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El método interválico de alta intensidad vs el método continuo extensivo y su efectividad en reducción de grasa corporal

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El método interválico de alta intensidad vs el método continuo extensivo y su efectividad en reducción de grasa corporal Espinosa Orozco Julián Eduardo: [email protected] Hernández Gómez Cristian Camilo: [email protected]

Resumen En la actualidad se ha observado un aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), producto del estilo de vida que se vive actualmente, en el que los hábitos nutricionales y el sedentarismo están ocasionando gran cantidad de factores de riesgo, que a largo plazo se verá reflejado en problemas cardiacos, cerebrales entre otros. Si bien es cierto, durante años ha prevalecido la creencia de que para perder peso es necesario la realización de una actividad aeróbica de larga duración; sin embargo, se han venido revelando otra serie de métodos alternativos y diferentes al convencional, destacando el método de entrenamiento de alta intensidad también conocido como (HIIT), el cual ha venido tomando fuerza a medida que se encuentran hallazgos beneficiosos; de acuerdo a lo anterior, se planteó la siguiente pregunta: ¿Cuál es el método que genera mayor reducción de tejido adiposo en 12 semanas, el método interválico de alta intensidad (HIIT) o el método continuo extensivo?; para lo cual se estableció como objetivo en esta revisión sistemática sin meta análisis, identificar si el método interválico de alta intensidad (HIIT) genera mayor reducción de la grasa corporal en un periodo de 12 semanas vs el entrenamiento aeróbico de larga duración en población adulta con sobrepeso. En las investigaciones más recientes se puede observar mejoras en la composición corporal y pérdida de masa grasa, con un coste de tiempo evidentemente menor a la vez que utiliza ejercicios más dinámicos en cuanto a su modalidad e intensidad; por lo tanto, se recolectaron datos sobre la literatura actual, que proporcionaran las evidencias necesarias que permitan dar dirección a la controversia que crea la aplicación de los métodos mencionados, ya que presentan gran diferencia en su contenido.

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La recolección de datos y resultados se obtuvieron de investigaciones científicas experimentales y cuasi-experimentales, basadas en la aplicación de métodos de entrenamiento aeróbicos de larga duración vs el método de entrenamiento interválico de alta intensidad en la reducción de grasa corporal en población adulta con sobrepeso, recurriéndose a las bases de datos Scielo, Redalyc, Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI), PubMed y Google académico. Palabras claves: Método alta intensidad, método aeróbico larga duración, sobrepeso. Abstract

Key words: High intensity method, long duration aerobic method, overweight.

Introducción Las trasformaciones en la actividad de la sociedad, la globalización y los cambios tecnológicos han beneficiado de forma progresiva a sustituir labores de gran exigencia física por trabajos profesionales de mayor enfoque cognitivo, pero que generan un sedentarismo prolongado y baja exigencia física (Panahi & Tremblay, 2018); en la antigüedad el problema del sedentarismo era poco común, ya que la carencia de medios tecnológicos hacía que la misma población buscara su propio alimento por medio de la caza y recolección de semillas, granos y frutas, estando en constante movimiento. Pero al pasar cientos de años la aparición de nuevos métodos de sustento hace que conseguir el alimento sea aún más fácil, incluso este se pide al supermercado y llega en un abrir y cerrar de ojos al hogar, todo esto ocasionando un gran sedentarismo sin hablar de la adquisición de medios de transporte viéndose reflejado en aspectos como el sobrepeso, la obesidad, y enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) entre otras afectaciones de importante cuidado. “No fue hasta mediado de los años 80 en donde los conceptos de actividad física y alimentación saludable comenzaron a apoderarse del lenguaje universal” (Jorquera A & Cancino L, 2012, pág. 228). Por otro lado, es importante destacar que el consumo de refrescos y bebidas azucaradas influyen de manera alarmante en la obesidad y el incremento de factores de riesgo 2

