífico del buitre sirve para escribir la palabra madre, pero no es cierta obviamente la explicación de Horapolo; el signo del buitre es un signo fonético que anota las consonantes m, w y t, que son las tres consonantes que sirven para escribir justamente la palabra madre en egipcio, que es mwt. Lo mismo sucede con otros signos como el de la oca o el de la liebre. Volvamos a ceder la palabra a Horapolo: “Cómo escriben «hijo». Cuando quieren escribir «hijo» pintan una oca. Pues este animal es muy amante de sus crías. Si alguna vez se da el caso de que sea perseguido para cogerlo con sus polluelos, el padre y la madre se entregan voluntariamente a los cazadores para que sus crías se salven”. Cómo representan «apertura». Cuando quieren indicar «apertura» pintan una liebre, porque este animal tiene siempre los ojos abiertos”. Es cierto que “apertura” se escribe con el signo de la liebre y es cierto que “hijo” se escribe con el signo de la oca, pero no son ciertas estas explicaciones de carácter simbólico que Horapolo da a estos signos y que va a ser lo que a partir de ahora les caracterice y haga interesantes.

Egipto medieval Coptos y árabes El periodo bizantino en Egipto concluyó en el año 640, cuando se produjo la conquista árabe del país. Los árabes llamaron a los nativos del país del Nilo qibt, palabra que deriva del gentilicio griego aigyptios, “egipcio”. De qibt procede el término copto, que en principio significa “nativo de Egipto”, “egipcio”. Pero puesto que en el momento de la conquista los nativos de Egipto son todos cristianos, copto significa también “cristiano de Egipto”. Entre los siglos VII y IX el copto, que como sabemos es el último estadio evolutivo del antiguo egipcio, y el árabe conviven en situación de bilingüismo. Entre los siglos IX y XIV, poco a poco, se pasa a una situación de predominio del árabe y el copto deja de utilizarse en la creación literaria escrita: la mayoría de los códices de esta etapa no recogen textos nuevos, sino que son copias de textos anteriores. A partir del siglo XI los coptos ante el retroceso de su lengua frente al árabe componen una serie de gramáticas coptas en árabe y de glosarios copto-árabes, las llamadas scalae, fundamentales en el comienzo del largo proceso de desciframiento de las escrituras egipcias que comenzó en Europa en el siglo XVII.

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

Entre los siglos XIV y XVII, el copto queda relegado al uso cotidiano hasta que se pierde como lengua hablada. La imagen muestra una de estas scalae, se trata de una lista de vegetales, a la derecha podéis ver los términos árabes y a la izquierda, su traducción en copto.

Autores árabes En la Edad Media el testigo del interés por los jeroglíficos egipcios pasa de los autores grecolatinos a los autores árabes. Se trata de alquimistas y místicos que participan de las corrientes esotéricas y herméticas medievales, que hacen del Egipto faraónico la cuna de los saberes arcanos y de la mística cuyas fuentes son: Los autores grecolatinos Horapolo Textos coptos Antiguos papiros egipcios en hierático y demótico Inscripciones jeroglíficas de los monumentos Estos autores establecen tres cosas fundamentales: A.

Los coptos y la lengua copta son los herederos directos de los egipcios faraónicos y de su lengua.

B.

El alfabeto copto es una mezcla de antiguas letras nativas y de letras griegas.

C.

Los jeroglíficos son de dos tipos: fonéticos, es decir, anotan sonidos y simbólicos, es decir, representan ideas o anotan palabras enteras.

A estas mismas conclusiones llegarían los europeos unos cuantos siglos más tarde.

Ibn Wahshiyah El más importante de los autores árabes es Ibn Wahshiyah, que vivió a caballo entre los siglos IX y X, y que compuso un libro titulado: Kitab shauq al-mustaham fi maarifat rumuz alaqlam, Libro del deseo del apasionado por el conocimiento de los símbolos de las escrituras. Este libro está dedicado a todas las escrituras de la antigüedad, pero la escritura jeroglífica egipcia tiene un peso específico muy importante. Entre otras muchas aportaciones, Ibn Wahshiyah aísla lo que él considera que son los 38 signos del “alfabeto” jeroglífico y da sus equivalentes árabes fonéticos, establece una relación directa entre estos signos y las letras del alfabeto árabe. Formalmente, muchos de los signos aislados por Ibn Wahshiyah son efectivamente signos jeroglíficos, otros no lo son, pero las equivalencias fonéticas no son válidas en ningún caso. La aportación de Ibn Wahshiyah es muy importante porque insiste en el carácter fonético de algunos jeroglíficos egipcios, en oposición a la creencia europea antes de Champollion de que la escritura jeroglífica es meramente simbólica.

Europa: Renacimiento, Barroco e Ilustración En este momento, la civilización egipcia ejerce una poderosa fascinación para filósofos, hermetistas y artistas, porque sigue siendo sentida como depositaria de una profunda sabiduría “velada” y enigmática expresada mediante jeroglíficos y por eso se los sigue considerando como símbolos y no como signos escriturarios.

Renacimiento En 1422 llega a Florencia una copia griega de los Hieroglyphica de Horapolo, que pronto circula por Italia en distintas copias y que inspira el tratado de Pierio Valeriano de Belluno (1477-1558), titulado asimismo Hieroglyphica, de gran difusión y repercusión, aunque más que una aproximación a los jeroglíficos egipcios se trata de un compendio de alegorías renacentistas.` Sofía Cavero

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

Barroco En el siglo XVII vivió Athanasius Kircher (1602-1680), un jesuita de origen alemán que ejerció en Roma. Kircher tuvo numerosos intereses, entre ellos muy especialmente los estudios coptos de los cuales es considerado el fundador. En 1636 publicó su obra Prodromus coptus sive aegyptiacus, que constituye la primera gramática y vocabulario de la lengua copta escritos en Europa; a partir de este momento, el copto es una lengua perfectamente conocida en los medios académicos europeos. Kircher hizo también un intento de interpretación de los jeroglíficos como símbolos, según la idea del momento, con el objetivo de descubrir qué idea neoplatónica subyacía a cada jeroglífico e interpretar las secuencias en función de la combinación de tales ideas. Así, Kircher interpretó el cartucho del rey Apries, donde simplemente está escrito el nombre del rey Wahibre, que es la forma egipcia correspondiente al griego Apries, de la siguiente manera: “Los beneficios del divino Osiris deben conseguirse por medio de ceremonias sagradas y de la serie de los Genios, con el fin de que puedan obtenerse los beneficios del Nilo”.

Ilustración En la ilustración, el abate francés Jean Barthélemy (1716-1795), que es el descifrador del fenicio, intuyó correctamente que los cartuchos que tan a menudo se veían en los textos jeroglíficos egipcios encerraban nombres de reyes. Esta intuición fue asumida a partir de entonces como un hecho establecido.

Expedición de Napoleón Bonaparte en Egipto Entre 1798 y 1801 tuvo lugar la expedición de Napoleón Bonaparte a Egipto. Francia pretendía controlar esta provincia del Imperio turco, entonces abandonada al caos y a la anarquía, para debilitar el poder de Inglaterra en el Mediterráneo Oriental y bloquear sus relaciones con su imperio colonial asiático. Napoleón también llevo un nutrido grupo de sabios para que realizaran un estudio del país desde todas las perspectivas posibles: la fauna, la flora, la geología, la geografía, la antropología física, la economía y también, los monumentos antiguos y la historia faraónica de Egipto. (En la fotografía Napoleón en Giza observa la apertura de un sarcófago dentro del cual hay una momia, rodeado de parte de los miembros de esta expedición de sabios que le acompañaban). En 1799 durante la campaña se produjo el descubrimiento de la piedra de Rosetta por un grupo de soldados franceses que excavaban los cimientos de un fuerte en la localidad de Rosetta, en árabe Rashid, situada al norte del delta cerca de la desembocadura del brazo occidental del Nilo, y que aquí podéis ver en dos litografías de la época.

El oficial al mando de estos soldados Pierre Bouchard, entendió enseguida la importancia del documento y lo envió a El Cairo para que fuera estudiado por los sabios de la expedición.

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La piedra de Rosetta La piedra de Rosetta contiene tres textos escritos en tres sistemas de escrituras distintos: Texto inferior en griego. Los sabios de la expedición napoleónica pudieran leerlo sin problemas. En la parte final de este texto se puede leer lo siguiente: "Este decreto deberá ser inscrito en una estela de piedra dura en caracteres sagrados, nativos (=demóticos), y griegos, y deberá ser expuesto en cada uno de los templos de primer, segundo y tercer rango junto a la imagen del rey eternamente viviente". Esto significaba que el mismo texto estaba escrito en la piedra en tres sistemas de escritura distintos. Texto superior en caracteres sagrados. Es decir, en jeroglíficos. Texto del centro en caracteres nativos egipcios. Es decir, demóticos. El texto estaba fechado en el año 9 de Ptolomeo V Epifanes, que corresponde al 196 a.C., y la mayor parte del mismo consiste en la copia de un decreto sobre los honores otorgados al rey con ocasión del primer aniversario de su coronación.

La imagen de la izquierda es la piedra tal como se conserva hoy y la de derecha lo que pudo ser la estela original. La piedra actual ocupa la parte inferior de la estela.

El primer texto está en escritura jeroglífica y egipcio de tradición, que es la lengua clásica, que en este momento ya no se hablaba, pero se utilizaba en los textos de carácter sagrado o sacerdotal. El segundo texto está en escritura demótica y también en lengua demótica que era la lengua hablada en este

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

momento en Egipto por los nativos egipcios. Y finalmente el tercer texto está en escritura alfabética griega y por tanto en lengua griega. Los sabios comprendieron enseguida la importancia extraordinaria de este documento, porque podía servir como clave para la interpretación de las antiguas escrituras egipcias. En 1801 los franceses capitulan ante los ingleses. La piedra de Rosetta pasa a manos de estos últimos y hoy se conserva en el Museo Británico en Londres, si bien a los sabios franceses se les permite conservar su documentación gráfica y escrita, entre otras cosas, los calcos de la piedra de Rosetta. Esta documentación es la base de la obra monumental titulada Description de l'Égypte que se publica bajo Napoleón y bajo Luis XVIII.

Carrera por el desciframiento de las escrituras egipcias En Francia e Inglaterra empieza a partir de este momento la carrera por el desciframiento de las escrituras egipcias a partir de la piedra de Rosetta. Se trabaja en el texto demótico, básicamente por dos razones: El texto jeroglífico es muy fragmentario. Los jeroglíficos siguen siendo considerados como una escritura básicamente simbólica. El primer estudioso que trabaja con el texto demótico de la piedra de Rosetta es el orientalista francés Sylvestre de Sacy (1758-1832), quien consigue aislar los nombres de Ptolomeo y de Alejandro en demótico. Su sucesor será Johan David Akerblad (1763-1819), un diplomático sueco discípulo del propio Sacy, quien consigue aislar en el texto demótico diversos nombres propios y comunes. Pero cree que la escritura demótica es alfabética e intenta leerla a través del copto (que sí es una escritura alfabética) naturalmente sin resultado, puesto que la escritura demótica no es una escritura alfabética.

Thomas Young De esto se dio cuenta el estudioso británico Thomas Young (1773-1829), hombre polifacético a quien se debe entre otras cosas, la formulación de la teoría ondulatoria de la luz. Young hizo la contribución más importante al desciframiento de las escrituras egipcias anterior a Champollion, básicamente cuatro aportaciones: A.

La escritura demótica debía ser una combinación de signos “alfabéticos” y de signos de otros tipos. En efecto, una escritura alfabética es una escritura económica por definición porque se basa en el principio de que a cada signo le corresponde un sonido de la lengua. Puesto que las lenguas tienen entre 20 y 30 sonidos, las escrituras alfabéticas tienen entre 20 y 30 signos. El demótico tenía muchos más de 30 signos, luego no podía ser una escritura alfabética.

B.

En el texto griego abundaba en palabras que se repetían varias veces. Entonces procedió a enumerar estas palabras, ver cuántas veces se repetían y en qué parte del texto se repetían. Y después hizo lo equivalente con el texto demótico, con secuencias demóticas que se repitieran tantas veces y en partes del texto más o menos equivalentes. Así aisló 86 equivalencias griego-demóticas, aunque no consiguió descifrar las grafías demóticas.

C.

Por primera vez trabaja con el texto jeroglífico de la piedra de Rosetta y con papiros en jeroglíficos cursivos y en hierático y descubre que los signos son en esencia los mismos, “con una degradación desde el carácter sagrado (=jeroglífico) a través del hierático hasta el demótico”, es decir, que formalmente las tres escrituras egipcias están emparentadas.

D.

Aunque sigue creyendo que el jeroglífico es un sistema esencialmente simbólico, Young piensa que en algunos casos concretos puede ser utilizado fonéticamente, como para transcribir los nombres de los reyes extranjeros griegos. Lee, aunque no del todo correctamente, el único nombre propio que aparece en el fragmentario texto jeroglífico, el del rey Ptolomeo, que se repite varias veces dentro del correspondiente cartucho:

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8A.1. Los jeroglíficos egipcios desde la Antigüedad tardía hasta Champollion

Y aquí se detiene la obra de Young en lo que se refiere a las escrituras egipcias. Será Jean-François Champollion quien culminará el desciframiento de los jeroglíficos.

Jean-François Champollion y el desciframiento de los jeroglíficos Datos biográficos Jean-François Champollion llamado Champollion Le Jeune, es decir, Champollion el joven nació en Figeac, en el Departamento de Lot en la Guyena Francesa, el 23 de diciembre de 1790. Tenía por tanto nueve años cuando se descubrió la Piedra de Rosetta en 1799. Después de que un primo le mostrara una copia de las inscripciones de la piedra, Champollion fascinado decidió que algún día iba a descifrar aquella misteriosa escritura. Para ello empezó muy pronto a interesarse por las lenguas orientales, que el consideraba que podían serle de ayuda en el futuro en esa tarea. Estudió Hebreo, Árabe, Siríaco, Arameo, lenguas que llegó a conocer muy bien. Hasta 1801 Champollion fue educado por su hermano mayor, el filólogo e historiador Jacques-Joseph Champollion, llamado Champollion-Figeac, quien veló toda su vida por él y por su trabajo. Entre 1801 y 1807 estudió Champollion en el Liceo de Grenoble y es de ese tiempo que data una serie de cartas a su hermano que ilustran muy bien su personalidad y su pasión por las lenguas orientales. En una de ellas, escribe: “Me harás un gran favor si me envías el tercer tomo de la biblioteca de los curiosos. Quisiera ver y copiar el antiguo alfabeto hebreo y siríaco lo mismo que la forma que toman las letras árabes al final y en medio de una palabra, así como otros alfabetos de Oriente, que no desdeñaría en absoluto conocer (…)”. (Carta a Champollion-Figeac de fecha desconocida, entre 1804 y 1807) Y en otra carta, escribe: “¿No podrías retirarme del Liceo? Me he obligado hasta el presente a no disgustarte, pero ello me resulta del todo insoportable. Siento que no estoy hecho para vivir encerrado como nosotros estamos. La mayoría se van; no hago sino malbaratar mi tiempo. Si hago los deberes de latín, es sólo para no concitarme castigos; ya no encuentro ningún placer en ello desde hace mucho tiempo. Las lenguas orientales, mi pasión favorita, no trabajo en ellas más que un rato al día (...). Si permanezco mucho tiempo aquí, no te prometo que viva. Un abrazo, dame una pronta respuesta. Te espero con la más viva impaciencia”. (Carta a Champollion-Figeac 9 de junio de 1807) Tras el Liceo, entre 1807 y 1809 estudió en el Collège de France, en París, con Sylvestre de Sacy. En este período se dedicó sobretodo al copto, convencido de que era el último estadio evolutivo de la antigua lengua de los faraones como aseveraba Kircher. En dos cartas dirigidas a su hermano, Champollion escribió: “Trabajo. Y me libro enteramente al copto (…). Quiero saber el egipcio [=copto] como el francés, porque en esta lengua se basará mi gran trabajo sobre los papiros egipcios”. (Carta a Champollion-Figeac, 7 de marzo de 1809) Y también: “En cuanto al copto, no hago más que eso desde nuestras vacaciones de Pascua. No sueño más que copto, egipcio, etc. (...) En fin, soy tan copto que para divertirme traduzco en copto todo lo que me viene a la cabeza; hablo copto solo (puesto que nadie me entendería). Es la auténtica manera de meterme mi egipcio puro en la cabeza. Después de esto, me pondré con los papiros (…). En mi opinión, el copto es la más perfecta y la más razonada de las lenguas conocidas. Es realmente impresionante. Espero poder recrearte un poco en él cuando vengas a París”. Sofía Cavero

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8A.2. Jean-François Champollion y el desciframiento de los jeroglíficos

(Carta a Champollion-Figeac, 2 de abril de 1809) Además de al copto, en este período Champollion se dedicó también al estudio comparado de las tres escrituras egipcias: el jeroglífico, el hierático y el demótico; y llegó a la siguiente conclusión a la cual también Young había llegado paralelamente: “Una vez constatado el empleo de estos caracteres fonéticos en la escritura demótica, yo tenía que concluir de forma natural que, puesto que los signos de esta escritura popular estaban, como lo he expuesto, tomados de la escritura hierática o sacerdotal, y puesto que, a su vez, los signos de esta escritura hierática no son, como puede comprobarse por mis diversas memorias, sino una representación abreviada, una verdadera taquigrafía, de los jeroglíficos, este tercer tipo de escritura, el jeroglífico puro, tenía que tener también un cierto número de esos signos dotados de la facultad de expresar los sonidos; en una palabra, que existía igualmente una serie de jeroglíficos fonéticos”. (Lettre à M. Dacier) Champollion constata que los jeroglíficos no son una escritura meramente simbólica, como se había sostenido hasta el momento, sino que debían poder anotar sonidos y mensajes lingüísticos. Está de acuerdo con Young en que uno de los mejores contextos donde comprobarlo son los nombres de los reyes y reinas de la Época Ptolemaica y de los emperadores romanos, encerrados en cartuchos, porque estos nombres debían estar escritos fonéticamente y alfabéticamente pues eran extranjeros y se habría intentado reproducirlos lo más fielmente posible. Ahora bien, hasta ese momento lo único que se había hecho era comparar el único nombre que aparece en el texto jeroglífico de la Piedra de Rosetta que es el de Ptolomeo, con su correspondiente grafía demótica con pobres resultados.

Obelisco del Templo de Filae Champollion pensó entonces que podía ser mucho más eficaz comparar dos nombres escritos en jeroglíficos entre sí, pero como en el texto jeroglífico de la Piedra de Rosetta sólo había un nombre propio tuvo que esperar a enero de 1822, cuando recibió una copia de las inscripciones contenidas en un obelisco y su base descubiertos en el Templo de Filae por el viajero inglés William J. Bankes y transportados por éste a su finca en Dorset, en Inglaterra: La inscripción de la base está en griego y menciona a un rey Ptolomeo y a dos Cleopatras. La inscripción del obelisco está en jeroglíficos y en ella hay dos cartuchos diferentes: uno el de Ptolomeo, idéntico al de la Piedra de Rosetta. Puesto que base y obelisco formaban un único monumento, Champollion dedujo que el otro cartucho debía corresponder a Cleopatra. Champollion tenía pues, los dos nombres que comparar. He aquí los dos cartuchos (ambos se leen de izquierda a derecha, puesto que los signos que representan seres vivos miran todos hacia la izquierda):

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El cartucho superior es el que corresponde a Ptolomeo, cómo podéis ver el nombre griego Ptolemaios tiene 10 letras, mientras que dentro del cartucho tenemos tan sólo 8 signos. Champollion comprendió enseguida que los signos que faltaban debían corresponder a vocales y llegó a una conclusión fundamental: igual que otras escrituras Orientales como el árabe o el hebreo, la escritura jeroglífica egipcia no debió anotar las vocales.

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8A.2. Jean-François Champollion y el desciframiento de los jeroglíficos

Los escribas de la Época Ptolemaica sin embargo, para poder transcribir los nombres de los soberanos extranjeros que les eran completamente ajenos y poder anotarlos fielmente sonido por sonido, debieron recategorizar algunos signos consonánticos como signos para anotar vocales. Acostumbrados como estaban a no escribir las vocales, debieron omitir alguna también en algunos nombres de los soberanos extranjeros. 2.

El cartucho inferior es el que corresponde a Cleopatra, el nombre griego Kleopatra tiene 9 letras y efectivamente dentro del cartucho correspondiente tenemos 9 signos más 2 signos al final, que son una marca genérica de femenino y que no se leen, como tanto Young como Champollion sabían, porque estos dos signos aparecen sistemáticamente dentro de los cartuchos asociados a imágenes o estatuas de reinas o diosas.

Con estas premisas Champollion podía proceder a la comparación:

La P del nombre de Ptolemaios debía corresponder a la P del nombre de Kleopatra, como efectivamente sucede. La O del nombre de Ptolemaios debía corresponder a la O del nombre de Kleopatra, como también sucede y lo mismo pasa con el signo de la L, puesto que en el nombre de Ptolemaios no podían faltar las consonantes, el segundo signo debía corresponder a la T, el quinto debía corresponder a la M y el último debía corresponder a la S. El signo de la caña en flor repetido en penúltimo y antepenúltimo lugar, debía corresponder al diptongo griego AI. Las dos vocales que faltaban pues, en el nombre de Ptolemaios eran la E y la segunda O. En cuanto al nombre de Kleopatra, puesto que el número de letras griegas y el número de jeroglíficos es el mismo el primer signo jeroglífico debía corresponder a la K, el tercero debía corresponder a una E y esto significaba que este signo el de la caña en flor debía valer para cualquiera de las tres vocales anteriores, es decir, tanto para I, como para E, como para A. En cuanto al signo que ocupa la sexta y la novena posición que representa un alimoche, debía valer también para A. Y los signos de la mano y de la boca debían valer para las consonantes T y R. Champollion se dio cuenta de que el signo que en el nombre de Ptolemaios anotaba la T, era distinto del signo que anotaba este mismo sonido en el nombre de Kleopatra. En un primer momento pensó que se trataba de dos signos distintos para un mismo sonido. Pero después supo que en realidad el signo de la mano había valido originalmente para D y en Época Ptolemaica valía tanto para D como para T. Champollion, entusiasmado, se dio cuenta de que el método daba buenos resultados, e inmediatamente lo aplicó a un tercer cartucho con 9 signos jeroglíficos:

Champollion conocía el primero, el del alimoche, que vale por A. También conocía el segundo, el de león, que vale por L. Y el cuarto, el del paño doblado, que vale por S. Conocía, así mismo, el quinto, el de la caña en flor, que puede valer tanto por A, como por E, como por I. Y conocía, también, el de la mano y el de la boca, que valen respectivamente por T o D, y por R: solo podría tratarse, por tanto, del cartucho de Alejandro, en griego, Alexandros. A continuación, Champollion descifró todos los cartuchos de los soberanos griegos y romanos. Ejemplos: Cartuchos teniendo en cuenta que dentro de los cartuchos pueden escribirse también los títulos de los soberanos: (todavía sin corregir) K A/E/I A/E/I S L S

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8A.2. Jean-François Champollion y el desciframiento de los jeroglíficos

KAES(A)R(O)S

CÉSAR

T ? L A/E/I A/E/I S K A/E/I A/E/I S R S T(I)B(E)RI(U/O)S KAES(A)R(O)S

TIBERIO CÉSAR

T R A/E/I A/E/I N S K A/E/I A/E/I S R S TRAIAN(U/O)S KAES(A)R(O)S

TRAJANO CÉSAR

Una vez completado el desciframiento de los nombres de los soberanos griegos y romanos, Champollion pudo confeccionar su lista de signos jeroglíficos fonéticos:

Je tiens l'affaire Hasta el momento Champollion había trabajado con los nombres de los soberanos griegos y romanos, que comportaban grafías simplificadas y alfabéticas. El verdadero reto estaba en los nombres de los faraones anteriores a los Ptolomeos.

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8A.2. Jean-François Champollion y el desciframiento de los jeroglíficos

En septiembre de 1822, Champollion recibió copias de inscripciones procedentes de diversos templos faraónicos, entre ellos el de Abu Simbel, con cartuchos reales de faraones egipcios pre-ptolemaicos, como los enumerados en las fuentes clásicas y en las listas de Manetón, que Champollion conocía muy bien. Se dispuso a estudiar el siguiente cartucho, que procedía de Abu Simbel donde se levanta un gran templo de Ramsés II, dentro del cual pueden verse 4 signos: El primero es el signo del sol. El segundo es un signo de difícil identificación. El tercero y el cuarto es el mismo signo, y corresponden a la consonante S (como Champollion ya sabía por sus trabajos con los nombres grecorromanos). Si el sistema jeroglífico no era simbólico y además poseía un elevado número de signos, algunos de estos signos debían tener una función distinta de la meramente alfabética. Así, Champollion pensó que el primero de estos signos podía haber servido para anotar una palabra entera. En copto, sol se dice re, y Champollion pensó inmediatamente en el nombre de “Ramsés” recogido en las listas de Manetón. De este modo, el extraño signo central del cartucho debía ser un signo alternativo para la consonante M, según Champollion. En realidad, nosotros hoy sabemos que este signo vale para dos consonantes consecutivas, la M y la S y que el nombre en realidad se lee Rameses. El segundo cartucho correspondía al rey Tutmés: El primer signo es el signo del ibis, que representa el dios Tot. Champollion había dado con la clave definitiva, los jeroglíficos egipcios no eran un conjunto de símbolos de valor universal, sino un sistema de escritura que servía para transcribir la lengua de los faraones; un sistema pictográfico, formado por signos que representaban figurativamente seres, objetos y procesos del mundo; un sistema en parte logográfico y en parte fonográfico, cuyos signos a veces representaban figurativamente el significado de las palabras que anotaban y a veces sólo anotaban sonidos; un sistema mixto y combinatorio, en que todos estos tipos de signos se combinaban unos con otros formando las palabras y las secuencias escriturarias. El 14 de septiembre de 1822, al mediodía, Champollion salió emocionado de su estudio y fue a ver a su hermano, le dijo la famosa frase: "Je tiens l'affaire!" Que significa algo así como “ya lo tengo, lo he conseguido”, y se desmayó. Después de 5 días de reposo, redactó la famosa Lettre à M. Dacier relative à l'alphabet des hiéroglyphes phonétiques (1822), que es considerada como el manifiesto fundacional de la egiptología como disciplina científica.

Últimos años En 1826, Champollion fue nombrado conservador de la nueva sección egipcia del Museo del Louvre. Entre 1828 y 1829, tuvo lugar la expedición franco-toscana a Egipto y Nubia, codirigida por el mismo Champollion e por Ippolito Rosellini y financiada por el rey de Francia y el gran duque de Toscana, donde Champollion pudo, por fin, estudiar directamente los monumentos y las inscripciones faraónicas. En 1831, fue creada en el Collège de France la primera Cátedra de Arqueología Egipcia de la historia, aunque Champollion la pudo ocupar muy poco tiempo debido a su precaria salud. El 4 de marzo de 1832, murió Champollion en Paris a la edad de 41 años, y fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise.

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8A.2. Jean-François Champollion y el desciframiento de los jeroglíficos

En la fotografía de la izquierda, Champollion retratado durante la expedición franco-toscana; en el centro en uno de sus retratos más célebres, pintado en el mismo año 1831 conservado en el Museo del Louvre; en la fotografía de la derecha, podéis ver su tumba.

Publicaciones Entre 1832 y 1844, Ippolito Rosellini publicó los resultados de la expedición Franco-Toscana a Egipto en una obra monumental en italiano titulada I monumento dell'Egitto e della Nubia en 12 volúmenes. Champollion-Figeac publicó las siguientes obras póstumas de su hermano Jean-François: Entre 1835 y 1889, la versión francesa de la misma obra titulada Monuments de l'Égypte et de la Nubie en 10 volúmenes. Entre 1836 y 1841, una de las dos grandes obras filológicas de Champollion, Grammaire égyptienne, “La gramática egipcia”. Entre 1841 y 1844, la otra gran obra filológica, Dictionnaire égyptien en écriture hiéroglyphique, "El diccionario egipcio".

