Goldstein, Clifford. Como Fuego Entre Mis Huesos

"Cliff es uno de los mejores escritores adv~ntistas en la actualidad. Es estimulante y provocativo, posee un estilo rápi

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"Cliff es uno de los mejores escritores adv~ntistas en la actualidad. Es estimulante y provocativo, posee un estilo rápido que desafía al lector. Los lectores de la Adventist Review [Revista Adventista, en inglés] aprecian especialmente su columna mensual en la revista de la iglesia''. William johnsson editor de la AdvenriS[ Review 1

"Cliff Goldstein es uno de los pensadores más provocativos en el adventismo actual. No siempre concuerdo con él, pero cada vez que leo algo que ha escrito, me encuentro no sólo leyendo pasivamente, sino entrando en un diálogo con su mente refrescante. Los conceptos de Go)dstein son un don valioso para esta iglesia''. Don ]acobsen, presidente de la Radio Mundial Adventista

"Existe una razón por la cual Clifford Goldstein es uno de los escritores más publicados de la Iglesia Adventista en la actualidad. Al tratar temas contemporáneos desde una sólida base histórica, habla igualmente a jóvenes como a ancianos. Al hacer frente al nuevo milenio, la iglesia es afortunada al tener un vocero del calibre de Goldstein". ]ere D. Patzer, presidente de la Unión del Norte del Pacífico

Los escritos de Clifford Goldstein son notables entre los cristianos adventistas por sus ideas provocativas. Ahora, en un solo tomo de 528 páginas, encontrará docenas y docenas de los mejores artículos de Goldstein escritos durante los últimos catorce años, cada uno completamente sustancial. Como fuego en mis huesos es una fiesta de temas que hacen reflexionar: desde el evangelio hasta los eventos de los últimos días, el juicio, la libertad religiosa, la salvación y muchos más. Lea por usted mismo los artículos (algunos de ellos ganadores de premios) que han convertido a Clifford Goldstein en uno de los autores más precisos y más ampliamente leídos en el adventismo actual. Algunos artículos le gustarán, otros quizá podrán enfurecerlo, pero no podrá evitar salir de esta fiesta alimentado intelectual y (lo más importante) espiritualmente.

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CLIFFORD GOLDSTEIN

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ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste Buenos Aires, Argentina

Título del original: Like a Fire in My Bones, Pacific Press Publishing Association, Boise, Idaho, E.U.A., 1998. Dirección editorial: Marcos Blanco Traducción: Adriana l. de Femopase Diagramación y tapa: Viviana de Niedrhans IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina Primera edición MMI- 3,5 M Es propiedad.© Pacific Press Publishing Association (1998). ©Asociación Casa Editora Sudamericana (2001). Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISBN 950-573-817-X 230.1 GOL

Goldstein, Clifford Como fuego en mis huesos- la. ed. -Florida (Buenos Aires): Asociación Casa Editora Sudamericana, 200 l. 527 p.; 23 xl5 cm Traducción de: Adriana Jtin de Femopase ISBN 950-573-817-X l. Titulo - l. Apologética general

Impreso, mediante el sistema offset, en talleres propios. 290501 Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. -36648-

PUB L 1 CA C 1 O N E S ADVENTISTAS DEL 71

DIA

Tabla de contenidos Introducción .. ... ... .. .. .. ........ ....... .. ... .. ... .. .. ... .. .. ... .. ..... .. ... .. .. ... . PRIMERA SECCIÓN: LA SANGRE Y EL JUICIO l. Justificado y santificado: la meta de Dios para nosotros 2. Que tu nombre esté sellado ........................................ .. . . , por nosotros ?.......................... . 3. ¿Qm.,en hara, exp1acwn 4. Investigando el juicio investigador .............................. . 5. Buenas nuevas acerca del juicio .................................. . 6. La sangre y el juicio .................................................... . 7. Sin condenación ............................................................ . 8. Vestido para el éxito ..................................................... . 9. La exhibición completa y final ..................................... . SEGUNDA SECCIÓN: LA CONEXIÓN CONSTANTINIANA 10. El anticristo.................................................................... 11. La conexión constantiniana .. .. ... .. ....... ..... ... .. .. ... ..... .. ... . 12. ¿Está lraq en la profecía?............................................. 13. El tercer templo de Jerusalén....................................... 14. Israel: ¿Es aquí donde comenzará el Armagedón? ..... 15. La Derecha Religiosa y la destrucción de Israel......... 16. La conexión católico-protestante.................................. 17. Comunistas, católicos y adventistas.............................. 18. ¿Quién lidera el N uevo Orden Mundial?....................

