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EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Por

Francis A. Schaeffer

PERMISOS Y AGRADECIMIENTOS El editor quisiera expresar su agradecimiento a quienes ayudaron en la investigación de este volumen, especialmente a Melinda Delahoyde, Directora de Educación en Americanos Unidos por la Vida, y a Jonathan D. Lauer, Jefe de Servicios Públicos de la Biblioteca del Wheaton College. El editor también expresa un agradecimiento especial a Denise Gill por su excelente trabajo al transcribir el manuscrito del libro, a veces avisándole con pocos minutos de antelación, a menudo tarde en la noche, pero siempre con un espíritu muy profesional y dispuesto. Por último, el editor desea expresar su agradecimiento por el permiso para citar lo siguiente: La Marca del Cristiano, por Francis A. Schaeffer, copyright © 1970 por Francis A. Schaeffer, usado con permiso de InterVarsity Press. Downers Grove, Illinois 60515. La Marca del Cristiano está disponible en InterVarsity Press como un libro separado. La Santa Biblia: Nueva Versión Internacional, copyright © 1978 por la Sociedad Bíblica Internacional de Nueva York. Usada con permiso de Zondervan Bible Publishers. Todas las citas bíblicas se toman de esta traducción de la Biblia. ¿Quién está por la Paz? por Francis A. Schaeffer, copyright © 1983 de Francis A. Schaeffer, usado con permiso de Thomas Nelson Publishers, Nashville, TN. Parte del material del capítulo dos apareció impreso anteriormente en una forma diferente en la revista Action, otoño de 1976, una publicación de la Asociación Nacional de Evangélicos. El Gran Desastre Evangélico Copyright © 1984 por Francis A. Schaeffer Publicado por Crossway 1300 Crescent Street Wheaton, Illinois 60187 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida de ninguna forma por ningún medio, electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o de otro tipo, sin el permiso previo del editor. Diseño de portada: The Cioni Artworks / Ray Cioni Décima edición 1995 Impreso en los Estados Unidos de América Número de tarjeta del catálogo de la Biblioteca del Congreso 83-73125 ISBN-13: 978-0-89107-308-6 ISBN-10: 0-89107-308-6 PDF ISBN: 978-1-4335-1 166-0 Mobipocket ISBN: 978-1-4335-1165-3 ePub ISBN: 978-1-4335-1724-2 Versión en español: Irving Isaí Espino Cano

A una generación nueva y joven y a los de la generación anterior que sostendrán su posición y serán considerados como radicales por la verdad y por Cristo.

Contenido

Reconocimiento Prefacio La relación entre la película y el libro

9 11 15

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Parte I: Introducción ¿Qué Importa Realmente?

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2 3

Parte II: El Parteaguas del Mundo Evangélico Señalando el Parteaguas La Práctica de la Verdad

43 67

4 5 6

Parte III: Nombres y Asuntos Connotaciones y Concesión Las Formas del Espíritu del Mundo El Gran Desastre Evangélico

97 113 145

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Parte IV: Conclusión Radicales por la Verdad

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Parte V: Apéndice La Marca del Cristiano

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Notas

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Reconocimiento

Como algunos de ustedes sabrán, durante siete semanas después del Día de Acción de Gracias, en 1983, estuve gravemente enfermo. Primero, fui llevado al hospital de Aigle, Suiza, y luego, después de literalmente debatirme entre la vida y la muerte a través del Atlántico en una camilla, pasé la mayor parte de las seis semanas siguientes en el Hospital de Santa María, que está asociado con la Clínica Mayo. Mientras estuve en Santa María, a Edith y a nuestros hijos les dijeron tres veces que yo iba a morir. Felizmente ese tiempo ha pasado. Y mientras escribo esto, ahora estoy convaleciente en una de las casas de la sucursal de L'Abri en Rochester, Minnesota. Por lo tanto, esas siete semanas fueron totalmente arrebatadas de mi vida junto con la mayor parte del trabajo que esperaba hacer. En esa situación, este libro nunca habría llegado a tiempo para los seminarios que llevan el mismo nombre, si no hubiera sido por las largas horas y devoción de Lane Dennis, vicepresidente y gerente general de Crossway Books. 9

10 RECONOCIMIENTO Lane es un amigo, y uno que conoce mi obra “al derecho y al revés”. Él es el editor de mis Obras Completas y El Manifiesto Cristiano. Él trajo toda su familia a pasar tres meses en L'Abri en el verano de 1978. Ha escuchado muchas horas de mis grabaciones, y escribió su tesis doctoral como un estudio sociológico de L'Abri. Cuando salí del hospital descubrí que las siete semanas en que estuve en el hospital no se habían perdido. Durante ese tiempo Lane había estado trabajando largas horas investigando y preparando mis materiales para el manuscrito final. Así, cuando pasó un poco de tiempo y me sentí un poco mejor, el manuscrito estaba en una forma lista para que yo trabajara. Mientras escribo esto, todavía estamos pasando largas horas en el teléfono e intercambiando las últimas fases del manuscrito por Federal Express. Ahora hay muchas razones para creer que el libro pronto estará en las prensas de Crossway y listo para los seminarios, ya que comienzan a principios de marzo. Pero el punto es, que si no hubiera sido por Lane Dennis nada de esto hubiera sido posible. Nada como esto había ocurrido con mis libros anteriores y yo, y todos los que sean ayudados por el libro, tenemos una deuda de gratitud con Lane Dennis. FRANCIS A. SCHAEFFER 7 de febrero de 1984

Prefacio

Ahora que empieza a leer este libro, quisiera mencionar que tengo un dilema, y lo he tenido durante varios años. Permítame tratar de explicar lo que es: Durante las dos últimas décadas he escrito veintitrés libros. Mis primeros libros trataban sobre todo de las cuestiones intelectuales de la filosofía y de temas relativos a la cultura. Luego estuvieron los libros que trataban sobre la vida cristiana y la iglesia. Más recientemente, mis libros han tratado especialmente el área de las necesidades civiles y las necesidades de la ley y el gobierno. A lo largo de toda mi obra hay un tema unificador común, que yo definiría como “el Señorío de Cristo en la totalidad de la vida”. Si Cristo es realmente Señor, debe ser el Señor de toda la vida, en asuntos espirituales, por supuesto, pero también en todo el espectro de la vida, incluyendo las cuestiones intelectuales y las áreas de la cultura, la ley y el gobierno. Quisiera enfatizar de principio a fin en toda mi obra la importancia del evangelismo (ayudar a hombres y mujeres a conocer a Cristo como Salvador), 11

12 PREFACIO la necesidad de caminar diariamente con el Señor, estudiar la Palabra de Dios, vivir una vida de oración, y mostrar el amor, la compasión y la santidad de Nuestro Señor. Pero debemos enfatizar, igualmente y al mismo tiempo, la necesidad de vivir esto en cada área de la cultura y la sociedad. Este libro que usted está leyendo ahora necesita ser visto dentro del contexto de mi obra como un todo. Mi dilema es que muchos no habrán tenido la oportunidad de estar familiarizados con toda la gama de mi obra, y sería imposible revisar o cubrir todo esto dentro de las páginas de este libro. Al mismo tiempo, sin embargo, este libro es independiente, al hablar de los temas críticos de la época. Por lo tanto, para la persona que lee mi obra por primera vez este libro realmente proporciona un buen lugar para comenzar. Por otro lado, aquellos que ya están familiarizados con mi obra verán que este nuevo libro surge de la situación crítica en la que vivimos hoy, pero también que es una extensión y aplicación directa de lo que he escrito a lo largo de los años. Y si encuentra lo que digo en estas páginas interesante y útil, le animaría a que se remonte en la lectura y estudie mis primeras obras. Esto ya está disponible en un conjunto de cinco volúmenes de mis Obras Completas, publicado por Crossway Books. El conjunto está organizado para seguir mejor el flujo de mi pensamiento, e incluye veintiuno de mis libros, totalmente revisados para esta nueva edición, con un índice exhaustivo. Uno de los propósitos de este libro fue reafirmar y repetir algunas de las ideas y temas de mis primeras obras, así como hacer extensiones y aplicación de éstos a la situación en la que vivimos hoy. Las notas al final del libro deberían ser consultadas para ver dónde en mis otras obras muchos de estos temas e ideas se desarrollan con mayor detalle. También quisiera mencionar que mi libro La Marca del Cristiano ha sido incluido como un apéndice a este volumen. Le pediría que lea primero el resto de este libro, pero también que lea La Marca del Cristiano, ya que los

PREFACIO

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principios expresados en este libro serán necesarios especialmente en los días difíciles que tenemos por delante. Agradezco a InterVarsity Press por otorgar permiso para incluirlo aquí, y mencionaré que también está disponible en InterVarsity como una publicación separada. Finalmente, diría que la declaración que estoy haciendo en las páginas de este libro es quizás la declaración más importante que he escrito. Se trata de lo que yo llamo “El Gran Desastre Evangélico” y el mayor problema que enfrentamos los cristianos en nuestra generación. FRANCIS A. SCHAEFFER Febrero 1984

La Relación entre la Película y el Libro

Una película animada titulada El Gran Desastre Evangélico ha sido hecha por mi hijo Franky Schaeffer con Ray Cioni para acompañar este libro. La película es una sátira que habla a aquellos que están “fuera” del mundo evangélico, con la esperanza de que despierten a dónde ha llegado el hombre moderno. La película también habla a los cristianos, para ayudarles a comprender cuán destructivo es para nosotros el espíritu del mundo. (La película es producida por Franky Schaeffer V Productions y distribuida por Word, Inc., Waco, Texas. Para más información, vea la contraportada de este libro). Mi libro espera ayudar a los cristianos evangélicos a ver cuánto del evangelicalismo se ha estado amoldando al destructivo y feo espíritu del mundo de nuestros días; y para ayudar a los jóvenes cristianos radicales, y a otros, a ponerse valerosamente en contra de este amoldamiento. 15

16 LA RELACIÓN ENTRE LA PELÍCULA Y EL LIBRO También mencionaré el nuevo libro de Franky Schaeffer, Malas Noticias para el Hombre Moderno (Crossway Books, Westchester, Illinois, 1984). Este libro está directamente relacionado con la película y los tres proyectos constituyen una unidad. FRANCIS A. SCHAEFFER

PARTE I: INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1

¿Qué Importa Realmente?

La revista Time publicó recientemente una edición especial del sexagésimo aniversario con el título “Los 60 Años más Sorprendentes”. Al recordar el mundo en el que Time nació, este número especial comenzó con las palabras: “El átomo no estaba dividido. Lo mismo ocurría con la mayoría de los matrimonios”1. Aquí, dos cosas que ocurren en nuestra época están adecuadamente reunidas: una, la explosión científica tecnológica; y dos, una ruptura moral. No es por accidente que estas dos cosas han ocurrido simultáneamente. Hay algo que está detrás de ambos fenómenos, y al reconocer esto, Time realmente ha mostrado una comprensión asombrosa. La Búsqueda de la Autonomía Algo ocurrió durante los últimos sesenta años, algo que cortó la base moral de nuestra cultura. Cosas devastadoras han llegado a todos los ámbitos de la cultura, ya sea en la ley o el 19

20 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO gobierno, en las escuelas, nuestras comunidades locales o en la familia. Y esto ha sucedido durante la vida de muchos que están leyendo este libro. Nuestra cultura ha sido desperdiciada, perdida, y en gran medida desechada. De hecho, llamarla una ruptura moral es por no decir algo peor. La moralidad misma ha sido puesta de cabeza con toda forma de perversión moral que es alabada y glorificada en los medios de comunicación y el mundo del entretenimiento. ¿Cómo podemos dar sentido a lo que ha sucedido? En el artículo principal de esta edición especial, Time ofrece una explicación. El artículo, titulado “¿Qué importaba realmente?”, sugiere: “Determinar lo que realmente importaba en este embrollo (de acontecimientos) parece requerir un sentido de algo más allá de los particulares”. Necesitamos, dice Time, descubrir la “idea que caracteriza (nuestra) época”2. Time tiene razón en esto. A fin de dar sentido a estos últimos sesenta años, e igualmente a fin de entender el presente y cómo debemos vivir hoy como cristianos, necesitaremos entender la idea de nuestra época, o lo que podríamos llamar el espíritu de los tiempos que ha transformado nuestra cultura tan radicalmente desde la década de 1920. Esta idea, este espíritu, dice Time, ha sido la idea de “libertad”, no sólo libertad como un ideal abstracto, o en el sentido de ser libre de la injusticia, sino libertad en un sentido absoluto: La idea fundamental que América representó correspondía a los valores de los tiempos. América no era meramente libre; fue liberado, sin trabas. La imagen era de algo que antes se había mantenido bajo control, una fuerza explosiva de un país que se movía en partículas aleatorias de energía, pero al mismo tiempo ganaba poder y prosperaba. Ser libre era ser moderno; ser moderno era arriesgarse. El siglo americano iba a ser el siglo de desencadenamiento, de ruptura, en primer lugar del siglo

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XIX (como lo habían hecho Freud, Proust, Einstein y otros), y eventualmente de cualquier restricción3. Más adelante, en el mismo artículo, Time comenta: “Detrás de la mayoría de estos acontecimientos está la suposición, casi un imperativo moral, de que lo que no era libre debía ser libre, que los límites son intrínsecamente malos” y que la ciencia debería ir a donde quiera con un espíritu de “una autonomía segura de sí misma”4. Pero, como concluye Time, “cuando las personas o las ideas se liberan, se liberan, pero aún no son libres”5. Forma y Libertad Aquí el problema de los años 1920 a los años 1980 se explica correctamente. Es el intento de tener libertad absoluta, de ser totalmente autónomo de cualquier límite intrínseco. Es el intento de deshacerse de cualquier cosa que pueda restringir la propia autonomía personal. Pero sobre todo es una rebelión directa y deliberada contra Dios y Su Ley. En este artículo, Time ha dado con lo que de hecho es central, a saber, el problema de la forma y la libertad. Es un problema que toda cultura desde el comienzo de la historia ha tenido que enfrentar. El problema es este: si no hay un equilibrio apropiado entre la forma y la libertad, entonces la sociedad se moverá hacia cualquiera de dos extremos. La libertad, sin un equilibrio adecuado de forma, conducirá al caos y a la desintegración total de la sociedad. La forma, sin un equilibrio adecuado de libertad, conducirá al autoritarismo y a la destrucción de la libertad individual y social. Pero tenga en cuenta además: ninguna sociedad puede existir en un estado de caos. Y siempre que el caos ha reinado, incluso por un corto tiempo, ha dado a luz a la imposición de un control arbitrario. En nuestro país hemos disfrutado de una inmensa libertad humana. Pero al mismo tiempo esta libertad se ha basado en

22 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO formas de gobierno, derecho, cultura y moralidad social que han dado estabilidad a la vida individual y social, y han prevenido que nuestras libertades lleven al caos Hay aquí un equilibrio entre la forma y la libertad que hemos llegado a considerar como algo natural en el mundo. Pero no es natural. Y somos totalmente necios si no reconocemos que este equilibrio único que hemos heredado de las formas de pensamiento de La Reforma no es automático en un mundo caído. Esto está claro cuando miramos el largo periodo de la historia. Pero es igualmente claro cuando leemos el periódico y vemos a la mitad del mundo encerrada en la opresión totalitaria. La Reforma no sólo produjo una clara predicación del evangelio, sino que también dio forma a la sociedad en su conjunto, incluyendo el gobierno, cómo la gente veía el mundo y el espectro completo de la cultura. En Europa del Norte, y en países como los Estados Unidos que son extensiones de Europa del Norte, La Reforma trajo consigo un enorme aumento en el conocimiento de la Biblia que se extendió por todos los niveles de la sociedad. Esto no quiere decir que La Reforma fue una “edad de oro” o que todos en los países de La Reforma fueron verdaderos cristianos. Pero está claro que a través de La Reforma muchos fueron llevados a Cristo y que los absolutos de la Biblia se difundieron ampliamente en la cultura como un todo. Las libertades que surgieron de esto fueron enormes; y sin embargo, con las formas fundadas en un consenso o ethos bíblico6, las libertades no condujeron al caos. Pero algo ha sucedido en los últimos sesenta años. La libertad que una vez fue fundada en un consenso bíblico y un ethos cristiano ahora se ha convertido en libertad autónoma, liberada de todas las restricciones. Aquí tenemos el espíritu del mundo de nuestra época: el hombre autónomo que se erige como Dios, desafiando el conocimiento y la verdad moral y espiritual que Dios ha dado. Esta es la razón por la que tenemos una ruptura moral en cada área de la vida. Las libertades titánicas que una vez

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gozamos han sido separadas de sus restricciones cristianas y se están convirtiendo en una fuerza de destrucción que conduce al caos. Y cuando esto sucede, realmente hay muy pocas alternativas. Toda moralidad se convierte en relativa, la ley se vuelve arbitraria y la sociedad se mueve hacia la desintegración. En la vida personal y social, la compasión es engullida por el interés propio. Como he señalado en mis primeros libros, cuando la memoria del consenso cristiano que nos dio libertad dentro de la forma bíblica es cada vez más olvidada, un autoritarismo manipulador tenderá a llenar el vacío. En este punto las palabras “derecha” e “izquierda” no harán mucha diferencia. Son sólo dos caminos para el mismo fin, los resultados son los mismos Una elite, un autoritarismo como tal, gradualmente forzará la forma en la sociedad para que no caiga en el caos, y la mayoría de la gente lo aceptará7. La Batalla en la que Estamos Como cristianos evangélicos, que creen en la Biblia, no hemos entendido bien esto. El espíritu del mundo de nuestra época sigue y sigue, afirmando ser autónomo y aplastando en su camino todo lo que apreciamos. ¿Hace sesenta años podríamos haber imaginado que los niños no nacidos serían asesinados por millones aquí en nuestro propio país? ¿O que no tendríamos libertad de expresión cuando se trata de hablar de Dios y de la verdad bíblica en nuestras escuelas públicas? ¿O que toda forma de perversión sexual sería promovida por los medios de entretenimiento? ¿O que el matrimonio, la crianza de los hijos y la vida familiar serían objetos de ataque? Lamentablemente debemos decir que muy pocos cristianos han entendido la batalla en la que estamos. Muy pocos han adoptado una postura fuerte y valiente contra el espíritu del mundo de esta época que destruye nuestra cultura y el ethos cristiano que una vez dio forma a nuestro país. Pero las Escrituras aclaran que nosotros como cristianos creyentes en la Biblia estamos atrapados en una batalla de

24 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO proporciones cósmicas. Es una lucha de vida y muerte sobre las mentes y las almas de los hombres por toda la eternidad, pero es igualmente una lucha de vida y muerte sobre la vida en esta Tierra. En un plano, esta es una batalla espiritual que se libra en los lugares celestiales. La carta de Pablo a los Efesios presenta la expresión clásica: Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. (Efesios 6:12) ¿Realmente creemos que estamos involucrados en esta batalla cósmica? ¿Realmente creemos que hay “potestades de este mundo de tinieblas” que gobiernan nuestra época? O como dice el apóstol Juan, ¿creemos realmente que “el mundo entero está bajo el control del maligno” (1ª Juan 5:19)? Si no creemos en estas cosas (y debemos decir que gran parte del mundo evangélico actúa como si no creyera en estas cosas), ciertamente no podemos esperar tener mucho éxito en pelear la batalla. ¿Por qué se ha desperdiciado el ethos cristiano en nuestra cultura? ¿Por qué tenemos tan poco impacto en el mundo de hoy? ¿No es porque hemos fallado en tomar en serio la principal batalla? Y si hemos fracasado en tomar la batalla en serio, ciertamente hemos fracasado en usar las armas que Nuestro Señor ha proporcionado. Como escribe el apóstol Pablo: Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Póngase toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo… Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por

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la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. (Efesios 6:10- 11, 13-18) Note que no hay nada en esta lista que el mundo acepte como una forma de trabajar, pero no hay otra manera de pelear la batalla espiritual en los lugares celestiales. Y si no usamos estas armas no tenemos ninguna esperanza de ganar. La principal batalla es una batalla espiritual en los lugares celestiales. Pero esto no significa, por lo tanto, que la batalla en la que estamos esté fuera del mundo o fuera de la historia humana. Es una verdadera batalla espiritual, pero también es una batalla aquí en la Tierra en nuestro propio país, en nuestras propias comunidades, en nuestros lugares de trabajo y nuestras escuelas, e incluso en nuestros propios hogares. La batalla espiritual tiene su contraparte en el mundo visible, en la mente de hombres y mujeres, y en todos los ámbitos de la cultura humana. En el ámbito del espacio y del tiempo, la batalla celestial se libra en el escenario de la historia humana. Pero si queremos ganar la batalla en el escenario de la historia humana, se necesitará un compromiso previo para pelear la batalla espiritual con las únicas armas que serán efectivas. Se necesitará una vida comprometida con Cristo, fundada en la verdad, vivida en rectitud y cimentada en el evangelio. Es interesante notar que todas las armas que Pablo lista en este punto son defensivas. La única arma ofensiva mencionada es “la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”. Mientras las otras nos ayudan a defendernos de los ataques de Satanás, la Biblia es el arma que nos permite unirnos con Nuestro Señor a la ofensiva

