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haz 5 ESPAÑA E IRLANDA: UNA AMISTAD HISTÓRICA LOS MILESIOS ESPAÑOLES, ANTEPASADOS DE LOS IRLANDESES LA ESPERANZA ESPAÑ

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haz 5 ESPAÑA E IRLANDA: UNA AMISTAD HISTÓRICA

LOS MILESIOS ESPAÑOLES, ANTEPASADOS DE LOS IRLANDESES

LA ESPERANZA ESPAÑOLA DEL CLAN DE LOS O´NEILL

LOS CAMISAS AZULES IRLANDESES EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

ESPAÑA E IRLANDA: UNA AMISTAD HISTÓRICA Estos últimos meses, con motivo de la supuesta "tregua" convocada por los terroristas de ETA, el separatismo vasco ha vuelto a invocar el ejemplo irlandés para acabar con lo que ellos llaman "conflicto vasco". Incluso se han celebrado dos reuniones entre los separatistas vascos, en el marco del autodenominado "Foro de Irlanda". En medio de lada esta maniobra de absurda comparación de los casos vascos e irlandés, hasta hemos visto, entrometido en los asuntos españoles, a Gerry Adams, líder del brazo político del IRA. Las diferencias entre el País Vasco y el Ulster son evidentes para cualquier persona con un poco de sentido común. Mientras las Provincias Vascongadas forman parte de España desde sus inicios, gozando incluso de una condición privilegiada frente a los demás territorios hispánicos, el caso del Ulster es fruto de un proceso de conquista y colonización al más puro y salvaje estilo inglés. Este estilo es bien conocido en España, porque aquí tenemos otro caso que sí es comparable con el del Ulster: el peñón de Gibraltar. El Eire y España son, a estas alturas de la Historia, las dos únicas naciones europeas que aguantan la humillación de ver ondeando en un pedazo de su territorio (Gibraltar en España, el Ulster en Irlanda) la infame bandera del imperialismo británico. Pero Irlanda y España han coincidido otras muchas veces a lo largo de la Historia. Esta coincidencia ha sido manifestada, además, por los nombres de los más destacados patriotas irlandeses: los O'NeiU, Rory O'Donnell, Eamon De Valera, O'Duffy... Gerry Adams pisotea su recuerdo cuando une su voz a la de los etarras en contra de España. Por eso sale a la calle este número especial de HAZ, para honrar la memoria de aquellos

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patriotas irlandeses, reafirmando nuestra simpatía por el Eire, y para poner en evidencia a quienes hoy desean enfrentar a España e Irlanda, y, para ello quieren ocultar la amistad de ambas a lo largo de la Historia.

LOS MILESIOS ESPAÑOLES, ANTEPASADOS DE LOS IRLANDESES La ciencia, por sí sola, no ha sabido precisar con nitidez el número de pueblos distintos y la procedencia exacta de los mismos, de los que supuestamente poblaron la Isla de Irlanda en los tiempos más remotos de la Historia. La inexistencia de documentos escritos, o la imposibilidad muchas veces de traducir los disponibles con exactitud, ocultan aún en la actualidad muchos datos imprescindibles para conocer quiénes y cómo vivían en Irlanda en la Prehistoria. Este misterio científico acerca de sus antepasados nunca ha sido un problema para las gentes del Eire. Como la mayor parte de las civilizaciones primitivas, los antiguos irlandeses compensaron su falta de explicaciones científicas con mitos y heroicas leyendas, que en esta Isla alcanzaron una gran profusión, incluso más allá de sus costas. Así pues, aún en la actualidad, Irlanda conserva una grabo cantidad de historias legendarias sobre los origenes remotos de los que ahora son los pobladores de la Isla. Estas leyendas datan de hace muchos siglos, y se han ido transmitie,ndo oralmente, generación tras generación, siendo ocasionalmente recogidas en diversos manuscritos. Uno de los más antiguos de estos manuscritos es el conocido como Leabhar Ghabhald ("Libro de las invasiones"), cuyo original se encuentra en la Royallrish Acadcmy de Dublín. El Leabhar Ghabhald data del siglo XII, aunque recoge otros manuscritos y acontecimientos anteriores a esta fecha, algunos quizá del siglo VII (doscientos años después de la cristianización de Irlanda por San Patricio). No obstante, también hace una referencia a épocas mucho más remotas, había sido al principio incluso del Diluvio universal y del arca de Noé. Según este manuscrito, redactado en gaélico (lengua irlandesa de origen céltico), cuatro pueblos invadieron Irlanda en sus orígenes: la gente de Partholon, los de Neirnhedh, los Fir Bolg y los Tuatha de Dannan. El Leabhar Ghabhald atribuye a alguno de estos pueblos (especialmente a los Tuatha) poderes mágicos, mientras que a otros los vincula muy directamente a la familia de Noé y, con ello, a la historia bíblica. Pese al carácter fantástico de estos relatos, todos ellos tienen en común ciertos aspectos verídicos, como el origen oriental de dichos pueblos, su cierto parentesco con los griegos y su más que posible paso por la Península lbéri(;a como lugar de travesía hacia Irlanda. Precisando algo más, y aunque desechando a las gentes de Partholon y de Neirnhedh, los Fir Bolg y los Tuatha de Dannan bien podrían corresponderse con las dos primeras grandes invasiones que sufrió Irlanda según los principales estudios antropológicos. La primera de esas invasiones, correspondiente a los Fir Bolg, habria tenido lugar durante el Mesolitico. Los Fir Bolg habrían sido gente de piel y cabello oscuro, cuyo origen sitúan

