Frankl-Viktor-Psicoanalisis-y-existencialismo-pdf.

Viktor Emil Frankl. neurólogo y psiquiatra austriaco.Descripción completa

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Vrrton

E. FneNxr

Psicoanálisis y existencialismo

Treducción de Cdrlos Silyay José Mendoza

Primera edición en elemán, Primera edición en espaiol, Oct¿v¿ edición en ¿lemán, reüsada, Segunda edición en espaiol, Decimocuarta reimpresión,

1946 1950 1971

1978 2012

Edición conmcmorativ¿ del 60 aniversario de la colección,2008

Frenkl, Viktor E. Psicoandlisis y existencialismo / Vikor E. Fr¿nH ; tmd. de Cerlos Silva, José 2'ed. México : FCE, 1978 Mendoz¿. (Colec. Breviarios;27) 359p.;L7 x 11

-

SUMARIO

cm-

Tltulo origiml Aztliche

dutor

.

7

I. De la psicoterapia a la logoterapia

.

13

II. Del psicoanálisis al análisis existencial

.



Nota sobre el libro y el

Seelsorge

ISBN 978-968-16-0072-3

l. Ser.

Psico¿nálisis 2. Existenci¿lismo I. Silw, C¿rlos, tr. IL Mendoza, fosé, tr'

III.

IV t.

LC RC343 .F66

Dewey 082.1 8846V.27

III. De la confesión

se."i*f,1r".:::

. ,r,

Distribuci& mundial Título originel: árztliche SeeLsorge @ 1966, Fram Deuticke, Vien¿ D. R. @ 1978, Fondo de Cultum Económic¿ Carretera Picacho- Aiusco,ZZ7; 14738, México, D. F. Empresa certificada ISO 9001: 2008 Comenterios: editorial@fondodecultumeconomic¿.com www.fondodecr.rlturaeconomica.com Tcl. (55) 5227-4672 Fu (55) 5227-4694 §c prohfbc la reproducción total o parcial de esta obm, sea cu¿l fuere cl mcdlo, rln le anuencia por escrito del titular de los derechos.

tsSN 978-9ó8ró-0072-3

lmpruro cn Méxlco. Printed in Mexico

Índice gelrerdl

.

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NOTA SOBRE EL LIBRO Y ELAUTOR Este libro, que en el primer año de su publicación -L946conoció tres ediciones, se halla ya en la quinta. Algún comentarista se ha atrevido a decir que es "lo más importante" después de los libros de Freud. Aunque la afirmación

haya que recogerla culn grano sdlis, tampoco hay que dar que ha sido estampada en una revista üenesa.

olü-

El título alemán Seelsorge- presentaba -Árztliche difrcultades de traducción. De no fijarse en el contenido del libro y en su verdadera intención, podría haberse traducido, sencillamente, por psicoterapia. Teniendo en cuenta esa intención habría que traducirlo a la letra o poco menos: "cura de almas" médica o cura médica de olmas. Pero si la expresión alemana resulta muy concretemente evocadora no así la española. Por eso hemos tenido que dar un rodeo buscando en la contraposición Psícodndlisis y existencialbmo la e4presión sucinta de la temática dcl libro. Hemos desistido de otro título posible y acaso mds exacto: Más allá del psicoanálisis: el análisis existenexistencialclal, porque esta última expresión -análisis no lc dice todaüa gran cosa al público lector. Podríamos prolongar esta glosa titular diciendo que también cabría otro nombre, quizá el más sencillo y exacto de todos, logtterapia, que, sin embargo, no ha sido escogido por el Autor. Con esta aparente digresión enrevesada sobre los tltulos lo que pretendemos es poner al lector, de camino, en lo piste de este libro "nuevo".