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El Nuevo Orden Mundial............................................. La superpotencia: Los Estados Unidos en la profecía El engaño consumado de Satanás................................. La verdad importa.........................................................

TERCERA SECCIÓN: POR QUÉ ENCUENTRO INTOLERABLE LA TOLERANCIA RELIGIOSA 23. La cruz y la Constitución.............................................. 24. Jesús y la Primera Enmienda....................................... 25. Por qué encuentro intolerable la tolerancia religiosa.. 26. La Derecha Cristiana, ¿traerá el Pentecostés político a Norteamérica? ................................................. _........ 27. Asalto a la separación.................................................... 28. En pos del milenio ......................................................... 29. La verdad acerca de la libertad religiosa en los Estados Unidos de Norteamérica ................................ 30. Honren al emperador.................................................... 31. La caza sabática de Joe Ficarra ................................... 32. ¿Quién le teme a la América judea-cristiana?............. 33. El caso del sacrificio animal en Hialeah.................. ..... 34. Mi dilema creacionista-separatista .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .

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CUARTA SECCIÓN: LA IMAGEN DE LO MESIÁNICO 35. La imagen de lo mesiánico .. .. .. .. ...... .. .......... ...... .. .. .. .. .... 295 36. Un santuario en el tiempo .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. ................. 304 37. El origen del domingo .................. ...... .. .. .. ...... .. .. .. .. .. ... .. 31 O 38. ¡Sorpresa! El Shabbat no es judío............................... 320 OUINTA SECCIÓN: FE QUE HIERE 39. Marduky Jehová: Un contraste de creaciones ........... 327

TABLA DE CONTENIDOS

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Israel contra su ambiente.............................................. La verdadera historia de los judíos·............................... Fe que hiere ................................................................... Bautismo en sangre ....................................................... El virus de los Protocolos: Notable falsificación y fraude ............................................................................. Lo que los judíos le deben a Martín Lutero................. Los antisemitas y la ciudad de Dios............................. ¿Es antisemítico el Nuevo Testamento?....................... Ningún judío firmó la Constitución.............................. La plaga .......................................................................... Fiesta de libertad...........................................................

SEXTA SECCIÓN: CARNE MUERTA 51. ¿Mente sobre materia? ¡No importa!........................... 52. Carne muerta .. ...... ... .. ... .. .. ....... ... .. ..... .. .. ... .. ... .. .. ........ .. .. 53. La improbable odisea de Clifford Goldstein ................ 54. Nuestras raíces en el Génesis........................................ 55. El puesto de frutas......................................................... 56. Entre la primera y la última lágrima............................ 57. El décimo mandamiento................................................ 58. Los viajes astrales y las experiencias cercanas a la muerte ............................................................................. 59. El gran conflicto: soldados en una batalla gigantesca. 60. Un mensaje desteñido, una promesa brillante............. 61. Maximiza tus talentos.................................................... 62. El Jesús de la calle........................................................ 63. Huesos............................................................................ 64. Amor: Más allá de la razón...........................................

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Introducción

N.

o ocurre muy a menudo que la producción de un libro se demore catorce años, especialmente uno mío. Sin embargo, ocurrió eso con éste, Como fuego en mid hue.1oJ. Considerando que tengo la edad no tan tierna de cuarenta y dos años, este libro cubre, literalmente, un tercio de mi vida. Para algunas personas las fracciones pueden ser mayores o menores, pero dados los "ochenta más diez" años asignados a todos nosotros (con cierto margen de error), todavía estamos hablando de un largo tiempo para un libro, no importa la edad del lector. Llegué a esa cifra, 14 años, por cuanto el artículo más antiguo de esta compilación esta fechado en 1983; el último, en 1997. Aunque he escrito algunos antes y otros después, estas son las fechas de comienzo y de término que sellan, al menos cronológicamente, los artículos incluidos en esta compilación. En Como fuego en mid hue.1oJ hay alrededor de sesenta artículos que lo abarcan todo, desde el intento de volar el Domo de la Roca en Jerusalén hasta lo que ocurre cuando nuestro nombre aparece en el juicio investigador. Mi objetivo, al decidir qué artículos incluir, fue escoger los que creo que son los más interesantes, los mejores y los que podrían beneficiar más a mis lectores. Muchos artículos fueron sacados de las revistas Lwerty [Libertad] y Shabbat Shalom, aunque están incluidas también otras publicaciones adventistas, tales como la AJventidt Review [Revista Adventista] y SignJ of the TimeJ [Señales de los Tiempos]. Algunos fueron escritos específicamente para adventistas, otros específicamente para no adventistas. De cualquier manera, mi deseo siempre ha sido, y sigue siendo, alimentar el espíritu de quienes leen lo que