cardiovascular, como también en la aparición de diabetes mellitus tipo 2, todo esto a través de cuatro mecanismos: “el aumento calórico directo, la estimulación del apetito, los efectos metabólicos adversos derivados del consumo de jarabe de maíz rico en fructosa, y el remplazo de estas bebidas por otros alimentos” (Wolff & Dansinger, 2008, pág. 189). En cuanto al incremento calórico, se ha demostrado que el consumo de energía liquida no genera la misma saciedad que la ingesta de calorías de forma sólida, ingiriendo alimentos de forma adicional, en segundo lugar, la estimulación del apetito tiene que ver con las variaciones de los niveles de glucosa e insulina por el consumo de carbohidratos de alto índice glucémico, y en el momento en el que la glucemia se ve disminuida el apetito se ve incrementado. Además, los refrescos endulzados con jarabe de maíz rico en fructosa favorecen la lipogénesis hepática, en otras palabras, convirtiendo el exceso de glucosa en grasa (Malik, Shulze, & Hu, 2006 ); habría que decir también, que es muy usual el remplazo de alimentos ricos en macronutrientes por bebidas azucaradas y poco saludables. Asimismo, se ha observado que la acumulación de grasa visceral y abdominal, conlleva a una gran serie de patologías mencionadas anteriormente, también conocidas como síndrome metabólico, por lo tanto, se debe ser consiente que, entre todos esos factores de riesgo, las afectaciones cardiovasculares ocasionan un mayor impacto para la salud pública, destacando desórdenes como trombosis, arterioesclerosis, hipertensión arterial, dislipidemias, entre otros. (Gonzalez calvo, Hernández Sánchez, Pozo Rosado, & García López, 2011). Respecto al exceso de masa grasa abdominal estudios epidemiológicos demuestran que un índice de cintura/ cadera mayor en 1,0 en varones y 0,90 en mujeres se correlacionan con la resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares, por lo tanto, dicha relación puede ser interpretada como medida específica para la acumulación de tejido graso abdominal, si bien también está influenciada por la cantidad de masa grasa acumulada en la región glútea (Kay, 2006). Es importante comparar el termino de actividad física y ejercicio físico en el que, el primero tiene que ver con actividades cotidianas incrementando el gasto metabólico basal, y el segundo el que se realiza bajo unos parámetros y estructuración establecida teniendo objetivos a largo plazo.

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De acuerdo a los estudios de los diferentes autores sobre el método de entrenamiento más efectivo para la reducción del sobrepeso en adultos, se planteó la siguiente pregunta: ¿Cuál es el método que genera mayor reducción de tejido adiposo en 12 semanas, el método interválico de alta intensidad (HIIT) o el método continuo extensivo? Objetivo: identificar si el método interválico de alta intensidad (HIIT) genera mayor reducción de la grasa corporal en un periodo de 12 semanas vs el método aeróbico de larga duración en población adulta con sobrepeso. Metodología Diseño Revisión sistemática sin metaanálisis de la evidencia científica disponible sobre si el método interválico de alta intensidad (HIIT) genera mayor reducción de la grasa corporal en un periodo de 12 semanas vs el método continuo extensivo en población adulta con sobrepeso. Los artículos de la presente revisión se identificaron a través de la búsqueda en las bases de datos de Scielo, Redalyc, Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI), PubMed y Google académico entre los meses de octubre y noviembre del 2018, utilizando como descriptores o palabras clave Método alta intensidad, método aeróbico larga duración, sobrepeso. Estos términos también se utilizaron en inglés. Para la búsqueda de la bibliografía se utilizó el siguiente método: 

Análisis de los artículos, lo que permitió extraer la información más relevante y separarla en sus elementos constituyentes.

Criterios de inclusión 

Artículos con enlace a texto completo.



Artículos de acceso libre.



Artículos originales.



Artículos que incluyeran en el título los descriptores: Método alta intensidad, método aeróbico larga duración, sobrepeso

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Artículos publicados en los últimos diez años.