Fundamentos de la escritura jeroglífica egipcia Categorías de signos El sistema jeroglífico cuenta con tres grandes categorías de signos: 1) fonogramas o signos fonéticos. La palabra fonograma deriva del griego fone que significa sonido y gramma que significa signo escrito. 2) logogramas o signos léxicos. La palabra deriva también del griego logos que significa palabra y gramma que significa como decimos signo escrito. 3) determinativos o signos semánticos. Todos los signos jeroglíficos son pictográficos que representan seres, objetos o procesos de la realidad, sin embargo, en el caso de los logogramas y de los determinativos, lo que los signos representan es pertinente para la codificación del mensaje lingüístico, es decir, su significado como signos de escritura coincide con lo que representan (directa o metafóricamente), mientras que, en el caso de los fonogramas, aquello que representan es indiferente en relación con su función lingüística, pues esta consiste en anotar convencionalmente sonidos de la lengua.

Fonogramas Los fonogramas son signos que independientemente de lo que representan, sirven para anotar sonidos de la lengua. Y también se dividen en tres tipos: 1) monoconsonánticos, si anotan una sola consonante, como nuestras letras alfabéticas. Recordemos que las escrituras egipcias no anotaban las vocales.

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8A.3. Fundamentos de la escritura jeroglífica egipcia

De izquierda a derecha: una pierna con su pie, un taburete, una serpiente cornuda, un mochuelo, agua, una boca, un paño doblado, una cesta, una hogaza de pan y una mano. Cada uno de estos signos independientemente de lo que representa, sirve para anotar el sonido consonántico que tenéis en la parte inferior. 2) biconsonánticos, si anotan dos consonantes seguidas, siempre en el mismo orden y pertenecientes a una misma palabra (como nuestra letra X, que es un único signo pero que vale por las dos consonantes seguidas k+s).

De izquierda a derecha: una oca, unos brazos alzados, un pez, un tablero de juego de mesa con sus fichas, una planta de casa, una asada, tres pieles de zorro atadas por la cabeza (esto es lo que representa el famoso signo de los cartuchos de Champollion) y un falo erecto. El primero s3, se lee sa, el segundo sonido es un sonido glotal, que el egipcio tenía pero las lenguas europeas no tienen, y que los egiptólogos convencionalmente leen como una vocal “a”. El segundo signo se lee por tanto k. El tercero se lee in donde esa “i” inicial es una semi-vocal ye (como en español ya) aunque convencionalmente los egiptólogos la leen como la vocal “i”. Los signos restantes se leen men, per, mer, mes y met. Como podéis ver los egiptólogos para poder leer estas secuencias consonánticas colocan convencionalmente una “e” de apoyo entre las distintas consonantes. En la fotografía de la derecha tenéis el título regio de Sa Ra, hijo de Re, con el signo de la oca para escribir la palabra sa que significa “hijo”. 3) triconsonánticos, si anotan tres consonantes seguidas, siempre en el mismo orden y pertenecientes a una misma palabra.

El primero de ellos es el de la correa de sandalia, popularmente conocido como la cruz de la vida, porque sirve para anotar la palabra vida. Se lee anh. El primer sonido c es un sonido consonántico faringeal que el egipcio tenía pero nuestras lenguas europeas no tienen y que los egiptólogos optan convencionalmente por leer como una “a”. El tercer sonido es una consonante aspirada como la española j. El segundo signo es el del corazón con la arteria aorta y se lee nefer. El tercer signo es el del emblema de divinidad, un bastón con una banderola y se lee necher. La t con la rayita debajo vale para la consonante ch. Y el cuarto signo es un escarabajo y se lee heper.

Complementos fonéticos Los signos monoconsonánticos pueden desempeñar una función alternativa especial como complementos fonéticos acompañando a signos biconsonánticos o triconsonánticos con objeto de recordar al lector algunos o todos los sonidos que estos últimos ya anotan; son redundantes y no se leen, pero los escribas egipcios los usaban para asegurar la correcta lectura de estos últimos. El biconsonántico mn, que es el tablero de juego, se escribe sistemáticamente acompañado de su complemento fonético n, que es el agua El biconsonántico in, el pez, se escribe con sus dos complementos

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8A.3. Fundamentos de la escritura jeroglífica egipcia

fonéticos, delante el signo de la caña en flor que vale por i, y detrás el signo del agua que vale por n, que dan el valor del propio biconsonántico. El triconsonánticos hpr, el escarabajo, se escribe con el último complemento fonético, el signo de la r. El triconsonánticos nfr, corazón con la arteria aorta, se escribe con los dos últimos complementos fonéticos, los signos de la f y de la r.

Logogramas La segunda gran categoría de signos jeroglíficos, los logogramas, también llamados ideogramas, que son signos que anotan las palabras que designan los objetos de la realidad que los signos mismos representan plásticamente. Un logograma responde al principio un signo igual a una palabra. El signo de la izquierda representa el sol y anota la palabra completa r c (léase: ra), que significa “sol”. El diacrítico en forma de c que aparece en la transcripción de esta palabra corresponde a un sonido faringeal egipcio que las lenguas europeas no poseen, y por eso los egiptólogos convencionalmente lo leen como una a, sin serlo. Si el escriba ha de escribir, por ejemplo, la frase “el sol está en el cielo”, la palabra “sol” puede escribirla utilizando este signo. A veces, la relación entre el signo y la realidad que representa es metafórica, metonímica o simbólica. Así por ejemplo, el signo de la izquierda que representa una vela henchida por el ciento, sirve para escribir la palabra t3w (léase: tjau), que significa “viento”.

Determinativos La tercera gran categoría de signos jeroglíficos son los determinativos, también llamados clasificadores, se trata de signos que no se leen y no aportan ningún valor fonético añadido, sino que se colocan a continuación de la parte fonética de las palabras (en número de uno o dos en la escritura clásica) para indicar de manera genérica y sólo a través de la significación de la imagen, la categoría semántica a la que aquellas pertenecen. Son signos semánticos que añaden al mensaje lingüístico matices de significado sólo en virtud de su plasticidad de la imagen. Por ejemplo, a la izquierda, el nombre del dios Ptah (léase: Peteh), en que el tercer sonido es una aspirada que se pronuncia en la faringe y que no existe tampoco en las lenguas europeas, se escribe con tres monoconsonánticos, que forman su parte fonética, el signo de la P, el signo de la T y el signo de la aspirada, y con el determinativo de la noción Dios, que es el signo del Dios sentado y barbado. En origen, la razón de ser de los determinativos es la homofonía. En efecto, puesto que los jeroglíficos no anotaban las vocales, a menudo una misma secuencia consonántica podía anotar más de una palabra, como sucedería en español si tampoco se anotaran las vocales y tuviéramos por ejemplo, la secuencia K+S, que podría corresponder a casa, cosa, queso, acaso, ocaso, ocas, el determinativo permite deshacer la ambigüedad. Si en español tuviéramos la secuencia K+S acompañada de un signo que genéricamente alude a las edificaciones, la palabra sólo podía ser "casa".

Signos que pertenecen a varias categorías Un signo jeroglífico puede pertenecer a la vez a dos o a las tres categorías de signos pero su función específica queda siempre clara por su colocación en la palabra o en la secuencia gráfica y por el contexto general. Por ejemplo, el signo de la planta de casa

puede funcionar como:

fonograma biconsonántico pr (per) logograma para anotar la palabra "casa" determinativo genérico de edificación. Cuando funcionan como logogramas, para anotar palabras enteras, los signos suelen ir acompañados de un trazo vertical, distintivo de esta función.

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8A.3. Fundamentos de la escritura jeroglífica egipcia

Ejemplos de logogramas

El primero sirve para anotar la palabra her, que significa "cara" que es lo que el signo representa; el segundo sirve para anotar la palabra per, que significa "casa" que es igualmente lo que el signo representa; el tercero sirve para anotar la palabra ra, "sol" y el cuarto sirve para anotar la palabra duw, "montaña"; el quinto sirve para anotar iret, que significa "ojo", que es femenino porque acaba en T, en la grafía del ideograma se añade el signo de la T la marca del femenino. Lo mismo sucede con el signo siguiente haset, que significa "país extranjero, colinas, desierto" y el siguiente que es niut, que significa "ciudad", el signo representa una ciudad predinástica con las casas adosadas a la empalizada. El último sirve para anotar la palabra sehá, que significa "escriba", el signo representa una paleta de escriba con los huecos para las tintas negra y roja, una jarrita de agua y un estuche para los calamos.

Ejemplos de determinativos

En cuanto a los determinativos el primero, el del hombre sentado, sirve para expresar la noción semántica del hombre o de acción realizada por el hombre; el segundo una mujer sentada, sirve para mujer y para acción realizada por la mujer; el tercero que ya conocemos el signo del Dios sentado y barbado sirve para Dios y también para rey; el signo del hombre sentado que se lleva la mano a la boca, es el determinativo de acciones que se hacen con la boca o con la cabeza, como comer, beber, pensar, hablar; el signo del hombre que golpea con un palo es el determinativo de esfuerzo o de violencia; el de las piernas es el determinativo de movimiento, de desplazamiento en el espacio; el del sol es el determinativo de tiempo; el signo de las colinas sirve para expresar la noción de desierto, de país extranjero; el de la casa, sirve para expresar la noción de edificación y finalmente, el signo del papiro sellado sirve como determinativo de ideas abstractas.

Grafía de las palabras y de la disposición de los signos En los texto jeroglíficos egipcios, las palabras y frases se escriben, combinando entre si las distintas categorías de signos que acabamos de describir. Aunque para cada palabra las posibilidades gráficas habrían podido ser muchas, dependiendo de las consonantes en juego, de su número y de su orden de sucesión, uso de logograma o de fonogramas, uso de mono, bi, o triconsonánticos, uso o no de complementos fonéticos o de determinativos, uso de uno o dos determinativos. Los escribas de la lengua clásica tendieron a fijar una o dos grafías para cada palabra. En los textos jeroglíficos, como en los hieráticos y demóticos, las palabras y frases no se separan con espacios. En cuanto a la orientación y disposición de los signos, los textos jeroglíficos pueden disponerse tanto en líneas horizontales como en columnas y pueden orientarse tanto de derecha a izquierda (que es lo

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8A.3. Fundamentos de la escritura jeroglífica egipcia

más habitual) como de izquierda a derecha, para poder responder al principio de simetría que rige los monumentos egipcios. En la parte izquierda un mismo texto en las cuatro disposiciones y orientaciones posibles. Para colocar los signos en la secuencia gráfica el escriba procede a base de cuadrados; la imagen superior corresponde a una frase real completa, la inferior muestra ejemplos de disposiciones posibles de signos:

Cómo podéis ver en la línea superior, los signos grandes como el del polluelo, el del enemigo o el del mochuelo, ocupan un cuadrado ellos solos. En cambio los signos horizontales, verticales o pequeños se disponen en función de su sucesión y de su forma, teniendo en cuenta entre otras cosas, el principio de simetría. Si os fijáis en los cuadrados séptimo y octavo de la segunda línea, podéis ver que los signos pequeños han sido colocados en los dos casos centrados con respecto a los signos horizontales. Además también hay que tener en cuenta que en la escritura clásica, no puede haber más de tres signos verticales o de tres signos horizontales por cuadrado.

“Y esto es todo por mi parte. Espero que este curso os haya satisfecho, que hayáis aprendido mucho y sobretodo que hayáis disfrutado con el conocimiento de esta fascinante civilización que es el Egipto de los faraones. Qué vaya muy bien todo y hasta siempre.” (Josep Cervelló)

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8A. Rosetta

ROSETTA ............................................................................................................................................ 1 ANTIGÜEDAD TARDÍA..................................................................................................................... 1 CONCEPTO DE LO JEROGLÍFICOS ........................................................................................................... 1 FECHAS SEÑALADAS ............................................................................................................................ 2 É POCA BIZANTINA ............................................................................................................................... 3 EGIPTO MEDIEVAL .......................................................................................................................... 3 COPTOS Y ÁRABES ............................................................................................................................... 3 AUTORES ÁRABES ............................................................................................................................... 4 Ibn Wahshiyah ................................................................................................................................ 4 EUROPA: RENACIMIENTO, BARROCO E ILUSTRACIÓN ......................................................... 4 RENACIMIENTO ................................................................................................................................... 4 BARROCO ........................................................................................................................................... 5 ILUSTRACIÓN ...................................................................................................................................... 5 Expedición de Napoleón Bonaparte en Egipto ................................................................................. 5 La piedra de Rosetta ................................................................................................................................... 6

Carrera por el desciframiento de las escrituras egipcias.................................................................. 7 Thomas Young .......................................................................................................................................... 7

JEAN-FRANÇOIS CHAMPOLLION Y EL DESCIFRAMIENTO DE LOS JEROGLÍFICOS ....... 8 DATOS BIOGRÁFICOS ........................................................................................................................... 8 OBELISCO DEL TEMPLO DE FILAE......................................................................................................... 9 JE TIENS L 'AFFAIRE ............................................................................................................................ 11 ÚLTIMOS AÑOS.................................................................................................................................. 12 PUBLICACIONES ................................................................................................................................ 13 FUNDAMENTOS DE LA ESCRITURA JEROGLÍFICA EGIPCIA............................................... 13 CATEGORÍAS DE SIGNOS .................................................................................................................... 13 Fonogramas ................................................................................................................................. 13 Complementos fonéticos .......................................................................................................................... 14

Logogramas.................................................................................................................................. 15 Determinativos ............................................................................................................................. 15 Signos que pertenecen a varias categorías..................................................................................... 15 E JEMPLOS DE LOGOGRAMAS .............................................................................................................. 16 E JEMPLOS DE DETERMINATIVOS ......................................................................................................... 16 GRAFÍA DE LAS PALABRAS Y DE LA DISPOSICIÓN DE LOS SIGNOS .......................................................... 16

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8B.1. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. Alejandro Magno, faraón de Egipto

De Alejandro a Teodosio- Ocaso de la civilización egipcia antigua Alejandro Magno, faraón de Egipto La historia fantástica del Pseudo-Calístenes sirvió quizás como cuento popular para asociar la figura de Alejandro Magno con la del último rey indígena, Nectanebo II: Pseudo-Calístenes Oráculo del Serapeum Ese rey que ha marchado volverá de nuevo a Egipto no más viejo, sino rejuvenecido, y someterá a nuestros enemigos los persas El hecho es que Alejandro Magno es hijo de Filipo II de Macedonia y Olimpia de Epiro y que desde joven mostró unas excelentes cualidades como estratega militar. Recordemos que ya en el 338 a.C. obtuvo una gran victoria comandando el ala izquierda de la caballería macedónica en la famosa batalla de Queronea, que sirvió para extender el dominio de Macedonia sobre buena parte de Grecia. Alejandro Magno sucede a su padre en el año 336 a.C., después de que Filipo II fuese asesinado mientras se celebraba el matrimonio de una hija suya con Alejandro de Epiro, y también es reconocido como hegemón de la liga de Corinto, es decir, general plenipotenciario del ejército con el objetivo, que ya se había trazado su padre: vengarse de los persas que habían saqueando numerosos templos en el año 480 a.C. en Grecia.

En ese 336 y en el año inmediato, Alejandro va a sofocar algunas rebeliones que se producen dentro del ámbito griego, pero una vez que estos problemas internos están solucionados en la primavera del 334, realizará el celebre Paso del Helesponto con 30.000 infantes y 6.000 jinetes macedonios, acompañados de 7.000 infantes y 600 jinetes aportados por los griegos. Cuando llega a Troya tras cruzar el Helesponto y se sitúa en Asia, la historia nos cuenta que el “cambió sus armas por las armas de los héroes”. Alejandro celebró sacrificios en honor a Aquiles, gran héroe de la famosa Guerra de Troya; debemos recordar que en su genealogía mítica, se dice que por línea materna el era descendiente de Aquiles.

Encuentro con Darío III La primera batalla contra las fuerzas que habían apostado los sátrapas de la región de Anatolia se produce en el río Gránico en el año 334 a.C., y será seguida por una segunda batalla con la presencia de Darío III en Issos en el año 333.

Sofía Cavero

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8B.1. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. Alejandro Magno, faraón de Egipto A partir de aquí, se van a producir toda una serie de combates hasta la llegada de Alejandro Magno a Egipto. Uno de los elementos más importantes de la iconografía de Alejandro que podemos citar, es este precioso mosaico hallado en la Casa del fauno en Pompeya, en el que se presenta a los hetairoi, la caballería macedónica, luchando contra Darío III, que acabaría huyendo de esta batalla y dejando atrás alguna de sus esposas e hijos.

Batallas en la costa levantina Después de la batalla de Issos, cercana al golfo de Alejandreta, Alejandro entra victorioso en Arwad, en Biblos y en Sidón. Pero encuentra una fuerte oposición en Tiro. Durante los 7 meses del asedio, construye un muelle que une la isla de Tiro con el continente asiático, de modo que hoy en día ya no es una isla debido a aquella obra. La toma de Tiro en 332 a.C. provocará muchísimas bajas, incluso se dice que se empalaron y se crucificaron a numerosas gentes de Tiro por la costa levantina como advertencia a otras ciudades que no quisieron abrir sus puertas. A su paso hacia el sur va a encontrar una fuerte oposición también en Gaza. Alejandro sufre dos heridas que le impiden participar temporalmente en el asedio que dura dos meses. La caída de Gaza en 332 a.C. va a acabar con una gran matanza y con la horrenda tortura del comandante de la fortaleza. Alejandro Magno ordenará perforar sus tobillos, que le inserten cuerdas atadas a su carro y lo arrastrará alrededor de las Sofía Cavero

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8B.1. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. Alejandro Magno, faraón de Egipto murallas de la ciudad, probablemente para rememorar el episodio de la Guerra de Troya en que Aquiles (su antepasado mítico) hace exactamente lo mismo con el derrotado Héctor.

Egipto Tras este acontecimiento la fortaleza de Pelusium se rinde sin ofrecer combate en 332 a.C. y Alejandro entra en Heliópolis y en Menfis.

Visita al Oasis de Siwa

Dejando de lado completamente el conflicto con los persas por un mes, Alejandro viaja desde Menfis vía Mersa Matruh al lejano oasis de Siwa. El oasis de Siwa es una región verde en medio del desierto de más de 100 kilómetros de longitud y unos 20-30 kilómetros de anchura; un enorme palmeral en cuyo centro existe una colina llamada Colina de Aghurmi, en la que se sitúa un templo dedicado al dios Amón o Zeus-Amón, donde consultar el oráculo. Alejandro Magno que decía ser descendiente por vía materna del gran Aquiles y por vía paterna de los míticos Heracles, Perseo y por lo tanto descendiente del dios Zeus, viaja allí con la intención de ser reconocido como hijo de Amón, como hijo de Zeus. Plutarco ofrece una versión muy curiosa: Alejandro fue recibido por el sacerdote principal del templo que por cortesía lo saludó en lengua griega diciendo o pai diós, (es decir, “oh, hijo de Dios”) debido a su poco dominio del griego, cuando realmente quería haber dicho o paidíon (es decir, “oh, hijo”). En todo caso, la visita a ese oasis va a tener como resultado el reconocimiento de Alejandro Magno como hijo de Amón, como hijo de Zeus. De hecho, en las monedas que se acuñen a partir de entonces, Alejandro Magno posee dos cuernos de carnero en recuerdo a la forma animal del dios Amón.

Fundación de Alejandría Una vez abandona el oasis de Siwa, probablemente fije el objetivo de la fundación de Alejandría que quizás ocurra el 20 de enero del año 331 a.C. Será una de las, por lo menos 30 Alejandría que Alejandro fundará en todo este gran territorio que va a conquistar en los próximos años.

Faraón Alejandro se va a mostrar como faraón en Egipto, así va a ser reconocido y por lo tanto va a gozar de una completa titulatura real: Nombre de entronización: Setepenra-Meriamón Nomen: Alejandro

Templo de Luxor Encontramos numerosos relieves de Alejandro Magno en el templo de Luxor. En la Sofía Cavero

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8B.1. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. Alejandro Magno, faraón de Egipto zona más interna del templo de Amenhetep III hallamos una capilla reposadero para la barca del dios Amón realizada en época de Alejandro Magno y por lo tanto los relieves que aparecen en ella corresponden al propio faraón y rey macedonio.

Templo de Karnak También podemos encontrar relieves en la zona de Ahmenu de Tutmosis III en Karnak donde Alejandro Magno es representado realizando ofrendas a dioses egipcios, entre ellos el dios Amón.

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8B.1. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. Alejandro Magno, faraón de Egipto

Administradores civiles Antes de abandonar Egipto, Alejandro va a dejar una administración civil, que en principio, será llevada por dos administradores egipcios Doloaspis y Petisis, y una administración militar, conservando la división entre el Bajo Egipto y el Alto Egipto. Cuando lleguen los Ptolomeos prácticamente toda la administración quedará en manos de los griegos.

Campañas hacia el Este Pero Alejandro Magno continúa su aventura incluso hasta la India.

Alejandro conquistará importantes ciudades: Babilonia, Susa, Persépolis, Pasargada, Ecbatana. Seguirá más hacia al Este, primero persiguiendo a Darío, y tras su asesinato, perseguirá a su asesino el sátrapa de Bactria, Bessos, que es capturado en una incursión por Ptolomeo, el futuro rey de Egipto, y luego es ejecutado. Sofía Cavero

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8B.1. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. Alejandro Magno, faraón de Egipto En el año 327, capturar una fortaleza en Uzbekistán donde conocerá entras prisioneras a Roxana, hija de Oxiartes, que se convertirá en la madre del futuro heredero Alejandro IV, faraón en Egipto posteriormente. También en 327, la expedición que le lleva a la India pasará por el Hindu Kush, por Taxila en la región de Rawalpindi (donde será acogido por el rey Taxiles). Tendrá la famosa batalla del Hidaspes contra el rey Poros en el 326. Una vez toma la ciudad de Sangala, en el país de los catallos (catheans), llegará al río Tjenab (Chenab), conocido por los griegos como el Acesines, y observará flores de loto, cocodrilos por lo que creerá haber llegado a las fuentes del río Nilo, si bien se trata sólo de un afluente del río Indo que iba a dar hacia el mar Meridional, lo que conocemos como el océano Índico. Alejandro Magno morirá en Babilonia en el año 323 a.C., tras una enfermedad de diez días de duración. Va a ser embalsamado en Babilonia y, hacia el año 321 a.C., Perdikkas ordena el traslado del cuerpo de Alejandro a Macedonia para enterrarlo en la Necrópolis de Aigai, la necrópolis de real macedónica, contra la voluntad de Alejandro que era ser enterrado en el Oasis de Siwa, donde el oráculo del templo de Zeus-Amón le reconoció como hijo de Amón.

El inicio de la época ptolemaica en Egipto Organización del imperio tras la muerte de Alejandro Con Alejandro teníamos a dos administradores civiles en el Alto y en el Bajo Egipto, Doloaspis y Peteisis (Doloaspis, probablemente de origen iranio, y Peteisis de claro origen egipcio); finalmente Doloaspis administrará el país tras la renuncia de Peteisis. Junto a Doloaspis, hallaremos dos strategoi, Balakros y Peukestas. Si bien, quien mandaba realmente en Egipto era Kleómenes de Naucratis, el auténtico hyparchos, un sátrapa en Egipto que controlaba las finanzas. Sin embargo, a la muerte de Alejandro en el 323 a.C. se va a repartir el imperio en varias satrapías que van a quedar en manos de los diadochoi, los generales principales de Alejandro. Una de las satrapías más valiosas, Egipto, va a ser concedida a Ptolomeo, hijo de Lagos y Arsínoe, que probablemente podía estar vinculada a la familia real macedónica, que rápidamente comienza su mandato en Egipto eliminando a la figura de Kleómenes. En todo caso, cuando muere Alejandro vamos a tener dos reyes: Filipo Arrideo o Filipo III, un medio hermano de Alejandro Magno reconocido como faraón en Egipto desde el 323 al 316 a.C. (Parece que mentalmente no estaba bien). Alejandro IV, el hijo póstumo de Alejandro Magno y Roxana. Reconocido como faraón tras la ejecución de Filipo Arrideo en 316. Junto a estos dos reyes, Filipo Arrideo y Alejandro IV, hallaremos un auténtico triunvirato que intentará poner orden a toda esta gran extensión del imperio alejandrino: Antípatro, que será el strategos (general) en Europa Perdikkas Sofía Cavero

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto Krátero, que hará las veces de prostates (regente) de Arrideo y Alejandro IV. Y por supuesto los sátrapas o diadochoi que irán cambiando en los próximos años.

Las primeras luchas entre los sucesores de Alejandro se producen ya en el 322-321.

Secuestro del cuerpo de Alejandro La comitiva fúnebre que lleva el cuerpo de Alejandro desde Babilonia hacia Macedonia va a ser interceptada por Ptolomeo Lagos en el año 321, de modo que secuestrará el cuerpo de Alejandro para llevárselo a Egipto y legitimizar su posición en este país. Primero el cuerpo será llevado a Menfis donde reposará durante un tiempo hasta que finalmente será llevado a Alejandría, donde posiblemente sería visitado por numerosos emperadores romanos, tenemos noticia de las visitas de Julio César y Augusto. Ptolomeo IX ordenó sustituir el ataúd de oro puro que tenía Alejandro por uno de cristal para conseguir recursos económicos de manera muy sencilla. Se pierde el rastro al cuerpo durante el reinado de Caracalla.

Filipo Arrideo Durante el gobierno nominal de Filipo Arrideo (323-316 a.C.), ya que Filipo nunca estuvo en Egipto ni fue coronado como faraón, quedan algunos legados arquitectónicos. El principal, el más vistoso es la Capilla reposadero de la barca portátil de Amón en Karnak. Aquí hay unos relieves realizados en granito coloreados, muy vistosos, que nos muestran precisamente esa barca portátil llevada por los sacerdotes de Amón en Karnak.

Luchas por el poder La situación se complica bastante con el fin de obtener el poder en Egipto y en otras partes del antiguo imperio de Alejandro. Vamos a ver como existe una alianza de Antígono, Kasandros, Lisímaco, Ptolomeo y Arrideo con su esposa Eurydike, contra Polyperchon que era el actual regente oficial de los reyes.

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto

En esta lucha van desapareciendo algunos sátrapas: Polyperchon tiene que abandonar su posición por la presión de Kasandros. Eumenes será eliminado por Antígono.

Una serie de sucesos bastante complicados desembocarán en que Kasandros se convierta en el nuevo regente adquiriendo mucho poder para tomar decisiones sustanciales en los años siguientes. En el año 317 a.C., Olympias de Epiro, la madre de Alejandro Magno, aprovechando que Eurydike y Arrideo estaban en Macedonia, los ataca, captura y ordena la ejecución de Arrideo y el suicidio de Eurydike y de decenas de nobles macedonios.

Sin embargo, Kasandros contraatacará y eliminará a Olympias en el año 315, tomando como rehenes a Roxana y a Alejandro IV, que en estos momentos residirán en Anfípolis. Alejandro IV, poco o ningún papel va a desempeñar de manera autónoma pero figurará como rey en Egipto desde el año 316 hasta el 304 (aunque él muere años antes, se seguirán contando en Egipto los años de su reinado como si aún estuviese vivo). También en el año 315 Antígono elimina a Eumenes.

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto

Alejandro IV: Estela del Sátrapa Por estas fechas en las que nos movemos, tenemos en Egipto la Estela del Sátrapa del año 7 de Alejandro IV (sobre 309 a.C.), en la que se habla de restauraciones que se producen en Egipto y de la consecución de una residencia a orillas del mar de los jonios cuyo nombre era Rakotis: Estela del Sátrapa En el año 7 (…) Él restauró las esculturas de los dioses halladas en Asia, y todos los muebles y papiros de los templos del Alto y Bajo Egipto, colocándolos en su lugar. Él ha hecho como residencia suya la fortaleza del rey “el amado de Amón, elegido de Ra, el hijo de Ra, Alejandro”, según es llamada a orillas del gran mar de los jonios. Rakotis era su nombre anterior. (…) (Rakotis era el nombre del antiguo poblado sobre el que se fundó Alejandría en 331). En estos momentos es cuando tenemos que verificar la construcción y el desarrollo de Alejandría.