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INTRODUCCIÓN

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escribo, acercarlos más al conocimiento de Dios y de la verdad que existe en su Hijo, Jesucristo. Algunos artículos son más directos que otros en relación con ese objetivo; algunos no son para nada directos. Pero el conocimiento de Cristo es siempre la meta última hacia la cual quiero que todo se dirija, porque es el único fin que lleva verdaderamente a un nuevo comienzo. Mientras considero cómo he cambiado, cómo he crecido en la gracia (espero), a lo largo de estos años que abarcan prácticamente toda mi estadía en el adventismo (me uní a la iglesia en 1980), puedo sentir a lo sumo un poco de risa, a veces vergüenza, al mirar algunas de mis primeras obras. Es asombroso observar cómo el tiempo nos da una nueva perspectiva de las cosas, incluso de aquellas que una vez pensamos que eran inamovibles. Y sin emb11rgo, no importa cuánto me gustaría ahora cambiar la forma en que escribí algunas frases aquí y allá, o haber sido un poco menos dogmático, un poco más moderado en mis ardientes denuncias, en la mayoría de los casos cambiaría muy poco de lo que ustedes ven producido en estas páginas (no incluí las que realmente me hicieron avergonzar), porque el fundamento de la verdad no cambia. Lo que cambia son nuestros débiles y vacilantes intentos por comprenderla. Estos artículos, para bien o para mal, revelan no sólo mi tentativa de comprender la verdad sino también de dar a conocer a otros esa comprensión. Y con ese propósito es que se ha compilado este libro. Sólo cuando estemos sobre el mar de vidrio podré saber cuán exitoso, por la misericordia y la gracia de Dios, ha sido mi intento. Clifford Goldstein Silver Springs, Maryland 1998

PRIMERA SECCIÓN

La sangre y el juicio

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os nueve artículos de esta primera sección, que abarcan ocho años, versan acerca de las distintas maneras de ver a Cristo, tanto como nuestro Sacrificio como nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial. La mayoría fueron escritos desde una perspectiva adventista, ya que aparecieron en la AJrentút Reriew [Revista Adventista] y en Minútry [Ministerio Adventista]. Los adventistas pueden encontrar de especial interés el artículo "Oue tu nombre esté sellado", publicado por primera vez en 1989, porque explica la comprensión judía del santuario celestial y del ministerio del arcángel Miguel, que defiende al pueblo de Dios delante del Padre contra las acusaciones de Satanás. En síntesis, este artículo muestra nuestro mensaje del santuario a partir de fuentes judías que, en algunos casos, preceden al adventismo por cientos de años. "¿Quién hará expiación por nosotros?", escrito para Shabbat Shalom, presenta vislumbres de la comprensión judía del evangelio. Es sorprendente observar cómo se enseña, desde una perspectiva judía, el concepto de expiación sustitutiva en mu-

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chos aspectos de manera igual a la comprensión adventista. "La sangre y el juicio", publicado en Miniftry, relata mi propia lucha personal con el evangelio y el santuario. Publicado en 1996, este artículo intenta ayudar a los adventistas a entender que, lejos de negar el uno al otro, o aun de estar en tensión entre sí, el juicio investigador y el evangelio están en perfecta armonía. Abordo esta misma cuestión, desde otra perspectiva, en "Sin condenación", artículo que apareció en la Aoventift Review. Mientras tanto, en "Buenas nuevas acerca del juicio" tomo la gran verdad del evangelio y del juicio y la presento al mundo no adventista a través del vehículo de la revista 'Sign1 of the Timed. Estos artículos, con una sola excepción (el último), aparecen en orden cronológico, quizá por la sencilla razón, si no hubiera otra, de mostrar cómo ha crecido mi propia comprensión de estos tópicos cruciales a lo largo del tiempo.