Resultados Con el fin de concretar cuál de los dos métodos es el más efectivo y sano para reducir el porcentaje graso, debido a sus diferencias en cuanto a tiempo e intensidad se evalúan diversos estudios que puedan aportar información al respecto. Antes que nada, se debe partir de la clásica creencia que para evidenciar una reducción de tejido graso se debe realizar una actividad física de larga duración, caracterizada por “la aplicación de una carga ininterrumpida, sin pausa o períodos de descanso durante el trabajo. La duración del trabajo suele ser prolongada y el efecto del entrenamiento se basa primordialmente en ello, durante lo cual se generan constantemente adaptaciones fisiológicas” (Moyano & Bolognese, 2002, pág. 1). Cuyos resultados positivos en cuanto a la salud en general y reducción de masa grasa en particular son evidentes, tanto así que dicha actividad ha sido recomendada por algunos profesionales de la salud durante muchos años para personas que necesitan realizar actividad física con el objetivo de mejorar su composición corporal y condiciones de vida saludable, siendo la caminata la actividad más recomendada a estas personas. Se considera que el manejo del sobrepeso y la obesidad es una importante iniciativa de salud pública, ha demostrado los efectos provechosos del ejercicio físico en la disminución de peso y grasa corporal. Los cuales incluyen una mejora en el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV). Factores tales como disminución de la presión arterial, disminución de LDL-C, aumento de HDL-C, y disminución de los triglicéridos (TG), como también la mejora de la tolerancia a la glucosa (Donnelly y otros, 2009). Es clara la evidencia de los beneficios que puede traer el realizar dicha práctica, aun así, ésta suele consistir en una tarea monótona y de poca motivación, tal como afirman (Aravena Kenigs, Camarco Espinoza, Martinez Salazar, Carrasco Alarcón, & Diaz Bustos, 2014) concluyendo que: Las recomendaciones de ejercicio físico tradicional, (son de al menos 3 veces por semana con una duración de no menos de 30 minutos de actividad moderada a vigorosa), las que generalmente conllevan a una baja adherencia de la población a este tipo de programas de entrenamiento. (pág. 31)

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En efecto, han surgido nuevas propuestas donde se han expuesto métodos de entrenamiento muy diferentes al tradicional, que dicen tener efectos similares o mejores que el entrenamiento continuo de resistencia, con un coste de tiempo evidentemente menor, ejercicios más dinámicos, mayor nivel de exigencia, entre otras variables. Tal es el caso del método fraccionado, que consiste en fraccionar o dividir una carga en múltiples fases de trabajo y recuperación de forma alterna (Moyano & Bolognese, 2002), siendo el método (HIIT) una de las variantes de los métodos fraccionados, caracterizados por utilizar intervalos de recuperación incompletos (Zintl, 1991). Es difícil creer que una práctica de ejercicio físico más sofisticado, de corta duración, y tan diferente a las recomendaciones tradicionales, tenga similares o mayores efectos positivos que una actividad de larga duración que durante muchos años ha sido utilizada como herramienta terapéutica para el tratamiento del sobre peso y la obesidad. Es por ello que la aplicación del método continuo y el método interválico genera tanta controversia, ya que la carga de trabajo en cuanto a su volumen e intensidad presenta una diferencia significativa y ambos métodos tienen un objetivo concreto; mejora del VO2máx y reducción de la masa grasa; lo que despierta curiosidad entre la población y profesionales de la salud y el ejercicio físico en cuanto a la relevancia de su aplicación y posibles beneficios. Pero son varias investigaciones que cada día dan respaldo a la aplicación de métodos interválicos, como el estudio realizado por Hotmazábal y otros (2016) con estudiantes universitarios de entre 19 y 25 años con sobre peso u obesidad, donde afirman que “un programa supervisado de HIIT es posible de desarrollar como estrategia de intervención en jóvenes universitarios inactivos físicamente con sobrepeso u obesidad” (pág. 286). La intervención consistió en realizar intervalos de sprint de 8” en cicloergómetro, seguido de un descanso activo de 12 s, por 60 repeticiones, que da un total de 20 min por sesión, 3 veces a la semana durante 8 semanas (24 sesiones).

