Konrad Fiedler, "Escritos Sobre Arte".

Konrad Fiedler Escritos sobre arte • • Visor • Escritos sobre: d •u·tr T radu\:c.:tón Jc Vict>ntc R(.)1nano Rc\

Views 106 Downloads 3 File size 34MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Konrad Fiedler

Escritos sobre arte





Visor



Escritos sobre: d •u·tr

T radu\:c.:tón Jc Vict>ntc R(.)1nano Rc\"isión de b traducción e introdw:ci6n de Francist.:a Pérez Ca.rrcño

Ko nrad Fied lcr

Escritos sobre el arte

l. !./rr. "'' 4 }r~¡f-.. Visor

Ln h:.tl$a de Tn Medusa. 2 Colecciím dil'i¿;u1J p( 1r VJlcri:mo Bo7.,!

«; cl~

b

pr~scnt\:

Di"!rihuóon~!t. BrL·tón. 55, 180~~ ~.·~t..irid

edición, Vior

Tom3s

S. A., 19'11

lSBN: 84-7774-502 1 Dcpchit o legal: M. ol 7.t6i · 1990

Imprnu t'n Espma • PriutL·cl in

Gr.ificas

Ro~.1r,

S- A.

fu enl.tbr.1da (MildriJ)

~p.1in

Indicc Introducción. Konra.d Fiedlcr. La producción de lo re a1 en d arre l. lmporunci:a de l:t ohr.1 de l•iL"dlcr.-11. lnflu..-ncia k,mLi~n ~ t:Jl el pemamit>ntO d\.' Ficcllcr.-H l. Conod· miento ~ reJiid.u.I.-JV. Lcngu.'ljc como e:.;ph.-silm.- V. 1.:1 pura ''Ísualid:ul .. . • . . . . .• . . .. • • •• .. • . . . • . .. • .. . . .. ..

lndice de

lo~

c:scri ro~ c.l" K. Pícdlrr

'

11

...... .. . . . .

l. Sobre el juicio Je las obras del arte plástico ( l 876) . . ". . . . . . . . . . . . . . ~

49

2. )obre los intct eses del ane y su promoción ( l 879) ···· ··· ············ ··· ·· · · · ····· · ~· ... .. .. ..... ..

101

'1 . . . . . .





.. •

















3. EJ n3tUFalismo modc·rno r la Vt'rtlad

..





















a.nÍsLiC;l

(1881) ... .. ..... .. ... ..... ... . .... ..... ... .. .... .. .....

135

4. Sobre el orig(·n th: la actividad artística (188i) .. ...... ....... .. ..... ........ ... ... ....... . .. .... ..

169

lnrroduccion K. Piedlcr. La producci6n de Lo real en el arre Fnncisca Pércl c~rreño

l. JrnportaJ,lÓd de la obra de K. Ficdlcr Konr:1d Fie-dJcr es considerado tJ pld:re de b corricm:e

rorm.'l.lista en historiogr:tfía y teoría Jcl anc y el creador de la teoría de t~ ~pun visúalidad~~ p:w:l las :llles pl~slicas. Murió en Ivlunich en el año 1895 ruar~ do

contaba cincuenta v cuauo ru1os de c:dad. Hasta entonces. toJos s.u~ esfuerl~S habían ~esetdo dirigidos :1 b promodón de b a..::tivicbd artística y Jc una his{oria cicndfic-a del arte. Buen~ parte de ~Uh escritos est:í dcdk~da J la ~Tirica y la publiciJnd del aJLe plásuco sobre todo de A. von Hildebrand )' H. von Marées, amigo y apadrlnaJo rtspt'C[hV;unente, ccn quienes forn1a el primer drculo

