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TEMA 69 REGÍMENES POLÍTICOS Y SUS CONFLICTOS INTERNOS EN EL MUNDO ACTUAL. PRINCIPALES FOCOS DE TENSIÓN EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

1. INTRODUCCIÓN.

2.- REGÍMENES POLÍTICOS Y SUS CONFLICTOS INTERNOS EN EL MUNDO ACTUAL. 2.1. El concepto de Estado y de régimen político. 2.2. La democracia occidental. 2.3. Regímenes totalitarios y dictadura. 2.4. Regímenes excomunistas y comunistas. 2.5. Esperanzas y decepciones en torno a la democracia. 2.6. Criterios de clasificación de los regímenes en función de la libertad. 3.- PRINCIPALES FOCOS DE TENSIÓN EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES. 3.1. Evolución de la conflictividad internacional desde el fin de la Guerra Fría. 3.2. Distribución y evolución de la conflictividad por áreas geopolíticas. 3.3. Causas de la conflictividad. 3.4. Características de los conflictos armados actuales. 3.5. Las guerras asimétricas: la amenaza del terrorismo internacional. BIBLIOGRAFÍA

1 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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1.-INTRODUCCIÓN. El tema que nos ocupa tiene múltiples aspectos que lo hacen absolutamente atractivo para su desarrollo en el aula. Con independencia de que aparece desarrollado en el currículum de todos aquellos cursos que tienen aspectos de la historia contemporánea, es un tema que permite trabajar algunos de los objetivos fundamentales que se pretenden alcanzar con los alumnos en todas las etapas de su desarrollo como persona pero también lograr el desarrollo de competencias y destrezas como la de ser un ciudadano concienciado y conocedor de la realidad política e internacional que le rodea. Uno de los objetivos comunes a las etapas de la ESO y el Bachillerato es lograr que los alumnos vean la necesidad de solucionar los conflictos y las relaciones humanas por la vía pacífica. La comprensión de que Europa es lo que es gracias a la superación de conflictos como la II Guerra Mundial y el entendimiento de que hay amplias zonas del mundo donde la conflictividad produce pobreza, miseria y subdesarrollo ya justifican de por sí este tema. Otro de los grandes objetivos alcanzables con este tema es que los alumnos sean conscientes de los logros y ventajas que ofrecen los regímenes democráticos frente a otros sistemas políticos existentes en el mundo que no permiten el desarrollo personal, social y económico de sus ciudadanos. España es paradigma y ejemplo adelantado de este objetivo. No debemos olvidar el tratamiento de la educación en valores: la igualdad de derechos, de sexos, promover la paz, la solidaridad entre naciones y personas, la lucha contra todo tipo de desigualdades encuentran en este tema motivo de ejemplo para su comprensión por los alumnos. El final del siglo XX ha visto caer muchos de los símbolos sobre los que se ha edificado su historia. Al hundimiento de ideologías particularmente influyentes (como el comunismo) se han unido el de imperios y convicciones políticas que llenaron un tiempo lleno de conflictos, guerras reales y guerras frías, así como profundos desacuerdos internacionales acerca del mantenimiento de la paz en el mundo. Paradójicamente lo que queda es una profunda fragilidad en las relaciones políticas y un cierto escepticismo más que fundado sobre las verdaderas posibilidades del mantenimiento de una paz duradera. Pero por encima de todas ellas destacan dos cuestiones claves: la dinámica de los diferentes y complejos regímenes políticos del mundo actual, y la evidencia de un nuevo marco de relaciones internacionales, el llamado Nuevo Orden Mundial. Las grandes transformaciones políticas de los últimos tiempos tienen su cenit y su punto de partida en 1989, año fecha trascendental por cuanto que fue el inicio de: -

La caída del muro de Berlín, con el consiguiente proceso de reunificación de Alemania.

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El proceso inexorable de la libertad de los Estados Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y de la independencia de las naciones del Este, al hilo de la caída del comunismo.

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El principio del fin del régimen desmembramiento del imperio soviético.

-

Los prolegómenos de la crisis yugoslava que culminará en 1992 con la guerra de Bosnia, tras la proclamación de la independencia de Eslovenia y Croacia.

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La invasión de Kuwait por Iraq y la posterior respuesta de la ONU y EE.UU. en 1990 con las operaciones “Escudo” y “Tormenta del desierto”.

comunista

y

el

progresivo

Aunque a Daniel Bell se le escapaban los acontecimientos que rigen el panorama internacional en estos momentos, el terrorismo islamista, escenificado en primer plano en los atentados del 11 S en Estados Unidos, Madrid y Londres han supuesto una serie de conflictos armados en Irak y Afganistán. En opinión de algunos analistas como Daniel Bell, “1989 representa la explosión de la esperanza y 1992 la implosión de la desesperación”. Ambos años se relacionan, ya que vienen a ser el punto final de una serie de procesos que se iniciaron entre en las primeras décadas del siglo XX y que dieron lugar a la formación de dos regímenes multinacionales dominados por una nación (Rusia en el caso del imperio soviético y Serbia en el caso de Yugoslavia). El resultado final ha sido el resurgimiento de fuerzas de identidad y adhesión más antiguas y primordiales. Bell, al igual que otros politólogos y sociólogos, considera en un sentido sociológico más amplio, que asistimos en el mundo al desplazamiento de los conflictos ideológicos o de clase por los conflictos emocionales, sociológicos o culturales: -

Por cultura se ha de entender a los vínculos primordiales de la nacionalidad, etnia, lengua y religión como fuente, no sólo de vínculo simbólico y emocional, sino también de conflictos entre grupos (que, a menudo, se identifican a sí mismos como naciones y Estados).

-

La clase, para Bell, coincide en su caracterización con el tradicional concepto marxista que la define como el grupo humano cuya unión se fundamenta en el lugar que ocupa en el modo de producción o por los intereses económicos que le son comunes y solidarios. Tal es el caso de trabajadores y capitalistas.

Por otro lado, la historia del siglo XX ha creado múltiples sistemas de gobierno, adecuados a la realidad histórica de cada momento. Desde el triunfo de la Revolución Rusa dos modelos antitéticos se han enfrentado aunque a través de las diferentes variantes que la realidad histórica y socioeconómica de cada continente ha creado: las democracias parlamentarias apoyadas en estados del bienestar y sociedades de consumo de 3 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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masas frente a sistemas autoritarios de partido único, totalitarios o no, igualitaristas y de economías planificadas y estatalistas. Lo cierto es que este enfrentamiento se ha saldado con la desaparición de los regímenes comunistas y la diversificación y crisis de las democracias parlamentarias. Han surgido diferentes modelos democráticos y el sistema de ha extendido por casi todo el mundo pero, es indudable, que está en una crisis de valores y de funcionamiento. Para complicar la situación, nuevos modelos de Estado y regímenes han venido a sustituir a los tradicionales en muchos lugares: las teocracias islamistas de Oriente Medio; las dictaduras comunistas con economías de mercado o las desviaciones hacia el autoritarismo populista de sistemas liberales poco consolidados. La gran consecuencia es la redefinición de conceptos creados en el siglo XIX y principios del XX: están en cuestión formas tan arraigadas como el parlamentarismo representativo, el Estado Social y de Derecho, el federalismo o el laicismo y surgen elementos de crítica tan poderosos como el fundamentalismo político-religioso, el irredentismo local, la democracia asamblearia o el poder de las estructuras tecnocrático-económicas basadas en la globalización y el poder de las transnacionales.

2.

REGÍMENES POLÍTICOS Y SUS CONFLICTOS INTERNOS EN EL MUNDO ACTUAL. 2.1. El concepto de Estado y de régimen político.