26 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO para derrotar a las huestes espirituales de maldad. Pero debe ser la Biblia como la Palabra de Dios en todo lo que enseña, en asuntos de Salvación, pero también en lo que se refiere a historia, ciencia y moralidad. Si se hacen concesiones en cualquiera de estas áreas, como desgraciadamente sucede hoy entre muchos que se llaman evangélicos, destruimos el poder de la Palabra y nos ponemos en manos del enemigo. Finalmente, se necesitará una vida de oración: “Oren en el Espíritu en todo momento”. En el plano de la historia humana, sin embargo, la batalla es igualmente importante. Aquí también existe un conflicto fundamental que es la contraparte terrenal de la batalla celestial. Este conflicto toma dos formas. La primera de ellas tiene que ver con la forma en que pensamos: las ideas que tenemos y la forma en que vemos el mundo. La segunda tiene que ver con la forma en que vivimos y actuamos. Ambos conflictos, en el área de las ideas y en el ámbito de las acciones, son importantes; y en ambas áreas los cristianos creyentes en la Biblia se encuentran atrapados en la batalla con la cultura circundante de nuestros días. La sabiduría del mundo La batalla en el área de las ideas se señala más claramente en las cartas del apóstol Pablo8. Aquí vemos que hay un conflicto fundamental entre “la sabiduría de este mundo” y “la sabiduría de Dios”. Pablo escribe: ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría del mundo? Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. (1ª Corintios 1:20-21) Y otra vez:

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Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio. Porque a los ojos de Dios la sabiduría de este mundo es locura. (1ª Corintios 3:18-19) Ahora debemos decir inmediatamente que Pablo no está diciendo que el conocimiento y la educación no tienen ningún valor. Pablo mismo estaba entre los más educados de su tiempo. En lugar de esto, Pablo está hablando de una sabiduría mundana que afirma ser autosuficiente en sí misma, completamente aparte de Dios y Su revelación. Es una clase de sabiduría mundana que deja a Dios y Su revelación fuera del panorama y con ello termina con una concepción completamente distorsionada de la realidad. Esto se puede ver más claramente en el primer capítulo de Romanos donde Pablo escribe: A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios…Por eso, Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador. (Romanos 1: 21-22, 24-25) Lo que aquí se implica es la forma en que los hombres piensan, el proceso de razonamiento, pensamiento y comprensión. Por lo tanto “se extraviaron en sus inútiles razonamientos y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios”. Cuando la Escritura habla de que el hombre es necio de esta manera, no significa que sea necio sólo religiosamente. Más bien, significa que ha aceptado una posición

28 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO que es intelectualmente necia no sólo con respecto a lo que dice la Biblia, sino también a lo que existe con respecto al universo y su forma y lo que significa ser humano. Al apartarse de Dios y de la verdad que Él ha dado, el hombre se ha vuelto neciamente necio con respecto a lo que es el hombre y lo que es el universo. El hombre se queda con una posición con la que no puede vivir, y está atrapado en una multitud de tensiones intelectuales y personales. La Escritura nos dice cómo el hombre llegó a esta situación: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias”; por lo tanto, se volvieron necios en su razonamiento, en su comprensión, en sus vidas. Este pasaje se refiere a la caída original, pero no habla sólo de la caída original. Habla de cualquier período en que los hombres conocieron la verdad y deliberadamente se apartaron de ella. Muchos períodos de la historia podrían describirse de esta manera. Desde el punto de vista bíblico, hubo un tiempo cuando los antepasados del pueblo de la India conocieron la verdad y se apartaron, un tiempo cuando los antepasados de los pueblos de África conocieron la verdad y se apartaron. Esto es cierto para las personas de cualquier lugar que ahora no conocen la verdad. Pero si miramos a través de la historia del mundo para ver aquellos tiempos cuando los hombres conocieron la verdad y se apartaron, digamos enfáticamente que no hay una muestra de esto en ningún momento de la historia tan claramente, y en tan poco tiempo, como en nuestra propia generación. Nosotros, que vivimos en América del Norte, hemos visto este versículo realizado en nuestra generación con una fuerza furiosa. Los hombres de nuestro tiempo conocieron la verdad y, sin embargo, se apartaron, apartados no sólo de la verdad bíblica, sino también apartados de las muchas bendiciones que esto trajo en cada área de la cultura, incluyendo el equilibrio de forma y libertad que una vez tuvimos.

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Una Cultura Post-Cristiana Habiéndose apartado del conocimiento dado por Dios, la influencia cristiana en toda la cultura se ha perdido. En Europa, incluyendo Inglaterra, tomó muchos años; en los Estados Unidos sólo unas pocas décadas. En los Estados Unidos, en el corto espacio de los años veinte a los sesentas, hemos visto un cambio completo. El nuestro es un mundo post-cristiano en el que el cristianismo, no sólo en el número de cristianos, sino en el énfasis cultural y el resultado cultural, ya no es el consenso o ethos de nuestra sociedad. ¡No tome esto a la ligera! Es una cosa horrible para un hombre como yo mirar atrás y ver mi país y mi cultura irse por el desagüe durante mi propia vida. Es una cosa horrible que hace sesenta años podías moverte por este país y casi todos, incluso los no cristianos, sabían qué era el evangelio. Una cosa horrible que hace cincuenta a sesenta años nuestra cultura estaba construida sobre el consenso cristiano, y ahora este ya no es el caso. Una vez más me refiero a Romanos 1:21-22: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios”. El versículo 18 nos dice el resultado de apartarse y rebelarse contra la verdad que conocieron: “La ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad”. El hombre está justamente bajo la ira del Dios que realmente existe y que trata con los hombres sobre la base de Su carácter; y si la justicia de esa ira es obvia respecto a cualquier generación, es la nuestra. La ira puede venir como causa o efecto de los cambios en la historia, o en la acción directa de Dios. Sólo hay una perspectiva que podemos tener del mundo post-cristiano de nuestra generación: una comprensión de que nuestra cultura y nuestro país merecen estar bajo la ira de Dios. No

30 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO servirá decir que los Estados Unidos es el país de Dios en alguna manera especial. No servirá encubrir la diferencia entre el consenso actual y el consenso cristiano que prevaleció hace sesenta años. Las últimas generaciones han pisoteado la verdad de la Biblia y todo lo que esas verdades han producido9. Ideas y Acciones Hemos visto entonces que como cristianos creyentes en la Biblia estamos atrapados en una batalla en el área de las ideas. Pero en el área de las acciones hay un paralelo. Las ideas nunca son neutrales y abstractas. Las ideas tienen consecuencias en la manera en que vivimos y actuamos, tanto en nuestras vidas personales como en la cultura como un todo. Podemos mirar de nuevo al primer capítulo de Romanos para ver cuáles son las consecuencias de estas ideas en la forma de acciones: Por eso, Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros... Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, Él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte, sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican. (Romanos 1:24, 28-32)

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Difícilmente podría haber una descripción más apropiada de nuestra propia cultura hoy. Orientados a la búsqueda de una libertad autónoma, libre de cualquier restricción, y especialmente de la verdad de Dios y de los absolutos morales, nuestra cultura se ha puesto en el camino de la autodestrucción. ¡Libertad autónoma! ¡Cómo gritan las voces de nuestro día! Debo ser libre para matar al niño en mi vientre. Debo ser libre incluso para matar al recién nacido si creo que él o ella no se ajusta a mis estándares de “calidad de vida”. Debo ser libre para abandonar a mi marido o esposa, y abandonar a mis hijos. Debo ser libre para cometer actos desvergonzados con los de mi propio sexo. El último versículo es realmente aterrador cuando pensamos en él en relación con nuestra cultura de hoy: “Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte, sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican”. Y si esto no es suficiente, les insto a leer el capítulo dos de 2ª Pedro. Todo el capítulo es un cuadro tan preciso de nuestra cultura tal como la podemos encontrar en cualquier parte: del conocimiento que una vez tuvimos, del rechazo de la verdad, de la degeneración moral y del juicio que espera a los que conocieron la verdad y se apartaron de ella. Pedro concluye el capítulo: Pronunciando discursos arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos naturales desenfrenados a quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven en el error. Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado. Si habiendo escapado de la contaminación del mundo por haber conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, vuelven a enredarse en ella y son vencidos, terminan en peores condiciones que al principio. Más les hubiera valido no conocer el camino de la justicia, que abandonarlo después de haber conocido el santo

32 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO mandamiento que se les dio. (2ª Pedro 2:18-21) No cometa errores. Nosotros como cristianos evangélicos creyentes en la Biblia estamos atrapados en una batalla. Esta no es una discusión amistosa de caballeros. Es un conflicto de vida y muerte entre las huestes espirituales de maldad y las que proclaman el nombre de Cristo. Es un conflicto en el plano de las ideas entre dos puntos de vista fundamentalmente opuestos de la verdad y la realidad. Es un conflicto en el plano de las acciones entre una completa perversión moral y el caos y los absolutos de Dios. Pero ¿realmente creemos que estamos en una batalla de vida y muerte? ¿Realmente creemos que la parte que jugamos en la batalla tiene consecuencias para que hombres y mujeres pasen, o no, la eternidad en el infierno? ¿O si en esta vida la gente vivirá con, o sin, sentido? ¿O si los que viven vivirán en un clima de perversión moral y degradación? Lamentablemente, debemos decir que muy pocos en el mundo evangélico han actuado como si estas cosas fueran verdad. Más que alardear nuestros logros y deleitarnos con nuestro creciente número, estaría más cerca de la verdad admitir que nuestra respuesta ha sido un desastre. La Antítesis de la Verdad Cristiana Al reflexionar sobre lo que he dicho hasta este punto, hemos visto que el espíritu de la época es la libertad autónoma, es decir, la libertad de todas las restricciones y especialmente en rebelión contra la verdad de Dios y los absolutos morales. Y hemos visto que en los últimos sesenta años la búsqueda de la libertad autónoma ha socavado el ethos cristiano que una vez tuvo una profunda influencia en dar forma a nuestra cultura. ¿Cómo se llegó a esto? En un sentido, podemos decir que se debe a la rebelión voluntaria contra la verdad de Dios y la revelación de Su Palabra. Y estaríamos en lo cierto. Pero en otro sentido los cambios que han surgido proceden de la historia intelectual y

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religiosa de nuestra cultura y del mundo occidental. En varios de mis libros he tratado extensamente con el surgimiento del humanismo en el mundo occidental y el efecto devastador que esto ha tenido, y le animo a estudiarlos10. Aquí, sin embargo, me referiré sólo a un aspecto de esto, la influencia de La Ilustración, y cómo esto se relaciona específicamente con el cambio que ha tenido lugar en nuestro país durante los últimos sesenta años. A finales del siglo XIX las ideas de La Ilustración comenzaron a tener una influencia significativa sobre el cristianismo en América. Ahora es importante comprender cuáles eran las opiniones de La Ilustración, porque han dejado una marca radical sobre la religión en América hasta el día de hoy. La Ilustración fue un movimiento de pensamiento que comenzó a aparecer a mediados del siglo XVII y alcanzó su forma más clara en la Alemania del siglo XVIII. En general, fue un movimiento intelectual que enfatizó la suficiencia de la razón humana y el escepticismo con respecto a la validez de la autoridad tradicional del pasado. Resulta instructivo observar exactamente cómo se define La Ilustración en el Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana: La Ilustración combina la oposición a toda religión sobrenatural y la creencia en la suficiencia total de la razón humana con un ardiente deseo de promover la felicidad de los hombres en esta vida… La mayoría de sus representantes... rechazaron el dogma cristiano y fueron hostiles al catolicismo, así como a la ortodoxia protestante, que consideraban poderes de oscuridad espiritual que privaban a la humanidad del uso de sus facultades racionales... Su creencia fundamental en la bondad de la naturaleza humana, que los cegó al hecho del pecado, produjo un optimismo indulgente y fe absoluta en la sociedad humana una vez que los principios de la razón iluminada hubieran sido reconocidos. El espíritu de La

34 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Ilustración penetró profundamente en el protestantismo alemán (en el siglo XIX), donde desintegró la fe en la autoridad de la Biblia y alentó la crítica bíblica por un lado y un “pietismo” emocional por el otro11. Esto podría resumirse en pocas palabras: Las ideas centrales de La Ilustración están en completa antítesis a la verdad cristiana. Más que esto, son un ataque contra Dios mismo y Su carácter. A finales del siglo XIX fueron estas ideas las que comenzaron a transformar radicalmente el cristianismo en América. Esto comenzó especialmente con la aceptación de los métodos de la “Alta Crítica” que se habían desarrollado en Alemania. Al usar estos métodos, los nuevos teólogos liberales socavaron completamente la autoridad de la Escritura. Podemos estar agradecidos por aquellos que argumentaron enérgicamente contra los nuevos métodos y en defensa de la plena inspiración e inerrancia de la Escritura. Uno recordaría especialmente a los grandes teólogos de Princeton A. A. Hodge y B. B. Warfield, y más adelante J. Gresham Machen. Pero a pesar de los esfuerzos de estos hombres y de muchos otros líderes cristianos creyentes en la Biblia y a pesar de que la gran mayoría de los cristianos laicos eran verdaderamente creyentes en la Biblia, aquellos que tenían las ideas liberales de La Ilustración y los métodos destructivos de la crítica bíblica llegaron al poder y control en las denominaciones. En la década de 1930 el liberalismo había barrido la mayoría de las denominaciones y la batalla estaba casi perdida. El Punto de Inflexión Luego, a mediados de la década de 1930, se produjo un acontecimiento que, yo diría, marca el punto de inflexión del siglo en relación con la ruptura de nuestra cultura. En 1936, los liberales

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tenían tal control de la Iglesia Presbiteriana del Norte que fueron capaces de destituir al Dr. J. Gresham Machen. Machen, como he dicho, había sido un brillante defensor del cristianismo creyente en la Biblia, como se puede ver, por ejemplo, en su libro titulado Cristianismo y Liberalismo12 publicado en 1924. La destitución de Machen y la consiguiente división de la Iglesia Presbiteriana del Norte fue noticia de primera plana en las noticias seculares en gran parte del país. (Me gustaría comentar que esto es algo de lo que no sabemos nada hoy en día. En la década de 1930 los eventos religiosos todavía se consideraban lo suficientemente importantes como para ser noticias de primera plana). Sin embargo, mucha reflexión previa mostró a los editores y comentaristas que legítimamente esta era una noticia de primera plana, ya que marcó la culminación de la deriva de las iglesias protestantes de 19001936. Fue esta deriva la que sentó las bases para los cambios culturales, sociales, morales, legales y gubernamentales desde ese momento hasta el presente. Sin esta deriva en las denominaciones, estoy convencido de que los cambios en nuestra sociedad en los últimos cincuenta años habrían producido resultados muy diferentes de lo que tenemos ahora. Cuando las iglesias de La Reforma cambiaron, el consenso de La Reforma fue socavado. Un buen caso podría ser que las noticias sobre Machen fueron de las noticias más importantes de los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX. Fue la culminación de una larga tendencia hacia el liberalismo dentro de la Iglesia Presbiteriana y representó la misma tendencia en la mayoría de las otras denominaciones. Incluso si sólo estuviéramos interesados en la sociología, entender este cambio en las iglesias y el consiguiente cambio de nuestra cultura a un consenso post-cristiano es importante si queremos captar lo que está sucediendo en los Estados Unidos hoy en día13. Es interesante observar que hubo un lapso de aproximadamente ochenta años desde el momento en que los métodos de la Alta Crítica se originaron y se hicieron ampliamente aceptados en Alemania a la desintegración de la cultura alemana y al

36 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO surgimiento del totalitarismo bajo Hitler. El Nuevo Consenso ¿Entiende ahora lo que es la batalla en el área de la cultura y las ideas? En los últimos sesenta años el consenso sobre el cual se construyó nuestra cultura ha cambiado de uno que era en gran parte cristiano (aunque debemos decir de inmediato que estaba lejos de ser perfecto) a un consenso surgido de La Ilustración: es decir, a un consenso que está en total antítesis a la verdad cristiana en todo aspecto, incluyendo la negación de lo sobrenatural; la creencia en la suficiencia total de la razón humana; el rechazo de la caída; la negación de la deidad de Cristo y su resurrección, la creencia en la perfectibilidad del hombre; y la destrucción de la Biblia. Y con esto se ha llegado a una ruptura moral casi total. No hay manera de hacer una síntesis de estas ideas y la verdad cristiana. Están en total antítesis. En algunos de mis otros libros he descrito este nuevo consenso como humanismo secular. La visión del mundo de La Ilustración y la visión del mundo del humanismo secular son esencialmente las mismas, con la misma herencia intelectual. Lo que tenemos aquí es una visión del mundo total. Como dije en El Manifiesto Cristiano, los problemas que enfrentamos hoy: Han sucedido por un cambio en la visión del mundo, es decir, a través de un cambio fundamental en la forma global en que la gente piensa y ve el mundo y la vida en su conjunto. Este cambio se ha estado alejando de una visión del mundo que era al menos vagamente cristiana en la memoria de las personas (incluso si no eran cristianos individualmente) hacia algo completamente diferente: hacia una visión del mundo basada en la idea de que la realidad final es que la materia impersonal o energía se moldeó en su forma actual por azar impersonal14.