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NOTASOBREELLIBROYELAUTOR

Más allá del psicoanáIisis freudiano y de la psicología individual adleriana, es decir, de casi toda la psicoterapia "muy siglo xx", pretende el autor establecer una psicoterapia "desde arriba", desde el nivel espiritual del hombre. Con el mismo sentido realista con que el psicoterapeuta no puede menos de apelar a la medicación cuando mira hacia abajo, tampoco podrá prescindir de un tratamiento "filosófico" si mira hacia arriba. Meior dicho, cuando se no sólo entonceshalle frente a la dolenci¿ psíquica

-y

tendrá que mirar al hombre entero. Ahora bien, en el hombre entero hay que distinguir, heurísticamente, tres capas, la somática, la psÍquica y la espiritual, en la que esta última ocupe una posición axial. Con la psicoterapia estricta no pasamos del terreno de la causalidad o de la teleología psíquica; con Ia logoterapia arribamos a lo especÍfrcamente humano, al campo dela responsabilidad.El hombre responde o tiene que responder ante las fatalida' des psíquicas lo mismo que responde ante las ñsiológicas o sociales. El hombre se enfrenta con un destino y tiene que moldearlo o aguantarlo para que sea sayo. Al psicoanálisis o análisis de lo psíquico se superpone el análisis existencial o análisis del "ser-hombre", de la existencia. En este sentido la postura del autor es existencialista,

pero sin epego a ninguna dirección determinada del llamado existencialismo. Aprovecha, sí, 1o que, de todas esas corrientes, se decanta como ontolo§ía de la existencia humana, como determinación analítica de la esencia humana, del "ser-hombre". Ya Binswanger había iniciado esta aplicación del análisis existencial a la psiquiatría tratando de profundizar las posibilidades de comprensión que la fenomenología le ofrecía para Penetrar en los estados psíquicos anormales con el concepto de "proyecto de

NOTASOBREELLIBROYELAUTOR

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mundo" y sus categorías fundamentales. Frankl desarrolla el intento de modo que, a despecho de su carácter inicial, se puede considerar como exhaustivo, pues, frente a todas las formas conocidas de psicoanálisis, va aplicando el análisis existencial a lo largo de toda la temática psicopatológica. Es lo más distante de un libro abstruso. Hay tal calor humano, tan rica es la experiencia que ilumina el aparato conceptual imprescindible, que apenas si se podría recomendar otro libro a quien desee enterarse de verdad de la mentalidad existencialista. Esto le hace doblemente aconsejable: para el lector profano y para el especialista, pues los dos pueden aprovechar, cada uno desde su ata@a,tento del análisis existencial generdl como del especial, en el que se estudia la neurosis de angustia, la compulsiva, la melancolía y la esquizofrenia. El doctor Viktor E. Frankl es director de la Sección Neurológica de Ia Policlínica de la Ciudad de Viena. Tiene a la espalda toda la experiencia terrible de la Europa Central durante la guerra, sin que falte el campo de concentración. La tónica nada ingenua pero profundamente optimista del libro la condensa el verso que sirve de título ¿r otra obra suya: . . .a pesar de todo, hay que decir sí a la ¡tida. Lo mismo que en el caso del libro de W Szilasi, ¿Qué es la cicncia? núm. rr-, tenemos que subrayar -Breviario ct'rmo una tendencia filosóñca que ha sido tachada de nihilista se presenta, en sus desarrollos específicos, como c x t raordinariamente afi rmativa. Otras obras de Viktor E. Frankl, todas ellas posteriorcs a la guerre, son: . . .trotzdem Ja zum Leben sagen; Zeit ttnd VerantwortunglTiempo y responsabilidadl; Die Psyclntherapie in der Praxis. Eine kasuistische Einfiihrungfür

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NOTASOBREELLIBROYELAUTOR

Introducción

ilrzte lLa psicoterapia en la práctica médica' ;;ir;;r'p"ra méiicosl, y Der unbedingte,Mensch fBl

que la que verteabsolutol. Estas obras' lo mismo la editorial vienesa Franz mos no§otros, han aparecido en und volk"' nrnl P»chylo1 fiir

;;;;t

ir."o.t . r":'v.rt"i

fugend

ertebtddsKonzentraüonslager[ExperienciasdeunP§1c9iogo.n un camPo de concentración]' En'Amanclus-rorProblem der Zeit lBl tion", Die Existenzanalyse und die tiempol' y ,riiiiri, .*ir,"ncial y los-problemas de nuestro Der unbewusste Gott [El Dios inconscientel'

