Funciones y Estructura Familiar

Funciones y Estructura familiar Una de las características que distingue a la familia es su capacidad de integrar mucha

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Funciones y Estructura familiar

Una de las características que distingue a la familia es su capacidad de integrar muchas funciones en una única fórmula de convivencia. Eso no quiere decir que no haya otras formas de llevarlas a cabo. Todas las funciones que señalaremos a continuación se pueden realizar en el contexto de instituciones alternativas que a veces son totalmente ajenas a la esfera doméstica como sucede, de hecho, con la educación en las escuelas o el cuidado de personas mayores en asilos. Algunas de las principales funciones que la familia cumple son las siguientes: •

Económica. En ella cabe distinguir: mantenimiento de los miembros no productivos crematísticamente hablando; división de las tareas domésticas, como aprendizaje de la división del trabajo en el mundo laboral; transmisión de bienes y patrimonio (herencia patrimonial, jurídica, de estátus y de poder); unidad de consumo; evitación de igualitarismo estatal…



Reproductora. Toda sociedad regula las actividades reproductoras de sus adultos sexualmente maduros. Una manera de hacerlo consiste en establecer reglas que definen las condiciones en que las relaciones sexuales, el embarazo, el nacimiento y la cría de los hijos son permisibles. Cada sociedad tiene su propia combinación, a veces única, de reglas y de reglas para la transgresión de reglas en este campo. Esta regulación supone un control de las relaciones entre personas que, a su vez, contribuye de forma sustancial al control social.



Educativa-socializadora. El objetivo generalizado es la integración de los miembros más jóvenes en el sistema establecido, moralmente o jurídicamente.



Política religiosa. El adoctrinamiento en ambas parcelas es absolutamente misceláneo y variopinto.



Psicológica. Puede ir desde la satisfacción de las necesidades y deseos sexuales de los cónyuges, hasta la satisfacción de la necesidad y el deseo de afecto, seguridad y reconocimiento, tanto para los padres como para los hijos. También se incluiría el cuidado a los miembros de más edad. La protección psicológica descansa en la solidaridad del grupo. El Estado, sin embargo, interviene activamente con su gestión política. En España, por ejemplo, y sobre la base del artículo 39 de la Constitución, aparece como principio rector de la política social y económica que los poderes públicos

han de asegurar la protección social, económica y jurídica de la familia. Cuestión a parte es la implementación efectiva de esos principios. Por otro lado, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 16, también hace mención expresa a la familia en tono claramente proteccionista. •

Domiciliaridad. La función cosiste en establecer o crear un espacio de convivencia y refugio. Cuando la pareja se traslada a vivir con los padres de la novia o cerca de ellos, la situación se denomina matrialcal. Una pauta patrilocal se da cuando la pareja se traslada con los padres del novio o junto a ellos. La neolocalidad ocurre cuando la nueva pareja se instala en una residencia independiente. Los primeros casos implican un tipo de estructura extensa, el último, la nuclear.



Establecimiento de roles. Según las culturas y en relación directa con el tipo de economía prevaleciente, las familias varían en su estructura de poder y, en consecuencia, en la distribución y establecimiento de roles. Son patriarcales aquellas familias donde el marido toma las decisiones sin consulta ni discusión con los demás miembros. La fórmula patriarcal se constituyó en el tipo predominante de familia no sólo en las grandes civilizaciones de la Antigüedad, sino también en las instituciones familiares griegas y romanas, así como en la sociedad feudal, los antecedentes remotos de la familia occidental actual. De alguna manera sigue siendo la forma prevaleciente en la actualidad, aunque en fuerte tendencia hacia la configuración de una familia equipotestal ( cuando la estructura de poder es de tipo igualitario en que el marido y la esposa tienen los mismos derechos, aunque no sean necesariamente considerados como iguales en lo que respecta a la división del trabajo). Si es la esposa quien decide, la sociedad familiar se denomina matriarcal. Sin embargo, ambos casos, destancan en el criterio de autoridad.

TIPO DE FAMILIA Dada la diversidad existente, no podemos afirmar que todas las familias son iguales, por lo tanto, dado ciertos criterios de clasificación como el tipo de hogar[1], la composición de la familia, las relaciones de parentesco, entre otros; las familias se pueden dividir en: Familia nuclear:está integrada por una pareja adulta, con o sin hijos o por uno de los miembros de la pareja y sus hijos. La familia nuclear se divide en tres tipos de familias: Familia nuclear simple: integrada por una pareja sin hijos.

