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A partir de ese objetivo de conservar al máximo la naturaleza de los bienes y de evitar en lo posible la restauración, Boito estableció en su “Carta de Restauro” sus ocho puntos fundamentales que toda intervención debe cumplir, sea cual sea el tipo de Bien Cultural:



• 1- Diferencia del estilo entre lo antiguo y lo nuevo.

• 2- Diferenciar los materiales usados en la obra.

• 3- Supresión de elementos ornamentales de la parte restaurada.

• 4- Exposición de restos o piezas que se hayan prescindido o eliminado en el proceso de restauración.

• 5- Incisión en cada fragmento renovado con un signo que indique la fecha y que se trata de una pieza nueva.

• 6- Colocación de un epígrafe descriptivo de la actuación realizada y expuesto en el propio bien.

• 7- Exposición de fotos, planos y documentos donde se observe el proceso de la obra y publicación de las obras de restauración.

• 8- Notoriedad destacando el valor de lo auténtico y resaltando el trabajo realizado.

PORTA TICINESE La puerta fue construida en la muralla de la ciudad de Milán en 1171. Se componía de un arco y mas tarde se le añadieron dos torres. Entre el siglo XIII y XV se transformó en un edificio residencial y durante el paso de los siglos se fueron urbanizando sus alrededores. También conocida como Porta Cicco, pues era una de las únicas puertas de la ciudad que poseían apertura, fue fuertemente reconstruida en 1861 por Camillo Boito, que abrió los dos arcos laterales, dándole su aspecto actual.

La Porta Ticinese, junto con los arcos de la Porta Nuova y Via Manzoni, son los únicos sobrevivientes de las antiguas murallas de Milán del siglo XI.





BASILICA DE SANTA MARIA Y SAN DONATO Fue construido por Donatello entre 1446 y 1453, con un gran conjunto de esculturas de bronce, que incluye siete estatuas. Ha perdido sus características arquitectónicas originales, pues la composición actual es el resultado de la reconstrucción en 1895 por Camillo Boito.



RESIDENCIA CAVALLI - FRANCHETTI

Construido en la segunda mitad del siglo XV, como residencia de la familia Marcello di San Vidal. Fue parcialmente vendido, y en los siguientes tres siglos perteneció a la familia Gussoni y Cavalli. Durante el año1940 el archiduque de Austria se une a la posesión y comienza una intervención compleja y coordinada para su modernización. Durante la restauración el archiduque muere (1847) y Henry V hereda la propiedad, comisionando la obra al arquitecto Giambattista Meduna, quien lo reformula convirtiéndolo en uno de los edificios venecianos más emblemáticos del siglo XIX. En 1878, fue comprada por el barón Raimondo Franchetti, quien le confía plenamente a Camilo Boito la restauración de la residencia.

La Basílica de Santa María y San Donato esta situada en Murano, al norte de Italia. Es conocida por su pavimento de mosaico bizantino del siglo XII y se dice que contiene las reliquias de San Donato de Arezzo. Boito basa su trabajo en un análisis en profundo de la obra, tratando de aprender sus aspectos formales y técnicos-constructivos, a través de documentación, estudios métricos y observación. Hizo uso de dibujos, así como fotografías, que examinan la configuración general de la basílica, sus detalles constructivos y ornamentales.



ALTAR DE SAN ANTONIO DE PÁDUA El Altar del Santo de Donatello se trata de un retablo que ocupa su lugar de origen, el presbiterio de la iglesia de San Antonio de Padua, pero del que sólo se conservan los relieves y estatuas de bronce y una única obra en piedra. El encargo fue realizado el 13 de abril de 1446 gracias a una donación de Francesco Tergola. El 13 de junio de 1448, el Altar se montó de manera provisional en la iglesia de los franciscanos de Padua con ocasión de la fiesta de san Antonio. Fue consagrado el 13 de junio de 1450 y desmembrado en 1579 según Ceysson y en 1591 según Busignani y otros autores. Tras haber sido modificado varias veces, el arquitecto Camillo Boito lo dejó en 1895 como lo vemos hoy (Vasari, 2002: 286).

Aspectos formales

Lo componen siete esculturas de bronce de bulto redondo, cuatro bajorrelieves de bronce con escenas, cuatro bajorrelieves de bronce con símbolos, otro relieve con Cristo sujeto por dos putti, doce relieves con ángeles músicos y un relieve de piedra. Chastel dice que el contrato del altar hablaba de cinco esculturas. Añade que Donatello propuso para la parte superior un tipo de estructura novedosa en el norte de Italia: un edículo con la forma de un pórtico que funciona como la arquitectura de un tríptico bajo el que se sitúan las estatuas de la Virgen y el Niño, en el centro, rodeadas de los santos.

La predela se compone de todos los relieves. Cuatro escenas horizontales, dos en la parte anterior y dos en la posterior, miden 57 centímetros de alto por 123 centímetros de largo y están hechas de bronce dorado.

Ghiberti tomó la metáfora del «renacer» de un texto de Plinio que habla del resurgimiento de la fundición del bronce tras una época de decadencia (Gombrich, 1985: 288). En los cuatro relieves de 57 por 123 centímetros, un fraile ocupa el centro de la composición: aparece frente a una madre con su niño, con el padre a la izquierda; ante una mula arrodillada; arrodillado, de perfil, sujetando el pie de un hombre, y junto a un féretro. En ellos, la perspectiva lineal no sólo era un método para conseguir una ilusión espacial sino también una manera de imponer un esquema unificador a la superficie de los diferentes relieves. Las figuras parecen introducirse en un espacio vacío y pierden su individualidad pues hay entre veintiséis y setenta personajes. Algunos se suben a cualquier altura que encuentren para ver mejor, se aferran a las columnas para no ser aplastados por la muchedumbre, se abalanzan hacia delante, los viejos transportados por los jóvenes, se arrodillan y se postran.

En un relieve, un muro posterior plano corre paralelo al plano de proyección, y la escena está dividida en cinco escenas iguales, dos a la derecha y dos a la izquierda, delimitadas por unos muros salientes, y otra en el centro definida por un dosel. En otro, el campo está dividido en tres secciones iguales por medio de una arcada delantera, mientras el muro posterior está perforado por una reja o ventana semicircular a través de la cual se ve otra reja más lejana. En un tercer relieve, las secciones laterales están cerradas por muros, pero el centro se aleja bruscamente hacia una distante puerta situada en la parte posterior.

En uno, la escena se desarrolla en un anfiteatro al que se accede por ambos lados mediante unos tramos de escalera y en la que el elemento central retrocede con una profundidad aún mayor. La perspectiva se obtiene utilizando la línea de los edificios y las dos escaleras que encuadran el espacio del relieve. Todo está pensado para que la mirada recaiga sobre la escena del milagro (Chastel, 2005: 180). Este relieve precede en ocho años al sistema perspectivo usado por Uccello en su fresco del Diluvio (PopeHennessy, 1998: 34).

Busignani considera que la reconstrucción de Boito hace difícil leer la proposición conceptual allí plasmada, que según él sitúa el tema de la vida y de la muerte o del hombre y la divinidad.