A la memoria de

Turv

I. DE LA PSICOTERAPIA A LA LOGOTERAPIA ¿CóMo hablar de psicoterapia sin citar los nombres de un Freud y un Adler? Sería imposible, en efecto, tratar de problemas de psicoterapia sin tomar como punto de partida el psicoanálisis y la psicología individual y sin hacer constante referencia a ellos. Pues no en vano se trata de los dos únicos grandes sistemas en el campo psicoterapeútico. No es posible borrar mentalmente de la historia de la psicoterapia la obra de sus creadores, obra que podemos calificar de histórica en el mejor sentido de la paIabra, pero también en el sentido de lo que ha pasado ya a la historia, es decir, de lo que ha sido superado y sobrepasado por el curso ulterior de los acontecimientos. Ahora bien, aunque se trate o pueda tratarse de superar los principios del psicoanálisis o de la psicología individual, no hay más remedio que tomar sus doctrinas como base de las investigaciones. Stekel ha expresado la verdad con palabras muy bellas, al decir, refiriéndose a su actitud con rcspecto a Freud, que un enano encaramado sobre los hombros de un gigante puede dominar un campo visual m$yor que el gigante mismo. Las siguientes páginas persiguen el propósito de rebamr los límites de toda la psicoterapia, tal como ha venido clcsarrqllándose hasta aquí; mas, para ello, es necesario unte todo establecer claramente estos límites. Antes de uhordar el problema de si es realmente necesario y posit3

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DE LA PSICOTEMPIA A LA LOGOTERAPIA

ble superar tales límites, debemos dejar sentado que la psicoterapia se halla circunscrita, en efecto, a los límites que se trata de superar. Freud ha comparado la obra esencial del psicoanálisis a la desecación delZuider Zee: así como, en estas marismas, ha ido conquistándose al mar una extensión de tierras fértiles, el psicoanálisis va sustituyendo el "ello" por el "yo", o, dicho en otras palabras, va desplazando lo inconsciente por la acción de la conciencia; lo que se ha hecho inconsciente tiene que tornarse consciente mediante la cancelación de las "represiones". La obra del psicoanálisis consiste, pues, en anular el resultado de los actos de represión en cuya virtud se produce lo inconsciente. Vemos, pues, que el concepto de represión cobra, dentro del psicoanálisis, una importancia central, y concretamente, en el sentido de una limitación del "yo" consciente por obra del "ello" inconsciente. De aquí que el psicoanálisis vea en el síntoma neurótico lJna amenaza contra el yo, una despotenciación del mismo como conciencia, y esto hace que la terapia analítica se esfuerce por ir rescatando del campo de lo inconsciente los contenidos vivenciales reprimidos, para restituirlos al mundo de la conciencia, incrementando esí la órbita de poder del yo. Análogamente al concepto de represión en el psicoanálisis, vemos que en la psicología indiüdual desempeña un papel fundamental el concepto de arrangemezl (simulación). Con el drrdngernent trata el neurótico de exculparse. No se intenta convertir algo en inconsciente, sino descargarse de responsabilidad; el síntoma es quien tiene que cargar con la responsabilidad, descargando de ella al paciente. El síntoma, concebido como drrctngement, re-presenta para la psicología individual un intento de justi-