Familia nuclear biparental: integrada por el padre y la madre, con uno o más hijos. Familia nuclear monoparental: integrada por uno de los padres y uno o más hijos. Familia extensa: integrada por una pareja o uno de sus miembros, con o sin hijos, y por otros miembros, parientes o no parientes. Familia extensa biparental: integrada por el padre y la madre, con uno o más hijos, y por otros parientes. Familia extensa monoparental: integrada por uno de los miembros de la pareja, con uno o más hijos, y por otros parientes.

1. MODOS DE SER FAMILIA ) Como ya hemos visto hay diversos tipos de familia y por ello son múltiples las formas en que cada uno de sus miembros se relacionan y viven cotidianamente. Para entender un poco mejor los modos de ser familia a continuación veremos algunas de sus características más importantes. •

Familia Rígida : Dificultad en asumir los cambios de los hijos/as. Los padres brindan un trato a los niños como adultos. No admiten el crecimiento de sus hijos. Los Hijos son sometidos por la rigidez de sus padres siendo permanentemente autoritarios.



Familia Sobreprotectora: Preocupación por sobreproteger a los hijos/as. Los padres no permiten el desarrollo y autonomía de los hijos/as. Los hijos/as no saben ganarse la vida, ni defenderse, tienen excusas para todo, se convierten en "infantiloides". Los padres retardan la madurez de sus hijos/as y al mismo tiempo, hacen que estos dependen extremadamente de sus decisiones.



La Familia Centrada en los Hijos : Hay ocasiones en que los padres no saben enfrentar sus propios conflictos y centran su atención en los hijos; así, en vez de tratar temas de la pareja, traen siempre a la conversación temas acerca de los hijos, como si entre ellos fuera el único tema de conversación. Este tipo de padres, busca la compañía de los hijos/as y depende de estos para su satisfacción. En pocas palabras "viven para y por sus hijos".



La familia Permisiva: En este tipo de familia, los padres son Incapaces de disciplinar a los hijos/as, y con la excusa de no ser autoritarios y de querer razonarlo todo, les permiten a los hijos hacer todo lo que quieran. En este tipo de hogares, los padres no funcionan como padres ni los hijos como

hijos y con frecuencia observamos que los hijos mandan más que los padres. En caso extremo los padres no controlan a sus hijos por temor a que éstos se enojen. •

La Familia Inestable: La familia no alcanza a ser unida, los padres están confusos acerca del mundo que quieren mostrar a sus hijos por falta de metas comunes, les es difícil mantenerse unidos resultando que, por su inestabilidad, los hijos crecen inseguros, desconfiados y temerosos, con gran dificultad para dar y recibir afecto, se vuelven adultos pasivosdependientes, incapaces de expresar sus necesidades y por lo tanto frustrados y llenos de culpa y rencor por las hostilidades que no expresan y que interiorizan.



La familia Estable: La familia se muestra unida, los padres tienen claridad en su rol sabiendo el mundo que quieren dar y mostrar a sus hijos/as, lleno de metas y sueños. Les resulta fácil mantenerse unidos por lo tanto, los hijos/as crecen estables, seguros, confiados, les resulta fácil dar y recibir afecto y cuando adultos son activos y autónomos, capaces de expresar sus necesidades, por lo tanto, se sienten felices y con altos grados de madurez e independencia.

Estructura Familiar •



Un sistema es un conjunto de elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás que lo configuran. Ejemplo: Hay miles de ejemplos de sistemas en la naturaleza, desde una célula hasta una galaxia. Entre ellos, la familia es el caso que nos ocupa en este trabajo. Un sistema es cerrado cuando no intercambia materia, energía y/o información con su entorno. Ejemplo: Hay pocos ejemplos de sistemas cerrados en la naturaleza, dado que la mayoría están en interacción dinámica con su entorno. Aun así, una reacción química en un tubo de ensayo herméticamente sellado sería un caso de sistema (relativamente) cerrado.



Un sistema es abierto cuando intercambia materia, energía y/o información con su entorno. Por lo tanto, un sistema abierto es modificado por su entorno y al mismo tiempo lo modifica. Ejemplo: Todos los seres vivos (y agregados de ellos) son sistemas abiertos ya que las organizaciones celulares intercambian energía, materia e información con su entorno.