Continúan las luchas Por orden de Kasandros, hacia el año 310-309 a.C. son eliminados Roxana y Alejandro IV. Según Plutarco, Alejandro Magno habría tenido con Barsine, que era hija del Sátrapa Artabasus (Artabazo II) de Frigia un hijo ilegítimo llamado Heracles en el año 327 a.C. (aunque otros autores no le mencionan). Kasandros ofrece dinero a Polyperchon, el antiguo regente, para que elimine a Heracles. Después de estos sucesos en el año 309, aproximadamente, ya no queda ningún descendiente directo de Alejandro Magno vivo.

Y vamos a continuar viendo guerras entre los distintos diadochoi que van a provocar cambios en el antiguo imperio de Alejandro.

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto

Antígono Antígono va a ser el primero en utilizar el título de Basileo, como vemos en esta moneda. Antígono, una vez eliminados los descendientes de Alejandro, quiso de alguna manera conseguir la unidad del antiguo imperio alejandrino: Intentó junto a su hijo Demetrio invadir Egipto, aunque fracasó. Conquistó Chipre. Demetrio fracasó en la conquista de Rodas (para conmemorar esa victoria sus habitantes erigieron el famoso Coloso de Rodas). Tras esa consecución del título de Basileo por parte de Antígono, el resto de gobernantes o sátrapas, antiguos generales de Alejandro Magno van a hacer exactamente lo mismo, entre ellos Ptolomeo.

Egipto Ptolomeo I Ptolomeo I, deja de ser sátrapa para convertirse en rey de Egipto haciendo coincidir el acto de coronación con el día de la muerte de Alejandro Magno. En el año 305-304 a.C. Ptolomeo ya es reconocido como rey.

Alejandría Tenemos, descripciones de la ciudad de Alejandría: Estrabón, Geografía 17, 1 , 8: “La ciudad tiene los más bellos recintos y palacios públicos, que ocupan entre un cuarto y un tercio de su extensión total. Pues, como cada rey, por amor al esplendor, solía añadir algún tipo de adorno a los monumentos públicos, del mismo modo invertía a su costa en una residencia, además de las que ya existían, de modo que ahora, por citar al poeta [Homero] ‘hay edificio tras edificio’. Todos, sin embargo, están conectados, tanto unos con otros como con el puerto, incluso los que se encuentran fuera del puerto” Estrabón visita Alejandría en el último cuarto del siglo I a.C. y habla de ella como una ciudad grandiosa, enriquecida por la obra de numerosos faraones ptolemaicos. La famosa Biblioteca de Alejandría se inicia precisamente con Ptolomeo I y que continuará con Ptolomeo II y seguirá enriqueciéndose de manuscritos, pergaminos, papiros... se habla de más de un millón de ejemplares. Pero esta no es más que la más grande de las bibliotecas de Alejandría, existía otra: la Pequeña Biblioteca situada en el Serapeum de Alejandría. Otra de las obras célebres de Alejandría que inició Ptolomeo I, aunque después tuvo distintas actuaciones, fue el Faro, que se dice podría haber alcanzado más de cien metros de altura y que se nutría de grandes cantidades de leña para iluminar el cielo nocturno y servir de referencia a los navegantes o que incluso por el DIA utilizaba un sistema de espejos para señalar la posición de Alejandría. Hacia el siglo XIII-XIV, Ibn Batuta recuerda la existencia del faro medio arruinado a causa de numerosos terremotos. Poco después sobre esa ruina un sultán mameluco de Egipto

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto construirá la fortaleza de Quaitbay. En Alejandría nacieron o se formaron grandes sabios: Euclides de Alejandría Aristarco de Samos Arquímedes de Siracusa Konon de Samos Eratosthenes de Cyrene, el primero que calculó la circunferencia de la tierra con un error realmente ridículo a pesar de sus medios primitivos. Estos y muchísimos otros sabios, filósofos, intelectuales, pulularon la Alejandría ptolemaica que sin duda fue la ciudad mas importante de su tiempo.

Ptolomeo II Ptolomeo II sucederá a su padre cuando murió a los ochenta y cuatro años de edad. El Imperio Ptolemaico continúa con una época de esplendor. Sus territorios abarcarán: Dominios de Cyrene, conquistados por Ptolomeo I Territorios de la costa Sirio-Palestina. Chipre Sur de Anatolia Algunas bases navales situadas en el Egeo.

En esta época de Ptolomeo II, Antíoco I (sucesor de Seleuco) había creado también un gran imperio que prácticamente coincide con la parte este del antiguo imperio alejandrino. Ya a principios de la época Ptolemaica comienzan a fundarse numerosas ciudades que pretendían poner en explotación los grandes recursos egipcios, algunas de ellas en el Fayum. Respecto Karanis, situada al este del lago Moeris (actual Qarun) en la región de El Fayum, no se hallan restos arqueológicos que nos lleven a inicios de la época Ptolemaica. Tenemos restos principalmente

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto de época Romana o los famosos papiros de Karanis, que son del siglo IV a partir de Diocleciano, y nos dan información sobre el modo de vida de los soldados veteranos romanos que vivían aquí.

Otro buen ejemplo es Berenike Panchrysos un emplazamiento situado en un lugar muy apartado, en una parte profunda del wadi Jebel Allaki a la búsqueda de los cada vez más escasos y difíciles de obtener recursos auríferos en este wadi.

Berenike Panchrysos fue descubierta por una misión italiana no hace muchos años, y los restos de la fortificación o la población que queda cerca, son realmente muy vistosos. Conocemos una gran cantidad de ciudades en la costa del Mar Rojo, por desgracia, buena parte de ellas sólo por indicaciones de antiguos escritos, por ejemplo: Berenike Epi Dires en el estrecho de Bab el-Mandeb. Estas ciudades permitían mantener el monopolio del sistema comercial con lugares lejanos como por ejemplo, la India, que era una gran fuente de riqueza.

De hecho en época de Ptolomeo II, existe incluso una relación con el gran rey de la Dinastía Mauria Asoka, que dominaba buena parte del sub-continente Indio.

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8B.2. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El inicio de la época ptolemaica en Egipto

Ptolomeo III En el reinado de Ptolomeo III llegamos al punto álgido de la época Ptolemaica, ya que incluso realizó incursiones hacia Babilonia que recuperó contra la Dinastía Seléucida, y recuperó una gran cantidad de estatuas que habían sido llevadas allí durante por los persas tras la conquista de Egipto. De ahí, el título de Evergetes, “benefactor”. También de esta época con Ptolomeo III, podemos citar el Decreto de Canopus que quería imponer la creación de los años bisiestos en Egipto puesto que el calendario civil egipcio era de 365 días y se producía el desfase de un DIA cada cuatro años. Este decreto no tendrá continuidad pero servirá de base para la creación del calendario Juliano siglos después. Entre las obras de Ptolomeo III, la puerta monumental de Bab el-Amara de más de veinte metros de altura que se encuentra frente al templo de Khonsu en Karnak y que sirve de comienzo a una avenida de esfinges que nos lleva al templo de Luxor.

La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII Rebeliones Un fenómeno latente de este periodo es la llamada Anacoresis, el abandono del campo por parte de los campesinos egipcios explotados fiscal y humanamente, que provoca un incremento del bandolerismo y de la inseguridad en Egipto. Pero junto a estas pequeñas rebeliones surgen otros alzamientos de mayor calado. Por ejemplo, el rebelde Herwennefer (206-200 a.C.) o el rebelde Ankhwennefer (200-186 a.C.) conseguirán la independencia de parte del Alto Egipto con el apoyo de los reyes de Meroe, en especial de Ergámenes de Meroe, que se beneficiará de esta situación, no sólo controlando la Baja Nubia, sino teniendo bajo su poder temporalmente la región de Elefantina. Esta gran rebelión de 20 años de duración, tiene lugar desde finales de Ptolomeo IV (221-204 a.C.) a finales de Ptolomeo V (204-181 a. C.).

Durante el reinado de Ptolomeo VI (181-145 a.C.), se produce una rebelión en el año 164 a.C. en el Alto Egipto y otra en el norte en el 185 a.C. que finalizará con la exposición, tortura y ejecución de sus rebeldes en la ciudad de Sais. Hay otro levantamiento que tiene lugar en El Fayum. Durante el año 131 a.C., un año confuso debido a la lucha entre Cleopatra II y Ptolomeo VIII (170-163 a.C./145-116 a.C.), tendríamos que ir al Alto Egipto, a Tebas donde se produce una rebelión que alza como rey a Harsiese, que será el último rey egipcio documentado en época ptolemaica.

Ptolomeo VIII Con Ptolomeo VIII Evergetes II se evidencia la presencia cada vez más importante de Roma.

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8B.3. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII Ptolomeo VIII había sido expulsado de Egipto y se refugió en Cirene donde se había convertido en rey. Viajó con una embajada a Roma y en 161 a.C. fue declarado por el Senado Romano amicus et socius de Roma, en detrimento del rey de Egipto Ptolomeo VI. Este hecho supone ya una interferencia de Roma en los asuntos de la dinastía ptolemaica. Pocos años después, en 155 a.C., tras sufrir un intento de asesinato en Cirene, publica y expone el Testamento de Evergetes, tanto en Roma como en Cirene, en el que lega a Roma sus posesiones y su reino si muere sin descendencia legítima.

Buscaba amedrentar a sus posibles detractores, pero sienta un peligroso precedente que pocos decenios después se hace realidad con Attalos III rey de Pérgamo, cuyo reino por su propio testamento, fue a parar a Roma.

Acceso al poder y sucesión Ptolomeo V fue asesinado por sus propios generales en el año 180 a.C. y, poco después, morirá Cleopatra I su esposa en 176, la primera de las Cleopatras cuya última representante fue la famosa Cleopatra VII, con la que finaliza la época ptolemaica.

Sus hijos todavía pequeños, Ptolomeo VI, Cleopatra II y Ptolomeo VIII constituyen una especie de triunvirato (que va a acabar de mala manera). El en año 152 muere Ptolomeo Eupator, que había recibido previamente el título de Basileus y se configuraba como futuro heredero del trono como hijo mayor de Ptolomeo VI. Siete años después en 145 muere Ptolomeo VI en una de sus campañas en Siria a causa de las heridas sufridas en batalla, de modo que su viuda y hermana Cleopatra II se casa con su otro hermano Ptolomeo VIII, lo que era habitual dentro de la familia ptolemaica. Luego Ptolomeo VIII ordena la ejecución de Ptolomeo, hijo de Ptolomeo VI y Cleopatra II, para eliminar la descendencia masculina de su hermano Ptolomeo VI.

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8B.3. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII

Con Cleopatra II, Ptolomeo VIII tendrá un hijo, Ptolomeo Menfites; parecía que aquí se configuraba una nueva línea dinástica, pero Ptolomeo VIII se casó con su sobrina, la hija de su hermana-esposa Cleopatra II, Cleopatra III. La rivalidad entre madre e hija se recrudece cuando Cleopatra III tiene con Ptolomeo VIII descendencia, los futuros Ptolomeo IX y Ptolomeo X. En el 131 a.C., Cleopatra II consigue su independencia aunque por pocos años. Ptolomeo VIII abandona temporalmente Egipto hasta que reconquista Alejandría en el año 127. Desde Chipre, Ptolomeo VIII ordenará la decapitación de Ptolomeo Menfites y mandará la cabeza a Cleopatra II en la víspera de su cumpleaños. Las horrendas actuaciones de esta dinastía nos han llegado por documentos. A pesar del asesinato de estos hijos de Cleopatra II y de la guerra entre ambos hermanos-esposos, pocos años tras la reconquista de Alejandría por parte de Ptolomeo VIII, vemos nuevamente un triunvirato conformado por Cleopatra II, Ptolomeo VIII y Cleopatra III.

A su muerte en el año 116, Ptolomeo VIII deja en su testamento que “el reino será para Cleopatra III y cualquiera de los dos hijos que ella elija”, quedando Ptolomeo IX Soter II como rey en Egipto (116107 a.C.) y Ptolomeo X Alejandro I como rey de Chipre (desde 114 a.C.). La primera inscripción latina que conocemos en Egipto es precisamente del año 116 a.C. y se haya en el templo de Filae.

Ptolomeo IX Observemos ahora nuevamente este cuadro genealógico, al que habría que añadir a Cleopatra Tea casada con Demetrio II, el rey seléucida, que también acabaría siendo asesinada. Cleopatra II muere en el año 116, una fecha muy cercana a la muerte de Ptolomeo VIII, de muerte natural o eliminada por su hija y enemiga Cleopatra III. Ptolomeo IX se separa de Cleopatra IV y se casa con Cleopatra V Selene.

Antes de su expulsión, Cleopatra IV decide buscar su futuro en el reino seléucida, que se hallaba en guerra civil en estos años entre Antíoco VIII (marido de su hermana Cleopatra Tryphaina) y Antíoco

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8B.3. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII IX; Cleopatra IV busca como marido a Antíoco IX y es mandada asesinar por Cleopatra Tryphaina en 112. Pero, poco después, en 111, Cleopatra Tryphaina es asesinada por el victorioso Antíoco IX.

Vemos muchos lazos de unión con el mundo seléucida pues Cleopatra V Selene será viuda de Antíoco X en el futuro. En el año 107, Cleopatra III favorece la expulsión de Ptolomeo IX que busca refugio en Chipre donde será rey entre el 106 y 88 a.C.

Ptolomeo X Tras la expulsión de Ptolomeo IX, en el 107 a.C. Ptolomeo X Alejandro I se convierte en rey de Egipto hasta el 88 a.C. En el año 103, el rey de Jerusalén de la dinastía Asmonia, Alexander Iannaios intenta la conquista de Aco (actual Acre, llamada entonces Ptolemaïs). Aco pide ayuda al rey de Chipre, Ptolomeo IX, que envía una fuerza de combate, que finalmente es rehusada por la ciudad, con lo cual Ptolomeo IX lleva sus tropas al Este y al Oeste del Jordán en contra de los intereses de Alexander Iannaios. Desde Egipto se va a mandar una fuerza con Ptolomeo X a la cabeza que llegará a Damasco y poco después, en el 102 a.C., otra fuerza con Cleopatra III que llegará hasta Aco. Como vemos el reino seléucida se encontraba tan inmerso en sus problemas internos que era incapaz de combatir por el control de este territorio al que se está desplazando la lucha de los Ptolomeos. Aprovechando que buena parte del ejército egipcio está en Siria, Ptolomeo IX se dirige hacia el sur para tratar de entrar en Egipto. Cleopatra III reacciona ordenando que los príncipes Ptolomeo XI, que es hijo de Ptolomeo X, y los príncipes Ptolomeo de Chipre y Ptolomeo XII, que son hijos de Ptolomeo IX, sean refugiados en la Isla de Kos, donde se encuentra el famoso Asklepieion, junto con parte del tesoro ptolemaico. Ptolomeo IX no llegará a entrar en Egipto ya que Cleopatra III y Ptolomeo X se habrían hecho fuertes previamente en Pelusium.

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8B.3. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII

Cirene Ptolomeo Apión (hijo de Ptolomeo VIII y hermanastro de los Ptolomeos IX y X), según el testamento de Ptolomeo VIII heredaría la Cirenaica, aunque hasta por lo menos quince años después de la muerte de su padre no conseguirá ser rey de Cirene, en el 101. Una vez muere Ptolomeo Apión en el 96, ese territorio pasa a Roma. Desde este momento aumentarán las interferencias de Roma con el fronterizo Egipto. Cirene será provincia romana desde el 75 a.C.

Final del reinado

El rey de Chipre, Ptolomeo IX se separa de Cleopatra V Selene. Cleopatra III es asesinada por Ptolomeo X en el año 101. Tras este asesinato, Ptolomeo X se une a Cleopatra Berenike III que era hija de su hermano Ptolomeo IX. Sin embargo en el año 88, Ptolomeo X tiene que abandonar rápidamente Alejandría y huye en dirección hacia Chipre y Anatolia. Los alejandrinos llaman a Ptolomeo IX que se convierte en rey de Egipto: primer período: 116-107 a.C., desde la muerte de Ptolomeo VIII a su expulsión por Cleopatra II. segundo período: 88-81 a.C., desde la huida de Ptolomeo X hasta su muerte. En ese periodo además van a ver algunas revueltas en Egipto que van a ser rápidamente sofocadas. En su testamento, Ptolomeo X, al igual que hiciera Ptolomeo VIII, había dispuesto que sus posesiones pasasen a manos de los romanos si moría sin descendencia legítima. Esto va a provocar una grave situación para Egipto cuando en un intento por reconquistar Chipre, Ptolomeo X muere en batalla. Mientras tanto en el mundo helenístico ocurren una gran cantidad de hechos. Mitrídates VI (119-63 a.C.) en su expansión por Anatolia llega a conquistar la isla de Kos, donde se encontraban los príncipes egipcios, en el 88. Ptolomeo XI, Ptolomeo de Chipre y Ptolomeo XII quedarán en manos de Mitrídates VI.

Cleopatra Berenike III y Ptolomeo XI Tras la muerte en combate de Ptolomeo X y del nuevo rey Ptolomeo IX en el año 81-80 a.C., quedará como monarca en Egipto Cleopatra Berenike III. Cleopatra Berenike III se ve presionada a unirse obligatoriamente con Ptolomeo XI, que era hijo de Ptolomeo X y de una mujer que desconocemos. A los pocos días de casarse, Ptolomeo XI la asesina quedando como único representante de esta rama de la dinastía ptolemaica. Como consecuencia, los alejandrinos matan a Ptolomeo XI en venganza por su acto contra Cleopatra Berenike III.

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8B.3. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII

Tras el asesinato de Ptolomeo XI, la única heredera legítima del reino ptolemaico era Cleopatra V Selene, como hija de Cleopatra III y Ptolomeo VIII. Además, se había unido con Antíoco X y era madre del futuro Antíoco XIII. Ella podía reclamar la corona del reino de los seléucidas y la corona del reino de los ptolomeos. Sin embargo, en Egipto los alejandrinos eligen a otro candidato.

Ptolomeo XII Primer periodo: acceso al trono Añadiremos ahora a Ptolomeo XII, Cleopatra VI y Ptolomeo de Chipre, hijos de Ptolomeo IX.

En 80 a.C., los alejandrinos van a coronar rápidamente a Ptolomeo XII como rey de Egipto y a Ptolomeo de Chipre como rey de Chipre. Aunque Cleopatra V podría reclamar esas dos coronas, morirá hacia el año 69 asesinada por Tigranes, el rey de Armenia que invadirá el reino de los seléucidas. Ptolomeo XII se casará con su hermana Cleopatra VI pero hacia el año 69-70 a.C. la repudiará, más o menos cuando nace la famosa Cleopatra VII.

Construcciones En la época ptolemaica se erigen muchos templos que son los mejor conservados y más completos que quedan en Egipto. De Ptolomeo XII cabe señalar la decoración o la construcción de muchos de ellos, por ejemplo: el templo de Filae, el templo de Kom Ombo o el templo de Edfu.

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8B.3. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La decadencia ptolemaica hasta Ptolomeo XII

Generalmente de Ptolomeo XII son estas fachadas de los pilonos donde sigue la iconografía habitual del faraón derrotando a los enemigos, símbolo de la victoria del orden sobre el caos.

También veremos a Ptolomeo XII en el templo de Hathor en Dendera. Es decir, un programa constructivo muy intenso que también en parte busca apaciguar al sacerdocio egipcio del Alto Egipto, que al contrario que el sacerdocio de Ptah en Menfis, podría haber estado en contra de los intereses de los ptolomeos.

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Reconocimiento de Roma En esta época final con Ptolomeo XII y Cleopatra VII, el reino de los Ptolomeos, alcanzará nuevamente una extensión similar a la de la época dorada de Ptolomeo I a Ptolomeo III. Sin embargo, el testamento de Ptolomeo X, en el que legaba a Roma sus territorios en caso de morir sin descendencia legítima (similar al de Ptolomeo VIII), tras su muerte en esa batalla por la conquista de Chipre, había dejado a Egipto bajo el peligro de ser anexionada a Roma. En el Senado romano los censores estaban divididos entre dos opiniones encontradas: Censor M. Licinius Crassus a favor de la conquista y anexión a Roma. Censor Q. Lutatius Catulus en contra. Se conservan fragmentos de una carta de Cicerón escrita en el año 65 a.C., De rege alexandrino en la que apoya la opinión de Catulus. Estos años son difíciles para Ptolomeo XII debido a: Necesidad de recursos económicos que deriva en el alza en los impuestos. Miedo a que Roma entre en Egipto por lo que se evita cualquier queja de los romanos como dice Diodoro, quien visitó Egipto hacia el año 60 a.C.: Diodoro Biblioteca Histórica I, 8-9 Incluso en el tiempo en que el rey Ptolomeo aún no era llamado ‘amigo’ por los romanos las gentes aplicaban por temor todo su esfuerzo cuidando a los visitantes de Italia y esforzándose en no dar ningún motivo de queja o de guerra Suetonio también nos habla del dinero que Ptolomeo XII entregó tanto a Pompeyo como a César: Suetonio Jul. 54 Vendió alianzas y reinos, consiguiendo así solamente de Ptolomeo, en su nombre y en el de Pompeyo, cerca de seis mil talentos. Más adelante, sólo a costa de sacrilegios y evidentísimas rapiñas, pudo enfrentarse a los enormes gastos de la guerra civil, de sus triunfos y de los espectáculos. Sabemos que Ptolomeo XII gastó enormes recursos en sobornar a senadores romanos y en recibir el apoyo de Pompeyo, y posteriormente del propio César, incluso pidió dinero a Rabirius Postumus que era uno de los banqueros más conocidos de Roma. Buena parte de los romanos en el senado y dentro del mundo de los banqueros de Roma podían tener interés en que Ptolomeo XII consiguiera su objetivo: ser reconocido como rey de Egipto. Suetonio menciona “seis mil talentos”, esto representaba los ingresos anuales de Egipto, así que esa política llevada a cabo por Ptolomeo XII le salía tremendamente cara. Pero al final, a pesar de ser hijo ilegítimo sobre el que pendía el reconocimiento como auténtico heredero del trono de Egipto consigue ser reconocido como rey (por Roma) en el año 59-58 a.C.: Caesar Lex de rege alexandrino amicus et socius populi romani 59 a.C.

Chipre En el acuerdo que existe entre César y Ptolomeo XII, o entre Roma y Ptolomeo XII, no se incluye Chipre y por lo tanto esta cuestión acaba con el suicidio de Ptolomeo de Chipre, que era hermano de Ptolomeo XII. A partir de este momento, aunque por un espacio de diez años, Chipre va a ser parte de Roma.

Berenike IV Ptolomeo XII recordemos que estaba unido a su hermana Cleopatra VI, aunque después ella fue apartada del poder.

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Cuando llegamos al año 58 a.C. hay una revuelta en Alejandría, Ptolomeo XII ha perdido sus apoyos y son reconocidas como reinas Berenike IV, que era hija de Ptolomeo XII y Cleopatra VI, y la propia Cleopatra VI. Esta morirá en el año 57, así que Berenike IV reinará sola en Alejandría, mientras Ptolomeo XII reside temporalmente en Roma.

Durante esa estancia en Roma, los romanos conocerán de primera mano las técnicas persuasivas utilizadas por los Ptolomeos ya que Ptolomeo XII mandó asesinar a una delegación de 100 alejandrinos que habían sido enviados a Roma para comentar los sucesos acontecidos y legitimizar esa expulsión de Ptolomeo XII de Alejandría; los que no fueron asesinados compraron su silencio a través de sobornos. Berenike IV, se ve obligada a encontrar un esposo corregente: 1.

príncipe de la región de los seléucidas, que morirá pronto.

2.

príncipe que aconsejado por el procónsul de los romanos en Siria Gabinius decidirá no ir a Egipto.

3.

Seleukos Kybiosaktes, será pronto asesinado por Berenike IV.

4.

Archelaos, que se decía hijo de Mitrídates VI del Ponto, aunque en realidad era hijo de un general de Mitrídates.

Ptolomeo XII: segundo periodo Esto va a durar poco, puesto que Ptolomeo XII ha conseguido amplios recursos y el apoyo de los romanos, Marco Antonio (que después tendrá un papel crucial junto a Cleopatra VII) llevará la caballería procedente de Siria. También cuenta con el apoyo del rey Hircano (dinastía Asmonea de Jerusalén) y de Antípatros el Idumeo, el padre del futuro Herodes el grande. Esta consecución de ejércitos llevará a la toma de Pelusium y después tras sendas batallas conseguirán el control de Alejandría y del Delta, la parte principal del Egipto Ptolemaico, restaurando a Ptolomeo XII.

Durante estas batallas muere Archelaos; Berenike IV será ejecutada por Ptolomeo XII tras la victoria. Y así se inicia la segunda parte del reinado de Ptolomeo XII que irá desde el año 55 al 51 a.C. Cuando Ptolomeo XII llega nuevamente al trono de Egipto va a creer conveniente compartir ese trono con su hija Cleopatra VII, pues había una necesidad de reconocer a Cleopatra o a sus hijos como integrantes legítimos de la dinastía Ptolemaica (en realidad ninguno de estos hijos -Cleopatra VII, Ptolomeo XIII, Arsinoe IV o Ptolomeo XIV- eran hijos de una reina).

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8B.4. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El último suspiro del reino ptolemaico Cuando muere Ptolomeo XII en el año 51, Cleopatra VII se queda con el gobierno de Egipto, pero quizás siguiendo con los deseos de su padre, se la debería asociar con Ptolomeo XIII, su hermano menor con el que se llevaba al menos unos ocho años de diferencia.

Cleopatra VII Con Ptolomeo XIII La situación en Egipto en el año 49 a.C. era difícil, los altos impuestos junto con sucesiones de inundaciones bajas, relativamente constantes en esta época, provoca un estado de turbulencias que concluyen con la expulsión de Cleopatra VII que se exilia a Siria donde busca apoyos y la formación de un ejército que le permita recuperar Egipto. Su hermano Ptolomeo XIII, un niño de unos doce años de edad, se queda en Egipto apoyado por sus “guardianes”, personas influyentes que llevan las riendas del estado en realidad, y se hace fuerte en Pelusium.

Justo en ese mismo año 49, había empezado la guerra civil en Roma, cuando se produce el famoso paso del río Rubicon por parte de las tropas de Julio César. Un año después en el 48, Pompeyo el Grande es derrotado por César en la batalla de Farsalia. Pompeyo consigue huir con 2000 mil hombres y unas naves y llega a la costa de Pelusium, donde se entrevista con Ptolomeo XIII buscando su apoyo, sin embargo es decapitación. Cuando Julio César, muy pocos días después, llegue a Alejandría va a recibir el sello de Pompeyo junto con su cabeza. En este momento, Julio César solicitará la presencia de Ptolomeo XIII y de Cleopatra VII, porque Egipto vive ahora un estado de guerra entre estos dos hermanos. Julio César había hecho del palacio de Alejandría su cuartel general y aunque Cleopatra se encontraba fuera de Egipto, se las ingenió para aparecer ante César sin ser previamente descubierta por los aliados de Ptolomeo XIII. A esto se refiere Marco Anneo Lucano: Marco Anneo Lucano - Farsalia 65 d.C. Las desvergonzadas plegarias prevalecieron y, pasando una noche de inenarrable vergüenza con su juez, ella ganó su favor. Cuando César proporcionó una cara paz entre la pareja [hermano y hermana], lo celebraron con un banquete. Con pompa, la reina desplegó sus lujos, desconocidos en la moda romana. Allí, en su belleza fatal se puso la reina finamente embadurnada de ungüentos, no estando contenta ni con su trono ni con su esposo hermano. Ella se puso cargada con todo el botín del Mar Rojo en su cuello y cabello, apenas visible bajo el peso de las gemas y el oro.