formal Lstal. 1 Al prirm:ro t.I~Jic.t UnJS p1gin.JS en rus c:ns:ayos ll..uiu ruM !UU"l.'il tcvria drlarle ~· 1.1.n;¡ crÍltl:l pa.ra una exposición, Hif.Jrbreriala r cómo Kant sólo se refacn! :1 .1 uicio csr ético en sentido estricto (pun.•) sól'o '-liando se trJtJ de ohjctos dl• la naturalez:t 1 '· El objc{iV() último es mostrar que el arte no puede analizarse St.>gÚn los principio!! de \H1 Juicio de gusto. «El :ll'le como tal no ticnl" nada que u Conm e o; ~~bid o, el primcm es un jukit> Jnl'rmi nnme. c:s decir, l'n ~1 s'-" sulJ:.lm1L" una im uición .1 un concepto: el juicio est~t ico, rt·r vivo dr las co-.,ns y por encima dt bs difenmdas~ hasta la que existe entre lo bello y lo ft·o; e~ ~prchcnder no bs propicd:~Jes indi\'i· dual~s {... ) .. in o la naturaleza mismn ~' (jOAP, p. 68). Oésde este supul's.to, hccllrr p:1s:1 :1 considcr;tr qm.: b belleza no es requ1sltn dr las obras de ané y que. por lo tanto. no t:s un jllt~;Ío de: gusto sino lógico el que les es adecuado. Y sin c.:mbargo bien distinto dd de la 1ciencia, )' complementario, pues .,tod:wÍa h3.V ámbitos d~ntro de la experiencia que 110 son accesible~ ~1 conocimiento "~ iendfico d~ b n:ttur.llclar· (II, 39). El • • • • • • arte proporc 1 on:~ un c..onocm1nmro mt ua tvo y no conceptual del mundo: liU cscnl:ia consis(e 'en b suh~tui'ción posible Je Ja¡; representaciones intuiliva ~ !~Óio mediante la form:t, b.tjo la h:g:Uidad JeJ cntcndimienlo (p~ro sin sobrepasar f l ámbi to de los conceptos) ~~ (TI~ 390), como se \'e una ddinición esrnctamcnte k~ntiana. AconceptualicbJ, cadctt·r sensible y d~sinrerés son los rasgos Jel juicio e~ tér ico que -..a r:~ctcriz.an todavía para Fi&.:dlcr Ll obr;t de :tnt:. El LOnocamiento qurit:rKi.l e:~ d análisis d.., b r~!li,J.ld. 1:.1 punto truci.ll tk la filosoiÍl fieJlcri:uu lo 'onst ittJyc la afirmaciém de qul· no es posible l'll el fenómeno dcsl~ ru.br ap:1rit·m.:iJ )' realidad -t._JliC', de: hecho, no Sl' oponrn: ·Sólo puede p nsarsc una Jifcrt=nc1a - pero no &!IHr'l· Sl'r y parecer cnll'l' pan!ccr )f no parcn·r, (I I, 70}. No ha>' pues dill'J'cnci.l entre la cxpericn;..•i,t dd ser y d Spcndencia del :t.r,pccro que nHie'irr:.m en diferentes cxpcricJ'l\;ia,. No se trata, sm embargo, de un ser en cuanto qu'-" pcrcihida.s, ponrnc t.1mpoco se mantiene b ex i~ttcncia de una sust Jncia sujeto. Antes bictl, la difcrcnci.1 cnrre ~ujcto y objeto Jeja de .s\!r '·ilida, nu tanlo p )rque el .sujcro St::l ~ólo dt:fi nibl~ como b ~u m3 de :.. En cualq uicr ..:a~v ~· mmticnL' l.1 ide:1 ~te qul' en la put·llf:l .. }:,¡ palabr.~ c:.l~ pJr.l b intuicit1n )' nv p.u~ el ..:onccpto• (11, JQ7), t::umo ncurre en cuah¡uÍL.'J otn ..~.rí,·ídad .u tbti~·:~ (vid. infrJ), .l UI1tJm' t' pl.un~:-~n muchm prnhli.•m:a .. :ulit:il,_ :.'5

n.1lt·~.