El Estado es un concepto geopolítico definido por tres elementos básicos: un poder que se ejerce sobre un territorio delimitado, determinando la soberanía sobre el mismo, y sobre una población. Este poder se materializa en un conjunto de instituciones políticas, jurídicas y administrativas que rigen la vida de una población instalada en un territorio delimitado por unas fronteras. Los Estados se relacionan entre sí mediante situaciones de coexistencia o dominación; esta última puede adoptar formas políticas, como sucedió en el pasado con el colonialismo, económicas o ideológicas. Por su parte, el término régimen designa al conjunto de instituciones políticas que funcionan en un país en un momento determinado de su historia, constituyendo su peculiar forma de gobierno. En sentido estricto, el régimen se traduce en un conjunto de leyes y reglas que determinan las actividades económicas de un determinado Estado, así como las relaciones sociales y políticas que están autorizadas o prohibidas. Utilizando como criterios taxonómicos los mecanismos de control sobre las instituciones de gobierno, el grado de separación y configuración de los tres poderes del Estado -ejecutivo, legislativo y judicial-, así como el sistema de elección de los dirigentes, se han clasificado tradicionalmente los regímenes políticos en: -

Autoritarios, cuando el poder se concentra en manos de una persona o institución. 4 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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Democracias occidentales, regímenes herederos de las revoluciones liberales burguesas, donde el poder está repartido entre las instituciones y existe un proceso de “check & balance” entre ellas

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Democracias populares, regímenes históricamente surgidos de procesos revolucionarios. Constituyeron la forma política que adoptaron los regímenes comunistas basándose en dictaduras de partido único encubiertas a través del Centralismo democrático.

En el mundo contemporáneo, la forma más evolucionada y propicia para la organización política y económica de una sociedad, es el liberalismo democrático. De hecho, en la actualidad la mayor parte de los países han ido incorporando a sus respectivos regímenes políticos un mayor o menor grado de democratización. Sin embargo, en algunos ámbitos geográficos, fundamentalmente en Asia o África, todavía podemos encontrar regímenes dictatoriales e incluso tribales. 2.2. La democracia occidental. La transición política a la democracia en Europa fue el resultado de un proceso lento y gradual en países como Gran Bretaña, Holanda, Suiza y los países nórdicos. En el resto, se ha producido en medio de grandes convulsiones revolucionarias y después de dos guerras mundiales. a) Modelos de regímenes liberal-democráticos. Este modelo de democracia clásica occidental tienen como punto de origen las doctrinas clásicas de la separación de poderes, formulada, inicialmente, por Locke en el siglo XVII y perfeccionada por Montesquieu en el siglo XVIII, y el pactismo y el desarrollo de la Voluntad General, enunciados por Locke y Rousseau, dando lugar al principio de la soberanía nacional. El modelo democrático surge de la evolución de los regímenes liberales clásicos, inexistentes hoy en día. Este sistema liberal evoluciona hacia la democracia al extenderse la sociedad de consumo de masas y todo un cúmulo de nuevas exigencias sociales a las que el Estado sólo puede hacer frente transformándose hacia un sistema mucho más representativo y Providencial. Dentro de este régimen se distinguen tres modelos bien diferenciados: -

El presidencialista, caracterizado por la rigidez en la separación de poderes, con un ejecutivo fuerte cuyo presidente, elegido por sufragio universal, es a la vez jefe del Estado y del Gobierno. No existe la figura de un primer ministro y los jefes de los distintos ministerios, llamados Secretarios, tienen carácter administrativo. El ejemplo paradigmático de este modelo lo constituye Estados Unidos.

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El parlamentarista es un modelo que admite la flexibilidad en la separación de poderes. Se diferencia un parlamentarismo dualista (Francia), cuando el Jefe del Estado (por lo general el Presidente de la República) tiene 5 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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capacidad de decisión política, que contrasta con el parlamentarismo monista (España y Gran Bretaña) caracterizado por la existencia de una Jefatura de Estado de carácter honorífica o moderadora. En este caso, el poder ejecutivo recae sobre el Gobierno y su Jefe, que nacen con la investidura que le confiere el poder legislativo (Parlamento o Cámara), el cual los controla permanentemente a través de los votos de confianza o de censura. Del mismo modo, el Gobierno tiene iniciativa legislativa a través de los proyectos de ley y capacidad legislativa a través de los decretos. -

El régimen de Asamblea. La principal característica de este régimen es la hegemonía absoluta del Parlamento en la vida política, hasta el punto de que el Gobierno depende de la voluntad del Parlamento representativo y éste responde ante el pueblo. Debido a la complejidad de que una asamblea legislativa asuma todos los poderes, sólo se ha dado históricamente en Suiza.

b) Los elementos del sistema democrático. Los cuatro soportes o pilares básicos en los que se sustenta el sistema democrático actual son los sistemas electorales, los partidos políticos, el “check and balance” entre los poderes del Estado y la dimensión social del Estado: 

Los sistemas electorales.

Los sistemas electorales son los elementos básicos que determinan el juego democrático hasta el punto de que un régimen político será democrático si dispone de un sistema electoral libre, individual y directo. Existen tres tipos: -

El sistema mayoritario, suele ser uninominal, votándose a un solo candidato. Los escaños se atribuyen siguiendo las circunscripciones electorales del país, con lo que se reduce considerablemente el número de partidos en el Parlamento. Puede adoptar dos variantes: el mayoritario puro (Gran Bretaña) y el mayoritario a dos vueltas (Francia).

-

El sistema proporcional, es plurinominal (se votan las listas cerradas que presentan los partidos políticos o las coaliciones electorales). El reparto de escaños se realiza a nivel nacional proporcionalmente a los votos obtenidos, con lo que el Parlamento suele reproducir con fidelidad el espectro político nacional y permite el pluripartidismo. Es el sistema electoral vigente en Italia y en la mayor parte de los países europeos.

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El sistema mixto, supone una combinación de determinados aspectos de los sistemas anteriores, evitando los inconvenientes y exageraciones de ambos. Es el que se emplea en España y Alemania.

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Los partidos políticos.

Surgieron, en sentido moderno, a partir de los clubs políticos y las secciones en época de la Revolución francesa. Son organizaciones estables que tienen como finalidad la conquista del poder para ejercer un programa político de carácter general. Su estructura como partidos de masas aparece a principios del siglo XX y su dinámica interna democrática es un fenómeno de post-guerra. Hay tres tipos de sistemas de partidos políticos: -

Partidos único: propio de las llamadas democracias populares o Centralismos democráticos.

-

Bipartidismo: dos partidos mayoritarios que se alternan en el poder controlando todas las instituciones. Es consecuencia de largos procesos históricos condicionados por modelos de sufragio y gestión de mayorías gubernamentales como los que se han dado en Gran Bretaña (ya no hay bipartidismo) y en los Estados Unidos.

-

Multipartidismo: es la presencia de un número indeterminado de partidos políticos, la mayoría de los cuales tienen representación parlamentaria como los casos de Italia, España o Alemania. 

El “check and balance” o control entre poderes.

Para garantizar la absoluta fiabilidad democrática de un régimen se establecieron en el siglo XIX, a partir de la experiencia norteamericana, una serie de mecanismos de control institucional que permiten que la división de poderes sea más pura y que no se produzcan abusos de poder enmascarados en prácticas ajustadas a derecho. Así, surgen mecanismos que garantizan la primacía de los principios constitucionales como es la creación de los Tribunales Constitucionales; la capacidad que tienen los Parlamentos de elevar preguntas o pedir recusaciones a las acciones de los ministros o la supervisión de la elección de los miembros de los principales organismos e instancias de la judicatura por mayorías parlamentarias cualificadas. 

La dimensión social del Estado democrático.