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Y si sostenemos esta visión del mundo, vivimos en un universo que es en última instancia silencioso, sin sentido ni propósito, sin base para la ley y la moralidad, sin ningún concepto de lo que significa ser humano y del valor de la vida humana. Todo es relativo y arbitrario. Y así el hombre moderno se queda sin nada para llenar el vacío, sólo el hedonismo o el materialismo o cualquier otro “ismo” pueda estar soplando en el viento. Amoldamiento Y ahora debemos preguntar: ¿dónde hemos estado, como evangélicos, en la batalla por la verdad y la moralidad en nuestra cultura? ¿Hemos estado, como evangélicos, en las primeras líneas del frente que luchan por la fe y confrontan el fracaso moral de los últimos cuarenta a sesenta años? ¿Hemos sido conscientes de que hay una batalla en curso, no sólo una batalla celestial, sino una lucha de vida o muerte sobre lo que sucederá a hombres, mujeres y niños en esta vida y en la próxima? Si la verdad de la fe cristiana es verdadera, entonces está en antítesis a las ideas y a la inmoralidad de nuestra época, y debe ser practicada en la enseñanza y en la acción práctica. La verdad exige confrontación. Debe ser una confrontación amorosa, pero debe haber confrontación. Lamentablemente debemos decir que esto raramente ha sucedido. La mayor parte del mundo evangélico no ha estado activo en la batalla, ni siquiera ha sido capaz de ver que estamos en una batalla. Y cuando se trata de los temas del día, el mundo evangélico no ha dicho nada; o peor, no ha dicho nada diferente de lo que el mundo diría. Aquí está el gran desastre evangélico: el fracaso del mundo evangélico en defender la verdad como verdad. Sólo hay una palabra para esto: amoldamiento. La iglesia evangélica se ha amoldado al espíritu del mundo de la época. Primero, ha habido amoldamiento en la Escritura, de modo que muchos que se llaman

38 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO a sí mismos evangélicos mantienen una visión debilitada de la Biblia y ya no afirman la verdad de todas las enseñanzas de la Biblia: verdad no sólo en asuntos religiosos sino en las áreas de ciencia, historia y moralidad. Como parte de esto, ahora muchos evangélicos están aceptando los métodos de la Alta Crítica en el estudio de la Biblia. Recuerde, fueron estos mismos métodos los que destruyeron la autoridad de la Biblia en la iglesia protestante en Alemania en el siglo pasado, y que han destruido la Biblia por los liberales en nuestro país desde el principio de este siglo. Y segundo, ha habido amoldamiento en los asuntos, sin tomar una posición clara, incluso en cuestiones de vida o muerte. Este amoldamiento ha sido costoso, primero al destruir el poder de las Escrituras para enfrentar el espíritu de nuestra época; segundo, al permitir el deslizamiento de nuestra cultura. Por lo tanto, debemos decir con lágrimas que es el amoldamiento evangélico al espíritu del mundo que nos rodea, a la sabiduría de esta época, lo que saca a la iglesia evangélica de ponerse en contra de la ruptura de nuestra cultura. Tengo la firme convicción de que cuando nos presentemos ante Jesucristo, descubriremos que en gran parte la debilidad y el amoldamiento del grupo evangélico en los temas diarios han sido responsables de la pérdida del ethos cristiano que ha tenido lugar en el área de la cultura en nuestro propio país durante los últimos cuarenta a sesenta años. Y entendamos que amoldarse al espíritu del mundo en nuestra época no es nada menos que la forma más grosera de mundanalidad en la verdadera definición de esa palabra. Y con esta verdadera definición de mundanalidad, debemos decir con lágrimas que, con excepciones, la iglesia evangélica es mundana y no es fiel al Cristo viviente. ¿Qué importa realmente? Al concluir este capítulo, haría una última pregunta: ¿Qué es lo que realmente importa? ¿Qué es lo que tanto importa en mi

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vida y en su vida que establece las prioridades para todo lo que hacemos? A Nuestro Señor Jesús se le hizo esencialmente la misma pregunta y su respuesta fue: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente… Este es el primero y el más importante de los mandamientos. Y el segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas” (Mateo 22: 37-40) Esto es lo que realmente importa, amar al Señor Nuestro Dios, amar a Su Hijo y conocerlo personalmente como Nuestro Salvador. Y si lo amamos, haremos las cosas que le agradan; simultáneamente mostraremos Su carácter de santidad y amor en nuestras vidas; seremos fieles a su verdad; caminaremos día con día con el Cristo viviente; viviremos una vida de oración. Y la otra mitad de lo que realmente importa es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Los dos van juntos; no pueden separarse. “De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”. Porque amamos al Señor Jesucristo y lo conocemos personalmente como Nuestro Salvador, debemos, por la gracia de Dios, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Y si amamos a nuestro prójimo como Cristo quiere que amemos a nuestro prójimo, ciertamente querremos compartir el evangelio con nuestro prójimo; y más allá de esto querremos mostrar el amor de Dios en todas nuestras relaciones con nuestro prójimo. Pero no se detiene aquí. El evangelismo es primordial, pero no es el fin de nuestro trabajo y, de hecho, no puede separarse del resto de la vida cristiana15. Debemos reconocer y luego actuar sobre el hecho de que si Cristo es Nuestro Salvador, Él es también Nuestro Señor en toda la vida. Él es Nuestro Señor no sólo en las cosas religiosas y no sólo en las cosas culturales como las artes y

40 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO la música, sino en nuestras vidas intelectuales, en los negocios, en nuestra relación con la sociedad y en nuestra actitud hacia la ruptura moral de nuestra cultura. Reconocer el Señorío de Cristo y colocarnos bajo lo que se enseña en toda la Biblia incluye pensar y actuar como ciudadanos en relación con nuestro gobierno y sus leyes16. Hacer a Cristo el Señor en nuestras vidas significa tomar una posición de manera muy directa y práctica contra el espíritu del mundo de nuestra época, que avanza afirmando ser autónomo, aplastando en su camino todo lo que apreciamos. Si realmente amamos a Nuestro Señor y si realmente amamos a nuestro prójimo, hoy sufriremos de compasión por la humanidad en nuestro propio país y en todo el mundo. Debemos hacer todo lo posible para ayudar a la gente a ver la verdad del cristianismo y aceptar a Cristo como Salvador. Y no debemos permitir que la Biblia sea debilitada por ninguna concesión en su autoridad, por muy sutiles que sean los medios. Esto es así especialmente cuando los que hacen esto se llaman a sí mismos “evangélicos”. Pero debemos estar igualmente en contra del espíritu de nuestra época en la ruptura de la moral y la terrible pérdida de humanidad que ha traído. Especialmente, esto significa estar a favor de la vida humana y mostrar con nuestras acciones que toda vida es sagrada y valiosa en sí misma, no sólo para nosotros como seres humanos, sino también preciosa para Dios. Vale la pena luchar por cada persona, independientemente de si es joven o vieja, enferma o saludable, niña o adulta, nacida o no nacida, de tez morena, roja, amarilla, negra o blanca. Es el poder que cambia vidas de Dios el que es capaz de tocar a cada individuo, quien entonces tiene la responsabilidad de tocar el mundo que lo rodea con los absolutos que se hallan en la Biblia. Al final debemos darnos cuenta de que el espíritu de la época, con toda la pérdida de verdad y belleza, y la pérdida de compasión y humanidad que ha traído, no es sólo un mal cultural. Es un mal espiritual que sólo la verdad que se nos da en la Biblia y Cristo pueden curar.

PARTE II: EL PARTEAGUAS DEL MUNDO EVANGÉLICO

CAPÍTULO 2

Señalando el Parteaguas

Un Parteaguas No muy lejos de donde vivimos en Suiza hay una alta cresta de roca con un valle en ambos lados. Una vez estuve allí cuando había nieve en el suelo a lo largo de esa cresta. La nieve estaba allí intacta, en una aparente unidad. Sin embargo, esa unidad era una ilusión, porque estaba a lo largo de una gran división; estaba a lo largo de un parteaguas. Al derretirse, una parte de la nieve fluiría hacia un valle. La nieve que yacía junto a ella fluiría hacia el otro valle. Ahora, lo que sólo sucede en esa cresta en particular es que la nieve derretida que fluye por un lado de esa cresta baja hacia un valle, a un pequeño río, y luego fluye hacia el río Rin. El Rin entonces fluye a través de Alemania y el agua termina en las aguas frías del Mar del Norte. El agua de la nieve que salió tan cerca de ese parteaguas en el otro lado de la cresta, cuando esta nieve se derrite, cae bruscamente por la cresta hacia el Valle del Ródano. 43

44 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Esta agua fluye hacia el Lac Leman, o como se conoce en el mundo anglosajón, el Lago de Ginebra, y entonces desciende por el río Ródano que fluye a través de Francia y hacia las aguas cálidas del Mediterráneo. La nieve yace a lo largo de ese parteaguas, intacta, como una unidad aparente. Pero cuando se derrite, donde termina en su destino está literalmente a 1,600 kilómetros de distancia. Eso es un parteaguas. Eso es lo que es un parteaguas. Un parteaguas divide. Se puede trazar una línea clara entre lo que al principio parece ser lo mismo o por lo menos muy cercano, pero en realidad termina en situaciones muy diferentes. En un parteaguas hay una línea. Una Casa Dividida ¿Qué tiene que ver esta ilustración con el mundo evangélico de hoy? Yo sugeriría que es una descripción muy precisa de lo que está sucediendo. Los evangélicos de hoy se enfrentan a un parteaguas sobre la naturaleza de la inspiración y la autoridad bíblica. Es un asunto en el mismo sentido que se describe en la ilustración. Dentro del evangelicalismo hay un número creciente de personas que están modificando sus puntos de vista sobre la inerrancia de la Biblia de modo que la plena autoridad de la Escritura está completamente socavada. Pero está sucediendo de una manera muy sutil. Como la nieve que se extiende lado a lado de la cresta, las nuevas opiniones sobre la autoridad bíblica a menudo parecen a primera vista no estar tan lejos de lo que los evangélicos, hasta hace poco tiempo, siempre han creído. Pero también, como la nieve lado a lado en la cresta, las nuevas opiniones, cuando se siguen, consistentemente terminan a mil seiscientos kilómetros de distancia. Lo que al principio puede parecer una diferencia menor, al final hace toda la diferencia en el mundo. Hace toda la diferencia, como es de esperar, en las cosas que pertenecen a la teología, a la doctrina y a los asuntos espirituales, pero que también hace toda la

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diferencia en las cosas que pertenecen a la vida cristiana cotidiana y en cómo nosotros como cristianos nos relacionamos con el mundo que nos rodea. En otras palabras, comprometer la plena autoridad de la Escritura afecta eventualmente lo que significa ser un cristiano teológicamente y cómo vivimos en todo el espectro de la vida humana. Hay un sentido en que el problema de la plena autoridad bíblica es bastante reciente. Hasta hace doscientos años, más o menos, casi todos los cristianos creían en la inerrancia plena de la Biblia, o en el equivalente a esto expresado en términos similares. Esto era cierto antes de La Reforma y después. El problema con la iglesia medieval antes de La Reforma no fue tanto que no creyera en una Biblia inerrante, sino que permitió que toda la gama de ideas teológicas no bíblicas y supersticiones crecieran dentro de la iglesia. Luego, estas ideas fueron colocadas a la par de la Biblia e incluso sobre la Biblia, de modo que la autoridad y la enseñanza de la Biblia estuvieron subordinadas a enseñanzas no bíblicas. Esto dio lugar a los abusos que condujeron a La Reforma. Pero tenga en cuenta que el problema no fue que la iglesia antes de La Reforma no creyera en la inerrancia de la Escritura; el problema fue que no practicaba la inerrancia de la Escritura, porque subordinaba la Biblia a sus enseñanzas falibles. Por lo tanto, es importante señalar que, hasta tiempos recientes, 1) creer en la inerrancia de la Escritura (incluso cuando no se practicaba plenamente) y 2) afirmar ser un cristiano, eran vistas como dos cosas que necesariamente iban juntas. Si usted era cristiano, también confiaba en la plena fiabilidad de la Palabra escrita de Dios, la Biblia. Si usted no creía en la Biblia, no decía ser cristiano. Pero nadie, en los últimos doscientos años, más o menos, trató de decir: “Soy cristiano, pero al mismo tiempo creo que la Biblia está llena de errores”. Tan increíble como esto habría parecido a los cristianos en el pasado, y tan increíble como esto puede parecer hoy a los cristianos creyentes en la Biblia, esto es lo que ahora está sucediendo dentro del mundo evangélico.

46 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Este problema, que comenzó hace unos doscientos años, en las últimas dos décadas ha venido a ser crucial entre los evangélicos. Es un problema que yo y otros, comenzamos a tratar públicamente a mediados de los años sesenta, de nuevo en los setentas y repetidamente en los ochentas. Podemos estar agradecidos por los muchos que han tomado una postura firme sobre esto; pero también debemos decir, tristemente, que el problema continúa y está creciendo. El evangelicalismo está dividido, profundamente dividido. Y no será útil ni veraz que alguien niegue esto. Es algo que no desaparecerá simplemente y no puede ser barrido bajo la alfombra. Lo que sigue en este capítulo surge del estudio, el pensamiento y la oración, a menudo con lágrimas, que he hecho con respecto a este asunto del parteaguas durante toda mi vida como cristiano, pero sobre todo como lo he tratado en mis charlas y escritos durante las dos últimas décadas. Lo siguiente, entonces, es una reafirmación y un mayor desarrollo, como un todo unificado, de mi obra en esta área. Sin Bases Hay dos razones en nuestros días para mantener una visión firme e inflexible de la Escritura. En primer lugar, esta es la única manera de ser fieles a lo que la Biblia enseña acerca de sí misma, a lo que Cristo enseña acerca de la Escritura, y a lo que la iglesia ha sostenido a lo largo de los siglos. Esta debería ser una razón suficiente en sí misma. Pero hoy hay una segunda razón por la que debemos mantener una visión fuerte e inflexible de la Escritura. Hay días difíciles por delante de nosotros, para nosotros mismos y para nuestros hijos, físicos y espirituales. Y sin una visión fuerte de la Escritura como fundamento, no estaremos listos para los días difíciles que vendrán. A menos que la Biblia sea sin error, no sólo cuando habla de asuntos de salvación, sino también cuando habla de la historia y el cosmos, no tendremos fundamento para responder las preguntas sobre la existencia del universo y su forma

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y la singularidad del hombre. Tampoco tendríamos ningún absoluto moral, o certeza de la salvación, y la próxima generación de cristianos no tendrá nada sobre lo cual sostenerse. Nuestros hijos espirituales y físicos se quedarán sin bases, sin un fundamento sobre el cual construir su fe o sus vidas. El cristianismo ya no es el consenso para nuestra sociedad. Y el cristianismo ya no es el consenso sobre el que se basa nuestra ley. Esto no quiere decir que los Estados Unidos alguna vez hayan sido una “nación cristiana” en el sentido de que todos o la mayoría de nuestros ciudadanos fueran cristianos, ni en el sentido de que la nación, sus leyes y su vida social fueran una expresión plena y completa de la verdad cristiana. No hay una edad de oro en el pasado que podamos idealizar, ya sea la América Independiente, La Reforma o la iglesia primitiva. Pero hasta décadas recientes existía algo que podíamos llamar con razón un consenso cristiano o ethos que dio una forma distintiva a la sociedad occidental y a los Estados Unidos de una manera definida. Ahora ese consenso casi ha desaparecido, y las libertades que trajo están siendo destruidas ante nuestros ojos. Estamos en un momento en que el humanismo está llegando a su conclusión natural en la moral, los valores y en la ley. Todo lo que la sociedad tiene hoy son valores relativistas basados en promedios estadísticos, o en las decisiones arbitrarias de aquellos que tienen el poder legal y político. Libertad con Forma o Caos La Reforma con su énfasis en la Biblia, en todo lo que enseña, como la revelación de Dios, proporcionó una libertad en la sociedad y, sin embargo, también una forma en la sociedad. Así, hubo libertades en los países de La Reforma (como el mundo nunca había conocido antes) sin que esas libertades condujeran al caos, porque las leyes y la moral estaban rodeadas por un consenso que descansaba sobre lo que la Biblia enseñaba. Ahora esa situación terminó, y no podremos entender la sociedad actual

48 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO para nosotros ni para nuestros hijos espirituales y físicos a menos que entendamos lo que en realidad ha sucedido. En retrospectiva podemos ver que desde los años 1930 en los Estados Unidos, el consenso cristiano ha sido una perspectiva cada vez más minoritaria y ya no proporciona un consenso para la sociedad en la moral o la ley. Nosotros, los cristianos que creemos en la Biblia, ya no representamos el punto de vista legal y moral predominante de nuestra sociedad, y ya no tenemos la principal influencia en la determinación de esto. El énfasis principal del cristianismo bíblico es la enseñanza de que el Dios infinito-personal es la realidad final, el Creador de todo, y que un individuo puede venir abiertamente al Dios Santo sólo sobre la base de la obra terminada de Cristo. No se necesita añadir nada a la obra terminada de Cristo y nada se puede añadir a la obra terminada de Cristo. Pero al mismo tiempo que el cristianismo proporciona el consenso, como lo hizo en los países de La Reforma (y lo hizo en los Estados Unidos hasta hace relativamente pocos años), el cristianismo también trae consigo muchas bendiciones secundarias. Una de ellas han sido libertades titánicas, pero sin que esas libertades conduzcan al caos, porque los absolutos de la Biblia proporcionan un consenso dentro del cual la libertad puede operar. Pero una vez que el consenso cristiano ha sido eliminado, como lo ha sido hoy, entonces las mismas libertades que surgieron de La Reforma se convierten en una fuerza destructiva que conduce al caos en la sociedad. Esta es la razón por la que vemos el colapso de la moralidad en todas partes en nuestra sociedad de hoy: la devaluación completa de la vida humana, un relativismo moral total y un completo hedonismo. Relativismo o los Absolutos de Dios En tal escenario, nosotros, los cristianos creyentes en la Biblia, o nuestros hijos, enfrentamos días decisivos por venir.

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Los días fáciles para los cristianos evangélicos han pasado, y sólo una perspectiva fuerte de la Escritura es suficiente para resistir la presión de una cultura omnipresente basada en el relativismo y el pensamiento relativista. Debemos recordar que fue una perspectiva fuerte de los absolutos que el Dios infinito-personal dio a la iglesia primitiva en el Antiguo Testamento, en la revelación de Cristo a través de la Encarnación y en el entonces creciente Nuevo Testamento, absolutos que permitieron a la iglesia primitiva soportar la presión del Imperio Romano. Sin un compromiso fuerte con los absolutos de Dios, la iglesia primitiva nunca podría haber permanecido fiel ante el constante hostigamiento y persecución romanos. Y nuestra situación actual es notablemente similar, ya que nuestra propia estructura legal, moral y social se basa en un consenso cada vez más anticristiano y secularista. Pero, ¿qué está sucediendo en el evangelicalismo hoy en día? ¿Existe el mismo compromiso con los absolutos de Dios que tuvo la iglesia primitiva? Lamentablemente debemos decir que este compromiso no está ahí. Aunque crece en número en lo que se refiere al nombre, en todo el mundo y en los Estados Unidos; el evangelicalismo no está unido defendiendo una perspectiva fuerte de la Escritura. Pero debemos decir que si los evangélicos han de ser evangélicos, no debemos comprometer nuestra perspectiva de la Escritura. De nada sirve que el evangelicalismo parezca cada vez más grande, si al mismo tiempo partes considerables del evangelicalismo se están volviendo indulgentes con respecto a las Escrituras. Debemos decir con tristeza que en algunos lugares los seminarios, las instituciones y los individuos que son conocidos como evangélicos ya no tienen una perspectiva plena de la Escritura. El asunto es claro. ¿Es la verdad de la Biblia verdadera e infalible en todo lo que habla, incluyendo cuando trata la historia y el cosmos, o es sólo revelacional en cierto sentido cuando trata temas religiosos? Ese es el problema.

50 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO La Nueva Neo-Ortodoxia Sólo hay una manera de describir a aquellos que ya no tienen una perspectiva plena de la Escritura. Aunque muchos de ellos quisieran conservar el nombre evangélico, la única manera precisa de describir este punto de vista es que es una forma de teología existencial neo-ortodoxa. El corazón de la teología existencial neo-ortodoxa es que la Biblia es como una cantera de la cual extraer alguna experiencia religiosa, pero que la Biblia contiene errores cuando trata lo que es verificable, a saber, la historia y la ciencia. Pero, desgraciadamente, debemos decir que ahora en algunos círculos este concepto ha entrado de tal manera que se le llama evangelicalismo. En resumen, en estos círculos se enseña la teología existencial neo-ortodoxa bajo el nombre de evangelicalismo. La cuestión es si la Biblia da una verdad proposicional (es decir, una verdad que se puede expresar en proposiciones) cuando trata la historia y el cosmos, y esto retrocediendo hasta la historia pre-abrahámica, hasta los primeros once capítulos del Génesis; o si en lugar de eso, sólo es significativa cuando trata lo que se considera religioso. T. H. Huxley, el biólogo amigo de Darwin, abuelo de Aldous y Julian Huxley, escribió en 1890 que él visualizaba el día no muy lejano donde la fe sería separada de todo hecho real, y especialmente de toda la historia pre-abrahámica, y que la fe triunfaría para siempre. Esta es una declaración asombrosa para 1890, antes del nacimiento de la filosofía existencial o de la teología existencial. En realidad, Huxley previó algo claramente. Estoy seguro de que él y sus amigos lo consideraban una especie de broma, porque habrían entendido bien que si la fe está separada del hecho real y específicamente de la historia pre-abrahámica en espacio-tiempo, es sólo otra forma de lo que hoy llamamos un “viaje”. Pero, por desgracia, no son sólo los teólogos existenciales neo-ortodoxos declarados los que ahora sostienen lo que T. H.