DE LA PSICOTERAPIAA LA

LOGOTERAPIA

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ficación del paciente ante l¿ comunidad o (como legitimación de la enfermedad) ante sí mismo. Pues bien, la terapia de la psicología individual se propone hacer al hombre neurótico responsable de su síntoma, incorporar el síntoma a la esfera de la responsabilidad personal, ampliar la órbita del yo mediante un incremento de responsabilidad. Vemos, por tanto, que la neurosis, para el psicoanálisis, representa en última instancia una limitación del yo cn cuanto conciencia, y,paru Ia psicología individual, una limitación del yo en cuanto responsabilidad. Ambas teorías incurren en una limitación concéntrica de su horizonte cientffico: en un caso, se limita concéntricamente a la conciencia delhombre, en el otro, a su responsabilidad. Pues bien, reflexionando imparcialmente sobre los fund¿mentos radicales del ser humano, vemos que la conc:lcncia y la responsabilidad constituyen precisamente los elos hechos fundamentales de la existencia humana. Lo eunl, traducido a una fórmula antropológica fundamentol, podría expresarse asi: ser-hombre equivale d ser-consdeute-y-responsable. Tanto el psicoanálisls como la psicolo¡!ía individual wn, por fanto, soldffiente uno de los lados ¡lrl ser-hombre, uno de los factores de la existencia humatta rolamente, cuando son los dos aspectos juntos y comhlrrrrdos los que ofrecen la imagen total y verdadera del Itonlbrc. Si nos fijamos en su punto de partida antropok'rglco vcmos que el psicoanálisis y la psicología individt¡r¡l ¡c contraponen; sin embargo, sus antagonismos se revelrtn, ya en este punto, como complementarios. Llegatlton, rtsí, con base en este análisis científico-teórico, a la rottclusión de que las dos doctrinas representativas en el tAlnpo dc la psicoterapia no son el producto de un azar

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DE LA PSICOTERAPIAA LA LOGOTERAPIA

DE LA PSICOTERAPIA A LA

producido en la historia del espíritu, sino que han surgi_ do, por el contrario, como resultado de una necesidad

sistemática.

Desde su punto de üsta unil¿teral, el psicoanálisis y la psicología individual tienen en cuenta solamente un lado del ser-hombre. pero hasta qué punto forman la respon_ sabilidad y la conciencia uná unidad armónica, lo refle¡a el hecho de que el lenguaje humano, el francés, el inglás y el español, por ejemplo, dispongan de palabras pareci_ das (con una raíz común) pr., .ip..r".'tanto .,cons_ la

ciencia" [Bewusstsein], como la ,,concienci a,, [Gewissen], esdecir, un concepto muy afín al de la .,responsabilidad,, [Verantwortlichkeit]. Esta unidad de la palabra nos remite

a

una unidad del ser.*

la responsabilidad

Que y la conciencia forman una unid¿d, integran la totalidaódel ser humano, es algo que puede ser comprendido ontológicamente. partiremos, a

este propósito, de Ia afirmación de que todo ser es siem_ pre, sustancialmente, un ser-otro. En efecto, todo Io que

podamos destacar en Io existente dentro de Ia restante plenitud del se¡ sólo podrá delimitarse por

el hecho de ser, en cada caso, diferenciable. Sólo mediante le referencia de u¡ ser a otro ser podemos constituir ambos. Lo preüo

siempre la

,.siendo

es

relación del ente como otra cosa que,,. Ser = ser-otro, es decir, ,.ser otro gue,,, por lo tanto, relación; en rigor, sólo la relación ..es,,.i ¡e aquí que podamos * La verdad de esta indiceción se revela por el hecho de que, para decir lo que dice el autor en alemán, hemos tenldo qu. ...r, t, p"t"l., "consciencia". i

el fenómeno .,roio,,no podría, en realidad, en rigor, existiría solemente la relacián .oript.ir:.ro¡o_u..a.,i que serÍa el verdadero fenómeno, el fenómeno;rsá. pu"s bien,

. Según lo que decimos, darse;

esta

LOGOTEMPIA

T7

también formular el pensamiento de este modo: todo ser es un

ser-en relación.

Ahora bien, este "ser-otro-que" puede darse tanto en el espacio como en el tiempo, es decir, simultánea o sucesivamente. La conciencia presupone, por lo menos, une coexistencia de suieto y objeto y, por tanto, un ser-otro dentro de la dimensión espacial; la responsabilidad, por el contrario, tiene como supuesto la sucesión de diferentes estados, Ia separación entre un ser futuro y el ser presente, es decir, un ser-otro en la dimensión temporal; un devenir-otro; relación en la que la voluntad, como agente de la responsabilidad, aspira a transformar un estado en otro. La copertenencia ontológica delapareja de conceptOs "ser con§ciente" y i'ser responsable" tiene, por tanto, iu raíz en el primer desdoblamiento del ser como un serotro en las dimensiones posibles de la coexistencia y de la ¡uccsión. Pues bien, el psicoanálisis y la psicología individual sólo enfocan, respectiyarnente, una de las dos posibiliáades de plantearniento antropológico basadas en circunstdntlas ontológicas. Pero señalada por nosotros la antítesis entre el psico-