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8B.4. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El último suspiro del reino ptolemaico Es la escena famosa de Cleopatra enrollada dentro de una alfombra apareciendo sorpresivamente ante Julio César. Ptolomeo XIII va a vengar a los alejandrinos, va a salir por un balcón del palacio gritando que ha sido traicionado, y esto va a provocar una guerra abierta de Ptolomeo XIII contra Julio César y Cleopatra entre el 49 y el 47 a.C.

Descripción de Cleopatra De Cleopatra se han hecho muchas descripciones, algunas claramente negativas, como la de Bocaccio: Giovanni Bocaccio De claris mulieribus Cleopatra fue una mujer egipcia que devino en objeto de chismorreo para todo el mundo (…). Ella llegó al gobierno a través del crimen. Ella alcanzó la gloria por nada más que su belleza, mientras que por el otro lado ella fue conocida por todo el mundo por su codicia, crueldad y lujuria. Esta es una visión muy negativa asociada a esa leyenda negra que por algunos sectores podría vincularse a Cleopatra. Sin embargo tenemos otra descripción completamente distinta de Plutarco, dice: Plutarco "Se pretende que su belleza, considerada en sí misma, no era tan incomparable como para causar asombro y admiración, pero su trato era tal, que resultaba imposible resistirse. Los encantos de su figura, secundados por las gentilezas de su conversación y por todas las gracias que se desprenden de una feliz personalidad, dejaban en la mente un aguijón que penetraba hasta lo más vivo. Poseía una voluptuosidad infinita al hablar, y tanta dulzura y armonía en el son de su voz que su lengua era como un instrumento de varias cuerdas que manejaba fácilmente y del que extraía, como bien le convenía, los más delicados matices del lenguaje" Según Plutarco el arma utilizada por Cleopatra no era su belleza, sino su trato. De hecho nos indica que podía hablar con etíopes, trogloditas, hebreos, árabes, sirios, medos y partos sin necesidad de hacer uso de intérpretes o traductores: Plutarco, Vida de Antonio, 26 “Ella podía dedicarse con facilidad a cualquier lengua que se propusiera, de modo que había pocos extranjeros con los que ella tuviera que tratar a través de un intérprete, y en la mayoría de los casos ella podía dar respuesta sin intermediarios: a etíopes, trogloditas, hebreos, árabes, sirios, medos y partos. Se dice que ella conocía también la lengua de muchos otros pueblos, aunque los reyes de Egipto precedentes no habían intentado siquiera dominar la lengua egipcia, y algunos habían incluso dejado de hablar el dialecto macedonio”

Muerte de Ptolomeo XIII Esta guerra entre Cleopatra y Ptolomeo va a acorralar a Julio César en Alejandría, (en este momento es cuando se habla del incendio de la famosa biblioteca) por fortuna para él recibe refuerzos de Mitrídates de Pérgamo, que era su general, procedentes de Anatolia, y una pequeña fuerza como apoyo del rey Malchos I de Petra de los Nabateos. Achillas, uno de esos “guardianes” de Ptolomeo XIII, va a llevar la poderosa fuerza que previamente habían estacionado en Pelusium a Alejandría para tratar de derrotar a César, pero éste saldrá victorioso en el año 47. En este proceso habría muerto Ptolomeo XIII y también Achillas, y ahora se busca un acuerdo entre Cleopatra y Ptolomeo XIV que logre la pacificación de Egipto. El acuerdo al que se llega con Julio César, que abiertamente está dominando ya los destinos de Egipto, consiste en:

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8B.4. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El último suspiro del reino ptolemaico Cassius Dio, 52. 44: 2-4 Teniendo miedo de que los egipcios se rebelaran otra vez (…), él le mandó [a Cleopatra VII] que se casara con su otro hermano, y dio el reino a ambos, al menos nominalmente. Pues en realidad tuvo ella sola todo el poder, pues su marido era todavía un niño, y en vista del favor de César no había nada que ella no pudiera hacer. Por tanto, su vida con su hermano y el compartir el gobierno con él fue sólo una mera fachada que ella aceptó, mientras que en verdad ella gobernó sola y consumía su tiempo en compañía de César Arsinoe IV había sido capturada y presentada en el triunfo de Julio César en Roma, pero se le perdonó la vida, y fue llevada a Efeso, y Ptolomeo XIV se une a Cleopatra VII.

Con Ptolomeo XIV Suetonio nos habla de la relación existente entre Julio César y Cleopatra: Suetonio, Jul. 52 1-2 A la que más amó fue a Cleopatra, con la que frecuentemente prolongó festines hasta la nueva aurora, y en nave suntuosamente aparejada se hubiera adentrado desde Egipto a Etiopía si el ejército no se hubiese negado a seguirle. Hízole venir a Roma, dejándola sólo marchar después de haberla colmado de dones y haber consentido en que llevase su nombre el hijo que tuvo de ella. Dijeron algunos escritores griegos que este hijo se parecía a César en el rostro y la apostura. M. Antonio aseguró en pleno Senado que César le había reconocido, e invocó el testimonio de C. Mario, C. Oppio y otros amigos de César; Pero C. Oppio refutó el aserto publicando un libro intitulado: No es hijo de César el que Cleopatra dice serlo. Julio César se queda varios meses viajando por Egipto. Cuando César parta, Cleopatra tendrá ya un embarazo de siete meses, y fruto de este embarazo nacerá el futuro Ptolomeo XV, conocido como Cesarión. Cleopatra busca el reconocimiento de Cesarión como hijo suyo y de Julio César, por eso en esta época hay partidarios de ese reconocimiento y otros que lo niegan rotundamente. Julio César es asesinado (14-marzo-44 a.C.), por lo que Cleopatra abandona Roma, y al llegar a Egipto lo primero que hace es asesinar a Ptolomeo XIV y asociar al trono a Ptolomeo XV, hijo suyo y de Julio César.

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Con Ptolomeo XV

Ptolomeo XV, Theos Philopator Philometor va a aparecer representado en algunos lugares de Egipto como un auténtico faraón. De hecho, cuando nace se le llama faraón Ptolomeo, indicando ya, que va a ser el futuro heredero del trono de Egipto. Esta imagen, procede de la parte posterior del templo de Hathor en Dendera, donde el personaje de la derecha es Ptolomeo XV, Cesarión, y el de la izquierda es, precisamente, Cleopatra VII.

Marco Antonio Una vez había muerto Julio César y se producen estos acontecimientos en Egipto, Cleopatra VII podía tener una posición bastante complicada, así que realiza un viaje espectacular hacia Tarsus en el año 41 a.C. para visitar a Marco Antonio, que era uno de los generales que estaba luchando durante la Guerra Civil posterior a la muerte de Julio César y que había obtenido una victoria contra los asesinos de Julio César en la batalla de Philippi (Filipos). En esta entrevista parece que ella aparece como una auténtica Afrodita y se dice que Marco Antonio pronto quedó atrapado por los modos de tratar de Cleopatra propios de las cortes helenísticas, con todo tipo de lujos a los que no se acostumbraban en Roma. Marco Antonio, evidentemente a petición de Cleopatra, ejecuta a Arsinoe IV, con los que no queda ningún miembro entre los hijos legítimos e ilegítimos de Ptolomeo XII, salvo Cleopatra VII y su propia descendencia. Los restos de Arsinoe IV fueron descubiertos hace ya tiempo, pero la identificación de sus huesos como tal es un hecho relativamente reciente, de hace unos pocos años. Saltando muchos de los acontecimientos que tienen lugar en esta fase del reinado de Cleopatra y su relación con Marco Antonio nos vamos a situar directamente en el año 34 a.C. En este momento, ya han nacido los tres hijos de Cleopatra VII y Marco Antonio: los gemelos Alexander Helios y Cleopatra Selene, y el tercer hijo que es Ptolomeo Filadelfo. En este año 34 a.C., después de la toma de Armenia y la captura de su rey Artabastes, Marco Antonio celebra con gran pompa el triunfo en Alejandría como un auténtico dios

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8B.4. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. El último suspiro del reino ptolemaico Dionisios, y va a visitar a Cleopatra, que se situaba sobre un trono de oro en el templo de Serapis. Es en ese momento cuando se hace reconocer a: Cleopatra VII como reina de reyes Ptolomeo XV Cesarión como rey de reyes Alexander Helios como rey de Armenia y Media Cleopatra Selene se le concede Cirene y Libia Ptolomeo Filadelfo se le da Fenicia, Cilicia y Siria Vemos en este mapa los territorios que el romano Marco Antonio asocia a los distintos miembros de la familia Ptolemaica, territorios superiores a los que tuvo el Egipto ptolemaico a comienzos de su historia.

En el 32 a.C. se acuñarán entonces monedas con estas caras: Cleopatra, con la inscripción Cleopatrae Reginae regum filiorum regum, Cleopatra reina de reyes y sus hijos que son reyes. Marco Antonio, con la inscripción Antoni Armenia devicta pues había derrotado al rey de Armenia Artabastes.

Este es el último momento de esplendor de los Ptolomeos bajo Cleopatra VII que utilizó sus armas para conseguir un objetivo: la subsistencia del reino de los Ptolomeos como reino independiente.

Batalla de Actium A principios del año 32 a.C., Cleopatra y Marco Antonio están reunidos en Éfeso. Hacia el mes de abril, aproximadamente, los tenemos en Samos y poco después, entre mayo y junio, están reunidos en Atenas. El cuartel general de Marco Antonio se va desplazando porque estamos ante los preparativos de una gran campaña que tendría como objetivo la derrota de Octaviano. Marco Antonio había reunido 19 legiones y 800 naves, de las cuales 200 eran egipcias. Además, Cleopatra había sufragado parcialmente los altísimos costes de esta campaña aportando 20.000 talentos de Egipto. El 2 de septiembre del año 31 a.C. se produce la Batalla de Actium entre las fuerzas de Octaviano y las de Marco Antonio-Cleopatra, siendo derrotados estos últimos.

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Esta batalla se había convertido en una auténtica guerra entre Roma y Egipto, más que una parte de la guerra latente entre Marco Antonio y Octaviano. Octaviano había descrito a Cleopatra como un enemigo mortal de Roma y como consecuencia los partidarios de Marco Antonio, entre ellos 300 o 400 senadores, habían tenido que huir para crear un nuevo Senado junto a Marco Antonio durante esa estancia en Éfeso. Además Octaviano, había conseguido el testamento de Marco Antonio y lo había leído en el Senado; Marco Antonio quería ser enterrado junto a Cleopatra y confirmar a Cesarión como hijo de César. Los romanos veían sus intereses perjudicados pues Marco Antonio buscaba convertir a Alejandría en la gran capital imperial en detrimento de Roma. Por todo ello, Octaviano encontró notables apoyos en su lucha contra Marco Antonio. Tras la derrota, Cleopatra va a huir hacia Alejandría, mientras que Marco Antonio huye hacia la región Cirenaica. Pero el gobernador de Cirene no solo no le presta apoyo, sino que se pasa al bando de Octaviano, de Augusto. De este modo, Marco Antonio llegará a Alejandría con un problema evidente: los distintos reinos orientales van a pasarse rápidamente al bando de Augusto: los reinos de Anatolia, de Siria, incluso Herodes el Grande (que él puso como rey en la región de Judá). Los nabateos (quizás, como venganza de la pérdida territorial nabatea sufrida hacia el año 37 a.C. por la reorganización a favor de Cleopatra) destruyen la flota que Cleopatra había preparado en el Mar Rojo para escapar con ella hacia Arabia o hacia la India.

Egipto capturado Llegamos al año 30 a.C. Cayo Cornelius Gallus, que será el primer prefecto de Egipto una vez este territorio sea conquistado por los romanos, se dirige por el Oeste hacia Alejandría. A su vez, otras fuerzas vienen de la región de Siria-Palestina tomarán fácilmente Pelusium. Un combate entre Marco Antonio y la caballería augústea se producirá en las cercanías de Alejandría con victoria de Marco Antonio. Sin embargo, esto será un golpe de suerte puesto que al día siguiente, la poca flota que le quedaba y su propia caballería le abandonarán todos al bando de Octaviano.

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El hecho es que el 1 de agosto del año 30 a.C. Octaviano entra triunfal en Alejandría y a partir de este momento los romanos consideran que Egipto ha sido capturado y conquistado, como indica la moneda que vemos en la pantalla. Marco Antonio, creyendo que Cleopatra había muerto, intentará suicidarse. Plutarco nos lo cuenta así: Plutarco, Antonio No, había sido la herida de las que causan la muerte al golpe; y (…) pedía a los que se hallaban presentes que lo acabaran de matar; mas ellos huyeron de la habitación, (…) hasta que llegó de parte de Cleopatra su secretario Diomedes, con encargo de llevarle al Mausoleo donde aquella se hallaba. Informado de que vivía, pidió con encarecimiento a los esclavos que le tomaran en brazos, y así lo llevaron a las puertas de aquel edificio. Cleopatra no abrió la puerta, sino que, asomándose por las ventanas, le echó cuerdas y sogas con las que ataron a Antonio; ella tiraba de arriba con otras dos mujeres, que eran las únicas que había llevado al Mausoleo. Dicen los que presenciaron este espectáculo, haber sido el más miserable y lastimoso, porque le subían del modo que referimos, bañado en sangre, moribundo, tendiendo las manos y teniendo en ella clavados los ojos. Moribundo se enterará de que Cleopatra aún vive, y pedirá ser llevado hacia el Mausoleo donde ella se refugiaba junto a dos de sus sirvientas. Cleopatra y sus propias sirvientas alzan el cuerpo de Marco Antonio hasta una ventana. El morirá. Augusto llevará a Cleopatra hacia el Palacio de Alejandría donde ella quedará recluida. La intención de Octaviano es llevar a Cleopatra a Roma para exhibirla dentro de su desfile triunfal como el gran trofeo de la guerra. Ella, aparentando querer salvar su vida, y a pesar de estar vigilada, se suicida para no ser exhibida. Hay varias versiones, no vamos a comentar este, este aspecto, no tenemos tiempo tampoco. Pero la cuestión principal es que logra suicidarse tanto ella como las dos sirvientas que la ayudan en este menester. De modo que Octaviano ya no podrá realizar ese deseo de exhibirla en el triunfo en Roma: Plutarco Después del banquete, teniendo Cleopatra escrita y sellada una carta, la mandó a César, y dando orden de que todos se retiraran, a excepción de las dos mujeres, cerró las puertas. Abrió César la carta, y viendo que lo que contenía eran ruegos para que se le diese sepultura con Antonio, al punto comprendió lo que estaba sucediendo; y desde luego quiso marchar él mismo a darle socorro (…); pero el daño había llegado rápidamente, pues por más que corrieron, se hallaron con que los de la guardia nada habían oído, y abriendo las puertas, vieron ya a Cleopatra muerta en un lecho de oro, regiamente adornada. De las dos criadas, la que se llamaba Eira estaba muerta a sus pies, y Carmión, ya vacilante y torpe, le estaba poniendo la diadema que tenía en la cabeza. Suetonio nos indica que Octaviano permitió que tanto Marco Antonio como Cleopatra reposaran en una sepultura común, de hecho, ordenó que se concluyese la tumba que ellos mismos habían comenzado a construir: Suetonio, Augusto, 17 Concedió a los dos esposos que reposaran en sepultura común, y ordenó que se concluyese la tumba que ellos mismos habían comenzado a construir. (…) El joven Antonio, el mayor de los dos hijos que el triunvirio había tenido de Fulvia, fue tras continuas e inútiles súplicas, a refugiarse a los pies de la estatua de César; Augusto le arrancó de allí y mandó darle muerte.

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Cesarión, que Cleopatra decía haber tenido de César, fue alcanzado mientras intentaba huir y entregado al suplicio. En cuanto a los otros hijos de Antonio y de la reina, los consideró como miembros de su familia, los educó y aseguró posición en proporción a su nacimiento.

Los descendientes de Cleopatra Respecto a qué pasó con los hijos de Cleopatra, según hemos leído en Suetonio, Cesarión en su huida hacia el sur, probablemente en un intento de marchar hacia la India o Arabia, fue capturado y salvajemente asesinado. Cesarión evidentemente era el primer objetivo de Octaviano, no quería que ese supuesto hijo de César y Cleopatra siguiera con vida. El triunfo que se celebra en Roma en el año 29 a.C. muestra unos fastos espectaculares, como nos indica Dio: C. Dio, LI: 21 En el segundo día de celebraciones fue conmemorada la victoria naval de Actium, y en el tercero la toma de Egipto. Todas las procesiones fueron notables, gracias a los botines de Egipto (…), pero la conmemoración egipcia sobrepasó a todas en coste y magnificencia. Entre otras cosas fue llevada una figura de Cleopatra muerta en un lecho, de modo que ella fuera llevada así con los otros cautivos y sus hijos, Alexander, también llamado Helios, y Cleopatra, también llamada Selene, como parte del espectáculo y un trofeo en la procesión. Después de ellos venía César, cabalgando detrás de todos ellos. Dado que Cleopatra se había suicidado y estaba muerta, lo que hizo Octaviano fue presentarla en forma de estatua rodeada de algunas serpientes, pues una de las versiones decía que fue la picadura de una serpiente la que provocó la muerte de Cleopatra. En el desfile tenemos a Alexander Helios y a Cleopatra Selene, que iban detrás. Los hijos tenidos con Marco Antonio fueron educados por Octavia, la esposa legal de Marco Antonio y también hermana de Octaviano. De Alexander Helios y de Ptolomeo no sabemos cuál fue su fin. Cleopatra Selene fue desposada con Juba II de Mauritania hacia el año 20 a.C. y fue reina de Mauritania en los siguientes años. En esa época la capital de Mauritania, Caesarea, fue convertida en una pequeña Alejandría con una importante biblioteca, siguiendo un poco la tradición de Mauritania. Y el hijo de Juba II y Cleopatra Selene, llamado Ptolomeo de Mauritania, llegaría a ser rey de Mauritania a la muerte de su padre hasta que en el año 40 d.C. fue ejecutado por orden del emperador Calígula. Con lo cual con Ptolomeo de Mauritania finalizaría esta dinastía Ptolemaica en sus últimos eslabones.

La época romana en Egipto El Egipto romano se convierte en una de las regiones más importantes bajo dominio romano. Egipto era “el granero de Roma”, una zona muy rica de la que los romanos quisieron sacar el máximo provecho.

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Augusto

Desde el principio podemos ver en Egipto a Augusto representado como faraón. En la misma época de Augusto, una misión militar llevó a los romanos hasta la antigua ciudad de Napata como respuesta a la conquista temporal que Candace, la reina de Meroe, había realizado en la zona de Elefantina y Siene (Aswan) en el año 25 a.C. Después, en el 21 a.C. Hiera Sykaminos, Maharraqa, se convertiría en la frontera sur del dominio romano, de modo que entre Asuán o Elefantina y Maharraqa tendríamos la llamada región del Dodekaschoinos que durante un tiempo fue una zona militarizada que servía de tapón entre el reino de Meroe y el territorio propiamente egipcio.

Nerón En época de Nerón se realiza multitud de obras en Egipto. Aquí lo que tenemos es el Mammisi de Dendera, que representa el lugar del nacimiento del dios Ihy como hijo de Horus y Hathor. En esta época se realizan varias construcciones similares en otras partes de Egipto aunque este es uno de los mejor conservados. El Mammisi de Nerón se sigue decorando y se siguen construyendo partes del mismo hasta la época de Antonino Pío. Con Nerón van a entrar en Egipto los cristianos. A partir de Nerón la presencia cristiana va a ser más y más importante hasta convertirse en un elemento esencial para entender el devenir de la cultura egipcia.

Adriano Este pequeño edificio pertenece a la época de Adriano y nos recuerda la creciente importancia de los cultos a Serapis y la diosa Isis. Está en Luxor, frente al primer pilono de Ramsés II y conserva la figura de la diosa Isis (aunque decapitada).

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Actuaciones Templos Otros templos que podemos reseñar son los dedicados a los dioses cocodrilo, principalmente Sobek, como el de Karanis, el de Qasr Qarun o el de, todos estos en la región de El Fayum.

El Serapeum, en Alejandría es el centro principal del culto a Serapis, un culto sincrético iniciado por los ptolomeos, que halló una gran difusión además de en Egipto, en el Mediterráneo en general y por tanto también en Roma. El Serapeum permaneció activo durante muchísimo tiempo. La columna de Pompeyo, está dedicada a Diocleciano hacia el año 298 d.C. Tras el decreto del emperador Teodosio, el Serapeum fue destruido hacia el año 391 d.C. A la derecha, una imagen del templo romano de Tuna elGebel que se halla en el Egipto Medio. Además de un pequeño templo romano, también existe un templo rupestre dedicado a Amón y a Sobek, y otro serapeum. Son pequeñas muestras de las notables construcciones que se hicieron en época romana en Egipto. Una de las más conocidas, es el Quiosco de Trajano, en la isla de Philae, aunque las últimas investigaciones parecen demostrar que en realidad esta estructura tiene su origen en época augústea. Kalabsha, Taffa, Debod y Dendur son templos que fueron desmantelados a causa del crecimiento de las aguas debido a la construcción de la gran presa del lago Nasser. El templo de Taffa se halla actualmente en el Museo del Leiden, el templo de Debod en Madrid, el de Dendur en el Museo Metropolitano de Nueva York y el templo de Kalabsha está en Egipto, pero trasladado otro lugar cerca de la gran presa. Todos estos templos fueron construidos, total o parcialmente, durante la época de Augusto, (también hay intervención de otros emperadores).

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Estas edificaciones muestran la gran actividad constructiva de Augusto, a pesar de ser el primer romano que domina Egipto, también se hicieron numerosas obras públicas. Augusto recortó los privilegios de los sacerdotes confiscando sus tierras, lo que dejó impotentes a los grandes cleros egipcios.

Otros templos que podemos mencionar son los de Qasr el-Hagar y Qasr el-Zayan.

Qasr el-Hagar se halla en el oasis de Dakhla y aquí se rinde culto a la tríada tebana. Es un templo prácticamente de época romana. El de Qasr el-Zayan se halla en el oasis de Hadjar, y también tiene como objetivo el culto a la tríada tebana formada por Amón, Mut y Khonsu.

El mundo funerario Dentro de la esfera funeraria, quizás podríamos hacer referencia a la necrópolis de Kom el-Shogafa. Esta necrópolis pertenece al siglo I-II d.C., época romana. Fue descubierta en 1892 y tiene tres niveles subterráneos. Es una especie de catacumba que probablemente se iniciaría como tumba de una familia particular pero que fue creciendo en tamaño. Aunque estemos en una gran necrópolis alejandrina en época romana, lo cierto es que vemos como la iconografía funeraria egipcia permanece, aunque con clara influencia romana. Por ejemplo, la figura

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del dios Anubis, en la fotografía inferior derecha, que aparece casi como un legionario. Anubis era uno de los dioses egipcios más respetados, junto a la diosa Isis, pues su forma de chacal era fácilmente confundible o asimilada al cancerbero. Esa semejanza de algunas formas funerarias egipcias facilitó su transmisión al mundo romano.

Los egipcios solían enterrarse con máscaras, recordemos la famosa máscara de Tutankhamon y muchas otras. Tanto la máscara, como de la propia forma de cabeza de los ataúdes antropomorfos, van a tener un proceso evolutivo y quizás una de las últimas formas de este proceso es la siguiente:

Pinturas a la encáustica como la de arriba, que nos muestra a una mujer llamada Aline, que sabemos que en el año 107 d.C. murió con 35 años de edad. O por

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ejemplo el personaje de la derecha que lleva el símbolo que lo distingue como sacerdote de Serapis. Se han encontrado cerca de 1000 retratos de este tipo y los más antiguos son de época de Tiberio y sobre todo son típicos de la zona de Hawara y er-Rubayat en la zona de El Fayum.

Culto a la diosa Isis El culto a la diosa Isis halló un gran protagonismo no solo en época ptolemaica sino también en época romana. La estatua representa a la diosa Isis perfectamente romanizada en su aspecto. Las otras imágenes muestran el propio templo de Isis que había en Pompeya (las dos imágenes centrales donde se ve el estado actual y la reconstrucción de cómo podía ser) y la imagen de la derecha es un fragmento de una pintura hallada en Herculano que muestra precisamente parte de los ritos isiacos que se habían difundido también por todo el Mediterráneo.

Constantino Constantino es un emperador que gobierna desde el 306 al 337 d.C. A Constantino se debe el famoso Edicto de Milán del año 313 d.C. en el que se ofrece la libertad de religión y permite el cristianismo en todo el Imperio romano dejando atrás esas persecuciones, que habían sido muy intensas en época de Diocleciano. Este edicto tuvo un precedente en época del emperador Galerio, apenas dos años antes, a través del Edicto de Nicomedia. En el 325, gobernando Constantino, se realiza el Concilio de Nicea. Un concilio dirigido por Osio de Córdoba que pretendía construir la unidad de la iglesia cristiana que estaba muy fragmentada.

Teodosio I el Grande Con Constantino se van a producir una serie de cambios que van a favorecer al cristianismo pero es bajo Teodosio en el año 380 cuando mediante el Edicto de Tesalónica el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio. El cristianismo que se convierte en religión oficial del estado es el cristianismo niceno, puesto que como hemos dicho antes, ya había una fragmentación dentro del cristianismo y varias corrientes de pensamiento. Sobre todo, en aquélla época, la gran discusión era cuál era la naturaleza de Jesús, si era divina o no.

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8B.5. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua. La época romana en Egipto

Teodosio había gobernado desde el año 379 al 395, y desde 392 será el último emperador romano en tener dominio sobre las dos partes del imperio, sobre un imperio unificado. Con el cristianismo como religión oficial del estado se produce por lo tanto una persecución contra todos los cultos paganos. El Edicto de Tesalónica, y los que son promulgados en los diez años posteriores, acarrean la persecución de los sacrificios realizados en templos paganos, y el cierre y la destrucción de centenares de templos paganos no solo en Egipto, sino en cualquier otro territorio bajo dominio romano. Veremos como la cruz cristiana empezará a difundirse rápidamente por todas las estructuras de época faraónica en Egipto, y de hecho muchas iglesias cristianas se van a realizar sobre los cimientos de templos destruidos. En esta época es cuando se destruye el gran Serapeum de Alejandría. La excepción es el templo de Filae. El templo de Filae dedicado a la diosa Isis se encuentra en la frontera sur de Egipto y es lugar de peregrinaje por parte de culturas sureñas del mundo meroítico y posteriormente los blemies y los nobatia. Esto hizo que por cuestión meramente diplomática, los diversos emperadores romanos fueran permisivos y tomaran a Filae como una excepción, de modo que durante un largo tiempo aún ese templo pudo subsistir como el único legado de la milenaria cultura faraónica. Así que en Filae evidentemente tenemos la última inscripción jeroglífica de agosto del año 394 d.C. dedicada al dios Mandulis, (es la fotografía que vemos a la izquierda). También en Filae, en la terraza del templo, encontraremos la última inscripción demótica datada que conocemos que fue escrita hacia el 2 o 12 de diciembre del año 452 d.C. en la que se menciona a Smeto que era primer sacerdote de la diosa Isis.

Justiniano I el Grande Será Justiniano, un gran emperador bizantino, el que ordene el cierre del templo de Isis, Filae, aproximadamente hacia mediados del siglo VI d.C. (551), que a partir de ese momento se convertirá en una iglesia cristiana. Esto supone el fin del último eslabón de la cultura y religión de los faraones en Egipto.

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Cuadro genealógico de los Ptolomeos

8B.-. De Alejandro a Teodosio - Ocaso de la civilización egipcia antigua.

