Francisco Suárez - Disputaciones Metafísicas (Vol.4) (1963, Gredos)

' DISPUTACION XXVIII LA PRIMERA DIVISION DEL ENTE EN ABSOLUTAMENTE INFINITO Y FINITO, Y OTRAS DIVISIONES EQUIVALENTES A

Views 129 Downloads 5 File size 58MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

'

DISPUTACION XXVIII LA PRIMERA DIVISION DEL ENTE EN ABSOLUTAMENTE INFINITO Y FINITO, Y OTRAS DIVISIONES EQUIVALENTES A ESTA

RESUMEN Esta disputación inaugura una nueva parte de las Disputaciones. Realizado el estudio del ente trascendental con sus propiedades~ ues forzoso -nos dice Suárez en el prólogo- descender a las razones concretas de los entes". uy no hay manera más fácil de realizarlo -continúa- que mediante las diversas divisiones del mismo ente". Hay que empezar por la división radical en infinito y finito, discutiéndose: l. Su legitimidad (Sec. 1). ll. Su suficiencia (Sec. 2). lll. Su univocidad o analogía (Sec. 3). sE-CCIÓN

I

Planteadas las dudas que pueden ofrecerse por su aparente vinculación a la cantidad (1) y por su expresión mediante términos oscuros (2), inicia el análisis de los términos de la división (3). La defiende luego como buena y necesaria (4) y como la primera y más evidente (5). Es equivalente a la di·oisión en ente a se y ente ab alio (6-7), ente necesario y contingente (8), aunque sea preciso aclarar muchos puntos sobre esta últ~mq división (9-12); equivale ·igualmente a la división en ente por esencia y ente por participación (13 ), ente creado e increado (14), ente en acto puro y ente potencial (15-16). Comparada la Primera con las demás ( 17), se explican con más detención sus miembros ( 18), cerrando .Za sección con la respuesta a las objeciones (19). SECCIÓN

!!

Propuestos los motivos de duda que sobre la suficiencia de esta división plantea el caso de las relaciones (1), el de Cristo (2) y el de los actos de la voluntad (3), se analiza la opinión de Escoto sobre la prioridad de la di·visión del ente en cuanto y no cuanto (4), la cual se refuta a base de ese mismo análisis y del de las consecuencias que implica (5-6). Defiende luego la sufictencia y adecuación de la división propugnCJ..da, sobre todo propuesta en los términos de ens a se y ens ab alio (7). Hace luego una larga exposición de las dificultades tomadas de las relaciones (8-13), del caso especial de !esucristo (14-15j y de los actos libres de Dios (16),

190 SECCIÓN

Disputaciones metafísicas III

. 1!-echazada la op~n~ó~ de los ~ue, teniendo por equívoca la noción de ente,

cah/tcan de t~l la dzvzswn defendzda (1), se expone con detención la sentencia d~. ~os que afzrman que el ente y su división son unívocos (2-4), para tomar poszcwn a favor de _la analogía (5)_ ~ discutir los argumentos con que se la prueb~ (6-8), respondzendo a las dtfzcultades (9). En cuanto a la clase de analogza (10), .rech~za la de proporcionalidad propia (11), defendiendo y explicando la de. atnbuczon (12-15), que. ha de ser intrínseca (16-17). La respuesta a las ob¡eczones (18-22) cterra la disputación.

DISPUTAC!ON XXVIII LA PRIMERA D!VIS!ON DEL ENTE EN ABSOLUTAMENTE INFINITO y FINITO, Y OTRAS DIVISIONES EQUIVALENTES A ESTA

\

Relación del presente tratado con los anteriores.- Esta es la segunda parte principal de esta obra; en ella, después de haber tratado eu la primera parte del concepto común de ente y de las propiedades que se predican de él en reciprocidad, es forzoso descender a las razones concretas de los entes en cuanto lo permite el objeto formal y la abstracción propia de esta ciencia. Y no hay manera más fácil de realizarlo que mediante las diversas divisiones del mismo ente y de sus miembros y mediante la exacta consideración de éstos. Hemos dicho anteriormente, en la -disp. tV, sec. 4; que la división pririlera y más esencial del ente es aquella por la que se divicle en finito e infinito según la esencia-¡ o sea ~!1 la ~a,zón de ente, puesto que sólo éste es propia y absolutamente infi- i 1~~~''' i'' nito. Por eso comenzamos esta parte con tal división, bajo la cual comprende-remos algunas otras que en realidad coinciden con ella, por más que se las conciba o explique con diversos nombres o conceptos. Y puesto que en la disputación 1 y II se trató del objeto de nuestra división, ya que es aquel ente mismo que constituye el objeto adecuado de la metafísica, consecuentemente sólo nos resta considerar las características de dicha división y su legitimidad y suficiencia.