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los antropólogos en la zona mediterránea, muy posiblemente en la Península Ibérica. No seria del todo desacertado identificar a los Fir Bolg con los Pictos, que en un principio habitaron en Irlanda hasta que fueron desplazados de la Isla a Escocia, donde sobrevivieron como pueblo independiente hasta el año 843 de nuestra Era. Al¡,'Unos historiadores han visto en los antiguos Pictos de Irlanda a los descendientes de una primitiva invasión de origen ibérico. Entre tanto, los Tuatha de Dannan se corresponderían con la segunda gran invasión de Irlanda, que habrían llevado a cabo en el Ncolítico gentes de origen escandinavo. Ambos grupos, Fir Bolg Y Tuatha de Dannan, se habrían entremezclado en la Isla, dominando los segundos a los primeros. Hay, con todo, una tercera gran invasión prehistórica en Irlanda: la de los Celtas o "Gaels". A diferencia de los Celtas Britónicos procedentes del Continente, que habrían ocupado Gran Bretaña en la misma época, los Gaels habrían llegado a Irlanda de tierras más meridionales, presumiblemente cruzando el Golfo de Vizcaya desde las costas septentrionales de España u occidentales de Francia. Volviendo a las leyendas, y buscando de nuevo la correspondencia entre éstas y los estudios antropológicos actualmente vigentes, observamos que, según el ya citado Leabhar Ghabhald, un quinto pueblo habría venido a añadirse a las invasiones precedentes que se habían producido en la isla irlandesa. Se trata de los Milesios. Tanto en el Leabhar Ghabald como en otros manuscritos, se nos señala que los Milesios eran los descendientes de Golarnh, conocido habitualmente en Irlanda como Milidh Espaine (Mil de España). El Leabhar Ghabald aflfffia que Mil era nieto del mítico caudillo hispano Breogán (Breoghan para los irlandeses). Las viejas leyendas gallegas coinciden con las irlandesas al hablar de las figuras de Brcogán y de Mil. Siempre según las mencionadas leyendas, Mil habría sido un gran rey, que con el tiempo habría conseguido someter a casi todas las tribus de la Península lbéríca y, con ello, habría impuesto su poder sobre los distintos pueblos celtas y celtíberos de España, que por entonces ocupaban la mayor parte de la geografia peninsular (salvo el Sur y el Levante). A la muerte de Mil, su tío Ith (hermano de Breoghan) acometió la dificil empresa que le llevó a descubrir Irlanda, durante la cual murió a manos de las gentes que entonces dominaban la isla, los Tualha de Dannan. Por ello, los hijos de Mil, en señal de venganza, embarcaron a sus gentes en una flota para conquistar el Eire. El desembarco de los invasores hispanos habría tenido lugar en un sitio conocido por el nombre de Brentracht Moighi hlotha. Si bien las anteriores invasiones habían ido endureciendo a los entonces pobladores de Irlanda. la empresa de los Mílesios habría tenido un carácter arrollador. Así lo asegura el comienz.o de un poema gaélico del Leabhar Ghabhald: Tascor mac Miledh tan muir Otha an Easpain Netharglain. Ro Gabsat, ni gniomradh gó,

