HISTORIA ARGENTINA

U.A.D.E.R Facultad de Humanidades, Artes y Cs. Sociales Profesorado en Historia                                         

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U.A.D.E.R Facultad de Humanidades, Artes y Cs. Sociales Profesorado en Historia                                                                                         Cátedra: Argentina I.                                     Equipo de Cátedra: Docente titular: Griselda Pressel Docente Práctico: Verónica Gatti Axel Barroso Ignacio Cangeri Joel Manucci Máximo Rochelle Sofía Ruhl Año académico 2019

Actividad 1: El Tucumán, el Paraguay temprano, Cuyo y el Litoral. Tucumán:  La presencia española en la región comienza en 1535, pero se puede hablar de intención de conquista desde 1542, con la entrada de Diego de Rojas en una expedición que tenía como objetivo un relevamiento para “elaborar una imagen aproximada de su geografía, población indígena y comunicaciones”1. Tras varios vaivenes, la hueste consigue llegar hasta los restos del fuerte de Caboto (1527), y desde allí deciden volver a Perú donde arriban en 1546.  Tras la derrota de la rebelión señorial en Perú en 1548 2, y consolidada la autoridad del gobernador Pedro de La Gasca, se reconoce la necesidad de “descargar la tierra”,  de aquellos que habían quedado sin beneficios de tierras o encomienda.  De esta forma como antes se había dado ya desde las Antillas al continente, la conquista se presenta como una dinámica expansiva  del proyecto político imperial y a la vez expulsiva que buscaba la satisfacción de las demandas sociales de quienes habían sido excluidos3. Juan Núñez de Prado es el encargado de esta expedición, sin embargo los asentamientos que funda fracasan. Otro factor importante a considerar es el creciente conflicto por la jurisdicción con Chile y el objetivo del adelantando Valdivia: incorporar la tierra desde el Pacífico hasta el Atlántico en una sola gobernación.  En pos de la realización de este objetivo, Valdivia designa a Francisco de Aguirre, que en 1553 funda la ciudad de Santiago del Estero. Marcando así la hegemonía de los conquistadores del lado chileno por una década. La fundación de esta ciudad se puede tomar como hito ya que adquiere la centralidad que tenía Asunción en el Paraguay,  se erige como “madre de ciudades y origen de las huestes”4.  Los conflictos jurisdiccionales tienen su fin en 1563, con una Real Cédula que amplía el distrito judicial de la Audiencia de Charcas incorporando la recientemente creada Gobernación del Tucumán.  Como se menciono, es a partir de Santiago del Estero que se fueron extendiendo las “ciudades” que sobrevivieron principalmente por su creciente relación con la minera Altoperuana y en especial con Potosí, que a partir de 1570 con la incorporación del procedimiento de amalgama 1

 ASSADOURIAN, C.S, BEATTO, G y CHIARAMONTE ,J.C De la conquista a la independencia, Buenos Aires, Paidós, volumen 2, 1991 p. 40 2 Cfr. MOUTOKIAS, Z. “Gobierno y sociedad en el Tucumán y el Río de La Plata, 1550-1800” en Enrique Tandeter (Director) Nueva Historia Argentina. La sociedad colonial, Bs. As., Ed. Sudamericana, 2000,T.II,  cap. IX, p. 364 3 BARRIERA, D. Abrir puertas a la tierra. Microanálisis de la construcción de un espacio político. Santa Fe, 1573-1640., Santa Fe, Museo Histórico Provincial “Brigadier Estanislao López”, 2013, cap. IV p.101 4 FRADKIN R.. y GARAVAGLIA J. La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX, Siglo XXI, 2009, Cap. 1. p 26

