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Clement Green be cult y Ensayos criticos Paid6s Estetica 32 Titulo original: Art and culture Publicado originalment

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Clement Green be cult

y

Ensayos criticos

Paid6s Estetica 32

Titulo original: Art and culture Publicado originalmente en ingles, en 1961 , por Beacon Press, Boston, Massachust:tll> Edici6n en castellano publicada con permiso de Beacon Press Traducd6n de Justo G. Beramendi (·Pr6logo-, .CUltura en general•, ·Arte en Paris-, ·Ar­ te en general· y ·Arte en Estados UnidOS>) y Daniel Camper (·Literatura·)

Cubierta de Mario Eskenazi

Primera edici6n en castellano (excepto los textos de Ia secci6n de •Literatura•) en Gus­

1979.

tavo Gili, Barcelona,

Quedan ri:guros2mente prohibidas. �in l;l autorizaci6n t"�nta dt- In' titular� del copyn,gbt,

bal(l las sanciones establec• en Ia> leyes. Ia reproducci6n toul o parc1al � esta obra

por cualquier medio o procedimlento, comprendidos Ia reprografia y el tratamienlo infornclllco,

y Ia d!Siribuci6n de ejemplares � ell• median1e alquiler o prestamo p(ibllcos.

IC

1961

by Clement Greenberg

C 2002 de Ia trdducci6n de Ia secci6n •Literatura•, Daniel Camper () 2002 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paid6s Iberica, S.A., Mariano Cubi, 92

- 08021

Barcelona

y Editorial Paid6s, SAICF, Defensa, 599

- Buenos

Aires

http://www.paidos.com ISBN: 84-493-1260-4 Dep6sito legal: B. 20.178/2002 Impreso en Gr:lfiques 92, S.A. Avda. Can Sucarrats,

91 - 08191

Rubi (Barcelona)

Jmpreso en Espaii.a - Printed in Spain

SUMARIO

Pr6logo

11

CULTIJRA

EN GENERAL

Vanguardia y kitsch (1939) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los apuros de l a cultura (1953) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ARTE EN

15 35

PARis

El ultimo Monet (1956, 1959)

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Renoir (1950) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cezanne (1951) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Picasso a los setenta y cinco afios (1957) . . . . . . . . . . . . . .

49

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

85 101

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

105 109 115

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125 1 31 135

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

141

Collage (1959) . . . . . . . . . . . . . . . Georges Rouault (1945) . . . . . . . . Braque (1949, 1956) . . . . . . . . . . . Marc Chagall (1946) . . . . . . . . . . . El maestro Leger (1954) . . . . . . . . Jacques Lipchitz (1954) . . . . . . . . . Kandinsky (1948, 1957) . . . . . . . . Soutine (1951) . . . . . . . . . . . . . . . La Escuela de Paris (1946) . . . . . . Ponencia en un simposium (1953)

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59 63 73

145

9

ARTE EN GENERAL Pintura •primitiva· 0942, 1958) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abstracto y representacional 0954) . . . . . . . . . . . . . . . . . . La nueva escultura 0948, 1958) .Cr6nica de arte• en

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Partisan Review (1952) . . . . . . . . . . . .

La crisis de la pintura de caballete 0948)

. . . . . . . El pasado pict6rico de la escultura moderna 0952) Wyndham Lewis contra el arte abstracto 0957) . . . Paralelismos bizantinos 0958) . . . . . . . . . . . . . . .

. . . .

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151 155 161 169 177 181 187 191

Acerca del papel de la naturaleza en la pintura moderna

0949)

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

195

ARTE EN EsrADOS UNIDOS

Thomas Eakins 0944)

. . . . . .

. . . . . .

. . . . . .

. . . . . .

. . . . . . . . . . . . . John Marin 0948) . . . . . . . . . . . . . . . . Winslow Homer 0944) . . . . . . . . . . . . . Hans Hofmann 0958) . . . . . . . . . . . . . Milton Avery 0958) . . . . . . . . . . . . . . . David Smith 0956) . . . . . . . . . . . . . . . . Pintura •tipo norteamericano• (1955, 1958) . . . Los ultimos afios treinta en Nueva York (1957,

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1960)

. . . . . . .

. . . . . . .

. . . . . . .

. . . . . . .

. . . . . . .

