IV Congreso de Actividad Fisica y Deportiva Para Mayores 2011

LIBRO DE ACTAS 1 4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Edita: Diputación Provincial d

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LIBRO DE ACTAS

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

Edita: Diputación Provincial de Málaga. CEDMA (Centro de Ediciones Diputación de Málaga. Compiladores: Pedro Montiel Gámez Antonio Merino Mandly Juan de la Cruz Vázquez Pérez Autores: © Todos los que figuran en el índice de esta obra. Los textos que componen este libro fueron presentados por sus autores como conferencias, comunicaciones o pósters en el Cuarto Congreso Internacional de Actividad Físico-Deportiva para Mayores. Portada: Centro de Tecnología de la Imagen. Universidad de Málaga. Maquetadores: Manuel Chinchilla Pérez. Secretariado de Deporte Universitario. Universidad de Málaga. José Eloy Cano Escarcena. Secretariado de Deporte Universitario. Universidad de Málaga. Arcadio Domínguez Seguí. Secretariado de Deporte Universitario. Universidad de Málaga.

ISBN: 9 7884777 858980 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabadoras sonoras, et…, sin permiso del editor.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

ÍNDICE PRESENTACIÓN PROGRAMA COMITÉS CONFERENCIAS  La actividad física, el deporte y las personas mayores: nuevas oportunidades Albert Soler y Sicilia  Strength and balance training to prevent falls in older adults Michael E. Rogers

5 7 9 12

13 21

PANELES DE EXPERTOS Área de Actividad Física, Salud y Bienestar  Activa tu vida. Hacia la salud integral de las personas mayores Antonio Casimiro Andújar  Experto 2 Manuel Castillo Garzón  Los mayores, el sedentarismo y el ejercicio Juan Fco. Marcos Becerro Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

26

27

61 70

 Motricidad y memoria con personas mayores Pilar Pont Geis 71  Interrelación entre la condición física, el estado nutricional vitamínico y el estado cognitivo y su influencia sobre la calidad de vida en mayores institucionalizados y de vida independiente María Marcela González-Gross 87  Estilo de vida activo en población mayor: Análisis de la adherencia a los Programas de ejercicio físico Susana Aznar Laín 96 Área de Planificación, Organización y Gestión 102  El Libro Blanco del envejecimiento activo Antonio Balbontín López-Cerón 103  Planificación de programas de intervención en personas mayores con discapacidad: importancia de su adaptación Francisco Salinas Martínez 108

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores  La Construcción de Capacidad Evaluadora y Aprendizaje Organizacional como marco de referencia para la planificación, organización y gestión de los programas y políticas deportivas. La experiencia del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa Juan Aldaz Arregui 119 Área de Desarrollo Didáctico y Estrategias en los Programas  Propuesta de modelos didácticos de intervención de actividad física aplicados a las personas mayores Jesús Fortuño Godes  Estrategias para la adecuación de programas deportivos de personas mayores en centros de fitness privados Jerónimo García Fernández  Incidencia de un programa de actividad física integral en grupo sobre las capacidades físicas de mujeres mayores de 60 años Juan Párraga Montilla TALLERES      

Capacidades de flexibilidad y resistencia. Capacidades de fuerza y equilibrio. Capacidades psicosociales Capacidades coordinativas Programa de intervención en el medio acuático Programa de intervención terapéutica

135

136

151

171 183 184 196 209 214 218 226

COMUNICACIONES Área de Actividad Física, Salud y Bienestar

235

Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

491

Área de Planificación, Organización y Gestión

578

Área de Desarrollo Didáctico y Estrategias en los Programas

661

RESÚMENES DE POSTERS Área de Actividad Física, Salud y Bienestar

744

Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

852

Área de Planificación, Organización y Gestión

878

Área de Desarrollo Didáctico y Estrategias en los Programas

889

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

El desarrollo científico y didáctico relativo a la intervención de la Actividad Física y el Deporte con la personas mayores cobra protagonismo en estos días, durante el 4º CONGRESO SOBRE ACTIVIDAD FÍSICO DEPORTIVA. El protagonista es, sin lugar a dudas, el trabajo estable que protagonizan las propias personas mayores que deciden tener un estilo de vida saludable, que se reconoce y se muestra en este congreso. Profesionales procedentes de diferentes ámbitos dan buena muestra de su saber sobre la actividad física en los mayores en una transversalidad que tiene como resultado la mejora del conocimiento sobre la misma, ya sea en las técnicas, la sistemática del ejercicio o las consideraciones sobre lo corporal en el desarrollo y ubicación de las personas mayores en los contextos sociales, personales y motrices domésticos. En este foro, las reflexiones, los estudios y las evidencias científicas muestran el camino para una longevidad activa a través de la actividad física y deportiva dirigida por profesionales. Al pensar en envejecimiento activo, aparece la actividad física y lo corporal como la primera herramienta que tiene el ser humano para conectarse con su entorno y con el mundo en general. El año 2012 es el Año Europeo del Envejecimiento Activo. El él cobrará mayor importancia si cabe la necesidad de ayudar y hacer protagonistas a millones de ciudadanos y ciudadanas europeos, crear mejores oportunidades de ocupación y entornos respetables para el creciente número de personas mayores en Europa, favorecer roles activos en la sociedad y, en consecuencia, promover una longevidad activa y saludable. El papel de la actividad físico deportiva resulta crucial frente al sedentarismo, la obesidad y la ociosidad; mejora las relaciones sociales, el desarrollo personal, la salud y las capacidades motrices básicas de las personas mayores. Sobre estos pilares se aborda la presente edición del Congreso, 4ª y se emplaza la 5ª para el año 2013, que seguirá al Año Europeo de Envejecimiento Activo, 2012. Sirvan todos para prestar atención a una longevidad activa y digna.

Teresa Prieto Ruz Presidenta del Comité Organizador

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

EMPRENDER E INNOVAR EN TIEMPOS DE CRISIS Hace apenas nueve años, iniciamos una aventura junto a mis amigos Antonio Merino, Juan de la Cruz Vázquez, que hoy entiendo, se ha convertido en toda una realidad. Este proyecto, que nacía de la propia demanda de prácticas deportivas en personas mayores, ha creado un referente en Málaga, que se ha extendido por toda la geografía Española y ha traspasado fronteras. Hoy, hablar de longevidad, vida activa y calidad de vida, a través de la práctica de actividades físicas y deportivas en personas mayores, es una realidad que como se refleja en nuestro Congreso Internacional cada dos años . En la tercera edición del 2009, uno de los objetivos fue unir a las instituciones en torno a la Universidad y la Diputación. A esta iniciativa se sumaron las Área de Bienestar Social y Deportes del Ayuntamiento de Málaga, la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía y el Consejo Superior de Deportes, con la estrategia de trabajar en el ámbito de la formación, investigación e innovación, dotando a los profesionales de herramientas de intervención didáctica, organización y gestión. Todo ello unido a la comprensión psicosocial y a las circunstancias especiales que desembocan en los procesos de envejecimiento y cognitivos. Dos años después, seguimos contando con las Instituciones que han consolidado este Congreso. Destacar la fidelidad y el interés que los distintos profesionales muestran por este segmento de la población, la relación interdisciplinar entre las distintas áreas de conocimiento, y sobre todo, la oportunidad de innovar emprender y desarrollar programas creativos que posibiliten la participación de personas mayores de manera independiente, con calidad de vida y con una vida activa, vivida de manera satisfactoria. Esta Cuarta edición cuenta con un programa de talleres prácticos destinados a mejorar las capacidades físicas, a esto se añade la importancia que tiene, dar a conocer la medidas de intervención incluidas en el Área de Mayores del Plan Integral A+D del Consejo Superior de Deportes. Gracias a mi equipo, por el enorme esfuerzo desarrollado durante todo el año, a los voluntarios; alumnos de la Universidad de Málaga; por su generosidad y sobre todo, a los congresistas por la confianza puesta en nosotros, os esperamos en el Congreso del 2013.

Pedro Montiel Gámez Director del Congreso

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

PROGRAMA ÁREA DE ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y BIENESTAR

CONFERENCIA INAUGURAL D. Albert Soler Sicilia Director General de Deportes. Consejo Superior de Deportes PANEL DE EXPERTOS Ponentes: Dr. D. Antonio Casimiro Andújar (Esp.) Dr. D Manuel Castillo Garzón (Esp.) Dr. D. Juan Francisco. Marcos Becerro (Esp.) Dr. D. Christian Benezis (Fra.) ÁREA DE INNOVACIÓN, LONGEVIDAD Y CALIDAD DE VIDA

PANEL DE EXPERTOS Ponentes: Dra. Dª Pilar Pont Geis (Esp.) Dra. Dª. María Marcela González-Gross. (Esp.) Dra. Dª Susana Aznar Laín. (Esp.) ÁREA DE PLANIFICACIÓN, ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN

PANEL DE EXPERTOS Ponentes: Dr. D. José Manuel Ramírez Navarro (Esp.) Dr. D. Francisco Salinas Martínez (Esp.) Dr. D. Juan Aldaz Arregui (Esp.)

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores ÁREA DE DESARROLLO DIDÁCTICO Y ESTRATEGIAS EN LOS PROGRAMAS

PANEL DE EXPERTOS Ponentes: Dr. D. Jesús Fortuño Godes (Esp.) Dr. D Jerónimo García Fernández (Esp.) Dr. D. Juan Párraga Montilla (Esp.) CONFERENCIA DE CLAUSURA Dr. D. Michael E. Rogers, (USA) TALLERES Taller 1: Capacidad de Flexibilidad y Resistencia Taller 2: Capacidades de Fuerza y Equilibrio Taller 3: Capacidades Psicosociales Taller 4: Capacidades Coordinativas Taller 5: Programas de intervención en el Medio Acuático Taller 6: Programas de intervención Terapéutica

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

COMITÉ DE HONOR -

Sra. Dª Viviane Reding. Vicepresidenta de la Comisión Europea. Unión Europea.

-

Sr.. D. José Luis Rodríguez Zapatero. Presidente del Gobierno de España

-

Sr. D. José Antonio Griñán Martínez. Presidente de la Junta de Andalucía.

-

Sr. D. Francisco de la Torre Prados. Alcalde de Málaga. Sra. Dª Adelaida de la Calle Martín. Rectora Magnifica de la Universidad de Málaga.

-

Sra. D. Ángel Gabilondo Pujol. Ministro de Educación. Gobierno de España.

-

Sr. D. Jaime Lissavetzky Díez. Secretario de Estado para el Deporte. Sra. Dª María Gámez Gámez. Delegada del Gobierno en Málaga. Junta de Andalucía.

-

Sr. D. Luciano Alonso Alonso. Consejero de Turismo, Comercio y Deporte. Junta de Andalucía.

-

Sra. Dª. Micaela Navarro Garzón. Consejera para la Igualdad y Bienestar Social. Junta de Andalucía.

-

Sr. D. Salvador Pendón Muñoz. Presidente de la Diputación Provincial de Málaga.

-

-

Sr. D. Manuel Jiménez Barrios. Secretario para el Deporte de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Junta de Andalucía. Sra. Dª. Mª Teresa Prieto Ruz. Vicerrectora de Bienestar Social e Igualdad. Universidad de Málaga Sr. D. José Ángel Narváez Bueno. Vicerrector de Investigación. UMA Sr. D. Ignacio Rodríguez Marín. Director General de Planificación y Promoción del Deporte. Junta de Andalucía. Sra. Dª María Victoria Romero Pérez. Concejala del Área de Gobierno de Asuntos Sociales. Ayuntamiento de Málaga. Sra. Dª Lina Mª Vidales Pérez. Diputada de Educación. Diputación Provincial de Málaga. Sr. D. Elias Bendodo Benasayag. Concejal Turismo, Juventud y Deportes. Ayuntamiento de Málaga. Sra. Dª José Francisco Murillo Mas. Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación. UMA. Sra. Dª Encarnación Páez Alba. Diputada de Juventud y Deporte. Diputación Provincial de Málaga.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

COMITÉ CIENTÍFICO Presidente: Vicepresidente: Vocales:

Secretario:

Dr. D. Antonio Merino Mandly Dr. D. José Luís Chinchilla Minguet. Dr. D. Elvis Álvarez Carnero. Dr. D. Ricardo Onofre Contreras Jordan. Dr. D. Emilio Fernández Rodríguez. Dr. D. Miguel A. Garcia Martín. Dr. D. Manuel González Domínguez. Dr. D. Manuel Hijano del Río. Dr. D. Ivan López Fernández. Dr. D. Vicente Martínez de Haro. Dr. D. Agustín Meléndez Ortega. D. Rafael Merino Marbán. Dr. D. Pedro Montiel Gámez. Dr. D. Miguel Angel Morales Cevidanes. Dra. Dª. Isabel Mª Morales Gil. Dr. D. Miguel Muñoz Cruzado-Barba. Dr. D. Juan Párraga Montilla. Dr. D. Ramón Romance García. Dr. D. Francisco José Santana Pérez. Dr. D. Santiago Romero Granados. Dr. D. Oscar Romero Ramos. Dr. D. Vicente Romo Pérez. Dr. D. Javier Sampedro Molinuevo. Dr. D. José Luis Sánchez Ollero. Dr. D. Aurelio Sánchez Vinuesa. Dr. D. Aurelio Ureña Espa. D. Antonio Yébenes Montoro. Dra. Dª Mª Luisa Zagalaz Sánchez. Dr. D. José Carlos Fernández García.

COMITÉ ORGANIZADOR Presidenta: Vocales:

Dª Mª Teresa Prieto Ruz D. Pedro Montiel Gámez Dª. Marta Carranza Gil-Dolz del Castellar D. Antonio Souviron Rodríguez Dª. Jesús Roca Hernández. D. Francisco Pomares Fuertes D. Luis Díaz García

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

COMITÉ EJECUTIVO Director:

D. Pedro Montiel Gámez.

Ponencias y Auditórium: D. Aurelio Sánchez Vinuesa D. Francisco Salinas Martínez Dª Julia León Rodríguez. Gestión de las Comunicaciones y Pósters: D. Juan de la Cruz Vázquez D. Carlos Cano Ortigosa D. Miguel Baena Ortiz Dª Susana Vázquez Calleja. Relaciones Institucionales: Dª Isabel Arsuaga Acaso Voluntariado:

D. Ángel Carmona Pérez.

Gestión Económica:

D. Beltrán Bautista Bueno.

Actividades Paralelas: D. Publio Parra Trujillano. Prensa y Medios de Comunicación: D. Antonio Somoza Barcenilla. Logística, Material y Recursos: D. Juan Carlos Rodríguez Garcia D. David Rodríguez Montañés. Protocolo:

D. Pedro Aragón Cansino.

Secretaría General:

D. Manuel Chinchilla Pérez. D. Arcadio Domínguez Seguí. D. José Eloy Cano Escarcena. D. Ramón García Fernández Dª Margarita Navarro Puente. Dª Concepción Santos Vargas.

Transporte y alojamiento: D. Jorge Alfonso Bravo Caro. Página Web / Web master: D. Javier del Valle Macías.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

CONFERENCIAS

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

LA ACTIVIDAD FÍSICA, EL DEPORTE Y LAS PERSONAS MAYORES: NUEVAS OPORTUNIDADES

Albert Soler y Sicilia Director General de Deportes, Consejo Superior de Deportes

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Conferencia: “La actividad física, el deporte y las personas mayores: nuevas oportunidades

INTRODUCCIÓN: Necesidad de Envejecer Activamente El envejecimiento que está experimentando la población europea en los últimos años, donde los mayores de 65 años ya representan entre un 18 y un 23 por ciento del total, se ha convertido en uno de los mayores desafíos para los gobiernos en las próximas décadas. Esta tendencia es mucho más marcada en España, donde los niveles de natalidad son de los más bajos de la Unión Europea y la esperanza de vida al nacer, es de las más altas. Un estudio del IMSERSO señala que la esperanza de vida media alcanza los 79 años, siendo de 75,7 años para los varones y de 83,1 para las mujeres (IMSERSO, 2004). En esta línea el informe presentado por la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad: Informe “Las personas mayores en España 2008”, el colectivo de personas mayores representa hoy en día el 16,7% de la población (7,2 millones) y se estima que se verá incrementada su importancia numérica y social en el futuro puesto que, en el año 2050, las personas con más de 65 años alcanzarán en nuestro país la cifra de 16.394.839 de personas, con lo que representará a más del 30% del total de la población. En el siguiente gráfico se manifiesta esta tendencia, donde España ocupa el 4º puesto como país con mayor porcentaje de esta población, con una proyección de crecimiento que nos situaría en el 2º lugar con mayor envejecimiento en los próximos 30 años.

14

4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Países con mayor envejecimiento (Estudio de la Secretaria de Estado de Servicios Sociales, 2008)

Si a este envejecimiento de la población añadimos que la franja de edad de 65 a 74 años presenta los niveles más elevados tanto de obesidad como de prevalencia de sedentarismo según nos presenta la “Encuesta Nacional de Salud 2006”, todo parece indicar que no nos acercamos a un envejecimiento activo y saludable. Niveles de Obesidad en Población Adulta Española (Encuesta Nacional de Salud 2006)

Hombres

30

2 5,5

25

PORCENTAJE

Mujeres

2 8,3

23 ,6

22 ,8

21 ,4

2 1,2

20 15,4

14 ,7

15

15,1

1 2,4 9 ,7

10 5

7 ,9 5,4 5,3

0 18-24

25-34

35-44

45-54

55-64

65-74

75 y +

GRUPO DE EDAD

Prevalencia del sedent arismo en España por grupos de edad (Encuest a Nacional d e Salud 20 0 6)

Hombres

80 70 60

Mujeres

75,1

71,8 64,1 55,5

63,9 62,6 62,2 57,9 55,5 56,7 54,3

64,3

%

50

67,2 47,2

40 30 20 10 0 16-24

25-34

35-44

45-54

55-64

65-74

75 y +

GRUPO DE EDAD

15

Conferencia: “La actividad física, el deporte y las personas mayores: nuevas oportunidades

Desde 1997 la Organización Mundial de la Salud confirma que la práctica regular de actividad física está asociada con mejoras de la calidad de vida en las personas mayores. A través de la actividad física, este sector de la población obtiene beneficios significantes a niveles fisiológicos, psicológicos y socioculturales. Numerosos son los estudios que apoyan que el ejercicio físico realizado de forma regular limita las alteraciones que se producen como consecuencia de la edad, y permite mantener una forma de vida independiente, superando los problemas en las actividades de la vida diaria. Pequeñas mejoras funcionales pueden tener una gran importancia a la hora de mejorar la calidad de vida. Es evidente la relación de la actividad física con la mejora de la condición física y de la salud, siendo frecuentemente una prevención o atenuación de ciertas dolencias consecuencia del proceso degenerativo del envejecimiento. La comunidad científica constata que los beneficios tanto para la persona mayor como para las sociedades se obtienen tanto a corto como a largo plazo. VISIÓN PARA EL FUTURO: PLAN A+D Envejecer y envejecer activamente es uno de los principales retos de la sociedad del siglo XXI. En los países desarrollados, nos encontramos ante una realidad social que ha obligado a variar y cambiar las políticas sociales de todos los países. Para afrontar el cambio social que se está produciendo (el envejecimiento de las poblaciones), juntamente con el cambio individual (el envejecimiento de las personas) es necesario que el ciudadano tenga integrada la práctica regular del ejercicio físico y/o deporte en los hábitos de vida diaria y que esta práctica sea una necesidad para lograr el bienestar físico, afectivo, mental y social a lo largo de toda su vida. Para ello es necesario impulsar políticas sociales y proyectos interdisciplinares que, por lo que a la práctica de ejercicio físico se refiere, se implementen mediante programas preventivo-educativos y recreativos, convenientemente liderados y con un seguimiento y evaluación pormenorizada, que atiendan a todas las personas mayores, en función de sus necesidades. Cabe destacar que uno de los objetivos del gobierno español actual, es el de fomentar las políticas sociales destinadas al desarrollo del bienestar. Siguiendo esta orientación el Consejo Superior de Deportes introduce como prioritaria dentro de sus cinco líneas de actuación para los próximos cuatro años, la “Extensión de la práctica deportiva en la población española”. Esta línea de actuación está enfocada a mejorar los niveles de sedentarismo que presenta nuestro país, uno de los más elevados de los países europeos de referencia, así

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores como a disminuir los niveles de obesidad y sobrepeso, cuya prevalencia y tendencia ascendente han hecho que llegue a ser considerada una verdadera epidemia. Para luchar contra esta situación, se crea el Plan Integral para la Promoción de la Actividad Física y el Deporte o Plan A+D, que será uno de los compromisos prioritarios del Consejo Superior de Deportes para esta legislatura. EL Plan A+D no pretende ser más que un instrumento cuyo fin sea garantizar al conjunto de la población española el acceso universal a la práctica deportiva de calidad, ayudando así a combatir el elevado nivel de sedentarismo y obesidad y a promover hábitos de vida Este Plan estratégico de estructura en 8 áreas que hacen especial incidencia en la promoción de la práctica físico deportiva entre aquellos colectivos con mayor dificultad de acceso a la misma. Entre estos colectivos destacamos el de las personas mayores, como unos de los más sensibles en cuanto a necesidad de práctica y a condiciones específicas para su desarrollo. La visión para el futuro que se plantea el Plan A+D en el área de personas mayores es: •

Que este colectivo tenga fácil acceso a programas de ejercicio independientemente de su condición física, psicológica, social y económica. o o o o



Más programas diferenciados según grupos de usuarios Profesionales formados específicamente. Equipos multidisciplinares. Espacios: redes específicas en las ciudades.

Que el mayor número posible de personas mayores integren en su vida diaria un determinado modelo de actividad física, según sus intereses, motivaciones y necesidades, en pro de un envejecimiento saludable. o o



físico

Información, sensibilización y concienciación. Actitud positiva frente al proceso de envejecimiento.

Que el envejecimiento activo y saludable -la actividad física como clave y soporte de ellos- esté considerado como eje vertebral en diferentes sectores de la sociedad: sanidad, deporte, turismo, urbanismo, etc. o o

Políticas de fomento: sociales, sanitarias, educativas. Marco general de actuación. Implicación sistemática de todos los agentes implicados.

Para lograr el mayor impulso para un envejecimiento satisfactorio y saludable de la población, es necesario incidir de manera directa y específica en los siguientes cuatro grandes Objetivos generales:

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Conferencia: “La actividad física, el deporte y las personas mayores: nuevas oportunidades

• Promoción de hábitos saludables Promocionar hábitos saludables entre las personas mayores mediante la implantación de programas que respondan a los requerimientos de salud bio-psico-social y a los intereses de la población mayor de 65 años. Ya sea personas mayores autónomas, frágiles o dependientes. • Formación de técnicos Impulsar la formación especializada para los técnicos, con niveles homogéneos para todo el país. • Adecuar espacios Crear y/o adecuar espacios para la práctica dando la posibilidad a las personas mayores para que puedan acceder a un centro, parque, piscina, etc. cercano a su domicilio. • Formación de equipos multidisciplinares Conseguir la inclusión de políticas a favor de un envejecimiento saludable en diferentes sectores (sanidad, deportes, turismo, urbanismo, etc.) conformando un marco general de actuación, que facilite la formación de equipos multidisciplinares, liderados por un titulado en el grado de ciencias de la actividad física y el deporte con el fin de promocionar y poner en marcha nuevas actuaciones. Para la consecución de estos objetivos se han puesto una serie de Medidas en marcha entre las que destacamos: •

Organización del “Encuentro Nacional de Actividad Física Deportiva para Personas Mayores”



Desarrollo de programas de Ocio Activo en colaboración con los programas del IMSERSO.



Desarrollo de material de soporte para los profesionales del sector.



Proceso de consolidación del “Congreso Internacional de Actividad Físico-Deportiva para Técnicos”.



Programa: “Mueve tu Cuerpo, Abre tu Mente”. Campaña de actividad física en espacios públicos

A pesar de que la última Encuesta de Hábitos Deportivos de los Españoles del 2010 publicada recientemente por el CIS y el CSD muestra que el incremento en la práctica deportiva de la población mayor de 65 años, ha sido mucho mayor en esta población que en los jóvenes entre 15 y 24 años, España sigue estando a la cola de los países europeos de referencia, donde el porcentaje de práctica en esta franja de edad supera el 60 por

18

4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores ciento.

(Encuestas

de

hábitos

deportivos.

CSD-CIS

Por ello es necesario impulsar planes estratégicos y proyectos interdisciplinares desde las Administraciones públicas en colaboración con las entidades privadas, que trabajen conjuntamente en la promoción de la práctica de actividad físico deportiva incidiendo desde la prevención y la educación y ofreciendo programas de ejercicio físico específicos para la población mayor, con suficiente variedad de programas para atender a las diferentes realidades, expectativas, necesidades y motivaciones de este colectivo de edad.

BIBLIOGRAFÍA Del Moral, A. (2003). Programas Estrella del IMSERSO: Vacaciones para mayores. Sesenta y más, nº 221. Madrid, IMSERSO. Del Moral, A. (2003). Programas estrella del IMSERSO: Programa de Termalismo Social. Sesenta y más, nº 222. Madrid, IMSERSO. Del Moral, A. (2006). Reportaje: “Ocio y Cultura en los viajes del IMSERSO. Sesenta y más, nº 253. Madrid, IMSERSO. Fundación “La Caixa” (2008). El reto de la autonomía, un programa de prevención de la dependencia. Sesenta y más, nº 272. Madrid, IMSERSO. García Ferrando, M. (2005). Postmodernidad y Deporte: Entre la Individualización y la Masificación. Encuesta de Hábitos deportivos de los españoles. Madrid, Consejo Superior de Deportes. González, I. (2003). A Fondo: En el 2050, uno de cada tres mayores habrá superado la barrera de los 80 años. Sesenta y más, nº 216. Madrid, IMSERSO. González, I. (2005). España será el segundo país más envejecido del mundo en 2050. Sesenta y más, nº 241. Madrid, IMSERSO.

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Conferencia: “La actividad física, el deporte y las personas mayores: nuevas oportunidades

Instituto Nacional de Estadística (2008). Encuesta Nacional de Salud 2006. Madrid, Ministerio de Sanidad y Consumo. López Moraleda, R. (2006). Las vacaciones para mayores del IMSERSO se modernizan. Sesenta y más, nº 250. Madrid, IMSERSO. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2002). Las Personas Mayores en España. Informe 2002. Vol. 1. Madrid, Secretaria General de Asuntos Sociales, (IMSERSO). OMS (1998). La política SALUD21 para la Región Europea de la OMS. Madrid. Ministerio de Sanidad y Consumo. Pont, P. (2005). Efectes d’un programa d’Activitat Física sobre la memòria en la gent gran. Tesis doctoral. INEFC de Barcelona. Pont, P. y Carroggio, M. (2007). Ejercicios de Motricidad y Memoria con Personas Mayores. Barcelona, Paidotribo.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

STRENGTH AND BALANCE TRAINING TO PREVENT FALLS IN OLDER ADULTS

Dr. D. Michael E. Rogers PhD, CSCS, FACSM Director of the Center for Physical Activity and Aging and chairperson and professor in the Department of Human Performance Studies at Wichita State University in Wichita, Kansas, USA

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Conferencia:

“Strength and balance training to prevent falls in older adults”

One-third of community-residing adults ages 65 years and older suffer a fall each year. With more than 35 million older adults in the United States, this rate equates to more than 10 million falls each year. Falls are the leading cause of injury-related deaths in older adults, and a significant cause of injury, disability and healthcare costs. In 2000, 1.8 million falls in the U.S. resulted in an emergency room visit for head trauma, soft tissue injuries, dislocations and fractures (including 340,000 broken hips), accounting for $16.4 billion in direct medical expenses.1 A variety of issues can contribute to falls. These include the effects of diseases and medications; environmental factors, such as slippery floors and poor lighting; and many physical factors, including poor strength and balance.2 Although sometimes difficult to define and measure, balance is basically the ability to maintain the body’s position over its base of support, whether the base is stationary or moving.3 There are two types of balance: • •

Static balance, which is the ability to control postural sway during quiet standing; and Dynamic balance, which is the ability to react to changes in balance and to anticipate changes as the body moves. Dynamic balance includes maintaining balance while walking and stepping over or around objects.

In older adults, static balance is maintained until significant functional declines occur, but losses in dynamic balance are evident much earlier.4 Based on the importance of strength and dynamic balance, researchers Skelton and Dinan recommend training of postural muscles along with dynamic balance training as a means to reduce the risk of falls in older adults.5 Why train strength and balance in tandem? Many studies have shown that strength can be improved in older adults using different types of resistance training. But resistance training alone has had only a modest effect on improving balance, even though strength and balance are related. This is likely because the ability to maintain balance involves a complex set of processes that require the successful integration of multiple components, including several sensory systems not typically affected by resistance training. These sensory systems include the following: • • •

The visual system, which provides information about a person’s position and movement through the environment, plus identifies objects on the floor to step around or over; The vestibular system, located in the inner ears, which provides information about head movement and the body’s position in space; and The somatosensory system, which monitors the body’s position and contact with other objects (including the floor) using muscle receptors that detect limb and body movement and skin receptors that relay information about touch and vibration.

22

4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Based on input from these systems, the brain sends signals to muscles that make the necessary corrections to maintain balance. If any of these systems is impaired, the body’s ability to maintain balance diminishes and the risk of falls increases. With advancing age, muscle strength and sensory function decrease, contributing to losses of balance and greater risk for falls. Based on the principle of exercise specificity and the multidimensional aspects of balance, training programs should target the systems involved in balance control, particularly the muscular, visual, vestibular and somatosensory systems. One challenge in developing such programs is identifying safe and effective exercises that target these multiple systems. Combining balance and strength exercises A program developed by researchers at the Center for Physical Activity and Aging at Wichita State University combines strength training with balance-specific exercises to target the muscular system, as well as the three major sensory control systems that control balance. (See “Strength and balance training: a program for older adults” on page xx for specific exercises.) Implemented in several senior centers, this program has been shown to improve strength and balance significantly.3 After just three months of performing these exercises three times a week, participants improve both their strength and balance by approximately 20%. Essentially, the program utilizes five-foot long elastic resistance bands and foam pads. The bands are used to enhance strength and to incorporate dynamic movements into the training program. The 16” x 9” x 2” foam pads provide an unsteady surface that challenges the body to maintain balance. Older adults find the exercises challenging but enjoyable to perform. And they immediately see how the exercises relate to daily activities, providing an impetus to participate. Among the program’s advantages, the exercises can be conducted in community senior centers or wellness facilities as group-oriented programs, providing older adults with the opportunity to socialize. This factor may help maintain long-term participation. Additionally, the equipment is inexpensive, easy to store and portable, allowing older adults to exercise at home during bad weather or on the road when visiting grandchildren. Also important, older adults can perform the exercises at a level suitable to their individual ability and progress at their own rate. Bands are available in color-coded levels of resistance: yellow (easiest), red, green, blue, black, gray and gold (most difficult). The foam pads also come in color-coded levels of firmness: green (intermediate challenge) and blue (advanced challenge). Participants choose a band and a foam pad that adequately challenge them, yet permit proper technique. Everyone performs the same activity during a class, but at their own level, allowing newcomers to use low resistance yet participate alongside those exercising at higher intensity. As participants improve in strength and balance, they increase the intensity by advancing to the next level (color) of challenge.

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Conferencia:

“Strength and balance training to prevent falls in older adults”

Given that some muscles are stronger than others, this progressive system enables participants to use a suitable level of challenge for a particular body part. For example, since the legs tend to be stronger than the arms, participants may use a green band (higher resistance) for the leg press and a red band (lower resistance) for the arm curl. When using foam pads, they may choose a less stable surface when standing in a semi-tandem position and a more stable surface when standing in a more difficult position. Finally, the color-coding helps participants easily identify the appropriate piece of equipment for each exercise and switch quickly from one to another. Ensuring fall-free programs In a program aimed at reducing the risk of falls in older adults, the last thing anyone wants is for a participant to fall while performing exercises. Facility staff must take many precautions to prevent such accidents. Health and wellness professionals should assess each participant’s deficits or risks prior to the individual engaging in an exercise program. In relatively low-risk older adults, a simple assessment process may identify any unsteadiness, i.e. a staff member observes the person rising from a chair without using the chair’s arms, walking several steps and returning to the chair.6 But for participants at higher risk, including those who fall frequently, staff should perform additional assessments. Based on the results of these tests, professionals can modify the program as necessary, e.g. avoiding head movements for those with vestibular disorders. When leading a group class, health and wellness professionals should place a chair or other sturdy object as a stability aid near each participant before any activity performed in a standing position, including each and every balance exercise. The program should also be conducted on a nonskid floor that is dry and free of clutter. To ensure safety, the class leader should inspect the room before the start of each class and keep a sharp eye for potential hazards during the class. Participants should also wear shoes with good traction. Although participants can perform the exercises without shoes to eliminate the stabilizing components of footwear, they often find it cumbersome to remove their shoes. In the program developed by the Center for Physical Activity and Aging, participants typically perform the exercises while wearing shoes. Finally, professionals should often remind participants to progress gradually, and they should also closely observe each participant’s technique. These actions will help guarantee that participants do not take undue risks during exercise. Providing effective exercise Older adults who perform exercises with elastic bands in tandem with balancespecific tasks can improve their strength and balance—two of the most important physical risk factors contributing to falls in this age group. Although further research is needed to establish the optimal amounts and combinations of exercise to reduce falls, the program developed by the Center for Physical Activity and Aging provides a simple, effective and enjoyable opportunity for older adults to participate in exercises that may prevent falls and keep them active longer.

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References 1. Kochera, A. 2002. “Falls among older persons and the role of the home: An analysis of cost, incidence, and potential savings from home modification.” AARP Public Policy Institute Issue Brief 56. Washington DC: AARP 2. Tinetti, M.E.; Speechley, M. and Ginter, S.F. 1988. “Risk factors for falls among elderly persons living in the community.” New England Journal of Medicine 1988;319:1701-1707 3. Rogers, M.E.; Rogers, N.L.; Takeshima, N. and Islam, M.M. 2003. “Methods to evaluate and improve the physical parameters associated with fall risk in older adults.” Preventive Medicine 2003;36:255-264. 4. Hageman, P.A.; Leibowitz, J.M. and Blanke, D. 1995. “Age and gender effects on postural control measures.” Archives of Physical Medicine and Rehabilitation 1995;76:961-965 5. Skelton, D.A. and Dinan, S.M. 1999. “Exercise for falls management: Rationale for an exercise programme to reduce postural instability.” Physiotherapy: Theory and Practice 1999;15:105-120 6. American Geriatric Society, British Geriatrics Society and American Academy of Orthopaedic Surgeons. 2001. “Guideline for the prevention of falls in older persons.” Journal of the American Geriatrics Association 2001;49:664-672

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PANEL DE EXPERTOS ÁREA DE ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y BIENESTAR

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ACTIVA TU VIDA. HACIA LA SALUD INTEGRAL DE LAS PERSONAS MAYORES

Dr. Antonio Jesús Casimiro Andújar. Universidad de Almería

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Panel de Expertos:

Área de Actividad Física, Salud y Bienestar

“ACTIVA TU VIDA. HACIA LA SALUD INTREGRAL DE LAS PERSONAS MAYORES” Dr. Antonio Jesús Casimiro Andújar. Universidad de Almería

Resumen: La ponencia trata sobre cómo influye un programa de actividad física en la salud integral de la persona mayor, incidiendo en los beneficios fisiológicos y psico-sociales de la misma. Pero hemos pretendido implicarnos activamente a través de una novedosa herramienta virtual, a través de un laborioso proyecto de investigación-acción sobre programas específicos de actividad física saludable para la mejora de la condición física de adultos y mayores, que contribuya al cambio en la aplicación de estos programas y nos permita adquirir un cierto compromiso social y educativo. El estudio que, a petición del Centro Andaluz de Medicina del Deporte se inició en el 2003, ha sido tan ambicioso que se ha ido dilatando en el tiempo y, gracias a la renovación del contrato de investigación con el Instituto Andaluz del Deporte (IAD) durante varios años, el grupo de trabajo ha elaborado y grabado las sesiones, clasificado todo el material audiovisual, realizado fotografías y vídeos de las tareas para introducirlas en la base de datos, que se ha ido elaborando de forma paralela. Por último, acaba de ser pública una novedosa publicación inacabada, dinámica y abierta- en internet, primera de su historia, con el fin de favorecer su cumplimentación paulatina con la aportación de los “lectores” y usuarios. El enlace con la misma es: http://www.juntadeandalucia.es/turismocomercioydeporte/iad/portaliad/afmayores/ Este proyecto de investigación-acción ha tratado de diseñar y poner en práctica tareas de actividad física saludable en adultos y mayores que, tras un proceso de evaluación, nos permitirán desarrollar sesiones adecuadas para estas personas en función de sus capacidades, intereses, posibilidades y limitaciones. Se analizan también las tareas que son desaconsejadas para estas personas proponiendo alternativas saludables y no produzcan daños en su organismo.

