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Imagen profesional: más allá del buen vestir Publicado el 25 de Abril 2016 a las 1:14 PM Todo ejecutivo debe desarrolla

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Imagen profesional: más allá del buen vestir Publicado el 25 de Abril 2016 a las 1:14 PM

Todo ejecutivo debe desarrollar una imagen profesional integral que combine varios aspectos como la imagen física con la imagen verbal y la imagen no verbal.

La imagen profesional es la percepción que se tiene de una persona por parte del entorno en el que se desempeña, a partir de los estímulos que emana durante su actividad laboral.

Dichos estímulos provienen del aspecto físico; de los gestos, ademanes y expresiones corporales; y de la forma de expresarse vía oral y por escrito. A estos tres aspectos se les denomina, respectivamente, la imagen física, la imagen no verbal y la imagen verbal. Estos tres componentes de la imagen profesional deben ser manejados en forma complementaria, de modo que el profesional proyecte una imagen de credibilidad y seguridad, de modo que su imagen sea una herramienta fundamental para promover la confianza y generar autoridad y liderazgo. Imagen física: la forma de vestir es un factor clave. Parafraseando un dicho muy popular, no basta con ser profesional sino que hay que parecerlo. Es decir, se debe ser coherente. Y no hablamos únicamente de vestir ternos siempre; un ejecutivo debe saber vestirse adecuadamente para cada ocasión, tanto para una cena de gala como para asistir a las olimpiadas internas de la organización. Pero algo que debe tomar en cuenta es que incluso el vestuario más exclusivo carece de sentido si la actitud de quien lo viste no proyecta liderazgo y personalidad. Querramos o no, en forma consciente o inconsciente, todos proyectamos una personalidad a través de la imagen que ofrecemos a los demás. Si el ejecutivo no tiene prestancia ni una actitud de liderazgo, será difícil que dirija una organización. De ahí la importancia de saber manejar la presencia física. Imagen no verbal: Los gestos, los ademanes y las expresiones corporales también comunican. Un cuerpo encorvado, con los hombros apretados y el rostro mirando hacia abajo transmite derrota, depresión. En cambio, un cuerpo erguido, con hombros sueltos, una mirada firme y dirigiéndose a los ojos del interlocutor, transmiten liderazgo, convicción, autoridad y confianza. El ejecutivo exitoso debe mantener coherencia entre lo que es y lo que exterioriza verbal y corporalmente. Imagen verbal: Del mismo modo, el ejecutivo líder debe mantener la coherencia entre la imagen que proyecta físicamente y la forma de expresarse verbalmente. Debe ser un buen comunicador. La buena imagen proyectada debe ser complementada con una demostración de que tiene los conocimientos técnicos y la experiencia que se requiere para su puesto. Y esto solo se demuestra cuando interviene oralmente y cuando presenta sus informes. Tanto el alto ejecutivo que se dirige a los accionistas de la compañía para exponer los logros de la organización como los gerentes en los comités de gerencia o el funcionario en una reunión de trabajo deben saber manejar adecuadamente este aspecto de su imagen. Para cualquier exposición o presentación, ya sea ante los jefes o subordinados, se recomienda ensayar lo que se va a decir y tener claros los mensajes que se van a emitir, siendo estos últimos la columna vertebral de la ponencia. Hay ideas y palabras claves que sirven para reforzar un buen discurso. Como vemos, la imagen profesional no se constriñe a la vestimenta. Esta debe ser vista como un complemento de las capacidades y de la actitud, lo cual también expresa mediante lenguajes verbal y no verbal. ¿Deseas saber más acerca del desarrollo de la imagen profesional? Inscríbete en el PEE en Gestión de la marca Personal (curso online) de ESAN. FUENTES CONSULTADAS: Artículo "La importancia de proyectar una buena imagen profesional", de Bárbara Guerrero, publicado por el portal de la revista América Economía.

