Guia Crane o Sacra

I Guía Visual de la Terapia Craneosacral J a v i e r de M a r í a O r t i z y R a f a e l B u i s á n MANDALALÜZ I

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I

Guía Visual de la Terapia

Craneosacral

J a v i e r de M a r í a O r t i z y R a f a e l B u i s á n

MANDALALÜZ

I

Marídala Floral "4"

© Mandalaluz, Rafael Buisán

GUÍA

VISUAL

DE

TERAPIA

Javier

CRANEOSACRAL

de

María

y

Rafael

LA

Buisán

© de la Edición: Rafael Buisán y Javier de María © Textos: Javier de María © Fotografías: Rafael Buisán © D i s e ñ o del libro: Rafael Buisán

Prohibida la r e p r o d u c c i ó n total o parcial de e s t e libro. Ninguna parte de e s t a p u b l i c a c i ó n , incluido el título, cubierta, d i s e ñ o y fotografías, p u e d e r e p r o d u c i r s e , a l m a c e n a r s e o t r a n s m i t i r s e de n i n g u n a f o r m a , ni por ningún medio, séa é s t e m e c á n i c o , digital, óptico, q u í m i c o o de f o t o c o p i a , previa a u t o r i z a c i ó n escrita p o r parte de los a u t o r e s y la Editorial.

Edita: Mandalaluz, 2 0 1 0

Printed in Spain ISBN: 9 7 8 - 8 4 - 6 1 4 - 3 4 9 7 - 8 D e p ó s i t o Legal: A - 8 6 4 - 2 0 1 0 I m p r e s i ó n : Azorín, Servicios G r á f i c o s Integrales

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA CRANEOSACRAL:

ÍNDICE DE

CAPÍTULOS

Introducción

Pág: 14 - 15

Las Bases del Trabajo : Principios terapeúticos

Pág: 19 - 32

Las Bases del Trabajo : Posición Anatómica

Pág: 33 - 34

Las Bases del Trabajo : Consideraciones Generales

Pág: 35 - 35

Las Bases del Trabajo : Comenzando

Pág: 37 - 39

Escuchándo el Ritmo de la Vida

P á g : 4 1 - 55

Sacro-Iliacas

Pág: 57 - 62

Induciéndo Puntos de Quietud

Pág: 65 - 69

Posiciones de Escucha en la Cabeza

Pág: 71 - 111

Posiciones de Escucha en la Cara

Pág: 113 - 131

Técnica V - Spread

Pág: 133 - 135

Suturas

Pág: 137 - 141

Columna Vertebral

Pág: 143 - 147

Desanudamientos y Perinatal

Pág: 149 - 159

Desanudamientos en el Agua

Pág: 160 - 161

Tracciones

Pág: 163 - 165

Diafragmas Transversales

Pág: 167 - 175

Drenaje de los Senos Venosos

Pág: 177 - 183

Integrando Relaciones

Pág: 185 - 189

Trabajándo en el Suelo

Pág: 191 - 193

Autotratamiento

Pág: 195 - 197

Visceral

Pág: 199 - 239

Concluyendo

Pág: 240 - 241

Glosario

Pág: 242 - 243

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA CRANEOSACRAL: Prólogo de Rafael Buisán Prólogos por diversos profesores Introducción Las Bases del Trabajo:

10 11 I4 17 Principios terapéuticos 19 Posición anatómica 33 Consideraciones generales 35 Comenzando 37 Escuchas para comenzar la sesión 39 Escuchando el Ritmo de la Vida: 41 Desde los Pies 42 Desde las Rodillas 44 Desde las Caderas. Iliacos 46 Desde Sacro en Decúbito Supino 48 Desde Sacro en Decúbito Prono 50 Desde Sacro en Decúbito Lateral 51 Desde los Hombros 52 Desde el Cuello 54 Posiciones de Escucha en Sacro-Iliacas: 57 Sacro / L-5 en Decúbito Supino y Prono ...58 Sacro-Iliacas 62 Induciendo Puntos de Quietud: 65 CV 4 66 EV 4 68 Posiciones de Escucha en la Cabeza: 71 Posiciones de Escucha Global en la Cabeza: 72 Bóveda: 73 Bóveda modificada: 74 Cuna: 75 Esfeno-Occipital: 76 Fronto-Occipital: 77 Escuchas en los Huesos del Cráneo: 79 Frontal: 80 Parietales: 82 Occipital: 84 Temporales: 86 Etmoides: 89 Esfenoides: 92 (S.E.B) Sincondrosis Esfeno Basilar: 96 Flexión de la S.E.B: 97 Extensión de la S.E.B: 98 Latero-Flexión de la S.E.B: 99 Torsión de la S.E.B: 100 Tensión Lateral de la S.E.B: 101 Tensión Vertical de la S.E.B: 102 Compresión de la S.E.B: 103 Membranas Intracraneales: 105 La Hoz: 106 La Tienda: 110

ÍNDICE

Posiciones de Escucha en la Cara: Posiciones de Escucha Global en la Cara: Escuchas en los Huesos de la Cara: Maxilar superior: Palatinos: Vómer: Cigomático: Maxilar inferior: Unguis: A.T.M Técnica V-Spread: Suturas: Técnica V-Spread en Suturas Craneales: Columna Vertebral: Desanudamientos: Desanudamientos en extremidades inferiores: Desanudamientos en caderas: Desanudamientos en extremidades superiores: Desanudamientos en cuello: Perinatal: Desanudamientos en el agua: Tracciones: Diafragmas Transversales: Diafragma Pélvico: Diafragma Toraco-Lumbar: Diafragma Cervico-Torácico: Diafragma Atlanto-Occipital: Hioides: Drenaje de los Senos Venosos: Integrando Relaciones: Trabajando en el Suelo: Auto-Tratamiento: Visceral: Diagnóstico Introducción Cavidad Torácica: Corazón Pulmones Cavidad A b d o m i n a l : Estómago Hígado Intestino delgado Colon Riñón Páncreas Bazo Vejiga Concluyendo: Glosario:

113 114 116 117 120 122 124 126 129 130 133 137 ...140 143 149 ....153 154 ...155 156 158 160 163 167 170 171 172 173 174 177 185 191 195 199 200 201 204 206 211 214 ....218 222 227 230 232 236 241 244

Agradecimientos A n t e todo, quiero manifestar mi profundo a g r a d e c i m i e n t o a la Vida, por esta nueva oportunidad de estar aquí, relativamente despierto y con c a p a c i d a d para disfrutar de las p e q u e ñ a s g r a n d e s cosas. A u n q u e no p u e d o nombrarlos a todos, quiero agradecer t a m b i é n el trabajo de los que me precedieron, pues cada uno en su tarea, cada uno a su m a n e r a , han propiciado un c a m i n o más sencillo para el nacimiento de este libro, pues la fruta que hoy se recoge, proviene del trabajo del que ayer la plantó. A g r a d e z c o calida y s i n c e r a m e n t e a mi alumno, a m i g o y editor Rafael Buisán, por su ánimo para involucrarme en este proyecto, y por las i n n u m e r a b l e s horas que tanto j u n t o s c o m o por separado, le ha dedicado a la edición y revisión de los textos y fotografías, siempre a p o y á n d o m e y aportando su toque artístico, lo que ha f a v o r e c i d o una mayor amistad entre a m b o s . Principalmente quiero manifestar íntima y públicamente, mi más profundo a g r a d e c i m i e n t o hacia mi c o m p a ñ e r a de c a m i n o A n d r e a , sin su amor profundo y su apoyo constante, de ninguna manera habría tenido los recursos necesarios para e m p r e n d e r y desarrollar esta tarea, y si los hubiese tenido, d e s d e luego no habría sido una e x p e r i e n c i a tan gozosa. Gracias mi amor. Javier de María

Q u e r e m o s a g r a d e c e r a t o d o s los que habéis colaborado, con vuestra imagen y vuestro tiempo, para la realización de las s e s i o n e s fotográficas, Samuel, Ana Belén, Carmen, Bienvenida, Elisa, Jorge, Iris, Elena, Sandra y Paco, y a los que habéis permitido que aparezca vuestra imagen en las fotografías de los cursos, A n d r e a , Eva, Elisa, María, Juan, Maite, Ester, María José. Eva, gracias por tu interés y apoyo. Q u e r e m o s agradecer a María Luisa G ó m e z su d e d i c a c i ó n en la corrección de los textos en unos m o m e n t o s p e r s o n a l e s tan difíciles. Gracias. Rafael y Javier

GUÍA

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TERAPIA

Javier

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CRANEOSACRAL

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Prólogo La historia de este libro comenzó hace dos años, cuando Javier de María nos encargó realizar un trabajo para final de curso con el que firmar nuestra formación en Terapia Craneosacral Biodinámica. Tuve la sensación clara de que en ese momento de mi vida, en que apreciaba, igual que ahora, cada cosa que aprendo y experimento como gotas de un elixir preciado* que tengo que aplicar. A partir de ahí pensé en qué sería lo que me aportaría realizar un trabajo de refundir ideas de otros, bien una recopilación de artículos de otros autores, o quizás algo más personal que yo pudiera ofrecer a la Comunidad Craneosacral a cambio de lo recibido esos dos años. Evidentemente, los trabajos de resumen y recopilatorios son importantes e indispensables en un momento de nuestra formación y de nuestra vida. Esta vida es para mí la mejor y mayor formación posible. A mis entonces 54 años, me sentía en mi etapa de mayor capacidad y de mayor madurez en algunos ámbitos, seguramente porque era el precioso momento presente. Por ello desde mi posición en el mundo visual, soy fotógrafo y artista desde los 19 años decidí realizar lo más interesante y más complejo a nivel de disponibilidad de mi valioso tiempo: recopilar todas las escuchas y formas de trabajar en la Terapia Craneosacral en imágenes, para crear una Guía Visual de la Terapia Craneosacral. Todo ello, con el fin de no olvidar ninguna de esas perlas de sugerencias de escucha en nuestro organismo, y facilitar así a otros el trabajo y la formación. En principio, ese trabajo lo quería realizar con una asistente de Javier con muy buenas manos, pero al abrir el campo de percepción de la obra que se me venía encima, decidí implicar al cien por cien a mi estimado profesor y amigo, Javier de María. Gracias a ello todo el conocimiento y buen hacer en la Terapia Craneosacral de Javier, se puede ver y respirar en el libro que nació del impulso de llevar a imágenes la parte técnica y anatómica. Así fue como le sugerí crear juntos ese futuro libro, la "Guía Visual de la Terapia Craneosacral", una aventura que nos facilitaba a ambos nuevos espacios de exploración de uno mismo, tratando de manifestar de una forma escrita o visual lo que uno sabe o siente de manera que sirva para otros. Como podéis imaginar, desde mi fin de formación en el que entregué mi trabajo rigurosamente que fue el proyecto de este libro hasta el libro que tenéis en vuestras manos, han transcurrido dos años de intenso trabajo.

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA CRANEOSACRAL

Prólogo

Ahora tengo 56 y espero que el beneficio de esa sintonía de dos personas que se encuentran en un momento de sus vidas y crean algo en común, se amplíe al colectivo a quien va destinado. Yo me siento satisfecho y agradecido por la experiencia. Desde aquel momento, el trabajo se expandió como una inhalación de marea larga. El trabajo se dilató y me encontré que Javier era tan meticuloso o más que yo, y no dudó en hacer todo lo que tenía que hacer, aunque eso llevase mis nervios a nuevos retos de paciencia, ya que no podía ver con claridad el final de este proyecto. El destilar de ese conocimiento de Javier, decorado con gotas de sabiduría -de esa que uno saborea largamente porque le impregnan con una resonancia de verdad simple y desnuda, que te hace abrir campo-; tuvo que adecuarse también a la difícil tarea de conformar una estructura coherente y didáctica, para acercaros esta obra que recoge una visión amplia y sin restricciones de las bondades de la Terapia Craneosacral. No sólo el conocimiento y la sabiduría de Javier sino su presencia neutral, tranquila y sencilla impregnan estas páginas. Espero haber sabido acercaros todo ello en las imágenes. Así es como yo lo siento, y así es como he intentado plasmarlo. Me alegra haber tenido aquel día ese impulso inicial. Gracias a ello he tenido el privilegio de crear mayores lazos de amistad con él, de disfrutar de su buen hacer y consejo en la terapia y de vivir una vez más la aventura de la creación de un libro con la vivencia de superación de limites que ello conlleva. Deseo que, con todo ese tiempo empleado, podamos ofrecer el fruto de tanto trabajo a todas las personas que están en la formación. También a las que habiéndola realizado o siendo unos estupendos terapeutas quieran obtener un libro de consulta y reflexión al que acudir.. Javier aporta su conocimiento, su gotas de sabiduría y buen hacer, en cada una de las fases de este recorrido por la terapia, para que nadie deje en el olvido el arte de tocar y saber lo que toca cuando entra en contacto sutil con otro ser humano en esta maravillosa terapia. También para que, en un momento determinado, lo olvide todo y se deje llevar por la sabiduría innata de la Naturaleza que está mas allá de las palabras, los conceptos y de lo que uno puede conocer, pero sí puede experimentar.

Rafael Buisán

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Prólogo

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Con cariño y a d m i r a c i ó n sincera, he solicitado a los profesores de terapia craneosacral, con los que m a n t e n g o más relación, que cscriban unas palabras de introducción para esta guía visual de la terapia craneosacral. Quiero a g r a d e c e r l e s d e s d e aquí su aceptación, pues soy c o n s c i e n t e de que por un lado me honran con su beneplácito y por otro lado nos honran a toda la c o m u n i d a d craneosacral, pues cada uno de ellos con su brillante aportación personal, nutren y amplían el horizonte de nuestra práctica.

Javier de María aj^jl

Tuve la suerte de leer este libro c u a n d o estaba todavía en la fase final de redacción; el autor, unos m e s e s antes, me había a n u n c i a d o q u e se trataba de un texto e m i n e n t e m e n t e "práctico", dedicado principalmente .1 la descripción y fotografía de las posiciones de contacto de la terapia craneosacral. | Q u é e s t u p e n d a sorpresa descubrir que se trata de mucho, m u c h o más que eso!. Javier de María, al que tengo el honor de conocer y con el que tengo el placer de haber intercambiado sesiones con él, encarna los principios que hacen de la terapia c r a n e o s a c r a l una de las p a s i o n e s de nuestra vida, la respuesta dinámica al anhelo de nuestro corazón, la medida de nuestra c o m p a s i ó n . Las notas al margen de la versión que leí , me dieron la pista de la m e t i c u l o s i d a d del trabajo hecho, la precisión y plenitud del conocimiento y, a la vez, d e s d e las primeras páginas se respira un aire diferente al de los textos "técnicos", es innegable la gran m a d u r e z y experiencia que s u b y a c e n en cada parrafo, cada afirmación, esta mezcla de humildad y osadía, esa c o n t i n u a presencia del espíritu organizador de todo mo-vimiento, y de la quietud.

Un sentimiento de ternura infinita a c o m p a ñ a al autor, que parece literalmente coger de las manos a sus a l u m n o s y o discípulos y lectores, crear con ellos una atmósfera de intimidad, de tú a tú, y llevarles a explorar las a p a r e n t e s c o m p l i c a c i o n e s de la técnica, usando magistralmente las metáforas, e n s e ñ a n d o cantidad de "trucos" que facilitan la práctica de un o p e r a d o r e x p e r i m e n t a d o ; el atrevimiento de q u e d a r s e ahí, d e s n u d o en el aquí y ahora de la terapia, "respirando y sonriendo". El autor tiene la audacia de sugerir que la finalidad de este libro es f i n a l m e n t e el de ser trascendido, una excusa, un pretexto para "facilitar la expresión del Espíritu en la Materia", una "coartada para dejar salir la profunda c o m p a s i ó n que hay en ti". Este libro p u e d e ser a p r e c i a d o por toda persona interesada en la naturaleza h u m a n a y las artes curativas, pero se hace realmente f u n d a m e n tal para el e s t u d i a n t e y el o p e r a d o r / t e r a p e u t a craneosacral, incluso para los que llevan años en ello, a u n q u e tan sólo sea para recordar, para seguir orientado a la Salud, para compartir lo que Javier se tomó el trabajo de verbalizar, desde su profundo c o n o c i m i e n t o , su refrescante humildad, su equilibrio entre pasión y neutralidad, su rigor formal y pureza esencial. Gracias.

Cristina Ratti (Directora y prof. en Instituto Español de Equilibrio Craneosacral)

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GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

Prólogo

En la "Guía visual de la Terapia C r a n e o s a c r a l " Javier nos presenta un excelente libro ilustrado con detalladas y útiles d e s c r i p c i o n e s de los contactos e m p l e a d o s en la práctica de la terapia Craneosacral. Un libro que nos invita a un viaje visual por la manifestación más sutil de la vida, nos ofrece i m á g e n e s que t r a n s m i t e n el arte de la e s c u c h a de los ritmos vitales que animan al cuerpo. Con la sensibilidad que le caracteriza, Javier nos orienta acerca de los contactos para entrar en relación con las diferentes c a p a s del territorio corporal; desde las e x p r e s i o n e s más globales y a b a r c a n t e s de la manifestación de la Fuente de Vida, a la percepción, a p r e c i a c i ó n y diálogo con las estructuras más e s p e c í f i c a s de la anatomía, de la multiplicidad, de la forma e n c a r n a d a . En la modalidad biodinámica hay una a p r o x i m a c i ó n muy sutil al sistema craneosacral; c o m o se puede apreciar en las imágenes los contactos son muy ligeros y nada manipulativos, en ellas se realza la importancia de la presencia terapéutica que actúa c o m o catalizador para que el proceso terapéutico se pueda d e s p l e g a r ; d o n d e lo a p a r e n t e m e n t e complejo de la práctica se convierte en un simple y natural estar y acompañar. Por su práctica profesional, y en su tarea como profesor ha sabido dar forma y e n c a u z a r en este libro su esfuerzo por difundir la terapia y con él, responder a la n e c e s i d a d y d e m a n d a de m u c h o s e s t u d i a n t e s y practicantes de un c o m p l e m e n t o gráfico para su estudio.

Rafael Martiz (Director y prof. TCS en Dharma Spai Terapeutic)

CRANEOSACRAL

"He conocido y trabajado j u n t o a Javier durante muchos años, y siempre me ha i m p r e s i o n a d o su constante atención a la manera en que los a l u m n o s practican y aprenden. Javier realmente tiene una apreciación clara y profunda de este trabajo tan sutil y extraordinario, y ahora propone este regalo realmente magnifico tanto para los a l u m n o s c o m o para los profesores. Javier ha creado este libro de referencia tan necesario para la c o m u n i dad de la terapia C r a n e o s a c r a l . Estoy seguro que será imprescindible para m u c h o s a l u m n o s con sus ilustraciones tan claras del contacto de las manos y con referencias a las intenciones de los contactos y de la anatomía relacionada.

Paul Vick (Director y prof. en Resonance Trainings. UK)

En 1995 Maria Harris y yo f u n d a m o s la European School of Craniosacral T h e r a p y en España, para e n s e ñ a r lo que ha venido d e n o m i n á n d o s e el e n f o q u e ' b i o d i n á m i c o ' d e Terapia Craneosacral. Nos v i m o s a n i m a d o s y e m p u j a d o s por el e n t u s i a s m o de nuestros estudiantes y g r a d u a d o s , algunos de los cuales progresaron tanto que fueron e m p e z a n d o a e n s e ñ a r ellos mismos el trabajo. Javier de María fue uno de esos primeros g r a d u a d o s y a d e m á s de su contribución como profesor y presidente de la A s o c i a c i ó n Española de Terapia C r a n e o s a c r a l , ha recopilado este excelente libro q u e será referencia para los estudiantes, tanto del pasado c o m o del futuro. Estoy seguro q u e formará parte de vuestra biblioteca personal sobre esta terapia tan profunda y e x t r e m a d a m e n t e efectiva.

Robert Harris (Director y prof. TCS en European School of Craniosacral Therapy)

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GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

Prólogo

CRANEOSACRAL

La Terapia C r a n e o s a c r a l es un método sanador profundo, elegante y eficaz. Requiere del terapeuta una variedad de habilidades que exigen estudio, práctica y una larga gestación. A u n q u e existen recursos de estudio para estudiantes y t e r a p e u t a s , son i m p r e s c i n d i b l e s nuevos materiales tanto para los profesionales como para los clientes que desean entender más sobre esta terapia vanguardista. Se necesitan materiales técnicos y detallados, y a la vez libros asequibles para el gran público que puede beneficiarse de esta terapia. Javier de María es un Terapeuta C r a n e o s a c r a l que ha mostrado un c o m p r o m i s o extraordinario en su propia formación c o m o terapeuta. Ha c o m p l e t a d o las diferentes f o r m a c i o n e s que existen en España, y las ha puesto a prueba en consulta con sus años de práctica. Despues de años de m a d u r a c i ó n y experiencia en consulta, ha salido a c o m p a r t i r sus c o n o c i m i e n t o s a través de s e m i n a r i o s y cursos de f o r m a c i ó n . Este libro muestra una gran c o m p r e n s i ó n de las n e c e s i d a d e s de los terapeutas y clientes de esta profesión. De una manera clara, precisa, asequible y elegante, ha creado un recurso de gran beneficio para sus lectores. Seguro que este libro será una obra de referencia para los que quieran c o m p r e n d e r esta terapia con más profundidad.

Jim Feil (Director y prof. TCS del Instituto de Terapia Craneosacral)

Estoy muy satisfecho de decir estas pocas palabras de introducción al trabajo de Javier de María. Tuve el placer de estar en c o m p a ñ í a de Javier en un curso a v a n z a d o de tres m o d u l o s de cinco días cada uno, llamado "La Encarnación del Espíritu", que tuvo lugar en Valencia. En ese t i e m p o q u e e s t u v i m o s juntos, me sorprendieron algunas c o s a s de Javier. Por un lado, su dominio de la mecánica de la terapia craneosacral - q u é es y cómo funciona. A otro nivel, me impresionó la atención y humildad que mostró en un curso d o n d e él, un profesor con experiencia sustancial, era un m i e m b r o de la clase. Mostró que se sentía a gusto tanto en el "ser humano" como en el "hacer humano". Estoy seguro que su base para su e n f o q u e de vida está enraizada en su experiencia y d o m i n i o de la filosofía de las artes marciales orientales, de las cuales es un maestro. En estos m o m e n t o s , me parece que es de gran beneficio para todos, un diálogo entre las ciencias y filosofías del Este y del Oeste y que la gente con un pie en ambos c a m p o s , fruto de la d e d i c a c i ó n y la formación tienen una e n s e ñ a n z a muy valiosa que darnos. En esta ocasión Javier ha escogido apuntalar la conciencia a nivel profundo, que sé que t a m b i é n imparte, con los tornillos y tuercas de las f o r m a s y lugares de contacto utilizados en la terapia craneosacral. El c ó m o y d ó n d e se hacen estos contactos está b e l l a m e n t e ¡lustrado y descrito, j u n t o a una explicación de en qué se basa cada contacto en particular. Sé que este trabajo es hermoso, y es e s t u p e n d o ver un libro d o n d e ésta belleza es visible a los ojos y e s p e r o q u e m u c h o s a l u m n o s y t e r a p e u t a s se beneficien de este trabajo, tal y c o m o lo haré yo.

Mike Boxhall, (Director y prof. TCS del Centro Getting in Touch)

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Introducción

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

En el portal del templo de Apolo, en Delfos, en la Grecia antigua, estaba escrito el mandato: "Conócete a ti mismo" Este libro nació de la proposición de un alumno y amigo Rafael Buisán, licenciado en Historia del Arte, fotógrafo y artista, quien me animó a plasmar, de forma gráfica y visual, las diferentes posiciones y técnicas con las que nos hemos relacionado durante el proceso de formación, para que otros estudiantes o personas interesadas en la terapia craneosacral puedan recordarlas o acercarse a ellaspor primera vez de la forma más sencilla. Esperamos que este manual puede ser de interés tanto para los alumnos como para los terapeutas, facilitándoles el cultivar y recordar las posiciones y escuchas de la TCS (Terapia Craneosacral) ya que ése es su objetivo. Rafael se ofreció a realizar el trabajo fotográfico, el diseño y la edición del libro, y a mí me tocó la labor de escribir las enseñanzas y prácticas que expongo y realizo en los dos años de formación de los cursos. Al principio, me deslumhraron ideas altruistas de escribir un libro para contribuir a la difusión de este noble arte que practicamos, al tiempo de poder ofrecer un apoyo más en la formación de futuras generaciones de terapeutas y de poder compartir las experiencias que vamos descubriendo por el camino. Pero, he observado que, si bien todo eso es cierto en alguna medida, este libro lo escribo principalmente para mí, porque he observado que la mejor manera de aprender es a través del compartir. Me resulta estimulante y reconfortante poder transmitir aquello que a mí mismo me satisface y, todo ello, me orienta hacia un punto de dinamismo en el que me siento animado a continuar investigando, con el fin de poder transmitir estos conocimientos con mayor profundidad y lucidez. Este proceso de comunicar lo que vamos aprendiendo sobre la terapia craneosacral, no tiene vocación de enseñanza en el sentido de que el profesor es el que posee la sabiduría y es él quien le propone al alumno lo que debe aprender y le indica lo que está bien o mal. Este libro posee la intención de compartir y de ayudar a recorrer juntos un sendero por el que hace tiempo ya partieron otros caminantes, que han dejado sus huellas por el camino y, antes, fueron ya marcando las señales para indicarnos la dirección por donde prosiguieron. Ese recorrido resulta sanador y gratificante. Es por ello, por lo que intento seguirlo cuidadosamente sin desviarme, para transitar lo que ellos recorrieron y para lograr lo que ellos consiguieron. Andando sobre sus huellas empecé a caminar con ilusión, seguro de avanzar por un camino ya trazado.

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Sin embargo, de vez en cuando, surge otra posibilidad, otro sendero diferente, ¿quizás un atajo? Observo con curiosidad y a veces incluso me atrevo a explorar otros paisajes, que sólo con el tiempo podré descubrir si fueron los apropiados. Llevo ya bastante tiempo recorriendo estos senderos, y he descubierto cuáles me han resultado de ayuda al investigar sobre ellos y cuáles, a mi entender, no me han satisfecho lo suficiente para continuar su recorrido. A lo largo de mi formación, he tenido la fortuna de recibir la enseñanza de diferentes profesores, con ideas distintas entre ellos de cuál es el enfoque idóneo de la terapia craneosacral. En un principio, esto me generó cierta confusión. Sin embargo, ahora me siento agradecido porque los diferentes puntos de vista de esta terapia en cada maestro me han facilitado una amplitud de mira que no hubiese podido obtener de otra manera. Algunos profesores dan más importancia a conocer la anatomía y la fisiología del cuerpo y sus leyes de comportamiento, poder reconocer la disfunción primaria y tratar de contrarrestarla. Para otros, es más interesante aprender a sentir el tejido corporal o los campos bio-energéticos. Una vez conocidos, lo que muestran mediante la aplicación de ciertas técnicas y principios, es a corregir las alteraciones que se manifiestan. Otros terapeutas, en cambio, se decantan más por los principios que por las técnicas. Es por ello por lo que promueven incorporarlos como núcleo del trabajo y como proceso personal, para facilitar que la Matriz de la Vida se exprese con libertad y que su impronta se manifieste a través de las fuerzas auto-organizadoras del organismo. Para otros, el Espíritu es lo primordial, ya que en la medida en que se origina la resonancia con Él, su esencia envuelve todo lo demás. Es entonces cuando se produce lo que tiene que producirse y no se manifiesta lo que aún no ha de manifestarse. En este momento de mi trayectoria personal y profesional me siento más identificado con la ¡dea de que la armonización se produce de dentro hacia fuera. Pero no puedo dejar de admitir que entre la curación y la sanación hay un largo recorrido. No todas las personas se encuentran en el mismo punto del camino, por lo que sus necesidades y las formas de resolverlas serán diferentes entre ellas.

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

A mi entender, dentro del enfoque craneosacral, hay respuestas para todos, si no se polariza el trabajo más en un apartado que en otro. Por ello, me resulta de especial interés crear un espacio de desarrollo tanto personal como formativo lo más amplio posible. De esta manera, al conocer las diferentes opciones de la terapia cada uno puede optar por acercarse más a una que a otra. También se puede Intentar aglutinarlas todas y ceder a que sea el Aliento de Vida quien decida por dónde debe enfocarse cada tratamiento. En estas hojas encontrarás una síntesis de los principios fundamentales y de las técnicas más habituales, para podernos mover con facilidad entre un extremo y otro del enfoque. Si no eres un genio que ya desde pequeño domina la esencia del arte a través del cual se expresa la Vida, se necesita un profundo conocimiento de la base teórica y de la técnica, para poder llegar a ponerla en práctica. Es necesario afinarse con el manejo constante y la formación ininterrumpida; mirar hacia adentro, y también hacia fuera. Y, sobre todo, parar de vez en cuando, para absorber e integrar aquello que se va incorporando. De esta forma, poco a poco, se transmitirá la libre manifestación del mundo interior en el mundo exterior, e incluso tal vez, en un momento dado, no nos encontremos ni dentro ni fuera, sino más allá de ambos. La terapia craneosacral crea un espacio que fluctúa con libertad entre la técnica y el arte, entre el conocimiento y la intuición, entre el movimiento y la quietud, entre la atención concentrada en un pequeño punto y la vacuidad. Todo esto pretende ofrecer, tanto al cliente como al facilitador, la oportunidad de situarse en la opción más adecuada en cada momento. Con este enfoque se pretende animar al facilitador a ser congruente consigo mismo y las circunstancias propias de cada sesión, animándole a desarrollar la práctica desde su propia vivencia, desde sus tripas, desde su cabeza, desde su corazón. Alentándole a "saborear" tanto las técnicas como los principios y dejar que progresivamente, a fuego lento se vayan incorporando en su manera de hacer, en su manera de ser. Cuando alguien comienza su formación, se deja influir por lo que le enseñan y procura repetir los pasos y las ideas, tal y como le son transmitidos, para ir adquiriendo experiencia propia y tal vez sabiduría con el tiempo. Si la semilla que se sembró era de calidad y el terreno era el apropiado, tan sólo se necesitará tiempo para que la naturaleza obre. Mientras tanto, será de ayuda una mirada atenta hacia adentro y hacia fuera para cuidar de que el árbol crezca sin demasiados obstáculos a su alrededor.

Introducción Es muy importante propiciar y mantener la sensación interior de libertad de opciones. Al comienzo de cualquier actividad, el alumno sabe bien poco y, en su ignorancia, es libre para hacer o no, lo que quiera o crea conveniente, pues no está condicionado por la terapia que apenas todavía conoce. En ocasiones, esto proporciona grandes ventajas, ya que la mente del principiante no avanza por caminos ya trazados sino que posee la facultad de explorar la realidad por sí misma y por primera vez. Aunque esto lo haga siguiendo las indicaciones de su profesor, al no conocer con claridad lo que puede encontrar ni hasta dónde se puede llagar en cada encuentro, desde cada escucha, al alumno se le abre un campo infinito de exploración que, con el tiempo se irá cerrando, cuando llegue el momento en que el alumno ya sepa lo que busca y lo que se suele encontrar por el camino Tan sólo con el tiempo y la reflexión, si se mantiene viva la llama de la búsqueda y no se cae en la seguridad y en la limitación de lo que ya se sabe o se cree saber, se vuelve abrir la puerta de lo desconocido con un punto de osadía y de humildad. Después se puede continuar aprendiendo, integrando armoniosamente lo que somos y lo que hemos aprendido y podemos volver a fluir natural y espontáneamente con las circunstancias aprovechando lo que hemos ido incorporando por el camino. Para adquirir el conocimiento de una técnica se requiere práctica y estudio, unido con la valiosa supervisión de un profesor cualificado. Esta técnica se apoyará en un principio, que ya demanda una mayor reflexión y asimilación al que aún podemos acercarnos de la mano de un buen profesor. Sin embargo, ese principio emana de un misterio, de la esencia de donde todo procede y a la que ningún profesor te puede guiar,- aunque sí te pueda acompañar hasta la puerta de entrada-, en la que el alumno, en vez de buscar fuera, comenzará ya a indagar hacia dentro y a descubrir por sí mismo. Desde ahí se produce la resonancia interior con aquello que no se puede nombrar pero sí experimentar.

Javier de María

Entróme donde no supe: y quedóme no sabiendo, toda sciencia trascendiendo. (San Juan de la Cruz)

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Mandala del Cosmos

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© Mandalaluz, Rafael Buisán

1- Las

Bases

del

Trabajo

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CRANEOSACRAL

La TCS se sustenta en una serie de principios que la conforman y la mantienen viva. Algunos de ellos ya fueron enunciados por la osteopatía de donde procede la Técnica Cráneo Sacral, otros se van incorporando poco a poco. Taylor Still (1828-1917), fundador de la osteopatía, enumeró una serie de fundamentos sobre los que se apoyó para crear un nuevo enfoque terapéutico al que llamó Osteopatía: -La estructura gobierna la función. -La unidad del cuerpo. -La autocuración. -La regla de la arteria es absoluta. -La vida es movimiento. Con el paso del tiempo surgen diferentes terapias que se apoyan total o parcialmente en estos conceptos, y los van incrementando con nuevas aportaciones que parecen apropiadas. Es el caso de la terapia craneosacral, que, progresivamente, va estableciendo su propia impronta e incluye, de forma ecléctica, aquellos principios que parecen más congruentes con su propia visión. Debemos procurar seguir abiertos a lo que va progresando desde el interior de la propia comunidad craneosacral, así como también a cualquier otro avance o nuevo enfoque que pueda surgir para poder experimentarlo y, con ello, valorar si se acopla con armonía a los fundamentos con los que ya trabajamos, porque en el momento en el que se considere que ya se dispone del método o la forma perfecta, hemos de preservarla sin permitir modificaciones que la desvirtúen. A mi entender, ése sería el momento en el que comenzaría su decadencia. "La vida es

movimiento'

Y allí donde el movimiento no puede expresarse con facilidad, la libre expresión de la vida se ve condicionada. Este principio, ya enumerado por Still, es uno de los pilares en los que nos apoyamos para comenzar la práctica. El poder sentir y reconocer cómo se muestra este movimiento en las diferentes estructuras corporales, ya sean orgánicas o energéticas, es, con toda seguridad, la principal herramienta diagnóstica y terapéutica que nos mostrará fielmente, si allí donde fijamos nuestra atención, ya sea de forma local o global, la vida se puede expresar con soltura y produce movimiento, o se ve limitada por adherencias, intoxicaciones, contracturas o traumatismos ya sean de origen físico, psicológico o espiritual que le restan capacidad de movimiento y por lo tanto promueven la aparición de la enfermedad.

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Dice la Biblia: Formó, pues, el Señor Dios al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un alma viviente. (Génesis 2:7) " El Aliento de Vida" Se considera como la fuerza vital o la energía que trasmite la vida. En otras culturas recibe el nombre de Prana para los indus, ki para los japoneses o Chi para los chinos, los aztecas la llaman Tonalli y los egipcios Ka En casi todas las tradiciones encontramos una idea similar: el cuerpo se impregna de una energía que le confiere la vida de forma inteligente. La salud está íntimamente relacionada con la facilidad con que este Aliento de Vida, este fluido vital, se pueda mover con libertad por todo el organismo, colmándolo y nutriéndolo, de manera que aporte coherencia, reparación, regeneración y conexión con su esencia más profunda. Los Ritmos Craneales Este movimiento desde la apreciación craneal, comienza a desarrollarse desde la quietud original y se expresa de numerosas formas de las que, la mayor parte, no reconocemos ni comprendemos. Algunas de estas manifestaciones se expresan en el organismo humano con sutiles movimientos de forma rítmica, similares a las mareas del mar por lo que reciben el nombre de mareas. Podemos reconocer tres ritmos diferenciados entre sí por diferentes amplitudes y características: -Marea corta o Impulso rítmico craneal (IRC) -Marea media o de potencia. -Marea larga Este sutil balanceo actúa como impulsor y trasmisor de la energía en la materia. Ese movimiento rítmico de ida y vuelta, de exhalación e inhalación, el es el que trasporta la Inteligencia, con I mayúscula, desde la esencia hasta la célula, desde la Fuente hasta la Forma. En exhalación, el movimiento se expresa en torno a la línea media de forma descendente, desde la cabeza hacia los pies y encogiéndose de lado a lado. En inhalación se manifiesta de forma ascendente desde los pies hacia la cabeza y se expande lateralmente. El líquido cefalorraquídeo parece ser *la principal sustancia que recoge en su estructura la esencia del Aliento de Vida. A través del sistema nervioso central la difunde, como una fluctuación longitudinal, hacia el resto del organismo.

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Estos movimientos se organizan alrededor de "fulcros naturales". Su núcleo central es la línea media, el notocordo embriológico, y desde él se forman otros fulcros que centran el movimiento de las diferentes estructuras como son: -El fulcro de Sutherland o seno recto para las membranas de tensión recí-proca. -La articulación esfeno basilar para los huesos del cráneo. -La lamina terminalis para el sistema nervioso central. -La 2a vértebra cervical C2 para el fluido cerebro espinal. Una parte importante del trabajo craneosacral consiste en aprender a sentir y reconocer estos movimientos, que reflejan en sí mismos la capacidad del organismo para responder con naturalidad al impulso de la Vida y, en caso de estar restringidos, facilitar su liberación. Marea corta

(IRC)

La marea corta o Impulso rítmico craneal es el último peldaño que parece descender el Aliento de la Vida, para adentrarse en la materia. Primordialmente, se encarna en el líquido cefalorraquídeo y en el resto de los fluidos, para desde ellos, nutrir con su esencia, con su impronta, cada célula del organismo como un líquido dentro de otro líquido, como una luz en el interior de los fluidos, que se manifiesta en los tejidos corporales con un ritmo aproximado de entre 7 y 14 ciclos por minuto. Esto nos permite poder apreciar mediante su movimiento, simetría, ritmo y potencia, cómo se despliegan la Inteligencia y la Fuerza de la Vida a través del cuerpo, ayudándonos a reconocer los lugares por donde este flujo se expresa con libertad o donde se ve alterado o disminuido. Para situarse en sintonía con este ritmo, el facilitador se afloja y coloca sus manos sobre cualquier lugar del cuerpo buscando una sensación como si las manos se apoyasen delicadamente sobre corchos que son mecidos por las olas del mar, de tal manera, que las manos estén en contacto para apreciar el movimiento, pero no lo limiten ni modifiquen. La atención se centra en percibir y reconocer dichos movimientos o la ausencia de ellos, en las estructuras con las que se está en contacto y sus posibles relaciones. La Marea media o Marea de potencia Para crear la relación con la marea de potencia, el facilitador procura un aquietamiento aún mayor que en el IRC, afinando las cualidades de presencia, percepción y contacto. Las manos ya no flotan sobre la superficie de las olas como en la marea corta, sino que parecen hundirse en el interior de una marea más profunda,

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más estable. Su ritmo de expresión es el de una contracción y expansión más lentas, de unos 2,5 ciclos por minuto, que no se modifican con facilidad ante los estímulos externos. La atención se expande abarcando la globalidad del organismo como una sola unidad integrada, en la que se siguen reconociendo las estructuras concretas, pero no de forma aislada sino formando parte de un todo global. Se tiene la sensación de entrar en contacto con la potencia que genera los movimientos, con la inteligencia que regula los procesos, con la fuerza que apoya y sustenta cada transformación, así como con la fuente de energía que vitaliza a la marea corta. Se percibe cómo la influencia dinámica de la vida, contiene, y tiende hacia la actualización sanadora de los patrones inerciales de tensión o disfunción. Envolviendo a las fuerzas perturbadoras en un fulcro, que conservará la disfunción retenida hasta que ésta pueda ser disuelta o integrada. Desde este campo de atención, se suaviza la necesidad de "hacer" por parte del facilitador. Se promueve la contemplación dinámica del proceso, en la que el plan de tratamiento inherente surge y se manifiesta desde el núcleo del sistema. Cuando esto sucede, el todo integra armoniosamente a la parte y resurge una alineación más centrada en torno a la línea media. Marea larga La marea larga es el primer paso de concretización y descenso del Aliento de Vida, que podemos reconocer en la práctica de la terapia craneosacral. Este ritmo es profundamente estable y se manifiesta con una secuencia de unos 100 segundos por cada ciclo. Aparentando surgir de la nada, se manifiesta y da la impresión de volver a desaparecer, para resurgir de nuevo. Contiene la Inteligencia Directiva y Creadora, la matriz de la vida que da forma y mantiene el cuerpo humano. Actúa como el principio organizador y sanador más profundo del organismo. Es la manifestación más directa del impulso original, que surge en cada instante de Aliento de Vida, la primera oleada que empieza a tomar cuerpo hacia la forma humana, incorporando la intención de la vida hacia la forma. Para percibir la marea larga el facilitador procura el mayor aquietamiento exterior e interior, soltando la idea de reconocer algo en el cuerpo del cliente. Esta marea se aprecia como un campo unificado sin forma, y parece ser mucho más que algo que envuelva al cliente, ya que no se reconocen sus límites. Es como si fuese la totalidad del Universo la que respira en el presente eterno una profunda inspiración y expiración que todo lo abarca.

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No es algo que el facilitador perciba con las manos, sino mas bien con la totalidad de su cuerpo, como si la respiración de la vida le traspasase con un resplandor sutil, en el cual, más que respirar, eres respirado. En ese estado el cuerpo humano tiende a reorganizarse entorno a sus elementos constitutivos primordiales, delimitando el papel del facilitador a mantenerse en un estado de presencia neutral y acogedora, desde la cual facilita la resonancia para el cliente. La Quietud dinámica La quietud es un concepto extraordinariamente hermoso para mí, pero del que apenas puedo hablar pues no me alcanzan las palabras y apenas si el entendimiento. Para acercarte a la quietud, se precisa comenzar por un aquíetamiento corporal que va seguido de un aquietamíento mental. Un suavizamiento interior en el que nada se procura. En silencio interior uno se va dejando caer en el vacío y progresivamente va soltando la atención de todo lo conocido para simple y profundamente adentrarse en la presencia. Conforme te acercas, algo se afloja. La conciencia, o al menos la mía, parece incapaz de retener lo que sucede, y desaparece por completo la sensación del cuerpo, del tiempo, del espacio. En torno a este estado se aprecia una vibración sutil, profunda e intensamente vivificante que todo lo envuelve y lo penetra, y en la que Tú, desapareces. Después, algo sucede y de nuevo te reconoces a ti mismo en una u otra marea, dándote cuenta quizá de que se ha producido un cambio, tal vez en la fisiología, tal vez en el estado de ánimo. O se ha expresado algo que quizá no puedes reconocer que ha sucedido. Pero te queda la íntima impresión de que ambos "hemos sido tocados". Envueltos tal vez durante una fracción de segundo en la Quietud, queda la impresión de que todo es posible y de que se dará lo que tenga que darse y no se manifestará lo que no sea su momento, al margen de si eso es lo que se esperaba y de si lo entiendes o no. Hace más de 30 años el prior del monasterio de Yuste me dijo: La mejor forma de orar, de sentir la presencia de Dios, es callarse y escuchar.

Aliento de Vida

i

(similar al K¡, chi, prana...) Promueve qpe la Vida se manifieste en la materia, e(i el cuerpo. Pone, en marcha los ritmos de la vida, las mareas. Se manifiesta como 'Luz liquida dentro de los líquidos" i i

Marea larga 100 segundos cada ciclo. El facilitador se funde con la marea. Las manos no prestan atención a lo que tocan. La atención permanece en la globalidad.i Contiene la matriz de la Vida.

I

Marea media o de potencia

2,5 ciclos por minuto, f I facilitador se siente parte de la marea Las manos se funden con los fluidos y reconocen relaciones generales. La atención abarca la totalidad del cuerpo y su campo energético.

area corta o impulso rítmico craneal 7 y 14 ciclos por minuto. i El facilitador colabora con la marea. Las manos flotan sobre el organismo. La atención reconoce lo que toca y sus relaciones. El Aliento de Vida en el cuerpo se expresa como:

Existe en el Universo una Inteligencia y un Poder que desbordan mi comprensión y a falta de otro nombre, lo llamaré "el Tao". (7ao Te Ching)

Inhalación-Exhalación,

para los fluidos y el sistema nervioso central.

Rotación externa- Rotación interna, para las estructuras pares de la periferia. Flexión- Extensión, para las estructuras únicas situadas sobre la línea media.

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Espacio y contención Para que pueda darse el movimiento es necesario el "espacio" tanto a nivel microscópico como a nivel de la galaxia. Para que un átomo se mueva o para que respire una célula, para que se llenen los pulmones de aire o circule la sangre, para que se articule una sutura o se desplace un brazo, es necesario disponer del espacio apropiado para cada función, tanto en el interior como en el exterior. Este espacio no es sólo de carácter fisiológico: para el desarrollo del ser humano también es necesario disponer de un espacio suficiente y seguro en el que poder expresarse y crecer en sus relaciones personales, con su familia, amigos, en sociedad. Es necesario un espacio amplio para la filosofía, la cultura, la religión... En definitiva: para poder vivir y crecer necesitamos espacio. Si tenemos en cuenta que ante cualquier situación de tensión o estrés el organismo se encoje a todos los niveles y no siempre encuentra con facilidad la manera de soltar esa tensión, el ofrecer y favorecer que el organismo pueda tomar y ocupar su propio espacio es sin duda un gran principio de sanación a todos los niveles. Por otro lado, no sólo es imprescindible disponer del espacio suficiente para poderse mover y expandir sino que además es necesario el contrapunto de la "Contención", ya que entre una y otra encontraremos el punto justo que promueva la salud. Lo ideal no es moverse o expandirse sin límites, pues si el hígado aumenta su tamaño mas allá de sus límites naturales, estará empezando a comprimir a las estructuras y los órganos adyacentes que no podrán realizar correctamente su función, ni tampoco el hígado podrá realizar la suya. Para una familia normal, el vivir en una casa de veinte metros puede resultar asfixiante pero vivir en una casa de dos mil sería muy difícil de calentar, iluminar, limpiar. Este espacio o distancia no es tan sólo una realidad física que se mide en centímetros o metros, también es un percepción sensorial y psicológica. El cliente puede sentir invadido su espacio vital o su intimidad por una atención excesiva del terapeuta o puede tener la impresión de que éste se encuentra muy lejos aunque está tocado con las manos. Es importante experimentar que la distancia entre el cliente y el terapeuta se puede modificar, tanto de forma física, es decir desplazándose uno o ambos con el fin de acercarse un poco más o alejarse como puede ser el caso de cómo están situadas las sillas en el momento de la conversación previa al contacto corporal. Una vez establecido el contacto físico, también puede modificarse la distancia pero, salvo que éste se pierda, ya se dispone de menos margen para los

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cambios. También se puede alterar la apreciación del espacio y la distancia entre ambos mediante la atención y la visualización. Esto puede suceder sintiendo, imaginando al terapeuta que se acerca o aleja del cliente: lo que optemos más apropiado para la comodidad de los dos. Descubrir y respetar la distancia, o el espacio apropiado en cada relación es todo un arte. En la práctica de una consulta o en la vida cotidiana, nos puede ser de gran ayuda descubrir esa distancia justa entre nosotros y la otra persona, entre nosotros y los diferentes objetos que nos rodean. E incluso entre yo mismo y mis propios problemas o dificultades, ya que cuando siento que estoy enquistado en ellos me afectan de forma muy diferente que cuando los mismos problemas los percibo como si permaneciese fuera o a un lado. Tiempo Moverse en el espacio y cada proceso en sí mismo, requiere "tiempo". Respirar, hacer la digestión o asimilar una experiencia lleva su tiempo. Cada proceso requiere del tiempo y del espacio necesario para ello. No sólo es importante obtener tiempo y espacio suficiente, sino también sentirlo y experimentar que disponemos del tiempo suficiente *sin que nadie ni nada nos agobie. Incluso, si el malestar o las prisas surgen desde dentro de nosotros mismo, es importante que alguien que esté presente lo advierta y pueda recordarnos "tranquilo, tenemos todo el tiempo que necesites". Este tiempo no es tanto un tiempo de reloj, sino, más bien, un tiempo de calidad, un tiempo de presencia en el que realmente voy a esta ahí, para solventar las necesidades que surgan. Cuando el terapeuta le dice al cliente: tómate el tiempo que necesites, no tenemos prisa, es absolutamente cierto que no me siento impaciente con su proceso personal, que voy a seguir estando a su lado sin mirar el cronómetro. Al mismo tiempo sé que, cuando las circunstancias son propicias, el tiempo es muy relativo. Y si no existe presión para que se realice el cambio e incluso existe espacio para que nada cambie, en esas circunstancias todo se da con mayor facilidad. Presencia Para poder ofrecer estos principios al cliente hace falta alguien que esté ahí para poderlos compartir, para promover la relación sanadora. No sólo es necesario que el facilitador se encuentre allí, si no que lo esencial es que esté presente. ¿De qué te puede servir un terapeuta si mientras está contigo, está pensando en sus cosas o imbuido en sus propios sentimientos? Si la atención y la conciencia del terapeuta no están junto al paciente de poco servirá. Lo que resulta en verdad nutritivo en la relación terapéutica, es la propia "relación". Para ello el concepto del espacio es fundamental: estar AQUÍ con

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todo lo que uno es, con plenitud, no sólo una parte del facilitador sino, en la medida de lo posible, que esté presente con todo su ser. Es fundamental que el paciente perciba que el facilitador está ahí no sólo como un recurso técnico sino como un ser humano que permanece a su lado de manera empática, sin enjuiciarle y con una aceptación incondicional. Es, también, muy necesario el concepto del tiempo, "estar en el ahora". No en el recuerdo de lo que sucedió ayer ni preparando mentalmente lo que se tiene que hacer mañana. Mientras la atención divaga por esos derroteros, lo que está sucediendo en el momento presente pasará de largo sin haber sido escuchado, percibido. Y se malogrará la oportunidad de sanación que estaba contenida en ese instante continuo y verdadero que es el ahora. Relación En el proceso terapéutico aún se precisa de otro elemento fundamental: para que se propicie el cambio, es necesaria la relación. No es suficiente que el facilitador esté presente aquí y ahora. Pongamos por caso que el facilitador se encuentra al lado del cliente sentado con la espalda derecha y su atención centrada totalmente en un curioso proceso que se está desarrollando en sus propios hombros y parece que éstos se están soltando de una tensión que permanecía en ese lugar desde hace mucho tiempo y que ahora ve con claridad que tiene que ver con un susto que lo sobresaltó de pequeño. Si durante toda la sesión el facilitador se mantiene, únicamente, atento a sus propios procesos y sensaciones sin incluir la relación con el cliente, puede que la sesión resulte muy beneficiosa para el terapeuta pero no tanto para el cliente, que se ha encontrado solo todo ese tiempo. El prestar atención a la relación, el permanecer en contacto, es un principio fundamental en nuestra práctica craneosacral y no sólo entre el facilitador y el cliente, sino también entre todos los elementos constitutivos del ser humano: como decía Taylor Still el cuerpo es una unidad formada por cuerpo, mente y espíritu. Lo que le sucede a la quinta vértebra lumbar influirá a la cuarta por arriba y al sacro por debajo. Esto modificará el apoyo de toda la CV sobre las caderas y la CV cambiará el soporte de la cabeza sobre el cuello. Así podríamos seguir sin parar. Resulta evidente que el dirigirse únicamente sobre la L5, sobre la estructura aparentemente en disfunción en este caso, da la impresión de consistir en un enfoque algo limitado. Por otro lado, si el terapeuta no se abre a la posibilidad de que esa tensión de las lumbares tal vez no provenga de un esfuerzo o traumatismo, sino que puede surgir de un exceso de responsabilidad o temor que se somatiza en esa región, si no se contempla la opción de

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que tal vez la carga que esa persona está llevando sobre su espalda es tan pesada que el cuerpo comienza a no poder soportarla, se estará trabajando sólo con una parte de la realidad. La otra cara de la moneda es que si el espíritu o la psique tan sólo se contempla como opción sanadora, sin prestar atención al cuerpo, posiblemente se conseguirá una mayor armonización interior que redundará globalmente en el organismo. Pero en un nivel concreto puede que no redunde en una mejora de L4 por seguir con el mismo ejemplo. Sin embargo, en otras ocasiones nos sorprenderá, no sólo con la resolución de esa dificultad, sino también con una cascada de cambios favorables para la salud de los que incluso el cliente no era consciente. Por lo tanto desde mi punto de vista, el terapeuta debe aprender (en la medida de sus posibilidades) a relacionarse con las múltiples expresiones del ser, ya que éste funciona como una unidad. Y no sólo ha de especializarse en escuchar siempre desde la marea corta, la media o la larga; o ha de intentar permanecer en quietud casi todo el tiempo de una sesión. Más bien, ha de ejercitarse para moverse con fluidez entre estos estados de atención, para intentar crear una relación entre ellos que facilite, que lo que sucede en una, se incorpore y refleje en las demás. Soltar y Confiar Finalmente considero que el terapeuta es necesario e importante, pero, según en qué ocasiones, debe aprender a retirarse para dar paso al facilitador y que éste a su vez se haga a un lado para permitir que la Vida se exprese, sin ser condicionada por nuestras habilidades, expectativas o conocimientos. Hay que ser capaces de soltar lo que esté o no esté sucediendo y confiar en que la quietud interior es la mejor forma de contactar con la Matriz Original, con el Aliento de Vida, con el Ser. En ese nivel no existe la dualidad entre cliente y terapeuta, entre salud y enfermedad, entre marea corta y marea larga. Y desde aquí es desde donde se crea la posibilidad del cambio o de la transformación. En ese nivel, lo mejor que puede hacer el terapeuta es no hacer nada. Todos estos principios son los requisitos previos, no ya para comenzar a trabajar como terapeuta,- ya que entonces habría realmente muy pocos-, si no para empezar a reflexionar sobre ellos con asiduidad e irse dejando inspirar e impregnar, para que lleguen a ser algo más que bonitas ¡deas de las que hablar y constituyan una manera de ser y actuar.