experimenta un auge5. Estableciéndose estos enclaves mineros como polos ordenadores que generan “efectos de arrastre” las ciudades que se establecerán cumplirán el rol de “áreas de paso” de corrientes mercantiles y flujos económicos diversos. Entre estas: San Miguel de Tucumán (1565), Esteco (1567), Córdoba (1573) que fundada por Jerónimo Luis de Cabrera reemplaza  Santiago del Estero, volviéndose el territorio más importante del Tucumán. Se menciona también a Salta o “Villa de la Lerma” (1582), en  (1591) La Rioja y en (1593) San Salvador de Jujuy, cerrando este proceso fundacional.  Este impulso fundacional seguía una doble dinámica antagónica: por un lado la propuesta por el oidor Matienzo que buscaba una salida al Atlántico. Por el otro lado la del Virrey Toledo, que buscaba asegurar la frontera, no extendiéndose hacia el sur. Se aprecian así relaciones interétnicas conflictivas.  Sobre  las relaciones interétnicas al momento de la conquista siguiendo a Palomeque se afirma que: “en este periodo tuvieron lugar el contacto y la alianza de distintos líderes de las huestes con los distintos grupos indígenas y también la inversión de ambos grupos sobre otros grupos, con la característica de que no siempre fueron los mismos actores los implicados”.6 Es así que se dan alianzas

entre conquistadores e “indios amigos” y resistencias (Valles Calchaquíes  c. 1560-1643). Un factor a considerar aquí es que tras la desestructuración del poder incaico (1533) los grupos se mueven como unidades de parentesco donde el rol de los “curacas” es cada vez más débil.  En cuanto al sistema de encomiendas se desarrolla como servicio personal, en sus dos modalidades: mita y yanaconazgo.  Se dieron malones y correrías “conquista por guerra” sobre todo de parte de los españoles no encomenderos que de esa forma accedían a la posesión de indios. Por otra parte,  en la zona de Santiago del Estero y Córdoba se desarrollaron los “pueblos de indios” entre estos, Soconcho, Manogasta, Quilpo. Se dedicaban a la producción textil para el mercado potosino. En síntesis, la situación de los indígenas sometidos en el  Tucumán se caracterizaba por el envío de indios como cargadores a Potosí, el trabajo en chacras, el debilitamiento de sus patrones tradicionales de subsistencia,  y la creciente importancia del servicio personal en las casas y unidades de españoles.  Todos los intentos de regulaciones por parte de autoridad, acerca de la explotación a la que eran sometidos los indígenas,  serán socavados, situación de cierta forma tolerada por la Corona, debido a la necesidad militar que existía y que de alguna forma los encomenderos satisfacían.  5 6

ibíd. p.27

PALOMEQUE, S. “El mundo indígena. Siglos XVI-XVIII” en Enrique Tandeter (Director) Nueva Historia Argentina. La sociedad colonial, Bs. As., Ed. Sudamericana, 2000,T.II,  cap.III, p. 118

Sobre la producción regional en el marco Altoperuano, como se mencionó ante el “efecto de arrastre”7 que ejercían los núcleos mineros, las ciudades de la gobernación del Tucumán se consolidaran como áreas de paso que permitían el tráfico de ganado, mulas y yerba mate que provenían  de Asunción y el Litoral, de esta forma se comprende también la importancia de la actividad de transporte en la región. Con el tiempo aumentará la importancia de ciudades como Córdoba y Salta debido a su ubicación estratégica El Paraguay  temprano y el Río de la Plata: En el momento de inicio de la invasión y posterior conquista, a las regiones del Litoral primero (zona de ingreso) y al Paraguay, se los puede articular en un único proceso que conquista llevado a través de una dinámica de alianzas y guerra. Es así, que, tras un primer proceso de reconocimiento del espacio para el trazado consiente de una estrategia, que inicia en el Río de la Plata, con la primera fundación de “Santa María de los Buenos Aires” en 1537, que es abandonada por la presión indígena, lo que obliga a los expedicionarios a remontar rio arriba, al Fuerte Caboto, desde donde partirían las posteriores expediciones para la fundación de Asunción (1537) “madre de ciudades” eje articulador del proceso de territorialización del área. Para establecerse el europeo necesitó de la alianza de los “carios” pero que fue asimétrica en sus condiciones para estos grupos locales.8

 Pe

ro antes, cabe realizar un análisis de la situación prehispánica: en el Litoral, el “corredor fluvial paranaense”, funcionaba como eje articulador de relaciones inter tribales, además de ecosistema y medio de supervivencia y comunicación, que determina acceso a determinados recursos y formas adaptativas9. Es entonces una zona de confluencia de distintas etnias a lo largo de todo su cauce. (Chanás, mbeguás, chana-timbúes, guaraníes, timbúes, corondas, mocoretáes, quiloazas, mepenes, cahanás salvajes, entre otros). Distintos autores 10 coinciden en la definición de cuatro tipos de relación entre estos, a) con interacción limitada pero dinámica, b) interdependencia tribal por ocupación de un mismo nicho ecológico, c) conflictividad por ocupación del mismo nicho y d) por vinculaciones extraterritoriales.

