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• AdriánAdanedher

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Kiwi Kiwi es una obra de teatro dirigida por David Gómez, protagonizada por la actriz Susy Alanís en el papel de Kiwi y Diego de Lira en el papal de Litchi, que retrata en sus aspectos más crudos la sociedad en la que vivimos, sus contrastes morales de ideológicos además de la pobreza absoluta y profunda que puede llegar a vivir una persona que intenta sobrevivir en ella. Complemente actuado por dos actores en escena, Kiwi logra comunicar su mensaje de manera efectiva a través de las actuaciones y los diálogos de los protagonistas, que en ocasiones se convierten en narraciones que permiten que el espectador se sumerja en la trama y descubra aspectos más específicos de la historia. La obra presenta una historia que podría considerarse común, hasta si se quiere podría decirse que es un cliché, sin embargo, la naturaleza de la misma la hace imprescindible y el cómo es contada la dignifica y le da un lugar para figurar. El tema que aborda es uno complicado desde sus múltiples causas, pero simple porque es fácil de comprender, complicado de asimilar en su totalidad, en su profundidad. Es la vida de aquellos que les toca nacer con el estigma de no tener oportunidades para poder vivir, por lo cual deben trabajarse una manera de sobrevivir, en una sociedad que parece estar en contra de ellos, constantemente intentando aplastarlos, erradicarlos como a un cáncer. Pero también es la historia de cómo la inocencia y los deseos pueden superar gran cantidad de problemas y que la esperanza no debe perderse. La obra permite observar un aspecto de la sociedad que usualmente no se ve desde la clase media. Da ocasión para sensibilizar a los espectadores acerca de estas situaciones tan cruentas que suceden en la vida real. Es difícil imaginarse desde la comodidad del hogar lo que significa vivir con carencias, frío, sin techo; sin mayor respaldo que lo que se lleva consigo y sin nadie en el mundo para

ofrecer una mano, más aún, querer sobresalir, querer salir de ese estado, pero no poder hacerlo porque pareciera que se está marcado como imposible para sí. Los jóvenes protagonistas de la historia se enfrentan a la probabilidad de sobrevivir en una sociedad que está construida para abandonarles, pero no solo eso, que se empeña en destruirles. Constantemente se puede apreciar esto cuando en algunas partes de la obra se veían asediados por la propia policía o dejaban de manifiesto que sus vidas estaban en riesgo. Uno de los aspectos controversiales de la obra es cuando aborda el tema de la prostitución infantil. Como el resto de la puesta en escena, se ve desde el aspecto infantil e inocente, casi a modo de juego, algo que no es comprensible del todo para la protagonista, quien solo lo ve como una forma, un medio para llegar al objetivo que tiene con su novio que es comprar una casa y vivir juntos, no sólo ellos, sino todos los niños que junto con ellos viven en la pobreza y en esa difícil vida. Menciono que es controversial porque es diferente la forma en que percibe esta situación una persona de clase media y una que vive cercana a la pobreza. Esto plantea también un problema moral que redunda en la ética que sirve de base para ambas conductas. Por un lado, las personas que viven en los estratos sociales donde más se da esta situación de prostitución pueden ver tal actividad como una forma de vida, y diferencian muy bien las clases sociales, de tal modo que los que tienen dinero no son como ellos, así que la relación se puede establecer con ellos no es de iguales, es la de un servicio ofrecido, una forma de ganarse dinero y nada más. Para la clase media alta puede parecer un tema chocante, crudo, genera opiniones tales como preferir no saber nada de ello o creer que tal cosa es pura ficción y realmente no sucede. Más allá de pensar en la sensibilización de las clases altas o medias para que perciban y se hagan conscientes de esta clase de situaciones que pasan en el día

a día de nuestro y otros países, es necesario plantearnos desde la filosofía el problema de moral y ética que representa. Por un lado, ya se habló de que en la pobreza se ve como una actividad hasta cierto punto normal, aceptada, ya que es una forma de supervivencia. Sin embargo, para la clase media representa un problema moral serio pues la prostitución es una forma de que la persona pierda la dignidad, al venderse, al dejar de ser persona para convertirse en objeto. Desde este punto de vista podemos identificar, en función del estrato social, dos tipos diferentes de moralidad, esto plantea el problema del universal que fundamente tales formas de pensar, es decir, que es lo bueno y lo malo, esto es el aspecto ético. En conclusión, para el espectador común que busca una forma de entretenerse quizá se vaya a topar con una obra que toque más allá, que pueda hacerles sentirse y hacerse conscientes de una vida que no es la suya. Para la filosofía, sin duda, plantea dilemas que deberíamos abordar y que siempre nos hacen volvernos a cuestionar acerca de problemas tan fundamentales como la dignidad humana.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

ODETTE ABISAÍ CORONADO DE KOSTER

1608189

KIWI

ÉTICA, SOCIEDAD Y PROFESIÓN

SAN NICOLÁS DE LOS GARZA, N. L. A 5 DE ABRIL DE 2016