Palabras clave: Salud integral, mayores, actividad física, base de datos, material multimedia, tareas, elaboración de sesiones

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores 1. INTRODUCCIÓN "Una bella vejez es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida" (Pitágoras). Ojalá fuese así en todos nuestros “abuelos”, pero la realidad es bien distinta cuando acudes a una residencia de ancianos. Estas personas, a las que debemos nuestra existencia y nuestro saber, deben ser atendidas como justamente se merecen y, por ello, se necesita una formación especializada para poder educar físicamente a una población que no ha recibido ninguna educación en este sentido. Hace décadas la utilización del movimiento era imprescindible para muchas actividades profesionales que hoy son suplidas por la máquina: los desplazamientos a pie o en bicicleta han sido sustituidos por los medios de locomoción "motorizados"; en las actividades laborales se ha visto mermado el dinamismo con la utilización de lavadoras, lavavajillas, aspiradores, etc. Por tanto, dichos adelantos técnicos han conducido a que la necesidad de moverse sea cada vez menor. Como consecuencia de esta inactividad se producen trastornos metabólicos, circulatorios y respiratorios, la musculatura se atrofia, malformaciones posturales, etc. Ante ello, el ejercicio se convierte en una pieza clave para contrarrestar dichas agresiones. Bastantes estudios científicos demuestran que la inactividad tiene una gran responsabilidad en las causas de muerte (infarto, enfermedad cerebrovascular,...) y en el padecimiento de enfermedades crónicas (osteoporosis, enfermedades degenerativas articulares, hipertensión, obesidad, arteriosclerosis, etc.) por parte de nuestros mayores. Así, el sedentarismo lo que provoca es la intensificación de los aspectos "negativos" propios de la involución. Pero, para poder argumentar que dicho sedentarismo afecta a la salud de adultos y ancianos, hemos de partir de la conceptualización del término salud, que, según la Organización Mundial de la Salud, es: “Una condición humana con dimensiones físicas, sociales y psicológicas, cada una de ellas caracterizada por una franja amplia con dos polos en los extremos: uno positivo y otro negativo. El primero está asociado con el bienestar y la salud óptima, no meramente con la ausencia de enfermedad. El segundo, con la morbilidad y en su caso extremo con la mortalidad”.

Todos fluctuamos entre periodos temporales de salud y enfermedad a través de nuestras vidas. Un estilo de vida activo, puede suponer un cambio importante en el estado de salud y ayudar a permanecer una mayor parte de nuestras vidas en el polo positivo, dentro del espectro de las dimensiones físicas, psicológicas y sociales. Si los hábitos de vida más saludables no han estado presentes a lo largo de los años (correcta alimentación, actividad física regular, no fumar ni beber y controlar el estrés), la mayor proximidad al polo negativo de la enfermedad deberá suponer una circunstancia asumida y esperada dentro de

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nuestras vidas en edades avanzadas. La pregunta entonces sería: ¿es la enfermedad un proceso inevitable al hacerse mayor?. ¿Cuántos de nuestros mayores están sanos?. En efecto, la vejez sin enfermedad sería algo casi impensable: hipertensión, artrosis, depresión, obesidad,... ¡casi todos tienen algo!. Pero, ¿hemos pensado en los cambios que se pueden introducir en su estado de salud?. Afortunadamente, existen evidencias científicas de que la salud se puede mejorar modificando nuestro estilo de vida, y en el colectivo de las personas mayores queda mucho por hacer en la promoción de la misma. Por tanto, hacia lo que tenemos que tender es a retrasar la morbilidad (enfermedad) el mayor tiempo posible por medio de la prevención de enfermedades crónicas y ayudando a evitar la incapacidad que éstas traen. Así, llegaríamos a una etapa de la vida óptima -la vejez-, ya que se han dejado atrás muchas responsabilidades como el trabajo y la educación y cuidado de los hijos, liberando así a los individuos para disfrutar de cosas para las que anteriormente no había tiempo. Si se consigue lograr que estas personas lleguen a esta etapa con un aceptable estado de salud, mental y físico, el resultado será un grado mayor de independencia para ellos y una mejor calidad de vida para todos (Gil del Real, 1995).

2. ESTADO DE SALUD Y ENVEJECIMIENTO Envejecer es un proceso tan sencillo como inevitable, tan solo hace falta vivir. El envejecimiento fisiológico (morfológico y funcional) es individual y natural, como en cualquier máquina, pero muchos de nuestros mayores llegan a este envejecimiento de forma prematura, brusca y patológica, basado en sus malos hábitos (sobre todos, el sedentarismo), que les conducen a enfermedades crónicas, aumento en el consumo de medicamentos, hospitalización, invalidez e incapacidad; todo ello conduce a la dependencia de otras personas y a un gran gasto económico, entre otras circunstancias. En definitiva, tal como decía Rubner "el mejor método de alargar la vida, es no acortándola". La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002), en su documento: “Envejecimiento activo: un marco político”, define el envejecimiento activo como: “el proceso de optimización de las oportunidades de la salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen; permite a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección,

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores seguridad y cuidados adecuados”. Para potenciar este envejecimiento activo es necesario seguir una serie de pautas: 1. Tener una buena salud: prevención y promoción de la salud. 2. Tener un buen funcionamiento físico: mantener la actividad física y realizar ejercicio físico. Los efectos beneficiosos del ejercicio regular hacen que constituya la acción con mayor soporte de evidencia para promover el envejecimiento activo saludable. El mero consejo ha demostrado no ser suficiente. Deberíamos ser capaces de controlar su aplicación y cumplimiento, conocer las estrategias más efectivas y viables. 3. Tener un buen funcionamiento mental: mantenimiento de la capacidad mental y de aprendizaje. 4. Ser independiente y autónomo: prevención específica de la discapacidad y la dependencia. 5. Vinculación y participación social: promover y mantener la actividad y la participación social. La investigación científica ha demostrado la importancia del ejercicio físico en la prevención, tratamiento y rehabilitación de prácticamente todos estos problemas (normalmente un medicamento ayuda en alguna patología concreta, mientras el ejercicio, si es el adecuado, es más barato, no produce efectos secundarios y "sirve" para todas). El proceso fisiológico del envejecimiento está "predeterminado" en los genes, aunque es modificable, positiva o negativamente, por el medio ambiente y por los hábitos de vida. En esta incidencia externa del “medio ambiente” y el estilo de vida con respecto a la salud de la persona, es palpable que los avances científicos y tecnológicos de los últimos años han llevado a un incremento de la longevidad. Un dato de interés respecto a la cantidad de años vividos, es que las desigualdades en cuanto a la expectativa de vida de los hombres y de las mujeres pudieran ser debidas, además de los conflictos bélicos, a las diferencias en el estilo de vida. Hábitos tales como el consumo de tabaco y alcohol, los altos niveles de estrés, la elevada preocupación por el futuro profesional, la inactividad laboral post-jubilación, etc., eran en un pasado más comunes en el hombre que en la mujer. Actualmente, la mujer ya asume dichos hábitos, lo que podría equilibrar en un futuro próximo las diferencias en la expectativa de vida. La consecuencia principal de todo ello ha sido que el colectivo de las personas mayores ha aumentado considerablemente, es decir, se ha producido un fenómeno de "envejecimiento de la población". La superpoblación de personas mayores va a suponer un incremento de las fracturas osteoporóticas de cadera (Moayyeri, 2008) y un serio problema económico en la sanidad pública, que será mucho mayor cuanta menos independencia tenga el anciano (invalidez). Dicho fenómeno de envejecimiento poblacional viene determinado por los descensos en los índices de natalidad, mortalidad infantil, y morbilidad y mortalidad senil, debidos fundamentalmente a los avances científico-médicos en cuanto al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Sin embargo, este aumento en cantidad de años no ha ido necesariamente acompañado de un aumento en calidad de vida. La reflexión al respecto es la siguiente: ¿qué es más importante, darle años a la vida o darle vida a los años?. Evidentemente, ambos aspectos son importantes; el primero se está consiguiendo con los descensos mencionados, pero ¿y el segundo aspecto?. La respuesta es clara y barata: llevando a cabo

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programas de prevención de la salud. Más adelante comprobaremos la eficacia del ejercicio físico con este objetivo. Por otro lado, hoy día un importante porcentaje de la población se está jubilando anticipadamente (incluso a los 50 años en algunas empresas privadas), lo que nos lleva a una realidad evidente: el aumento del tiempo libre y un mejor estado de salud de los adultos, por los avances sociales y científicos mencionados (Espín, 1995). Sin embargo, hay que tener presente que el jubilado laboral no debe ser un jubilado social. Esto ha hecho que se multipliquen, en poco tiempo, las ofertas de viajes, cursos, actividades, etc., para las personas de la mal denominada "3ª Edad”. Un aspecto destacable es que las personas mayores de 65 años forman el "grupo" de edad que más cuidan su salud y que, además, son los más necesitados de socialización. Sin embargo, los niveles de práctica en el colectivo de las personas mayores son bajos, comparado con otros grupos de edad. Los últimos datos de hábitos deportivos a nivel nacional confirma que sólo el 17% de la población mayor española practica ejercicio físico (trabajo consciente y regular) de una a tres veces por semana (García Ferrando, 2005). Dadas todas las circunstancias anteriores, deberíamos preguntarnos: ¿por qué no hacen el suficiente ejercicio físico? A nuestro entender varios pueden ser los motivos, entre los que se encuentran: • Falta de conocimientos teóricos por parte de dicho colectivo sobre la importancia que tiene el ejercicio sobre la salud, para que lo adopten como un hábito en su propio estilo de vida. • Falta de formación por parte del médico de atención primaria sobre qué tipo de ejercicio, frecuencia, intensidad, etc. es el más adecuado para cada caso concreto. • Falta de formación (biológica, psicológica, pedagógica,...) en cuanto al proceso de envejecimiento y patologías adherentes por parte del profesorado de dicha actividad física, que en muchos casos no son titulados universitarios en Educación Física. (¡Y estamos "jugando" con la salud de las personas¡). • Falta de programas adecuados y coherentes de actividad física para este tipo de personas, coordinados conjuntamente de forma interdisciplinar entre gerontólogos, médicos deportivos, psicólogos y licenciados en Educación Física. En definitiva, todos deberíamos aportar "algo" para cambiar el horrible hábito de "no hacer nada". Pero un hábito no se instaura de la noche a la mañana sino que hay que ir "sembrándolo" en el colegio, en la familia, en la comunidad, etc. y, por ello, como educadores a través del movimiento, ésta es nuestra gran responsabilidad: promocionar un estilo de vida activo para todas las edades.

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3. BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO EN LAS PERSONAS MAYORES La falta de cultura física en nuestro país ha conducido a que la puesta en práctica de programas de actividad física como práctica corporal recreativa y socializadora para mayores, en principio, suela ir dirigida a personas con poco o ningún historial de práctica de actividades físicas ni deportivas, con poco conocimiento de las posibilidades de movimiento de su cuerpo y con ningún hábito deportivo. Estos programas, que se han ido desarrollando a lo largo de estos años, corresponden a un tipo de programa denominado “socio-motriz”; es decir, donde los propósitos a conseguir con la práctica responde a un mantenimiento y/o mejora de la condición física general de la persona mayor, además del mantenimiento de las cualidades cognitivas (memoria, atención, orientación espacio- temporal…). Asimismo, inciden en la relación y comunicación entre los mayores participantes fomentando procesos de socialización. Son programas en consonancia con una la educación para un envejecimiento saludable, la prevención de la dependencia y/o del mantenimiento de la forma física. En definitiva, se trata de que la persona mayor se mueva, mantenga su autonomía el máximo tiempo posible y se relacione con los demás (Pont, 2009). El hacerse mayor lleva aparejado una inadecuada adaptación immune (inmunosenescencia), incrementándose la incidencia de infecciones y enfermedades inflamatorias con el paso de los años. La práctica regular de actividad física parece combatir, a medio y largo plazo, dicha inmunosenescencia (Senchina y Kohut, 2008), incluso una menor incidencia de algunos tipos de cánceres (mama, páncreas o colon, entre otros, lo que conduce a una mayor esperanza de vida (Nelson et al., 2008). La realización de estos programas de actividad física, permite alcanzar beneficios a nivel fisiológico, en un efecto favorable sobre los siguientes sistemas del cuerpo humano: cardiovascular, músculo - esquelético, respiratorio y endocrino (U.S. Surgeon General’s Report, 1996). En efecto, a nivel general, el ejercicio reduce el riesgo de muerte prematura, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, el cáncer de colon y la diabetes mellitus, entre otros beneficios. Además, la práctica regular de actividad física parece disminuir la incidencia de la depresión y de la ansiedad, mejorando el estado de ánimo y la habilidad para realizar las tareas cotidianas a lo largo del ciclo vital (U.S. Surgeon General’s Report, 1996). Los beneficios fisiológicos que comporta la actividad física regular se pueden dividir, por su temporalidad, en dos grandes grupos: beneficios a corto y a largo plazo. Los primeros, incluyen efectos positivos sobre el sueño (Brassington y Hicks, 1995), la regulación del nivel de glucosa (Giacca y cols., 1995) y la

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actividad de las catecolaminas (Richer y Sutton, 1994). Los segundos, conllevan un incremento en la eficiencia cardiovascular (McArdle, Katch y Katch, 1994; Hagberg y Goldberg, 1990) y la mejora en el VO2 max., consiguiendo valores extrapolables a personas 20 años más jóvenes no entrenadas (Hollman y Liesen, 1985; Marín, 1995). De esta manera, se obtienen mejoras en la capacidad funcional y se reduce la fatiga ante las actividades de la vida cotidiana: andar, subir escaleras, hacer la compra, etc. Además, también se produce un aumento de la fuerza muscular y de la resistencia (Spidurso, 1995), así como una mejora de la flexibilidad y del rango de movimiento (Spidurso, 1995; Chodzko-Zajko, 1998). Con respecto a la capacidad de realizar movimientos de la mayor amplitud posible, con el aumento de edad se ha comprobado que la amplitud de movimiento o flexibilidad disminuye. Sin embargo, existe evidencia que dicho descenso es fruto de un aumento de la inactividad (Campanelli, 1996), y no una consecuencia exclusivamente genética. Este mismo principio es también aplicable a la pérdida de fuerza muscular, la cual es muy importante para mantener la autonomía y disminuir el riesgo de caídas. Otras mejoras importantes a largo plazo hacen referencia al nivel de los lípidos en sangre, que disminuyen con el ejercicio. Este aspecto es especialmente importante en la vejez, ya que ésta se encuentra asociada a un aumento del colesterol total y de los triglicéridos. Ambas situaciones, hipercolesterolemia e hiperlipidimia, son problemas médicos que desencadenan el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Asimismo, la práctica regular de actividad física también ayuda a disminuir el porcentaje de grasa corporal y protege frente a la descalcificación (osteomalacia) y la pérdida de masa ósea (osteoporosis) de los ancianos, reduciendo así el riesgo de fracturas por caídas. Ahora bien, en un reciente estudio de Johnson, Bonow y Holly (2008) se apreció, respecto a la mortalidad del adulto, que es mayor su asociación con una baja capacidad aeróbica que con un elevado índice de masa corporal, lo que indica que el riesgo cardiovascular es menor cuanto mejor condición física se posea, independientemente de tener algunos “kilos de más”. Análogamente a los beneficios fisiológicos se encuentran los psicológicos, los cuales también se clasifican en beneficios a corto y a largo plazo. Los primeros incluyen una mejor relajación, una reducción del estrés y de la ansiedad, y mejoras en el estado de ánimo. A largo plazo, implican una mayor satisfacción con la vida, mejoras en la función cognitiva y una mejor autoestima y autoeficacia personal, es decir, un mantenimiento de la autonomía personal. Las buenas sensaciones psíquicas tras el ejercicio se justifican por la segregación de endorfinas y monoaminas, pero también por la vasodilatación de los capilares y vasos cerebrales, lo que afecta positivamente en la concentración y atención, pero especialmente en la respuesta fisiológica al estrés (Guszkowska, 2004). Por último, pero no menos importante, a nivel social, las personas mayores que practican actividad física tienen un rol activo dentro de la sociedad, aumentan su núcleo de relación social y aprenden a adquirir una actitud positiva ante su nueva etapa de la vida. Además, la actividad física puede ayudarles indirectamente a abandonar algunos hábitos perjudiciales: tabaco, alcohol, alimentación desequilibrada, etc. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la práctica regular de actividad física puede ayudar a prevenir, disminuir o paliar muchos de los inconvenientes fisiológicos, psicológicos y sociales que

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores acompañan la vejez. Incluso algunos autores han denominado al ejercicio físico como una auténtica “píldora antienvejecimiento” (Castillo-Garzón et al., 2006), considerándolo como la medida no farmacológica más eficaz para la mayor parte de enfermedades en estas edades. En definitiva, y sintetizando todo lo aportado en este punto, podemos resumir los beneficios de la actividad física en personas mayores, de acuerdo con infinidad de autores, en los siguientes aspectos (Marcos, Frontera y Santonja, 1995; Audelin, Savage y Ades. 2008, Jonson et al., 2008, Johnson et al., 2007 ; Ewan, 1995, Hakkinen et al., 2008, Marquess, 2008, Ryan, 2000, Samsa, 2007, Karinkanta, 2008, Siegrist, 2008, Moayyeri, 2008, Phillis, 2007, Orr et al., 2008, Nieman, 2007, Senchina y Kohut, 2008, Courneya y Harvinen, 2007, Nilsen et al., 2008, Bruce, Fries, y Lubeck, 2007, Hart et al., 2008, Schmitz, 2005, Visovsky y Dvorak 2005, Luctkar-Flude et al., 2007, Hannan et al., 2009 Angevaren et al., 2008, Liu-Ambrose y Donaldson., 2009, Williamson et al., 2009, Lautenschlager et al., 2008, Vogel et al., 2009, Diognigi, 2007, Eric et al., 2007, Mänty et al.,2009): • Aumenta el VO2 max., mejorando su capacidad funcional y reduciendo la fatiga ante las actividades de la vida cotidiana: andar, subir escaleras, hacer la compra, etc. • Reduce la posibilidad de padecer el síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares, ya que disminuye los factores de riesgo que favorecen dichas patologías. Además de la prevención ayuda en el tratamiento y recuperación de dichas enfermedades una vez instauradas. • Disminuye la presión arterial (o la normaliza, en su caso), debido a la apertura de capilares -menos resistencia periférica-, consiguiendo elasticidad en las arterias, y facilitando la pérdida de sodio y cloro por el sudor. • Provoca una reducción de la frecuencia cardiaca en reposo, y una mejor perfusión -más oxígeno- al músculo cardiaco, lo que reduce la incidencia de infartos de miocardio. • Mejora de la capacidad respiratoria -aumentando la capacidad vital, elasticidad "pulmonar", fuerza en los músculos respiratorios, etc.-, lo que favorece la evolución de los trastornos respiratorios propios del envejecimiento. • Disminución de colesterol total, triglicéridos y LDL colesterol ("malo") y aumento de HDL colesterol ("bueno"), lo que previene y mejora la aterosclerosis. • Mejora la tolerancia a la glucosa y retrasa la resistencia a la insulina, siendo, por tanto, beneficioso para prevenir y ayudar en el tratamiento de la diabetes tipo II. • Protege frente a la descalcificación (osteomalacia) y pérdida mineral de masa ósea (osteoporosis) de los adultos, reduciendo, así, el riesgo de fracturas y caídas. • Aumenta la fuerza muscular, lo que reduce el dolor musculoesquelético, favorece la estabilidad articular, las actividades de la vida diaria, la marcha, levantarse sólo tras una caída, etc... • Favorece el desarrollo de la movilidad y el fortalecimiento de los componentes articulares, por lo que es beneficioso en los procesos degenerativos de las articulaciones (artrosis y osteoartritis, fundamentalmente).

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Disminuye la cantidad de tejido adiposo, por la utilización del metabolismo graso como fuente energética, por lo que se reduce el peso corporal y favorece, por tanto, la prevención y tratamiento de la obesidad. • Estimula la motilidad del colon, lo que puede ayudar en el tratamiento del estreñimiento, y previene la formación de cálculos en la vesícula. • Ayuda a mantener el equilibrio físico y psíquico, aumentando el bienestar, la estabilidad emotiva, la autoestima y la confianza en sí mismo, por lo que puede ser beneficioso para la depresión, otras alteraciones mentales o el riesgo de desarrollar demencia senil o Alzheimer. • Refuerza el sistema inmune, reduciendo la incidencia de algunos tipos de cáncer (mama, colon, ...), y ayudando a la recuperación emocional y física (control de la fatiga) durante el tratamiento y la recuperación del cáncer. • Contribuye a la integración y las relaciones sociales, aspecto fundamental en las personas mayores. • Mejora la respuesta sexual del adulto y el anciano, debido a las adaptaciones circulatorias propias del ejercicio. Sin duda, el ejercicio también supone unos riesgos, sobre todo si se realiza sin las debidas precauciones e inadecuadamente (esfuerzos anaeróbicos, deportes de "fuerte" contacto físico, falta de reconocimientos médicos específicos, etc.). A pesar de ello, los beneficios son muy superiores a los riesgos. Hay que recordar que nuestro organismo está diseñado para el movimiento y es el “desuso”, no el “abuso”, lo que conlleva a la enfermedad. El descenso progresivo e irreversible de la capacidad funcional en el anciano se puede retardar considerablemente si participa en programas de actividad física bien regulados. Tal cantidad de beneficios nos llevan a confirmar que “la salud del anciano no sólo está en el plato sino también en el zapato”. Tal como indican Weisser, Preuss y Predel (2009), dicho ejercicio físico regular adaptado para la población mayor es la mejor terapia no farmacológica contra las principales enfermedades asociadas con el envejecimiento. En definitiva, la actividad física, fundamentalmente el trabajo aeróbico y de fuerza, es una buena estrategia para contrarrestar la edad biológica del envejecimiento.

4. PRESCRIPCIÓN Y DESARROLLO DE LOS COMPONENTES DE LA CONDICIÓN FÍSICA-SALUD La actividad física, en sus diversas manifestaciones, se ha venido utilizando con la intención de mejorar tanto la forma física como la salud, teniendo presente que niveles moderados de actividad física son suficientes para disminuir los riesgos de varias enfermedades. Existen 2 evidentes paradigmas sobre lo realmente saludable: si el proceso (hacer ejercicio de por sí) o el producto (poseer una buena condición física). Hay una mayor tendencia por los partidarios del

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores primer paradigma -proceso-, los cuales plantean que la actividad física posee un doble efecto sobre la salud: uno directo y otro indirecto, a través de la condición física. Por tanto, la realización de actividad física influye en la salud, exista o no mejora de la condición física, y que esta última repercute en la salud no por sí misma, sino por la influencia del aumento de actividad física. Así mismo, la cantidad y calidad del ejercicio necesario para obtener beneficios saludables es inferior a la necesitada para mejoras de la condición física. Por tanto, este paradigma, centrado en el proceso, es más recreativo y participativo. Los componentes tradicionales de la condición física-salud son resistencia cardiovascular (capacidad aeróbica), composición corporal, flexibilidad (amplitud de movimiento), fuerza y resistencia muscular. Pensamos que el desarrollo de las capacidades coordinativas (coordinación, percepción y equilibrio) y la velocidad en sentido neuromuscular (tiempo de reacción, fundamentalmente) inciden en la salud de los mayores, fundamentalmente por la prevención de caídas. Estos componentes son mejorables con el entrenamiento adecuado y están asociados con un bajo riesgo de desarrollar prematuramente enfermedades derivadas del sedentarismo. El objetivo fundamental de este tipo de entrenamiento será conseguir: • Un cuerpo libre de enfermedades • Unos órganos desarrollados adecuadamente. • Una mente libre de tensiones y preocupaciones. En una concepción dinámica, integral y holística de la salud, donde la calidad de vida es objetivo primordial, supone como necesidad básica de partida la práctica de actividad física de forma continuada, adquiriendo hábitos de vida que la fomenten. Se justifican los componentes clásicos de la condición física relacionada con la salud con los siguientes argumentos: 4.1. CAPACIDAD AERÓBICA El trabajo aeróbico se basa en la capacidad de obtener (respiración), transportar (cardiovascular) y utilizar (músculos) el oxígeno. La capacidad aeróbica es considerada como la "capacidad de realizar un trabajo eficaz de baja o media intensidad, que involucre a grandes grupos musculares durante el mayor tiempo posible y en presencia de oxígeno". El factor limitante, que determina la capacidad de resistir, es la disposición o no del oxígeno suficiente para el trabajo muscular. Por tanto, el consumo máximo de oxígeno (VO2) será una buena medida para valorar dicha capacidad. La resistencia cardiorrespiratoria tiene una gran importancia dentro de los componentes de la condición física-salud, ya que su desarrollo tiene innumerables beneficios para la salud: menor fatiga en las actividades de la vida diaria, mejor funcionamiento metabólico, prevención de alteraciones cardiovasculares y respiratorias, diabetes, obesidad, entre otros. Tipo de actividad El American College of Sport Medicine clasifica las actividades aeróbicas en función del gasto energético y su economía: • Grupo 1: pueden mantenerse fácilmente a intensidad constante y la variabilidad inter-individual del gasto energético es relativamente baja: caminar, pedalear, correr a ritmo lento, golf, etc. • Grupo 2: también se pueden mantener a intensidad constante pero aquí la variabilidad inter-individual del gasto energético es mayor: nadar, remar, correr a ritmo "vivo", esquí de fondo, etc.

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Grupo 3: son muy variables en cuanto a intensidad y a las diferencias energéticas individuales: deportes de equipo, tenis, esquí, bailar, etc. Evidentemente en el caso de las personas mayores solamente se podrían practicar algunas de las actividades del grupo 1, aquellas que no impliquen importantes impactos osteoarticulares (andar, pedalear o nadar a ritmo lento), siempre que sus posibilidades físicas lo permitan. Andar es una actividad excelente para las personas mayores, aunque las actividades acuáticas y la bicicleta estática, son especialmente beneficiosas para aquellas personas que tienen problemas osteo-articulares. Por otra parte, la actividad debe ser asequible, divertida y agradable, con el fin de que resulte motivante y se propicie la continuidad en la práctica. Para ello, es importante tener en cuenta las características personales, adaptando los programas en caso de que la persona mayor padezca ciertas enfermedades. En definitiva, las tareas principales que podemos desarrollar son las siguientes: Paseos organizados: La marcha es uno de los ejercicios más valiosos para incidir sobre los problemas de índole cardiovascular. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que la duración de los mismos no ha de ser excesiva (nunca superior a 2 horas), aunque es un dato que puede variar sensiblemente dependiendo de las características propias de cada grupo. Lo que si es importante es el hecho de procurar durante los paseos el establecimiento de descansos reconfortantes en los cuales se desarrollen ejercicios respiratorios y de estiramiento. La intensidad de la marcha en los paseos ha de permitir en todo momento la conversación entre los integrantes del grupo, y han de establecerse rutas de interés desde el punto de vista turístico y cultural. Las actividades de marchas prolongadas serán prohibidas a todas aquellas personas que se encuentren tratadas médicamente por poseer grandes alteraciones artrósicas en las articulaciones del tren inferior (cadera, rodilla, tobillo), graves patologías de retorno venoso (varices importantes) o grandes dolencias en los pies. Así, andar debería ser la forma básica de ejercicio en la edad adulta, puesto que es una actividad sencilla y segura (desde el punto de vista cardiovascular y locomotor), y que requiere poco equipamiento. Además, puede mantenerse fácilmente a intensidad constante y la variabilidad inter-individual del gasto energético es relativamente baja. Actividades acuáticas: Suponen una actividad altamente gratificante para el anciano y de la cual se pueden obtener importantes beneficios para la mejora cardiovascular. Se convierten en un recurso de primer orden para implicar, en actividades de trabajo cardiovascular, a todos aquellos sujetos aquejados de severos problemas del tren inferior, para los cuales están contraindicadas las marchas o paseos prolongados. Las actividades acuáticas podrán favorecer el proceso de retorno venoso en todas las personas que sufren de serios procesos varicosos, ya que permite el desarrollo del tono muscular en posiciones horizontales facilitadas. Será importante establecer una correcta familiarización con el medio acuático, para pasar con posterioridad al desarrollo de juegos y gimnasia suave, desembocando finalmente en actividades natatorias. Otras posibilidades para el desarrollo aeróbico de nuestros mayores son juegos populares y tradicionales, danzas, bailes, actividades de expresión y comunicación corporal. Frecuencia

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores La frecuencia de las sesiones depende del estado de salud y nivel de condición física de cada participante. Tal como refleja el principio metodológico de continuidad en el entrenamiento (Torres, 1999), uno de los aspectos más determinantes en un programa de actividad física para la salud recae en la frecuencia, que debe ser como mínimo 3 días por semana. Es importante que el ejercicio físico a intensidades moderadas se realice casi todos los días de la semana (en este tipo de personas es más recomendable actividades livianas frecuentes que sesiones intensas y esporádicas). El aumento de la frecuencia, además de mantener y mejorar las capacidades psicomotrices y las condicionantes de resistencia, fuerza y amplitud de movimiento, incrementa la posibilidad de asimilar la actividad física como una rutina diaria, es decir, de incorporarla dentro del estilo de vida. Duración Se recomienda una actividad de 20 a 40 minutos por sesión. Es muy importante remarcar que la duración del ejercicio no requiere ser continua para producir beneficios en la salud. Por lo tanto, aquellos que tengan problemas en mantener 30 minutos de actividad física de forma continuada, pueden realizar varias actividades físicas de 10 minutos de duración a lo largo del día, hasta lograr los valores totales recomendados. Además, existen recomendaciones relativas a una duración concreta de ejercicio adaptada a la presencia de limitaciones patofisiológicas. Por ejemplo, se recomienda una duración de 10 a 15 minutos, repetida 2 ó 3 veces al día, ante la presencia de problemas osteoarticulares. Por el contrario, en otras limitaciones relacionadas con el envejecimiento (alteraciones cardiovasculares, metabólicas o de sobrepeso, por ejemplo), se precisa una intensidad de ejercicio más baja pero de mayor duración (hasta 60 minutos si es posible). Intensidad La intensidad es un aspecto crítico debido a las limitaciones generales y fisiológicas que existen frecuentemente en las personas mayores. Así, por ejemplo, para los participantes con enfermedades cardiovasculares o con elevado riesgo de padecer este tipo de enfermedades, la prescripción tendría que partir de los resultados de una prueba de esfuerzo reciente. Una prescripción de ejercicio correcta se debería basar en el nivel de frecuencia cardiaca o en el equivalente metabólico (MET) adecuado. La intensidad del ejercicio estará entre el 55% y el 90% de la frecuencia cardiaca máxima, obtenida por la fórmula teórica de 220edad. En la actualidad se considera más idónea otra fórmula de Tanaka (2001), que resulta de multiplicar tu edad por 0,7 y restar el resultado a 208. Por ejemplo, para una persona de 64 años sería: (208 - (64 x 0,7)). El trabajo cardiovascular debe ser abordado con la finalidad de prevenir y enlentecer todos los problemas degenerativos de los sistemas cardiovascular, respiratorio y metabólico, evitando un deterioro brusco del organismo. Para tal circunstancia es recomendado, desde el punto de vista médico, que no se sobrepase en ningún momento intensidades de carga superiores a las 130-140 pulsaciones. Del mismo modo, han de evitarse durante las sesiones de trabajo que el sujeto adquiera una sudoración excesiva, jadeos o labios amoratados, circunstancia que nos indicará la aplicación de una carga excesiva. Es importante que el trabajo cardiovascular se desarrolle en ambientes sanos, en los cuales se pueda respirar aire puro, que sin duda contribuirá a

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mejorar la salud de nuestros adultos y mayores. De forma general, las personas mayores con una edad de hasta 75 años, pueden tener una capacidad de trabajo superior a los 7 METs. Sin embargo, debido a que la condición de salud y la práctica de actividad física pueden variar mucho a nivel individual, la generalización de la intensidad resulta difícil. A veces puede resultar complicado para el profesor el controlar objetivamente la intensidad del trabajo. En este sentido, la escala de esfuerzo percibido (Escala de Borg) también puede ser un instrumento de gran utilidad para regular la intensidad de la actividad con las personas mayores. En resumen, diremos que para disminuir posibles complicaciones médicas y para promover la adherencia a la práctica de actividad física, la intensidad del ejercicio con personas mayores previamente inactivas debe ser baja, y progresar de acuerdo con la tolerancia al esfuerzo y las preferencias personales. Además, puesto que muchas personas mayores padecen ciertas enfermedades, se recomienda máxima prudencia a la hora de aumentar la intensidad de trabajo. Ritmo de progresión La variabilidad individual en la adaptación al ejercicio y la condición física marcarán el ritmo de progresión. El incremento debe ser siempre gradual y principalmente por el volumen de trabajo (más tiempo, más repeticiones, etc). Por lo general, el tiempo necesario para progresar de una actividad moderada a otra más vigorosa es de, al menos, cuatro a seis semanas. En definitiva, el ritmo de progresión debe ser individualizado, lento al principio con actividades de poco impacto y que causen mínima fatiga, para evitar lesiones y experiencias desagradables. Se debe progresar paulatinamente, una vez producida la adaptación (varias semanas), incrementando 1º el volumen y posteriormente la intensidad.