201 205 209 215 223 229 235 257

LITERATURA T. S. Eliot: una resefia (1950-1956) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Una novela victoriana (1944)

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La condici6n judia de Kafka (1956) . . . . . . . . . . . . . . . . . . La poesia de Bertolt Brecht (1941)

10

265 273 281 297

PROLOGO

Los artkulos reunidos en este libro se publicaron originaria­

Partisan Review, Tbe Nation Commentary, Arts (antigua Art Digest), Art News y Tbe New Leader. Pocos han permanecido mente en

en su forma primitiva. Cuando la revisi6n no cambia la esencia de lo que se dice, me tomo la libertad de consignar solamente la fe­ cha de la primera publicaci6n. Cuando la revisi6n ha afectado a la esencia, en unos casos doy tanto la fecha de la primera publica­ ci6n como la de la revisi6n; y en otros, si los cambios son muy ra­ dicales, s6lo la segunda. Este libro no esti pensado como un registro absolutamente fiel de mi actividad de critico. No s6lo se han modificado muchas co­ sas, sino que lo dejado fuera supera con mucho lo recogido. No niego ser uno de esos crlticos que se educan en publico, pero no veo raz6n por la cual haya de conservar en un libro todo el ato­ londramiento y los desechos de mi autoeducaci6n. CLEMENT GREENBERG

11

VANGUARDIA

I.a

Y KITSCH

misrna civilizaci6n produce sirnultaneamente dos cosas tan

diferentes como un poema de T. S. Eliot y una canci6n de Tin Pan Alley, o una pintura de Braque y una cubierta del

ning Post.

Saturday Eve­

las cuatro se siruan en el campo de la cultura, forman

ostensiblemente parte de Ia misma cultura y son productos de la misma sociedad. Sin embargo, todos sus puntos comunes parecen terminar ahi. Un poema de Eliot y un poema de Eddie Guest: ique perspectiva cultural es suficientemente amplia para permitirnos es­ tablecer entre eUos una relaci6n iluminadora? El hecho de que tal disparidad exista en el marco de una sola tradici6n cultural, que se ha dado y se da por supuesta, iindica que Ia disparidad forma par­ te del orden natural de las cosas? iO es algo enteramente nuevo, algo espedfico de nuestra epoca?

I.a respuesta exige algo mas que una investigaci6n estetica. En mi opinion, es necesario examinar mas atentamente y con mas ori­ ginalidad que hasta ahora Ia relaci6n entre Ia experiencia estetica -tal como se enfrenta a ella el individuo concreto, y no el gene­ ralizado- y los contextos hist6ricos y sociales en los que esa ex­ periencia tiene Iugar. Lo que saquemos a Ia luz nos respondeci, ademas de a Ia pregunta que acabamos de plantear, a otras cues­ tiones, quiza mas irnportantes.

15

I

��ociedad que en el transcurso de su desarrollo es cada vez mas incapaz de justificar la inevitabilidad de sus formas parti­ culares rompe las ideas aceptadas de las que necesariamente de­ penden artista y escritores para comunicarse con sus publicos. Y se hace dificil asumir algo. Se cuestionan todas las verdades de la religion, la autoridad, la tradici6n, el estilo, y el escritor o el artis­ ta ya no es capaz de calcular la respuesta de su publico a los sim­ bolos y referencias con que trabaja. En el pasado, una situaci6n de este tipo soHa resolverse en un alejandrinismo inm6vil, en un aca­ demicismo en el que nunca se abordaban las cuestiones realmen­ te importantes porque implicaban controversia, y en el que Ia ac­ tividad creativa mermaba hasta reducirse a un virtuosismo en los pequefios detalles de la forma, decidU!ndose todos los problemas importantes por el precedente de los Viejos Maestros. Los mismos temas se varian mecanicamente en cien obras dislintas, sin por ello producir nada nuevo: Estacio, versos en mandarin, escultura ro­ mana, pintura Beaux-Arts, arquitectura neorrepublicana. En medio de la decadencia de nuestra sociedad, algunos nos hemos negado a aceptar esta ultima fase de nuestra propia cultu­ ra y hemos sabido ver signos de esperanza. AJ esforzarse por su­ eerar el alejandrinismo, upa parte de la sociedad burguesa occi­ dental ha producido algo desconocido anteriormente: la cultura de vanguardia. Una superior conciencia de la historia -o mas exac­ tamente, la �arici6n de una nueva clase de critica de la sociedad, de una crltica hist6rica- la ha hecho posible. Esta critica no ha abordado Ia sociedad presente con utopias atemporales, sino que ha examinado serenamente, y desde el punto de vista de la histo­ ria, de Ia causa y el efecto, los antecedentes, las justificaciones y las funciones de las formas que radican en el coraz6n de toda so­ ciedad. Y as!, el actual orden social burgues ya no se presenta co­ mo una condici6n •natural- y eterna de la vida, sino sencillamente como el ultimo termino de una sucesi6n de 6rdenes sociales. Ar­ tistas y poetas pronto asumieron, aunque inconscientemente en la mayoria de los casos, nuevas perspectivas de este tipo, que pasa16