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8B. De Alejandro a Teodosio- Ocaso de la civilización egipcia antigua

DE ALEJANDRO A TEODOSIO- OCASO DE LA CIVILIZACIÓN EGIPCIA ANTIGUA ........... 1 ALEJANDRO MAGNO, FARAÓN DE EGIPTO ............................................................................... 1 E NCUENTRO CON DARÍO III ................................................................................................................. 1 BATALLAS EN LA COSTA LEVANTINA .................................................................................................... 2 E GIPTO ............................................................................................................................................... 3 Visita al Oasis de Siwa.................................................................................................................... 3 Fundación de Alejandría ................................................................................................................. 3 Faraón ........................................................................................................................................... 3 Templo de Luxor ....................................................................................................................................... 3 Templo de Karnak...................................................................................................................................... 4

Administradores civiles ................................................................................................................... 5 CAMPAÑAS HACIA EL ESTE .................................................................................................................. 5 EL INICIO DE LA ÉPOCA PTOLEMAICA EN EGIPTO ................................................................ 6 ORGANIZACIÓN DEL IMPERIO TRAS LA MUERTE DE ALEJANDRO ............................................................ 6 SECUESTRO DEL CUERPO DE ALEJANDRO ............................................................................................. 7 FILIPO ARRIDEO .................................................................................................................................. 7 LUCHAS POR EL PODER ........................................................................................................................ 7 Alejandro IV: Estela del Sátrapa ..................................................................................................... 9 CONTINÚAN LAS LUCHAS..................................................................................................................... 9 Antígono ....................................................................................................................................... 10 E GIPTO ............................................................................................................................................. 10 Ptolomeo I .................................................................................................................................... 10 Alejandría ................................................................................................................................................ 10

Ptolomeo II ................................................................................................................................... 11 Ptolomeo III.................................................................................................................................. 13 LA DECADENCIA PTOLEMAICA HASTA PTOLOMEO XII...................................................... 13 REBELIONES...................................................................................................................................... 13 PTOLOMEO VIII ................................................................................................................................ 13 Acceso al poder y sucesión ............................................................................................................ 14 PTOLOMEO IX ................................................................................................................................... 15 PTOLOMEO X .................................................................................................................................... 16 Cirene........................................................................................................................................... 17 Final del reinado .......................................................................................................................... 17 CLEOPATRA BERENIKE III Y PTOLOMEO XI ........................................................................................ 17 PTOLOMEO XII.................................................................................................................................. 18 Primer periodo: acceso al trono .................................................................................................... 18 Construcciones ............................................................................................................................. 18 Reconocimiento de Roma .............................................................................................................. 20 Chipre ..................................................................................................................................................... 20

BERENIKE IV .................................................................................................................................... 20 PTOLOMEO XII: SEGUNDO PERIODO ................................................................................................... 21 CLEOPATRA VII ................................................................................................................................ 22 Con Ptolomeo XIII ........................................................................................................................ 22 Descripción de Cleopatra ............................................................................................................. 23 Muerte de Ptolomeo XIII ............................................................................................................... 23 Con Ptolomeo XIV ........................................................................................................................ 24 Con Ptolomeo XV ......................................................................................................................... 25 Marco Antonio .............................................................................................................................. 25 Batalla de Actium .................................................................................................................................... 26 Egipto capturado ...................................................................................................................................... 27

Los descendientes de Cleopatra..................................................................................................... 29 LA ÉPOCA ROMANA EN EGIPTO................................................................................................. 29 AUGUSTO.......................................................................................................................................... 30 NERÓN.............................................................................................................................................. 30 ADRIANO .......................................................................................................................................... 30 ACTUACIONES ................................................................................................................................... 31 Templos ........................................................................................................................................ 31

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8B. De Alejandro a Teodosio- Ocaso de la civilización egipcia antigua

El mundo funerario ....................................................................................................................... 32 CULTO A LA DIOSA ISIS ...................................................................................................................... 34 CONSTANTINO .................................................................................................................................. 34 TEODOSIO I EL GRANDE..................................................................................................................... 34 JUSTINIANO I EL GRANDE .................................................................................................................. 35 CUADRO GENEALÓGICO DE LOS PTOLOMEOS ...................................................................... 36

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IEPOA INSTITUT D’ESTUDIS DEL PRÒXIM ORIENT ANTIC

MAR MEDITERRÁNEO

N Buto Alejandría

Sais

Tanis Avaris Bubastis

Busiris

BAJO E G I P TO

Heliópolis EL CAIRO Giza Abusir Saqqara Menfis Dahshur Lisht Meidum El-Fayum Lahun Heracleópolis

Oasis de Siwa

Hermópolis

Meir Asiut

Oasis de Farafra Oasis de Dakhla

DE

SI ( D E RT es O ie rt OC C o L

L TA EN o) RI big á Ar

T EN ) ID co i íb

Serabit el-Khadim

O

DE (D SIE es R i e TO rt Beni Hasan o Amarna

Oasis de Bahariya

AL

SINAI

Abidos

A LTO E G I P TO Oasis de Kharga

Wadi Hammam

at

Dendera Coptos

Nagada Armant Tebas Moalla

Esna El-Kab Hieracómpolis Edfu

Djebel el-Silsila Kom Ombo Elefantina 1ra catarata

Abu Simbel

Djebel Uweinat 0

400 km

Mapa: © B. SÉGALAS, IEPOA-UAB

2da catarata

Asuán Filae

BAJA NUBIA

MAR ROJO

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LAS DINASTÍAS FARAÓNICAS por Josep Cervelló Autuori y José Lull

Los reyes egipcios poseían un protocolo compuesto por cinco títulos fijos (o sea, idénticos para todos los reyes) y cinco nombres propios o epítetos, uno por título, específicos para cada rey. Los cinco títulos, como iréis descubriendo en las lecciones 1 y 2, son, según el orden canónico: a) el título de Horus, que identifica al rey con este dios y se escribe en jeroglíficos: ; b) el título de Nebty o “Dos Señoras”, que se refiere a las diosas tutelares del Alto y del Bajo Egipto, Nekhbet y Wadjet, protectoras del rey, y se escribe en jeroglíficos: ; c) el título de Horus de oro, que probablemente alude a la divinidad del rey como criatura solar, pues el oro es la “carne” de Re, el dios Sol; se escribe en jeroglíficos: ; d) el título de Nesu-bit o “Rey del Alto y Bajo Egipto”, que alude a las dos mitades en que se divide simbólicamente el Estado egipcio y se escribe en jeroglíficos: ; e) el título de Sa-Ra o “Hijo de Re”, que alude explícitamente a la filiación solar del rey y se escribe en jeroglíficos: . El nombre propio correspondiente al título de Horus se escribe dentro de un rectángulo, llamado serekh, que evoca el palacio real, símbolo de la esencia del propio rey: . Los nombres propios correspondientes a los títulos de “Rey del Alto y Bajo Egipto” y de “Hijo de Re” se escriben . Los nombres dentro de “cartuchos”, unos signos ovalados que simbolizan el circuito del Sol: propios o epítetos correspondientes a los títulos de “Dos Señoras” y de “Horus de oro” se escriben sin delimitación alguna. He aquí, a modo de ejemplo, el protocolo completo de Ramsés II (dispuesto en 5 columnas, una por título):

a

b

c

d

e

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a) “Horus: El toro poderoso, el amado de Maat”. b) “Dos Señoras: Aquel que protege a Egipto y somete a los países extranjeros”. c) “Horus de oro: Rico en años y grande en victorias”. d) “Rey del Alto y Bajo Egipto: Usermaatre (= Re es poderoso en justicia) Setepenre (= El escogido de Re)”. e) “Hijo de Re: Ramsés (= Ramessu = Es Re quien lo ha generado) Meriamon (= El amado de Amón)”.

El protocolo faraónico no fue una creación puntual, sino que los títulos fueron apareciendo y sumándose a él progresivamente desde la llamada dinastía 0, a finales del Predinástico, hasta la IV dinastía. El primer título en aparecer y el único que tuvieron los primeros reyes (desde finales del Predinástico hasta mediados de la I dinastía) fue el título de Horus. Después fueron apareciendo, por este orden: el título de “Rey del Alto y Bajo Egipto” (mediados de la I dinastía), el título de “Dos Señoras” (finales de la I dinastía), el título de “Horus de oro” (finales de la III dinastía) y el título de “Hijo de Re” (mediados de la IV dinastía). El protocolo completo y en su orden canónico (aquel con el que lo hemos descrito al principio) no quedó definitivamente fijado hasta la V dinastía y, sobre todo, hasta el Reino Medio. Por eso, los reyes de las primeras dinastías (de 0 a III)nos son conocidos por el nombre correspondiente al título de Horus, el más antiguo e importante de esos tiempos, o sea, por el nombre encerrado en el serekh (es el caso, por ejemplo, de Narmer), mientras que los reyes desde la IV dinastía en adelante nos son conocidos por los nombres correspondientes bien al título de “Rey del Alto y Bajo Egipto” bien al título de “Hijo de Re”, o sea, por sus nombres encerrados en cartuchos (es el caso, por ejemplo, de los reyes llamados Ramsés). En la lista que sigue se consignan en VERSALES los nombres por el título de Horus (sólo para las primeras tres dinastías) y en redonda normal, los de “Rey del Alto y Bajo Egipto” y/o “Hijo de Re”. Para los primeros cuatro reyes de la I dinastía damos un “segundo nombre” entre paréntesis (el primero de ellos es el famoso Menes, correspondiente a Narmer). En efecto, estos nombres no están claramente documentados en la epigrafía de la I dinastía, sino que proceden de la tradición posterior (anales reales de la V dinastía, listas reales de la Época Ramésida o de Manetón). Es muy probable, pues, que estos reyes tuvieran ya estos “segundos nombres”, pero que fueran de uso muy limitado. Sea como fuere, no estaban asociados aún a título alguno, puesto que, como queda dicho, el título de “Rey del Alto y Bajo Egipto” no apareció hasta mediados de la I dinastía. Los últimos dos reyes de la II dinastía cambiaron su título de Horus por dos títulos nuevos y nunca más utilizados tras ellos: un título de Seth y un título de Horus-y-Seth, respectivamente; en efecto, por razones no esclarecidas, dejaron de identificarse con el dios Horus y pasaron a hacerlo con el dios Seth o con Horus y Seth a la vez. En la lista, los nombres correspondientes a estos títulos también se consignan en VERSALES, pero con la indicación de los títulos delante. Los nombres regios egipcios admiten diversas transcripciones en español, bien porque pueden transcribirse tanto directamente del egipcio como de la transcripción griega (como es el caso de Khufu y Keops o de Senusert y Sesostris), bien porque la transcripción directa del egipcio puede vocalizarse de formas diferentes (como es el caso de Sahure y Sahura). Es importante que tengáis presente que los dos profesores de este curso utilizan a veces formas distintas de un mismo nombre, según sus preferencias. En la lista se consignan las variantes más importantes de cada nombre, separadas por barras (ej: Snofru/Snefru). Para evitar repeticiones farragosas, sin embargo, señalamos aquí que:

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a) todo nombre acabado en -re (nombre del dios solar) puede transcribirse también acabado en-ra: Neferkare = Neferkara. b) el componente inicial Hotep- o final -hotep de algunos nombres puede transcribirse también Hetep- o -hetep. De estas variantes, en la lista aparece siempre tan sólo la primera.

ÉPOCA TINITA (3100-2700 a.C.) Dinastía I tinita (menfita)

KHABA SANAKHT Nebka QAHEDJET(?) Huni

NARMER (Menes) AHA (Teti) DJER (Iti) DJET (Ita) DEN Khasty ANDJIB Merpubia SEMERKHET Sem(esu) (?) QAA Qaa

Dinastía IV menfita

Dinastía II tinita (menfita)

Dinastía V menfita

HOTEPSEKHEMUY Hotep NEBRE o RANEB Kakau NINETJER Ninetjer Uneg SENDJI Sendji SEKHEMIB Perenmaat / SETH PERIBSEN KHASEKHEM/HORUS-Y-SETH KHASEKHEMUY Nebuihotepimef

Userkaf Sahure Neferirkare Kakai Shepseskare Neferefre/Raneferef Niuserre Ini Menkauhor Akauhor/Ikauhor Djedkare Isesi Unis/Unas

Snofru/Snefru Khufu/Keops/Queops Djedefre/Radjedef Khafre/Kefren/Quefren Menkaure/Micerino Shepseskaf

Dinastía VI menfita

REINO ANTIGUO (2700-2200 a.C.) Dinastía III menfita NETJERKHET Netjerkhet (llamado Djeser/Djoser desde el Reino Medio) SEKHEMKHET Djeserty

Sehoteptaui Teti Userkare Merire Pepy I Antiemsaef Merenre I Neferkare Pepy II Antiemsaef Merenre II Nitocris (reina)

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PRIMER PERIODO INTERMEDIO (2200-2050 a.C.)

SEGUNDO PERIODO INTERMEDIO (1760-1540 a.C.)

Dinastías VII-VIII menfitas

Dinastías XIIIy XIV

Qakare Ibi/Aba

Dinastía XV (hyksos)

Dinastías IX-X heracleopolitanas

Shemuqenu Aper-Anati Sekerher Seuserenre Khian/Khyan/Khayan Aauserre Apepi/Apofis/Apophis Khamudi

Khety I (...) Khety II Khety III Merikare

Dinastía XVI tebana Dinastía XI (inicio) tebana Dinastía XVII tebana Montuhotep/Mentuhotep I Antef/Intef I Antef/Intef II Antef/Intef III

Dinastía XI (final) tebana

Sekhemrewahkhau Rahotep Sekhemreshedtauy Sebekemsaf I Sekhemreupmaat Antef/Intef VI Nubkheperre Antef/Intef VII Sekhemreherhermaat Antef/Intef VIII Sekhemrewadjkhau Sebekemsaf II Sanakhtenre Ahmose (Taa/Tao I) Seqenenre Taa/Tao II Wadjekheperre Kamose

Nebhepetre Montuhotep/Mentuhotep II Seankhkare Montuhotep/Mentuhotep III Nebtauire Montuhotep/Mentuhotep IV

REINO NUEVO (1540-1076 a.C.)

Dinastía XII

Dinastía XVIII tebana (y amarniense)

Sehotepibre Amenemhat I Kheperkare Senusert/Sesostris I Nebkaure Amenemhat II Khakheperre Senusert/Sesostris II Khakaure Senusert/Sesostris III Nimaatre Amenemhat III Maakherure Amenemhat IV Nefrusobek/Sobeknefru (reina)

Nebpehtire Ahmose/Amosis Djeserkare Amenhotep/Amenofis I Aakheperkare Tutmosis/Tuthmosis I Aakheperenre Tutmosis/Tuthmosis II Maatkare Hatshepsut (reina) Menkheperre Tutmosis/Tuthmosis III Aakheperure Amenhotep/Amenofis II Menkheperure Tutmosis/Tuthmosis IV Nebmaatre Amenhotep/Amenofis III Neferkheperure-Waenre Amenhotep/Amenofis IV → Akhenaton

REINO MEDIO (2050-1760 a.C.)

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Ankhkheperure Smenkhkare Ankhetkheperure Neferneferuaton Nebkheperure Tutankhaton → Tutankhamon Kheperkheperure Ay Djeserkheperure-Setepenre Horemheb Dinastía XIX tebana (y piramésida) Menpehtire Ramsés I Menmaatre Seti I Usermaatre-Setepenre Ramsés II Baenre-MerinetjeruMerneptah/Merenptah/ Mineptah Menmire-Setepenre Amenmeses Userkheperure-Setepenre Seti II Akhenre-Setepenre Siptah Sitre-Meritamon Tausert (reina) Dinastía XX tebana (y piramésida) Userkhaure-Setepenre Setnakht Usermaatre-Meriamon Ramsés III Heqamaatre Ramsés IV Usermaatre-Sekheperenre RamsésV Nebmaatre-Meriamon Ramsés VI Usermaatre-Setepenre Meriamon Ramsés VII Usermaatre-Akhenamon Ramsés VIII Neferkare-Setepenre Ramsés IX Khepermaatre-Setepenre Ramsés X Menmaatre-Setepenptah Ramsés XI

Dinastía XXII tanita Sheshonq I Osorkon I Takelot I Sheshonq II Osorkon II Sheshonq III Hedjkheperre Sheshonq IV Pimay/Pamy Sheshonq V Dinastía XXIII tebana o Línea del Alto Egipto (y reyes opositores) Harsiese Takelot II Padibastet I Iuput I Sheshonq VI Osorkón III Takelot III Rudamón Ini Dinastía XXIII leontopolita Iuput Dinastía de Bubastis-Tanis Padibastet II Osorkon IV

TERCER PERIODO INTERMEDIO (1076-664 a.C.)

Dinastía XXIV saíta

Dinastía XXI tanita

Tefnakht Bakenrenef/Bocoris/Bocchoris

Smendes Amenemnisu Psusennes I Amenemope Osorkon el Antiguo Siamon Psusennes II

Dinastía XXV kushita Piankhy/Piye Shabaka/Shabaqo Shabataka/Shabitqo Taharqa/Taharqo Tanutamon/Tanutamani

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BAJA ÉPOCA (664-332 a.C.)

Dinastía XXIX mendesita

Dinastía XXVI saíta

Nefaarud/Neferites I Psamutis Hakor/Acoris Nefaarud/Neferites II

Psametik/Psamético I Nekau/Necao Psametik/PsaméticoII Wahibre/Apries Ahmose II/Amasis Psametik/PsaméticoIII Dinastía XXVII (primeros persas) Cambises Darío I Jerjes Artajerjes I Darío II Artajerjes II Dinastía XXVIII saíta Amirteo

Dinastía XXX sebennítica Nakhtnebef/Nectanebo I Djedhor/Teo Nakhthoreb/Nectanebo II Segundos persas Artajerjes III Arses Darío III Conquista de Alejandro de Macedonia: 332 a.C.

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LA ESCRITURA JEROGLÍFICA EGIPCIA por Josep Cervelló Autuori

Las escrituras egipcias no anotan las vocales, sino sólo las consonantes y las semivocales (w e y: véase más abajo). No hay, por tanto, signos correspondientes a vocales, y los signos que anotan más de un sonido nunca incluyen vocales. Para analizar y leer los textos jeroglíficos, los egiptólogos proceden a su transliteración. Transliterar significa reescribir esos textos con letras de nuestro alfabeto latino. A cada sonido egipcio le corresponde una sola letra del alfabeto latino. Ahora bien, la lengua egipcia posee una serie de sonidos característicos de las lenguas afroasiáticas pero no de las lenguas indoeuropeas (como el latín, el español, el inglés, el francés o el alemán), para los cuales, por tanto, el alfabeto latino no posee letras. Para transliterar esos sonidos se recurre a letras con diacríticos o a signos especiales. Puesto que no son fáciles de pronunciar para los hablantes de lenguas indoeuropeas, convencionalmente algunos de ellos se leen como vocales, aunque no corresponden a sonidos vocálicos. Describámoslos brevemente. 1.- La oclusión glótica es una obstrucción del paso del aire que se articula a la altura de la glotis, o sea, en la garganta, parecida a la que se da, por ejemplo, en la palabra alemana Verein ante la segunda e, o en la palabra española bar-ba-co-a ante la última a, si la leemos marcando mucho la división silábica. Este sonido consonántico se translitera con el signo especial A (parecido a un tres: 3), que leemos convencionalmente a. 2.- La fricativa faríngea es una aproximación de los órganos de fonación a la altura de la faringe, o sea, también en la garganta, muy característica, por ejemplo, del árabe (lengua afroasiática como el egipcio). Este sonido consonántico, difícil de reproducir para los hablantes de lenguas indoeuropeas, se translitera con un signo especial en forma de c en superíndice: a, que también leemos convencionalmente a. 3.- La oclusión uvular sorda es parecida a una k pero se pronuncia en la campanilla o úvula. El punto de articulación es el mismo que el de la r en francés: hay que poner los órganos de fonación como para pronunciar la r francesa y, en cambio, pronunciar una oclusión (o sea, lo correspondiente a una k). Se translitera con una o o bien con una q (k con punto debajo) y se lee convencionalmente k. 4.- La aspiración glotal es una aspirada que se pronuncia en la glotis (como la oclusión glótica). Se translitera h (sin más) y convencionalmente se lee h (aspiración). 5.- La aspiración faríngea es una aspirada que se pronuncia en la faringe (como la fricativa faríngea). Viene a ser el sonido que se hace al echar aire sobre los cristales de las gafas para limpiarlos (☺!)... Se translitera H (h con punto debajo) y convencionalmente se lee también h (aspiración). Además de las dos aspiradas mencionadas, existen otras dos que no ofrecen dificultades de pronunciación para los hablantes de las lenguas indoeuropeas. Se trata de la aspirada palatal, que es el sonido del alemán ich, y de la aspirada uvular, que es el sonido del español jota. La primera se translitera con X (h con rayita debajo) y la segunda, con x (h con calderón debajo). Los hispanohablantes las leemos ambas, convencionalmente, como jota. Finalmente, como ya hemos dicho, existen dos semivocales (en inglés glides). La primera es labial, como en español huevo, se translitera w y se lee convencionalmente u. La segunda es palatal, como en español ya, se translitera i (i con un diacrítico en forma de c al revés en lugar del punto) o bien j y se lee

1 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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convencionalmente i. Aunque los leemos como las vocales u e i, estos sonidos no son vocálicos, sino semivocálicos. Otros tres sonidos que suponen transliteraciones con diacríticos pero que no ofrecen dificultades de pronunciación para los hablantes indoeuropeos son la fricativa palatal, que es el sonido del inglés she; la africada palatal sorda, que es el sonido del español chacal; y la africada palatal sonora, que es el sonido del inglés John, del italiano giorno o del catalán adjunt. Se transliteran, respectivamente: S, T y D. La transliteración supone, pues, reescribir con letras del alfabeto latino o con los signos especiales que acabamos de describir los sonidos consonánticos (o semivocálicos) anotados por las secuencias jeroglíficas egipcias. Estas anotan tan sólo la estructura consonántica de las palabras, de manera que la lectura de la transliteración no es lo que el egipcio decía, puesto que faltan las vocales. Por ejemplo, la palabra que se translitera itrw, que significa “río”, se pronunciaba, en realidad, yátraw (os he marcado en rojo las vocales originales). Los egiptólogos tienen hoy día una noción bastante aproximada de cómo se vocalizaba el egipcio (sobre todo en lo que se refiere a las vocales tónicas, o sea, acentuadas), aunque aún queda mucho por hacer en este campo (y probablemente no todo se llegue a saber...). Al pronunciar las transliteraciones, como hemos visto, la oclusión glótica y la fricativa faríngea se leen convencionalmente como a y las semivocales w e i se leen como u e i, respectivamente. El hecho de que esos sonidos consonánticos o semivocálicos egipcios los pronunciemos convencionalmente como vocales nos facilita la lectura de muchas palabras o partes de palabras. Así, por ejemplo, la transliteración aSA se lee asha y la transliteración niwt se lee niut. Cuando la transliteración comporta consonantes seguidas distintas de estas que pronunciamos como vocales, para facilitar la lectura, los egiptólogos pronuncian una e de apoyo entre ellas, totalmente convencional. Así, por ejemplo, la transliteración prt se lee peret, la transliteración itrw se lee iteru, la transliteración Apd se lee aped, y la transliteración aro se lee arek. Aunque, como decimos, se ha podido reconstruir total o parcialmente la vocalización de muchas palabras egipcias, los egiptólogos siguen leyendo las transliteraciones con las convenciones que acabamos de describir y no con las vocales originales, porque se privilegia lo realmente escrito sobre lo deductivamente reconstruido, que no deja de ser teórico, y porque en relación con las vocales átonas (o sea, no acentuadas) la reconstrucción es menos segura o incluso muy difícil. Los egipcios aislaron un signo por cada uno de los sonidos de su lengua: son los llamados signos fonéticos monoconsonánticos, que se comportan de manera parecida a nuestras letras alfabéticas, ya que, independientemente del ser u objeto de la realidad que representan, sirven para anotar un sonido que, independientemente de que representa un mochuelo (esto no es consonántico. Es el caso de pertinente para el mensaje lingüístico), sirve para anotar la consonante m. Como sucede con nuestras letras, los egipcios, con estos signos, habrían tenido bastante para escribir cualquier mensaje lingüístico (las escrituras fenicia, aramea, hebrea y árabe, por ejemplo, funcionan con signos que anotan sólo consonantes). Podían, por tanto, haber prescindido de todos los demás. ¿Por qué no lo hicieron y, en cambio, mantuvieron su sistema complejo basado en distintos tipos de signos? Por razones culturales. En efecto, la multitud de signos era un reflejo de la diversidad del mundo, que la escritura, en sí misma y más allá de las significaciones lingüísticas, pretendía emular, y permitía, además, transmitir mensajes de carácter mágico paralelamente a la literalidad lingüística. En los Textos de las Pirámides, por poner sólo un ejemplo entre miles, algunos signos que representan animales salvajes y peligrosos están esculpidos partidos en dos, para neutralizar su fuerza mágica y evitar que puedan perjudicar al difunto en el más allá... Estas nociones supra-lingüísticas no pueden expresarse con un sistema reducido a unos pocos signos. No es cierto que los seres humanos tiendan por definición a lo “más económico”. Esto es un prejuicio de la “visión economicista” del mundo propia de la sociedad occidental de hoy. Lo que hace que las realizaciones culturales sean de una manera o de otra es la cosmovisión y el sistema de valores de cada civilización.

2 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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Así, el sistema jeroglífico presenta los siguientes tipos de signos: A) Fonogramas o signos fonéticos, es decir, signos cuya función es la de anotar sonidos, independientemente de lo que representan. Pueden ser: m (un signo = un sonido).

a) monoconsonánticos, si anotan un único sonido:

b) biconsonánticos, si anotan dos sonidos consecutivos dentro de una misma palabra: dos sonidos, como la letra X del alfabeto latino cuando tiene el valor de /ks/).

mn (un signo =

c) triconsonánticos: si anotan tres sonidos consecutivos dentro de una misma palabra: tres sonidos).

nfr (un signo =

Los signos monoconsonánticos pueden desempeñar una función alternativa especial: la de complementos fonéticos. En efecto, pueden ser utilizados para acompañar signos biconsonánticos o triconsonánticos con objeto de recordar al lector algunos o todos los sonidos que estos últimos anotan. Son redundantes y no se leen, pues los sonidos que transcriben ya están “incluidos” en los signos que acompañan, pero los escribas egipcios los usaban para asegurar la correcta lectura de estos últimos. Ejemplos: mn (biconsonántico mn + n); in (biconsonántico in + i delante + n detrás); nfr (triconsonántico nfr + f+ r). En las tablas que siguen, la abreviatura C.F. significa “complemento(s) fonético(s)”. B) Logogramas o signos léxicos, es decir, signos que anotan palabras enteras, en concreto las palabras que designan los objetos de la realidad que los signos mismos representan gráficamente. Los logogramas responden, pues, al principio ‘un signo = una palabra’: anotan el significante (= la palabra) y evocan gráficamente el significado. Así, por ejemplo, el signo , que representa un sol, anota él solo la palabra ra (léase: ra), que significa “sol”. A veces, los logogramas pueden llevar también complementos fonéticos; en este caso, estos se colocan delante y reproducen la palabra entera, de manera redundante: ra, “sol” ( r+ a + ra). C) Determinativos o signos semánticos, es decir, signos que no se leen y no aportan ningún valor fonético añadido, sino que se colocan a continuación de la parte fonética de las palabras para indicar, de manera genérica y sólo a través de la significación de la imagen, la categoría semántica a la que aquellas pertenecen, es decir, para señalar a qué categorías de la sistematización egipcia de la realidad esas palabras se adscriben. Así, por ejemplo, el nombre del dios Ptah se escribe con los signos monoconsonánticos correspondientes a las consonantes p + t + H seguidos del determinativo que indica genéricamente que se trata de un [DIOS]: PtH. Un mismo signo jeroglífico puede pertenecer a la vez a dos o a las tres categorías de signos que hemos descrito. Su función específica en cada caso queda siempre clara por su colocación en la palabra o en la secuencia gráfica y por el contexto general. Así, por ejemplo, el signo de la planta de casa ( ) puede funcionar: como fonograma biconsonántico pr; como logograma para anotar la palabra pr, “casa”; y como determinativo genérico de [EDIFICACIÓN]. Cuando funcionan como logogramas, los signos pueden ir acompañados de un trazo vertical, distintivo de esta función: . La escritura jeroglífica de los textos clásicos cuenta con unos 750 en total, de los que unos 250 son los más utilizados.