4.2. FUERZA Y RESISTENCIA MUSCULAR En los programas de actividad física con adultos y mayores debemos entender el trabajo de acondicionamiento muscular como una forma de mantener el tono y el tropismo muscular, como base principal para conseguir una respuesta adecuada en las actividades que se demandan en la vida cotidiana. En ningún momento se han de emplear altas cargas, ya que no es nuestro objetivo conseguir aumentar los niveles de hipertrofia de los mayores, sino mantener el tono y evitar el deterioro paulatino del tejido muscular activo. El empleo de altas cargas podría suponer un alto sufrimiento para la estructura de sostén del anciano que, por su edad avanzada, se ve sometida a una pérdida paulatina de hidratación y flexibilidad ósea. Los ejercicios han de ser efectuados siguiendo estrategias de práctica globalizadas, empleando grandes

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores grupos musculares en las realizaciones, efectuándose sobre todo tareas tales como desplazamientos, transportes con pesos ligeros, lanzamientos de objetos livianos. El único trabajo de incidencia analítica será efectuado cuando se pretenda abordar tareas de trabajo postural y respiratorio. Evitaremos la realización de saltos como elemento de acondicionamiento del tren inferior, ya que se podrían producir serias lesiones óseas por fracturas. Del mismo modo, hemos de evitar la ejecución de contracciones isométricas, ya que se produce un aumento de la presión arterial, con el consecuente riesgo de alcanzarse una lesión cardiovascular. Debemos tener en cuenta que la musculatura erectora del tronco va perdiendo su capacidad de mantener el cuerpo erecto, circunstancia que supone el advenimiento de múltiples alteraciones posturales en el anciano. En este sentido, procuraremos un trabajo de incidencia sobre dicha musculatura, junto a correspondientes ejercicios de estiramiento (asociaremos en todo momento el trabajo de acondicionamiento muscular con ejercicios de movilidad articular y estiramiento de los grupos musculares sometidos a esfuerzo). Lo que sí hemos de evitar en todo momento es la realización de esfuerzos excesivos sobre el eje vertical, que castigarían seriamente las articulaciones vertebrales. Del mismo modo, en todo esfuerzo muscular se ha de evitar que la cabeza descienda por debajo de la cintura, evitando así el riesgo de producción de accidentes cerebrovasculares por aumentos de presión en arteriolas cerebrales. Es importantísimo que planteemos un adecuado calentamiento previamente a los ejercicios de acondicionamiento muscular, sobre todo si tenemos en cuenta las grandes pérdidas de hidratación de los tejidos en estas edades. El trabajo de fuerza y resistencia muscular debería realizarse al menos dos veces por semana, incidiendo en el desarrollo de los grupos musculares más importantes para el mantenimiento de una correcta actitud postural. Los ejercicios de autocarga, tracciones y empujes con compañero, o con sobrecargas livianas pueden ser la manera ideal de desarrollar la fuerza, especialmente en forma de circuito, si es posible, pues permiten un trabajo más dinámico y más motivante que los tradicionales programas analíticos de musculación. Pues bien, además de dichas recomendaciones generales, en el caso que la persona mayor esté en condiciones de someterse a cargas externas, también deben tenerse presentes ciertas precauciones: • Los tests se centrarán en valorar la resistencia muscular (10 – 15 RM), pero nunca la fuerza máxima a través de una sola repetición. • Utilizar cargas livianas (30-40% de 1-RM) durante las ocho primeras semanas de entrenamiento para todos los ejercicios. A lo largo de este tiempo, se producen adaptaciones en el tejido conectivo. • Enseñar la técnica correcta del ejercicio. La velocidad del movimiento debe ser controlada, tanto a favor como en contra de la fuerza de la gravedad. • Enseñar a respirar durante la realización de los ejercicios y evitar que contengan la respiración (glotis cerrada) durante el esfuerzo. • Supervisar la ejecución de los ejercicios de forma individual durante las primeras sesiones. • Prescribir ejercicios que impliquen más de una articulación. • Utilizar preferiblemente máquinas de fuerza en lugar de peso libre, ya que su empleo requiere menos habilidades y protegen la espalda estabilizando

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la posición corporal. Además, resulta más fácil controlar el rango de movimiento. • La sesión de ejercicios de fuerza debe tener una duración de 20 a 30 minutos aproximadamente y nunca exceder los 60 minutos, puesto que podría disminuir la adherencia al programa. • Es aconsejable que las personas mayores indiquen el esfuerzo percibido utilizando la Escala de Borg (6 a 20). La percepción del esfuerzo debe situarse alrededor de 12 o 13. • Dejar un descanso mínimo de 48 horas entre sesiones de fuerza. • No permitir que las personas con artritis realicen entrenamiento de fuerza en presencia de dolor y/o inflamación. • Cuando se reanude un programa de fuerza tras un mes de inactividad, debe empezarse con una carga baja (menos del 50% de la carga que se empleaba de forma previa al abandono). • A medida que la persona se adapte al ejercicio, se puede ir aumentando el esfuerzo con el siguiente criterio: primero se incrementará el número de repeticiones y posteriormente la carga. En definitiva, el desarrollo de la fuerza y resistencia muscular en personas adultas y mayores representa la mayor protección para los problemas articulares, dolores de espalda, ayudará a mantener una postura correcta, mejora la capacidad para afrontar las tareas de la vida cotidiana (levantar un peso, levantarse de una silla o tras una caída, transportar la compra, etc.), previene la osteoporosis, diabetes y enfermedades cardiovasculares, previene accidentes (especialmente las fracturas de cadera en personas mayores) y aumenta el gasto energético en reposo (metabolismo basal), reduciéndose el tejido adiposo. 4.3. AMPLITUD DE MOVIMIENTO (FLEXIBILIDAD) Otra cualidad física imprescindible para la salud, sobre todo del aparato locomotor, es la flexibilidad o amplitud de movimiento. Sería más conveniente utilizar dicho término, ya que flexibilidad nos indica solamente la capacidad de un cuerpo a doblarse sin romperse (Delgado y col., 1997). La amplitud de movimiento articular contempla, además de lo anterior: la elasticidad, que es la propiedad de volver a su estado primitivo después de aplicar una fuerza que lo ha deformado; la extensibilidad o la capacidad de estiramiento de las fibras musculares, tendones y ligamentos que afectan a dicha articulación; la movilidad articular o capacidad de movimiento en función de la estructura anatómica de la articulación; la fuerza de la musculatura agonista y antagonista que tiene relación con dicha articulación, así como el reflejo miotático o de estiramiento. El desarrollo de esta cualidad previene alteraciones de la columna vertebral y dolencias de espalda, favoreciendo la autonomía en las actividades cotidianas de las personas mayores. Además, previene lesiones deportivas, incrementa la eficacia de los gestos deportivos y mejora el control postural. En definitiva, supone un elemento de prevención y corrección de los efectos negativos de la degeneración hipocinética de los tejidos. Así, las ventajas de su entrenamiento son: • Reducción de la tensión muscular. • Contribuye a mantener una correcta postura corporal. • Reduce el dolor muscular durante y después de realizar cualquier actividad física.

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Evita la lesión tras un sobreestiramiento accidental de un músculo o ligamento.

Dentro de los programas de trabajo físico en las personas mayores, es importantísimo prestar atención especial al tratamiento de la movilidad articular, ya que suponen uno de los elementos esenciales a tener en cuenta para asegurar la independencia y calidad de vida en el desempeño de las funciones del individuo en el medio en el cual se desenvuelve. Debemos considerar seriamente este aspecto, ya que cualquier situación de pasividad y abandono acrecentará el deterioro funcional del sujeto, creándose un círculo vicioso en el cual, a la pérdida de movilidad articular se une una disminución de masa muscular, que repercute en una mayor percepción de dolor al movilizar la articulación; dicho dolor favorece la inactividad, y dicha inactividad genera un aumento de la rigidez articular. Para el desarrollo del trabajo de movilidad articular es fundamental buscar ejercicios que en todo momento reproduzcan modelos de actuación utilitarios para la vida cotidiana, sobre todo en acciones tales como vestirse o desvestirse, recogida o alcance de objetos y colocación de prendas de vestir. Del mismo modo, estos movimientos se han de establecer aumentando paulatinamente planos y grados de movimiento, en ausencia absoluta de dolor, ya que de no ser así estaremos ante el riesgo de producir graves lesiones en los tejidos blandos. Los núcleos que hemos de ejercitar han de ser todos aquellos que aseguren una movilidad general, especialmente: columna vertebral, rodilla, cadera y hombro. Algunas recomendaciones que deben considerarse cuando se pone en práctica un trabajo de flexibilidad o amplitud de movimiento, son las siguientes: • Siempre realizar un calentamiento/activación antes del trabajo de flexibilidad, con el fin de aumentar la temperatura corporal interna y aumentar el rango de movilidad articular. • A la hora de trabajar la flexibilidad en una sesión, primero se desarrolla la movilidad articular y posteriormente los estiramientos. • Realizar ejercicios que impliquen grandes grupos musculares, así como los músculos opuestos o antagonistas. • Nunca realizar ejercicios con rebote, sino de forma suave, controlada y mantenida. • Centrarse en los músculos que se están estirando y evitar movimientos de otras partes del cuerpo durante el estiramiento. • Respirar lentamente cuando se mantiene el estiramiento (durante 20-30 segundos). • Ir estirando poco a poco los grupos musculares en diferentes planos, con el objeto de mejorar todo el rango de movilidad de la articulación, gracias a la mejor elasticidad y extensibilidad muscular. • Para una evidente mejora de la flexibilidad, bastan unos 15 minutos diarios de estiramientos activos libres y de ejercicios de amplitud articular. 4.4. CAPACIDADES COORDINATIVAS El entrenamiento de las capacidades psicomotrices, a través de actividades que impliquen situaciones de carácter perceptivo, equilibrio y coordinación, suponen la mejora del acervo motor del individuo, ya que normalmente se trata de actividades complejas que favorecen la puesta en escena de los mecanismos de percepción, decisión y ejecución por parte de la persona, lo que redunda en una gran riqueza motora.

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Estas capacidades cualitativas, sustentadas por el Sistema Nervioso Central, suponen la base de cualquier movimiento humano, interviniendo en el control postural y determinando el grado de asimilación de técnicas y destrezas motrices, lo que favorecerá el aprendizaje y la seguridad en la ejecución de los ejercicios. Hay que favorecer la estimulación motriz en el plano cuantitativo (repeticiones) y cualitativo (variedad), para realizar las habilidades con fluidez y precisión, al mismo tiempo que se favorecerá la transferencia en el aprendizaje de gestos más complejos. Todo ello favorecerá en el “anciano” una mayor coordinación inter e intramuscular, lo que incide en un incremento de la coordinación dinámica general, la percepción espacio-temporal y el equilibrio tanto estático como dinámico. Dicho desarrollo del equilibrio incidirá en la disminución de la probabilidad de sufrir caídas en las personas mayores, las cuales también están relacionadas con dificultades en la propiocepción, visión, sentido vestibular, fuerza muscular y tiempo de reacción (Sturnieks, George y Lord, 2008). En definitiva, un programa completo de ejercicio físico para la salud debería atender a estas capacidades en mayor o menor medida, si bien exige un tratamiento absolutamente individual en función de las características de cada persona, por lo que no es conveniente definir un modelo estándar de ejercicio saludable.

5. ADAPTACIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA ANTE DIFERENTES ANOMALÍAS FRECUENTES EN PERSONAS MAYORES En la siguiente tabla se pueden apreciar, de forma sintetizada, las actividades más recomendadas ante posibles anomalías que nos podemos encontrar con nuestros queridos “abuelos”:

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En cualquier caso, y como norma general, aquel ejercicio que produzca dolor o mareo debe ser sustituido por otro con el mismo objetivo, pero que no provoque tal situación contraproducente. 6. PROPUESTA DE HERRAMIENTA VIRTUAL METODOLÓGICA El proyecto, que ya es público a través de la web del IAD (http://www.juntadeandalucia.es/turismocomercioydeporte/iad/portaliad/afmayores /), ha consistido en una laboriosa actividad investigadora sobre programas específicos de actividad física saludable para la mejora de la condición física de adultos y mayores, que contribuya al cambio en la aplicación de estos programas y nos permita adquirir un cierto compromiso social y educativo. El estudio que, a petición del Centro Andaluz de Medicina del Deporte se inició en el 2003, ha sido tan ambicioso que se ha ido dilatando en el tiempo y, gracias a la renovación del contrato de investigación con el Instituto Andaluz del Deporte (IAD) durante otros tres años (2005, 2006 y 2007), el grupo de trabajo ha elaborado y grabado las sesiones, clasificado todo el material audiovisual, realizado fotografías y vídeos de las tareas para introducirlas en la base de datos, que se ha ido elaborando de forma paralela. Por último, en los años 2008 y 2009 se ha editado y maquetado todo el material audiovisual y base de datos, para finalizar el proyecto en el año 2010, donde el IAD ha adaptado dicho material a una novedosa publicación -inacabada, dinámica y abierta- en internet, primera de

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores su historia, con el fin de favorecer su cumplimentación paulatina con la aportación de los “lectores” y usuarios. Este proyecto de investigación-acción ha tratado de diseñar y poner en práctica tareas de actividad física saludable en adultos y mayores que, tras un proceso de evaluación, nos permitirán desarrollar sesiones adecuadas para estas personas en función de sus capacidades, intereses, posibilidades y limitaciones. La elaboración de la base de datos pretende ser una importante herramienta para el diseño de una sesión práctica estructurada en diferentes fases, a partir de diferentes materiales (sillas, picas, aros, pelotas, cuerdas, etc.) de una forma abierta, para que cualquier usuario (profesor, monitor, animador, …) pueda incorporar tareas y sesiones de forma indefinida. También se ha elaborado un material audiovisual que trata de desarrollar una propuesta didáctica, estructurada en 5 partes: las 4 primeras hacen referencia a las distintas fases de una sesión (calentamiento, fase aeróbica, tonificación muscular y vuelta a la calma) y la última parte analiza algunas actividades o tareas que se consideran desaconsejadas para las personas mayores, por las posibles consecuencias de su reiteración a nivel orgánico o del aparato locomotor. Durante su visualización se escuchará un audio, donde desarrollamos la justificación fisiológica y psicopedagógica de la propuesta. De esta forma, tras siete años de laborioso trabajo, se puede publicar esta guía multimedia interactiva para el acondicionamiento físico de adultos y mayores, a través de una apuesta del IAD por dinamizar la actividad física en todos los rincones de Andalucía y del mundo, por medio de la formación del profesorado especialista en estas edades.

6.1. OBJETIVOS En esta investigación se han abordado los siguientes objetivos: 1. Diseñar, desarrollar y evaluar un programa de actividad física a través de fichas y sesiones prácticas, mediante el uso de diferentes materiales 2. Elaborar materiales didácticos que permitan una aplicación acorde con las diferentes necesidades e intereses de estas personas 3. Construcción de una base de datos y material audiovisual para generar propuestas de tareas y sesiones de actividad física con adultos y mayores, de forma sencilla y abierta 4. Optimizar el desarrollo y mejora de la condición física y la salud de las personas mayores 5. Difundir la información práctica de estos programas para su mejora continua en el futuro. Para ello, desarrollamos la edición de esta

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publicación virtual donde poder encontrar todas las posibilidades de utilización de las tareas didácticas planteadas, aportando cada usuario lo que estime oportuno. 6.2. PLAN DE TRABAJO Y TEMPORALIZACIÓN El trabajo de campo se ha realizado mediante planificación y ejecución de sesiones prácticas, y reuniones periódicas en las que se ha desarrollado el siguiente trabajo: diseño de tareas, revisión de las mismas, puesta en práctica en sesiones, diseño de la base de datos, volcado y filtrado de información en formato digital de las diferentes tareas didácticas, grabación, edición y maquetación de un dvd audiovisual con los contenidos prácticos desarrollados. Para ello, hemos contado con un grupo de investigadores-colaboradores de la Universidad de Almería, que hemos venido trabajando en este proyecto durante siete años. Las diferentes sesiones de trabajo se han desarrollado en diferentes ubicaciones: la Universidad de Almería, las instalaciones deportivas de diferentes municipios donde se aplican las propuestas prácticas, el estudio de informática y el laboratorio audiovisual para el montaje del dvd final, tras ser analizadas más de cien clases planificadas y grabadas. Asimismo, se han desarrollado decenas de reuniones para la coordinación y seguimiento del trabajo. Evidentemente ha sido un camino arduo, intenso y especialmente extenso en el tiempo, para elaborar la base de datos y, paralelamente, analizar todos los vídeos de las sesiones, clasificar las tareas en diferentes categorías (activación, estiramientos, fortalecimiento, etc), con diferentes materiales (aros, pelotas, etc), formas de organización (individual, parejas, gran grupo, etc), para finalmente proceder a la maquetación con audio de este material audiovisual. Las fases del trabajo han sido las siguientes: 1. Diseño de propuestas didácticas (tareas) con diferentes materiales para las distintas fases de una sesión de acondicionamiento físico, elaborándose un modelo de la sesión con la que se va a trabajar. 2. Puesta en común del diseño de tareas-fichas realizadas, con referencia a cada material y a la fase de la sesión. 3. Ejecución de las tareas en diferentes sesiones prácticas con adultos y mayores, así como la grabación de las mismas en vídeo 4. Estudio, reflexión y reconstrucción de la puesta en acción, seleccionando las tareas-fichas válidas, eliminando las erróneas o desaconsejadas, para ubicarlas en un apartado diferente justificando los motivos para no ser utilizadas en estos programas saludables. 5. Construcción de una base de datos para generar propuestas de programas (sesiones y tareas) con diferentes materiales, con la intención de publicar vía web dicha base de datos y el material audiovisual. 6. Diseño y construcción de un DVD con imágenes representativas del trabajo desarrollado y propuestas prácticas visuales para el desarrollo de programas de actividad física con adultos y mayores. Creemos que puede ser de gran utilidad para todos los profesores, técnicos y monitores que se dedican a este apasionante trabajo, que es la docencia del ejercicio físico en adultos y personas mayores, ya que partimos de una base de datos con unas 1700 tareas, que se podrá incrementar con las aportaciones de cualquier usuario en la propia web de forma gratuita.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores 6.3. ELABORACIÓN DE SESIONES DESDE LA WEB

Programar es elaborar y ejecutar consecuentemente una serie de acciones, que conduzcan a alcanzar el resultado deseado, evitando de este modo la indeseada improvisación. Para poder llevar a efecto dicha programación debemos saber de dónde partimos, evaluar el progreso con sucesivos análisis y comprobaciones, dando opciones variadas en función de los intereses de los participantes, etc. Los motivos fundamentales que llevan a estas personas a la práctica de actividad física son: • La mejora del funcionamiento fisiológico y psicológico del organismo. • El contacto social en un ambiente mucho más relajado, propenso para establecer relaciones sociales. • La autoaprobación de la imagen, así como la satisfacción que produce el aprendizaje de nuevas destrezas. Antes de plantearnos la elaboración de una sesión hemos de partir de unos objetivos generales de los programas de actividad física con estas personas: • Mejorar y mantener la capacidad funcional, en función de su edad biológica. • Enlentecer el proceso de envejecimiento, y hacerlo de forma diferente. • Obtener placer y bienestar corporal y mental. • Prevenir y coadyudar en el tratamiento y rehabilitación de diversas enfermedades. • Proporcionarles autonomía. • Incrementar la adaptación psicológica y el conocimiento sobre la utilidad del ejercicio. • Ocupar activamente su tiempo de ocio y ofrecerles la posibilidad de vivir de una forma más alegre. • Favorecer la integración social.

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Partiendo de dichos objetivos llegamos a la elaboración de la sesión, que sirve de puente entre las programaciones teóricas y el propio desarrollo de cada una de las tareas que consideramos importantes para alcanzar los objetivos previstos en un programa de actividad física. La sesión es el último eslabón de la programación teórica y el primero para materializar la acción. Sirve de puente entre las programaciones teóricas y el propio desarrollo de cada una de las tareas que consideramos importantes para alcanzar los objetivos previstos en un programa de actividad física para mayores. Gestionar la sesión es fundamental puesto que nos permite determinar las estrategias más idóneas para programar, organizar, desarrollar y evaluar todos los elementos pedagógicos para una intervención de calidad. La forma tradicional de organizar y estructurar la sesión de actividad física para mayores en tres partes: calentamiento, parte principal y vuelta a la calma, nos ha proporcionado los elementos necesarios para reflexionar e investigar sobre la adecuación de dicha estructura a las finalidades que perseguimos en este tipo de programas. La prescripción de ejercicio físico bajo el punto de vista de la salud y la prevención del envejecimiento (Castillo, 2007), se compone de dos elementos fundamentales que deben estar presentes en la sesión: ejercicio aeróbico y entrenamiento de fuerza. Aranda (2003) matiza que el ejercicio físico de resistencia y de fuerza provoca unas adaptaciones que se oponen a muchas de las características asociadas al envejecimiento. Además, las tareas destinadas a la mejora de la amplitud del movimiento (movilidad articular), mejora del equilibrio, de la coordinación y rapidez neuromuscular también deben ocupar un papel fundamental dentro de una prescripción de ejercicio físico con finalidad antienvejecimiento basada en la evidencia científica. Así, en la programación diaria, hay que combinar la intensidad y duración de los ejercicios, de forma lúdica y en ambiente distendido. Lo ideal es que cada una de las sesiones sea "completa", es decir, que en su ejecución se estimulen las diferentes cualidades y que intervengan el mayor número posible de grupos musculares. Si en toda actividad física es importante el calentamiento y la vuelta a la calma, aún lo es más con personas mayores, ya que una paralización brusca del ejercicio supone que no se utilice la "bomba muscular" que favorezca el retorno venoso, provocando un descenso súbito de oxígeno y glucosa en cerebro y corazón, efecto que puede ser sobreañadido si inmediatamente al ejercicio el sujeto toma una ducha caliente o una sauna, que conllevaría a una dilatación de

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores los vasos de la piel. El resto de beneficios del "enfriamiento", como pueden ser la recuperación más rápida tras el esfuerzo, la eliminación del ácido láctico, la prevención de lesiones musculares, etc., son ya conocidos del deportecompetición. Por ello proponemos un nuevo diseño de sesión adaptado a los intereses y necesidades de los participantes, en este caso, adultos y personas mayores, proponiendo diferentes subfases o modalidades en las que incluir contenidos fundamentales para el desarrollo de programas de actividad física saludable. FASES DE LA SESIÓN Calentamiento Fase aeróbica

Tonificación muscular Vuelta a la calma

SUBFASES O MODALIDADES Activación-animación Movilidad articular Actividades rítmicas Juegos Circuitos Ejercicio Continuo Autocargas Circuitos de fuerza Estiramientos Higiene postural Técnicas de relajación

Esta estructura de sesión, más abierta y flexible, se termina de definir una vez que ha concluido, y no antes, con un carácter globalizado conforme a la filosofía de la motricidad educativa. Un carácter global y progresivo, dirigido a la consecución de los objetivos propuestos, que acomode a las personas mayores en un clima de clase adecuado, más que a producir sólo una adaptación del ritmo e intensidad del ejercicio. Una sesión en la que las personas mayores son actores y autores de la misma. Nuestros mayores son los que construyen su propio aprendizaje, haciéndoles participes de la elección de sus propias tareas a partir de unas consignas previas, nosotros somos simples guías y orientadores. No buscamos exclusivamente la automatización de formas de movimiento estereotipadas que, en muchos casos ni son significativas, ni trascendentes en la adquisición de hábitos de práctica física saludable, sino que construyan sus propias tareas y que piensen sobre sus acciones, teniendo en cuenta aquellas tareas contraindicadas para el mantenimiento de su condición física. Por tanto, una sesión no se define sólo por la acción, sino también por la reflexión. Por supuesto, como hemos indicado anteriormente, estos planteamientos van más allá de una estructura de sesión, y llegan a los planteamientos fundamentales para el desarrollo de un programa de actividad física para mayores. El planteamiento de la actividad física en las personas mayores (Sañudo y Hoyo, 2006) debe tener como objetivos el aspecto lúdico, el entretenimiento, una ocupación del tiempo de ocio, pero también que esa actividad física tenga unas características en cuanto a tipo de ejercicio, duración, intensidad y regularidad suficiente para generar un proceso coherente y conseguir beneficios para la calidad de vida de la persona a nivel fisiológico y social. La duración de la sesión estará mediatiza por el perfil de los participantes (Delgado, 2007). De forma genérica, tendrá una duración de unos 60 minutos. En sesiones cuya orientación principal sea el trabajo de resistencia se recomienda

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entre 20 y 60 minutos en los que se alternará el trabajo individual (en porcentajes más bajos) y el trabajo colectivo recreativo (en porcentajes más altos). Lo ideal es alcanzar e incluso superar los 30 minutos por sesión. Para las sesiones cuyos objetivos estén vinculados al trabajo de fuerza, debe situarse entre 20 y 40 minutos y 15 minutos para amplitud de movimiento (GRPAF, 2002). Cuando hablamos de programas donde se interaccionen las capacidades (modelo de sesión propuesto) debe existir un trabajo proporcional ya que se pretende el equilibrio de múltiples factores. 6.4. LA SESIÓN DE CLASE En el calentamiento establecemos dos subfases: La activación-animación comprende aquellas tareas encaminadas a aumentar la temperatura corporal mediante actividades dinámicas, con una participación individual, en parejas o en grupo. Permite iniciar la sesión elevando el clima motivacional mediante formas jugadas, movilización general del cuerpo, actividades genéricas y máxima participación del grupo. Pretendemos desarrollar tareas compartidas que generen procesos de socialización y de relación positiva, que permitan a los participantes sentirse integrados en el grupo. En relación a la movilidad articular, destacar la necesidad de poner en movimiento las diferentes articulaciones para una correcta adaptación a las diferentes tareas a desarrollar, lo cual va a propiciar una mejora de la amplitud de movimiento que nos permita alcanzar lentamente el límite de la articulación y a la vez desarrolle procesos de participación compartida. En el núcleo central de la sesión se van a desarrollar los objetivos principales de la misma. Se hace necesario establecer unos criterios de organización del trabajo, cuya duración oscilará entre 30 y 40 minutos.

Hemos dividido esta parte en una fase aeróbica y otra de tonificación muscular, aunque lo ideal es que cada una de las sesiones sea "completa", es decir, que en su ejecución se estimulen las diferentes cualidades y que intervengan el mayor número posible de grupos musculares, al margen de poder utilizar coreografías, juegos, circuitos, etc. Tanto la intensidad como la duración de estas fases irán en relación a la condición física de nuestros alumnos. Cuando comencemos un programa hemos de hacerlo con una baja intensidad y una corta duración, para ir aumentando ambos aspectos a medida que la condición física vaya mejorando. Hay que combinar la intensidad y duración de los ejercicios, de forma lúdica y en ambiente distendido, evitando situaciones de fatiga importantes por el incremento en el riesgo de padecer algún tipo de lesión. La intensidad no sólo hace referencia a la exigencia física sino también a la psíquica, ya que con el paso de los años se va produciendo una disminución en la eficiencia de las capacidades intelectuales, atención, concentración, etc. En este sentido, a pesar de seguir una conexión y continuidad entre todas las tareas, el profesor debe controlar la alternancia del esfuerzo físico, así como la dificultad y complejidad de todas las actividades planteadas, de forma que suponga una vivencia satisfactoria (si las clases son muy fatigantes, aburridas o poco significativas, la persona mayor pronto abandonará el programa). Asimismo, deberemos tener en cuenta la

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores dificultad que representan las tareas, la secuenciación de las mismas y la interacción social como elemento facilitador de la actividad. Dentro de la fase aeróbica podemos incluir las siguientes modalidades o subfases: Las actividades rítmicas comprenderán el trabajo de capacidades perceptivo motrices relacionadas con el ritmo, aeróbic para mayores, bailes de salón, música tradicional, danzas populares y el desarrollo de propuestas relacionadas con la expresión corporal. Los juegos son una modalidad muy importante de la fase aeróbica, ya que el desarrollo lúdico de propuestas nos permite conectar el trabajo aeróbico con actividades divertidas, adaptadas a la edad y capacidades de los participantes. Se realizarán juegos en pequeño y gran grupo, con y sin materiales. Los circuitos serán una herramienta clave para el desarrollo de esta fase, permitiendo un trabajo realizado en estaciones (tareas sucesivas). Son tareas sencillas y de fácil ejecución. De gran motivación para el participante, por la variedad y dinámica, que favorecen el trabajo cardiovascular. El ejercicio continuo permite desarrollar tareas de intensidad media-baja que favorecen el desarrollo de la resistencia aeróbica utilizando el propio cuerpo, el espacio y diferentes materiales. Respecto al fortalecimiento muscular, el trabajo con autocargas es el sistema más básico del trabajo de fuerza, ya que la ejecución depende exclusivamente de uno mismo. Pese a que la carga no puede modificarse externamente, existen diversas formas para aumentar ó disminuir la intensidad, tales como variar la situación de palancas “jugando” con la participación de la acción de la gravedad; aumentar ó disminuir el número de repeticiones y la velocidad de ejecución. En nuestra propuesta también incorporamos la participación en parejas, donde un compañero ofrece una resistencia manual a la ejecución del otro, y los circuitos de fuerza que nos permitirán desarrollar propuestas en diferentes estaciones para el trabajo de resistencia muscular, de forma individual y por parejas. La vuelta a la calma es tan importante como el calentamiento, ya que los órganos necesitan volver paulatinamente a su estado inicial. Los estiramientos, los ejercicios respiratorios y de soltura muscular previenen calambres post-esfuerzo, relajan la musculatura, reducen la frecuencia cardiaca paulatinamente, disminuye el riesgo de mareos tras el esfuerzo, evita la acumulación de sangre en las extremidades inferiores, produce una relajación física y psíquica, etc. Los estiramientos al final de la sesión se desarrollarán individualmente o en parejas, de forma pasiva, mediante un recorrido lento y un mantenimiento de la posición. A través de ellos pretendemos dotar de amplitud de movimiento y extensibilidad a la musculatura corporal en su globalidad (tren superior, tronco y tren inferior), incidiendo en aquellas partes implicadas en la tarea realizada. En relación a la higiene postural, incluiremos tareas de la vida cotidiana que permitan a los mayores tener una mayor conciencia y control corporal. Se realizan ejercicios compensatorios que favorezcan el mantenimiento de las curvas fisiológicas raquídeas, para evitar la tendencia a la hipercifosis senil, así como tareas que permitan una adecuada concienciación pélvica, fundamentalmente incidiendo en la retroversión. Las técnicas de relajación permitirán reducir su ansiedad y estrés, adquiriendo sensaciones de bienestar y autoconfianza. Se incluyen actividades de

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relajación, masaje y automasaje, conocimiento y control respiratorio y tareas de soltura muscular. 6.5. LA BASE DE DATOS Y MATERIAL MULTIMEDIA El organizador de sesiones y tareas facilita la clasificación de tareas y la confección de sesiones en función de estas actividades. Lo más interesante de esta base de datos es que no es cerrada sino que cualquier usuario puede proponer tareas que considere oportunas para su actuación didáctica. La propuesta llega al IAD, se filtrarán las tareas y se irán incorporando a la base de datos. Cuanto mejor se clasifiquen las tareas y mayor número de ellas tengamos, mejorarán las posibilidades posteriores de búsqueda o filtrado. Otro aspecto fundamental de esta base datos es la posibilidad de crear nuestra propia sesión, imprimirla y guardarla, de forma que el usuario pueda crear sus propias unidades didácticas. Con ello podemos tener impresas todas nuestras sesiones para llevarlas directamente a la instalación deportiva correspondiente.

También se ha elaborado un material audiovisual que trata de desarrollar una propuesta didáctica, estructurada en 5 partes: las 4 primeras hacen referencia a las distintas fases de una sesión (calentamiento, fase aeróbica, tonificación muscular y vuelta a la calma) y la última parte analiza algunas actividades o tareas que se consideran desaconsejadas para las personas mayores, por las posibles consecuencias de su reiteración a nivel orgánico o del aparato locomotor. Durante su visualización se escuchará un audio, donde desarrollamos la justificación fisiológica y psicopedagógica de la propuesta.

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LOS MAYORES, EL SEDENTARISMO Y EL EJERCICIO

Dr. Juan Francisco Marcos Becerro Presidente del Instituto de Longevidad y Salud

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“LOS MAYORES, EL SEDENTARISMO Y EL EJERCICIO” Dr. Juan Francisco Marcos Becerro. Presidente del Instituto de Longevidad y Salud PALABRAS CLAVE: Envejecimiento. Sedentarismo. Ejercicio.Salud RESUMEN: En esta revisión se repasan los más recientes trabajos publicados en el mundo, referidos a los efectos que el envejecimiento y el sedentarismo ejercen sobre la salud de las personas mayores. Al mismo tiempo se exponen los resultados del ejercicio para combatir las consecuencias negativas originadas por el envejecimiento y el sedentarismo. Por último, se adjuntan las Recomendaciones de la OMS para la utilización del ejercicio en las personas mayores. INTRODUCCIÓN EL ENVEJECIMIENTO Al envejecimiento se le divide en dos grupos: primario y secundario. Al primario también se le conoce como senescencia intrínseca, y se produce por la alteración progresiva del organismo a consecuencia del paso de los años. Según Fontana y Klein, (2007) su aparición es independiente de otros factores. El secundario es la consecuencia de la acción de las enfermedades o las modificaciones negativas del estilo de vida, entre las que se incluyen el sedentarismo el tabaco y las radiaciones solares (Klöting y Bluher.2005). En el envejecimiento intervienen los factores genéticos y los ambientales. La importancia de los primeros se sitúa entre el 25 y el 30% y la de los segundos entre el 70 y el 75%. Los genes controlan el envejecimiento de manera continua en el transcurso del desarrollo y la maduración (Marcos Becerro y M.Orera.2007). Entre los agentes implicados en el envejecimiento distintos a los genéticos, los más valorados por los investigadores son los siguientes: 1º. La disminución de la longitud del telómero originada por la inactividad de la telomerasa en las etapas iniciales de la embriogénesis. 2º. La alteración de la síntesis de las proteínas del estrés. 3º. La acción de las especies oxígeno reactivas. 4º. La perturbación de la degradación de las proteínas celulares (proteólisis) deterioradas por la acción de los radicales libres EL ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA Según el trabajo realizado por los componentes de la Secretaría General de Política Social. Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).2009, de cada 100 nacimientos, 93 mujeres y 83 hombres llegarán a la vejez. Las expectativas de vida en España son más elevadas que en la UE y en el mundo, tanto para las mujeres (22,0 años) como para los hombres (17,9 años). Por ello, a los 65 años, a las primeras le queda por vivir un 22,9% de su vida y a los segundos un 24,5%, o lo que es igual, la cuarta parte de su vida total

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Cumplidos los 75 años, el 42,5% padece alguna enfermedad que restringe más de 10 días su actividad habitual diaria. Porcentajes superiores al 50% de las personas mayores, y de forma especial las mujeres, sufren la artrosis, el reumatismo o el dolor de espalda. El 51,9% se ve aquejado por la hipertensión, el 30,20% por el dolor de espalda crónico y el 30% por el aumento del colesterol. Las mujeres son las que más padecen estas afecciones. Las alteraciones de la movilidad (levantarse, acostarse, sentarse y andar) constituyen el primer problema de la discapacidad y afectan al 72,2% de las personas mayores. A continuación le siguen los problemas para llevar a cabo las actividades de la vida diaria (ir de compras, hacer la comida y lavar la ropa) y por último, las dificultades para mantener el cuidado del cuerpo (lavarse, ducharse, vestirse, comer y evitar la incontinencia). Las caídas son el tipo más frecuente de los accidentes que intervienen en la mortalidad de las personas de estas edades, debido, principalmente, a las fracturas que producen. En España se originan cada año 33.000 fracturas de fémur que engendran 31.000 intervenciones quirúrgicas y 768.000 días de estancia hospitalaria, generando, solo en la fase aguda, unos gastos estimados en 97 millones de euros. EL SEDENTARISMO Y SUS PROBLEMAS De forma resumida, se puede considerar al sedentarismo como la falta de actividad física adecuada, para conseguir una vida saludable En el trabajo publicado por el IMSERSO en el año 2009 en nuestro país, el 34,4% de sus habitantes era sedentario. El 37,2% de los hombres y el 31,7% de las mujeres. Entre los 65 y los 74 años las mujeres son menos sedentarias que los hombres. Después de cumplir los 75 años aumenta el sedentarismo en los dos géneros, pero en esta edad, los hombres son más activos que las mujeres. Cuatro de cada siete mujeres de más de 75 años pasan sentadas la mayor parte del tiempo, lo que aumenta el índice de discapacidad. Muchos mayores sedentarios lo son por sufrir alguna afección del sistema músculo esquelético (osteoartrosis, osteoporosis o sarcopenia). INFLUENCIA DEL SEDENTARISMO SOBRE LA SALUD, LA MORTALIDAD Y LA MORBILIDAD DE LOS SERES HUMANOS En algunas ocasiones la pérdida de la salud se origina por causas ajenas a la voluntad del individuo, pero en otras son los hábitos libremente adquiridos por la persona los que la producen. La falta de actividad física es una de las causas más importantes que intervienen en el deterioro de la salud y en la mortalidad de los seres humanos. En lo que se refiere a la mortalidad, según Mokdal y sus colaboradores (2004), en los EU la inactividad física unida a la dieta inadecuada fue la segunda causa de muerte por la que fallecieron 400.000 personas (16,6%). En cuanto a la salud, a la inactividad se le ha achacado su influencia negativa sobre un considerable número de afecciones patológicas, entre las que se citan: Las enfermedades cardiovasculares (Al-Qaisi y cols.2008) como la insuficiencia cardiaca congestiva, la enfermedad coronaria (Rastogi.2004) y sus

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consecuencias: la angina de pecho y el infarto de miocardio; las arritmias cardiacas, la hipertensión arterial (Summary of the 2007), la enfermedad vascular periférica (Shammas y Dippel.2005) y el accidente cerebral agudo (American Heart Association.2007). Las alteraciones del perfil lipídico del plasma (Ibrahim y cols.2005) como el aumento del colesterol total, el de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y el de los triglicéridos y la disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL). Los tumores malignos del colon, de la mama (Maryam y cols.2010), de la próstata y del páncreas (Tavani.2004).. Las afecciones respiratorias como el asma bronquial y la apnea del sueño. La obesidad (Manson.2004). la diabetes del tipo 2 (Van vranken.2004) y la osteoporosis (Bakhireva y cols.2004), así como el aumento de las fracturas (Vondracek y Linnebur. 2009),. Los daños de la médula espinal. El aumento de los síntomas de la menopausia. La tendencia a la formación de cálculos en la vesícula (Leitzmann y cols.1998) y en el riñón. Las afecciones del aparato digestivo. La depresión, la disminución de la función cognitiva y la ansiedad (Strine y cols, 2004). Por otra parte, facilita la aparición de la fragilidad física en todas las edades, y en especial en los mayores, y lo mismo sucede con la muerte prematura.