31

A pesar de algunos intentos en contra, b concepci6n romántico-expresiva tlcl anc, corno la mimética tradicional, adoptó b idc.·a de que el artista representa Ulla realidad, cxtenor o in[crior, previa a la propi:t obra de lrte 1t~. Según Ficdlcr. ~ólo cuando el arte p~rmancce en un estadio inferior o pertenece a una época sm espíritu artístico sus representaciones ~on ~opi,1 de Jlgo c!\t:erior a cUas. J:.l arte verdadero cs,_p.Qr el CQ!1 tr:tno~ nna~orrna entre olra_l de producd6n de realidad, no de ~o Ua,. Las representaciones an:ÍstJcas desarrollan la realidad hacia grados de danc.Jad e intcn~iJ:1d de ' ·ida cada \~e7. ma)'ores. Producir el mundc> quiere Jccir expresarlo~ darle; form:l: 1:1 ciencia mediante el lenguaje conc.~cptual. d arte medíwte el alenguaJe... de 1a imagen, de la forma. Así pues, la r~lidad es, en su!) gl'ados superiores de dc.:'sarroJlo, o

bien lengu:1jc cientifíco~ o bjen lenguaJe inruirjvo. Ahora se nos hace claro por qué b filosofía del arlc no puede tomar prestadas sus nociones de la t•stétic~. La filosofía del arr~ debe oruparsc c:n primer lugar de los modos Je ex.prcs1Ón y no de los efectos del ane sobre el Clpcctador. 1 ~ una filosoHa de la expresión y no de 1~ r~~·epción, porque míen tras en el prime•· ca¡, o ~e alcanza b esen(.;ia vt.!rdadern Jc l.t obr:t de arte, en el segundo sólo se falsea mediante un com:epto, el de conremphción, que pertenece al ámbito cstécico r no al !trdstico. S61o el Jcsarrollo idca liMa Je la esrética de Kanl habb hecho ron~isr ir l:1 cxpcricncía estétic.t en ~ontempbción de la Idea )' con\'crtido a la hdle1,;1 en una de las formas de realidad ab~oluta que Ficdler !t.

Por rjc mplo, friedrich af1rma: • El pintor no ~le he pinrar

lo 4llt' vc or~u• si, sino t~mhién lo 4Uc \'(' -.·n si .... O Schl~gd, A. \X1.: "Toda r prl''l' m~ción m~a·rial ex rema \'il prt!~~.cdida Ol' ot~a incema en el int\.'rior del lrtist.:h. (Cn.ltbs en J. Arn.1Jdo, Fr,rgnmuos dr mra uor/.1 romJJIUCa ,J(/ .rrtt', 1\l:tdrid, 1987, pp. 96 meram~:nLc

,. 122.)

-

32

critica. Y su críti~":t s~ mantiene en la concepción csuhica kJ.nuanJ: "'Lo único que es l'll-rno, micntr3S l'Xtsl:t 1,1 naruraleza bumln:t, es la cap~cicl.ld de "•.:nlido estético)) (II, 21 ). Por un bdo, la bdlt·:.ta se define en términos kanri:lnos Y no puede COn~tdcrarse objetiVllllL'Iltt:. rvJ::t!;, por

oHo, el arr~ e~ crrauón de la rcali&1d intuiti\'l, que sólo dl: formj, sccurH.iaria pueJc ~onstlkrarsc bella, es de-.:ir, ser objeto de un juicio est~tico. Lo pnmordial es ~u vt'rd:ld, definida t•n la actividad c:-..pn.:siva, en t1 proJucc ión de to re1l, no su bcllc:L.l. .l:n d cnsavo fi(Sobrr l'l juacío de bs obras del ;trlticaJJ (JI. 168}. L:l tarc,t del artt!. Fuera de b expresión de la mane'~ el ojo no pucd cxpcr1mc:-ntmlo h:tst.l cntonce.), c.striba b garanda para b ruprur.J dl' la Lt!rulcncia lucÍ.\ b abstracción en el \'t!r. Lo que b nuno fonnantc "'tocJ» de modo .:rcadot· no lo ha visto hJ:;ta l'lnonce ningún ojon 34 • HJ.stl uJ punto es la act ¡,,¡dad artÍstica creadora de t1 pura visualidad que tlmpo&:o ~us elementos materiales (o ciegos) pueden quedar c.l\!s&:artJdos eu una filosofh del arte. T amporo~ en una teoría rclativisr:t e inmancnt..: de la realid:td basad.1 en la na.tura1eza crc:adora y expresiva del lenguaje t:omo la de

K. Ficdlcr.

•H

Bochm. G., ~ Biltbinn und Sanllc!>Otf;~nc.. .