Esta dimensión social surge del establecimiento de un pacto político, llamado social-liberal (Dahrendorf 1983 El nuevo liberalismo. Tecnos), entre fuerzas políticas y sindicales, sobre los principales objetivos políticos y socio-económicos que han de lograr las democracias parlamentarias. Alcanzados los mínimos de acuerdo, se constitucionalizan estos aspectos en forma de derechos socioeconómicos, dirigidos a proporcionar las condiciones materiales mínimas a la población así como los mecanismos de regulación e intervención del Estado para asegurar la prestación universal de una serie de servicios sociales. Completa este panorama la puesta en práctica de toda una serie de mecanismos de redistribución primaria y secundaria de la renta, lo que genera el llamado Estado Social y democrático (Requejo Coll 1994, Las democracias. Ariel. ) 7 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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2.3. Regímenes totalitarios y dictadura. Históricamente los regímenes autoritarios han adoptado diferentes formas: teocracias, cesarismos populistas, regímenes militares autoritarios o dictaduras ideológicas. En este apartado se incluyen, además, los regímenes basados en el fundamentalismo islámico. Cualquier tipo de gobierno de una comunidad tiende por sistema a legitimar su poder; sólo la dictadura prescinde del fundamento legitimador y se impone por la exclusiva voluntad del dictador que llega al poder. Las causas que pueden dar lugar a un régimen dictatorial son múltiples. En unos casos surgen cuando, en los inicios de una comunidad, la ausencia de instituciones da lugar a la aparición de personas o sectores con afán monopolizador. En el supuesto más actual, sucede que una comunidad ya formada entra en crisis poniendo en peligro la estructura económica o política existente. Por lo general, se debe a la quiebra del sistema social vigente, que puede provocar la instauración de un régimen totalitario que preserve la hegemonía o el dominio de la clase o el sector amenazado. Desde el punto de vista metodológico y de la realidad política se pueden establecer diferencias entre los modelos autoritarios y totalitarios. Es evidente que todos los totalitarismos son autoritarios pero, a su vez, son una evolución que se caracteriza, siguiendo a Elena Hernández Sandioca en su libro Los fascismos europeos (istmo 1992), por: * El control absoluto del individuo por el Estado sin límite alguno al ejercicio del poder * La instrumentalización consciente y privilegiada de los conocimientos técnicos o científicos para llevar ese control al límite * Existencia de un partido de masas, encargado de la difusión de esa ideología totalitaria hasta el último rincón de la sociedad. Partido fuertemente jerarquizado y absolutamente fundido con la organización burocrática del gobierno, cuando no situado por encima de ella * Actuando junto al partido un sistema terrorista de control policíaco, que lo recubre y acompaña, y que lo complementa eficazmente en el control social * La arbitrariedad de la represión que ataca a los enemigos declarados del régimen como a sectores de la población no homogéneos según las necesidades del régimen * Toda su ideología totalitaria está imbuida de un fuerte contenido milenarista, que aspira a la renovación absoluta de la sociedad y a su sustitución radical por un “hombre nuevo”. * Control centralizado de la economía y su rígida dirección a cargo del Estado. Este sería un resumen de lo que sería un Estado totalitario según los autores que más han tratado este tema: Hanna Arendt (Los orígenes del Totalitarismo, Alianza 1982), Jacob Talmon (Los orígenes de la democracia totalitaria. 1966), W. Ebenstein (El totalitarismo. Paidos 1965); C. Friedrich y Z. Brzezinski (Totalitarismo, dictadura y autocracia, 1962). Hemos de observar que en este análisis se han minimizado las explicaciones sociohistóricas y psicosociales (Reich, Parsons, Lipset) por cuanto se han revelado como insuficientes e incompletas. 8 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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De esta forma podemos separar con cierta claridad los llamados regímenes autoritarios que existieron en esa época y los más actuales –Chile y Argentina en los ochenta, la Grecia de los Coroneles, etc.- de lo que son los totalitarismos, propios de Europa en los años treinta y de algunos regímenes actuales. Podemos decir, por ello: * Parece claro que en los regímenes conservadores y autoritarios tienen un grado de control político y policíaco menor, bien porque sus enemigos son menos y más localizados o bien por la escasa complejidad del tejido social en el que se desarrolla. El grado de represión social y de violencia política siempre se mantendría a menor escala. El equívoco puede venir de que en los regímenes dictatoriales se observan elementos comunes con los totalitarismos fascistas como pueden ser el antiliberalismo, el nacionalismo patriota o el antisocialismo. * La mayoría de los regímenes totalitarios inciden en una relación con las masas específica. En tanto que los regímenes conservadores siempre han intentado desmovilizar a las masas, excluyéndolas de la vida política y ofreciéndoles un sistema de valores y un esquema social de referencias y jerarquías tradicional, ya experimentado en el pasado, los totalitarismos, por el contrario, procuran infundir en las masas la sensación de hallarse constantemente movilizadas, siempre en relación directa con el jefe, a la vez interprete omnisciente de sus deseos y aspiraciones y único realizador de los mismos. Y esa movilización vertiginosa se orienta no ya a la simple restauración de un orden social limitado y sobrepasado sino, por el contrario, hacia una revolución de la que había de nacer, poco a poco, un orden social nuevo, supuestamente más justo y mejor. a) Tipos de dictadura. Los regímenes dictatoriales más frecuentes son: -

La dictadura personal. En la que el gobierno está al servicio de unos intereses unipersonales o familiares, y éstos se apoyan en una cerrada organización policial, burocrática y militar.

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La dictadura desarrollista. Que tiene siempre una base militarista, aunque puede ser dirigida por militares o por civiles. Pretende alcanzar el desarrollo económico mediante el rígido control de las estructuras económicas, de las fuerzas productivas y del aparato político. Este tipo de dictaduras las encontramos, en el presente siglo, en Sudamérica y en el mundo árabe, por ejemplo en Siria. Pueden contar con una base popular a su favor, en cuyo caso da lugar al populismo, cuyo ejemplo histórico por antonomasia fue el peronismo en Argentina. Más recientemente, el neopopulismo estuvo representado en América Latina por el régimen de Alberto Fujimori en Perú, caracterizado por una cierta apariencia democrática.

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La dictadura oligárquica. Se produce en sociedades débilmente integradas o con predominio étnico o económico de un sector de la población. Suele caracterizarse por 9 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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el apoyo institucional que les confiere el presidencialismo, y por la existencia de una estrecha relación entre la oligarquía dominante y las fuerzas armadas. Tal es el caso de la mayoría de las dictaduras latinoamericanas, regímenes que tuvieron especial vigencia en los años 70 y 80. -

La dictadura de partido único, donde un partido institucionalizado y burocratizado copa todos los resortes del poder político llegando a sobreponerse a los aparatos del Estado o incluso a dominarlos para mantener unos principios ideológicos. El control político está circunscrito a la elite del partido que a la vez es la cúpula rectora del gobierno, con poder sobre la estructura militar y económica del país. La población, controlada, es ajena a la acción del Estado, capaz por otra parte de adaptarse a las cambiantes realidades políticas que le rodean. Caso paradigmático la China posterior a Chu-en Lai y a Den-Xiao-Pin en los años 80 y 90 o Cuba. b) El fundamentalismo islámico.

El Islam no es sólo una religión, sino una concepción total del hombre y que regula todas las actividades políticas y sociales. De ahí que no se separe la ley civil de la religiosa (sharia). El régimen político que permite el Islam es amplio, desde monarquías feudales hasta regímenes de alto nivel participativo, pasando por dictaduras, organizaciones tribales, etc. La influencia del Islam en la vida sociopolítica y económica de los países que tienen una mayoría de población musulmana se ha hecho más patente después de los acontecimientos desarrollados en las últimas décadas y que se conocen con el nombre de fundamentalismo, a medio camino entre la teocracia y la dictadura ideológica. El resurgir contemporáneo del fundamentalismo islámico tiene su origen en la proclamación de la República Islámica de Irán en 1979, país que institucionalizó un sistema teocrático basado en el Corán y en la jerarquía musulmana. Esta revolución iraní inspirada en el chiísmo no se detuvo tan sólo en el interior del país, sino que desbordó sus fronteras irrumpiendo con fuerza en todo el mundo musulmán. Es la principal causante de la eclosión fundamentalista de vuelta a los orígenes coránicos que invade y desestabiliza a muchos regímenes islámicos o formalmente laicos como Argelia, Egipto, Turquía, Pakistán, Afganistán, Líbano… muchos de los cuales han caído en la llamada primavera árabe, hablamos de Egipto, Libia, Túnez y revueltas en otros muchos. 2.4. Regímenes excomunistas y comunistas. El proceso de transformación de las denominadas en el pasado “democracias populares” de los países del Este de Europa, donde predominaban monolíticos regímenes socialistas constituye el hecho más importante del final de siglo por cuanto que supone: -

El descalabro total del comunismo, como sistema económico, como modelo social y como proyecto ideológico. Pérdida del poder de los partidos comunistas entre 1989-90 10 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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Establecimiento de regímenes pluripartidistas en los países dominados por el sistema de partido único. Puesta en marcha de importantes reformas políticas y económicas que han transformado el Estado como consecuencia del empuje de la sociedad civil, unida a las presiones internas en el seno de los propios partidos comunistas. El fin de la “guerra fría” y el consiguiente papel hegemónico de los EE.UU. El estudio pormenorizado de este proceso histórico desborda los estrechos límites de este tema; sin embrago, se hace necesario analizar cuáles han sido las diferentes respuestas nacionales, en especial en los países del Este de Europa. a) Transformaciones en la antigua URSS.