INSUFICIENCIA CARDIACA CONGESTIVA ENFERMEDAD CORONARIA ANGINA DE PECHO INFARTO DE MIOCARDIO ARRITMIAS CARDIACAS HIPERTENSIÓN ARTERIAL ENFERMEDAD VASCULAR PERIFÉRICA ACCIDENTE CEREBRAL AGUDO

ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES ORIGINADAS POR EL SEDENTARISMO

LOS COSTES ECONÓMICOS DEL SEDENTARISMO En España los costes directos e indirectos relacionados con la obesidad (sedentarismo) suponen el 7% del gasto sanitario total, lo que representa unos 2.500 millones de euros al año (NAOS.2005). LOS EFECTOS DEL EJERCICIO SOBRE LA SALUD Los efectos que el ejercicio ejerce sobre la salud afectan a las personas de todas las edades. Entre ellos se citan los siguientes: Mejora la capacidad aerobia e interviene de forma decisiva en la prevención y rehabilitación de las enfermedades cardiovasculares, constituye una poderosa herramienta contra los factores involucrados en el desarrollo de la aterosclerosis, ya que disminuye las

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lipoproteínas de baja densidad (LDL), aumenta las de alta (HDL), disminuye la presión arterial sistólica y diastólica, aminora el peso corporal en los obesos, a través de la pérdida de masa grasa, mientras que preserva, e incluso aumenta la magra (ejercicios de fuerza). Además incrementa la sensibilidad a la insulina, por lo que mejora la evolución de la diabetes. Ejerce un efecto protector frente algunos tipos de cánceres como el de colon, próstata, mama y pulmón. Aumenta la fuerza y la resistencia de los músculos y el contenido mineral de los huesos, por lo que es muy eficaz en la lucha contra la atrofia muscular del envejecimiento y contra la osteoporosis. La actividad ligera mejora la función del sistema inmunitario, previene contra la aparición de cálculos en la vesícula biliar, disminuye las complicaciones inherentes a las intervenciones quirúrgicas en todas las edades, aumenta la duración de la vida y protege a los mayores contra las caídas y las fracturas. Previene contra la aparición de las lesiones, a la vez que disminuye el tiempo empleado en su recuperación. Del mismo modo, acorta el periodo de recuperación una vez finalizado el esfuerzo físico. Facilita el descanso nocturno al mejorar el sueño. En las mujeres embarazadas, la actividad física les permite mantener una buena forma física, a la vez que mejora la labor del parto y disminuye las complicaciones del puerperio. Protege contra el estrés excesivo de la vida moderna, disminuye la ansiedad y la depresión y mejora la autoestima. Ha sido empleada en las campañas contra el tabaco, el alcohol y las drogas. Ya en el siglo pasado se utilizó en Inglaterra en la prevención de la delincuencia y ha surtido buenos efectos en la reinserción de los condenados en la sociedad (Marcos Becerro y cols (2007) MECANISMOS POR LOS QUE EL EJERCICIO MEJORA LA SALUD Varios mecanismos biológicos pueden ser los responsables de los beneficios que el ejercicio habitual produce sobre la salud. Este tipo de actividad mejora la composición corporal (disminuye la adiposidad y mejora el control del peso corporal) (Warburton y cols.2001) (Mairorana y cols.2003), aumenta los perfiles de las lipoproteínas lipídicas (disminuye los triglicéridos, aumenta las HDL y disminuye el cociente LDL/HDL Warburton y cols.2001), mejora la homeostasis de la glucosa y la sensibilidad a la insulina (Warburton y cols.2001) (Kelley y cols.1999), disminuye la presión arterial (Blair y cols.1984), mejora el tono autonómico (Tiukinhoy y cols.2003), reduce la inflamación sistémica (Adamopoulos y cols.2001), disminuye la coagulación de la sangre (NIH.1996), mejora el flujo coronario (Hambrecht y cols.2000), aumenta la función cardiaca (Warburton y cols.2004) y mejora la función endotelial (McGavock y cols.2004).Por otra parte, el ejercicio, y en especial el de fuerza, protege contra la sarcopenia (Bautmans y cols.2009) y contra la osteoporosis (Vondracek y Linnebur.2009), sin olvidar los buenos efectos que origina sobre la memoria, el aprendizaje, la depresión y la cognición (Gomez-Pinilla y cols.2008).

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AUMENTA LAS LIPOPROTEINAS BENEFICIOSAS DISMINUYE LA PRESIÓN ARTERIAL MEJORA EL TONO AUTONÓMICO REDUCE LA INFLAMACIÓN SISTÉMICA DISMINUYE LA COAGULACIÓN DE LA SANGRE MEJORA EL FLUJO CORONARIO AUMENTA LA FUNCIÓN CARDIACA MEJORA LA FUNCIÓN ENDOTELIAL

MECANISMOS POR LOS QUE EL EJERCICIO MEJORA LA SALUD CARDIOVASCULAR

RECOMENDACIONES DE LA OMS PARA LA UTILIZACIÓN DEL EJERCICIO EN LAS PERSONAS MAYORES Un hecho comprobado científicamente es que los mayores de 65 años de ambos géneros involucrados en los programas de ejercicio padecen menos enfermedades, como la cardiopatía coronaria, la hipertensión, el ictus, la diabetes del tipo 2 y los cánceres de mama y de colon que los sedentarios. Además, sus buenas funciones cardiorrespiratorias, metabólicas y musculoesqueléticas les protegen contra la aparición de las afecciones crónicas; y al mantener una buena masa muscular y ósea, no se ven afectados por la sarcopenia ni por la osteoporosis. Otro hecho de gran importancia es que sus funciones cerebrales, incluida la memoria, mejoran notablemente, dado que el ejercicio estimula en el hipocampo el factor neurotrófico cerebral implicado en esta función Warburton y cols.2009) (PAGAC.2008) ( Paterson y cols.2009). Teniendo en cuenta estos hechos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a todas las naciones la realización de programas para mejorar los niveles de actividad física de sus habitantes (Resolución WHA57.17.2004), con el objeto de mejorar la salud y prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles (ENT) (Action Plan. 2008–2013. 2008). EJERCICIO Y CALIDAD DE VIDA EN LOS MAYORES Para realizar las actividades corrientes de la vida los seres humanos, y en especial los mayores, necesitan conservar, del mejor modo posible, las tres funciones principales involucradas en la forma muscular: la fuerza, la resistencia y la flexibilidad. Su mantenimiento a través del ejercicio se asocia a un buen estado de salud psicofísica y a una mejoría de la calidad de vida (Kell.2001), al retrasar el declive de la movilidad (Westerterp.2001), y del equilibrio, lo que contribuye a mantener la autonomía funcional y la independencia (Lexell.1999)(Christmas.2000), incluso en quienes se ven afectados por ciertos

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tipos de afecciones crónicas (Seeman.2002) como la osteoporosis, la sarcopenia o la osteoartrosis. También se han descrito mejorías de la función intelectual (Schooler.2001).

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Área de Actividad Física, Salud y Bienestar

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PANEL DE EXPERTOS ÁREA DE INNOVACIÓN, LONGEVIDAD Y CALIDAD DE VIDA

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INTERRELACIÓN ENTRE LA CONDICIÓN FÍSICA, EL ESTADO NUTRICIONAL VITAMÍNICO Y EL ESTADO COGNITIVO Y SU INFLUENCIA SOBRE LA CALIDAD DE VIDA EN MAYORES INSTITUCIONALIZADOS Y DE VIDA INDEPENDIENTE

Marcela González-Gross, Raquel Pedrero-Chamizo, Ulrike Albers Universidad Politécnica de Madrid

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Panel de Expertos:

Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

. Introducción La sociedad se encuentra ante un proceso global de envejecimiento, con un aumento progresivo de la esperanza de vida, que junto con la reducción de las tasas de natalidad, está provocando una alteración de las pirámides poblacionales. Estos cambios tienen una clara influencia sobre factores sociales y económicos. Para el año 2050, ya se ha previsto que a nivel mundial más del 21% de la población se va a encontrar en el grupo de mayores de 65 años, cifra que para España aumenta hasta al menos el 30%. En España, en la actualidad, este grupo de población supera los 7,5 millones, lo que equivale a un 17% de la población general española. Cabe resaltar que un 2,8% (212.475 mayores) se encuentran institucionalizados en residencias para la tercera edad, predominando en este grupo las mujeres y siendo los 80 años la edad media de ingreso (INE, 2009; Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2008). Durante el envejecimiento, se experimenta un progresivo deterioro de las capacidades físicas, entre las que cabe destacar la pérdida de fuerza y de masa muscular, que pueden ser atribuidas a múltiples factores como la genética, padecimiento de enfermedades, nutrición, etc, siendo la inactividad física y el sedentarismo la variable más importante relacionada con la pérdida de masa muscular en los mayores (Burgos-Peláez, 2006; Serra-Rexach, 2006; Bauer et al, 2008). Cuando la debilidad muscular se convierte en enfermedad, conocida como sarcopenia, la capacidad para realizar las tareas de la vida diaria se ve limitada, además de asociarse con una mayor probabilidad de caídas y con la discapacidad (Rikli & Jones, 1997). En general, la pérdida de la fuerza es más marcada en el tren inferior que en el superior a medida que avanza la edad (Virtuoso-Junior et al, 2008; Newman et al, 2003; Runnels et al, 2005). Tal hecho resulta de la disminución del nivel de actividad física que suele darse con el envejecimiento, principalmente debido a la reducción de actividades de desplazamiento. Las actividades domésticas exigen que la parte superior del cuerpo se mantenga más activa y en consecuencia, el declive de la fuerza del tren superior pasa a ser menos acentuado cuando se compara con la fuerza del tren inferior (VirtuosoJunior et al, 2008). Además de la pérdida de fuerza y masa muscular, con la edad se produce un deterioro de la función cognitiva que repercute de manera directa en la autonomía personal. La relación entre ambas variables, fuerza y estado cognitivo, es un aspecto que está cobrando gran importancia dentro del mundo de la investigación (Christensen et al, 2001; Alfaro-Acha et al, 2006; Raji eta l, 2005; Nourhashemi et al, 2002). Otro de los aspectos relacionados con el envejecimiento e íntimamente ligado a los anteriores es el cambio asociado al estado nutricional del sujeto (Miquel y González-Gross, 2002). Aunque las deficiencias clínicas de nutrientes son infrecuentes en los países desarrollados, las deficiencias subclínicas son relativamente prevalentes. En concreto, en personas mayores, la prevalencia de

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores deficiencia subclínica de vitaminas del grupo B (vitamina B12, vitamina B6 y folato) se cifra en torno al 30-40% (González-Gross et al, 2002; González-Gross et al, 2007; Spinneker et al, 2007). La deficiencia, incluso leve, de una o varias de estas vitaminas da lugar a un incremento en la concentración plasmática de homocisteina. La hiperhomocisteinemia se considera factor de riesgo de enfermedades cardio y cerebrovasculares (Boushey et al, 1995), e incluso se ha propuesto como predictor de deterioro cognitivo (González-Gross et al, 2001). Valores elevados de homocisteina también se han relacionado con aumento en la incidencia de fracturas de cadera (McLean et al, 2004), osteoporosis (Herrmann et al, 2004) y algunos tipos de glaucoma (Cumurcu et al. 2006). Además, el propio déficit de estas vitaminas va ligado a problemas neurológicos, que se manifiestan en forma de deterioro de la función cognitiva y en trastornos del sistema nervioso periférico, especialmente visibles en brazos y piernas (Robins et al, 2001). Las consecuencias de estas alteraciones conllevan pérdidas de la coordinación que propician las caídas que unidas a los problemas de la osteoporosis tienen consecuencias muy graves en las personas mayores. Normalmente los pies, pero ocasionalmente las manos o el área pélvica pueden verse afectados inicialmente. La debilidad de los músculos y la parálisis son señales tardías y suelen ser irreversibles. Otros síntomas que pueden ocurrir son alteraciones auditivas o visuales (escotoma central, atrofia del nervio óptico), que son otras de las causas que provocan las caídas. Otras complicaciones son la impotencia e incontinencia urinaria y fecal. El comienzo de señales tiende a ocurrir después de los síntomas y abarca la pérdida de la sensación cutánea, alteraciones de la sensación propioceptiva, especialmente en las piernas, resultando en una alteración de la función del tracto corticospinal con parálisis espástica que igualmente dificultan la locomoción y la coordinación de los movimientos. Normalmente, debido a la neuropatía periférica dominante, existe ausencia de reflejos y presencia del reflejo de Babinski. El deterioro cognitivo avanzado se caracteriza por una tendencia a la inactividad física que agrava el deterioro funcional debido al envejecimiento (Albers et al, 2007). Nuestro grupo de investigación lleva más de 20 años estudiando a la población mayor y en concreto la interrelación de estos factores y su repercusión en el envejecimiento y la calidad de vida.

Desarrollo En la última década, hemos realizado diversos estudios transversales, de intervención y longitudinales tanto en personas mayores de vida independiente como viviendo en residencias para la tercera edad. Para este trabajo se han valorado los datos de un total de 406 ancianos institucionalizados en residencias de la tercera edad en las Comunidades de Andalucía y de Madrid obtenidos en el marco de diversos proyectos de investigación (ver agradecimientos), y de 600 ancianos de vida independiente de la Comunidad de Madrid analizados en el marco de un proyecto financiado por el IMSERSO y englobado dentro de la Red de Ejercicio Físico para poblaciones especiales (EXERNET, www.spanishexernet.com).

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Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

Todos los proyectos se han realizado en acuerdo con los estándares éticos contenidos en la Declaración de Helsinki del año 1964 (revisada en el año 2000 en Edimburgo), la Convención sobre los derechos humanos y de Biomedicina de Oviedo en el año 1997. Los protocolos de investigación fueron aprobados por la Comisión de Ética en investigación de la Universidad de Granada y por la Comisión de Ética de la Universidad de Zaragoza. Todos los sujetos y/o sus parientes más cercanos firmaron un consentimiento informado previo a la realización del estudio. En la valoración de la condición física, se han incluido diversos test para valorar la fuerza en manos (mediante dinamómetro modelo Takei TKK 5101, con un rango de 5 a 100 Kg y una precisión de 0,1 Kg ), brazos y piernas. La fuerza de las extremidades superiores e inferiores fue evaluada a través de la batería Senior Fitness Test (SFT) de Rikli y Jones (Rikli & Jones, 1999; Rikli & Jones, 2001) específica para este grupo de población, ya que es una batería validada y utilizada a nivel internacional, además de requerir un equipamiento sencillo. En el test para medir la fuerza de las extremidades superiores, denominado “Arm Curl” o “flexiones de brazos”, el sujeto, sentado en una silla tamaño estándar, disponía de 30 segundos para realizar el mayor número de flexiones y extensiones de codo agarrando una mancuerna. La batería estipula que las mujeres deben levantar un peso de 5 lbs. (2,27 Kg) y los varones 8 lbs. (3,63 Kg). El test para medir la fuerza de las extremidades inferiores, denominado “30-Second Chair Stand” o “levantarse y sentarse en una silla durante 30 segundos”, consistió en levantarse y sentarse en una silla sin ayuda de los brazos, contabilizándose el número de repeticiones que el sujeto fue capaz de hacer en 30 segundos. El estado de la función cognitiva fue valorada mediante el cuestionario Mini Mental State Examination (MMSE) de Folstein et al (1975). El MMSE es uno de los instrumentos más utilizados para la evaluación de la función cognitiva debido a que es breve, fácil en su administración y sencillo en su puntuación. Al ser un instrumento estandarizado de uso generalizado, también favorece la posibilidad de contar con un parámetro adecuado de comparación. Está compuesto por 11 preguntas, divididas en dos secciones, que valoran diversas funciones cognitivas como la orientación temporal y espacial, la memoria inmediata y el recuerdo a corto plazo, la atención, el cálculo, el lenguaje, la escritura y la praxis constructiva. La puntuación puede oscilar entre 0 y 30 puntos. En relación a los parámetros sanguíneos, se han analizado dos marcadores de la vitamina B12 (cobalamina y holo-transcobalamina), dos marcadores del estado de folato (folato sérico y el folato intraeritrocitario) y las concentraciones de homocisteina total (tHcy) mediante diferentes técnicas en un autoanalizador AxSYM (Abbott Diagnostics, USA). Entre los resultados obtenidos podemos destacar que para todos los grupos de población analizados, los hombres tienen más fuerza que las mujeres (Albers et al, 2008) (Figura 1). Si comparamos el grupo de vida independiente con las personas que viven en las residencias de ancianos, los primeros presentan mejores niveles de fuerza que los segundos (Tabla 1). Al analizar los datos por grupos de edad, observamos que se produce una pérdida de fuerza a medida que

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores aumenta la edad (Figura 1) en ambas manos. Al partir los varones de una situación mejor, también es más acusada la pérdida de fuerza en este grupo. La evaluación del estado cognitivo a través del MMSE fue positivamente correlacionada con todos los parámetros de fuerza (p de 79 años (G5).

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Panel de Expertos:

Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

Figura 2. Relación entre la fuerza de prensión manual derecha e izquierda en función de los resultados obtenidos en el MMSE. Normalidad, (MMSE score ≥24); deterioro leve (MMSE score 21–23); deterioro moderado (MMSE score 11-20); deterioro severo (MMSE score ≤ 10) en ancianos institucionalizados.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Figura 3. Relación entre la fuerza en brazos y piernas en función de los resultados obtenidos en el MMSE. Normalidad, (MMSE score ≥24); deterioro leve (MMSE score 21–23); deterioro moderado (MMSE score 11-20); deterioro severo (MMSE score ≤ 10) en ancianos institucionalizados.

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Panel de Expertos:

Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

Figura 4. Z-scores de fuerzas de prensión manual, fuerza en brazos, fuerza en piernas, equilibrio con ojos abiertos, equilibrio con ojos cerrados, coordinación motora fina, en función de los resultados obtenidos en el MMSE. Normalidad, (MMSE score ≥24); deterioro leve (MMSE score 21–23); deterioro moderado (MMSE score 11-20); deterioro severo (MMSE score ≤ 10) en ancianos institucionalizados.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Figura 5. Valores de fuerza de prensión manual, de fuerza en brazos y fuerza en piernas y de MMSE en función de los niveles de holo-transcobalamina, en ancianos institucionalizados

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Figura 6. Presencia de bajo peso, normopeso, sobrepeso y obesidad en ancianos institucionalizados en función del índice de masa corporal

IMC en func ión del Género

0,4 0,3 0,2

35% 32%

30%

0,1

17% 20%

21%

27% 19%

0 Bajo pes o

P es o normal S obrepes o Hombres

Obes idad

Mujeres

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MOTRICIDAD Y MEMORIA CON PERSONAS MAYORES

Dra. Pilar Pont Geis Associació Esportiva Sarrià- Sant Gervasi Barcelona

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Introducción

El envejecimiento de la población es uno de los mayores triunfos de la humanidad y también uno de nuestros mayores desafíos. A inicios del siglo XXI, el envejecimiento a escala mundial requiere mayores exigencias económicas y sociales en todos los países. Al mismo tiempo, las personas mayores ofrecen valiosos recursos, a menudo ignorados, que suponen una importante contribución para la sociedad. El envejecimiento es un hecho social y a la vez un hecho biológico. Envejece la población, en los países desarrollados, en especial en España, la esperanza de vida al nacer se encuentra entre las más altas de la Unión Europea y del mundo. Según un estudio presentado por el IMSERSO en el 2004, nos indica que la vida media alcanza los 79 años, con una esperanza de vida de 75,7 años para los varones y de 83,1 para las mujeres. En Europa, el envejecimiento se ha convertido en uno de los mayores desafíos de las próximas décadas, debido al margen de mejora de la calidad de vida de las personas en edad avanzada, sobre todo a través de la percepción de la salud, servicios sociales, alimentación saludable e inversión en programas de ejercicio físico. Según el estudio presentado por la Secretaria de Estado de Servicios Sociales, familias y Discapacidad: En el Informe: “Las personas mayores en España 2004”, el colectivo de personas mayores representa hoy en día el 17% de la población (7,2 millones) y se estima que se verá incrementada su importancia numérica y social en el futuro, puesto que, en el año 2050, las personas con más de 65 años alcanzarán en España la cifra de 16.394.839 de personas, con lo que representará más del 30% del total de la población. Cabe destacar que, de este 30% de población mayor de 65 años, un porcentaje destacado estará representado por personas mayores octogenarias. Uno de los objetivos del proyecto SALUD21, “Envejecer en buena salud”: En definitiva, envejecer y envejecer activamente es uno de los principales retos de la sociedad del siglo XXI, donde se debe contemplar: > Que las personas mayores tengan fácil acceso a programas de ejercicio físico independientemente de su condición física, psicológica, social y económica, dando la posibilidad de que integren en su vida diaria un determinado modelo de actividad física, en pro de un envejecimiento activo y saludable. Es necesario implementar programas de salud, que contemplen de forma conjunta el ejercicio físico y el entrenamiento cognitivo y que se puedan adaptar a diferentes tipologías de población de mayores, con sus peculariedades, sus necesidades y sus intereses, sus capacidades y sus posibilidades de comprensión y de realización de las propuestas.

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Desarrollo Proponemos pues un Programa de ejercicio físico denominado: “Método Motricidad y Memoria”. La realización y puesta en práctica de este programa debía dar respuesta a dos objetivos: a) Un objetivo pedagógico: Crear un programa de ejercicio físico que tuviera como objetivo incidir en la memoria. b) Un objetivo experimental, poner en práctica este programa y comprobar los resultados. En el año 1995 iniciamos un riguroso estudio sobre la relación que podían tener el trabajo motriz y el entrenamiento de la memoria. El objetivo de este estudio se centró en la elaboración de un programa de ejercicios donde se contemplaran de forma paralela las actividades cognitivas a realizar en aula con las actividades cognitivas a nivel motriz, observando las posibilidades de transferencias del trabajo de aula al trabajo motriz. Numerosos estudios avalan nuestra hipótesis de partida, es decir, que para prevenir y mejorar los aspectos cognitivos sensibles de ser alterados a lo largo del proceso de envejecimiento, es más conveniente realizar ejercicio físico juntamente con entrenamiento de la memoria, ello nos animo a seguir investigando en esta línea. Oswald,W. (1998) Veamos cuales son los puntos de partida para la elaboración de este método: Se contemplaron de forma paralela los objetivos y los contenidos que se contemplan en los programas de actividad física para mayores. A la vez se contemplaron los objetivos y contenidos de los programas de estimulación de la memoria, es decir de la mnemotecnia. Llegados a este punto, nos pusimos a investigar sobre las posibles estrategias a utilizar para presentar las actividades y ejercicios juntamente con los tipos de memoria existentes y a los cuales íbamos a incidir Veamos pues las diferentes Estrategias que nos marcaran las pautas en nuestro método: 1.- Asociaciones 2.- Secuencias 3.- Actividades senso motrices: Vista. Oído. Tacto. Olfato 4.- Repeticiones 5.- Representaciones y descripciones corporales. 6.- Combinaciones 7.- Capacidad de atención y de observación. 8.- Lenguaje 9.- Relajaciones 10.- Visualizaciones 11.- Percepción espacio- temporal Asociaciones, cuando se debe realizar un movimiento o acción que va asociado a una determinada propuesta: música, número, letra, olor, sonido, color, etc.

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Secuencias, cuando se trata de realizar una secuencia de movimientos, ya sean segmentarios o globales. Trabajo sensorial, se refiere a todas aquellas propuestas corporales que tengan como punto de partida los sentidos, ya sea el olfato, tacto, oído, vista o sabor. Los sentidos determinaran el movimiento. Repeticiones, en este caso se trata simplemente de repetir un determinado movimiento, ya sea de forma inmediata o bien pasado un tiempo. Representaciones, trabajamos la representación cuando se proponen formas de movimiento creativas, representando corporalmente desde una determinada acción, sensaciones, recuerdos de la infancia., bailes, etc. Combinaciones, en este caso la propuesta implica diferentes acciones, sobre todo a nivel espacial. Atención, cuando el recuerdo de un determinado movimiento o respuesta corporal se centra en la atención y observación. Lenguaje, cuando además de realizar unos determinados movimientos interviene la palabra o bien los sonidos. Relajaciones y visualizaciones, cuando basamos el trabajo memorístico a partir de una relajación, tanto pasiva como activa o bien mediante visualizaciones. Orientación espacial, cuando el centro de interés en el movimiento se centra en la relación del sujeto con el espacio, ya sea el espacio propio como el remoto. Orientación temporal, en este caso se trata de jugar con el movimiento a partir de parámetros temporales, el tiempo es el que nos marcará el objetivo de un determinado movimiento. Estas estrategias motrices tienen su base en las estrategias de la mnemotécnica. A nivel de recordatorio, presentamos la clasificación desarrollada en el libro: ”Ejercicios de motricidad y memoria” (Pont, 2007) y que va a permitir comprender y ubicar todas las propuestas motrices que inciden en la memoria. Para elaborar los ejercicios, no solo deberíamos tener en cuenta las estrategias, sino también valorar que tipo de memoria nos interesaba trabajar en cada propuesta. Diferentes son las clasificaciones encontradas que definen la memoria, para nuestro estudio, la clasificación más adecuada responde a la teoría basada en los Sistemas de memoria: Para estos modelos de memoria, la información va pasando de unos almacenes o estructuras a otros: Memoria Sensorial (M.S.), Memoria a Corto Plazo (M.C.P.) y Memoria a Largo Plazo (M.L.P.). A la vez se han definido dos componentes directos de la Memoria a Corto Plazo, la Memoria Primaria y la Memoria de Trabajo. Por otro lado, la Memoria a Largo Plazo se ha subdividido en: Episódica, Semántica i Procedimental. Esta teoría tiene como punto de referencia las coordenadas temporales, o sea, según el tiempo que pasa desde que se recibe la información hasta que se recupera, a la vez, también tiene en cuenta el tipo de información a recordar. Mayor y Pinillos (1992). Expuestas las estrategias y los tipos de memoria, ya disponíamos de los elementos necesarios para presentar una Taxonomia de los ejercicios del Método Motricidad y Memoria:

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Como resultado obtuvimos la siguiente clasificación o Taxonomia del trabajo motriz y memorístico, ello nos ha permitido ubicar cualquier ejercicio motriz que haga incidencia en la memoria: TAXONOMIA DEL TRABAJO MOTRIZ Y COGNITIVO. TIPOS DE MEMORIA ESTRATEGIAS

MEMORIA SENSORIAL

MEMÒRIA A CORTO PLAZO

MEMÒRIA DE TRABAJO

MEMORIA A LARGO PLAZO

ASOCIACIONES SECUENCIAS ACTIVIDADES SENSORIALES REPETICIONES REPRESENTACIONES COMBINACIONES ATENCIÓN y OBSERVACIÓN LENGUAJE RELAJACIONES VISUALIZACIONES PERCEPCIÓN ESPACIAL PERCEPCIÓN TEMPORAL Pont, P. (2004)

Una vez referenciados aquellos conceptos relacionados con la memoria desde el ámbito psicológico, veamos que papel juega la neurología en la memoria. Según Franz, Meter (2008); A la pregunta si nuestros pensamientos modifican nuestro cerebro, contestó: “Si, correcto, la terapia del comportamiento en los años, cuarenta, cincuenta y sesenta solo trataba la mente e ignoraba el lado biológico, pero cada vez los psicólogos son psicólogos biológicos, es decir, involucran el sistema nervioso y el sistema físico. A través del entrenamiento, del cambio de comportamiento físico, podemos cambiar la función cerebral”. Para Franz, en según que partes del cerebro, nacen nuevas neuronas. Se ha descubierto la capacidad de neurogénesis (creación de nuevas neuronas) en algunas partes del cerebro. Las investigaciones que se están realizando, tienen como objetivo detectar si la neurogénesis puede sustituir células dañadas en la misma zona y hasta que nivel. Las neuronas tienen la capacidad única de construir las “cadenas” mnemónicas debido a la forma que adoptan. A diferencia de otros tipos de células, la mayoría de las neuronas son alargadas. Se asemejan a árboles, con un sistema de ramas en un extremo y un sistema de “raíces” en el otro. Son árboles extraordinariamente diminutos, cabrían 20.000 en la cabeza de un alfiler.

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Las neuronas son células que generan actividad, son células capaces de transmitir una señal eléctrica entre ellas. Cada neurona se conecta hasta con diez mil neuronas vecinas, las partes que se juntan son las ramas; de estas hay de dos tipos, los axones, que conducen las señales hasta los cuerpos celulares y las dentritas que reciben la información. Frente a la degeneración del tejido nervioso, es necesario considerar cómo se puede estimular el cerebro, generar nuevas conexiones y favorecer nuevas capacidades y habilidades. Es decir, actuar desde la actividad física para activar las neuronas, frenar o paliar la degeneración del tejido nervioso y potenciar la plasticidad neuronal. El cerebro sigue manteniendo su plasticidad en la vejez. El crecimiento en la estructura y en el número de sinapsis forma una parte importante del desarrollo neuronal durante el proceso de maduración. Aún en la vejez, el cerebro es capaz de conservar su elasticidad a nivel sináptico, creando nuevas conexiones, reorganizar y remodelar regiones concretas del cerebro, aunque en la vejez este mecanismo sea más lento que en la edad adulta. Los científicos se están cuestionando si se generan nuevas neuronas, pero lo que si han podido observar es que se generan nuevas sinapsis y conexiones. Este mecanismo tiene la capacidad de reorganizar y remodelar regiones concretas del cerebro. En definitiva, el cerebro de la persona mayor conserva la capacidad de ramificación de las neuronas. Según Gage (1998), demostró que en el hipocampo -una región cerebral relacionada con la memoria- nacían nuevas neuronas a partir de células progenitoras y que este fenómeno se mantenía de por vida. Más tarde se ha visto que otras regiones cerebrales también mantienen esta capacidad de regeneración. Las neuro-imágenes han mostrado también que unas zonas se activan más que otras al realizar distintas funciones, pero ninguna función cerebral es absolutamente dependiente de una sola región. “No es solo una cuestión de cuánto cerebro se usa, sino de cómo se usa. Lo importante es cómo y cuándo se activa cada parte del cerebro”, según Morgado, (2008) “La plasticidad neuronal, es decir, la capacidad adaptativa del cerebro para reorganizar sus sinapsis, es mucho más potente de lo que se había imaginado Ramón y Cajal. La posibilidad de que el cerebro reorganice su estructura y sus funciones para minimizar los daños de una lesión es mayor de lo que se pensaba, hasta el punto de que, si se daña una región, otra próxima es capaz de asumir en parte las funciones perdidas.” Las nuevas técnicas para estudiar el cerebro están permitiendo romper dogmas y crear un nuevo paradigma científico: el cerebro es un órgano muchísimo más plástico de lo que se pensaba, y las neuronas se regeneran incluso en edades avanzadas. Veamos a continuación diferentes imágenes que reproducen el trabajo de diferentes tipos de memoria, ya sea mediante ejercicios realizados en el aula como ejercicios realizados corporalmente.

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Conclusiones: Si bien la realización de este programa está en constante evolución, ya que su estructura y puesta en práctica da pié a que se realicen ejercicios novedosos e ir actualizando las propuestas. Cabe señalar también que los resultados conseguidos en el estudio experimental que se realizó mediante la implementación de los ejercicios con grupos de personas mayores, fueron muy gratificantes y significativos, ya que estos resultados corroboraron nuestra hipótesis inicial, es decir, que para mantener y/o mejorar cualidades cognitivas como la memoria es preferible realizar de forma conjunta ejercicios motrices y de memoria que no hacer ningún tipo de actividad o simplemente hacer actividad física. Se consiguieron mejoras significativas en las pruebas de Atención (minimental), dígitos (Weshler), test de depresión y en las pruebas de memoria motriz. Consideramos que la práctica de ejercicio físico con memoria puede ayudar a prevenir posibles problemas de deterioro cognitivo debidos al envejecimiento. Puede servir también como terapia para aquellas personas que están en un grado inicial de demencia, tipo Alzheimer… La practica de los ejercicios de motricidad y memoria es una práctica inteligente, que potencia el movimiento a partir de propuestas cognitivas en las que se propone resolver, asociar, disociar, datos que transforman el movimiento. Tal como dice Rita-Lèvi Montalcini (premio Nobel): Gozamos de gran plasticidad neuronal, aunque mueran neuronas, las restantes se reorganizan para mantener las mismas funciones, ¡Pero para ello conviene estimularlas! Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará. La Plasticidad neuronal, es decir, la capacidad de las redes neuronales de realizar diferentes funciones o de sustituir las funciones de unas determinadas neuronas que se mueren, la podemos entrenar. Podemos intervenir mediante un entrenamiento físico y mental y potenciar la plasticidad neuronal.

LA MEMORIA ES CAPAZ DE SINTETIZAR EN UN INSTANTE TODA UNA VIDA.

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ESTILO DE VIDA ACTIVO EN POBLACIÓN MAYOR: ANÁLISIS DE LA ADHERENCIA A LOS PROGRAMAS DE EJERCICIO FÍSICO

Dra. Susana Aznar Laín Universidad de Castilla La Mancha

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Introducción: Envejecer es un proceso tan sencillo como inevitable, tan solo hace falta vivir. Desde los profesionales de la promoción de la actividad física para el mantenimiento y mejora de la salud, prevenir la fragilidad y la dependencia, además de mejorar la capacidad funcional y movilidad en el colectivo de las personas mayores, son dos objetivos principales para el diseño de programas de ejercicio físico. Para muchos, la calidad de vida en la etapa “senior”, depende en gran medida, de poder seguir haciendo lo que queremos, sin dolor, el mayor tiempo posible. Para diseñar programas efectivos en el colectivo de las personas mayores que les ayude a mantener y/o mejorar esa independencia y calidad de vida, es necesario conocer su estado físico actual (forma física) sobretodo en aquellos aspectos más importantes para prevenir caídas, mantener su autonomía, y en resumen mejorar su calidad de vida en actividades cotidianas del día a día. Para medir a los mayores con este propósito, existe una la batería de pruebas físicas de Rikli & Jones (1999) que identifica el riesgo de las personas mayores en aquellas aptitudes físicas que obtienen peor resultado y las utiliza para diseñar de forma segura y efectiva planes de ejercicio físico.

La identificación temprana del descenso de la capacidad motora/funcional para el diseño de programas de intervención adecuados, pueden ayudar a prevenir limitaciones tales como: andar, subir escaleras, que a menudo resultan en caídas y aumento de la fragilidad (Alliance for Aging Research, 1999). El entrenamiento de los músculos respiratorios también es una estrategia adecuada como complemento de los programas de ejercicio físico (Aznar et al. 2007). Los profesores de los programas de ejercicio físico diseñados para el colectivo de las personas mayores necesitan conocer la mayor información posible de los sujetos para garantizar seguridad y eficacia. Además de conocer su nivel de capacidad funcional/motora medido a través de una batería de pruebas físicas, es de suma importancia conocer su nivel de práctica de actividad física actual, sus gustos, las actividades realizadas en su pasado, las intenciones y metas que tienen en este momento y en especial con el programa al que se han “apuntado”. Esta situación de practica y de preparación hacia la práctica de actividad física, se ha medido en la literatura con una escala llamada “los estados de cambio” elaborada por los autores Prochaska y DiClemente. Estos autores, identifican que existen diferentes situaciones dentro del cambio de conducta, cada una de ella con diferentes actitudes, creencias y motivaciones hacia un comportamiento. Por ello, al conocer la situación concreta dentro del modelo, pueden diseñarse estrategias de promoción y comunicación distintas para los sujetos. Este modelo se ha utilizado en muchos comportamientos desde la clínica, sus inicios se centraron con éxito en el comportamiento de “dejar de fumar” (Prochaska et al., 1988; DiClemente et al., 1991) y existen también evidencias con el comportamiento de la actividad física, es decir, la promoción de un estilo de vida activo (Marcus et al., 1992a; Booth et al., 1993). Desde el ámbito de las ciencias de la actividad física, diversos investigadores han recomendado para estudiar el tema de la adherencia a la actividad física con el modelo de los estados de cambio. Este modelo se centra en la transición que

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores tiene lugar a la hora de adoptar y mantener un comportamiento. Se centra en la premisa de que “ser activo” no es un fenómeno ‘todo o nada’ y que “ser activo” implica un “proceso” inherente hasta llegar a serlo, el cual incluye además el abandono. El modelo de los estados de cambio centrado en la actividad física sugiere que las personas que realizan una modificación en su comportamiento (incrementar la actividad física en su estilo de vida) pueden ser categorizados en uno de los cinco estadios: precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento. • •

• • •

Precontemplación  No hay intención de ser activo, se niega la necesidad de practicar actividad física. En su escala de valores los ‘pros’ hacia la práctica son menores que los ‘contras’. Contemplación  Se considera la posibilidad de practicar, pero todavía no se practica. En su escala de valores existe una situación ambivalente, los ‘pros’ hacia la práctica son iguales a los ‘contras’. Preparación  Se realizan pequeños cambios, se empieza a practicar de forma esporádica, no regular. En este estadío los ‘pros’ empiezan a ser mayores que los ‘contras’. Acción  Los sujetos son activos pero durante menos de 6 meses. En este estadío los ‘pros’ son mayores que los ‘contras’. Mantenimiento  Consolidación de la práctica durante más de 6 meses.

C o n tem plació n (Hay in ten ció n de cam biar)

P rec eco n tem plación (No hay in terés )

P rep aració n (Se realizan p eq u eñ o s cam bio s ) Acció n (Se realiza el cam bio du ran te m en o s de 6 m eses)

Man ten im ien to (Se realiza el cambio du ran te m ás de 6 m eses )

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La importancia de este modelo reside en: 1. Identifica donde están las personas, es decir en que estado de cambio se encuentran. 2. Refleja una dimensión temporal en la cual el cambio tiene lugar. 3. Ayuda para proporcionar la intervención adecuada dependiendo del estado de cambio en el que se encuentre cada persona.