PhilusopJJit~, IS/19~ l98C,p.l2~.

'cuc· Hr/tt

f.



lndice de ~o:. cscri tos de K. 1:¡cdler (Según b cdi~[6n de G. Boehn1, S dJnften zur KunsL) .

f1 rimct al11men Tll prensible q Lll' la scn~ación estética que nos provocan cit•rljS proptcdadcs de objetos natun1k·~, cxdusiv:unenrl' perceptibles a tT4V~s de dios, también se- m:1nif1est\! :ulte l:t.s obras de anc. Adends, aunqut' los objeto!. nuurales apelan a menudo .1 otros J.!:ipecros de la naruralc7:t humana -con ranm fuer¿a que no mtcrvil·ne la :-¡ensibilidad csrétiCJ-~ podría parecer que b:» ohr.ts de arte só'o lpart:an , de las cosas l't•presen[ada.s, aquello que es apropi;tdo para pon al arte tan placer scmcj:tntc y quién no cut!nta cnt1'c bs horas más hcrmosJs Je su vida las de este go,c? ¿N o tenemo!> razón al opinar lJlll' gr::u.ia~ á es re goce nos apropi:1mo~ del contenido tloscncbl, genuinamente .trrisrico, del arre? Todos t\!nen1os la experiencia • de que la natur:tleza, bajo dcrcrminadas circunstancias, uo~ proporciona el mismo o un ma~'or placer. Por lo tan ro, debernos suponN que rn las cosas de In naLura1eza tambtén se oculta un contenido ardsrico pues en clbs 5.!

encontrar lo que era p.1Tl nosotros el 'Orltenido esencia] del arte. ¿Pero, cómo pueden t~ncr las cosas mu:urall·s un comenido .1rrisri..:o cuando lo csenci:tl de éste debe 1;cr S\1 origen en f:1 f l!Cfi'.a e!'piri rual drl hombre? Por ('SO hemos de busc~•r tal \.Oil tl·nado en otra propit·dad de las obr:ts JL· arte ')' (onformarnos l:on que .1 rrav~s de esta scn~a ión csréricJ nos apropian1os de uno de .sus lSpt~eros indiscun blemenh: imporr:1n res~ pero no de su cern r·o. Cu;}Jldo se apda a la sensibilidad e~rérica para juzgar hts obns de ane se habla de ~lJI,tO. El gusto d'·b1.: formarse en el trato con las obr:1s, •v, a su vl'i', St· presupone su t.~ducal·ión para Jbcermr enti'C lo bueno y lo m:1lo. El gusto no formado rc~ulta un tribunal po~ fiabk·, fal:l7, para drcidir ~ntre el v~1lor y el no valor de las obras Jl: arlc. L~ rnis111:1 obra nuede susci ~ar drsd Jd utl'ns~l a o domést1~0 m:h pequ('ño. Las obrJS de .lrle sólo LOn~titup.'n un.t pcqueñ~ pJrte de l;¡s 1ue1HCS de este: estudio. T odo lo q\ll' ~.·x istc en do umcntos 1?)~ rito~ St' invcstigl a fin de iluminar b géne~ÍS y el de!illtlO de las ohr~t~ de :111{', 1.t '·ida y d c:~dcter Jc los artista~. b tr'-nh:a de sus pro ·rdimicntos, etc~ 1:.1 tinico requisito e) d rigor en los cst:uuios. el ohjct ivo de ~stos rsfucr-los1 la seguridad de los rcsult u.los. l .m; conocimientos .adquit·idos :1sÍ constituyen la ba~t· de 1:1 -onlun id:uJ artÍstica, ~onvcncid:1 de ocupar d verdadero centro l: • tud:t con~idl' radon :1n Íst·\.··t ~ put.•s es consciente de saber acerca de bs obras de :trh~ v .tqudlns. que j,