7

Cfr. ASSAUDORIAN CS. El sistema de la economía colonial: mercado interno, regiones y espacio económico, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1982, cap. III. p. 114 8

Cfr. FRADKIN R.. y GARAVAGLIA J. op. cit p. 16

9

Véase: Cap. 2: “La antropodinamia en la región del Litoral en el Periodo colonial (una introducción a las relaciones intertónicas)” en TIMO, E. Relaciones interétnicas y etnicidad en la provincia de Entre Ríos, Rosario, Prohistoria, 2016, cap. II. pp. 41-48. 10

Cfr. ARECES, N., DI BERNARDI, C, TARRAGO, G. “Blancos e indios en el corredor fluvial paranaense” en Nidia Areces (comp.) Poder y Sociedad. Santa Fe la Vieja, 1573-1660, Prohistoria, Rosario, 1999 pp.17-18

 Ante la llegada del “blanco”, estos grupos presentan características organizativas segmentarias (lo que impide una organización conjunta de resistencia), es decir, de bandas sujetas al liderazgo laxo, pero también otras más afirmadas y compactas. En cuanto a su sustento, la pesca principalmente, pero también la caza y la recolección son importantes fuentes que permitieron el crecimiento demográfico. Presentan como forma de asentamiento el seminomadismo o nomadismo.11 Así es que a la llegada del blanco se inserta como una “cuña en el panorama de complejas relaciones interétnicas”12 y que provoca una reestructuración y redefine las relaciones del área. El europeo lleva adelante una táctica de articulación compulsiva que establece el desinterés o falta de voluntad de una de las partes de establecer relaciones (grupos indígenas), una verdadera situación de incomprensión cultural, marcada por los “rituales vacios y gestos fallidos”. 13  En cuanto al proceso fundacional, las expediciones

parten desde Asunción (1537),

fundando Santa Fe (la Vieja) (1573) y luego Buenos Aires (refundación en 1580). Las fundaciones fueron llevadas a cabo por el lugarteniente Juan de Garay en nombre del adelantado Juan Ortiz de Zárate. Así, Santa Fe funcionaba como eje articulador comercial entre Asunción y Buenos Aires, además se esperaba que fuera enlace de conexiones entre el oeste y el noroeste, camino de Cuyo o del Alto Perú14. Sirvió también para descargar la tierra asunceña, descomprimiendo el agitado orden social que se iba configurando. Por otro lado, Buenos Aires, funciona como puerta trasera del Virreinato del Perú, ya que, desde su puerto se va a exportar la producción de plata de Potosí. Cuyo: El primer paso por la región es por parte de Francisco de Villagra en 1551. Pero el primer asentamiento estable se da con la fundación de Mendoza en 1561, en cuanto a otras fundaciones se nombran San Juan (1562) y San Luis (1594). Estas fueron las tres villas españolas en la región de Cuyo, se constituyó como un corregimiento de la gobernación de Chile, que dependía de la Audiencia de Lima.15 En cuanto a la encomienda se basaba en el servicio personal, y se desarrollaba a través de un sistema de complementariedad a través de los dos lados de la cordillera. Generalmente los encomenderos residían en Chile y los indígenas eran llevados allí, en este momento la economía chilena presenta un auge de la explotación aurífera, lo que explicaría este traslado.  11

ibíd. p. 19 ibíd. p BUSCAR 13 Cfr. MARTÍNEZ, J.L “Rituales fallidos, gestos vacíos: un desencuentro entre españoles y andinos en 1532”, en Mundo Precolombino. Revista del Museo Chileno de Arte Precolombino, Nº 1, Santiago, 1994, pp. 28-41. 12

14

BARRIERA, D. op. cit. pp. 101-103.