La utilización de los modelos de los estados de cambio es una de las estrategias que se incluyen en algunos programas de intervención para la incorporación de la actividad física en el estilo de vida. La identificación del estado de preparación para el cambio de conducta, en este caso, incorporar la actividad física al estilo de vida, son aspectos señalados como importantes para conseguir una adherencia a la actividad física. Blair et al. 2001 utilizan en su estudio “Project Active” cinco aspectos para promover la actividad física: promover la actividad física de intensidad moderada, ayuda a crear un plan personalizado de actividad física, consideración de los estados de cambio y dotar de ayudas para solventar problemas que dificulten el cambio. Actualmente, no todos los programas de actividad física para el colectivo mayores incluyen el análisis previo de los estados de cambio hacia la promoción de un estilo de vida activo. Por ello, en este trabajo, además de una revisión de la importancia de “ser activo” regular en la población mayor, se presentarán datos de los estados de cambio de personas mayores participantes en programas de ejercicio físico ya existentes en España, para averiguar si personas que ya participan en programas de ejercicio físico tienen diferentes situaciones en el comportamiento de: tener un estilo de vida activo. Metodología El estudio se llevó a cabo dentro del marco del estudio multicéntrico EXERNET, este estudio se llevó a cabo en una muestra representativa de personas mayores de edades comprendidas entre 65 y 92 años. La población se seleccionó en seis regiones españolas: Aragón, Castilla La Mancha, Castilla León, Madrid, Extremadura y Canarias. La muestra medida fue de 3136 personas mayores. Todas las personas tenían una edad no inferior a 65 años. Los datos se recogieron entre Junio 2008 hasta noviembre 2009 de un total de 3136 sujetos. Los criterios de exclusión del estudio fue: pacientes de cáncer o pacientes de salud mental diagnosticada, personas que vivían en residencias de mayores o bajo el cuidado/tutela de una tercera persona. Estados de cambio El cuestionario empleado fue el de los estados de cambio administrado en forma de entrevista. Dicho cuestionario preguntaba acerca de los diferentes estados de conducta hacia la practica de la actividad física en el estilo de vida actual. Se aplicaron los cálculos necesarios para conocer el estado dentro del modelo de: Precontemplación, Contemplación, Preparación, Acción y Mantenimiento.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Además dentro del modelo se diferenció entre la pre-conducta (Precontemplación, Contemplación y Preparación) y a conducta (Acción y Mantenimiento). Resultados preliminares y discusiones Las personas mayores activas participantes en programas de actividad física regular, se encuentran en diferentes estados de cambio hacia la conducta: tener un estilo de vida activo. Más de la mitad de la muestra, aproximadamente el 60% se encuentran en el estado de Acción y Mantenimiento, resultado esperable puesto que la muestra se centra en personas mayores activas participantes en programas de ejercicio físico. Sin embargo aproximadamente el 35% restante se encuentran en el estado de Pre-Conducta (PreContemplación, Contemplación, y Preparación) y el 5% restante no se identifica en ninguno de los estados de cambio por falta de respuesta (mortalidad experimental o no comprensión de la pregunta). Por ello, podemos decir, que existen diferentes situaciones de estado de cambio dentro de un grupo de mayores activos. Dentro de los datos de pre-conducta, cabe desatacar el 23,7% de mayores que ya han realizado pequeños cambios para tener un estilo de vida activo pero que todavía no han consolidado ese hábito. Un 7,2% se encuentran en Contemplación, es decir, querrían incrementar su estilo de vida activo pero no lo hacen, y un 4,1% en estado de PreContemplación, es decir, no tienen interés en incrementar su estilo de vida activo por el motivo que sea. Una vez analizados estos datos, proponemos que el programa de ejercicio físico que actualmente se lleva a cabo dentro de los mayores, incluya una intervención específica en función de los diferentes estados de cambio. La ponencia presentará una propuesta específica para cada uno de los estados de cambio con el fin de incrementar los niveles de práctica dentro del colectivo da las personas mayores. Referencias

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Panel de Expertos:

Área de Innovación, Longevidad y Calidad de Vida

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PANEL DE EXPERTOS ÁREA DE PLANIFICACIÓN, ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

EL LIBRO BLANCO DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO

D. Antonio Balbontín López-Cerón SUBDIRECTOR GENERAL DE PLANIFICACIÓN, ORDENACIÓN Y EVALUACIÓN IMSERSO

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

La Organización Mundial de la Salud define el envejecimiento activo como “el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”. Nuestra interpretación de ese proceso nos marca las políticas de “envejecimiento activo” como actuaciones para potenciar las capacidades de la persona cuando envejece, de ayudarle en una vida útil en la sociedad y sobre todo de procurarle un mayor bienestar personal y social. No obstante, en estos últimos años se están dando valiosos avances desde el ese marco político propuesto por la Organización Mundial de la Salud en 2002 y por la II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, celebrada en Madrid ese mismo año. Por su parte la Comisión Europea ha presentado una propuesta para designar el año 2012 como Año Europeo del Envejecimiento Activo. El Año Europeo del Envejecimiento Activo propuesto fomentaría y apoyaría los esfuerzos de los Estados miembros y sus autoridades regionales y locales, de los interlocutores sociales y de la sociedad civil para promover el envejecimiento activo. En efecto, la sociedad actual se enfrenta a una nueva realidad demográfica y a una nueva reestructuración de las edades y progresivo envejecimiento de la población, como consecuencia, entre otras causas, del incremento de la esperanza de vida, Este hecho, en el que España destaca de manera especial, es indudablemente un indicador de bienestar y de progreso. No obstante, una mayor longevidad y una menor fecundidad están cambiando las estructuras familiares de manera que existen cada vez más familias con más generaciones viviendo simultáneamente. Es cada vez mas frecuente que los niños conozcan a todos sus abuelos vivos, y está dejando de ser novedoso ser bisabuelo por parte de la personas de edad. Seguro que todos conocemos algunos casos. Por otro lado el conjunto de las personas mayores es cada día más numeroso, y es también más evolucionado y cambiante: Está siendo protagonista de profundas modificaciones que le afectan, que modifican sus roles sociales y se traducen en nuevas formas de vida y de aspiraciones. Son transformaciones que todavía serán más acentuadas en los próximos años. Al aumento y la evolución de las personas mayores se une al hecho de que ellas mismas están destinadas a jugar un papel de creciente importancia en

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nuestra sociedad. Por tanto, uno de nuestros retos principales será avanzar en nuevos modelos de políticas igualitarias, desde las perspectivas de género y de edad, que promuevan estos valores y den respuesta a sus aspiraciones, a la vez que otorguen un reconocimiento de su destacado papel social y sus enormes potencialidades.

Por su parte, la sociedad actual nos brinda innovadoras formas de participación e implicación social, como el voluntariado, junto con un progreso tecnológico que evoluciona hacia la supresión de todo tipo de barreras y a una accesibilidad universal. Debemos potenciar que nuestro nuevo escenario de desarrollo ofrezca mejor tiempo de ocio con actividades satisfactorias, a la vez que útiles, y ponga de manifiesto la importancia de la imagen de las personas mayores, por influencia de los medios de comunicación y en el influjo que ejerce sobre su propia salud y en su autoestima. Debemos pensar en nuevas generaciones de mayores que en el futuro puedan vivir cada vez mejor. Nuestro compromiso con los ciudadanos, y especialmente con las personas mayores en nuestro caso, consiste en observar, escuchar y ser permeables a todas estas situaciones y sus consiguientes planteamientos y desafíos y articular políticas que redunden en su máximo bienestar. Tal como demuestran nuestras reciente investigaciones, la “autonomía” es un valor preciado emergente que influye de manera decisiva en el bienestar personal y social. El avance de los años, y muy particularmente la entrada en la jubilación, supone hoy nuevas actitudes: se va sustituyendo la tradicional demanda de atenciones y cuidados por la inquietud de hacer cambios más gratificantes en la vida, desarrollar nuevos proyectos y actividades, cuidar la salud física y mental y disfrutar de nuevas experiencias. Esa es la gran oportunidad de un envejecimiento activo y satisfactorio. El Libro Blanco del Envejecimiento Activo ha de ser un buen instrumento para ello. Ha de ser, un elemento de reflexión, un punto de partida para el debate y un referente de algunas ideas, entre otras muchas posibles para caminar en la dirección de los nuevos horizontes que representa nuestra moderna y cambiante sociedad, de la que son una expresión tan singular las personas mayores, que pueda servir de apoyo a la elaboración y puesta en práctica de los planes y programas de actuación competencia de las Administraciones públicas y las organizaciones implicadas en actuaciones a favor de las personas mayores. El IMSERSO ha iniciado este proyecto con la colaboración de gran parte de los Ministerios que tiene que ver con cada uno de los temas de interés y ha elaborado un extracto de lo que en su día podrá ser un documento definitivo del Libro Blanco.

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

Aparte de la inestimable colaboración y aportaciones de expertos, se realizaron investigaciones y estudios, cuyos resultados se han incorporado al documento: • Un barómetro sobre las principales opiniones de la población española sobre los mayores, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas en mayo de 2009. • Una encuesta a la población mayor española, para obtener datos actualizados sobre su situación y la percepción de la misma, que ya han sido presentados por el Ministerio de Sanidad y Política Social. • Otras investigaciones relativas a participación social en el entorno rural, y Cuidadores profesionales, Cuidadores informales desde una perspectiva de género, Soledad y medio rural. Simultáneamente, y ya en muchos casos con la participación de algunos de los expertos comprometidos en este proyecto, se han realizado o están programadas reuniones, cursos y sesiones de trabajo relacionados con estos temas. • De manera muy especial se han incorporado y se han tenido en cuenta por todos los colaboradores, las ponencias y las conclusiones del III Congreso Estatal de Personas Mayores celebrado en Madrid en Mayo de 2009 El documento pretende recoger los principales aspectos que interesan a las Personas Mayores para una mejor calidad de vida. Podemos destacar como más relevantes: un concepto de nueva ciudadanía y de buena imagen, las posibilidades de la edad, la salud y la actividad física, la seguridad y las implicaciones económicas del envejecimiento, la educación a lo largo de la vida, la participación, las relaciones intergeneracionales, el entorno el hábitat y la vivienda, las formas de vida, los recursos y los servicios sociales y el género en relación con el envejecimiento. Sobre todos ellos se aportan datos y se apuntan conclusiones y posibles líneas de acción. Pretendemos que este Libro Blanco del Envejecimiento Activo sea un documento de trabajo cuyo fin sea diagnosticar la situación real de las personas mayores de nuestro país e implementar a partir de él políticas y acciones para organizar el espacio político, social, económico y cultural aprovechando el caudal de experiencia, buen hacer e ilusión que portan las Personas Mayores. Este Libro no termina con el punto final a lo escrito, que es mucho y denso. El debate y la reflexión son los mejores cimientos para llevar a cabo un proyecto común. Por eso estamos iniciando un denso periodo de debate a todos los niveles: Administraciones Públicas, Consejos de Participación, Asociaciones (especialmente de Mayores), agentes sociales y expertos, con cuyos resultados tenemos que ser capaces de articular proyectos que nos hagan avanzar en nuevos modelos de políticas igualitarias, con perspectiva de

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género, que promuevan los valores y reconozcan el importante papel social de las Personas Mayores. Este Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para personas mayores es una excelente ocasión para fijar nuestra atención en el capítulo correspondiente a ese materia, examinar con ustedes su contenido, y mejorar en lo posible sus conclusiones.

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PLANIFICACIÓN DE PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN EN PERSONAS MAYORES CON DISCAPACIDAD: IMPORTANCIA DE SU ADAPTACIÓN

Dr. D. Francisco Salinas Martínez Grupo de investigación HUM 764: Análisis e intervención en EF y entrenamiento deportivo con jóvenes

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RESUMEN A pesar del interés científico por cómo lograr una mayor calidad de vida en las personas mayores con discapacidad, el sedentarismo es hoy día un problema evidente en la sociedad en general. La falta de ejercicio físico en las personas mayores en silla de ruedas se asocia con la percepción de un mal estado de salud física y mental, así como una mala calidad de vida. En cambio, su realización retrasa la aparición del envejecimiento y ayuda a que los mayores puedan disfrutar de un estado de placer y bienestar corporal y mental, así como a conservar una situación de plena independencia y autonomía física y mental. No obstante, la investigación nos establece la necesidad de realizar estudios comparativos con diferentes estrategias de intervención y medición de la calidad de vida para validar aún más la información obtenida en los distintos estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional.

PALABRAS CLAVE: Discapacidad. Actividad Física. Personas Mayores.

INTRODUCCIÓN La incorporación de la práctica deportiva a la rehabilitación física y psíquica de las personas con graves lesiones se produce en el año 1944 con la creación en Stoke Mandeville, de la mano del Dr. Guttmann, del primer hospital monográfico para el tratamiento de las personas con lesión medular en el que, empleando técnicas realmente revolucionarias con suficiente solidez científica, se incorpora la práctica deportiva, lo que supone evitar con ello las largas horas de gimnasio y la rehabilitación monótona hospitalaria que, en ocasiones, puede llegar a entorpecer el proceso rehabilitador, consiguiendo con el deporte un proceso más rápido por el aliciente que da la superación personal constante, a través de la actividad física (Gil, 2008). Llevar a cabo una evaluación de la calidad de vida en personas con lesión medular, hace posible una valoración del impacto que tiene el tratamiento médico, al tiempo que permite revisar nuevas alternativas de tratamiento en función de los resultados obtenidos (Estévez, et al., 2009; Jiménez, 2004). Por todo ello, desde siempre ha existido un gran interés por cómo conseguir una mayor calidad de vida en las personas con discapacidad (Schalock, 1996), el cual ha experimentado un notable crecimiento en las últimas décadas (Salinas et al., 2010; Verdugo et al., 2006; Morgulec et al., 2005;). No obstante, la investigación nos establece la necesidad de realizar estudios comparativos con diferentes estrategias de intervención

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores y medición de la calidad de vida para validar aún más la información obtenida en los distintos estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional (Salinas et al., 2010; Jiménez, 2004;).

ACTIVIDAD FÍSICA DISCAPACIDAD.

Y

SEDENTARISMO

EN

PERSONAS

MAYORES

CON

A pesar del interés científico por cómo lograr una mayor calidad de vida en las personas mayores con discapacidad (Salinas, 2010; Verdugo et al., 2006; Morgulec et al., 2005; Schalock, 1996;), el sedentarismo es hoy día un problema evidente en la sociedad (Martínez del Castillo et al., 2009), lo cual no sucede en el caso de la actividad física. En este sentido, la falta de ejercicio físico en las personas mayores en silla de ruedas se asocia con la percepción de un mal estado de salud física y mental, así como una mala calidad de vida (Salinas et al., 2010). Asimismo, independientemente de la etapa de la vida en que se encuentre la persona en silla de ruedas y del tipo de lesión que ésta posea, la práctica de ejercicio físico retrasa la aparición del envejecimiento y ayuda a que la persona pueda disfrutar de un estado de placer y bienestar corporal y mental, así como a conservar una situación de plena independencia y autonomía física y mental (Landi et al., 2007; Rebollo, 2008). Existe por tanto una relación inversa entre la práctica de ejercicio y la presencia de síntomas asociados a la depresión y ansiedad (Salinas et al., 2010).

IMPORTANCIA DE LA PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES FÍSICAS EN PERSONAS MAYORES CON DISCAPACIDAD. Durante muchos años la mayor parte de la actividad física que se ofrecía a las personas con discapacidad hacía referencia a un enfoque médico-terapéuticarehabilitadora (Jobling, 2001). Pero, a pesar de que la actividad física y el deporte (sea como ocio o competición), es uno de los mejores caminos de cara a que las personas mayores con lesión medular puedan desarrollar una vida de calidad (Salinas, 2010), continuamos en la actualidad en una época donde la práctica deportiva que realiza este colectivo va enfocada en esta misma línea (Salinas et al., 2010). En este sentido, actualmente la presencia de programas de actividad física adaptada en los centros sanitarios de larga estancia es una necesidad acuciante (Salinas, 2009c). Además, tal y como ya ocurre en países de nuestro entorno, como Francia y Holanda, los profesionales de la actividad física y el deporte deberían ser incluidos en las plantillas de estos centros (Ruiz, 2007; Gil, 2008). Especialmente relevante resulta el identificar las dimensiones que según Schalok y Verdugo (2003), ayudan a dotar a las personas mayores con lesión medular de una vida de calidad y bienestar personal: bienestar emocional, relaciones interpersonales, bienestar material, desarrollo personal, bienestar físico, autodeterminación, inclusión

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social y derechos. Todas ellas, cobran por tanto una importancia vital en la planificación de todo programa de actividad física del colectivo de los mayores con discapacidad. La actividad física y el deporte, en todas sus dimensiones, es una de las mayores posibilidades de cara a que las personas que han sufrido algún tipo de discapacidad, posean una vida con unos índices de salud y calidad de vida adecuados (Salinas et al., 2010; Schalok y Verdugo, 2003). Además, se convierte en la principal herramienta de educación y prevención de complicaciones, entre otras a nivel psicológico, que puedan afectar su esperanza de vida (Salinas et al., 2010).

BENEFICIOS DE DISCAPACIDAD.

LA

ACTIVIDAD

FÍSICA EN

PERSONAS

MAYORES

CON

Si los beneficios de la actividad física para la salud de la población general están plenamente consensuados, en el caso de las personas mayores con discapacidad estos beneficios son aun más relevantes, puesto que gran parte de la independencia funcional que pueden alcanzar dependerá de su acondicionamiento físico (Vallbona, 2003). En un estudio recientemente realizado (Salinas et al., 2010), se comprobó el estado de salud y calidad de vida de las personas mayores que habían sufrido una lesión medular (parapléjicos) en comparación con personas de su misma edad sedentarias. Como era previsible, las personas mayores con lesión medular indicaron tener mayores dolores, problemas de tipo emocional; al tiempo que manifestaron tener peor calidad de vida que las que no poseían este tipo de lesión: declararon ponerse enfermos con mayor facilidad que otras personas, tenían una percepción negativa sobre su estado de salud, etc. Asimismo, tanto las mujeres como los hombres se mostraron con más limitaciones para desplazarse de un lugar hacia otro, realizar esfuerzos moderados, etc. Queda por tanto demostrado, la importancia de la actividad física, como elemento fundamental de superación ante las adversidades. En la investigación de Castellanos, Brown y Valenzuela (2004), se pretendió determinar la influencia del programa de rehabilitación física, para el desarrollo e incremento de la fuerza muscular en los lesionados cervicales, en función de su mejoría y recuperación funcional. La muestra estaba formada por doce pacientes con diagnóstico de lesión cervical de origen traumático. El estudio fue realizado en un período de dos meses de tratamiento rehabilitador. Se evaluaron al inicio y final del tratamiento a través de una batería de ejercicios pre elaborada que constaba de 10 actividades encaminadas a medir el nivel de fuerza general, adecuadas a las posibilidades de un lesionado cervical. Para la elaboración de la batería de ejercicio, se seleccionaron algunas de las actividades presentes en el Programa de Rehabilitación Física Raquimedular, preestablecido en fase de validación, el que se aplica en Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) para el trabajo con lesionados medulares. Al final del tratamiento se comprobó un aumento de la fuerza muscular por encima del 50%. Se concluyó que el mismo influyó positivamente en estos pacientes. Por otro lado, la actividad física juega un papel trascendental por los beneficios psicológicos que aporta (International Society of Physiology, 1991), sobre todo en el caso de las personas mayores con discapacidad (Salinas, 2009a):

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores - Reduce el estado actual de ansiedad y el nivel de depresión moderada. - Reduce la inestabilidad emocional y de la ansiedad. - Disminuye varios síntomas de estrés. - Produce efectos emocionales positivos. Recientemente, el American College of Sports Medicine (ACSM) indica en sus últimas recomendaciones los beneficios de la actividad física regular para personas con discapacidad: mejora cardiovascular y condición física, mejora de la salud mental y mejora de las habilidades para la vida diaria (ACSM, 2008). Pero en estos casos, es igualmente importante tener presente que la actividad física enfocada con este fin debe ser escogida de manera cautelosa, realizándose adaptaciones concretas según la edad y tipo de discapacidad en las prescripciones de ejercicio (Martin, 2006). Sólo de esta manera, estos de programas tendrán garantías de éxito (ACSM, 2003). Si realizamos un pequeño estudio del estado actual del tema aquí tratado en cuestión, se corrobora aún más los beneficios que aporta la práctica de la actividad física. En este sentido, Henschen, Horvat y French (1984), analizaron el perfil psicológico de 33 atletas en silla de ruedas con datos existentes de deportistas convencionales. Para ello estudiaron si hay diferencias en el perfil psicológico (estado de humor y ansiedad) entre atletas en silla de ruedas y atletas convencionales. Los resultados demostraron que los atletas con limitaciones tenían un perfil psicológico más constante, debido a que sus limitaciones les obligaron a desarrollar mucho más su habilidad mental. Igualmente, observaron que los deportistas con limitaciones físicas en sillas de ruedas, se deprimían con mayor frecuencia debido a entre otras causas la frustración de sentirse con limitaciones a causa de un accidente. Campbell y Jones (1997), investigaron el estado de ansiedad (intensidad, frecuencia y dirección) y tres periodos antes de la competición (1 semana, dos horas, y 30 minutos antes de competir), a 103 atletas en sillas (87 hombres y 16 mujeres). Los resultados obtenidos de la ansiedad y la autoconfianza fueron similares a los atletas convencionales, pero observaron diferencias en la intensidad de la ansiedad somática justo antes de la competición.

ACTIVIDADES FÍSICO-RECREATIVAS: ELEMENTO CLAVE EN MAYORES CON DISCAPACIDAD. Las actividades físico-recreativas para las personas mayores con discapacidad física han pasado a ser elementos claves para la rehabilitación de estas personas, así como para su inserción en la sociedad, además de facilitarles la convivencia con su discapacidad (Salinas, 2009b). Es necesario valorar algunos términos adoptados por la literatura científica a fin de manejar un lenguaje común y entendible por profesionales de diversas áreas. Se define como actividades recreativas a “aquellas con flexibilidad de interpretación y cambios de reglas que permiten la continua incorporación de formas técnicas y de comportamientos estratégicos, con capacidad de aceptación por parte de los participantes de los cambios de papeles en el transcurso de la actividad, constitución de grupos heterogéneos de edad

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y sexo, gran importancia de los procesos comunicativos y de empatía que se puede generar aplicación de un concreto tratamiento pedagógico y no especialización, ya que no se busca una competencia ni logro completo” Camerino y Castañer (1981). Lo recreativo de una actividad no está en la actividad misma sino en la actitud con la que enfrenta el individuo. Es voluntaria, no es compulsada. Es una actitud de participación gozosa, de felicidad, no es utilitaria en el sentido de esperar una retribución o ventaja material, es regeneradora de las energías gastadas en el trabajo o en el estudio, porque produce distensión y descanso integral, es compensadora de las limitaciones y exigencias de la vida contemporánea al posibilitar la expresión creadora del ser humano a través de las artes, las ciencias, los deportes y la naturaleza, es saludable porque procura el perfeccionamiento y desarrollo del hombre (Pérez, 2003). Por Actividad Física se entiende como el movimiento humano intencional que como unidad existencial busca el objetivo de desarrollar su naturaleza y potencialidades no sólo físicas, sino psicológicas y sociales en un contexto histórico determinado (Ramos, 2002). Actividad física del tiempo libre son “todas las actividades físicas que pueden desarrollarse en el tiempo libre con diversas finalidades (recreativas, lúdicas, educativas, compensatorias, deportivas, competitivas...) sin importar el espacio en que se desarrollen, el número de participantes y el cuadro o nivel de organización”. (Martínez del Castillo, 1986). Resumiendo las características de las actividades físico-recreativas se puede decir que: se efectúan libre y espontáneamente, con absoluta libertad para su elección, se realizan en un clima y con una actitud predominantemente alegre y entusiasta, se participa desinteresadamente, sólo por la satisfacción que produce, estructura el ocio, dejando u sedimento positivo en lo formativo y en lo social, ayuda a liberar y/o a contrarrestar tensiones propias de la vida cotidiana, no espera un resultado final, sólo busca el gusto por la participación activa, por el disfrute e implicación consciente en el propio proceso, da la ocasión de mover el cuerpo. Aunque su principal objetivo no es el esfuerzo físico, hay que reconocer que la verdadera identidad se alcanza llegando a ser hábil, permite y fomenta los aprendizajes bien de habilidades y/o técnicas, bien de actitudes, busca una actividad física lúdica, la persona que juega es más importante que la que se mueve, la cohesión y cooperación de los componentes del grupo es determinante para el buen desarrollo de la actividad, por lo que jugar con los demás es más importante que jugar contra los demás, se busca la reducción del espíritu competitivo. No exclusión, sino evitar que sea la finalidad, las decisiones, que afecten a cualquier aspecto relacionado con la actividad a desarrollar, se toman conjuntamente entre el dinamizador y los participantes, ha de despertar la autonomía de los participantes en las decisiones de inicio, organización y regulación de la actividad, las reglas pueden ser creadas y/o adaptadas (según las personas o la situación) por los propios participantes, se utiliza la variedad de actividades como atracción. Existen múltiples posibilidades de opción en cuanto al tipo de actividades, como practicarlas, dónde, con qué, etc. (García y Ruiz Juan, 1982). Se considera que la práctica de actividad física, tanto de forma recreativa como de forma competitiva, contribuye al fortalecimiento de la salud, al desarrollo armónico e integral del organismo, al fortalecimiento de buenos hábitos higiénicos y de conducta, de formación de valores, a mejorar las relaciones sociales; en definitiva, a lograr un

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores desarrollo armónico de la personalidad que influye de forma positiva en el mejoramiento de la calidad de vida y de las relaciones sociales entre las personas (Salinas, 2009c). La conducción de actividades recreativas físicas desde el desarrollo endógeno de la localidad es una premisa si el trabajo físico sistemático se quiere lograr, si aspiramos a niveles de participación que sean masivos, si aspiramos a un desarrollo local por una mejor calidad de vida (Salinas, 2009b). Es necesario por parte de todos comprender que la buena disposición de la población y la consideración del aprovechamiento de los recursos endógenos, se perfila como una de las bases del futuro, para el desarrollo de las actividades físico- recreativa de tiempo libre en las personas mayores con discapacidad (Ramos y Romero, 2005). Para que las persona mayores con discapacidad puedan acceder a los programas y opciones de las actividades físico-recreativas se requiere de la utilización de estrategias adecuadas que faciliten el disfrute de estas actividades vivenciales, de tal forma que se conviertan en aprendizajes significativos. Estas estrategias se consiguen a través de la adaptación de técnicas orientadas al trabajo con personas mayores con discapacidad (Salinas, 2009d)

BENEFICIOS DE LOS PROGRAMAS DE ACTIVIDADES FÍSICO-RECREATIVAS EN MAYORES CON DISCAPACIDAD. En líneas generales, cabe mencionar los beneficios que la actividad física y el deporte aporta en las personas mayores con discapacidad (Salinas, 2009c): -

Desarrollo de potencia muscular y la resistencia a la fatiga Mejor funcionamiento de las funciones vitales especialmente la respiratoria, cardiovascular, renal. Desarrollo del sentimiento de autoestima, y el ajuste emocional. Contribución a la socialización. Desarrollo los sentimientos de pertenencia al grupo. Contribución a mejorar el soporte esquelético, evitando complicaciones como la descalcificación o la osteoporosis. Eliminación de la depresión, la ansiedad. Incremento de la participación en las actividades de su comunidad.

Por otro lado, González y Sosa (2008), exponen los beneficios que la práctica deportiva aporta a las personas con discapacidad en general y a los mayores en particular. Estos muestran que dichas personas mejoran su calidad de vida, tienen más amigos, menos aislamiento, participan más activamente en las actividades de su comunidad y en la recreación, son más independientes en las actividades de la vida diaria, contribuyen más en las actividades del hogar, que aquellos que no practican deportes. Duque y Mosquera (2004), manifiestan que la recreación es un derecho básico que contribuye con el mejoramiento de la calidad de vida individual y colectiva. Además, en el caso de las personas mayores con discapacidad (sea física o visual), esta debe orientarse hacia la consecución de una verdadera integración funcional, en donde la

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persona experimente una verdadera inclusión participativa en su comunidad y en su entorno en general y así favorezca la interacción de la persona con el medio.

CARACTERÍSTICAS DE LOS PROGRAMAS DE ACTIVIDADES FÍSICORECREATIVAS EN LAS PERSONAS MAYORES CON DISCAPACIDAD: IMPORTANCIA DE SU CORRECTA PLANIFICACIÓN. La participación en actividades físico-recreativas es valorada en términos de su contribución a la calidad de vida. Los atributos y resultados de la participación en dichas actividades son construidos por cada participante individualmente. Los beneficios personales podrían estar en las áreas del goce, la adquisición de actitudes positivas como la habilidad, la creatividad y la integración cuerpo y mente (Salinas, 2009c). En la estructuración de las actividades para las personas mayores con discapacidad, deben emplearse las estrategias necesarias para que el participante adquiera una serie de habilidades que requerirá en su vida diaria: desplazarse mejor en silla, adoptar una buena postura, orientarse mejor, etc (Salinas, 2010; Duque y Mosquera, 2004). En las personas con limitación visual, las actividades físico-recreativas pueden convertirse en un instrumento facilitador de procesos de integración, debido a que esta población presenta grandes espacios para el tiempo libre. Por ello deben promoverse acciones que potencien su uso para un esparcimiento enriquecedor. En el estudio de Morfín (2005), se muestran las repercusiones positivas que tienen los programas de actividades físico-recreativas para las personas mayores con discapacidad: en cuanto a los problemas de movilidad física mejoran sus propias habilidades corporales, cooperación y creatividad para conocer el medio ambiente y para adaptarse a él; otro grupo con discapacidad visual plantean que a través de las actividades físico-recreativas incrementan la fortaleza de su intelecto, destreza y habilidad, representando sus emociones y expectativas, y otros aluden que han obtenido beneficios en su desarrollo humano que conllevan al derecho de sentirse productivos e imaginativos en sus labores personales.

CONCLUSIONES La recreación y el deporte son elementos inseparables en el caso de las personas mayores con discapacidad; ambas implican el disfrute sano, la participación colectiva (Salinas, 2009). Hoy día debe incrementarse y estimularse la planificación y realización de actividades físico-recreativas en personas mayores con discapacidad acorde a sus necesidades y preferencias, debido al efecto positivo que causan las mismas sobre las diferentes esferas de la vida de estas personas (Salinas, et al., 2009; Duque y Mosquera, 2004).

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Igualmente, la participación en actividades físico-recreativas para el disfrute y aprovechamiento sano del tiempo libre, es un derecho que debe tener todo ciudadano, independientemente de la edad, sexo, raza, o discapacidad. Es esencial, la programación de actividades físico-recreativas como parte de mejorar su rendimiento funcional, su integración social, y su valor humano. Si nos proponemos que las personas mayores con discapacidad tengan un desarrollo integral, no podemos dejar de incluir el deporte, la recreación al aire libre, y el ejercicio físico sistemático como elementos imprescindibles para el logro de una buena calidad de vida y de una plena integración social (Salinas, 2009; González y Sosa, 2008). Del mismo modo, nos encontramos en una época donde la actividad física es un elemento indispensable para reducir y paliar las preocupaciones de las personas mayores con lesión medular, al tiempo que regenera su vitalidad y les dota de un estado de vida con mayor calidad. En cambio, actualmente, la presencia de un buen estado de salud y calidad de vida en el ámbito de las personas mayores con lesión medular es un desafío palpable (Salinas et al., 2010).

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

LA CONSTRUCCIÓN DE CAPACIDAD EVALUADORA Y APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL COMO MARCO DE REFERENCIA PARA LA PLANIFICACION, ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DE LOS PROGRAMAS Y POLÍTICAS DEPORTIVAS. LA EXPERIENCIA DEL SERVICIO DE DEPORTES DE LA DIPUTACIÓN FORAL DE GUIPUZKOA

Dr. D. Juan Aldaz Arregui Universidad del País Vasco

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

Introducción La presente ponencia recoge el marco de referencia del plan para la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional puesto en marcha en el Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Este plan para la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional, sustenta sobre dos patas indisociables, la construcción de capacidad evaluadora y la capacidad de aprendizaje organizacional, la necesidad de operar un cambio organizacional dentro del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa hacia la cultura de la evaluación y la política basada en evidencias. ¿Porque este cambio cultural? Porque el fin y la apuesta del Servicio de Deportes de la Diputación Foral es poder determinar la incidencia real de la política deportiva de la Diputación Foral de Gipuzkoa y, en este sentido, es crítico promover el aprendizaje organizativo que posibilite la optimización de los recursos públicos en la consecución de los diferentes objetivos estratégicos de Gipuzkoa. Este planteamiento, a grandes rasgos, se debe a la necesidad manifestada por la propia dirección del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y corroborada por la falta de evidencias, no solo a nivel guipuzcoano sino a nivel estatal e internacional, de una cultura de evaluación de las políticas deportivas. A este respecto cabe señalar que, si bien es cierto que en el ámbito del deporte de alto rendimiento se viene evidenciando un mayor interés político, que no de evaluación, en el ámbito del deporte de participación este interés es más reciente y marca uno de los argumentos explicativos clave del porqué de la falta de tradición evaluadora de las políticas deportivas (ejemplo de ello son trabajos recientemente publicados como los “Participación in Sport. Internacional Policy Perspective”, editado por Nicholson y cols., en 2011). Nos encontramos, pues, ante un reto para la mejora en la planificación, organización y gestión de los programas y políticas públicas deportivas que posibiliten dar el mejor servicio posible a la ciudadanía, en general, y a nuestros mayores, en concreto.

Desarrollo

Desde tiempo atrás, cabe destacar el papel desempeñado por el Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa dentro del sistema deportivo guipuzcoano por trabajar en pro de una gestión basada en las evidencias. Con

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

este propósito destacan acciones tales como la puesta en marcha en el 2004 del “Kirolbegi” Observatorio del Deporte de Gipuzkoa (www.kirolbegi.net) con el apoyo del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa y en colaboración con el grupo de Investigación sobre deporte de la UPV/EHU Ikerki 05/30, viene estudiando la evolución de la práctica deportiva de la población guipuzcoana en sus diferentes dimensiones institucionalizadas (deporte municipal, deporte escolar, deporte alto rendimiento, deporte federado) y no institucionalizadas (hábitos deportivos, en general). No obstante, si bien es cierto que estos esfuerzos han permitido profundizar en el conocimiento del sistema deportivo guipuzcoano, no es menos cierto que no han dado respuesta a las necesidades informativas del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa que, más allá de un afán de conocimiento científico del sistema deportivo guipuzcoano, busca poder evaluar la incidencia de sus acciones en el mismo con el propósito de poder intervenir de la manera más informada y eficiente posibles. En este sentido, la relevancia del cambio organizacional hacia la cultura de evaluación, de la mano del plan para la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional, viene motivado por el sentido de ser de la evaluación de programas y políticas que, dicho brevemente, no es otro que el de: 1) Facilitar el proceso de toma de decisiones, y 2) Facilitar el aprendizaje organizativo.

No obstante, no cabe duda de que este cambio conlleva grandes implicaciones respecto de la acción política y la gobernanza de lo público.

La realidad líquida de la práctica físico-deportiva Aunque sea con un carácter tangencial, estas reflexiones respecto del reto de gestionar el sistema deportivo guipuzcoano en este contexto líquido (Bauman, 2004) se planteaban en la tesis “La Práctica de Actividad Física y Deportiva (PAFYD) de la población adulta de Gipuzkoa como Hábito Líquido” (Aldaz, 2010) al incidir en el proceso de (re)institucionalización de la práctica deportiva. De manera resumida, este proceso hace referencia a la compleja, y viva, dinámica de (re) institucionalización de las prácticas deportivas en el marco de un sistema deportivo contemporáneo donde, según Puig y Heinemann (1991, p.125), destaca la diversificación como tendencia más relevante en el sentido de que “el deporte ha dejado de ser un sistema autónomo y se ha convertido en un sistema abierto con escasa identidad propia y estrechamente conectado a otros sistemas tales como el económico, el educativo, el político…”. Por esta misma razón, entendíamos que la representación más acertada para esta dinámica de (re)institucionalización de los hábitos deportivos era la de un átomo donde:

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

• en el núcleo se concentrarían las modalidades de PAFYD más clásicas, las más institucionalizadas, las de mayor repercusión mediática y, en definitiva, las de mayor reconocimiento social y que no generan ningún tipo de matiz respecto de su carácter de práctica deportiva (ejemplo de ello son todos los deportes, espectáculo o no, reconocidos por el COI y practicados de manera organizada y competitiva a todos los niveles); • y alrededor del átomo, gravitarían a cada vez mayor distancia, modalidades de PAFYD de menor nivel de institucionalización que se podrían agrupar en dos grandes grupos: en la capa más cercana al núcleo, se encontrarían las modalidades de PAFYD semiinstitucionalizadas, que agruparían todas aquellas prácticas físicas y deportivas practicadas de manera lúdico-recreativa, pero que comparten, en esencia, las normas de ejecución de las modalidades de PAFYD institucionalizadas; y • en las capas más alejadas al núcleo se encontrarían las modalidades de PAFYD para-institucionalizadas, es decir, todas aquellas modalidades de PAFYD de nueva creación, apenas institucionalizadas o, institucionalizadas sin reconocimiento internacional oficial, en casos junto a las prácticas institucionalizadas, en casos al margen, e incluso, en otros casos, en contra (Figura 1).