Las causas profundas de la crisis del régimen soviético, acuciado por los problemas internos y externos, hay que buscarlas en el fracaso e incapacidad de la URSS por adaptarse a las nuevas realidades económicas, sociales y políticas. Muy probablemente a ello no fue ajeno el mantenimiento de una descomunal maquinaria bélica y estatal que las circunstancias de la guerra fría obligaban. El proceso de reformas iniciadas por Gorbachov y concretadas en la perestroika, propiciaron el fin del régimen heredero de la Revolución de Octubre de 1917. El momento más crítico fue, sin duda, el fracaso del golpe de estado de agosto de 1991, protagonizado por los sectores más involucionistas de la URSS, que precipitó el desmantelamiento del régimen comunista, la desmembración del imperio soviético y el comienzo de la era Yeltsin, posteriormente sustituido en el poder por Vladimir Putin al frente de Rusia. Las incertidumbres acerca del futuro de Rusia no han terminado, acuciada por los problemas económicos, la inestabilidad política, la agitación social y el protagonismo de las mafias. Formalmente es un estado democrático y pluralista aceptado por Occidente. Adopta la forma de una República federal integrando un total de 89 “elementos federados” entre repúblicas, distritos, territorios y regiones. Su sistema de gobierno es presidencialista, equilibrado por una cámara parlamentaria, la Duma, elegida por sufragio universal. En la práctica es un estado frágil, inestable y dividido, afectado por múltiples dificultades étnicas y políticas derivadas de la pérdida del poder central y acuciado por conflictos nacionalistas latentes, cuyo ejemplo más conocido y sangrante es Chechenia. El desmoronamiento de los regímenes socialistas, propiciado por los cambios operados en la URSS, ha propiciado la integración de los países excomunistas en las instituciones supranacionales occidentales, como ha sucedido con el ingreso en la UE, en mayo de 2004, de algunos de estos países de la llamada Europa del Este, al tiempo que está previsto que los restantes lo hagan a corto y medio plazo. Sin embargo, la transición de estos países desde los regímenes comunistas hacia la democracia no siempre fue incruenta y pacífica. Así, nos encontramos con una multiplicidad contradictoria de soluciones en países que eran un conglomerado de pueblos heterogéneos que constituían mosaicos étnicos de gran complejidad: URSS y Yugoslavia. Han derivado a un proceso de 11 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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desmembración que, en el caso de la antigua Yugoslavia, adoptaron una forma particularmente dramática. Muchos Estados surgidos de la desmembración de la URSS mantienen regímenes inestables con aspiraciones democráticas; pero fuertemente impregnados de populismo en la práctica. En otros casos, como en las antiguas repúblicas asiáticas, sus regímenes son dictatoriales y de difícil caracterización. Por último, cabe mencionar los últimos reductos comunistas: Cuba, China y Corea del Norte. -

En el caso de la Cuba de Fidel Castro, ha visto como su situación económica y social se ha deteriorado como consecuencia del hundimiento de la URSS y su cada vez mayor aislamiento internacional, recientemente atenuado con el acceso al poder Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. En el aislamiento cubano ha sido determinante la beligerancia manifiesta de los Estados Unidos, mediante la persistencia del bloqueo económico por ley Helms-Burton, y el inmovilismo del régimen. El estado caribeño se debate entre la necesidad de conciliar la apertura económica y política, controlando las tensiones sociales. La transición iniciada por Raúl Castro está aportando libertades económicas que no acaban de cuajar.

-

No menos complejo resulta el ejemplo de China, el coloso asiático cuyo régimen comunista inspirado por Mao Zegong, sufrió importantes transformaciones en los últimos años, como consecuencia del proceso de desmaoización a la que le sometió el Revisionismo de Deng Xiaoping. Éste supuso la adopción de cuatro cambios: la desmaoización en lo político; una importante reforma económica que ha situado a China en la órbita del capitalismo; cambios sociales, propiciando un modo de vida más occidental y consumista; y, por último, la apertura exterior. A partir del XXII Congreso del Partido Comunista Chino (1982) se aceleraron las reformas económicas pero éstas no han conllevado una liberalización política similar, como se comprobó durante la represión de las protestas reformistas estudiantiles de la plaza de Tiannanmenn, en Pekín, en junio de 1989. 2.5. Esperanzas y decepciones en torno a la democracia.

El hundimiento del bloque soviético y el retroceso de la mayor parte de las dictaduras en el resto del planeta en los últimos tiempos han podido favorecer la idea de que el sistema democrático se sustenta, necesariamente, en un modelo de economía de mercado. Esta cuestionable identificación entre mercado y democracia ha traído consigo dos implicaciones: -

La primera se fundamenta en el hecho de que, a pesar del fracaso de la experiencia histórica del comunismo, la realidad de los últimos cincuenta años en la Europa Occidental ha demostrado que los sistemas democráticos son compatibles con la intervención del Estado de bienestar en la regulación de la economía; la experiencia reciente apunta a una transformación radical de las estructuras económicas de la mayor parte de los antiguos países socialistas por medio de un capitalismo salvaje de signo ultraliberal, que está generando una gran inestabilidad social y una frustración colectiva que puede llegar a cuestionar, por extensión, la validez universal del propio modelo democrático. 12 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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La segunda reflexión, conduce a reservas todavía más serias: la economía de mercado no sólo fue compatible con atroces dictaduras de este siglo, sino que continúa refugiándose, aún hoy en día, bajo la protección de regímenes autoritarios y fundamentalistas en Asia y África.

Además de estas consideraciones, las democracias actuales se enfrentan a nuevos problemas y retos que cuestionan el modelo definido tras la postguerra. A saber: -

Existe un creciente distanciamiento entre las instituciones democráticas y los ciudadanos que se observa claramente en las cuotas de participación en los procesos electorales. Hay entre un 40 y un 50 % del electorado que no vota y, por lo tanto, no participa. Las causas están siendo estudiadas pero podríamos citar: o La complejidad de los mecanismos de decisión política que no permiten la relación fluida entre las demandas ciudadanas y los políticos que copan el poder o La jerarquización y escaso balance democrático de los partidos políticos. Los ciudadanos ven en ellos más que elementos de participación, elementos de transmisión de la cadena del poder y las instituciones. o Una sociedad despolitizada y acomodada a unas instituciones que garantizan, de forma general, un nivel de vida y bienestar a los ciudadanos, que ven en ellas un “aparato” de poder, difícilmente alcanzable por la mayoría social. o El surgimiento de otros colectivos y asociaciones que canalizan los intereses de la población y que se encuentran alejadas de la acción política. o El asentamiento de un modelo que, aun teniendo deficiencias, funciona con corrección y no muestra posibles alternativas más democráticas.

-

El constreñimiento que sufren las instituciones democráticas por otros poderes que no les dejan una libre capacidad de actuación acorde a las exigencias de los ciudadanos. Ejemplo sería la supranacionalidad de la UE y su déficit democrático a pesar de los Tratados de Maastricht, Niza o Lisboa. O también, las limitaciones que encuentran en materia económica ante las transnacionales y las economías de aglomeración.

-

Uno de los grandes retos que se están encontrando las democracias es cómo solventar nuevos problemas para los que las instituciones no tienen capacidad legal de afrontar. Por ejemplo, la creciente y masiva inmigración desde Africa o desde el Este de Europa y los problemas de convivencia e integración que están creando en Europa. O, los problemas de seguridad colectiva que exceden el marco nacional para convertirse en redes transcontinentales de narcotráfico, extorsión y mafias o fundamentalismo religioso violento. 2.6. Criterios de clasificación de los regímenes en función de la libertad.

No existen criterios unificados a la hora de clasificar a los países en función del grado de libertad de sus respectivos regímenes. En 1994 el informe de Freedom House, 13 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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organización estadounidense que investiga sobre los derechos humanos, consideraba totalmente libres a 74 de los 192 países estudiados, parcialmente libres a 63, y no libres a otros 55. Otras clasificaciones, como las del New Statesman an Society y el Channel Four británicos, ofrecieron resultados similares y establecieron una puntuación de 0 a 100 para cada país, considerando 10 variables como la elección libre de los gobernantes y el Parlamento, el pluripartidismo, la libertad de expresión, la independencia del sistema judicial y los derechos de los ciudadanos. Finlandia encabezaba la clasificación con 90 puntos; España llegaba a los 84, y el Reino Unido, para sorpresa de muchos, se situaba en los 75. El grupo de las dictaduras estaba encabezado por Afganistán (3 puntos), obviamente antes de la intervención estadounidense, Guinea Ecuatorial, Sudán y Somalia (4), Siria, Ruanda y Burundi (5) y Tayikistán (6). 3.PRINCIPALES INTERNACIONALES.