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Huxley previó, sino también algunos que se llaman a sí mismos evangélicos. Esto puede venir del lado teológico al decir que no toda la Biblia es revelacional, o puede venir del lado científico al decir que la Biblia enseña poco o nada cuando habla del cosmos, o puede venir del lado cultural al decir que las enseñanzas morales de la Biblia fueron meras expresiones de la situación culturalmente determinada y relativa en la cual la Biblia fue escrita y por lo tanto no son autoritativas hoy en día. Martín Lutero dijo: “Si profeso con la voz más fuerte y la exposición más clara cada porción de la verdad de Dios, excepto precisamente ese pequeño punto que el mundo y el diablo están atacando en este momento, no estoy confesando a Cristo, por más audaz que pueda ser profesando a Cristo. Donde se libra la batalla, allí se prueba la lealtad del soldado y, además, estar firmes en todo el frente de batalla, es mera huida y desgracia si él falla en ese punto”. Señalando una Línea En nuestros días ese punto es la cuestión de la Escritura. Sostener una perspectiva fuerte de la Escritura o no sostenerla es el parteaguas del mundo evangélico. La primera dirección que debemos afrontar es decir de la manera más amorosa, pero claramente: el evangelicalismo no es consistentemente evangélico a menos que se trace una línea entre los que tienen una perspectiva plena de la Escritura y los que no. Lo que a menudo se olvida es que donde hay un parteaguas hay una línea que puede ser observada y señalada. Por ejemplo, si uno tuviera la responsabilidad en Suiza para el desarrollo de la energía hidroeléctrica a partir del flujo de agua, uno tendría una gran responsabilidad para determinar la topografía del país y luego señalar dónde estaría la línea y dónde el agua se dividirá y fluirá. En el parteaguas del mundo evangélico, ¿qué significa señalar esa línea? Significa señalar visiblemente, en amor, donde está esa

52 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO línea, mostrando en amor que algunos están al otro lado de la línea, y dejando claro a todos en ambos lados de la línea cuáles son las consecuencias de esto. Al hacer visible dónde está la línea, debemos entender lo que realmente está sucediendo. Con la negación de la plena autoridad de la Escritura, una sección importante de lo que se llama evangelicalismo se ha dejado infiltrar por la visión general del mundo o el punto de vista de nuestros días. Esta infiltración es realmente una variante de lo que había dominado los círculos teológicos liberales bajo el nombre de neo-ortodoxia. Un Sentimiento Interior o una Verdad Objetiva Es sorprendente ver con qué claridad el modo de pensar liberal, neo-ortodoxo se refleja en la nueva y debilitada visión evangélica. Por ejemplo, hace algún tiempo estuve en el programa de radio “Extensión 720” de Milt Rosenberg en Chicago (estación WGN) junto con un joven pastor liberal que se graduó de un muy conocido seminario teológico liberal. El programa se estableció como un debate tripartito entre mí, el pastor liberal, y Rosenberg, quien no se considera una persona religiosa. Rosenberg es un astuto maestro del debate. Y con El Manifiesto Cristiano y la cuestión del aborto como puntos de discusión, él siguió profundizando cada vez más en las diferencias entre el joven pastor liberal y yo. El joven pastor liberal mencionó a Karl Barth, Niebuhr y Tillich, y los discutimos. Pero quedó muy claro en ese debate tripartito que el joven pastor liberal nunca pudo apelar a la Biblia sin reservas. Y entonces el joven pastor liberal dijo: “pero apelo a Jesús”. Mi respuesta en la radio fue que, en vista de su perspectiva de la Biblia, no podía estar realmente seguro de que Jesús vivió. Su respuesta fue que él tenía un sentimiento interior, una respuesta interior, que le decía que Jesús había existido. Lo intrigante para mí fue que uno de los principales líderes de la perspectiva debilitada de la Biblia; que se llama evangélico,

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y que ciertamente ama al Señor, en un debate largo y arduo pero agradable en mi casa hace unos años, cuando se le presionó sobre cómo podía estar seguro acerca de la resurrección de Jesucristo, usó casi las mismas palabras. Él dijo que estaba seguro de la resurrección de Jesucristo debido a un testimonio interno. Finalmente, ambos respondieron de la misma manera. Mi punto es que una sección importante e influyente de lo que se llama evangelicalismo ha sido infiltrada por un punto de vista que está directamente relacionado con la perspectiva que había dominado los círculos teológicos liberales bajo el nombre de neo-ortodoxia. Para mí, esto era curioso en el momento en que lo vi ocurrir hace algunos años, porque donde esto termina ya había sido demostrado por el síndrome de Niebuhr-Tillich-“Dios está muerto”. La neo-ortodoxia conduce a un callejón sin salida con un Dios muerto, como ya lo ha demostrado la teología de los años sesenta. ¿Y no es curioso que algunos evangélicos ahora estén retomando esto como si fuese lo que debiéramos sostener hoy si hemos de estar “con aquélla”? Pero igualmente significativo, note que el pastor liberal y el líder con la perspectiva debilitada de la Escritura que se llaman a sí mismos evangélicos, ambos terminan en el mismo lugar, sin otra apelación final que “un testimonio interior”. No tienen una autoridad final y objetiva. Esto señala hasta qué punto abarca la infiltración. Esto es, así como las raíces neo-ortodoxas son sólo una expresión teológica de la perspectiva del mundo circundante y la metodología del existencialismo, del mismo modo lo que se está presentando como una nueva perspectiva de la Escritura en el evangelicalismo es también una infiltración de la perspectiva general del mundo y la metodología de existencialismo. Al poner un énfasis radical en la experiencia humana subjetiva, el existencialismo socava el lado objetivo de la existencia. Para el existencialista es una ilusión pensar que podemos conocer algo verdaderamente, que no hay tal cosa como una verdad objetiva o absolutos morales. Todo lo que tenemos es una experiencia subjetiva, sin base definitiva para el

54 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO bien o el mal, la verdad o la belleza. Esta perspectiva existencial del mundo domina la filosofía, y gran parte del arte y la cultura general, como la novela, la poesía y el cine. Y aunque esto es evidente en el pensamiento en los círculos académicos y filosóficos, es igualmente invasivo en la cultura popular. Es imposible encender el televisor, leer el periódico u hojear una revista popular sin ser bombardeado con la filosofía del relativismo moral, la experiencia subjetiva y la negación de la verdad objetiva. En la nueva perspectiva de la Escritura entre los evangélicos encontramos lo mismo, a saber, que la Biblia no es una verdad objetiva; que en el área de lo verificable tiene muchos errores; que no se puede confiar en lo que trata de la historia y el cosmos; y que incluso lo que enseña sobre la moral está culturalmente condicionado y no puede ser aceptado en un sentido absoluto. Sin embargo, esta nueva perspectiva debilitada enfatiza que “una palabra religiosa” de alguna manera atraviesa esas barreras en la Biblia, lo que finalmente termina en alguna expresión como “un sentimiento interior”, “una respuesta interior” o “un testimonio interior”. Una Biblia Dividida Las siguientes dos citas son ejemplos claros de esto. Vienen de hombres muy separados geográficamente en el mundo, ambos están en círculos evangélicos, pero defienden la idea de que en el área donde opera la razón la Biblia contiene errores. El primero escribe: Pero hay algunos hoy que consideran la inspiración plenaria y verbal de la Biblia asegurando su inerrancia, no sólo en su intención declarada de contar e interpretar los poderosos actos redentores de Dios, sino también en cualquiera y en todas sus afirmaciones incidentales o aspectos de declaraciones que tienen que ver con asuntos

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no revelacionales tales como geología, meteorología, cosmología, botánica, astronomía, geografía, etc. En otras palabras, la Biblia se divide en mitades. Para alguien como yo esto es muy familiar: en los escritos de Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Martin Heidegger, Karl Jaspers y en el caso de miles de personas modernas que han aceptado la metodología existencial. Esta cita dice lo mismo que ellos dicen, pero relacionando específicamente esta metodología existencial con la Biblia. En una cita similar otro líder evangélico en un país lejos de los Estados Unidos escribe: Más problemático, en mi opinión, es la extensión fundamentalista del principio de no contradicción de las Escrituras para incluir las afirmaciones históricas, geográficas, estadísticas y otras afirmaciones bíblicas, que no tratan en todos los casos la cuestión de la salvación y que pertenecen al elemento humano de la Escritura. Ambas declaraciones hacen lo mismo. Hacen una dicotomía; hacen una división. Dicen que hay errores en la Biblia y sin embargo, que debemos mantener el sistema de creencias, el sistema de valores y las cosas religiosas. Esta es entonces la forma en que la metodología existencial ha llegado a los círculos evangélicos. Al final, quita la verdad de las Escrituras del mundo objetivo y la reemplaza con la experiencia subjetiva de un “testimonio interior”. Nos recuerda en particular al término “la experiencia final” del filósofo existencial secular Karl Jaspers y a cualquier otro término que sea alguna forma del concepto de autoridad final como un testimonio interior. En la forma neoortodoxa, en la forma existencial secular, y en esta nueva forma evangélica, la verdad queda finalmente como sólo subjetiva.

56 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Todo esto contrasta fuertemente con la perspectiva histórica presentada por Cristo mismo y la perspectiva histórica de la Escritura en la iglesia cristiana, que es la Biblia como verdad objetiva y absoluta. Por supuesto todos sabemos que hay elementos subjetivos involucrados en nuestra lectura personal de la Biblia y en la lectura de la iglesia de la Biblia. Sin embargo, la Biblia es una verdad objetiva y absoluta en todas las áreas que trata. Y por lo tanto sabemos que Cristo vivió, y que Cristo resucitó de entre los muertos, y todo los demás, no debido a alguna experiencia interior subjetiva, sino porque la Biblia se erige como una autoridad objetiva y absoluta. Esta es la manera en que conocemos. No minimizo la experiencia que descansa sobre esta realidad objetiva, pero esta es la forma en que conocemos, sobre la base de que la Biblia es la verdad objetiva y absoluta. O por decirlo de otra manera: la cultura debe ser juzgada constantemente por la Biblia, en lugar de que la Biblia sea torcida para ajustarse a la cultura circundante. La iglesia primitiva hizo esto con respecto a la cultura greco-romana de su época. La Reforma lo hizo en su día en relación con la cultura que provenía del final de la Edad Media. Y nunca debemos olvidar que todos los grandes avivamientos lo hicieron con respecto a la cultura circundante de su día. Y la iglesia cristiana hizo esto en cada uno de sus grandes momentos de la historia. El Nuevo Resquicio Legal Pero para complicar aún más las cosas, hay quienes están dentro del evangelicalismo que están muy contentos de usar las palabras “infalibilidad”, “inerrancia” y “sin error”, pero que en un análisis cuidadoso significan algo muy diferente de lo que estas palabras han significado históricamente para iglesia. Este problema se puede ver en lo que sucedió con la Declaración sobre la Escritura en el Pacto de Lausana de 1974. La declaración dice:

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Afirmamos la inspiración divina, la veracidad y la autoridad de las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento en su totalidad como la única Palabra de Dios escrita, sin error en todo lo que afirma y la única regla infalible de fe y práctica. En la primera lectura, esto parece hacer una fuerte declaración en apoyo de la plena autoridad de la Biblia. Pero ha surgido un problema con respecto a la frase “en todo lo que afirma”. Para muchos esto se está utilizando como un resquicio legal. Debo decir que esta pequeña frase no fue parte de mi propia contribución al Congreso de Lausana. Yo no sabía que esta frase iba a ser incluida en el Pacto hasta que la vi en forma impresa, y no estuve completamente contento con ella. Sin embargo, es una declaración apropiada si las palabras se tratan con justicia. Por supuesto, no queremos decir que la Biblia no tiene error en cosas que no afirma. Uno de los ejemplos más claros es donde la Biblia dice: “Dice el necio en su corazón: ‘No hay Dios’”. La Biblia no enseña que “no hay Dios”. Esto no es algo que la Biblia afirme, ni siquiera aunque hace esta declaración. Además, no estamos diciendo que la Biblia es sin error en todas las proyecciones que las personas han hecho sobre la base de la Biblia. De modo que esa declaración, tal como apareció en el Pacto de Lausana, es una declaración perfectamente apropiada en sí misma. Sin embargo, tan pronto como la vi en forma impresa sabía que iba a ser usada equivocadamente. Por desgracia, esta afirmación, “en todo lo que afirma”, en realidad ha sido un resquicio para muchos. ¿Cómo se ha hecho un resquicio? Se ha hecho un resquicio a través de la metodología existencial que diría que la Biblia afirma el sistema de valores y ciertas cosas religiosas establecidas en la Biblia. Pero sobre la base de la metodología existencial, estos hombres y mujeres dicen en el fondo de sus mentes, incluso cuando firman el Pacto, “Pero la Biblia no afirma sin error lo que enseña en el área de la historia y el cosmos”.

58 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Debido a la ampliamente aceptada metodología existencial en ciertas partes de la comunidad evangélica, las viejas palabras infalibilidad, inerrancia y sin error hoy carecen de significado a menos que se agregue una frase como: la Biblia es sin error, no sólo cuando habla de valores, el sistema de creencias y cosas religiosas, sino también es sin error cuando habla de historia y el cosmos. Si no se añade alguna frase semejante, estas palabras hoy carecen de sentido. Hay que señalar especialmente que la palabra infalibilidad hoy es utilizada por hombres que no la aplican a toda la Escritura, sino sólo al sistema de creencias, al sistema de valores y a ciertas cosas religiosas, dejando fuera cualquier lugar donde la Biblia hable de la historia y de las cosas que interesarían a la ciencia. A Pesar de Todos los Errores Un claro ejemplo de esto atrajo mi atención hace tan sólo unos meses. Hoy encontramos que la misma perspectiva de la Escritura que es sostenida por el teólogo liberal moderno se está enseñando en seminarios que se llaman evangélicos. Esta perspectiva sigue la metodología existencial de los pensadores seculares que dice que la Biblia tiene errores, pero que de todos modos de alguna manera debe creerse. Por ejemplo, recientemente recibí una carta de un pensador muy capaz en Gran Bretaña, en la que escribió: Hay muchos problemas que enfrentan los evangélicos hoy en día, el menor de los cuales no es la neo-ortodoxia en relación con la Escritura. Estoy estudiando en Tyndale House (un centro de estudios en Cambridge, Inglaterra) por unos días. A un lado de mi habitación está un profesor muy amable, de un seminario importante en California que se llama evangélico, él se llama a sí mismo un “evangélico abierto”. Ha declarado públicamente en un debate

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teológico que él cree en la Biblia “a pesar de todos los errores en ella”. Este líder cristiano en Inglaterra que me escribió esta carta tiene razón al llamar a la neo-ortodoxia con el nombre de evangélica. ¿No es curioso que los evangélicos la hayan considerado ahora como algo progresista, justo en un momento en que los liberales han descubierto que la neo-ortodoxia lleva a la teología de “Dios está muerto”? Y cuando quedó claro hace unos años que este seminario y otros simplemente estaban presentando una forma de neo-ortodoxia con respecto a la Escritura con el nombre de evangélica, ¿el liderazgo evangélico rápidamente trazó una línea? ¿Hubo una intensa actividad en el liderazgo evangélico para defender la causa de las Escrituras y la fe? Lamentablemente debemos decir que no. Excepto por unas pocas voces solitarias, hubo un silencio grande y extenso1. Infiltración Cultural Aquellos que debilitan la Biblia en el área de la historia y donde trata sobre el cosmos, lo hacen diciendo que estas cosas en la Biblia están culturalmente orientadas. Es decir, en lugares donde la Biblia habla de la historia y el cosmos, sólo muestra las opiniones sostenidas por la cultura en el día en que se escribió esa parte de la Biblia. Por ejemplo, cuando Génesis y Pablo afirman, como claramente lo hacen, que Eva vino de Adán, se dice que esto se tomó prestado de las perspectivas culturales generales de la época en que estos libros fueron escritos. Así, no sólo los primeros once capítulos del Génesis, sino el Nuevo Testamento son vistos como relativos en vez de absolutos. Démonos cuenta que uno no puede comenzar tal proceso sin ir más lejos. Estas cosas han ido más lejos entre algunos que todavía se llaman evangélicos. Han estado tratando de aferrarse al sistema de valores, al sistema de creencias y a las cosas religiosas

60 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO que se dan en la Biblia; pero para ellos la Biblia sólo está culturalmente orientada donde habla de historia y el cosmos. En años más recientes se dado una extensión a esto. Ahora se dice que ciertos absolutos morales en el ámbito de las relaciones personales dados en la Biblia también están orientados culturalmente. Mencionaré dos ejemplos, aunque se podrían dar muchos otros. En primer lugar, es fácil el divorcio y el nuevo matrimonio. Lo que la Biblia enseña claramente acerca de las limitaciones impuestas al divorcio y el nuevo matrimonio es ahora puesto por algunos evangélicos en el área de la orientación cultural. Dicen que éstas fueron sólo las ideas de ese momento cuando se escribió el Nuevo Testamento. Para ellos lo que la Biblia enseña sobre estos asuntos es sólo una cosa más culturalmente orientada, y eso es todo. Hay miembros, ancianos y ministros en iglesias conocidas como evangélicas que ya no se sienten obligados por lo que la Escritura afirma sobre este asunto. Dicen que lo que la Biblia enseña en esta área está orientado culturalmente y no debe tomarse como un absoluto. Como segundo ejemplo, encontramos lo mismo sucediendo en el área de la enseñanza bíblica acerca del orden en el hogar y la iglesia. Los mandamientos con respecto a este orden ahora también son considerados culturalmente orientados por algunos predicadores y escritores con el nombre de evangélicos. En otras palabras, en los últimos años la situación se ha movido desde conservar el sistema de valores, el sistema de creencias y las cosas religiosas, mientras se decía que lo que la Biblia afirma con respecto a la historia y al cosmos está culturalmente orientado, hasta un paso adelante de seguir tratando de conservar el sistema de valores, el sistema de creencias y las cosas religiosas, pero ahora incorporando estos mandamientos morales junto con los asuntos de la historia y el cosmos como culturalmente orientados. No hay fin a esto. La Biblia está hecha para decir solamente lo que hace eco de la cultura circundante en nuestro momento de la historia. La Biblia se amolda a la cultura

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en lugar de que la Biblia juzgue nuestra sociedad y nuestra cultura. Una vez que los hombres y las mujeres comienzan a ir por el camino de la metodología existencial con el nombre de evangelicalismo, la Biblia ya no es la Palabra de Dios sin error, cada parte puede ser devorada paso a paso. Cuando los hombres y las mujeres llegan a este lugar, ¿en qué se ha convertido la Biblia? Se ha convertido en lo que los teólogos liberales dijeron que era en los días de los años veinte y treinta. Hemos regresado a los días de un erudito como J. Gresham Machen, quien señaló que el fundamento sobre el cual descansa el cristianismo estaba siendo destruido. ¿Cuál es ese fundamento? Es que el Dios infinitopersonal que existe no ha estado callado, sino que ha hablado la verdad proposicional en todo lo que la Biblia enseña, incluyendo lo que enseña sobre la historia, sobre el cosmos y en los absolutos morales, así como lo que enseña sobre asuntos religiosos. Obsérvese cuál era, y es, el problema principal: la infiltración por una forma de la perspectiva del mundo que nos rodea, en lugar de que la Biblia sea la base inamovible para juzgar la cambiante cultura caída. Como evangélicos, necesitamos mantenernos en los principios bíblicos fundamentales para no ser infiltrados por esta cambiante cultura caída que nos rodea, sino más bien juzgar esa cultura sobre la base de la Biblia. ¿Qué Diferencia Hace? ¿La inerrancia marca la diferencia? Abrumadoramente; la diferencia es que con la Biblia siendo lo que es, la Palabra de Dios absoluta, la verdad objetiva de Dios, no necesitamos ser, y no deberíamos ser, atrapados en las cambiantes culturas caídas que nos rodean. Aquellos que no sostienen la inerrancia de la Escritura no tienen este alto privilegio. Hasta cierto punto, están a merced de la cultura caída y cambiante. Y así la Escritura es torcida para conformarse al cambiante espíritu del mundo del día, y por lo tanto no tienen una autoridad sólida sobre la cual juzgar y resistir

62 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO los puntos de vista y valores de ese cambiante espíritu del mundo. Nosotros, sin embargo, debemos ser cuidadosos ante el Señor. Si decimos que creemos que la Biblia es la inerrante y autoritativa “Así dijo el Señor”, no nos enfrentamos a los vientos huracanados del cambio que nos rodean con confusión y terror. Y sin embargo, el otro lado de la moneda es que si esta es la “Así dijo el Señor”, debemos vivir bajo ella. Y sin eso, no entendemos lo que hemos dicho cuando decimos que defendemos una Escritura inerrante. Yo preguntaría de nuevo: ¿La inerrancia realmente marca una diferencia, en la forma en que vivimos nuestras vidas en todo el espectro de la existencia humana? Lamentablemente, debemos decir que nosotros, los evangélicos que verdaderamente sostenemos la plena autoridad de la Escritura, no siempre lo hemos hecho bien en este aspecto. He dicho que la inerrancia es el parteaguas del mundo evangélico. Pero no es sólo un punto de debate teológico. ¡Es la obediencia de la Escritura lo que es el parteaguas! Es creerla y aplicarla a nuestras vidas, lo que demuestra si en realidad la creemos. Hedonismo Actualmente vivimos en una sociedad donde todas las cosas son relativas y el valor final es lo que hace que el individuo o la sociedad sea “feliz” o se sienta bien en ese momento. Esto no es sólo el joven hedonista que hace lo que se siente bien; es la sociedad como un todo. Esto tiene muchas facetas, pero una es la ruptura de toda estabilidad en la sociedad. Nada es fijo, no hay normas finales; sólo lo que hace a uno “feliz” es dominante. Incluso esto es cierto con respecto a la vida humana. El 11 de enero de 1982, el número de Newsweek tenía una historia de portada de alrededor de cinco o seis páginas que demostraba concluyentemente que la vida humana comienza en la concepción. Todos los estudiantes de biología deberían haber sabido esto todo

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el tiempo. Entonces uno cambia de página y el siguiente artículo se titula: “¿Pero, es una persona?” La conclusión de esa página es: “El problema no es determinar cuándo comienza la vida humana real, sino cuándo el valor de esa vida empieza a sobrepasar otras consideraciones, como la salud o incluso la felicidad de la madre”. La frase aterradora es “o incluso la felicidad”. Así, incluso la vida humana reconocida puede ser, y es, terminada en beneficio de la felicidad de otra persona. Sin valores fijos, lo único que importa es mi felicidad o la de la sociedad en este momento. Debo decir que no puedo entender por qué incluso los abogados liberales de la Unión Americana de Libertades Civiles no están aterrorizados en ese punto. Y, por supuesto, cada vez es más aceptado que si un bebé recién nacido va a hacer infeliz a la familia o a la sociedad, también debería permitirse que muera. Todo lo que tiene que hacer es mirar sus programas de televisión y esto se transmite cada vez más como si fuera una avalancha. Es sobre esa opinión que Stalin y Mao permitieron (y estoy usando una palabra muy suave cuando digo “permitieron”) que millones de personas murieran por lo que ellos consideraban la felicidad de la sociedad. Entonces este es el terror que hoy rodea a la iglesia. La felicidad del individuo o de la sociedad toma la preferencia suprema incluso sobre la vida humana. Ahora démonos cuenta de que estamos tanto en peligro de ser infiltrados por las formas de pensamiento inmoral circundantes de nuestra cultura como en peligro de ser infiltrados por las formas de pensamiento existencial. ¿Por qué? Porque estamos rodeados por una sociedad sin normas fijas y “sin culpa” de nada. Cada cosa se hace a un lado psicológicamente o se explica de modo que no hay bien ni mal. Y, como con la “felicidad” de la madre que tiene prioridad sobre la vida humana, así se prescinde de cualquier cosa que interfiera con la “felicidad” del individuo o de la sociedad.

