• Author / Uploaded
• Andres Felipe Carvajal Medina

Citation preview

Taller de “Las malditas matemáticas” – Andrés Felipe Carvajal medina (Resumen – opinión) Alicia está sentada en el banco de un parque intentando entender lo que su libro de matemáticas contiene, como no lo consigue empieza a proferir de las matemáticas, dicendo cosas como ¡malditas matemáticas!, entonces, aparece, saliendo de unos matorrales cercanos a la banca donde ella se encontraba, quien será por el resto del relato el acompañante de esta desdeñosa niña; un sujeto aparentemente descuidado, después de que ella termina de insultar lo que a él tanto le gusta y respeta (que, eventualmente, a ella también le gustará y respetará), las matematicas. Charlie (que así es como se presenta dicho sujeto) empieza a instruir a Alicia en materia de matemáticas y a disuadirla de que son abrridas; en primer momento esto se le dificulta, pues Alicia está fuertemente empecinada en que las matemáticas no tiene nada para ofrecer y en que son como un castigo que los insulsos profesores le ponen a los niños… una tortura, a esto responde Charlie, con la pericia que tanto lo caracteriza, que tiene razón, pero, no en todo… él le explica la función y la razón de nuestro sistema de numeración decimal de tal manera que Alicia queda embelesada, a ésta sazón concedió Alicia (para sus adentros) que no se sentía frustrada, castigada y/o torturada… supo que las “mates” pueden ser entendibles y hasta interesantes, pero que esto depende de quien las enseñe y como las enseñe. Charlie coincidió con Alicia en que las matemáticas pueden llegar a ser como una tortura para quien las este aprendiendo, sin embargo – aclaró Charlie – “esto es causa de los maquinales métodos que algunos usan para enseñarlas, no de las “mates””(así Alicia tenía razón, pero, no en todo) Una vez Charlie se granjeó la atención de Alicia la invitó a que lo acompañace… no le dijo donde, pero gracias al asaz embelezo en el que Alicia sucumbió porqué de la elocuencia de Charlie, su curiosidad superó su miedo, y así lo siguió por un “agujero de gusano” (un roto vertical que se habría en las raíces de un arbol) y sin mucho obstáculo, posteriormente, llegaron al país de las maravillas (pero de números), que a primera vista Alicia reconoció como tal, y en seguida, también reconoció que Charlie era el ilustrado autor de esa creativa imitación de “Alicia en el país de las maravillas", en la que ahora se encontraban. A partir de ese momento Charlie y Alicia empiezan su peregrinaje; primero conocen a los naipes, después a la reina de corazones (Que conserva el carácter irascible del de la original), eventualmente llegan a un laberinto donde conocen a una “minovaca” diestra en enseñar matemáticas y que tiene la manía de alargar, cuando habla, las letras “m" y “u". Del laberinto pasan a encontrarse en un enorme desierto, el cual sus dunas estan constituidos por trigo en lugar de arena, en una de estas se encuentra un individuo vestido con ropajes característicos de medio Oriente quien le explica a Alicia la razón del desierto de trigo y por qué él está allí. Después de esto llegan al bosque de los números donde tienen que encontrar la manera de orientarse para fijar un rumbo (se orientan gracias a los árboles y el rumbo lo da el “patrón” que obedecen los mismos). Posteriormente, nuestros pergrinos llegan a un largo comedor que está situado en el bosque mismo (Nótese que no han salido del bosque) el cual está totalmente ocupado según dicen los ocupantes que son tres lunáticos personajes (el Sombrerero, la liebre y el compñero(a) dellos) que están sentados en un mismos extremo de la mesa, allí los cinco empiezan a discutir los comos y los por qués de que una mitad equivalga a dos cuartos y que estos a su vez equivalgan al 50% de algo (en el caso de nuestros peregrinos y los tres lunáticos, de un pastel). Acabada la tertulia de los tres lunáticos aparece el risueño (el gato risueño) quien le hace unas preguntas a Alicia acerca del peso de un ladrillo y medio; después de hacer algunos cálculos

experimentales Alicia le da respuesta al risueño, que desaparece al instante. Seguido de esto Alicia, con la ayuda de Charlie, trata de resolver un cuadrado mágico ubicado en las raíces de otro árbol, una vez lo resuelve (Gracias a la desenvoltura en materia de matemáticas que se había granjeado en aquel mágico país) se descubre un túnel oblicuo (casi vertical) en el que Charlie se adentra sin que Alicia cayera en la cuenta, cuando ella se percata de esto hace lo que él hizo, pues al igual que al principio, su curiosidad superó su miedo… el túnel-agujero daba a una cerrada habitación desolada, solo ocupada, en un extremo de ella, por un anciano de larga barba y sombrero de punta (Que en vez de estrellas tenía números) quien resultó ser charlie en su forma favorita, la de “matemago”… finalmente, Alicia despertó, pero ahora, gustandole y respetando las “mates”. (Nótese que todo fue un sueño… ¿o no?... despues de todo; “¿quien es quien para decir cual es cual?”).