De la misma forma, en otro estudio se intervinieron 15 sujetos con diabetes tipo 2, distribuyéndose de forma aleatoria a los grupos, ejercicio intervalado de alta intensidad y ejercicio de moderada intensidad. Los ejercicios se realizaron en treadmill y en bicicleta estacionaria, ejecutados cinco días por semana durante 12 semanas, concluyendo los autores 6

que tanto el grupo que entrenó bajo el método interválico de alta intensidad como el grupo que trabajó bajo el método continuo de intensidad moderada presentaron disminuciones estadísticamente significativas en el porcentaje de grasa general y en grasa localizada en pierna (Terada, y otros, 2013).

De igual manera, en un estudio efectuado a

18 sujetos obesos con problemas de

intolerancia a la glucosa, tras un total de 36 sesiones de entrenamiento interválico de alta intensidad HIIT, con frecuencia de 3 sesiones a la semana hallaron resultados positivos, señalando que 12

semanas de entrenamiento bajo este método mejoran la capacidad

aeróbica, normalizan en la mayoría de los pacientes la glicemia post carga y disminuyen la masa grasa (Mancilla, y otros, 2014).

Si bien, son varios autores que dan pie a los beneficios que se pueden obtener mediante la aplicación del método interválico, a pesar de que sus características son tan diferentes a la práctica convencional, sigue generando incertidumbre respecto a su eficacia y llegando al punto de estudiar ambos métodos de entrenamiento, como se apreció en un estudio donde se compararon dos métodos de entrenamiento en diez mujeres sanas entre 18 y 25 años, sometidas a dos tipos tradicionales de entrenamiento durante diez semanas tres sesiones semanales de 60’, cuyo protocolo consistió en dividirlos en dos grupos; mientras el grupo 1 entrenó bajo un entrenamiento continuo aeróbico de baja intensidad (60% del VO2pico), el grupo 2 realizó un entrenamiento interválico, de cinco sesiones de diez minutos de ejercicio al 70% del VO2pico y noventa segundos de recuperación entre cada sesión; concluyendo los autores que no hubo cambios significativos en la composición corporal en ambos (Bonilla Briceño & Moreno Zabaleta, 2010).

Ahora, en otro estudio, investigadores

señalan que 12 semanas de entrenamiento

interválico en hombres previamente inactivos mejoraron la sensibilidad a la insulina, la capacidad cardiorrespiratoria y el contenido mitocondrial del músculo esquelético en la misma medida que los sujetos que reealizaron un método de entrenamiento continuo a pesar 7

de un compromiso cinco veces menor con el volumen de ejercicios y el tiempo de entrenamiento (Guillen, y otros, 2016).

Contrario a los resultados de autores de la invetigación anterior, otros investigadores indican que el método de entrenamiento interválico de alta intensidad y corta duración parece tener efectos similares e incluso superiores que el método continuo como se observa en intervención con dos protocolos de entrenamiento aplicados a 30 mujeres entre 34 y 58 años de edad, divididas aleatoriamente en un entrenamiento continuo (CT) y un entrenamiento intermitente (IT) con una duración de doce semanas, tres sesiones semanales de 47 minutos, corriendo en piscina profunda para el control y la prevención de la acumulación excesiva de adipocitos sin restricción alimenticia, así como para una mejora del acondicionamiento físico y de la calidad de vida, concluyendo que el entrenamiento interválico presentó el doble de reducción de la composición corporal con respecto al entrenamiento continuo (Pasetti, Gonçalves, & Padovani, 2012). García y otros, estudiaron 16 adultos jóvenes sanos, con una edad comprendida entre 20 y 27 años, agrupados al azar al grupo experimental (GE; n = 9) o al grupo control (GC; n = 7), interviniéndolos durante 4 semanas, donde el GE realizó el entrenamiento sobre un cicloergómetro con una resistencia equivalente al 7,5% de su peso corporal. “Se observaron modificaciones en la composición corporal de los sujetos que realizaron el programa, con un descenso de la masa grasa total y abdominal, aunque no se observaron cambios estadísticamente significativos en la masa libre de grasa.” (2016, pág. 641). No se puede negar que el entrenamiento continuo extensivo, como el intermitente tienen su efecto positivo en la mejora de las condiciones orgánicas para llevar una vida saludable, tal como sostienen Tjønna, y otros, (2008) al estudiar a 32 pacientes con síndrome metabólico (edad, 52,3 ± 3,7 años) con volúmenes iguales de ejercicio moderado o entrenamiento a intervalos aeróbicos 3 veces por semana durante 16 semanas. “Los 2 programas de ejercicio fueron igualmente efectivos para disminuir la presión arterial media, para reducir el peso corporal y grasa” (pág. 350). Pero la variable tiempo y volumen si es significativa y según Guillen, y otros (2016). Un protocolo IT que incluye 3 minutos de ejercicio intermitente intenso por semana, en un tiempo total comprometido de 30 minutos, es tan efectivo como 8