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Si lo nombrado anteriormente no está presente en cierta medida, todas las demás descripciones de cómo acompañar el proceso terapéutico del cliente se convertirán en meras técnicas de tratamiento, que pueden resultar eficaces desde un punto de vista meramente fisiológico, pero que verán mermado su campo de acción y validez, si no se tienen en cuenta los fundamentos que les proporcionan su virtud. Desde el mismo momento de comenzar conviene tener presente, como dijo el físico cuántico John Wheeler, que "son necesarios los observadores para dar existencia al mundo". Así, si la atención enfocada potencia lo observado y favorece su expresión, conviene ser muy precavidos en dónde nos fijamos, ya que si vamos a la búsqueda de los traumas, dolores, quistes energéticos, adherencias, etc. seguramente será eso lo que encontremos y nos pasaremos las sesiones tratando enfermedades y con enfermos. Confiemos en que todo ser vivo tiene la capacidad de auto-regularse para mantener su proceso evolutivo a todos los niveles, en las mejores condiciones posibles, si recordamos y encauzamos que la Salud siempre está presente incluso en el último instante de la vida. Nuestra mera presencia consciente, enfocada en el aquí y ahora en contacto contigo de forma empática y respetuosa, sabedora de que la expresión de la vida en el ser humano se autorregula por sí misma. Será la mejor herramienta de que dispondremos, nuestra mejor cualidad, para favorecer que la Vida, la Salud, se expresen con libertad en el cliente, en nosotros mismos y en el Universo. Esto dependerá de que aprendamos a no entrometer nuestros propios enfoques y expectativas, y seamos capaces de fluir con lo que se presente, tanto si nos resulta conocido como si nos sorprende profundamente. Cuando, aunque tan sólo sea por un breve instante, durante la sesión con tu cliente, te percibas a ti mismo como un colaborador de la *Vida, cuando te sientas presente, e incluso dejes de sentirte a ti mismo y sea la mera presencia la que actúe a través de ti, a partir de ese momento se instalará la certeza personal de cuáles son *los fundamentos de la terapia craneosacral y se multiplicará el verdadero disfrute de vivir y compartir este proceso. Otros Principios

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Punto de Tensión Equilibrada Este principio es uno de los que se aplica con más frecuencia en la terapia craneosacral. Se basa en que, al seguir la dirección de facilidad del patrón de tensión, éste se haga más evidente y se pueda tomar conciencia de él. Digamos, que sería como cuando nos miramos en el espejo, y al contemplar

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nuestro propio reflejo nos encontramos con la oportunidad de reconocernos, de contactar más plenamente, de aceptar y de promover los cambios a partir de una sensación sentida, ya que todo ser vivo posee * una tendencia natural al equilibrio. El Punto deTensión Equilibrada es un "método indirecto" para conseguir que allí donde se aplica, ya sea sobre huesos, articulaciones, tejido blando, visceras, órganos, fluidos o campos energéticos, se facilite la recuperación de la libertad y la amplitud de movimientos. Para ello se sigue la dirección de mayor facilidad o amplitud que se esté expresando, o lo que es similar, la dirección de menor resistencia, hasta encontrar un punto en el que todas las tensiones que actúan sobre la zona se equilibran mutuamente, y se produce lo que llamamos un punto de tensión equilibrada, un punto neutral o de balance, en el que nos sea más sencillo encontrar un nuevo equilibrio, en el que se compensen y disipen las tensiones. Acompañar el movimiento en la dirección de facilidad, presenta un límite natural en el que no se puede ir más allá sin añadir tensión por parte del facilitador, porque en ese caso se trataría ya, de la técnica de exageración. En el límite del movimiento natural facilitado, en el que las fuerzas se equilibran mutuamente, el facilitador promueve la espera en ese punto de menor tensión, hasta que se perciba la suavización de las tensiones. Este desarrollo suele requerir por su parte una atención precisa para poder facilitar y colaborar en el ajuste sutil de ese punto. Por ejemplo: en la práctica, al estar escuchando los parietales, se percibe que el derecho se mueve con naturalidad y simetría y el izquierdo presenta una rotación externa amplia y suave y una rotación interna disminuida y con resistencias. Para promover que el parietal izquierdo pueda normalizarse se sigue la dirección de la facilidad, que sería la de la rotación externa hasta el límite de su movimiento natural. En torno a ese punto se espera, y se ayuda a que se estabilice en el punto de tensión equilibrada. Es posible que las tensiones se disipen desde ese punto, o que, a partir de él, necesite irse acomodando a las diferentes fuerzas que actúan sobre la zona con pequeños movimientos y paradas, que se acompañarán en cualquier dirección que se muestre menos en la de la vuelta. Si después de realizarse la parada, el movimiento se desplaza hacia la rotación externa, la acompañaremos. Pero sí, más adelante, el movimiento quiere volver a la rotación interna, lo impedimos. Sí desde ahí se quiere mover hacia arriba, lo acompañaremos. Pero si después el movimiento quiere bajar, lo impediremos para que se puedan proporcionar todos los ajustes que el

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organismo necesite sin retroceder por el camino ya avanzado. Esto sería como regresar a lo mismo de antes sin haber realizado los cambios necesarios. En cada ajuste que se produce, se pueden percibir una serie de señales: serán la guía que nos permitirá reconocer que se está produciendo el cambio, aunque no se tienen por qué mostrar todas a la vez. Señales que indican el cambio: -Suavizamiento y disminución del tono tisular -Alargamiento de las fibras -Aumento del flujo de líquidos y/o de energía -Calor -Ligera sudoración. -Temblor, vibración, oscilación, burbujeo. -Mayor simetría en la expresión del MRP. -Pulso Terapéutico. -Energía repelente. -Respiración profunda. No se debe aplicar sobre niños hasta los 8 años, sí no se dispone de la apropiada experiencia, ya que al no tener todavía sus barreras fisiológicas delimitadas se podría ir más allá de ellas y aumentar la lesión, aunque no es una contraindicación absoluta. Se suele apreciar con frecuencia que, después de facilitar un "punto de tensión equilibrada" en el que las tensiones fisiológicas se armonizan, se produce a continuación un "estado" de tensión equilibrada más global e interior en el que se promueve la quietud. Exageración La exageración, al igual que el punto de tensión equilibrada, es un proceso indirecto para recuperar la movilidad restringida y/o la libertad de expresión. Por ejemplo, supongamos que el parietal izquierdo muestra una buena movilidad en rotación externa y limitada en rotación interna. Para normalizarlo, no se trataría de llevarlo hacia la rotación interna, que es la que se encuentra en disfunción, sino que se acompaña el movimiento facilitado hacia la rotación externa hasta su límite natural, como se hacía en la tensión equilibrada. Lo que ocurre en la exageración es que, una vez que se ha llegado a ese punto de equilibrio, se continúa de forma suave y progresiva, aumentando la amplitud del movimiento en la dirección de la facilidad hasta la barrera fisiológica. Obvia expresar que se debe respetar el tiempo y la forma en la que el organismo vaya realizando estos ajustes. Al realizar esta técnica, también es posible sentir cómo, una vez llegado al

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punto de tensión equilibrada y exagerar el movimiento facilitado, el tejido se alarga pero retiene la tensión, de forma similar a cuando estiras de una goma, efecto que se puede aprovechar para seguir con suavidad la tensión generada en la dirección de la corrección. Cada vez que se afloja el tejido, se gana un poco más de recorrido en la dirección de la exageración. En este punto, se espera hasta que se vuelva a suavizar, repitiéndolo todas las veces que se precise hasta percibir que el movimiento fisiológico ya ha llegado a su límite o que se ha soltado la tensión retenida. Esto no debe de aplicarse sobre traumatismos agudos o cuando temamos que se pueden agravar los síntomas. Tampoco se debe aplicar sobre niños de menos de 8 años, pues, al no tener todavía sus barreras fisiológicas, delimitadas se podría ir mas allá de lo debido y aumentar la lesión. Esta técnica fue la que utilizó el doctor Sutherland para reavivar a un hombre borracho que acababa de ahogarse en el lago Eire, al que encontró sin signos vitales de respiración o ritmo cardiaco y al que ya habían intentado reanimar sin conseguirlo. En seguida tomó entre sus manos la cabeza del ahogado y exageró la rotación externa de los temporales, obligando a que se moviesen hacia el occipital en flexión. En ese momento, sintió una oleada de calor, lo volvió a repetir y de nuevo sintió otra oleada de calor y un estremecimiento global del cráneo hasta que el ahogado se reanimó y comenzó a hablar de su hermana. Técnica directa Este principio se aplica cuando no es posible o aconsejable tratar con la técnica indirecta de seguir la facilidad. También es posible comenzar por una y continuar con la otra, en cuyo caso se comenzará siempre con la indirecta. La técnica directa consiste en animar al tejido, fluido, campo o estructura a la que se esté escuchando a recuperar su libertad de expresión y movilidad partiendo directamente en la dirección opuesta a la de la facilidad, que es donde se encuentra el bloqueo o la restricción. Si el parietal se mueve bien hacia la rotación externa, pero no puede ir hacia la interna, se le ayuda mediante una suave tracción o presión en la dirección dificultada, hacia la rotación interna. Esta presión siempre se realizará de forma delicada y en la mayoría de las ocasiones ocurre más como una intención, que se refleja en las manos, que como un empuje real. En todo caso, la presión ejercida se debe de mantener siempre por debajo del umbral de defensa del organismo, ya que éste se encoje para protegerse ante presiones intensas.

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Las B a s e s del Trabajo:

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Esta puede ser la técnica de elección en caso de traumatismos agudos y en el trabajo craneal con niños. En este mismo apartado de técnicas directas encontramos la tracción y la descompresión. Compresión I descompresión Es una combinación de la técnica directa e indirecta en la que el movimiento se orienta, en primer lugar hacia la compresión, hacia la facilidad, es decir hacia la técnica indirecta. A continuación, se encauza hacia la descompresión, es decir, hacia la técnica directa. Es especialmente útil para tratar con las fuertes restricciones en las membranas y/o en las articulaciones. Por ejemplo, en la articulación entre L5 y sacro o en la sincondrosis esfeno-basilar. Una vez reconocida la compresión, se acompaña el movimiento facilitado hacia la tensión, se espera con paciencia y se ofrece a la estructura todo el tiempo que le sea necesario para poder reconocerse a sí misma y procurar los cambios desde dentro. En este caso, el facilitador invita a la creación de espacio en el interior y alrededor de dicha estructura, hasta que surja una sensación de empuje, -como cuando dos ¡manes se atraen y a continuación cambias la orientación de sus polos y ahora se repelen-. En ese momento se acompaña la descompresión, instando al tejido a recuperar su posición inicial antes de la compresión, tanto como sea posible. Separación / descompresión Consiste en promover sutilmente la separación entre dos estructuras adyacentes (técnica directa) con suma delicadeza. Se puede inducir de dos formas diferenciadas: -O bien se estabiliza una de las partes para sugerir la separación de la otra. -O bien se inicia la separación estirando suavemente de las dos en sentido contrario. Éste principio se suele utilizar en casos de fuertes bloqueos articulares o en tensiones del tejido conjuntivo que no responden ante otros procedimientos. Es muy útil con las suturas; en el trabajo de estiramiento con las extremidades; y en todos los casos en los que esté contraindicado ir en la dirección de la facilidad, como puede ser en los traumatismos graves en los que se podría aumentar la lesión existente, o con los niños en los que todavía no están claramente establecidas sus limitaciones articulares. Moldeo Es una técnica directa especialmente útil para tratar con dificultades intraóseas, que suelen formarse, sobre todo, por traumatismos o tensiones

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mantenidas especialmente cuando el hueso aún no está totalmente desarrollado y calcificado. Esas dificultades suelen darse en lo bebes recién nacidos, debido a las posiciones en las que han podido estar fijados en la última fase de la gestación o por las tensiones vividas durante la fase del nacimiento. Dicha técnica consiste en observar la forma y flexibilidad de un hueso en concreto, para facilitarle su libre expresión. Esto se procura de manera similar, a como un alfarero "moldea" la arcilla para darle la forma apropiada a la estructura que se desea crear. Mediante la intención y/o suaves impulsos, se va ayudando a que el hueso recupere su forma natural, ya sea reduciendo salientes excesivos, como curvando las zonas demasiado aplanadas. Allí donde se ha producido un abultamiento se puede promover su normalización, incidiendo directamente sobre él, o bien actuando desde la periferia, de la misma forma en la que, para deshacer las arrugas de la cama, estiramos la sabana desde las esquinas. Por lo tanto se puede tratar tanto con las presiones como con las tracciones, e incluso irlas mezclando en función de lo que se requiera en cada situación. Teniendo siempre presente, que no consiste tanto en aplicar una fuerza desde el exterior dirigida por el terapeuta, si no más bien en promover que las fuerzas autorreguladoras del organismo encuentren mayor facilidad para expresarse desde dentro. Antes de realizar el moldeo, conviene asegurarse de eliminar o suavizar tanto como sea posible las tensiones o fijaciones de las articulaciones limítrofes, pues de lo contrario, dificultarán el trabajo y seguirán actuando después de la sesión, con lo cual, en poco tiempo se podría volver a generar la misma o similar disfunción. Se puede aplicar este principio sobre los adultos, pero obviamente, resulta más sencillo de aplicar y es más resolutivo sobre los niños. Desenredar o desanudar Este principio está íntimamente relacionado con la capacidad del organismo para intentar el menor estado de tensión que le sea posible y saludable. Ante cualquier impacto o traumatismo, -ya sea de origen físico, psíquico o espiritual, o como suele ser habitual, una mezcla de ellos-, el cuerpo, y en especial el tejido conjuntivo, tiende a encogerse y procura adaptarse a la nueva distribución de fuerzas y tensiones que se han creado, para disipar la energía del incidente. En caso de conseguirlo, la normalidad se restaura y no quedan secuelas. Si el organismo no consigue disipar del todo estas fuerzas nocivas para la salud, se mantendrán en el cuerpo lo más centradas y aisladas posible, como si se tratase de un quiste físico-energético con el que se pretende contener, o bien, limitar el efecto pernicioso que el organismo no puede eliminar, para que,

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al menos, no afecte a las demás estructuras. De esta manera, donde antes la energía y los fluidos corporales se desplazaban con facilidad , ahora, debido a la tensión contenida, se ven forzados a moverse alrededor de ella, de manera similar, al desplazamiento del agua por el cauce de un río en sentido longitudinal con facilidad y sin resistencias. Si en medio del cauce se coloca una piedra de gran tamaño el agua seguirá fluyendo, pero ya no lo hará a través de esa zona sino alrededor de ella, lo que puede originar un remolino con fluctuaciones laterales donde antes no las había. Esto nos servirá de gran ayuda para reconocer dónde el río de la Vida fluye con facilidad y empapa el terreno de salud y dónde se han depositado diferentes obstáculos por el camino, que dificultan este flujo. Desde el mismo momento en el que surgió la tensión, el cuerpo se puso en marcha para intentar disiparla, o al menos, contenerla. Esto nos indica que el organismo conoce perfectamente cómo surgió y lo que hizo en ese momento. Es decir, el cuerpo retiene la memoria del suceso y aguarda una ocasión más propicia, en la que disponga de nuevos recursos para tratar con esa tensión, o bien reciba apoyo desde fuera. Para disipar esa energía, que se manifiesta en la tensión retenida, el facilitador tan sólo tiene que escuchar con sutileza, y seguir el plan de tratamiento que el organismo ya posee desde el mismo instante en el que comenzó el suceso, y que mostrará paso a paso sin necesidad de saber cómo surgió. Es una técnica muy utilizada en el trabajo con los diafragmas y que se puede realizar en cualquier zona corporal. Consiste en apoyar suavemente una mano sobre la zona elegida, en la que se irá manifestando la tensión de los tejidos. También, para que ésta comience a mostrarse, se puede optar por ejercer una pequeña compresión sobre ellos si es en el tronco, o bien, si es en las extremidades, se puede practicar una suave tracción hasta que la tensión se muestre. A partir de ese momento, se acompaña sin dirigir cualquier movimiento que se vaya mostrando, excepto el de la vuelta por donde ya se había desplazado. Se debe evitar, también, entrar en patrones de movimiento repetitivos que se perpetuán sin resolver la tensión; más aún cuando, al comienzo del aprendizaje de la técnica, no son sencillos de reconocer, porque pueden expresar cualquier pauta de movimiento como elipses deformadas, círculos irregulares, lemniscatas etc. El desanudamiento suele implicar a diferentes estructuras. Por lo tanto, requiere la adecuada atención y experiencia del terapeuta para seguir la dirección del movimiento sin perderlo, ya que si ésta se perdiera no se resolvería la situación y o habría que comenzar de nuevo. Este desplazamiento tensional se manifestará de forma lineal o tridimensional,

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adaptándose de manera constante al nuevo equilibrio de fuerzas que se vuelve a generar con cada desplazamiento y que, en un principio, es poco posible que el facilitador pueda identificar, aunque tan poco lo precisa para apoyar el proceso de autorregulación con eficacia. Como en cualquier otra práctica, es necesario respetar las paradas que se manifiesten en cada nuevo punto de ajuste y ofrecer el tiempo necesario a cada proceso. Este trabajo se puede concluir en breves minutos o precisar de mucho tiempo, lo que tal vez implicaría tratarlo en varias sesiones. Se debe tener presente que el organismo, para resolver las tensiones, tiende a repetir la misma posición en la que se generaron. Por ello, es muy posible que el cuerpo se vaya moviendo, adaptándose sucesivamente a las diferentes fuerzas que actúan en su interior, hasta que adopte la posición inicial en la que se produjeron, que es la perspectiva más sencilla y resolutiva desde la cual se pueden disolver. El desanudamiento se puede realizar en cualquier parte del organismo, aunque, en función de la zona a tratar, puede requerir atenciones y apoyos diferentes. Por ejemplo, no es lo mismo trabajar con el desanudamiento entre las falanges proximal y distal del dedo pulgar, en el que posiblemente será suficiente con que el facilitador sujete ambas falanges con los dedos pulgar e índice de cada mano, que un desanudamiento que implique globalmente a todo el cuerpo, en cuyo caso resulta complicado facilitar las posiciones apropiadas para una sola persona. En estos casos tal vez sería necesaria la colaboración de varios facilitadores para ayudar en el proceso de desanudamiento. Para estos casos de desanudamientos globales o de trabajos perinatales, puede ser una opción muy apropiada el valorar la posibilidad de realizarlos entre uno o varios facilitadores en el agua, con lo cual, se promueve una mayor facilidad y libertad de movimientos, teniendo en cuenta de que hay que tomar las precauciones lógicas para que no se enfríe el cliente, ni se agobie con el agua ni le entre por los oídos o la nariz. Durante el movimiento en busca de la resolución de las tensiones, si éstas estaban asociadas con algún evento traumático de índole psicológica, es posible que aflore también el contenido emocional durante el proceso, en cuyo caso se requerirá de una mayor experiencia para tratar con ello. En esos momentos es de gran ayuda incluir las habilidades verbales para mantener al cliente orientado, con el fin de poder entrar y salir de lo que se esté experimentando, y tomar conciencia de la distancia que existe entre él como Ser y las circunstancias que está percibiendo, para llegar a descubrir una relación justa a nivel corporal, entre sentirse al lado de "eso" que está sucediendo, pero no dentro de ello. Es fundamental ofrecer la confianza

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necesaria en uno mismo, en el propio proceso y en el facilitador, para continuar con lo que se está expresando o, con suma delicadeza, prepararse para dejarlo. (Ver desanudamientos pág. 149 ) Suprimir la gravedad Este procedimiento se enmarca dentro de las técnicas indirectas, en las que, para promover la resolución de las tensiones, se sigue la dirección de facilidad de los tejidos, lo que proporciona un punto de equilibrio, en el que le sea más sencillo al organismo disipar las fuerzas contenidas en él y reorganizarse de forma más libre. Esta técnica consiste en eliminar el efecto de la gravedad sobre la estructura con la que se quiera tratar. Para lograrlo, el facilitador ha de ejercer una fuerza igual y contraria a la que recae sobre la propia estructura. Se realiza proporcionando un apoyo flexible y delicado que permita todo tipo de movimientos y paradas, con ello intentamos conseguir una sensación total de ingravidez en esa parte del organismo, si se realiza a nivel local, o en todo él si es global. Incluso en el tratamiento local, es conveniente que las articulaciones adyacentes se encuentren también con la máxima libertad de movimientos que sea posible. Para ello será necesario colocar la zona que vamos a tratar de tal manera que la camilla no limite sus posibilidades de desplazamiento. Por ello, en ocasiones, puede ser una opción más sencilla realizar la práctica de pie, sentados, en el suelo o incluso en el agua y requerir quizá el apoyo de otro facilitador. Al sustentar por ejemplo un brazo en el aire, si éste pesa tres kilos se debería de ofrecer un apoyo igual al de su peso. Es decir, tres kilos. Una vez anulado totalmente su peso, se continuará la dirección de la facilidad que se exprese en función de las tensiones retenidas en los tejidos. En la práctica supone que si existe una mínima tensión, de por ej. cinco gramos en sentido ascendente, el brazo por sí solo no se podría mover pues la fuerza de la tensión es insuficiente para desplazarlo, pero una vez eliminada la gravedad, esa pequeña tensión es más que suficiente para indicar el camino que facilite el desplazamiento. Será el propio organismo el que muestre el plan de tratamiento. En caso de producirse una parada o bloqueo en el que el brazo permanece estático en el aire, se requiere una atención fortalecida, pues es posible que el sustentarlo produzca cierto cansancio que dificulte el apreciar si es que existe, por ejemplo, un empuje hacia el suelo o, simplemente es que se siente más pesado por el cansancio. También es muy importante permanecer atentos a que durante el recorrido de los movimientos, éstos no se detengan por mucho tiempo en posiciones antifi-

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siológicas o dolorosas, especialmente en personas de la tercera edad. Este tratamiento suele ser muy agradable de recibir, pues si se hace correctamente produce una extraordinaria sensación de ligereza y relajación junto con una flotabilidad, que con frecuencia conecta al cliente con recuerdos uterinos. Testar el movimiento y/o la posición Para poder realizar cualquier técnica directa o indirecta, primero es necesario apreciar en qué posición está y hacia dónde se expresa el movimiento de lo que se debe tratar. Esto se aprecia directamente en cuanto se coloca la mano, la atención, sobre la zona de interés. De no ser así, o en caso de duda, se puede testar con facilidad, sugiriendo un suave movimiento en la dirección que se quiere testar o en la contraria. Por ejemplo, si se quiere testar la rotación externa de cualquier estructura, sintonizamos primero con su movimiento. Al comienzo de la fase de rotación externa se induce una pequeña invitación en esa dirección y se observa cómo responde. A continuación se efectúa lo mismo en la dirección contraria, es decir, en la rotación interna, para obtener un punto de referencia y poder comprobar el alcance de lo apreciado. En el caso de que lo testado se mueva con más facilidad en una de las dos fases, lo que nos está demostrando es su patrón de inercia, hacia el cual le resulta más sencillo desplazarse. Por lo tanto, es hacia allí donde descubriremos el bloqueo o la restricción y se le dará el nombre de esa fase. Si la preferencia es hacia la rotación externa, y por lo tanto la rotación interna está dificultada, se le nombrará como un patrón de rotación externa. Puede ocurrir, también, que no sea fácil de apreciar el movimiento que se quiera testar, en cuyo caso se puede inducir con delicadeza y de forma aleatoria en cualquier dirección, y apreciar si el movimiento parece manifestarse a favor o en contra de la facilidad. Este tipo de test se puede aplicar para aclarar el movimiento y la facilidad de cualquier actividad. Se sugiere realizar la escucha de todos los huesos, articulaciones o estructuras pares, de forma bilateral, lo que facilita el poder apreciar las diferencias de ritmo, frecuencia y simetría entre ellos, así como registrar las posibles tensiones o bloqueos. Después del trabajo, especialmente si éste se ha realizado de forma unilateral, es recomendable volver de nuevo a la escucha bilateral para poder apreciar los cambios que se hayan producido y promover una sincronía de movimientos entre ambas estructuras.

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Las Bases del T r a b a j o :

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Puntos de parada. Estados de Quietud

organismo deja de rebelarse y se para.

Luz y oscuridad, calor y frió, movimiento y quietud son como el ying y el yang del taoísmo, dos polaridades complementarias en constante estado de transformación.

Un instante antes de entrar en un punto de parada o quietud, es posible que se aprecien pequeños reajustes posicionales, vibraciones, o que se intensifiquen algunas molestias antiguas o se activen las actuales, desapareciendo o mitigándose una vez instaurada la parada.

Como en el Tao, más allá de los opuestos existe lo que no se puede nombrar o conocer, aquello que ni es quietud ni es movimiento. Uno de los principales fundamentos enumerados es que la vida se expresa como movimiento, aunque la contraparte del movimiento es la quietud, igualmente necesaria para la armonía y el mantenimiento de la vida. Si un ser humano no se mueve se anquilosa, se desvitaliza y la vida se le va escapando. Por otro lado, si se mueve en exceso consumirá con rapidez todos sus recursos, agotándose, por lo que resulta evidente que el equilibrio entre ambos será el que aporte la salud. Los estados de quietud se producen de forma armónica y natural en el organismo, en la medida en que son necesarios. Sin embargo, cuando la vida es más agitada de lo ideal o han surgido situaciones traumáticas que nos mantienen en un estado de aceleración continua, la capacidad de autoregulación se puede ver seriamente comprometida, y alejarse de la facultad innata de conectar con los propios recursos y de impregnarse del principio ordenante que surge desde el núcleo de forma Inteligente. En el caso de que se considere apropiado proponer puntos de parada, conviene tener presente que éstos se dan por sí solos de forma natural, por lo que en muchas ocasiones, será suficiente comenzar a valorar la posibilidad de sugerirlos como mera intención, para que el organismo entre en parada por sí mismo sin más intervenciones. Cuando este proceso no se da por sí solo, se puede facilitar escuchando cualquiera de las fases en las que se expresa el Aliento de Vida en el organismo humano, ya sea en rotación externa-interna, en flexión-extensión o en inhalación-exhalación. En cualquiera de estas fases se reconoce la preferencia del movimiento y se acompaña hasta el final de su recorrido, mientras que oponemos una ligera resistencia a la vuelta. Si se detiene, se permanece a la espera tanto tiempo como el sistema permanezca en parada, que suele oscilar entre unos segundos y varios minutos. Si no se detiene, se repite el mismo ciclo de ir hacia el límite de la facilidad, límite que puede haberse modificado ligeramente y haber aumentado su recorrido y resistir la vuelta, hasta que termina alcanzándose ese punto de parada en el que todo se aquieta al cabo de varios ciclos. Este procedimiento lo enfocamos más como una sugerencia que como una imposición, aunque si se realiza la técnica tal y como se ha indicado, al final el

Se entiende que esta parada global es del sistema craneosacral, y mientras dura, el líquido cefalorraquídeo incorpora la potencia del Aliento Vital. En este punto, el organismo entra en un profundo estado de descanso y reconexión en el que los dolores se alivian o desaparecen, los tejidos se distienden y la respiración se profundiza. De esta manera, cuando regresa el movimiento se puede apreciar un aumento de la potencia y una mayor amplitud y simetría en los movimientos, así como una sensación global de aquietamiento que, incluso, se puede manifestar como somnolencia. Se puede repetir las veces que se considere apropiado, siempre que se valore cada vez cómo incorpora el organismo dicha aportación. Las zonas de escucha más habituales para promover el punto de parada suelen ser desde el occipital (ver página CV4), el sacro (ver página EV4) o los pies aunque en realidad se puede efectuar desde cualquier lugar de escucha. No debe realizarse en casos en los que se considere contraindicado un aumento de la tensión craneal como en aneurismas, hemorragias intracraneales o traumatismos agudos, en los que se sospeche de posibles fracturas craneales. Los pasos del encuentro A medida que vamos acercándonos hacia los principios fundamentales con los que nos convendría relacionarnos para incluirlos en nuestra práctica y, al mismo tiempo, nos vayamos sintiendo preparados para comenzar, todo lo que necesitamos es ponernos a ello con decisión y humildad. Naturalmente, no saldrá todo perfecto el primer día ni el primer año. Así, pues, te invito, igual que yo lo hago conmigo mismo, a ser amable y delicado contigo mismo, con el fin de acoger sin reproches, todo aquello que se puede ir puliendo y perfeccionando. En el comienzo y desarrollo de una sesión se pueden establecer una serie de pautas que nos resultarán de ayuda, especialmente al principio de nuestra práctica, para sentirnos más orientados y centrados. Cada paso se puede llenar o vaciar de contenido. Más adelante, conforme vamos personalizando nuestra práctica, se puede ir cambiando y modificando para que se vaya adaptando a nuestras propias necesidades y preferencias. Lo habitual es comenzar por el primer paso y avanzar hacia el segundo cuando uno se sienta preparado, intentando no perder en el paso dos lo conseguido

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en el paso uno y así sucesivamente hasta llegar al último. Sin embargo, la realidad es que este proceso conviene observarlo con libertad para poder modificar algunos pasos en cualquier momento. Es posible, e incluso frecuente, que, una vez establecido en el paso del contacto, surjan distracciones que nos hagan perder la presencia y el asentamiento. En ese caso quizá se necesite regresar unos instantes al primer paso, reacomodarnos, centrarnos y continuar de nuevo donde estábamos.

Los pasos del encuentro:

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Este proceso es favorecido por: -Conciencia corporal y/o energética. -Postura relajada y derecha. -Conciencia de la respiración y posiblemente hacer algunas respiraciones profundas. -Fulcros del terapeuta hacia la tierra, el cielo, atención a la línea media como impronta energética o hacia la CV, el centro de gravedad en la pelvis. -Situar en el momento presente tus recursos. -Enraizamiento tipo chi kung. Acercamiento

1- Asentamiento 3-

Contacto

y desarrollo

/

2- Acercamiento

de la sesión

/

4-

/ Desvinculación

Asentamiento del cliente y del facilitador Le pedimos al cliente que se coloque cómodamente sobre la camilla, en la posición que vayamos a trabajar. Nos aseguramos de que se encuentre correctamente instalado, de manera, que podamos acceder con facilidad, al lugar de su cuerpo en el que vayamos a realizar el contacto. Si es necesario le tapamos para que no se enfríe y le ofrecemos la posibilidad de colocar algún cojín o similar para facilitarle el mantener la misma posición con comodidad durante un tiempo, invitándole a que se mueva ligeramente para comprobar la comodidad de su postura y, de ser necesario, que realice los cambios que considere oportunos. A continuación le indicamos, que nos vamos a tomar un instante para prepararnos nosotros y si lo desea él puede hacer lo mismo. En caso de que le resulte difícil centrarse o relajarse, le ofreceremos ayuda mediante algunas sugerencias orientadas a mantener su atención en el cuerpo, en la respiración: en resumidas cuentas, en la sensación que siente a nivel corporal en el momento presente. El siguiente paso es para uno mismo y consiste en sentirse, asentarse en los propios fulcros (línea media, sentir el cuerpo delante-detrás, arriba-abajo, izquierda-derecha, dentro-fuera...), crear la neutralidad y colmarte de recursos. Concédete el privilegio de no tener prisa. Procura obtener un estado de presencia centrado sobre todo en ti, reconoce lo que sucede y suéltalo, evocando una sensación de ligereza, disponibilidad y alegría interior.

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Cada transición tiene su arte, como consigo dar el paso siguiente sin perder el anterior. Como conseguir acercarte sin perder el asentamiento. Abrirse a la escucha del otro (campo perceptual amplio, diferentes mareas, bioenergética). Ya hemos intensificado la conciencia de uno mismo y ahora nos disponemos a crear la relación. Le miro, le siento y, sin poner mucha intención, permito que se presenten las sensaciones, dejándo la puerta abierta para que vengan, mas que ir nosotros a buscarlas. Hay que tomarse el tiempo suficiente y no realizar el contacto físico con rapidez. Primero déjate sentir cuando y dónde te parece apropiado realizar el contacto. Luego, ve disponiéndote con lentitud para ello, esto favorece que los cambios sean más suaves y conscientes y que se pueda apreciar si realmente está abierta la puerta hacia el encuentro por ambas partes o si se precisa de algún ajuste preliminar o simplemente un poco más de tiempo. Contacto y desarrollo de la sesión Lo importante no es tanto lo que haces, sino cómo lo haces y desde dónde lo haces. Al establecer el contacto físico, es conveniente asegurarse de cómo resulta todo para el cliente: agradable, reconfortante, incomodo, invasivo. A partir de estas preguntas, ya sean hechas verbal o intuitivamente, se realizan los ajustes necesarios para conseguir la mejor percepción posible de que tanto el contacto físico como la sensación de distancia son las más apropiadas para los dos en ese momento. Recuerda que, normalmente, cuanta menos presión realices con las manos, más se amplificarán tus sensaciones; y cuanta menos presión ejerzcas con tu atención más ligereza promueves. Una vez realizados los ajustes, cabe preguntarse de nuevo si continúo manteniendo el asentamiento y la presencia o durante estos cambios la he perdido. Posiblemente es el momento de tomar de nuevo una inspiración consciente para centrarse, pero esta vez en compañía.

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Es natural que la atención se vea atraída por cualquier estímulo propio o ajeno. Si te das cuenta de que has perdido la relación, no te lo reproches, sencillamente vuelve a recuperarla y mantente centrado y presente hasta la próxima vez que vuelvas a perderla. Durante el desarrollo de la sesión puedes mantener los ojos abiertos, lo que hace más sencillo estar atento a los detalles y permanecer centrado y presente, o cerrarlos, lo que promueve una interiorización y globalización de las sensaciones, pero invita a la somnolencia. Puedes mantenerlos entrecerrados de manera similar a como se realiza en la meditación zen, a medio camino entre dentro y fuera, ni fijado en lo interior ni absorbido por el exterior. Por supuesto, puedes ir moviéndote entre una y otra manera, conforme sientas la demanda en un determinado momento.

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Permanece atento al proceso, ralentizando la incorporación del cliente a la postura de pie. Invítale a sentarse unos instantes, para facilitarle la orientación espacial y corporal si fuese necesaria. De nuevo ofrécele tiempo para realizar esta transición. Quizá el cliente ya no necesita más y desea marcharse, ya se encuentra bien así. Simplemente asegúrate de que se siente en condiciones de poder hacerlo y despídete. Lo que ha sucedido durante la sesión irá realizando su trabajo por sí mismo, aunque el cliente no sea consciente de ello. En muchas ocasiones lo que marca la diferencia es, precisamente, la toma de conciencia. Por ello, antes de terminar definitivamente la sesión, resulta muy apropiado darle la oportunidad al cliente para que si lo desea, exprese, comparta e integre su propia vivencia

En ocasiones, puede ser de ayuda informar al cliente de los cambios de posición que vamos a realizar, para que no se sobresalte, e irle preguntando de vez en cuando por sus sensaciones y cómo las va viviendo. Procura escuchar desde un amplio campo perceptual para que no sea el facilitador quien limite la experiencia. Acoge lo que se presente sin descartarlo, no estés esperando que surja lo que tú esperas y no vayas detrás de lo primero que se presente. Si necesitas ubicarte pregúntate ¿dónde está la salud del sistema?. Dale tiempo al plan de tratamiento inherente, para que te muestre sus prioridades y recibe lo que se muestre con empatia. Permanece a su lado, que no dentro de ello y cuando lo consideres apropiado, retira tu atención, para reconocer y validar los cambios producidos. Entonces ofrécele de nuevo todo el tiempo que necesite para integrar lo sucedido y, a continuación, prepárate para lo siguiente o para concluir la sesión. Desvinculándose Si tienes la impresión de que es el momento de ir terminando, tómate para ello, el mismo cuidado que para comenzar. Consulta con el "médico interno" del cliente si se queda algo a medias, si queda algo por integrar o realizar, o si puedes ir concluyendo la sesión. De ser así, hazlo sin prisas. Si bien es muy importante ser cuidadosos en el acercamiento no lo es menos el serlo durante la desvinculación. Si lo crees oportuno, coméntale suavemente al cliente, que vamos a prepararnos para concluir la sesión. Para ello, retira con delicadeza la atención de aquello con lo que estuvieses en relación, y, poco a poco, vuelve a llevar el foco hacia ti mismo, permanece unos instantes asentado y si te parece bien, da gracias por la oportunidad de colaborar con la Vida. Respira y sonríe.

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El Movimiento Craneosacral S e m a n i f i e s t a e n el c u e r p o con d i f e r e n t e s m o v i m i e n t o s a los q u e se d e n o m i n a : " Inhalación-Exhalación, "Rotación

externa-

"Flexión-

Extensión,

Inhalación / Rot. Externa Flexión

Rotación

p a r a los fluidos y el s i s t e m a n e r v i o s o c e n t r a l . " interna,

p a r a las e s t r u c t u r a s p a r e s de la p e r i f e r i a . "

p a r a las e s t r u c t u r a s ú n i c a s s i t u a d a s s o b r e la l í n e a m e d i a . " Inhalación / Rot. Externa Flexión

Exhalación / Rot. Interna Extensión

Se ensancha lateralmente y se desplaza hacia delante y arriva.

Se estrecha lateralmente y se desplaza hacia atrás y abajo

Se llenan y se ensanchan.

Se vacían y se estrechan.

Líquido cefalorraquídeo

Asciende longitudinalmente y se expande hacia los lados.

Desciende longitudinalmente y se contrae lateralmente

La cabeza globalmente

Se ensancha d lado a lado, se estrecha de adelante hacia atrás y se acorta verticalmente.

Se estrecha d lado a lado, se ensancha de adelante hacia atrás y se alarga verticalmente.

La columna vertebral

Sus curvas se suavizan alargándose.

Sus curvas se pronuncian acortándose

Se mueven en flexión.

Se mueven en extensión

Exhalación / Rot. Interna Extensión La porción superior del petroso. Inserción lateral de la tienda.

Los hemisferios cerebrales

Se ensanchan de lado a lado Se estrechan de adelante hacia atrás.

Se estrechan de lado a lado Se ensanchan de adelante hacia atrás.

El sistema nervioso central

Asciende, se ensancha de lado a lado, y se estrecha de adelante hacia atrás, como enrrollándose sobre sí mismo.

Desciende, se estrecha de lado a lado, y se ensancha de adelante hacia atrás, se desenrrolla.

La duramadre espinal

Asciende

Desciende

La hoz del cerebro

Desciende y se acorta de adelante hacia atrás

Asciende y se alarga de adelante hacia atrás

La crista galli

Se desplaza hacia atrás y arriba

Se desplaza hacia delante y abajo

La sutura sagital La confluencia de los senos La tienda

La apófisis clinoides. Inserción anterior de la tienda.

Desciende

Ventrículos

Asciende

Se desplaza hacia atrás y desciende

Se desplaza hacia adelante y asciende

Desciende, se ensancha lateralmente y se desplaza hacia adelante.

Asciende, se estrecha lateralmente y se desplaza hacia atrás.

Se desplazan hacia delante y arriba

Se desplazan hacia atrás y abajo

Las vértebras Huesos pares en la periferia. Huesos de la línea media. Órganos y visceras únicos. Órganos y visceras pares. Extremidades

Se mueven en rotación externa.

Se mueven en rotación interna.

Se mueven en flexión.

Se mueven en rotación

Se mueven en flexión y se ensanchan.

Se mueven en extensión y se estrechan.

Se mueven en rotación externa y se ensanchan.

Se mueven en rotación interna y se estrechan.

Rotación externa y flexión dorsal en los pies.

Rotación interna y flexión plantar en los pies.

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CRANEOSACRAL

Posición Plano Coronal

Posición Anatómica Es la postura de referencia, establecida de forma convencional y universal, para el estudio de la anatomía y la fisiología. Resulta imprescindible conocer sus términos para poder seguir las indicaciones de esta guía. De no ser así, es fácil caer en errores, debido a que expresiones como hacia delante o hacia arriba tienen un significado diferente en función de si el cliente está de pie o tumbado. Cuando se nombra hacia arriba, por ejemplo, lo habitual es pensar hacia la cabeza. Sin embargo, en la posición de tumbado sobre la camilla, arriba es hacia el techo. En la posición anatómica el cuerpo se coloca de pie y recto mirando al frente, con los pies juntos, los brazos a los lados del cuerpo y las palmas de las manos giradas mirando hacia delante. Partiendo de esta posición se enumeran tres planos o ejes perpendiculares entre sí: -Dos longitudinales o verticales, denominados coronal y sagital. -Uno en el plano horizontal o transverso. El plano coronal o frontal es de orientación vertical y divide al cuerpo en anterior y posterior. En él se realizan los movimientos que se ven mirando de frente y sobre este plano: el movimiento que se acerca a la línea media se llama aducción y el que se aleja abducción. Para el tronco y cuello los movimientos se denominan de inclinación derecha o izquierda. El plano sagital, o antero-posterior, es perpendicular al plano frontal y también es de orientación vertical. Divide al cuerpo en derecha e izquierda. En él se realizan los movimientos vistos de lado y sobre este plano. El movimiento que se desplaza hacia delante se llama flexión y el que se desplaza hacia atrás, extensión. El plano transversal, horizontal o axial, como su nombre indica, es de posición horizontal y divide al cuerpo en zona inferior y superior. En él se realizan los movimientos vistos desde arriba o abajo y sobre este piano. El movimiento que no desplaza hacia fuera se llama rotación externa o supinación y el que se desplaza hacia adentro, rotación interna o pronación.

Anatómica

Superior Plano Sagital Dcha

Posterior

Anterior

Distal

Medial Plano Axial, Horizontal o Transverso

/ Lateral Inferior

Distal

Proximal

Inferior o Caudal Depresión de hombros

Elevación de hombros

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Las B a s e s del Trabajo:

Posición

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Anatómica

CRANEOSACRAL

Rotación lateral Rotación medial -VfcV Separación • Abducción

Aproximación Aducción

, » 1 Pronación

Eje

*w\

El movimiento que separa las extremidades de la línea media del cuerpo se llama abducción. El que las acerca aducción.

La línea media del cuerpo en el caso de pies y manos es sustituida por el eje del tercer dedo en el caso de la mano y el del segundo para el pie, así pues, la abducción del quinto dedo se aleja del eje de la mano, pero no de la línea media del cuerpo.

Rotación lateral Abducción

Rotación medial

Aducción Circunducción Separación

Supinación

Aproximación Numeración de los dedos: 1-Pulgar / 2-lndice / 3-Medio o corazón / 4-Anular / 5-Meñique

Protusión y retrusión de los maxilares por la articulación temporo-mandibular

Eminencia tenar Flexión dorsal

Eminencia hipotenar Reposición

Flexión plantar Supinación

34



Pronación Eje de la mano

Oposición

Retrusión Protrusión

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Prólogo

Las B a s e s del Trabajo:

Consideraciones

Generales

Consideraciones generales

Consideraciones específicas para las escuchas intrabucales.

-Siempre que te sea posible te dará mayor estabilidad y comodidad el apoyar tu cuerpo sobre o junto a la camilla. -En casi todas las posiciones se procura el mayor contacto, con el menor peso posible. -Una columna derecha facilita la presencia despierta y te cansarás menos. -La escucha de todas las estructuras pares, se sugiere hacer de forma bilateral. Con ello se facilita apreciar las posibles diferencias de ritmo, frecuencia y simetría entre ellas, así como registrar las posibles tensiones o bloqueos. Después del trabajo, especialmente si se ha realizado de forma unilateral, es recomendable volver de nuevo a la escucha bilateral. De esta manera podremos apreciar los cambios que hayan ocurrido y promover una sincronía de movimientos entre ambas estructuras. No se trata de permanecer en una posición incómoda por temor a molestar al i líente, pues si tú no estás cómodo, no podrás permanecer a su lado por mucho tiempo. Muévete todo lo que necesites, e invita a tu cliente a hacer lo mismo, hasta «|uo encontréis la posición más confortable para ambos, l h de gran utilidad disponer de varios cojines, para que el cliente encuentre •u postura y, de paso, que tú busques tu propio apoyo en las diferentes zonas. IEI trabajar sobre una camilla es una práctica que suele ser agradable para limbos. Si no es así, siéntete libre para colocaros de pie, en el suelo, sentados do cualquier otra manera que surja en ese momento. Urui atención excesiva pone tensión en el contacto, y suele ser más invasiva

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Escuchando el Ritmo de la Vida desde:

Sacro en D e c ú b i t o

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Prono. Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito prono. Los brazos extendidos hacia los pies, colgando de la camilla o flexionados por delante de la cabeza. La cabeza y el cuello, extendidos longitudinalmente, (aprovechar el hueco facial de las camillas para apoyarse sin comprimir la nariz). También se puede hacer con la cabeza inclinada, aunque es una posición menos óptima. Posición de terapeuta: Sentado en una silla junto al lateral de la camilla, orientado ligeramente en diagonal en relación al sacro. Posición de la mano: Colocada ligeramente sobre el sacro (2) sin apenas dejar caer el peso, pero buscando al mismo tiempo un amplio contacto. Los dedos apuntan en dirección craneal y la mano cubre longitudinalmente todo el sacro y el cóccix. Variantes: A) Sentado en el lateral de la camilla, situado de frente a las caderas y orientado perpendicular- i mente en relación con el sacro. Desde ésta posición, el brazo queda ligeramente flexionado y ésto favorece que la atención se centre en la zona de escucha. B) Igual que la posición anterior (A), pero de pie (1). C) De pie como en la posición anterior (B), orien- ¡ tado en sentido diagonal en relación con el sacro, I en lugar de orientado en sentido perpendicular. Movimiento: Flexión y extensión. En flexión (inhalación) la j base del sacro se mueve hacia atrás y hacia arriba y la porción inferior hacia delante y abajo al mismo tiempo que se alarga la concavidad. En extensión sucederá lo contrario.

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E s c u c h a n d o el Ritmo de la Vida d e s d e :

Sacro en D e c ú b i t o

Lateral

Posición del cliente: Tumbado en decúbito lateral sobre el lado que más le agrade al cliente. Habitualmente, le ofreceremos un cojín para situarlo debajo de la cabeza y, si lo desea, otro entre las rodillas. En función de la intencionalidad de la escucha, le pediremos que flexione ligeramente las rodillas para que obtenga comodidad y estabilidad en la posición. También podemos sugerirle que las doble bastante más y de esta manera obtener mayor alargamiento de las membranas durales y por tanto entre el sacro y occipital. Posición de terapeuta: Sentado en una silla, de frente a la espalda del cliente y colocado a la altura de la zona dorsolumbar. (1) Posición de la mano: La mano se coloca sobre el sacro, cubriéndolo en su totalidad y tocando incluso el cóccix y/o parte de las lumbares. Los dedos apuntan en dirección caudal. (1) Para mejorar la comodidad del apoyo y que no se canse el brazo si se alarga la escucha, se puede colocar un pequeño cojín debajo de la muñeca o del antebrazo. Variante: El facilitador se sitúa en una silla de frente al cliente (2) y busca el contacto con el sacro pasando su antebrazo entre las piernas. La mano se coloca sobre el sacro de tal manera, que los dedos apuntan en dirección craneal. (2-3)

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E s c u c h a n d o el Ritmo de la Vida d e s d e :

Los

Hombros

Descripción anatómica El hombro. Habitualmente, se entiende por hombro la articulación que existe entre el omóplato o escápula y el húmero (Art. Escápulo-humeral). Sin embargo, a diferencia de la cadera, no es una articulación única sino un complejo multiarticular bilateral (lado izquierdo y derecho) cuya función es unir el miembro superior con el tórax, con el fin de proporcionar una gran movilidad y estabilidad.. La cintura escapular. Recibe su nombre debido a su disposición circular y está constituida por dos huesos: -La clavícula, hueso par situado transversalmente entre el mango del esternón y el omóplato, en forma de "S" itálica, presenta dos curvaturas, dos caras y dos extremidades. -El omóplato o escápula, es un hueso par, plano, de forma triangular con base superior y vértice inferior que se encuentran en la cara postero - superior del tórax. Se articula con la clavícula y con el húmero. La escápula esta unida al tórax a través de la clavícula, de donde surgen dos articulaciones la Art. acromioclavicular y la Art. esternoclavicular. Los movimientos globales del hombro son: elevación y descenso, abducción y aducción y campaneo interno y externo. Descripción de la posición La toma de contacto o escucha desde los hombros puede ser una postura, junto con otras, muy apropiada para comenzar la sesión. Por un lado, establece una cierta cercanía con el cliente. Por otro lado, no suele ser una zona especialmente delicada en general. El cliente se tumba en la camilla en decúbito supino y el facilitador permanece sentado sobre una silla, situado detrás de la cabeza. Desde esta posición, busca el apoyo de sus antebrazos encima de la camilla y coloca con gran suavidad las manos sobre los hombros del cliente, de tal manera que procura obtener el mayor contacto con el menor peso posible. En caso de que se dejase más peso del apropiado, se podría caer en el riesgo de reducir el rango de movilidad de la articulación, o inducir tensiones desde fuera que tal vez pudieran desorientar al facilitador, y que éste escucháse y siguióse tensiones o movimientos incitados por él mismo. La escucha desde los hombros, como cualquier otra, facilita estar con lo que se presenta, allí donde están en contacto las manos. También desde ahí, se puede prestar atención a lo que surja en cualquier otro lugar del organismo.

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CRANEOSACRAL

Esta posición no esta ideada para realizar ninguna técnica en especial, sino más bien como una estación de escucha para relacionarse con el Aliento de Vida y escuchar el plan de tratamiento inherente. E incluso se puede utilizar para soltar cualquier movimiento o intención y en una práctica compartida con el cliente, entregarse a la Quietud. La posición en la que se efectúa contacto lateral o desde debajo de los hombros, son variantes que están a disposición del facilitador, siempre que se consideren oportunas. Cuentan con la ventaja (como todas las escuchas en las que el cuerpo del cliente está sobre las manos del facilitador) de que, al permanecer las manos apoyadas sobre la camilla, no es necesario mantener una cierta atención sobre ellas para que no se vuelvan muy pesadas.

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E s c u c h a n d o el Ritmo de la Vida d c s d r

Los

Hombros

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Opcionalmente se le puede ofrecer un cojín para debajo de la cabeza. También es posible realizar esta escucha con la camilla ligeramente inclinada, lo que ofrece mayor comodidad para algunos clientes. Posición de terapeuta: Sentado o incluso de pie, detrás de la cabeza del cliente. (5 y 6) Posición de las manos: Apoyadas ligeramente, como si flotasen sobre los hombros, en su porción anterior. (3) Variantes: A) La misma posición pero con las manos haciendo contacto en el lateral. (4) B) Igual que la anterior, pero contactando por debajo de los hombros. (1) C) Con las manos bajo las escapulas. (2) Movimiento: Los hombros se mueven en rotación externa en la fase de inhalación y en rotación interna en la de exhalación. Las escápulas realizan el mismo movimiento de rotación externa e interna, acompañado de una ligera oscilación en campanéo. Relaciones: La cintura escapular se relaciona con la cintura pélvica. El hombro con la cadera. La articulación escapulohumeral con la coxofemoral. Punto de equilibrio de la estrella de 5 puntas.

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E s c u c h a n d o el Ritmo de la Vida d e s d e :

El

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Cuello

Descripción anatómica El cuello es el punto de encuentro y transición entre la cabeza y el tronco. Debido a ello, acumula tanto las tensiones propias como las de acomodación entre ambos con facilidad. Presenta un límite superior formado por la línea que pasa por el maxilar inferior partiendo de la sínfisis mentoniana, rama ascendente del maxilar inferior, conducto auditivo externo, apófisis mastoides, línea curva occipital superior y protuberancia occipital externa. También presenta un límite inferior formado por una línea que pasa por el esternón, clavícula y la séptima vértebra cervical. Contiene en su interior venas, arterias, ganglios linfáticos, la faringe, la laringe y la tráquea, la glándula tiroides y la médula espinal, protegida por la columna cervical, que se puede dividir para su estudio en dos porciones: - El segmento cervical superior formado por el occipital C1 o atlas y C2 o axis, vértebras atípicas y - La porción inferior formada por las vértebras de C3 a C7, vértebras todas del mismo tipo. Las vértebras cervicales tienen un cuerpo pequeño y el tamaño del disco es, aproximadamente, de un tercio del de las vértebras del tronco. Su movimiento principal es de flexión extensión para la articulación entre atlas y occipital. Entre el atlas y el axis se da el 50% de la rotación y en el resto de las cervicales un movimiento de flexión, extensión de 0 a 100°, inclinación de 45° para cada lado, en total 90° y rotación 80° a 90°. La zona cervical es la de mayor movilidad de toda la CV. El cuello está formado por tres capas profunda) y por tres zonas musculares:

de fascias

(superficial,

media

y

-Lateral: Músculo esternocleidomastoideo, escalenos, cutáneo del cuello y recto lateral de la cabeza. -Anterior o hioidea: Que se divide en los músculos supra hioideos (digástrico, estilohioideo, milohioideo y genihioideo) y los infra hioideos (esternohioideo, omohioideo, esternotiroideo, tirohioideo) -Prevertebral: Recto anterior mayor y menor de la cabeza y el músculo largo del cuello.

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CRANEOSACRAL

Descripción de la posición La escucha del cuello es, en mi opinión, una de las zonas corporales que antes comienzan a soltar tensión ante un contacto delicado y firme, que promueva estabilidad y que facilite, a la vez, la acomodación de las fuerzas contenidas en la zona, o que actúen sobre ella a distancia. La foto (6) muestra la posición para relacionarse con la columna cervical. Los dedos deben dejarse ligeramente flexionados, para que se puedan amoldar a la curvatura propia de la zona y que no recaiga más peso sobre ninguno en particular. Desde esta escucha se puede tratar con cada vértebra de forma aislada, apreciando las relaciones con las demás, o con todas ellas de forma grupal. Las posiciones (1,2 y 3) muestran cómo acoplarse de forma sencilla a la zona posterolateral del cuello, dejando la cabeza apoyada sobre las eminencias hipotenares de las manos y estabilizándola con la zona tenar de ambas manos. El pulgar puede permanecer cerca del índice para centrar la escucha en el plano posterior, o bien puede separarse de éste para abarcar el plano lateral. En la foto (4) se puede apreciar otra variante, en la que se puede incluir en la escucha del cuello la relación con la ATM, que queda en contacto con la concavidad de la mano y en la superficie lateral del dedo pulgar.

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino, no muy cerca del borde de la camilla. Posición del terapeuta: Sentado detrás de la cabeza, con los antebrazos sobre la camilla. Posición de las manos: Una mano parcialmente sobre la otra, para adaptarse a la morfología del cuello, y los pulgares pegados a los dedos índice (3), o bien separados de ellos para abarcar toda la musculatura lateral.(1-2) Variante: a) El pulgar sobre la rama ascendente de la mandíbula, o sobre la zona del masetero, el índice sobre la porción anterior del esternocleidomastoideo, el dedo medio sobre la porción posterior del mismo buscando el trapecio, el dedo anular bajo la musculatura suboccipital y el meñique en contacto con el occipital. (4) b) Con el pulgar doblado dentro de la mano o bien extendido, el resto de los dedos semiflexionados se sitúan a ambos lados de las apófisis espinosas o bajo las transversas (6). Movimiento: La lordosis cervical se reduce durante la fase de inhalación. Relaciones: Zona de paso para la vascularización y drenaje del cráneo, la nutrición, la respiración y la expresión verbal. Adapta la posición de los órganos de los sentidos. Sistema hormonal con la tiroides.