64 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Torciendo la Biblia Obedecer las Escrituras es realmente el parteaguas. Podemos decir que la Biblia es sin error y aún destruirla si con nuestras vidas torcemos las Escrituras para que se amolden a esta cultura en lugar de juzgar la cultura por la Escritura. Y hoy vemos esto sucediendo cada vez más como en el caso del divorcio fácil y el nuevo matrimonio. Las leyes de “divorcio sin culpa” en muchos de nuestros estados no se basan realmente en humanitarismo o bondad. Se basan en la opinión de que no hay bien ni mal. Y así todo es relativo, lo que significa que la sociedad y el individuo actúan sobre lo que parece darles felicidad por el momento. ¿No deberíamos estar de acuerdo en que incluso gran parte de la iglesia evangélica, que afirma creer que la Biblia es sin error, ha torcido la Escritura en el punto del divorcio para conformarse a la cultura en vez de que la Escritura juzgue los puntos de vista actuales de la cultura caída? ¿No deberíamos estar de acuerdo en que en el área del divorcio y el nuevo matrimonio ha habido una falta de enseñanza y disciplina bíblica incluso entre los evangélicos? Cuando yo, contrariamente a las Escrituras, reivindico el derecho de atacar a la familia, no a la familia en general, sino atacar y destruir a mi propia familia, ¿no es lo mismo que una madre que reivindica el derecho de matar a su propio bebé por su “felicidad”? Me resulta difícil decirlo, pero aquí hay una infiltración de la sociedad circundante que es tan destructiva para las Escrituras como lo es un ataque teológico a las Escrituras. Ambos son una tragedia. Ambos tuercen las Escrituras para conformarse con la cultura circundante. La Marca de Nuestra Era ¿De qué sirve el evangelicalismo, que parece ser cada vez más grande en número, si aquellos con el nombre de evangélicos ya no sostienen lo que hace al evangelicalismo evangélico? Si esto

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continúa, no somos fieles a lo que la Biblia afirma de sí misma, y no somos fieles a lo que Jesucristo afirma de las Escrituras. Pero también no olvidemos nunca, que si esto continúa, nosotros y nuestros hijos no estaremos listos para los días difíciles que tenemos por delante. Además, si consentimos en ello, ya no seremos la sal redentora para nuestra cultura, una cultura que está comprometida con el concepto de que la moral y las leyes son sólo una cuestión de orientación cultural, de promedios estadísticos. Ese es el sello distintivo, la marca de nuestra era. Y si estamos marcados con la misma marca, ¿cómo podemos ser la sal redentora de esta generación rota y fragmentada en la que vivimos? Aquí está entonces la línea divisoria de las aguas del mundo evangélico. Debemos decir con amor, pero claramente: el evangelicalismo no es consistentemente evangélico a menos que haya una línea trazada entre aquellos que tienen una visión plena de las Escrituras y los que no la tienen. Pero recuerde que no estamos hablando sólo de una doctrina teológica abstracta. Al final, no hace mucha diferencia si la Escritura se ve comprometida por la infiltración teológica o por la infiltración de la cultura circundante. La obediencia de las Escrituras es el parteaguas, obedecer la Biblia tanto en la doctrina como en la forma en que vivimos en el espectro completo de la vida. Confrontación Pero si en verdad creemos esto, entonces algo debe ser considerado. La verdad lleva consigo la confrontación. La verdad exige confrontación; una confrontación amorosa, pero al fin y al cabo una confrontación. Si nuestra acción refleja es siempre el amoldamiento, sin considerar la centralidad de la verdad involucrada, hay algo mal. Así como podemos decir que la santidad sin amor no es la clase de santidad de Dios, así también el amor sin santidad, incluso cuando es necesaria la confrontación,

66 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO

CAPÍTULO 3 no es la clase de amor de Dios. Dios es santo, y Dios es amor. Debemos, en oración, decir no al ataque teológico a las Escrituras. Debemos decir no a esto, clara y amorosamente, con fuerza. Y debemos decir no al ataque a las Escrituras que proviene de nuestras vidas infiltradas por la actual perspectiva del mundo de la “no culpa” en asuntos morales. Debemos decir no a estas cosas por igual. El mundo de nuestros días no tiene valores y normas fijos, y por lo tanto lo que la gente concibe como su felicidad personal o de la sociedad lo cubre todo. No estamos en esa posición. Tenemos la Escritura inerrante. Mirando a Cristo para obtener fuerza en contra de la tremenda presión, porque toda nuestra cultura está en contra de nosotros en este punto, debemos rechazar la infiltración en la teología y en la vida por igual. Debemos afirmar la inerrancia de la Escritura y luego vivir bajo ella en nuestras vidas personales y en la sociedad. Ninguno de nosotros lo hace perfectamente, pero debe ser el “modo” de nuestro pensar y vivir. Y cuando fallamos debemos pedir a Dios su perdón. La Palabra de Dios nunca pasará, pero mirando hacia atrás al Antiguo Testamento y desde el tiempo de Cristo, con lágrimas debemos decir que por la falta de fortaleza y fidelidad por parte del pueblo de Dios, muchas veces la Palabra de Dios ha sido torcida, para conformarse a la cultura circundante, pasajera y cambiante de ese momento, en lugar de permanecer como la inerrante Palabra de Dios que juzga la forma del espíritu del mundo y la cultura circundante de ese momento. En el nombre del Señor Jesucristo, que nuestros hijos y nietos no digan que lo mismo se puede decir de nosotros.

La Práctica de la Verdad

Cuando las Escrituras están siendo destruidas por la infiltración y la concesión teológica, e igualmente por la infiltración y la concesión cultural, ¿tendremos el valor como cristianos creyentes en la Biblia para señalar el parteaguas? ¿Tendremos el valor de trazar una línea, y hacerlo públicamente, entre aquellos que tienen una perspectiva plena de las Escrituras y aquellos que han sido infiltrados teológica y culturalmente? Si no tenemos el valor, quitaremos el fundamento para nuestros hijos, y destruiremos cualquier esperanza de ser la sal y la luz redentoras de nuestra cultura moribunda. No podemos esperar a que otros tracen la línea. Nosotros debemos trazar la línea. No será fácil, y para muchos puede ser costoso. Ciertamente no será popular. Pero si realmente creemos en el Dios infinito-personal, el Dios de santidad y amor, si realmente amamos al Señor, Su Palabra y Su iglesia, no tenemos otra opción. 67

68 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Un Nuevo “Legalismo Fundamentalista” Cuando el Dr. C. Everett Koop, mi hijo Franky y yo estábamos en medio de los seminarios para la película ¿Qué le sucedió a la Raza Humana? sucedió algo interesante. Uno de nosotros recibió una carta de un prominente líder evangélico. Él tiene una buena perspectiva teológica sobre las Escrituras, y yo también diría que me agrada. Sin embargo, en su carta dijo: “Veo el surgimiento de un nuevo tipo de legalismo fundamentalista”, luego pasó a explicar lo que quiso decir con eso: “Ese fue el caso en la ofensiva de los falsos evangélicos sobre el asunto de la inerrancia, y también es el caso por parte de algunos que ahora dicen que la causa evangélica es traicionada por cualquiera que permita cualquier tipo de excepción en el financiamiento gubernamental para el aborto”. Esto necesita alguna aclaración. Básicamente, él está diciendo que aquellos que creen que debemos mantener la inerrancia de las Escrituras para ser verdaderamente evangélicos, y aquellos que también toman una posición firme en contra del aborto, están expresando un “nuevo tipo de legalismo fundamentalista”. En cierto sentido, este líder evangélico tiene la razón. Una alta perspectiva de las Escrituras y una alta perspectiva de la vida van de la mano. No puedes ser fiel a lo que la Biblia enseña sobre el valor de la vida humana y estar a favor del aborto. Pero lo contrario también es cierto. La infiltración teológica en la forma de una baja perspectiva de las Escrituras y la infiltración cultural en la forma de la devaluación de la vida humana también van de la mano. Él vinculó correctamente los dos temas. Pero el término “legalismo fundamentalista” presenta un problema. ¿Es esto lo que queremos decir cuando hablamos de trazar la línea? ¿Es esto lo que queremos decir con ser fieles al amor y la santidad de Dios? Si lo que está involucrado es el “legalismo fundamentalista” desalmado y sin amor que algunos de nosotros

LA PRÁCTICA DE LA VERDAD

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hemos conocido tan bien en el pasado, por supuesto que no lo queremos, y lo rechazamos en nombre de Cristo. El amor de Dios y la santidad de Dios siempre deben ser evidentes simultáneamente. Y si alguien se ha marchado y regresa, la actitud no debería ser de orgullo porque teníamos razón, sino de alegría y de tocar canciones, música feliz, música alegre, de cantar canciones alegres, y yo agregaría, incluso danzar en las calles porque ha habido un verdadero retorno. Una vez más, si el término “legalismo fundamentalista” significa minimizar las humanidades, como desafortunadamente ha sucedido tantas veces, el fracaso en saber que el intelecto es importante, que vale la pena estudiar la creatividad humana de cristianos y no cristianos; si significa minimizar la erudición; si significa minimizar el Señorío de Cristo en toda la vida, entonces mi labor de cuarenta años y todos mis libros y películas hablan de mi total rechazo a eso. Nuevamente, si el término “legalismo fundamentalista” significa una confusión entre los puntos primarios y secundarios de doctrina y vida, eso también debería ser rechazado. Amor y Santidad Pero cuando hemos dicho todo esto, cuando llegamos a las cosas centrales de la doctrina y a las cosas centrales de la vida misma, entonces algo debe ser considerado profundamente. Como mencioné al final del último capítulo, la verdad conlleva una confrontación: una confrontación amorosa, pero una confrontación. Y si nuestra acción refleja siempre es amoldarse, independientemente de la centralidad de la verdad involucrada, entonces algo está profundamente mal. Si usamos la palabra amor como nuestra excusa para evitar la confrontación cuando es necesaria, entonces hemos negado la santidad de Dios y hemos fallado en ser fieles a Él y a Su verdadero carácter. En realidad, hemos negado a Dios mismo.

70 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Es difícil imaginar cuán lejos han ido las cosas en unos pocos años. Algo está profundamente mal cuando un maestro de Biblia en una prominente universidad evangélica enseña que uno de los escritores de los Evangelios inventó algunas de las historias sobre el nacimiento de Jesús, y que algunas de las cosas que Jesús dijo, tal como están registradas en los Evangelios, realmente no fueron dichas por Jesús, sino que fueron inventadas por otras personas más tarde. Algo está profundamente mal cuando muchos profesores de universidades y seminarios evangélicos ahora usan los métodos de la Alta Crítica para estudiar las Escrituras, cuando fueron estos mismos métodos los que hace ochenta o cien años comenzaron a destruir las Escrituras por la iglesia liberal en los Estados Unidos. Algo está profundamente mal cuando el presidente del departamento de filosofía y ética de una prominente universidad cristiana mantiene una posición a favor del aborto. Algo está profundamente mal cuando un líder evangélico cambia su posición sobre la plena autoridad de las Escrituras, respalda el método existencial neo-ortodoxo, y ridiculiza a quienes defienden la plena autoridad de las Escrituras al llamarlos “oscurantistas fundamentalistas”1. ¿Cómo debemos responder a esto, cuando realmente es el Evangelio lo que está en juego? ¿Y más que esto, cuando el futuro de nuestra cultura y las vidas de millones están siendo destruidas? Para ser realmente cristianos creyentes en la Biblia, debemos practicar, simultáneamente, en cada paso del camino, dos principios bíblicos. Un principio es el de la pureza de la iglesia visible. La Escritura ordena que debemos hacer más que sólo hablar sobre la pureza de la iglesia visible; en realidad debemos practicarla, incluso cuando haya que pagar el precio. El segundo principio es el de un amor observable entre todos los cristianos verdaderos. En la carne podemos enfatizar la pureza sin amor, o podemos enfatizar el amor sin pureza; no podemos enfatizar ambos simultáneamente. Para hacerlo, debemos mirar, momento a momento, a la obra de Cristo y del Espíritu

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Santo. Sin eso, un énfasis en la pureza se vuelve duro, orgulloso y legalista; del mismo modo, sin eso, un énfasis en el amor se convierte en una mera concesión. La espiritualidad comienza a tener un significado real en nuestras vidas cuando comenzamos a mostrar simultáneamente la santidad de Dios y el amor de Dios. Nunca hacemos esto a la perfección, pero debemos mirar al Cristo viviente para que nos ayude a hacerlo verdaderamente. Sin esta muestra simultánea, nuestro maravilloso Dios y Señor no es presentado. Lo que se muestra es más bien una caricatura de Él, y Él es deshonrado. ¿Qué estaba en Juego? Esta es la base de cómo debemos responder hoy. Pero si realmente queremos saber cómo se aplican estos principios en la situación religiosa actual, debemos comprender lo que sucedió en las primeras décadas de este siglo. Hablamos de esto brevemente en el Capítulo 1, pero ahora tenemos que mirar esto con mucho más cuidado. Durante este tiempo, todo un curso de eventos tuvo lugar que dejó su huella en la iglesia hasta nuestros días, y seguramente en las generaciones venideras. Este fue el momento cuando las denominaciones en los Estados Unidos estaban en medio de lo que a menudo se llama el conflicto modernista/fundamentalista. Pero dudo en usar este término porque la mayoría de la gente tiene una comprensión muy equivocada de esto, especialmente con la distorsión total y deliberada de la palabra fundamentalista. A fines del siglo XIX y comienzos del XX, las ideas de la teología liberal alemana llegaron a este país. Estas ideas surgieron de las filosofías alemana y europea occidental vigentes en ese momento, que básicamente eran un intento de sintetizar las ideas de la Ilustración con la teología y de ese modo llegar a un enfoque “moderno” de la religión en contraste con las “supersticiones no científicas” del pasado. Pero aquí hay un problema: los temas

72 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO principales de la Ilustración, como hemos visto en el Capítulo 1, son la antítesis total de la verdad cristiana. La Ilustración se fundó sobre la oposición a lo sobrenatural y sobre la creencia en la suficiencia total de la razón humana. Se aferró a la bondad fundamental de la naturaleza humana y creía en la perfectibilidad de la sociedad humana. Cuando estas ideas llegaron a los Estados Unidos a fines del siglo XIX, ya habían penetrado profundamente en el protestantismo alemán, desintegrando la fe en la Biblia a través de los métodos de la “Alta Crítica”2. Más tarde, estas ideas también entraron en partes de la Iglesia Católica Romana. En los primeros años del siglo XX, esta nueva teología liberal estaba llegando a los Estados Unidos como una inundación. La mayoría de las principales denominaciones protestantes estaban siendo derribadas como una hilera de bolos, una tras otra, siendo tomadas por la teología liberal. Pero, ¿qué estaba realmente en juego? Fue el Evangelio mismo. No estamos hablando de variaciones menores en la interpretación de las doctrinas secundarias. No estamos hablando de diferencias denominacionales. Las cosas negadas por los liberales estaban en el corazón de la fe cristiana: la autoridad de la Biblia, la deidad de Cristo, el significado de la salvación. Harry Emerson Fosdick, pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana de Nueva York y uno de los voceros más influyentes del modernismo, fue un claro ejemplo. En su famoso sermón, “¿Ganarán los fundamentalistas?” predicado en 1922, explicó lo que el liberal quiere decir con el regreso de Cristo. Fosdick predicó: los liberales… dicen “¡Cristo viene!”. Lo dicen con todo su corazón; pero no están pensando en una llegada externa en las nubes. Ellos han asimilado como parte de la revelación divina, el estimulante discernimiento que estas generaciones recientes nos han dado, que el desarrollo (es decir, el progreso moderno) es la forma en que Dios hace su voluntad… Cuando dicen que Cristo viene, quieren decir

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que, puede ser lentamente, pero seguramente, Su voluntad y principios se cumplirán... en las instituciones humanas3. Aquí tenemos lo que está en juego: la negación de la obra de Cristo y el retorno real de Cristo; la “nueva revelación” del pensamiento moderno que reemplaza a la Biblia; la salvación como el progreso moderno de las instituciones humanas. Esta es la negación herética del Evangelio, y está directamente relacionada con la visión de la Ilustración de la perfectibilidad del hombre. Defendiendo la Fe En respuesta a la ola de liberalismo que barrió las denominaciones en las primeras tres décadas del siglo XX, los cristianos creyentes en la Biblia trataron de montar una defensa espiritual de la verdad cristiana. Aquí nuevamente, el entendimiento común de hoy está terriblemente distorsionado. La defensa fue dirigida por algunas de las mejores mentes y eruditos de la época: hombres como Benjamin B. Warfield, James Orr, W. H. Griffith Thomas y G. Campbell Morgan. Una estrategia clave en la defensa fue la publicación de doce volúmenes en rústica de 1910 a 1915 llamados The Fundamentals y la posterior reedición de éstos en un conjunto editado de cuatro volúmenes al final de la década. Como recientemente señaló un historiador cristiano, esto fue publicado como “un gran ‘Testimonio de la Verdad’ y (fue) algo así como una hazaña académica… (que) reunió una variedad bastante formidable de eruditos estadounidenses y británicos conservadores…”4 Del mismo modo, estaba el Dr. J. Gresham Machen, el distinguido profesor de Nuevo Testamento en el Seminario Teológico de Princeton. En 1923, Machen publicó Cristianismo y Liberalismo. En esta brillante defensa de la verdad cristiana, Machen argumentó que el liberalismo era realmente una religión nueva y no cristianismo en lo absoluto. Como el liberalismo no cree en el hecho de que Cristo murió en la historia

74 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO para expiar los pecados de hombres y mujeres, y que esta era la única base para la salvación, el liberalismo es realmente una fe religiosa en el hombre disfrazada con símbolos y lenguaje cristianos. Por lo tanto, explicó Machen, lo único honesto para los liberales sería dejar las iglesias fundadas sobre la verdad bíblica5. En el corazón de la defensa estaba la afirmación de los “fundamentos esenciales de la fe” por una amplia base de laicos cristianos y la defensa de éstos por destacados eruditos cristianos. Los fundamentos mismos generalmente se identificaban en términos de cinco verdades esenciales: 1) La inspiración y la inerrancia de la Biblia; 2) La deidad de Cristo y su nacimiento virginal; 3) La expiación sustitutiva de la muerte de Cristo; 4) La resurrección literal de Cristo de entre los muertos; y 5) El retorno literal de Cristo. Dos Grupos Como cristianos creyentes en la Biblia, hoy no tenemos nada de qué avergonzarnos con respecto a los primeros intentos “fundamentalistas” por defender la verdad del Evangelio. De hecho, las doctrinas específicas que se defendieron como The Fundamentals son las que siempre se han afirmado a través de las edades. Y aquellos que las defendían eran eruditos cristianos del más alto nivel. Pero entonces en la década de 1930 algo comenzó a cambiar. Antes de la década de 1930, los cristianos creyentes en la Biblia se mantuvieron unidos cuando entró el liberalismo para robar las iglesias. Luego, a diferentes velocidades, los liberales lograron su robo de las diversas denominaciones al obtener el control de los centros de poder de los seminarios y las burocracias. De este punto en adelante, los cristianos creyentes en la Biblia, en lugar de permanecer juntos, se dividieron en dos grupos: los que sostenían el principio de la pureza de la iglesia visible, y los que aceptaban y actuaban sobre el concepto de una iglesia pluralista. Inesperadamente se marcó una línea. Es una línea que comenzó

