Historia Del Escudo de Tumbes

historia de tumbesDescripción completa

Views 81 Downloads 0 File size 341KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

HISTORIA DEL ESCUDO DE TUMBES Francisco Pizarro fue definitivamente el más connotado de este linaje al haber conquistado el más rico imperio de América; luego convertido en Gobernador del Perú y con goce de un marquesado. A todos estos honores se le sumó uno especialísimo que era el de gozar de nuevos cuarteles en su escudo de armas. La concesión de un escudo o blasón por parte de un monarca es quizás, luego de un título nobiliario, el más alto honor que puede recibir una persona por parte de un monarca, en agradecimiento a ciertos actos que engrandecen a su real causa. El emperador Carlos V de Alemania (Sacro Imperio Romano Germánico) y I de España vio con buenos ojos a este intrépido conquistador; por ello, tuvo a bien concederle un escudo de armas para él y su ilustre descendencia. Esta concesión de armas la pude encontrar en el Archivo General de Indias, sección Patronato Real; forma parte de una Real Cédula otorgada en Madrid, el 13 de noviembre de 1529 a “Francisco Pizarro, adelantado, gobernador y capitán general de la provincia de Tumbes en el Perú, hijo del capitán Gonzalo Pizarro, por la que se le concede un escudo de armas que podrá usar en su casa y reposteros, sin perjuicio de las concedidas a sus antecesores, en atención a sus grandes y dilatados servicios hechos a la Corona en las Indias” (3). El blasón concedido por Carlos V estaba compuesto por: “un águila negra con una corona, la cual abraza dos columnas que Nos traemos por divisa, y la ciudad de Tumbes que vos hallásteis en la dicha tierra al tiempo que la descubristeis, con un león y un tigre por porteros de la puerta principal della, por guarda de su entrada, con cierta parte de mar, y navíos delos quehay en aquella tierra, e por orla certos ganados de ovejas y otros animales con unas letras que digan: Karoli Cesaris auspitio el tabore ingenioac impesa ducis Picarro inventa et pacata” (4). Para una mejor comprensión del texto anterior, adjunto la imagen del escudo. Como verán se encuentra bastante deteriorado pero aún se observa el magnífico trazo y los colores de este antiquísimo escudo concedidas hace más de 482 años. Resulta curioso que la ciudad prehispánica de Tumbes fuera vista como una ciudad europea con torres, muros y almenas; a lo que se debe agregar un león en el pórtico, animal que nunca existió en América. Asimismo, unos navíos con velas, que más parecen carabelas españolas que naves indígenas. Si bien esto puede parecer error del dibujante, en parte no lo es. Sobre Tumbes, se decía que era una ciudad bellísima que hacía recordar a Valencia (5) por sus torres y muros de cal y canto. Era tal la magnificencia de aquella ciudad, que incluso fue pintada detalladamente por el conquistador Pedro de Candía, quien recorrió libremente la ciudad. Ciertamente una arquitectura maravillosa que dejó deslumbrados a los españoles; aunque a su regreso al Perú se darían con la triste sorpresa de ver a Tumbes totalmente destruida. Tumbes había sido atacada y saqueada por la hueste de Atahualpa, al haber sido Tumbes partidaria de Inca Huáscar en la ignominiosa guerra. Sobre el león, creo que pudo ser una equivocación bastante aceptable del heraldista. En aquella época los felinos no habían sido tan bien estudiados como lo son ahora. Seguro se trataría o de un otorongo (el felino más grande de América) o sino un puma (felino por excelencia de la sierra peruana). Sobre los navíos con grandes velas no debe resultar extraño pues en el Perú se conocía ya desde tiempos remotos el uso de todo tipo de embarcaciones. Recordemos que las culturas

prehispánicas que se asentaron en la costa peruana eran expertos e intrépidos navegantes. Así tenemos al reino de los Chincha (Ica, Perú) que llegaron a las costas ecuatorianas de Puná para comerciar el famoso Mullu o conchas Spondylus. También se puede mencionar a los tumbesinos que fueron los primeros en entrar en contacto con los españoles estando en una de esas grandes embarcaciones con velas. Y porque no mencionar al mismísimo Inca Túpac Yupanqui, abuelo de Huáscar y Atahualpa, que en su juventud conquistó el imperio de los Chimú, y estando en Chan Chan (Trujillo, Perú) escuchó noticias de ricas tierras más allá del mar. Armó una poderosa escuadra de grandes navíos a vela y surcó con éxito el Pacífico descubriendo parte de Oceanía