D!SPUTATIO XXVIII DE PRIMA DIVISIONE ENTIS IN INFINITUM SIMPLICITER ET FINITUM ET ALIIS DIVISIONIBUS QUAE HUIC AEQUIVALENT

Connexio praesentis tractationis cum Prae~ missis.- Haec est secunda principalis pars huius operis; in qua, postquam in priori de communi conceptu entis illiusque proprietatibus quae de illo reciproce dicuntur tractatum est, ad definitas rationes entium descendere, quantum formale obiectum et abstractio huius scientiae permittit, necessarium est. Hoc autem non potest commodius fieri quam per divisiones varias ipsius entis et membrorum eius eorumque exactam

considerationem. Diximus autem in superioribus, disp. IV, sect. 4, primam et mw..-ime essentialem divisionem entis esse in finitum et infinitum secundum essentiam seu in ratione entis, quod solum est proprje et sirnpliciter infinitum; et ideo ab hac divisione partero hanc inchoamus, sub qua comprem hendemus nonnullas alias quae reipsa curo hac coincidunt, quamvis diversis nominibm vel conceptibus a nobis concipiantur et explicentur. Et quoniam de diviso huius partitionis dictum est in prima et secunda disputatione, est enim illud ipsum ens quod est adaequatum obiectum Metaphysicae, ideo solum videndum superest qualis sit dicta divisio et an recte et suffícienter tradita sit.

i 192

Disputaciones metafísicas

SECCION PRIMERA Sr

ES CORRECTA LA DIVISIÓN DEL ENTE EN INFINITO Y FINITO, Y QUÉ DIVISIONES EQUIVALEN A ÉSTA

l. Razones que convierten la cuestión en dudosa.- Primera.- El motivo de duda puede estar en que lo finito y lo infinito sólo tienen cabida en las cosas que poseen alguna amplitud o extensión, y por esto, por implicar en sus conceptos relación a un término, suelen atribuirse a la cantidad; en efecto, se llama finito a lo que está incluido en unos limites, mientras que se llama infinito a lo que no tiene límite; ahora bien, nada implica relación a un límite a no ser lo que posee amplitud o extensión que haya de ser limitada; mas al concepto de ente no nertenece el poseer amplitud o extensión alguna; luego tampoco le pertenece el encerrarse o no encerrarse dentro de límites; por consiguiente, tampoco el ser finito o infinito; así, pues, no resulta legitima su división mediante estos miembros. Se declara y confirma, puesto que ese infinito o se entiende privativamente, o sólo __ negativamente. Del primer modo parece que no existe nada realmente infinito;--- Puesto que sólo puede llamarse _priv:?tivamente infinito a aquel ente que, siendo capaz de ser encerrado dentro de límiteS~--iiO- eStá actualmente limitado por ellos; ahora bien, no existe ente alguno de esta clase, como es de por sí evidente, porque ni el mismo Dios es infinito de esta manera, puesto que no es apto para ser encerrado dentro de límites. Empero, si se lo entiende del segundo modo, entonces todo ente indivisible será infinito, puesto que ningún ente tal está encerrado dentro de límites, ya que lo que en sí es absolutamente indivisible no es capaz de otro límite. 2. Segunda.- La segunda dificultad a propósito de esta división puede ser que está expresada mediante ciertos modos o atributos del ente muy oscuros y que apenas pueden llegar a comprenderse por la razón natural, al menos en cu~nto a su segunda parte; y 1a primera división del ente debería ser clarísima, y, a ser posible, evidente por los términos mismos. Se explica el antecedente, porque apenas puede mostrarse y acaso es imposible demostrar respecto del mismo Dios el que sea absolutamente infinito. Además, todavía es más oscuro SECTIO PRIMA UTRUM RECTE DIVIDATUR ENS IN INFINITUM ET FINITUM, ET QUAENAM DIVISIONES HUIC AEQUIVALEANT

l. Rationes dubiam reddentes quaestionem.- Prima.- Ratio dubitandi esse potest quia finitum et infinitum solum habent Jocum in bis guBe aliquam latitudinem habent seu extensionem, et ideo solent haec attribui quantitati, quía in propriis suis rationibus indudunt habitudinem ad aliquem terminum; finitum enim clicitur quod terminis clauditur; infinitum vero quod non habet terminum _; nihil autem dicit habitudinem ad terminum nisi quod latitudinem habet aut extensionem quae terminanda sit; sed non est de ratione entis habere aliquam Iatitudinem ve1 extensionem; ergo neque terminis claudi vei non claudi; ergo neque esse finitum vel infinitum; non igitur recte per haec membra dividitur. Declaratur et confirmatur, nam illud infinitum aut sumitur