--

';11

pretenden ll'ncr una ..:omprensión mulrilatL't~l de las ohrls dt: JrtC, si no T3mbién que ~tquellos que, sin un

conoclmicnto profundo, quieren valorarlas según su maror significado para b histori:t de la eultura (.) la filosofb. i\las, por un bdo. esta prcocupa~ión tiUC se suele encontrar cntr~o· :tfirionados, coleccionistas v erudt· tos degenera ~ Vl,>Cl!~ l'n la recopibción mczq~ina Je áridos conOt·i mientos; 1.1-l pcculiatid.1dc!2 )' r:arez.1~ l'Xlcm.a~ de las obras de ~ne :1dquieren un cuácter signific:lti,•o y l'onstituyen ~1 contenido prdcrido de un interés ~rtÍ~dco drgcncrado ~n mera ocupación J~ e')tr~lf:lbrios. Pm· otro l.tdo~ estos t.·stuc..lios, incluso ~ulndo !ion serios y de ampliar miras, se rcrnit~n ~ic:mprc a un interés cicndfiro ) no artÍstico. No prcsup investigación el csp:1cio en d ámbiLo de la acu\'lcb.J inrclccrual, sin abrir por ello los ojos a la con1prl'nsic'm artÍslica. La preponderancia de esos t!Stuclios no e en :tbsohuu signo del aum~nto d~ i nrerés por el .trlc, sino más bien de que h.l)' otros intereses mucho m:h vwo~ (lUC Jos artÍsrit.:os. Quien está dominado prefercnn:menrc por· &:1 intcré~ ~1rdstico da poca impor-tancia a la rcspu

La reflexión

filos6fica~ lejos de ser un

esradio superior ;:¡ l.a reflexjón jl·tí~uc~ (:Omo pretende, más hien interrumpe su dcsan·ollo y la detiene. El fllósofo olv1da fádlrnenle que en el ámbito panic.:uJar en el que se del!iarrol (;, su conocimiento superior no po~ec un lodo ~..:onduso~ sino algo cvolucionaJo h3sta cierto 66

punto y susc~priblc de desarrollo. Al utilr7.:trlo p.trn fomentar su conocimienro cancel~ su sentido pJ.r:.t ~..~1 progreso de) ...:onocimicnro en t!SC ámbito. Así pul·s~ d progrt'SO de] conocimiento filosófico se logra fácilmcnu:> a costa de la ':lp:tcidad para otro conocimiento disrintc. El hombre cree poder incluir en d filosóf[co la ma)'Orb de los conocirnicntos posibles e ignor:t que la cima :1 l;1 que .udendc le oculta or ra por b que también Jebe esforzarse lil hu1nanidad. Quien quiera ser ducho en el ...:ono~Jmicnro ;lrtktñt.:o no debe petn"iÍL:ir que su espíritu quede au-apado en lls rrab!'l.~ tle b espee'ulación filosófica; micntrils act:Ltcn filos6ficJmente, lJs mejorc:s fuerzas i ntclcct uaJes resultan inútiles para conocer la csenci!l ín rima de! arte.

Ul Es imposibJe cncon1mr el arre por ouo aunino que el suyo. S6Jo intem.•mdo ~nfreu t:arse a.l m unJo con el i nt:crés del ~rti~t ::t puede u tuo llegar a (br a la rebción l.