Manual de Inducción al Desarrollo Profesional para los egresados de la FES Acatlán UNAM, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

LA IMAGEN PROFESIONAL “Como te ven, te tratan” La imagen es comunicación. Después de la propia palabra, nuestra imagen revela mucha información de la personalidad de cada uno de nosotros. Nuestra apariencia puede comunicar lo que deseamos: seguridad, profesionalidad, cercanía, etc. La decisión de poner mayor o menor cuidado en la apariencia la toma cada persona, y por lo tanto, debemos asumir el resultado de cada una de nuestras elecciones. El vestuario transmite mucha información: cómo se lleva, creencias y cultura, profesión, posición social, gustos y preferencias... Tiene una gran transcendencia social, ya que dentro de la amplia variedad de elección, sirve para identificar y clasificar a las personas. Son muchos los estudios realizados sobre este controvertido tema. En distintos experimentos se ha constatado, que la credibilidad del mensaje dado por el emisor, es proporcional al cuidado reflejado por su imagen, y que las acciones de una persona bien vestida son más seguidas por los demás.

Una persona pulcra, bien vestida, bien peinada es una persona que transmite confianza y estima. Para tener éxito en nuestra vida profesional es preferible preocuparnos menos de "ir a la moda" y si tener en cuenta unas sencillas normas de protocolo de imagen profesional.

Características básicas en una imagen profesional: • La imagen profesional comienza con una buena silueta. Esto quiere decir, cuidar nuestra dieta y peso corporal en primer lugar, y además usar prendas adecuadas al tipo de cuerpo (lo que llamamos “estilismo”). • Si nuestro cuerpo está en buena forma física, comunica energía, eficiencia y alta autoestima, por lo que es aconsejable el ejercicio físico regular como hábito de vida saludable. • Llevar siempre el cabello limpio y buen corte de cabello. Verificar el peinado antes de cualquier aparición pública. • En los negocios no existe el género, pero sí la buena educación. Esto significa que el trato entre un hombre y una mujer de negocios estará regido por las normas de etiqueta profesional, no por sus diferencias de condición sexual. Al presentarse dar la mano, no besar. • Equipara tu vestuario a la formalidad requerida por la situación: reunión de compañeros, almuerzo de trabajo, junta directiva, entrevista de trabajo, etc.

Un profesional debería elegir con esmero y especial dedicación la etiqueta más apropiada (nivel de formalidad) para diversas ocasiones o reuniones en las cuales sea invitado o desempeñe un rol especialmente relevante (anfitrión, invitado de honor, invitado VIP, etc.). La mujer deberá prestar más atención a su vestuario ya que al contar con más opciones que los hombres, existen más posibilidades de equivocaciones: un color, un largo de falda, un estilo no acorde a las circunstancias, etc.

La importancia de proyectar una buena imagen profesional 4

📅26-02-2010 🕔 16:48

La imagen y actitud que un ejecutivo puede llegar a proyectar, será fundamental a la hora de ejercer confianza y liderazgo.

Por Bárbara Guerrero

El mundo contemporáneo exige a los ejecutivos ser más competitivos. Por ello, proyectar una imagen de credibilidad y seguridad, se ha convertido en una herramienta fundamental a la hora de promover la confianza y generar autoridad, liderazgo y poder. Según los expertos, todo profesional que ejerza puestos de dirección y desee obtener un mejor desempeño, tanto de sus labores, como de su equipo de trabajo, debe aprender a desarrollar una imagen integral, que abarque factores desde la vestimenta, hasta la identidad y el compromiso. La forma de vestir es una de las piezas que conforman la carta de presentación de los profesionales y una de las más determinantes a la hora de triunfar en una compañía. Sin embargo, hasta el vestuario más exclusivo no tiene sentido si la actitud de quien lo porta no proyecta liderazgo y personalidad, explica Beatriz Pereira, psicóloga laboral y miembro de la Federación Latinoamericana de Coaching. “Son los pensamientos estratégicos, los que una vez que son comprendidos permiten que enfoquemos de manera distinta nuestra imagen personal” , señala la experta. Lola García, asesora de Comunicación e Imagen Integral para Microsoft Empresas, coincide con Pereira al afirmar que la imagen y actitud que un profesional puede llegar a proyectar, es fundamental a la hora de imponer un grado de superioridad.