15

ASSADOURIAN, C.S, BEATTO, G y CHIARAMONTE, J.C. op cit. pp 40- 41

Un fenómeno a considerar con respecto a la encomienda es que a fines del siglo XVI es cada vez mayor la fuga de los indios huarpes hacia la frontera sur del territorio. Ya desde tiempos prehispánicos existían contactos entre estos grupos, que se reanudaron consolidando una aguerrida frontera sur de resistencia. 16 En cuanto a la economía, “desde comienzos del siglo XVII, los vinos y aguardientes de Cuyo y La Rioja se hicieron presentes en los mercados mediterráneos y litorales” 17, se destaca también el alquiler de mano de obra indígena por empresarios no encomenderos. Y sobre todo el creciente tráfico desde y hacia Chile: el oro chileno iba hacia el puerto de Buenos Aires por las rutas alternativas, a cambio de yerba mate, algodón y mercancías europeas que entraban por el Atlántico.

Actividad 2:  Sobre la base de la experiencia de conquista, posteriormente se irán conformando (entre mediados del siglo XVI hasta principios del XVII) las Gobernaciones del Tucumán (1563) y del Rio de La Plata (1617), circunscripciones administrativas que regirán la “frontera periférica del imperio”.  

El proceso que culminará con la formación de estas jurisdicciones administrativas

tiene que ver con un arduo y lento trabajo de fundaciones que como enclaves políticos ayudarán a territorializar el espacio. Arduo y lento porque precisamente la empresa colonial se debe abordar desde una visión de multilateralidad, en donde se da la confluencia de diversos actores con sus respectivos intereses. Entre los que se destacan las poblaciones nativas, las huestes, y la Corona y sus agentes como actores aparte. Desde el momento inicial se dio a partir de una tensión con las poblaciones nativas, que muchas veces “desarticularon las expectativas europeas, (…) agregando temas de debate y decisión en la agenda política colonial” 18. Estas comunidades, de acuerdo a su organización interna, desarrollaron acciones de resistencia o alianza con este nuevo agente étnico peninsular.  Siguiendo a Moutoukias19 se afirma que “reutilizaron desde temprano elementos de la cultura material e institucional del invasor europeo con el fin de construir su propio espacio”. También jugó un papel importante dentro del proceso, las problemáticas surgidas 16

Cfr. FRADKIN

17

FRADKIN R. y GARAVAGLIA op. cit. Cap. 2: “Del alto Perú al Paraguay” pp. 48-49.

18

R. y GARAVAGLIA op. cit. pp. 36-37

STERN, Steve "Paradigmas de la conquista: Historia, historiografía y política", Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani, 3ª serie, Núm. 6, 1992, p. 21 19 MOUTOKIAS, Z. op. cit. p. 365

dentro del frente conquistador. Conflictos que tenían que ver con los límites de la autoridad local (jurisdicción) que significaba a la vez el acceso a recursos, como tierras, derechos de vaquería o de captación de mano de obra indígena.  Con la creciente importancia que recibirá Potosí en tanto centro minero y a la par el Alto Perú y Charcas, se percibirá la posibilidad del crecimiento económico, coincidente a los intereses de los conquistadores que comenzara a desarrollar estrategias para ocupar el espacio en una doble dinámica de protección de fronteras, y a la vez buscando nuevas rutas con salida al Atlántico. Se hace visible una “determinada planificación de fundaciones cumplida rápidamente cuando coinciden con los intereses privados”20  En cuanto a la Corona de Castilla y a sus agentes, se evidencian las limitaciones que esta poseía como poder centralizador. Fundado en el carácter privado de la empresa colonial (Contratos de Capitulaciones), la Corona funcionaba en tanto centro redistribuidor de gracias o mercedes, que la hueste devenida luego en comunidad de vecinos, veía como un acceso a mayor preeminencia social y al establecimiento de su predominio local (cuestión que se desarrollara posteriormente con mayor detenimiento).  