FOCOS

DE

TENSIÓN

EN

LAS

RELACIONES

Desde la caída del Muro de Berlín, nadie se atreve todavía a calificar la nueva era en la que nos encontramos. Todos los que, desde los escombros del Muro, anunciaban un “nuevo orden mundial”, se han equivocado en gran medida. Las importantes mutaciones provocadas directa o indirectamente por los hechos de 1989 (reunificación alemana, guerra del Golfo, desaparición de la URSS, conflictos en Yugoslavia, guerras del Cáucaso, crisis de la ONU, entre otros) no permiten entrever un nuevo orden. El mundo es todavía más peligroso y más complejo y, aunque algunos conflictos endémicos entren en vías negociadas de posible solución, caso del Próximo Oriente, o hayan sido resueltos, como por ejemplo sucede en África del Sur o en Irlanda del Norte, la incertidumbre se multiplica y el miedo se agudiza. Los atentados islamistas, las intervenciones estadounidenses en Afganistán e Irak, junto con la tensión generada por el anuncio iraní de reanudar su programa de enriquecimiento de uranio, han contribuido a incrementar la sensación de tensión e inseguridad en las relaciones internacionales. Además, al menos una cincuentena de conflictos (conflictos olvidados) armados prosiguen en el mundo, desde Sri Lanka al Sudán o Chiapas (México), de Timor Oriental a Sierra Leona, Argelia o Kosovo... Casi todos ellos parecen poseer una característica común: son conflictos intraestatales, en la mayor parte de ellos se combate en el interior del Estado, lo que los hace de difícil control por parte de la comunidad internacional ya que, en razón de una tradición jurídica vigente desde 1945 en las Naciones Unidas, no se puede intervenir en los asuntos internos de un Estado sin acuerdo, al menos tácito, de dicho Estado. Bueno, eso en la teoría del derecho internacional. Durante la segunda guerra mundial, el número de víctimas civiles con relación a las militares fue del 50%, mientras que en los actuales conflictos armados es del 90%. La violencia alcanza dimensiones increíbles. Son guerras o conflictos librados con armas ligeras (minas anti-persona, fusiles de asalto, lanzagranadas,…) adquiridas a menudo en el mercado negro, con un tráfico incontrolable e incontrolado, al tiempo que por sus características, siembran la muerte años después de terminado el conflicto, incluso entre los niños. “Hubo un tiempo en que las guerras eran asunto de soldados –puede leerse en un 14 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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informe de la UNICEF-, pero en las guerras de esta última década son, sobre todo, los niños los que sirven como carne de cañón”. Todos estos conflictos actuales ponen en evidencia importantes vacíos jurídicos. Por ejemplo, ¿puede la comunidad internacional seguir respetando el principio de no injerencia en asuntos internos, mientras algunos Estados violan masiva e impunemente los derechos humanos? ¿No existe una responsabilidad internacional por no ayudar a un pueblo en peligro? ¿Por qué el derecho internacional público no reconoce oficialmente como refugiados a los millones de personas, “desplazados interiores”, que han abandonado su hogar por causa de una guerra, sin haber salido de las fronteras nacionales y sin recibir ningún tipo de ayuda exterior? Los conflictos actuales son numerosos y sus causas múltiples y complejas. Michael Klare, de la University of Massachussets (Dpto. de Estudios para la Paz y Seguridad Mundial) en su libro Guerras por los recursos: el futuro escenario del conflicto global, Urano, 2003, considera la existencia de siete tipos de conflictos: 1. Conflictos regionales tradicionales, como el de India y Pakistán o, durante diez años, el de Iraq e Irán. 2. Guerras por recursos naturales, por el control del petróleo o del agua. 3. Conflictos separatistas o nacionalistas (bosnio-servios, chechenos, tamules...) 4. Conflictos de grupos étnico-nacionalistas que pretenden extender las fronteras de su comunidad (Gran Serbia, Gran Albania,...). 5. Luchas étnicas, religiosas o tribales (Somalia, Ruanda...). 6. Guerras revolucionarias fundamentalistas (extremistas religiosos argelinos, conflicto interno post. Guerra iraquí...). 7. Luchas a favor de la democracia, del anticolonialismo y de las reivindicaciones indígenas (zapatistas de Chiapas...). En fin, a la guerra fría que ha terminado con el hundimiento de la Unión Soviética debía haberle seguido naturalmente la paz, y sin embargo, el mundo nuevo que emerge está sobre todo marcado por los conflictos y los enfrentamientos intraestatales. 3.1. Evolución de la conflictividad internacional desde el fin de la Guerra Fría. El cambio en el panorama internacional provocado por el fin del enfrentamiento bipolar no ha tenido consecuencias uniformes sobre la conflictividad mundial. En algunos casos ha facilitado la resolución de algunos conflictos de ámbito local, especialmente aquellos que más habían agudizado la confrontación entre bloques, como por ejemplo, Namibia, el apartheid sudafricano o el de numerosos focos de violencia (protagonizada tanto por los movimientos guerrilleros como por el estado) de América Central y América del Sur (El Salvador, Nicaragua) o Camboya. En otros, por el contrario, el fin de la Guerra Fría ha hecho posible la aparición de nuevos conflictos, enfrentamiento con algunos países islámicos o la reanudación de antiguas guerras que permanecían aletargadas: como las sobrevenidas en la periferia del Imperio Soviético (Caúcaso, Tadjikistán...). En muchos casos y especialmente en Asia (Myanmar, Cachemira, Sri Lanka...) y en África (Grandes lagos, África Occidental, Sudán...), los efectos del cambio en el sistema político mundial sobre las situaciones internas o regionales se han hecho esperar, cuando no han sido marginales o decepcionantes, como ha ocurrido, por ejemplo, con el contencioso árabe-israelí (G. Salamé). 15 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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De lo que no cabe duda es que, en términos generales, el nuevo orden internacional no atenuó, en un primer momento, los niveles de conflictividad, ya que el mapa del mundo posterior a la Guerra Fría aparece punteado de zonas de conflicto y de guerras. El Uppsala Conflict Data Project considera “conflicto armado” cualquier contienda manifiesta por el gobierno de un estado, por la posesión de un territorio, o por ambos, en la que el uso de la fuerza armada por la parte implicadas –de las que al menos una es el gobierno de un Estado- provoca un mínimo de 25 muertos. Según el mismo organismo una “guerra” es aquel conflicto armado que provoca más de 1.000 muertos en combate en un solo año. De los 229 conflictos armados en 148 países para el período posterior a la Segunda Guerra Mundial (1946-2003), 46 alcanzaron el nivel de máxima intensidad (guerra), 14 fueron de intensidad media y el resto, 56, de orden menor. A comienzos de la década de 1990, el número total de conflictos armados aumentó de manera rápida respecto al período anterior. Con todo, hacia mediados de la misma década, el nivel de conflictividad empezó a caer de manera significativa. En el año 2003 se registraron 29, mientras que en los dos años anteriores fueron respectivamente de 35 y de 31. En el momento de máxima conflictividad del período posterior al fin de la Guerra Fría, el número ascendió a 51 (1991). Algunos países padecen más de un conflicto (en África: Angola, Etiopía, Níger, Sudán; en Asia; Camboya, Filipinas, India, Indonesia, Myanmar, Sri Lanka; en Europa: la antigua Yugoslavia, Georgia, Rusia). 3.2. Distribución y evolución de la conflictividad por áreas geopolíticas. Durante los catorce años del período 1990-2003, los conflictos se concentran en África y en Asia, de la misma manera que ya sucedía desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con la información proporcionada por el SIPRI -Stockholm International Peace Research Institute- sobre la distribución de los conflictos “de mayor gravedad” podemos destacar que: África registró 19 conflictos en los años 1990-2002 (Argelia, Angola, Burundi, Chad, Etiopía –Eritrea-, Eritrea-Etiopía, Guinea-Bissau, Liberia, Marruecos, Mozambique, República del Congo, República Democrática del Congo –dos conflictos-, Ruanda, Somalia, Sudáfrica y Uganda). Aunque se produjo una importante reducción del número de conflictos en África desde 1991 a 1996, los sucesos acaecidos en la región de los Grandes lagos, en África Central, hicieron aumentar los tres del año 1996 a once en 1998 y 1999, el mismo número que los contabilizados en los años 1990 y 1991. La conflictividad se redujo durante los años 2000-2002. Eritrea y Etiopía protagonizaron la única colisión entre estados del período 1990-2001. Estos conflictos se caracterizan por un fuerte componente identitario, con importantes desplazamientos (internos y externos) de población, y por presentar una dimensión regional, ya que en al menos siete de los conflictos internos de los años 1990-2002 se produjo una intervención militar por parte de algunos estados: Angola, Guinea-Bissau, República del 16 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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Congo, República Democrática del Congo, Sierra Leona y Somalia. En el año 2003, se añadieron a los anteriormente indicados los conflictos de Costa de Marfil, Senegal y Sudán. En América, encontramos 5 conflictos en el período 1990-2002 (Colombia, El Salvador, Guatemala, Perú y Estados Unidos –gobierno de Estados Unidos y Al Qaeda-). De los cuatro principales registrados en el año 1990, dos permanecían activos en el año 2003. No se han producido en América contiendas importantes entre estados durante el período con excepción del conflicto fronterizo ente Ecuador y Perú, en enero de 1995. Los conflictos de esta región ni tienen relación directa con problemas de naturaleza identitaria o con intentos secesionistas, aunque en el caso de Guatemala, algunos grupos guerrilleros incluyen el hecho étnico en el discurso revolucionario con el objetivo de movilizar a las comunidades indígenas (especialmente por parte de la Organización del Pueblo en Armas y del Ejército Guerrillero de los Pobres; en menor medida en el caso del Partido guatemalteco del Trabajo y de las Fuerzas Armadas Rebeldes). Más bien están relacionados con grupos poscritos por el Estado por su vinculación al tráfico de drogas o por posicionamiento social anticapitalista. En Asia se han detectado 17 enfrentamientos armados graves en el período 19902002 (Afganistán, Myanmar –Kachin; Karen y Shan-, Camboya, Filipinas –Mindanao-, India –Cachemira-, India –Punjab, India –Assam-, India-Pakistán, Indonesia –Timor Oriental, Aceh-, Nepal, Sri Lanka – Tamil- y Tadjikitstán)etc.... Prácticamente todos continuaban en el año 2003. India y Pakistán chocaron de nuevo durante el período 1990-2002. En el conflicto interno de Tadjikistán (activo en los años 1992-1996) y en el Afganistán (en el año 2001) constatamos la intervención de otros estados con tropas regulares. De la misma manera que en Oriente Medio, la