“Aunque no se es consciente, todos proyectan su personalidad a través de la imagen que ofrecen al exterior. Por ello, si no hay prestancia ni una actitud de liderazgo difícilmente, se podrán llevar las riendas del negocio o del puesto de trabajo”, sostiene. Indistintamente de la ocupación que pueda tener, Abel Gallardo, Master of Science en Psicología Industrial y Organizacional, cree que un líder puede ser formal y casual a la vez, dependiendo de su estilo de liderazgo, pero que esto no deberá opacar ni incrementar su presencia. “Un líder autócrata, se verá muy bien formalmente, de cuello y corbata, y un líder demócrata, se verá muy bien en estilo casual. Por lo tanto, independiente de su estilo, el líder no debe opacar su presencia, sino atraer sin encandilar”, explica. El especialista aclara, sin embargo, que la seguridad y confianza que proyecte un profesional, deberá venir respaldada por sus logros académicos, no por la marca o el color de ropa que esté usando. “Si no se demuestran los conocimientos técnicos, experticia y experiencia, de nada sirve vestir un traje de alta costura. Por ello, el tema de la imagen personal y profesional debe centrarse en un mensaje asertivo para lograr el éxito”, señala. Logrando el equilibrio. Pensar en un estilo profesional, basado en una identidad propia, acorde a las competencias que se subrayarán como fortalezas profesionales, además del estilo o look propio, forma parte de una construcción estratégica de aquello que se ha propuesto proyectar. Por ello, la elegancia, sobriedad, versatilidad, proactividad y profesionalismo de una persona, se verá -sin duda- reforzada en su indumentaria. No obstante, enfatizan los expertos, la indumentaria será sólo un complemento, que deberá ser utilizado como un plus, sin que reste importancia a las capacidades y actitud de quien los porta.

“Lo importante es asumir en la mente y en el cuerpo una mixtura contextualizada, que realce el perfil integral que se busca tener. Es necesario lograr un equilibrio estratégico entre cuerpo, personalidad y competencias profesionales, sin tener una colección de Versace o de Armani”, dice Pereira. En definitiva, la importancia de mantener una buena imagen personal, radica en que será esta la guía que conducirá a una correcta imagen profesional. Está comprobado que una persona que proyecta habilidades de liderazgo y seguridad, combinadas con una buena presencia, logra cautivar a sus colaboradores y, por ende, lograr las metas y objetivos que se proponga.

Etiqueta: La imagen Personal y Profesional Por Silvia Citrullo 3 93703

Hoy vamos a introducir en esta nota el tema de la imagen personal y profesional y cómo mejorarla. En nuestra sociedad, y para el logro del crecimiento profesional dentro de las organizaciones, el cuidado de la imagen personal posee suma importancia, pues implica el conocimiento y perfeccionamiento del aspecto exterior, a través del porte, la vestimenta, el habla y las mejores formas para interactuar con nuestro interlocutor. El término etiqueta se relaciona con la vestimenta, modales (lenguaje gestual, comunicación oral) y aspectos de comportamiento que conforman la vida social y profesional. En estos días es usual que las ejecutivas/os requieran de los servicios profesionales de especialistas en Imagen y Protocolo, a fin de mejorar el estilo en el vestir, la forma de comunicación gestual y algunas pautas de liderazgo que hacen al ejercicio del management, a través del conocimiento y la aplicación más criteriosa de la normativa protocolar. Tabla de Contenidos [Ocultar] 

1 Como mejorar la imagen personal y profesional o

1.1 Imagen ejecutiva: La vestimenta más adecuada en el ámbito laboral

o

1.2 Selección de la vestimenta más apropiada para cada reunión. Otros aspectos a considerar:

o 

1.3 La mirada interior y exterior: Algunas preguntas para reflexionar

2 Conclusiones

Como mejorar la imagen personal y profesional En relación al aspecto físico, nacemos con una determinada altura, rasgos faciales, o color de cabello, los cuales se pueden cambiar o mejorar, haciendo todo lo posible por mantener una figura estilizada.

Se pueden conocer y aplicar las técnicas adecuadas de maquillaje para cada tipo de rostro, utilizar los colores y diseños apropiados en la vestimenta profesional, pues la indumentaria tiene el poder de mejorar decididamente la percepción positiva de la imagen ejecutiva. El conocimiento de los aspectos fundamentales de las técnicas de la oratoria, enseña a tomar conciencia de que el manejo apropiado de las cualidades de la voz, puede ser considerado uno de los instrumentos más poderosos que permiten el logro de una comunicación oral fluida y creíble. La voz se puede educar para trasformarla en más suave, pausada y agradable, logrando que los modos de expresar una idea causen una impresión positiva. Con respecto a la selección de la vestimenta, una profesional debería elegir con esmero y especial dedicación la etiqueta más apropiada para diversas ocasiones o reuniones en las cuales sea invitada o desempeñe un rol especialmente relevante (anfitriona, invitada de honor, invitada VIP, etc).