CAPÍTULO

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Justificado y santificado: la meta de Dios para nosotros

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c u á l es el equilibrio apropiado entre lo que Dios ha hecho por nosotros, la justificación, y lo que está haciendo en nosotros, la santificación, y por qué debemos entender ambas? El problema de la justificación y la santificación nos remite al viejo asunto de la fe y las obras. Abel ofreció a Dios "de los primogénitos de sus ovejas" (Gén. 4:4), un ofrecimiento hecho con fe que Dios aceptó; Caín ofreció "del fruto de la tierra" (vers. 3), una ofrenda de obras que Dios rechazó. Más tarde, ,sin embargo, Dios declaró: "Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos" (Ose.

6:6). Pablo dijo: "Porque si Abraham fuese justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios" (Roro. 4:2); sin embargo Santiago pregunta: "¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?" (Sant. 2:21).

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Fe y obras Las discusiones en relación con la fe y las obras dividieron la cristiandad en el siglo XVI, y el problema desafía al adventismo de hoy. Aun Elena de White escribió en cierto momento que "los méritos de las buenas obras del hombre caído nunca pueden procurarle la vida eterna"; 1 y sin embargo en otro momento declaró: "Hay muchos en el mundo cristiano que sostienen que todo lo que se necesita para la salvación es tener fe; las obras nada son, lo único esencial es la fe. Pero la Palabra de Dios nos dice que la fe sola, sin obras, es muerta". 2 Estas posiciones no se contradicen una a la otra. En lugar de ello, la pregunta es cómo equilibrarlas. En verdad, algunos se inclinan tanto hacia la justificación que ella sola se convierte en redención; otros se inclinan tanto hacia la santificación que se convierte en redención por sí misma. Antes bien, tanto la justificación como la santificación constituyen la redención. La redención po es tan sólo justificación, así como el bautismo no es sólo inmersión. La redención no es .:Jólo santificación, así como el bautismo no es .:Jólo levantarse del agua. Así como sumergirse y levantarse componen las dos partes del bautismo, así la justificación y la santificación componen las dos partes de la redención. La una sin la otra es incompleta; juntas, sin embargo, hacen un todo perfecto. Cristo otorga tanto la justificación como la santificación. "Separados de mí", dijo Jesús, "nada podéis hacer" (Juan 15:5). Por nosotros mismos ni siquiera podemos tener fe, "es don de Dios" (Efe. 2:8), como tampoco obras, que también provienen de Dios (véase Fil. 2:12) 1 13) El Señor creó a Adán "a imagen de Dios" (Gén. 1:27). Después que Adán pecó, sus hijos, en lugar de ser también creados a imagen de Dios, fueron creados a imagen de Adán, ahora un pecador caído. "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a .:Ju .:Jemejanza, conforme a da imagen" (Gén. 5:3). Toda la

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humanidad, creada a imagen de Adán, está bajo la maldición del pecado. "Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado" (Gál. z~ 3:22). Toda nuestra justicia y nuestras buenas obras, aun lo realizado por cristianos bajo la motivación del Espíritu Santo, no nos puede hacer aceptables para con Dios, así como toda la limpieza, los perfumes y la manicura no pueden hacer ko.:~her a un cerdo. Las únicas buenas obras y la única justicia que pueden salvarnos son las obras perfectas y la justicia que Jesús hizo por nosotros, independientemente de nosotros, y que no obstante nos las ofrece en lugar de nuestras propias vestiduras inmundas. "Ahora voy a vestirte con ropas espléndidas" (Zac. 3:4, NVI), dice Jesús. Jesús, mediante su vida perfecta y su muerte, está calificado para proveernos una experiencia en justicia. Luego de haber terminado su obra aquí en la tierra como el cordero del sacrificio, entró al cielo como Sumo Sacerdote para ministrar los méritos de su muerte en nuestro favor. "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semeja,nza, pero sin pecado" (Heb. 4:15). Y por cuanto Jesús no tomó la naturaleza de "los ángeles" (Heb. 2:16) en su encarnación, sino que vino "en semejanza de carne de pecado" (Rom. 8:3), la carne con la que cargamos nosotros, puede probar que nosotros también, mediante el poder de Dios, podemos resistir al pecado. "Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación", escribió Elena de White. "Así también podemos hacer nosotros". 3 La justificación es un regalo La justificación y la santificación, aunque inseparables, no son idénticas. La justificación entabla la declaración legal de perdó¡t. Es el regalo de un carácter perfectamente justo, sin pecado y santo, un carácter que nosotros pecadores, por nuestra