E s c u c h a n d o el Ritmo de la Vida d e s d e

El

Cuello

!

3- P o s i c i o n e s

de

Escucha

e n

Sacro-Ilíacas

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Posiciones de e s c u c h a en S a c r o - I l í a c a s :

S a c r o / L-5 en D e c u b i t o

Supino

Descripción de la posición en Decubito Supino: La charnela lumbosacra es una zona de transición y encuentro muy importante, entre las fuerzas descendentes de la gravedad, que viajan a través de la columna vertebral y el tejido blando, y las fuerzas sustentadoras que ascienden por las piernas y llegan hasta el sacro por medio de la pelvis. Esto puede crear la aparición de muchas tensiones y fijaciones defensivas que se acumulan en dicha zona. La posición que describimos está pensada para escuchar y tratar con eficacia la posible compresión que pudiera darse principalmente en el encuentro entre L5 y el sacro. El cliente se sitúa sobre la camilla tumbado en decúbito supino y le ofrecemos la posibilidad de colocar un cojín debajo de sus rodillas, lo que suele generar una posición más cómoda para él, especialmente si tiene molestias lumbares. Se le informa al cliente de que vamos a colocar ambas manos bajo el sacro y la zona lumbar. Para ello necesitamos que levante ligeramente la pelvis, así que le pedimos que doble las rodillas y apoyándose sobre sus pies eleve las caderas para poder situar las manos mientras las mantiene en el aire. Si no se le invita a realizar la elevación de las caderas de ésta manera, podría intentar hacerlo mediante la contracción de la zona lumbar lo que podría incrementar la tensión de dicha zona. -Una mano se coloca bajo el sacro en sentido longitudinal, con la palma hacia arriba y con los dedos apuntando en dirección craneal, de forma que las apófisis espinosas queden en el centro, entre los dedos medio y anular y que éstos no pasen de la línea de la base del sacro. -La otra mano se sitúa bajo las lumbares en sentido transversal, con la palma hacia arriba y cerrada como un puño. De tal modo, que las apófisis espinosas de las vertebras L4 y L5, quedan contenidas aproximadamente entre la superficie hipotenar de la mano y los dedos 4 o y 5 o . Así, la zona lumbar queda estabilizada y apoyada sobre la mano. Desde esta posición se fija la atención en el espacio entre el sacro y la quinta lumbar. De existir compresión entre ambas se podrá percibir un bloqueo o una fuerza de atracción entre ellas.

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CRANEOSACRAL

La manera de relacionarse con esta compresión se realiza de la forma siguiente: La mano bajo las lumbares estabiliza la zona, la mano bajo el sacro realiza la escucha. Seguimos con nuestra atención y con esa mano la fuerza de atracción que reconocemos entre ambas manos. Acompañamos ese tirón hasta que nos dé la impresión de que no va más allá, siguiendo en todo momento la dirección de la facilidad. En ese punto se espera con tranquilidad, y se le ofrece al organismo el tiempo que precise para que se active su propio proceso de autorregulación. Así mismo se le brinda la "¡dea" de espacio, para que cada articulación, cada tejido, cada célula, encuentre su propio sitio. Con frecuencia el organismo acepta y asume ésta invitación, por lo que a continuación, se podrá percibir como una fuerza magnética repelente que hace que el sacro empiece a desplazarse en sentido caudal lo que parece crear un mayor espacio en relación con la 5 a lumbar. Este desplazamiento no suele percibirse con un movimiento lineal, si no más bien con pequeños desplazamientos irregulares, que irán produciéndose conforme las tensiones que recaían sobre la zona, se vayan suavizando o desapareciendo. Este proceso se va acompañando y reconociendo con la atención y con la suave intención-tracción en sentido caudal de la mano situada bajo el sacro. Si en cualquier momento se percibe una contracción o resistencia de los tejidos, pudiera deberse a un exceso de atención y/o a una tracción excesiva, pues el organismo ante estos excesos tiene tendencia a retraerse, a protegerse.

Posiciones de E s c u c h a

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Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición de terapeuta: Sentado en una silla junto al lateral de la camilla, orientado ligeramente en diagonal en relación con el sacro. Posición de las manos: Se invita al paciente a que eleve las caderas para que no haga esfuerzos con la zona lumbar, y se coloca una mano bajo el sacro en sentido longitudinal, con la palma hacia arriba y apuntando los dedos en dirección craneal, de manera que las apófisis espinosas quedan en el centro, entre los dedos medio y anular. (Ver página del sacro) La otra mano se sitúa en sentido transversal y con el puño cerrado bajo la zona lumbar inferior, de tal modo que las apófisis espinosas de las vertebras L4 y L5, quedan contenidas aproximadamente entre la superficie hipotenar de la mano y los dedos 4o y 5 o . Toda la mano sirve de apoyo y sujeción para la zona lumbar. Variante: Si la mano que se sitúa transversal bajo la zona lumbar, crease molestias en la zona al colocarla cerrada como un puño, se puede hacer con la mano extendida.(4) Movimiento:

en

Sacro-Iliacas

S a c r o / L-5 en D e c u b i t o

Mano que facilita

Supino

Q Mano que estabiliza

El sacro se mueve en eje horizontal alrededor de la segunda vértebra sacra y responde al Mecanismo Respiratorio Primario (MRP) con flexión y extensión. En flexión (inhalación), la base del sacro se mueve hacia atrás y hacia arriba y la porción inferior hacia delante y abajo al mismo tiempo que se alarga la concavidad. En extensión ocurre lo contrario. La columna vertebral en general, se mueve elevándose y estirando sus curvas en la inhalación (flexión). Relaciones: L5 - Sacro se relaciona con los cóndilos del occipital y del Atlas y forma parte de la tríada de la compresión. Tres articulaciones que con frecuencia presentan una compresión a la vez y pueden inducirse mutuamente. Estas articulaciones son: La charnela lumbo-sacra, la articulación atlanto-occipital y la sincondrosis esfeno basilar.

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Escucha de: Sacro / L5 en decúbito supino -60

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en S a c r o - I l í a c a s :

S a c r o / L-5 en D e c u b i t o

Prono.

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito prono, preferentemente colocado algo mas cerca del lateral, donde se sitúa el facilitador. Posición de terapeuta: Sentado en una silla junto al lateral de la camilla, de frente a la zona de escucha. Posición de las manos: Se sitúa una mano sobre el sacro, en sentido longitudinal, con la palma hacia abajo y los dedos apuntando en dirección craneal, de tal manera que no superen la linea de la base del sacro. De no hacerlo así tendría la información tanto del sacro como de L5 en la misma mano, y no podría realizar la descompresión. (1) La otra mano se coloca transversalmente sobre las vertebras lumbares de modo que el pulgar queda encima de L5. (2) Ambas manos pueden estar en ligero contacto entre sí o dejar una pequeña distancia entre ellas. Variante: La misma posición para las manos, pero el facilitador está de pie en vez de sentado (3, 4). La forma de realización es la misma que en decúbito supino. (Pág. 59) Movimiento: El sacro se mueve en eje horizontal alrededor de la segunda vértebra sacra y responde al Mecanismo Respiratorio Primario (MRP) con flexión y extensión. En flexión (inhalación), la base del sacro se mueve hacia atrás y hacia arriba y la porción inferior hacia delante y abajo al mismo tiempo que se alarga la concavidad. En extensión ocurre lo contrario. La columna vertebral en general, se mueve elevándose y estirando sus curvas en la inhalación (flexión). Relaciones: L5 - Sacro se relaciona con los cóndilos del occipital y del Atlas y forma parte de la tríada de la compresión. Tres articulaciones que con frecuencia presentan una compresión a la vez y pueden inducirse mutuamente. Estas articulaciones son: La charnela lumbo-sacra, la articulación atlanto-occipital y la sincondrosis esfeno-basilar.

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en S a c r o - I l í a c a s :

S a c r o - I l í a c a s

El sacro soporta todo el peso de cabeza, tronco y extremidades superiores. En su encuentro con los ilíacos derecho e izquierdo este peso es cedido hacia las piernas a partes iguales, siempre y cuando no exista alguna descompensación, por lo que es una zona que con frecuencia estará desplazada o bloqueada. Disfunciones Falsa ciática por compresión del M. piriforme. Dificultades articulares postparto y posible pierna corta. Reflujo venoso Tensión intra-ósea por traumatismos o alteraciones posicionales. Dolor de cabeza, cefaleas. Descripción de la posición El cliente se coloca en decúbito supino, si es posible no muy alejado del lateral de la camilla donde se colocará sentado el facilitador, frente a la zona a escuchar. Para situar una mano bajo el sacro, primero invitamos al cliente a levantar las caderas (ver sacro pág. 49). Colocamos la mano en sentido longitudinal, con las apófisis espinosas en el centro de la mano, entre los dedos medio y anular. La otra mano toca suavemente la Espina Ilíaca Antero Superior (EIAS) con las yemas de los dedos índice y medio e incluso el anular, del lado más próximo al facilitador, para percibir su movilidad. En caso de estar restringida o anulada por una impactación o tensión del sacro sobre ese ilíaco o incluso a nivel bilateral, se debe seguir la dirección de facilidad de cualquier movimiento que se muestre. Si con este acompañamiento-reconocimiento no se recuperase la libertad de expresión en dicha articulación, o estuviese totalmente bloqueada, se aconseja ejercer un delicado empuje en dirección medial y en ángulo ascendente de 45°, siempre muy por debajo del grado de contracción defensiva de los tejidos. Hay que tener en cuenta que si se pone más tensión, intención o atención de la necesaria, el organismo se retrae.

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Conforme la tensión vaya desapareciendo, se podrá percibir cómo el sacro tiene tendencia a caer sobre la mano que lo sustenta y a recuperar su movimiento natural de Flexión.-Extensión. Si se ha realizado esta escucha en un lado, es conveniente a continuación realizarla en el otro lado para ofrecer la misma oportunidad al sistema de autoregulación. Para ello existen dos opciones: - O bien se retira la mano situada bajo el sacro y se busca la misma posición desde el otro lado de la camilla, opción muy indicada si se sentían molestias en la mano debido al peso que soportaba, - O bien, sin cambiar la mano bajo el sacro, se procura alargar el otro brazo, de modo que la mano que antes tocaba las EIAS de un lado, ahora lo haga del el otro lado pasando el antebrazo por encima del abdomen, si el volumen de éste lo permite. Una vez practicada la escucha en ambos lados individualmente es conveniente, si se puede, realizarla en los dos a la vez. Una mano queda bajo el sacro, como ya se ha indicado anteriormente, y la otra mano hace contacto en una EIAS con el antebrazo y en la otra con las yemas de los dedos. (2 y 7)

Ante cualquier resistencia que se pueda presentar, no se ejerce más presión, tan sólo se espera, y se mantiene la misma delicada intención, ofreciendo tiempo, ofreciendo espacio, o quizá invitando a las fluctuaciones de líquido entre una mano y la otra, o facilitando al organismo con cualquiera de los principios y técnicas de las que disponemos en Terapia Craneosacral.

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j

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en S a c r o lllat.ir.

S a c r o - I l í a c a s

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino. Posición de terapeuta: Sentado junto al lateral de la camilla. Posición de las manos: Una mano situada bajo el sacro en sentido longitudinal. Las apófisis espinosas de éste quédan en el centro de la mano, entre los dedos medio y anular. La otra mano toca con las yemas de los dedos índice y medio e incluso el anular la espina ilíaca anterosuperior (EIAS) de un lado. Del otro lado y posteriormente si la morfología del cliente lo permite, tocando simultáneamente un lado con los dedos y el otro con el antebrazo. Variante: A) Igual que la anterior, pero en vez de tocar sólo con las yemas de los dedos, realizar un toque más amplio con toda la palma de la mano. (1 y 5) Al tener mayor contacto con el tejido blando aporta más información de la zona. Sin embargo también puede distraer la atención de los ilíacos. B) Una mano debajo del sacro como en las anteriores y la otra mano debajo del glúteo mas cercano al facilitador, toca con la palma de la mano hacia arriba y las yemas de los dedos medio y anular o índice, el lateral Inferior del sacro y con el pulgar la EIAS por su lateral externo. Fsta escucha amplifica las sensaciones ya que una mano permanece bajo el sacro como en las anteriores pero la otra mano toca el sacro y la EIAS a la vez. Movimiento: l I sacro realiza la flexión en inhalación y la extensión, • n exhalación. I os huesos iliacos en inhalación realizan la rotación nxterna y en exhalación la rotación interna. Ralanlonas: 1 mi uno de los cinco aspectos del Mecanismo Respiralorlo Primario (MRP): el movimiento involuntario del •nc.ro entre los iliacos. I n iirtlculación sacro-ilíaca con la articulación occipital tnmporal (sutura occipito-mastoidea). i ii i testa Iliaca con el parietal, i i i ' ividnd Iliaca con el temporal. I I sacro con el occipital

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N

O Hs $

N

Induciendo

Puntos

de

Quietud

I n d u c i é n d o P u n t o s de Q u i e t u d : CV 4 Descripción de la posición El aquietamiento del ritmo craneosacral es un proceso natural y se da por sí solo como un mecanismo de autorregulación. Por ello es habitual en consulta, reconocer cómo se detiene espontáneamente sin ninguna intervención por parte del facilitador. Este sistema es tan sensible que responde con suma facilidad a la interacción, ya que, con frecuencia, basta con empezar a pensar o sentir, que podría ser apropiado invitar a un punto de quietud, para que éste, se de por sí solo. CV4 es una de las formas clásicas desarrolladas por el Dr. Sutherland para favorecer un punto de parada. Se realiza desde la posición descrita en la página de la derecha (1,2 y 3) Para conseguir dicha posición, se le puede pedir al cliente que levante ligeramente la cabeza con el fin de colocar las manos de la forma especificada bajo ésta. Para evitar que el cliente tenga que levantar la cabeza se puede hacer como se muestra en la secuencia de fotos (a,b,c y d) en las que se colocan las palmas de las manos en contacto con la camilla y se giran suavemente hacia el interior, de manera que se eleve la cabeza del cliente y que al mismo tiempo se sitúe en la forma correcta. Conviene poner atención en que no se relajen en exceso las manos durante la práctica, pues de ser así, éstas se pueden abrir por el peso craneal y el apoyo podría pasar del occipital al temporal lo que podría ser contraproducente. Desde la posición explicada, prestad atención al movimiento del occipital en respuesta al MRP y acompañad con suavidad la fase de extensión, rotación interna, exhalación, en la que se podrá percibir cómo se estrecha lateralmente el occipital comprimiendo el 4 o ventrículo. Cada ciclo de rotación interna se acompaña hasta el límite de su movimiento. Y, con la intención y la suave presión de las manos, se le va invitando a que se produzca un aquietamiento al final del mismo. Si el occipital empuja hacia la rotación externa se debe dificultar su movimiento, volviendo a invitar a la quietud al final de la siguiente fase del estrechamiento lateral, hasta percibir su aquietamiento. En este punto es frecuente notar cómo se profundiza la respiración del cliente y se adentra en un estado de mayor relajación a todos los niveles, e incluso suele ser frecuente el que se duerma. También pueden darse pequeños ajustes posicionales en los huesos craneales o en los músculos del cuello conforme se ahonda en la quietud.

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GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Se permanecerá en este punto durante un espacio indeterminado de tiempo, habitualmente de unos segundos hasta unos pocos minutos, hasta que se vuelva a sentir cómo el occipital se mueve hacia la rotación externa en la flexión. Permitid dicho movimiento y observad de nuevo su amplitud, frecuencia y simetría para reconocer los cambios que se hayan producido. Utilizando el procedimiento descrito, también se puede inducir un punto de quietud desde cualquier parte de la cabeza y/o el cuerpo. Indicaciones: Profundo descanso fisiológico, aumento de la potencia, favorece el intercambio y drenaje de líquidos, relaja el tono del sistema nervioso simpático, mejora el control autónomo de la respiración, reduce la fiebre, relaja todos los tejidos conjuntivos, dolores de cabeza, sinusitis, alteraciones digestivas y del aparato reproductor, en caso de infección e inflamación. Contraindicaciones: cualquier patología en la que este contraindicado el aumento de tensión intracraneal, hemorragia intracraneal, aneurisma, derrames, fracturas de la base del cráneo.

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CRANEOSACRAL

I n d u c i é n d o P u n t o s de Q u i e t u d : CV 4

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla, para permitir que el facilitador pueda apoyar sus antebrazos. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente. Posición de las manos: Se coloca una mano sobre la otra, de manera que formen un cuenco debajo del occipital, y de que se toquen lateralmente los pulgares en el centro de las manos dibujando una V. El vértice de la V debe situarse a la altura de las apófisis espinosas de C2-C3 y la escama del occipital descansa sobre las eminencia tenar de los pulgares, asegurándonos de permanecer en contacto con el occipital y de que no nos desplazamos hacia el temporal (sutura occipitomastoidea). Movimiento: El occipital se mueve en Flexión-extensión y Rotación externa-interna. En flexión, la escama del occipital se desplaza hacia delante y abajo y la apófisis basilar hacia delante y arriba. En rotación externa aumenta el diámetro transversal del occipital, separando los ángulos laterales. En extensión - rotación interna - exhalación ocurre lo contrario.

-67

I n d u c i é n d o P u n t o s de Q u i e t u d :

EV 4

Descripción de la posición Invitando a la quietud Las técnicas de escucha y/o modificación del ritmo craneosacral promueven la homeostasis y el libre flujo de los líquidos, lo cual desarrolla un aumento de potencia y favorece los estados de quietud corporal, emocional, mental e incluso espiritual, dependiendo del nivel al que se acceda y desde el que se escuche. La técnica se puede aplicar en cualquier lugar del organismo utilizando los mismos principios de realización, aunque suele responder con mayor prontitud y potencia desde el cráneo o el sacro. Inducir un punto de quietud consiste en: colocar delicadamente las manos sobre la zona en la que se quiera realizar y prestar atención a la simetría, amplitud y facilidad del movimiento. Se acompaña el movimiento de mayor facilidad hasta el máximo de su recorrido y se dificulta su vuelta. En el siguiente ciclo, se vuelve a seguir el movimiento facilitado hasta su límite y se vuelve a impedir su retorno, hasta que al cabo de varios ciclos el organismo se detiene al final de dicho movimiento. Es entonces cuando se produce un punto de quietud global. Durante este punto de quietud, se permanecerá a la espera hasta que el movimiento surja de nuevo por sí solo. En este momento se volverá a sintonizar con los parámetros anteriores que indujeron a la realización de la misma y se valorará si se vuelve de nuevo a efectuar la misma operación, o bien si se pasa a otro punto. Es frecuente que poco antes de llegar a un punto de quietud el organismo responda con pequeñas vibraciones, tirones, pulsaciones, incremento del dolor o su resurgimiento en lesiones o tensiones antiguas. También puede darse el conectar con patrones emocionales contenidos. Todo ello suele cesar una vez que la quietud, en la que se puede reconocer una profundización en la respiración, una disminución del tono muscular, suspiros, sueño, en ocasiones una ligera transpiración al principio y con frecuencia una desconexión sensorial. De mantenerse un tiempo esta desconexión sensorial suele producirse una reducción de temperatura y una percepción de uno mismo diferente, en la que se aminoran pensamientos, emociones y sensaciones similares a los estados contemplativos. Inducir un punto de quietud desde los pies: se sitúan las manos del facilitador sobre, lateralmente o por debajo de los pies, y se procede conforme la explicación anterior. Se acompaña el movimiento facilitado, por ejemplo rotación externa, y se dificulta su regreso (rotación interna) hasta su detención.

-68

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Inducir un punto de quietud desde el sacro: con la mano del facilitador bajo el sacro se valora su flexión-extensión y se acompaña el movimiento facilitado, dificultando su regreso durante varios ciclos hasta su parada. EV4, consiste en facilitar un punto de parada en Expansión del 4 o Ventrículo (EV4), que corresponde con la fase de inhalación-flexión-rotacíón externa. En EV4 se produce un ensanchamiento y llenado de los ventrículos,(lo contrario que en CV4). Al mismo tiempo desde la zona lumbar ascienden los fluidos y la potencia acumulada en el polo inferior del sistema. EV4 desde el sacro: El facilitador sitúa una mano bajo el sacro, como se indica en la pág. 69, y se continúan los pasos descritos anteriormente, esto es: Sintonizar con la flexión-extensión, que en el sacro se percibe cuando el cliente se encuentra tumbado, como una elevación del vértice y el cóccix hacía el techo y un descenso de la base del sacro hacia el suelo en la flexión. Facilitar la flexión, dificultar la extensión hasta su aquietamiento en la flexión.

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CRANEOSACRAL

Induciéndo

Puntos

de

Quietud:

EV4

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Para la escucha desde los pies: A) Sentado, con los tobillos o talones de los pies sobre las manos. (4) B) De pie, dejando las manos sobre o en el lateral de ambos pies. (2, 3) Para la escucha desde el sacro: Sentado, en el lateral de la camilla con la mano bajo el sacro. (1) Posición de las manos: Para la escucha desde los pies: -Las manos reposan sobre o en el lateral de ambos pies. -Las manos se colocan bajo los tobillos o talones de los pies y éstos reposan sobre ellas . Para la escucha desde el sacro: Una mano se sitúa bajo el sacro en sentido longitudinal, apuntando los dedos hacia la cabeza, de manera que las apófisis espinosas quedan en el centro, entre los dedos medio y anular. Variantes: En decúbito lateral (pág. 51) y prono (pág. 50) Movimiento: Los pies responden al MRP como rotación externa y flexión dorsal en inhalación y rotación interna y flexión plantar en exhalación. El sacro realiza flexión y extensión.

Rotación Externa

-69

- Posiciones

5/1-

de E s c u c h a

Escuchas

globales

en la

en la

Cabeza

Cabeza

P o s i c i o n e s d e e s c u c h a e n la c a b e z a . Las diferentes posiciones de escucha en la cabeza, han sido diseñadas cuidadosamente para aportar información de una parte concreta de la anatomía o fisiología del sistema craneosacral y de sus relaciones con otras zonas. También desde estas escuchas se puede establecer una relación general con el cliente, ya sea como primera toma de contacto, desde la que asentarse y profundizar en aquello que quiera manifestarse sin expectativas previas, o ya sea como forma de terminar, lo que aporta una posibilidad de integración para todo lo sucedido durante la sesión. Sutherland comienza estableciendo los fundamentos de su trabajo en los cinco apartados de lo que él llamo el Mecanismo Respiratorio Primario (MRP). Y desde la cabeza es desde donde, habitualmente, mejor se pueden apreciar los cuatro primeros, puesto que el quinto, la movilidad involuntaria del sacro entre los iliacos, debería apreciarse mejor desde la escucha del sacro. Los cinco aspectos del MRP son: -Movilidad inherente del Sistema Nervioso Central (SNC). -Fluctuación del Líquido Céfalo Raquídeo (LCR) -Movilidad de los huesos del cráneo -Movilidad de las membranas intracraneales e intraespinales. -Movilidad involuntaria del sacro entre los iliacos. Lo denomino Mecanismo por las relaciones especificas que presentan entre sí sus diferentes estructuras, formando entre todas un motor o mecanismo que posibilita el movimiento. Lo denominó Respiratorio pues aunque no tiene relación directa con la respiración pulmonar, se expresa de manera similar con un ritmo de expansión y otro de retracción. Y lo denominó Primario, pues este impulso rítmico ya se aprecia en la vida uterina alrededor del quinto mes, y por lo tanto antes que la respiración pulmonar, que para Sutherland pasó a llamarse secundaria. Éste Mecanismo Respiratorio Primario se sigue apreciando aún, durante unos minutos, con electroencefalograma plano. El movimiento natural de dicho mecanismo es relativamente estable, no modificándose con la misma facilidad que los ritmos cardiovascular o respiratorio. No obstante se pueden reconocer diferentes efectos que lo alteran. Lo aceleran: La fiebre. El exceso de oxigeno. La hiperactividad. Es stress crónico.

Lo reducen o paralizan: El miedo. La depresión crónica. El dióxido de carbono. Perturbaciones psíquicas.

Lesiones cerebrales. El insomnio. El coma.

De forma global, la cabeza responde al Movimiento Respiratorio Primario (MRP) con dos ciclos constantes de expansión y retracción, y con una parada ocasional entre ambos. A esta parada fisiológica se la llama punto de quietud y a los dos ciclos se les denomina inhalación y exhalación, aunque no son correspondientes con los mismos ciclos pulmonares.

- 72

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

El cráneo en inhalación: -Aumenta su diámetro transversal. -Disminuye el diámetro anteroposterior. -Desciende la sutura sagital. En exhalación sucederá lo contrario.

CRANEOSACRAL

Al mismo tiempo se produce: -Rotación externa de los huesos del cráneo. -Flexión de la SEB. -Flexión del sacro.

Anterior

Fases del movimiento craneal, (vista superior) Inhalación / Exhalación Posterior Normal

Fase de Inhalación

Fase de Exhalación

Movimiento Cráneo Sacro en la fase de Inhalación

Sutura

Bregma

Frontal Sutura Lamboidea

Alas Mayores del

Etmoides

Hueso Lambda Porción Basilar Inserción Dural

Pterion scama Occipital Cigomático o Malar

Duramadre Espinal

Occipital Inserción Dural

Inion Asterion

Filum Termínale

2°Segmento Sacro

Maxilar Superior

Apof

Mastoidea

M a x i l a r Inferior o M a n d í b u l a

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CRANEOSACRAL

P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

P o s i c i o n e s de

escucha

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente, con espacio para poder apoyar los antebrazos o los codos sobre la camilla. Posición de las manos: Colocadas simétricamente a ambos lados de la cabeza, con los dedos apuntando hacia los pies. Los dedos índices tocan las alas mayores del esfenoides (detrás del ángulo externo del ojo). Los medios delante de las orejas sobre el temporal. Los anulares detrás de las orejas sobre el temporal. Los dedos meñiques tocan la escama del occipital. Los pulgares descansan sobre el cráneo de manera natural, bien tocando el frontal, a ambos lados de la sutura sagital, o apoyándose el uno en el otro como punto fijo, lo cual amplifica la sensación del movimiento en los demás dedos. ¡ Variantes: Si la intención de esta posición es, centrarse en la relación esfenoides-occipital, debemos dejar en el aire o excluir de la escucha, los dedos medio, anular y los pulgares uno en contacto con el otro sin contacto craneal. Movimiento: En la fase de inhalación - flexión el cráneo se vuelve más ancho y plano, como si fuese un globo que se comprime entre las manos desde arriba hacia abajo. Los dedos índices y meñiques se mueven hacia abajo y adelante. En exhalación - extensión el cráneo se vuelve más estrecho y alto como un globo que se comprime lateralmente. Los índices y meñiques se mueven hacia arriba y atrás. Relaciones: Desde esta posición estamos en relación directa: Con todos los huesos craneales. Con las membranas de tensión reciproca, la hoz y la tienda.

-73

Posiciones de escucha en la cabeza:

P o s i c i o n e s de

escucha global: Bóveda Modificada

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente, con suficiente espacio para poder apoyar los antebrazos o los codos sobre la camilla. Posición de las manos: Se sitúan ambas manos de manera simétrica a los lados del cráneo. Los dedos pulgares lateralmente sobre las alas mayores del esfenoides. El meñique en contacto con la escama del occipital. El dedo anular toca el occipital, detrás de la sutura occipitomastoidea. El dedo medio y el índice permanecen relajados de manera natural en dirección caudal. Variantes: El dedo medio se puede situar, posterior a la oreja y el índice anterior, de modo que esté en contacto con la Articulación Temporo Mandibular (ATM). Movimiento: En la fase de inhalación - flexión el cráneo se vuelve más ancho y plano, como si fuese un globo que se comprime entre las manos de arriba hacia abajo. Los dedos pulgares y meñiques se mueven hacia abajo y adelante. En exhalación - extensión el cráneo se vuelve más estrecho y alto, como un globo que se comprime lateralmente. Los dedos pulgares y meñiques se mueven hacia arriba y atrás. Relaciones: Permite valorar la Sincondrosis Esfeno Basilar (SEB) y sus posibles disfunciones. Con la tienda del cerebelo. Con el drenaje de los senos venosos, especialmente transversos, sigmoideos, petrosos, cavernoso, recto y occipital así como también las suturas occipitomastoideas y el agujero yugular. Con la continuidad del tubo dural.

MA

I GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente, con espacio suficiente para poder apoyar los antej brazos o los codos sobre la camilla. Posición de las manos: Como su nombre indica, se trata de moldear con las manos una pequeña cuna, para que la zona posterior de la cabeza, especialmente el occipital, quede apoyada y recogida sobre las manos. Sitúa una mano junto a la otra, con las palmas hacia arriba de tal manera que los dedos meñiques permanezcan en contacto y además las superficies hipotenares de ambas manos se toquen lateralmente. (6) Variantes: Igual que la anterior pero con las manos ligeramente entrelazadas colocando los dedos de una mano sobre los dedos de la otra (5) También se puede modificar la posición para incluir al temporal y parietal en la relación. Separando un poco más las palmas de las manos, se entrecruzan bajo la escama del occipital. La eminencia tenar da apoyo a la porción mastoidea del temporal, mientras que el pulgar está en contacto con la porción anterior de la apófisis mastoidea. (4) Relaciones: Drenaje de las senos venosos, cisterna magna y foramen yugular. Musculatura suboccipital. Ayuda a equilibrar los hemisferios cerebrales. Tronco cerebral y sistema nervioso autónomo. Desde la posición de la variante se aprecia la relación entre occipital, temporal y parietal con claridad. Con la fontanela Asterión.

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

P o s i c i o n e s de e s c u c h a g l o b a l :

Cuna

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

P o s i c i o n e s de e s c u c h a g l o b a l : \

1

^

I

CRANEOSACRAL

Esfeno-Occipital Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla en el lateral de la camilla junto a la cabeza del cliente. Posición de las manos: Si el facilitador se coloca en el lado derecho del cliente. La mano de arriba, la izquierda, toca las alas mayores del esfenoides con el dedo medio o el índice por un lado y el pulgar por el otro. La otra mano, la derecha, se sitúa bajo el occipital, orientada en sentido transverso. Variantes: A) Con la misma orientación, se coloca esta vez la mano izquierda debajo y la derecha arriba. B) Igual que la anterior pero con la mano de debajo el occipital orientada en sentido longitudinal. Movimiento: El movimiento entre el esfenoides y el occipital es de flexión y extensión. En flexión las alas mayores del esfenoides y la escama del occipital se desplazan hacia delante y hacia abajo, produciéndose al mismo tiempo una rotación externa. Esto implica un ensanchamiento lateral de ambas. En extensión sucede lo contrario. Relaciones: Con la SEB. Con la Hoz.

- 76

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

P o s i c i o n e s de e s c u c h a g l o b a l :

Fronto-Occipital

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente. Posición de las manos: Se colocan las dos manos en sentido longitudinal mirando hacia los pies, una bajo la escama del occipital y la otra sobre el frontal, con el dedo medio en la sutura metópica y el meñique y el pulgar sobre los pilares orbitales externos. (2) Variantes: Una mano sobre el frontal y la otra bajo el occipital en sentido transverso. (4) La mano sobre el frontal en sentido transverso y la mano bajo el occipital se coloca en sentido longitudinal. (1, 3) Movimiento: El movimiento entre el esfenoides y el occipital es de flexión y extensión. En flexión, las alas mayores del esfenoides y la escama del occipital se desplazan hacia delante y hacia abajo, produciéndose al mismo tiempo una rotación externa. Esto implica un ensanchamiento lateral de ambos. En extensión, ocurriría lo contrario. Relaciones: Con la SEB. Con la hoz.

77 M

Vista

Vista

Posterior

Corte

Lateral

Transversal Parietal

Sutura

Temporal

Coronal

Parietal Frontal Esfenoides Esfenoides Etmoides

Hueso

Nasal

Cigomático o

Occipital

Malar

Sutura

Occipital

Lamboidea

Palatino Sutura Sutura

Lamboidea

Lamboidea

Vómer

Superior

Temporal

Maxilar

M a x i l a r

Superior

Maxilar o

Inferior

Mandíbula Parietal Esfenoides Ala Mayor Ala Menor Apófisis clinoides anterior Conducto Óptico Silla Turca Seno Esfenoidal Cuerpo Láminas Medial y L a t e r a l d e la A p ó f i s i s Pterigoides

Sutura Coronal .

Surcos de R a m a s de V a s o s M e n i n g e s

Temporal Porción Escamosa Porción Petrosa Conducto Auditivo Externo Surco del S e n o Petroso Posterior ^ A b e r t u r a Externa del /• / Acueducto Vestibular Surco del S e n o Sigmoideo

f

_^-Sutura

Lamboidea

Frontal S e n o frontal Occipital Etmoides

;

Crista Gali Lámina Cribiforme Limina Perpendicular Hueso

"

Surco del Seno Transverso Protuberancia

Occipital

Externa Agujero Yugular

Nasal

Surco del S e n o Petroso Cornete

Nasal

Inferior

Inferior Maxilar

Superior

Espina Nasal Anterior Cara Nasal Conducto Incisivo Apófisis PalatinaApófisis Alveolai

Vista

78

Superior

Conducto del Hipogloso Agujero Magno Palatino Vómer

- Cóndilo Occipital Posición Basilar

Posiciones

5/2-

de E s c u c h a

Huesos

del

en la

Cráneo

Cabeza

P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

Huesos del Cráneo: P a r i e t a l e s Descripción anatómica El frontal es un hueso de la cabeza plano, central, simétrico e impar. Se encuentra situado en el límite anterior del cráneo, aunque se le considera como par debido a su movilidad en la sutura metódica. No suele osificarse hasta el 7 o año. Presenta dos porciones: -Una parte vertical y superior, normalmente convexa, la escama del frontal, que forma parte de la bóveda craneal. -Otra porción horizontal e inferior, techo de las órbitas y de los senos Esta segunda porción, a su vez, porción nasal y los dos fragmentos Se articula con:

que forma parte de la base del cráneo, del etmoidofrontales. se divide en cuatro partes: la escama, la orbitarios.

El esfenoides, parietal, etmoides, maxilar superior, cigomático, lagrimal y el hueso nasal. Inserciones: La fascia temporal, la hoz del cerebro y los músculos temporal occipito-frontal y oblicuo superior del ojo. Inserciones musculares: Músculo occipitofrontal. En el espesor del hueso frontal después del nacimiento se desarrollan unas cavidades recubiertas de mucosa y llenas de aire llamadas senos frontales, que junto con los senos similares en el esfenoides, etmoides y maxilares superiores, se denominan paranasales debido a los estrechos conductos que se abren en la cavidad nasal. Descripción de la posición Escucha del frontal: Para su valoración se colocan las manos como se muestra en la foto (1). Desde dicha posición se procura una sensación de flotabilidad con el menor peso posible, se escucha el movimiento de flexión-extensión y el de rotación interna y externa valorando su amplitud, frecuencia y simetría. Elevación del frontal: Partiendo de la misma posición de escucha, si se percibe una compresión del frontal o una dificultad en su libre expresión al MRP, hay que dejarse llevar con la atención y/o con la mano, por la dirección de la facilidad. Una vez llegado al máximo de su movimiento o tensión sencillamente se espera, reconociendo lo que se esté expresando en ese momento. Si se muestra una compresión rígida y no elástica en alguna articulación, puede ser apropiado tratar esa sutura

- 80

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CRANEOSACRAL

primeramente con la técnica de V spreed o direccionamiento de energía, (ver pág. Técnicas V Spread) Permaneciendo en quietud activa, le ofrecemos al organismo la oportunidad de que ponga en marcha su propia capacidad de autorregulación. Para ello esperamos, invitándole a que se tome su tiempo y a que se genere, a que se libere ese espacio necesario entre cada articulación, entre cada célula, para que cada parte tenga pueda realizar su función. Por lo general, al cabo de unos instantes surgirá un impulso como de separación en la zona, un suave movimiento que tenderá a ir recuperando su posición natural. Este proceso no suele ser lineal si no que, más bien, se va expresando a medida que se sueltan o aflojan las distintas tensiones que lo llevaron hacia la compresión. Por ello, es posible percibir cómo primero se afloja de un lado, quizá tiembla y se para. Luego comienza del otro lado. Así irá recuperando su posición natural, de manera progresiva y tanto como sea posible durante la sesión. Durante todo este proceso se va siguiendo y respetando su propio ritmo, con la atención y con la intención de acompañar esa liberación y esa elevación del frontal. Como si se le sugiriera que continúe su ascenso hasta percibir una sensación de flotabilidad sobre el frontal y no recayese ninguna tensión y fluctuase con libertad. Conviene recordar que durante todo este acompañamiento nunca se debe forzar al sistema. Además, éste siempre se protege contrayéndose ante cualquier estiramiento o manipulación brusca o que considere posiblemente perjudicial. También debemos tener presente que, una vez concluida la elevación del frontal, no se suelta la tración-intención de golpe, sino que se permite que la atención se afloje progresivamente y vaya incluyendo una zona más amplia, observando sus relaciones.

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla. Posición de terapeuta: Sentado sobre una silla detrás de la cabeza del cliente. Posición de las manos: Se colocan ambas manos simétricamente sobre el frontal, de forma que los dedos índices se apoyan a ambos lados de la sutura metópica y los dedos 4o y 5o permanezcan por fuera de las órbitas sobre la apófisis cigomática. Los pulgares pueden mantenerse el uno junto al otro, o cruzados. Variantes: Ver escucha Frontoccipital. Movimiento: El frontal se apoya en su porción horizontal sobre el etmoides, por lo que expresa Flexión- Extensión en relación con éste. En Flexión, el frontal se arquea hacia atrás fraccionado por la hoz, el punto de la sutura metópica se mueve hacia atrás, el punto de bregma desciende y se mueve, también, hacia atrás, y la escotadura del etmoides se ensancha. También forma parte de la periferia por lo que expresa rotación externa e interna. En Rotación externa las alas mayores del esfenoides empujan los pilares orbitales hacia delante, hacia afuera y hacia abajo. En Extensión y Rotación interna, lo contrario. Su movimiento se ve influido principalmente por el esfenoides y la hoz. Se orienta en torno a dos ejes verticales que atraviesan la protuberancia frontal y la bóveda orbital. Relaciones: Sinusitis, deficiencias olfativas, lacrimales, alteraciones oculares, trastornos de la personalidad o intelecto, a través del lóbulo frontal del cerebro.

(E) Escama frontal. (B) Borde parietal. (A) Arco superciliar. (C) Apófisis cigomática. (F) Eminencia frontal. (O) Porción orbitaria. (N) Porción nasal. (S) Sutura metópica.

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

Huesos del Cráneo:

Parietales

Descripción anatómica El hueso parietal, como su nombre indica, forma las paredes laterales y superiores del cráneo. Es un hueso, plano, par y de forma cuadrilátera. Está formado por: -Dos caras: Una interna y cóncava, donde se inserta la hoz, el seno sagital superior, impresiones de las granulaciones aracnoideas y de los vasos sanguíneos. Una externa de forma convexa. -Cuatro bordes y sus respectivos ángulos (Sagital, Frontal, Occipital y Temporal). Se articula con: -El hueso parietal contralateral: sutura sagital. -El frontal: sutura coronal. -El occipital: sutura lamboidea. -El ala mayor del esfenoides: pterión. -El temporal: sutura espinosa y mastoidea. -Inserciones:

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La separación de los parietales: Aprovecharemos si es posible el descenso de la bóveda craneal, en el que la sutura sagital desciende y se separa, y los parietales van hacia la rotación externa tomando una posición horizontal, seguiremos dicho movimiento con las yemas de los pulgares en dirección caudal, facilitando y acompañándolo progresivamente, cada vez que descienda, hasta percibir la sensación de que ha llegado al límite de su descenso. En esta maniobra se pueden colocar los pulgares en diferentes puntos de la sutura interparietal, según la demanda del momento.

(7) Rotación externa de los parietales.

(8) Rotación interna de los parietales.

con el músculo y la fascia temporal.

Descripción de la posición La escucha de los parietales: Se realiza en decúbito supino. Se colocan las manos, simétricamente, sobre ellos. Los pulgares tocan el parietal del mismo lado o el contrario. También pueden colocarse los pulgares, sin tocar los parietales, creando entre ambos un punto fijo, por encima del cráneo. Desde dicha posición valoraremos la posición de los parietales y el movimiento o la ausencia de éste en cuanto a simetría, frecuencia, potencia y cualidad. El levantamiento de los parietales se realiza en dos fases: -Primera fase: Los pulgares harán contacto el uno con el otro por encima del cráneo y los dedos índice, medio, anular y meñique se colocarán sobre el borde inferior de los parietales, justo por encima de los temporales, lo que facilitará una descompresión entre ambos. Después, ejerceremos una suave presión en dirección medial y esperaremos a que se perciba una liberación en la zona. -Segunda fase: ejercer una suave tracción-elevación de ambos parietales hacia el facilitador, nunca más de 5 gramos de la resistencia tisular. Intentaremos respetar el ritmo de liberación de ambos lados, que es muy probable que sean diferentes el uno al otro, hasta percibir una sensación como de corchos flotando sobre el mar.

- 82

CRANEOSACRAL

(9, 10) Levantamiento de los parietales.

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla, por detrás de la cabeza del cliente. Posición de las manos: Se sitúan los dedos índice, medio, anular y meñique por encima del temporal, sobre el parietal, apuntando en dirección caudal. Los pulgares irán cruzados a ambos lados de la sutura interparietal. Variantes: La misma escucha, se puede hacer desde la posición en decúbito prono. También se puede modificar la posición de los pulgares posando ambos, sobre los parietales del mismo lado, o uno en contacto con el otro sin tocar el cráneo. Movimiento: Como hueso de la periferia que es, presenta el movimiento de rotación externa e interna. En rotación externa, la bóveda desciende y se aplana, por lo que los parietales, se desplazan hacia la horizontal y la sutura sagital desciende y se separa. Las fontanelas antero-superior o bregma y posterosuperior o lambda retroceden, mientras que la anterolateral o pterión se desplaza hacia fuera, delante y abajo. Su movimiento se ve influido principalmente, por el occipital a través del temporal. Se orienta en torno a un eje oblicuo de atrás adelante, de fuera adentro y de abajo arriba. Relaciones: Con los huesos que se articula. Con la hoz y la tienda. Con trastornos circulatorios, migrañas y aumento de presión intracraneal. Con las arterias meníngeas, el seno sagital superior y el sigmoideo.

Ángulo del borde frontal Borde occipital Tuberosidad parietal Borde frontal Ángulo del borde esfenoidal Borde escamoso Ángulo del borde occipital

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

Huesos

del

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Cráneo: P a r i e t a l e s

CRANEOSACRAL

Descripción anatómica El occipital es un hueso impar que constituye el límite posterior de la cabeza y la mitad de su base. Se considera también como la primera vértebra craneal. Su osificación no termina hasta los 5 u 8 años de edad. Presenta cuatro porciones: -Porción Escamosa, detrás del foramen magnum. -Dos Porciones Laterales o Condilares, izquierda y derecha. -Porción Basilar, la parte anterior y el contacto con el esfenoides. Todas ellas se organizan entorno al agujero occipital o foramen magnum. Porción Escamosa. Una a cada lado. Se articula con los huesos parietales a través de la sutura lambdoidea y, también, con los temporales a través de las apófisis mastoides. Presenta la protuberancia occipital en su zona media, de la que parten surcos y crestas que dan lugar a: -Dos fosas craneales o superiores, que alojan a los lóbulos occipitales del cerebro. -Dos fosas cerebelosas o inferiores, que alojan a los hemisferios del cerebelo. Porciones Laterales o Condilares. Forman los bordes laterales del agujero occipital. Su parte anterior se relaciona con el borde posterior del peñasco del temporal. Lateralmente, forman la zona posteromedial del agujero rasgado posterior o foramen yugular. En la cara inferior de las porciones condilares están los cóndilos occipitales que se articulan con las caras articulares superiores del atlas. Porción Basilar. Se encuentra por delante del agujero occipital. Se dirige hacia arriba para unirse con el esfenoides. Esta unión se osifica en torno a los 20 años. Se articula con: El atlas por debajo. Los temporales lateralmente. Los parietales por delante y arriba. El esfenoides por delante. Inserciones: Sus inserciones son múltiples tanto a nivel muscular, ligamentoso como fascial. Por un lado, con la tienda, la hoz y el tubo dural. Muscularmente con: el trapecio, esternocleidomastoideo, occipitofrontal, semiespinoso, los rectos anterior, lateral y posterior, el largo y el oblicuo de la cabeza junto con el constrictor de la faringe.

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Ligamentosamente con: el atlas y el axis, ligamento longitudinal anterior y posterior y ligamento nucal. Fascialmente

con: la faringe y las láminas prevertebral y superficial cervicales.

Descripción de la posición Al occipital se le puede escuchar en solitario con una sola mano o con dos. Desde él se puede prestar atención a su relación con distintas estructuras, lo que puede llevar a mantener la misma posición o a dejar una mano en contacto con el occipital y la otra en contacto con la zona en relación con la SEB, el tubo dural, la columna vertebral y el sacro, el diafragma cráneo-cervical, el agujero yugular, la escucha frontoccipital. En la percepción del occipital, como en la de todos los huesos, conviene fijarse en su morfología, posición y movilidad. El occipital puede estar afectado por tensiones en torno al tema perinatal con frecuencia, que generan compresiones intraóseas, asimetrías y dificultades posicionales en su relación con las estructuras adyacentes. Escucha del occipital: (2) El paciente, tumbado sobre la camilla en supino, y el facilitador, situado detrás de su cabeza, coloca las manos simétricamente bajo el occipital. De esta manera sus dedos miran hacia el sacro.También se puede realizar desde cualquiera de sus otras posiciones de escucha. Como hueso impar se puede observar su capacidad de respuesta al MRP como flexión. E incluso se podría sentir su desplazamiento hacia abajo y hacia delante, y al mismo tiempo su ensanchamiento transversal, como parte de la periferia. En los niños pequeños esta escucha se puede realizar, únicamente, con los dedos 4 o y 5 o debido a su menor tamaño craneal. Liberación del foramen magno: (1) Partiendo de la misma posición anterior poned atención en la zona. Si se percibiese una compresión hacia las cervicales o en torno al agujero, debemos dejarnos llevar por ellas, esperar y acompañar o inducir una suave descompresión hacia atrás y hacia fuera, lo que facilita la remisión de las tensiones y la remodelación del agujero. Esta escucha también se puede realizar intentando asegurar la cabeza sobre el frontal con una mano y la otra bajo el occipital con los dedos índice y medio en torno al agujero magno.

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A VISUAL DE LA TERAPIA

P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

CRANEOSACRAL

l'osición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla, l'osición de facilitador: Sentado sobre una silla detrás de la cabeza del cliente. Posición de las manos: La mano se sitúa bajo la escama del occipital, los dedos apuntan en dirección caudal, de tal manera que el dedo medio quede colocado en el centro del occipital, bajo su línea media.(4) Variantes: -Con una

mano:

La misma posición pero en decúbito prono. Decúbito lateral con los dedos apuntando en dirección craneal (como en la escucha sacro-occipital, pág 189) También es posible colocarse en decúbito lateral con los dedos en dirección caudal. El facilitador debe situarse en el ángulo de la camilla, de frente al cliente. -Con dos

manos:

Situad ambas manos de forma simétrica bajo el occipital, con los dedos 5o, 4o y 3o a los lados de la línea media y el índice detrás de la mastoide, apuntando todos hacia la dirección caudal. El pulgar replegado no hace contacto con ningún hueso, sobre el temporal (3 y 4) o estirado hacia las alas del esfenoides. Escucha frontoccipital (ver pág. 77) Movimiento: Flexión-extensión y rotación externa-interna. En flexión la escama del occipital se desplaza hacia delante y abajo y la apófisis basilar hacia delante y arriba. En rotación externa aumenta el diámetro transversal del occipital, separando los ángulos laterales. Su movimiento se orienta en torno a un eje trasversal situado encima del agujero magno, a la altura de la apófisis yugular. Relaciones: Por contacto directo con la SEB, el temporal, el parietal y el atlas. Con el occipital con el sacro y el tubo dural. Con la Tienda Con el drenaje venoso

Detalles del occipital (5 y 6) (a) Agujero magno (b) Escotadura yugular (c) Borde mastoideo (d) Borde lamboideo (e) Protuberancia occipital interna (f) Porción basilar (g) Cóndilo (5) Fases de Rotación Externa - Rot. Interna (Vista Superior)

Rot. v Interna

P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

Huesos

del

Cráneo: P a r i e t a l e s

Descripción anatómica El temporal es un hueso, par situado en los laterales del cráneo, de forma irregular, que protege el encéfalo y los órganos de audición en su interior, contienen los senos mastoideos y mediante su cavidad glenoidea y el tubérculo articular aloja la cabeza de la mandíbula. Presenta cuatro porciones: escamosa, petrosa, mastoidea y timpánica. -Escamosa: (Porque tiene forma de escama): es una lámina delgada de gran tamaño que forma la parte anterior y superior de este hueso. -Petrosa: de forma triangular y que se encuentra entre el occipital y el esfenoides. Esta parte del hueso contiene el oído interno. -Mastoidea: Esta parte se ubica por debajo y atrás del conducto auditivo externo. -Timpánica: Alrededor del conducto auditivo externo, su superficie anterior participa en la formación de la fosa mandibular. Aloja el surco timpánico que sirve de punto de inserción para el tímpano Se articula con: el parietal por arriba, el occipital por detrás, por delante y por dentro con el esfenoides, por delante y fuera con el cigomático y con la mandíbula por abajo. La porción escamosa, petrosa y la apófisis estiloides no osifican hasta el primer año. Y ésta sigue siendo cartilaginosa hasta la pubertad. La apófisis mastoidea se desarrolla al segundo año. Inserciones: con la tienda del cerebelo. -Musculares: en la apófisis mastoidea (el esternocleidomastoideo, esplenio y digástrico) en la estiloides (estilohioideo, estilogloso y estilofaringeo). Masticadores (Temporal y masetero), elevador de velo del paladar, tensor del tímpano y estapedio. -Ligamentosas: con el esfenoides, hioides y mandíbula. Uniones fasciales con el cigomático, la lámina superficial cervical, lámina prevertebral, faringe. Descripción de la posición La escucha del temporal: se puede realizar desde diferentes posiciones. Técnica del dedo en el oído: el paciente tumbado en supino y el facilitador sobre la cabecera de la camilla. Se coloca el dedo medio sobre el conducto auditivo, el índice sobre el proceso cigomático y el anular sobre la mastoides, de forma que los dedos actúan como extensiones del eje de rotación de los temporales. Esta técnica es muy útil para valorar el movimiento y la sincronización puesto que tiene un amplio contacto con todas las porciones del temporal. Si se percibe un tirón o compresión de uno o los dos temporales hacia el interior, acompañad la dirección de la facilidad, esperad para ofrecer espacio, y seguid la descompresión de forma individual o bilateral.