privative aut mere negative, Priori modo nihil revera videtur esse infinitum, nam privative solum posset dici infinitum illud ens quod, cum sit aptum claudi terminis, eis actu non terminatur; nullum autem est huiusmodi ens, ut per se constat, quía nec Deus ipse hoc modo infinitus est; non est enim aptus claudi terminis. Si autem sumatur posteriori modo, sic omne ens indivisibile er.it infinitum, quia nullum tale ens clauditur termini::;; non est enim capax alterius terminationis quod in se est onmino indivisibile. 2. Secunda.- Secunda difficultas circa hanc divisionem esse potest quia datur per quosdam modos seu attributa entis valde obscura, et quae vix possunt ratione naturali investigad, saltem quoad alteram partem; prima autem divisio entis deberet esse clarissima, et) si fieri posset, ex ipsis terminis per se nota. Antecedens declaratur, nam de Deo ipso vix ostendi et fortasse demonstrari non potest quod sit simpliciter infinitus.

193 Disputación XXVIll.-Sección__! ___________________-:-_

-- .

n

ué consiste dicha infinitud; en consecuencia, es inoportuna la elec-

~~¿~·c~~ ~ic¡{. división, sobre to fufraprf~e: :te sy a todos los demás, nas anteriores, nada hay que sea comun a o ienen ensiendo así que todos ~os rest~nt~so ~~~~~n c:~~~;g::~s t:~osq~:s ~:~ás la tietre :u determinados y aquél ~:~:a de todo género; en todos éstos se encuentra algún modo e compostcwn, 4.

L

sl.é;~s e~'::':~~nel df:::~~ir~~

Deinde obscurius est ad explicandum in 9uo talis infinitas consistat; no~ ~r.go conveme.nter assignatur praedicta dtvlsto, praeserttm primo loco et tamquam fundamentum caeterarum. . . · d t e. qu,a es 3. Quid termini div!swnts quaestio signijicent.- Orca hanc dtvlSlone!'ll principio declarandum est quid per. eam m re ipsa intendatur; atqu~ mde facile ~on: stabit partitionem esse optlmam, co~'::n~e~~ loco ac ordine collocatam. Quod ~ghu~ '-'. rem spectat, divi~itur hoc loco ens m Deum et creaturas; qma vera non P?ssumus ea quae sunt Dei propria, prou~ . m se sunt, Concipere, immo nec per P?St~tvos conc~~­ tus simplices ac propnos tdeo negat:lvts utimur, ut illud excellenusstmum ens, Q';lo.d maxime a caeteris distat minusque cu~ Illis convenit quam ipsa inter sese, ab ets separemus et distiJ?guamu~ .. ~tque hoc modo conficimus praedtctam dtv.s un ente total, lo mismo que lo es Dios. 11. Las tres relaciones divinas, en cuanto incluyen la esencia, constituyen un solo ser absolutamente infinito.- De acuerdo, pues, con esta sentencia, se responde en forma a1 argumento que las relaciones son entes absolutamente infinitos, pero que no son muchos infinitos, por no poseer esta infinitud más que en cuanto incluyen la esencia, en la cual son una sola cosa. Ni constituye inconveniente, según objeta Escoto, el que sólo incluyan la esencia por identidad, puesto que no la incluyen por identidad cuasi material, sino que la incluyen también por identidad formal y esencial, ya que en realidad la divinidad pertenece a la esencia de la relación según la realidad concebida, sea cual sea el modo de concebirla; y esto basta para que no exista medio entre el ente finito y el infinito, al no existir ente alguno que según su entidad esencial total no sea finito o infinito. Cabe decir: concedamos que la esencia no puede ser excluida de la relación en el sentido que acabamos de explicar; pero puede considerarse precisivamente por nosotros qué es lo que tiene la paternidad divina, atendiendo únicamente a lo que se concibe que añade sobre la perfección absoluta de la esencia, si es algo finito o infinito. Mi respuesta es que es infinito en ese género concreto, a saber, en el de la relación o paternidad, pero que no es absolutamente infinito en el género de ente, puesto que esta infinitud no puede ser añadida, ni siquiera según la razón, a la perfección absoluta, sino que más bien se obtiene formalmente mediante ella. Sin embargo, tampoco parece en absoluto que se haya de decir que aquello que añade ]a relación en cuanto tal sea finito, ya que esto es señal de imperfección, es decir, de limitación y contracción a una entidad absolutamente finita. Y esto no va contra la suficiencia de la división propuesta, puesto que su sentido es que todo ente por razón de su entidad es en absoluto finito o infinito, mas no que la entidad de cada cosa tenga que ser finita o infinita por razón de cualquier grado o modo que en ella se conciba, sino que basta con que posea algo que contribuya a constituir su entidad en finita o infinita. En favor de una mayor claridad, podemos introducir una distinción en el término finito, pues puede entenderse positiva o negativamente;