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naturaleza, nunca podríamos poseer. Podríamos llegar a reflejar "perfectamente" ese carácter, pero nunca podríamos igualarlo. Sin embargo, Dios acepta sólo una justicia perfecta, ni siquiera un reflejo perfecto de ella. Porque ninguno de nosotros tiene esa justicia perfecta, Jesús y:ino a la Tierra, la alcanzó por nosotros y la ofrece .gratuitamente. Imaginen una escuela donde sólo se pudieran recibir dos notas: aprobado o desaprobado. La única manera de aprobar es tener un puntaje de 100%. Si uno logra 99%, esa es una nota de reprobación igual que si uno hubiera obtenido 9%. Algunos pueden sacarse un 70% o un 90%, pero legalmente están en la misma categoría que los que sacaron sólo 5%. Excepto por Jesús, que tiene un puntaje perfecto, toda la humanidad tiene un nota de reprobación. El ladrón en la cruz, que pudo haber obtenido sólo una nota de 30%, o un santo sobre la Tierra después del fin del tiempo de gracia que pueda obtener un 94%, ambos llegarán al cielo por exactamente lo mismo: la justicia perfecta, el 100% de Jesucristo que les es dado. Cualquier otra cosa es tan insuficiente como dominar el francés por medio del estudio de la física. El comienzo de una nueva vida Pero las buenas nuevas de la salvación, de la redención, no terminan con esta declaración legal del perdón, así como el bautismo no termina con la inmersión. Debemos levantarnos del agua a una "vida nueva" (Rom. 6:4), luego de haber bajado primero. La redención comienza, no termina, con el perdón; así como el bautismo comienza, no termina, con la inmersión. Sin la santificación, sin Cristo obrando en nuestras vidas para desarraigar nuestro mal heredado y cultivado, no podemos dar por sentada la justificación. La salvación no es como las leyes de los medas y los persas: la salvación puede ser revocada, así como se puede perder la fe.

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En Mateo 7 Jesús contrastó a dos individuos. Uno oye sus palabras y "las hace" (vers. 2:(); el otro oye sus palabras, pero "no las hace" (vers.1§). El obediente, el que hace lo que Jesús ordena, que tiene obras, permanece fiel hasta el final. Su fe es perfeccionada por las obras. El desobediente, el que no hace lo que Jesús ordena, el que no tiene obras, cae. Su fe, sin obras, es muerta. y la buena noticia acerca de las obras es que, a\ igual que la justificación, también provienen de Dios. Procuramos la santificación, así como procuramos la justificación, mediante la entrega incondicional a Dios. También la santificación puede venir sólo cuando nos entregamos a Dios, cuando elegimos morir al yo y servir diariamente a Dios. "La genuina santificación... no es otra cosa que una muerte cotidiana al yo y una conformidad diaria con la voluntad de Dios". 4 Luego Dios puede obrar en nosotros "el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:13). El desarrollo del carácter, la obediencia y las buenas obras vienen sólo cuando escogemos permitir que Dios obre en nosotros, purifique la escoria y nos modele a la semejanza divina. Y la única manera en la que puede hacer esos cambios es si nos sometemos, así como lo hicimos cuando nacimos de nuevo. "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad· en él" (Col. 2:6). 1Jn. '2; G En Efesios 2 Pablo presenta un ejemplo poderoso de la relación que existe entre la fe y las obras. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (vers. 8, 9). Pablo afirma claramente que la salvación viene por fe, no por obras. En el versículo 10 escribe que "somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para huencu ohrcu, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas". Pablo enfatiza la salvación por fe, no por obras. Sin embargo, en la siguiente respiración dice que fuimos creados para buenas obras, obras que Dios "preparó de antemano" para que las hiciéramos.