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Fiochmagh Erenn ind Gen lb. "La flota de los hijos de Mil en el océano desde España en claros barcos, tomó, no es necesario decir mentira, los campos de Irlanda en un día." Las leyendas irlandesas sitúan la llegada de los Milesios a Erinn (nombre en gaélico de la isla) en el año del mundo 3500, que equivale al año 1694 antes de Cristo. Esta cronología estaba ajustada en el Leabhar Ghabhald al imperativo religioso de concordar las fechas históricas con las bíblicas. Así pues, hoy podemos situar la supuesta llegada de los Milesios, o sea, de los Celtas a Irlanda, en el siglo V a. de C. El Leabhar Ghabhald dedica a los Milesios diversas leyendas, entre ellas la construcción por Breoghan de la ciudad de Brigantia (se supone que La Coruña) y de la famosa Torre de Hércules (abajo, a la izquierda), que según los cuentos gaélicos sería, además de faro, un observatorio para divisar en la distancia, durante los días de claridad, las costas meridionales de Irlanda. Pero el Leabhar Ghabhald irlandés y las leyendas gallegas no son las únicas fuentes que señalan vínculos entre España e Irlanda en los más remotos tiempos. Ciertas leyendas relatan, refiriéndose al segundo milenio antes de Cristo, la marcha a Irlanda del caudillo vascón Partholoim, con mil hombres y mujeres de su tierra, a quienes el rey de las Islas Británicas, llamado Gurguit Bartruc, habría ofrecido la despoblada isla irlandesa para establecerse. Se ha relacionado esta leyenda con aquella otra que se refiere a la expedición de Ith a Irlanda. Sea como sea, en la actualidad hay numerosos irlandeses, sobre todo del Sur de la isla, que se dicen descendientes de aquellos míticos Milesios, a pesar de la profunda integración que se produjo entre estas gentes y los dos pueblos (Fir Bolg y Tuatha de Dannan) que ya habitaban la Isla. Así, en la actualidad, segím los etnógrafos, se distinguen dos tipos diferenciados de gente en el pueblo irlandés: los de pelo moreno y ojos oscuros, llamados Milesios o Escoceses (tal vez descendientes de Fil Borg y de las gentes de Mil, y por tanto de origen posiblemente hispano), y los rubios o pelirrojos de ojos azules o grises, vinculados a los Tuatha de Dannan (de origen germánico). Como curiosidad etnográfica, señalaremos que cI tipo moreno se da especialmente en el condado de Kcrry (en gaélico Chiarraighe, en Munster), justamente donde -según la tradición- los esclavos Fir Bolg se asentaron después de rebelarse contra los Tuatha de Dannan.

LA ESPERANZA ESPAÑOLA DEL CLAN DE LOS O´NEILL Después de la invasión celta de Irlanda, se dio durante muchos años un largo periodo sin