Figura 1

La necesidad de estructuras que se adecuen y den respuesta a una realidad líquida Así pues, dado el carácter versátil y regenerativo del fenómeno deportivo que deviene, entre otras consecuencias, en una diversidad de formas deportivas emergentes, la intervención política sobre este ámbito y, consiguientemente las instituciones públicas, han de desarrollar la capacidad de adecuarse a esta dinámica de (re)institucionalización abordándola en toda su compleja amplitud si aspiran a poder intervenir efectivamente sobre la misma. En este sentido, y continuando con la metáfora atómica de la dinámica de (re)institucionalización de las prácticas deportivas, cabe pensar en la necesidad de promover un cambio organizativo hacia, digamos, estructuras líquidas, es decir, estructuras capaces de adecuarse a esta dinámica de (re)institucionalización abordándola en toda su compleja amplitud.

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Ahora bien, ¿Cómo es posible operar este cambio organizativo hacia estructuras líquidas? Nuestro planteamiento, de la mano de las aportaciones realizadas por autores como Preskill y Torres (1999a y 1999b), Preskill y Boyle (2008), o McDonald, Rogers y Kefford (2003), entre otros, se basa en el carácter crítico de la promoción de la capacidad evaluadora de las organizaciones a la hora de generar una cultura de aprendizaje, es decir, a la hora de generar estructuras líquidas capaces de intervenir políticamente en un contexto dinámico, en un contexto, además, en el que el aprendizaje continuo es la única herramienta factible para abordar la realidad social asumiendo, además, que este aprendizaje tiene una utilidad con fecha de caducidad y con una utilidad y reconocimientos contextuales que poco tienen que ver con pasadas formas de hacer política y generar conocimiento científico basadas en un ideal, consciente o inconsciente, de despotismo ilustrado. Tal y como se señala en la Guía de Evalsed publicada por la dirección general de política regional de la Comisión Europea1 (p.89), asumimos que la idea “creación de cultura de evaluación” sugiere que un sistema de evaluación bien desarrollado es algo más que un mero arreglo estructural en la medida en que: • Hay un compromiso con las lecciones de aprendizaje y mejora; • Se evita la cultura de la culpa que desalienta el aprendizaje; • Hay un compromiso por parte de los responsables políticos con las políticas, entendidas en el sentido más amplio, basadas en la evidencia; • También hay un compromiso con la excelencia, los estándares más altos y la mejora continua; • La evaluación se utiliza como un elemento en un movimiento general hacia la transparencia y la rendición de cuentas múltiples a los ciudadanos y comunidades, así como a los ministros y parlamentos; y • El gobierno y el sector público se comprometen a la adaptación continua para convertirse en organizaciones de aprendizaje.

El interés de este planteamiento se resume claramente en el dicho de que si das a alguien un pescado, comerá por un día, pero en cambio, si le enseñas a pescar, podrá comer de por vida. Esta alegoría utilizada por McDonald, Rogers y Kefford (2003) resume perfectamente el interés de la capacitación evaluadora de las organizaciones en el sentido de que el interés no ha de ser únicamente el de promover un uso efectivo de evaluaciones externas. El objetivo ha de ir más allá y tiene que ver, además de con la capacidad de encargar, gestionar y utilizar las evaluaciones, con la capacidad de crear un entorno en el que estas puedan ser implementadas.

1

http://ec.europa.eu/regional_policy/sources/docgener/evaluation/evalsed/guide/index_en.htm

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

Por eso mismo, hemos de partir de una definición operativa de lo que entendemos por construcción de capacidad evaluadora, por un lado, y aprendizaje organizacional, por otro.

¿Qué entendemos por construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional? Stockdill, Baizerman y Compton (2002, p. 14) definen la construcción de capacidad evaluadora como el trabajo intencional para crear y mantener de manera continua un proceso organizativo general que hace de las evaluaciones de calidad y de su uso su rutina. Otros autores han definido la capacidad evaluadora como la habilidad para llevar a cabo una evaluación eficaz, es decir, una evaluación basada en los estándares aceptados por la disciplina (Milstein y Cotton, 2000, p.1, en Preskill, H. y Boyle, S. -2008-) o como la medida en que una organización tiene los recursos y motivaciones necesarias para dirigir, analizar y utilizar evaluaciones (Gibbs, Napp, Jolly, Westover y Uhl, 2002, p. 261). Por su parte Khan (1998, p.312) afirma que “la construcción de capacidad evaluadora puede ser definida como un conjunto de actividades que contribuyen al establecimiento de las capacidades de evaluación dentro de las estructuras de administración”. En este sentido, la definición de Khan adquiere especial relevancia dado que entiende que el desarrollo de dichas capacidades sirve para ayudar en el aprendizaje de los proyectos y programas finalizados o en activo para, mediante estas lecciones, ajustar estos proyectos y programas de tal manera que logren alcanzar sus objetivos y/o mejoren la calidad del diseño de futuros proyectos o programas. En este punto, Khan apunta la relación, indisociable a nuestro juicio entre la construcción de capacidad evaluadora y el aprendizaje organizacional. Tal y como señalan Preskill y Torres (1999a, p.42) y pasando a dar con una definición operativa de lo que entendemos por aprendizaje organizacional, si bien es cierto que muchos autores utilizan los términos de aprendizaje organizativo (organizational learning) y organización de aprendizaje (learning organization) indistintamente, lo cierto es que hay ciertas diferencias. Por un lado, al hablar de las organizaciones de aprendizaje, el análisis se suele centrar en el qué, es decir, se describen sistemas, principios y características de las organizaciones que aprenden como entidades colectivas. Sin embargo, la idea de aprendizaje organizativo se refiere al “cómo ocurre el aprendizaje organizativo, que tiene que ver, con las habilidades y procesos para construcción y utilización del conocimiento (Marquart, 1996a, p.19). En nuestro caso, al referirnos al aprendizaje organizativo nos referimos, tal y como lo hacen Fiol y Lyles (1985, p.811) al cambio en la cognición y/o en el comportamiento de la organización. Así, y siguiendo con estas autoras, el aprendizaje es “el desarrollo de insights, conocimiento y asociaciones entre las acciones del pasado y su eficiencia, y las acciones del futuro”, por lo que el cambio, o adaptación, tal y como indican las autoras, es “la habilidad de hacer

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ajustes incrementales como resultado de los cambios en el entorno, cambios en la estructura de los objetivos, u otros cambios. Este aprendizaje organizacional se da a nivel de sistemas organizativos que se alimentan del capital intelectual, recuerdos, experiencias, conocimientos, rutinas y competencias de sus miembros (Gephart, Marsick, Van Buren y Spiro, 1996), individuos y/o equipos. Así pues, las cuestiones clave respecto del aprendizaje organizacional hacen referencia, y he aquí donde adquiere especial relevancia la relación entre la construcción de capacidad evaluadora y la promoción del aprendizaje organizacional, a la manera en que estas aprenden, el por qué aprenden, qué aprenden, y cómo aplican sus aprendizajes. Esta relación es desarrollada más en profundidad por Preskill y Torres (1999a y b), Torres, Preskill y Piontek (2005) y, especialmente, en Preskill y Boyle (2008). Según estas últimas: La construcción de capacidad evaluadora consiste en el diseño e implementación de estrategias de enseñanza y aprendizaje para ayudar a las personas, grupos y organizaciones a que aprendan que constituye una efectiva, útil y profesional práctica de la evaluación. El fin último de la construcción de capacidad evaluadora es el logro de una práctica evaluadora sostenible donde los miembros de la organización continuamente se preguntan, recogen, analizan e interpretan los datos relativos a las cuestiones que importan, y utilizan los descubrimientos de la evaluación para la toma de decisiones y la acción. Para que la práctica evaluadora sea sostenida, los participantes han de contar con el apoyo del liderazgo, incentivos, recursos y oportunidades para transferir su aprendizaje sobre la evaluación a sus tareas cotidianas. La práctica evaluadora sostenible requiere, asimismo, el desarrollo de sistemas, procesos, políticas y planes que ayuden a integrar el trabajo de evaluación en la manera en la que las organizaciones llevan a cabo su misión y objetivos estratégicos. No cabe duda de que la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional conlleva un planteamiento de cambio organizacional hacia la promoción de una cultura evaluadora dentro de las organizaciones, entendida dicha práctica evaluadora como práctica cotidiana integrada en el conjunto de las tareas de cualquier organización. Este cambio, no lo olvidemos, viene de la mano de la necesaria adaptación de las organizaciones actuales, sean del sector público o privado, para dar respuesta a la compleja gobernanza caracterizadora de nuestros tiempos líquidos.

Teoría del cambio organizativo hacia la cultura de evaluación Nos encontramos, pues, ante un cambio de paradigma en la forma de informar las decisiones del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa que hasta la fecha se basaban, en gran medida, sobre informes

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

académicos de carácter científico que, si bien podría reconocérseles un alto grado de validez científica, pecaban de una falta de utilidad, en el sentido dado al termino por Patton (2008), a la hora, sobre todo, de posibilitar la toma de decisiones informadas. Por esta razón, y en el marco del modelo que aquí presentamos, el plan pata la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje busca dar pie a este cambio desde la teoría expuesta a continuación (ver figura 2) Así pues, el proceso de construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional busca, dicho de manera resumida, promover estructuras organizativas conscientes y concienciadoras. Conscientes, en tanto que busca capacitar a los miembros de la organización a través de la cultura de evaluación de recabar información útil para el conocimiento de la situación de la organización en su contexto; y concienciadoras, en el sentido de que los beneficios que puede reportar la cultura evaluadora a una organización como el Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y dadas las características de la organización con una clara responsabilidad respecto del sistema deportivo guipuzcoano en su conjunto, han de ser difundidas, y lideradas en su difusión, por el propio Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Figura 2

Esta idea de organización consciente y concienciadora casa directamente con la idea de estructuras líquidas en el sentido de que, retomando la metáfora atómica de la dinámica de (re)institucionalización, tan solo es posible intervenir sobre la compleja amplitud de la dinámica de (re)institucionalización de las prácticas deportivas promoviendo la consciencia reflexiva de los diferentes stakeholders (conscientes o no de su carácter de stakeholders).

Adecuación del modelo de construcción de capacidad evaluadora de Preskill y Boyle a la realidad del sistema deportivo guipuzcoano El objetivo, tal y como se muestra en el modelo elaborado por Preskill y Boyle (ver figura 3) es lograr una práctica de evaluación sostenible que haga participes, y corresponsables, al conjunto de agentes que tienen algún tipo de interés-responsabilidad en el devenir del sistema deportivo guipuzcoano, en concreto, pero también en el devenir del conjunto de la sociedad guipuzcoana.

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Figura 3

De hecho, y retomando la metáfora atómica de la dinámica de (re)institucionalización de la PAFYD, nos es de utilidad para ilustrar el propósito a futuro de esta primera acción de construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional que no es otro que el de institucionalizar la práctica evaluadora en el conjunto del sistema deportivo guipuzcoano. Así (ver figura 4):

Figura 4

• en el núcleo de este dinámica de institucionalización estaría el Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa que, además de incorporar la práctica de evaluación dentro de las propias dinámicas del servicio, habría de atraer a este centro de práctica evaluadora al conjunto de agentes deportivos; • tanto a los agentes deportivos semi-institucionalizados, es decir, aquellos que desarrollen su actividad dentro del sistema deportivo con ayuda directa del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa como, por ejemplo, federaciones, asociaciones deportivas, etc., • como a los agentes deportivos para-institucionalizados, es decir, aquellos que realicen su actividad dentro del sistema deportivo con ayuda indirecta, o sin ayuda, del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa

De hecho, y volviendo a la figura de Puig y Heinemann sobre la transformación en el deporte, y adaptándola a nuestra perspectiva atómica, el proceso de institucionalización de la práctica evaluadora se podría ilustrar inmersa en el conjunto de sub-sistemas socio-políticos de Gipuzkoa (Figura 5).

Figura 5.

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Área de Planificación, Organización y Gestión

Esto es así, porque entendemos que la práctica evaluadora, como la política en palabras mayores, ha de hacerse sin perder la perspectiva sistémica en la que se imbrican, manteniendo una coherencia y equilibrio presupuestarios que posibiliten ir alcanzando los objetivos estratégicos. Omitir esta realidad líquida, compleja y sistémica, sería moverse en una realidad tan simple como ficticia.

Conclusiones Tal y como se ha tratado de exponer en la presente ponencia, entendemos que el plan para la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional abre paso a un cambio cultural en el conjunto del sistema sociopolítico guipuzcoano en el que, el aprendizaje organizacional, más allá del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa, alcance al conjunto de la Diputación Foral de Gipuzkoa y, consiguientemente, al conjunto del sistema socio-político de Gipuzkoa. Estamos, pues, ante una apuesta de cambio hacia la cultura de evaluación que contamine, con sus principios, la manera de hacer política basándose en la trasparencia, la promoción de la participación ciudadana y el aprendizaje. Y esto es así debido a que, retomando de nuevo a Patton (2008), la utilización efectiva de los programas y políticas deportivas tan solo puede asegurarse de manera eficiente, haciendo participes a los grupos de interés, sean estos grupos de facto o potenciales. En este sentido, toma especial relevancia hacer partícipes a nuestros mayores en el diseño, implementación y evaluación de los programas y políticas deportivas de las que son, o pueden ser, beneficiarios. En definitiva, se trata de establecer una relación dialógica (Habermas, 2001) que posibilite ir construyendo, y reconstruyendo, unos hábitos físico-deportivos que hagan de nuestra vida, una vida mejor, y para eso ¿no nos estamos olvidando de preguntar a las personas, en general, pero a nuestros mayores, especialmente? En resumen, no cabe duda de que si queremos ir mejorando la planificación, la organización y la gestión de nuestros programas y políticas deportivas para mayores, hemos de empezar por implicarles en mayor medida puesto que, incluso en el ámbito del deporte, tenemos mucho que aprender de nuestros mayores.

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

Anexos

PARA-INSTITUCIONALIZADA SEMI-INSTITUCIONALIZADA INSTITUCIONALIZADA

Figura 1. Metáfora atómica de la dinámica de institucionalización de la PAFYD

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

Figura 2. Teoría del cambio del plan para la construcción de capacidad evaluadora y aprendizaje organizacional del Servicio de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa

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Figura 3. Modelo multidisciplinar de CCE de Preskill y Boyle (extraido de Preskill y Boyle, 2008)

AGENTES DEPORTIVOS PARAINSTITUCIONALIZADOS AGENTES DEPORTIVOS SEMIINSTITUCIONALIZADOS SERVICIO DE DEPORTES DE LA DIPUTACIÓN FORAL DE GIPUZKOA

Figura 4. Metáfora atómica de la dinámica de institucionalización de la práctica evaluadora en el sistema deportivo guipuzcoano

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Panel de Expertos:

Área de Planificación, Organización y Gestión

Figura 5. Metáfora molecular de la dinámica de institucionalización de práctica evaluadora en relación al conjunto de subsistemas socio-políticos

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PANEL DE EXPERTOS ÁREA DE DESARROLLO DIDÁCTICO Y ESTRATEGIAS EN LOS PROGRAMAS

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

PROPUESTA DE MODELOS DIDÁCTICOS DE INTERVENCIÓN DE ACTIVIDAD FÍSICA APLICADOS A LAS PERSONAS MAYORES

Dr. Jesús Fortuño Godes Universidad Ramón Llull

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Panel de Expertos:

Área de Desarrollo Didáctico y Estrategias en los Programas

1.- Introducción El mercado actual de las actividades físicas dirigidas a las personas mayores no es ajena a la abundante oferta de modas y tendencias que desde el punto de vista de la salud y del tiempo libre experimentan las prácticas dirigidas al resto de la población en general. Las prácticas corporales que practican nuestros mayores son consecuencia de la constante transformación que refleja el mundo del ejercicio físico y del deporte. Una adecuada y eficaz aplicación didáctica y metodológica en aras de conseguir la máxima calidad en la aplicación de los contenidos propios de las prácticas corporales exige una reflexión referente a los siguientes aspectos: • Una definición de los diferentes programas y las finalidades que se pretenden conseguir con su implementación. • Una segmentación del mercado en función de diferentes perfiles de usuarios a los que dirigirse cada uno de los programas. • Una clasificación de las capacidades físicas psicológicas y relacionales sobre las cuales se incidirá de forma prioritaria en cada uno de estos programas. • Una propuesta didáctica de intervención metodológica adecuada a los anteriores elementos. Vamos a continuación a desarrollar los puntos anteriormente mencionados, de forma que al final de la exposición se concrete una propuesta de modelos didácticos de intervención coherentes con los planteamientos iniciales y los perfiles de usuarios potenciales. 2.1.- Programas de intervención La evolución experimentada los últimos años en las prácticas vinculadas al colectivo de personas mayores, refleja un panorama marcado por la heterogeneidad de enfoques. La importante demanda de prácticas de ejercicio físico por parte de las personas mayores ha posibilitado la aparición de diferentes programas de ejercicio físico, de forma que actualmente coexisten unos con otros, difuminándose en muchas ocasiones sus límites. A pesar de ello, y con el ánimo de ser didácticos, se propone una clasificación que ayudará a entender la aplicación práctica posterior, en parte fundamentada en las directrices marcadas por el Plan Integral del Deporte del CSD en su versión aplicada a nuestro colectivo (Pont, P. et al, 2009) y aplicada mayormente al ámbito geográfico de Cataluña. 2.1.1.- Programas Sociomotrices Iniciamos nuestro recorrido centrándonos en la aparición de los programas comunitarios de carácter sociomotor, que aparecen de forma definida a partir de los años 80 del siglo pasado, coincidiendo con el desarrollo de los servicios sociales a nuestro país y con la construcción de la red de clubes de jubilados de los ayuntamientos de aquellos momentos. Los primeros planteamientos sociomotrices se implementan entre un colectivo eminentemente no practicante al que se le quiere dar a conocer la importancia de la práctica de actividad física como medio de fomento de las relaciones sociales y para el mantenimiento de su

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores autonomía. Se trata de un tipo de programa con una proyección eminentemente social que se vincula estrechamente a la administración pública y a entidades privadas de carácter social. El sistema de contenidos pedagógicos de intervención del modelo sociomotriz es un modelo latino, que originariamente se fundamenta en modelos de países mediterráneos como Francia (Coutier, Camus y Sarkar, 1977) o Italia (Imeroni, Troletti y Vione, 1982) y que progresivamente, irá incorporando técnicas del modelo anglosajón y influencias orientales. Con la aparición de estos programas, aparecen los primeros profesionales de la actividad física especializados en las prácticas específicas de las personas mayores. 2.1.2.- Los Programas de Fitness Desde finales de los años ochenta, y con el advenimiento de los Juegos Olímpicos en Barcelona, empiezan a tomar fuerza los programas con una perspectiva deportiva y de fitness, que permiten la utilización de instalaciones específicas, y favorecen así la integración y la normalización de la práctica deportiva entre el resto de la población al utilizar equipamientos específicamente construidos para ello. La entrada de contenidos que plantean la mejora de la condición física han ayudado a incorporar una mayor variedad y han contribuido de forma clara a la diferenciación de programas en función de la tipología de los usuarios que los llevan a cabo. Los años postolímpicos, por otro lado, posibilitaron la aparición de una importante oferta de instalaciones exclusivamente privadas, que captaron un público mayor con poder adquisitivo. Es importante destacar, que desde el punto de vista de gestión, aunque los planteamientos sociomotrices, de fitness y deportivos han sido respaldados por la iniciativa pública centrada en ayuntamientos y gobierno autonómico, y por tanto son los responsables directos de la actividad, actualmente estas instituciones públicas tienden a ceder la gestión de las actividades y las instalaciones de práctica a empresas privadas que vía prestación de servicios o cesión de instalaciones, gestionan estos programas. 2.1.3.- Los programas de wellness El término anglosajón Wellness obedece a un planteamiento de intervención diferente al fitness porque su concepción del cuerpo es diferente. El cuerpo no se considera tan solo bajo su consideración física y biológica, sino que otros aspectos como los emocionales y los cognitivos se asocian a la parte somática como parte inherente, indisociable y susceptible de ser trabajada desde el punto de vista de la actividad física. De esta forma se entiende la persona como una globalidad. El wellness no pone el énfasis de la intervención en el esfuerzo, el rendimiento, o la imagen exterior, sino en el autoconocimiento. No se trata de ser el más fuerte, el más flexible o el que resiste más. Ahora el énfasis se pone en el “sentirse bien” y no tan sólo en el “estar en forma”.

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A pesar de la importancia de este planteamiento, no se tratará de forma específica desde el punto de vista didáctico ya que se considera que su influencia se ha ido diluyendo en otros programas, en especial los sociomotrices, con los que coinciden en su mayor parte de sus planteamientos teóricos. 2.1.4.- Los Programas Estimulativos La actual evolución demográfica de la población, ha planteado el problema de la dependencia como uno de los retos más importantes de nuestra sociedad actual. La Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, fija las bases para el desarrollo en todo el territorio español de la atención a las personas en situación de dependencia y da un impulso importante a los servicios vinculados con las personas que se encuentran en esta situación. La promulgación de esta ley, ayuda a crear las condiciones de posibilidad para el desarrollo de una estructura sociosanitaria sensible a las prácticas preventivas en personas con una situación frágil o de pérdida de autonomía, con lo cual se hace cada vez más patente, la importancia en la intervención de programas estimulativos vinculados al mantenimiento de la calidad de vida entre las personas de este perfil, en equipamientos específicos como centros residenciales y centros de día. 2.1.5.- La Práctica Informal Las campañas de sensibilización respecto la importancia de la práctica de ejercicio físico y un progresivo desarrollo urbanístico más ecológico y sostenible, han propiciado la aparición de espacios públicos y la accesibilidad a espacios naturales, cada vez más adecuados para la práctica no monitorizada. La difusión de pautas de práctica de ejercicio físico desde organismos médico deportivos como el Ameciran College Sports Medicine o las campañas de concienciación por parte de administraciones públicas tanto nacionales (CSD, 2009) como internacionales (OMS), han posibilitado un incremento espectacular de la práctica de ejercicio físico desde una perspectiva informal. El tipo de ejercicio más practicado por el segmento de población de las Personas Mayores, según datos de las encuestas sobre hábitos deportivos (Puig, N. et al, 2009), es el caminar y esta es una práctica levada a cabo en la mayor parte de las veces de forma informal. 2.1.6.- Los Programas Terapéuticos Aunque no están exclusivamente dirigidos al colectivo de Personas Mayores, los programas terapéuticos acogen un porcentaje muy importante de nuestro colectivo. Este tipo de programas persiguen la promoción de la salud desde la atención primaria a través del consejo y la prescripción de la actividad física. Podría fijarse como referencia su inicio en Cataluña el año 2007, con la aparición del Plan de Actividad Física, Deporte y Salud (PAFES). Este programa, aunque está impulsado por el Departamento de Salud y la Secretaría General del Deporte de la Generalitat, supone un esfuerzo de colaboración y coordinación muy importante entre administraciones locales y otras instituciones implicadas. Destacar también el esfuerzo que se realiza por establecer canales de comunicación entre equipos multidisciplinares sanitarios y de educación física. Desde un punto de vista técnico, se pone un especial énfasis en las

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores enfermedades metabólicas, vinculadas con la falta de ejercicio físico como obesidad, diabetes o colesterolemia. 2.1.- Diferenciación de usuarios Una de las claves para potenciar con éxito la promoción de la práctica de actividades físicas se encuentra en diseñar programas de intervención atendiendo al perfil de los potenciales usuarios. De esta forma se tienen en cuenta las diferencias interindividuales y las distintas necesidades y circunstancias que manifiestan los futuros demandantes de los servicios (Ortega Sánchez- Pinilla, R., 2003). Por otro lado, un diseño de programas de actividad física fundamentado en perfiles de práctica permite la continuidad en la práctica durante toda la experiencia vital de las personas, sea cual sea su edad, y retardar al máximo las situaciones de dependencia en la última etapa de la vida. Hay diferentes maneras de clasificar el colectivo de personas mayores. Algunas de ellas, recogen como referencia la edad de sus componentes. Por ejemplo, Spirduso (1995) divide el colectivo entre “adultos de mediana edad” (45-64), “jóvenes mayores” (65-74), “mayores” (75-84), “mayores, mayores” (85-99) y “mayores más mayores” (más de 100 años). En el Plan Integral del Deporte, se distinguen cinco tipos de perfiles de Personas Mayores (2009): Persona mayor sana. Persona mayor con enfermedades. Persona mayor de riesgo y frágil. Persona mayor en situación de dependencia transitoria y crónica Persona mayor en situación al final de la vida. Para su simplificación, reduciremos la presente propuesta de intervención a tres categorías, en sintonía con las pautas elaboradas en Heilderberg (OMS, 1996), donde se utiliza el concepto de “gradiente de salud- condición física”. Estas normas fueron elaboradas por un comité científico, se presentaron en el 4º Congreso Internacional sobre Envejecimiento Sano, Actividad y Deporte, en agosto de 1996 en Heildelberg. Este concepto permite establecer una relación homóloga entre cada nivel o grado de salud y un tipo de programa aplicable. Y permite diferenciar entre: • Grupos en forma sanos, • Grupos en baja forma, que no están sanos pero mantienen todavía la independencia. • Grupos que no están en forma, no están sanos y ya tienen problemas importantes de dependencia o autonomía. Vamos a continuación a definir las características generales de estos tres colectivos. 2.2.1. Grupo Personas Mayores “Jóvenes” Las personas que pertenecen a este grupo, tienen una capacidad autónoma para llevar a cabo ejercicio físico de manera totalmente normalizada, con una buena calidad de vida. Son personas que se encuentran en buena condición física, sanas, con un nivel de envejecimiento plenamente satisfactorio y desarrollan con total autonomía las actividades de la vida cotidiana. Las personas que pertenecen a este colectivo son preferentemente mayores jóvenes, o adultos mayores. Como referencia cronológica tomamos la de las personas que se encuentran alrededor de la Esperanza de Vida en Buena Salud, que en Catalunya se halla alrededor de

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los 60,78 años (Generalitat de Catalunya, Departamento de Sanidad y Seguridad Social, 2003). Su ámbito de relación es amplio, en el sentido que se pueden desplazar por la ciudad o la población sin ningún tipo de barrera arquitectónica, al no tener problemas de motricidad. Suelen poseer un mayor número de relaciones, al tener un nivel de contactos más amplio. Las personas mayores que acuden a una instalación deportiva son las que emplean un mayor tiempo de desplazamiento respecto su lugar de residencia (Fortuño, J. 2008). El lugar de práctica de estos usuarios es una instalación deportiva, donde la infraestructura está diseñada específicamente para llevar a término la práctica física y deportiva. Por tanto, el tipo de programas a los que van a tener un acceso más claro van a ser los deportivos, los de fitness y los informales. 2.2.2.- Grupo Personas Mayores “Activas” Las personas mayores que pertenecen a este grupo llevan un envejecimiento biológico normal, aunque no pueden considerarse completamente sanos, en el sentido que tienen enfermedades de tipo crónico, que empiezan a poner en evidencia su independencia. Muchos tienen problemas de dolor, aunque ello no es condicionante suficiente para dejar de practicar ejercicio físico. Son todavía independientes y por tanto, mantienen una situación de autonomía. Su nivel de calidad de vida es inferior al anterior subgrupo. Para las personas mayores de este grupo situamos la edad de referencia alrededor de la Esperanza de Vida libre de Discapacidad, que en Catalunya es de 67,89 años (Generalitat de Catalunya, Departament de Sanitat i Seguretat Social, 2003). Su ámbito de relación es más reducido que el anterior en el sentido que su nivel de desplazamiento es propio de su barrio o zona más cercana al lugar de residencia. El lugar de práctica de la mayor parte de los usuarios pertenecientes a este perfil se sitúa en clubes de jubilados, centros cívicos o polideportivos municipales cercanos a su lugar de residencia. Probablemente, en el caso de los dos primeros tipos de centros, al no ser equipamientos especializados en actividades deportivas, las condiciones de práctica, como vestuarios, duchas, almacenes de material deportivo, etc., no serán las más adecuadas para la práctica desde un punto de vista técnico, pero si desde el punto de vista de acercar la práctica a personas que tienen pocas posibilidades de desplazamiento. El tipo de programas de práctica de este colectivo será prioritariamente el sociomotriz, el terapéutico y el informal. 2.2.3.- Grupo Personas Mayores “Frágiles” Las personas que pertenecen a este grupo tienen un nivel de envejecimiento con limitaciones, derivadas de la importante comorbilidad que experimentan. Al incremento de enfermedades crónicas y degenerativas, se le suele acompañar su estado por una situación de falta de soporte social y familiar. Se trata de un colectivo que es cada vez más numeroso, en el que se prevé en un futuro muy próximo un fuerte impacto en el ámbito familiar, social y económico, por la demanda de servicios asistenciales y sociales que exigirá. Las personas que pertenecen a este colectivo son las que presentan una edad más elevada desde un punto de vista estadístico, situándose la referencia alrededor de la Esperanza de Vida que en Cataluña se sitúa en 79,87 años (Generalitat de Catalunya, Departament de Sanitat i Seguretat Social, 2003).

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Su ámbito de relación es el más reducido, en el sentido que su nivel de desplazamiento autónomo se encuentra limitado a la misma instalación donde vive, en caso de residencia, o a ser transportado de forma asistida si se trata de centro de día o incluso hospital de día. La actividad física apropiada para este tipo de colectivos es la perteneciente a programas estimulativos, donde se trabajará para evitar la dependencia física i cognitiva. Su tipo de intervención se encuentra en el umbral entre el tiempo libre y la terapia. El nivel de práctica informal se encuentra muy limitada. 2.3.- Diversidad de actividades La práctica de una actividad concreta o la adopción de una hábito de vida activo, aparte de ser una necesidad para la salud, es también una forma de comunicación y de relación con un entorno y un colectivo de personas determinado. Obedece por tanto, a la necesidad de pertenencia a un grupo y a la diferenciación respecto otros conformándose como un signo de identidad. Es por ello que no cualquier tipo de actividad está en condiciones de ser practicada por cualquier persona. El tipo de programa y las actividades llevadas a cabo exigirán una relación de referencia del usuario respecto a ellas. Una propuesta de clasificación de actividades que nos ayude a contemplar el actual abanico de posibilidades que nos ofrece el mercado, podría ser la siguiente: Actividades musicales y expresivas, donde la música y la expresión corporal se presentan como elementos de intervención a través de los cuales se estructura la sesión. Forman parte de este tipo de actividades los bailes de salón, el country, las danzas populares, la expresión corporal, las coreografías adaptadas,... Las actividades derivas del Condicionamiento físico pretenden el desarrollo de los sistemas energéticos corporales a través del trabajo de mantenimiento, la tonificación y la musculación con máquinas o pesas, el trabajo cardiovascular en cinta, la estimulación en plataformas vibratorias, el spinning, el aeróbic, los steps,... Las Gimnasias Suaves, fundamentan su en restablecer el equilibrio tónico postural y emocional del cuerpo. Se practican en grupo generalmente. Podemos incluir en este apartado las técnicas de relajación, pilates, estiramientos, rolfing, técnicas de cuerpo y consciencia, la antigimnasia, la eutonía ... Las Actividades al aire libre, con base en el goce por la naturaleza, agrupa actividades como caminar, bicicleta de paseo, nordic walking, la carrera, el esquí de fondo, el excursionismo,... Las Actividades de nuevas tecnologías ofrecen un nuevo horizonte todavía por descubrir y muy aplicable al sector de las personas mayores, con amplias posibilidades de desarrollo. Podemos incluir aquí actividades que implican la ejecución de movimientos a través de situaciones virtuales simuladas por los videojuegos.

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Con las Actividades terapéuticas, se pretende incidir directamente sobre el restablecimiento de la salud de los usuarios desde una perspectiva global y cuenta con el trabajo de otros especialistas del campo sanitario como médicos, fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales. Puede ser Psicomotricidad, Gimnasia Correctiva, Estimulación Cognitiva a través del movimiento,... Con las Actividades lúdicas, el elemento más importante es el agónico o competitivo. Se incluyen en este apartado los juegos, las formas jugadas, los predeportes y los deportes. En las Actividades acuáticas, pueden desarrollarse bajo diferentes planteamientos como el fitness acuático, la práctica de estilos tradicionales de natación o la salud. En las Actividades orientales, se pretenden adaptar las técnicas originarias a las posibilidades de las personas mayores y la realidad de nuestra sociedad occidental. Incluimos aquí técnicas como mind body, tai- chí, chi- kung, yoga, reiki,... No hay límites claros que relacionen de forma exclusiva los diferentes programas con cada una de las actividades enunciadas y los perfiles de usuarios. La mayor parte de ellas pueden adaptarse a los diferentes programas con los que trabajemos. Las situaciones motrices ofrecen un amplio margen de flexibilidad y adaptabilidad. No obstante, sí que hay tendencias y asociaciones naturales. Así, los programas deportivos se ciñen preferentemente a la práctica deportiva federada. Los programas sociomotrices son tal vez los más eclécticos, al recoger propuestas de cada tipo de actividades. Los programas de fitness y terapéuticos, tienden a utilizar las actividades con un mayor componente biológico cardiovascular y muscular. Por su parte, los programas estimulativos tienden a usar las actividades de carácter terapéutico y adaptadas como la psicomotricidad o la estimulación cognitiva a través del movimiento o coreografías adaptadas. Las actividades llevadas a cabo desde una perspectiva informal incluyen un abanico muy variado que va desde las vinculadas a formas ya tradicionales de práctica al aire libre como el caminar a nuevas formas incorporadas a raíz de tecnologías más modernas como los vídeo juegos. 2.4.- Propuesta de Capacidades a trabajar en los diferentes planteamientos de intervención Aunque en ninguna acción humana se trabaja en estado puro una capacidad concreta, si que para la implantación de programas, es importante establecer una clasificación de las diferentes capacidades que intervienen que posibiliten una utilización racional de los contenidos en nuestra programación didáctica. Hacemos la siguiente propuesta fundamentada en la actuación del sistema nervioso durante la ejecución de un movimiento, propuesta en parte por autores como Soler ( Soler, A.. 2003):

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Capacidades Físicas. La relación con el medio a través de nuestro cuerpo es posible gracias a nuestro sistema biológico y las capacidades que conforman nuestra condición física. Estas capacidades se fundamentan en los procesos de producción de energía y aspectos automáticos del movimiento. Se contemplan en este apartado la resistencia, la fuerza, la flexibilidad, la respiración y la velocidad de reacción. Capacidades Coordinativas. Para que nuestro cuerpo se adapte perfectamente al objeto externo no es suficiente garantizar el aporte de sustancias necesarias ni la contracción y relajación muscular durante el tipo de ejercicio. Deben producirse mecanismos de regulación y de control de las respuestas que se producen. Es necesario que el movimiento se produzca de forma sincronizada y por tanto exige recibir información de cómo se lleva a cabo la acción. Esta información es de sentido inverso a los impulsos motores. La integración adecuada a todos los datos recibidos, junto con los impulsos motores, forman los diferentes tipos de coordinaciones. Se incluyen en este apartado las de tipo automático como la coordinación dinámica general (la más importante es caminar), el equilibrio y el movimiento consciente propio de la coordinación específica (óculo manual y óculo pédica). Capacidades sensoriales y perceptivas. Nuestro cuerpo coordina movimientos automáticos y impulsos motores conscientes con los datos externos obtenidos de nuestros sentidos especializados y de la percepción espacial y temporal. Se incluyen en este apartado capacidades de carácter psicomotor como el Esquema Corporal, la Lateralidad; perceptivas como la Percepción Espacial, Percepción Temporal y el Ritmo y las sensaciones como el oído y la vista. Capacidades cognitivas. Se incluyen aquí los aspectos de nuestra conducta relacionados con el más alto nivel de consciencia. Cada acción necesita una atención determinada, y un proceso de adquisición y recuerdo de actuaciones motrices llevadas a cabo en otro momento. Todo ello exige el más elevado nivel de control consciente para hacer efectivo el aprendizaje motor. Se incluyen en este apartado la atención, la memoria, la comprensión, la capacidad de aprendizaje y la toma de decisiones. Capacidades de relación. Por último, la actividad física es un excelente medio de relación social y de comunicación a diferentes niveles como son nuestros compañeros, los profesionales de actuación directa, el entorno y el material. . 2.5.- Aplicación metodológica Vamos ahora a concretar la metodología aplicable a cada uno de los programas, así como las capacidades, actividades y perfiles de práctica que se trabajarán preferentemente. Los programas basados en el fitness se dirigirán mayormente al primer grupo propuesto de personas mayores “Jóvenes”, donde serán importantes las estrategias de captación del sector masculino. Los contenidos de intervención se relacionarán con el desarrollo de las Capacidades Físicas.