enálisis y Ia psicología individual, ho se revela solamente rln (luflnto a su enfoque antropológico, es decir, en lo que ¡flrtnuckin se encuentra empíricamente corroborada por el hecho de rltt¡ rur cxistcn, en verdad, personas ciegas al color rojo aisladamente, tltlo rlemprc person¿s ciegas a los dos colores combinados, el roio y el yerel¡, Vlnlendo ahora a nuestro problem¿, le tesis expuesta por nosotros qur ll rclación del ente como "siendo otro" precede siempre al ser se

de

der¡tenrlc, cntre otras cosas, del hecho de que la física o la astronomíe, t'utt¡l Ilcncl¡ts dc "cosas" relacionadas entre sí, de "relatos", presuponen llelFxdrl{mcntc la matemática, como la ciencia de las relaciones. Y ai h¡hhr rle rchción no entendemos por tal una categoríe, sino que el rtrrntéPlo de rclación se entiende en un sentido ontológico.

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DE LA PSICOTEMPIA A LA

DE LA PSICOTERAPIAA LA LOGOTERAPIA

refiere a su idea acerca de lanatuteleza del hombre, sino que se acusa también en lo tocante a su enfoque psicopatológico, o sea en lo referente a la idea que une y otra disse

se hacen del hombre mentalmente enfermo; y también en este respecto se trata de antítesis que se completan mutuemente. El psicoanálisis, llevado de su pan-

ciplina

sexualismo, sólo da importancia, en última instancia, a los contenidos sexuales de las tendencias anímicas. Cierto que el psicoanálisis entiende la seiualidad en el sentido más amplio de la palabra, en sentido de libido. Este concepto v¿ extendiéndose, exageradamente incluso, hasta acabar abarcando, de un modo completamente general, toda la energía psíquica. Pero una generalización seme)ante pierde todo sentido. L¿ historia del pensamiento filosófico nos ofrece algo análogo en el solipsismo. También en este caso nos encontramos con que un concepto, el de lo psíquico, se va ampliando más y más, hasta que todo acaba siendo "psíquico", sin pensar que de este modo semeiante concepto pierde su sentido, ya que no existe

contraposición alguna entre lo psíquico y lo físico. Lo mismo ocurre con la afirmación de que todo es apariencia, fenómeno, representación, ya que, al desaparecer la verdad, la realidad y la cosa, caen por su base los conceptos antagónicos. Mientras que el psicoan:álisis circunscribe unilateral-

mente la realidad anímica a 1o sexual, incurriendo por tanto en una limitación en sentido material, es decir, con respecto a los contenidos de las tendencias psíquicas, la psicología individual comete, por su parte, el error de establecet en su aspecto psicopatológico, una limitación de orden formal. Pone en duda, en efecto, el carácter de autenticidad de las tendenci¿s anímicas, desde el momento

concr-eteme","'

en que sólo ve en ellas

19

t"

l^"::::::: -y' un srmple medio para Ia consecuclon

neuróticospor enfermefin, rrrr d,ffdngenen'oin'legitimación en el

mas

del

LOGOTERAPIA

dad. Verdad es que la psicotogia

iidividual no incurre ningún con-

;;;;.;;i.;r"rlitico át "o q'"ttt reconocer ;;;;il f;.t, del sexual; t"to"ott también

l¿,existencia poderío' voluntadde la como t-""",enidos, tales colectivila de sentimiento o eI .i¿.1* J. hr""rr" valer mayor rituez.l de posibles ded. Sin embargo, pese a la t"."1td'1,11]T: tergiversa-la contenidos que reconoce' expreslvo carácter el niega que t¡l como se presenta, ya y en espegeneral' en anímicos ¿iir",o de los fenómenos (Este error es evitado clcl de los fenómenos neuróticos' sin duda' la existenreconoce' el cual ;;;Ñ;"r"álisis, llamado enfermedad"' de cl¿ de un "motivo secundario perder sin pero janancia enfermedad' la

i. tit

i.riieri" ;;;;;;.;i"a

de rePresenten que los síntomas neuróticos utilice' de los se que de antes orlmariamente y' por tento' iuot como medio para fines neuróticos'