Imagen ejecutiva: La vestimenta más adecuada en el ámbito laboral 

Un vestido negro, de líneas sencillas, puede ser considerado “un básico” para asistir a diversas reuniones. Los accesorios le darán un aspecto más “formal o más casual”.



Los colores oscuros y monocromáticos tienden a adelgazar y estilizar la figura.



Las faldas levemente entalladas hasta la rodilla sientan mejor que las plisadas o rectas.



Los trajes que más favorecen: pantalones rectos y chaquetas sastre largas con hombreras discretas, levemente entalladas en la cintura en colores negro, azul, beige, gris o pasteles.



Evitar las telas con adornos muy elaborados y colores muy estridentes durante el día.



Los zapatos, la cartera y el cinturón, combinarán en color, tamaño y diseño con el resto de la indumentaria.



El calzado resulta un accesorio de fundamental importancia en la percepción del conjunto de la indumentaria. El taco más favorecedor para la postura, es el de cinco centímetros, aportando altura y equilibrio.



Para una reunión de trabajo, evitar los estampados llamativos, los tejidos gruesos y las telas satinadas o con brillos.



Las piernas se estilizan cuando se usan las medias y los zapatos en la misma tonalidad.



Seleccionar en tonos neutros el color de los abrigos o tapados: ( negro, azul o camel).



Los accesorios (pañuelos, guantes, carteras, anteojos, joyas), deberán ser elegidos con un criterio discreto y sutil, a fin de realzar y complementar aportando distinción, sin proyectar un aspecto recargado.

Selección de la vestimenta más apropiada para cada reunión. Otros aspectos a considerar: 

El tipo de reunión (cocktail, acto de apertura, almuerzo de trabajo, conferencia, etc.).



El horario estipulado para la ejecución del evento.



Lugar del evento (salón de un hotel, restaurante, quinta o residencia para fiestas, embajada, sala de reuniones de la empresa)



La estación del año.



Perfil de los invitados a la reunión (empresarios, autoridades oficiales, artistas, etc.).



Si la ejecutiva asiste a un evento en calidad de invitada de honor, invitada VIP, o desempeñará alguna función (locutora, disertante, etc).

El aspecto exterior debe proporcionar sensación de agrado y de bienestar. En general, vestir de forma discreta pero favorecedora, siguiendo las líneas clásicas con un toque de moda puede resultar la elección más conveniente para proyectar una imagen femenina y profesional. La calidad de las prendas se relacionan de manera directa con la duración y aspecto, ya que un traje de corte impecable aporta elegancia y seguridad.

La mirada interior y exterior: Algunas preguntas para reflexionar 

¿Utilizo la vestimenta adecuada para cada ocasión? Accesorios atractivos, armónicos, sobrios?



¿Mis modales y conducta hacia mi familia, amigos y grupo de trabajo transmiten y proyectan cortesía, confianza y credibilidad?



¿Puede interpretarse mi lenguaje corporal como expansivo y amable, interesado en mejorar y crear las condiciones para una comunicación positiva? Puedo interpretar el lenguaje gestual de mi interlocutor?



¿Manejo con fluidez mi capacidad de hablar en público?



¿Mi comportamiento y personalidad se estructuran en valores y virtudes morales?



¿Me comprometo a trabajar compartiendo experiencias y aportando calidad profesional en mi ámbito laboral?



¿Decido trabajar en un ámbito de trabajo que sea coherente con mis valores personales, en donde se perciba respeto, compromiso y motivación?

Conclusiones Como conclusión de lo expuesto, se puede inferir que la construcción de una imagen profesional equilibrada y armónica, resulta de la sumatoria de aspectos exteriores, y una personalidad educada, expansiva y naturalmente cordial, construida sólidamente en valores y virtudes morales. Los profesionales del Ceremonial y Protocolo, estamos en condiciones de poder asesorar acerca de los aspectos fundamentales que hacen a la proyección de una imagen ejecutiva creíble y armónica, estructurada sobre sólidos comportamientos éticos. ¿Te ha gustado este artículo? ¿Si? Entonces te pido que lo compartas. Los Tweets, Likes y +1s ayudan a que Google valore mejor este artículo y lo posicione… Mil gracias por adelantado. 