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nuevas invasiones extranjeras en la Isla, si bien no faltaron las luchas internas entre los pequeños reinos que se formaron en suelo irlandés, siempre -no obstante- bajo el cetro (más o menos limitado) de un rey supremo, conocido como el Áird Rígh. En este periodo es destacable el comienzo por San Patricio de la evangelización de Irlanda, en el año 432, que acabaría con la conversión al cristianismo de todos los habitantes del Eire, quienes desde entonces se destacarían como un bastión inquebrantable de la fe católica. Entre los siglos V y VII, Irlanda conoce su Edad de Oro. Se produce en la Isla un gran florecimiento de carácter cultural, parejo al proceso cristianizador y a la aparición de monasterios. Es precisamente en esta época, concretamente en el año 483, cuando los O'Neill se hacen con el trono de los Áird Rígh. El Clan de los O'Neill es una de las estirpes más antiguas de Irlanda. Se dice que este apellido puede tener origen español, y que alguno de sus antepasados posiblemente fue uno de los caudillos milesios que llegaron a la Isla y vencieron a los Tuatha de Dannan, fundando un rcino propio cuyos dominios extenderían por parte del Ulster, al Norte, hasta la costa de Donegal, en el Noroeste. Esta época dorada de Irlanda acabó en el año 830, cuando los noruegos comenzaron sus ataques a la Isla, estableciendo en ella dos reinos propios: Limerick y Dublín. Pese a que no llegaron a dominar toda Irlanda, esta colonización fue enriquecedora comercial y culturalmente, pero debilitó militarmente al país. Aprovechando esta debilidad, en 1169 los normandos de Inglaterra comenzaron una progresiva conquista de Irlanda, que acabaría por consolidar en el año 1175 -si bien superficialmente en sus comienzos- la soberanía de Enrique II, rey de Inglaterra, sobre la Isla, iniciando así una larga colonización que duraría más de siete siglos. Los O'Neill, como todos los nobles y plebeyos irlandeses, debían obediencia al rey de Inglaterra, pese a lo cual las relaciones entre el Clan irlandés y la corona inglesa siempre fueron distantes. Conocedor de esta frialdad en las relaciones con los nobles irlandeses, varios siglos más tarde, Enrique VIII, por entonces ya rey de Inglaterra, intentó ganarse el favor de los O'Neill, otorgándole a Conn O'Neill el título de "Earl of Tyrone", equivalente al de Conde de este distrito del Ulster, con capital en Omagh, ciudad hoy de triste recuerdo, por mezclarse sangre española e irlandesa de las víctimas mortales del último salvaje atentado de una facción de los terroristas del IRA. Pero, siguiendo con nuestra historia, durante el reinado de Enrique VIII, un hecho vino a poner de manifiesto la hostilidad contenida durante años por la nobleza irlandesa contra la corona británica. El matrimonio de este rey con Ana Bolena en 1533 (previo divorcio con su anterior esposa, Catalina de Aragón), seguido del "Acta de Supremacía" (1534), traen consigo la creación de la Iglesia Anglicana y, con ello, una sangrienta persecución contra los católicos, que se niegan a reconocer al rey de Inglaterra como cabeza de su Iglesia, y que pagan con sus vidas su fidelidad al Romano Pontífice, Ese mismo año de 1534, Enrique VIII se hará proclamar oficialmente rey de Irlanda, Los clanes irlandeses vieron en estas medidas su ruptura definitiva con la corona inglesa, y se propusieron defender a ultranza el catolicismo y la independencia de Irlanda, Cono O'Neill sería uno de los que con más bravura se enfrentaran a la nueva situación, Tras la