üil;;;;;Jid" psígenuina y directa de ciirtas tendencias lr expresión qulcrs,)

Volvemosaencontrarnos'pue§,conqueelpsicoanáli. piecisamente en las posicio,r* i i" pri".f"gía individual' ocupan, se complementan otia twt unilaterales que uno y ve solamente

uno de ellos ottlrc sí necesariamentt"Cad" medida' tiene razón; lo esa en ;;;i;i; áe la realidad' v' ;;;;;;t. es que sóIo'los dos asPectos iynlos ofrecen

ffi Ñ;; lnl modo

del aceecer anímico' A nuespresentan-en la realidad de tal '"at to que piensa eI psicoanáli

.o*pr"t" y total

de ver, Ias

tltttdo que

"o'""

contrario

-aI las tendencias

contenidos

psíquicas háy otros - cn figuran -,il"t,r,, a. los sexuales' conienidos que también

¡l¡

20

DE LA PSICOTERAPIAA LA LOGOTERAPIA

en los síntomas neuróticos, y que sa la psicología individual_'to,

_contra lo que pien,irrtom* neurOticos no son solamente medios para_un fin, sino qu"-r. pr.r.r-

tan también (por lo menos de un modo pr'imario) como expresión inmediata de las más diversas tendencias psí_

quicas. Esto_ es

importante, sobre todo cuando Ios modos se exrienden

, t._r,

de de psico_

DE LA PSICOTERAPIA A LA

LOCOTERAPIA

2T

ción mucho más radical que la ambición simple y corriente; por una aspiración que, por decirlo así; no se eontenta con los honores terrenales, sino que busca nada menos que "eternizarse", en una u otra form¿. Se ha acuñado la expresión psicología profunda; pero dcbemos preguntamos si no habrá llegado la hora de que

h existencia humana

sea enfocada también, dentro del

t"::T.Í:-? togu culturel.fsicopatología Así, por ejemplo, es inexacto que Ia creación artística o Ia experiencia ráligiosa oi"aurirn'rconteni-

ermpo de la psicoterapia, en todas y cada una de sus capas, no sólo en profundidad, sino también en altura, rebasando r¡1, deliberadamente, no sólo el nivel de lo físico, sino tnmbién de Io psíquico y englobando, por principio, el enmpo de lo espiritual. Hesta ahora la psicoterapia no nos ha dejado ver debi-

creaciones no representan, en verdad, nada auténtico, ql. son, simpremente, un medio para ra consecución de un fin, para huir de la realidad ,paraeva_ dirse de la vida o al servicio de otra t"ra"r"i] negativa

dlmente la realidad espiritual del hombre. Es conocida, Por e,emplo, otra antítesis entre el psicoanálisis y la psieologla individual: mientras que el primero contempla la rualldsd ¿nímica bajo la categoría de la causalidad, el hofllontc de la psicología individual se halla dominado por h eetcgoría de la finalidad. Y no puede negarse que la fr-

dos sexuales.reprimidos, como Io ¿firman con frecuencie pero es f¿lso, asimismo, lo que traran :.^rj^r]:_:-"-".ristas; qe nacernos creer ciertos autores adscritos al campo de Ia psicología individual, a saber: que todas esta, vivencias y

lr::j:,:.i::'1"o

cualquiera. Semejantes ideas sólo sirven para alterary deformar la imagen del hombre, conyirtiendo en objeto á, h antrop^rl,"g? una simple caricatura d.el ser lru*áno.lenía razón Scheler cuando, en una nota muy poco respetuosa, hacía noter.que la psicología individual, po..¡.rnfto, sólo era aplicable, en rigor, a un rrpo muy concreto de hombre: al arribista. Talvezno haya que irian lejos en Ia crítica; no obstante, nos inclinam