Es entonces en esta dinámica donde se darán las condiciones de formación de las

gobernaciones anteriormente nombrada. La de Tucumán, en el año 1563, incorporada bajo la jurisdicción de la Audiencia de Charcas. La otra gobernación que cristaliza en dicho proceso o en similares objetivos es la del Río de la Plata, se separa del Paraguay en 1617 abarcando las ciudades de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y Concepción del Bermejo. Como dijimos anteriormente, dicha formación responde en parte a intereses privados impulsados por el crecimiento económico, pero que a la vez se presenta como “necesario para la dinámica expansiva del Imperio.”21 Para el modelo de conquista llevado adelante por la Corona  (de fundación de ciudades), era fundamental equipar políticamente el espacio y así territorializarlo. Si bien a diferencias de otras potencias colonizadoras, la Corona de Castilla intento seguir un patrón de asentamiento regular, no se logro una imagen integral de la “ciudad de Indias” hasta 1573 donde la experiencia acumulativa de los colonos fue codificada, con la promulgación

20

ASSADOURIAN, C.S, BEATTO, G y CHIARAMONTE ,J.C op. cit. p 39

21

BARRIERA, D. op. cit. p 101

de las “Ordenanzas del bosque de Segovia, donde se sistematizaban distintas disposiciones urbanísticas.22 Siguiendo la tradición greco-latina, la ciudad se concibió en sus dos niveles: términos de urbis (forma física organizada como planta hipodamica) y civitas (su forma social, organizada como cuerpo político), nivel del cual se presentaran los principales rasgos a continuación23. Para Moutoukias24, el cuerpo político era “una trilogía compuesta por el gobernador, los responsables de las finanzas del rey y el Cabildo (…) que constituían la estructura de la autoridad jurídica, militar y política”.

Haciendo hincapié en, la ciudad “Cabildo, Iglesia y rollo, conforman la triada visible de la organización simbólica de la vida en policía...” 25 se disponen articulados estratégicamente en torno al centro de la ciudad, la plaza, en un orden de “jerarquía de espacios”26.  

La fundación era realizada por quien poseyera “poder y comisión” delegado y

transmitido en orden de jerarquía (Adelantado, Gobernador, Teniente de Gobernador). La elección del emplazamiento respondía a una mirada estratégica a los recursos del área y estaba sujeta a necesidades propias. Se daba  sitio central a los aparatos de gobierno. Para luego pasar al repartimiento de solares y tierras, que incita “las primeras diferenciaciones sociales al interior de las huestes”27  devenidas en vecinos y con su definitivo asentamiento en oligarquías locales.

Eran estos

vecinos quienes se hallaban las posibilidades de intervenir en los asuntos de gobierno local. “Gobernar, regir y hacer justicia” eran atributos indispensables. Así, el rollo plantado en el centro de la plaza representaba “el atributo regio por excelencia, la iustitia” 28, indispensable para la vida en policía, símbolo de la Real Justicia. Esta era administrada por el Alcalde (de primer o segundo voto) que se incorporaba en el cuerpo colegiado  que conformaba el Cabildo. El cabildo “representaba (...) la comunidad de vecinos como

Cfr. ARECES, Nidia y LOLLO, María Soledad “Ciudades y pueblos”, en ARECES, Nidia (comp.) La América española. Temas y fuentes, Rosario: UNR Editora, 2007, p. 107 23 BARRIERA, D. op. cit. Cap. II “Urbis et civitas” p. 51 22

24

MOUTOKIAS, Z. op. cit. pp. 370-371

25

BARRIERA, D. op. cit. Cap. IV: p. 115

26

Cfr. ibíd. p. 115

27

ibíd. p. 113 ibíd.. p. 114

28

cuerpo de la monarquía”29. El título “cabildo, justicia y regimiento de la ciudad” da una idea de sus atributos. Conformado por un grupo de personas entre 12 o 16. A parte de los Alcaldes se encontraban los regidores, quienes tenían como ámbito específico la deliberación sobre asuntos de la ciudad, y un grupo de funcionarios especiales. 30   Es factible mencionar que el poder que adquirían estos funcionarios se hallaba limitado al ámbito local y la jurisdicción correspondiente.  