- 86

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Este proceso se puede realizar desde la misma posición de escucha o cambiar a la técnica de descompresión. Técnica de descompresión de los temporales, tirón de orejas: -Descompresión bilateral: Se toma el pabellón auditivo externo entre el dedo índice flexionado y la yema del pulgar y se acompaña y/o induce una suave descompresión en dirección posterolateral, que viene a ser, más o menos, la misma proyección externa del ángulo de la porción petrosa del temporal. Una vez iniciada la descompresión permitid que el tejido siga su propio plan de tratamiento inherente. -Descompresión unilateral: (4) similar a la anterior. Pero en este caso una de las manos se coloca bajo el occipital para facilitar su estabilidad y la otra realiza la tracción desde el temporal. Posición de cuna: es una buena opción para la escucha y/o tratamiento de los temporales. Partiendo de la misma posición para el cliente y el facilitador, se colocan las manos cruzadas bajo el occipital y los pulgares sobre las apófisis mastoideas. Balanceo de los temporales: técnica muy apropiada cuando no se percibe con claridad el movimiento de rotación o para comprobar la movilidad y tensión de la tienda del cerebelo. Partiendo de la escucha bilateral de los temporales (1, 2) o desde acompañar y/o inducir en la flexión (3) . Después de cualquier escucha o trabajo realizado sobre los temporales es muy importante terminar siempre con los temporales en posición neutra y sincronizados. (2) a) Porción escamosa, b) Conducto auditivo externo, c) Apófisis mastoidea. d) Apófisis cigomática. e) Tubérculo articular, f) Cavidad glenoidea. g) Apófisis estiloides. R o t a c i ó n a n t e r i o r del t e m p o r a l

Rotación externa

Eje de Movilidad del Temporal

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de e s c u c h a en la c a b e z a :

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Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla en la cabecera del cliente, con suficiente espacio para poder apoyar los antebrazos o los codos sobre la camilla. Posición de las manos: El dedo medio situado sobre el conducto auditivo. El índice sobre la apófisis cigomática. El meñique y anular sobre la apófisis mastoidea. El pulgar naturalmente donde caiga, o bien sin contacto craneal, uno en contacto con el otro como punto de apoyo externo. (1) Variantes: Como la anterior. Pero en etse caso debemos situar el índice y el pulgar a ambos lados de la apófisis cigomática. (2) Movimiento: El temporal, como hueso de la periferia, se mueve con rotación externa e interna. En rotación externa - flexión: La escama del temporal se mueve: hacia fuera, abajo y delante. La apófisis mastoidea situada más abajo y detrás se mueve: hacia adentro, arriba y atrás. Su movimiento se ve influido principalmente por el occipital y se orienta en torno a un eje que va, desde la apófisis yugular hacia la punta del hueso petroso, de atrás adelante, de fuera adentro y de abajo arriba. Relaciones: El temporal con la cavidad ilíaca. Con dificultades de audición y equilibrio, vagotonía, estrabismo, dislexia, autismo, mala oclusión dental.

s

Test de movilidad del temporal Las palmas de las manos tocando la escama occipital. La eminencia tenar se coloca en la porción mastoidea. La yema del pulgar se coloca en la parte anteroposterior de la apófisis mastoides. (8, 9)

del

Cráneo:

- J

"Escucha del etmoides"

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Huesos

Descripción anatómica o

El etmoides es un hueso impar de forma irregular, considerado como la 3 vertebra craneal. Está situado delante del esfenoides y por detrás de los huesos nasales, en la parte central y anterior de la base del cráneo y encajado parcialmente en la escotadura etmoidal del hueso frontal, lo que contribuye a la formación de la órbita ocular y de las fosas nasales. Presenta cuatro porciones: -Una lámina vertical. -Otra lámina horizontal que la atraviesa y la divide en dos partes. -Dos masas laterales que se desprenden de los extremos de la lámina horizontal. A su vez, la lámina vertical está dividida en dos porciones: -Una superior, situada por encima de la lámina horizontal, dentro de la cavidad craneana denominada apófisis crista galli, donde se inserta la hoz. -Otra inferior, situada debajo de dicha lámina, que forma parte del tabique de separación de ambas fosas nasales, y se denomina lámina perpendicular del etmoides. La lámina horizontal es de forma cuadrangular, alargada de adelante atrás, y sus lados se articulan con el frontal en los bordes laterales de la escotadura etmoidal. Está perforada por múltiples orificios, por lo que se le da el nombre de lámina cribosa. Presenta una cara superior, dividida en dos porciones por la apófisis crista galli. En ellas se aloja parcialmente el bulbo olfativo. Las masas laterales. Tienen forma de cubo alargado y en su interior se alojan los senos etmoidales. Se articula con: -El frontal y los huesos propios de la nariz por delante. -Con el esfenoides por detrás. -Con los maxilares superiores por fuera y con el vómer y palatino por debajo. Osifica a los 6 años Descripción de la posición La escucha del etmoides: se puede realizar desde cualquiera de las posiciones mostradas. (1, 2 y 3) Conviene recordar que no se tiene acceso directo al etmoides, aunque se puede trabajar desde los huesos nasales y desde su conexión con el esfenoides, el frontal y los maxilares. En la flexión es posible sentir cómo se hunde el dedo situado sobre la glabela, mientras que el dedo o los dedos situados sobre o lateralmente en la nariz se desplazan hacia el plano anterior, (estando tumbado el cliente, boca arriba).

del

Cráneo:

Parietales

Al mismo tiempo, la porción posterior de contacto con el esfenoides se separa por debajo y la superior de contacto con el frontal se separa por detrás. Todos estos movimientos promueven el drenaje de los senos y la circulación de fluidos de las mucosas que recubren la zona. Fluctuaciones

laterales

Estando el cliente en decúbito supino, situar ambas manos de forma simétrica sobre el lateral de la cabeza, de tal manera que se haga contacto con las yemas de los dedos, sobre la confluencia de los huesos esfenoides, frontal, parietal, temporal (pterión). Promueve las fluctuaciones laterales en la zona, mediante un suave impulso de ida y vuelta entre las zonas de contacto. Este es un proceso idóneo para tratar con los senos nasales y para promover la activación de los recursos vitales en la zona, antes de cualquier otro tratamiento. Técnica de expansión en V para Ia zona de glabela. Estando el cliente en decúbito supino, situar una mano bajo la cabeza, con los dedos apuntando en dirección caudal y haciendo contacto con el dedo medio sobre el inión. La otra mano se sitúa sobre el frontal, formando una V con los dedos medio e índice a ambos lados de la sutura metópica junto a la glabela. Principalmente con la intención, se envía un impulso, una onda de líquidos desde el inión hacia la zona de la glabela, hasta percibir una suavización de los tejidos de la hoz. Descompresión

del etmoides

sobre el frontal.

Con el cliente tumbado en supino, situar los dedos medio y pulgar sobre los pilares orbitales del frontal con una mano. Con la otra, colocar el índice y pulgar sobre los huesos nasales, para que, a través de ellos, podamos contactar con el etmoides. También es posible situar los dedos medio y pulgar sobre los huesos nasales, para colocar el índice sobre la glabela, ya que si se induce una suave presión sobre ella hacia el plano posterior y/o promoviendo la rotación externa del frontal, se facilita la apertura de la escotadura etmoidal, lugar de posibles compresiones. Para la descompresión del etmoides, se estabiliza el frontal en rotación externa-flexión y se ejerce una suave tracción del etmoides hacia el plano caudal, es decir, hacia los pies del cliente.

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

Huesos

del

Cráneo:

Parietales

La estabilización del frontal en rotación externa-flexión, se consigue mediante los dedos situados en los pilares orbitales externos del frontal, que durante la fase natural de flexión la mantienen. Ello provoca una suave tensión hacia delante, afuera y abajo. Y si se ha apoyado un dedo sobre la glabela, se empuja ésta al mismo tiempo, ligeramente hacia el plano posterior. Descompresión

del etmoides sobre el

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CRANEOSACRAL

(10) Descompresión del etmoides sobre el frontal

esfenoides

Se puede partir desde la misma posición y con el mismo contacto que en la descompresión del frontal o la mano craneal. En vez de hacer contacto con el frontal, hacerlo con los dedos corazón y pulgar sobre las alas mayores del esfenoides. La mano caudal establece contacto con los huesos propios de la nariz, entre los dedos medio y pulgar. El índice se apoya sobre la glabela del frontal. En la fase de flexión de la SEB, se estabiliza el frontal en flexión-rotación externa, mediante una suave presión sobre la glabela hacia el plano posterior y se estabiliza el esfenoides en flexión, con el fin de llevar el contacto sobre sus alas hacia delante, afuera y ligeramente abajo (hacia sus pies). Mediante el contacto con los huesos nasales, se realiza la descompresión del etmoides aplicando una suave tracción hacia el plano anterior (hacia el techo). Este proceso trabaja con la relación anteroposterior entre el etmoides y el esfenoides, así como su articulación superior trabaja en relación con el frontal y la articulación inferior, con el maxilar, de forma que sirva de ayuda para despejar los senos de la zona. Tocar la campana del

etmoides

Descompresión

Fotos (10, 11, 12) a) b) c) d) e) f)

Lámina horizontal Lámina orbitaria Lámina cribosa Lámina orbitaria Crista Galli Lámina perpendicular

Esta técnica diseñada por Sutherland, recibe su denominación, del hecho de percibir y/o inducir un suave vaivén o campaneo, entre el dedo pulgar de una mano, que hace contacto sobre la glabela, y el dedo índice de la otra, que contacta en el paladar duro, sobre la sutura cruciforme. De esta manera el etmoides se balancea entre ambos contactos como una campana. Durante la fase de flexión de la SEB, la parte anterior del esfenoides desciende. Esto provoca que la parte posterior del etmoides y del vómer lo hagan también y empujen, a su vez, a los palatinos y maxilar hacia abajo, de manera que aplanen la bóveda del paladar, a la vez que se desplaza la glabela hacia el plano posterior. En la extensión sucede lo contrario, la glabela se mueve hacia delante y la bóveda del paladar asciende. Este movimiento natural se observa con delicadeza y el balanceo entre ambos contactos se induce tanto en la flexión como en la extensión. Recuerda las consideraciones específicas para las escuchas intrabucales descritas en las consideraciones generales.

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición de facilitador: Sentado o de pie, en el lateral de la camilla de frente a la cabeza del cliente. Posición de las manos: La yema del pulgar de una mano sobre la glabela y el pulgar de la otra mano centrado sobre la porción anteroinferior de los huesos propios de la nariz (borde anterior del etmoides). (2-7) Variantes: Igual que la anterior, pero haciendo contacto con el pulgar y el índice de la misma mano sobre el lateral de los huesos nasales. (1-5-7) Lo mismo, pero variando en esta ocasión la otra mano, que en vez de tocar la glabela, hace contacto entre el pulgar y el dedo medio o anular con los pilares orbitales del frontal, o las alas del esfenoides (3,4) También se puede realizar la escucha con una sola mano, colocando el índice sobre la glabela y el dedo medio sobre los huesos nasales. Movimiento: Flexión-Extensión: En flexión la parte posterior del etmoides desciende, empujada por el espolón etmoidal del esfenoides, al mismo tiempo que la porción anterior asciende. Rotación Externa e interna: En rotación externa (flexión) las masas laterales se separan a ambos lados de la lámina vertical, sobre todo en su zona posterior, abriendo las fosas nasales. Su movimiento se ve influido por el esfenoides y se orienta en torno a un eje trasversal que se sitúa en el medio de la lámina vertical, bajo la lámina horizontal, cribosa. Relaciones: Drenaje de los senos frontales y esfenoidales. Fosas nasales y Nervios olfativos. Sistema de membranas de tensión recíproca, la hoz y, mediante su continuidad fascial con el cóccix, conecta el polo superior del sistema con el inferior. A nivel embriológico tiene relación con la zona de implantación en el útero. Con la zona del tercer ojo. L

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Huesos del Cráneo:

Parietales

Descripción anatómica El esfenoides es un hueso impar situado en la línea central y anterior del cráneo, por detrás del etmoides y el frontal y por delante del occipital. Es considerado como la segunda vértebra craneal. Participa en la formación del cráneo anterior, medio y posterior, de la fosa nasal y de la órbita ocular. Lo describimos como la llave maestra de los movimientos craneales. Está formado por. -Un cuerpo en el centro con forma de dado. -Las alas mayores y menores en los laterales. -Las apófisis pteriogoideas en la porción inferior. .Se articula con: -El occipital por detrás, formando la Sincondrosis EsfenoBasilar (SEB), -Con el frontal y el etmoides por delante. -Lateralmente con el temporal y un poco más anterior con el malar. -Por arriba con el parietal. -Por abajo con el vómer. -En el plano antero-inferior con los palatinos. Inserciones: -Con la Tienda del cerebelo mediante las apófisis clinoides. -Con el diafragma de la silla turca. Inserciones Musculares: Con el temporal, los pterigoideos lateral y medial, los músculos del ojo, el elevador del parpado, el tensor del velo del paladar, el constrictor de la faringe y el palatofaríngeo. Inserciones Ligamentosas: Con el ligamento esfenomandibular, esfenopetroso, pterigoespinoso, pterigomandibular, anterior del martillo y el ligamento de Hyrtl. Descripción de la posición La escucha del esfenoides se puede valorar en solitario o bien en relación con los huesos que le rodean, sobre todo con el occipital en la SEB. Para valorar la flexión-extensión, el cliente se tumba en supino y el facilitador adopta una de las diferentes posturas posibles. Por ejemplo desde la posición de bóveda modificada, se coloca el lateral de los pulgares en contacto con las alas mayores del esfenoides, que en flexión, se desplazan hacia delante, afuera y levemente hacia abajo, hacia el plano caudal. En la extensión se percibirá cómo las alas mayores se desplazan hacia atrás, hacia adentro y levemente hacia arriba, hacia el plano craneal. En caso de disfunción, se recomienda acompañar con delicadeza el movi-

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CRANEOSACRAL

miento facilitado hasta el máximo de su recorrido natural, promoviéndo el punto de tensión equilibrada. Se espera hasta percibir las señales del cambio y se acompaña el movimiento de regreso con el fin de volver a valorarlo. El levantamiento del esfenoides, es un excelente medio de percibir y tratar con las tensiones que se encuentren en la zona. Desde la posición de bóveda modificada, se comprueba la posible compresión, sobre todo en el plano antero-posterior. De existir ésta se dejará sentir en el contacto de los pulgares, como una tensión bilateral o unilateral hacia atrás. Si la percepción no es clara se puede inducir con suavidad, para comprobar si existe la capacidad de desplazarse en esa dirección o ya está eliminada esa opción a causa de la compresión. En caso de compresión, seguidla con la atención y/o con las manos de forma similar a la compresión-descompresión de L5-sacro. Los movimientos que la tensión vaya mostrando se acompañan con los pulgares en dirección posterior, es decir hacia el suelo. Al final de la compresión es recomendable esperar para ofrecer la posibilidad de espacio, respetando el tiempo que el proceso requiera hasta encontrar el punto en el que las tensiones se equilibran. Es necesario permitir o facilitar, que la acción de las fuerzas autoreguladoras se manifiesten para seguir o inducir el movimiento de descompresión hacia el plano anterior, hacia el techo. Esto se irá manifestando conforme se reduzcan las tensiones moviéndose hacia un lado y otro, parándose y volviendo a ponerse en marcha hasta su total liberación. Las disfunciones en la articulación con otros huesos ya se describen en el apartado de cada uno de ellos. (Vista posterior del Esfenoides) ROTACIÓN EXTERNA

Ala Menor Ala Mayor Apófisis clinoides anterior

FLEXIÓN

ROTACIÓN EXTERNA AFUERA +ADELANTE +ABAJO

Conducto óptico Silla Turca Agujero redondo Cuerpo

Apófisis Pterigoides ATRÁS + A F U E R A

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Huesos

del

Cráneo:

Esfenoides

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, no muy cerca del borde. Posición del facilitador: Sentado a la cabecera del cliente. Existen diferentes opciones para contactar con el esfenoides ya descritas anteriormente: bóveda (2), bóveda modificada (1) y escucha Esfeno-occipital (3). Movimiento: El esfenoides como hueso central e impar que es, realiza el movimiento de flexión / extensión. Su movimiento se orienta en torno a un eje horizontal que pasa por delante de la silla turca. Sus porciones pares, especialmente las alas mayores muestran rotación externa e interna. En Flexión la parte anterior del esfenoides desciende mientras que la parte posterior asciende. La silla turca se eleva. Las alas mayores al formar parte de la periferia, realizan rotación externa y se mueven hacia fuera, hacia delante y hacia abajo. Las alas menores se desplazan hacia fuera, delante y abajo. Las apófisis pterigoideas se mueven hacia atrás y hacia fuera. Relaciones: El hueso esfenoides influye sobre la SEB y los huesos anteriores: etmoides, vómer, maxilar superior, palatino, lagrimal y frontal. El hueso cigomático es influido tanto por el esfenoides como por el occipital por lo que cumple una función de amortiguador entre ambos. Se relaciona con el sistema endocrino, mediante la hipófisis situada en la silla turca.

Extenxión de la S.E.B Esfenoides

Occipital

Flexión de la S.E.B

Descompresión

Ejes de rotación

Inhalación / Flexión

Exhalación / Extenxión

f^^^^T'* -v

Esfenoides

FlJkión"

Occipital

Esfenoides

Extensión

'

Vv P



Ssión

(7)

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5/2-

Huesos

Sincondrosis

del

Esfeno

Cráneo:

Basilar

(S.E.B.)

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Posiciones de Escucha en la Cabeza:

GUÍA

S i n c o n d r o s i s E s f e n oB a s i l a r :Difunciónen

La Sincondrosis Esfeno Basilar (SEB) La sincondrosis es una articulación rígida y cartilaginosa entre dos huesos de escasa o nula movilidad como en las articulaciones esfenoccipital, petrostiloidea y vómero-etmoidal. La SEB se osifica entre los trece y los quince años de edad. Posibles disfunciones de la SEB: -Flexión, el esfenoides y el occipital están en flexión. -Extensión, el esfenoides y el occipital están en extensión. -Torsión, con el ala mayor del esfenoides más alta a derecha e izquierda. -Lateroflexión de convexidad a derecha o izquierda. -Desplazamiento o tensión vertical (vertical strain) desplazamiento, tensión hacia arriba o hacia debajo de la porción posterior del cuerpo del esfenoides en relación con el occipital. -Desplazamiento o tensión lateral (lateral strain) desplazamiento, tensión de la parte posterior del cuerpo del esfenoides hacia la derecha o la izquierda en relación con el occipital. -Compresión entre el esfenoides y el occipital de forma que limite o anule su movimiento. Las cuatro primeras suelen ser compensaciones de cualquier otra tensión que recae sobre la SEB. Cuando se restablece la causa primaria estas tensiones tienden a corregirse por sí solas. Las tres últimas suelen ser producidas por traumatismos y conllevan mayor gravedad. No es de extrañar que se puedan dar varias disfunciones a la vez superpuestas una sobre otra. A tener en cuenta: El nombre de la disfunción se da en función del lado o rango de movimiento que tiene aumentado. Por ejemplo, si se da una mayor facilidad y amplitud de movimiento hacia la flexión se nombrará una disfunción en flexión y por lo tanto la extensión estará limitada. Técnica de corrección indirecta: Seguir la facilidad. No hay que intentar testar o normalizar una disfunción nunca en contra del movimiento natural. En primer lugar, se colocan las manos con delicadeza y se intenta apreciar el movimiento o ausencia de éste. Si se desea testar la flexión se realizará cuando la SEB se oriente hacia la flexión. Si se quiere testar la extensión se efectuará cuando la SEB se mueva hacia la extensión. Para testar los movimientos de la SEB se comparan la amplitud del movimiento en un sentido con su contrario, esto es la flexión con la extensión, la rotación derecha con la izquierda, etc. La SEB es el fulcro natural de la movilidad de los huesos del cráneo, por lo que tiene una gran influencia en todo el sistema craneosacral.

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VISUAL

DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

El esfenoides repercute en los huesos anteriores del cráneo y los de la cara. El occipital concierne más a los temporales, parietales, mandíbula y sacro. Se osifica sobre los trece años de edad.

ROTACIÓN EXTERNA

FLEXIÓN r—¡ 4 L

ROTACIÓN EXTERNA . AFUERA -m V\ +ADELANTE y¡ +ABAJO

Esfenoides

ATRÁS + A F U E R A

S.E.B.

Foramen Magno Occipital (1)

(2) Inhalación / Flexión

Occipital

Esfenoides

SEB

(3) Exhalación / Extenxión

Occipital

Esfenoides

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Posiciones de Escucha

en

Sincondrosis E

la Cabeza:

e n F l e x i ó n de la S.E.B.

Disfunción en Flexión Se le da este nombre a la disfunción porque el esfenoides se desplaza con mayor facilidad y amplitud de movimiento hacia la flexión que hacia la extensión. Las alas mayores del esfenoides se desplazan con mayor facilidad en dirección anterior, inferior y lateral. Esto equivale a rotación externa. Ejes de movimiento: Dos ejes diferentes de movimiento uno para el esfenoides y el otro para el occipital, ambos transversales, los atraviesan de lado a lado, uno pasa por la zona anterior de la silla turca y el otro va por encima del agujero magno, a la altura de la altura de la apófisis yugular. En flexión - rotación externa se suele notar que: -El diámetro transversal del cráneo aumenta, el diámetro antero-posterior será más corto, en proporción, y el vértex se aplana. -La frente se acorta de arriba hacia abajo, se ensancha y se aplana. -Las orejas se hacen prominentes. -Los ojos sobresalen empujados por el esfenoides y aumenta el diámetro transversal de la cavidad ocular. -El pliegue nasolabial se hace más profundo por la rotación externa del maxilar. -La mandíbula se ensancha. -La bóveda del paladar aumenta, se aplana y se desplaza hacía atrás. Posibles síntomas clínicos: Cefaleas raramente severas, sinusitis, alergias nasales, rinitis, inestabilidad pélvica y lumbosacra, hipermetropía, trastornos endocrinos, tendencia a ser extrovertidos. Gravedad de la disfunción (del 1 al 5): 1. Para testar la Flexión: partiendo de cualquiera de las posiciones de escucha de la base craneal (1,3 y4), se induce con sensibilidad y de forma simétrica una ligera presión (no más de 5 gr.) sobre las alas mayores del esfenoides hacia delante y abajo. El occipital permanece estabilizado, o bien se le lleva al mismo tiempo que al esfenoides hacia la flexión, hacia delante y abajo, como hacia los pies del cliente (5). En caso de disfunción hay que seguir la dirección de la facilidad (técnica indirecta) hasta su máximo recorrido. Cuando se encuentra el punto de tensión equilibrada, se recomienda esperar hasta que aparezcan las señales de liberación y reblandecimiento de los tejidos, entonces, se vuelve a testar para observar los cambios producidos. Para todas las escuchas de la S.E.B. Para relacionarnos con la S.E.B. disponemos de diferentes posiciones de escucha: bóveda, bóveda modificada, esfeno-occipital y fronto-occipital, pudiendo elegir aquella con la que te encuentres más cómodo en función de tus preferencias y las necesidades de cada momento.

Disfunción: Flexión de la S.E.B. Las Alas Mayores van hacia delante, afuera y ligeramente abajo.

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Posiciones de Escucha en la Cabeza:

S i n c o n d r o s i s E s f e n o B a s i l a r : D i f u n c i ó n en

Disfunción en Extensión Se le da este nombre a la disfunción porque: el esfenoides se desplaza con mayor facilidad y amplitud de movimiento hacia la extensión que hacia la flexión. Las alas mayores del esfenoides se desplazan con mayor facilidad en dirección posterior, superior y hacia dentro. Esto equivale a una rotación interna Ejes de movimiento: Existen dos ejes diferentes de movimiento: uno para el esfenoides y el otro para el occipital, ambos transversales que los atraviesan de lado a lado. Uno recorre la zona anterior de la silla turca y el otro pasa por encima del agujero magno, a la altura de la altura de la apófisis yugular (1). En extensión, rotación interna se suele notar que: -El diámetro transversal del cráneo se estrecha, el diámetro anteroposterior será proporcionalmente más corto y el vértex se eleva. -La frente se alarga de arriba hacia abajo, se estrecha y se abomba. -Las orejas tienen tendencia a pegarse al cráneo. -Los ojos se hunden y aumenta el diámetro anteroposterior de la cavidad ocular, mientras que el transversal se reduce. -El pliegue nasolabial se hace menos profundo por la rotación interna del maxilar. -La bóveda del paladar se vuelve estrecha, alta y se desplaza hacia delante. -La mandíbula se estrecha. Posibles síntomas clínicos: Cefaleas más intensas y trastornos endocrinos menores que en flexión. Asma, sinusitis, rinitis crónica, miopía, tendencia a ser introvertidos. Gravedad de la disfunción: del 1 al 5: Entre 1 y 2. Para testar la extensión: Se parte de cualquiera de las posiciones de escucha de la base craneal (2,3 y 4), se induce delicadamente y de forma simétrica una ligera presión (no más de 5 gr.) sobre las alas mayores del esfenoides hacia atrás y arriba. El occipital permanece estabilizado, o bien se le trata al mismo tiempo que al esfenoides hacia la extensión, hacia atrás y arriba, como hacia el facilitador (5). En caso de disfunción, "seguir la dirección de la facilidad" (técnica indirecta) hasta su máximo recorrido, encontrar el punto de tensión equilibrada y esperar a que se den las señales de liberación y reblandecimiento de los tejidos, para volver a testar y observar los cambios producidos.

-98

ión de la S.E.B.

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA CRANEOSACRAL

P o s i c i o n e s d e E s c u c h a e n la Cabeza:

Sincondrosis Esfeno

Basilar:

Disfunción en Flexión lateral (Sidebending) Debido a la forma y movilidad de la sincondrosis esfeno basilar cuando se produce en ésta una lateroflexión, al mismo tiempo se forma una rotación. En la disfunción por lateroflexión la distancia anteroposterior entre el ala mayor del esfenoides y la escama del occipital del mismo lado se ven acortados (1). La flexión extensión se mantienen, pero orientadas en torno a la flexión lateral de un lado. Se le da este nombre a la disfunción por la convexidad que se forma a derecha o izquierda, en función del ala del esfenoides que esté más anterior. Ejes de movimiento: Dos ejes verticales, uno a través del centro de la silla turca y el otro a través del centro del agujero occipital para la inclinación lateral o lateroflexión y para la rotación un eje anteroposterior que atraviesa la SEB por el centro. En latero flexión se suele notar que: la cabeza tiene forma de plátano, o de C, presentando un hemirostro cóncavo y el otro convexo. En lateroflexión de rotación derecha encontramos en el hemirrostro derecho el lado convexo por lo que se vuelve alto y estrecho, el ojo hundido, la oreja pegada y el maxilar superior e inferior en rotación interna. (Leópold Busquet) Gravedad de la disfunción (del 1 al 5):, Entre 2 y 3. Posibles síntomas clínicos:



Rotación izquierda

Rotación d e r e c h a

Síndromes dolorosos, cefaleas, trastornos de la agudeza y motricidad ocular, desordenes endocrinos, sinusitis, alergias nasales, problemas de oclusión y ATM, hipermovílidad cervical, ligeros trastornos psíquicos. Para testar la flexión lateral - rotación derecha: Desde la posición de bóveda modificada (5), al comienzo de la fase de flexión, inducimos con la mano izquierda un suave acercamiento entre la escama del occipital y el ala mayor del esfenoides , como si uniéramos el pulgar con el meñique del mismo lado, mientras que con la mano derecha inducimos el movimiento contrario, separándo el pulgar del meñique y desplazándo la mano hacia el plano caudal. Es importante observar la facilidad y cantidad de movimiento que se produce en un lado y la convexidad que se crea en el otro. Posteriormente se realiza la misma prueba en el otro lado y se compara si existen dismetrías. M (4) Flexión Lateral

-99

Posiciones de Escucha en la Cabeza:

Sincondrosis Esfeno Basilar:

T o r s i ó n de l

Disfunción en Torsión Eje de movimiento: Longitudinal. El esfenoides y el occipital realizan una rotación en la torsión, en sentido contrario a un eje antero posterior que cruza la SEB por su centro: desde nasión (punto craniométrico bajo de la glabela) hasta opistión (punto posterior del agujero occipital). Se le da este nombre a la disfunción por el ala mayor del esfenoides, que se encuentre más alta, en dirección craneal. Si el ala mayor del esfenoides derecho se encuentra más alta se denomina torsión derecha (1). La flexión-extensión sigue mantenida pero se puede apreciar un comportamiento de torsión en la base del cráneo. El sacro tiende a desplazarse en la misma dirección de rotación que el occipital. En torsión derecha se suele notar que: en el lado derecho encontramos, el ojo prominente, la oreja pegada, el maxilar inferior en rotación interna , el maxilar superior y el frontal en rotación externa y no se mantiene la correcta oclusión dental. (Leópold Busquet) Gravedad de la disfunción: (del 1 al 5): 2 Posibles síntomas clínicos: cefaleas intensas, escoliosis y dolores musculares y esqueléticos, trastornos oculares y de visión, sinusitis, alergias, liastenia. Para testar la torsión: al comienzo de la fase de extensión se induce un suave movimiento de torsión entre el esfenoides y el occipital. Es decir, el ala mayor del esfenoides se mueve hacia arriba, a la par que la escama del occipital se desplaza hacia abajo del mismo lado. A continuación se realiza el mismo movimiento en el otro lado y se observan las diferencias. Para testarla torsión derecha: se puede testar sólo con una mano, en este caso la derecha, o con las dos a la vez. Partiendo, por ejemplo, desde la posición de bóveda (4) el índice situado sobre el ala mayor del esfenoides del lado derecho se desplaza en direccción craneal hacia el facilitador. Al mismo tiempo los dedos meñique y anular, situados sobre el occipital del mismo lado, descienden en dirección caudal hacia los pies del cliente, como si se aflojase una tuerca con la mano. La otra mano permanece inactiva o realiza el movimiento contrario, que sería descender el esfenoides y ascender el occipital Para testar la torsión izquierda, lo contrario (5).

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CRANEOSACRAL

Posiciones de Escucha en la Cabeza:

S i n c o n d r o s i s E s f e n o B a s i l a r : T e n s i ó n l a t e r a l de la S . E . B .

Desplazamiento, Tensión lateral, derecha e izquierda (lateral strain). Habitualmente, este patrón es de mayor importancia clínica que los anteriores (flexión, extensión, lateroflexión y torsión). Suele producirse por algún traumatismo durante el nacimiento o golpes directos sobre la cabeza. Ejes de movimiento: Igual que en la latero-flexión, encontraremos dos ejes verticales que pasan por el centro del esfenoides y por el centro del agujero occipital (1). En torno a estos dos ejes de movimiento, ambos huesos giran en el mismo sentido. En su encuentro con el occipital el esfenoides se desplaza hacia un lado, derecha o izquierda, y el occipital hacia el contrario. Se le da este nombre a la disfunción por el lado hacia el que se desplaza la parte posterior del cuerpo del esfenoides en relación con el occipital. Un esfenoides que se ha desplazado lateralmente hacia la derecha también adelanta el ala mayor de ese mismo lado y se denomina una tensión derecha, o strain lateral esfenoides derecho. En tensión lateral derecha se suele notar que: El cuerpo del esfenoides se mueve hacia la derecha en relación al occipital. El ala mayor derecha del esfenoides y la escama derecha del occipital se desplazan hacia delante y el ala y la escama izquierdas, se desplazan hacia atrás (1). En casos extremos, el esfenoides se puede desplazar de forma lateral sin el componente de rotación, entonces el ala mayor también se desplazaría hacia el lado derecho (3). Posibles síntomas clínicos: cefaleas, migrañas, disfunción motriz y visual de los ojos, estrabismos, alteraciones endocrinas, pérdidas de equilibrio, dificultades en el aprendizaje y trastornos psíquicos. Gravedad de la disfunción (del 1 al 5): 4 Para testar la tensión lateral: se debe realizar al comienzo de la fase de extensión o de flexión. Es lo mismo porque es un movimiento no fisiológico, pero es mejor, por un lado, no interrumpir el ritmo para testar. Por otro lado, sería mejor testar en la misma fase para observar un lado y el otro . Para testar la tensión lateral derecha: se induce delicadamente una anteriorización del ala derecha del esfenoides (hacia el techo) y a la vez de la escama del occipital del mismo lado. La mano izquierda puede permanecer inactiva o realizar el movimiento contrario, que sería llevar el ala izquierda y el occipital de ese mismo lado hacia el plano posterior (hacia el suelo) (4). Desde la posición de bóveda modificada, el pulgar de la mano derecha se coloca sobre el ala mayor del esfenoides del lado derecho, el meñique se posa sobre la escama del occipital del mismo lado, con lo cual inducen un suave movimiento hacia el plano anterior. Es decir, desde esa posición los dedos empujan hacia el techo. Para testar la tensión lateral izquierda, haremos lo contrario (5).

Tensión lat. dcha. sin rotación (4) Tensión lateral-rotación dcha.

Jsm

Posiciones de E s c u c h a en la Cabeza:

Sincondrosis

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E s f e n o B a s i l a r : Te n s i ó n v e r t i c a

Desplazamiento o Tensión vertical, superior e inferior (vertical strain). Este patrón es de mayor importancia clínica que los anteriores (flexión, extensión, latero-flexión y torsión) y similar al de tensión lateral. Suele producirse a causa de algún traumatismo durante el nacimiento o golpes directos sobre la cabeza. Ejes de movimiento: (1 y 2) dos ejes transversales como en la flexión extensión. Uno de ellos atraviesa al esfenoides por la porción anterior de la silla turca y el otro atraviesa el agujero magno a la altura de la apófisis yugular. Se le da este nombre a la disfunción por el desplazamiento superior o inferior del cuerpo del esfenoides en su encuentro con el occipital a través de la sincondrosis. Ante una tensión importante que recaiga sobre la SEB, normalmente de forma traumática, es posible que se genere un desplazamiento superior o inferior real entre el esfenoides y el occipital, sin que se origine un componente de rotación. En tensión vertical esfenoides superior (1) se suele notar que: el esfenoides está en ligera flexión, y el occipital en ligera extensión. La frente plana y ancha y el occipital estrecho y ascendido, los ojos prominentes, las orejas están pegadas y el maxilar inferior estrecho y alargado. Con el esfenoides inferior (2) se suele notar que: el esfenoides está en ligera extensión y el occipital en ligera flexión. La frente es alta y estrecha y el occipital bajo y ancho, los ojos hundidos, las orejas están despegadas y el maxilar inferior ancho y corto. Posibles síntomas clínicos: fuertes dolores de cabeza, trastornos visuales, disfunciones endocrinas y masticatorias, depresión y estados esquizoides, sinusitis y alergias en la tensión inferior y problemas auditivos en el superior Gravedad de la disfunción: (del 1 al 5): 3 Para testar la tensión vertical: se puede realizar de dos formas diferentes: -Estabilizar el occipital y movilizar el esfenoides. -Movilizar los dos a la vez. Para testar la tensión vertical superior: (1,3 y 5) se induce un suave movimiento sobre las alas del esfenoides en sentido antero inferior (flexión), y sobre la escama del occipital en sentido superior (extensión). Esto produce que la porción posterior del cuerpo del esfenoides ascienda y la porción anterior del occipital descienda. Desde la posición esfeno-occipital (5), los dedos medio e índice se colocan sobre las alas mayores del esfenoides y van hacia delante y hacia abajo (flexión). Los dedos meñique e índice de la otra mano se sitúan sobre la escama del occipital y se desplazan hacia atrás y hacia arriba (extensión). Para testar la tensión vertical inferior, lo contrario.

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Tensión vertical superior

Tensión vertical inferior

Tensión vertical superior

t

CRANEOSACRAL

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Posiciones

d e Escucha en la Cabeza:

Sincond rosi

Compresión de la S.E.B Se le da este nombre a la disfunción por una compresión de la SEB en el plano antero-posterior entre el esfenoides y el occipital (1), aunque también puede observarse esta compresión desde cualquier otro plano. No existen ejes de movimiento, dado que la compresión puede disminuir o incluso detener el movimiento natural de flexión-extensión. Es la disfunción más grave de las anteriores. Gravedad de la disfunción: (de 1 a 5): 5 Puede ser generada por causas diversas como: traumatismos en la cabeza o en el nacimiento (fórceps o fuertes compresiones) adherencias o inflamaciones en la membrana dural, compresión de los cóndilos occipitales, caídas sobre el cóccix y grandes compresiones sacro-lumbares, así como por traumatismo emocional. En la compresión se suele notar que tanto la frente como el occipital están verticales. Posibles síntomas clínicos: profunda depresión, autismo, alergias, ciática, disfunciones metabólicas. Para testar la compresión: se requiere de mayor experiencia que en las anteriores, porque la movilidad en la SEB permanece reducida o anulada y no se puede comparar con la dirección del movimiento contrario como en flexiónextensión, rotación derecha con izquierda, etc. Desde la posición de bóveda (4), el índice situado sobre las alas mayores del esfenoides se mueve hacia el plano posterior, hacia el suelo, si bien en una compresión verdadera no se apreciaría apenas desplazamiento. La corrección (5) se buscará en las alas del esfenoides hacia el plano anterior, hacia el techo. El occipital permanecerá estabilizado o bien se inducirá simultáneamente hacia el plano posterior, hacia el suelo.

Compresión de la S.E.B.

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Membranas intracraneales: la hoz

Posiciones

de E s c u c h a

5/3- M e m b r a n a s

en la

Cab

Intracraneales

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

Membranas

Intracraneales:

La Tienda

La Hoz del cerebro y la Hoz del cerebelo Duramadre intracraneal. Sistema vertical. Descripción anatómica La 'hoz del cerebro" constituye parte del sistema vertical de la duramadre intracraneal y con forma de hoz separa los hemisferios cerebrales en derecho e izquierdo. Se inserta en su porción antero-inferior en la crista galli del etmoides y en la escotadura etmoidal del frontal, continúa ascendiendo por la línea media del frontal y se dirige hacia atrás bajo la sutura sagital de los parietales, creando el seno sagital superior, hasta su inserción posterior en la protuberancia occipital interna, donde confluirán el seno recto y los transversos. La "hoz del cerebelo" es la otra parte del sistema vertical, separa el cerebro del cerebelo y los hemisferios derecho e izquierdo de éste. Está situada debajo del seno recto y termina en el anillo de tejido conjuntivo que rodea al foramen magno del occipital. Descripción de la posición La escucha de la hoz en el plano antero-posterior: Desde la posición fronto-occipital (pág. 108, 1), en la que las manos quedan alineadas longitudinalmente apuntando hacia los pies, la hoz queda como contenida entre las manos del facilitador y se puede llegar a percibir sus movimientos o ausencia de ellos con claridad. Esto nos permitirá la apreciación de su cualidad, ritmo y potencia, lo que es de gran utilidad para relacionarse con las membranas intracraneales de tensión reciproca y, por tanto, con los huesos craneales en los que se inserta y con todos los que de una u otra forma se relaciona. También es de una gran importancia su escucha, en la evaluación y tratamiento del sistema de drenaje craneal. Debido a su continuidad a través de la duramadre extra-craneal hasta sus anclajes en el sacro y el cóccix, también aporta valiosa información sobre ellos y de su libre desplazamiento o no a lo largo del tubo dural. Desde esta posición, ya se puede comenzar el tratamiento mediante la escucha global del cráneo y de la relación frontal occipital. Acortamiento de la hoz Teniendo en cuenta las inserciones de la hoz, por delante en la cresta frontal y por detrás en la protuberancia interna del occipital y el seno longitudinal, se puede tratar la hoz a través del frontal.

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CRANEOSACRAL

Para ello, se sitúan los dedos índices de cada mano, a ambos lados de la sutura metódica, mientras que los anulares o meñiques se colocan detrás de los pilares orbitales externos. Durante la fase de flexión, se empuja delicadamente con los dedos índices hacia el plano posterior, acompañando el retroceso de la hoz. Al mismo tiempo, los dedos anular y/o meñique de cada mano, impulsan hacia delante los pilares orbitales externos. (Ver frontal pág. 81) Alargamiento de la hoz Se puede realizar desde la misma posición anterior. Otra alternativa sería situar las yemas de los dedos de ambas manos, una contra otra, sobre la línea media y realizar el contacto con el frontal encima de sus pilares orbitales externos, a través de la superficie tenar de cada mano. (pág. 109, 3). Durante la fase de extensión, rotación interna, se procede a inducir una suave presión transversal sobre los pilares externos, lo que aumenta la concavidad del frontal alargando la hoz. A continuación, mientras mantenemos la presión transversal, se realiza una descompresión del frontal hacia el plano anterior. (Ver frontal pág. 81) La escucha de la hoz en el plano vertical Puesto que la hoz también se inserta en los parietales, por medio del seno longitudinal superior, se puede tratar con la posible tensión de la hoz del cerebro y del cerebelo, en el plano vertical, desde la escucha de los parietales de dos formas diferenciadas. (Ver parietales pág.83). -Una de las formas tiene que ver con el descenso de la bóveda craneal, (técnica de separación de los parietales). -El otro método se beneficia de su elevación, (técnica de levantamiento de los parietales).

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Descenso

de la bóveda

P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la c a b e z a :

CRANEOSACRAL

Membranas

Intracraneales:

La Tienda

craneal

Se sitúan los pulgares cruzados sobre la sutura interparietal y el resto de los dedos ligeramente separados, procurando abarcar con ellos la totalidad de los parietales. Aprovechando, si es posible, la fase de descenso de la bóveda, los pulgares realizan una suave inducción cruzada sobre los parietales, hacia el plano caudal, anterior y exterior. El resto de los dedos, acompañan el movimiento de rotación externa, en el que dichos huesos tienden hacia al plano horizontal, (pág. 109, 4). Elevación

de la bóveda

craneal

Se comienza desde la misma posición de escucha, con la salvedad, de que los pulgares descansan sobre el parietal del mismo lado. También pueden establecer contacto el uno con el otro* sobre la sutura sagital, a modo de fulcro. La técnica se desarrolla en dos partes: -En la primera, se ejerce una suave presión de los dedos meñique, anular, medio e índice de ambas manos hacia la línea media. Este movimiento se acompaña con las variantes e irregularidades que pueda presentar. -En la segunda parte, se ejerce una suave presión con los mismos dedos hacia el plano cefálico, como si el facilitador estirase de los parietales hacía sí mismo. Para terminar cualquier técnica de tracción en todos los casos, debe ultimarse suave y progresivamente y nunca soltando de golpe. (Ver parietales pág. 82)

Flexión de la bóveda

Membranas craneales de tensión reciproca Esfenoides

Fulcro de Sutherland

Tienda del Cerebelo

Hoz del Cerebelo Seno Transverso

Flexión del Frontal Acortamiento antero-posterior de la Hoz

Hoz

Extensión del Frontal tensión antero-posterior de la Hoz

Fulcro de Sutherland en inhalación

Lineas de fuerza durante la fase de flexión

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Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

Membranas

Intracraneales

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Sentado en una silla, detrás de la cabeza del cliente. Posición de las manos: Se sitúan ambas manos en dirección longitudinal y en sentido caudal (los dedos apuntan hacia los pies) de manera que una mano queda bajo el occipital y la otra sobre el frontal. (1) Variantes: A) Igual que la anterior, pero para buscar una mayor comodidad en la postura de los brazos, se sitúan las dos manos en sentido transverso. (4) B) Se sitúa una mano bajo el occipital con los dedos apuntando hacia los pies y la otra mano de arriba sobre el frontal en sentido transverso. (3) C) Al revés que la anterior, la mano bajo el occipital en sentido transverso y la mano de arriba sobre el frontal en sentido longitudinal (2) Movimiento: La hoz del cerebro en inhalación desciende en sentido vertical y se acorta en sentido anteroposterior. La inserción en la protuberancia occipital interna se desplaza en sentido postero-inferior. La inserción en la crista galli se mueve en sentido postero-superior. La hoz del cerebelo bajo el seno recto desciende y se dirige hacia delante; y en su inserción en el foramen magno continúa hacia delante y asciende. En exhalación, ocurrirá lo contrario. Relaciones: Con los huesos en los que se inserta: etmoides, frontal, parietales y occipital. Con la tienda y a través de esta con el temporal y esfenoides. Con el tubo dural y desde él con el sacro-cóccix. Drenaje venoso de la cabeza.

108

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Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

Membranas

Intracraneales:

La Tienda

(4) Descenso de la bóveda

(5) Ascenso de la bóveda

(3) Alargar la hoz js

.1 - 109

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

Membranas

Intracraneales:

La T i e n d a

La Tienda del cerebelo: Sistema de membranas de tensión reciproca. Duramadre intracraneal. Sistema horizontal. Descripción anatómica La "tienda" del cerebelo, está formada por dos pliegues horizontales de la membrana dural, adheridos entre ellos menos en sus extremos libres, donde se forman los senos venosos, que con forma de "tienda", cruzan la zona posterior del cráneo separando el cerebro del cerebelo. Se inserta por delante en el esfenoides, la capa inferior en las apófisis clinoides posterior y la capa superior en la apófisis clinoides anterior. Las dos hojas transversas de la tienda se cruzan por detrás con las dos hojas verticales de la hoz , lo que da origen al seno recto o fulcro de Sutherland, que se inserta en la protuberancia occipital interna. Desde ahí continúa lateralmente por las crestas oblicuas del occipital, formando el seno transverso, atraviesa ligeramente el parietal y desciende lateralmente por la sutura parieto-mastoidea hacia la apófisis mastoides del temporal, formando el seno petroso superior. Descripción de la posición La escucha de la tienda: El contacto con la tienda se puede realizar con facilidad desde la posición de bóveda (pág.73), bóveda modificada (pág.74), o desde la escucha de los temporales (pág.86).Desde cualquiera de ellas, se debe realizar un contacto delicado y poner atención a su respuesta al MRP en cuanto a potencia, ritmo, calidad, simetría y a su movilidad, que en flexión desciende y se aplana verticalmente, ensanchándose de lado a lado, mientras que en su inserción anterior en el esfenoides, se va hacia delante y hacia arriba. Debido a las inserciones de la tienda sobre los temporales, occipital y el esfenoides, nos apoyaremos en la escucha de estos huesos para suavizar las tensiones de la tienda. En primer lugar, se realizan las técnicas que van destinadas a reducir el espacio entre las inserciones, ya sean éstas en el plano antero-posterior o transversal. A continuación se realizan las técnicas contrarias, que van destinadas a facilitar el estiramiento. Relajación antero-posterior. Compresión-descompresión de la SEB. Desde la posición de bóveda modificada, se incide sobre la tienda en sus inserciones anteriores, en las apófisis clinoides del esfenoides, y, a nivel posterior, sobre la protuberancia interna del occipital y el surco transverso. Para la compresión, se llevan los apoyos de los pulgares sobre las alas

110

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CRANEOSACRAL

mayores del esfenoides hacia el plano posterior, (estando tumbado, hacia el suelo). De esta manera se acorta el espacio antero-posterior entre el esfenoides y el occipital y, por tanto, se relaja la tienda (6). Para la descompresión, se llevan los apoyos de los pulgares sobre las alas mayores del esfenoides hacia el plano anterior, (en posición tumbado, hacia el techo), con lo cual se alarga el espacio antero-posterior entre el esfenoides y el occipital y, por tanto, se dilata la tienda. (Ver SEB pág. 96) Relajación transversal. Rotación interna Para llevar los temporales hacia la rotación interna, éstos se intentan ajustar al movimiento de extensión de la SEB. Desde la primera parte de la compresión lateral de los parietales ya se induce la rotación interna de los temporales. Para lograr un trabajo más directo, debe realizarse desde la escucha de los temporales, en la que se sitúan el dedo medio en el canal auditivo, el índice sobre la apófisis cigomática y meñique y anular sobre mastoides. O bien, desde la otra posición de escucha, en la que se entrelazan los dedos de ambas manos bajo el occipital y se colocan los pulgares sobre la porción anterior de la mastoides (7). Se acompaña el movimiento de rotación externa e interna durante varios ciclos y se induce delicadamente hacia la rotación interna, en la que la escama del temporal disminuye su diámetro transversal y se dirige hacia adentro, arriba y detrás, mientras que la mastoides realiza el movimiento contrario, hacia fuera, abajo y delante. Estiramiento transversal - Rotación externa Para facilitar el estiramiento transversal de la tienda, lo hacemos promoviendo la rotación externa de los temporales. Esto se puede realizar desde la técnica del dedo en el oído, desde el tirón de orejas o desde la compresión medial de las apófisis mastoides. (ver temporales pág. 86) Relajación global Esta técnica promueve de forma global el estiramiento de la tienda, tanto en el plano antero-posterior como en el plano transversal. En el plano antero-posterior mediante la elevación del esfenoides y en el plano transversal mediante la rotación externa del temporal. Para ello se sitúan los pulgares sobre las alas mayores del esfenoides y los dedos índices detrás de la oreja, sobre la porción anterior de las mastoides. (8) Los pulgares promueven el estiramiento de la tienda hacia el plano anterior, mediante una suave tracción del esfenoides hacia delante. Los índices promueven el estiramiento de la tienda hacia el plano transversal, induciendo la rotación externa, mediante el empuje sobre la mastoides hacia dentro y hacia atrás.

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VISUAL

DE LA TERAPIA

Posiciones de e s c u c h a en la cabeza:

CRANEOSACRAL

Membranas

Intracraneales:

Clinoides anteriores, posteriores

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde la camilla. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente con sitio para poder apoyar los antebrazos o los codos sobre la camilla. Posición de las manos: Se sitúan ambas manos de manera simétrica a los lados del cráneo. Los pulgares sobre las alas mayores del esfenoides. El meñique en contacto con la escama del occipital. El anular toca el occipital detrás de la sutura occipito-mastoidea. El dedo medio y el índice quedan relajados de manera natural en dirección caudal. Desde esta posición (bóveda modificada) la tienda queda alojada entre las manos del facilitador. Variantes:

la Hoz

La tienda

Tienda del cerebelo vista superior

Tienda del cerebelo vista superior

Postura global de la tienda 4

( )

Compresión-descompresión de la SEB

J I I M P k

Desde la posición de bóveda y de forma aislada, desde cualquier escucha de los huesos donde se inserta, principalmente desde temporales, también desde el occipital y con menor zona de contacto desde los parietales. Movimiento: La tienda del cerebelo en inhalación desciende, se mueve hacia delante y se ensancha hacia los lados. La inserción en las apófisis clinoides del esfenoides se desplazan hacia arriba y hacia delante, igual que la inserción en el hueso petroso del temporal. Relaciones: La tienda se relaciona con los huesos en los que se inserta: occipital, parietal, temporal y esfenoides. Con la hoz del cerebro y del cerebelo, con el drenaje de la circulación venosa y del LCR. El estrabismo y el nistagmo suelen responder bien ante la reducción de tensión en la tienda.

La T i e n d a

Postura transversal de la tienda

Compresión Postura transversal de la tienda

(7) Relajación transversal

- 111

"Escucha global en la cara"

- 112

- Posiciones

6/1-

de E s c u c h a

Escuchas

globales

en la

en la

Cara

Cara

P o s i c i o n e s de e s c u c h a e n la c a r a El orgfinismo rusponde de distintas formas ante nuestros sentimientos y pensamientos, ante nuestro propio mundo interior. Pero es, tal vez, en esta zona del rostro donde los cambios se reflejan con más facilidad y rapidez a través de los músculos de la mímica o en la mirada. Hay que tener en cuenta que la cara focall/.i nuostra atención y actúa como centro de expresión de las emociones. A su voz, la cara es la ventana por donde entra la información de vista, oído, gusto, olfato y una parte del tacto y constituye un elemento esencial en la identidad de cada persona. En esta zona del cuerpo podemos claramente diferenciar, el reconocimiento del tejido blando, de la estructura ósea subyacente. Por un lado es posible reconocer la motilídad de los huesos de la cara de forma específica o global y por otro, entrar en contacto con las posibles contracturas que se reflejen en la musculatura de la zona. Sí bien en el enfoque craneosacral, todas las escuchas deben de ser realizadas de forma delicada, en la cara, si cabe, todavía se debe llevar un cuidado especial, pues no es igual la sensación de que te toquen el tobillo o un codo a la sensación que produce el "ser tocado" en la cara. Las posiciones de escucha en la cara, al igual que las de otras zonas corporales, están planteadas para tratar con las zonas en las que se entra en contacto, con las relaciones que surgen desde ellas y a las que a ellas llegan, y como medio para establecer el encuentro con la otra persona, sin necesidad de buscar nada en concreto. Los huesos de la cabeza Los huesos de la cabeza anatómicamente se dividen en cráneo y cara. Por cara o rostro, se entiende la zona que comprende desde las cejas hasta la barbilla.

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CRANEOSACRAL

Prácticamente, los huesos de la cara cuelgan del cráneo a través de sus uniones con el frontal y el esfenoides y no tienen un contacto directo con las membranas intracraneales de tensión reciproca ni tampoco con las fluctuaciones del líquido cefalorraquídeo. Esto produce: -Por un lado una simplificación en el diagnóstico. -Por otro lado, el ritmo que se aprecia es ligeramente más lento que en el cráneo, con lo cual la capacidad de autorregulación podría verse ligeramente disminuida, en cuyo caso, sería más indicado para su tratamiento las técnicas directas. Como el rostro no dispone de un contacto directo con las membranas intracraneales, es más dificultoso que las tensiones que se produzcan puedan transmitirse con facilidad al sistema craneosacral. Los huesos de la cara más externos o prominentes, como la mandíbula o los cigomáticos y nasales, tienen una mayor tendencia a sufrir los traumatismos directos. Pero salvo en estos casos, no suelen ser los responsables directos o primarios de las disfunciones, papel que suele recaer sobre los maxilares o el vómer por su estrecha relación con el esfenoides así como también sobre el temporal, que influye directamente sobre la mandíbula. Los músculos de la cara se encuentran: alrededor de los labios (12), parpados y cejas (4), orejas (3) y nariz (2). Son los que promueven la apertura y cierre de los orificios faciales, así como la masticación y la expresión mímica. Gracias a estos músculos se expresan con mayor facilidad las emociones en el rostro, por lo que, debido a sus numerosas e importantes funciones, se ven sometidos a grandes tensiones que a su vez repercuten sobre los huesos en los que se insertan, especialmente en el caso de la mandíbula.

Los huesos de la cara son: -Vómer (uno) -Lagrimal o Unguis (dos) -Cornete nasal inferior (dos) -Nasal o Propio de la nariz (dos) -Palatino (dos) -Maxilar superior (dos) -Cigomático o Malar (dos) -Mandíbula o Maxilar inferior (uno)

- 114

i

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, no muy cerca del borde para facilitar que el terapeuta pueda apoyar el antebrazo. Posición del terapeuta: Sentado en una silla detrás de la cabeza del cliente, con la espalda derecha y los pies bien apoyados sobre el suelo. Posición de las manos: Todas las posiciones de escucha en la cara requieren de un tacto sutil y delicado, a la vez que una gran sensación de espaciosidad, para ello es necesario procurarnos un buen apoyo para los antebrazos. De lo contrario, las manos se pueden cansar y tendrán tendencia a volverse pesadas, pudiendo resultar incómodas. En esta zona, podemos claramente diferenciar el reconocimiento del tejido blando, de la estructura ósea subyacente. Por un lado es posible reconocer la motilidad de los huesos de la cara de forma específica o global y por otro entrar en contacto con las posibles contracturas que se reflejen en la musculatura de la zona. Las escuchas específicas de los huesos de la cara vienen detalladas en su propia página. Movimiento: En general todos los huesos de la cara se mueven en rotación externa e interna correspondiendo a la fase de flexión y extensión de la SEB, excepto el vómer que, como hueso central e impar, realiza un movimiento de elevación y descenso en torno a un eje transversal. Relaciones: La cara es el espejo del alma. Órganos de los sentidos. Reflexología facial. La mandíbula con el pubis.

Posiciones de e s c u c h a

en la cara:

P o s i c i o n e s de e s c u c h a

global

6

Posiciones

-

6/2# Hueso Frontal Glabela

de E s c u c h a

Huesos

de la

en la

Cara

Cara Sutura Coronal

Hueso Parietal

Escotadura (agujero) Supra-orbitaria

#

Hueso Esfenoides #

Cara Orbitaria

Menor Ala Mayor

• Hueso Nasal

Hueso Temporal # Hueso Lacrimal o Unguis

Hueso Etmoides

Hueso Cigomático Apófisis frontal Cara

Orbitaria

Lámina

Perpendicular Medio

Cornete Nasal Inferior

Apófisis Temporal Agujero

Lámina

Cornete Nasal

Orbitaria

#

Vómer





Cigomático-facial

Mandíbula Maxilar

Rama

Apófisis Cigomática Cara Orbitaria Agujero

#

Infraorbitario

Cuerpo Agujero

Mentoniano

Tubérculo

Mentoniano

Apófisis frontal Protuberancia Apófisis Alveolar Espina Nasal Anterior

Mentoniana

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CRANEOSACRAL

El paladar óseo o duro constituye los dos tercios anteriores del techo de la cavidad oral. El tercio restante lo forma el paladar blando o velo del paladar. Está constituido por los dos maxilares superiores y los dos palatinos. Actúa como una unidad funcional en la que no siempre es fácil testar de forma aislada cada uno de sus huesos para su posterior tratamiento. Es muy importante el tener presente su estrecha relación con el vómer. Descripción anatómica El maxilar superior es un hueso de la cara par, corto, de forma irregular y cuadrilátera. Se halla situado en el centro de la cara y constituye la clave de la arquitectura facial. Contribuye a formar parte del suelo de la órbita, la parte anterior del techo de la boca y el suelo y parte de las paredes laterales de las fosas nasales. Participa, en cierta medida, con las paredes de otras fosas y cavidades craneales (infratemporal, pterigopalatina y cavidad bucal). Su disfunción suele afectar al movimiento de los ojos y a dificultades en la expresión facial, así como neuralgias, sinusitis, rinitis y dolor de muelas. Sus características principales son que la zona central es hueca y constituye el seno maxilar que se abre a las fosas nasales y que posee un amplio borde alveolar, la apófisis alveolar, donde se implantan las piezas dentarias superiores.

