Galeano, El Lector

El lector En uno de sus cuentos, Soriano imaginó un partido de fútbol en algún pueblito perdido en la Patagonia. Al equi

Views 97 Downloads 0 File size 438KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

El lector En uno de sus cuentos, Soriano imaginó un partido de fútbol en algún pueblito perdido en la Patagonia. Al equipo local, nunca nadie la había metido un gol en su cancha. Semejante agravio estaba prohibido, bajo pena de horca o tremenda paliza. En el cuento, el quipo visitante evitaba la tentación durante todo el partido; pero al final el delantero centro quedaba solo frente al arquero y no tenía más remedio que pasarle la pelota entre las piernas. Diez años después, cuando Soriano llegó al aeropuerto de Neuquén, un desconocido lo estrujó en un abrazo y lo alzó con valija y todo: - ¡Gol, no! ¡Golazo! -gritó- ¡Te estoy viendo! ¡A lo Pelé lo festejaste! -y cayó de rodillas, elevando los brazos al cielo. Después, se cubrió la cabeza: -¡Que manera de llover piedras! ¡Qué biaba nos dieron! Soriano boquiabierto, escuchaba con la valija en la mano. -¡Se te vinieron encima! ¡Eran un pueblo! -gritó el entusiasta. Y señalándolo con el pulgar, informó a los curiosos que se iban acercando: -A éste, yo le salvé la vida. Y les contó, con lujo de detalles, la tremenda gresca que se había armado al final del partido: ese partido que el autor había jugado en soledad, una noche lejana, sentado ante una máquina de escribir, un cenicero lleno de puchos y un par de gatos dormilones. Eduardo Galeano, Bocas del Tiempo 1. ¿Quién es el protagonista del texto? ¿Qué situación lo entusiasma y por qué? Ese sentimiento ¿es compartido por el resto de los personajes? ¿Por qué? 2. Investiguen quién es Soriano. ¿Cómo reacciona él ante el entusiasmo del desconocido? 3. ¿Falla alguna competencia en alguno de los personajes? ¿Ha habido un malentendido en alguno de los personajes? ¿Cuál es? ¿Por qué se debe?

La función del lector Cuando Lucía Peláez era muy niña, leyó una novela a escondidas. La leyó a pedacitos, noche tras noche, ocultándola bajo la almohada. Ella la había robado de la biblioteca de cedro donde el tío guardaba los libros preferidos. Mucho caminó Lucía, después, mientras pasaban los años. En busca de fantasmas caminó por los farallones sobre el río Antioquia y en busca de gente caminó por las calles de las ciudades violentas. Mucho caminó Lucía, y a lo largo de su vida iba siempre acompañada por los ecos de los ecos de aquellas lejanas voces que ella había escuchado, con sus ojos, en la infancia. Lucía no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería. Tanto le ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo. Eduardo Galeano, El libro de los abrazos.

1. ¿Lucía Pelaéz tiene una actitud parecida, contraria o complementaria a la del desconocido del primer relato? ¿A qué se debe? Si consideran que existe alguna diferencia, señalen cuál y justifiquen. 2. ¿Qué diferencias sobre la lectura podemos plantear en función de los dos relatos? 3. ¿Qué conclusiones podemos extraer sobre la lectura, su relación con el lector y el papel de estos?