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allá en la década de 1930, que ha continuado, y que terriblemente marca la vida religiosa de los Estados Unidos hasta el día de hoy. Por un lado están aquellos que sostienen el principio de la pureza de la iglesia visible, y por otro lado aquellos que aceptan el concepto de la iglesia pluralista. Mirando hacia atrás a través de los años, podemos ver que ha habido problemas en ambos lados. Mirando primero a aquellos que afirmaron la pureza de la iglesia visible y dejaron las denominaciones liberales, debemos admitir que a menudo hubo dureza, una falta de amor. No tenía por qué ser así, pero fue un error que marcó al “movimiento separatista” en los años venideros. Lo que sucedió en la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos (la rama del norte de la Iglesia Presbiteriana) fue típico de lo que sucedió en la mayoría de las denominaciones. Antes de la división hubo muchos que dijeron que no permitirían que los liberales tomaran el poder. Pero cuando llegó el momento, muchos de ellos permanecieron en la denominación. Es cierto decir de aquellos que salieron, sin juzgar sus motivos, que se sintieron abandonados y traicionados. Algunos de los que se quedaron en la Iglesia Presbiteriana del Norte insistieron en que la Convención Constitucional (el medio para todo su trabajo conjunto previamente) no se disolviera, para permitir que aquellos que se quedaron y aquellos que salieron continuaran trabajando juntos. Pero con exasperación y quizás un poco de ira, los que salieron la disolvieron de inmediato. Todas las líneas de un ejemplo práctico del amor observable entre los hermanos fueron destruidas. Las publicaciones periódicas de los que salieron tendieron a dedicar más espacio para atacar a las personas que diferían de ellos sobre el tema de la salida que para tratar con los liberales. Se dijeron cosas que incluso ahora son difíciles de olvidar. Los que salieron a veces se negaron a orar con aquellos que no habían salido. Muchos de los que salieron rompieron toda forma de compañerismo con verdaderos hermanos en Cristo que no habían salido. El mandamiento de Cristo de amarse los unos a los otros

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fue destruido. Con frecuencia, lo que quedaba era cerrarse en sí mismos, una autojustificación, una dureza. Por lo general, se dejó la impresión de que los que salieron tenían tanta razón que cualquier cosa podía perdonarse. Habiendo aprendido tan malos hábitos, más tarde se trataron mal el uno al otro cuando los nuevos grupos resultantes tenían diferencias menores entre ellos.

ser perdonada; esto es muy fácil, y es muy fácil caer en ello. Estos errores se cometieron realmente, y hemos sufrido por esto y la causa de Cristo ha sufrido esto durante unos cincuenta años. Por la gracia de Dios, dependamos conscientemente en nuestro Señor y en Su ayuda para no darle a Satanás la victoria al cometer este trágico error nuevamente.

El Llamado del Cristiano

El Verdadero Abismo

En medio de la ira, la frustración e incluso la autojustificación, los que salieron olvidaron lo que siempre debe ser nuestro llamado como cristianos. Nuestro llamado es mostrar la existencia de Dios y mostrar Su carácter, individual y colectivamente. Dios es santo y Dios es amor, y nuestro llamado es mostrar simultáneamente santidad y amor en cada aspecto de la vida, como padre e hijo, como esposo y esposa, en los negocios, en nuestras organizaciones cristianas, en la iglesia, en el gobierno, en todo: una demostración del carácter de Dios muestra simultáneamente Su santidad y Su amor. Si dependemos de la carne en lugar de la obra del Espíritu, es fácil decir que estamos mostrando santidad aunque sólo sean orgullo y dureza egoístas. Igualmente, en la carne en lugar de la obra del Espíritu, es fácil decir que mostramos amor aunque sólo sea concesión, latitudinarismo y amoldamiento egoístas. Ambos son igualmente fáciles en la carne. Ambos son igualmente egoístas. Mostrar ambos simultáneamente, en asuntos personales, en la vida eclesial y pública, sólo puede hacerse en un grado real al arrodillarnos conscientemente, negar nuestro yo egoísta y dejar que Cristo produzca su fruto a través de nosotros, no simplemente como una declaración “religiosa”, sino con alguna realidad en curso. Por lo tanto, cada vez que es necesario trazar una línea en defensa de una verdad cristiana central es muy fácil ser orgulloso, ser duro. Es fácil ser farisaico y pensar autojustificadamente que tenemos tanta razón en este punto que cualquier otra cosa puede

Un segundo problema de quienes dejaron la Iglesia Presbiteriana fue una confusión sobre dónde colocar el abismo que demarca nuestra identidad. ¿El abismo se coloca entre las iglesias que creen en la Biblia y las que no? ¿O es entre aquellos que son parte de nuestra propia denominación y aquellos que no lo son? Cuando vamos a una ciudad para comenzar una iglesia, ¿vamos allí motivados principalmente para construir una iglesia que sea leal al presbiterianismo y la fe reformada, o a la posición bautista sobre el bautismo, o a la visión luterana de los sacramentos, etc.? ¿O vamos a construir una iglesia que predicará el evangelio que sostienen las iglesias históricas, creyentes en la Biblia de todas las denominaciones, y luego, en este lado de ese abismo, enseñará lo que creemos que es verdadero para la Biblia con respecto a nuestras propias distinciones denominacionales? Las respuestas a estas preguntas hacen una gran diferencia. Hay una diferencia de motivación, de amplitud y alcance. Una perspectiva es católica, bíblica y da una promesa de éxito, en dos niveles: primero, en el crecimiento de la iglesia y luego en una actitud saludable entre los que alcanzamos; segundo, al proporcionar liderazgo a toda la iglesia de Cristo. La otra visión es invertida, autolimitada, y sectaria. Como cristianos creyentes en la Biblia, venimos de una variedad de trasfondos. Pero en nuestro momento de la historia nos necesitamos el uno al otro. Mantengamos nuestras distinciones doctrinales. Hablemos sobre ellas. Pero reconozcamos

78 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO la jerarquía propia de las cosas. El verdadero abismo no es entre los presbiterianos y todos los demás, o los luteranos y todos los demás, o los anglicanos y todos los demás, o los bautistas y todos los demás. El verdadero abismo es entre aquellos que se han postrado ante el Dios viviente y, por lo tanto, también a la comunicación verbal y proposicional de la Palabra inerrante de Dios, las Escrituras, y los que no lo han hecho. Latitudinarismo Ahora, para aquellos que no abandonaron las denominaciones controladas por los liberales hace cincuenta años, también hubo dos problemas. Primero fue el nacimiento de un latitudinarismo general, una especie de aceptación del pluralismo teológico que fácilmente se desliza hacia la concesión y el amoldamiento. Si aquellos que salieron estaban inclinados a endurecerse, algunos de los que se quedaron tendieron a ser blandos. Algunos dijeron: este no es el momento de salir, pero lo haremos si ocurre tal o cual cosa. En principio, estos no aceptaron el concepto de una iglesia pluralista. Algunos desarrollaron su propio tipo de dureza: la decisión de quedarse, sin importar lo que sucediera. Si uno acepta un latitudinarismo eclesiástico, es fácil entrar en un latitudinarismo cooperativo que fácilmente abarque la doctrina, incluyendo la visión de las Escrituras. Esto es lo que sucedió históricamente. Del latitudinarismo eclesiástico de los años treinta y cuarenta, vino un relajamiento con respecto a la Escritura en ciertas áreas del evangelicalismo en los años ochenta. Grandes secciones del evangelicalismo actúan como si no existiera una diferencia real si uno mantiene la perspectiva histórica de las Escrituras, o si uno mantiene la metodología existencial que dice que la Biblia tiene autoridad cuando enseña cosas religiosas, pero no cuando trata de lo que es histórico o científico, o en cosas tales como la relación hombre/mujer.

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No todos los que se quedaron en las denominaciones dominadas por los liberales han hecho esto, de ninguna manera. Sin embargo, no creo que aquellos que tomaron la decisión de quedarse “pase lo que pase”, puedan escapar de una mentalidad latitudinaria. Lucharán por cubrir la diferencia con respecto a las Escrituras a fin de mantener un barniz externo de unidad evangélica, cuando en realidad hoy no hay unidad en ese punto crucial de la Escritura. Cuando se establece el latitudinarismo doctrinal, podemos estar seguros, tanto por la historia de la iglesia como por la observación personal, de que en una o dos generaciones aquellos que son enseñados por las iglesias y escuelas que mantienen esta mentalidad perderán aún más, y la línea entre evangélico y liberal se perderá. Retrocediendo la Línea El segundo problema para aquellos que no abandonaron las denominaciones controladas por los liberales es la tendencia natural a retroceder continuamente la línea en la que debe tomarse la posición final. Por ejemplo, ¿podrían los presbiterianos evangélicos tan conocidos en la década de 1930 como Clarence McCartney, Donald Grey Barnhouse y T. Roland Phillips permanecer en una denominación en la que no hay posibilidad de disciplinar a quienes sostienen puntos de vista heréticos? Tomemos como ejemplo el caso del profesor John Hick, autor de El mito del Dios encarnado. ¿Cómo puede llamarse cristiano un hombre que sostiene que la Encarnación es un mito? Sin embargo, recientemente fue recibido en el Presbiterio de Claremont, California como un ministro de buena reputación. ¿Cómo podrían estos hombres quedarse en una denominación que adopta una posición militante pro aborto? ¿O donde se considera una “victoria” haber introducido la ordenación de homosexuales y lesbianas practicantes? ¿Qué crees que McCartney, Barnhouse y Phillips habrían dicho? Tal situación en su denominación les

80 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO hubiera sido inconcebible. Victorias Falsas Los evangélicos deben estar conscientes de las victorias falsas. La estructura de poder denominacional liberal sabe cómo sacar de balance a los cristianos que creen en la Biblia. Hay muchas victorias falsas posibles que pueden arrojar a los evangélicos para evitar que tomen una posición clara. Todavía hay quienes dicen: “No rompan nuestras filas. Esperen un poco más. Esperen esto, esperen aquello”. Espere siempre, nunca actúe. Pero cincuenta años es mucho tiempo para esperar mientras las cosas empeoran. Debido a mi falta de salud, estoy en una buena posición para decir que no tendremos que tomar para siempre esa postura valiente y costosa por Cristo de la que a veces hablamos. Incluso lo que parece ser una gran victoria puede terminar sin tener ningún efecto práctico. Nuevamente, un claro ejemplo de esto sucedió en la Iglesia Presbiteriana del Norte. En 1924, los conservadores decidieron que la mejor manera de enfrentar el desafío liberal era elegir un moderador de la Asamblea General que claramente creyera en la Biblia. Como resultado, en 1924 se eligió como moderador de la Iglesia Presbiteriana del Norte a un hombre ortodoxo y creyente de la Biblia, el Dr. Clarence Edward McCartney. Los conservadores estaban jubilosos. Los periódicos seculares publicaron la historia de la victoria conservadora, y los conservadores se regocijaron. Pero mientras todo el regocijo continuaba, los liberales consolidaron su poder en la burocracia de la iglesia. Y debido a que se les permitió hacerlo, la elección del moderador conservador demostró no significar nada. En 1936, los liberales tenían tanto control que pudieron destituir al Dr. J. Gresham Machen, y lo expulsaron del ministerio. Me parece que para fines de la década de 1930 casi todas las principales denominaciones protestantes en los Estados Unidos quedaron bajo el control de quienes sostenían puntos de vista

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teológicos liberales, y que ahora en la década de 1980 esas denominaciones no dominadas por la teología liberal en la década de 1930 están en el mismo lugar de decisión que estuvieron las demás en la década de 1930. Debe notarse que la Iglesia Católica Romana también ahora tiene muchos en la jerarquía, muchos teólogos y maestros, llamados progresistas, que son teólogos existenciales que creen y enseñan las mismas cosas que los teólogos existenciales en las iglesias protestantes, pero usando términos católicos romanos tradicionales, en lugar de protestantes. Dos de las denominaciones protestantes en los Estados Unidos que ahora están en el lugar de decisión, curiosamente, han tratado recientemente de protegerse, como lo hizo la Iglesia Presbiteriana del Norte, eligiendo a un oficial ejecutivo conservador. Pero yo instaría al verdadero cristiano de hoy en estas denominaciones a aprender de los errores de la Iglesia Presbiteriana. No piense que simplemente porque un hombre que cree en la Biblia es elegido como oficial ejecutivo o es designado para un cargo importante, esto le dará seguridad a una denominación. Si los dos centros de poder en las denominaciones modernas, la burocracia y los seminarios, permanecen bajo el control de los liberales, nada cambiará permanentemente. Debe haber una práctica amorosa pero definida de la pureza de la iglesia visible en cualquier denominación si realmente desea vivir con seguridad. La santidad de Dios debe mostrarse en los asuntos eclesiásticos. Debemos practicar la verdad, no sólo hablar de ella. La Verdad Flameante Debe entenderse que el nuevo humanismo y la nueva teología no tienen ningún concepto de la verdad verdadera, la verdad absoluta. El relativismo ha triunfado en la iglesia así como en la universidad y en la sociedad. Sin embargo, el verdadero cristiano está llamado no sólo a enseñar la verdad, sino a practicar la verdad en medio de tal relativismo. Y si hemos de practicar la

82 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO verdad, ciertamente debe ser en un día como el nuestro. Esto significa, entre otras cosas, que después de que hayamos hecho todo lo que podamos a nivel personal, si los liberales en la iglesia persisten en su liberalismo, deberían estar bajo disciplina. Como lo he mostrado detalladamente en La Iglesia ante un Mundo que Observa, la iglesia debe seguir siendo la novia fiel de Cristo6. Y, como expliqué allí en detalle, los liberales no son fieles al Dios de la Biblia, el Dios que está ahí7. El cristianismo histórico, el cristianismo bíblico, cree que el cristianismo no es sólo una verdad doctrinal, sino una verdad flameante, fiel a lo que hay ahí, fiel a la gran realidad final, el Dios infinito personal. El liberalismo, por otro lado, es infidelidad; es adulterio espiritual hacia el Novio Divino. Por lo tanto, estamos involucrados en una cuestión de lealtad, lealtad no sólo a los credos, sino a la Escritura, y más allá de eso al Novio Divino, el Novio Divino infinito personal que está ahí en antítesis absoluta con su no estar ahí. No sólo creemos en la existencia de la verdad, sino que creemos que tenemos la verdad, una verdad que tiene contenido y puede verbalizarse (y luego puede vivirse), una verdad que podemos compartir con el mundo del siglo XX. Cristo y la Biblia nos han dado esta verdad. ¿Cree que nuestros contemporáneos nos tomarán en serio si no practicamos la verdad? ¿Cree por un momento que los jóvenes concienzudos del siglo XX, nuestros jóvenes que salen de las universidades, que enseñan en los campos de la sociología, la psicología, la filosofía, etc., que todo es relativo, nos tomarán en serio si no practicamos la verdad de manera muy práctica? En una época que no cree que la verdad exista, ¿realmente cree que tomarán en serio que sus padres están diciendo la verdad y creen en la verdad? ¿Tendrán credibilidad sus padres si no practican la antítesis en asuntos religiosos? Por lo tanto, es necesario que los verdaderos cristianos en la iglesia se opongan a la comunicación “fría” de McLuhanesque empleada por los teólogos liberales con la comunicación

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“caliente” de contenido teológico y bíblico. Solo así podemos practicar la demostración de la santidad de Dios. Creemos en la comunicación “caliente” de contenido y, a medida que nuestra época se enfría cada vez más en su comunicación, a medida que el contenido se minimiza y la razón desaparece, creo que la fe cristiana histórica debe enfatizar cada vez más el contenido, contenido y luego más contenido. En esto nos encontramos cara a cara en una antítesis completa con el teólogo existencial. Si queremos hablar de verdad, debemos tener un contenido sobre la base de la antítesis; y para hacer esto, debemos tener disciplina con respecto a aquellos que se apartan de la fe cristiana histórica. Es así como podemos practicar la demostración de la santidad de Dios. Sin embargo, al mismo tiempo debemos mostrar el amor de Dios a aquellos con quienes diferimos. Hace cincuenta años, en la crisis presbiteriana en los Estados Unidos, nos olvidamos de eso. No hablamos con amor acerca de aquellos con los que discrepamos, y hemos estado pagando un precio por ello desde entonces. Debemos amar a los hombres, incluidos los teólogos existenciales, incluso si han renunciado por completo al contenido. Debemos tratar con ellos como nuestros prójimos, porque Cristo nos dio el segundo mandamiento que nos dice que debemos amar a todos los hombres como a nuestros prójimos. Debemos defender claramente el principio de la pureza de la iglesia visible, y debemos exigir la disciplina apropiada de aquellos que toman una posición que no está de acuerdo con las Escrituras. Pero al mismo tiempo debemos amarlos visiblemente como personas mientras hablamos y escribimos sobre ellos. Debemos mostrarlo ante la iglesia y el mundo. Debemos decir que los liberales están terriblemente equivocados y que requieren disciplina en y por la iglesia, pero debemos hacerlo en términos que demuestren que no es meramente el hablar de la carne. Esto está más allá de nosotros, pero no está más allá de la obra del Espíritu Santo. Lamento que hace años no hicimos esto en la

84 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Iglesia Presbiteriana; no hablamos de la necesidad de mostrar amor al oponernos al liberalismo. Y a medida que la Iglesia Presbiteriana se perdía, esa falta nos costó mucho. La Tragedia del Obispo Pike Pero con oración, el amor y la preocupación por la verdad se pueden mostrar. Hace varios años, en el auditorio de la Universidad Roosevelt en Chicago, tuve un diálogo con el obispo James Pike. (El obispo Pike fue un líder liberal en la Iglesia Episcopal.) Algunos años antes de nuestro diálogo, había sido llevado a juicio en la Iglesia Episcopal por cargos de herejía. Sin embargo, los cargos finalmente fueron retirados, no porque sus puntos de vista fueran de hecho ortodoxos, sino porque la denominación episcopal había aceptado el pluralismo teológico y el relativismo y, por lo tanto, no tenía una base real sobre la cual practicar la disciplina. Antes del diálogo, les pedí a los de L'Abri que oraran por una cosa: que yo pudiera presentar una posición cristiana clara a él y a la audiencia, y al mismo tiempo terminar con una buena relación humana entre los dos. Era algo que no podía hacer por mí mismo, pero Dios respondió esa oración. Se planteó una exposición clara, con una exposición clara de las diferencias, sin destruirlo como ser humano. Al final, dijo: “Si alguna vez vienes a California, por favor visítame en Santa Bárbara”. Más tarde, cuando Edith y yo estábamos en Santa Bárbara, fuimos a su casa y pudimos continuar una charla con él, sin hacer concesiones, y una vez más sin destruirlo, pero haciéndole saber que lo respetábamos como ser humano. También hablamos sobre la posibilidad de que su creencia de que estaba hablando con su hijo “en el otro lado” era realmente una cuestión de demonología. Esto fue un tiempo después de que el hijo del obispo Pike se suicidara, y él había tratado de comunicarse con su hijo a través de un médium. Y no se enojó,