Posiciones de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de la

cara:

Maxilar

superior

Presenta las siguientes partes; Dos caras, cuatro bordes, cuatro ángulos y una cavidad o seno maxilar. Cuando ésta se llena de mucosidades o pus da lugar a la sinusitis Se articula con: El frontal, etmoides, cigomático o malar, unguis o lagrimal, palatino, hueso propio de la nariz o nasal, vómer, concha nasal inferior y con el maxilar superior del otro lado. Descripción de la posición La escucha del maxilar superior se realiza de forma bilateral o unilateral. -Escucha bilateral: Se describe en la página 119, fotos (! y 2) y sirve para tener una perspectiva global de ambos maxilares, desde esta posición se puede percibir y/o tratar con los posibles patrones de tensión en la flexión-extensión así como también con los de torsión, desplazamiento lateral y compresión, aunque cada uno de estos apartados posee su propia técnica -La escucha unilateral: concreta lo percibido bilateralmente y permite la percepción y ajuste de un solo lado, para ello, el facilitador se sitúa de pie en el lado contra-lateral del maxilar a explorar, y coloca el dedo índice de una mano sobre la rama ascendente del maxilar, y el índice de la otra, o bien intra-bucalmente, bajo la tuberosidad del maxilar o sobre la superficie de oclusión de los molares superiores del mismo lado.

- 117

P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de

la

cara:

Maxilar

superior

Las diferentes escuchas tienen por finalidad contactar con el maxilar superior y poder percibir su respuesta al IRC, que, normalmente, se manifiesta como rotación externa en el lateral, a la par que flexión en el centro. En la rotación externa, que corresponde con la flexión de la SEB, la bóveda del paladar desciende empujada por el vómer, que, a su vez, es empujado por el esfenoides. Este descenso empuja la arcada dental por su parte posterior, con lo cual aumenta su diámetro transversal a la vez que la sutura intermaxilar retrocede. Recuerda las consideraciones específicas para las escuchas descritas en las consideraciones generales. Escucha unilateral intrabucal.

intrabucales

El facilitador se sitúa de pie en el lado contralateral del maxilar a explorar y coloca los dedos índice y pulgar de la mano craneal sobre las ramas ascendentes de los maxilares, o también escucha y/o estabiliza desde las alas del esfenoides (6) o desde la glabela del frontal (3). La otra mano sitúa el índice intrabucalmente sobre la arcada dental superior. Desplazamiento lateral esfeno-maxilar. Puede testarse y/o tratarse orientando la mano craneal de forma que estabilice las alas mayores del esfenoides con los dedos índice o medio y el pulgar. La otra mano intrabucal, hace contacto sobre los molares superiores mediante los dedos medio e índice. Se induce un ligero desplazamiento lateral de la bóveda del paladar en un sentido, y luego en el contrario, lo que mostrará su simetría y capacidad o no para ello. En caso de disfunción, acompañad en sentido de la facilidad, y después, en el contrario (10). Torsión. Se denomina torsión al movimiento no fisiológico que suele ocurrir a consecuencia de algún traumatismo. Se valora y se realiza desde la misma posición anterior que para el desplazamiento lateral. Tan sólo varía que, en vez de inducir un suave deslizamiento hacia los lados, se testa la posible rotación a derecha e izquierda de manera que intentemos mantener estabilizado el esfenoides. En caso de disfunción, acompañad hacia la facilidad, esperad en el punto de tensión equilibrada y continuad el proceso de los tejidos conforme se vayan expresando hacia la posición neutral, o hacia la mejor situación posible en ese momento (10). Compresión esfeno-maxilar. En caso de existir dicha compresión, se sentirá como si se hubiesen soldado ambos huesos entre sí, perdiendo su capacidad de movimiento independiente, ya sea en un lado o en los dos. Habitualmente suelen quedar comprimidos los palatinos entre ambos, de manera unilateral o bilateral.

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GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Para testarlo se estabiliza el esfenoides entre los dedos medio y pulgar. La otra mano intrabucal hará contacto sobre los molares superiores mediante los dedos medio e índice (10), (técnica más directa). También puede tomarse la porción anterior del maxilar entre los dedos pulgar e índice (9) para inducir una ligera tracción hacia el plano anterior, que en caso de bloqueo no producirá ningún desplazamiento. Para tratarlo, se puede continuar manteniendo la suave tracción hacia el plano anterior (6). Así mismo, también puede seguirse la dirección de la facilidad hacia la compresión y a continuación acompañar la descompresión en el sentido contrario, respetando en ambos casos, el tiempo y las formas impredecibles que el tejido adopte. Compresión fronto-maxilar. El facilitador se sitúa en el lateral de la camilla frente a la cabeza y con la mano craneal, hace contacto en los ángulos laterales del frontal con los dedos medio y pulgar, mientras el índice puede hacer contacto sobre la glabela. La mano caudal, hará contacto con las ramas ascendentes del maxilar entre los dedos índice y pulgar. Seguid la dirección de la facilidad hacia la compresión, que puede ser unilateral o bilateral, esperad, sí es posible, con el frontal en rotación externa y acompañad la descompresión. Maxilar superior Fase de inhalación (vista desde abajo)

Maxilar superior Fase de inhalación (vista frontal)

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CRANEOSACRAL

Posiciones de escucha en la cara:

Huesos

de

la

c a r a :Maxilarsuperior

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Para comenzar, la exploración de los maxilares se recomienda primero la escucha bilateral. Ello permite obtener, una visión global del comportamiento de ambos maxilares, con mayor facilidad. Para ello, es conveniente que el terapeuta se sitúa sentado a la cabecera del cliente. (1) Posición de las manos: Se colocan las manos de forma simétrica, con los índices a los lados de la nariz y los demás dedos sobre la arcada dental superior, a excepción de los pulgares que pueden quedar en el aire uno en contacto con el otro como fulcro central (1), o bien descansar ambos sobre el frontal (2). Movimiento: Como hueso par presenta rotación externa e interna y sus movimientos deberían ser paralelos y sincrónicos con los del frontal. En flexión realiza rotación externa, ensanchándose el diámetro transversal del paladar duro a la vez que desciende la bóveda. En extensión ocurrirá lo contrario. Su movimiento se ve influido por el esfenoides y se orienta en torno a dos ejes verticales que atraviesan las ramas ascendentes de los maxilares.

- 119

J

Posiciones de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de la C a r a :

Palatinos

Descripción anatómica Los palatinos son un par de huesos cortos e irregulares que, situados uno en el lado derecho y otro en el izquierdo, ocupan la parte posterior de los maxilares, y permanecen unidos entre sí en la línea media, como si fuesen dos L colocadas del revés, una frente a la otra, unidas por su porción horizontal. Se pueden distinguir en cada uno de ellos dos partes o láminas: una horizontal, más pequeña, y una vertical, con dos caras y cuatro bordes cada una de ellas. Las láminas horizontales unidas forman la parte posterior del paladar duro. Las láminas verticales forman la pared lateral de la zona posterior de cada una de las cavidades nasales. Se articulan: -Con el maxilar por delante. - Con el palatino del lado opuesto. - Con el esfenoides, etmoides, vómer y conchas nasales inferiores. Descripción de la posición Los palatinos se encuentran encajados entre el maxilar superior y la apófisis pterígoidea del esfenoides, por lo que cualquier tensión que se manifieste en ellos, será susceptible de poner en disfunción los palatinos, ya sea de manera unilateral o bilateral. La normalización de ambos huesos suele, a su vez, eliminar parte de las tensiones que recaigan sobre los palatinos, por lo que, en primer lugar se trabajará la relación entre esfenoides, maxilares e incluso el vómer. A continuación, si el bloqueo o la tirantez persisten se evaluarán los palatinos. Test de movilidad y tratamiento: Se realiza colocando el pulgar y el dedo medio de la mano craneal, en contacto con las alas mayores del esfenoides. (6) -Test unilateral: La mano caudal sitúa el índice sobre el palatino de un lado, en línea con el último molar y a medio camino entre los molares y la sutura palatina (3 y 4). -Test bilateral: La mano caudal sitúa el índice sobre la sutura interpalatina (1 y 2). También es posible efectuar la escucha con dos dedos simultáneamente, e incluso colocar el índice y dedo medio de la misma mano sobre ambos palatinos, o un índice junto al otro de ambas manos, (ver maxilar superior pág. 117, 6 y 7). Esta escucha doble estará condicionada por la comodidad del paciente y la viabilidad para ella, depen-diendo del espacio disponible. Se evalúa el libre movimiento del paladar duro, que consiste en un descenso

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GUÍA

VISUAL

DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

de la bóveda palatina, a la vez que un aumento del diámetro transversal durante la flexión. Con delicadeza, se induce primero una suave presión sobre el palatino en dirección craneal para comprobar si existe movilidad entre éste y el maxilar superior. A continuación, se ejerce, con la misma sutiliza, una presión en sentido lateral para comprobar la rotación externa. En caso de compresión se sigue en la dirección de la facilidad hasta el límite de la resistencia, se espera y se acompañan los posibles movimientos que se vayan transmitiendo hacia la liberación. Otra opción de tratamiento sería la siguiente: conforme se va testando, si se percibe una resistencia, mantened el empuje de manera sutil hasta que se muestre el movimiento. Compresión entre maxilares, palatinos y esfenoides; se coloca el pulgar y el dedo medio de la mano craneal en contacto con las alas mayores del esfenoides. Con la mano caudal se sitúa el pulgar en el centro sobre el labio superior, y los dedos medio e índice, hacen contacto sobre la bóveda del paladar, en el maxilar superior. (Ver maxilar superior pág. 117,9) La mano caudal sitúa el pulgar en el centro sobre el labio superior, mientras que los dedos medio e índice hacen contacto sobre la bóveda del paladar, en el maxilar superior. Seguid la posible contracción hasta el punto de tensión equilibrada, después esperad con el fin de ofrecer el espacio y el tiempo necesario y, por fin, acompañad invitando a la descompresión hacia el plano anterior. Para terminar realizad la escucha en los dos lados palatinos prestando atención a su sincronía y a la de ellos mismos con el complejo esfenoidesvómer-maxilar. Apófisis esfenoidal -

Apófisis orbitaria

Lámina perpendicular

/

Z \

I

Rotación

\ externa Sutura palatina Sutura palatina transversa

Lámina horizontal

y

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CRANEOSACRAL

Posiciones de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de la C a r a :M a l a roC i g o m á t i c o

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la boca ligeramente abierta. Posición del terapeuta: De pie en el lateral de la camilla. También se puede realizar sentado, pero suele ser mas incómodo. Posición de las manos: El pulgar y el dedo medio de la mano craneal entra en contacto con las alas mayores del esfenoides. Para la escucha bilateral la mano caudal se sitúa con el índice en el centro, sobre la sutura palatina a la altura del último molar. O bien, dos dedos, el índice y dedo medio, se sitúan a ambos lados de la sutura sobre cada uno de los palatinos. Esta posibilidad dependerá lógicamente del tamaño y forma de la bóveda del paladar así como del tamaño de los dedos del terapeuta. La escucha unilateral se realiza únicamente con el dedo índice, situado sobre un palatino a la misma altura que antes, como a medio camino entre el último molar y la sutura. Movimiento: Los palatinos, como huesos pares, realizan rotación externa e interna en relación con el esfenoides, vómer y maxilar superior. En flexión la bóveda palatina desciende y el diámetro transversal aumenta. Su movimiento se ve influido por el esfenoides, el vómer y el maxilar. "Recuerda las consideraciones específicas para las escuchas intrabucales descritas en las consideraciones generales".

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de la C a r a :Malaro Cigomático

Descripción anatómica El vómer es un hueso impar, con forma de lámina cuadrilátera muy delgada que se sitúa verticalmente en la linea media de la cara. Constituye la parte posterior del tabique nasal y está formado por cuatro caras. Su porción posterosuperior se ensancha y forma un surco que se encuentra con el espolón del esfenoides. Se articula con: -El esfenoides por detrás. -El etmoides por delante, -Por debajo, anteriormente, con el maxilar superior. -Posteriormente con los palatinos. Descripción de la posición Teniendo en cuenta que el movimiento del vómer viene sobre todo dirigido desde el esfenoides y la parte del maxilar, para testar la movilidad del vómer es necesario explorar cómo responde éste, al movimiento de ambos. Como en todas las escuchas intrabucales, es recomendable primero informar al cliente de que se pretende situar un dedo dentro de su boca, para comprobar que esté de acuerdo y establecer un código de comodidad. De esta forma, en caso de cansancio o incomodidad, pueda indicarlo, por ejemplo, levantando una mano. Es recomendable utilizar guantes o un dedil para mayor higiene y conviene asegurarse de que el cliente no sea alérgico al látex. La escucha del vómer. El facilitador permanecerá de pie lateralmente en la cabecera del cliente (1). Se contacta el esfenoides entre el dedo medio y el pulgar de la mano cefálica y el índice de la mano caudal se sitúa en la línea media del paladar, a la altura de la sutura cruciforme. El movimiento natural que se debería de percibir en respuesta a la flexión de la SEB, será reconocido por el dedo índice como un descenso de la bóveda del paladar y en la extensión se apreciará el ascenso. Las principales disfunciones que se pueden apreciar en el vómer son: La flexión, extensión, torsión y lateroflexión en relación con la SEB y el desplazamiento lateral por traumatismo en relación con los maxilares. También se puede encontrar una compresión entre el vómer y el esfenoides hacia atrás. O bien hacia abajo, entre el vómer y maxilar superior-palatinos. Para testar las disfunciones de flexión-extensión: Puede ser suficiente observar cómo se produce este movimiento de manera natural en el esfenoides y comprobar la respuesta del vómer.

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CRANEOSACRAL

Para testar la torsión y la lateroflexión: Se inducen delicadamente estos patrones sobre el esfenoides, de forma alterna sobre un lado y otro, comprobando su simetría y la respuesta del vómer a dicho movimiento. Para testar la compresión: Se realiza desde la mismas posiciones anteriores. (1) Sin embargo, si fuese necesaria la corrección, habría que cambiar el contacto de la mano caudal, situando el pulgar centrado sobre el labio superior del cliente y el dedo índice en la sutura intermaxilar.(3) La posición que presenta el vómer entre el esfenoides y el paladar duro es de una inclinación de unos 30°, por lo que en caso de compresión, la descompresión debería de estar orientada en función de las tensiones que se muestren, pero siempre teniendo en cuenta la intención de mantener y de crear espacio y liberación en el sentido contrario a la compresión y respetando ese ángulo (4). Para testar el desplazamiento lateral respecto al maxilar: Se mantiene la misma posición de la mano cefálica en contacto con el esfenoides, se cambia la mano caudal, que pasa a contactar con el maxilar, situando los dedos medio e índice sobre la arcada dental, (Ver pág. 117, 10). Se induce un ligero desplazamiento lateral sobre el maxilar a derecha e izquierda, y se obseva la simetría entre ambos lados, siguiendo con la atención, la alineación del vómer entre el maxilar y el esfenoides. En caso de disfunción se puede tratar mediante el método indirecto de seguir la dirección de facilidad. Si esto no fuese sufi-ciente se puede llevar hacia la exageración para terminar de liberar las posibles tensiones y a continuación utilizar

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CRANEOSACRAL

Posiciones de e s c u c h a en la cara:

Huesos

d e la

Cara:

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: De pie junto al lateral de la camilla, a la altura de la cabeza del cliente. Posición de las manos: La mano craneal toca las alas mayores del esfenoides entre los dedos medio y pulgar. La otra mano sitúa el dedo índice dentro de la boca, sobre la línea media del paladar duro a la altura de la sutura cruciforme. (1) Variantes: La mano craneal también puede hacer contacto con el pulgar sobre la glabela. (2) Movimiento: Flexión - Extensión. Principalmente influido por el esfenoides. En flexión el vómer realiza un movimiento circular, su porción inferior por la parte de atrás desciende, mientras que la anterior asciende. La porción superior se mueve ligeramente hacia atrás y hacia abajo. Su movimiento se orienta en torno a un eje trasversal que lo atraviesa por el centro de la lámina. Como todos los huesos de la cara, el vómer globalmente desciende en la flexión y promueve el descenso del paladar. Relaciones: Con el arqueamiento de la bóveda del paladar, con maxilares y palatinos. Es transmisor y reductor de impulsos entre la cara y el cráneo, maxilar-esfenoides. Recuerda las consideraciones específicas para las escuchas intrabucales descritas en las consideraciones generales.

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Posiciones de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de la

Cara: M a l a r o

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Cigomático

Descripción anatómica El malar es un hueso de la cara situado en su parte más externa, par, corto y compacto. Constituye parte de las caras inferior y lateral de los órbitas de los ojos y forma los pómulos de la cara. Hacia atrás presenta un saliente o proceso cigomático que se une con el proceso cigomático del temporal. Realiza la importante labor de conectar los huesos de la cara y se relaciona equilibrando entre sí los cuatro huesos que lo rodean, por lo que Sutherland le nombró como "el reductor de velocidad" entre la cara y el cráneo. Se articula con: El maxilar superior en el plano anterior, con el temporal en el plano posterior, a nivel superior con el frontal, y medialmente con el esfenoides Inserciones musculares con: el M. temporal, el masetero y los cigomáticos mayor y menor.

CRANEOSACRAL

El contacto se puede realizar, bien con una mano sobre el malar más próximo, o bien con la otra, sobre el más alejado. -Escucha unilateral - intrabucal: desde la misma posición de partida para ambos, se sitúa la mano craneal apoyada sobre los parietales o el frontal y haciendo contacto con los dedos medio e índice sobre el malar en la porción superior y externamente. La mano caudal hace el contacto, también, con el dedo índice en la porción inferior e interna o externa, de esta manera el contacto se realiza uno por debajo y el otro por arriba del eje de rotación (7). Para la liberación del cigomático con el frontal (3), el temporal o el maxilar (Ver suturas pág. 138).

Descripción de la posición La escucha del malar: Como en todos los huesos pares, se sugiere realizarla de forma bilateral, lo que facilita el poder apreciar las posibles diferencias de ritmo, frecuencia y simetría entre ellos, así como registrar las posibles tensiones o bloqueos. Después del trabajo, especialmente si éste se ha realizado de forma unilateral, es recomendable volver de nuevo a la escucha bilateral para poder apreciar los cambios que se ocasionen y promover una sincronía de movimientos entre ambos huesos. -Escucha bilateral: el paciente tumbado en decúbito supino sobre la camilla no demasiado cerca del borde para permitir el apoyo de los antebrazos del facilitador, que se sentará sobre una silla detrás de su cabeza. Las dos manos se sitúan lateralmente y de forma simétrica sobre los malares, colocando sobre ellos, de arriba abajo, los dedos índice, medio y anular, o sólo dos de ellos. Los pulgares descansan uno junto al otro sobre el frontal o perma-necen en el aire de manera que sirvan de fulcro (1,2,4 y 5). Desde esta misma posición de escucha, ya se puede comenzar el tratamiento. -Escucha unilateral: Para esta técnica el facilitador se coloca en la esquina de la camilla o y el cliente en supino con la cabeza ligeramente girada hacia el lado contrario. Se sitúa una mano lateralmente sobre el malar tocándolo con los dedos medio e índice, uno en la porción superior y el otro en la inferior, de tal forma que queden uno por encima y el otro por debajo del eje de rotación (6 y7).

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Hueso malar o cigomático

Apófisis Frontal Borde Orbitario

Agujero Cigomático Facial Apófisis Temporal

Apófisis Maxilar

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CRANEOSACRAL

Posiciones de e s c u c h a en la cara:

Huesos

d e la C a r a : M a l a r o C i g o m á t i c o

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Sentado en una silla junto a la cabecera del cliente. Posición de las manos: Se sitúan las dos manos, de forma simétrica, a ambos lados de la línea media en contacto con los malares. Esta posición puede variarse ligeramente separando más o menos los codos entre sí. Se colocan los dedos índice, medio y anular, o sólo el medio e índice, según el tamaño, sobre los malares, lateralmente y de arriba abajo. Los pulgares se situarán uno en contacto con el otro sobre el frontal. Actúan como un fulcro que permite percibir con mayor claridad los movimientos de los malares, o en una posición más abierta se pueden dejar separados. Movimiento: Este movimiento lar realiza movimientos de: Eversión en rotación interna. Inversión en rotación externa. Eversión: Este movimiento está inducido por el temporal, frontal y maxilar que llevan al malar hacia delante, adentro y abajo, con lo cual se produce un alargamiento del diámetro supero-inferior de la órbita ocular. Debido a su maleabilidad, aumenta la concavidad del malar. Inversión: Lo contrario de eversión, el malar se mueve hacia atrás, arriba y afuera y los diámetros supero-interno e infero-externo de la órbita disminuyen, reduciendo la concavidad del malar. Su movimiento se ve influido, principalmente, por el esfenoides en su plano anterior, y en el plano posterior, por el occipital. Se orienta en torno a un eje oblicuo de atrás hacia delante y de fuera hacia adentro.

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la cara:

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H u e s o s de la c a r a : M a x i l a r I n f e r i o r o M a n d í b u l a .

CRANEOSACRAL

Descripción anatómica

Test de

El maxilar Inferior o mandíbula es un hueso central, simétrico e impar situado en la zona anterior e inferior de la cara, con forma de herradura. Es el más denso y prominente de la cara.

El paciente permanece sentado y el facilitador, frente a él, coloca las yemas de los pulgares a cada lado sobre los últimos molares y el dedo índice rodeando el ángulo posterior de la rama ascendente. Se testa con delicadeza y sin forzar la apertura y el cierre, el desplazamiento hacia delante y atrás y los desplazamientos hacia derecha e izquierda. Promover una escucha espaciosa y permisiva que facilite al organismo desplegar su propia capacidad de autorregulación. Si es necesaria, aplicad la técnica de seguir la dirección de la facilidad hasta el punto de tensión equilibrada. Es necesario esperar en el punto de balance hasta sentir la suavización de las tensiones y volver a testar.

Presenta dos partes: -Un cuerpo horizontal arqueado. -Dos ramas mandibulares ascendentes y verticales. Se articula con el hueso temporal. Inserciones musculares con: El músculo temporal, masetero, pterigoideo medio y lateral, digástrico, bucinador, milohiodeo, genigloso y genihioideo y el constrictor de la faringe. Inserciones Liqamentarias con: El ligamento pterigomandibular, estilomandibular, esfenomandibular, lateral, medial, el ligamento de Píntus y la cápsula articular. La Articulación Temporo-Mandibular (ATM) presenta: un cóndilo temporal, un cóndilo mandibular, una cavidad glenoidea y un menisco. En esta zona del cuerpo se localizan músculos de extraordinaria fuerza y resistencia, ya que se emplean con gran frecuencia al hablar, reír, comer e incluso de manera inconsciente, tienden a somatizar determinadas emociones y pautas de conducta, lo que promueve que con facilidad se manifiesten en la zona excesos de tensión que provocan dolor, asimetrías y movimientos espásticos durante la noche. Estas tensiones no solo repercuten a nivel local, sino que suelen extenderse e influir tanto a nivel craneal como a lo largo de las fascias cervicales, actuar sobre zonas muy distantes. Siendo las causantes de numerosas patologías indirectas.

movilidad

a) Sínfisis b) Agujero mentoniano c) Apófisis coronoides d) Cabeza de la mandíbula e) Escotadura mandibular Hueso Maxilar inferior en la fase de Inhalación (vista frontal) Rotación externa del hueso Temporal

Descripción de la posición El maxilar inferior o mandíbula está en contacto con el temporal, por lo que fácilmente se influyen el uno sobre el otro, lo cual indica, que no se deben de tratar solo aisladamente, sino más bien escucharlos individualmente y también la relación que mantienen entre ellos. La escucha del maxilar inferior se realiza situando las dos manos lateralmente sobre la cara, con los dedos a lo largo de la arcada dental inferior desde el ángulo posterior hacia delante (1,2 y 3) y se valora su movilidad o falta de ella en ambos lados, simetría, frecuencia y posibles tensiones que puedan recaer sobre la zona.

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Rotación externa del

Maxilar Inferior

Test de movilidad 1- apertura - cierre 2- adelante - arriba 3- lateralidad izquierda - derecha

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CRANEOSACRAL

P o s i c i o n e s de e s c u c h a e n la cara

H u e s o s de la

cara:

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, no muy cerca del borde de la camilla. Posición del terapeuta: Sentado a la cabecera con espacio suficiente para apoyar los antebrazos sobre la camilla. Posición de las manos: Se colocan las dos manos lateralmente sobre la cara, con los dedos a lo largo de la arcada dental inferior, desde el ángulo posterior en el que se sitúa el meñique hacia delante. Movimiento: El maxilar inferior es el único hueso de la cara, que presenta una articulación verdadera en su encuentro con el temporal, que a su vez realiza movimientos de apertura y cierre u oclusión. Como hueso de la periferia en respuesta al Impulso Rítmico Craneal realiza movimientos de rotación interna y externa. Su movimiento se ve influido por el temporal y se orienta en torno a dos ejes verticales ligeramente oblicuos de dentro hacia fuera y atraviesan la rama ascendente. En rotación externa que corresponde con la inspiración y con la flexión de la SEB la Articulación TemporoMandibular (ATM) se desplaza hacia adentro, atrás y abajo. Por lo tanto lo cóndilos del maxilar inferior hacen lo mismo. A la vez, el ángulo maxilar posterior se mueve hacia fuera, delante y abajo y la sínfisis del mentón se desplaza hacia atrás, lo que provoca que la arcada dental se mueva hacia atrás en su zona central anterior, y se ensanche y descienda en la zona posterior. En rotación interna sucede al revés. Relaciones: La Mandíbula con el Pubis. El Maxilar con el Ligamento de Poupart (inguinal). La Articulación Temporomandibular con la Articulación coxofemoral.

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Descripción anatómica El unguis o lagrimal es un hueso par de la cara, situado en la parte más anterior de la pared interna de la fosa orbitaria, y posterior a las apófisis ascendentes del maxilar superior. Es una pequeña lámina ósea, compacta, cuadrilátera y delgada, cuya forma presenta un ligero parecido a una uña (unguis). Participa en la formación de la parte externa de la nariz y de la parte interna de la cavidad ocular. Además, presenta dos caras: externa e interna, y cuatro bordes irregulares y muy delgados. La cara externa indica la cresta del unguis, que termina en una pequeña apófisis en forma de gancho. Delante de la cresta muestra el canal nasolagrimal para el saco lagrimal. La cara interna se articula por detrás con la masa lateral del etmoides y por delante forma parte de las fosas nasales. Se articula con: el frontal por arriba, la concha nasal por abajo, el etmoides por detrás y por delante, y con el maxilar superior por debajo. Inserciones musculares: el tendón reflejo del orbicular de los párpados y el músculo de Horner. Descripción de la posición La escucha del unguis: se realiza con el cliente tumbado en supino con la cabeza ligeramente inclinada hacia el lado contrario al facilitador, que permanecerá sentado en el lateral de la camilla. La mano craneal del facilitador se sitúa sobre la zona fronto-parietal, mientras que la mano caudal ofrece contacto sobre la cara externa del unguis con el dedo índice. Se debe actuar de forma extremadamente sensible y cuidadosa para no forzar compresión sobre el globo ocular y prestar mucha atención para que la uña del dedo que explora sea lo más corta posible. Los movimientos del unguis se acompañan. En la flexión de la SEB realiza rotación externa sobre un eje vertical apoyándose en la rama ascendente del maxilar superior y se comparan con los contrarios en la fase de extensión. En caso de disfunción seguid el movimiento de la facilidad, técnica indirecta.

Huesos

de

la

cara:

Unguis

Posición de las manos: La mano craneal estabiliza y ofrece apoyo a la cabeza ligeramente girada hacia el lado contrario al facilitador. La mano caudal contacta con la cara externa del unguis mediante la yema del dedo índice. Movimiento: Como hueso par presenta rotación interna y externa. Su movimiento se ve influido por el esfenoides y por las ramas ascendentes del maxilar superior y se orienta en torno a un eje vertical. Su libertad de movimiento favorece el funcionamiento del canal lagrimal, debido a que en rotación externa aumenta el tamaño del conducto lagrimal y en interna se estrecha. p. Rotación externa Hueso Lagrimal o Unguis derecho, en la fase de inhalación. (vista lateral anterior)

Detrás

Delante

Rotación

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, no muy cerca del borde. Esto nos permitirá el apoyo del antebrazo con la cabeza algo girada hacia el lado contrario al facilitador. Posición del terapeuta: Sentado sobre una silla en el lateral de la camilla

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Posiciones de escucha en la cara:

Huesos

d e la c a r a :

(A.T.M.)

Descripción anatómica / a Artlculiiclón lomporo-Mandlbular (A.T.M.) presenta: un cóndilo temporal, un cóndilo mandibular, una cavidad glenoidea y un menisco. Movimiento I a ATM realiza apertura y cierre u oclusión. I n In apertura se separan el maxilar superior de la mandíbula. Se genera por Ih acción de los músculos pterigoideos laterales, milohioideo, digástrico y genihloldeo. I n los pequeños movimientos de apertura, el menisco permanece en la cavidad glenoidea del temporal. En las aperturas mayores, el menisco se desplaza hacia delante en dos tiempos, primero el deslizamiento y segundo la rotación. Deslizamiento, el cóndilo mandibular y el menisco son movilizados hacia delante traccionados por el pterigoideo externo. Rotación, el cóndilo del maxilar inferior se alinea con el menisco y con el cóndilo del temporal y se produce la rotación. La oclusión se produce por la contracción de los músculos temporal, masetero y pterigoideo medial. Descripción de la posición La valoración de la ATM se puede realizar primero a nivel visual y después táctil. Valoración visual: Antes del contacto se pueden apreciar las posibles disfunciones mediante una inspección visual, en la cual se valora la apertura y el cierre de la mandíbula, el desplazamiento hacia delante y atrás y los desplazamientos laterales. Para ello el facilitador se coloca delante del cliente y, mirándole hacia la boca, le invita a que realice los movimientos indicados muy despacio, para poder observar la alineación, el grado de los desplazamientos y sus posibles irregularidades así como la simetría entre ambos lados (5). Valoración táctil: El facilitador se sitúa detrás del cliente que puede estar sentado o de pie. Se debe colocar un dedo en el interior del canal auditivo, sobre el cóndilo mandibular y en el espacio entre la rama ascendente de la mandíbula y la porción mastoidea del temporal. A continuación, se le pide al cliente que abra y cierre la boca despacio para observar las posibles irregularidades y diferencias entre un lado y otro. Se puede hacer cada escucha por separado, o bien las tres a la vez (4,6 y 7). Antes de tratar con el maxilar inferior o con la ATM conviene valorar la simetría y libertad de movimientos del temporal.

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Valoración pasiva: También se puede valorar y/o tratar la movilidad lateral de la mandíbula, mediante un test de movilidad pasivo, en la que el cliente se relaja y procura no ejercer ningún tipo de resistencia ni de movimiento activo por su parte. El facilitador situado de frente, estabiliza la cara mediante el apoyo del pulgar de una mano sobre el cigomático de un lado, mientras que con la otra, apoya el pulgar sobre el cuerpo de la mandíbula, e induce delicadamente el desplazamiento lateral, (8, 9). Compresión - descompresión de la ATM: Para comprobar si existe compresión en dicha articulación se percibirá, desde la posición inicial de escucha (1), valorando si se aprecia o no un tirón de la mandíbula en dirección craneal, ya sea de forma unilateral o bilateral. Si no se reconoce con claridad la posible compresión , se puede testar induciendo una suave descompresión en el sentido contrario, esto es hacia el plano caudal, que de ser posible, mostrara mediante su movimiento la ausencia de compresión. El tratamiento: Se puede realizar de forma bilateral (1) o unilateral (2 y 3). Consistirá en acompañar primero la compresión en dirección craneal, respetando todos los posibles movimientos de acomodación que se produzcan durante el proceso, así como los puntos de parada hasta percibir el punto de tensión equilibrada y consiguiente suavización de los tejidos. El siguiente paso consistirá en acompañar, o inducir la descompresión de la mandíbula en sentido caudal. Para concluir seguid la descompresión ligeramente hacia el plano anterior. Conviene recordar, que la compresión de los cóndilos de la mandíbula sobre la fosa mandibular de los temporales, generada, por ejemplo, por la tensión del músculo temporal, no circunscribe su acción sólo sobre la ATM, sino que la tensión ascendente de mandíbula empujará el temporal en dirección craneal que a su vez desplazará el parietal, de manera que ambos reincidan sobre la tienda y la hoz.

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P o s i c i o n e s de e s c u c h a en la cara:

Huesos

de la c a r a :

(A.T.M.)

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, no muy cerca del borde de la camilla. Posición del terapeuta: Sentado a la cabecera con espacio suficiente para apoyar los antebrazos sobre la camilla. Posición de las manos: Las dos manos se sitúan de forma simétrica a los lados de la cara. De esta forma con la palma se cubre la oreja y la ATM. situando los dedos medio y anular sobre la rama ascendente de la mandíbula (1) Variantes: Misma posición que la anterior, pero situando el dedo meñique a la altura del ángulo posterior del maxilar, y desplegando los demás dedos hacia delante, cubriendo la arcada dental. Movimiento: El maxilar inferior es el único hueso de la cara, que presenta una articulación verdadera en su encuentro con el temporal, que a su vez realiza movimientos de apertura y cierre u oclusión. Como hueso de la periferia en respuesta al Impulso Rítmico Craneal realiza movimientos de rotación interna y externa. Su movimiento se ve influido por el temporal y se orienta en torno a dos ejes verticales ligeramente oblicuos de dentro hacia fuera y atraviesan la rama ascendente. En rotación externa que corresponde con la inspiración y con la flexión de la SEB la Articulación TemporoMandibular (ATM) se desplaza hacia adentro, atrás y abajo. Por lo tanto lo cóndilos del maxilar inferior hacen lo mismo. A la vez, el ángulo maxilar posterior se mueve hacia fuera, delante y abajo y la sínfisis del mentón se desplaza hacia atrás, lo que provoca que la arcada dental se mueva hacia atrás en su zona central anterior, y se ensanche y descienda en la zona posterior. En rotación interna sucede al revés. Relaciones: La Mandíbula con el Pubis. El Maxilar con el Ligamento de Poupart (inguinal). La Articulación Temporomandibular con la Articulación coxofemoral.

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"Técnica V-Spread"

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Técnica

V-Spread

Técnicas

V-Spread

La técnica de separación en V en las articulaciones craneales: Si bien nació de la mano de Sutherland para tratar con las restricciones en las suturas craneales, con el tiempo se ha ido modificando por diferentes terapeutas, con el fin de ampliar su campo de acción. En un principio, esta técnica fue desarrollada con la idea de enviar un suave impulso, una onda, a través de los fluidos cerebrales, especialmente por medio del líquido cefalorraquídeo, que viajase desde donde se la impulsaba delicadamente con los dedos hacia la zona diametralmente opuesta en la cabeza, donde estaría situada la restricción al movimiento entre dos huesos. En esa zona se sitúan los dedos medio e índice, situados a ambos lados de la sutura formando una V e invitando a crear espacio y separación entre ambos dedos. Utilizando la misma analogía de las mareas de Sutherland, sería como si una ola transitase desde un punto hacia el otro del cráneo, impulsada por una mano. Cuando la onda llega a la otra zona receptora, la de la sutura, si ésta permanece libre se podrá percibir como una ola que llega hasta la orilla de la playa y allí se disipa con suavidad. Por el contrario, si la sutura estuviese bloqueada se sentiría como una ola que rompe contra las rocas, con lo cual habría que permanecer en ese proceso hasta que, poco a poco, se deshiciese la tensión en la zona. La técnica de separación en V en las articulaciones extracraneales: Posteriormente, se llegó a la conclusión de que, puesto que todo el organismo está formado mayoritariamente por líquidos, se podría extender la práctica de esta técnica al resto del cuerpo. Fue entonces, cuando se comenzó a trabajar con la misma intención de enviar una onda de fluidos, desde una zona a la diametralmente opuesta, por ejemplo desde la parte posterior de la rodilla hacia la anterior. La técnica de separación en V, en el tejido blando: Se comprobó más adelante que este trabajo no sólo funcionaba con las articulaciones, sino que también se podía aplicar al tejido blando. Por ejemplo, si la tensión o disfunción estaba situada sobre el bíceps, se enviaba el impulso desde el tríceps, o si apreciaba la restricción en el recto anterior se mandaba una onda desde la zona posterior de los isquiotibiales. La técnica de dirección de energía: Se experimentó con la posibilidad de que no fuese necesario realizar una V con los dedos en la zona receptora al tratar con el tejido blando. Así que se trabajó formando una especie de cuenco con las manos, con lo que se llegó a la conclusión de que funcionaba igualmente. La técnica de dirección de energía desde las cisternas: otro paso en esta práctica consistió en apreciar que no se necesitaba enviar el impulso desde

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la zona diametralmente opuesta a la zona a tratar, sino que también podía dirigirse desde el área donde mayor concentración existe de LCR, y desde donde éste se acumula con mayor intensidad (cisterna magna y cisterna lumbar) hacia la zona a tratar. Esto se realiza situando una mano sobre el lugar de la exploración, y la otra mano, por criterio de proximidad, sobre la zona lumbar u occipital. De esta manera, si queremos tratar el músculo glúteo o una disfunción en la vértebra D12, enviaremos el impulso desde la zona lumbar (7). Si lo que queremos tratar es el músculo trapecio o la vertebra D1, el impulso se efectuará desde el occipital (6). La técnica de dirección de energía desde y hacia cualquier lugar corporal: Consiste en proyectar la intención de una onda o impulso de LCR, o sencillamente de atención, desde una zona corporal hacia otra distante. Esta trayectoria se puede realizar con cualquier zona del organismo, como por ejemplo, si nos situamos en la espalda del cliente, apoyaremos nuestro pecho o vientre sobre su zona posterior, y enviaremos esta intención hacia la zona anterior, donde podemos situar una mano como zona receptora (9). A nivel intraóseo también se utiliza con éxito, por ejemplo, desde el cóndilo del occipital hacia la escama o desde el cuerpo del fémur hacia su cabeza. También se puede trabajar con la opción de enviar desde un hueso hacia otro saltando una o varias articulaciones, como desde el calcáneo hacia la cabeza del fémur. Después de trabajar con las diferentes opciones y comprobar que todas ellas son eficaces en mayor o menor medida uno se pregunta ¿Dónde está el límite, es imprescindible el contacto físico? Y claramente mi respuesta es: el límite viene dado por mis creencias, y no es imprescindible el contacto físico, aunque sí es de gran ayuda.

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, con la cabeza situada no muy cerca del borde la camilla, para permitir que el facilitador pueda apoyar sus antebrazos. La cabeza debe estar centrada o ligeramente inclinada hacia un lado en función de la sutura a explorar. Posición del terapeuta: Sentado en una silla a la cabecera del cliente o en la esquina de la camilla. Posición de las manos: Una mano sobre la sutura a tratar, con los dedos medio e índice en forma de V, a ambos lados de la sutura. La otra mano se sitúa en el punto diametralmente opuesto a la sutura. Variantes: Tumbado sobre la camilla en decúbito prono. Movimiento: Enviar una ola, un suave impulso, solo con la intención o con un ligero movimiento de la mano impulsora, hacia la sutura que se encuentra diametralmente opuesta, en medio de la V formada por los dedos medio e índice que que apoyarán la liberación de la sutura con suma suavidad, separándose entre ellos.

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"Técnica directa sobre sutura"

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Suturas

Suturas La sutura es un tipo de articulación con escasa o nula movilidad, en la que existe poco tejido conjuntivo interóseo y las superficies articulares casi contactan directamente. Desde la visión craneosacral, esa pequeña movilidad que presentan cada una de las suturas, hace que todas en conjunto permitan para la mano entrenada, el reconocimiento de sus movimientos y su posible fijación, con las patologías o limitaciones que ello pudiera con llevar. Pueden ser principalmente de tipo: dentada, armónica y escamosa. -Dentada o serrada: articulación fibrosa, que representa un tipo de sutura verdadera, en la cual se entrelazan las prolongaciones dentadas del borde de los huesos adyacentes del cráneo. Y cuanto mayores son las prolongaciones, más posibilidades de movimiento ofrecen. -Armónica: articulación fibrosa que representa una sutura falsa, mediante la cual los márgenes desiguales y contiguos de determinados huesos del cráneo, establecen conexión. Esto permite un ligero movimiento de separación deslizante similar a la sutura escamosa. -Escamosa: tipo de sutura falsa que une los bordes biselados y superpuestos de determinados huesos del cráneo. Las suturas suelen nombrase por el nombre de los huesos que relacionan, por ejemplo esfenofrontal, frontonasal. Su función consiste en la unión de los huesos craneales, permitir su crecimiento y movilidad y aportar una protección, en caso de traumatismos. Durante el parto, la flexibilidad de estas fibras permite que los huesos se superpongan, de tal manera que la cabeza pueda deslizarse a través del canal de parto sin presionar ni dañar el cerebro del bebé. Esta movilidad ha quedado demostrada en múltiples estudios a través de tomografía computerizada, transformadores diferenciales conectados a oscilógrafos, y otros medios en los que se ha comprobado la movilidad del cráneo y de las suturas, apreciándose un movimiento de entre 1 y 1,5 mm. de amplitud entre los huesos parietales, temporales y occipitales. Las principales suturas son: -Metópica: es la unión entre las dos porciones del frontal. -Coronaria: es la unión entre el frontal y los parietales, tipo escamoserrata. -Lamboidea: es la unión entre el occipital y los parietales, tipo escamo-serrata. -Parietoescamosa: es la unión entre el parietal y la porción escamosa del temporal, tipo escamosa. -Parietomastoidea: es la unión entre el parietal y la apófisis mastoidea del temporal, tipo dentada. -Occipitomastoidea: es la unión entre el occipital y el temporal, tipo armónica irregular o escamosa.

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-Esfenoescamosa: es la unión entre el esfenoides y el temporal, tipo escamosa. -Esfenofrontal: es la unión entre el esfenoides y el frontal, tipo escamosa dentada. Los nombres de las demás suturas indican claramente los huesos que conectan: -Esfenoparietal -Temporoclgomática -Frontonasal -Frontomaxilar -Frontolagrimal -Frontocigomática -Internasal -Nasomaxilar -Cigomaticomaxilar -Intermaxllar -Palatina Las causas más frecuentes de disfunción en las suturas suelen ser problemas durante el parto, intervenciones dentales, traumatismos directos, tensiones musculares y estados anímicos que provocan tensión. El tratamiento: de las suturas se puede hacer mediante diferentes enfoques, como por ejemplo : -Promover puntos de calma o quietud, (pág. 66) -CV4 (pág. 67) -Técnica indirecta de seguir la facilidad (pág. 24) -Técnica de expansión en V (pág. 134) En ocasiones, a causa de fuertes traumatismos físicos o psíquicos se puede requerir una actuación más directa para facilitar la normalización de las suturas. En el tratamiento craneal de los recién nacidos y de los niños hasta unos siete años de edad, la técnica directa suele ser mas recomendable que la indirecta, pues el seguir la dirección de la tensión puede ser retraumatizante para ellos. Técnica directa de separación o disengagement. Consiste en aplicar una tracción directa en sentido contrario, sobre los dos bordes de la sutura en cuestión. Para ello se precisa un conocimiento anatómico exacto, ya que cada sutura, cada unión articular de los huesos del cráneo se realiza de forma diferente. La tracción se ejercerá de manera suave y mantenida, respetando el tipo de bisel y la orientación que presente cada sutura, el tiempo que se necesite para que el tejido vaya aflojándose y la manera que éste tenga de hacerlo, lo cual puede ser totalmente imprevisible. Es recomendable no limitarse a una sola de estas técnicas y practicarlas conjuntamente. Incluso es apropiado mezclar las técnicas y empezar por una de ellas, para continuar con cualquier otra en función de la necesidad de cada situación.

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Tracciones

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde, para permitir que el terapeuta pueda apoyar sus antebrazos. La cabeza permanecerá centrada o ligeramente inclinada hacia un lado en función de la sutura a explorar. Posición del terapeuta: Sentado en una silla a la cabecera o en la esquina de la camilla. Posición de las manos: Se sitúa una mano a cada lado de la sutura, modificando el tipo de apoyo y los dedos con los que se realiza en función del tipo y tamaño de la sutura. Variantes: Tumbado sobre la camilla en decúbito lateral o prono.

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Técnicas

V - S p r e a d en S u t u r a s

Craneales

Para tratar con las suturas se puede hacer mediante diferentes enfoques como: Promover puntos de calma o quietud, (pág. 66). CV4, (pág. 67). Técnica indirecta de seguir la facilidad, (pág. 24). Técnica de expansión en V (pág. 134). En ocasiones a causa de fuertes traumatismos físicos o psíquicos puede requerirse una actuación más directa para facilitar la normalización de las suturas, en cuyo caso también esta disponible la técnica directa de separación o dísengagement. Durante la escucha del cráneo, se puede reconocer su "respiración natural" que consiste en, ensancharse de lado a lado a la vez que se estrecha en sentido anteroposterior y desciende verticalmente. Esta movilidad global, viene dirigida y condicionada por la fluctuación de los líquidos craneales, la motilidad del sistema nervioso y la tensión de las membranas, lo que pone a prueba, la capacidad de las suturas para acomodar dichas fuerzas. En caso de percibirse algún tipo de restricción, primero convendría aclarar si esta es elástica de tipo membranoso o rígida de tipo articular, en cuyo caso, se trataría esta en primer lugar. Una de las principales técnicas de elección para el tratamiento de las suturas, es la técnica en V. Originalmente desarrollada por Sutherland, consiste en situar los dedos medio e índice de una mano a ambos lados de la sutura restringida, formando una V entre ellos. La otra mano se colocará en la cabeza, en la zona diametralmente opuesta a la restricción, y con las yemas de los dedos se enviara un delicado impulso de fluidos, de energía, de intención, hacia la sutura contenida entre los dedos que forman la V. En la V se puede sentir habitualmente, como una onda de fluidos que rebota entre un dedo y otro, incidiendo a su vez sobre la sutura y suavizando su restricción. Esta dinámica se vera apoyada también, por el ligero estiramiento que se genera sobre la sutura en direcciones contrarias, producido por los dedos que forman la V . El calor, la vibración y el sentir como se aflojan las tensiones, suelen ser los indicadores mas comunes de que se está produciendo el cambio. Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino, situando la cabeza no muy cerca del borde la camilla, para permitir que el facilitador pueda apoyar sus antebrazos. La cabeza permanecerá centrada o ligeramente inclinada hacia un lado en función de la sutura a explorar. Posición del terapeuta: Sentado en una silla a la cabecera del cliente o en la esquina de la camilla. Posición de las manos: Se sitúa una mano a cada lado de la sutura, modificando el tipo de apoyo y los dedos con los que se realiza la exploración, en función del tipo y tamaño de la sutura. Variantes: Tumbado sobre la camilla en decúbito lateral o prono.

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(1)

Fronto-Parietal

o

Coronaria.

(2) Parieto-Occipital

(3)

(4)

Fronto-Maxilar

TemporoCigomática

(5) Fronto-Cigomática.

(6) Cigomática-Maxilar

(7) Parieto-Temporal o

Escamosa

(8) Esfeno-Frontal

(9) Parieto -Temporal

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Efectos de la irritación de los nervios espinales (C1,2,3)

(C4.5)

La irritación nerviosa en esta zona produce dolores de cabeza, problemas de senos, migrañas, mareos, dolor de ojos, oidos y cara, alergias, fiebre del heno ... Tensiones y otros problemas en el cuello, nervios, insomnio, problemas de garganta y de tiroides, etc. pueden ser causados por la presión sobre los nervios espinales de esta zona.

(C6,7)

La irritación nerviosa en esta zona pude ser la causa de dolores de hombros y brazos, bursitis, mala circulación e inchazón de las manos, hombro congelado ...

(D1,2,3)

En esta zona de la columna la inercia, puede provocar asma, dificultades respiratorias, problemas de corazón, problemas de pulmón, presión sanguínea alta o baja ...

(D4,5)

De haber irratación e inercia en esta zona dorsal, puede producir dolor entre los omóplatos, dolores de costillas y pecho, problemas de vesícula biliar, de hígado, herpes ...

(D6.7.8,9)

(D10.11,12

y L1) (L2,3)

(L4,5)

(Sacro)

La inercia de una o más de estas vértebras dorsales, puede crear problemas intestinales, de estómago, pancreáticos, indigestión, acidez, inflamación, bajos niveles de azúcar en sangre ... Los problemas de colon, estreñimiento, diarréa, problemas de riñon, tensión adrenal, suelen estar creados por la irritación de los nervios espinales de esta región. La facilitación de esta zona de la columna puede causar dolor de espalda, desórdenes en el sistema reproductor, impotencia, calambres menstruales, esterilidad, problemas de vejiga... En esta región de la columna vertebral, la presión a la que se ve sometido el nervio espinal, puede crear dolores de espalda, ciática, mala circulación sanguínea en las piernas y pies ... La facilitación de los nervios del sacro producirá dolores de cadera, pie y rodilla, calambres musculares en piernas ...

142 i

9-

Columna

Vertebral

- 143

Columna

Vertebral

Descripción anatómica La columna vertebral (CV) tiene un doble cometido: por una parte, sirve de eje al cuerpo. Es la que se encarga de soportar el peso de la cabeza y del tronco y de transmitirlo a la pelvis. Por otra parte actúa facilitando protección al sistema nervioso medular, alojado en el conducto raquídeo. La columna no es un tallo rígido, sino que se encuentra formada por una serie de piezas -vértebras- articuladas, que ofrecen poca movilidad entre sí, pero que proporcionan en conjunto una gran amplitud de movimientos, los cuales nos permiten flexionar, extender, rotar y movilizar en sentido lateral. La CV sustituye al primitivo eje embrionario "notocorda" mediante un proceso de osificación. Una vértebra se forma con la porción inferior de la somita de arriba y la porción superior de la de abajo. Ello explica que se constituyan siete elementos vertebrales de tipo cervical, que vienen a ocupar posición intermedia entre los ocho somitas cervicales. Esto nos ofrece la orientación de cómo tratar con las vértebras desde el enfoque de las tríadas embriológicas. Inicialmente la CV forma una amplia curva de concavidad anterior, que se corresponde con la actitud embrionaria primitiva. En los primeros meses después del nacimiento, los músculos erectores de la cabeza crean la curvatura cervical, y, posteriormente, con el comienzo de la marcha, surge la curvatura lumbar, encontrándonos finalmente con cuatro curvaturas: -Dos de concavidad anterior: la dorsal y la sacro-coxígea (cifosis) -Dos de convexidad anterior: la cervical y lumbar (lordosis). Existe también la posible desviación patológica de la CV hacia un lado, en forma de C o de S que se denomina escoliosis. La CV está constituida por 33 ó 34 elementos óseos, que se superponen, distribuidos así: 7 cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares, 9 o 10 pélvicas que se sueldan entre sí formando 2 elementos, que son el sacro (5) y el cóccix (3 ó 4). Una vértebra tipo tiene: un cuerpo vertebral (anterior), un foramen o agujero vertebral (donde reside la médula espinal) y un arco vertebral (que contiene 2 apófisis transversas en cada lado, con 4 apófisis articulares y una apófisis espinosa en el medio). Entre los cuerpos vertebrales se sitúa el disco intervertebral, que amortigua la presión recibida por los movimientos. Está compuesto de un anillo fibroso (de fibrocartílago). En su interior contiene el núcleo pulposo (resto de la notocorda). Este núcleo pulposo puede desplazarse pero no comprimirse. Una hernia discal se produce cuando se rompe el anillo fibroso y sale el núcleo pulposo. Las costillas se articulan con las vértebras dorsales. La cabeza de la costilla se articula con una hemicarilla de la vértebra superior, una hemicarilla de la vértebra inferior y la apófisis transversa.

- 144

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Descripción de la posición La exploración de la CV se puede realizar en posición de pie, sentado sobre la camilla o un taburete, o tumbado en prono. La exploración: se podría dividir en una primera parte visual en la que se observa la posición del cliente de pie, y se valora su alineación con la línea de gravedad antero-posterior y lateral en relación a una línea de plomada. Observar las simetrías entre: la altura de las orejas, los hombros y las escápulas, el pliegue de las axilas, reborde costal inferior, la línea formada por las apófisis espinosas, la altura de las crestas ilíacas, el pliegue glúteo y rodillas y tobillos. La segunda parte consiste en la palpación: ésta puede ir orientada hacia la piel, musculatura o sistema esquelético. -En la piel: cambios en el tono, la textura y coloración, manchas, pilosidades, cicatrices. -En la musculatura: simetrías, tono muscular, desarrollo, aumento o disminución de la sensibilidad, capacidad de movimiento. -En la columna vertebral: alineación de las espinosas y transversas, capacidad de movimiento, anomalías. El "Reflejo rojo de Upledger", consiste en deslizar los dedos medio e índice a lo largo de la CV, desde el occipital hasta el sacro repetidas veces, aumentando progresiva y ligeramente la presión, para observar qué zonas responden enrojeciéndose al paso de los dedos y por cuáles el deslizamiento se hace más difícil, lo que puede ayudar a localizar un segmento facilitado o una zona en disfunción. Tratamiento: Ya hemos visto varios aspectos que inciden sobre la CV como son: La articulación entre los cóndilos del occipital y el atlas (pág. 173), la articulación entre L5 y sacro (pág.58), el desanudamiento (pág. 149), la tracción (pág. 163) sobre el tubo dural y la escucha de los diafragmas (pág. 167) Enfoques específicos sobre las

vértebras:

-Seguir la facilidad vertebral: Consiste en situar los dedos medio e índice, o pulgar e índice, sobre las transversas y seguir la dirección de la facilidad, si ésta ya se presenta por sí sóla como movimiento; si no, poned una ligera compresión antero-posterior y, en cuanto comienza el movimiento, seguidlo en cualquier dirección que tome, excepto en la de vuelta a la posición anterior (5 y 6).