Totalidad o no sumatividad: "El cambio en un miembro del sistema afecta a los otros, puesto que sus acciones están interconectadas mediante pautas de interacción. Las pautas de funcionamiento del sistema no son

reducibles a la suma de sus elementos constituyentes" (Feixas y Miró, 1993, p. 258). Ejemplo: La independización de un hijo puede desequilibrar las relaciones entre sus padres si éste cumplía la función de mediador en los conflictos que se producían entre ellos (totalidad). Sin embargo, por separado ninguno de los miembros del sistema familiar desempeña el rol que le caracteriza en el sistema familiar (no sumatividad). •

Circularidad: Debido a la interconexión entre las acciones de los miembros de un sistema, las pautas de causalidad no son nunca lineales (en el sentido que una "causa" A provoque un "efecto" B), sino circulares en el sentido que B refuerza retroactivamente la manifestación de A. Ejemplo: Las demandas de mayor intimidad de un miembro de una pareja pueden chocar con las reticencias del otro, cosa que aumenta las demandas del primero y así sucesivamente.



Equifinalidad: Un mismo efecto puede responder a distintas causas. Es decir, los cambios observados en un sistema abierto no están determinados por las condiciones iniciales del sistema, sino por la propia naturaleza de los procesos de cambio. Esta definición no es válida para los sistemas cerrados, ya que éstos vienen determinados por las condiciones iniciales. Ejemplo: Por cuestiones meramente pragmáticas o contextuales, dos parejas pueden llegar a una forma de organización doméstica sumamente similar a pesar de que las familias de origen de los cuatro miembros que las componen sean extremadamente diferentes.

Un sistema se compone de subsistemas entre los que existen límites que tienen como objetivo proteger la diferenciación del sistema y facilitar la integración de sus miembros en él. Ejemplo: En un sistema familiar se dan los siguientes subsistemas; (A) Conyugal: entre los miembros de la pareja funciona la complementariedad y acomodación mutua: negocian, organizan las bases de la convivencia y mantienen una actitud de reciprocidad interna y en relación con otros sistemas. (B) Parental: tras el nacimiento de los hijos, el subsistema conyugal ha de desarrollar habilidades de socialización, nutritivas y educacionales. Se ha de asumir una nueva función, la parental, sin renunciar a las que se caracterizan al subsistema conyugal. (C)Filial: la relación con los padres y entre los hermanos ayuda al aprendizaje de la negociación, cooperación, competición y relación con figuras de autoridad y entre iguales. Los límites o fronteras familiares internas son identificables por las distintas reglas de conducta aplicables a los distintos subsistemas familiares. Ejemplo:

Las reglas que se aplican a la conducta de los padres (subsistema parental) suelen ser distintas de las que se aplican a la conducta de los hijos (subsistema filial). Así, normalmente los padres tienen más poder de decisión que los hijos. Los límites entre subsistemas varían en cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros. Límites difusos son aquellos que resultan difíciles de determinar; Límites rígidos son aquellos que resultan difíciles de alterar en un momento dado; Límites claros son aquellos que resultan definibles y a la vez modificables. Se considera que los límites claros comportan una adaptación ideal. Los límites difusos caracterizan a las familias aglutinadas; Los límites rígidos caracterizan a las familias desligadas. Las familias aglutinadas no tienen límites establecidos claramente y no saben cuál es el rol de cada uno de sus miembros. Características generales de las familias aglutinadas son: (a) exagerado sentido de pertenencia; (b) ausencia o pérdida de autonomía personal; (c) poca diferenciación entre subsistemas con poca autonomía; (d) frecuente inhibición del desarrollo cognitivo/afectivo en los niños; (e) todos sufren cuando un miembro sufre; f) el estrés repercute intensamente en la totalidad de la familia. Las familias desligadas se caracterizan por límites internos muy rígidos de forma que prácticamente cada individuo constituye un subsistema. Comparten muy pocas cosas y, por lo tanto, tienen muy poco en común. Las características generales de las familias desligadas son: (a) exagerado sentido de independencia; (b) ausencia de sentimientos de fidelidad y pertenencia;