con ki.s obras de arre ese- conten[Jo que descansa Únit"a }' exdusivamcnl~ en el conocimiento Je la e~enci:t ínumn d.~ la actividad .:trdsrica. ~b.s, p:rrn poJer concebir el mteré~ del :n tist:t por el mundo visible, es bueno recordar :mtcs que de In inruición, en cuyo dcsarroJlo indcpcndicnrr y libre buscaremos la fonalez.a prop1a del talento ardsriéo~ surgen dos tipo~ princtp3lcs de interés hunmno ante las apariencias, aunque no rl.rdcn mucho en oponerse a J.qudl:1.. La relación q uc el hombre gu1rda con el m unJo en virtud de su sensibilidad puede ser muy diferente por su forma y SlJ grado. Desde el embotamiento } b. indife· rencía más exuemos h:tsu la sensibilidad más elevada hay una serie i nfinit.a Jc grados in tcrJlledios. Mud1os 67

.son ajeno!~ a las rosas y no puedc·n estab!cccr ningun:. relación con ellas; desde la sensa ión resultan inilcc~sibh:s al poder de la;; ~tpar i l'rh.·ia!). Con razón se considera ~st.l indiferencia como un,1 c.1n:ncia Je la orgJ ni?.nción i ndi,.idual. Otros, cuya nat.uralezn ÍCctos; sino que, por ~o ge ner:t l ~ aprehenden La propia cxist(!J1CÍa r sienLen la objetividad de lo existcnLc antes de disolver e~t~ ~cntinúenLo globJl en sensaciones ;lisladas. Es un phccr, un~ ~egría ante c..·l ser vivo de t1s cosa~ que csd por cm.im:1 de diferea1cias raJes como hermoso }' tco; es :1prchendcr no las propiedades individullles descubiertas en la sensa ión, sino la naturaleza misnu, que se muestra después como port:tdo.-a de cs::ts propiedades. T anto ese sentamiento eJe las dJsu ntas propiedades de las cos:1s como el sentim;ento de la naturaleza que transciende la comprensión sensible de las distintas cualidades pueden sea· sumamente intensos en los distint:os individuos y en mo'mcnt os diferentes. Asciende hasta h intcriondad y la admiración }" ~.:onsri­ tuye el contL·nido del entusiasmo apasionado. La scnsad6n no puede pensarse ind.epcndicnte de la intuición; pero queda por ~::tber si en su dev H.:ión 68

presupone el aumctHo cle la aprchen!.ión plaslíca de bs cosas qul' la pro\'Otan. La sensación se cJn ya en b intuición poco deurrolbcb, !;C ve esrintulada por las representaciones m.ÍS $Uperfici~les que debemos a b perl·cpción. ,.. su furrz.:J. dcpcndl' de la rcccpli,·idad de nuesLro senumicnto, y no Je 1~ mcdid3 de nue!)tta pcn;cpC1ÓI1 j ntllilliva. s; I"!GS obserVli110S h1en \'Crl'ITIOS que, por parte de b scns:-Ld6n, no rcc]bimos estimulo ni a~.:Livación del desarrollo de nuesua reprcscnracion in~ tuitiv-a,. sino m..ís bien lUl tmpedimenro. El [nreré-'i de nuestro scnumient.:o es distÍlno al de la aprehcnstón intuit!va, r cu:uldo Jquél ocupa el prinler plano de nuestra activithlJ cspiri1ual. ésta retroc::ede- l segundo pl:tno. Si~ por ejemplo, pcr~istimos en b st:nsacaón d~ la b~:HezJ de un objeto, podemos pcnctr.1rnos por l:omplct:o de' esra sensación, convenirla en el contenido predominante de nuestra C'\Í~tencia momctn:ínel, 'in por ello Jvanzar un p1so en el do mi ni o intuitívo del objeto. Pero t!n el instante en que nos vuelva a cautivar el interés por la intuición, olvid_:u·emos esa ~ensución a fin de poder dcslrrollar la comprensión inruit"·a Jel objcco por si mi~mo. Fl que muchos convit.~rtan con Jcma~i:ul:1 rapidez la intui~.:iÓll en scnsac:i6n es la raz6n de que a.quélla pennanezca ~en un bajo nivel de Jesanollo. Se ~onsiderl requisito principal del talento a:n Ís[ico mostr:u una scnsibi1 iJad muy fin~ y su~ccptiblc :linte cien:ts cuilidadcs de las cosas. Entre los artista!> notibblcs podemos enconuar incluso esa rclac;(m Íntim:l, mcndo· nada m:\s arriba~ con ~1 ..:onju nra de b n:uuralcz.a objetiva. Pero la cxi~tencia Je ese scntimicnt o no ~s todavía uu:Üáo de que ha)'a t:llen co arrísrico. Es b cor1dic·ión previa para La producdón míscica lo 111 ismu que pnra cua1quier prod ucciÓ·n cspiri tuat pues quien no int~nt~ aprt•hcnucr el m unJo con ~~~ [ ucnas insúntivas de: su :nat-m-aleza nu:nca llc~;1d a someterlo a la conrietlCl:l 1