plectitur; ergo ens finitum cornparatione il~ lius est veluti pars entis; sed relationi divinae repugnat esse partern entis, tum quia alioqui esset ens per participationem, tum quía quod se habet ut pars exceditur ab illo quod se habet ut totum; relatio autem di~ vina non potest ita excedi a divinitate, cum realiter sint omnino idem. 10. Relatio divina ex parte conceptus obiectivi necessario includit essentiam.- Sed, si hoc argumentum quidquam yaleret, non solum probaret relationem divinam formaliter nullam dicere perfectionem, sed etiam formaliter nullam dicere entitatem. Alioqui interrogaba an illa entitas sit per modum totius entis, vel per modum partis. Primum dici non potest, quia illa entitas relationis ut sic dicitur non includere entitatem essentiae et consequenter nec continere in se formaliter vel eminenter totum ens. Contra secundum vero eodem modo procedit ratio facta. Igitur in omni sententia solvendum esr hoc argumentum. Responded ergo potest relationem divinam, verbi gratia pater-

quam Pater, sicut divinitas etiam concipitur per modum partis, est autem totum ens aeque ac Deus. 11. Tres divinae relationes ut includunt essentiam sunt unum infinitum simpliciter.Ad argumentum ergo in forma respondetur iuxta hanc sententiam relationes esse entia simpliciter infinita, non tamen esse plura infinita, quía non habent hanc infinitatem nisi ut includunt essentiam in qua sunt unum. Neque obstat, ut Scotus obiicit, Quod solum includunt essentiam per j_dentitatem, quia non includunt illam per identitatem quasi materialem, sed etiam per formalem et essentialem, quia revera divinitas est de essentia relationis secundum rem conceptam quomodocumque concipiatur; et hoc satis est ut non detur medium ínter ens finitum et infinitum, cum nullum sit ens quod se-' cundum suam totam entitatem essentialem finitum aut infinitum non sit. Dices, esto non possit essentia excludi a relatione in sensu praedicto, nihilominus praecise considerad a nobis posse quid habeat paternitas

nitatem, quantumvis praecise ac formalitei concipiatur a nobis, esse ens simpliciter infinitum, quia nunquam potest praesciridi vel abstrahi quin in suo obiectivo conceptu includat essentialiter totam essentiae perfectionem. Quamquam enim mens nostra dicatur praesdndere paternitatem in abstracto ab essentia ex parte conceptus formalis seu expressae considerationis, quía nimirum per illum actum mens non considerat paternitat_em Ut includcntem essenti::~m, neque essentiam ut in relatione inclusam, nihi1ominus tamen non potest ita praescindi ve! exeludí essentia ex parte conceptus obiectivi paternit::~tis quin in illo essentialiter includatur, ita ut, si mens reflectatur et consideret quid in illa paternitate concepta includatur, necessario inveniat ibi includi essentialiter totam Dei divinitatem et infinitatem, quía divinitas est de essentia omnium quae in Deo sunt. Quo fit ut, licet paternitas Eic concepta quoad modum concipiendi nostrum se habeat ad modum partís, quoad rem tamen conceptam sit ens totum non rninus

divina secundum id tantum quod intelligitur addere ultra absolutam perfectionetÍl essentiae, an illud sit finitum vel infinitum. Respondeo illud esse infinitum in tali genere, scilicet relationis vel paternitatis, non vero esse infinitum simpliciter in genere entis, quia haec infinitas non potest addi, etiam secundum rationem, ultra perfectionem absolutam, sed potius per illam formaliter habetur. Nec tamen dicendum absolute videtur illud quod addit relatio ut sic esse finitum, quia hoc denotat imperfectionem, scilicet iimitationem et contractionem ad entitatem simpliciter finitam. Neque hoc est contra sufficientiam divisionis datae, quia sensus eius est omne ens ratione suae entitatis esse finitum vel infinitum simpliciter, non vero quod entitas uniuscuiusque rei habeat ex quocumque gradu vel modo in illa concePto quod sit finita vel infinita, sed satis est .quod habeat aliquid quod ad eius entitatem finitam vel infinitam constituendam conferat. Et, maioris claritatis gratia, possumus distinguere illum terminum finitumJ nam potest