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muerte de Enrique VIII, los ingleses se propusieron imponer su lengua, sus costumbres y su nueva religión en Irlanda, Los irlandeses no dudaron entonces en luchar, Shane O'Neill (hijo de Cono), nombrado caudillo del Ulster empieza contactos con Felipe II, rey de España, y entonces comienza a barajarse la idea de una invasión española en ayuda de los católicos de Irlanda, Isabel I, nueva reina inglesa, intentó reducir por las armas a Shane O'Neill, pero éste, con fuerzas muy inferiores y durante años, consiguió dcrrotar sucesivamente a los ejércitos ingleses, Pero la traición pudo más que la guerra, Shane O'Neill murió asesinado en 1567, durante una cena con los MacDonnell, unos colonos escoceses del Ulster, en los que ha ía buscado protección, El nieto de Shane, Hugh O'Neill, educado en Inglaterra, fingiría durante muchos años obediencia a la reina Isabel, muy lejos de su sentir, En 1588, cuando Hugh contaba con 48 años de vida, sale por fin de España la Armada Invencible, buscando el apoyo de los irlandeses para someter a Inglaterra y, además, vengar así la muerte de Maria Estuardo, reina católica de Escocia, ejecutada por los ingleses el año anterior, 1587. El trágico final de la Armada es por todos conocido. Ha pasado más desapercibido, sin embargo, el socorro que ofreció Hugh O'Neill a los náufragos españoles que llegaron a las costas irlandesas. Su ayuda a los marineros de la Invencible incluso permitió, en secreto, el regreso de una parte de éstos a España. Como curiosidad, señalaremos que la cantante irlandesa Enya es descendiente de uno de estos marineros supervivientes. Sublevado en contra de los ingleses, Hugh O'Neill obtiene en 1598, sobre el ejército de la reina Isabel, la victoria en la batalla de Yellow Ford, que ha sido calificada como la más bochornosa derrota inglesa en suelo irlandés, cuya noticia puso a todos los patriotas de Irlanda en pie de guerra. En septiembre de 160 1, un ejército español desembarcó por fin en Kinsale, al Sur de la Isla. La expedición española, diezmada durante la travesía, contaba sólo con 4.000 hombres, fuerza muy escasa para enfrentarse a los nuevos refuerzos ingleses. Con todo, la ansiada ayuda española había llegado, y la noticia hi1.O que la causa de los patriotas irlandeses cobrase nuevas fuerzas. No obstante, la adversidad se mostró de nuevo. Sitiados en la misma ciudad de Kinsale por los ingleses, los españoles sólo pudieron contar con la ayuda de los bravos irlandeses, que se lanzaron valientemente a romper el cerco, sin éxito. El día de Navidad de 1601, Hugh O'Neill perdía la batalla de Kinsale. El ejército español llegó a un compromiso honroso que permi116 su repatriación. O'Donnell, uno de los caudillos de la rebelión (y antepasado de una renombrada familia de militares españoles), así como Owen y Arthur, hijos de Hugh O'Neill, también encontraron refugio en España. Owen combatiría durante 30 años en los tercios españoles, en los que llegaría a obtener gran fama y prestigio bajo el nombre de Eugenio O'Neill. No obstante, la mente y el corazón de Owen siguieron en Irlanda. La rebelión de 1641 le permitiría intentar una vez más el suelo de los O'Neill de ver una Irlanda independiente. Volvió a su Patria y en 1642 se puso a la cabeza del ejército del Ulster. Owen consiguió derrotar a las tropas escocesas en junio de 1646. En la guerra que entonces, sostenía el monarca ingles Carlos I (mal rey, pero partidario de la libertad religiosa para los católicos) contra el Parlamento (que pretendía la prohibición del catolicismo), los irlandeses

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escogieron el bando real. Desgraciadamente, Cromwell, líder del bando parlamentario, acabaría obteniendo la victoria sobre el rey Carlos. Con ello, el Eire conocería la más dura y sangrienta represión de toda su Historia. Con la llegada de Cromwell a Irlanda, en muchos pueblos y ciudades la mayor parte de la población fue pasada a cuchillo por los ingleses. Más de 40.000 irlandeses fueron asesinados, ahorcados o vendidos como esclavos. Los católicos fueron despojados de sus tierras, que se entregaron a soldados y colonos protestantes de Escocia y de Inglaterra... Irlanda comenzaba así lm largo periodo de sangrienta opresión británica.

LOS CAMISAS AZULES IRLANDESES EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA El año 1800 abrió el siglo XIX para los irlandeses con la promulgación de la llamada "Acta de Unión", por la que todo el archipiélago de las Islas Británicas (Irlanda, Gran Bretaña e islas menores) pasaba a formar parte por igual del Reino Unido. Era el último paso hacia la absorción por el Imperio británico de la isla irlandesa. De 1846 a 1848, los problemas de Irlanda se agravaron con Ia gran hambruna, que provocó la emigración de millones de irlandeses hacia Inglaterra y Estados Unidos. En estas terribles circunstancias, el espíritu nacional irlandés empieza su lenta resurrección. Corren por Europa los años del romanticismo y del nacionalismo, que prenden en el Eire Convertidos en una búsqueda de Justicia, en la eterna defensa del catolicismo y en del deseo de independencia de los irlandeses. Frente a algunos movimientos que pretenden recuperar las tradiciones irlandesas, como la Liga Gaélica, surgen sociedades secretas y terroristas como la Fraternidad Republicana Irlandesa y el Sinn Féin. En 1914 estalla la Gran Guerra. Los patriotas irlandeses ven en ella el momento indicado para rebelarse contra los ingleses, que estaban distraídos con la lucha en el continente. Se produce entonces la famosa rebelión de Pascua de 1916, sanguinariamente reprimida por los ingleses, y que se saldó con el exilio o la ejecución de sus principales cabecillas. En 1918 se formaría WI parlamento en el exilio, el "Dáil Eireann", al tiempo que surgía en Irlanda, en la clandestinidad, el Ejército Republicano Irlandés (IRA), como brazo militar del nuevo Estado en formación. En 1921, después de dos años de actividad guerrillera del IRA, el Reino Unido reconocía el Estado Libre de Irlanda, como dominio británico, pero manteniendo bajo soberanía británica a Irlanda del Norte. La aceptación o no del Estado Libre dividió a los irlandeses, incluyendo al Sinn Féin. Michael Collins, presidente del gobierno provisional irlandés, se encontró entonces en una guerra civil contra los republicanos de Earnon De Valera, que rechazaban el dominio británico. Collins encontró la muerte en esta guerra, siendo sucedido por William Cosgrave; tanto ellos dos como De Valera habían participado juntos en la sublevación de