mayoría de los conflictos se iniciaron mucho antes de los años 1990. En Asia Central, los conflictos tienen relación con la desintegración del imperio soviético y presentan un fuerte componente identitario y secesionista. En estos casos, las luchas entre facciones son, también muy importantes. En Europa, hubo un total de ocho conflictos durante el período 1990-2002 (Azerbaiján, Bosnia-Herzegovina, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Georgia, Rusia, La República Federal socialista de Yugoslavia –Croacia- y la República Federal de Yugoslavia –Kosovo-). El número anual ha descendido desde el año de máxima intensidad (1993), a cinco. El único conflicto armado importante en Europa en los años 2002 y 2003 era el de Chechenia (Rusia). Todos los enfrentamientos tenían relación con la desintegración de la Unión Soviética y Yugoslavia, y no se produjeron conflictos mayores entre estados. En cinco de los ocho conflictos en Europa en el período 1990-2002, otros estados intervinieron mediante el envío de tropas regulares (Azerbaiján, los dos conflictos en Bosnia-Herzegovina, Croacia y la República Federal de Yugoslavia, Kosovo). Se han registrado nueve conflictos en Oriente Medio en el período 1990-2002 (Irán, Irán –población kurda-, Iraq, Iraq –población kurda-, Iraq-Kuwait, Líbano, Turquía y Yemen). Su número aumentó en 1990 y en 1991, pero la cifra permaneció prácticamente estable hasta experimentar una caída en 1997 y un nuevo descenso más intenso en 2002. Los conflictos más importantes en la región en 2002 han permanecido activos durante la mayor parte de estos años. Hubo tres confrontaciones entre Estados (Iraq-Kuwait) en 1991, 17 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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Estados Unidos-Afganistán y entre Iraq y una coalición liderada por Estados Unidos para finalizar con la ocupación de Kuwait, en 1991, que se prolongó con acciones de castigo puntuales los años posteriores y la invasión de Iraq por Estados Unidos, Gran Bretaña y varios aliados más, en 2003. En las luchas internas del Líbano intervinieron otros estados, en 1990, con el envío de tropas. 3.3. Causas de la conflictividad. No hay dos sociedades que hayan generado conflictos de manera absolutamente idéntica, ni éstos han seguido las mismas pautas una vez iniciados: la variabilidad es la norma. En opinión de Dan Smith, director del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, tan sólo se necesitan dos cosas para que estalle un conflicto: la existencia de un desacuerdo y los medios para luchar. La naturaleza del desacuerdo y los factores que desencadenan la violencia a partir de dicho desacuerdo son extraordinariamente diversos. Es esta diversidad de causas posibles lo que dificulta la comprensión de las guerras. Las explicaciones unilaterales, monocausales, no son apropiadas para la explicación de los fenómenos sociales complejos, como los conflictos, las guerras civiles, las rebeliones, los movimientos armados. No hay una sola causa que, por sí sola y por importante que pueda parecer, sea responsable de un conflicto armado. La cuestión básica que debemos plantearnos no debería ser en ningún caso cuál de las causas que concurren en un conflicto armado es la más importante, sino cómo interactúan las diferentes causas –estructurales, coyunturales, factores desencadenantes- en cada caso, según las circunstancias concretas (políticas, sociales, económicas, culturales...) de cada zona del mundo donde estallan y las opciones que toman, en momentos cruciales, los diferentes protagonistas. Alguien (en plural), en última instancia, es responsable de movilizar a la población y de instrumentalizar políticamente las diferencias (de cualquier tipo, especialmente las étnico-culturales y religiosas) y las tensiones que siempre existen en cualquier colectividad y entre otras colectividades. Con todo, podemos establecer correlaciones significativas entre diversas variables y la conflictividad, a nivel mundial. Por ejemplo, los conflictos armados son más frecuentes en los países más pobres, como señala P. Collier ( The Bottom Billion: Why the poorest countries are falling and what can be done about it. 2007 y Comprendiendo las guerras civiles. Evidencias y análisis, 2005), y donde imperan sistemas políticos y económicos arbitrarios. La explicación es obvia: por una parte, los sistemas represivos no ofrecen vías para resolver de manera pacífica los problemas y, por otra, las sociedades que presentan una distribución injusta de la riqueza son potencialmente más inestables y propensas al estallido de conflictos violentos. La pobreza acrecienta la probabilidad de guerra civil. Muchos autores han denunciado que las consecuencias negativas de la globalización: desarrollo de tráficos ilícitos, propagación de enfermedades, degradación del medio ambiente, agravamiento de las desigualdades a nivel mundial y dentro de muchas sociedades; circunstancias todas ellas que golpean con fuerza a muchas poblaciones, comunidades y Estados y crean inseguridades e incertidumbres. Éstas son percibidas como amenazas a la seguridad internacional. 18 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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3.4. Características de los conflictos armados actuales. 3.4.1. La mayoría de los conflictos son internos. Durante la última década del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, la mayoría de los conflictos armados y de las más de cuarenta guerras activas en el mundo, son internos: tan sólo se han producido siete conflictos entre estados en el período 1989-2013: IraqKuwait (1990-1991); EE.UU. y coalición contra Iraq; EE.UU. y coalición contra Afganistán; India-Pakistan; Etiopía-Eritrea; el conflicto fronterizo entre Ecuador y Perú, que provocó más de 300 muertos en enero de 1995; la guerra entre Armenia y Azerbaiján por el control de Nagorno-Karabaj, especialmente grave en los años 1992-1994. Por tanto, las guerras convencionales, es decir, entre estados, son escasas. La mayoría de los conflictos internos transcienden sus fronteras, básicamente en dos sentidos. En primer lugar, porque la intervención en los mismos de potencias regionales o internacionales en defensa de sus intereses geopolíticos, apoyando a alguna de las partes enfrentadas, o interviniendo para imponer un acuerdo pacífico, en nombre de la seguridad y de la estabilidad regional, es moneda corriente. Ejemplos en esta línea serían la intervención en el conflicto de la República Democrática del Congo de Uganda, Ruanda y Angola; Estados Unidos, Arabia Saudí, Pakistán e Irán en Afganistán; Sudáfrica en Angola, etc. Un ejemplo lo tenemos en la intervención de la OTAN en el conflicto Libia o en la indecisión desde hace unos años para intervenir en Siria. Más clara es la intervención rusa en Ucrania o de la comunidad internacional ante el ISIS (Estado Islámico) (2014) En segundo lugar, porque los desplazamientos de personas que buscan refugio en países vecinos, el comercio de armas, los tráficos ilícitos de todo tipo, la utilización de territorios próximos como refugio por parte de grupos armados, la actuación de las diásporas desde estados lejanos, etc., refuerzan la dimensión internacional de estos conflictos internos. Algunos de los conflictos armados actuales se desarrollan dentro de estados en vías de desintegración. Son los que los analistas califican de “zonas grises”, las “entidades caóticas ingobernables” o los “estados en quiebra” o “fallidos”. Ejemplos son, entre otros: en el África subsahariana, en general (Liberia; Zaire-Congo; Sierra Leona; Somalia); en las zonas bajo control del narcotráfico en la América andina y amazónica (Colombia, Perú, Bolivia, Amazonia brasileña); en Asia (narcotraficantes y/o “señores de la guerra” talibanes en Afganistán); en Tailandia, Myanmar, Laos, Indonesia; en Sri Lanka (provincias tamiles); en los Balcanes; en el Cáucaso (Georgia, Armenia, Azerbaiján, Chechenia). La autoridad del estado puede hundirse completamente, como en el caso de Somalia, Sierra Leona o Liberia, durante los años 1990, o en Georgia en el año 1997 o en los países norte africanos y Siria en la llamada primavera árabe (2011-13). O de manera menos dramática, un estado puede perder el control tan sólo de una parte de su territorio, como por ejemplo, el caso de Rusia respecto de la república separatista de Chechenia, de Colombia sobre la región norte del país o de Sri Lanka sobre sus provincias tamiles. Más actuales son los citados 19 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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conflictos de la desintegración de Ucrania por las intenciones secesionistas de las provincias prorusas del Este, entre ellas Crimea, declaraciones unilaterales de independencia que han llevada a lo que se puede llamar guerra civil. 3.4.2. Son conflictos de larga duración. Aunque el fin de la Guerra Fría vio emerger nuevas guerras civiles, especialmente en las periferias de antiguos imperios (Unión soviética, Imperio otomano), la mayoría de conflictos armados tienen raíces mucho más lejanas. Los viejos conflictos persisten: un 66% de los conflictos duran desde hace más de 5 años y más del 30% tienen una antigüedad de más de 20 años. La mayoría de dichos conflictos se caracterizan por su componente identitario (étnico; religioso; cultural). En muchos casos, los problemas provienen del “legado colonial” (imposición de modelos “occidentales” de soberanía y de división territorial...) y suelen aparecer en países “en vías de desarrollo”, o “en transición política” o, finalmente, sometidos a procesos rápidos de modernización. Un elemento común a todos ellos es la pérdida de legitimidad del estado, incapaz de institucionalizar vías adecuadas para la resolución de los conflictos de todo tipo (sociales, económicos y políticos) que surgen en contextos de crisis (crecimiento demográfico, escasez de recursos) y sometido a represiones externas de dependencia (H. Miall, O. Ramsbotham y T. Wooshouse, 1999). 3.4.3. Cambios y permanencias en los conflictos actuales. Desde hace unos años, diversos analistas de la conflictividad mundial han creído percibir cambios significativos en las características y en las formas de “hacer la guerra” con relación a las que predominaban en la época de la Guerra Fría e incluso con las de la primera mitad del siglo XX. Entre los más relevantes, podemos citar a M. Van Creveld ( El auge y el declive de los Estados, 1999), M. Duffield (Gobierno mundial y nuevas guerras. La convergencia del desarrollo y la seguridad, K.J. Holsti, H. Münkler... Este último, por ejemplo, encuentra numerosas semejanzas entre estos conflictos armados y la Guerra de los Treinta Años, que ensangrentó la Europa del siglo XVII. Otros autores establecen analogías con las guerras medievales. En todo caso, las diferencias entre los conflictos actuales y las de otras épocas históricas son también notables. ¿Qué rasgos diferenciarían las “nuevas” guerras de las “antiguas”? Podemos destacar diferencias notables en lo que se refiere a los objetivos políticos, que estarían más centrados en la consolidación de nuevas formas de poder basadas en la homogeneidad étnica que en los intereses del estado en política exterior. También se habría producido una pérdida de las referencias ideológicas centrales de la Guerra Fría. Las “nuevas guerras” no responderían, por regla general, a condicionantes ideológicos como los que predominaban en la inmediata descolonización. El nacionalismo, el socialismo y la democracia todavía forman parte de la retórica política, pero ya no vertebrarían ni los comportamientos ni las actitudes políticas. Los enfrentamientos 20 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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son “locales” y se encuentran directamente determinados –salvo el terrorismo transnacional- por condicionantes geopolíticos particulares (J.