3 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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LISTAS DE SIG OS

A) SIG OS FO ÉTICOS

Fonogramas monoconsonánticos: véase lista completa al final del documento.

Fonogramas biconsonánticos (selección de 12)

SIG O

TRA SLITERACIÓ Y LECTURA

DESCRIPCIÓ

jabirú

bA (ba)

pato salvaje

sA (sa)

brazos alzados

kA (ka)

cesta

nb (neb)

perca del Nilo (tilapia nilotica)

in (in)

tablero de juego de mesa con fichas

mn (men)

ojo

ir (ir)

planta de casa

pr (per)

ibis crestado

Ax (akh)

tres pieles de zorro atadas

ms (mes)

trono

st (set)

columna en forma de haz de tallos vegetales

Dd (djed)

SIG O + C.F. HABITUAL/ES

/

Fonogramas triconsonánticos (selección de 6)

SIG O

TRA SLITERACIÓ Y LECTURA

DESCRIPCIÓ

correa de sandalia

anx (ankh)

mástil

aHa (aha) 4

Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

SIG O + C.F. HABITUAL/ES

/

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corazón y arteria aorta

nfr (nefer)

poste envuelto en tejido y con una banderola, símbolo de divinidad

nTr (netjer)

pan colocado sobre una esterilla

Htp (hetep)

escarabajo

xpr (kheper)

B) SIG OS LÉXICOS Y SEMÁ TICOS

Logogramas (selección de 15)

SIG O*

SIG IFICADO

/

cabeza

tp (tep)

cabeza

/

boca

rA (ra)

boca, discurso, fórmula

/

corazón

ib (ib)

corazón

/

sol

ra (ra)

sol, día

/

tierra

tA (ta)

tierra, país

/

planta de casa

pr (per)

casa

/

poste envuelto en tejido y con una banderola, símbolo de divinidad

nTr (netjer)

dios

/

ojo

irt (iret)

ojo

/

tres colinas

xAst (khaset)

desierto, país extranjero

Axt (akhet)

horizonte

niwt (niut)

ciudad, aldea

msi (mesi)

parir

oreja de bóvido

sDm (sedjem)

escuchar

cielo del que pende un astro

grH (gereh)

noche

paleta de escriba

sXA (sekha)

escriba

/ /

/

TRA SLITERACIÓ Y LECTURA

DESCRIPCIÓ

sol que se alza entre dos colinas planta de una ciudad, con casas adosadas al muro mujer en cuclillas pariendo, con cabeza y brazos del niño asomando por debajo

5 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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* La mayoría de logogramas pueden escribirse solos o bien acompañados de un trazo vertical o, si se trata de palabras femeninas, de una t (que es la terminación de femenino) y de un trazo vertical. Otros, en cambio, se escriben siempre solos (como los últimos 4 de la lista). En algún caso, pueden llevar un determinativo (véase a continuación), como tA, “tierra”, que lleva el determinativo de [TIERRA IRRIGADA] (el signo representa unos canales que se cruzan), o sXA, “escriba”, que lleva el determinativo de [SER HUMANO: VARÓN].

Determinativos (selección de 12)

SIG O

CATEGORÍA/S SEMÁ TICA/S

DESCRIPCIÓ

[SER HUMANO: VARÓN] [NOMBRE PROPIO MASCULINO] [SER HUMANO: HEMBRA] [NOMBRE PROPIO FEMENINO]

hombre sentado mujer sentada hombre, mujer y tres trazos

[GENTE-COLECTIVIDAD HUMANA]

hombre sentado que se lleva la mano a la boca hombre de pie que golpea con un bastón dios o rey sentado con barba

[ACCIONES DE LA CABEZA O DE LA BOCA] [SENTIDOS-EMOCIONES] [ESFUERZO-VIOLENCIA-ACCIÓN DE FUERZA] [DIOS-REY-DIVINIDAD-REALEZA]

piernas caminando sol tres colinas planta de casa planta de una ciudad, con casas adosadas al muro papiro enrollado y sellado

[ACCIÓN DE MARCHAR-DESPLAZARSEDETENERSE] [SOL-LUZ-DÍA] [TIEMPO] [DESIERTO-PAÍS MONTAÑOSO] [PAÍS EXTRANJERO-MUNDO DESCONOCIDO] [EDIFICACIÓN] [ESPACIO ANTRÓPICO] [CIUDAD-MUNDO URBANIZADO] [EGIPTO-MUNDO CONOCIDO] [ESCRITURA-NOCIONES ABSTRACTAS]

6 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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Apéndice: sobre la transcripción de los nombres propios egipcios En los artículos y libros especializados de egiptología y en las obras de divulgación egiptológica, los nombres propios de los reyes, dioses, particulares o lugares (como Tutankhamon, Ptah, Herkhuf o Yam) y algunas palabras (como ka, ba, akh o ushebti) se adaptan a las grafías de las lenguas modernas. Es lo que se llama transcripción, que es distinta de la transliteración a la que nos hemos referido hasta ahora. Para la transcripción de los nombres regios, os remito a la lista de dinastías faraónicas que tenéis como material complementario del curso. La transcripción puede hacerse a partir de dos fuentes: a) Si existe una forma griega o copta del nombre o término en cuestión, que lógicamente estará vocalizada, puede utilizarse esta forma, transcrita entonces del griego o del copto. Es el caso de Keops, Kefren, Micerino o Sesostris (del griego) o de Re, Bes, Ptah o Hathor (del copto), entre muchos otros. Con el nombre de Horus, se ha retenido la forma latina. b) Si no existe una forma griega, o si existe pero se prefiere no recurrir a ella, entonces la transcripción se realiza a partir de la transliteración. Puesto que las transliteraciones no comportan vocales, las transcripciones se vocalizan de acuerdo con los principios de lectura de las transliteraciones expuestos más arriba, utilizando la e de apoyo cuando es necesario. Así, de ¡At-Spswt tendremos Hatshepsut, de #af-Ra tendremos Khafre (correspondiente al Kefren del punto anterior) y de %-n-Wsrt tendremos Senusert (correspondiente al Sesostris del punto anterior). Si se transcribe a partir de la transliteración, se pueden seguir dos criterios: i) Hacer una transcripción estandarizada, lo más universal posible, con concesiones mínimas a las tradiciones gráficas específicas de cada lengua moderna; ii) Hacer una transcripción particularizada, adaptada a la tradición gráfica específica de cada lengua moderna. Sin entrar en detalles, y sólo para que os hagáis una idea, esto es lo que, en obras egiptológicas en lengua española, opone las formas Akhenaton, Ninetjer, Djedkare y Geb a las formas Ajenatón, Ninecher, Dyedkare y Gueb. Las primeras son más universales y estandarizadas, de manera que pueden ser fácilmente reconocidas por los lectores de todas las lenguas (de hecho, están basadas en las soluciones inglesas, la lengua internacional de la ciencia y, cada vez más, también de la egiptología); las segundas están más adaptadas a las grafías del español y resultan, por ello, más particulares y localistas. Nosotros recomendamos el primero de estos criterios, que es el que hemos seguido en este curso y en la mencionada lista de las dinastías faraónicas. De acuerdo con este criterio, para la transcripción en español de los nombres propios y términos egipcios se siguen las siguientes normas: ● A y a se transcriben a: Kakai (de KAAkAAi); Khaba (de #aa-bAA). ● w se transcribe w (si en la transcripción es semivocal) o u (si en la transcripción es vocal): Wadjet (de WADt); Unis (W Wnis). ● i se transcribe y (si en la transcripción es semivocal) o i (si en la transcripción es vocal): Yuya (de IwiA); Unis (Wniis). En posición inicial, a veces se transcribe a: Antef (de In-(i)t-f) (para la razón, véase la lista de fonogramas monoconsonánticos, segundo signo, “particularidades”). ● h y H se transcriben h: Herunefer (de !rw-nfr); Heqaib (de ¡oA-ib). ● x y X se transcriben kh: Khufu (de #wfw); Khety (de $ty). ● S se transcribe sh: Shepseskaf (de ^pss-kA=f). 7 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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● o se transcribe q (también ante e, i): Heqaib (de ¡o oA-ib); Netiqeret (de Nt-io ort). ● T se transcribe tj: Ninetjer (de Ni-nTTr). ● D se transcribe dj: Djeser (de +sr). ● g tiene siempre valor oclusivo, también ante e, i: Geb (léase en esp.: gueb) (de Gb). ● El teónimo Ra puede transcribirse tanto Re (-re, en posición final: Sahure) (transcripción del copto) como Ra (-ra, en posición final: Sahura) (transcripción de la transliteración).

IMPORTANTE.- El contenido de este documento NO se considera material de estudio, sino material complementario, de manera que no será objeto de preguntas ni en el cuestionario de esta lección ni en el examen final.

8 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

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Fonogramas monoconsonánticos (lista completa)

SIG O

A MA O *

DESCRIPCIÓ

alimoche

/

/

OMBRE EGIPTOLÓGICO

alef

TRA SLITERACIÓ

FO EMA A OTADO

/ʔ/ (oclusión glótica) /j/ (semivocal palatal); en algunas posiciones, también: /ʔ/ (oclusión glótica) /j/ (semivocal palatal) /ʕ/ (fricativa faríngea) /w/ (semivocal labial)

PRO U CIACIÓ CO VE CIO AL

A mayúscula: igual

a

i mayúscula: I, con el diacrítico delante en superíndice

siempre: i

y sin mayúscula

i

a mayúscula: igual

a

w/W

u

caña en flor

yod

dos cañas en flor / doble trazo oblicuo

doble yod

brazo

ayin

pollo de codorniz / trazo hierático

waw

pie

be

/b/

b/B

b

taburete

pe

/p/

p/P

p

8 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

PARTICULARIDADES

El fonema /ʔ/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫’( א‬ālef) (de ahí su nombre egiptológico) y por la árabe ‫( أ‬alif hamza). Transliteración alternativa: j / J. El signo anota las más de las veces el fonema /j/. Pero en posición inicial de palabra o de sílaba, puede anotar también el fonema /ʔ/. Esto explica la letra y el diacrítico escogidos para la transliteración: i, combinación de “i” y “A”. El fonema /j/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( י‬yōd; de ahí su nombre egiptológico) y por la árabe ‫( ي‬yā). Variante gráfica del anterior, casi sólo en terminaciones gramaticales. El fonema /ʕ/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( ע‬aayin; de ahí su nombre egiptológico) y por la árabe ‫( ع‬aayn). El fonema /w/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( ו‬wāw; de ahí su nombre egiptológico) y por la árabe ‫( و‬wāw).

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/

cerasta (víbora cornuda)

ef

/f/

f/F

f

lechuza

em

/m/

m/M

m

agua

en

/n/

n/N

n

boca

er

/r/

r/R

r

planta de un refugio de cañas o de un corral

hache 1

h/!

h (aspiración)

mecha de cuerda trenzada

hache 2

H/@

h (aspiración)

placenta (?) cedazo (?)

hache 3

x/#

esp. j

vientre de vaca con ubres y cola

hache 4

X/$

esp. j

tejido doblado / cerrojo

es o bien: ese sorda / ese sonora

/s/

she o shin

/š/ (ingl. she)

estanque o lago

/h/ (aspiración glotal) /ħ/ (aspiración faríngea) /χ/ (esp. junco) /ç/ (alem. ich)

s/%

S/^

9 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

Desde la XVIII dinastía, el signo (costilla de animal (?); en origen, biconsonántico im) se . usa alternativamente a Desde la XVIII dinastía (muy raramente antes), el signo (corona del Bajo Egipto) se usa alternativamente a .

El fonema /ħ/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( ח‬Het) y por la árabe ‫( ح‬Hā).

s

En egipcio antiguo, correspondía al fonema sordo /s/ (ingl. sun; fr. soleil; it. sole; cat. sol) y correspondía al fonema sonoro /z/ (ingl. y fr. rose; it. y cat. rosa); en egipcio clásico los dos habían confluido en el primero.

ingl. sh

Grafías alternativas del signo: , . El fonema /š/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( ש‬shīn; de ahí que a veces se le dé este nombre en egiptología) y por la árabe ‫ش‬

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(shīn). Transliteración alternativa: q / Q. El fonema /q/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( ק‬qōf; de ahí su nombre egiptológico) y por la árabe ‫( ق‬qāf). El fonema /k/ corresponde al anotado por la letra hebrea ‫( כ‬kāf; de ahí que a veces se le dé este nombre en egiptología) y por la árabe ‫ك‬ (kāf).

qof

/q/ (oclusión uvular)

o/O

k

cesta con asa

ek o kaf

/k/

k/K

k

soporte de jarra

ge (esp. gue)

/g/

g/G

g

Siempre oclusiva, como en esp. gato.

pan

te

/t/

t/&

t

Ocasionalmente, el signo (mano de mortero; en origen, biconsonántico ti) puede reemplazar a , ya desde principios del dinástico.

traba de cuerda para animales

tje (esp. che)

/c/ (esp. chacal)

T/*

esp. ch

mano

de

/d/

d/_

d

cobra

dje

/ɟ/ (ingl. John)

D/+

ingl. j; cat. dj

ladera de duna o de colina

Sonido del ingl. John, it. giorno, cat. adjunt.

* De: Fischer, H.G. 1999. Ancient Egyptian Calligraphy. A Beginner’s Guide to Writing Hieroglyphs. Nueva York: The Metropolitan Museum of Art (http://www.metmuseum.org/research/metpublications/Ancient_Egyptian_Calligraphy).

10 Josep Cervelló Autuori, La escritura jeroglífica egipcia

Fechas

Períodos

Fases y etapas de la lengua

Sistemas de escritura

Primera Fase: gris claro Segunda Fase: gris oscuro

Jeroglífico

Hierático

Demótico

-3300

Predinástico -3100

[Egipcio temprano] Época Tinita

-2700

Escritura monumental Reino Antiguo

-2200 -2050

Egipcio antiguo

Primer Periodo Intermedio

J e r o g l í f i c o

Reino Medio

Egipcio medio o clásico

-1760

Segundo Periodo Intermedio -1540

-1350

c u r s i v o

Reino Nuevo

-1076

Neo-egipcio

-650

Baja Época

Demótico

Egipcio de tradición

Tercer Periodo Intermedio

-332

Escritura cursiva

Escritura cursiva sagrada Escritura monumental sagrada

0

Época Grecorromana y Bizantina

394 452

640

Copto

Época Árabe

1600

Copto

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La Historia de Sinuhé. Contexto histórico, contexto literario, trama* por Josep Cervelló Autuori

Estamos a principios de la XII dinastía. Egipto ha dejado atrás los tiempos de la división política que habían seguido a la caída del Reino Antiguo y los tiempos convulsos de la reunificación de las “Dos Tierras” protagonizada por Mentuhotep II, de la XI dinastía, señor de Tebas y fundador del Reino Medio (h. 2050 a.C.). Pero la unidad del país todavía es precaria y el poder del soberano es frágil, mientras que las fuerzas centrífugas representadas por los señores locales y las intrigas de la corte siguen siendo una amenaza para una y otro. Y, en efecto, el primer rey de la XII dinastía, Amenemhat, ha muerto asesinado por una conjura de harén en la cual parece que están implicados una esposa real y un príncipe hijo de ambos, siendo ella, tal vez, la última heredera de la línea dinástica de la XI dinastía. Porque Amenemhat no era de sangre real. Había sido visir o primer ministro del último epígono de la dinastía unificadora – que desaparece de la historia de manera oscura – y había asumido una realeza que no le estaba destinada (h. 1990 a.C.). Los conjurados han escogido bien el momento para cometer su crimen: el año 30 del reinado de Amenemhat. Cuando un faraón egipcio cumplía 30 años de reinado, tenía que someterse al llamado festival de Sed, un ritual de rejuvenecimiento de su persona y de renacimiento del cosmos entero, ya que, de acuerdo con la doctrina egipcia de la realeza, pasado ese tiempo las fuerzas reales estaban debilitadas y necesitaban una regeneración. El año 30 de un reinado coincidía, pues, con el momento de mayor debilidad de la persona del faraón. Pero los conjurados no han alcanzado su objetivo final y el príncipe Sesostris, hijo primogénito y heredero legítimo de Amenemhat, ha subido al trono (h. 1960 a.C.). Es en este contexto histórico y político en el que un escritor de la corte redacta la Historia de Sinuhé. Diversos indicios, contenidos en el propio texto o procedentes de otras fuentes textuales o arqueológicas, permiten concluir que la composición data de entre los años 10 y 17 del propio Sesostris I, es decir, de la primera parte de su largo reinado de más de cuarenta años. Llegado al poder, Sesostris ha actuado con dureza contra los responsables y los ejecutores de la muerte de su padre, mientras que ha sabido combinar la firmeza y la magnanimidad hacia sus cortesanos y los señores locales, sentando así las bases de la recentralización del Estado que llevarán a cabo sus inmediatos sucesores. Todos estos hechos constituyen el marco histórico y argumental de nuestro relato y, como tendremos ocasión de señalar, son claves para entender algunos aspectos de la trama. Traducción y adaptación del estudio introductorio en lengua catalana: Cervelló Autuori, J. 2013. “Prefaci”. En: Fortuny Boladeras, J. (versión) y Pastor, P. (ilustraciones). La vida de Sinuhè o el gust de la mort: 9-23. Barcelona: Associació de Bibliòfils de Barcelona. *

1 Josep Cervelló Autuori, La Historia de Sinuhé

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Pero el Sinuhé no es un texto “histórico” ni un texto “ideológico”, aunque la historia y la ideología regia estén presentes de manera determinante. El Sinuhé es, por encima de todo, una creación literaria, la obra de un escritor. De hecho, se trata de la obra maestra de la literatura egipcia y de uno de sus textos “clásicos” por excelencia, tanto en lo que se refiere a la lengua como en lo que se refiere a la tradición y a la transmisión literarias. La lengua de redacción del Sinuhé es el egipcio medio (también llamado, precisamente, clásico), la lengua hablada y escrita en Egipto desde el Primer Periodo Intermedio hasta la primera mitad del Reino Nuevo, o sea, entre aproximadamente 2200 y 1350 a.C. A principios del Reino Medio, coincidiendo precisamente con los reinados de Amenemhat I y de Sesostris I y a raíz de las nuevas necesidades administrativas que la reorganización de la administración del Estado generaba, apareció en la corte una nueva y dinámica elite de escribas. Esta elite se erigió en verdadera “academia de la lengua” y procedió a una intensa obra de depuración y fijación de la lengua escrita, especialmente la de los textos áulicos, religiosos, funerarios y literarios. Así, sabemos que mientras la lengua hablada iba evolucionando y transformándose profundamente (evolución que se entrevé en los textos de carácter administrativo y cotidiano, menos sujetos a la norma), la lengua escrita de los textos “cultos” mantuvo una notable homogeneidad hasta mediados del Reino Nuevo. Esta lengua “culta” y académica, pero en su forma más genuina y literariamente productiva, es la lengua de la Historia de Sinuhé. De hecho, podríamos decir que en el Sinuhé las capacidades expresivas y el despliegue gramatical de esta lengua llegan a su culminación. El texto se caracteriza por su riqueza en vocabulario y en todo tipo de giros y de construcciones gramaticales, algunos poco usuales y expresamente buscados por el autor como efectivos recursos expresivos. Esto contrasta con lo que sucede en otros textos narrativos contemporáneos o posteriores, que, procedentes en muchos casos del dominio oral, a menudo mantienen el carácter repetitivo y formulario propio de la oralidad. El Sinuhé es, bien al contrario, la obra de un escritor, concebida y creada como composición escrita. Se trata, pues, de un auténtico compendio de gramática y retórica egipcia “clásica”, y esta es la razón por la cual, todavía hoy, es utilizado como texto básico para la enseñanza del egipcio medio en las universidades. El egipcio medio de la literatura y de los textos religiosos y áulicos fue sentido por los mismos egipcios como una lengua de prestigio. Por eso, cuando a mediados del Reino Nuevo fue definitivamente sustituido por la lengua hablada – el llamado neoegipcio – en los textos cotidianos, literarios y áulicos, fue mantenido, en cambio, para los textos sagrados, convertido en una lengua “de tradición”, un poco como el latín en la Edad Media y Moderna europeas. En esta nueva función, su uso se prolongó hasta el final mismo de la civilización egipcia antigua, en el siglo IV d.C. Y por eso, también, en Época Ramésida, es decir, en la segunda mitad del Reino Nuevo, las obras literarias en egipcio medio, como obras “clásicas”, fueron objeto de estudio y de copia en las escuelas de escribas. Junto con otros textos de carácter más propiamente escolar (antologías de formularios epistolares, listas de frases y expresiones útiles para el escriba y escritos sobre la bondad de la profesión de escriba) y otras obras

2 Josep Cervelló Autuori, La Historia de Sinuhé

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literarias (como la Instrucción de Amenemhat a su hijo Sesostris, contemporánea del Sinuhé y de la que volveremos a hablar), la Historia de Sinuhé fue una de las más conocidas y copiadas. Así, nuestro texto nos ha sido transmitido a través de 5 papiros y de 25 ostraka (fragmentos de piedra o cerámica), cuatro de los primeros fechados en el mismo Reino Medio (y, por tanto, muy próximos al contexto histórico del relato y al momento de su composición) y el resto en la Época Ramésida. Los dos papiros más importantes son el papiro B (Berlín 3022, XII dinastía) y el papiro R o del Ramesseum (Berlín 10499, XIII dinastía), casi completo el primero (sólo le faltan las líneas iniciales) y más fragmentario el segundo (pero recoge el principio); entre los dos, conservamos la obra completa y en una versión muy próxima al original. Además de la riqueza de la tradición manuscrita, otros factores demuestran la consideración de obra clásica que el Sinuhé tuvo entre los egipcios. Por un lado, muchas de sus frases o expresiones reaparecen en textos posteriores, desde el Reino Nuevo hasta la Baja Época, tanto reales como particulares. Así, por ejemplo, en la biografía del noble Amenemheb se alude a la muerte del rey Tutmosis III, de la XVIII dinastía, en los mismos términos que se utilizan para describir la de Amenemhat al principio de nuestro relato. Por otro lado, el papiro R procede de una tumba anónima del Reino Medio descubierta bajo los almacenes del Ramesseum o templo funerario de Ramsés II (XIX dinastía), en Tebas oeste. Se hallaba en una caja que contenía diversos papiros literarios, rituales, mágicos, onomásticos y administrativos. El mismo papiro R contiene, en el recto, el principio de otra famosa narración del Reino Medio: El oasita elocuente. El papiro B parece tener un origen parecido, y estas “bibliotecas funerarias” con las que los difuntos se hacían enterrar demuestran que entre la elite letrada egipcia había verdaderos amantes de la literatura y de los libros y que el Sinuhé formaba parte ineludible de las preferencias de estos lectores. Además de una obra clásica de la literatura egipcia, la Historia de Sinuhé es también una de las primeras creaciones literarias egipcias en términos absolutos, si por literatura entendemos la expresión del yo emisor y la colocación del individuo y de la experiencia singular en el centro del discurso, de manera que la razón de ser del texto sea el propio texto (auto-referencialidad). Lo opuesto es la alusión a las verdades objetivas del mundo, entendido como referente externo al ser humano, que en una civilización de “discurso mítico-religioso” como al egipcia es materia de los textos sagrados (referencialidad). Desde esta perspectiva, la literatura egipcia no aparece hasta, justamente, comienzos del Reino Medio, coincidiendo con los hechos que describe la Historia de Sinuhé y con el momento de su misma composición. Nuestro texto constituye, por tanto, al mismo tiempo, la obra maestra de la literatura egipcia, uno de sus grandes clásicos y una de sus primeras manifestaciones. Fueron, muy probablemente, los hechos que se vivieron durante el Primer Periodo Intermedio, con la caída y el fraccionamiento del Reino Antiguo y el surgimiento de una nueva conciencia individual, los que propiciaron la aparición de la “actitud literaria”.

3 Josep Cervelló Autuori, La Historia de Sinuhé

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Hay que decir, sin embargo, que la manifestación del yo no era completamente nueva a principios del Reino Medio. De finales del Reino Antiguo data una serie de “autobiografías” funerarias en las cuales los egiptólogos han reconocido un precedente, aunque lejano, de la “actitud literaria”. La finalidad de estas autobiografías es la de mostrar hasta qué punto el difunto ha satisfecho aquello que se espera de todo alto dignatario; se enumeran sus cargos y títulos honoríficos, se hace alusión a las ofrendas funerarias y a cómo estas ofrendas le permitirán alcanzar el más allá y, a veces, se alude a misiones llevadas a cabo por el difunto por encargo del faraón. Se trata, en general, de textos formularios y estereotipados, en que, más que una expresión real del individuo, hay, al contrario, una presentación del individuo en términos de patrón colectivo, de acomodación a una norma de comportamiento social. Es, sin embargo, en las partes dedicadas a la explicación de eventuales misiones realizadas por los protagonistas donde el texto toma una forma más narrativa y donde los estudiosos han visto el precedente de obras literarias como el Sinuhé. Y en efecto, en el pasado, nuestro texto había sido considerado, por paralelismo, la autobiografía de un personaje histórico. Pero las autobiografías difieren profundamente de un texto como el Sinuhé en aspectos esenciales, como el peso específico de la componente narrativa (mínima en las primeras y razón de ser del segundo, que es un relato) y la consiguiente proporción entre méritos y acciones (los primeros dominan en las autobiografías, mientras que el Sinuhé es esencialmente acción). Por otro lado, el Sinuhé es riquísimo en diálogos vivos y fundamentales para la trama y en pasajes alusivos a los pensamientos y a la psicología del héroe, cosas totalmente ausentes de las autobiografías. Pero la principal diferencia radica en el hecho de que las autobiografías lo son de personajes históricos, mientras que el Sinuhé, como decíamos más arriba, es un relato ficticio, la inspirada creación de un escritor bien consciente de estar haciendo literatura. Si la autobiografía se basaba en el mérito, entendido como expectativa social, como demostración de lealtad hacia el rey y como contribución al bien colectivo, podríamos decir que la razón literaria de ser del Sinuhé radica en el anti-mérito, en un hecho poco decoroso que desencadena la acción y la determina hasta el final. La trama de la Historia de Sinuhé está basada en una serie de silencios, de cosas no dichas, a las cuales se alude sin acabar de explicitarlas nunca. Pero son, en gran medida, silencios para nosotros, lectores occidentales del siglo XXI, no tanto para los receptores egipcios a los cuales estaba destinado el relato, que sabían cómo llenar algunos vacíos y podían imaginar cómo llenar los otros. En efecto, podríamos decir que los silencios en que se sustenta la trama del Sinuhé son de dos órdenes. Por un lado, hay silencios “de autor” o “sociales”, cosas que el autor no dice porque no las puede decir. La muerte violenta de un faraón es un hecho abominable, rechazable, contrario a la maat, es decir, al orden del universo, y es tabú hablar de ello. Por eso, al principio de la narración nuestro autor describe la muerte de Amenemhat – muerte violenta, como sabemos – en unos términos “asépticos” que, unos siglos más tarde, convendrán también, por ejemplo, a la descripción de la muerte de Tutmosis III, como ya hemos señalado. El público contemporáneo de la obra ya sabía qué debía leer entre líneas y qué debía tener presente como contexto inicial de los hechos narrados. Además, otro texto contemporáneo, la ya mencionada Instrucción de Amenemhat a su hijo Sesostris, describía las circunstancias de este atentado real, aunque, una vez más, sin referirse explícitamente al desenlace. Y por otro lado, hay silencios “de protagonista” o