ron a formar parte de Ia conciencia intelectual avanzada de las de­ cadas quinta y sexta del siglo xrx. No fue casual, por tanto, que el

nacimiento de Ia vanguardia coincidera cronol6gica y geografica­

mente con el primer y audaz desarrollo del pensarniento cientffi­ co revolucionario en Europa.

Cierto que los primeros pobladores de la bohemia -entonces

identica a Ia vanguardia- adoptaron pronto una actitud manifies­

tamente desinteresada hacia la politica. Con todo, sin esa circula­

ci6n de ideas revolucionarias en el aire que ellos tambien respira­

ban, nunca habrian podido aislar su concepto de ·burgues· para

proclamar que ellos

no

lo eran. Y sin el apoyo moral de las acti­

tudes politicas revolucionarias tampoco habrlan tenido el coraje de

afirmarse tan agresivamente como lo hicieron contra los valores

prevalecientes en Ia sociedad. Y realmente hada falta coraje para

ello, pues la emigraci6n de la vanguardia desde Ia sociedad bur­ guesa a Ia bohemia significaba tambien una emigraci6n desde los

mercados del capitalismo, de los que artistas y escritores habian si­ do arrojados por el hundimiento del mecenazgo aristocratico. (Os­

tensiblemente al menos, esto implicaba pasar hambre en una

buhardilla, aunque mas tarde se demostrarla que Ia vanguardia per­

maneda atada a Ia sociedad burguesa precisamente porque nece­ sitaba su dinero.)

!:S!!.

a, en cuanto consigui6 ·distan­ Pero es cierto que Ia vangua ciarse· de Ia sociedad, vir6 y procedi6 a repudiar)a politica, fuese

revolucionarla o burguesa. La revoluci6n qued6 relegada al inte­

rior de Ia sociedad, a una parte de ese cenagal de luchas ideol6-

gicas que el arte y Ia poesia encuentran tan poco propicio en cuan­

to cornienza a involucrar esas •preciosas- creencias axiornaticas sobre

1.

las cuales ha tenido que basarse la cultura hasta ahora. Y de ahi se dedujo que Ia verdadera y mas importante funci6n de

1a.Y{! ni._var-

dia no era -experimentar•, sino encontrar un camino a lo l� del fuese posible ma�tener en movim cultu� en medio de



'I

ien�

Ia confusion ideol6gica y Ia violencia. Reticindose totalmente de lo J publico, el poeta o el artista de vanguardia buscaba mantener el alto nivel de su arte estrechandolo y elevandolo a Ia expresi6n de

un absoluto en el que se resolverlan, o se marginarian, todas las

17

\

L relatividades y contradicciones. Aparecen el -arte por el arte• y Ia •poesia pura•, y tema o contenido se convierten en algo de lo que huir como de Ia peste. Y ha sido precisamente en su busqueda de lo absoluto c6mo la vanguardia ha llegado al arte ·abstracto- o ·no objetivo-, y tam­ bien Ia poesia. En efecto, el poeta o el artista de vanguardia intenta imitar a Dios creando algo que sea valido exclusivamente por si mismo, de Ia misma manera que Ia naturaleza misma es valida, o es esteticamente valido un paisaje, no su representaci6n; algo da­ do, increado, independiente de significados, similares u originates. El contenido ha de disolvcrse tan enteramente en Ia forma que Ia obra de arte o de literatura no pueda ser reducible, en todo o en parte, a algo que no sea ella misma. Pero lo absoluto es lo absoluto, y el poeta o el artista, por el mero hecho de serlo, estirna algunos valores relativos mas que otros. Los mismos valores en cuyo nombre invoca lo absoluto son valores relativos, valores esteticos. Y por eso resulta que acaba imi­ tando, no a Dios -y aqui empleo ·imitar• en su sentido aristoteli­ co-, sino a las disciplinas y los procesos del arte y la literatura. He aqui Ia genesis de lo ·abstracto•.1 ��eQci�l .m nacido de Ia experiencia comun, el pc>eta o el artista la fija en el medi