150 minutos por semana de entrenamiento continuo de intensidad moderada para aumentar la sensibilidad a la insulina, la aptitud cardiorrespiratoria y contenido mitocondrial del músculo esquelético en hombres previamente inactivos. Al respecto Alonso Fernández y otros (2017) realizaron un estudio experimental con una duración de 12 semanas en individuos inexpertos (2 de ambientación) en el cual se evaluaron 32 personas de ambos géneros (16 hombres y 16 mujeres, divididos de tal manera que un grupo estuviese conformado por 8 mujeres y 8 hombres) integrando el grupo experimental (GE) que practicó el método (HIIT) y un grupo control (GC) que ejecutó un programa de carrera continua para definir las variables en cuanto a los resultados obtenidos mediante los dos métodos, entre ellas el porcentaje de grasa corporal. Los resultados arrojados muestran notables diferencias en cuanto a los beneficios obtenidos mediante la aplicación de uno u otro método, arrojando datos informativos que van a repercutir en la decisión de una persona a la hora de elegir entre un método de entrenamiento interválico o un método continuo: Tanto el GE como el GC logran una reducción significativa de la variable “peso” después de las 10 semanas de entrenamiento. Los sujetos del GE expuestos al protocolo de entrenamiento HIIT han reducido significativamente su peso corporal, con una media de 1.94 kg, siendo la reducción de peso del GC con entrenamiento basado en la carrera continua de 0.56 kg. Con respecto al % de tejido graso corporal estimado, se comprueba una reducción muy significativa en las mediciones del postest en los individuos de ambos grupos. Se observa una reducción del GE de 2.07% frente al 1.43% del GC, lo que indica que la reducción de peso no se ha hecho a expensas de la materia magra de los individuos. (Alonso Fernández, Fernández Rodrigez, & Gutiérrez Sánchez, 2017, págs. 85-93).

Aun así, el método continuo extensivo se muestra efectivo en cuanto a las mejoras de las variables estudiadas, en las que no se encuentran diferencias significativas respecto al método (HIIT).

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Los resultados evidencian que las mejoras de la composición corporal mediante la aplicación del método interválico es quizás el más desequilibrante a la hora de escoger el método más apropiado siendo esto afirmado por (Aravena Kenigs, y otros 2014). Los resultados obtenidos fueron logrados con una periodización menor a la propuesta por las recomendaciones de ejercicio físico tradicional, (al menos 3 veces por semana con una duración de al menos 30 minutos de actividad moderada a vigorosa), las que generalmente conllevan a una baja adherencia de la población a este tipo de programas de entrenamiento. Por su parte, el método HIIT, ha demostrado ser capaz de incrementar la capacidad de oxidación del músculo esquelético y el valor del VO2máx, con sesiones de entrenamiento cortas y en pocas semanas. (p. 29).