(c) no piden ayuda cuando la necesitan; (d) toleran un amplio abanico de variaciones entre sus miembros; (e) el estrés que afecta a uno de los miembros no es registrado por los demás, (f) bajo nivel de ayuda y apoyo mutuo. Los límites pueden separar subsistemas del sistema familiar o a la totalidad del sistema del exterior. En este último caso, los límites exteriores se denominan fronteras. Las fronteras del sistema familiar vienen determinadas por la diferencia en la conducta interaccional que los miembros de la familia manifiestan en presencia de personas que no forman parte de la familia. El concepto de tríada rígida se refiere a las configuraciones relacionales paterno-filiales en las que el hijo se usa rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. Según Minuchin (1974), se pueden dar tres configuraciones de tríada rígida. (A) Triangulación: cada uno de los cónyuges trata de obtener el respaldo del hijo en su conflicto con el otro. (B) Coalición: Uno de los progenitores respalda al hijo en un conflicto planteado entre éste y el otro progenitor; esta situación tiene el efecto de crear un vínculo entre el progenitor defensor y el hijo para ir en contra del otro cónyuge. (C) La desviación de conflictos, que se produce cuando se define a un hijo como "malo" y los padres, a pesar de sus diferencias mutuas en otros aspectos, se unen en su esfuerzo para controlarlo o cuando se le define como "enfermo" y se unen para cuidarlo y protegerlo.

 REGLAS FAMILIARES. Son el conjunto de leyes con que se va construyendo el sistema familiar a lo largo del tiempo y a través de inevitables reajustes por tanteo y error. •

Son 3 tipos:



Reglas reconocidas (rr).



Reglas implícitas (ri).



Reglas secretas (rs).

 REGLAS RECONOCIDAS • Se han establecido explícitamente, de manera directa y abierta. •

Comprenden acuerdos en distintas áreas, como normas de convivencia, asignación de tareas, responsabilidad de ciertos papeles, expresión de necesidades personales, etc.

 REGLAS IMPLÍCITAS. • Estas reglas constituyen funcionamientos sobreentendidos acerca de los cuales, la familia no tiene necesidad de hablar de modo explícito. •

Se dan en la dinámica de la familia, aunque no se han verbalizado.

 REGLAS SECRETAS. • Estas son difíciles de descubrir al estudiar una familia. •

Son actos que tienden a desencadenar actitudes deseadas por quien manipula el resorte que los provoca.



También pueden bloquear las acciones de otro miembro.

MITOS FAMILIARES Los mitos familiares son parte de la cultura que posee una familia. Para su estudio, estos se dividen en 3:



A) Mitos de armonía: Presentan un rosáceo de la vida pasada y presente de la familia. Intentan hacer ver a los otros que son “familias felices”



B) Mitos de perdón y expiación: Tienen una estructura en la cual dicen que una o más personas (vivas o muertas) son las responsables de la situación actual de la familia.



C) Mitos de rescate: La base de este mito esta en la creencia de que todo sufrimiento puede ser borrado y alejado por la intervención de una persona omnipotente. Se espera que esa persona logre en su vida las metas que no pudieron alcanzar un padre, hermano, abuelo.

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Formas y estilos de educación familiar

Por Fernando de la Puente revista Padres y Maestros, No. 282,febrero de 2004..

La cultura, entendida como el modo de ser, la costumbre, el estilo de vida, moldea profundamente al sujeto a través de los procesos de comunicación y aprendizaje. El individuo no madura en el vacío, sino en un contexto socio-cultural concreto, que puede ser optimizante o degradante y cuyos efectos le acompañan casi toda la vida. La familia es el primer y más básico contexto. No hay dos ambientes o climas familiares iguales. En ciertas familias se habla, en otras abundan los silencios; en unas hay una rica expresión afectiva, en otras hay cierta frialdad...; hay normas o no las hay, hay flexibilidad o no, etc. Este aprendizaje de imitación es intenso en los primeros años del niño, gracias a la enorme flexibilidad de su cerebro. Las conexiones neuronales, según los expertos, se forman con mucha más rapidez en esas edades. Los centros de la emoción del cerebro juegan un papel importante. En el cerebro intermedio o di encéfalo (al fondo de esa hendidura que une las dos masas o hemisferios cerebrales) se encuentra el tálamo, donde hay una especie de almendra o amígdala, un centro implicado en el origen y regulación de las emociones. Entre las emociones básicas está la de sentirse querido, aceptado, lo cual va generando seguridad o inseguridad afectiva, capacidad de amistad, de empatía, de cooperación; o actitudes negativas en caso contrario. Recordemos que todas las actitudes tienen un componente afectivo. Si creces en un clima de amistad y cooperación, donde se rechaza la agresividad, aprendes amistad y confianza. Autores muy clásicos en educación familiar, como Georges Mauco, dicen que el niño es lo que son sus padres y educadores. La herencia, tan invocada para explicar el carácter dificil de un niño, juega un papel muy limitado. Un padre que ha desarrollado una excelente capacidad para las Matemáticas o gusto artístico, no necesariamente tendrá hijos con tales características; pero evidentemente el ambiente crea motivaciones y actitudes que ayudan a desarrollar esas capacidades. En concreto, la sensibilidad depende estrechamente del ambiente familiar. Los niños son afectiva y caracterialmente lo que son los padres, o lo contrario por oposición. Padres y madres nerviosos o tranquilos, ansiosos o confiados, que dudan de sí mismos o actúan con seguridad y calma, influyen decisivamente en que el niño tenga una sensibilidad inquieta o equilibrada. Si el afecto del padre o de la madre está mezclado de inquietud o agresividad, si su amor es de captación