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La propuesta de actividades se centrará en las de condicionamiento físico, fitness acuático y actividades musicales o gimnasias. La metodología de intervención será preferentemente directiva, fundamentada en la reproducción de conductas muy protocolizadas, lo que permitirá la participación de un importante número de usuarios dirigidos por un solo profesional ya sea de forma directa o a través de rutinas de trabajo. La evaluación de los resultados de este tipo de intervenciones se fundamentará en las condiciones físicas básicas y por tanto se podrán emplear baterías de evaluación de la condición física aplicables a adultos. Los profesionales encargados de los programas de fitness contarán con una formación académica amplia en el campo de la actividad física y deportiva. Los Programas Sociomotrices se dirigirán preferentemente al grupo de usuarios definido como personas mayores “Activas”, con un porcentaje de participación muy alto del colectivo femenino. Los contenidos de intervención se centrarán de forma importante en los aspectos que permitan una mejora de las capacidades relacionales y de coordinación. La propuesta de actividades se centrará preferentemente en el grupo de las gimnasias, las actividades musicales y las técnicas orientales, dejando espacio a las propuestas del medio acuático. La práctica se estructurará en grupo, aunque se priorizará la atención individualizada, por lo que la proporción entre el número de usuarios y el profesional responsable de la actividad, será más baja. Ello implicará un menor número de sujetos por sesión, sobre 20 o 25 personas por grupo y profesional. La metodología de intervención podrá evolucionar de una metodología directiva en las primeras fases de la implementación del programa a una metodología semidirectiva y no directiva a partir de las fases de consolidación del mismo. La evaluación de los resultados de este tipo de intervenciones se fundamentará en indicadores relacionales y participativos. Los profesionales encargados de los programas sociomotrices contarán con una formación académica en técnicas vinculadas al mundo de la actividad física pero deberán adquirir conocimientos del campo gerontológico y de la gestión de relaciones personales. Los programas estimulativos se dirigirán preferentemente al grupo de usuarios definido como personas mayores “Frágiles”. Los contenidos de intervención se centrarán de forma importante en los aspectos que permitan una mejora de las capacidades cognitivas y perceptivo sensoriales.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores La propuesta de actividades se centrará preferentemente en el grupo de las actividades terapéuticas, con apropiación de actividades musicales y del grupo de las gimnasias suaves. La práctica se estructurará en grupo, aunque se priorizará la atención individualizada, por lo que la proporción entre el número de usuarios y el profesional responsable de la actividad, será muy baja, de alrededor de 12 personas por grupo como máximo. La metodología de intervención será en este caso también, preferentemente directiva. La evaluación de los resultados de este tipo de intervenciones se fundamentará en las valoraciones fundamentadas en baterías de tests psicomotores. Los profesionales encargados de los programas estimulativos contarán entre su currículum de una formación académica prioritaria en técnicas estimulativas y en el campo gerontológico. Los programas informales podrán adaptarse principalmente a los dos primeros perfiles de usuarios, “Jóvenes” y “Activos” ya que la heterogeneidad de este tipo de programas le da muchas posibilidades de adaptación. Los contenidos de intervención se centrarán fundamentalmente en los aspectos que permitan una mejora de las capacidades condicionales o físicas. La propuesta de actividades se centrará preferentemente en el grupo de las actividades al aire libre y las actividades derivadas de nuevas tecnologías. La práctica se estructurará de forma individual o en pequeños grupos informales sin profesionales que monitoricen los resultados en grupo. En este tipo de planteamientos es muy importante la información escrita, y de difusión que impliquen guías de práctica de ejercicio físico y que permitan promocionar pautas genéricas de práctica. Dejamos de lado las prácticas del sistema deportivo por tener sistemas rígidos de intervención metodológica desde el punto de vista educativo. 3.- Conclusiones Necesidad de garantizar la continuidad de práctica Una propuesta de intervención fundamentada en una oferta coordinada de modelos de práctica de actividad física puede garantizar la continuidad de práctica de los usuarios mayores que lo deseen al poder adecuar sus posibilidades físicas, cognitivas y sociales a las diferentes posibilidades planteadas según el tipo de programa de intervención. Desde el punto de vista de organización, se debe trabajar pues, en un tipo de planificación que asegure la continuidad en la atención no sólo asistencial, sino del campo del tiempo libre, para retardar o evitar llegar precisamente a situaciones de dependencia en la última fase de la vida de la persona.

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En este sentido, destacar la importancia creciente de la vinculación entre asistencia sanitaria y educación en el tiempo libre. Necesidad de garantizar la calidad profesional La calidad en la confección y desarrollo de programas de actividades físico recreativas dirigidos a las personas mayores se fundamenta en la creación de cuadros profesionales especializados con un perfil adecuado. El espectro y tipología de profesionales que se dedican a este sector es muy variado. Su formación se caracterizará por tres rasgos principales: conocimientos especializados en técnicas relacionadas con actividades físicas y deportivas, dinámica de grupos y gestión de relaciones personales, y por último conocimientos gerontológicos, que deben ser más sólidos a medida que se enfrentan a colectivos integrantes de programas dirigidos a las personas mayores de los grupos que aquí hemos denominado “Frágiles”. Es por ello importante que los programas universitarios recojan en sus planes de estudios contenidos especializados dirigidos a la preparación de profesionales que puedan organizar, coordinar y ejecutar programas especializados. La incorporación al mundo laboral de normas reguladoras como la Ley del Ejercicio Profesional a Catalunya (2008) debe contribuir de forma definitiva a disipar las dudas sobre la pertinencia corporativa de este campo profesional. Hoy en día, es escaso todavía el número de profesionales especializados en deporte y actividad física, con amplio currículum de conocimientos gerontológicos que se dediquen de forma exclusiva al mundo de la actividad física y las personas mayores. En la mayor parte de los casos, compaginan su trabajo con el trabajo deportivo dirigido a otras franjas de edad o bien se dedican a actividades de dinamización sociocultural con colectivos de personas mayores. Y la verdad es, que en el contexto actual de crisis, con las consiguientes restricciones presupuestarias, no es el mejor marco para que las instituciones locales y autonómicas, de las cuales dependen muchos de los programas que se llevan a cabo, valoren la calidad de servicio que los profesionales podamos dar a través de nuestra formación, donde en muchas ocasiones se priorizan criterios economicistas por encima de los técnicos. 4. Bibliografía Burriel, J. C. (2003). L'evolució dels models d'activitat física per a gent gran. Simposi internacional d'activitat física i gent gran. Palma de Mallorca, 21 de març de 2003. Barcelona: Esport 3. Fortuño, J. (2008). Relació entre Qualitat de Vida Relacionada amb la Salut i els usuaris de Programes d’Exercici Físic Comunitaris per a Gent Gran de Catalunya. Tesis realitzada en el Centro Facultat de Psicologia, Ciències de l’Educació i de l’Esport Blanquerna.URL i en el Departament de Ciències de l’Activitat Física i l’Esport.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores García Ferrando, M. (2005). Hàbitos deportivos de los españoles. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Generalitat de Catalunya (2003). Pla de salut de Catalunya, 2002-05. Estratègies de Salut per a 2010. Barcelona: Departament de Sanitat i Seguretat Social. Direcció General de Salut Pública. Generalitat de Catalunya (2004). Bases per a una nova Llei de serveis socials de Catalunya. Un document per al debat. Barcelona: Departament de Benestar i Família. OMS (1996). Normas de Heilderberg para el fomento de la actividad física entre las personas mayores. Génova: Organización Mundial de la Salud. Ortega Sánchez-Pinilla, R. (2003). Hay que promocionar más la actividad física para igualarnos al resto de la Unión Europea. Atención Primaria, 31 (2), 77-86. Pont, P. et al. (2009). Plan integral para la promoción del deporte y la actividad física. Personas Mayores. Madrid: Consejo Superior de Deportes. http://www.csd.gob.es/csd/estaticos/plan-integral/personasmayores.pdf Soler, A. (2003). Evaluación de la eficacia del programa de intervención PsicoSocio-Motriz para ancianos (PIPSMA) sobre el bienestar de las personas mayores. Tesis realizada en el Departamento de Psicologia evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona. Waneen Spirduso,W.W., Francis, K.,MacRae, P. (2005). Physical Dimensions of Aging. Champaign: Human Kinetics. Núria Puig, Anna Vilanova, Eduard Inglés i David Mayo. 2009. Hàbits esportius de Catalunya. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Secretaria General de l’Esport. Institut Nacional d’Educació Física de Catalunya. Observatori Català de l’Esport.

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Anexos

Criterios

Nivel

“Persona Mayor Joven”

Físico, Estado saludable

Mental y Social

“Persona Mayor Activa”

“Persona Mayor Frágil”

Primeras

Semiautónomos o

deficiencias,

discapacitados

enfermedades crónicas Normas de

Buena

condición Mala

Heilderberg

física. Sanos

(1996) Tipo

Envejecimiento

envejecimiento exitoso Edad de

Esperanza

referencia

Vida

en

condición Mala

condición

física. No sanos, física. No sanos, independientes

dependientes

Envejecimiento

Envejecimiento

normal

patológico de Esperanza

de Esperanza

buena Vida

libre

de vida (79,87 años)

Salud

Discapacidad

(60,78 años)

(67,89 años)

Ciudad

Barrio

Lugar de

Instalación

Club de jubilados, Residencias/

práctica

Deportiva

Centro

Ambito de

de

Equipamiento

Relación

cívico, Centros de día

polideportivo Programas de

Deportivo

Sociorecreativo

Terapéutico

referencia

Fitness

Informal

Informal

Informal

Perfiles de usuarios potenciales de programas de Actividad Física.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

Propuesta de capacidades

Físicas

Coordinativas

• Fuerza • Resistencia • Flexibilidad • Tiempo de reacción • Respiración

• C.D.G. • Equilibrio • C. Específica

Sensoriales y perceptivas • E. Corporal • Lateralidad • P. Espacial • P. Temporal • Ritmo • Oído • Vista

Cognitivas

Relacionales

• Atención • Memoria • Comprensión • Aprendizaje • Toma decisiones

• Compañeros • Profesionales • Entorno • Material

Propuesta de capacidades a trabajar esde una perspectiva de actividad física con colectivos de personas mayores. Programa Fitness Sociomotriz

Objetivos Mejorar Mantener

Capacidades Físicas Relacionales

Actividades Condición física Musicales

Etimulador

Evitar deterioram.

Perceptivo Sensooriales

Actividades Psicomotrices Cognitivas

Evaluación C. Física Indicadores relacionales Tests psicomotores

Metodología Directiva Directiva a no directiva Directiva

Terapéutico Prescripción Físicas Distribución de los diferentes tipos de programas en función de las características de intervención.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores

ESTRATEGIAS PARA LA ADECUACIÓN DE PROGRAMAS DEPORTIVOS DE PERSONAS MAYORES EN CENTROS DE FITNESS PRIVADOS

Dr. Jerónimo García Fernández Universidad de Sevilla

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INTRODUCCIÓN La población mundial de los países desarrollados está soportando un envejecimiento continuo como consecuencia de la mejora de vida, y un descenso de los índices de natalidad. Sin embargo y al contrario que ocurre en países subdesarrollados donde la mortalidad sigue existiendo en edades más tempranas que en los países con un mayor desarrollo económico, la demografía no está sufriendo cambios tan bruscos en lo que se refiere a un mayor envejecimiento de su población. Como consecuencia de este aumento, hoy en día se puede observar como las políticas sociales prestan especial atención a la consecución de programas y ayudas que garanticen una mejora en el bienestar de esta población mayor, y consecuentemente de la futura población mayor. Para ello, es básico conocer la realidad existente, en aras de diagnosticar las carencias y las posibles necesidades en este grupo cada vez más numeroso. De esta forma, el establecimiento de propuestas llevadas a cabo como programas de intervención, con una clara línea de actuación, supone un claro avance para conseguir los objetivos de mejorar la calidad de vida, y garantizar así en la vejez de estas personas, su satisfacción personal. Estos programas de intervención, deben encaminarse a una mejora de las cualidades físicas que repercutan directamente en la autonomía de las actividades diarias, de manera que puedan prescindir de personas que les ayuden en estas tareas, teniendo como resultado añadido una mayor satisfacción personal y para la administración pública una disminución del gasto público. Pero este aumento en la población ya es evidente. Según una nota de prensa de enero de 2010 del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2010) sobre la proyección de la población española en los años 2009 al 2049, que existirá una reducción progresiva del crecimiento poblacional, incluso llegando a ser negativo desde el 2020. En esta evolución negativa, se duplicaría la población mayor de 64 años en 40 años, convirtiéndose en más del 30% del total por un envejecimiento de la pirámide poblacional, y donde España rozaría los 48 millones de habitantes totales. En esta evolución y tal como se observa en la figura 1, la pirámide poblacional se convertiría en achatada por la parte superior, existiendo una menor población joven, y por lo tanto convirtiéndose en un país más envejecido tal y como muestran diferentes pirámides de población de otros países desarrollados. Por todo ello, parece ser que el futuro es adaptar instalaciones, situaciones, políticas sociales y programas, a personas cada vez mayores, pero con vistas a las necesidades futuras. Ya que dentro de 40 años una persona con 70 años, tendrá más autonomía que una actual, resultado de las estrategias que se están realizando en nuestros días y que conllevan una mejora en la calidad de vida.

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Figura 1. Proyección de población a largo plazo (INE, 2010)

Así, establecer propuestas deportivas que garanticen un mayor bienestar y calidad de vida es de gran interés general por la repercusión en la mejora de la salud y en la reducción de gastos sanitarios, especialmente, en las enfermedades consecuencia del sedentarismo actual y de los malos hábitos alimenticios; nos referimos a enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, arterioesclerosis, hipertensión, fibromialgia u osteoporosis, ocasionadas por la falta y la no regularidad de actividad física, y que repercuten directamente en la mortalidad de la población actual. Para ello, uno de los primeros y más importantes pasos, fue la aprobación como derecho constitucional en la Constitución española de 1978, en los artículos 43 y 148, del derecho de los ciudadanos a la práctica física y deportiva como medio para el recreo y la salud (Cazorla, 1979), que se ha visto respaldado por la continua comunicación a través de las redes sociales, incremento de la personalización de los servicios deportivos, y por el aumento de los practicantes de ambos sexos y edades, aunque sigue existiendo un menor porcentaje de mujeres que realizan actividad física (García Fernando 2006). Este movimiento social y político, encaminado a reducir el sedentarismo de la población española, está influido por la compleja evolución del sector público y privado, que han estado y siguen relacionados para una mejora de las actividades, programas e instalaciones ofertadas. Unos por la sostenibilidad y el compromiso social (públicos), y otros por el ánimo de lucro (privados), juegan con la oferta y la demanda comercializando sus productos y servicios, y es gracias a ellos que la sociedad esté cambiando del concepto de deporte como competitividad y orientación a logro (Campos, 2004), a uno vinculado al ocio y la salud, donde los motivos de práctica son: “salud, fitness y modelar el cuerpo”, “bienestar, sentir y conocer el cuerpo”, “diversión, satisfacción y distracción”, “vida social, comunicación e integración”, “belleza, una forma atractiva de expresión individual y con ello, según las circunstancias, también confianza en sí mismo”,

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“prestigio, reconocimiento y aceptación social”, y “distracción, sensaciones y un disfrute de rápida satisfacción” (Contreras ,2006). Todo ello, hace afirmar que el deporte y su consiguiente consumo de servicios y productos están en auge. Así nos lo demuestra García Ferrando (2006) en la evolución del interés de los españoles en el estudio realizado en 2005, en el que un 19% tiene “mucho interés” en 2005 frente al 18% ofrecido en el 2000; un 46% de “bastante interés” comparado al 44% en el año 2000; y finalmente un gran logro en el que “nada de interés” se muestra en porcentaje menor en el 2005 (10%), frente al 13% que se marcaba en el 2000. Si éstos los comparamos con el año 1975 (hace 3 décadas), los datos son mucho más significativos, encontrando que “bastante interés” y “nada de interés” tenían porcentajes del 32% y 28% respectivamente. Es pues que hay que estudiar este fenómeno desde dos grandes perspectivas, por un lado desde la existencia de una mayor evolución en la concienciación e interés por la práctica deportiva, y por otro desde la previsión de que exista una mayor población envejecida dentro de pocos años. Precisamente, estos indicadores pueden hacer pensar que existirá más población mayor, con un mayor interés deportivo, y por ende, será más activa. Pero este cambio ya se está produciendo como se puede observar en los datos ofrecidos por García Ferrando (2006), donde el 17% de las personas de entre 65 a 74 años practica uno o más deportes, y su frecuencia es para el 56% de tres o más veces por semana. Igualmente, la mayoría lo realiza en lugares abiertos (46%) y en instalaciones públicas (42%), frente a un 13% que lo hace en instalaciones privadas. Estas estadísticas refieren un dato muy importante, el mayor porcentaje de personas mayores realiza actividad física en espacios abiertos y públicos, pudiendo deberse a que las empresas con ánimo de lucro, no han visto aún un claro nicho de mercado, o sus estrategias de promoción no han surtido efecto. Otra respuesta puede ser que la persona mayor no tenga un estatus económico que le permita adquirir estos servicios, y por ello se decline más por instalaciones públicas de precios más económicos. Aún así, la población mayor por contar con más disponibilidad de tiempo libre, también tiene un gasto en servicios relacionados con el ocio. Más concretamente, la media destina a las actividades de ocio un total de 4 horas y 53 minutos al día, de las cuales 1 hora y 10 minutos, son referidas a deportes y actividades al aire libre (tabla 1). En estas actividades de ocio, el consumo medio en hogares por trimestre, donde el sustentador principal tiene 65 o más años es de 99,93 €, aumentando la cantidad a 173,78 € si el sustentador es de menos de 65 años (Mañas Alcón et al., 2005).

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ACTIVIDADES PRINCIPALES

Total personas

Personas de 65 y más

5 VIDA SOCIAL Y DIVERSIÓN

1:29

1:42

51 Vida social

0:55

0:49

52 Diversión y cultura

0:06

0:02

53 Ocio pasivo

0:28

0:50

6 DEPORTES Y ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE

0:48

1:10

61 Ejercicio físico

0:46

1:09

62 Ejercicio productivo

0:01

0:01

7 AFICIONES Y JUEGOS

0:20

0:16

71 Aficiones artísticas

0:02

0:02

72 Aficiones

0:07

0:02

73 Juegos

0:10

0:12

8 MEDIOS DE COMUNICACIÓN

2:16

3:26

81 Lectura

0:14

0:21

82 Televisión y vídeo

1:58

3:00

83 Radio y música

0:04

0:06

Tabla 1. Tiempo medio dedicado a las actividades de ocio (Mañas Alcón et al., 2005)

Por ello y teniendo en cuenta que el practicante mayor dedica tiempo y dinero a servicios deportivos, y que mejorar la salud (por ejemplo a través de la actividad física) supone un crecimiento económico de los practicantes (Gallego, 2001), los objetivos que se deben perseguir en la puesta en marcha de actividades deportivas en la población mayor, son en primer lugar la promoción de programas que faciliten la entrada de un mayor número de usuarios de servicios deportivos, a través de campañas publicitarias acordes al target de población que se quiere aumentar en estas actividades, y por otro lado, la adherencia a las actividades deportivas a través de la inclusión de actividades sociales que permitan una participación activa en las mismas, y de actividades deportivas con objetivos y tareas acordes a su demanda. En definitiva, tener más usuarios mayores en las instalaciones deportivas, y que permanezcan en ellas participando por más tiempo. 1. Promoción de las actividades deportivas en centros de fitness

En la actualidad la mayoría de los programas deportivos están orientados hacia personas jóvenes o de mediana edad, por lo que las campañas de promoción de las actividades deportivas, suelen realizar acciones de captación mediante la ilustración de personas jóvenes realizando actividad física (en su mayoría), aunque poco a poco están apareciendo personas de avanzada edad.

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Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra “promoción” significa “conjunto de actividades cuyo objetivo es dar a conocer algo o incrementar sus ventas”. Así uno de los objetivos principales que se deban llevar al comienzo de un programa de actividad física, sean estrategias encaminadas al aumento de la participación deportiva de los mayores. Este primer objetivo es muy importante ya que los porcentajes de usuarios mayores en instalaciones deportivas privadas son aún muy bajos, por lo que debe existir un esfuerzo en planificar y llevar a cabo tareas que induzcan a una mayor participación, en definitiva, a atraer más usuarios mayores, ya sea de una población latente, o de la que ha participado y ha dejado de practicar. Esta promoción, debe dejar claro que los beneficios de los programas de actividad física, repercuten tanto a corto como a largo plazo en las personas mayores. Dentro de ellos destacamos (Berdejo, 2009; Shephard, 1997): A corto plazo: regula los niveles de glucosa en sangre, mejora el sueño, relaja, reduce el estrés y la ansiedad, mejora el estado de ánimo, se consigue estar más activo socialmente, y se potencia la integración social. A largo plazo: mejora la resistencia cardiovascular, mejora la resistencia y fuerza muscular, mejora la movilidad articular, mejora el equilibrio y la coordinación, la velocidad de movimientos, mejora la salud mental, mejora la función cognitiva y el aprendizaje de habilidades, y fomenta las amistades y la actividad intergeneracional. Igualmente y por los beneficios que se consiguen a través de la actividad física, se debe hacer hincapié en que serán actividades motivadoras, y que fomentarán las relaciones sociales. Por ello, estos programas deben ser atrayentes para los mayores, teniendo en cuenta que no se deben adaptar, sino que éstos deben ser hechos por y para este grupo de población.

2. Adherencia a las actividades deportivas en centros de fitness Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los servicios deportivos en la actualidad, son los porcentajes de deserción que sufren, por el perfil de infidelidad que tienen los usuarios en las sociedades desarrolladas. Este perfil, puede ser debido a la cantidad de información que entra por los diferentes medios de comunicación y que provocan una necesidad continua de cambio hacia otros productos o servicios. Al existir más instalaciones y por lo tanto un mayor número de actividades y servicios ofertados, el cliente evalúa factores tales como la cercanía al hogar o al trabajo, calidad de sus servicios, divertimento en la realización de las actividades, cualificación y profesionalidad de los técnicos deportivos, o simplemente por la humedad o temperatura de sus espacios. Esto, unido a una agresiva y competitiva política de precios entre instalaciones públicas y privadas, y a una falta de profesionalización en la gestión de muchos de estos centros, hace que los

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índices de retención, y por lo tanto en la adherencia de programas y actividades deportivas, sean menores que en otros servicios, y se conviertan en uno de los mayores problemas con los que se está encontrando el sector de los servicios deportivos. Es por ello importante tener un procedimiento estructurado en el programa deportivo del mayor, donde el responsable planifique y organice perfectamente dicho programa, donde el técnico deportivo sepa qué contenidos y objetivos debe trabajar, para que a la vez de mejorar la calidad de vida de sus participantes, promueva la participación de otros no practicantes. DESARROLLO El concepto fitness es un término inglés, que según Rivera y Padro (1996), puede representar en español diferentes significados como, aptitud, condición, habilidad, destreza, eficiencia, talento o adecuacidad, derivando dicho término de la palabra “fit”, que traducida sería “estar adaptado, o capaz para un propósito”. Según Bouchard y Shephard (1993), el concepto aptitud es la adaptación del sujeto a su ambiente físico y social, pudiendo establecerse a través de dos líneas: aptitud relacionada a la salud (ACSM, 1991; Howley y Franks, 1986), y aptitud relacionada a la ejecutoria (Bouchard et al., 1990; Grosser y Starischka, 1988). Clarke (1976) define el fitness como la habilidad de soportar las tareas diarias con vigor y atención, sin fatiga exagerada y con amplia energía para aprovechar los períodos de descanso y aun, ser apto para enfrentar situaciones de emergencia no previstas, donde Pate (1988) se refiere al fitness físico como la obtención o manutención de los componentes de aptitud física, correlacionados con una buena o elevada salud, siendo necesarios para realizar las tareas diarias y confrontarse con los desafíos esperados o inesperados. Por otro lado Marcos Becerro (1991) define de forma simplificada el fitness, como la consecución o estabilización de la salud mediante el ejercicio físico, citando finalmente la definición de Colado (1998), que establece que es la filosofía o sistema particular de entender la vida que pretende alcanzar un nivel adecuado de salud a través de un estilo de vida equilibrado, en el que el ejercicio físico moderado, personalizado y continuado cobra una importancia capital. Por lo tanto, el fitness es un concepto que se refiere a la consecución de un óptimo estado físico y psicológico, donde la actividad física tiene un papel destacado. Es por ello, que a través de instalaciones deportivas se intente fomentar la filosofía que emana de este concepto, y que ha tenido una evolución que ha desarrollado una industria que en Europa concentra actualmente 33.800 centros de fitness, con aproximadamente 36,9 millones de usuarios (IHRSA, 2006). Estas instalaciones pueden ser definidas como organizaciones de servicios que venden experiencias, no productos, siendo claros ejemplos de organizaciones proveedoras de actividades deportivas (Barros y Gonçalves, 2009), cuya misión es satisfacer el interés de una comunidad por realizar actividad física y sociabilizar

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a través de la participación en actividades deportivas (Gómez, Opazo y Martí, 2007). Igualmente, el servicio de consumo que ofrecen, es lucrativo en el sector privado (Chelladurai, 1985), esperando sólo de los miembros que acuden a ellos, el pago de los abonos mensuales (Ulseth, 2004). Asimismo se encuentran diferentes terminologías asociadas a estas instalaciones dependiendo de los equipamientos (tabla 2) y objetivos que persiguen. Entre ellas están (Reverter y Barbany, 2007): - Centros de salud y fitness (health and fitness centres). Son las instalaciones deportivas de explotación del fitness y de recreo, de ejercicio, de acondicionamiento físico y actividades deportivas recreativas (Physical Fitness, 2004). - Gimnasio. Espacio físico destinado a la práctica de deporte. Para ello es posible que dispongan de sala de musculación, sala cardiovascular, sala de artes marciales y de aeróbic (Reverter y Barbany, 2007). - Centros de fitness. Es el centro que aplica el conjunto de técnicas físicas que aseguran el mantenimiento del organismo, su forma física y la potenciación de la salud (Zaragoza, 1994). - Fitness center. Es el centro que aplica el conjunto de técnicas físicas, psicológicas y sociales que aseguran la salud individual y por ende la salud social (Reverter y Barbany, 2007). - Centro fitness & Wellness. Es el centro que aplica el conjunto de técnicas físicas, psicológicas y sociales que aseguran la calidad de vida de sus clientes, entendiendo calidad de vida como un concepto multidimensional que incluye todos los ámbitos de la vida humana como la salud, el disfrute, el relax o el bienestar (Reverter y Barbany, 2007). - Centro deportivo y de ocio. Lugar donde se asientan normalmente las actividades relacionadas con el deporte y el ocio, se facilitan servicios de dicha naturaleza, o se reúnen los aficionados a las mismas. También establecimiento que ofrece servicios deportivos o posibilita el uso libre de sus instalaciones y locales al público (Reverter y Barbany, 2007). Existen pues diferentes nombres y definiciones de estas instalaciones, pudiéndose resumir en que los centros de fitness son “aquellas instalaciones deportivas que, ya sea de gestión privada o pública, ofrecen espacios indoor como salas de fitness o salas polivalentes, para la realización de actividades físicas para la mejora de la salud psíquica y física, promocionando y proveyendo actividades deportivas de wellness y de ocio”, siendo las más comunes las menores de 1.000 m2 (García y Fernández, 2010; García y Sañudo, 2010; Mischler, Bauger, Pichot y Wipf, 2009).

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SALA DE PILATES SALA DE YOGA, TAICHI, …

   

         

ZONA DE AGUAS ZONA DE SPA, RELAX ZONA DE APARATOS DE MUSCULACIÓN ZONA CARDIOVASCULAR ZONA MÉDICA ZONA ESTÉTICA ZONA RESTAURACIÓN ZONA DE OCIO (Terrazas, tiendas, lavandería, …)

 

  

CENTROS FITNESS&WELL NESS

FITNESS CENTER

SALA ARTES MARCIALES SALAS DE AERÓBIC, STEP, AEROBOX, … SALA DE SPINNING

CENTRO FITNESS

GIMNASIO

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Tabla 2. Espacios más frecuentes en cada uno de los centros (Reverter y Barbany, 2007: 59)

En ellas, los porcentajes de usuarias femeninas son menores en este tipo de servicios deportivos (Caracuel, Arbinaga y Montero, 2003), siendo para Agustin (1995) el perfil más predominante, el varón joven con estatus social medio alto, donde el 29% son usuarios con edades comprendidas entre los 18 y 24 años, el 25% entre 25 y 39 años y el 15% los de 40 a 59 años. Tan solo el 5% son los mayores de 60 años, aunque este grupo de población está cada vez más concienciado y está aumentando considerablemente. Por otro lado, Colado (1998) realizó un estudio en centros de fitness de Barcelona, Valencia y Alicante, donde los resultados obtenidos mostraron una media de edad de 31,25 años, siendo el grupo de mayor población los menores de 35 años, así como la existencia de un 72,7% de hombres frente a un 27,3% de mujeres. En este estudio, se pudo observar como la mayor parte de los usuarios tenían un nivel de formación alto (68,45%), teniendo un 34,7% formación en BUP, FP o COU, y con formación universitaria un 33,75%. Además más de la mitad de la muestra eran solteros (57,2%). Por otro lado Pinillos (2004) encontró que el 44,8% eran hombres y el 55,2% mujeres, de los cuales el porcentaje más elevado de usuario según su edad fue el de 25 a 34 años. Igualmente es importante destacar el estudio realizado por Triadó y Aparicio (2004), llegando a una población de más de 18.000 personas en Barcelona, en el cual el 49,3% de los usuarios eran mujeres y el 50,7% hombres, y el trabajo realizado por García Ferrando (2006), donde el perfil sociodemográfico de los que pertenecen a gimnasios o centros deportivos es de hombres y mujeres de 15 a 34 años, de grandes ciudades, con estudios secundarios y superiores, y con una posición social alta (tabla 3).

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CLUB PRIVADO

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Varones 15-44 años Grandes ciudades

GIMNASIO, C. DEPORTIVO Varones y mujeres 15-34 años Grandes ciudades

Estudios secundarios y superiores Posición social alta

Estudios secundarios y superiores Posición social alta

ASOCIACIÓN MUNICIPAL Varones 15-44 años Ciudades de todos los tamaños Estudios secundarios y superiores Posición social media y alta

ASOCIACIÓN PRIVADA Varones 15-65 años Pueblos y ciudades todos los tamaños Estudios primarios y superiores Posición social media y alta

Tabla 3. Perfil modal sociodemográfico (García Ferrando, 2006: 110)

Finalmente y en relación al perfil de los usuarios de estas instalaciones, la IHRSA (Sport Managers Servicios Integrales, 2010), realizó un estudio en el comienzo de 2009, completándose un total de 41.500 encuestas. Sus resultados muestran que los mayores de 50 años representan el 22% de los usuarios de los centros, donde el porcentaje de mujeres es un poco más alto que el de los hombres, el 60% tiene más de 50 años, y dirigen sus actividades a ejercicios de resistencia/peso y en las máquinas cardiovasculares especialmente a las cintas de andar. De esta forma se puede corroborar las palabras que comienzan este texto, en donde el usuario mayor está aumentando en las instalaciones privadas, aunque los ayuntamientos siguen siendo los encargados en la mayoría de los casos de incentivar la actividad física para mayores en España (Sáez, Monroy y Rodríguez, 2009). Así, podemos ver como por ejemplo el municipio de Sevilla cuenta con una baja oferta de cuotas específicas para personas mayores en los centros de fitness privados, así como en la oferta de actividades deportivas para ellos, concretamente, en los barrios donde mayor número de población mayor hay, son los que también tienen menor oferta privada (García y Fernández, 2010). En Madrid ocurre algo parecido, debido a que el mayor no está satisfecho con la oferta pública y privada que tiene el municipio. Su falta de actividades específicas y la variedad en las mismas parecen ser los factores con los que están menos de acuerdo. Por ello, la inclusión de actividades acuáticas y de mantenimiento parece ser una estrategia para mejorar (Sáez, Monroy y Rodríguez, 2009). También en Barcelona se realizó un estudio de la oferta de actividades físicas (Burriel, González y Fortuño, 2009), en las que existía un total del 16,6% de programas específicos para mayores, donde el 52,3% eran actividades en el medio acuático y el 47% en sala, concentrándose el 99,5% de los mismos entre las 7 y las 13 horas. Este aumento en la concienciación de programas para mayores, no sólo está repercutiendo en el incremento de estudios y políticas sociales referentes a programas deportivos, sino que ha hecho que algunos centros privados comiencen a orientarse exclusivamente a esta población. Así, los centros Club 50 Fitness Centers (www.club50fitness), sólo trabajan con personas mayores, y su

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programa está fundamentado en máquinas hidráulicas con las que se trabaja el componente cardiovascular y muscular. Por ello, hay que tener en cuenta que un programa deportivo para mayores, no sólo se basa en unos objetivos y contenidos específicos, sino que debe fijarse en unos factores que conlleven al éxito del mismo. Éstos pasan por estrategias de captación y promoción, por una habilitación de espacios para una satisfacción mayor, por una especificidad de actividades deportivas acordes a los objetivos a conseguir, y por un personal técnico con una formación actualizada. 1. Fase I del programa deportivo: Captación y promoción de mayores. Normalmente los servicios deportivos en centros de fitness han estado orientados a personas jóvenes y la imagen de éstos puede estar más ligada a esta población (García y Sañudo, 2010), por lo que las estrategias de captación han sido orientadas a la consecución de un mayor número de jóvenes practicantes. Esto puede ser una de las causas por las que la población mayor no tenga en la actualidad un porcentaje mayor de usuarios, aunque esta situación está evolucionando. Así la sociedad está cambiando y por ello “cuanto mayores sean el capital económico, cultural, social y motriz, heredado y/o adquirido, mayores son las oportunidades y probabilidades de que los individuos participen en procesos de socialización en y/o hacia la actividad física durante la socialización secundaria en la vejez, y como consecuencia mantengan o incorporen a su hábitos y estilos de vida, la práctica física y/o el deseo de realizarla” (Martínez del Castillo, Jiménez – Beatty, Graupera y Rodríguez, 2006). Igualmente la barrera del precio parece estar encaminada a ser un obstáculo menor, ya que aquellos mayores que tienen como sustentador principal a un hombre, tiene menos de 75 años, no es analfabeto o sin estudios, están casados, o viven en un hábitat urbano, destinan un mayor porcentaje de sus gastos a servicios de ocio (Mañas Alcón et al., 2005). Aún así, hay que tener en cuenta que las barreras principales por las que la demanda latente no practica actividad física, y que pueden superarse con estrategias de promoción, son por falta de tiempo y de tipo organizativo, y las barreras sociales (Martínez del Castillo et al., 2007). En las primeras encontramos aquellas como la existencia de un horario inconveniente, desconocimiento de en qué lugar practicarla, el elevado precio, el lugar está lejos, que no haya sitio donde practicarla, el que no guste la instalación, el modo como se realiza la actividad, o el trato del personal. Y las segundas son aquellas que repercuten en una falta de actividad física, porque disgustarían a sus familiares o amigos. Por todo ello, las estrategias de promoción deberían ir encaminadas a romper esas barreras por las que una posible población mayor comenzaría con un programa de actividad física. Entre las estrategias, destacamos: -

Focalizar correctamente el segmento de población mayor al que queremos llegar la publicidad del programa.

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Ilustrar fotografías de personas mayores en la publicidad a repartir, con una imagen clara de dónde está situado el centro de fitness, y las posibilidades de transporte (público y privado) que comunican con la instalación. Flexibilidad en los pagos de los programas deportivos, con una amplia cartera de precios dependiendo de la frecuencia de práctica y de las actividades a realizar. Igualmente se pueden hacer cuotas especiales por parejas o familiares para un aumento de la participación. Ofertar actividades deportivas grupales de tiempos no superiores a los 45´, haciendo caso a la barrera de falta de tiempo, con una adecuada planificación de horarios, ajustada a la población de la zona (realizar sondeo en el barrio donde esté situada la instalación sobre los horarios más convenientes). Resaltar que siempre hay posibilidad de adaptar el programa al tiempo y horario del mayor, con una clara planificación en la consecución de los objetivos a conseguir.