216

Disputaciones metafísicas

, P.~sitivamente . significa que está de tal manera limitado en la entidad y perfec:' cwn, que es mea paz de una perfección infinita; en cambio, negativamente significa que no implica de suyo una perfección infinita, por más que no haya contradicción en que la posea por otro concepto. Así, pues, de lo que añade la relación en cuanto relación no puede afirmarse que sea positivamente finito, según prueba el argumento expuesto, por implicar esto imperfeccióu y porque eso mtsr;no, aunque no de por sí, puede, sin embargo, ser infinito por razón de la esencm; se puede, empero, afirmar negativamente que no confiere una infinitud absoluta en virtud de su razón precisiva. Ni esto constituye un inconveniente, por no incluir imperfección alguna: en efecto, ni es necesario, ni se requiere para la perfección de una cosa, que en virtud de cualquier concepto preciso posea en absoluto la infinitud total en el género del ente, sino que basta con que la posea por razón de su entidad adecuada y con que la posea en su género concreto en virtud de algún concepto precisivamente considerado. De este modo queda perfectamente comprendido que nunca existe medio entre el ente finito y el infinito, con tal que se los entienda con la debida proporción. 12. Por tanto, los que opinan que las relaciones divinas pueden ser completamente prescindidas de la esencia, de suerte que ni estén formalmente incluidas en ella ni la incluyan de modo esencial, se ven necesariamente forzados a confesar que la entidad relativa, considerada de esta manera precisiva y formal, no es absolutamente infinita, según prueba el argumento expuesto. Y al ser interrogados ulteriormente sobre si ha de llamárselas entes absolutamente finitos, deben responder que son finitos negativamente, no positivamente, en consonancia con el sentido que hemos explicado, el cual se expone aún con mayor amplitud del modo siguiente. En efecto, aunque la palabra infinito sea negativa, mediante dicha negación nosotros circunscribimos cierta entidad o excelencia suma; respecto, pues, de esto positivo puede decirse que es negativamente finito lo que de suyo no implica toda esa excelencia, aunque no la ex~ cluya ni esté en contradicción con ella. De este modo, pues, tienen que afirmar que no hay inconveniente en admitir en Dios algo que sea finito según un concepto resultante de nuestra precisión. Es másj los que piensan que esquivan esta dificultad negando a las relaciones divinas toda perfección, es necesario que vel posltlve vel negative sumi: pos1hve significat esse ita limitatum in entitate et perfeccione, ut sit incapax infinitae perfectionis; negati ve autem significa! quod ex se non affert infinitam perfectionem, etiamsi non repugnet aliunde habere. Illud ergo quod relatio ut relatio addit non potest dici finitum positive, ut probat ratio facta, quía hoc dicit imperfectionem, et quia illud ip~ sum, licet non ex se, ex essentia tamen potest esse infinitu.rn; sed negative ·dici potest ex sua praecisa ratione non dare infinitatem simpliciter. Neque hoc est inconveniens, quia nullam dicit imperfectionem : non est enim necesse neque ad perfectionem rei spectat, ut ex quovis praeciso conceptu habeat totam infinitatem simpliciter in genere entis, sed satis est quod habeat illam ex sua adaequata entitate et quod ex aliqua ratione praecise concepta habeat infinitatem in illo genere. Atque hoc modo optime intelligitur nunquam esse medium inter ens finitum et infinitum, si cum proportione sumantur.

12. Quocirca qui existimant relationes divinas absolute posse praescindi ab essentia, ita ut neque in ea formaliter includantur neque eam essentialiter includant, necessario cogentur fateri entitatem relativam sic praecise et formaiiter conceptam non esse infi~ nitam simpliciter, ut ratio supra facta probat. Cum vera uiterius interrogari possunt an simpliciter dicenda sint entia finita, respondere debent esse finita negative, non positive, iuxta sensum a nobis declaratum, qui amplius in hunc modum exponitur. Nam licet vox ínjinitum negativa sit, per illam negationem nos circumscribimus summam quamdam entitatem seu excellentiam; respecto igitur huius positivi potest dici finitum negative quod ex se non affert totam illam excellentiam, quamvis illam non excludat neque illi repugnet. Hoc ergo modo dicere debent non esse inconveniens admittere in Deo aliquid finitum secundum conceptum a nobis praecisum. Immo qui Putant se evadere hanc difficultatem negando rela-