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Sintonizar con la vértebra desde las apófisis transversas: Se puede realizar situando el pulgar y el índice de una mano sobre ellas, y la misma posición con la otra mano sobre la vértebra inmediatamente superior o inferior. Esto nos servirá de punto de comparación y estabilización. También se pueden ampliar los puntos de escucha y realizarla con tres dedos en vez de dos. En este caso se sitúan los dedos medio y pulgar sobre las transversas y el índice sobre la espinosa (1,2,3 y 4). Apilamiento vertebral: Se realiza contactando con las transversas y testando todas las posibilidades de movimiento de una vértebra. Esto es: flexión-extensión, inclinación lateral derecha e izquierda, rotación derecha e izquierda, desplazamiento hacia delante o atrás, desplazamiento hacia la derecha o la izquierda y compresión hacia arriba o hacia abajo (1,2 y 7). Cada test que se comprueba se mantiene en su facilidad. A continuación, se realiza la siguiente escucha partiendo desde la posición anterior, para llegar finalmente a la postura de máxima facilidad, que se produce por el apilamiento de todas las diferentes opciones de movimiento. A partir de esa posición, se sigue el posible movimiento que surja hacia su mayor facilidad. Triadas embriológicas: Es una escucha basada en el proceso formativo de las vértebras, las cuales, se formaron por la fusión de dos somitas durante su desarrollo. Esto significa que la porción superior de cada vértebra está constituida por la misma somita que la porción inferior de la vértebra de arriba y así sucesivamente. Esto promueve que cada vértebra esté muy relacionada con la de arriba y con la de abajo, por lo que resulta muy integrador y terapéutico recrear esta relación de las tres. La técnica consiste en: - Primero tratar la vértebra seleccionada. -A continuación, sin soltar la posición con la vértebra, hacer contacto con las transversas de la inmediatamente superior. Es importante prestar atención a la relación entre ellas y seguir la dirección de la facilidad. Una vez concluido el proceso, se cambian las manos para contactar con la vértebra central y realizar lo mismo en relación con la de abajo. Enviar líquidos: Esta técnica consiste en enviar LCR, o fluidos desde la zona del occipital, por encima del foramen magno, o desde la cisterna lumbar con una mano, (la que se encuentre más cerca de la zona a tratar), hacia la otra mano, situada sobre la vértebra o vértebras en cuestión. (Ver pág. 134, "6,11 y 12")

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Desde el cóccix. Técnica similar a la anterior, utilizada por el Dr. Stone para enviar energía. Se realiza con el dedo medio de una mano, situado sobre la zona más caudal del cóccix, hacia la vértebra en cuestión especialmente cuando ésta se percibe como una sensación de frío y desvitalización. Utilizando la misma posición del cóccix, se puede facilitar una integración más energética si se sitúa la otra mano con el dedo medio sobre la glabela. Balanceo del tubo dural: La duramadre extracraneal está fija en el agujero occipital, en el cuerpo de C2 y C3 en el 2 o segmento sacro y en el cóccix, quedando bastante libertad de movimiento en el resto del conducto vertebral. Por lo tanto el occipital y el sacro se encuentran unidos a través del tubo dural y el movimiento o fijación de uno repercute sobre el otro. La técnica consiste en situar una mano en el occipital y la otra en el sacro cuando el cliente se encuentra en decúbito lateral, en posición fetal, o en supino, y sintonizar con la flexión extensión de ambos, acompañándola e invitándola muy ligeramente a llevar el movimiento hasta el máximo de su recorrido, primero en una dirección y luego en la contraria (15 y 16). Estiramiento del tubo dural: Se parte de la misma posición sacro-occipital y se promueve un suave estiramiento sobre el occipital en sentido craneal y sobre el sacro en sentido caudal, para poner en ligera tensión el tubo dural y poder así seguir su desanudamiento (15 y 16). Segmento facilitado: Se entiende por segmento una de las partes en las que algo se puede separar o dividir. Si bien la médula es una unidad continua que conecta el sistema nervioso central con el periférico, también se puede entender como segmento la zona de la médula espinal comprendida entre la entrada de dos raíces nerviosas de nervios dorsales, sensitivos y la salida de dos nervios ventrales, motores. Desde esta visión, la médula se puede dividir en 8 segmentos cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares, 5 sacrales y el nervio coccígeo. Con el sustantivo "facilitado" se quiere expresar que en ese segmento de la médula, la resistencia que ésta ofrece para transmitir los impulsos eléctricos se ha visto reducida, y por lo tanto facilitada. Esta pérdida de su control inhibitorio provocará que estímulos de menor intensidad sean suficientes para transmitir la información. Esto puede causar una respuesta neuronal indiscriminada que sobrexcita la zona de dicho segmento, y, por lo tanto, a todo lo que esté conectado con ella, (piel, músculo, hueso, tejido conjuntivo, vasos sanguíneos, glándulas sudoríparas, órganos y visceras).

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El segmento facilitado tiene tendencia a auto-perpetuarse, dado que la raíz motora de cada segmento, se encuentra unida al ganglio simpático que le es afín. Este ganglio a su vez está conectado con el sistema nervioso simpático, lo que propicia que esta hiperactividad cause irritabilidad en todo el recorrido nervioso procedente de ese segmento. Lo que a su vez crea disfunciones en las zonas receptoras que, por su mal funcionamiento, vuelven a estimular el mismo circuito, creando así un circulo vicioso. Cuando observamos un exceso de energía que circula por el sistema simpático, se puede experimentar como una respuesta de alarma y estrés que afectará globalmente a todo el organismo. El origen de un segmento facilitado se puede encontrar en una alteración que surge en torno a la CV, y que, a través del sistema nervioso periférico, irrita al órgano (reflejo somato-visceral), o surgir en torno al órgano y con ello afectar a la CV (reflejo víscero-somático). Se puede localizar un segmento facilitado a través de la palpación manual alrededor de la columna vertebral, dado que en la zona del segmento se suele apreciar un cambio de textura en los tejidos, una pérdida de movilidad y un aumento de la tensión. La zona afectada se vuelve más sensible y dolorosa al tacto. Si se deslizan dos dedos a lo largo de la CV por la zona donde éstos se vean frenados y se produce una ligera rojez en la piel (signo rojo de Upledger), posiblemente nos encontraremos con un área de segmentos facilitados. La técnica consiste en situar una mano sobre la zona del segmento facilitado y colocar la otra mano por delante, a la misma altura pero un poco más hacia abajo, ya que el recorrido del nervio desde su salida hasta el plano anterior traza una línea algo descendente. Una vez establecida la relación entre el plano anterior y el posterior a nivel del sistema nervioso y abierto a las múltiples relaciones posibles, se puede: -Seguir directamente la dirección de facilidad. -O bien, sugerir una ligera compresión entre las manos y seguir los movimientos de desanudamiento que afloren, de manera similar al trabajo con los diafragmas. En general, la zona que responde primero al movimiento no suele ser la causa primaria. Esto quiere decir que si el movimiento comienza a desanudar primero por la CV, la causa de la disfunción, probablemente, no estará en ella, si no que puede encontrarse en alguno de los órganos o tejidos inervados por ese segmento. Si comienza el desanudamiento por la zona visceral, seguramente la causa estará en torno a la CV.

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Vertebral

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito prono (5). Para la mayor comodidad del cliente y una correcta alineación de la CV. Se puede colocar un cojín bajo la frente o utilizar una camilla con orificio facial. Opcionalmente se le puede poner otro cojín bajo el abdomen y un rulo bajo los tobillos. Posición del terapeuta: De pie o sentado junto al lateral de la camilla frente a la zona a explorar. Posición de las manos: Puede variar en función de la escucha a realizar. -Para explorar la CV desde las espinosas, se desliza una mano sobre las apófisis espinosas a lo largo del eje de la CV con los dedos índice y corazón, o índice y pulgar (5, 6, 13 y 14). -Para explorar la CV desde las transversas se efectúa igual que la anterior pero separando un poco más los dedos entre sí pues las transversas se encuentran unos dos cm. más lateralizadas que las espinosas (3, 4, 11 y 12). Es posible también realizar la exploración, situando los dos pulgares sobre las transversas de la misma vértebra para comparar entre ellos e ir deslizándolos de una a otra.

Los arcos de la C.V. se reducen en fase de Inhalación.

Los arcos de la C.V. aumentan en fase de Exalación.

Variantes: Todas las escuchas anteriores también se pueden realizar con el cliente sentado sobre la camilla o en un taburete (13 , 14). Movimiento: La CV se mueve en inhalación-flexión enderezando sus curvas y en exhalación-extensión se pronuncian de nuevo (8, 9). Relaciones: Es el eje central organizador de la Vida.

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Una orientación sobre las zonas relacionadas con las terminaciones nerviosas vertebrales y posibles disfunciones. Vértebras cervicales C1: (Atlas): Cuero cabelludo, rostro, cerebro, nariz, ojos, oído, lengua, laringe, faringe, amígdalas, brazos (ejemplo de trastornos: memoria, equilibrio, neuralgias faciales, occipitales, vértigos, náuseas). C2: (Axis): Cuero cabelludo, cerebro, rostro, nariz, garganta ,oído, laringe, cuerdas vocales, faringe, estómago, brazos. C3: Cuero cabelludo, cerebro, rostro, nariz, ojos, oído, amígdalas, boca, encías, dientes (migrañas, cefaleas). C4: Diafragma, tiroides, acción sobre los pulmones (asma, enfisema). C5: Tiroides, faringe, amígdalas, hombros, brazos, manos, seno (dolores cérvico-braquiales). C6: Tiroides, acción sobre la paratiroides, taquicardias, brazos, manos (dolores cérvico-braquiales). C7: Corresponde al ganglio simpático cervical inferior, vértebra de la reanimación muy importante en kuatsu, que provoca una gran estimulación general del sistema simpático. Muchas perturbaciones cardiovasculares (hipertensión, taquicardia) pueden tener origen en un bloqueo irritativo de la séptima vértebra cervical. Ojos, faringe,amígdalas, senos, pulmones, bronquios, hombros, brazos y codos. Vértebras dorsales D1: Rostro, cerebro, orejas, nariz, boca, dientes, amígdalas, cuello, nervios vasomotores de la cabeza, pericardio, mediastino, corazón, tiroides, brazos. D2: Cerebro, orejas, tiroides, bronquios, corazón (acción sobre la presión sanguínea), senos. D3: Cerebro, oído, plexo solar, píloro, estómago, pulmones, pleura. D4: Boca, amígdalas, tiroides, faringe, hígado, vesícula biliar, respiración y corazón, gran centro de la hipertensión, espasmos cardiacos, espasmos de la simpaticotonía. D5: Plexo solar, bazo, circulación de la sangre a nivel del abdomen, esófago, estómago (vaciamiento de estómago por apertura del píloro), páncreas, duodeno. Liberación del espasmo plexo solar (opresiones, ansiedad, perturbaciones dispépticas), diafragma.

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D6: Estómago, diafragma, vesícula biliar. D7: Diafragma, estómago, duodeno, páncreas, bazo, vesícula. D8: Diafragma, bazo, páncreas, hígado, vesícula biliar, estómago, intestinos, glándulas suprarrenales (adrenalina). D9: Diafragma, bazo, páncreas, hígado. En reflexoterapia una acción sobre él colédoco permite la eliminación de las litiasis biliares en asociación con la sexta vértebra dorsal, la séptima dorsal provoca un vaciamiento de la vesícula. D10: Hígado, páncreas, problemas de los ríñones, uretra, próstata, útero ovarios, testículos. A verificar en las retenciones de líquido (favorece la eliminación, los cálculos renales, edemas y celulitis, a condición de respetar, además, la dieta hídrica). D11: Estómago, intestino grueso, ríñones, uretra, peritoneo, vesícula, epidídimo, próstata, trompas de Falopio, cuello del útero. D12: Peritoneo, intestino grueso, trompas de Falopio, circulación linfática, ríñones, vesícula, uretra, miembros inferiores. Vértebras lumbares L1: Peritoneo, intestinos (acción refleja: contrae el intestino ciego), ríñones, vesícula, órganos genitales, miembros inferiores. L2: Intestino grueso (contrae el colon transverso), peritoneo, apéndice, órganos genitales, miembros inferiores. L3: Utero, ovarios, órganos genitales, colon descendente, miembros inferiores. L4: Ovarios, útero, próstata, pene, colon sigmoideo, recto, miembros inferiores, ciática. L5: Recto, miembros inferiores, ciática (gran punto reflejo de la enuresis, tonifica el esfínter de la vesícula por estimulación). Vértebras sacras S1: (primera y última vértebras sacras): Acción sobre la esfera genital, miembros inferiores. S2: Acción sobre las hemorroides. S3: (tercera y cuarta vértebras sacras): ídem. Cóccix: Órganos sexuales, circulación de los órganos de la pelvis, hemorroides.

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"Desanudamiento en caderas"

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La técnica denominada "desanudamiento" es un recurso importante para tratar con las lesiones o disfunciones, ya sean éstas recientes o muy antiguas, con preferencia si son de origen músculo-esqueléticas o contienen un componente emocional retenido. La práctica consiste en tomar la zona que estamos tratando entre las manos (principalmente cuello y extremidades), y sustentarla en el aire. De esta forma, se intentará anular la fuerza de la gravedad que actúa sobre ella, para permitir y facilitar que las tensiones sobre la zona, puedan expresarse con libertad de movimiento. Iremos acompañando este movimiento, (aunque no existe forma de saber anticipadamente cuál va a ser su expresión) , en cualquier dirección que se exprese, - con la excepción de la misma dirección por la que venía-. Hemos de evitar que el movimiento entre en dinámicas repetitivas como círculos, elipses, etc. El tiempo en el que se expresa este proceso puede ser muy variable. En ocasiones, serán suficientes unos pocos minutos para su total resolución. En otras ocasiones, se precisa de toda la sesión y no se termina con una sola consulta A tener en cuenta: A la hora de seguir el movimiento es importante estar atento a la diferencia entre la dinámica de, por ejemplo, un brazo que sujetamos en el aire y que empuja hacia el suelo, movimiento que deberíamos de facilitar y la diferencia de notar que este brazo pesa y la gravedad ejerce un empuje natural hacia el suelo y que deberíamos de eliminar para conseguir que el miembro permanezca ingrávido. Otro aspecto importante es permanecer atento a la buena voluntad del cliente por ayudar, pues puede tener tendencia a reconocer el movimiento como una sensación interna y querer promoverlo él mediante una acción muscular, lo cual no es de ayuda en este proceso. En ocasiones se apreciará cómo se detiene el movimiento en una especie de barrera fisiológica o energética, en esas ocasiones sencillamente se esperará manteniendo la misma posición, hasta que el organismo por si solo se acomode a la nueva dinámica de fuerzas y se afloje. Este proceso de moverse como deshaciendo un nudo y pararse para reorganizarse y volver a continuar con el movimiento, se irá dando mientras queden tensiones contenidas en el tejido. En ocasiones, puede darnos la impresión de que la barrera en la que se ha detenido el movimiento parece ser infranqueable. Además de lo ya explicado, puede ser de gran ayuda ejercer una suave presión o tracción de forma tentativa, ofreciendo diferentes ángulos de micro-movimientos para observar si alguno puede ser el adecuado.

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Y sobre todo hay que tener en cuenta que esto último es sólo una propuesta dirigida hacia el organismo y no una imposición. En esa misma línea de trabajo, también puede ser de ayuda el generar un suave balanceo, como un acunamiento que facilite el que el tejido, y la persona, vayan soltando la tensión. Si tenemos en cuenta que este no es un trabajo estático, no podemos hablar de una postura concreta. Más bien se trata de adaptarse a lo que sucede por sí mismo, pero teniendo siempre presentes una serie de principios básicos en todas las prácticas. Estos principios básicos son: -Mantener la columna vertebral tan derecha como sea posible, -No trabajar lejos del propio centro, -Mantener los hombros bajos, -Procurar buenos apoyos, tanto para los pies como para los antebrazos o manos, e incluso apoyarse siempre que se pueda sobre la camilla. - Si se trabaja en el suelo se prevendrá el tener a mano suficientes cojines para procurar la comodidad del cliente y del facilitador. Ya se trabaje de forma global o local, en cualquier articulación del cuerpo, es de suma importancia para mantenerse orientado, no perder o recuperar constantemente, la visión de la cara del cliente, para asegurarnos de cómo se va encontrando en cada momento. Cuando se suelta la tensión contenida en la zona tratada, o bien si era un desanudamiento global en todo el organismo, se reinicia el ritmo craneal que, anteriormente, se habría detenido de forma local o total. Señales de liberación: Mientras se está liberando la tensión o al final de la misma, se pueden reconocer diferente señales como son: reblandecimiento del tejido, se vuelve más elástico, emisión de calor, vibraciones, aumento de energía en la zona, cambios en la respiración, pulso terapéutico, burbujeo, mayor flujo de líquidos, cambios en el ritmo craneosacral, una energía repelente que nos invita a retirarnos de la zona, puntos de parada y estados de quietud. Memoria emocional: Conforme se van soltando los patrones tensionales a nivel fisiológico, es probable que, si hubiese alguna emoción vinculada a esa experiencia, ésta comience a mostrarse, con lo que el cliente podrá reconocer sentimientos que habían permanecido inactivos desde que sucedió el evento. En otras ocasiones en cambio, se podrá percibir cómo el cliente está liberando una importante carga emocional o energética, sin necesidad de que sea consciente del proceso asociado.

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D r e n a j edelosS e n o sVenosos Con fian7 u Para quo se puoda desarrollar esta técnica con éxito, es imprescindible gonurar l.i suficiente confianza en la persona que tratamos, para que se pueda mlajiir durante la sesión. De manera que si se adopta cualquier posición •xtrafla o Inestable durante el proceso, o si se presenta cualquier tensión Interior, no dude de sí mismo ni de la habilidad del facilitador para apoyarle. I videntemente para poder generar confianza en el cliente, necesitaremos primero tenerla nosotros en el proceso en sí y en nosotros mismos. Establecer un código de seguridad antes de comenzar es de gran ayuda, dado que, en ocasiones, debido al movimiento o a la postura, puede resultar difícil hablar. De esta manera, le indicamos al cliente, por ejemplo, que si quiere parar o necesita algo levante la mano derecha y lo haremos de inmediato. Esto también refuerza la sensación de que puede ir donde quiera, porque es él, realmente, quien tiene el control de la situación. Tratamiento local o global: Si se carece de experiencia en esta técnica, es mejor comenzar con pequeños desanudamientos a nivel local, tratando, por ejemplo, con las articulaciones de las manos, codos o brazos que son menos pesadas y más sencillas de manejar. Conforme se disponga de mayores recursos llegaremos a escuchar el organismo entero, y observaremos cómo éste busca de forma global, a través del movimiento, la mejor manera de soltar las tensiones retenidas.

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A tener en cuenta: Al principio de la formación es mejor no tratar casos agudos como contusiones, esguinces o subluxaciones. Ésto no quiere decir que sea una contraindicación absoluta, sino mas bien que requiere de un poco mas de experiencia para tratar con ellos y asegurarse de no retraumatizar, aunque con tiempo y práctica, tendremos la oportunidad de apreciar, la facilidad de resolución y encaje articular que muestra el organismo en los casos recientes, para volver a su posición natural. La tercera edad requiere una atención especial, ya que puede mostrar limitaciones articulares importantes que conviene estar seguro de que se respetan como requieren. Expresiones energéticas y/o emocionales: Si, junto con la liberación del tejido, se manifiesta algo más, conviene asegurarse de que tanto el cliente como el facilitador se sienten seguros y confiados en el proceso. Sobre todo, conviene saber que disponemos de los recursos necesarios para ello (habilidades verbales y de escucha , reconocimiento de los limites, espacio y contención, estado de presencia y empatia, capacidad para tratar con el trauma...). De no ser así, resulta siempre más adecuado concluir la sesión de la mejor forma posible y hablar sobre el tema, para valorar la posibilidad de que, si es el facilitador quien carece de recursos, remitirlo a otro terapeuta.

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Desanudamientos

Extremidades

en:

Inferiores

Posición del cliente: Para el trabajo con las extremidades inferiores no existe una única postura correcta. Más bien se procurará adaptarse a las circunstancias con creatividad. Puede trabajarse con el cliente de pie, sentado o tumbado desde cualquier posición que se adapte a las necesidades de cada caso, ya sea en prono, supino o lateral, tanto en la camilla como en el suelo. Es preciso que ambos, cliente y facilitador, estén cómodos, y que la zona que se ha de tratar, se encuentre libre para poder expresar todo rango de movimientos, si ello fuese preciso. En las escuchas que se realizan de pie, es conveniente estar muy atento al cliente, por si se presenta una sensación de flojedad durante el desanudamiento o da la impresión de poder caer al suelo. Posición del terapeuta: Se situará cerca de la zona en cuestión, intentará siempre trabajar cerca del propio cuerpo, y mantendrá la espalda derecha si es posible. Posición de las manos: Para tratar con una articulación en concreto surgen diferentes opciones: -Abrazar con ambas manos la zona y acompañar su desanudamiento. -Situar una mano por encima y la otra por debajo de la articulación para que la zona permanezca sin contacto directo. -Sujetar o proporcionar estabilidad a una parte de la articulación, para permitir la posibilidad de movimiento a la otra mano, con el fin de centrar el movimiento en dicha zona. Movimiento: Habitualmente, los movimientos del desanudamiento suelen ser lentos y requieren de gran precisión, hasta que se encuentra el punto exacto en el que se equilibran las fuerzas. Suelen ir acompañados de paradas. Las extremidades responden al IRC con un movimiento de rotación externa que corresponde a la flexión e inhalación, y de rotación interna en extensión y exhalación.

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Posición del cliente: El desanudamiento de esta zona se puede realizar sobre la camilla o en el suelo en supino, prono o lateral. Pero, obviamente, en cualquiera de estas posiciones la movilidad está muy limitada. Se puede incidir unilateralmente sobre una cadera en decúbito lateral o en supino, y trabajar desde una pierna como en la foto 1 de extremidades inferiores, o también con las dos rodillas flexionadas sobre el pecho (3). La posición que mayores posibilidades de movimiento ofrece es de pie.(1,2,4,5) Posición del terapeuta: Para la escucha de caderas, si el cliente permanece de pie, surgen diferentes opciones para el facilitador: éste puede permanecer de pie, sentado o de rodillas, tanto por delante como por detrás. Si el cliente está en camilla o en el suelo, el facilitador debe acomodarse lo más cerca posible de él para que el trabajo progrese cerca de nuestro propio cuerpo y con la espalda tan derecha como se pueda. Posición de las manos: Se situarán lateralmente en contacto con las espinas ilíacas procurando un toque amplio y delicado, pero que transmita firmeza al mismo tiempo. Así el cliente, no se sentirá invadido y además se sentirá apoyado y sustentado en el caso de que surja el movimiento. Movimiento: Como en cualquier otra zona corporal, las caderas responden al IRC con un movimiento de apertura y cierre en los laterales y de flexión extensión en el centro. En el desanudamiento es imprescindible mantener una escucha global pues, las caderas debido a su posición central, acomodan y compensan tanto las fuerzas ascendentes como las descendentes y cualquier pequeña variación que se origine en ellas, repercutirá en las piernas y en el tronco. Es probable que si se trata con las caderas, el trabajo se pueda terminar en el suelo, por lo que es necesario extremar la atención para trasladarse al suelo de forma segura si fuese necesario, bien acompañando el descenso con suavidad, o bien invitando al cliente a que se tumbe lo mas cómodo posible. A continuación seguid con el proceso desde esa nueva posición.

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Posición del cliente: De pie, sentado, tumbado en el suelo o en camilla en decúbito supino o lateral. Tumbado en el suelo: obtenemos una gran estabilidad y amplitud de movimientos globales, pero si se parte desde supino y no se mueve el tronco, la posibilidad de llevar la extremidad hacia atrás queda limitada (8). Tumbado en supino sobre la camilla: para trabajar desde esta posición en un hombro se le indica al cliente que se sitúe atravesado con la idea de que se mantenga estable y de colocar el hombro a tratar lo mas fuera posible de la camilla.(3, 4) En decúbito lateral: se colocan las rodillas flexionadas para conseguir mejor estabilidad. Esta posición permite una gran movilidad del hombro libre. Sentado sobre la camilla: esta postura es mejor que se realice cerca del borde de la misma, para permitir que el facilitador disponga de mayor libertad de movimientos. De esta manera, y, si es necesario, puede ir modificando su posición desde delante, detrás y de lado. Sentado en una silla: la posición es muy cómoda para ambos. Es interesante observar las diferencias que ofrece el trabajar con una silla con y sin respaldo. El respaldo suele ofrecer más estabilidad pero menos movilidad, Un taburete giratorio con respaldo lumbar es una buena opción que permite un apoyo suficiente y deja mucha libertad de movimientos (1,2 y 6). De pie: no suele ser habitual, debido a que es más cansado para el cliente. Posición del terapeuta: Para las diferentes posibilidades en las que puede situarse el cliente, el facilitador tendrá que procurar un equilibrio dinámico e intuitivo entre sentirse cómodo, por un lado; y con libertad de movimientos, por otro. Los dos son requisitos imprescindibles para poder apoyar el proceso del cliente sin olvidarse de uno mismo. Posición de las manos: La posición de las manos tendrá que irse adaptando con fluidez a las necesidades de cada momento. Movimiento: Las extremidades responden al IRC con un movimiento de rotación externa que corresponde a la flexión e inhalación y rotación interna en extensión y exhalación.

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C u e l l o

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Posición del cliente:

Posición de las manos:

Tumbado sobre la camilla en supino o sentado. Tumbado sobre la camilla en supino: desde esta posición se puede trabajar muy bien con el cuello del cliente, siempre y cuando se le pida de comienzo que saque la cabeza fuera del apoyo de la camilla (5,6).

Las manos tienen diferentes posiciones: Si el cliente está sentado: -Ambas manos se situarán lateralmente sobre la cabeza. -Una mano por delante sobre el frontal o bajo la mandíbula, y la otra mano permanecerá detrás sobre el occipital. Si el cliente esta tumbado: -Se comienza con las manos en forma de cuna bajo el occipital y conforme se mueve se van adaptando. -Si surge una rotación, es necesario cambiar la posición de partida porque la cabeza se podría quedar sin apoyo. Para ello se deslizan las manos suavemente, hasta que una mano permanezca bajo la zona parietal, mandibular y la otra mano, aproximadamente, en la zona diametralmente opuesta.

Evidentemente, esta posición requiere solicitar al cliente que afloje el cuello de manera que quede tan laxo como sea posible y ofrecerle todas las garantías de que va a disponer del apoyo necesario, para que confíe en que se puede soltar con confianza. Desde esta escucha, es imprescindible permanecer muy atento a que no se estanque por mucho tiempo el movimiento o la posición en posturas antifisiológicas o que generen tensión. Se puede realizar la misma práctica, sin sacar la cabeza de la camilla con mucha mayor seguridad, ya que se evita la flexión del cuello, pero se pierden posibilidades de movimiento (11 y 12). Sentado sobre un taburete o sobre el borde de la camilla: esta posición ofrece una gran libertad de posibilidades para el desanudamiento del cuello e incluso de gran parte de la CV. Posición del terapeuta: Si el cliente está tumbado con la cabeza fuera de la camilla, lógicamente el facilitador estará sentado a la cabecera de manera que pueda ofrecer un apoyo cómodo y seguro al cliente, procurando que sus propios codos y manos permanezcan cerca del cuerpo, dado que una cabeza que se deje caer sobre nuestras manos puede llegar a resultar muy pesada. Si el cliente está sentado, el peso de su cabeza recae sobre el cuello por lo que el trabajo resulta más ligero para el facilitador. En este caso tan sólo tiene que mantener los diferentes movimientos, inclinaciones o rotaciones pero no propiamente el peso total de la cabeza. La colocación del facilitador será dinámica y principalmente de lado o por detrás, de manera que el cliente sienta el apoyo de su espalda o del lateral sobre el vientre del facilitador.

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Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en supino. Sentado sobre un taburete o sobre el borde de la camilla. Posición del terapeuta: Si el cliente está tumbado con la cabeza fuera de la camilla, lógicamente el facilitador estará sentado de manera que pueda ofrecer un apoyo cómodo y seguro al cliente. Si el cliente está sentado, el peso de su cabeza recae sobre el cuello por lo que el trabajo resulta más ligero para el facilitador. En este caso tan sólo tiene que mantener los diferentes movimientos, inclinaciones o rotaciones pero no propiamente el peso total de la cabeza. Posición de las manos: Si el cliente esta tumbado: -Se comienza con las manos en forma de cuna bajo el occipital y conforme se mueve se van adaptando. Si el cliente está sentado: -Ambas manos se situarán lateralmente sobre la cabeza. -Una mano por delante sobre el frontal o bajo la mandíbula, y la otra mano permanecerá detrás sobre el occipital. Movimiento: Habitualmente, los movimientos del desanudamiento suelen ser lentos y requieren de gran precisión, hasta que se encuentra el punto exacto en el que se equilibran las fuerzas. Suelen ir acompañados de paradas.

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Tracciones

Perinatal Durante el proceso de una sesión, es posible que se presente algún patrón relacionado con el tema perinatal, tanto si estamos tratando con bebes como con personas adultas, pues estas improntas, pueden quedar retenidas en el organismo por tiempo indefinido, a la espera de encontrar la situación apropiada para poder ser escuchada y asimilada. Todo el trabajo con bebes, niños o adultos relacionado con este periodo, posee en si mismo un gran potencial energético y una maravillosa cualidad generadora de Vida y plenitud, que suele producir en el facilitador una sensación vibrante de alegría y satisfacción por poder acompañar y participar de esa experiencia. Para acompañar el proceso perinatal, no es necesario seguir los movimientos corporales del cliente, ni siquiera es imprescindible reconocerlos para que se puedan dar por si solos. Pero la experiencia indica que puede ser de gran ayuda en algunos casos, el que la persona tome conciencia de su vivencia y que el cuerpo pueda expresar sus tensiones retenidas, para encontrar así la manera de liberarlas. Por ello, también es apropiado que se le ayude con delicadeza a suprimir o disminuir la fuerza de la gravedad, facilitándole los movimientos que puedan surgir desde su interior, ya que mediante este procedimiento, suele ser mas sencillo entrar en contacto real con la sensación sentida de aquel momento, que se está manifestando en el ahora y en el cuerpo y no con meras divagaciones mentales, o estados de somnolencia. Cuando surge el desanudamiento relacionado con el parto, es muy frecuente que el cliente sienta la sensación de querer colocarse cabeza abajo, como preparándose para nacer. De nuevo, esta sensación se puede reconocer sin necesidad de seguirla, o se puede facilitar mientras sea posible, teniendo en cuenta las dificultades lógicas que ello conlleva. Otro apartado que merece la pena ser abordado dentro del campo perinatal, es el trabajo en grupo, para apoyar a una sola persona que vivencia su proceso, pues esto posibilita, el que se puedan recrear con mayor facilidad las circunstancias que se dieron en aquel momento. La presencia de mas de un facilitador, crea entre todos una profunda empatia y multiplica la energía y los recursos disponibles para todos.

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D e s a n u d a m i e n t o s en el agua

Desanudamiento en el agua La vivencia de un desanudamiento en el agua suele ser sumamente placentera tanto de recibir como de facilitar, pues conecta con una sensación de flotabilidad y libertad de movimientos que promueven una gran relajación tanto física como psíquica. Este proceso en ocasiones, puede derivarse fácilmente a una vivencia intrauterina. Esta práctica se puede desarrollar en el mar, en una piscina normal, o en las de mayor salinidad en las que se que se flota sin esfuerzo. Ésta última tiene la ventaja de que aumenta la sensación de sentirte sustentado, pero disminuye la capacidad de los movimientos hacia abajo, también el exceso de sal puede crear molestias y picor en los ojos. A tener en cuenta: Que la temperatura del agua esté lo suficientemente cálida para poder permanecer dentro de ella, todo el tiempo que sea necesario, (que no suele ser mucho), sin que el cliente llegue a sentir frío. Valorad la posibilidad de utilizar tapones para los oídos y para la nariz. Disponer de al menos dos rulos de flotación para poder sustentar al cliente sobre el agua, uno bajo las rodillas y otro bajo el cuello, para tener la posibilidad de situar las manos en cualquier otro sitio que lo requiera. Posición del cliente: Tumbado en supino, con un rulo bajo las rodillas para promover una mejor sustentación de las piernas y otro rulo bajo el cuello. Posición del terapeuta: Si sólo trabaja un facilitador, se puede comenzar por detrás de la cabeza, sustentándola con ambas manos bajo el occipital y un rulo bajo las rodillas. Otra posibilidad serla colocarse en el lateral con una mano bajo el sacro o la zona lumbar y la otra bajo el occipital. Si son dos facilitadotes, el trabajo es mucho más sencillo y se desarrollan mayores posibilidades de implicar en el proceso a todo el organismo. Se puede mantener de partida el rulo bajo las rodillas. Uno de los facilitadotes comienza en los pies y el otro empieza en la cabeza. Sobre la marcha retirar el rulo, ya que el apoyo de las manos es siempre más agradable y versátil. Movimiento: Es probable que ocurran todo tipo de movimientos, tanto sobre el agua como incluso dentro de ella, a los que no hay que tenerle miedo pues el proceso invitara a girarse, hundirse, encogerse, alargarse, etc. con mucha facilidad. Todo ello puede resultar una experiencia profundamente agradable de libertad, aunque, por supuesto, conviene permanecer atento por si la persona se agobia o entra en un proceso de nacimiento.

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"Técnica de tracción desde el occipital"

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Tracciones

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Drenaje de los Senos Venosos Descripción de la técnica La técnica de tracción del tubo dural sirve tanto de diagnostico como de tratamiento. Consiste en escuchar cualquier zona corporal, por si presenta una retracción sobre sí misma o producida por otros elementos, reconocer y permitir, el recorrido natural que realiza el organismo hacia la contracción con una atención sutil. Luego, debemos esperar ofreciendo el tiempo necesario y la intención de espacio, hasta que surja una reorganización desde dentro de la tensión, una suavización de la misma. Reorganización que tenderá hacia una nueva posición, hacia el estiramiento o el punto neutral. Después, y siempre con delicadeza, acompañad los movimientos impredecibles que se originen desde su interior, de manera que se atraiga hacia el proceso de alargamiento tanto como sea posible y apropiado. En la práctica, esto quiere decir que donde se percibe una restricción, no se precisa más tracción para soltarla. Es preferible esperar manteniendo la misma tracción y dejando que el proceso se produzca a su manera. Esto puede suponer que sintamos cómo quizá se suelta primero de un lado con facilidad. Luego, si tal vez se queda enganchado de otro lado, esperaremos. A continuación, se percibirá un suave temblor y reblandecimiento de los tejidos para continuar soltándose en línea recta. Si vuelve a pararse, esperaremos, y percibiremos una pulsación en la zona que desprende calor y se suelta de nuevo. En esta ocasión, se alargará hacia los lados, hasta que, finalmente, y después de acompañar estas acciones, permanecerá una sensación de haber conseguido la total liberación de la zona, o al menos, toda la que era posible en ese momento. Descripción anatómica La tracción dural: para esta práctica conviene recordar que el tubo dural se inserta en el foramen magno del occipital, en C2 - C3 y en S2 y el cóccix. Por lo tanto, estas zonas son propensas a crear restricciones, si se presenta alguna disfunción en ellas. El resto de canal raquídeo dispone de bastante libertad de movimiento, aunque también pueden surgir restricciones en él a través de los agujeros intervertebrales. La tracción se puede realizar desde el occipital en sentido craneal, o desde el sacro en sentido caudal. Antes de realizar esta práctica es conveniente asegurarse de que la articulación atlanto-occipital y la charnela lumbo-sacra se encuentren libres. De lo contrario, podrían ser zonas de limitación al movimiento. También sería conveniente comprobar los diafragmas transversales y la musculatura paravertebral.

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CRANEOSACRAL

En caso de que las restricciones no se soltasen, existen otras alternativas útiles a nivel local como son: la técnica de V-spread, el trabajo con el diafragma de la zona relacionada, seguir la dirección de la facilidad a nivel vertebral y a nivel global CV4 y el balanceo del tubo dural. La tracción del tubo dural desde el occipital: se realiza situando las palmas de las dos manos bajo el occipital (1 y 2), de tal manera que se pueda ejercer una suave tracción con las yemas de los dedos, y/o con la superficie hipotenar en dirección craneal, hacia el facilitador, que estará sentado detrás de la cabeza del cliente. La tracción del tubo dural desde ei sacro: se sitúa la palma de una mano centrada bajo el sacro (4 y 6), con los dedos mirando en dirección craneal y las apófisis espinosas entre los dedos medio e índice (ver sacro pág.48). El facilitador permanecerá sentado o de pie inclinado, junto al lateral de la camilla procurando encontrar un buen apoyo para el codo. La tracción de tejido blando: se puede realizar, siguiendo los mismos parámetros, en cualquier zona corporal (3, 7 y 8).

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T r a c c i o n e s

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: -Sentado detrás de la cabeza del cliente para realizar la tracción desde el occipital. (2) -Sentado en el lateral de la camilla para realizar la tracción desde el sacro. (6) -Delante de los pies para realizar la tracción desde éstos. (3) Posición de las manos: Bajo el occipital. (2) Bajo el sacro. (4) Bajo los tobillos. (3) Variantes: Para el occipital (1) se debe realizar la escucha y la tracción en vez de con las yemas de los dedos, con las superficies hipotenares de ambas manos.

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Diafragmas

Transversales

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GUÍA

VISUAL

DE LA TERAPIA

Posiciones de e s c u c h a en:

CRANEOSACRAL

Diafragmas

La orientación mayoritaria del tejido fascial en el cuerpo humano es en sentido longitudinal. En las zonas de los diafragmas surgen disposiciones de tejido conectivo de orientación trasversa, que, en caso de hipertonía pueden ocasionar restricciones al libre deslizamiento longitudinal de las fascias, así como al flujo de LCR lo que provocaría, no sólo tensión en dicho tejido, sino también en las estructuras que envuelven (células, vasos, nervios, músculos, órganos...) y con las que esté conectado. Conviene tener en cuenta, que el tejido fascial se encuentra en todo el organismo tanto a nivel macroscópico como a nivel microscópico. No hay que olvidar que el cuerpo se comporta como una unidad funcional, por lo que resulta de especial interés facilitar la resolución de dichas tensiones. El hacerlo antes de la mayoría de los tratamientos prepara y promueve su resolución. Diafragmas en fase de Inhalación:

La tienda: desciende. El Hiodes y el diafragma atlanto-occipital: descienden.

Transversales

Diafragma Pélvico: (1,2,3)

Diafragma Toraco-Lumbar: (4)

Diafragma Craneo-Cervical: (5,6)

I I La duramadre espinal: es empujada en dirección craneal. El tendón central: es empujado en direcciones opuestas.

Diafragma Atlanto-Occipital: (7,8)

El diafragma torácico: desciende.

El diafragma pélvico: desciende Hioides: (9,10)

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Posiciones de escucha en Diafragmas Transversales:

Diafragma

Pélvico

Diafragma Pélvico Descripción anatómica I I diafragma pélvico tiene forma de embudo o hamaca y está situado en el suelo de la polvis sirviendo de apoyo y contención para las visceras de la zona, («no, uréter, vejiga, vagina, útero, trompas de Falopio, próstata, intestino grueso ascendente y descendente y el colon). I s atravesado por el ano y la uretra en ambos sexos y en la mujer también por la vagina, por lo que está muy relacionado con el sistema urogenital e influye en la reproducción, sexualidad y en los procesos excretores. Está formado por los músculos elevador del ano y coccígeo junto con sus capas fasciales superior e inferior. El diafragma urogenital está formado por dos hojas de tejido fascial, superficial y profunda que cubren el espacio entre las ramas isquiopúbicas de forma que permiten el paso de la uretra y la vagina. La base de este diafragma la constituye el músculo transverso profundo del perineo. En su zona posterior se encuentra el transverso superficial. En términos prácticos y funcionales se tratan los dos diafragmas de forma conjunta , ya que, debido a sus numerosas interconexiones musculares y faciales, sería muy complejo el poderlos diferenciar. La función de ambos diafragmas está relacionada con la sujeción y contención de los órganos abdominales y pélvicos, la transmisión de fuerzas hacia las piernas, así como funciones endocrinas, sexuales y de paso. Descripción de la posición La escucha y tratamiento del diafragma pélvico: se realiza con el cliente en decúbito supino, el facilitador colocará una mano bajo el sacro y la otra mano sobre la zona suprapúbica. Conviene tener en cuenta que estas zonas de contacto, pueden estar relacionadas con tensiones somato-emocionales, ante las cuales el cliente puede ser extremadamente sensible, por lo que quizá sea conveniente informarle de dónde se va a realizar el contacto y permanecer muy atento a sus posibles reacciones. La mano situada en el plano anterior comienza ejerciendo una suave presión en sentido anteroposterior, para conectar con las tensiones que estén actuando en los diferentes planos faciales. Una vez que se percibe el movimiento, el cual puede mostrase como tensiones laterales, torsiones, cizallamientos o todo tipo de desplazamientos en cualquier dirección, se seguirá dicho movimiento sin perderlo ni permitirle regresar por la misma dirección, hasta percibir la suavización del tejido. Se acompañará con suavidad su regreso a la posición de partida y, si se cree oportuno, se puede volver a efectuar el mismo proceso para comprobar los cambios, o bien para proseguir el tratamiento.

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CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Sentado en el lateral de la camilla a la altura de la zona de exploración. En la primera descripción de la posición de las manos, al contactar con el sacro de forma longitudinal, es preciso situarse un poco más hacia los pies para buscar la comodidad del facilitador. En la siguiente descripción en la que se contacta con el sacro de forma transversal se realiza totalmente de frente a la zona que se pretende explorar. Posición de las manos: Se sitúa una mano centrada y longitudinal bajo el sacro con los dedos en dirección craneal (ver sacro pág. 48) y la otra sobre la región suprapúbica, de manera que la eminencia tenar de la mano entre en contacto con el hueso púbico. Variantes: Se sitúa una mano centrada y transversal bajo el sacro (ver sacro pág. 48) y la otra sobre la región suprapúbica de manera que la eminencia hipotenar de la mano esté en contacto con el hueso púbico. También es posible realizar la misma escucha invirtiendo la posición de las manos: si la mano que situábamos sobre el pubis la colocamos bajo el sacro y la que se encontraba bajo el sacro la colocamos sobre el pubis, queda casi la misma posición pero con las manos cambiadas. De esta manera, el contacto con el pubis se realiza con la eminencia tenar en vez de la hipotenar.

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Diafragma Toraco-Lumbar o Respiratorio Descripción anatómica La palabra diafragma deriva del griego y su significado es: "a través de, diferencia, separación". El diafragma respiratorio, toracolumbar o toracoabdominal es el músculo más plano del cuerpo que divide las cavidades torácica y abdominal. Tiene forma de bóveda o de un paracaídas que se cierra por arriba. Su parte media y más alta es tendinosa y recibe el nombre de centro frénico, situado a la altura del quinto espacio intercostal y a su alrededor se encuentran las porciones musculares. Es más alto por delante que por detrás y su bóveda no es regular, descendiendo más por el lado izquierdo. Se origina por fibras musculares o tendinosas, en todos los elementos anatómicos que forman el orifico costal inferior. Su inserción anterior es más alta que la posterior y su cúpula derecha es más elevada por su relación con el hígado. Está unido a las costillas inferiores, al esternón y a las vértebras lumbares, el pilar derecho a L1, L2 y L3 y el pilar izquierdo mas pequeño en L1 y L2. Cuando el diafragma se contrae, tira del centro tendinoso hacia abajo aplanándose, los músculos pectorales menores y los músculos intercostales presionan las costillas hacia fuera. La cavidad torácica se expande y el aire entra en los pulmones a través de la tráquea para llenar el vacío resultante. Además, al contraerse ejerce presión sobre el abdomen, y de esta manera ayuda al tránsito gastrointestinal y también desciende el pericardio, que a través de la funda carotidea estira de la base craneal, por lo que en caso de disfunción o hipertonía diafragmática, ya sea esta unilateral o bilateral, puede alterar la movilidad de la base craneal.

Posiciones de e s c u c h a e n Diafragmas Transversales:

Diafragma

Toraco-Lumbar

Descripción de la posición La escucha y tratamiento del diafragma toracolumbar: se realiza con el cliente en decúbito supino, situando el facilitador una mano bajo la espalda en sentido trasverso, cubriendo la 12a vertebra torácica o dorsal y las primeras lumbares y la mano anterior sobre el apéndice xifoides. Si se posiciona esta mano en sentido longitudinal, puede ser conveniente disponer de un cojín situado sobre el abdomen del cliente para poder apoyar el codo del facilitador. La mano situada en el plano anterior comienza ejerciendo una suave presión en sentido anteroposterior, para conectar con las tensiones que estén actuando en los diferentes planos fasciales, una vez comienza o se percibe el mo-vimiento que puede mostrase como tensiones laterales, torsiones, cizallamientos o todo tipo de desplazamientos en cualquier dirección, se seguirá éste sin perderlo ni permitirle regresar por la misma dirección, hasta percibir la suavización del tejido. Se acompañara con suavidad su regreso a la posición de partida y si se cree oportuno se puede volver a realizar el mismo proceso, para comprobar los cambios o para proseguir el tratamiento. Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Sentado en el lateral de la camilla a la altura de la zona a explorar. Posición de las manos: Se sitúa una mano centrada y transversal bajo la espalda a la altura de la charnela Toracolumbar entre T12 y la 1 a , 2 a y 3 a lumbares y la otra mano transversal sobre el apéndice xifoides del esternón el reborde inferior de las costillas y el epigastrio. Variantes: La misma posición que la anterior pero situando la mano sobre el xifoides de forma longitudinal en vez de transversal.

En este músculo se pueden observar varios orificios, entre los que destacan el hiato aórtico (para el paso de la aorta y conducto torácico, a nivel T12), el hiato esofágico (para el paso del esófago y troncos vagales, a nivel T10) y el orificio para la vena cava inferior acompañado en ocasiones por el nervio frénico derecho. Es atravesado por: el esófago, la aorta, la arteria mamaria interna, la vena cava, ácigos y hemiácigos, los vasos sanguíneos esofágicos, el conducto torácico, los nervios vagos, frénicos, esplácnicos. La función del diafragma influye sobre: la respiración, la digestión, la circulación, la emisión de sonidos y la estática por lo que Tailor Still afirmo que en caso de disfunción, es la zona del cuerpo que más influencia puede tener sobre diferentes enfermedades.

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Posiciones de e s c u c h a en Diafragmas Transversales:

Diafragma

Cervico-Torácico

Diafragma Cervico-Torácico o de Entrada al Tórax Descripción anatómica A este diafragma se le da el nombre de entrada por que a través de él cruzan los vasos sanguíneos y linfáticos que desde la cabeza entran al tórax. Cualquier disfunción o hipertonicidad en la zona puede reducir el libre flujo de fluidos en ambos sentidos, el desplazamiento del tejido fascial así como la libertad de movimientos a nivel articular y la funcionalidad de los órganos de la zona (esófago, tráquea, tiroides, timo, corazón y pulmón) hay que tener en cuenta que esta zona es susceptible de dificultar la libertad de movimientos del sistema craneosacral y poner en serios aprietos la expresión de la salud. La función del diafragma influye sobre: la respiración, la circulación la digestión, el sistema hormonal, la emisión de sonidos, la estática de la cabeza y el equilibrio. Está formado a nivel óseo por: las vertebras cervicotorácicas, las clavículas, las primeras costillas, el acromion y el manubrio del esternón. A nivel de tejido blando esta formado por numerosas estructuras miofasciales como los músculos esternocleidomastoideo, infrahioideos, platisma, trapecio, deltoides, escalenos, esplenios, elevador de la escápula, los profundos de la nuca así como las fascias del cuello, cervical y prevertebral. Descripción de la posición La escucha y tratamiento del diafragma cervicotorácico, se realiza con el cliente en supino y el facilitador sentado al lado de la zona a explorar con una mano bajo la espalda a la altura de las últimas vértebras cervicales y de las primeras torácicas, y la otra encima y centrada sobre la articulación esternoclavicular. El contacto en esta zona puede resultar muy delicado para algunas personas, que pueden sentirse invadidas o agobiadas si acumulan tensión somato emocional en esa parte de su cuerpo, de forma similar a como podía suceder con el diafragma pélvico, por lo que puede ser de ayuda el informar previamente de los pasos que se van a ir dando y contar con su consentimiento, además de permanecer atentos a sus posibles reacciones. Se puede realizar el contacto desde diferentes posiciones, variando la posición de las manos entre una orientación longitudinal o trasversal tanto para la mano de arriba como para la de abajo, lo que condiciona que el cuerpo del facilitador esté prácticamente de frente a la zona clavicular o ligeramente desplazado hacia la zona craneal o caudal. Puede ser de ayuda el disponer de un pequeño cojín para colocarlo sobre el pecho del cliente y así evitar el que se canse el hombro del facilitador, y sobre todo, para que la posición, resulte menos invasiva.

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GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA CRANEOSACRAL

Tracciones

Conforme se induce la presión descendente se expresará una expansión lateral que, idealmente, debería de ser simétrica y que nos mostrará las diferentes tensiones que se acumulen en la zona en forma de torsiones, desplazamientos laterales, compresiones o bloqueos. Estos movimientos se irán siguiendo conforme se expresen hasta percibir la relajación de los tejidos. A continuación se regresará suavemente a la posición de comienzo para terminar, o bien, se puede volver a repetir. Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Sentado en el lateral de la camilla a la altura de la zona a explorar. Posición de las manos: Se sitúa una mano centrada y transversal bajo la espalda a la altura de la charnela cervicotorácica entre C6, C7 y la 1 a y 2 a torácicas. La otra mano oblicuamente y centrada sobre la porción anterosuperior del tórax. Haciendo contacto mediante el pulgar con una costilla y con el índice de la misma mano con la otra, cubriendo con la palma la articulación esternoclavicular, el manubrio y las primeras costillas. Variantes: La misma posición que la anterior pero situando la mano de la espalda en la misma zona pero de forma longitudinal en vez de transversal.

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Tracciones

Diafragma Atlanto-Occipital o craneo-cervical Descripción anatómica La base del cráneo es uno de los componentes de la tríada de la compresión junto con la SEB y la charnela lumbosacra. Es una zona de frecuentes tensiones, ya que en ella se insertan numerosos músculos y fascias que pueden repercutir sobre la libre movilidad de los huesos del cráneo, las cervicales, el sacro, el impulso rítmico craneal, el libre flujo de venas y arterias, así como sobre los nervios que la atraviesan. La liberación del diafragma: promueve la libre movilidad de las primeras cervicales, del occipital y temporal, así como el mejoramiento de la congestión intracraneal. Por ello puede ser adecuado liberar primero el diafragma de entrada al tórax, en el caso de que sea necesario mejorar el drenaje de los fluidos. Contraindicaciones: no es conveniente practicar esta técnica ante fracturas o traumatismos agudos de la base craneal, atlas o axis, o ante riesgo de hemorragias intracraneales.

Posiciones de escucha en Diafragmas Transversales:

Diafragma

Atlanto-Occipital

-El tercero y último paso de este proceso consiste en tratar con las posibles restricciones trasversales de la zona. Para ello se colocan los dedos de forma similar a la anterior, pero lo más cerca posible de los cóndilos del occipital en un ángulo de 45° en dirección hacia el centro del agujero magno, que es la orientación propia de los cóndilos. Con la atención en los cóndilos del occipital, el facilitador induce un suave acercamiento entre sus propios codos, lo que produce un delicado movimiento de separación en las yemas de sus dedos, lo que promueve la separación de los cóndilos del occipital. Este proceso se mantendrá hasta que se perciba la relajación de los tejidos. Esta parte del proceso no sólo trata con los cóndilos del occipital sino que también favorece la eliminación de tensión alrededor de los agujeros yugulares. Esto puede repercutir en el libre paso de los nervios glosofaríngeo, vago y accesorio y en el drenaje intracraneal, a través de las venas yugulares.

Descripción de la posición La técnica del diafragma cráneo cervical se realiza con el cliente tumbado en decúbito supino. El facilitador, sentado en la cabecera de la camilla, sitúa las palmas de ambas manos centradas bajo el occipital. Las yemas de los dedos en contacto con el borde inferior del occipital y los dedos flexionados en ángulo recto ofrecen apoyo a la musculatura suboccipital, que permanece en equilibrio sobre ellos, sin ejercer más presión sobre la zona de la que ya se ejerce por el peso de la cabeza del cliente. La técnica se desarrolla en tres pasos: -Primero: conforme se van relajando los tejidos por la presión de la gravedad sobre los dedos, la cabeza comenzará a caer hacia atrás sobre las palmas de las manos. Debemos procurar que la posición de los dedos ni cambie ni aumente la flexión. En la medida en que se suavice la tensión muscular de la zona suboccipital, se percibirá en la yema de los dedos el arco posterior del atlas. La tensión que comienza a recaer sobre él, lo irá alejando del occipital hacia el plano anterior, hacia arriba, como si comenzase a flotar. -Segundo: una vez liberada la tensión en el plano anteroposterior, se puede tratar con la rigidez en la misma zona en el plano cráneo-caudal. Para ello se estabiliza el arco posterior del atlas en el plano anterior con las yemas de los dedos anulares. Luego, con gran delicadeza se ejerce una suave tracción hacia el plano craneal, hacia el facilitador, con las yemas de los demás dedos. Este proceso elimina o suaviza la compresión alrededor de los cóndilos del occipital y separa éste del atlas.

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Posiciones de e s c u c h a en Diafragmas Transversales:

H i

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CRANEOSACRAL

Descripción anatómica El hioides es un hueso de la laringe, central, simétrico e impar, con forma de herradura. Situación: Está situado en la cara anterior del cuello, encima de la laringe y debajo de la lengua a la altura de la 3a y 4 a vértebras cervicales, en el ángulo formado por la base del paladar con el cuello. El hioides está formado por cinco partes: -Un cuerpo delgado. -Cuatro prolongaciones laterales, dos a cada lado de las dos astas mayores y dos menores. Articulación: es el único hueso que no se articula con ningún otro hueso. Permanece suspendido desde las apófisis estiloides del temporal mediante ligamentos. Sirve como punto de anclaje flotante, entre la musculatura supra-hioidea e infrahioidea, lo cual le permite desarrollar una respuesta fisiológica a los requerimientos funcionales de deglución, respiración y fono-articulación. Inserciones: En el hueso hioides se insertan numerosos músculos que se agrupan en supra-hioídeos e infra-hioídeos. El primer grupo desciende la mandíbula por contracción, por lo que debe estar fijado por el grupo infra-hioídeo en una actividad isométrica.