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Sin contradicciones No existen contradicciones. Aunque fuimos creados para buenas obras, no recibimos la salvación por ellas. Las únicas obras que nos salvan son las obras de Jesús en favor de nosotros. Sin embargo, fuimos creados en Jesús para hacer buenas obras,~orque las obras son una parte compleja del proceso de redención. Nuestra salvación no concluyó en el Calvario, porque la redención no termina con el perdón. El evangelio no es sólo perdón, su fundamento, sino que también es restauración, su pináculo. La justificación es el primer paso hacia la meta final de Dios para nosotros: i El reflejo de Cristo en nosotros! "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros" (Gál. 4:19) Los temas en juego en la gran controversia entre Cristo y Satanás van más allá de esta tierra, más allá de la salvación del hombre. Aunque el pecado está confinado a la Tierra, es un asunto universal, cósmico. En el Calvario no fue sólo una turba la que contempló la cruz. El universo estaba observando. Y aunque en la cruz se pagó la pena completa por el pecado, aunque Dios derramó su amor de una manera que hizo que todo el universo se maravillara, ni siquiera allí se contestaron todas las preguntas acerca del pecado, la rebelión y la ley de Dios. Dios iba a darle más al universo expectante, y ha estado usando a la humanidad para hacerlo. "Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la igluia a los principados y potestades de los lugares celestiales" (Efe. 3:1 O). ¿Y cómo es dada a conocer esta sabiduría a los principados y potestades de los lugares celestiales? Jesús dijo: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto" (Juan 15:8). Dios es glorificado por medio del carácter que desarrolla en nosotros. El mensaje del primer ángel es: "Temed a Dios, y dadle glo-

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ria" (Apoc. 14:7). Y damos gloria a Dios al permitirle que nos santifique para que podamos llevar mucho fruto. "La misma imagen de Dios se ha de reproducir en la humanidad", escribió Elena de White. "El honor de Dios, el honor de Cristo, están comprometidos en la perfección del carácter de su pueblo", 5 , que es la razón por la cual el remanente fiel de Dios son los' "que guardan los mandamientos de Dios"f(Apoc. 12:17; 19:10). Esta obediencia a la ley de Dios no es lo que salva al remanente, sino que es lo que el remanente da porque ya está salvado. Un falso equilibrio entre la fe y las obras, ya sea hacia un la-; do o hacia el otro, nos dejará faltos. Cómo encontrar el equilibrio El énfasis en la justificación a expensas de la santificación puede embaucar a la persona en un evangelio falso en el que la obediencia, el desarrollo del carácter y la victoria personal sobre el pecado son meros apéndices al evangelio. Juan lo dice claramente: "Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo" (1 Juan 3:7, 8). Enfatizar demasiado en la santificación a expensas de la justificación puede llevar a una persona a creer falazmente que la aceptación de Dios depende de su desempeño y que sus buenas obras le garantizan un lugar en el cielo. Elena de White enfatizó: "No hay un punto que precisa ser considerado con más fervor, repetido con más frecuencia o establecido con más firmeza en la mente de todos, que la imposibilidad de que el hombre caído haga mérito alguno por sus propias obras, por buenas que éstas sean". 6 Como adventistas nos asoleamos en los rayos de luz del evangelio, desconocidos para las generaciones anteriores. Sin embargo, debemos presentar esa luz de una manera equilibrada, prestando el énfasis correcto a ambos aspectos de la redención. En verdad, el desequilibrio fatal es abomi-

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nable para Dios, "mas la pesa cabal le agrada" (Prov. 11:1).

Referencias 1 Elena de White, Fe y obrad (Buenos Aires: ACES, 1984), p. 18. 2 IbfJ., p. 47. 3 Elena de White, EL De.Jeado de toda.J 1.a.:J gentu (Mountain View, Calif.: Publicaciones lnteramericanas, 1968), p. 98. 4 Elena de White, Nota.J bwgrá/ica.~ de Elena G. de White (Mountain View, Calif.: Publicaciones lnteramericanas, 1981), p. 261. 5 EL De.Jeado de toda.J l.a.:J gente.J, p. 625. 6 Fe y obra.~, p. 16. Este artículo apareció originalmente en la Ad~entiJt Re~iew del 20 de octubre de 1988.

CAPÍTULO

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Que tu nombre esté sellado

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esde 1844 hemos estado viviendo en el Día de la Expiación antitípico. Cristo, nuestro Sumo Sacerdote en el tabernáculo celestial, ha estado representando a su pueblo delante de la corte de Dios. En presencia del universo observador, los pecMO