217

Disputación XXVlll.-Sección II

confiesen con mucho mayor razón que son negativamente finitas, porque, si no confieren perfección alguna, tampoco podrán de suyo implicar la infinitud. ~or consiguiente, si no tienen inconveniente e-':1 que no impliquen . ni la pe.rfecctón ni la infinitud, ¿por qué juzgan que hay dificultad, y no más bien neces;dad~ en que impliquen una perfección infinita en su género, y en que posean la _mfimtud absoluta, no por sí mismas, sino derivada de la esencia? Se resuelve la dificultad del segundo argumento 13. La relación divina, de cualquier modo que se la considere) es verdaderamente un ente increado.- En cuanto a la segunda dificultad, se niega que el ente no resulte adecuadamente dividido en creado e increado, cosa que es casi evidente si los términos se toman con la debida proporción, puesto que implican ~a contradicción inmediata. Respecto de la primera dificultad, ~e nie~~ que la relación divina no sea un ente increado, por más que ~e la conciba baJO cualquier concepto precisivo. Y e~ argumento en ~ontra no tiene val~-: alguno, si nos atenernos a nuestra sentencta; en efecto, opmamos que la relac10n nunca puede estar de tal manera prescindida, que no incluya esencialmente a l.a es~n­ cia y sea, por lo mismo, Dios. Más aún, cabe añadir aquí que la relaCión, m~ cluso según aquello que pensamos que añade a la esencia, es de suyo algo increado, puesto que su carácter entitativo es tal que le es absolu~amente contradictorio ser producida mediante una creación o producción propia; por el contrario o es absolutamente improducida, como la paternidad, o, si es producida o co~roducida -según nuestro modo de hablar-, como la filiación, esa producción ni es una creación, ni una producción propia, sino que es una generación o procesión de un orden muy superior; y esta relació? tampoc~ puede ser producible de otro modo, bastando con esto para que, considerada b~JO cualquier precisión o reduplicación en cuanto tal,. sea realmente un ente ~creado. 14. Si a Cristo se le ha de llamar ente mcreado oj por el contrarzoJ ente creado.- A la segunda dificultad se responde que Cristo en absoluto es un ente increado, pues es Dios; pero que, si se añade la limitación o determinación en cuanto hombre, designando a la naturaleza o al compuesto total de naturaleza tionibus dívinis omnem perfecúonem, multo maiori racione necesse est fateantur illas esse finitas negative, quía, si nullam perfectionem conferunt, neque infinitatem ex se afferent. Si ergo non existimant inconveniens quod illae nec perfectionem nec infinitatem afferant, cur reputant inconveniens et non potius necessarium quod afferant perfectionem ex suo genere infinitam, infinitatem vera simpliciter, non ex se, sed ab essentía habeant?

Expeditur difjicultas secundi argumenti 13. Relatio divina quovis modo concepta, ens vere increatum.- Ad secundam difficultatem negatur ens non dividí adaequate · per creatum et increatum, quod est fere evidens, si termíni illi cum proporcione s~t­ mantur, cum immediatam contradictionem includant. Ad primam vero instantiam negatur relationem divinam non esse ens increatum, etiamsi sub quacumque praecisa ratione concipiatur. Neque argumentum in

contradum íuxta nostram sententiam urget; existimamus enim nunquam posse ita praescindi relationem, quin essentialiter includat essentiam et consequenter sit Deus. Immo hic addi potest relationem etiam secundum id quod íntelligitur addere essentiae ex se esse quid increatum, quía est talis ratio entis cuí omnino repugnat fieri per propríam creationem aut effectionem; sed vel est omnino improducta, ut paternitas, vel, si est producta, aut (nostro more loquendo) comproducta, ut fiiiatio, illa productio neque est creatio nec propria factio, sed generatio aut processio longe superioris rationis; neque talis relatio est alio modo producibilis, et hoc satis est ut sub quacumque praecisione vel reduplicatione in quantum talis revera sit ens increatum. 14. Christus an ens increatum, an vera creatum sit dicandus.- Ad secundam instantiam respondetur Christum absolute esse ens increatum, nam est Deus; si vera addatur limitatio seu determinatio ut horno, designando naturam vel totum compositum ex na-