en vez de ser de servicio, el niño tendrá probablemente sentimiento de no ser demasiado querido; y su inseguridad afectiva perturbará sus relaciones con los demás. Si los padres exigen a sus hijos satisfacciones que éste no puede dar, se producirá una decepción recíproca. La madre que espera manifestaciones de ternura y cariño, o el padre que exige comportamientos conforme a sus designios, corren el peligro de pedir a sus hijos más de lo que pueden dar. Y si además son padres que no se entregan suficientemente, que no ayudan, que no se implican, la decepción del niño puede ser muy seria. En general, todo niño inadaptado suele ser un niño cuya necesidad de cariño ha sido mal orientada o incluso significativamente ignorada. La maldad del "niño malo" suele ser la expresión de un sufrimiento. Los niños mal queridos, por defecto o por exceso, aman mal, no se aman a si mismos y no suelen tener confianza ni en ellos mismos ni en los demás. Por lo tanto, durante los primeros años de su existencia es cuando el niño adquiere ciertas actitudes y características básicas. Pero entonces, ¿no hay nada que hacer ya con su carácter? Afirmamos que siempre se pueden mejorar, suavizar o agravar las cosas. Para ello, y en primer lugar no llenarse de miedos ni culpabilidades. Se ha hecho lo que se ha podido, o se ha creído que era lo correcto, cuando el niño era pequeño. En segundo lugar, conviene analizar responsablemente cuál es nuestro estilo familiar. Veamos media docena de estilos, según una clasificación basada en la combinación de tres aspectos: control o autonomía, afecto o frialdad, implicación o dejadez. 1. Estilo autoritario o coercitivo Es una educación que insiste en el control, que educa desde el castigo y el poder, desde la dureza y la frialdad. Generalmente va acompañada de una baja implicación de los padres en la educación, es decir, hay poco diálogo o escucha, poca ayuda concreta en las dificultades del niño. Los hijos tratados con este estilo pueden reaccionar de dos formas. Si son de temperamento activo y fuerte, reaccionarán con agresiones, terquedad o huída (psicológica o física). Si se trata de naturaleza pasiva o sensible, reaccionará con evasión al mundo de los ensueños, o con incapacidad para entregarse a un trabajo sistemático, siempre distraído por su fantasía. 2. Estilo permisivo, anárquico o blando