4 Josep Cervelló Autuori, La Historia de Sinuhé

MOOC COURSERA EN EGIPTOLOGÍA 2ª edición: octubre-diciembre 2014 “literarios”, cosas que el autor hace que el héroe no se atreva a decir, ni a sus eventuales interlocutores a lo largo de todo su periplo ni al lector de la obra (Sinuhé narra la historia en primera persona). Como veremos, el héroe se sabe, en efecto, culpable de deslealtad hacia el rey, el peor anti-mérito de un súbdito faraónico. Unos y otros silencios generan una atmósfera de opacidad y de ambigüedad, de medias verdades, que son queridas por el autor y que constituyen el armazón de la trama. Así, la recepción de la obra es bien diferente para el lector antiguo y para el lector moderno. El primero sabe cómo sustituir lo que no se dice y considera los vacíos, exigencias culturales o recursos literarios. El segundo, muy lejos del contexto histórico y cultural, no deja de interrogarse sobre las razones del exilio de Sinuhé. Y en medio está el egiptólogo, cuya tarea es intentar resolver, en la medida de lo que las fuentes le quieran decir, este interrogante. La Historia de Sinuhé se abre con la enumeración de los títulos que el protagonista, que habla en primera persona, posee cuando, al final de su vida, se dispone a narrar sus aventuras. Entre otros, ostenta el título honorífico de “administrador de los dominios del soberano en los países de los asiáticos”, que el faraón le ha concedido tras el regreso de su exilio forzado al Próximo Oriente. Cuando ya empieza el relato propiamente dicho, Sinuhé vuelve a presentarse, pero ahora con los títulos, mucho más modestos, que ostentaba al inicio de su carrera como oficial. Era un “compañero” del rey, “servidor del harén real”. Una investigación reciente ha evidenciado que, en el Reino Medio, el término que, de manera genérica, se traduce como “compañero”, shemesu, designaba a un miembro de un cuerpo militar de elite encargado de la protección del faraón o de los miembros de la familia real. Sinuhé formaba parte, pues, de la guardia que protegía el harén del rey Amenemhat I y estaba al servicio, en concreto – como sigue diciendo el texto –, de la princesa Neferu, hija de Amenemhat y hermana o hermanastra y esposa de Sesostris. A causa de esta función, Sinuhé conocía bien a los miembros del harén, a las esposas y los príncipes reales, Sesostris incluido. La acción propiamente dicha se abre con el anuncio de la muerte de Amenemhat, el año 30 de su reinado, y con el silencio y el duelo en que queda sumido el palacio real. Nada se dice de las circunstancias y de las causas de esta muerte. Mientras esto pasa en la corte, el todavía príncipe Sesostris se encuentra en tierras líbicas, volviendo de una misión militar. Sin que el texto haga referencia a ello – el auditorio original no lo necesita –, estamos probablemente ante los preparativos del festival de Sed de Amenemhat, que, llegado a su 30 aniversario de reinado, ha de someterse al ritual de rejuvenecimiento. Sabemos, en efecto, que entre los preparativos para esta gran celebración, que reunía en la capital a gente procedente de todo el país, se encontraba la realización de incursiones militares a Libia para obtener prisioneros y ganado en grandes cantidades y de manera fácil. Y es en este contexto en el que se produce una serie de hechos, descritos, como decíamos, de manera ambigua, que determinarán el curso de los acontecimientos. Los “amigos de palacio” envían al príncipe unos mensajeros para informarle de lo que ha sucedido en la corte. Aunque la embajada llega en plena noche, Sesostris sale inmediatamente hacia la capital acompañado únicamente por sus hombres de confianza, “sin informar de ello a su ejército”. Esta última frase, sin embargo, en egipcio tiene una estructura (¿expresamente?) ambigua y puede significar tanto que el

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príncipe se fue sin que el ejército lo supiera como que lo hizo sin que el ejército supiera qué había pasado en la corte, es decir, que el faraón había sido asesinado... Mientras el príncipe heredero se va, sin embargo, otro grupo de mensajeros enviados desde la corte se dirige, en este caso, al resto de príncipes reales que han ido a la expedición, y en concreto a uno de ellos, que queda en el anonimato: “Mientras tanto, se envió un mensaje a los hijos del rey que lo [= a Sesostris] habían acompañado en aquella expedición. Le fue recitado a uno de ellos (en concreto). Cuando esto sucedió yo estaba allí, suficientemente cerca pero apartado, y escuché su voz mientras hablaba. Mi espíritu se turbó...”. Sinuhé, que hasta este momento no ha aparecido todavía en la acción, presencia esta segunda escena y escucha lo que se dice, pero por casualidad y sin ser visto. Lo que ve y oye Sinuhé lo impacta de tal manera (“Me quedé descompuesto y un temblor se apoderó de todos mis miembros”) que lo empuja a huir, primero del campamento y después incluso del país. El texto no es más explícito; el receptor egipcio no lo necesita. Pero para el lector de hoy y para el egiptólogo la pregunta es: ¿qué ha oído Sinuhé que le ha causado tanta sorpresa y lo ha atemorizado hasta el punto de provocar su exilio forzado? Los últimos estudios sobre la obra, en especial el del egiptólogo belga Claude Obsomer, a partir de un nuevo y atento reexamen del texto y de una reconsideración de todos los datos históricos, arqueológicos y culturales que lo envuelven y que envuelven su trasfondo histórico, han propuesto una interpretación muy plausible de los hechos, que permite llenar satisfactoriamente los “silencios” literarios. Sinuhé es, como sabemos, un miembro de la guardia del harén de Amenemhat al servicio de la dama Neferu. Conoce bien, por tanto, a la familia real, a las esposas del rey y a todos los príncipes, que han nacido y vivido en el harén. La primera aparición de Sinuhé en la acción tiene lugar en el momento en que la segunda embajada de palacio se dirige a uno de los príncipes reales. Hasta este momento, ha descrito los hechos como narrador ausente. Parece lógico pensar, por tanto, que esto es debido al hecho de que él forma parte, como soldado escolta, de esta segunda embajada. Si es así, ya sabe, como miembro de la guardia del harén y al igual que los integrantes de la embajada que ha informado a Sesostris, qué ha pasado exactamente en la corte, es decir, que el faraón ha sido asesinado. Esto, por tanto, no puede ser la causa de su turbación. Lo que no sabe, en cambio, es quién lo ha hecho asesinar. Cuando el portavoz de la segunda embajada se dirige al príncipe anónimo en unos términos que no nos son referidos pero que el receptor antiguo podía intuir por la reacción de Sinuhé, el héroe, precisamente, ata cabos y se horroriza: aquel príncipe es el beneficiario de la conjura. Si Sesostris ha dejado el campamento intempestivamente y ha vuelto a palacio es porque la cuestión sucesoria no está resuelta y porque, como decíamos al principio, la dinastía es frágil todavía. Sesostris sabe que su trono no está seguro y se va para desactivar la conjura. Algunos egiptólogos van más allá y sugieren, basándose en otras pruebas indirectas, que el príncipe en cuestión podía haber sido un hijo de Amenemhat y de la heredera de la línea dinástica de la dinastía precedente, convertida en una de sus esposas como medio de legitimación. Aquello que el escritor no puede decir porque es tabú el lector egipcio lo restituye porque conoce los hechos.

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MOOC COURSERA EN EGIPTOLOGÍA 2ª edición: octubre-diciembre 2014 Sinuhé se aleja del campamento y emprende un viaje “hacia el sur”, siguiendo el límite occidental del delta (los acontecimientos anteriores habían tenido lugar, en efecto, en algún punto del norte de Libia). Si no se va directamente hacia el norte o hacia el este es, probablemente, porque su primera intención (tampoco expresada) es dirigirse hacia la corte para informar a Sesostris de lo que sabe. Es su obligación como súbdito leal. Pero inmediatamente cambia de planes: “No pensé en regresar a Palacio, pues imaginé que habría disturbios y me dije que no viviría después de aquello”. Sinuhé no sabe, en efecto, si, en la situación de confusión y de hechos precipitados que se encontrará en la corte, será capaz de convencer a Sesostris de que él no formaba parte de los conjurados que ha escoltado a Libia, y teme por su vida. Decide, por tanto, abandonar Egipto. De momento, el relato no menciona este temor hacia Sesostris: el autor lo deja a la libre interpretación del lector. Porque lo cierto es que Sinuhé se va a un exilio forzado y alguna razón tiene que haber. Sabemos – lo decíamos al principio – que en los meses siguientes Sesostris vengó la muerte de su padre y restableció el orden, pero de estos hechos nuestro relato no se hace ningún eco, porque el héroe ya ha tomado otro camino. En el desierto del norte del Sinaí, en su viaje hacia Canaán, Sinuhé, sediento y sin fuerzas, experimenta “el sabor de la muerte”. Pero este momento crítico dura poco, porque pronto oye los mugidos de un rebaño y unos beduinos lo recogen y le salvan la vida. A continuación, va de región en región hasta que llega al país de Retjenu Superior, en el alto Líbano, gobernado por el príncipe Amunenshi, quien lo acoge. Cuando Amunenshi lo interroga sobre las razones de su presencia en Asia, Sinuhé informa a su interlocutor de la muerte de Amenemhat; acto seguido, advierte al lector de que va a hablar “con medias verdades” y prosigue: “Yo regresaba de una expedición al país de los libios y, cuando me enteré de ello, mi espíritu se agitó y mi corazón se me salió del pecho y me arrastró hacia los caminos de las mesetas del desierto. (…) Así pues, no sé quién me ha traído a este país. Parece el designio de un dios”. Es decir, Sinuhé atribuye la razón de su huida a su turbación tras conocer la noticia de la muerte del faraón. Es evidente, sin embargo, que esto no justifica la huida y, por tanto, ha de recurrir a una intervención divina. El lector ya está advertido de que Sinuhé miente, tanto cuando dice que ya estaba en Libia cuando se enteró de la noticia como cuando justifica la huida. Esta “mentira” es una nueva “pista” que el escritor ofrece al lector para la interpretación correcta de los hechos. A continuación, Sinuhé se deshace en un apasionado elogio de quien es ya el nuevo rey de Egipto, Sesostris. Amunenshi queda seducido por Sinuhé. Lo hace su hombre de confianza (“me colocó por delante de sus hijos”), le da a su hija mayor por esposa y le permite que escoja una buena tierra dentro de su país para establecerse. Además, lo hace jefe de una tribu y también, habiendo comprobado sus habilidades militares, comandante de sus tropas. Es así como el héroe queda instalado en Canaán, tiene hijos, que a su vez se hacen mayores y devienen jefes de tribus, y se convierte en un hombre rico, respetado y poderoso. Como quizá el lector ya haya observado, todo esto tiene una cierta semejanza con el relato bíblico de la huida de Moisés hacia el país de Madián (Éxodo 2, 15-22). Llega, de esta manera, el episodio central del relato: el duelo contra el “guerrero de Retjenu”. Se trata de “un campeón sin igual, que había doblegado el país entero” y que

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desafía a Sinuhé a un combate singular porque (como el mismo Sinuhé dice a Amunenshi:). “Es tan sólo envidia, porque me ve desempeñar misiones que quisiera para él”. Estamos ante el motivo literario del combate entre el grande y el pequeño, el fuerte y el inteligente, el prepotente y el justo, en que se impone el segundo. En este caso, el paralelismo con el pasaje bíblico del combate entre David y Goliat (1 Samuel 17, 4-54) es evidente. Redactado este último en su forma definitiva casi un milenio y medio más tarde que el Sinuhé, no se trata de una transmisión directa del texto. Más bien hay que pensar en historias orales que se hacen intemporales y que circulan por Egipto y el Próximo Oriente hasta que alguna tradición escrita las recoge. En este sentido, el combate entre Sinuhé y el guerrero de Retjenu es un episodio de fuerte contenido épico que perfectamente pudo separarse del conjunto de la obra y pudo tener una vida oral independiente. Sea como fuere, el resultado del combate en el relato egipcio es la victoria de Sinuhé sobre su adversario, cosa que le permite apropiarse de sus copiosos bienes y aumentar su riqueza, su prestigio y su poder. Sinuhé se encuentra en el punto álgido de su carrera asiática, pero... “Mi casa es hermosa, mi posición es elevada, pero mi pensamiento está en Palacio”. Sinuhé siente añoranza y ruega a dios que le permita volver a Egipto. El faraón es informado entonces del deseo del héroe y su reacción es de magnanimidad hacia el súbdito que daba por desaparecido. Le envía una orden real para informarle de que puede volver cuando quiera e incluso para exhortarlo a hacerlo. Para él, Sinuhé no es culpable de nada: “Si has recorrido los países extranjeros y has salido de Qedem hacia Retjenu, si un país te ha conducido a otro país, ha sido bajo el impulso de tu propio espíritu, pues ¿qué habías hecho para que se actuara contra ti?”. No habiendo cometido ningún crimen, el héroe – dice el rey – ha de regresar, porque: “Hoy, en efecto, has empezado a envejecer y has dejado tras de ti la fuerza viril. Piensa, pues, en el día del entierro...”. Y es que un egipcio ha de morir y ser enterrado en Egipto. En su misiva de respuesta al rey, Sinuhé vuelve a referirse a las razones de su exilio con un lenguaje velado y buscando una causalidad ajena a su voluntad. Hay cosas que no se pueden decir y tampoco tiene necesidad de ser más explícito: en su omnisciencia el rey sabe todo lo que hay que saber (y el lector, también): “El señor del conocimiento, que conoce a los súbditos, sabe, en la majestad del palacio, que este humilde servidor [= Sinuhé] tiene miedo de hablar de ello. Es algo difícil de repetir. (...) Y en cuanto a esta huida que este humilde servidor ha hecho, no fue premeditada, no fue algo consciente, no la había planificado. No sé quién me alejó de mi entorno. Fue como un sueño”. Tanto Sinuhé, como protagonista, como el faraón, en su omnisciencia, saben que la causa de todo es el miedo del héroe. Miedo, primero, de los hechos que le ha tocado vivir, sin quererlo, la noche en Libia en que ha comprendido quién estaba detrás de la conjura que había acabado con la vida del rey Amenemhat. Miedo, a continuación, de volver a palacio y verse implicado en las luchas entre facciones en la corte. Y miedo, finalmente y sobre todo, del propio Sesostris, porque, con la huida, ha cometido un acto de deslealtad hacia él, al no haber puesto por encima de su propia integridad física la obligación de hacerle llegar la información crucial que poseía. Sinuhé no puede decirlo, pero el rey, sí, y perdona la falta. Cuando recibe al héroe en audiencia después de su regreso, proclama: “Ya no tendrá miedo, ya no sentirá terror. Será un amigo entre los

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MOOC COURSERA EN EGIPTOLOGÍA 2ª edición: octubre-diciembre 2014 cortesanos”. El anti-mérito de Sinuhé sirve al autor del relato para exaltar la sabiduría y la magnanimidad del faraón hacia sus cortesanos y súbditos y es, sin duda, una de las motivaciones “ideológicas” de la obra de que hablábamos al principio. La última parte del relato consiste en la descripción de los preparativos para el regreso (Sinuhé deja sus bienes a su familia asiática porque volverá solo, ya que solamente él es egipcio), en el viaje de regreso, en el recibimiento en la corte, en la instalación en Egipto, donde recibe nuevas propiedades y nuevos títulos gracias a la magnanimidad del faraón, y en los preparativos para su muerte y su entierro. “Fui colmado de favores procedentes del rey hasta que llegó el día del amarre.”

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● Este escrito está parcialmente basado en las conclusiones de los siguientes estudios sobre la Historia de Sinuhé: TOBIN, V.A. 1995. “The Secret of Sinuhe”. JARCE 32: 161-178. OBSOMER, CL. 1999. “Sinouhé l’Égyptien et les raisons de son exil”. Le Muséon 112: 207271. ● Las mejores y más recientes traducciones de la Historia de Sinuhé (de acuerdo con los últimos avances en el conocimiento de la gramática egipcia y en la consiguiente interpretación de los textos) son: GRANDET, P. 1998. Contes de l’Égypte ancienne: 17-34. París: Hachette. PARKINSON, R.B. 1997. The Tale of Sinuhe and other Ancient Egyptian Poems, 1940-1640 BC: 21-53. Oxford: Oxford University Press. ● Bibliografía completa y periódicamente actualizada sobre la Historia de Sinuhé en: http://www.staff.uni-marburg.de/~aegypt/sinuhe.htm

IMPORTANTE: El contenido de este documento NO se considera material de estudio, sino material complementario, de manera que no será objeto de preguntas ni en el cuestionario de esta lección ni en el examen final.

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LOS DOS HERMANOS EN LA LITERATURA NEOEGIPCIA Y EN LA TRADICIÓN ORAL NEGROAFRICANA. UNA LECTURA COMPARADA* por Josep Cervelló Autuori

El cuento neoegipcio de Los dos hermanos, como tantos aspectos de la literatura egipcia, ha sido a menudo comparado con creaciones y motivos literarios orientales y europeos, pero en escasas ocasiones ha sido cotejado con narraciones africanas (y siempre por obra de africanistas1). Esto – es importante subrayarlo – no tiene que ver con realidades históricas y culturales, como si el diálogo entre Egipto y África no fuera pertinente, sino con la realidad académica de nuestra disciplina, la egiptología, que tradicionalmente ha tendido hacia el ámbito de los estudios orientales o clásicos y ha prescindido de los estudios africanos. 2 En este sentido, sin embargo, la perspectiva epistemológica y metodológica actual, sobre todo en prehistoria, antropología y lingüística, ha cambiado por completo, y el África boreal se contempla hoy como el contexto geográfico-cultural del que emergió la civilización faraónica (cf. infra). Por mis estudios de africanística he tenido la oportunidad de comprobar cómo las “lecturas” de muchos fenómenos culturales egipcios “desde África” confieren a éstos un nuevo sentido y abren vías nuevas de interpretación. En el caso que nos ocupa, el paralelismo entre el cuento egipcio y diversos relatos negroafricanos actuales o subactuales resulta sorprendente y supera con mucho los parecidos entre el primero y los conocidos relatos bíblico, clásicos o europeos. Con los africanos – podríamos decir –, el paralelismo no es temático, sino estructural. (...). El cuento egipcio de Los dos hermanos 3 puede considerarse como el “cuento de hadas” (“fairy tale”) más antiguo conocido. 4 En su estructura narrativa intervienen cuatro motivos literarios principales, característicos de este tipo de relatos: *

Este documento ofrece el texto prácticamente íntegro de un artículo del mismo título publicado en: J. Cervelló Autuori y A.J. Quevedo Álvarez (eds.), …ir a buscar leña. Estudios dedicados al prof. Jesús López (Aula Aegyptiaca-Studia 2), Barcelona, 2001, pp. 55-66. Además de las traducciones citadas en la nota 3, otras buenas versiones del cuento son: P.Grandet, Contes de l’Égypte ancienne, París, 1998, pp. 97-110 (francés); J. López, Cuentos y fábulas del antiguo Egipto, Madrid, 2005, pp. 125-136 (español). 1 Cf., por ejemplo, D. Paulme, La mère dévorante. Essai sur la morphologie des contes africains, París, 1976, pp. 82ss. 2 J. Cervelló Autuori, Egipto y África. Origen de la civilización y la monarquía faraónicas en su contexto africano (Aula Orientalis-Supplementa 13), Sabadell, 1996, cap. I; ibid., Egypt, Africa and the Ancient World, en: Ch. Eyre (ed.), Proceedings of the VII International Congress of Egyptologists, Leuven, 1998, pp. 261-272. 3 Texto: papiro d’Orbiney (BM 10183), de época ramésida. Facsímil en G. Möller, Hieratische Lesestücke, II, Leipzig, 1927, láms. 1-20. Edición del texto en transcripción jeroglífica en A.H. Gardiner, The Tale of the Two Brothers, en: ibid., Late Egyptian Stories (Bibliotheca Aegyptiaca 1), Bruselas, 1932, pp. 9-29. Principales traducciones: G. Maspéro, Les contes populaires de l’Égypte ancienne, París, 1988 [1911], pp. 1-28; W.K. Simpson, The Literature of Ancient Egypt, New Haven-Londres, 1972, pp. 92-107; M. Lichtheim, Ancient Egyptian Literature, II, Berkeley, 1976, pp. 203211; G. Lefebvre, Romans et contes égyptiens de l’époque pharaonique, París, 1988, pp. 137-158; S.T. Hollis, The Ancient Egyptian “Tale of Two Brothers”. The Oldest Fairy Tale in the World, Norman-Londres, 1990, pp. 5-15. Cf. E. Brunner-Traut, Papyrus d’Orbiney, Lexikon der Ägyptologie IV, cols. 702-704. 4 Hollis, Tale of Two Brothers, caps. 1 y 7 y referencias. 1 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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1) El tema de los dos hermanos; 2) El tema del intento de seducción de un hombre joven por la esposa de su anfitrión, amigo o pariente estrecho, o tema de la “mujer de Putifar”; 3) El tema de la emasculación o cambio temporal de sexo del protagonista; 4) El tema de las sucesivas metamorfosis del protagonista. Todos estos motivos están documentados en narraciones de las más diversas partes del mundo. El tema de los dos hermanos 5 plantea una oposición entre dos comportamientos psicológicoespaciales humanos distintos: el de aquel que “se queda”, que se mantiene apegado a su lugar de origen y a sus bienes, y el de aquel que “se va”, que necesita abandonar su hogar para alcanzar su condición de persona adulta y realizada. Desde un punto de vista sociológico, este motivo está vinculado a la oposición entre el heredero y el segundogénito. El primero halla su realización personal en la continuidad; el segundo en la ruptura. Por eso, muchas veces el primero es “rico” o es el administrador de los bienes familiares, mientras que el segundo es “pobre” o depende económicamente del mayor. Una vez separados, los dos protagonistas se mantienen en contacto mediante un artificio mágico, un objeto que, en general, se altera, se desintegra o se pierde, lo cual determina que, cuando el hermano aventurero muere, el otro vaya en su busca y lo resucite, tras lo cual ambos vivirán juntos y felices para siempre. En el cuento Los dos hermanos de los hermanos Grimm, por ejemplo, ese objeto es un cuchillo nuevo y brillante, que el padre adoptivo de los hermanos, en este caso gemelos, les da, diciéndoles: “«Si un día os separáis, clavadlo en un árbol en el lugar de vuestra separación; volviendo a él, cada uno de vosotros podrá saber siempre lo que le ha sucedido al otro, pues si uno muere, la cara de la hoja vuelta en la dirección que tomó al partir se oxidará, y si vive, la hoja permanecerá siempre brillante por esa cara»”. 6 Además de la lectura sociológica, este motivo comporta también una lectura psicológica: “la tendencia a la independencia y a la afirmación de sí, y su contrario, la tendencia a permanecer en la seguridad del hogar, junto a los padres”, es decir, “el deseo de permanecer en unión con el pasado, y el de tender hacia un nuevo futuro”.7 El motivo de la “mujer de Putifar” es tal vez el más conocido de los cuatro temas mencionados. Recibe su nombre del episodio bíblico del intento de seducción de José por la mujer de su señor, el eunuco Putifar (Génesis 39, 7-20): “Tiempo más tarde sucedió que la mujer de su señor se fijó en José y le dijo: «Acuéstate conmigo». Pero él rehusó y dijo a la mujer de su señor: «He aquí que mi señor no me controla nada de lo que hay en su casa, y todo cuanto tiene me lo ha confiado. ¿No es él mayor que yo en esta casa? Y sin embargo, no me ha vedado absolutamente nada más que a ti misma, por cuanto eres su mujer. ¿Cómo entonces voy a hacer este mal tan grande, pecando contra Dios?» Ella insistía en hablar a José día tras día, pero él no accedió a acostarse y estar con ella. Hasta que cierto día entró él en la casa para hacer su trabajo y coincidió que no había ninguno de casa allí dentro. Entonces ella le asió de la ropa diciéndole: «Acuéstate conmigo». Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera. Entonces ella, al ver que había dejado la ropa en su mano, huyó también afuera y gritó a los de su casa diciéndoles: «Mirad, nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros. Ha venido a mí para acostarse conmigo, pero yo he gritado, y al oírme levantar la voz y gritar, ha dejado su vestido a mi lado y ha salido huyendo afuera. Ella depositó junto a sí el vestido de él, hasta que vino su señor a casa, y le repitió esto mismo (...). Al oír su

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B. Bettelheim, Le thème des «Deux Frères», en: B. Bettelheim, Psychanalyse des contes de fées, París, 1976, pp. 123129. 6 cit. en Bettelheim, Psychanalyse, 129. 7 Bettelheim, Psychanalyse, 124. 2 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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señor las palabras que acababa de decirle su mujer (...) se encolerizó. Y el señor de José le prendió y le puso en la cárcel, en el sitio donde estaban los detenidos del rey”. 8

El mismo motivo literario se repite, con ligeras variantes, en diversos episodios de la mitología griega. Distintos héroes se encuentran en algún momento de su trayectoria en la misma situación que el José bíblico: Peleo, Belerofontes, Tenes, Frixo, Fénix e Hipólito.9 Es muy probable asimismo que alguno de estos relatos míticos fuera aprovechado por los poetas trágicos como núcleo argumental de alguna de sus obras perdidas. 10 He aquí la versión que recoge la Ilíada del episodio de Belerofontes, huésped de Preto, y de la esposa de éste, Ántea: “Glauco generó al perfecto Belerofontes, a quien los dioses concedieron belleza y ardor envidiable. (...) La esposa de Preto, la gloriosa Ántea, deseaba unirse furtivamente en amores con él; pero no le persuadió en verdad, puesto que el magnánimo Belerofontes era sabio. Ella habló entonces al rey Preto mintiendo: «Preto, así mueras si no matas a Belerofontes; quiso unirse en amores conmigo, mas yo no lo quise». Así habló, y el furor se apoderó del rey al oír esto. Pero se guardó de matarlo, tuvo escrúpulos en el corazón, y lo mandó a Licia, dándole signos funestos, escribiendo en dos tablas palabras de muerte, y añadió que las mostrara a su suegro, para hacerlo perecer...” [es decir, Preto dio a Belerofontes una misiva dirigida a su suegro, el rey de Licia, con el mensaje de matar a su portador; el rey de Licia no lo mató sino que lo enfrentó a la terrible Quimera, pensando que no saldría vivo de la lucha...]. 11

Un episodio paralelo es el de Hipólito, hijo de Teseo, y Fedra, segunda esposa de éste: “Entre todas las divinidades, [Hipólito] distinguía con su especial veneración a Artemisa, y, en cambio, despreciaba a Afrodita. La diosa se vengó cruelmente de su desprecio suscitando en el corazón de Fedra, segunda esposa de Teseo, una viva pasión por el joven. Fedra se le ofreció, pero Hipólito la rechazó. Temiendo entonces que fuese a contar el hecho a Teseo, Fedra rasgó su vestido, rompió la puerta de su habitación y afirmó que Hipólito había tratado de violarla. Teseo fue presa de violenta cólera, y no queriendo matar con su propia mano a su hijo, recurrió a Poseidón, quien (...) causó la muerte del joven”.12 El mismo tema, convertido en el núcleo argumental de un amplio relato, desarrolla el cuento de Qamar al-Zamán de las Las mil y una noches. 13 En la estructura narrativa del motivo literario de la “mujer de Putifar” pueden distinguirse, pues, cuatro “momentos”: 1) La situación inicial plantea la estrecha relación entre un matrimonio y un hombre joven, hermoso, fuerte y honesto, unido al marido por lazos de parentesco, amistad o lealtad. 2) La esposa se enamora del joven e intenta seducirlo. Él la rechaza, movido por su sentido de lealtad, lo cual subraya su rectitud moral. 3) Por despecho o por temor del marido, la esposa acusa al joven ante él de intento de violación, apoyando frecuentemente la acusación en falsas señales de violencia o en un fingido abatimiento. 8

Biblia de Jerusalén (dir. J.A. Ubieta), Bilbao, 1975, pp. 55-56. P. Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona, 1982, pp. 4, 70, 102, 133, 196, 273. 10 J.M. Lucas, El motivo de Putifar en la tragedia griega, Actas del VIII Congreso Español de Estudios Clásicos, vol. II, Madrid, 1994, pp. 259-262. 11 Trad. de R. Calzecchi Onesti: Omero, Iliade, Turín, 1963, p. 205. Cf. Grimal, Diccionario, 70. 12 Grimal, Diccionario, 273. 13 J. Vernet, Las mil y una noches, 2 vols., Barcelona, 1990, noches 218-225, vol. I, pp. 852-867. 9

3 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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4) El esposo se encoleriza e intenta acabar con el joven. Las recensiones griegas suelen ser más trágicas; las otras suelen tener un final feliz que consiste en el descubrimiento de la verdad por parte del marido, en la reconciliación entre los dos hombres y en el castigo de la mujer. El tema de la emasculación, travestismo o cambio temporal de sexo del protagonista es también muy recurrente en los “cuentos de hadas” y en la mitología, y habitualmente se encuentra asociado a contextos de carácter iniciático: el protagonista pierde su virilidad y se convierte en “una mujer” por ese procedimiento de “inversión polar de signos” que caracteriza los rituales de iniciación a la edad adulta (cf. infra). El paso previo al estado de hombre adulto, preparado para recibir esposa, consiste, precisamente, en vivir la condición diametralmente opuesta, es decir, la feminidad. En todos los casos, el protagonista castrado o travestido recupera al final su virilidad y alcanza una condición superior a la que tenía en la situación inicial. Finalmente, el motivo de las sucesivas metamorfosis del protagonista es muy recurrente en el folklore europeo, africano e hindú, y ha sido ampliamente estudiado.14 Estos cuatro motivos aparecen, pues, en el cuento egipcio de Los dos hermanos, combinados en un único relato. Las comparaciones que hasta ahora se han hecho entre el cuento egipcio y otros relatos orientales o europeos han reposado, en cada caso, en uno solo de estos motivos. Así, el cuento egipcio comparte con el cuento de los hermanos Grimm únicamente el motivo de los dos hermanos y del objeto mágico que los mantiene en contacto, y con el episodio bíblico de José o el episodio homérico de Belerofontes y Ántea, tan sólo el motivo de la “mujer de Putifar”. Lo que no sucede en ningún caso es que la comparación tenga que ver con la trama argumental del relato completo, con su “sentido” como tal, es decir, con la combinación de todos o casi todos los motivos que nos ocupan. Las comparaciones orientales o europeas son, en efecto, exclusivamente morfológicas, temáticas. Lo que precisamente llama la atención cuando el campo de análisis se abre hacia el África negra actual y subactual es que la comparación se hace estructural: el relato egipcio se presenta idéntico en estructura y sentido a cuentos que aún hoy pueden escucharse entre los soninké de Senegal, Malí y Mauritania, entre los dogon de Malí, y entre otras etnias del África occidental. Sorprende que los estudios egiptológicos dedicados al cuento egipcio, incluso los más recientes y completos como el de S.T. Hollis, no hayan reparado nunca en estos cuentos africanos que pueden considerarse no como relatos con los mismos temas, sino como auténticas versiones paralelas a partir de una misma estructura narrativa. No cabe duda de que el paralelismo va más allá de lo formal, y abre vías de comprensión de la estructura y el sentido del complejo cuento egipcio. He aquí el relato dogon de Los dos hermanos: 15 “Dos hermanos vivían juntos. Sólo el mayor estaba casado. Un día en que el mayor había ido al bosque, su mujer le pidió al menor que se acostara con ella. Pero el joven rehusó. Vejada, la mujer cogió un fruto de baobab; mezclando la harina que se halla en su interior con agua, preparó una pócima blanquecina que se echó sobre el vestido. Después se sentó y se puso a llorar. Cuando su marido regresó, le preguntó la causa de sus lágrimas. Ella le mostró su vestido manchado y le dijo que su hermano la había tomado por la fuerza, a pesar de su resistencia. El hombre preguntó a su hermano, el cual negó. Al día siguiente, la mujer actuó de la misma manera, y cuando su marido regresó, ella le reprochó no escucharla. Por la noche, el hermano mayor se levantó, fue donde su hermano y lo encontró dormido boca arriba, sin ropa. Cogió un cuchillo y cortó el sexo de su hermano. El joven dijo:

14 15

Maspéro, Contes, XIV-XIX; Lefebvre, Romans, 139-140. Paulme, La mère dévorante, 77-78. 4 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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«Hermano mío, ¿por qué has hecho esto?» Pero el mayor no respondió. Al día siguiente, al alba, el joven reunió sus pertenencias y partió. En una aldea lejana, encontró a un hombre rico, para quien trabajó y quien le dio a su hija como esposa. La primera noche, el muchacho no tocó a su mujer. Por la mañana, ésta se lo contó a una vieja, quien informó del hecho a su padre. El padre le dijo que vigilara a su yerno. La vieja lo espió, lo vio orinar: no tenía sexo. Informó al padre”.