-M. Balencie) Pero las diferencias más notables tendrían relación con las formas de movilización, con la manera de hacer la guerra y con los sistemas de financiación, con las “economías de guerra”. En el primer caso, el temor, la corrupción, la instrumentalización política de las diferencias étnico-culturales y religiosas y de los medios de comunicación habrían sustituido al reclutamiento o a la apelación al patriotismo por parte de las autoridades. En una encuesta realizada en Kenya, por ejemplo, un 82,4% de los ciudadanos consultados manifestó que su gobierno fomentaba los conflictos étnicos para dividir a la oposición. Los gobiernos militares de Nigeria más recientes se han servido del federalismo para fomentar y manipular escisiones entre facciones... (W. Reno). En cuanto a la manera de hacer la guerra, se habría producido la privatización de la fuerza armada, de la violencia. Ya no serían los ejércitos tradicionales los responsables del control de las operaciones, por lo que los límites de la guerra se habrían vuelto más imprecisos. Ya no predominarían las campañas organizadas con frentes bélicos bien delimitados, con armas de guerra pesadas; las declaraciones de guerra oficiales serían inexistentes...En su lugar encontraríamos frentes dispersos y fragmentados, batallas que nuca serían decisivas. En lugar de soldados regulares predominarían los grupos criminales y paramilitares, los mercenarios, los niños soldados. Un conjunto de transformaciones explicables, en parte, por el bajo costo de este tipo de guerras y por la disponibilidad de armas ligeras, que no exigirían períodos largos de formación. En este tipo de guerras, las atrocidades (la limpieza étnica, los asesinatos y violaciones sistemáticas, tendentes a aterrorizar y humillar a la población, el hambre, los desplazamientos forzosos) se convierten en estrategias de guerra, que afectan especialmente a las mujeres. La negociación de acuerdos de paz es difícil y cuando se consiguen no suelen ser respetados. Se conculcan sistemáticamente las prohibiciones, las restricciones y las regulaciones que impone el derecho internacional (convenciones de La Haya y de Ginebra). Tenemos, en último lugar, las denominadas economías de guerra. Con el fin de la Guerra Fría, la pérdida progresiva de los santuarios humanitarios fronterizos y de los recursos políticos y económicos que proporcionaban las grandes potencias, ha llevado a los movimientos armados a luchas por los recursos internos disponibles (humanos y materiales). En estos casos, el esfuerzo bélico se financia a través de “economías paralelas”, que incluyen prácticas planificadas de depredación de los recursos internos (exportaciones no oficiales de madera, metales preciosos, oro, diamantes, minerales, tráfico de drogas, yacimientos petrolíferos y negocios criminales) y de la población civil, que constituye un objetivo prioritario de guerra y que es sometida a todo tipo de extorsiones. Al mismo tiempo, los recursos puede provenir del exterior: estados aliados, multinacionales, diásporas, apropiación de la ayuda humanitaria... Contrariamente, los estados enfrentados en las guerras tradicionales financian sus esfuerzos bélicos mediante la recaudación de impuestos, la movilización de recursos por el estado y los préstamos exteriores. 21 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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Estos nuevos métodos de apropiación de recursos permiten prolongar la duración de los conflictos. Diversos grupos de intereses consideran que renunciar al uso de la fuerza comporta desventajas y no están interesados en conseguir la paz o mantenerla: los niños soldados, por ejemplo, pueden preferir utilizar las armas a sobrevivir mendigando, sectores de la población vivir del contrabando, el crimen organizado controlar las autoridades o hacerse directamente con el poder, los señores de la guerra desviar en beneficio propio la ayuda humanitaria... Algunos de los conflictos, como los de Bosnia, Cáucaso, Chechenia, Kosovo, Liberia, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Libia, Siria, Ucrania, ISIS en Irak, Siria… y algunos más, presentan muchas de las características antes señaladas y encajan relativamente bien en el modelo de “nuevas guerras” a que hacen referencia los autores mencionados. Pero la tipología de los conflictos bélicos actuales es más rica y compleja. Junto a este tipo coexisten conflictos que no encajan en este modelo, guerras tradicionales entre estados, y guerras “de nueva generación” (basadas en el ordenador, en la información), como las libradas por Estados Unidos en Afganistán e Iraq. (Alvin Toffler y Heidi Toffler Las guerras del futuro: la supervivencia en el alba del siglo XXI, Circulo, 1994 ). Por otra parte, cabe señalar que algunas de las características de los conflictos armados que se aducen para pregonar la “transformación de la guerra” (M. Van Creveld) se pueden encontrar en muchos de los conflictos activos en los años 194589, como, por ejemplo, los de Afganistán, Angola, Biafra, Camboya, Somalia, Sri Lanka, Sudán, Israel-Palestina y tantos otros. 3.5. Las guerras asimétricas: la amenaza del terrorismo internacional. Como ya hemos tenido ocasión de comentar, el recurso a la fuerza armada con objetivos políticos tiende a atenuarse a nivel mundial, pero, ¿es el mundo de hoy más seguro? No puede negarse que existe, en muchas partes del mundo, un sentimiento de inseguridad creciente. En los países occidentales, una parte de esta inseguridad viene motivada por la amenaza terrorista internacional ¿Qué peligros encierra esta amenaza de cara al futuro? De acuerdo con B. Courmont y D. Ribnikar, (Las guerras asimétricas, conflictos de ayer y hoy, terrorismo y nuevas amenazas, 2002) mientras que los Estados actualmente más fuertes y poderosos han de basar su superioridad en los terrenos técnicos y militares y se ven obligados a respetar un mínimo de normas y de reglas que fija el derecho internacional, los más débiles recurren a cualquier procedimiento para luchar contra los primeros. Los actores asimétricos pueden convertir su “debilidad” en una ventaja incuestionable y eludir e incluso aprovechar la misma fuerza de su adversario para causar daños muy elevados (en número de víctimas y en capacidad devastadora), como pusieron de manifiesto los atentados del World Trade Center en Nueva York (1993), el de Nairobi (1998), el de Mombasa (2002), el de Casablanca (2003), el del 11 de marzo de 2004, en Madrid, los del 7 de julio en Londres entre otros y, sobre todo, los del 11 de septiembre de 2001 en Washington y en Nueva York. Aunque donde más atentados 22 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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perpetran estas organizaciones terroristas en los países en conflicto o “pacificación” como Siria, Irak o Afganistán y no en los países occidentales que intentan que estas organizaciones no tengan el poder político y sobre todo bélico para que la guerra o los atentados no afecten a sus ciudadanos, sobre todo, dentro de sus fronteras. Más allá de la actualidad y de las consecuencias de estos últimos, la asimetría actual encuentra sus orígenes en el desequilibrio de las sociedades. En conjunto, la desigualdad y el desequilibrio de fuerzas se ha acentuado a nivel mundial desde el fin de la Guerra Fría, hasta el punto que los “focos de tensión” se multiplican y agravan y ponen en peligro la estabilidad internacional. Son los marginados por la “comunidad internacional” los que constituyen el núcleo de los que, en el futuro, pueden optar por la guerra asimétrica para dar a conocer sus reivindicaciones o exigencias. Los medios asimétricos permiten hoy alcanzar una capacidad destructiva hasta ahora desconocida, gracias a las oportunidades que proporciona la globalización y la mundialización económica: la opacidad del sistema financiero mundial, las tecnologías de la información y de la comunicación, las organizaciones en red, las facilidades que existen para la circulación de personas y bienes... Hay que plantearse seriamente los peligros potenciales que pueden representar estos conflictos en un futuro en que los “débiles” –transnacionales o no- podrán disponer de armas de destrucción masiva, nucleares, químicas o biológicas. El ejemplo del atentado con gas sarin en el metro de Tokio (1995), perpetrado por la secta budista Aum Shinrikyo, que provocó 12 muertos y lesiones a miles de personas, pudiera ser una premonición. La amenaza del terrorismo internacional ha reforzado el protagonismo de Estados Unidos en las relaciones internacionales. Sin embargo, en su búsqueda obsesiva de seguridad y con el objetivo de defender prioritariamente sus intereses, en ocasiones al margen del derecho internacional, han generado una mayor inseguridad internacional. El protagonismo estadounidense quedó perfectamente reflejado en la intervención de Paul Wolfowicz, subsecretario de Defensa de Estados Unidos, en la Conferencia sobre Política y Seguridad, celebrada en Munich en 2002, al explicar que la campaña antiterrorista estadounidense se basaba en el más absoluto unilateralismo y que representaba una ruptura radical con el sistema de alianzas hasta entonces imperante. Las intervenciones en Afganistán, Irak, las amenazas a Irán y Siria, o la más reciente al ISIS, –componentes del “Eje del Mal”, según EE.UU., son ejemplos de los pasos dados por EE.UU. en esta dirección. Mención especial merece el ISIS por ser de mayor actualidad. Surgió como una organización terrorista próxima aAl Qaeda para hacer frente a la Invasión de Irak de 2003, siendo dirigida por Abu Musab al Zarqaui. Tras su muerte, el nuevo líder, Rashid alBaghdadi, bajo la tutela de Osama bin Laden, se expandió por varias provincias de Irak. Durante este tiempo se proclamó como Estado Islámico de Irak, y su cuartel general se encontraba en la ciudad de Baquba. El Estado Islámico de Irak fue responsable de la muerte de miles de civiles iraquíes, así como de miembros del gobierno iraquí y sus aliados internacionales. Debido al apoyo militar 23 Tema 69 Regímenes políticos y sus conflictos internos en el mundo actual. Principales focos de tensión en las relaciones internacionales.