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aunque estaba a punto de llorar. Es posible hacer declaraciones claras, incluso las negativas necesarias, si simultáneamente tratamos a las personas como personas. Nunca olvidaré la última vez que lo vi, Edith y yo nos íbamos del Centro para el Estudio de las Instituciones Democráticas. Él dijo una de las cosas más tristes que he escuchado: “Cuando dejé de ser agnóstico, fui al Seminario Teológico Unión, ansioso y esperando recibir pan; pero cuando me gradué, todo lo que me dejó fue un puñado de guijarros”. ¿Quién es responsable de la tragedia del obispo James Pike? Sus profesores teológicos liberales que le robaron todo lo real y humano. No podemos tomar a la ligera el hecho de que los profesores de teología liberales en cualquier escuela teológica están dejando a hombres y mujeres jóvenes con un puñado de guijarros y nada más. Sin embargo, incluso en medio de esta situación, por la gracia de Dios debemos hacer dos cosas simultáneamente. Debemos hacer todo lo que sea necesario para que la pureza de la iglesia visible muestre la santidad de Dios; y, no importa cuán amargados se vuelvan los liberales o qué cosas desagradables digan o lo que den a conocer a la prensa, debemos mostrar el amor de Dios en medio de las palabras más fuertes que podamos decir. Si fallamos en un lado u otro, no daremos nuestro testimonio de Dios que es santo y que es amor. Disciplina Volvamos nuevamente a las luchas presbiterianas de los años treinta, cuando los verdaderos cristianos no recordaron mantener este equilibrio. Por un lado, esperaron demasiado tiempo para ejercer la disciplina, y así perdieron la denominación, como hicieron los cristianos en casi todas las demás denominaciones. Por otro lado, algunos de ellos trataron a los liberales como menos que humanos, y por lo tanto aprendieron esos malos hábitos que

86 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO más tarde, cuando los que formaban nuevos grupos desarrollaban pequeñas diferencias entre ellos mismos, continuaron tratándose mal entre sí. Tenga cuidado con los hábitos que aprendemos en la controversia. Ambos deben aparecer juntos: la santidad de Dios y el amor de Dios mostrados simultáneamente por la gracia de Dios. Esto no viene automáticamente. Requiere oración. Debemos escribir sobre esto en nuestros documentos denominacionales. Debemos hablar de ello a nuestras congregaciones; debemos predicar sermones señalando la necesidad de defender la santidad de Dios y el amor de Dios simultáneamente, y con nuestras actitudes debemos mostrarlo ante nuestras congregaciones y nuestros propios hijos. Es importante señalar el principio del que estamos hablando aquí y el lenguaje que usamos para expresar ese principio. No es el principio de la separación. Es la práctica del principio de la pureza de la iglesia visible. Las palabras son importantes en este punto, porque hacemos actitudes con las palabras que elegimos y usamos año tras año. Así que repito: el principio es la práctica de la pureza de la iglesia visible. Ese principio puede mostrarse de varias maneras, pero ese es el principio. La iglesia pertenece a aquellos que por la gracia de Dios son fieles a las Escrituras. Casi todas las iglesias tienen en su historia un proceso para ejercer la disciplina, y cuando sea necesario, ésta debe usarse en la práctica del principio positivo. Entre la década de 1890 y la de 1930, podemos ver cómo la práctica de la disciplina se puso de cabeza. A principios de la década de 1890, se tomaron medidas disciplinarias contra el Dr. Charles A. Briggs. El Dr. Briggs fue un enérgico defensor de la Alta Crítica y un líder en la introducción del liberalismo al Seminario Teológico Unión en Nueva York. En 1891 fue juzgado por herejía y finalmente fue suspendido del ministerio en 1893 por la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana del Norte. Pero en la década de 1930 el grupo más antiguo de liberales había tomado el control de la denominación, y la situación se revirtió por

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completo. En 1936 los liberales pudieron sacar al Dr. Machen de la denominación por su postura firme y práctica en favor de la ortodoxia en la creencia y la práctica. El Dr. Machen fue disciplinado y expulsado del ministerio. ¿Qué pasó en los años transcurridos? La disciplina no había sido aplicada consistentemente por los hombres fieles de la iglesia. La iglesia pudo disciplinar al Dr. Briggs en la década de 1890, pero después de eso los hombres fieles esperaron demasiado. Aunque habían logrado una victoria sobresaliente, después de ese primer arrebato de disciplina no hicieron nada, hasta que fue demasiado tarde. La disciplina en la iglesia y en nuestras organizaciones cristianas, como en la familia, no es algo que se pueda hacer en un gran arrebato de entusiasmo, en una gran conferencia, en un gran algo. Los hombres deben ser tratados con amor como seres humanos, pero se trata de un cuidado continuo, momento a momento, ya que no estamos tratando con una organización meramente humana sino con la iglesia de Cristo. Por lo tanto, la práctica de la pureza de la iglesia visible significa primero la disciplina de aquellos que no toman una posición adecuada con respecto a la enseñanza de la Escritura. ¿Por qué hoy es tan impensable tener disciplina? ¿Por qué es que al menos en dos denominaciones en los Estados Unidos, ahora en manos de los liberales, oficial y formalmente ya no es posible tener un juicio disciplinario, ni siquiera en teoría? Es porque el mundo y la iglesia liberal están totalmente atrapados en la síntesis y el relativismo. No era impensable para nuestros antepasados llevar a cabo audiencias de disciplina, porque creían que la verdad existía. Pero debido a que el mundo y la iglesia liberal ya no creen en la verdad como verdad, cualquier concepto de disciplina con respecto a la doctrina se ha vuelto impensable. Un Segundo Paso Cambiemos ahora nuestro enfoque. ¿Qué depara el futuro?

88 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO ¿Qué podemos esperar para nosotros mismos, nuestras congregaciones, nuestros hijos físicos y espirituales en los días venideros? Estados Unidos se está moviendo a gran velocidad hacia una sociedad y un estado totalmente humanistas. ¿Suponemos que esta tendencia dejará intactos nuestros pequeños proyectos, vidas e iglesias? Cuando una congregación presbiteriana ortodoxa de San Francisco puede ser arrastrada a los tribunales por violar la ley contra la discriminación porque destituyó a un homosexual declarado y practicante como organista, ¿podemos ser tan sordos como para no escuchar todas las campanas de advertencia? ¿En qué presbiterio de la Iglesia Presbiteriana de EE. UU. puede un hombre ordenado ser puesto bajo disciplina bíblica por sostener puntos de vista falsos de doctrina y esperar que sea disciplinado? Lo mismo es cierto en muchas otras denominaciones. Por supuesto, en primer lugar debemos hacer todo lo posible a nivel personal y en amor para ayudar al liberal; pero si persiste en su liberalismo, debe someterse a la disciplina, porque la iglesia visible debe seguir siendo la novia fiel de Cristo. La iglesia no es el mundo. Cuando una denominación llega a un punto donde la disciplina no puede funcionar, entonces, ante el Señor, sus miembros deben considerar un segundo paso. Ese paso, con respecto a la práctica del principio de la pureza de la iglesia visible, es salir con lágrimas. No con banderas ondeando, ni con gritos de hurra o pensamientos de que en este mundo caído podemos construir una iglesia perfecta, sino que ese paso se toma con lágrimas. Los evangélicos que llegan a este punto deben seguir amando a los liberales, y deben hacerlo porque es lo correcto. Si no sabemos cómo tomar una postura firme contra el liberalismo organizado y aún amamos a los liberales, hemos fallado en la mitad del llamado a mostrar simultáneamente el amor y la santidad de Dios ante un mundo que observa, ante una iglesia que observa, ante nuestros hijos, ante los ángeles que observan, y ante

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el rostro del Señor mismo. Aprendiendo del Pasado A medida que enfrentamos el tema del parteaguas con respecto a la plena autoridad e inerrancia de las Escrituras, ¿qué podemos aprender del pasado? Primero, debemos reconocer que hay un paralelo directo entre lo que sucedió en las primeras décadas de este siglo y lo que enfrentamos hoy. ¿Repetiremos los errores que cometimos en el pasado, o aprenderemos de éstos y permaneceremos fieles a Dios al expresar simultáneamente su amor y santidad? Dentro de los círculos evangélicos, las cosas se están moviendo rápidamente en la dirección de lo que sucedió hace cincuenta años en las denominaciones. Pero todavía hay tiempo para prevenir una toma de control completa del liderazgo y las organizaciones clave dentro del evangelicalismo por aquellos que tienen una perspectiva debilitada de la Escritura y han sido infiltrados teológica y culturalmente por el punto de vista del mundo circundante, si tenemos el valor para trazar una línea, claramente pero en amor. Lamentablemente, debemos decir que las cosas se están moviendo rápidamente y exactamente de la misma manera en que sucedió a las denominaciones hace unos cincuenta años. Hay una creciente aceptación de métodos de la Alta Crítica en nuestras universidades y seminarios. Hay una creciente aceptación de la metodología existencial neo-ortodoxa. Hay una creciente infiltración de ideas humanistas en la teología y en la práctica. Hay una creciente aceptación del pluralismo y el amoldamiento. ¿Y cuál ha sido la respuesta del liderazgo evangélico? De manera abrumadora, ha sido permanecer en silencio, dejar que el deslizamiento vaya más y más lejos, cubrir las diferencias. Aquí vemos de nuevo el gran desastre evangélico: el fracaso del liderazgo evangélico para tomar una postura real sobre cualquier cosa que pueda resistir de manera decisiva contra

90 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO el deslizamiento relativista de nuestra cultura, el fracaso de tomar una postura sobre cualquier cosa que pueda “sacudir la barca” con respecto a nuestros proyectos personales y la aceptación. Y ahora, cuando nuestra cultura está casi perdida, ¿podemos esperar algo más que un desastre adicional en la forma de una completa ruptura moral y el surgimiento de un nuevo autoritarismo humanista si no tomamos una postura? Pasos Prácticos En un nivel muy práctico, en nuestras organizaciones e instituciones evangélicas, así como en nuestras iglesias y denominaciones, necesitaremos tomar algunas medidas muy específicas. Donde hay una desviación de la perspectiva histórica de la Escritura y de la obediencia a la Palabra de Dios, entonces aquellos que tomen esta perspectiva debilitada deben ser sometidos a disciplina. Debe hacerse de acuerdo con todo lo que se ha dicho hasta ahora en este capítulo: con amor genuino, sin autojustificación, y todo lo demás que he dicho. Pero debe trazarse una línea clara: por aquellos que se sientan en las juntas directivas de las organizaciones evangélicas y las universidades y seminarios; cuando recomendamos escuelas para que los estudiantes asistan o las eviten; cuando se nos pide que trabajemos juntos por el bien del Evangelio con otros que tienen una perspectiva debilitada de la Biblia; cuando decidimos quién y qué publicaremos en nuestras revistas y casas editoriales. En organizaciones como éstas, y especialmente en las universidades y seminarios, los asuntos son cruciales. Porque el fracaso de los evangélicos hace cincuenta años en la práctica de la disciplina y mantener el control de los centros de influencia denominacionales (en universidades y seminarios, en publicaciones y en las estructuras organizacionales) fue lo que permitió a los liberales tomar el control. Y si llegara el momento para usted, cuando la lealtad a

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Cristo le coloque en el lugar de llevar la disciplina, o incluso a abandonar su iglesia local o denominación u organización cristiana, le suplico que encuentre alguna forma de mostrar el amor observable entre los verdaderos cristianos ante del mundo. La práctica de la verdad requiere que se trace una línea entre aquéllos que sostienen la perspectiva histórica de la Escritura y la nueva más débil. Pero esto no quiere decir que aquéllos que sostienen este punto de vista no sean a menudo hermanos y hermanas en Cristo, ni que no tengamos relaciones personales en amor con ellos. No divida en partes feas. Si lo hace, el mundo verá una fealdad que lo apagará. Sus hijos verán la fealdad y perderá a algunos de sus hijos e hijas. Escucharán cosas tan ásperas de sus labios contra hombres que saben que han sido sus amigos que se apartarán de usted. No tire a sus hijos a la basura; no tire a la basura a otras personas al olvidar observar, por la gracia de Dios, los dos principios simultáneamente, mostrar amor y santidad. Cuando el Mundo está en Llamas Finalmente, no debemos olvidar que el mundo está en llamas. No sólo estamos perdiendo la iglesia, sino también toda nuestra cultura. Vivimos en el mundo post-cristiano que está bajo el juicio de Dios. Creo que hoy debemos hablar como lo hizo Jeremías. Algunas personas piensan que sólo porque los Estados Unidos de América son los Estados Unidos de América, porque Gran Bretaña es Gran Bretaña, no estarán bajo el juicio de Dios. Esto no es así. Creo que los del norte de Europa desde la Reforma hemos tenido tal luz como muy pocos otros han tenido. Hemos pisoteado esa luz en nuestra cultura. Nuestros cines, nuestras novelas, nuestros museos de arte, nuestras escuelas gritan insultos al pisotear esa luz. Y lo peor de todo es que la teología moderna grita insultos cuando pisotea esa luz. ¿Cree que Dios no juzgará a nuestros países simplemente porque son nuestros países? ¿Piensa que el Dios santo no juzgará?

92 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Y si esto es cierto en nuestro momento de la historia, nos necesitamos el uno al otro. Mantengamos nuestras distinciones denominacionales. Y hablemos entre nosotros sobre nuestras distinciones mientras las conservamos. Pero en un día como el nuestro, reconozcamos una jerarquía apropiada de cosas. Nuestras distinciones no deben ser el abismo. Mantenemos nuestras distinciones porque estamos convencidos de que son bíblicas. Pero el llamado de Dios es amar y ser uno con todos los que están en Cristo Jesús, y luego dejar que la verdad de Dios hable en todo el espectro de la vida y en todo el espectro de la sociedad. Ese es nuestro llamado. El círculo limitante no debe ser distintivo de nuestra propia denominación en particular. Sostenemos estas cosas porque creemos que en realidad se enseñan en las Escrituras. Pero más allá de eso está la responsabilidad, existe el llamado, de ser algo para toda la iglesia del Señor Jesucristo, y más allá de la iglesia del Señor Jesucristo para toda la sociedad y para toda la cultura. Si no entendemos esto, no entenderemos cuán rico es el cristianismo y cuán rica es la verdad de Dios, ni tampoco entenderemos cuán amplio es el llamado que se hace al cristiano en la totalidad de la vida. No se puede decir que Jesús es el Salvador a menos que también digamos que Él es el Señor. Y no podemos decir honestamente y con razón que Él es nuestro Señor si sólo es Señor de una parte de la vida y no de la totalidad de la vida, incluida toda la vida social, política y cultural. En un día como el nuestro, cuando el mundo está en llamas, tengamos cuidado de mantener las cosas en el orden correcto. Debemos tener el valor de trazar la línea entre aquéllos que han comprometido la plena autoridad de las Escrituras, ya sea por infiltración teológica o infiltración cultural, y aquéllos que no lo han hecho. Pero al mismo tiempo debemos practicar una unidad observable entre todos los que se han postrado ante el Dios viviente y, por lo tanto, a la comunicación proposicional verbal de la Palabra de Dios, las Escrituras. Aprendiendo de los errores del

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pasado, levantemos un testimonio que aún puede cambiar a las iglesias y a la sociedad, por la salvación de las almas, la edificación del pueblo de Dios y, al menos, la desaceleración del deslizamiento hacia una sociedad totalmente humanista y un Estado autoritario represor.

PARTE III: NOMBRES Y ASUNTOS

CAPÍTULO 4

Connotaciones y Concesión

Los nombres son divertidos, y especialmente en las connotaciones que dan. Los nombres se pueden usar para realzar o para destruir. Como hemos visto en el capítulo anterior, el nombre “fundamentalismo” entró en uso por primera vez a mediados de la década de 1920. Durante ese tiempo y antes, el liberalismo estaba barriendo las principales denominaciones y los liberales estaban tomando el control de las posiciones de liderazgo y el control en los seminarios, en muchas publicaciones cristianas y en las estructuras denominacionales. Verdades Fundamentales En respuesta, los cristianos creyentes en la Biblia, bajo el liderazgo de eruditos como J. Gresham Machen y Robert Dick Wilson, publicaron lo que ellos llamaron The Fundamentals of the Faith. El Dr. Machen y los demás hombres nunca pensaron en hacer de esto un “ismo”. Consideraron que estas cosas eran una expresión verdadera de la fe y la doctrina cristianas históricas. 97

98 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Eran las verdades fundamentales de la fe cristiana, doctrina que era fiel a la Biblia; verdad en la que estaban interesados y comprometidos. Y como hemos visto en el capítulo anterior, esta verdad fue presentada y publicada en una serie de libros escritos por destacados pensadores cristianos de la época. El Dr. Machen, a quien conocí como estudiante, simplemente se llamaba a sí mismo un “cristiano creyente en la Biblia”. Lo mismo sucedía con las muchas publicaciones que también estaban comprometidas en aquel día con doctrinas y enseñanzas que eran fieles a la Biblia. Sin embargo, pronto la palabra fundamentalista entró en uso. Como se usó al principio, no tenía nada problemático en su uso ni en definición ni en connotación. Yo personalmente, sin embargo, preferí el término de Machen “cristiano creyente en la Biblia” porque de eso se trataba la discusión. Con el paso del tiempo, sin embargo, para muchas personas el término fundamentalista adquirió una connotación que no tenía relación con su significado original. Llegó a connotar una forma de pietismo que redujo el interés cristiano a una visión muy limitada de la espiritualidad. En esta nueva connotación, muchas cosas que tienen que ver con las artes, la cultura, la educación y la participación social se consideraron “no espirituales” y no una área de interés apropiada para el cristiano. La espiritualidad tenía que ver con una esfera muy estrecha de la vida del cristiano, y todas las demás cosas se consideraban sospechosas. El fundamentalismo también, a veces, se volvió demasiado severo y carente de amor, mientras que correctamente decía que la doctrina liberal que era falsa a la Biblia tenía que ser tratada con confrontación. El Espectro Completo de la Vida Por lo tanto, en cierto punto de este país se empleó un nuevo nombre: evangélico. Éste se tomó en gran parte de la escena británica. En Gran Bretaña, durante los años veinte y treinta,

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evangélico significaba principalmente lo que Machen y los otros habían defendido en este país, a saber, el cristianismo creyente en la Biblia en oposición a las incursiones de diversas formas y grados de la teología liberal. A mediados de la década de 1940, el nombre evangélico había llegado a ser de uso común en los Estados Unidos. Fue especialmente usado con la connotación de ser creyente en la Biblia sin aislarse del espectro completo de la vida, y de tratar de llevar al cristianismo a un contacto efectivo con las necesidades actuales de la sociedad, el gobierno y la cultura. Tenía una connotación de guiar a la gente a Cristo como Salvador, para luego tratar de ser sal y luz en la cultura. Fue en este período general que mis conferencias y libros comenzaron a tener cierta influencia desde la década de 1950 en adelante. Mis conferencias y mis primeros libros enfatizaban el Señorío de Cristo sobre toda la vida en las áreas de la cultura, el arte, la filosofía, etc., al mismo tiempo que enfatizaban la necesidad de ser creyente en la Biblia con una confrontación amorosa pero verdadera no solo contra la falsa teología, sino también contra los resultados destructivos de la falsa perspectiva del mundo. Sin exagerar su importancia, para muchos de ese período y especialmente en los radicales años sesenta, estos libros sí ayudaron a abrir una nueva puerta. Muchos descubrieron un cristianismo que es viable en esta era de valores que colapsan, cuando las antiguas normas culturales están siendo trastornadas por el ethos dominante de nuestra era. Y muchos llegaron a comprender que este nuevo ethos, a saber, el concepto de que la realidad final es una energía que siempre ha existido en alguna forma y que toma su forma presente por azar, tiene consecuencias totalmente destructivas para la vida. Los jóvenes de los años sesenta sintieron que esta posición dejaba todos los estándares en un flujo relativista y una vida sin sentido, y comenzaron a pensar y vivir en estos términos. En este escenario, felizmente cierto número encontró que la presentación de L'Abri del cristianismo,

100 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO que toca todo el pensamiento y la vida, junto con una vida de oración, sí demostraba la viabilidad del cristianismo, y se convirtieron en cristianos consagrados, creyentes en la Biblia. Pero note que esto se basó en dos cosas: 1) ser verdaderamente creyente en la Biblia; y 2) enfrentar los resultados de la perspectiva errónea del mundo circundante que estaba vigente con una confrontación amorosa pero firme. Por la gracia de Dios, este énfasis tuvo cierta influencia en muchos países y en muchas disciplinas. Ahora, sin embargo, encontramos este asunto de nombres con sus connotaciones entrando de nuevo. Poco a poco, aunque no era necesario por el uso original de la palabra, una parte considerable de aquellos conocidos como evangélicos comenzó a ir a la deriva hacia el amoldamiento. Note que esto no era necesario por el uso original de la palabra, ni tampoco por la postura de los hombres y mujeres que originalmente habían comenzado a usar la palabra. Aquellos que originalmente se llamaron evangélicos creían en la Biblia y no tomaron una posición comprometida en relación con el mundo. La Mentalidad de “Blue-Jeans” Es importante ver cuál ha sido el efecto de esto. Esta deriva hacia el amoldamiento es una especie de situación espejo de lo que ocurrió anteriormente con el fundamentalismo. Después de la confusión denominacional de los años treinta, el fundamentalismo se convirtió cada vez más en un pietismo equivocado que consideraba que cualquier desafío a la cultura circundante no era espiritual, que el trabajo del cristiano sólo era guiar a las personas a Cristo y luego conocer algo de un cristianismo personalizado. Por lo tanto, la cultura circundante cambiante y destructiva tendía cada vez más a ser incuestionable. En el caso de un evangelicalismo que se amolda, ha habido una tendencia a hablar sobre un cristianismo más amplio y rico y a involucrarse más