El padre quiso comprobar lo que la vieja le decía. Pidió a todos los jóvenes que se fueran juntos en busca de leña y ordenó al mayor de ellos que, cuando pasaran cerca de un lago, propusiera un baño: de este modo se vería si el joven carecía efectivamente de sexo. Mientras buscaban leña, se cruzó ante los jóvenes un varano, al que persiguieron. Todos acabaron desistiendo de la persecución excepto el joven. Cuando se halló ante el varano, éste le suplicó que no lo capturara y añadió: “«Si existe en el mundo alguna cosa que desees, nómbrala». El joven explicó su problema. El varano le llevó treinta vergas y le invitó a escoger. El joven hombre se probó muchas y acabó por quedarse con una, muy larga y hermosa, que se colocó en su sitio. (...) En el momento de atravesar un lago, él mismo sugirió un baño y todos pudieron constatar que poseía un sexo muy hermoso y largo. De regreso a la aldea, el mayor de los jóvenes refirió al padre lo que había sucedido. El padre convocó a la vieja y le ordenó que volviera a espiar a su yerno. La vieja no pudo sino constatar la presencia de un sexo perfecto. Furioso ante sus informaciones contradictorias, el padre mató a la vieja. Pronto la esposa del héroe quedó encinta. Cuando ella parió tres niños, su padre les dio rebaños y caballos, y el héroe, seguido de los suyos, se volvió a la aldea de su hermano. Se reconcilió con él, pero no prestó atención alguna a la mujer, que su marido estranguló. El hermano volvió a casarse, y vivieron todos juntos, muy felices”.

La estructura narrativa de este relato comporta los siguientes “momentos”: a) Situación inicial (1): dos hermanos, uno mayor y otro menor; b) Situación inicial (2): el hermano mayor está casado (=matrimonio) y el menor vive con él y con su esposa; c) Intento de seducción del joven por parte de la esposa y negativa del primero; d) Despecho de la esposa y preparación de la calumnia: la ropa manchada y las falsas lágrimas; e) La reacción del marido, que emascula a su hermano; f) El viaje del menor a tierras lejanas; g) El joven se casa con una mujer, pero no consuma el matrimonio porque carece de sexo; h) Por un artificio mágico, el joven recupera la virilidad y es capaz de engendrar; i) Regreso del joven a la aldea de su hermano en su nueva condición de adulto rico, casado y con hijos; j) Reencuentro con su hermano y castigo de la mujer calumniadora. Tenemos aquí orgánicamente reunidos, pues, tres de los motivos literarios que nos ocupan: el de los dos hermanos y su separación, el de la “mujer de Putifar” y el de la emasculación del protagonista. Los tres motivos conforman aquí una estructura narrativa única y coherente. El cuento egipcio de Los dos hermanos obedece a un esquema narrativo paralelo, con la salvedad principal de que el “viaje” del hermano menor se resuelve con la introducción del cuarto tema al que hemos hecho referencia, el de las metamorfosis del protagonista, que no aparece en los cuentos africanos. Obsérvese, sin embargo, que tanto en el caso egipcio como en el africano es en esta parte del cuento cuando aparece el elemento mágico, sobrenatural y maravilloso, en la forma de las sucesivas transformaciones del héroe, en el caso egipcio, o del contacto con el animal protector, en el caso dogon. El cuento egipcio echa mano aquí de un motivo muy propio de la religión faraónica: el de las metamorfosis divinas, que no hace sino enfatizar “a la egipcia” el cambio que se 5 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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opera en el protagonista y que lo lleva a pasar de “hermano menor” de un campesino a rey-dios de Egipto. Lo que importa es retener esta noción de cambio de estatus ontológico y social, de cambio iniciático, que cada tradición cultural resuelve de acuerdo con su propia idiosincrasia. Conviene no olvidar que en África la iniciación es una institución generalizada, mientras que en Egipto los grandes rituales iniciáticos están reservados a la esfera sacerdotal y regia. El cuento soninké de Los dos hermanos 16 nos permitirá una comparación más estrecha con el relato egipcio (en los dos casos, consignamos en redonda el texto del cuento original y en cursiva las partes resumidas): Los dos hermanos soninké

Los dos hermanos egipcio17

a) situación inicial (1): los dos hermanos / belleza del hermano menor Dos hermanos habían acumulado una gran riqueza Tenían vacas, cabras y ovejas. Disponían de todo lo que se pueda imaginar. Su ganado vivía en el bosque. El hermano mayor y el menor se turnaban para guardarlo un mes cada uno. El menor era tan hermoso como un sol levante. b) situación inicial (2): matrimonio+hombre joven El mayor se casó antes que el menor pero...

a) situación inicial (1): los dos hermanos Había una vez dos hermanos de una sola madre y de un solo padre. Anubis era el nombre del mayor y Bata el del menor. Anubis poseía una casa... (pd’Orbiney, 1, 1)

b) situación inicial (2): matrimonio+hombre joven / belleza del hermano menor ...y una esposa, y su hermano menor vivía con él como si hubiera sido su hijo. Era éste el que le hacía los vestidos e iba tras sus rebaños a los campos. (...) Ciertamente, su hermano menor era un hombre hermoso. No existía otro como él en todo el país. Tenía la fuerza de un dios. (pd’Orbiney, 1, 1 – 1, 4) c) intento de seducción Un día que Anubis y Bata están labrando en el campo, el mayor envía al menor a casa a por simiente. Éste se carga con cinco sacos de grano. La esposa del mayor lo ve y le dice: «Hay en ti una gran fuerza, veo tu vigor cada día». Ella deseó conocerlo como se conoce a un muchacho. Se levantó, lo abrazó y le dijo: «Ven, pasemos un rato (juntos), acostémonos (...)». Entonces el muchacho se puso como una pantera del sur, enfurecido por la proposición deshonesta que ella le había hecho. Y ella tuvo mucho miedo. (...) «¿Qué es este gran horror que me has dicho? ¡No me lo vuelvas a decir!» (...) Cargó su bulto y se fue a los campos. (pd’Orbiney, 3, 5 – 4, 2) d) la calumnia (...) La esposa de su hermano mayor estaba temerosa a causa de la proposición que había hecho. Cogió grasa y hollín y fingió haber sido golpeada. (...) Cuando su marido acabó el trabajo al anochecer, (...) volvió a su casa y

c) intento de seducción ...su esposa se enamoró de éste último e insistió en dormir con él. Él rehusó.

d) la calumnia Cuando la mujer vio que no lo podía convencer, informó a su marido de que su hermano menor, cada vez que él estaba en el bosque, la indisponía con invitaciones deshonestas. «Arráncale sus partes íntimas, pues de ellas 16

O.M. Dantioko, Contes et légendes soninke, París, 1978, pp. 69-75; P. Dupraz, Les enfants du jujubier. Le voyage dans la tradition orale sooninke, Studia Africana 6, 1995, pp. 69-82. 17 Seguimos para la traducción el facsímil de Möller (op. cit.), en ocasiones corregido a partir de la transcripción jeroglífica de Gardiner (op. cit.). 6 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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depende mi matrimonio».

e) la reacción del marido / los animales protectores / la emasculación El marido respondió: «De acuerdo». Cuando llegó la noche, el mayor cogió su cuchillo y se dirigió al bosque. Muchos perros guardaban los rebaños. Ayudado por la oscuridad de la noche, fue hacia su hermano. Cuando los perros lo vieron, se pusieron a ladrar y el menor se despertó. El mayor lo saludó; el otro le respondió: «¿Hermano, por qué has venido aquí esta noche?». «Quería estar seguro de que no te sobrevenía mal alguno». «Hermano, muchas gracias, pero regresa, que yo no estoy mal». Lo mismo se repite una segunda noche. La tercera noche encontró a su hermano dormido y los perros no ladraron, porque lo reconocieron como su señor. Se acercó a su hermano menor, lo cogió por sus partes íntimas y las seccionó. (...) La pérdida de sangre hizo que el hermano menor se desmayara.

f) la partida Acabado el desmayo, se levantó y volvió a la aldea. El mayor había llegado primero, había entregado las partes íntimas del menor a su mujer y había corrido a esconderse. El menor fue a tumbarse bajo el cobertizo de su cuñada, que hilaba. «Estás cubierto de vergüenza. Me las rechazaste en la cama, y ahora son mías». La herida del joven cicatrizó y se salvó de la muerte. Partió a la aventura por el mundo, abandonando los animales a su hermano y a su esposa.

g) destino de la calumniadora Los animales murieron uno tras otro. El hermano mayor y su esposa se volvieron ciegos, su casa se derrumbó y sus vestidos se convirtieron en harapos. Se pusieron a pedir limosna. h) el viaje y la segunda mujer El hermano menor llegó a un país cuyo rey era padre de una muchacha tan hermosa como una mujer-genio. Había rechazado a todos los hombres que le habían sido

encontró a su esposa estirada, fingiendo estar enferma. Su casa estaba a oscuras; ella estaba estirada, vomitando. Su marido le dijo: «¿Quién te ha insultado?» Entonces ella le dijo: «Nadie me ha insultado excepto tu hermano menor (...) Me dijo: ‘Ven, pasemos un rato (juntos), acostémonos, ponte tu peluca’. Así me habló, pero yo no lo escuché. (...) Él tuvo miedo y (me) pegó, para impedir que yo te informara. Si tú permites que viva, yo me daré muerte». (pd’Orbiney, 4, 5 – 5, 3) e) la reacción del marido / los animales protectores / la emasculación (...) Entonces su hermano mayor se puso como una pantera del sur. Afiló su lanza y la cogió en mano. Su (hermano) mayor se colocó de pie tras la puerta de su establo con objeto de matar a su hermano menor cuando éste regresara al atardecer para encerrar su rebaño en el establo. (pd’Orbiney, 5, 5 – 5, 7) Dos vacas avisan al joven del peligro. Él miró bajo la puerta del establo y vio los pies de su hermano mayor. Estaba de pie tras la puerta, con su lanza en la mano. Depositó su carga en el suelo y se puso a correr para huir. Su hermano mayor salió tras él con su lanza. (pd’Orbiney, 6, 1 – 6, 4) Re-Haractes acude en ayuda de Bata y hace aparecer una gran extensión de agua llena de cocodrilos entre él y su hermano. Bata, a salvo, explica a su hermano la verdad. A continuación: Cogió una caña cortante y se cortó el miembro. Lo echó al agua y el siluro se lo tragó. Perdió fuerzas y se puso débil. Su hermano mayor se afligió mucho en su corazón. (pd’Orbiney, 7, 8 – 8, 1) f) la partida (...) Su hermano menor le llamó y dijo: «(...) Vuelve a tu casa y cuida de tus rebaños, porque yo no estaré en el (mismo) lugar donde tú estés. Yo me iré al Valle del Cedro». (pd’Orbiney, 8, 2 – 8, 3) Bata le dice a Anubis que al llegar al Valle del Cedro se arrancará el corazón y lo colocará sobre la flor del cedro. Si el cedro es cortado y el corazón cae al suelo, él morirá; Anubis deberá entonces ir en busca del corazón y deberá colocarlo en un vaso de agua fresca. De este modo, él revivirá. g) destino de la calumniadora (...) Él se fue al Valle del Cedro. Su hermano mayor se fue a su casa. (...) Al llegar a su casa, mató a su esposa y la echó a los perros. Luego se sentó, lamentándose por su hermano menor. (pd’Orbiney, 8, 6 – 8, 8) h) el viaje y la segunda mujer Bata vive solo en el Valle del Cedro. Los dioses se apiadan de su soledad. Khnum le hizo una compañera (para) que viviera (con él).

7 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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presentados, hasta el día en que vio al joven pasar ante su palacio. Se enamoró de él y dijo: «Si no me caso con este joven, me mataré». El rey pide al joven que se case con su hija y le da oro y ganado en cantidad. La primera noche transcurrió sin que el joven la tocara; sucedió lo mismo la segunda noche. La muchacha se enfadó, rehusó comer e informó a su ama. El ama respondió que no podía creérselo sin prueba. La tercera noche, el hombre se durmió; el ama se despertó, tocó sus partes íntimas y no encontró nada. No era ni un hombre ni una mujer. Por la mañana informó al rey. A continuación, se repite el episodio de la expedición de los hombres, la persecución de un “animal salvaje”, la obtención de un falo y el baño, que ya conocemos por el cuento dogon. La quinta noche, cuando él amó a la muchacha, ésta acabó por pedirle que descansara, pero él rehusó y realizó el acto siete veces. Tuvo un hijo, y recibió como regalo ganado, oro y esclavos. i) el regreso Después de todo eso, él fue a ver a su suegro y le dijo: «Quisiera volver a mi casa». El rey estuvo de acuerdo. Regresó a su casa (...) ... j) el reencuentro ...y allí encontró a su hermano y a su esposa que se habían vuelto ciegos.

Era más hermosa que cualquier otra mujer que se encontrara en el país entero. (...) Él la deseó mucho. Ella vivía en su casa. (...) Él le dijo: «No salgas al exterior, para que el mar no se te lleve, pues yo no podría salvarte de él, porque soy una mujer como tú». (pd’Orbiney, 9, 7 – 10, 2) A partir de aquí empieza el episodio de las sucesivas metamorfosis de Bata. Su mujer acaba convirtiéndose en la favorita del rey, y es ella la que provoca la muerte de Bata en sus sucesivas formas. Su primera fechoría consiste en hacer cortar el cedro, con lo que el corazón de Bata cae al suelo y se pierde. Bata muere y Anubis acude para buscar el corazón, que encuentra cuatro años más tarde. Anubis coloca el corazón en un vaso de agua fresca y Bata resucita. Después de varias transformaciones éste acaba convertido en un par de árboles que la favorita hace cortar. Pero una astilla penetra en la boca de ella y la fecunda. Tiene un hijo que no es otro que el propio Bata, que acaba siendo rey. Se celebra un juicio y él sale vencedor. i) el regreso ∅

j) el reencuentro Se le trajo a su hermano mayor. Él lo hizo príncipe del país entero. Cuando cumplió 30 años como rey de Egipto, pasó a la vida [=murió]. Su hermano mayor ascendió a su trono el día de la muerte. (pd’Orbiney, 19, 6 – 7)

Las diferencias temáticas entre los dos relatos (el destino del hermano mayor – que, en cambio, es idéntico en los cuentos dogon y egipcio –; el agente de la emasculación; los acontecimientos durante el “viaje” en el país lejano; la ausencia de “regreso” en el cuento egipcio) no ocultan su esencial paralelismo estructural. El mismo contenido narrativo del episodio del viaje, que es lo que más separa los dos cuentos, no responde sino a la forma específica que cada cultura asigna a la noción de viaje iniciático. Lo importante no es tanto a qué motivo literario concreto se recurra para dar contenido al episodio del viaje (la caza del animal mágico, las metamorfosis), sino la existencia misma del episodio del viaje. En los dos casos, en efecto, el héroe castrado parte hacia tierras lejanas en busca de fortuna y esposa, las encuentra y recupera su capacidad generadora (tiene un hijo o se autoengendra). Termina vengado y en la posición social más alta posible, según cada contexto socio-cultural. Desde esta perspectiva, la idea antiguamente defendida por G. Maspéro y G. Lefébvre de que el relato egipcio estaba formado por dos cuentos distintos torpemente ensamblados por el escriba 18 no parece pertinente. Los relatos africanos demuestran que se trata de dos partes necesarias y complementarias, la primera más “sociológica” y la segunda más “mágica”, de una historia única.

18

Maspéro, Contes, VII-IX; Lefebvre, Romans, 137. Cf. también Hollis, Tale of Two Brothers, 23-25. 8 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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Como ya Assmann observó en su momento en relación con el cuento egipcio,19 la problemática sociológica que subyace a los relatos que nos ocupan es la de las iniciaciones a la edad adulta, al servicio de la cual se colocan los distintos motivos literarios que hemos descrito. Como explica Dupraz para el relato soninké, estamos ante el modelo de los “ritos de paso” a la edad adulta tal como los ha definido Van Gennep. 20 Este modelo comporta tres fases principales: la separación del entorno materno, un período de segregación y de “inversión polar” del “orden adulto”, y la reincorporación del iniciado al cuerpo social en calidad de adulto. En nuestros cuentos, el abandono por parte del hermano menor del hogar del hermano mayor y de la esposa de éste supone la ruptura con el entorno familiar, con la naturaleza infantil y con el estatus de “menor”. La emasculación (igual que la circuncisión iniciática, rasgo igualmente compartido entre Egipto y muchas sociedades africanas21) simboliza el hecho de que para pasar de la infancia a la edad adulta el protagonista debe “morir” en relación a todo lo que ha constituido hasta el momento su personalidad y su universo. Este acto lo hace penetrar en un mundo asexuado, marginal, opuesto a la norma adulta, previo, precisamente, a la incorporación a la sociedad como miembro de pleno derecho. La negación de la sexualidad subraya la plenitud de la sexualidad adulta. La marginalidad sexual se acompaña de la marginalidad social: el protagonista viaja hacia un país lejano y vive aislado o actúa de forma anormal, en un espacio “otro”, connotado por lo maravilloso (las transformaciones, los animales mágicos, la esposa “tan hermosa como una mujer-genio”...). En los dos casos, la segunda parte del cuento, que contrasta con la sobriedad de la primera por la irrupción de lo sobrenatural y de lo mágico, se explica precisamente por esta necesidad de marcar la “alteridad”, de hacer pasar al protagonista de la esfera de lo “profano” a la esfera de lo “sagrado”, de lo infantil a lo adulto. El epílogo de los dos cuentos representa la reincorporación del personaje al medio social tras el trance iniciático, convertido en adulto de pleno derecho, habiendo recuperado su virilidad y habiendo conseguido esposa, riqueza y/o posición. En los dos cuentos, la trama se vincula a la realeza: en el soninké, porque el protagonista se casa con la hija de un rey, del que recibe honores y fortuna; en el egipcio, porque el propio Bata es rey. Y aquí radica también la principal diferencia entre los dos relatos y la especificidad del segundo: mientras que el cuento soninké reflexiona sobre la iniciación en su sentido “social” y colectivo, el egipcio reflexiona sobre la iniciación regia, es decir, sobre los procesos de transición ontológica en el ámbito específico de la realeza, sobre el paso de ‘hombre’ a ‘rey’ (entronización) o de ‘rey vivo’ a ‘rey muerto’ (transfiguración). No hay que olvidar que en Egipto, la sociedad se proyecta en el rey; la sociedad es el rey. Pero el rey es un dios. De ahí que los protagonistas del cuento egipcio sean dos dioses: Bata, una divinidad asociada a la resurrección y al mundo funerario, popular en época ramésida y ptolemaica, y Anubis, conocido dios psicopompo. 22 La emasculación de Bata, privada aquí del sentido iniciático-social, se convierte en un rasgo puramente mitológico; de ahí que el agente de la misma no sea ya el hermano mayor, como “padrino” social de la iniciación, sino el propio Bata, dios muerto y resucitado como Osiris. La conexión con el dios de la realeza y de los muertos se hace explícita por el motivo del siluro que devora el falo, común a las dos divinidades. En cuanto a la noción de viaje iniciático, los textos funerarios egipcios abundan en ejemplos de diálogos iniciáticos que implican viajes de recategorización ontológica (transfiguración), como el del siguiente pasaje de los Textos de las Pirámides (Pyr. 914-917 P): «Oh Toro de las Ofrendas, inclina tu cuerno, 19

J. Assmann, Das ägyptischer Zweibrüdermärchen (Papyrus d’Orbiney), ZÄS 104, 1977, pp. 1-25 (pp. 23-24). Cf. también Hollis, Tale of Two Brothers, 164-165. 20 Dupraz, Studia Africana 6, 1995, 74-75; A. Van Gennep, Les rites de passage, París, 1909. 21 A. Montes, La circuncisión en el antiguo Egipto, en: Cervelló Autuori, J. (ed.), África Antigua. El antiguo Egipto, una civilización africana (Aula Aegyptiaca-Studia 1), Barcelona, 2001, pp.195-204. 22 Hollis, Tale of Two Brothers, cap. 2; T. Hare, Remembering Osiris. Number, Gender and the Word in Ancient Egyptian Representational Systems, Stanford, 1999, pp. 127ss. 9 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos

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Haz que este Pepy pase», dice este Pepy. «¿Adónde vas?» «Este Pepy va al cielo gracias a toda vida y poder, Porque este Pepy puede ver a su padre, porque este Pepy puede ver a Re». Tú dices: «¿Hacia las Montañas Altas o hacia las Montañas de Seth?» «Las Montañas Altas lo conducirán a las Montañas de Seth, A este alto sicomoro oriental del cielo (...), Porque Pepy es uno de pasos grandes que se aleja a grandes zancadas».

Una última cuestión cabría apuntar aquí. ¿A qué se debe el paralelismo estructural entre los relatos de Los dos hermanos egipcio y africanos? Por cuanto queda dicho, nos parece que la trama del relato egipcio representa una “especialización” de la trama de los relatos africanos. Éste se entiende mejor a partir de aquellos que aquellos a partir de éste, porque los unos hablan de la iniciación en general, mientras que el otro habla de una iniciación particular: la del rey. Por eso, no creemos que la semejanza se deba a una transmisión directa del cuento egipcio hacia el África occidental.23 Tampoco parece razonable postular una transmisión en sentido contrario. Creemos, más bien, que, una vez más, el concepto más operativo a la hora de intentar comprender un fenómeno cultural como éste es el de “sustrato”. Los distintos relatos africanos de Los dos hermanos, antiguos y modernos, se parecen entre sí porque son creaciones paralelas a partir de un núcleo narrativo común. Los estudios de los prehistoriadores de África y del Valle del Nilo y de los historiadores del arte rupestre sahariano-nilótico y egipcio han evidenciado en las últimas décadas lo que se ha dado en llamar el “sustrato paleo-africano común”. 24 Las mismas tradiciones líticas y cerámicas, las mismas armas y aderezos corporales, las mismas adaptaciones culturales y económicas al medio, los mismos motivos artísticos, en las altiplanicies y oasis del Sahara y en el valle del Nilo egipcio y sudanés, evidencian un antiguo universo cultural y sociológico compartido, universo del que las distintas civilizaciones del África boreal han ido emergiendo a lo largo de la historia. El tiempo es una dimensión relativa en la historia de las sociedades tradicionales: igual que hay elementos culturales que pervivieron los 3000 años que duró la civilización egipcia, también los hay que han pervivido, en el África negra, los 3000 años que separan los tiempos faraónicos de la actualidad. Uno de los rasgos de ese antiguo sustrato común debió ser el de las iniciaciones y el de las narraciones a ellas asociadas, entre las que se contaría el ancestro de la versión egipcia y de las distintas versiones negro-africanas del cuento de Los dos hermanos.

IMPORTANTE.- El contenido de este documento NO se considera material de estudio, sino material complementario, de manera que no será objeto de preguntas ni en el cuestionario de esta lección ni en el examen final.

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Así parece sugerirlo Paulme, La mère dévorante, 82. También se han sugerido transmisiones del cuento egipcio a Oriente (texto bíblico) y al Mediterráneo (mitos griegos). Cf. Bettelheim, Psychanalyse, 124; G. del Olmo Lete, Egiptología y estudios bíblicos, Anuari de Filologia 19, 1996, pp. 7-19 (p. 16). 24 Cf. J. Leclant, Égypte, Sahara et Afrique, Archéo-Nil 0, 1990, pp. 5-9; A. Muzzolini, Masques et théromorphes dans l’art rupestre du Sahara Central, Archéo-Nil 1, 1991, pp. 17-42; J. Cervelló Autuori, Africanística, Egiptología, difusionismo y sustrato, en: Cervelló Autuori (ed.), África Antigua. El antiguo Egipto, una civilización africana (Aula Aegyptiaca-Studia 1), Barcelona, 2001, pp. 81-98; ibid., Egipto y África, cap. II y referencias. 10 Josep Cervelló Autuori, Los Dos Hermanos