Para ello puede sernos de ayuda la palpación solicitándole al cliente que realice el movimiento de tragar varias veces, pues al hacerlo se crea un ascenso y descenso del hioides que facilita su localización. La técnica consiste en: una vez realizado el contacto de la manera más delicada posible, seguid su desanudamiento de forma libre, con la intención de incitar su desplazamiento hacia el plano anterior (en supino hacia el techo). Es fundamental respetar durante todo el proceso el tiempo que se necesite para ello y las formas que vaya tomando en cada momento. Lo más probable es que el hioides se desplace en cualquier sentido, dependiendo de las tensiones que recaigan sobre él. Según se vayan liberando estas tensiones ,es probable, que se manifiesten otras que le desplazarán en cualquier otra dirección y así sucesivamente. Quizá su movimiento se detenga durante unos instantes, durante los cuales es posible percibir las señales de que algo está cambiando como desprendimiento de calor, vibraciones, reblandecimiento del tejido, etc. Acto seguido, puede desplazarse en cualquier otra dirección y así constantemente, pero siempre es importante mantener la intención de una tracción sutil hacia el plano anterior, ya que todas las tensiones que pueden repercutir sobre el hioides, le empujarán en dirección craneal, caudal o hacia el plano posterior.

Presta inserción y relaciona estructuras provenientes del temporal, mandíbula, faringe, lengua, esternón, clavícula y escápula. A nivel del sistema endocrino se relaciona con la glándula tiroides y paratiroides. Termina de osificar sobre los 2 años de edad. No forma parte directa del sistema craneosacral. Sin embargo, debido a sus numerosas conexiones musculares, ligamentosas y fasciales se le considera como parte del mismo y puede ser una zona de frecuentes restricciones.

Test de movilidad lateral: Se puede comprobar con relativa facilidad, la libertad de movimientos de que dispone el hiodes, mediante el test lateral. Para ello se colocan los dedos pulgar e índice sobre las astas mayores del hiodes, y se le induce un suave y delicado desplazamiento lateral en una dirección y a continuación en la otra, valorando la capacidad y cualidad de ambos desplazamientos, que en caso de no existir ningún tipo de tensión deberían de ser simétricos.

Descripción de la posición La escucha del hioides: Se debe realizar siempre con gran delicadeza, ya que puede ser una zona que acumule numerosas tensiones, ya sean de tipo fisiológico, emocional o traumático, hasta el punto de que, en ocasiones, no se podrá realizar la escucha o tan sólo se podrá aproximar a la zona sin tocarlo (5). La escucha se puede realizar desde cualquiera de las posiciones descritas en la pág. 175, salvo en la posición (5) en la que no se realiza ningún contacto con el hioides, pero sí se efectúa una conexión con las estructuras que se relaciona por arriba y por abajo. En todas las demás posiciones debemos asegu-rarnos, previamente, de que nos mantenemos en contacto con las astas mayores.

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Posiciones de e s c u c h a en Diafragmas Transversales:

CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado sobre la camilla en decúbito supino. Posición del terapeuta: Sentado en el lateral de la camilla frente al hioides.(1) Posición de las manos: Se coloca una mano debajo del cuello, rodeamos al hioides con la otra mano haciendo contacto con el mismo con los dedos índice y pulgar. (1) Variantes: El facilitador sentado a la cabecera de la camilla puede optar a diferentes opciones en cuanto a la posición de las manos: a) Situar las dos manos bajo el cuello y hacer contacto en el hioides con ambos pulgares (2). b) Situar el meñique bajo el occipital, el anular junto a C3, el dedo medio contacta con el hioides, el índice sobre la mandíbula y el pulgar sobre las alas mayores del esfenoides (3). c) Situar el meñique sobre las clavículas, el índice sobre el hioides y el pulgar sobre la mandíbula.(4) d) Igual que la anterior pero sin tocar el hioides.(5) Movimiento: El hioides como hueso central responde al IRC con flexión y extensión y en su porción lateral en las astas mayores, con ligera rotación externa e interna. Relaciones:

H i o

i d

e

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IrV nH

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Se relaciona con la fonación, la respiración y la deglución así como con la tiroides, y con todas las estructuras a las que presta inserción.

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"Drenaje de los senos venosos"

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13-

Drenaje

de l o s

Senos

Venosos

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"Drenaje de los senos venosos"

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Por drenaje entendemos una serie de maniobras manuales que, ordenadas de forma adecuada en función de la anatofisiologia humana, pretenden conseguir la movilización de los fluidos que contienen los senos venosos, y que por cualquier causa se hayan podido ver dificultados en su libre desplazamiento hacia su destino natural, el corazón. Los senos son espacios venosos que drenan la sangre del cerebro y los huesos del cráneo, así como el LCR hacia las venas yugulares internas. Se encuentran entre las capas perióstica y meníngea de la duramadre, por lo cual sus paredes están constituidas por un tejido fibroso diferente al de otra venas. Por ello presentan una mayor rigidez, una acentuada tensión y no colapsan con facilidad. Su forma suele ser triangular, o irregularmente cilindrica, y su luz está revestida por el endotelio. Al igual que las venas cerebrales, no contienen válvulas y su pared está desprovista de musculatura. La sangre circula desde un seno a otro por diferencias de presiones. En los protocolos de drenaje se suele empezar a tratar por el punto de destino final. Desde él, nos iremos desplazando de proximal a distal, para asegurar que cualquier movimiento de fluidos que se consiga, tenga abierta la vía de desagüe. Es fundamental que no se avance hacia el siguiente paso, mientras no se den todos los procesos posibles en el que se está tratando. A tener en cuenta: En caso de que el drenaje de los senos resulte necesario, no es imprescindible desarrollar todos los pasos en una única sesión. Se puede comenzar por donde uno se sienta invitado a ello, o bien siguiendo el protocolo por el paso uno (la escucha de la entrada al tórax ) e ir avanzando hasta donde la sesión y en la siguiente continuar por donde se dejo. Se debe trabajar con la idea de ofrecer espacio y tiempo: -Espacio, porque los senos son espacios por los que se desplazan fluidos y por lo tanto son susceptibles de compresiones que reduzcan su luz interior. -Tiempo, con la intención de que puedan desarrollar su proceso de resolución sin agobios. Tiempo, así mismo, para que una vez suelta la tensión puedan reacomodarse a su nueva posición, lo que tal vez requiera puntos de quietud. Es muy importante desarrollar una visión local de lo que se quiere tratar, prestar atención a las relaciones, integrarlo todo en una visión global y "soltar" para que ocurra lo que haya de ser. Al concluir la práctica, estad muy atentos para que el cliente no se levante con rapidez, pues podría marearse. Hay que pasar de tumbado a sentado y de sentado a de pie, con lentitud y delicadeza. Todos estos pasos no son más que una ordenación lógica de cómo proceder en el caso de considerarlos necesarios. Pero en la práctica real conviene estar siempre abierto a las preferencias y prioridades que se muestren en cada momento. Quien mejor sabe lo que se debe de hacer y cómo hacerlo es el "médico interno"; es decir, la inteligencia corporal a la que si estamos lo

Drenaje

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Senos

Venosos

suficientemente receptivos, nos irá mostrando los pasos del proceso. Esto es estar suficientemente receptivos, nos irá mostrando los pasos del proceso. Esto es lo que llamamos el plan de tratamiento inherente. Otra posible enfoque sería situar las manos en cualquiera de las zonas favorables de escucha, por ejemplo, bóveda modificada. Y desde ella sin cambiar la posición de las manos, mantener una "conversación" con el sistema. En esta especie de diálogo debemos dejar que sea el propio sistema quien se comunique casi todo el tiempo. La función del facilitador se limitará tan sólo a la escucha y a seguir con una atención ligera y aceptadora todo lo que se vaya mostrando. Drenaje de los senos venosos Protocolo previo: (pág. 182) -Evaluar el flujo o estancamiento de los fluidos craneales, por ej. desde bóveda o bóveda modificada (Ver pág. 73 y 75) -Liberar entrada al tórax. (Ver pág. 172) -La base del cráneo, articulación atlanto-occipital y foramen magno (pág. 173) -Occipital-temporal, agujero rasgado posterior (Ver pág. 87) -También puede ser de gran ayuda relacionarse previamente con la tienda desde la escucha del temporal (pág. 87) o desde la de cuna (pág. 75) y con la hoz desde la escucha fronto occipital (pág. 77) -Senos venosos: Senos sigmoideos Senos transversos Confluencia de los senos Seno occipital Seno recto Seno sagital superior Senos cavernosos y basilares Seno Petroso superior e inferior y esfenoparietal -Volver a escuchar desde la misma posición inicial (bóveda modificada) para observar los cambios. -Para finalizar desplazarse al sacro llevando la atención al polo inferior del sistema y a los pies para promover la integración fisiológica y energética de todo el proceso. El orden a realizar estos pasos se puede establecer en función de diferentes parámetros. La escucha clásica propone: Confluencia de los senos, occipital, transversos, sagital superior, recto y cavernosos.

- 179

Drenaje

de

los

Senos

Venosos

Senos sigmoideos Situación Senos con forma de S que se originan como continuación de los senos transversos Giran hacia abajo y adentro y surcan la porción mastoidea del hueso temporal. Luego, siguen hacia delante y abajo, emergen a través de la porción posterior del agujero rasgado posterior y se continúan con el bulbo superior de la vena yugular interna. Colocación de las manos: Para relacionarnos con ellos podemos hacerlo desde dos posiciones ligeramente diferentes, en función de prestarle atención a su parte inferior, junto al agujero yugular, o a la porción superior en su encuentro con el seno transverso. Para la porción inferior, situaremos las dos manos de forma lateral con el dedo índice de cada una sobre las apófisis mastoides, de tal manera que el seno sigmoideo quede contenido entre el dedo medio y el índice (1). La escucha superior se realiza colocando un dedo sobre el ángulo posteroinferior del parietal, o bien situando los dedos índice, medio y anular sobre los huesos temporal, parietal y occipital (asterión) para establecer la relación entre ellos (2). Senos trasversos Situación: Son los senos laterales, que se originan en la confluencia de los senos, también llamada prensa de Herófilo. Se dirigen transversal y ligeramente hacia adelante a lo largo de un surco del hueso occipital. En la unión occipito-petrosa reciben a los senos petrosos superiores de cada lado y se curvan hacia abajo y atrás, continuando como senos sigmoideos. Lo normal es que el seno derecho sea más grande que el izquierdo y recibe hasta el 80% de la sangre venosa. Recibe la sangre de las venas: cerebrales inferiores, cerebelosas, emisarias y diploicas. De la confluencia de los senos y del seno petroso superior. Colocación de las manos: desde una posición similar a la de cuna, la cabeza descansa sobre la eminencia tenar e hipotenar de ambas manos. El dedo índice se coloca sobre la muesca parietal, confluencia entre el seno trasverso y el sigmoideo, y el meñique se sitúa lateralmente, junto a la protuberancia occipital externa (inión), que suele ser un punto de concordancia externa con la confluencia de los senos a nivel interno. Los dedos medio y anular ocupan el espacio libre entre ellos y todos hacen contacto con las yemas, por lo que es imprescindible revisar la altura de las uñas (3 y 4). Confluencia de los senos o prensa de Herófilo Situación: La confluencia de los senos se encuentra sobre la protuberancia occipital interna. Es el punto de encuentro entre los dos senos transversos,

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CRANEOSACRAL

el seno longitudinal superior, el occipital y el seno recto. Colocación de las manos: Se apoya la cabeza del cliente sobre las manos del facilitador de tal manera que la protuberancia occipital externa (inión) se sitúa sobre la yema del dedo medio o índice de una mano, permaneciendo el resto de los dedos de ambas manos entrelazados uno con otro. Los parietales se apoyan sobre las eminencias tenares (5 y 6). Este apoyo puede resultar algo incómodo para algunas personas, aunque la incomodidad suele desaparecer en breves segundos. De no ser así, se puede realizar el apilamiento de los dedos más bajo, con menos dedos entrelazados e intentar que recaiga menos peso de la cabeza sobre inión y más sobre los parietales. Seno occipital Situación: Ocupa el margen fijo de la hoz del cerebelo desde la confluencia de los senos en la protuberancia occipital interna hasta agujero occipital. En ocasiones, este trayecto lo realiza mediante un tronco común. Otras veces lo efectúa separadamente. En el agujero occipital se comunica con los plexos venosos del agujero occipital y con el vertebral interno, rodea el agujero a derecha e izquierda y termina en el seno sigmoideo. En el adulto es el seno más pequeño mientras que en el neonato es de gran tamaño. Colocación de las manos: Partiendo desde la misma posición anterior de escucha del inión, se deslizará el contacto un centímetro por el occipital en dirección caudal y se esperará el suavizamiento. A continuación, se vuelve a desplazar otro centímetro y así sucesivamente, hasta cubrir el espacio que quede accesible entre el inión y el foramen magno (7). Otra posibilidad más amplia e integradora en la escucha de toda esta zona consiste en situar los dedos medio y anular o medio e índice de cada mano de manera que formen una V en torno a la confluencia de los senos y sugerir una suavización y expansión entre ellos en sentido centrífugo. Con ello, se dispone de un contacto en cada uno de los cuadrantes del occipital, lo que favorece la relación con los senos occipital, trasversos y longitudinal superior. También es posible drenar el trayecto que bordea el agujero occipital hasta el agujero rasgado posterior. Para ello, se sitúan los dedos meñiques de cada mano en la misma posición en la que se encontraba el dedo medio o el índice en su última posición de descenso, los índices contactan con la porción ínferomedial de la mastoides y el resto de los dedos alineados ocupan el espacio entre ellos. Postura similar a la descrita en la liberación del atlas con el occipital (ver pág. 173, 1 y 3)

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Seno recto o fulcro de Sutherland Situación: nace en la confluencia del seno longitudinal inferior y la gran vena cerebral de Galeno, se dirige hacia abajo y atrás a los largo de la línea de unión de la hoz y la tienda del cerebelo. Desemboca y acaba en la confluencia de los senos. Es el fulcro natural de las membranas de tensión recíproca Recibe la sangre de las venas: cerebral magna, superiores del cerebelo, de la hoz del cerebro, del puente y del seno sagital inferior. Colocación de las manos: una forma clásica consiste en efectuar un contacto sobre el inión con las yemas de los dedos medios de ambas manos unidos entre sí y los pulgares extendidos, de manera que contacten sobre la sutura sagital lo mas anterior que sea posible. Esta posición puede ser un poco incómoda para el facilitador. Si la cabeza del cliente es grande o las manos del facilitador son pequeñas, el pulgar no se situará en la trayectoria del seno y permanecerá más posterior. Para ello, se puede modificar el contacto con la intención de dejar sólo una mano bajo el occipital. De esta manera se apoya el inión sobre el meñique, la otra mano se adelanta para situarla sobre el frontal en la línea del pelo y se visualiza y escucha intentando percibir y suavizar la trayectoria del seno recto desde la zona anterior hacia la posterior. Otra opción de escucha similar consiste en situarse lateralmente hacia el cliente y dejar una mano bajo el occipital, apoyando el inión sobre la yema del dedo medio o en el centro de la palma. Mientras, la otra mano hará contacto en la misma zona anterior (en la línea del pelo) con cualquiera de los dedos Seno longitudinal o sagital superior Situación: se origina en el plano anterior en la crista galli del etmoides, discurre por el borde superior adherido de la hoz del cerebro, entre las capas perióstica y meníngea, aumentando progresivamente de tamaño. Termina posteriormente en la confluencia de los senos, sobre la protuberancia occipital interna. Este seno posee una comunicación a través del diploe con el cuero cabelludo y es el principal responsable de la reabsorción del LCR. Recibe la sangre de las venas: del cuero cabelludo, diploicas, meníngeas y cerebrales superiores. Colocación de las manos: lo que se procura mediante el contacto es inducir la creación de espacio y la suavización del seno desde la superficie, como si estimulásemos una suave separación de la suturas sagital y metópica. Se puede realizar de formas diferentes, pero también puedes ser creativo. Debemos situar los pulgares en ambos lados de la sutura sagital, ya sean cruzados o no, e ir avanzando hacia la frente conforme se percibe el suavizamiento. (10, 11 y 12)

Drenaje

de l o s

Senos

Venosos

Se puede realizar con las superficies tenares de ambas manos y los pulgares a la vez (16). Con las yemas de los dedos meñique, anular, medio e índice a ambos lados de la sutura cruzados o no (18, 20 y 21). Senos cavernosos Situación: A ambos lados de la silla turca, se extienden desde la fisura orbitaria superior hasta la porción petrosa del temporal. Drena hacia los senos petrosos superior e inferior, y junto con los senos intercavernosos forma un círculo alrededor de la pituitaria. Alrededor de sus paredes trascurre la arteria carótida y los nervios craneales III, IV y VI así como la rama oftálmica del trigémino y el nervio maxilar. Recibe la sangre de las venas: medias superficiales e inferiores del cerebro, oftálmicas y del seno esfeno-parietal. Colocación de las manos: La escucha y tratamiento de esta zona se realiza desde la posición de bóveda o bóveda modificada que facilitan el contacto con la SEB. Desde la misma posición se crea la relación con los senos petrosos y esfenoparietal. Serio Longitudinal Superior Ampolla S e n o Longitudinal Inferior

_JT__

M

i

^

d e

Galeno

Prensa Herófilo

SENO CAVERNOSO: 1- Vena 2- Seno 3- Seno 4- Seno

Oftálmica Coronario Esfeno-Parietal Esfenoidal

Seno Recto V e n a de G a l e n o

SENO PETROSO SUPERIOR SENO OCCIPITAL POSTERIOR PRENSA DE HEROFILO SENO LATERAL VENA YUGULAR INTERNA

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(1) Seno Sigmoideo

(2) entre Seno Transverso y Sigmoideo

Carótida y Yugular

Liberando la base del c r á n e o

(3, 4) Seno Transverso

i

Agujero r a s g a d o posterior

S. Sagital

La hoz y la tienda

S. Sagital Inferior

(5, 6) Confluencia de los Senos S

Sigmoideo

S. C a v e r n o s o s S. EsfenoParietal S.Petrosos

S. R e c t o

Sup. e Inf S. Transverso Izq Confluencia S. Occipital

S. S i g m o i d e o Dcho. Yugulares S. Transverso Dcho.

(7) Seno Occipital

182

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Tracciones

(8, 9, 10, 11) Seno Sagital superior

SENO SAGITAL SUPERIOR (12, 13) Seno Recto

SENO SAGITAL INFERIOR

SENOS TRANSVERSOS SENOS SIGMOIDEO CONFLUENCIA DE SENOS VENAS YUGULARES

(14) S. Petrosos desde el Temporal

(15) S. Cavernosos desde la SEB

- 183

14-

Integrando

Relaciones

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Integrando

Relaciones

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CRANEOSACRAL

Hace 3.000 millones de años, la primera bacteria busca fusionarse con otro organismo, para intercambiar sus genes y poder así sobrevivir y evolucionar. Ya desde aquel primer momento se hizo absolutamente imprescindible, mantener la capacidad de relación con uno mismo y con los demás . Para que se pueda mantener en el organismo la conexión y armonía entre los miles de millones de bacterias que nos conforman, así como entre los diferentes órganos y sistemas corporales, necesitamos mantener constantemente activa, la capacidad de integrar los diferentes estímulos que surgen desde el interior y los que llegan desde el exterior. Por el momento no entendemos con claridad, cómo es posible que se mantenga esa unidad de acción entre miles de millones de seres vivos, en la que cada uno procura lo mejor para sí mismo y a la vez hay "algo" que coordina la globalidad.

Recreando relaciones La relación entre las distintas zonas corporales, al igual que las de un ser humano con su entorno, jamás se puede perder, pero diferentes sucesos pueden hacer que esta se vea dificultada, favoreciendo la disfunción. Por lo tanto no es cuestión de crear relaciones nuevas, sino de "recrearlas, recordarlas" para que de nuevo se establezca el libre flujo de información y la unidad de sintonía. La manera de proceder consiste en, apoyándonos en los principios fundamentales ya descritos, tender un puente entre ambas partes, ya sea interconectándolas con las dos manos, cuando esto se considere apropiado y posible, o sencillamente acogiéndolas a ambas de forma simultánea o alterna con una atención espaciosa que restablezca la conexión. Integración sacro-occipital

No entendemos cómo es posible coordinar tantísima información, pero lo hacemos constantemente sin necesidad de pensar sobre ello. En ocasiones surgen informaciones contradictorias o sumamente difíciles de aceptar y procesar conscientemente, que a falta de saber qué hacer con ellas, las dejamos escondidas en algún rincón, esperando el momento en el que se disponga de mayores recursos, de más información, mejor ánimo o lo que se pueda requerir en cada ocasión para poderlas asimilar. Mientras que llega ese momento, la información sin procesar, aguarda su ocasión sin límite de tiempo, albergada entre otras estructuras en el tejido fascial. Dicho tejido, retiene memoria de todo lo sucedido en el organismo desde el mismo instante de su concepción. Especialmente en forma de retracciones tisulares que pueden ser reconocidas por una mano entrenada y además, esas tensiones dificultan el libre flujo de los fluidos, creando fluctuaciones laterales de la marea y nuevos fulcros en torno a los cuales se tiene que reorganizar todo el sistema, para intentar contener o minimizar sus posibles efectos nocivos.

En la Terapia Craneosacral, conocemos bien la relación entre el cráneo y el sacro, a través de la continuidad de las membranas de tensión reciproca, por ello esta integración, es una de nuestras prácticas habituales, que favorece que lo que sucede en algún lugar del sistema pueda ser asumido con mayor facilidad por el resto. Para esta posición se le pide al cliente que se tumbe sobre el lado que se encuentre más cómodo y se le ofrece un cojín para que apoye el cuello y quizás otro bajo las rodillas. (6 y 7) El facilitador se sienta detrás procurando centrarse entre el sacro y el occipital, y sitúa un cojín de bajo de cada mano para que estas no retengan tensión por incomodidad o cansancio. Como integración se puede sencillamente acoger lo que sucede, ofreciendo tiempo y espacio para que se de lo que tenga que darse. También puede ser de ayuda el animar a los fluidos en la inhalación y exhalación, a que sigan su recorrido natural tan lejos como les sea posible acompañándolos con la atención y/o con una delicada presencia en las manos que vivifique su recorrido. Esta escucha también se puede realizar en decúbito prono (2) La integración de la columna vertebral (CV) Se puede promover la integración a través de la lordosis cervical y lumbar, (1) situando una mano debajo de cada una de ellas. El ángulo entre estas dos curvaturas debe de ser similar y proporcionado con las de la cifosis dorsal y sacra Esta práctica ayuda a recobrar el centro, el eje de la línea media y es útil en cualquier alteración propia de la CV. Además esta escucha promueve la invitación a soltarse, a "dejarse caer" tanto física como anímicamente.

Esto puede crear una cierta desconexión entre las diferentes partes del organismo que dificulte la restauración de la armonía. Para ello, ya sea durante el desarrollo de una sesión o para finalizar la misma, es sumamente beneficioso recrear las relaciones naturales del organismo que promueven la integración entre las diferentes estructuras y entre estas y la propia vivencia interior.

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Cóccix-glabela Esta integración conecta los polos inferior y superior del sistema nervioso y posee una cualidad integradora más energética. Se realiza en decúbito lateral como en sacro-occipital, pero situando el dedo medio de una mano en contacto con el cóccix y la otra mano de la misma manera contacta sobre la glabela. Relaciones cráneo-pélvicas. Las relaciones entre el cráneo y la pelvis se recrean de la forma siguiente: El occipital con el sacro. La articulación occipital-temporal (sutura occipitomastoidea) con la articulación sacro-iliaca. El temporal con la cavidad iliaca. El parietal con la cresta iliaca. La sínfisis mentoniana con la sínfisis púbica. (5) El maxilar con Ligamento de Poupart (inguinal). La articulación temporomandibular con la articulación coxofemoral. (3) El frontal con el abdomen inferior. (4) Relaciones pareadas Toda estructura par se relaciona directamente con la misma del otro lado, siendo casi imprescindible la escucha de ambas si se ha tratado primeramente con una de ellas. Por ejemplo los huesos craneales parietal, temporal, maxilar, palatino y malar. O en el hombro, codo y muñeca y en cadera, rodilla y tobillo.

Integrando

Relaciones

cruzada, por lo que es muy integrador conectar ambas partes, de modo similar a como se conectan los vértices de la estrella de cinco puntas. Relaciones por resonancia. Se puede facilitar también la integración a través de aquellas estructuras corporales que mantienen entre sí la proporción aurea, ya desarrollada desde Platón y ensalzada por Leonardo de Vinci en el hombre de Vitruvio, como patrones matemáticos que crean armonía en la geometría, la estructura y la belleza, proporcionando salud en el cuerpo humano. La resonancia se puede observar en diferentes facetas de la vida, como cuando al hacer vibrar una cuerda de un violín, tiende a vibrar la misma cuerda de otro violín cercano que está afinada en la misma sintonía, algo similar ocurre en el organismo humano. Diferentes estructuras corporales, que cumplen funciones similares o conservan formas parecidas y mantienen entre si la proporción aurea, resuenan las unas con las otras y se pueden integrar fácilmente entre ellas, ayudando a la mayor armonía global. Algunas de estas relaciones corporales son sencillas de reconocer: Muñeca - tobillo / codo - rodilla / hombro - cadera. H u m e r o - f é m u r / cubito y radio - tibia y peroné / mano - pie.

Relaciones cruzadas. Puesto que el hemisferio derecho del cerebro regula la parte izquierda del cuerpo y el el hemisferio izquierdo el lado derecho. Se puede promover la libre función del sistema nervioso y la de cualquier parte del cuerpo, conectando con una mano esa zona y la otra situándola en el hemisferio contrario. Relaciones cruzadas. Puesto que el hemisferio derecho del cerebro regula la parte izquierda del cuerpo y el hemisferio izquierdo el lado derecho. Se puede promover la libre función del sistema nervioso y la de cualquier parte del cuerpo, conectando con una mano una zona corporal determinada y la otra situándola en el hemisferio contrario. Por otro lado, en el intento constante por parte del organismo de compensar las tensiones, las disfunciones que se originan en la pelvis, suelen manifestarse también en los hombros y viceversa, creando una cadena de tensión

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Auto-Tratamiento

(1.2) Integrando Sacro con Occipital: (3) Integrando ATM con Art. Coxo-Femoral: (4) Integrando Frontal con Vientre: (5) Integrando Mandibula con Pubis: (6) Integrando Rodilla con Codo: (7) Integrando Tobillo con Muñeca: (8,9,!0) Integración Sacro-Occipital con mayor o menor replegamiento del cuerpo del cliente: (11) Integrando Diafragma Pélvico y CervicoTorácico: (12)

Tocándo

la Campana

Etmoidal

Sutherland: (13,14,15.16) Relaciones Cruzadas

- 188

o

de

I Integrando

Relaciones

-189

ik A

"Realizando escuchas en el suelo" -190

15-

Trabajando

en

el

Suelo

-191

T r a b a j a n d o en e l

suelo

El trabajo en el suelo ofrece diferentes opciones y posibilidades de enfoque. Encontraremos grandes ventajas para su utilización, pero también algunos inconvenientes importantes a tener en cuenta. Ventajas: Es la situación que mayor sensación de apoyo, seguridad y estabilidad ofrece al cliente, junto con la certeza de que ante los posibles movimientos que surgen naturalmente durante el proceso,, no sienta miedo a caerse. Genera mayor capacidad de movimiento en todas las direcciones, menos hacia abajo. Facilita la capacidad y sensación de enraizamiento y proporciona la máxima disponibilidad de contacto con el facilitador. Inconvenientes: -Para el cliente la principal dificultad está en la dureza y posible frialdad del suelo, cuestiones éstas que pueden ser fácilmente corregidas de antemano, si vamos a partir desde esa posición y que hay que ir gestionando lo mejor que podamos mediante mantas y cojines, si llegar al suelo sucede como parte del proceso, sin que haya sido previsto con anticipación. -Para el facilitador el principal inconveniente es la incomodidad que se genera si no se mantienen posturas apropiadamente cómodas, lo que no siempre resulta sencillo, pero es imprescindible que busquemos la propia comodidad ya que la comodidad del facilitador beneficiará al cliente durante toda la sesión. Por otro lado la dureza del suelo, podemos resolvérla trabajando sobre una superficie acolchada. Existen dos maneras de trabajar en el suelo que son: Partiendo inicialmente desde esa posición o llegar a ella habiendo comenzado previamente de pie, sentado o sobre la camilla. -Comenzar desde el suelo: Es una buena opción en los casos en que puedan necesitarse las ventajas enumeradas y al facilitador le sea posible solventar los inconvenientes. Para ello idealmente deberíamos disponer de una sala amplia, ya que el proceso puede requerir mayor espacio disponible alrededor del cliente, ya sea para ofrecerle capacidad de movimiento o para que el facilitador pueda desplazarse de una postura a otra o ir variando su propia posición. Comodidad: es muy importante que ambos puedan estar y permanecer cómodos durante el tiempo que dure la sesión, para ello será necesario que la

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CRANEOSACRAL

superficie del suelo esté lo suficientemente acolchada mediante un tatami tipo japonés, cualquier tipo de colchoneta o unas mantas dobladas si no se dispone de otra posibilidad, un tatami tipo japonés o cualquier otra colchoneta y hay que asegurarse de disponer de numerosos cojines de diferentes tamaños para que estén a disposición tanto del cliente (9) como del facilitador (1). Temperatura: es necesario asegurarse en lo posible, de que sea la apropiada, pues de no ser así podría resultar un factor limitante de primer orden. Además de cuidar la temperatura ambiental, que se puede mejorar mediante una manta por encima del cliente en caso de tener frío, también es conveniente observar la temperatura de la superficie de contacto con el cuerpo. -Llegar al suelo partiendo de otra posición: Ésta opción presenta ciertas dificultades que, cuando te familiarizas con ellas se van suavizando progresivamente. -Comenzar desde la camilla: Si comienza un proceso de nacimiento o desanudamiento global, se puede facilitar el descenso al suelo en función de las necesidades siempre cambiantes, que se puedan dar en cada momento. En general, es importante ayudar al cliente desde arriba a sacar de la camilla primero el brazo y el hombro o bien desde abajo a sacar primero los pies, las rodillas y caderas e ir siguiendo el proceso de acceso o caída progresiva al suelo mientras sintamos que podemos acompañarlo con seguridad, sin riesgo de que se golpée. De no sentirnos seguros de ello, es preferible pedirle al cliente que se detenga un momento y preguntarle si siente la necesidad de bajar al suelo, en caso afirmativo, le indicamos que puede hacerlo por sí solo y colocárse de la manera que se sienta más cómodo, facilitándoselo mediante mantas y cojines para seguidamente continuar con la sesión. Partiendo desde la posición de pie: Es en realidad más sencillo que realizarlo desde la camilla. Normalmente el cliente, en ésta situación dentro del proceso de desanudamiento global, comenzará doblando poco a poco las rodillas, y éso ya es suficiente señal de atención para que le ayudemos y no baje hasta el suelo con demasiada rapidez. Ésto por un lado le ayudará a que el proceso sea mas lento y consciente y por otro a cuidar de sus posiciones mientras va descendiendo, para que pueda irse acomodándose progresivamente a las nuevas posiciones y condiciones en el suelo.

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Posición del cliente: En función de las necesidades de cada momento, la posición se puede ir modificando tanto como sea necesario, procurando siempre la mayor comodidad y libertad de movimientos. El terapeuta procurará ofrecer los apoyos necesarios para mantener el bienestar del cliente ya sea mediante diferentes cojines (7) o a través de su propio cuerpo (10) Posición del terapeuta: No existe una posición mejor que otra, tan solo procurar mantener la espalda derecha, cambiar tantas veces de postura como tu propia comodidad lo requiera, e irse adaptando al proceso cambiante del cliente, que en el suelo puede quedarse estático y no requerir cambio alguno o bien sentirse animado a expresar una gran libertad de movimientos. La posición de sentado con las piernas cruzadas en medio loto (1) o bien sentado al estilo japonés, sobre los talones (2) suelen ser dos posturas en las que es sencillo mantener bien colocada la espalda. Encuentra tu propia manera, se creativo.

Mandala Universo Agua

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© Mandalaluz, Rafael Buisán

16- Au t o - Tr a t a m i e n t o

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"Aprendiendo a escuchar tus propios ritmos"

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Auto-Tratamiento

Posición: Tumbado en supino sobre la cama, un sofá o en el suelo. Se coloca el "inductor de punto de quietud" bajo el occipital, centrado y a la altura de los senos transversos, un poco por encima de la prominencia occipital externa (4). Permaneced con tranquilidad en la misma posición durante el tiempo que os sientais comodos. Ajustad la posición las veces que sea necesario, pues las primeras veces podéis percibir tensión en la zona, sobre todo a nivel de tejido blando, y eso quizás os resulte algo molesto. Progresivamente la tensión irá desapareciendo y debereis mantener la posición unos 15 minutos una vez al día. La compresión sobre el occipital puede promover una parada del ritmo craneosacral, lo que en general propicia que se estimule la capacidad de autorregulación corporal. El efecto que produce es similar al que se consigue mediante CV4, (ver indicaciones en pág. 66). Variantes: Puede conseguirse un efecto similar mediante dos pelotas de tenis metidas dentro de un calcetín, con un nudo entre ellas y otro al final para que no se desplacen de su posición (4). Una buena escucha es una profunda toma de contacto con uno mismo o con el otro, es un descubrimiento, una toma de conciencia, un espejo que nos muestra sin distorsión la realidad, de la zona escuchada. Éste es por lo tanto, el primer paso para poder tratar con la distorsión o alteración, es un acto de "aprender a estar, sin necesidad de hacer", aunque ésto no lo excluye. Es dar la oportunidad para que, "lo que haya" se exprese sin temor ni disimulo y ésto en sí mismo, ya es un proceso terapéutico y sanador. En las fotos se muestran diferentes opciones de autoescucha de entre las muchas posibilidades que se pueden dar en función de las variantes y la imaginación de cada cual.

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1

"Visceral: Cavidad abdominal"

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17-

Visceral

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Pruebas para establecer el diagnóstico: Toda tensión corporal en función de su intensidad, crea a su alrededor un campo de influencia directa, que además, se transmite a la totalidad del organismo principalmente a través del tejido fascial. Mediante las escuchas que a continuación se muestran, se pretende localizar los fulcros de tensión patológica que atraen hacia sí los tejidos circundantes, y mediante la continuidad fascial al resto del organismo. Esto se realiza de tres formas diferenciadas y complementarias: 1o invitando al cliente a que se deje llevar por la tensión, 2o dejando que la mano del facilitador sea atraída por el tejido en disfunción y 3 o mediante un suave estiramiento. En (5 y 8) el terapeuta estándo de pie, se sitúa en el lateral o ligeramente detrás del cliente, coloca una mano sobre la cabeza y la otra a mitad de la espalda o sobre el sacro, para testar las posibles tensiones. Invitamos al cliente a permanecer relajado y observamos hacia donde tiene tendencia el cuerpo a moverse o encorvarse. Esto nos dará alguna señal de en torno a que zona se manifiestan las tensiones. Desde la posición de sentado (8) se anulan o disminuyen las tensiones que provienen de las piernas, lo que puede ser de ayuda para ir acotando la zona de disfunción. En (1 y 2) se muestra como realizar una suave tracción de las extremidades superiores y en (3 y 4) de las inferiores, para comprobar de forma bilateral o unilateral la capacidad de estiramiento de dichas zonas, evidenciando así los lugares de mayor tensión, que son los que ofrecen mas resistencia a ser estirados. Mediante el estiramiento desde los brazos, se puede llegar a valorar aproximadamente hasta la pelvis, y con el estiramiento desde los pies se valora hasta la zona lumbar. En (7) se aprecia como situar una mano delante y otra detrás sobre la zona de atracción, para valorar la profundidad de la tensión.

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El enfoque general de esta introducción al trabajo visceral, así como los planos y ejes de movimiento y motilidad, se apoyan sobre todo en el trabajo desarrollado por Pierre Barral y Pierre Mercier, impulsores del enfoque visceral desde los años 80, pero centrándonos en la escucha biodinámica como método terapéutico en sí mismo y cuando se considere apropiado, en las técnicas fasciales o de fluidos ya descritas anteriormente junto con la oscilación visceral. Para relacionarse con el sistema visceral, utilizaremos los mismos principios fundamentales con los que nos relacionamos en la práctica de la terapia cráneo sacral, ya descritos en el comienzo de este libro. No obstante, tendremos en cuenta algunas diferencias o características que le son propias, sin entrar a describir todas las manipulaciones viscerales basadas en estiramientos, movilizaciones, técnicas circulatorias o de puntos reflejos. La vida es movimiento y se expresa en un cuerpo unificado. Al igual que cualquier otra estructura del cuerpo, un órgano o una viscera no está aislada y ajena a las relaciones con su entorno, sino que el libre movimiento y función de cada zona, de cada célula o de cada galaxia depende, estrechamente, de la armoniosa reciprocidad que establezca con su entorno inmediato y global. El sistema visceral es muy sensible y en el caso de no poder mantener su libertad de movimientos debido a un desplazamiento forzado de su posición, una adherencia o un tono anormal generado tanto por una causa fisiológica como psico-emocional, su funcionalidad comenzará a verse dificultada y se crearán nuevos puntos de tensión, que obligarán al sistema a orientarse en torno a ellos. Fulcros, que centrarán la potencia del sistema a su alrededor, y que obligarán no sólo a la estructura afectada a modificar su motilidad y/o movilidad, sino, a que todo el organismo, a través de sus múltiples conexiones, se vea forzado a modificar su organización para adaptarse a esta nueva fuerza. Esto supondrá el consiguiente aumento del gasto energético y una mayor dificultad para realizar sus funciones. Por tanto, se debe evitar ante todo que dicha alteración se convierta en crónica, lo que supondría una grave dificultad para libre expresión de la salud. En el sistema visceral se pueden apreciar tres tipos diferentes de movimientos. Motricidad, Movilidad y Motilidad. Un movimiento propio, intrínseco de cada estructura al que denominamos Motilidad y dos tipos diferentes de movimientos que le vienen impuestos desde fuera, que nombramos como movilidad y motricidad. La motricidad consiste en el movimiento involuntario que se expresa en los órganos, a partir del movimiento voluntario del sistema músculo-esquelético.

Visceral:

Introducción

Es controlada por el sistema nerviosos central (SNC) y actúa a través de la musculatura estriada, creando los grandes movimientos visibles desde fuera, que actúan sobre las visceras como el caminar, los movimientos del tronco etc. La movilidad consiste en el movimiento involuntario que se da entre dos órganos, o entre un órgano y las paredes del tronco, otro músculo o con un hueso. Este movimiento está controlado por el sistema nervioso autónomo (SNA) y actúa a través de diferentes automatismos corporales como son: el movimiento respiratorio, el movimiento cardiaco, el visceral y los peristaltismos. Cada uno de ellos crea impulsos diferenciados que movilizan constantemente el sistema visceral. El principal impulso del movimiento visceral viene del diafragma, que en la inspiración, se contrae empujando y comprimiendo las visceras de la cavidad abdominal hacia abajo, a la vez que se crea más espacio en la cavidad torácica. En la expiración se produce lo contrario: aumenta la presión en la cavidad torácica y disminuye en la abdominal, lo que produce una expansión y relajación visceral, siendo las visceras aspiradas hacia arriba por el diafragma. La motilidad consiste en un movimiento rítmico y lento de unos 6- 8 ciclos por minuto y de una amplitud variable entre los diferentes órganos, que oscila entre unos milímetros hasta unos dos centímetros. Es generado desde el interior de cada órgano y parece ser que viene dado a través de la memoria celular, en función de cómo se fue desarrollando embriológicamente cada estructura. Este movimiento, de cómo se fue desarrollando y migrando desde su posición inicial hasta la actual, se sigue manteniendo en su interior, como un proceso dinámico de ida y vuelta constantes, que responden a las fases de exhalación e inhalación. En la fase de inhalación, la marea asciende desde los pies hacia la cabeza y el cuerpo en general. Por lo tanto, cada órgano y cada viscera, se ensanchan de lado a lado y se estrechan de delante hacia atrás, alejándose de la línea media, a la vez realizan la flexión, en la que la parte superior de los órganos se desplaza hacia el plano posterior, mientras que la parte inferior se desplaza hacia el plano anterior. En la fase de exhalación se produce lo contrario, la marea desciende desde la cabeza hacia los pies y cada órgano y viscera se estrechan de lado a lado ensanchándose de adelante hacia atrás, se acercan a la línea media, a la vez que realizan la extensión, en la que la parte superior de los órganos se desplaza hacia el plano anterior, mientras que la parte inferior se desplaza hacia el plano posterior.

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Visceral:

Introducción

Los medios de unión l I sistema viscoml ostá envuelto, protegido y sustentado por diferentes capas de tejido fuaclal, que forman planos de deslizamiento entre la envoltura interna y oxtornH de la propia viscera, entre ésta y las de sus entorno, o entre la viscera y los músculos o huesos que la rodean. I K I J I S membranas envolventes se les denomina serosas y entre una y otra se produce un liquido que cumple funciones tanto inmunológicas como lubrificantes Siendo este liquido en caso de patología o de inmovilidad, uno de los factores que más contribuyen a la creación de adherencias, junto con las intervenciones quirúrgicas. Cada órgano o viscera se encuentra sustentado en su posición y dispone de una cierta capacidad de movimiento, en función de la agrupación de varios elementos que contribuyen a su estabilización como son: La turgencia y la presión intracavitaria. La turgencia es la capacidad de un órgano de ocupar el mayor espacio posible a su alrededor, bajo el efecto de su elasticidad y de su sistema vascular, lo que constituye un factor importante en la cohesión visceral, que se ve aumentado por la tensión gaseosa y vascular. La presión en el interior de la cavidad, debe de compensar equilibradamente la presión del exterior, que viene dada por la gravedad, la presión atmosférica y la tonicidad de los músculos que constituyen las paredes de dicha cavidad. El sistema de doble hoja. Está relacionado con las membranas serosas que envuelven a las visceras. Éstas están recubiertas de una fina membrana denominada serosa visceral y parietal. Entre ambas, existe un líquido que por un lado las mantiene unidas y por otro permite su deslizamiento. El sistema de ligamentos. En el sentido visceral, los ligamentos son pliegues de la pleura o del peritoneo, que sujetan los órganos o visceras los unos con los otros o a éstos con las paredes del tronco. El sistema de mesos. Los mesos son repliegues laxos del peritoneo con escasa capacidad de sustentación, que colaboran en unir los órganos del tubo digestivo con el peritoneo parietal y dan soporte para que a través de sus hojas, discurran los nervios y vasos sanguíneos. El sistema de epiplones. De manera similar a los mesos, también los epiplones son repliegues del peritoneo que unen dos órganos entre sí. Están más reforzados lateralmente y

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CRANEOSACRAL

promueven también de forma importante un soporte para la función vasculonerviosa. El objetivo del trabajo visceral El objetivo del trabajo visceral se puede resumir en facilitar al organismo el mantener o recuperar su propia capacidad de fluir y adaptarse a la libre expresión del Aliento de la Vida, que posiblemente en el ser humano se manifiesta de múltiples formas que se escapan a nuestro entendimiento, pero con las que podemos relacionarnos a través de su expresión como movilidad y motilidad. Para ello se procurará una mentalidad abierta, que no caiga prisionera de los síntomas y en la que se pueda acoger al plan de tratamiento inherente dirigido por el "médico interno", por el Aliento de Vida, como la principal guía de cada sesión. Esto, por supuesto, sin menospreciar por ello el mayor conocimiento posible, tanto de la anatomía como de la fisiología propia de cada sistema, así como de las técnicas desarrolladas por la colectividad terapéutica para tratar con las disfunciones concretas. Para discernir si la salud se expresa con facilidad en la zona de escucha, nos apoyamos principalmente en la escucha delicada y no invasiva, que permita la apreciación de la motilidad y el movimiento o la ausencia de éste, comparando la fase de inhalación con la de exhalación y apreciando las posibles diferencias en cuanto a potencia, ritmo, amplitud y dirección del movimiento. Principios de tratamiento En caso de disfunción, se puede potenciar su normalización, apoyándonos en los principios fundamentales enumerados al principio de este libro. Como medios técnicos, principalmente, se utilizará la técnica indirecta, la inducción y la oscilación visceral. La técnica indirecta consiste en acompañar el movimiento que se expresa con mayor facilidad, hasta que en el límite de su movimiento, entre en un punto de quietud, en el que se espera pacientemente a que vuelva a surgir su movimiento natural y se le acompaña de vuelta, valorando si ha cambiado lo suficiente. De no ser así, se puede durante la vuelta, inducirlo suavemente a recuperar su movilidad natural y/o volver a repetir todo el proceso. La inducción se realiza de forma similar a la anterior: se sigue la dirección del movimiento más libre o extenso. Al final del mismo se induce suavemente a que continúe un poco más en la misma dirección, acompañándolo después en su regreso y comprobando si se ha producido algún cambio. La oscilación visceral, es una técnica sencilla que consiste en impulsar con la mano una suave oscilación o balanceo en el lugar de la escucha, para promover el aumento de recursos y fluidos en la zona y facilitar la disolución de tensiones, adherencias o fijaciones. Se puede realizar con la mano que está en

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CRANEOSACRAL

contacto con la zona a tratar, o incluso crear un suave balanceo con el cuerpo del facilitador, que se transmitirá a la mano y de esta manera el contacto de la mano se podrá mantener más relajado. Pruebas para establecer el diagnostico Una vez que la atención por cualquier razón o sin ella, se ve orientada hacia el sistema visceral, se puede reconocer esa demanda y permanecer en un estado de acogida abierta a lo que se presenta, pero no seguir esa dirección ni ninguna otra y mantenerse en la conciencia que acepta y no interviene directamente, facilitando así, la libre actividad del Aliento de la Vida. Si se considerase apropiado, se puede intentar aclarar las sensaciones mediante diferentes pruebas que tienden a concretar lo que sucede en el organismo, como son: -Escuchas globales Con el paciente de pie, el facilitador se sitúa detrás de él y coloca una mano sobre su cabeza y la otra en la mitad de la espalda o sobre el sacro, invitándole a que permanezca lo más relajado que le sea posible y se de permiso para que el cuerpo se afloje y se deje llevar por la facilidad, lo que mostrará el patrón de las tensiones retenidas (pág. 200- 5). Para discriminar si la tensión proviene de las piernas, se puede realizar la misma escucha sentado sobre la camilla, con lo que se estará anulando o disminuyendo las posibles tensiones que provengan de ellas (pág. 200, 8). Tanto permaneciendo el cliente de pie como sentado o tumbado, se puede orientar el tratamiento, en vez de por el movimiento del cliente hacia la zona de mayor tensión, sencillamente dejándose llevar el terapeuta por la dirección hacia la que se siente atraída fascialmente la mano, e irla recolocando progresivamente, acercándola hacia la zona de atracción (pág. 200, 6). -Escuchas locales Desde los brazos Con el cliente en supino, se le pide que extienda sus brazos por encima de la cabeza casi en línea con el tronco. El facilitador se sitúa detrás de la cabeza y coge entre sus manos las muñecas del cliente, realizando una suave tracción hacia si mismo, que le sirve para comprobar que lado se estira con mayor suavidad y cual se resiste a la tracción, evidenciando así la zona que retiene mayor tensión (pág. 200- 1). Dicha escucha se puede realizar de forma bilateral tal y como se acaba de describir o también de forma unilateral, testando primero un brazo y a continuación el otro (pág. 200- 2).

Visceral:

Introducción

Desde las piernas Con el cliente en supino se procede de forma similar a lo realizado desde los brazos. El facilitador se sitúa en el extremo de la camilla y toma entre sus manos los tobillos del cliente realizando un suave estiramiento de manera bilateral o unilateral (pág. 200- 3 y 4). Acercándose al fulcro Todo fulcro que se expresa en el plano fascial, crea a su alrededor una serie de tensiones equilibradas o no, que pueden ser relativamente fáciles de reconocer mediante el tacto entrenado. Una vez que se ha localizado aproximadamente la zona a de la disfunción, se puede precisar aún mas siguiendo la dirección de la tensión. Para ello, se coloca la palma de la mano sobre la superficie a explorar si la zona lo permite, y si no hay espacio suficiente, se puede practicar con las yemas de uno o varios dedos, se realizará una delicada presión hacia el interior, que mostrara como el tejido cede a dicha presión y esto evidenciará las diferentes tensiones que puedan estar actuando sobre la zona, con lo que bastara con dejarse llevar por ellas, moviendo la mano hacia donde la tensión indica, y acercándose progresivamente al foco de la tensión (pág. 200- 5). Para evaluar la profundidad de la disfunción, se colocará una mano sobre la zona en cuestión y la otra en sentido diametralmente opuesta, se realiza una ligera tensión entre ambas y se observa el movimiento y la atracción que surge entre ellas. Esto mostrará si la tensión se encuentra cerca o lejos de las manos y normalmente la mano que experimenta menor movimiento, es la que se encuentra más cerca de la tensión (pág. 200- 7). -Escucha de la motilidad y pruebas de movilidad En cada órgano o viscera, se establecen una serie de pruebas para comprobar si se dispone de la movilidad y motilidad naturales o ha surgido algún tipo de disfunción que impide su libre expresión. La presión que se ejerce con la mano, en los test de movimiento, viene a ser más intensa que en las escuchas craneales, oscilando en torno a unos 250gr. de presión. Para la escucha de la motilidad, la presión es más ligera y requiere de mayor experiencia palpatoria para poderla reconocer. -Espacios corporales La escucha de los diferentes espacios corporales (craneosacral, torácico, abdominal o pélvico), de manera individual o en relación los unos con los otros, puede ser una excelente opción para descubrir la capacidad de ocupar cada uno su propio espacio, sin invadir o ser invadido por los demás, y una extraordinaria opción para integrar todo lo que haya sucedido durante la sesión.

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Visceral: C a v i d a d

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T o r á c i c a:

CRANEOSACRAL

C o r a z ó n

Cavidad torácica

Situación

La cavidad torácica está formada por la columna vertebral dorsal, las costillas y el esternón. Se oncuontra limitada por dos diafragmas: 1 I diafragma superior o de entrada al tórax por arriba, formado por un sistema aponeurótico-muscular y el ligamento suspensorio de la bóveda pleural. I I diafragma inferior formado por el músculo diafragma. Dicha cavidad, tiene tres compartimentos: -Dos cavidades pleurales que contienen los pulmones. La membrana serosa que rodea los pulmones se llama pleura. -Una cavidad miocárdica, el mediastino, donde se encuentra el corazón. La membrana serosa que rodea el corazón es el pericardio. Contiene también grandes vasos sanguíneos como la arteria aorta, la vena cava inferior, la cadena ganglionar simpática de donde salen los esplácnicos, la vena ácigos mayor y menor, el esófago y el conducto torácico. Cualquiera de estas partes nombradas, junto con el músculo triangular del esternón y los ligamentos de sujeción de toda esta estructura, pueden ser un factor causante de tensiones o fijaciones que limiten la movilidad y/o motilidad de los órganos que contiene y que puede transmitirse por todo el organismo a través de la continuidad fascial, incidiendo muy directamente sobre la cavidad abdominal. Debido a la eficaz protección que ofrece la caja torácica, no se puede acceder a trabajar directamente sobre el corazón y los pulmones, pero sí se puede actuar indirectamente, elastificando las zonas de sujeción y apoyo de ambos órganos.

Está ubicado en la cavidad torácica, entre los dos pulmones, en la parte inferior del mediastino medio, entre el segundo y quinto espacio intercostal* izquierdo. Se sitúa detrás y ligeramente a la izquierda del esternón, encima del centro frénico del diafragma. Si imaginamos la forma del corazón como un cuadrilátero, podemos situar los dos ángulos superiores a la altura del 2 o espacio intercostal, sobrepasando lateralmente un través de dedo, a derecha e izquierda del esternón. El ángulo inferior derecho se sitúa a la altura del 6 o espacio intercostal derecho y el ángulo inferior izquierdo a la altura del 5 o espacio intercostal izquierdo, un poco más abajo y al centro que la zona mamilar izquierda. Se orienta en el espacio de la forma siguiente: la punta mira hacia abajo, hacia delante y hacia la izquierda, mientras que la base mira hacia arriba, hacia atrás y hacia la derecha. La mitad derecha aparece girada hacia delante y la mitad izquierda, hacia atrás. Medios de unión y sujeciones

Corazón Descripción anatómica El corazón es un órgano muscular hueco, con forma de cono invertido, que pesa entre 200 y 425 gr. y es un poco más grande que una mano cerrada. Está envuelto y protegido en el interior del pericardio, el cual está formado por un saco fibroso en su exterior y una serosa pericárdica en el interior. El saco fibroso es una membrana muy espesa, principalmente formada de colágeno, que impide una dilatación excesiva del corazón. A su vez, la serosa pericárdica esta compuesta por dos bandas, parietal y visceral, que limitan la cavidad peicárdica. Entre el corazón y su envoltura, así como entre una y otra capas, se aprecia un líquido lubricante, que facilita el deslizamiento.

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El corazón se sujeta mediante un sistema de ventosa de doble capa, un sistema de ligamentos y, lateralmente, por los pulmones. Lig. esterno-pericárdico superior, hacia el manubrio e inferior hacia el xifoides. Lig. vértebro-pericárdico hacia atrás y arriba. Lig. freno-pericárdicos anterior hacia abajo y delante, y derecho e izquierdo hacia abajo y hacia atrás. Medicina Tradicional China El corazón es considerado el órgano de mayor influencia sobre las actividades mentales y generaliza la función fisiológica del cerebro. Por eso el espíritu, la conciencia, la memoria, el pensamiento, el sueño están relacionados con la función del corazón de atesorar la mente. Cuando aparece insomnio, mala memoria, delirio, confusión es que hay una alteración de la energía del corazón. Controla el habla. Cuando se está muy alegre se habla muy deprisa, si hay demasiada alegría incluso se traba la lengua. Controla la afluencia de sangre y los vasos sanguíneos. Su esencia se refleja en la cara. Si la cara es sonrosada y húmeda nos indica que hay suficiente cantidad de energía y sangre en el corazón. Se refleja en la lengua.

