JEAN BAPTISTE SAY

UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ECONOMIA POLITICA I INTEGRANTE: SILVIA CORNEJO. CURSO: 3/7 FECH

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ECONOMIA POLITICA I INTEGRANTE: SILVIA CORNEJO. CURSO: 3/7 FECHA: 31-05-2017

JEAN BAPTISTE SAY Economista francés, uno de los fundadores de la economía política burguesa vulgar. En su “Tratado de economía política”, Say desechó por completo la teoría de Smith sobre el valor por el trabajo. Identificaba el valor con la utilidad (es decir, con el valor de uso), que es fruto de tres factores: el trabajo, el capital y la naturaleza (la tierra). A estos tres factores corresponden tres formas independientes de ingresos: el salario, la ganancia y la renta, que son la retribución por los servicios de cada uno de los que participan en la creación de la utilidad del producto. Los factores aparecen en la producción armónicamente, no existe contradicción alguna de intereses, no hay ninguna explotación de los obreros por los capitalistas. En última instancia, Say reduce la ganancia al ingreso del empresario como salario del capitalista, y al interés como resultado del servicio que presta el capital, que él concibe simplemente como una cosa. PRINCIPALES APORTACIONES Say dividió la economía política en tres partes: producción, distribución y consumo. Toda la economía política burguesa posterior hace suya esta división, con la particularidad que ve la producción como un proceso puramente técnico subordinado a eternas “leyes naturales”, ve la distribución y el consumo como independientes de las relaciones de producción y como procesos que el hombre puede modificar a su antojo. Say no aceptaba la inevitabilidad de las crisis económicas de superproducción, estimaba que en el mercado cada vendedor es, al mismo tiempo, comprador. Exhortaba a la burguesía a ampliar sin límite alguno la producción y era partidario de la libertad de comercio. Las huellas de su influencia son perceptibles en todas las subsiguientes escuelas da la economía política burguesa vulgar; en particular su “teoría de los tres factores” es ampliamente utilizada por los economistas burgueses de nuestro tiempo.



Oposición A La Teoría Del Valor Trabajo

Contrariamente a Smith y a los economistas clásicos ingleses como David Ricardo, Say se oponía firmemente a la teoría del valor trabajo (que consideraba, sucintamente, que la forma objetiva de medir el valor era mediante horas de trabajo), considerando que el fundamento del valor está en la utilidad que los distintos bienes reporten a las personas. Esta utilidad puede variar en función de la persona, del tiempo y del lugar. La concepción de Say es, por lo tanto, que el valor es subjetivo. LEY DE SAY En economía, la ley de Say es un principio atribuido a Jean-Baptista Say que indica que cada oferta crea su propia demanda. Cuantos más bienes (para los que hay demanda) se produzcan, más bienes existirán (oferta) que constituirán una demanda para otros bienes, es decir, la oferta crea su propia demanda. Expresado en palabras del mismo Say: “Un producto terminado ofrece, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos por todo el monto de su valor. En efecto, cuando un productor termina un producto, su mayor deseo es venderlo, para que el valor de dicho producto no permanezca improductivo en sus manos. Pero no está menos apresurado por deshacerse del dinero que le provee su venta, para que el valor del dinero tampoco quede improductivo. Ahora bien, no podemos deshacernos del dinero más que motivados por el deseo de comprar un producto cualquiera. Vemos entonces que el simple hecho de la formación de un producto abre, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos.” J.B. Say, 18031. Esta ley era, básicamente, la respuesta de la economía clásica al argumento de Malthus, que culpaba a la insuficiente Demanda Agregada de la posibilidad de que una situación de sobreproducción generalizada y de Desempleo de Recursos productivos se extendiera indefinidamente en el Tiempo. A juicio de Say, si el Mercado, llegaba a saturarse como consecuencia de una sobreproducción, se produciría una caída general de los Precios por debajo de los Costos, por lo que esta sobreproducción no sería sostenible en el largo Plazo. La Ley de Say explicitó algo que estaba implícito en Adam Smith: la economía de Mercado se autocorrige.

La idea que aquí buscó mostrar Say es que los Recursos productivos no permanecerán indefinidamente ociosos por falta de Demanda. Jean-Baptiste Say no excluyó la posibilidad de que se produzcan excesos de Oferta (o de Demanda) de carácter local. Puede ocurrir que la gente deje de demandar un artículo porque, por ejemplo, quiera sustituirlo por otro. Como consecuencia de ello, nos encontraríamos con un exceso de Oferta en un Mercado determinado y con un exceso de Demanda en otro Mercado. Pero estos desequilibrios necesariamente acabarían corrigiéndose a través de cambios en los Precios relativos. 

Pensamiento Económico De Jean Baptiste Say

La defensa del empresariado Say definía al empresario como factor fundamental de la producción en un medio capitalista es lo que marca la obra de Say y la distingue de la de Adam Smith, quien miraba a los capitalistas con bastante recelo. Probablemente la diferencia radica en que Say tuvo una experiencia personal en los negocios al ejercer durante diez años como un próspero fabricante de algodón. A juicio de este economista, el empresario desempeña un importante papel en la puesta en marcha y coordinación de todo proceso productivo; es quien asume la responsabilidad, la dirección y, por tanto, el riesgo de las actividades. El Empresario, entonces, no sólo es un factor más en la cadena de producción, sino que es el centro del proceso económico. Sus decisiones implican un Trabajo y, en especial, un riesgo que requiere ser adecuadamente compensado. Por esta razón, Say defendió arduamente la libertad de Comercio. En general, este autor fue un apologista del Capitalismo y tuvo una extraordinaria popularidad en la Francia del siglo XIX, ya que lograba presentar los complejos problemas económicos de una forma bastante simple. Marx, sin embargo, lo llamó el "trivial Say".