218

Disputaciones metafísicas

Y persona, ,entonces. es ~n ente creado; en efecto, bajo tal reduplicación no ~uede llamarsele Dtos, stno hombre y criatura, puesto que en cuanto tal ha s1do realmente hecho y creado en el tiempo. En cuanto a la objeción insinuada de que tampoco ~n cuanto hombre ha sidO producido de I,a nada, dado que: aunque la humamdad. provenga de la nada, no proviene, sin embargo, el compuesto total, por ser mcreado uno de los elementos de la composición hay que responde~ que el e~te creado puede ser considerado de dos maneras': una, lo que. ha S!do .l?roduc1do o es producible de la nada según su ser total, y en este sen:Ido admitimos que Cristo, incluso .en cuanto hombre, no es un ente creado, s:gun lo prueba el argumento. De otra manera, se llama ente creado al que ha S!do hecho verdaderamente. de nuevo y consta de algón ente creado, llamándose de esta suerte creado a d1cho compuesto, y en este sentido Cristo en cuanto hombre. e~ un ente creado, tomándose ente creado en toda esta amplitud cuando s~ le distmgue adecuadamente del ente increado; porque si se 10 entiend"' en l'!goryse' · " . gun e.l pnmer mod o, puede darse un ente compuesto que sea en cierto modo. mtermedw Y una especie de combinación de creado e in creado medio que, sm embargo, no c~noce la filosofía, sino que lo defiende sólo la fe ~ristiana. 15, A la tercera dificultad hay que decir que todos los entes fuera de Dios Y todos ~os mod.os de entes son algo creado, no porque todos se hagan inmedia-ta, esencial Y pnmariamente de la nada, sino porque son creados de esta manera o porque son concreado~ juntamente con aquellos que se producen de la nada: como lo son las potencias con el alma, o, al menos, porque pueden ser concreados, aunque :acaso de hecho no sean concreados o por u'ltun'0 · ,. 1 • '' -yvienea ser practicamente o mismo -porque son hechos de aquellos que han sido cr _, dos de la nada. ea

Solución del tercer argumento 16. En el .tercer arg~mento se toca uua gravísima dificultad teológica referente al acto hbre de Dios, a la que no podemos dedicar atención ahora ex Profess?, pero que . desarroll~remos luego en su aspecto metafísico al tratar de los atnbutos de Dms conocidos naturalmente. Por ahora digo en breves pala-

tura et persona, sic est ens creatum; nam

su~ ea reduplicatione non potest Deus appel-

lan, sed horno et creatura, cum ut sic revera sit factus et in tempore procreatus. Ad obiectionem vero insinuatam, quia etiam ut horno non est factus ex nihilo, quia, licet humanitas sit ex nihilo, non tamen totum compositum, cum alterum compositionis extremum increatum sit, respondendum -est ens creatum dupliciter dici posse. Uno modo, quod sectmdum esse totum productum est vel est producibile ex nihilo, et hoc modo concedimos Christum etiam ut hominem non esse ens creatum, ut argumentum pro~ bat. Alio modo dicitur ens creatum quod est vere factum de novo quodque aliquo ente creato constat, et hoc modo illud compositum creatum dicitur et Christus in quantum horno est ens creatum, atque in tota hac amplitudine _ sumitur ens creatum quando adaequ?te . ~stingui~ur ab ente increato; nam, s1 pnon et st:lcto modo sumatur, dari potest ens composttum quodamrnodo me--

dium et quasi mixtum ex creato et increato quod tamen medium philosophia non novit: sed sola fides christiana docet. 15. Ad tertiam instantiam dicendum est omnia entia extra Deum et omnes modos entium esse quid creaturn, non quia omnia fiant immediate et per se orimo ex nihílo sed quía vel ita creantur, ve1 quia concrean~ tur cum his quae producuntur ex nihilo ut potentiae cum 2nima, vel certe quía ~on­ creari possunt, licet fortasse de facto non concreentur, vel denique (et in idem fere recidit) quia fiunt ex his, quae ex nihilo creata sunt.

Solvitur tertium aYgumentum 16. In tercio argumento tangitur gravissima difficultas theologica de actu libero Dei, ad quam nunc ex professo divertere non possumus, inferius vero, agentes de attributis de Deo naturaliter notis, illam persequemur quantum ad metaphysicam spectat. Nunc breviter dico rationes in ea difficul-

219

Disputación XXVIll.-Sección IIl

bras que las razones insinuadas en dicha dificultad me hacen concluir que el acto libr~, en cuanto libre o en cuanto terminado libremente en algún objeto, no añade a Dios nada real que ahora esté en Dios y pudiera no estar en él; de lo contrario, no veo cómo se le puede llamar ente necesario o por esencia) puesto que en absoluto pudo no haber existido, y lo mismo pasa con la infinitud en la perfección y con otros atributos semejantes, según allí se explica. Por tanto, aunque Dios quiera libremente a los seres distintos de El, no los quiere, sin embargo, a no ser mediante un acto connatural y necesario de su voluntad; en efecto, es tanta la perfección de tal acto, que mediante él puede Dios querer o no querer la criatura sin que se dé adición alguna en dicho acto. Así, pues, cuando se habla del actc libre de Dios, se incluyen dos cosas según nuestro modo de concebir y de hablar. La una es el acto mismo con el que Dios quiere; la otra es una relación de razón al objeto querido; la primera es tm ente necesario, increado y por esencia, no pudiendoj consecuentemente, en modo alguno dejar de existir en Dios; la segunda, en cambio, no es algo real que pueda existir y no existir, sino que es sólo de razón, no siendo, por tanto, ni creada ni increada, sin que sea necesario que esté comprendida bajo aquella división, puesto que no es un ente real.