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Cavidad

Torácica:

C o r a z ó nyPulmones

Posición del cliente:

La escucha de la motilidad del

Tumbado sobre la camilla en decúbito supino.

Se realiza con el paciente tumbado en decúbito supino, mientras que el facilitador, de pie o sentado en el lateral de la camilla, coloca una mano centrada sobre el esternón con los dedos en dirección craneal (1). Si la escucha se hace sentado, puede ser de ayuda, situar un cojín sobre el abdomen donde apoyar el codo. El movimiento natural del mediastino, del esternón, en inspiración, es de un desplazamiento hacia el plano anterior, más pronunciado por su porción inferior que en la superior, mientras que en la expiración se producirá el retroceso. Esta motilidad se percibirá en la mano como una sensación de desplazamiento hacia delante y hacia atrás a la vez que un suave balanceo hacia arriba y abajo (1). Para efectuar la escucha de la motilidad es muy importante diferenciarla de la sensación de la movilidad de la respiración. Ya que aunque ambas presentan el mismo movimiento, lo hacen con una frecuencia diferente, la motilidad se expresa con un ciclo de 7 u 8 movimientos por minuto, mientras que la respiración lo hace entre 12 y 14 movimientos por minuto.

Posición del terapeuta: Sentado o de pie en el lateral de la camilla Posición de las manos: Se sitúa una mano centrada sobre el esternón, con los dedos apuntando en dirección craneal. Movimiento: La motilidad del corazón y del mediastino se aprecia a través del esternón que realiza flexiónextensión, en torno a un eje horizontal. En inspiración la porción superior bascula hacia el plano anterior y en expiración oscila hacia el plano posterior. J . P Barral describe la motilidad del corazón como un movimiento hacia delante en inspiración y a la vez como una rotación en tomo a un eje vertical. Relaciones: El corazón está relacionado con la columna vertebral y las costillas 2 a a 6 a junto con el esternón. También se relaciona con el pulmón, bronquios, timo, esófago y diafragma. Inervación: Sistema nervioso simpático de D1 a D4. Sistema nervioso parasimpático, nervio vago. Aspectos psicológicos: Apertura hacia la vida gozosa o cerrazón por miedo y/o dolor.

mediastino

Otra posibilidad de escucha del mediastino y/o del corazón. Con el paciente tumbado en supino y el facilitador sentado en el lateral de la camilla, situad una mano en sentido transverso sobre el esternón, de manera que el talón de la mano se apoye sobre el lateral derecho del esternón y los dedos apunten hacia el costado. La otra mano, si se desea, se puede situar detrás a la altura de D6-D7 (3). Según Barral la motilidad del corazón se puede apreciar desde la posición descrita. Consiste en un desplazamiento hacia el plano anterior en inhalación y, además, un movimiento de rotación alrededor de un eje vertical, que pasa por su centro (2).

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Visceral:

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C a v i d a d T o r á c i c a :CorazónyP u l m o n e s Descripción anatómica Los pulmones son los órganos más grandes del cuerpo. Están huecos y recubiertos por una doble membrana lubricada (serosa) llamada pleura. Se encuentran separados el uno del otro por el mediastino. La pleura es una membrana elástica de tejido conjuntivo, que evita que los pulmones rocen directamente con la pared interna de la caja torácica. Posee dos capas: -La pleura parietal o externa que recubre y se adhiere al diafragma y a la parte interior de la caja torácica. -La pleura visceral que recubre el exterior de los pulmones, introduciéndose en sus lóbulos a través de las cisuras. Entre ambas capas existe una pequeña cantidad (unos 15 cc) de líquido lubricante denominado líquido pleural. El pulmón posee una consistencia blanda muy elástica que cede a la menor presión con un ruido especial, llamado crepitación. Distendido, el pulmón recobra fácilmente sus dimensiones primitivas y es indoloro. El pulmón derecho está dividido por dos cisuras (mayor y menor), a su vez separadas en 3 partes, llamadas lóbulos (superior, medio e inferior). El pulmón izquierdo posee dos lóbulos (superior e inferior) espaciados por una cisura (cisura mayor). Esto se debe a que el corazón tiene una inclinación oblicua hacia la izquierda y de atrás hacia adelante; hundiéndose la punta inferior (el ápex) en el pulmón izquierdo, lo cual reduce su volumen y resta espacio a dicho pulmón. Dimensiones promedio: Altura 25 cm, diámetro antero posterior 16cm, diámetro transverso de la base 10cm el derecho y 7cm el izquierdo. El pulmón derecho pesa aproximadamente 600 gr. y el izquierdo unos 500gr. Situación Están situados dentro de la caja torácica, protegidos por las costillas y a ambos lados del corazón. Se encuentran envueltos en el interior de la pleura y sus límites son coincidentes en todos los planos menos en el plano caudal, en el cual, y con una respiración normal, el pulmón permanece uno o dos espacios intercostales por encima de los límites de la pleura. El límite superior lo constituye la cúpula pleural que se sitúa unos 3 cm. por encima de la 1 a costilla y es la única zona pleuro-pulmonar palpable. El límite inferior está formado por una línea desde el plano paravertebral a la altura de la 12a costilla, hacia el plano anterior a la altura de la 7 a costilla.

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CRANEOSACRAL

La cisura oblicua izquierda se inicia en la zona posterior alrededor de la 4 a costilla y se desplaza transversalmente hacia delante hasta la altura de la 6 a articulación esterno-condral. La cisura oblicua derecha se inicia en la zona posterior alrededor de la 3 a costilla y se desplaza oblicuamente hacia delante hasta la altura de la 6 a . La cisura horizontal derecha se inicia de la cisura oblicua en la zona posterior, a la altura de la 4 a /5 a costilla y se desplaza hacia delante para terminar ligeramente por debajo de la 3 a . Medios de unión y fijación Los pulmones se encuentran fijos mediante un sistema de ventosa. Entre la cavidad pleural y el pulmón existe una presión negativa, que obliga al pulmón a permanecer siempre adherido a la cavidad pleural y a acompañar todos sus movimientos. El sistema suspensorio de la cúpula pleural, sujeta ésta a la 1 a costilla y de C6 a D1. Está formado por las fibras musculares del pequeño escaleno y en ocasiones del escaleno medio y anterior, por el ligamento vértebro-pleural, transverso-pleural y el costo-pleural. -El ligamento pulmonar, formado por el pliegue de la pleura, desde hilio pulmonar hasta el diafragma. -El ligamento interpleural. Está en contacto

con:

El pericardio, el diafragma y la parrilla costal. Zonas de restricción: Adherencias entre los lóbulos, con el diafragma y el pericardio, ligamentos suspensorios y costillas. D1-D5, clavículas y esternón. Dermalgia refleja frecuente a nivel del 2 o espacio intercostal, junto al esternón. Medicina Tradicional China El pulmón es el ministro del estado que controla la energía del cuerpo y la respiración, comunica y regula las vías de los líquidos y controla la piel y el vello. Se refleja en la nariz. Aspectos psicológicos La energía propia del pulmón es la serenidad, la quietud, la interiorización, mirar dentro de nosotros. Cuando la energía del pulmón se ve afectada aparece la tristeza y la depresión.

l ;UÍA VISUAL DE LA TERAPIA

La escucha

de la motilidad

CRANEOSACRAL

de los

Visceral:

Cavidad Torácica:

Pulmones

pulmones

Se realiza con el paciente tumbado en decúbito supino. El facilitador se coloca de pie en el lateral de la camilla contrario al de la zona de escucha y sitúa una mano en sentido transversal sobre el lóbulo que se quiere atender (3 y 4). Para escuchar la motilidad del pulmón derecho el facilitador se coloca en el lado izquierdo del paciente y acomoda su mano derecha sobre el lóbulo superior. El movimiento percibido consiste, normalmente, en una rotación externa en torno a un eje vertical. Para testar el lóbulo mediano se efectúa con la mano izquierda sobre éste. La mano derecha se puede mantener sobre el superior estabilizándolo, pues el movimiento de ambos es similar. Su motilidad es la misma que la del lóbulo superior. La escucha del lóbulo inferior se hace solo con la mano izquierda. Su motilidad es similar a las anteriores pero en torno a un eje oblicuo. Para escuchar la motilidad del pulmón izquierdo se realiza igual que en el derecho, con la salvedad de que en este lado sólo nos encontramos con dos lóbulos y que el inferior presenta un ángulo más abierto respecto a la línea vertical que el derecho. En caso de adherencias o fijaciones entre dos cisuras, se pueden tratar mediante la estabilización de un lóbulo con una mano, mientras que el movimiento se induce en el lóbulo adyacente con la otra mano. Como tratamiento previo es conveniente asegurarse de la libre movilidad articular de la columna vertebral dorsal, costillas, y las articulaciones costocondrales y condroesternales (1), así como el diafragma (2) y la entrada torácica (3).

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Visceral:

Cavidad

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T o r á c i c a :CorazónyP u l m o n e s

CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino. Posición del facilitador: De pie, en el lateral contrario al del pulmón que se quiere atender. Posición de las manos: Se sitúa una mano en sentido transversal sobre el lóbulo que se quiere atender. En el caso de la escucha del lóbulo mediano se puede realizar con una mano sobre él y la otra en el lóbulo superior. Movimiento:

(5) Escucha bilateral

La movilidad y la motilidad son iguales en los pulmones. Los pulmones realizan rotación interna y externa. En inspiración realizan una rotación externa, el lóbulo superior se mueve en torno a un eje vertical y el lóbulo inferior en torno a un eje oblicuo hacia abajo y hacia fuera. El bronquio derecho es más oblicuo que el izquierdo. En el pulmón derecho el lóbulo medio se mueve en relación con el lóbulo superior. Inervación:

(7) Lóbulos

Sistema nervioso simpático entre D5 y D12. Sistema nervioso parasimpático, nervio vago. Aspectos Psicológicos: Relación entre lo que entra y lo que sale, el interior y el exterior, entre dar y tomar.

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Cavidad Torácica:

Corazón

y

Pulmones

Ligamentos del pericardio Corte de la aorta

Ligamento vertebro-pericardico

Pulmón Ligamento esterno-pericárdico sup.

Vena cava sup.

Esternón Pericardio

Pedículo pulmonar dcho.

Ligamento esterno-pericárdico inf.

Diafragma

Ligamento freno-pericárdico ant.

Costillas

La fijación lateral del corazón la realizan los pulmones y sus pleuras. (5) Vista anterior del corazón

(2) Zonas metaméricas del corazón y pulmones (5) Vista posterior de los lóbulos pulmonares

(3) Movilidad de los lóbulos pulmonares (6) Vista anterior de los lóbulos pulmonares

Sistema suspensor del cono pleural

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"Visceral: Pulmones"

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Cavidad Abdominal:

Estómago

Descripción anatómica El estómago es la parte más dilatada del aparato digestivo y el órgano principal de la digestión. Viene a ser como un saco de forma muy irregular, que aumenta o disminuye de tamaño según la cantidad del alimento que contiene. Este órgano posee dos aberturas: una que comunica con el esófago, por donde entran los alimentos, que se llama cardias, y otra de salida que comunica con el intestino, que se llama píloro. Se distinguen dos bordes: uno cóncavo, por detrás; otro convexo, por delante. La parte convexa recibe el nombre de curvatura mayor; a la parte cóncava se da el nombre de curvatura menor. La tuberosidad mayor forma la parte superior del estómago, y la tuberosidad menor su parte inferior. Sus proporciones suelen ser de 11cm de ancho: 8 ó 9 cm de longitud para la curvatura menor y unos 25 cm para la mayor. Situación Se encuentra en la porción superior de la cavidad abdominal, a la izquierda de la línea media (cinco sextas partes), en las zonas del epigastrio e hipocondrio izquierdo, por debajo del diafragma y del hígado. Una porción queda protegida por las costillas (triangulo de Traube) y la otra no (triangulo de Labbé). El cardias y el píloro presentan ubicaciones bastante estables, mientras que el resto del estómago puede ser muy variable. El cardias se sitúa en el plano anterior a la altura de la 7 a articulación costocondral izquierda, a unos 2 cm de la línea media y en el plano posterior a la altura de D11. El píloro se sitúa estando de pie a la altura de L3 y en decúbito supino a la altura de L2-L1, con el estómago vacío se encuentra ligeramente a la izquierda de la línea media. Cuando está lleno desciende 1-2 cm y se desplaza 3-4 cm hacia la derecha. La curvatura menor se encuentra por debajo del cardias, 7 a articulación costocondral izquierda y desciende casi paralela a la columna vertebral hasta la altura de L1. La tuberosidad mayor asciende hasta el 5 espacio intercostal izquierdo. Inervación Sistema nervioso simpático entre D5 y D9. Nervio esplácnico mayor. Sistema nervioso parasimpático, nervio vago. Movilidad

En la inspiración pulmonar el diafragma desciende y hace caer al estómago. La tuberosidad mayor se desplaza hacia abajo y hacia adentro, la tuberosidad menor asciende y se desplaza a la derecha. Al mismo tiempo se produce una basculación de la porción superior hacia delante y de la porción inferior hacia atrás y una rotación del estómago hacia la derecha. En la expiración ocurrirá el caso contrario. Motilidad La motilidad es la misma que la movilidad. El movimiento más apreciable es la latero-flexión junto con la rotación derecha. En la primera, tanto la tuberosidad mayor como la curvatura mayor, descienden y se flexionan hacia la derecha. En la rotación se aprecia cómo la curvatura mayor se desplaza hacia dentro, delante y abajo. Todos estos movimientos se dan en la fase de exhalación. Medios de unión y sujeciones -Ligamento frénico-gástrico, sustenta el estómago, por la tuberosidad mayor, del diafragma. -Epiplón menor, conecta con el hígado a través de la curvatura menor. -Epiplón mayor, conecta la curvatura mayor del estómago con el colon transverso. -Ligamento gastro-esplénico, conecta la curvatura mayor del estómago con el bazo. Está en contacto con: El diafragma, el hígado y, en caso de pérdida de tono, con el colon, el intestino delgado y puede llegar hasta la vejiga. Relaciones Con el diafragma, esófago, hígado, bazo, duodeno, colon, riñon izquierdo, páncreas y la CV entre D10 - L1. Disfunciones Adherencias, cicatrices y espasmos producidos por traumatismos, ptosis, intervenciones quirúrgicas e inflamaciones. Pérdida del tono con la edad y/o los embarazos. Reflujo gástrico, Hernias de hiato. La dermalgia del cardias del apéndice xifoides. El estómago en la línea alba, En la zona posterior sobre

se manifiesta en el 5 o dermatoma, algo por encima píloro justo encima del ombligo. Y el reflejo del hasta tres anchos de dedo por encima del ombligo. D12 y L1.

Durante la ingesta de alimentos, el estómago se dilata más por la porción externa de la curva mayor y desciende el antro pilórico.

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Visceral:

Cavidad A b d o m i n a l :

La escucha

de la motilidad

del

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

Estómago

CRANEOSACRAL

estómago

Se realiza con el paciente en decúbito supino, el terapeuta sitúa su mano derecha sobre el abdomen de bajo del reborde costal, de forma que el meñique y la eminencia hipotenar se apoyan sobre el reborde de la curvatura mayor y la eminencia tenar sobre la tuberosidad menor, el pulgar enfrente del duodeno y el Indice sobre la curvatura menor. En esta posición la mano está encima del estómago y coincide bastante con la forma de este. En la fase de exhalación, si todo es correcto, se tendría que percibir como la mano hace una rotación al tiempo que una latero-flexión hacia la derecha, en torno a un eje longitudinal y ligeramente oblicuo, próximo al dedo índice, en la que el pulgar se desplaza hacia arriba y a la derecha, a la vez que el resto de los dedos se inclinan hacia la izquierda y abajo. Zonas de

restricción

Las cervicales de C4 a C7, la sacroilíaca izquierda. Relación vertebral D6 - D11 y L1 para el diafragma. Suelen mostrarse en lesión D5-6 y 7 para el estómago y D8-9 para el píloro. Medicina

Tradicional

China

ABCD-

Ligamento gastrofrénico Epiplón gastroesplénico Epiplón m e n o r Epiplón m a y o r

(3) L i g a m e n t o s de sujección del e s t ó m a g o

Según la medicina tradicional china el estómago y el bazo son la fuente que mantiene la vida después del nacimiento. (4, 5) Z o n a s m e t a m é r i c a s anteriores del diagnóstico del e s t ó m a g o

Diafragma

Motilidad en el plano horizontal

Reflejo del esfínter cardias Reflejo del estómago Reflejo del píloro

Motilidad en el plano sagital

-212

ÍA VISUAL DE LA TERAPIA

Visceral:

CRANEOSACRAL

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino. Posición del terapeuta: De pie o sentado en el lateral derecho paciente.

del

Posición de las manos: Se sitúa la mano derecha sobre el estómago. Movimiento: Presenta movilidad en los tres planos. Principalmente: -Latero-flexión en el plano frontal alrededor de un eje longitudinal y ligeramente oblicuo. -Rotación en el plano horizontal, con un ligero balanceo de atrás y delante, -En el plano sagital, apenas perceptible. Para su valoración como en todos los movimientos mixtos, primero se hace por planos, para afinar la escucha y posteriormente se procura la percepción global. Aspectos Psicológicos: Es una zona muy sensible ante el estrés cotidiano y social, tal y como corresponde al asentamiento del ego relacional. ¿Cómo se digieren los asuntos de la vida? ¿Hay suficiente capacidad para asimilar lo nuevo?.

(1) Escucha de la movilidad: hacia atrás y arriba (4) Escucha de la motilidad sagital (5) Escucha de la motilidad frontal (2) Escucha de la motilidad global

213

Visceral:

Cavidad

Descripción anatómica Es la mayor viscera del cuerpo y pesa entre 1.5 Kg. y 2.5 Kg. Consta de dos lóbulos, derecho e izquierdo. Las vías biliares son las vías excretoras del hígado, por ellas la bilis es conducida al duodeno. Normalmente, salen dos conductos: dorecho e Izquierdo, que confluyen entre sí y forman un conducto único. El conducto hepático, recibe un conducto más fino, el conducto cístico, que proviene de Ifi vesícula biliar alojada en la cara visceral de hígado. De la reunión de los conductos cístico y el hepático se forma el colédoco, que desciende al duodeno, en el que desemboca junto con el conducto excretor del páncreas. Puede contener entre 500 y 900 -falta la el sistema métrico cm3, mm, mi-... de sangre y su temperatura interna es superior a las de los órganos vecinos: las venas hepáticas pueden alcanzar hasta los 40° C. El hígado tiene forma ovoide, aunque debido a su gran plasticidad, puede variar mucho en función de la presión que ejerce sobre el los órganos adyacentes, y en parte también, a los procesos patológicos que le afecten. Sus medidas aproximadas son de 8 ó 10 cm. de alto, 30 de ancho y 16 de fondo. Situación El hígado está situado debajo del diafragma, en la zona superior derecha del abdomen, llegando hasta el hipocondrio izquierdo. Su borde craneal anterior se sitúa en el lado derecho a la altura del 5o espacio intercostal. En el lado izquierdo desciende ligeramente hasta la el 6o espacio intercostal. El borde posterior derecho discurre entre D8-D9 por arriba y D11-D12 por abajo. El borde lateral derecho está limitado por las costillas. El límite izquierdo, de expansión variable, llega aproximadamente hasta la línea mamilar. La zona derecha es más ancha que la izquierda y presenta un eje transversal que discurre de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba. Inervación Sistema nervioso simpático, D7-D10. Nervio frénico C3-C5. Sistema nervioso parasimpático, nervio vago. La dermalgia del hígado se encuentra centrada y con forma rectangular sobre la línea alba en el 8 o dermatoma. Está en contacto con: Hacia atrás: con el esófago, la vena cava inferior, la glándula suprarrenal y el diafragma. -Hacia arriba: con el diafragma -Hacia abajo: con el estómago, la primera porción del duodeno, la vesícula biliar, el ángulo cólico derecho y el riñon derecho. -Por la parte central, con la pared costal. Medios de unión y sujeciones La presión en la cavidad abdominal y la turgencia.

-214

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

Abdominal: Hígado

CRANEOSACRAL

Ligamentos coronario, falciforme, redondo, hepatorrenal, triangular, epiplón menor y vena cava inferior. Zonas de restricción Escápula derecha, costillas inferiores C4 - C5 / D7 - D8 - D9 El contacto con el diafragma, ligamentos falciforme, coronario y redondo. Síntomas:

Disminución de la vitalidad, ictericia.

Medicina Tradicional China El hígado es el general en jefe que planea el conjunto de actividades del organismo. Controla la visión y los movimientos oculares. Sus funciones fisiológicas son almacenar la sangre, controlar la dispersión y el drenaje y dominar el jin, tendones y ligamentos. Nivel psíquico Rige la memoria inconsciente, la imaginación (el hígado es el gran estratega), la iniciativa, ambición, deseo. Cuando su energía es excesiva aparece la ira. Cuando está debilitado aparece falta de imaginación, falta de coordinación de las ideas, poca iniciativa y estados de ansiedad. Su energía se manifiesta en las uñas. Escucha de la motilidad Para testar la motilidad del hígado, el facilitador se sitúa en el lateral derecho del paciente que permanecerá tumbado en decúbito supino con las piernas estiradas. Si el paciente lo desea, se le puede poner un cojín bajo la cabeza. El facilitador coloca su mano derecha extendida sobre la región hepática de tal manera que la eminencia tenar hace contacto con las costillas derechas 9a, 10a y 11a y los dedos sobrepasan la línea media alcanzando hasta el lado izquierdo frente al ligamento triangular izquierdo (1 y 2). Es conveniente al principio, para aclarar las sensaciones, testar la motilidad diferenciándola en sus diferentes planos frontal, sagital y horizontal, para procurar finalmente hacerse una idea global. Durante la exhalación, en el plano frontal se debería de apreciar cómo la palma de la mano se desplaza hacia abajo y hacia el centro, hacia el ombligo (8). En el plano sagital la mano se debería de apreciar cómo la palma de mano se balancea arriba y abajo alrededor del dedo medio (9). En el plano horizontal se tendría que notar cómo la mano se balancea entre el apoyo de las yemas de los dedos que tienden a hundirse y el de la palma que tiende a elevarse (10). Hay que tener en cuenta que durante la escucha de la motilidad del hígado, se está en contacto con las costillas y que éstas realizan un movimiento propio y diferente del hígado, para intentar discriminar el uno del otro, y no confundirlos. Durante la inspiración pulmonar las costillas ascienden y se alejan de la línea media.

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CRANEOSACRAL

Visceral:

Cavidad A b d o m i n a l :

Hieado

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino, con las piernas estiradas. Posición del terapeuta: Sentado o de pie al lado derecho del paciente (1). Posición de las manos: Se coloca la mano derecha sobre la región hepática de forma que la eminencia tenar hace contacto con las costillas inferiores del lado derecho y las yemas de los dedos sobrepasan la línea media y se apoyan sobre el costado izquierdo a la altura del ligamento triangular izquierdo (1 y 2). El antebrazo puede apoyarse ligeramente sobre el costado y/o buscar un punto de apoyo para el codo. Movilidad: La movilidad pasiva del hígado, viene dada, sobre todo, del movimiento activo del diafragma. En la inspiración pulmonar, el diafragma desciende menos por el centro que por los laterales y más por la zona posterior que por la anterior. Todo esto junto con los puntos de anclaje condicionan y conforman la movilidad y motilidad del hígado. En inspiración el hígado desciende globalmente, pero su lateral derecho lo hace con más intensidad, trazando un pequeño semicírculo hacia abajo y hacia el centro, al mismo tiempo realiza una rotación en la que el lateral derecho se desplaza de atrás hacia delante y de derecha a izquierda (3, 4, 5, 7). Motilidad: En expiración, es similar a la movilidad del lateral derecho, que desciende inclinándose hacia el centro y rota de atrás hacia delante y de fuera hacia adentro (1,2, 3, 4, 6). Aspectos Psicológicos: Tiene que ver con la capacidad de sentirse cómodo con uno mismo. Con sentimientos como represión, rabia, depresión.

-215

Visceral:

Cavidad

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A b d o m i n a l :Intestinod e l g a d o

(8) Motilidad en el plano frontal

(9) Motilidad en el plano sagital

CRANEOSACRAL

(10) Motilidad en el plano horizontal

MOVILIDAD Y M O T I L I D A D DEL H I G A D O Antero-posterior

Vertical

Transversal

EJE T R A N S V E R S A L , PLANO SAGITAL El borde anterior se dirige hacia delante y hacia abajo

Zonas metaméricas del diagnóstico de hígado Lig. Falciforme Zona

EJE VERTICAL, PLANO HORIZONTAL La porción d e r e c h a se dirige hacia delante y hacia la izquierda.

hepática

Lig. Triangular izq

Lig. Triangular dcho

Z o n a de la vesícula

EJE

biliar

ANTERO-POSTERIOR

La parte d e r e c h a se dirige hacia abajo. MOVILIDAD: en el curso de una f a s e inspiratoria diafragmática MOTILIDAD: mismo movimiento en expiración.

Lig. Lobulo

Hepatogástrico

dcho. Reflejo de la

Lig.

vesícula

"

biliar Reflejo vias biliares

Lig. " W Coronario-hepático

Lig. Lig. Hepatocólico

-216

Hepatoduodenal

Hepatorrenal

- 217

Visceral:

Cavidad A b d o m i n a l :

Intestino

delgado

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CRANEOSACRAL

Descripción anatómica El intestino delgado es la parte del tubo digestivo que comienza donde termina el estómago y acaba en el ciego del colon. Sus vueltas en espiral ocupan casi toda la cavidad intestinal. Mide de 6 a 7 metros de longitud y tiene un contorno entre 2,5 y 5 cm. que va disminuyendo progresivamente desde su origen hasta el final en la válvula ileocecal, con la que se une a la primera parte del intestino grueso. Su función primaria es la digestión y absorción de los alimentos a través de sus vellosidades internas. Los alimentos ya digeridos, pasan a través del intestino delgado por medio de contracciones de la pared intestinal, llamadas movimientos peristálticos y las proteínas y los hidratos de carbono se absorben en sus capilares, mientras que los nodulos linfáticos, absorben las grasas. Se divide anatómicamente en tres partes: - La 1 a porción es el duodeno y mide unos 25 cm. - La 2 a porción corresponde al yeyuno, con unos 2,5 m. - La 3 a porción corresponde al íleon con 3,5 m. El duodeno tiene forma de C y es la zona que más patologías suele presentar del intestino, como úlceras y espasmos, con tendencia a ser doloroso. Situación El duodeno Se sitúa profundamente desde la región subcostal derecha a la altura de D12, hasta la región umbilical a la altura de L3-L4. Se divide en cuatro porciones: -La 1 a se denomina parte superior, (D1) o hepática, nace en el píloro a la altura de D12, u n o s 4 c m por arriba y ligeramente a la izquierda del ombligo y se dirige diagonalmente hacia la derecha, craneal y posterior, terminando en la unión con la 2 a porción, a la altura del cuerpo vertebral de L1-L2, es la parte con mayor movilidad del duodeno y se relaciona con el hígado y la vesícula. -La 2 a porción denominada descendente, o (D2), de unos 10cm. de longitud, desciende por delante y a la derecha de la CV. Desde L1 a L4. Se relaciona con el colon transverso, la vena cava, el riñon derecho, el uréter, el hígado y el páncreas con sus conductos excretores. -La 3 a porción denominada horizontal o (D3). Comienza donde termina D2 a la altura de L3-L4 y se dirige de delante hacia atrás, hasta hacer contacto con el cuerpo vertebral y de derecha hacia izquierda, formando una curva cóncava hacia arriba hasta la altura de L2. Se relaciona con L4, el psoas, la vena cava inferior y la aorta, por arriba con el páncreas y por abajo con el intestino delgado.

-218

-La 4 a porción denominada ascendente o (D4). Asciende en dirección craneal y oblicua hacia la izquierda hasta la altura de L2 donde forma un ángulo agudo (de Treitz) o flexura duodeno-yeyunal. Se relaciona con el riñon izquierdo, el psoas, el intestino delgado, la aorta. El ángulo de Treitz o duodeno-yeyunal Surge donde termina el duodeno y comienza el yeyuno mediante un ángulo agudo que gira hacia delante y abajo. Se localiza a la izquierda sobre el lateral de L2, a 3 ó 4 traveses de dedo por encima del ombligo. Desde ahí se continúa por una línea horizontal 2 traveses hacia la izquierda, donde se corta una línea que ¡ría desde el ombligo hacia el pezón izquierdo. El esfínter de Oddi Se localiza a la derecha de forma casi simétrica al ángulo duodeno-yeyunal aunque ligeramente más abajo. Se encuentra 2 ó 3 traveses de dedo por encima del ombligo en la linea medio clavicular, a 2 ó 3 traveses de dedo sobre el ombligo y a 2 hacia el lateral derecho, en la línea medio clavicular. El yeyuno-íleon Mide unos 6,50 m. y ocupa gran parte de la cavidad abdominal. Es una parte del intestino delgado que se caracteriza por presentar unos extremos relativamente fijos: El primero que se origina en el duodeno y el segundo *limita con la válvula ileocecal y la primera porción del ciego. Su calibre disminuye lenta pero progresivamente en dirección al intestino grueso. El límite entre el yeyuno y el íleon no se aprecia claramente. Está formado por 15 Ó16 asas en forma de U que se pueden dividir en: -Una porción superior izquierda que cubre el colón descendente, con una orientación horizontal -Una porción inferior derecha con una orientación vertical. Tratamiento Estos dos puntos (el ángulo de Treitz y el esfínter de Oddi) se pueden tratar como enfoque general del abdomen, pues suelen producir una gran relajación en la zona y una suavización del tono en el duodeno. Se realizan con el paciente en supino y las piernas flexionadas y el facilitador de pie en un lateral. Una vez situado sobre el punto, se realiza una suave presión hacia el plano posterior con los dedos medio e índice juntos de una mano. La otra mano se sitúa sobre ellos para darles apoyo y estabilizándolos para suavizar el contacto (5, 6).

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Cavidad A b d o m i n a l :

El descenso se debe realizar lentamente para favorecer el desplazamiento y suavización del intestino, hasta que se percibe alrededor del contacto una zona sensible a la palpación, sobre la que se puede aplicar una suave oscilación o movimiento con el fin de lograr su relajación y disminución de la sensibilidad. Inervación -Sistema nervioso simpático, duodeno D7-8, yeyuno e íleon hasta D12. -Sistema nervioso parasimpático, nervio vago C0-C1-C2. Dermatomas D8-D10. El duodeno en D9 ligeramente por arriba y a la derecha del ombligo, a nivel posterior L1- L2 en la zona paravertebral D. Yeyuno D9 un arco a la izquierda del ombligo. íleon D10 un arco por bajo del ombligo. A nivel posterior L3-L4 un rectángulo sobre el sacro. Medios de unión y sujeciones -La turgencia y presión de los órganos. -La fascia de Treitz, que enlaza peritoneo-duodeno-páncreas. -El músculo de Treitz es el único punto fijo de sujeción que conecta con el pilar izquierdo del diafragma. - Los ligamentos duodenales: el hepato-duodenal que conecta con hígado y vesícula, el cístico-duodenal que conecta con el pequeño epiplón y duodeno-renal que conecta con el riñon derecho. Zonas de restricción A nivel vertebral D7, D12, L1 habitualmente a la derecha. Yeyuno e íleon entre D10 y L2. Disfunciones Adherencias, fijaciones, espasmos, postoperatorios, digestivos, diarreas, estreñimiento, estasis de bilis.

úlceras,

trastornos

Intestino

delgado

La escucha de la motilidad del duodeno El paciente se sitúa tumbado en decúbito supino. El facilitador se coloca de pie o sentado en el lateral derecho y sitúa la palma de su mano derecha ligeramente por encima del ombligo, con el dedo anular sobre la línea media y el pulgar apuntando hacia el píloro. En exhalación debería sentirse como la mano realiza una rotación en sentido horario y en inhalación en sentido antihorario. La escucha de la motilidad del intestino Se realiza en la misma posición que para la del duodeno, con la diferencia de que el facilitador coloca su mano derecha en el lateral derecho, por debajo del ombligo y por dentro del colon ascendente. De esta forma se procura mantener el contacto con las asas intestinales inferiores de orientación vertical. La mano izquierda también hace contacto con el abdomen en su porción superior izquierda de orientación transversa, de forma que el meñique, contacta con el reborde costal y el resto de los dedos separados, para abarcar mayor superficie de contacto. En inhalación, el intestino gira en espiral y en sentido contrario a las agujas del reloj, en torno a en un eje situado alrededor del ombligo. La mano derecha se mueve hacia abajo y adentro y la mano izquierda lo hará hacia arriba y afuera. En exhalación, lo contrario (6, 7). Escucha

energética

Otra posición de escucha para el intestino, consiste en situar las dos manos juntas formando un triangulo interior, alrededor del ombligo, mediante el contacto de los dedos pulgar e índice de una mano* con los de la otra. Esta escucha, además de facilitarnos el apreciar la motilidad, es idónea para relacionarse con la impronta perinatal en torno al ombligo, con el asiento de la personalidad y las emociones, así como también con el plano energético (6, 7).

Síntomas Dolor abdominal y/o infra umbilical, retortijones, molestias al llevar el cinturón o pantalones ajustados, dolor abdominal al estar mucho tiempo de pie. Molestias en ayunas o por la noche que mejoran comiendo.

-219

Visceral:

Cavidad A b d o m i n a l :

Intestino

GUÍA

delgado

VISUAL

Reflejo del colon a s c e n d e n t e

DE LA TERAPIA

;

Z o n a del d u o d e n o

Reflejo del íleon Reflejo del y e y u n o

(3) Motilidad del intestino en exhalación

-220

ID íleon

CRANEOSACRAL

Zonas metaméricas

; Z o n a del e s t ó m a g o Z o n a refleja del y e y u n o

ID Yeyuno-Duodeno

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CRANEOSACRAL

Visceral:

Cavidad A b d o m i n a l :

Intestino

delgado

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino Posición del terapeuta: De pie o sentado en el lateral derecho. Posición de las manos: Para la escucha del duodeno, se sitúa el talón de la mano derecha sobre el abdomen, ligeramente por encima del ombligo, con los dedos en dirección craneal, el dedo anular sobre la línea media y el pulgar apuntando hacia el píloro (2). La escucha del intestino delgado se realiza con las dos manos: La mano derecha, en el lateral derecho, por debajo del ombligo y por dentro del colon ascendente. La mano izquierda efectúa un contacto transversal sobre el abdomen en su porción superior izquierda (1).

Movilidad El duodeno, empujado por el diafragma en inspiración, se dirige hacia abajo y hacia fuera, trazando un enrollamiento en espiral, en el que D1 se acerca a D4. Motilidad El duodeno en inhalación gira en espiral en sentido contrario a las agujas del reloj, alejándose de la línea media. El intestino en inhalación gira en espiral en sentido contrario a las agujas del reloj, en torno al ombligo. Relaciones: El intestino se relaciona con: -El hígado. -La vesícula biliar. -El páncreas. -El estómago. -Los ríñones. -El peritoneo. -El colon. -La CV.L1-3. -El uréter. -El psoas. -La vena cava inferior y la aorta. Aspectos psicológicos: Asimilación de lo que entra, ya sea comida, emociones o pensamientos. Primera zona que recibe los impactos emocionales. Conexión con el yo, con la energía.

-221

Visceral:

Cavidad

A b d o m i n a l :Intestinodelgado

Descripción anatómica El intestino grueso, o colon, es el último componente del sistema digestivo y realiza la fase terminal de la digestión. Se inicia a partir de la válvula ileocecal en un fondo de saco denominado ciego, punto de unión con el intestino delgado, y de donde sale el apéndice vermiforme. Desde el ciego describe una serie de curvas, formando un marco, para terminar en el recto y el ano. Su longitud es variable, entre 120 y 160 cm. y su calibre disminuye progresivamente. La porción más estrecha es la región donde se une con el recto y cuyo diámetro no suele sobrepasar los 3 cm. mientras que en el ciego es de 6 a 8 cm. En el intestino grueso se diferencian varias porciones, entre ellas tenemos: El Ciego Está constituido por un saco ciego de unos 6 cm. de largo y de 5 a 7 cm. de ancho que da origen al apéndice vermiforme. Situado por debajo de la válvula ileocecal, entre la fosa ilíaca derecha y la pared abdominal anterior, con una inclinación oblicua hacia abajo, hacia delante y hacia adentro. El ciego es un fondo de saco móvil, y está sostenido por el peritoneo dorsal por arriba y por el mesenterio por abajo. Es una porción móvil, totalmente cubierta por el peritoneo, y se une a la pared ilio-lumbar mediante el lig. superior y a la pared ilíaca por el lig. inferior. El apéndice vermicular o vermiforme Su posición es variable aunque suele encontrarse a unos 2 ó 3 cm, por debajo del ángulo ileocecal. Mide entre 5 y 10 cm. de longitud y se une al ovario por medio del lig. apendiculo-ovárico. Se encuentra rodeado de una cubierta mucosa que en caso de inflamarse produce apendicitis. El colon ascendente Se encuentra en posición retroperitoneal, con una longitud de 15 cm. y, como su nombre indica, se dirige de abajo hacia arriba en sentido oblicuo y ligeramente de delante hacia atrás hasta hacer contacto con el hígado. Está sujeto postero-lateralmente por el peritoneo y la fascia de Toldt. El ángulo o flexura hepática Está situado más profundamente que el ciego, entre el riñon derecho por detrás y el hígado por delante. El ángulo es de 70 a 80 grados y su orientación mira hacia delante, abajo y adentro. Se encuentra por delante a la altura de la 10a costilla.

-222

GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

CRANEOSACRAL

Está sustentado por el peritoneo y los ligamentos: -Hepato-cólico que lo une con el hígado. -Freno-cólico que lo relaciona con el diafragma y -Cistico-duodeno-cólico que conecta con la vesícula y el duodeno. El colon transverso Se encuentra en posición intra-peritoneal, con una longitud media de cincuenta cm. Atraviesa el abdomen desde el ángulo hepático hasta el ángulo esplénico, pasando por debajo del hígado, el estómago, y el bazo y por encima del intestino delgado. Suele ser sobre estos ángulos sobre los que, en caso de descenso del hígado o el bazo, se produce una reducción del paso de la materia fecal. Su orientación es oblicua, de derecha hacia izquierda y de abajo hacia arriba, presentando una curva cóncava hacia atrás. Su posición es muy variable, y depende con frecuencia del ángulo esplénico que tiene mayor movilidad que el hepático. Se suele localizar entre dos líneas horizontales, entre el 9 o cartílago costal la superior y la inferior por el ombligo, aunque se puede caer hasta la pelvis menor. Está sujeto por el mesocolon transverso, el lig. frenocólico izquierdo, que lo une con el diafragma, y el lig. gastrocólico que, como parte del epiplón mayor, lo une con el estómago. El ángulo o flexura esplénica Es de mayor movilidad que el hepático, su ángulo es más agudo, de unos 50° y se encuentra a unos 4 ó 5 cm. más hacia el interior, alejándose de la línea medía. Se encuentra a la altura de la 8 a costilla y su orientación sobre el plano sagital oblicuo es hacia dentro y hacia delante. Está sujeto por el lig. frenocólico, que lo une con el diafragma y el lateral del abdomen, y el lig. esplenocólico que lo une con el bazo y el epiplón mayor. El colon descendente De unos 10 cm de longitud aproximada, se localiza en el lado izquierdo, entre el riñon izquierdo y la pared del abdomen. Parte desde el ángulo esplénico, desciende verticalmente hasta la cresta iliaca, situándose más atrás que el colon ascendente y por detrás del peritoneo. Está sujeto posterolateralmente por la fascia de Toldt. El colon sigmoide o iliopelviano Nace al final del colon descendente, en la fosa iliaca posterosuperior, desciende a lo largo del borde externo del psoas, lo cruza 3 ó 4 cm. por detrás del lig. inguinal, introduciéndose en la pelvis menor, y termina en el borde superior

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Se encuentra en posición intraperitoneai y es la porción con más movilidad del colon. Está unido mediante el lig. coloillaco con la cresta iliaca izquierda, por el lig. colotubarico con la trompa izquierda y también lo sustenta el mesocolon sigmoideo o pelviano Inervación Ciego y colon ascendente D10-D12 y nervio vago CO-1-2, Colon transverso D12-L1 y nervio vago. Colon descendente y sigmoide L1-L2 y S2-4. Recto L1-L2 y S2-4 Movilidad El principal factor de movilidad viene dado por el diafragma, que desciende en inspiración más por el lateral que por el centro y de delante hacia atrás y desplaza los ángulos hacia abajo y hacia dentro entre 3 y 10 cm. en función de la respiración y llevándolos al mismo tiempo hacia atrás. El colon transverso empujado por el diafragma en inhalación, desciende. El intestino grueso presenta mayor movilidad en la zona del ciego, en el transverso, sobre todo a la izquierda, y en el sigmoide. Motilidad Genéricamente el colon realiza un movimiento de rotación horaria y antihoraria, comenzando desde el ciego. En inhalación se expresa la rotación anti horaria. Localmente, se expresa con un movimiento transversal en torno a sus sujeciones parietales, con una ligera rotación al mismo tiempo. Relaciones -Con el diafragma y la pared abdominal. -Las costillas y la pelvis. -El ángulo hepático, mediante sus ligamentos con la 10a costilla. - El ángulo esplénico con la 8 a costilla. -El estómago, el hígado, el bazo, los ríñones, el intestino delgado, la vejiga, el útero y la próstata. Dermatomas. D9-L2. Colon ascendente D10 en el lateral derecho y debajo del ombligo. Ciego y apendicitis crónica D11-D12 derecha en la cara interna del ilíaco. Colon descendente, D11-D12 izquierda, desde el ángulo cólico izquierdo hasta

Cavidad

A b d o m i n a l :Intestinodelgado

el recto, Desde la cresta ilíaca izquierda, desciende oblicuamente, de fuera hacia adentro, tendiendo a ocupar un través de dedo de ancho, hasta un punto casi central sobre el pubis (dermalgia de la vejiga). Colon sigmoide, D12 izquierda. Recto, L1 izquierda. A nivel posterior, una banda ancha desde el sacro hasta el trocánter mayor del fémur. Disfunciones Trastornos del peristaltismo y digestivos, estreñimiento, diarrea, hinchazón abdominal, meteorismo, adherencias, espasmos, sensibilidad ante la presión, operaciones, traumatismos. Dolor en zona dorsolumbar, lumbosacra, sacroilíacas, La escucha de la movilidad Se parte de la posición en decúbito supino con las piernas flexionadas. Para evaluar la movilidad del ciego, la porción ascendente, descendente y el mesocolon pelviano, se induce un suave estiramiento en función de su posición, hacia medial y se comprueba si se permite el deslizamiento y si refiere dolor (4). Los ángulos se testan en sedestación y ligera cifosis, con las manos lo más laterales posible y desplazándolas hacia el plano cefálico (5, 6, 7, 8, 9). La escucha de la motilidad Desde la posición en decúbito supino, el facilitador se coloca a la derecha del paciente y sitúa una mano sobre el colon ascendente, comenzando desde el ciego y la otra sobre el descendente de tal manera que los dedos miran en dirección cefálica (1, 2, 3). Se debe de percibir en las dos manos cómo son movidas en sentido horario y anti horario a la vez. La mano izquierda sube y se desplaza hacia medial y la derecha baja y también hacia medial, como hacia el ombligo. También es posible realizar la escuchas desde otras posiciones. Por ejemplo, si el facilitador se coloca de frente a la zona y sitúa la mano derecha sobre el ascendente mirando hacia craneal y la izquierda sobre el descendente mirando hacia caudal. En caso de una escucha local, se coloca la mano sobre la zona a observar y se percibe y/o induce un suave movimiento horario anti horario. Estas técnicas son muy últiles en caso de pérdida de motilidad y en los espasmos o contracturas.

-223

ominal:

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Colon

Zonas del yeyuno - duodeno

Zona del duodeno Zona del estómago Zona refleja del yeyuno

(4) Escucha y/o movilización del colon ascendente Ligamento frenocólico dcho.

Lig. inferior Epiplón mayor

Ligamentos del ciego

-224

Zonas del Íleon

Reflejo del yeyuno Reflejo del Íleon Reflejo del colon ascendente

Zonas metaméricas del colon descendente:

Ligamento frenocólico izqdo.

[ rU

R. D. del colon descendente, sigmoides y recto. Lig. apéndiculo ovárico

D. R. de vejiga

CRANEOSACRAL

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Cavidad

Abdominal:

Colon

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino con las piernas flexionadas. Posición del terapeuta: De pie en el lateral derecho del cliente. Posición de las manos: Las dos manos situadas lateralmente en dirección cefálica, sobre el colon ascendente y descendente.

(5) C o n t a c t o á n g u l o

hepático

Variante: Las dos manos orientadas en sentido transversal, una sobre el pubis y la otra bajo las costillas. Movimiento: Genéricamente expresa un enrollamiento circular en sentido anti horario en inhalación y en sentido horario en exhalación. El colon ascendente y descendente rotación interna y externa y el transverso flexión-extensión. Aspectos psicológicos: Dificultad para soltar lo que ya no es necesario, ansiedad, angustia, miedo a perder el control. Fotografías: (6) Escucha y lo movilización del ángulo esplénico del colon en supino, (8) en sedestación. (9) Escucha del ángulo hepático del colon en sedestación, (7) en supino. (9) Escucha y/o movilización del ángulo hepático del colon .

1- Lig. cisticoduodenológico 2- Lig. hepatocóloico 3- Lig. renocólico 4- Lig. duodenocólico 5- Lig. frenocólico dcho. 6- Lig. omentocoloperietal Ep.m.: Epiplón menor Ep.M.: Epiplón Mayor Df: Diafragma E: Estómago H: Higado C: Colon R: Riñon V: Vesícula Biliar (10) Ángulo cólico derecho

Lig. esplenocólico Lig. frenocólico Epiplón mayor

(11) Ángulo cólico izquierdo

-225

I "Visceral: Riñon" -226

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Visceral:

CRANEOSACRAL

Descripción anatómica Los ríñones son órganos excretores pares, con forma de judía. Su peso es de unos 130 gr. y su tamaño aproximado el de un puño cerrado. Sus medidas oscilan alrededor de 12 cm. de largo por 7cm. de ancho y 3 cm. de espesor. El derecho es un poco más pequeño y situado entre 1 cm. ó 1,5 cm. más abajo que el izquierdo, debido al gran espacio que ocupa el hígado. Sobre cada riñon descansa una glándula suprarrenal y cada uno está rodeado por dos capas de grasa. Cada día los ríñones procesan unos 200 litros de sangre que producen unos 2 litros de orina que descienden hacia la vejiga a través de unos conductos llamados uréteres. Situación: Los ríñones están situados en la pared posterior de la cavidad abdominal, uno a cada lado de la columna vertebral dorso-lumbar, detrás del peritoneo y suspendidos de los vasos que entran y salen de ellos. La fascia renal: Los ríñones están unidos a la pared posterior del abdomen por la fascia renal, una lámina fibrosa, que a la altura del borde externo de los ríñones se divide en dos, una parte anterior y otra posterior. A su vez, la pared posterior envuelve a los músculos cuadrado lumbar y psoas, fijándose en la pared antero-lateral de la columna vertebral. La pared anterior se sitúa junto al peritoneo parietal, y cubre la porción delantera del riñon, el hilio y los grandes vasos prevertebrales, llegando a conectar con la hoja del otro lado. En la porción superior de la glándula suprarrenal se unen ambas y se fijan al diafragma y en la porción inferior del riñon, se unen sin llegar a fusionarse, formando como un embudo, que se fija a la cara interna de la fosa ilíaca. En el interior de esta cavidad en la que se alojan los ríñones, éstos permanecen separados de sus paredes por una grasa muy fluida que facilita su movilidad. Su orientación en el espacio se calcula en torno a un eje ligeramente oblicuo de arriba hacia abajo y dentro hacia fuera, con la cara anterior mirando hacia el lateral y la posterior hacia la línea media. El riñon derecho se encuentra justo debajo del hígado. El riñon izquierdo se sitúa debajo del diafragma y contiguo al bazo. Se sitúan a nivel posterior, entre una línea superior a la altura de la 11a costilla y una inferior a la altura de L3.

Cavidad

A b d o m i n a l :Intestinodelgado

A nivel anterior, se localizan: El riñon izquierdo por arriba, a la altura de la 9 a costilla, y por abajo de 1cm. a 2 cm. por encima del ombligo. El riñon derecho, a la altura del ombligo. Relaciones: La cara posterior de los ríñones está en contacto con: - La parte anterior del diafragma, - La 11a y 12 a costillas, - Los músculos psoas, cuadrado lumbar y transverso del abdomen. - Los nervios abdomino-genitales y el 12° intercostal. La cara anterior está en contacto: -Para el riñon derecho con el hígado, la porción descendente del duodeno, el ligamento hepato-duodenal y el colon ascendente y transverso. -El riñon izquierdo se relaciona con: el estómago, el páncreas, el bazo, el colon transverso y descendente. Dermalgia refleja para el riñon derecho sobre el lateral derecho iliaco a la altura del trocánter mayor Medios de unión y sujeciones: Los ríñones carecen de ligamentos o un sistema de ventosa que los mantengan sujetos en su posición. El medio más importante de estabilización es la aspiración del diafragma, junto con el tono muscular del abdomen. Además, influyen la presión de otros órganos, su cápsula grasa y el pedículo vascular. Zonas de restricción hipertonía en los espacios intercostales D11-12, los haces musculares del trapecio con la escápula, la zona del romboides y las fibras externas del cuadrado lumbar. Medicina Tradicional China: El riñon es el ministro que se encarga de la raíz de la vida. Conserva la esencia vital. Toda la energía llega al riñon, que se encarga de almacenarla o distribuirla según las necesidades. Está relacionado con la reproducción, el crecimiento y el desarrollo. Si su energía disminuye se produce envejecimiento prematuro, esterilidad y crecimiento lento. A nivel psíquico: Está relacionado con la responsabilidad, determinación y fuerza de voluntad. Si su energía es débil habrá una voluntad débil. La emoción relacionada con el riñon es el miedo. Proyecciones

en el organismo:

Oído, huesos, cabello

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Visceral:

Cavidad

La escucha

de la

A b d o m i n a l :Intestinodelgado movilidad

Esto nos ayudará a situar y localizar el riñon, que no siempre es fácilmente reconocible. El pacionte tumbado en supino con las piernas flexionadas y un cojín bajo la c u b e / u El facilitador se coloca de pie, a la altura de la cabeza, en el lateral opuesto al del rlflón que se quiere explorar. Para la escucha del riñón derecho, el facilitador se coloca en el lado izquierdo y con su mano derecha hace contacto en el lateral derecho del abdomen a la altura aproximada de la EIAS. Con las yemas de los dedos índice, medio, anular y meñique realiza una presión cuidadosa hacia el plano posterior. Primero se siente el ciego, después se continua hundiendo los dedos entre éste y las asas del intestino delgado y a continuación se arquean ligeramente los dedos que se desplazan hacia craneal junto al colon ascendente a lo largo del psoas. La porción inferior del riñón se puede sentir como una masa sólida y firme a la altura del ombligo. El riñón derecho es el que con mayor frecuencia se encuentra descendido o fijado y en su exploración hay que ser cuidadoso con la arteria ilíaca. La escucha de riñón izquierdo se hace de forma similar al derecho, localizando su porción inferior un poco más baja que el derecho, como un través de dedo por bajo del ombligo. Estas exploraciones también podrían realizarse con el paciente sentado sobre la camilla y el facilitador a su espalda. La escucha de la motilidad El paciente tumbado en supino con las piernas flexionadas y un cojín bajo la cabeza. El facilitador se coloca de pie o sentado en el mismo lateral donde se va a explorar y hace contacto con el talón de la mano, en las zonas ya descritas para la movilidad. Una vez localizado el riñón se suaviza el contacto. También es posible situar la otra mano bajo el reborde costal posterior y realizar un suave empuje hacia el plano anterior, lo que podría facilitar la escucha (3). Podemos realizar por último una escucha bilateral situando las dos manos en la espalda a ambos lados de la CV y ligeramente lateralizadas, para colocarlas encima de cada riñón.

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GUÍA VISUAL DE LA TERAPIA

Visceral:

CRANEOSACRAL

C a v i d a d A b d o m i n a l :Intestinodelgado

Posición del cliente: Tumbado en decúbito supino con las piernas flexionadas y un cojín bajo la cabeza. Posición del terapeuta: Para escuchar la movilidad, el facilitador se sitúa de pie, a la altura de la cabeza, en el lado opuesto al del riñon que se va a escuchar. Para escuchar la motilidad, el facilitador se sitúa en el mismo lateral al del ññón que se va a escuchar. Posición de las manos: Para sentir la movilidad, se coloca una mano mirando en dirección caudal sobre la zona del ññón haciendo presión hacia el plano posterior, con las yemas de los dedos índice a meñique aproximadamente con el ombligo. Opcionalmente se puede situar una mano sobre la otra (2). Para escuchar la motilidad, la mano mira en dirección cefálica, de forma que el talón de la mano se apoya en línea con el ombligo (4). Movimiento: La movilidad y motilidad renales presentan las mismas direcciones y se producen en torno a los mismos ejes, aunque con diferentes ritmos. La movilidad viene inducida principalmente por el movimiento respiratorio del diafragma que, con cada contracción en inspiración, hace descender los riñones unos 3 ó 4 cm. El lóbulo superior desciende oblicuamente desde dentro hacia fuera y bascula hacia delante. La motilidad se aprecia con mayor claridad si sus dos fases se escuchan por separado. Una de descenso y ascenso vertical y la otra de rotación externa e interna. En inhalación se producen el descenso y la rotación externa, alejándose de la línea media. En exhalación el ascenso y la rotación interna se acercan a la línea media. Inervación:

(3) Escucha movilidad y/o moti

(4) Escucha .movilidad riñon derech

Movilidad Motilidad en fase de inhalación

Sistema nervioso simpático D10-L1 Sistema nervioso parasimpático sacro S2-S4, nervio vago desde el plexo solar. Aspectos Psicológicos: Miedo, exceso de responsabilidad. Es el almacén de la esencia vital.

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Visceral:

Cavidad A b d o m i n a l :

Páncreas

Descripción anatómica El páncreas tlana forma de renacuajo con cabeza y una cola larga. Es un órgano I M P I N (l«I I (>l