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Silvia Citrullo http://www.ceremonialmeetings.com.ar/

Silvia Citrullo es Técnico en Ceremonial y Protocolo, es Directora de Ceremonial Meetings. Miembro Activo de APCRA (Asociación de Profesionales del Ceremonial de la República Argentina). Se ha desempeñado como Profesora Adjunta de cursos bimestrales y cuatrimestrales de "Ceremonial y Protocolo". Facultad de Derecho (UBA). Profesora del curso de "Ceremonial, Protocolo y Planificación de Eventos". Facultad de Ciencias Sociales, Universidad del Salvador. Profesora del seminario de capacitación profesional: "Ceremonial, Protocolo y Planificación de Eventos para las Organizaciones". Dirección de Posgrados de Comunicación de la Universidad Austral.

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En el mundo de hoy la competitividad es una característica requerida a la hora de elegir un ejecutivo. Por lo tanto la imagen y actitud que un ejecutivo proyecte van a ser prioritarias para poder ejercer la confianza y el liderazgo.

Para los ejecutivos de hoy la credibilidad y seguridad, se han convertido en una herramienta fundamental para poder ejercer su autoridad y poder.

El ejecutivo ha pasado de ser un simple jefe/ director a ser un motivador, un miembro de un equipo, un coach, un guía y un líder. Por estas razones, quienes tengan puestos de dirección y deseen obtener un mejor desempeño, tanto propio, como de su equipo de trabajo, deberán aprender a desarrollar una imagen integral, que abarque factores desde la vestimenta, hasta la identidad y el compromiso.

¿Qué factores influyen o afectan la imagen que se ofrece a los demás?

La vestimenta. Como uno se viste es clave, porque es la capa externa y primaria que se muestra. La forma de vestir es nuestra carta de presentación. De todos modos si uno lleva un traje hecho a medida, pero la actitud no es acorde, no sirve de nada.

Es la actitud la que proyecta liderazgo y personalidad, explica Beatriz Pereira, psicóloga laboral y miembro de la Federación Latinoamericana de Coaching.

Seamos conscientes o no, todos proyectamos una imagen exterior a través de la ropa que usamos, los accesorios, si estamos prolijos, pulcros o arrugados, manchados. La imagen y la actitud que acompaña esa imagen serán fundamentales aliadas del ejecutivo.

Por otro lado no es necesario asociar exclusivamente la figura líder a la de traje y corbata, por eso se resalta que la actitud es tan importante como la ropa. Un líder también puede ir vestido en ropa informal o más casual sin dejar de ejercer su liderazgo por ello.

Otro factor determinante es el que está asociado a los conocimientos y los logros académicos. Uno puede tener mucho carisma y vestirse de manera excepcional, pero si eso no está acompañado de un respaldo intelectual no servirá de mucho.

La imagen proyectada deberá estar respaldada por conocimientos técnicos, expertise, experiencia.

Encontrar el estilo propio. Pensar en un estilo profesional, basado en la propia identidad es muy importante. Si uno copia a otro se notará que el estilo está forzado, y de hecho no se sentirá cómodo en esa situación. Se puede conseguir resaltar las fortalezas profesionales, sin que eso signifique copiar a otro y dejar de ser uno mismo.

La elegancia, sobriedad, versatilidad y profesionalismo de una persona, se verá reforzada en su indumentaria, sin necesidad de copiar un estilo ajeno o forzarel propio a algo que no es. De todos modos se resalta una vez más que la indumentaria será sólo un complemento, que deberá ser utilizado como un plus, sin que reste importancia a las capacidades y actitud de quien los porta.

Dentro de este ámbito de resaltar la imagen profesional y centrarnos en ella, es necesario lograr un equilibrio estratégico entre cuerpo, personalidad y competencias profesionales, sin necesidad de tener el traje más caro del shopping.

En definitiva, la importancia de mantener una buena imagen personal, radica en que será esta la guía que conducirá a una correcta imagen profesional. Está comprobado que una persona que proyecta habilidades de liderazgo y seguridad, combinadas con una buena presencia, logra cautivar a sus colaboradores y, por ende, lograr las metas y objetivos que se proponga.