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de Estados Unidos al gobierno de Nuri al-Maliki, el grupo sufrió varios reveses, incluida la muerte de Rashid al Baghdadi, pero la organización se renovó durante la Guerra Civil Siria, pasando a ser conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL ISIL o ISIS) o bajo su acrónimo árabe DAESH. El siguiente y actual líder, Bakr al-Baghdadi, cortó los lazos con Al Qaeda y declaró, en 2014, la independencia de su grupo y su soberanía sobre Irak y Siria, autoproclamándose "Califa Ibrahim del Estado Islámico". Como conclusión, podemos decir que la gestión de los asuntos mundiales es un foco de intensas controversias. La situación actual es demasiado compleja, incierta y dinámica como para recurrir a soluciones simplistas, por tanto, parecería lógico abandonar las vías únicas para responder a las amenazas que afrontamos en la actualidad. BIBLIOGRAFÍA  Kennedy, P. (1993), Auge y caída de las grandes potencias. Madrid (1993) Hacia el siglo XXI. Plaza y Janés.  Segura, A. (2004), Señores y vasallos del siglo XXI. Una explicación a los conflictos internacionales, Madrid.  Stiglitz, J.( 2002 ), El malestar de la globalización, Madrid  Salvadori, M.L. (2005), Breve historia del siglo XX, Madrid.  Kaldor,M.(2001), Las nuevas guerras. Violencia organizada en la era global, Barcelona.  Requejo Coll (1994), Las democracias. Ariel.  Cleveland, Harlan (1995) Nacimiento de un nuevo Mundo. El País-Aguilar.  Klare, Michael, (2003) Guerras por los recursos: el futuro escenario del conflicto global, Urano, eds.

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