Discusión En el análisis de los resultados se ha considerado que, el entrenamiento aeróbico de larga duración muestra beneficios en cuanto a la reducción del sobre peso, sin embargo, la tarea puede resultar aburrida y monótona por su extensa duración, teniendo como recomendación tradicional la realización de ejercicio físico de al menos tres veces por semana y no menos de 30 minutos por sesión tal como lo afirma autores como Aravena Kenigs y otros (2014) quienes consideran que este tipo de programas generan poca adherencia. Por otro lado, han surgido propuestas de entrenamiento con beneficios considerables con un coste de tiempo menor, tal es el caso del método fraccionado o también llamado (HIIT) el cual está organizado en trabajo y pausas incompletas dentro de las sesiones de entrenamiento (Moyano & Bolognese, 2002). En relación a lo anterior, se puede decir que existen otros autores que concuerdan con los mencionados anteriormente, en cuanto a los beneficios en la reduccion de masa grasa similares e incluso superiores a los obtenidos con el metodo aerobico continuo. Según Pasetti y otros (2012) concluyen que el metodo intervalico presentó el doble de reduccion en la composicion corporal, en este caso el tejido adiposo con respecto al metodo continuo extensivo; del mismo modo, otros autores concuerdan con lo dicho anteriormente, considerando que “bajo este método mejoran capacidad aeróbica, normalizan en la mayoría de los pacientes la glicemia post carga y disminuyen la masa grasa” (Mancilla, y otros, 2014, 10

pág. 38); sin embargo es necesario indicar que el metodo continuo extensivo presenta beneficios en cuanto a la composicion corporal y mejora de la capacidad aerobica, solo que requiere una mayor cantidad de tiempo y genera mayor monotonia. Aun asi, autores como Guillen, y otros, (2016) señalan que en 12 semanas de entrenamiento intervalico y entrenamiento continuo se observaron mejoras en la sensibilidad a la insulina, capacidad cardiorrespiratoria y aumento en el contenido mitocondrial en el musculo esqueletico en la misma medida. Ademas, los dos programas de ejercicio fueron efectivos en cuanto a la disminucion de la presion arterial y la reduccion de peso corporal incluso no se observaron cambios significativos en cuanto a la composicion corporal.

Conclusión Finalmente, es importante destacar que la obesidad es un factor de riesgo en cuanto al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como también de problemas cardiovasculares, cerebrales entre otros, en el que los malos hábitos de vida y nutricionales conllevan a la aparición de las enfermedades ya mencionadas. Cabe resaltar, que la ingesta de bebidas azucaradas como gaseosas y refrescos contribuyen a la aparición de estas, en cuanto al exceso de fructosa contenido en estos provocara una lipogénesis hepática. Por ese motivo, en la actualidad se han ido implementando métodos de entrenamiento para el control de la obesidad y la disminución del porcentaje graso, diferentes al utilizado tradicionalmente como lo es el entrenamiento aérobico continuo, siento este poco adherente en la población por su monotonía y tiempo empleado; sin embargo, provechoso en cuanto a sus beneficios a nivel físico y respiratorio al igual que el método interválico de alta intensidad (HIIT) que se diferencia de este en cuanto al tiempo empleado y la dinámica utilizada. Para sintetizar, teniendo en cuenta el análisis de los resultados obtenidos, se puede apreciar que el método de entrenamiento aérobico continuo de larga duración y el método interválico de alta intensidad, tienen los mismos beneficios en cuando al consumo de oxígeno y disminución de la masa grasa entre otras variables estudiadas, en el que en algunas investigaciones se obtuvieron resultados similares sin diferencias tan significativas, ahora bien, el intervalo empleado y la dinámica de los dos métodos tienen notables diferencias en 11

cuanto a tiempo y recuperación repercutiendo en la decisión de las personas a la hora de elegir el método más apropiado acorde a sus necesidades. En definitiva, es importante resaltar que es común ver usuarios que comienzan un programa de entrenamiento y al poco tiempo lo abandonan, al mismo tiempo, algunos que ni siquiera están pensando en comenzar uno, Esto se debe tal vez a la falta de motivación o por no disponer de tiempo libre. Como consecuencia no realizan la cantidad suficiente de ejercicio físico para obtener efectos positivos en la salud, además, el fácil acceso a alimentos poco saludables y la implementación de nuevas tecnologías condicionan al individuo a padecer obesidad y sobrepeso, aun así, la implementación de un buen programa de entrenamiento estructurado teniendo en cuenta el principio de la individualidad y la mejora de la alimentación pueden prevenir de manera significativa este factor de riesgo.

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