SECCION

III

Sr DICHA DIVISIÓN ES UNÍVOCA O ANÁLOGA

Primera opinión: que la diVisión es equívoca l. Suele plantearse este problema en otros términos, a saber, si el ente se afirma analógicamente de Dios y de las c;riaturas. Hay tres sentencias en él, dos extremas, una intermedia. La prirriera es que el ente no se dice de Dios y de las criaturas ni unívoca ni analógicamente, sino que se dice sólo equívocamente, Suele atribuirse esta opinión a Auréolo, In 1, dist. 2, q. 1, por más que él no afirmó esto, sino únicamente que el ente no expresa un solo concepto o razón tate insinuatas a_pud me concludere aotum liberum ut liberum seu ut libere terminatum ad aliquod obiectum non addere Deo aliquid rei quod nunc 1 sit in Deo et potuerlt non esse in illo; alioqui non video quo modo illud possit dici ens necessarium aut per essentiam, cum simpliciter potuerit non esse, et idem est de infinito in perfeccione et aliis similibus attributis, ut ibidem proponitur. Quamvis ergo Deus alia a se libere velit, tamen ea non vult nisi per actum voluntatis sibi connaturalem ac necessarium; tanta enim est illius actus perfectio, ut possit per ipsum Deus velle aut nolle creaturam sine ulla additione in eo actu facta. Cum ergo est serm o de actu libero Dei, duo invOlvuntur, nostro modo concipiendi et loquendi. Unum est actus ipse quo Deus vult; aliud est respectus rationis ad obiectum volitum; illud prius est ens necessarium, increatum ac oer · essentiam, unde nullo modo potest non esse

in Deo; hoc vera posterius non est aliquid reale quod possit esse et non esse, sed rationis tantum, et ideo nec creatum est neque increatum, neque oportet sub illa divisione comprehendi, cum ens reale non sit.

SECTIO III UTRUM PRAEDICTA DIVISIO UNIVOCA SIT VEL ANALOGA

Prima sententia, divisionem esse aequivocam 1. Haec quaestio aliis terminis tractari solet, an ens dicatur analogice de Deo et creaturis. In qua tres sunt sententiae, duae extremae, altera media. Prima est ens neque univoce neque analogice dici de Deo et creaturis, sed mere aequivoce. Haec opinio solet tribuí Aureolo, In 1, dist. 2, q. 1, sed ille non hoc asseruit, sed solum ens non dicere unum conceptum seu rationem communem

1 Aceptamos la palabra nunc en lugar de non, tal como aparece en algunas ediciones, porque expresa con más exactitud el matiz que trata de resaltar el Eximio. (N. de los EE.)

220 ___________________________:f!ísputaciones metafísicas

Disputación XXVlli.-Sección Ill

común a Dios y a las criaturas, cosa que puede estar en perfecto acuerdo con la analogía, como es de por s~ evide;tte. Más aún, muchos piensan que esto pertenece al c~ncepto de cualqmer analogo, según veremos en seguida. Así, pues, Santo ~~';'as, en la q. 7 ~e potent., a. 7, refiere que el Rabí Moisés defendió esta opm10n, puesto que, distando infinitamente de Dios el ente finito no cabe entre ellos propor~ión alguna que sirva de fundamento a la analogía.' Sin embargo, Santo Tomas refuta con razón esta opinión en dicho pasaje con muchos argumentos. En efecto, en otro caso seria imposible demostrar nada de Dios partiendo de las criaturas, si sólo les son comunes los nombres; esto es, no podríamos valernos. de los nombres comunes a Dios y a las criaturas para demostrar algo de D10s, ya que el medio sería equívoco; y este consecuente es harto absurdo. Igualmente, por darse entre Dios y la criatura cierta semejanza puesto que se encuentran en la relación de causado y de causa· luego se dará sobr~ todo en la razón de ser, que es la primera de todas. En ~onsecuencia ya cons1derem?s la i~posición y significación del nombre, ya el concepto significado medtante dtcho nombre, es claro que esta división no se refiere al nombre solo, Y q~e no s~ aplicó el n?~bre ~e ente a J?ios y a las criaturas por mero a~ar Y casuahdad, smo en atencwn a c1erta semeJanza, proporción 0 convenienc:a entre ellos. Fi?almente,.,consta, incluso por la experiencia misma, que 110 s~l~ .