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Pascua. En 1932, Cosgrave fue vencido en las urnas por De Valera, quien era hijo de padre español y se convirtió en el primer presidente irlandés que se negó a jurar fidelidad a la corona británica, promulgando una constitución de carácter profundamente católico. En estas circunstancias, y en medio del ambiente europeo de auge de los fascismos, surge en Irlanda el movimiento de los "camisas azules", con ciertas .similitudes a Falange Española. Este movimiento fue fundado por el ex presidente Cosgrave, siendo uno de sus más destacados líderes el general Eoin O'DufTy, antiguo comisario de la Guardia Cívica irlandesa, cesado por De Valera en 1932. En julio de 1936 estalla otra Guerra Civil, pero esta vez en España. Los obispos españoles enseguida declaran la sublevación militar como "Cruzada Nacional", en respuesta a los salvajes abusos contra la religión cometidos por las izquierdas. Como nación profundamente católica, en Irlanda se debió sentir especialmente el dolor que estaban pasando los católicos de España. Así pues, no pasó mucho tiempo hasta que empezaron a ofrecerse voluntarios para combatir en España junto a los nacionales. En otoño de 1936 ya estaba formado un batallón de voluntarios, en cuyas filas -como correspondía al espíritu religioso de aquella lucha- se incluía a un Capellán, el Reverendo Padre Mulrean, con rango de capitán. El general O'Duffy, jefe de la unidad, había conseguido reunir a seiscientos hombres, de los cuales la mitad de los soldados y casi todos los oficiales eran miembros del movimiento de los "camisas azules", Uno de ellos, el capitán Diarmid O'Sullivan, incluso había participado en el levantamiento de Pascua en 1916. El batallón de O'Duffy fue una de las pocas unidades de este tipo que combatió en las filas nacionales (donde los batallones solían recibir el nombre de "tercios" o "banderas"), y también fue el único batallón de carácter íntegramente irlandés de toda la Guerra Civil española, ya que también hubo una sección de voluntarios comunistas irlandeses en el bando republicano (dirigida por Frank Ryan, miembro del ala radical del IRA), pero debido a su escaso número, fueron integrados en los batallones ingleses o norteamericanos de las Brigadas Internacionales. Los voluntarios de O'Duffy, conocidos como "Bandera Irlandesa del Tercio" o "legionarios irlandeses", recibieron instrucción militar en Cáceres, y el 16 de febrero de 1937 ya se hallaban en el frente del Jarama. En Ciempozuelos. Su primera acción militar, desafortunadamente, fue un incidente con una unidad nacional, de origen canario, que confundió a los irlandeses con republicanos y disparó sobre ellos, a consecuencia de lo cual cayeron muertos tres de los voluntarios y el oficial español que les hacía de enlace. Los tres irlandeses fallecidos fueron el sargento mayor Gaselee, de Dublín, y dos "legionarios" procedentes de Kerry (casualmente el condado de etnia hispana al que nos referíamos en el artículo sobre los Milesios que publica este mismo número de HAZ). Tras este incidente, la unidad fue fijada en Ciempozuelos, participando solamente cn una acción militar más, tras lo cual el batallón irlandés sería disuelto y sus miembros licenciados en mayo de 1937.

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Sirvan estas líneas como homenaje de gratitud hacia estos bravos soldados gaélicos, dignos compatriotas de los O'Neill, que supieron devolver a España el gesto de aquellos tercios que, tres siglos atrás, habían luchado por Dios, por España y por Irlanda contra los ingleses en el cerco de Kinsale.

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