¡,udecUJ:ll supt'rior. Lo que hace -artista al :1r1isr.1 es qt1c a su manera se dcva sobre el punto de visea Je la sensación. Cieno, la scnsad6n le acornpaña en tocbs bs fas\!s de su quehacer :.1rtÍst i co~ le m:uniene en relación consrantc con las cosas, alimenta el calor de la viJa. a la que se siente vim.:ubdo como parte del mundo, le proporcion:1 Incesantemente el m:tterial en cuya el:tboración consiste ~u existencia espiritual, pero, por elevada que sea, debe poder dominarb sicrnpr(· con la cl:triUS fine~ especiales. Pero pn.·cisnmcnte ~on los que neccsit:.ln un~ r·i"·a l'Ont cmpbci Ón de la naturaleza par;t su.') finl'~ ciendfkos, ~1.quellos a qllicn~s la t~nJc.:n\."iJ J b :~bstr:lc&.:i6n dificuh ~1 b romprcnsión de b imuid6n. que prescinde de In .tbHr:h:ción }' m~s :tll:í. Cuanto m~h l'' l'nL·tr.ln en l:1 intuición a fin de ..:onvcn:irb en conc~pto, t:tn to m:is inc.1p:1ccs snn de mantcnt.•rsr, aun"JUC ~ólo limitsulta insignific:tntc fr\!nt~ a la infinidad que lqu1 M~ le :.brc al hombre; sólo quien .sl'a ~:1p:~z de persistir en b intuición 3.

74

del .S'-'Iltimicnto )' sobre ht abst r:tn Íl)n, c.lcn10st rar:í oft~.. w ;)rd s[ ico. Pc ..o r.1r.l~ \'cccs lh.:g:1 b mn.tición :1 un

a

pt:>Jt

dl's:lrroHo )' una existendJ tJn .tu t6nomos e indcprndientcs.

La \'ida !)l'lltÍmcntal dd hombre es infinit:tnwnre di"crs~ según d sexo, b dispo:,i\.JÓn n:nural, la ~d.1d, d JlUeblo o b (.pol·=t; y t :1mbicn es infinito el volumen de cmu:cptos }' cono~im iento J.b:stral..lo t¡Ul' pO"Jt:e el Jnd iviJuo. lhs(l recordar hl'...:hos muv Sl'Jh::i llo:, .y conoddos par:1 Jetnostrar que r~unbién hay gran Ji\'crsiJad de ~

rl·prcsent:lcioncs intuitÍ\aS cnrrc lo') Ji~tirnos. inJividuos y que en b mayoría de los lJSO~ muestran un gr:J.do muy peq ut:iio de forn1ación. Pu~s. junqm: una apJrÍL'11'-'Í:l engañosa pudi~ra indltt:ir 3 la hipótesi~ de qlu: las pl·n~on1~

doracbs dt.l mismo hucn scntidu y urili'l.:índo1o en el m1srno entorno tt·ndrt;~n que m.tntcnc-r también la misma medida dr rcpresc."nt.tciones~ no put!dt.• bab~:r ht 11'1C'L10r dud:1 de que los objetos ndl\ escondidos lid sabc1· s p.t . . O'.I, mientras que parece inconmensurable a los que Sh.'f'llptc- s~ l·sfuct ..t.an por pl'nctrar