2. Fase II del programa deportivo: Habilitación de espacios y equipamiento conformes a las necesidades de los mayores. La adecuación de los espacios para las personas mayores parece ser todavía un problema para que este grupo de población llegue a estar totalmente satisfecho. Sin embargo, los directores de los centros de fitness opinan que sus instalaciones sí están adaptadas, y que el equipamiento cardiovascular y de tonificación muscular están adaptados y son de fácil comprensión (García y Sañudo, 2010). Aún así, parece evidente que los responsables de las instalaciones deben seguir haciendo un esfuerzo en adecuar sus espacios, con gestos tan simples como colocar cartelería con la letra grande y clara, señalización de escalones para evitar caídas, vestuarios con bancos de diferentes alturas, o simplemente intentar adaptar el ambiente musical a todo el público que asista al centro. Asimismo, y al igual que ocurre con algunos servicios anexos de los que disponen este tipo de organizaciones (salas exclusivas para entrenamiento personal o para ciclismo indoor), se podría crear un espacio exclusivo para la población mayor, con hilo musical acorde al gusto de este target, con una situación privilegiada en relación a los vestuarios, y buscando la intimidad para que no sea una situación incómoda en la práctica deportiva. Esta última estrategia, hay que hacerla de forma muy cautelosa y con la precaución de que no se convierta en un espacio donde el usuario mayor no se relacione y no fomente la socialibilidad, aspecto muy importante a desarrollar en programas deportivos, y que ayudará a la adherencia deportiva. Pero hay que tener en cuenta, que muchas de las mujeres mayores se sienten a veces intimidadas a realizar deporte en los centros de fitness, y si queremos vencer esta barrera, deberemos ayudar en el comienzo del programa, a que se encuentre con la “intimidad y la comodidad que le ofrece su hogar”. En relación a los espacios con riesgo de caídas por la existencia de agua en el suelo (piscinas y spas), es aconsejable señalizar el camino que lleva desde el vestuario a los diferentes vasos, orientando a que es recomendable un calzado apropiado para este pavimento. Asimismo, es imperiosa la utilización de suelo

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antideslizante para evitar situaciones donde se ponga en peligro la integridad del practicante, y la utilización de escaleras más elevadas que permitan al usuario una mayor comodidad en el agarre para entrar y salir de los vasos, evitando que se tengan que agachar. El objetivo es que el usuario mayor perciba seguridad en su práctica, siendo las actividades acuáticas, una de las más practicadas por esta población (Martín, Campos, Jiménez – Beatty y González, 2009). Una vez delimitado los espacios y salas, adecuándolos a las necesidades y características especiales de la población mayor, el equipamiento debe ser también específico para la adaptabilidad de las características físicas. Para ello, encontramos multinacionales de maquinaria cardiovascular y de tonificación muscular, que están trabajando en la innovación para adaptar a una población diferente al usuario que usualmente acude a estas instalaciones. Esta nueva maquinaria y en relación a la que mejora la fuerza muscular, está caracterizada porque la misma máquina trabaja músculos agonistas y antagonistas, a través de resistencias hidráulicas. Así, el mayor puede hacer contracciones concéntricas y excéntricas en una misma posición, con sistemas que se adaptan a la fuerza de cada sujeto dependiendo de la velocidad con que realice el movimiento. También, su facilidad de uso y la inexistencia de muchas palancas para la correcta posición anatómica, las hacen perfectas para los programas deportivos, como la facilidad de transporte por tener un peso reducido y disponer de unas ruedas en la parte inferior. La maquinaria cardiovascular también se está adaptando y como prueba tenemos el ejemplo de una bicicleta estática de una empresa líder en el sector. Ésta, de pedaleo horizontal, tiene un amplio pasaje para acceder a la misma sin tener que alzar la pierna por encima, el respaldo es ajustable, tiene un manillar que facilita la entrada y salida a la bicicleta, y la distancia del asiento al suelo es menor para un mayor confort y seguridad del usuario al sentarse y al levantarse. Disponer pues de espacios y equipamientos específicos para el usuario mayor, hará que se sienta más cómodo y seguro en la práctica deportiva. Es por ello que este factor deba ser tenido en cuenta por su repercusión en la adherencia al programa deportivo. 3. Fase III del programa deportivo: Actividades deportivas. Los usuarios mayores están cada vez más formados, con una visión más crítica por el incremento de conocimiento deportivo, y ahora no están sólo pendientes del precio, sino del servicio y la calidad de las actividades. Por ello, se hace muy importante que el programa deportivo tenga unos contenidos claros a desarrollar, con objetivos a corto, medio y largo plazo, con una evaluación y seguimiento continuo, y con una innovación en las tareas que se ejecuten. A su vez, parece que los programas conceden más importancia a mayores independientes y sanos, orientando principalmente sus tareas hacia ejercicios cardiovasculares y de flexibilidad, que a ejercicios de tonificación muscular (García y Sañudo, 2010). Esto, sumado a que la fuerza muscular es un aspecto a

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trabajar por su relación con un menor porcentaje de caídas, hace que muchos de los programas no tengan el éxito que se espera. Igualmente, la no adherencia a las actividades deportivas puede estar también determinada casi en el 20% por no conseguir el objetivo (Colado, 1998), o por el descontento y la falta de atención personalizada (Campos, 2004), pudiendo ser controladas el 70% de las razones por las que los usuarios no siguen con un programa deportivo (Grantham, Patton, York y Winick, 1998). Además, hay que tener especial atención en las primeras semanas, ya que muchos de los nuevos usuarios dejan de asistir al centro de fitness (Bloomer, 2007; Tock, 2006), y más concretamente de los tres a seis meses, desertando el 50% de los mismos (Myers, 2005). Este programa debe a su vez establecer un compromiso a largo plazo, como no incrementar el nivel de actividad más del 10% a la semana, tener una regularidad y continuidad en la práctica, y sobre todo variedad y diversión (Soto y Toledano, 2001). La propuesta está basada en García y Pires (2010), donde el punto de partida está en el objetivo que se quiere conseguir. Los denominados programas por objetivos, se han puesto de moda en los centros de fitness, y se basan principalmente en la consecución del objetivo a través de una específica planificación de actividades y tareas. Una de las estrategias más importante de este programa, es el mantenimiento de un contacto continuo con el usuario, donde las entrevistas personales cumplen un papel fundamental. Éstas, pretenden crear un vínculo con el usuario (a modo de educador deportivo), y que éste perciba que existe una evaluación y un seguimiento continuo de su evolución. Los objetivos a desarrollar son (Pont, 2000: 81): -

Conseguir que la actividad física entre a formar parte de los hábitos diarios de las personas mayores. Mejorar la calidad de vida de las personas mayores mediante la práctica de actividades físicas adecuadas y todo lo que ello pueda representar. Conseguir un buen envejecimiento con la práctica de actividades físicas. Ofrecer una actividad física adaptada a las posibilidades de movimiento del grupo y de cada alumno. Hacer una actividad física motivante y gratificante, en un ambiente tranquilo, cordial, lúdico y relajado. Ofrecer una actividad física utilitaria y recreativa. Conseguir que todos los participantes estén informados de los beneficios que aporta a nuestro organismo la práctica de actividades físicas.

Una vez inscrito el usuario mayor al programa deportivo, y antes de la primera fase del mismo, el personal de atención al cliente debería orientar a que se realizara un chequeo médico para prevenir una posible alteración de las capacidades funcionales, y para contribuir a mantener las capacidades existentes cuando dichas capacidades se encuentren alteradas (Jimeno, Peña, Expósito y Zagalaz, 2009).

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Seguidamente, la primera fase está compuesta por la primera entrevista con el usuario, en donde se dialogará para conocer el objetivo que quiere conseguir. Además, se preguntará si ha practicado actividad física, frecuencia de práctica que le gustaría tener y las actividades que le gustaría realizar (en sala de fitness, acuáticas, grupales). Posteriormente se le realizará unas pruebas para evaluar su estado físico, dándole una plantilla de recogida de datos (PRD) para que la rellene durante la siguiente semana a la primera entrevista, donde se recogerán datos de frecuencia cardíaca por la mañana, peso, tensión arterial y porcentaje graso. Finalmente se establecerá una nueva fecha para la segunda entrevista, y se le proporcionará y explicará un programa básico de actividad física para los primeros días (como método de adaptación y conocimiento de la instalación y del equipamiento). La evaluación física se realizará a través de la batería de test propuesta por Fontecha (1999). Esta evaluación se deberá realizar cada ocho - doce semanas, dependiendo de si el usuario va cumpliendo los objetivos a corto plazo de práctica semanal (si cambia de nivel a la octava semana, y si no como máximo a las doce semanas), para adaptar la planificación al estado de condición física del usuario (ACSM, 2003) En la segunda entrevista (segunda fase), el usuario mayor traerá la PRD y se le introducirá en el programa por objetivo adecuado a su nivel, ajustando las semanas, la frecuencia de práctica, y las actividades a realizar en la sala de fitness, actividades grupales o actividades acuáticas. Estas actividades deben ajustarse a las necesidades, posibilidades y limitaciones del usuario (Camiña, Cancela y Romo, 2001), ya que en algunos casos se suelen hacer por las preferencias del técnico deportivo. El programa se explicará y se practicará con el técnico deportivo. Posteriormente se establecerá una cita para la tercera entrevista que tendrá lugar una semana antes de finalizar el nivel, en la que se proporcionará la PRD (frecuencia cardiaca por la mañana, peso, tensión arterial y porcentaje graso), y en ella se citará para la cuarta entrevista. La cuarta entrevista y tercera fase, el técnico recogerá la PRD y después de una entrevista personal, se evaluará si procede cambiar de nivel (dependiendo del estado del sujeto, y si ha cumplido con la frecuencia de práctica y semanas para realizar el nivel asignado). Tanto si se decide cambiar de nivel o no, se volverá a dar una quinta entrevista una semana antes del posible cambio de nivel, para volver a dar una PRD. A partir de esta quinta entrevista, se volverá a repetir el proceso de entrevistas y citas personales, con el fin de tener un seguimiento y un contacto personal con los usuarios. Esta secuencia de citas y entrevistas personales, que crearán un seguimiento personal, están establecidas para que las tareas recomendadas, no sean impuestas externamente, sino que se llegue a un consenso y el usuario no perciba exigencias demasiado elevadas. Esta situación, crearía un sentimiento de falta de competencia y seguridad, generando estrés y ansiedad (Ruiz, 1995), pudiendo llevar a procesos de deserción del cliente. 4. Fase IV del programa deportivo: Personal técnico específico.

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Para que el programa deportivo consiga los objetivos de aumentar el número de usuarios y éstos a su vez, perduren por mucho tiempo practicándolo, es necesario que el personal técnico (técnicos deportivos) tenga una formación actualizada, y su actitud sea positiva y creativa. Se entiende que el técnico deportivo debe tener especial atención en la forma de comunicarse, ya que no es lo mismo tratar con una persona de 30 años, que con otra de 70. Es por ello que deben tener desarrolladas habilidades comunicativas. A su vez, es importante que el técnico rompa algunas barreras de timidez del usuario, para que estos fomenten relaciones sociales con otros participantes. También es su función dirigir y mantener la atención, motivando en todo momento a los usuarios y provocando en ellos una mayor participación activa. Por ello, el personal debe trabajar la empatía con el cliente, ya que al tener una serie de entrevistas durante todo el programa, éste fracasaría si el mayor no se siente cómodo en las citas y no le comunica sus sentimientos. Así, el técnico debe afanar en mejorar su comunicación verbal y no verbal con el fin de establecer vínculos de unión con el mayor que propicien situaciones cómodas y de complicidad. Igualmente la formación técnica deportiva especializada también es necesaria por las particularidades del cliente mayor. Conocimientos de cómo realizar los ejercicios de tonificación y cuáles son los más convenientes, es primordial para mejorar la fuerza y prevenir las caídas. Asimismo, saber qué maquinaria es la más acertada y cómo es el procedimiento más sencillo para ponerlas en marcha, puede ser significativo para fomentar la autonomía en el programa. Finalmente, el técnico debe fomentar actividades lúdicas, donde el mayor, mejore su condición física en un ambiente relajado, pero que en muchos casos podría ser competitivo para aumentar la motivación. CONCLUSIONES De todo lo planteado, se pueden sacar algunas conclusiones sobre cómo hacer programas deportivos adaptados a los mayores, la manera de promocionarlos y el modo de conseguir en los mismos una mayor adherencia. En primer lugar son necesarias estrategias de comunicación con las que el mayor se sienta identificado. Igualmente éstas deben ser distribuidas y llevadas a cabo en lugares que puedan ser percibidas por este grupo de población. Reducir las barreras por las que no se practica actividad física, tales como la falta de tiempo o el precio a pagar, deben ser apoyadas por un fuerte compromiso por parte de la instalación y con una cartera amplia de servicios. Además, puede ser interesante hacer partícipe a los usuarios mayores practicantes del programa, como gancho para otros posibles usuarios. A su vez, se debe hacer un esfuerzo en la acomodación de la instalación con espacios específicos acorde a las necesidades del mayor, donde se busque el

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confort y la seguridad de la práctica deportiva. Finalmente el equipamiento deportivo debe permitir un fácil acceso y facilidad en su puesta en marcha. En relación a las actividades a realizar, es prioritario el continuo contacto con el usuario, ya que el éxito del programa deportivo dependerá de la motivación continua y de la novedad y el cambio en las actividades. Las entrevistas personales orientadas por un profesional deportivo, repercutirán en un consenso en la prescripción de las actividades, haciendo así, que éstas se adapten a los gustos del mayor. Finalmente, el técnico deportivo debe trabajar sus habilidades comunicativas y formarse específicamente en actividad física adaptada al mayor. En esta línea, fomentar las relaciones sociales entre los participantes, y provocar un ambiente positivo y con un componente lúdico, repercutirá en que el programa deportivo consiga el objetivo de aumentar el número de mayores practicantes y el tiempo de práctica en el mismo. BIBLIOGRAFÍA

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INCIDENCIA DE UN PROGRAMA DE ACTIVIDAD FÍSICA SOBRE LAS CAPACIDADES FÍSICAS DE MUJERES MAYORES DE 60 AÑOS

Juan Párraga Montilla Universidad de Jaén

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“IMPACTO DE UN PROGRAMA DE ACTIVIDAD FÍSICA SOBRE LAS CAPACIDADES FÍSICAS DE MUJERES MAYORES DE 60 AÑOS” Párraga, J.A.

0.- Resumen Las evidencias encontradas en numerosos trabajos confirman que un adecuado programa de ejercicio físico, practicado con regularidad, es un estímulo óptimo para el organismo, aportando importantes beneficios a la persona que lo realiza, siempre que las pautas de ejecución sean correctas. De ahí que debamos analizar las diferentes orientaciones y recomendaciones que existen sobre las características de los programas con personas mayores. Ya que las tendencias de práctica son numerosas y variadas, teniendo distintas finalidades, aspecto que debe considerarse como matiz importante en el diseño de los mismos. Las variables más analizadas en los diferentes trabajos se focalizan en los contenidos trabajados y en las capacidades estimuladas, así como en la frecuencia semanal de los estímulos, la intensidad de los mismos y el tiempo necesario para obtener respuestas adaptativas que evidencien la eficacia del programa. Parece no tener discusión, con independencia del tipo de programa, que las personas mayores necesitan realizar actividad física con regularidad y estimular con eficacia los órganos y sistemas de mayor impacto, para elevar sus capacidades. Ya que el movimiento en la persona es un factor vital que incide de manera decisiva en su salud y calidad de vida y su ausencia favorece la enfermedad y acelera los procesos degenerativos consecuencia de la edad. Pensamos que un programa integral de actividad física, con estímulos de resistencia, fuerza, amplitud de movimiento, coordinación y equilibrio, realizado con un frecuencia mínima semanal de 2 sesiones y con una intensidad superior al 60%, es un importante estímulo para el organismo, ya que integra factores físicos, cognitivos y sociales. Valorando la dimensión integral de la persona y resaltando aspectos de motivación y empatía por la práctica que son decisivos para garantizar una óptima repercusión. En este documento se presentan algunas evidencias que confirman los comentarios anteriores, y que concluyen con los resultados más significativos obtenidos tras aplicar un programa de ejercicios a mujeres mayores de 60 años. Valorando sus efectos sobre diferentes capacidades físicas y encontrándose mejoras significativas en diferentes variables del peso corporal, en el equilibrio estático, en la velocidad de la marcha y la disminución del V02 máx. Palabras clave: programa entrenamiento, mujeres mayores.

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1.- Introducción. Las evidencias confirman que un óptimo nivel de capacidades físicas en la persona contribuye de manera significativa a la mejora y/o mantenimiento de la salud en cualquier franja de edad (OMS, 2010). Aspecto que adquiere mayor relevancia cuando hablamos de personas mayores, en los que el proceso de envejecimiento impacta más rápida y contundentemente. Repercutiendo los estímulos que aplicamos a nuestro organismo de forma diferente a cómo se dan en otras edades. Es una realidad que el ejercicio físico supone una estrategia preventiva y terapéutica contra el envejecimiento (Marques y cols., 2011), pero también lo es que, cada vez son más los mayores que encuentran en la práctica un estímulo óptimo vinculado a su felicidad y satisfacción personal. De ahí que el impacto del ejercicio no deba considerarse meramente sobre factores físicos y/o cognitivos, ya que los factores emocionales, relacionados con aspectos afectivos y sociales, parecen tener una importante contribución en la salud (Justine y Hamid, 2010). Sin duda, el incremento o mantenimiento adecuado de las capacidades en relación a la edad de la persona supone, junto a otros hábitos y estilos de vida, uno de los pilares fundamentales sobre los que debe asentarse el estilo de vida y la intervención que hagamos con ellos. No solo se pretenden incrementar los niveles de calidad de vida de la persona y/o las posibilidades de longevidad (Balboa-Castillo y cols., 2011), si no que, sobre todo, seamos conscientes de los factores que nos posibilitan contribuir a elevar estos dos aspectos y de ¿cómo intervenir? para garantizar una mayor y mejor eficacia y eficiencia en la intervención. Se ha comprobado suficientemente que, como consecuencia del envejecimiento, se producen cambios en la estructura y función del organismo. Que son fruto de la combinación de procesos singulares y la interacción entre factores genéticos y ambientales, la aparición de determinadas enfermedades y los devastadores efectos del sedentarismo (Geithner y McKenney, 2010), que favorece y acelera la aparición de enfermedades, debilitando las capacidades físicas. El sedentarismo, la obesidad, y la asociación de ambos, suponen un trascendental riesgo sobre importantes parámetros que determinan la salud de las personas. Además, suelen estar asociados a dificultad de movimiento, pérdida de fuerza, aparición de fatiga y a un importante déficit en el equilibrio y estabilidad corporal. Lo que, unido a los efectos del envejecimiento, incrementa significativamente el riesgo de padecer enfermedades, importantes mermas para la salud o acelerar la mortalidad. En esta línea se encuentra el trabajo de Paffenbarger (1986) que encuentra una importante asociación entre un mayor gasto energético y una mayor longevidad de las personas, que se veía reforzada si se compartía con otros hábitos. De ahí que, a diferencia de los factores genéticos, sobre la inactividad y otros hábitos podemos intervenir decididamente revirtiendo sus consecuencias. Por eso, una de las estrategias más efectivas para envejecer mejor y aumentar la esperanza y la calidad de vida, consiste en realizar y mantener de manera regular un adecuado programa de ejercicios, que incidan de manera integral en el organismo. No se trata de estímulos específicos, si no de realzar el concepto de funcionamiento global del cuerpo y la interacción que se producen

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entre los estímulos que afectan a diferentes órganos y sistemas. Es claro que el movimiento con independencia de la actividad, tipo de entrenamiento, frecuencia, etc., reporta beneficios sobre diferentes y amplios aspectos (Obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, cáncer, etc.) (Ryan, 2010). El movimiento es vital para cualquier persona, cómo lo es la alimentación y el descanso, pero no todo movimiento es saludable ni todos los estímulos son óptimos o repercuten de igual manera en la misma o en distintas personas. De ahí, la necesidad de identificar qué tipo de movimiento es el más eficaz en cada situación y cómo desarrollarlo para que afecte al organismo de la manera que pretendemos. Cada persona tiene unas capacidades, necesidades, intereses y unas posibilidades, respecto a su participación en actividades, que le garanticen el movimiento que necesitan. Por eso, no debemos caer en el error de generalizar la práctica, salvo que obviamente lo entendamos exclusivamente como un pronunciamiento de las directrices generales a seguir. Siendo una referencia la base del entrenamiento deportivo adaptado a la población de mayores desde el paradigma de salud, donde se han definido ampliamente las capacidades a estimular (OMS, 2010). Parece evidente que cualquier modalidad de actividad física, con unos mínimos niveles de intensidad y frecuencia en su exposición, supone un estímulo óptimo sobre las capacidades de los mayores. En numerosos trabajos, Puggard (1999), Pescatello y cols.(2000), Brochu y cols. (2000), Hurley y Roth, (2000), Izquierdo-Porrera y cols. (2000), Hernández, (2001), Clearlock y Nuzzo, (2001), Fahlman y cols. (2002), Verissimo y cols. (2002), Restrepo y cols. (2003), Izquierdo y cols. (2003), Ballard y cols. (2004), Grant y cols. (2004), Bersot y Santos, (2005), DiBrezzo y cols. (2005), Evans y cols. (2005), Stewart y cols. (2005), Orr y cols. (2006), Kolbe Alexander y cols. (2006), Simons y Andel, (2006), Morrison y cols, (2010), Marques y cols. (2011), entre otros, en los que se analizan programas de entrenamiento y su repercusión sobre las capacidades físicas en mayores, se obtienen mejoras significativas. Tanto en los que adoptan estrategias de desarrollo individuales como en grupo, con orientación preventiva, de rehabilitación, de mantenimiento y/o recreativos. Todos han experimentado con programas con diferentes variables en cuanto a duración, intensidad, tareas, organización, etc y han evidenciado mejoras en contenidos esenciales estimulados y relacionados con la salud. Las evidencias nos conducen a afirmar que el gasto energético es una referencia clave en el desarrollo de los programas, como lo es la estimulación de las diferentes capacidades, condicionales y coordinativas, ya que de su interacción depende la respuesta adaptativa del organismo. Nosotros pensamos que, cuando se promociona la actividad física en poblaciones sanas, una buena estrategia es el desarrollo de actividades que estimulen al organismo de manera integral, procurando un nivel suficiente de empatía de los participantes con el programa y beneficiándonos de las aportaciones de las actividades en grupo. De hecho, es evidente que ninguna cantidad de ejercicio físico puede detener el proceso biológico de envejecimiento, pero existen pruebas de que su práctica con regularidad puede minimizar los efectos fisiológicos de una vida sedentaria, limitando el desarrollo de enfermedades crónicas y discapacitantes (Chodzko-Zajko, 2009). Además, se ha comprobado una fuerte asociación entre inactividad física y un significativo incremento de la morbilidad y mortalidad (Woolcott y cols, 2010).

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores Pensamos que las actividades de la vida diaria son un importante estímulo sobre la vida activa de los mayores, pero que deben ser complementadas con actividades dirigidas a estimular plenamente al organismo, buscando su impacto en factores claves asociados a la salud. Las capacidades a estimular serían todas (Párraga, 2009), no obstante pensamos que las más sensibles a estas edades son: a) resistencia, relacionada con el incremento del VO2 máx, mayor gasto energético y mejor capacidad de recuperación, b) fuerza, relacionada con el incremento de la masa muscular y la mejora de la regulación de los procesos nerviosos de coordinación intraintermuscular, c) la amplitud de movimiento, posibilitando la estimulación necesaria para que las articulaciones y grupos articulares mantengan niveles de movilidad óptimos para mejorar la capacidad de movimiento, d) equilibrio, como combinación de varias capacidades, para mejorar la autonomía y elemento clave en la prevención de caídas, y e) coordinación, sincronizando los diferentes movimientos y generando la adecuada interacción entre los procesos de regulación y control y la ejecución precisa de los diferentes movimientos. 2.- ALGUNOS INDICADORES A CONSIDERAR. Existen algunos indicadores especialmente relevantes al valorar la salud de las personas mayores. El sedentarismo y la alimentación son dos factores de impacto que inciden decisivamente en la salud de las personas, sobre los que tenemos la capacidad de intervenir y que se ven reflejados en la composición corporal de la persona. Una adecuada composición corporal dependerá, en buena medida, de la ajustada combinación de estos dos parámetros. De hecho, la edad, como parámetro cronológico, afecta a la composición corporal y si no se interviene, estimulando el gasto calórico mediante la realización de ejercicio y ajustando la ingesta calórica mediante una adecuada alimentación, los resultados pueden contribuir a la aparición de determinadas enfermedades o a acelerar los procesos de las existentes. Resulta preocupante, en los últimos años, el importante incremento de la obesidad que se ha experimentado en EEUU, que ha supuesto un 35,5% en mujeres adultas (2007-2008) (Flegal y cols. 2010). Marques y cols. (2011), tras un programa de 8 meses, 2 veces a la semana, obtienen resultados en los que disminuye la Masa Grasa (MG), con significativa disminución de la cintura. Resultados similares obtienen Evans y cols. (2005) y Giannopoulo y cols. (2005), aunque estos últimos con tan sólo 14 semanas de intervención logran una reducción del 6% en MG. Si bien, en estos estudios no se aportan resultados sobre el Índice de Masa Corporal (IMC). Restrepo y cols. (2003) observaron que mujeres posmenopáusicas, con 4 meses de participación en un programa de ejercicio físico, lograban disminuir el peso y la MG corporal entre 1,2 kg y 2 kg de promedio respectivamente, así mismo ganaban 1 kg de Masa Magra (MM). Lo que confirman los obtenidos por Stewart y cols. (2005), aunque en su muestra participaron hombres y mujeres que realizaron actividad física durante 6 meses, tres horas a la semana. Evidenciaron una disminución significativa en el IMC y en global mejoraban los datos obtenidos por Restrepo y cols. (2003). Podríamos pensar que las causas puedan deberse a la relación entre mayor tiempo de tratamiento y mayor índice de mejoras. Por el contrario, el estudio de Grant y cols. (2004) sólo evidencia mejoras significativas en el IMC, con una disminución del 0,59%, en mujeres sometidas a una intervención de 12 semanas. Brochu y cols. (2000) en tres meses logran una

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disminución significativa en la masa grasa en hombres y mujeres, no consiguiéndolo en el resto de parámetros de composición corporal estudiados, aunque los hombres consiguieron un aumento significativo de MM frente a las mujeres en las que no lo hubo. En los trabajos de Hernández (2001) no se encuentran mejoras estadísticamente significativas en la adiposidad de hombres y mujeres mayores residentes en un hogar de ancianos de Jaén, con una intervención de 15 semanas y una frecuencia semanal de 3 sesiones de 1 hora de duración. Siendo los resultados obtenidos por Kolbe y cols. (2006) similares a estos en la variable composición corporal. Posiblemente, estas diferencias encontradas en los trabajos analizados, sean atribuibles a diferencias metodológicas existentes entre unos y otros. Es razonable pensar que, para que los efectos de un programa de intervención incidan de manera significativa en las diferentes capacidades, se necesita un tiempo determinado de intervención, con una frecuencia e intensidad adecuada en las intervenciones. De hecho hay numerosos trabajos que aportan conclusiones en la línea de que a mayor intensidad en los esfuerzos, mayor repercusión sobre el organismo. Según estos hallazgos, la actividad física es una alternativa para mejorar la composición corporal de personas mayores independientemente de que tengan sobrepeso o no. Por un lado, la disminución de la grasa corporal es un factor clave relacionado con la salud y la prevención de numerosas enfermedades y, por otro, el incremento de la masa magra (fundamentalmente muscular) se ha asociado a una mayor calidad de vida y a una mayor longevidad. La evidencia nos hace pensar que la disminución de la MG de manera significativa y el incremento de la MM, como consecuencia de la hipertrófica muscular, tienen un gran impacto sobre diferentes factores de capacidad funcional, que afectan a autonomía y a la longevidad (Marques y cols. 2011). Por otra parte, según la Organización Mundial de la Salud, la disminución de la masa magra puede resultar preocupante, ya que es el mejor predictor de supervivencia en los casos de enfermedades crónicas, tumores malignos y enfermedades graves y agudas. La delgadez y la pérdida de peso corporal por disminución de la masa magra en los ancianos pueden constituir un problema de salud más importante incluso que el sobrepeso (OMS, 1995). En nuestro trabajo, tras someter a un grupo de 37 mujeres, mayores de 60 años, a un programa integral en grupo de actividad física (resistencia, fuerza, amplitud de movimiento, equilibrio y coordinación) durante 7 meses, con una frecuencia de dos sesiones semanales de 60 minutos y una intensidad de 60-65% de la frecuencia cardiaca de reserva, se obtuvieron diferencias significativas con una disminución del peso corporal de 1,51 kg de media, y de la Masa grasa 1,78 kg de media, por el contrario, no se encontraron diferencias significativas en la variable Masa magra, en la que se produjo un leve incremento (0,30 kgr de media). Otro factor de impacto es la capacidad de equilibrio, ya que constituye la base de una vida activa y sana, al existir una estrecha relación entre movilidad, caídas y equilibrio o estabilidad. Mantener un alto nivel de equilibrio y amplitud de movimiento o movilidad es esencial para mantener un buen nivel de aptitud en el envejecimiento, a pesar de las disfunciones que atesora el organismo con el paso

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores de los años (Debra, 2005). Las mujeres mayores, por sus características, son más propensas a caer (Barbosa, Arakaki y Silva, 2001 y Hu, 1994), por ello establecer programas integrados para conseguir la mejora del equilibrio es una meta de prevención fundamental, dado el gran riesgo colateral que suponen las caídas a edad avanzada. Existen trabajos que comprueban la repercusión de programas de ejercicio sobre la capacidad de equilibrio, estático y dinámico, en asociación con otras variables (principalmente el incremento de masa muscular) o de manera independiente. Así, Bersot y Pereira (2005) concluyen en su estudio con mujeres que había mejora significativa (p0.01 pequeño; > 0.06 moderado; > 0.14 Grande

Discusión El objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia de un programa combinado de ejercicios aeróbicos, de flexibilidad y fortalecimiento junto con WBV, en comparación con un programa de ejercicio por sí solo, en mujeres posmenopáusicas con FM. El objetivo fue el aumento progresivo de la estabilidad postural y se demostró cómo tras 6 semanas de intervención hubo un incremento de la estabilidad medio-lateral independientemente de que tuviesen los ojos abiertos o cerrados. Después del período de intervención a los participantes que hacían ejercicio con WBV les mejoró el equilibrio (MLSI) en un 42,63% con los ojos abiertos y un 25,57% con los ojos cerrados. Esto representa un efecto de mayor tamaño cuando los pacientes fueron evaluados con los ojos cerrados. Estas mejoras son similares a las reflejadas previamente [35]. Gusi y sus colaboradores en varios trabajos [32, 35] reflejaron mejoras en el equilibrio del 29% y 36% respectivamente, con entrenamiento vibratorio a corto plazo. Resultados similares han sido reportados por Rees et al. [25] (27,5% de mejora en MLSI).

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Cuando la evaluación se llevó a cabo con modificación de la información visual (ojos abiertos o cerrados), se encontraron diferencias significativas entre los grupos. Esto tal vez le da peso al argumento de que las personas con FM tienen dificultades para integrar la información sensorial y, por tanto, para mantener el equilibrio [11]. Resultados similares fueron descritos por Thomas et al. [13], quienes sugirieron que los pacientes con FM pueden tener alterada la comunicación periférica y central, así como desórdenes en las señales vestibulares. Aunque en ambos grupos el equilibrio postural se deterioró con los ojos cerrados (como en la población normal), el deterioro fue mayor en el grupo control. Las mejoras en el equilibrio reflejadas con WBV en estos pacientes es un hallazgo importante [32] y se plantea la posibilidad de utilizar este tipo de entrenamiento para obtener beneficios adicionales para la salud, más allá de los que normalmente se asocian con el ejercicio físico en este grupo de población. Por ejemplo, los pacientes con FM tienen una mayor frecuencia de caídas [17] y pueden sufrir pérdida de masa ósea prematura [36]. WBV se puede utilizar para hacer frente a estos dos problemas clínicos importantes [35], además de mejorar las carencias de fuerza y la rigidez asociadas a la FM. En las mujeres, la disminución de la fuerza muscular se acelera después de la menopausia, lo que lleva a la reducción de la función [37]. También se ha demostrado que esta disminución puede ser mitigada por una intervención con ejercicios de fortalecimiento [38]. Estudios anteriores también han informado que el entrenamiento vibratorio se asocia con aumentos en la fuerza muscular de los miembros inferiores [23, 27] ya que proporciona un gran estímulo sensorial que activa los usos musculares, lo que también podría mejorar la propiocepción [39]. Las mejoras en el presente estudio podrían indicar que el entrenamiento vibratorio tiene una influencia relativamente rápida y positiva en el sistema de propiocepción en FM. A pesar de la reducida muestra y la escasa duración del programa de intervención, los resultados de este estudio son clínicamente importantes ya que sugieren el uso del entrenamiento vibratorio para mejorar el equilibrio cuando se detecten deficiencias en los pacientes con FM. El presente estudio mostró que la aplicación de un programa de ejercicios tradicionales adaptados para este grupo de población y complementado con WBV conlleva mejoras de la estabilidad, lo que podría tener implicaciones para la prevención de caídas.

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4º Congreso Internacional de Actividad Físico Deportiva para Mayores “EL EFECTO DEL EJERCICIO EN PISCINA POCO PROFUNDA SOBRE LA FUERZA ISOMÉTRICA MÁXIMA Y EL PESO RELATIVO EN MUJERES POSTMENOPÁUSICAS” Carrasco Poyatos, María1; Martínez González-Moro, Ignacio1; Vaquero Abellán, Manuel2 1

Universidad de Murcia. Grupo de Investigación Ejercicio Físico y Rendimiento Humano. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. España. 2 Universidad de Córdoba. Facultad de Enfermería. I.

Introducción. Las alteraciones hormonales que se producen tras la menopausia determinarán en gran medida el deterioro que se produce en la fuerza y la masa muscular, incidiendo de forma especial en la fuerza isométrica. La tasa metabólica basal también se verá reducida y por tanto, el porcentaje graso total del cuerpo aumentará. Esto hará que la mujer postmenopáusica experimente una atrofia muscular incrementada que además estará asociada al aumento del tejido graso, poniendo en peligro su independencia funcional y su estado de salud. Diferentes estudios llevados a cabo en piscina poco profunda han demostrado su efectividad incrementando la fuerza isométrica máxima y disminuyendo el porcentaje graso de mujeres postmenopáusicas y mayores.

II.

Objetivos. El objetivo propuesto en este estudio fue determinar el efecto de un programa de ejercicio de 12 meses de duración, llevado a cabo en piscina poco profunda y basado en el trabajo aeróbico y de fuerza muscular de carácter dinámico, sobre la fuerza isométrica lumbar y de miembros inferiores, y el índice de masa corporal en mujeres postmenopáusicas.

III.

Material y método. Selección aleatoria simple de 38 mujeres postmenopáusicas en dos grupos: grupo de ejercicio (GE) (n=21 mujeres) y grupo control (GC) (n=17 mujeres). Se llevaron a cabo dos evaluaciones, una basal y otra post-intervención, que consistieron en la valoración del índice de masa corporal (IMC) con una báscula médica electrónica con tallímetro (SECA 780), y la valoración de la fuerza isométrica máxima de una flexión de tronco (FIFT) y de una extensión de piernas (FIEP) con un dinamómetro isométrico específico para tal efecto (T.K.K. 5402. Takei Scientific Instruments CO.LTD.). El programa de intervención en el GE tuvo una duración de 12 meses, frecuencia de 2 sesiones/semana, 45 minutos/sesión y se trabajó a una intensidad moderada (11-15 puntos en la Escala de Borg). Dicho programa consistió en ejercicio aeróbico y de fuerza muscular del tren superior e inferior en piscina poco profunda basado en actividades como acuaeróbic, acuastep, circuitos de musculación o juegos. Para incrementar la resistencia muscular se utilizó material específico (Hydro Tone Fitness Systems, Inc. California – USA): Aqua ExercisersR, MinifinsR y Hydrotone-bellsR para el tren superior, y AquafinsR e Hydrotone-bootsR para el tren inferior. En el GC el tratamiento elegido fue mantener la práctica de actividad física habitual a excepción del ejercicio en el medio acuático. Se aseguró el seguimiento de las cohortes de estudio. Tras comprobar una distribución normal de las variables se realizó un análisis descriptivo. Para comparar grupos en bloque (conjunto)

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se utilizó el análisis de la varianza (ANOVA). El test de Bonferroni fue aplicado para determinar diferencias específicas entre medias. Para analizar los cambios de cada variable en cada grupo se utilizó la prueba de la t para muestras relacionadas. Se aplicó un margen de error de p