Consiste en dejar hacer y no poner límites, lo cual genera un cierto relativismo de valores. Si todo está permitido, nada vale o todo se valora igual. El exceso de cariño y blandura produce niños que se dan maña para conseguir lo que quieren de los mayores, y al mismo tiempo se crían incapaces para enfrentarse a dificultades escolares y sociales. En la escuela pueden ser acusicas, pretencioso s o pelotilleros; u obstinados y agresivos, frente a la exigencia de un trabajo sistemático y duradero. Este estilo se relaciona bastante con el de los padres y madres superprotectores. Javier Elzo, en su libro "El silencio de los adolescentes ", editorial Temas de Hoy, dice que es normal que los padres sientan inquietud por lo que les pueda ocurrir a sus hijos, y en especial a sus hijas, en sus relaciones con amigos o novios. Dice que un padre, profesor y hombre del espectáculo, confesaba que "el mayor shock de mi vida no fue cuando vi a mi hija besarse con un chico en el portal de casa, aunque esto me dejó impactado; el mayor shock fue cuando le llegó el primer ramo de flores". Es normal la preocupación. El problema es la permanencia de una actitud súperprotectora que intenta detener el tiempo de maduración fisica, afectiva y sexual de los hijos. A veces, esos padres súper-angustiados suelen provocar pena a los hijos. Éstos les ocultan cosas o desfiguran sus comportamientos, no por vergüenza o miedo, sino por no causarles pena, para que no sufran. Son padres "protegidos" de la preocupación por sus propios hijos. 3. Estilo desigual o contradictorio Lo realizamos cuando decimos una cosa y hacemos otra. Cuando la madre impone un castigo y el padre lo levanta, o al revés. O cuando ambos son muy exigentes y luego se pasan los dos al otro extremo. O si uno de los padres es muy afectuoso y el otro muy frío y distante. Los niños reaccionan con actitudes ambivalentes. Se sienten atraídos o repelidos por el padre o la madre. Lo que no consiguen de uno lo consiguen del otro fácilmente, y de este modo va perdiendo los criterios sobre lo verdadero y lo bueno. En relación con este estilo, están los padres cómplices o los padres que provocan pena. Hay padres cómplices con los chicos y madres cómplices con las chicas, o viceversa. Uno de los dos se hace el liberal, complaciente, el amigote de los chicos o las chicas, frente al otro que pretende crear actitudes de disciplina y de

rigor. Uno transige, por dejadez o cansancio, y el otro es el que pone límites y para los pies a los hijos. 4. Estilo ambicioso Son los padres demasiado obsesionados por el logro de objetivos, por ejemplo, por conseguir determinado nivel en los estudios; preocupados por cómo sus hijos pueden llegar a ser hombres de provecho. A veces son padres frustrados que quieren que el niño tenga y pueda todo lo que ellos quisieron tener y poder. Con amenazas, severidad o adulaciones, quieren hacer de su hijo un modelo, sin tener en cuenta las verdaderas capacidades personales del niño. Los niños así educados no se mueven con la misma libertad que los otros, los niños corrientes, porque están siempre bajo la presión de exigencias excesivas. Viven ansiosamente la vida escolar porque no quieren defraudar a los padres ni perder el cartel de niño-modelo. Muchos pierden naturalidad y seguridad en sí mismos. 5. Estilo ausente (padres invisibles) Existe una dejación de funciones; ya está el colegio para educar, no tenemos tiempo para los niños pues estamos muy ocupados. Dicen que suele ser el caso de padres de niños no deseados dentro del matrimonio o nacidos fuera del matrimonio. Javier Elzo observa que éste era el modelo de padre varón, frecuente en otros tiempos, el padre missing. Hoy el padre está más en casa y se ocupa más de los hijos y por eso extraña más su ausencia. También sucede esto a la madre cuando trabaja, y la cosa se agrava cuando ambos tienen un horario irregular. Los niños viven esta ausencia de forma negativa. Por una parte tienen un ansia de cariño, reconocimiento. Por otra parte exteriorizan su rechazo llamando la atención con silencios, salidas de tono, comportamientos agresivos, amagos de anorexia. A veces provocan ser castigados por la persona a la que en realidad quieren y por la que no se sienten estimados suficientemente; son casos excepcionales, que sugieren tendencias masoquistas. Muy parecido es el caso de los padres que "dimiten" de educar aunque estén en casa; tiran la toalla y pasan de los hijos. Los temas sexuales, el alcohol, el dinero, el tiempo libre, todo son temas tabú. Son los padres que trabajan, pagan y callan. 6. Estilo de apoyo e implicación Parece ser el estilo de educación familiar más positivo. Hay un clima de diálogo y comunicación, pero también hay normas y límites, esto se hace así, esto está bien, esto es inadmisible, etc.; y a veces hay castigos.

Los niños perciben que no son números en casa, tienen su hueco personal en el hogar, se alaba su comportamiento personal, sus hechos; se les da apoyo afectivo; en suma, se sienten aceptados como son. En casa se explican los valores y los antivalores, es decir, hay una enseñanza moral familiar básica. Pero lo importante, es que ésta se realiza de un modo personalizado, con cada hijo/a, uno a uno, en diálogo afectivo y aplicado a su persona. ¿Por qué hay niños vacíos que no tienen o no entienden los valores? Porque les ha faltado esta educación básica. Hay una base moral y humana que solamente puede ser sólida si de verdad procede de la familia, porque ha sido generada emocionalmente afectando a la inteligencia emocional de los niños, a través de la ósmosis afectiva de la que muchas veces hemos hablado.