, en r'1 ~ mas

4. Sólo podd

~onvl'tlcersr d~

la infiniclad Jc b

del n1undo

Sl' sun1crja en

ClHllprcnsaón Íntuiti,ra

l]lll\.'11

d

uso libre de su '-'apacid:td pcn.:eptiva. :vlicn tras la percepción sirv:1 a un fin, no s~rá übr~ ~r tendrá Jímitc.:>. Se:~ el fin que fuer~l. b pcrcepci{>n scguirj siendo w1a hl·rramil.!nta, sup~!rflua en l'Wtnto se .1kance la meta. Jwaifknt orr:1~ :lC'tivi..bdes inu~Jeccuales sOI:lmcnlc si se reali1.:111 para un fín explicirn se t:ons i t.lea~1 un. limit:1ción mezquina. El hombre h~l sentido desdl.· siempre un irresistible impulso pot· cjcrCl·r librcmentl' acuñadas cuya rt>producción no e~ ~n el fon do más q m: ~1ct ¡,,¡dad n1et:ánica. Surge t·ntonces" por un bdo, l;-~ cxtgenci:~ de fiales c;upcnon.•s para la imitaci6n artísuc:l, que ~uera un m~t.lío de c>..pa·csion de &ligo CU)':t cxi te neta sea indcpcndienH: Jc la manifC!'!t.1Ci6n, ya no en ei rcitlO de lo vas1ble~ ~ino en d de ~o invisible: una escritura en b qut· de forma singular se comunica algo que umbién se puede cxpres:u por O[fO medio. Por otro laJ o, se exige .-.1 anista que en su imit.1ción refleje la n:uunlC'za depur;1.da, t•nnohlcc i da~ pcrll•ccionáda. De su propia c:tpacidaJ debe exigir ~1 modelo narural, } lo que h naturaleza ft-. ofre/ca ha de M:rvirh: ú nicamen tr

so

de ba.':ie p:11 a p•·cscntar lo tJUt:» b natur.1Jez~ podrb h.1 bt·r sido sí le hubiese dtgid(l t'c:>n1o creador. l.a pretensi6n l".~d justificada y la arbit rilricdad ~~ conviene en fuerza pirirual; la inuginación de~ntada del hombre, ~Oll\'Ctt itb en fantasmagoría, se consitk·r:a una fucti:;-t anísti,J.mcntl! produ~lÍva y se picn!l.l que d artÍ'\t:1 est3 llamadu y r.lpac it :ld ~) :1 (Onfigurar a su t::lpric.:ho un mundo fj llt•J.tdo t1c bs rondidones n~rr('n:tle:t. iunto ~1 y snbrc d n1undo real. El reino del anc se opont: .11 de la naturalt:~a: se arrog3 un drrc~ho superior porq ue debe su cxistenci:1 ll espíritu hununo. 6.

La acrivid!ld artÍstica no es ni imitación cscl.wa

ni dcscubrimicnr.:o .lrbitrario. sino onfigura ión librr. Para que..· algo pueda ser imitado debe ex isl il', en primer lugu, lo que de he imit:arst·. ¿Pero cómo p(.1Sl'C' l.! :S istcnci:1 b naturaleza que surge en l.J prcscn tac.:i1)n ardsric3 sin clb y :unes Jc db? Hasta el más insignificante de nosotros ticn'" que pt"C•dw;ir su mundo scga.'m una fom1:t vtslblc, pues de nada podemos decir qu~ cxastJ .m tes d~~..: haber pcnt.'! 1·3do en 11 ut~!\t ra conciencia cognoscente. ¿Quien se :nrcvcrb a ll.lllt:tr a b "·i..:nci;t una imitación de la naturaleza? Y. sin cmhargo, podrb h3c::ene con el mismo dt·t r ho que se lhuna imitador al ane. Sin cmb.J.Cgo, en b ciencia se (•nt ic11dc m udH, ante!! (l\IC es 31 mismo tiempo invcstigacícím y confíguración, que t'lO tiene m:ic; sentido }' signi ric:tJo