 Cabe mencionar que lo descrito anteriormente corresponde a lo que en teoría  hubiese sido

el funcionamiento del cuerpo político, sin embargo  es importante advertir que la condición de “frontera periférica” de esta región del imperio propició el desarrollo  de actividades ilícitas, contrabando y circuitos fuera del “oficial” impulsando el crecimiento económico. Este hecho presentando como una “anomalía” por parte visión historiográfica más tradicional sufre una reinterpretación que se constituye como una revolución historiográfica y dentro del campo de la historia social e institucional del periodo rioplatense colonial temprano. Con esto, se hace referencia a los aportes de Zacarías  Moutokias que a partir de un enfoque económico “atlántico”, desarrolla una visión sobre el funcionamiento de las redes interpersonales y sociales, teniendo en cuenta su interacción con las autoridades burocráticas coloniales. Siguiendo a Barriera31 la originalidad de este enfoque “reside en haber revelado, (...) la construcción de una constelación de intereses entre las novísimas élites porteñas y funcionarios coloniales, proponiendo que lo que se consideraba excepción era una norma. (…) Viendo que los universos normativos de la sociedad hispánica  ofrecían posibilidades que los actores exploraron y explotaron, desde la arena institucional (en la vida política) adaptándolo sin transgredirlo a las condiciones materiales" 

En palabras de Moutoukias32: “la propia organización del aparato estatal en la región nació de una interacción entre agentes de la monarquía y recursos locales”. La Corona en tanto centro redistribuidor de gracias y mercedes, busca la adhesión de los poderes locales, y estos a cambio de asegurar su posición y la posibilidad de ascenso social actúan en busca de estos títulos.  Así es que se irá conformando un “tupido tejido social compuesto de individuos que, unidos entre si por lazos de sangre, alianza y lealtad personal” 33controlarán de manera simultánea el gobierno y la explotación de recursos económicos (lo que explicaría la formación de camarillas políticas).

29

MOUTOKIAS, Z. op. cit. p. 373

30

ibíd.. pp. 373-374

31

BARRIERA D. (2009) “La historia del poder político sobre el periodo temprano colonial rioplatense. Razones de una ausenciaPropuesta para una agenda, en Horizontes y convergencias. Lecturas Históricas y Antropológicas sobre el Derecho. p.8 32 MOUTOKIAS, Z. op. cit. p 383 33

ibíd.. pp. 384-385

Bibliografía:  -ARECES, N, DI BERNARDI, C., TARRAGO, G. “Blancos e indios en el corredor fluvial paranaense” en Nidia Areces (Comp.) Poder y Sociedad. Santa Fe la Vieja, 1573-1660, Prohistoria, Rosario, 1999 pp.13-38. -ARECES, N. y LOLLO, M S“Ciudades y pueblos”, en ARECES, Nidia (Comp.) La América española. Temas y fuentes, Rosario: UNR Editora, 2007, pp. 99-138. -ASSAUDORIAN, C.S, BEATTO, G y CHIARAMONTE, J.C De la conquista a la independencia, Buenos Aires, Paidós, volumen 2, 1991. - BARRIERA, D. Abrir puertas a la tierra. Microanálisis de la construcción de un espacio político. Santa Fe, 1573-1640., Santa Fe, Museo Histórico Provincial “Brigadier Estanislao López”, 2013, cap. I, IV y V. - BARRIERA D. (2009) “La historia del poder político sobre el periodo temprano colonial rioplatense. Razones de una ausencia-Propuesta para una agenda, en Horizontes y convergencias. Lecturas Históricas y Antropológicas sobre el Derecho. -FRADKIN R. y GARAVAGLIA J. C. La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009, cap. 1 y 2 -MARTÍNEZ, J. L “Rituales fallidos, gestos vacíos: un desencuentro entre españoles y andinos en 1532”, en Mundo Precolombino. Revista del Museo Chileno de Arte Precolombino, Nº 1, Santiago, 1994, pp. 28-41. -MOUTOKIAS Z. “Gobierno y sociedad en el Tucumán y el Río de La Plata, 1550-1800” en Enrique Tandeter (Director) Nueva Historia Argentina. La sociedad colonial, Bs. As., Ed. Sudamericana, 2000, T.II,  cap. IX, pp. 355 a 412. -PALOMEQUE, S. “El mundo indígena. Siglos XVI-XVIII”, en Enrique Tandeter (Director) Nueva Historia Argentina. La sociedad colonial, Bs. As., Ed. Sudaméricana, 2000,T.II, cap. III, pp. 87 a 141. -STERN, S. "Paradigmas de la conquista: Historia, historiografía y política", Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani, 3ª serie, Núm. 6, 1992, pp. -TIMO, E. “Relaciones interétnicas y etnicidad en la provincia de Entre Ríos”, Rosario, Prohistoria, 2016, cap. II, pp.39 a 59