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profundamente en la cultura, pero al mismo tiempo a amoldarse al espíritu de mundo en cada punto crucial. Observe que el resultado es el mismo. A pesar de las afirmaciones de relevancia cultural, un evangelicalismo que se amolda también deja la cultura destructiva circundante cada vez más incuestionable. Por lo tanto, las dos posiciones terminan con resultados similares. Esto me recuerda a los jóvenes con los que trabajamos en Berkeley y otras universidades, incluidas algunas universidades cristianas, y aquellos que vinieron a nosotros en grandes cantidades con mochilas a sus espaldas en L'Abri en la década de 1960. Eran rebeldes. Sabían que lo eran, porque llevaban la marca del rebelde: los desgastados blue jeans. Pero no parecieron darse cuenta de que los blue jeans se habían convertido en la marca del amoldamiento; de hecho, todo el mundo vestía jeans de mezclilla. Esto me parece ser un paralelo cercano a lo que vemos en gran parte de la connotación que surgió de los nuevos usos de la palabra evangélico. Lo que están diciendo es esto: “Somos los ‘nuevos evangélicos’, los ‘evangélicos abiertos’; nos hemos despojado del aislamiento cultural y el anti-intelectualismo de los antiguos fundamentalistas”. Pero lo que no han notado es que no tienen nada que decir que se encuentre en clara confrontación y antítesis de la cultura circundante. Es muy fácil ser radical usando blue jeans cuando éstos encajan con la cultura general de usar blue jeans. Esto realmente no es nada nuevo. El cristianismo ha estado plagado de amoldamientos una y otra vez a través de los siglos, y en particular en este siglo. Es interesante observar lo que el Dr. Harold J. Ockenga escribió sobre el liberalismo en el cambio de este siglo: La Alta Crítica destructiva de la Biblia se convirtió en el enfoque dominante entre los teólogos a fines del siglo XIX y durante el comienzo del siglo XX. Cuando se unió a la evolución naturalista, produjo el liberalismo… Éste (el

102 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO liberalismo) amoldaba el cristianismo al naturalismo científico moderno… cada vez que surgían objeciones sobre los detalles de la religión cristiana1. Además, es interesante notar que incluso algunos liberales han comenzado a reconocer el efecto devastador del amoldamiento teológico y están empezando a hartarse de él y se preguntan qué hacer. Uno de esos liberales escribió recientemente: El tema central de la teología contemporánea es el amoldamiento a la modernidad. Es el motivo subyacente que une las diferencias aparentemente vastas entre la teología existencial, la teología del proceso, la teología de la liberación, la desmitologización y muchas variedades de teología liberal; todas están buscando un ajuste más compatible con la modernidad. El espíritu del amoldamiento ha... (llevado a) el deterioro constante de cien años y el desastre de las últimas dos décadas2. Sin embargo, el amoldamiento se ha puesto de moda entre muchos evangélicos, a pesar del efecto devastador que éste ha tenido desde el punto de vista teológico y cultural. Santidad y Amor Al carecer de un equilibrio adecuado nuestra tendencia es complicar el asunto. Al enfrentar los problemas, debe haber un equilibrio apropiado bajo el liderazgo del Espíritu Santo mientras se vive cuidadosamente dentro del círculo de lo que se enseña en las Escrituras. Cada tema debe tratarse con santidad y amor simultáneamente. Para ser realmente creyentes en la Biblia y fieles a nuestro Cristo vivo, cada tema exige un equilibrio que diga “no” a dos errores opuestos: no podemos comprometer el amor en

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nombre de la santidad; ni podemos comprometer la santidad en nombre del amor. O para decirlo de otra manera: el diablo nunca nos da el lujo de pelear la batalla en un solo frente. En cada generación, Dios llama a Su pueblo a mostrar Su amor y santidad, a serle fiel y a oponerse al amoldamiento a los valores del mundo. Para mostrar el amor y la santidad de Dios y presentar las Buenas Nuevas a nuestra generación de tal manera que el mensaje tenga viabilidad, debemos intentar de una manera equilibrada no caer en el error de “blue jeans”, pensar que somos valientes y “estamos en eso” cuando en realidad sólo encajamos en lo que es la forma de pensar aceptada de la era que nos rodea. Debemos admitir que en esto no lo hemos hecho bien. Y no creo que los líderes evangélicos en posiciones de influencia (en las escuelas, en las publicaciones, en otras esferas de influencia) hayan sido útiles en estas cosas. Con demasiada frecuencia, me parece que “estar en eso” simplemente ha significado tratar con los temas populares actuales, pero realmente no estar en una confrontación clara y equilibrada con ellos. Esto, por supuesto, está en línea con el espíritu de relativismo que domina nuestra época. Dado que la visión del mundo que prevalece enseña que la realidad final es un universo silencioso que no puede dar juicios de valor, por lo tanto, la verdad como verdad final no existe. Por lo tanto, puede haber varias diferencias de opiniones personales, pero no la confrontación de la verdad versus el error, no sólo como creen los cristianos sino también como creyeron los filósofos y pensadores clásicos del pasado. Nos quedamos sin una base para decir que algo es bueno o malo. Por lo tanto, al confrontar los temas cruciales de hoy, la visión del mundo imperante enseña que no hay ni bueno ni malo, sólo la opinión personal. El relativismo gobierna, y estamos rodeados por un espíritu de amoldamiento. “No Agites las Aguas” El asunto de la vida humana es un buen ejemplo de ello.

104 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO “Estoy personalmente en contra del aborto, pero…” con cualquier cantidad de predicados añadidos, ésta se convirtió en la frase mediadora no sólo de los cristianos en el gobierno, sino también de muchos en el púlpito y en las publicaciones. El resultado final es el mismo que el relativismo moral; el tema del aborto se reduce a una opinión personal que no tiene ninguna relación con la forma en que uno vive su vida en el mundo. A mediados de la década de 1970, cuando el Dr. C. Everett Koop, Franky Schaeffer y yo empezamos a trabajar en el proyecto ¿Qué le sucedió a la Raza Humana? en realidad había tan pocos protestantes involucrados que la batalla se estaba perdiendo simplemente por ser llamada un asunto Católico Romano. ¿Por qué hubo tan pocos protestantes involucrados? Los equivocados pietistas pensaban que las batallas en el área del gobierno eran “no espirituales”; la otra corriente había adquirido el hábito del amoldamiento y habría significado “agitar las aguas” fuertemente para que tomara una posición clara. Afortunadamente, ahora hay más comprometidos, pero aun así el daño ya está hecho. Si las voces se hubieran alzado claramente en confrontación cuando el aborto y la disminución general de la perspectiva de la vida humana comenzaron a ser defendidas abiertamente, la avalancha original de estos conceptos con toda probabilidad no hubiera prevalecido y la legislación Roe vs. Wade por la Suprema Corte nunca se hubiera hecho. Y si los líderes y las publicaciones cristianos mantenían la presión, los cristianos que están en el Congreso no habrían considerado tan conveniente decir que estaban personalmente en contra del aborto, pero luego, por ejemplo, votarían en contra del financiamiento del gobierno para el aborto. Es irónico que tantos que se oponían a que el cristianismo se redujera a una espiritualidad apartada y aislada por un pobre pietismo, ahora, por un proceso de amoldamiento, terminaran tan silenciosamente sobre todos aquellos asuntos que van en contra de las actuales formas de pensamiento comúnmente aceptadas. Es muy fácil ser radical usando blue jeans cuando se ajustan al uso

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general de blue jeans. La verdad realmente produce confrontación, una confrontación en amor, pero confrontación, ya sea con respecto a aquellos que tienen una perspectiva baja de las Escrituras, como hicieron los usuarios originales de los términos “fundamentalista” y “evangélico”; o con respecto a sostener una perspectiva baja de la vida humana. Esta disminución de la perspectiva de la vida humana puede comenzar con hablar de casos extremos en relación con el aborto, pero fluye hacia el infanticidio y sobre toda la vida humana, estando abierta a juicios arbitrarios y pragmáticos de cuál vida humana es digna de ser vivida, incluida su vida humana cuando usted se convierte en una carga para la sociedad. En el capítulo anterior cité una carta de un líder cristiano que relacionaba el tema de las Escrituras y el aborto. Subrayaría nuevamente lo que dije allí: que sobre la base de lo que la palabra evangélico originalmente significaba con respecto a la Escritura, debemos estar dispuestos, en amor, a trazar una línea con respecto a aquellos que tienen una perspectiva baja de la Escritura. Sobre la base del término original evangélico, ellos son evangélicos falsos. No hacerlo es amoldarse al espíritu del mundo en un punto crucial que eventualmente arrastrará todo lo demás hacia abajo con él. Pero el mismo principio se aplica igualmente en los temas cruciales de la vida humana. Una perspectiva baja de la vida y una perspectiva baja de las Escrituras van de la mano. El asunto del parteaguas es la obediencia a la Biblia tanto como la creencia en la doctrina de la inerrancia. Dado que la Biblia enseña que la vida en el útero es vida humana, uno no puede aceptar el aborto sin negar la autoridad y la verdad de la Escritura en la práctica. Al trazar o no una línea sobre el tema de la Escritura, y de hecho con respecto a la vida humana, la élite dirigente evangélica también ha producido poco o ningún liderazgo. La mayoría de las veces parece que no entienden nada con respecto al problema real involucrado. Ya sea por una práctica falsa del pietismo o el temor de agitar sus propias aguas, ellos no han estado presentes en la

106 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO lucha en este punto crucial de la cuestión de la vida humana. O, en todo caso, han llegado muy tarde a la batalla. El Problema Real Es curioso cómo el mundo a menudo parece entender estos temas mejor que la mayoría de los cristianos y los líderes cristianos. Por ejemplo, un ensayo reciente en la revista Time titulado “Pensando Pensamientos Animales” explica en detalle el verdadero problema. Al hablar de los “derechos de los animales”, Time intenta descubrir si realmente existe alguna diferencia entre la vida animal y la vida humana: Si los seres humanos suponen que fueron creados a la imagen de Dios, no les es difícil ver la distancia enorme y cualitativa entre ellos y las órdenes menores de la creación. La Biblia enseña que el hombre tiene dominio sobre los peces del mar, las aves del aire, el ganado y todo lo que se arrastra. Tal vez el aumento en el movimiento por los derechos de los animales es un síntoma de un espíritu más secular y carente de confianza… La diferencia humana es conocida, para algunos, como el alma inmortal, una distinción absoluta que pertenece sólo al hombre y la mujer, no al animal. El alma es el pedigrí humano, y presumiblemente la dispensación para matar y comer cualquier vida inferior que se cruce en el camino. Pero en un sentido secular, ¿cómo se diferencia la vida humana de la vida animal? ¿Inteligencia? Algunos chimpancés pigmeos e incluso criaturas menores son tan inteligentes como, por ejemplo, un niño con un retraso mental severo; si no está permitido matar a un niño con retraso mental, ¿por qué matar a los animales?3 Así Time señala que cuando quitamos la enseñanza bíblica

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de que Dios es la realidad final y que Dios creó al hombre de manera única a Su propia imagen, entonces el hombre como hombre no tiene ningún valor intrínseco. En un sentido secular, la vida humana no es diferente de la vida animal. O en otras palabras, cuando uno acepta la perspectiva secular del mundo de que la realidad final es sólo materia o energía que tomó forma por azar, entonces la vida humana se reduce al nivel de la existencia animal. Solo hay dos clasificaciones: no vida y vida. Y si uno piensa que la vida humana básicamente no es diferente de la vida animal, ¿por qué no tratar a las personas de la misma manera? Sería sólo nostalgia religiosa hacerlo de otro modo. Y así, primero es fácil matar a los niños en el útero, y luego, si a uno no le gusta cómo salen, matar a los niños después de que nacen. Y luego continúa con la eutanasia de cualquiera que se convierta en una carga o un inconveniente. Después de todo, de acuerdo con la perspectiva secular del mundo, la vida humana no es intrínsecamente diferente de la vida animal, entonces, ¿por qué debería tratarse de manera diferente? Uno hubiera deseado que la prensa cristiana y los líderes cristianos hubieran tenido la misma comprensión que Time y visto estas implicaciones. Pero en las pocas ocasiones en que se ha tratado el secularismo y el humanismo secular, ¿ha expuesto la prensa cristiana las implicaciones reales de esta perspectiva del mundo? Una revista cristiana salió con la conclusión de que la preocupación por el humanismo secular y su impacto resultante en la sociedad era sólo como El Coco (un personaje imaginario usado para asustar a los niños)4. Bien definido, el humanismo secular, el humanismo o el secularismo, o cualquier nombre que desee usar, no es El Coco; es un enemigo despiadado. Aquí nuevamente, el equilibrio es importante por medio de una definición cuidadosa. La palabra humanismo no debe confundirse con el humanitarismo ni con la palabra humanidades5. Sino que el humanismo es la negación desafiante del Dios que está ahí, con el hombre puesto desafiantemente en el lugar de Dios como la medida de todas las

108 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO cosas. Porque si la realidad final es sólo materia o energía que ha existido por siempre y tiene su forma presente sólo por azar, entonces no hay nadie más que un hombre finito para establecer valores puramente relativos y una base puramente relativista para la ley y el gobierno. ¡Este no es El Coco! Está totalmente en contra de todo lo que los fundamentalistas originales defendieron, y totalmente en contra de lo que representaba el significado original de evangélico, y totalmente en contra de todo lo que la Biblia representa. ¿Cómo podría un cristiano ser tan tonto como para no ver que este “Coco” garantiza la destrucción del individuo en la vida venidera, y también en la vida presente? Superstición Religiosa ¿Se da cuenta de las implicaciones de esto? ¿Realmente comprende que la perspectiva bíblica del hombre y la perspectiva secularista son una antítesis total, y como tal, dan como resultado una visión de la vida humana totalmente en conflicto, con consecuencias totalmente diferentes? El mundo secular entiende esto, como se puede ver claramente en los comentarios del Dr. Peter Singer. Escribiendo en la prestigiosa revista médica Pediatrics, el Dr. Singer explica: La perspectiva ética que sostiene que la vida humana es sacrosanta, que llamaré la “perspectiva de la santidad de la vida”, está bajo ataque. El primer golpe importante a la perspectiva de la santidad de la vida fue la creciente aceptación del aborto en todo el mundo occidental. Los partidarios de la perspectiva de la santidad de la vida han señalado que algunos bebés prematuros están menos desarrollados que algunos de los fetos que son matados en los abortos tardíos. Agregan, muy plausiblemente, que la ubicación del feto/bebé, dentro o fuera del útero, no puede hacer una diferencia crucial en su estatus moral. Permitir

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abortos, especialmente estos abortos tardíos, parece abrir una brecha en nuestra defensa de la supuesta santidad universal de la vida humana inocente. Un segundo golpe a la perspectiva de la santidad de la vida ha sido la revelación de que es práctica común en muchos hospitales públicos importantes abstenerse de proporcionar el tratamiento necesario para salvar la vida a ciertos pacientes… ¿Es realmente alarmante la erosión de la perspectiva de la santidad de la vida? A menudo el cambio es en sí mismo alarmante, especialmente el cambio en algo que durante siglos se ha hablado en voz tan baja que cuestionarlo es, automáticamente, cometer un sacrilegio… Sea lo que sea que depare el futuro, es probable que resulte imposible restaurar completamente la perspectiva de la santidad de la vida. Los fundamentos filosóficos de esta perspectiva han sido derribados. Ya no podemos basar más nuestra ética en la idea de que los seres humanos son una forma especial de creación, hechos a la imagen de Dios, diferenciados de todos los demás animales y los únicos que poseen un alma inmortal. Nuestra mejor comprensión de nuestra propia naturaleza ha salvado el abismo que una vez se pensó que había entre nosotros y las otras especies, entonces ¿por qué deberíamos creer que el mero hecho de que un ser sea miembro de la especie Homo Sapiens dote su vida de un valor único, casi infinito? Una vez que la superstición religiosa que rodea el término “humano” ha sido eliminada, podemos continuar viendo a los miembros normales de nuestra especie como poseedores de mayores capacidades de racionalidad, autoconciencia, comunicación, etc., que los miembros de cualquier otra especie, pero no consideraremos como sacrosanta la vida de todos y cada uno de los miembros de nuestra especie, sin importar cuán limitada sea su

110 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO capacidad para una vida inteligente o incluso consciente. Si comparamos un bebé humano con graves deficiencias con un animal no humano, un perro o un cerdo, por ejemplo, a menudo encontraremos que el no humano tiene capacidades superiores, tanto reales como potenciales, de racionalidad, autoconciencia, comunicación y cualquier otra cosa que pueda ser plausiblemente considerada como moralmente significativa. Solo el hecho de que el bebé con deficiencias sea miembro de la especie Homo Sapiens lo lleva a ser tratado de manera diferente al perro o al cerdo. Sin embargo, la membresía a la especie por sí sola no es moralmente relevante… Si podemos dejar de lado la noción obsoleta y errónea de la santidad de toda vida humana, podemos empezar a ver la vida humana como realmente es: en la calidad de vida que cada ser humano tiene o puede alcanzar. Entonces será posible abordar estas cuestiones difíciles de la vida y la muerte con la sensibilidad ética que exige cada caso, en lugar de la ceguera a las diferencias individuales que está incorporada en la rígida instrucción del Departamento de Salud y Servicios Humanos de ignorar todas las discapacidades cuando decide si mantener a un niño con vida6. ¿Entiende lo que acaba de leer? Si quita la enseñanza bíblica de la santidad de la vida humana y del hombre creado a imagen de Dios (como el Dr. Singer lo ha demostrado tan claramente), no hay una base definitiva para dar valor a la vida humana. Y esto se aplica ya sea que hablemos de los no nacidos o de los que ya nacieron. Si la vida humana puede tomarse antes del nacimiento, no hay una razón lógica por la que no pueda tomarse después del nacimiento. Por lo tanto, la calidad de vida, arbitrariamente juzgada por personas falibles y pecadoras, se convierte en el estándar para matar o no matar la vida humana, ya

CONNOTACIONES Y CONCESIÓN

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sea no nacido, recién nacido, rico o anciano. ¿Pero qué dice esto sobre los minusválidos que ahora viven? ¿No es su vida errónea y trágicamente devaluada? Hay personas que leerán este libro a quienes se les permitiría morir bajo estos criterios si hubieran nacido hoy7. La cuestión de la vida humana es realmente un tema decisivo. Aquellos que aceptan el aborto intentan ocultar la horrible realidad detrás de un lenguaje decente, como “la calidad de vida” o “la felicidad y el bienestar de la madre” o “la necesidad de que cada niño sea deseado”. Aunque tal lenguaje pueda parecer cercano a lo que la Biblia enseña, que toda vida humana es creada a la imagen de Dios y, como tal, tiene un valor único e intrínseco, resulta en la devaluación total de la vida. El niño no nacido es un ser humano creado a la imagen de Dios, y negarlo es negar la autoridad de la Biblia. Es imposible leer el Salmo 139 y realmente creer lo que dice sin darse cuenta de que la vida en el útero es vida humana. Es imposible creer realmente en la Encarnación y no darse cuenta de que el niño concebido en María por el poder del Espíritu Santo fue en verdad el Hijo de Dios desde el momento de la concepción. Si realmente creemos en la Biblia, no hay dudas cuándo comienza la vida humana. Y negar esto es negar la autoridad de la Biblia. Pero la cuestión no es sólo el aborto, tan importante como lo es. ¿Estamos tan ciegos que no vemos lo que está involucrado? lo que está involucrado es la vida humana como vida humana. Sin embargo, gran parte del mundo evangélico lleva a cabo negocios como de costumbre, diciendo que no son para el aborto, excepto por esto o aquello; o diciendo que no deberíamos hacer un problema de esto porque podría ser divisivo; o diciendo que no deberíamos trazar una línea, incluso cuando millones de vidas humanas están en juego. Pero si no estamos dispuestos a tomar una postura firme incluso por la vida humana, ¿hay algo por lo cual sí la tomemos?

CAPÍTULO 5

Las Formas del Espíritu del Mundo

Es cómodo amoldarse a lo que está en boga, a las formas del espíritu del mundo en nuestra época. Este amoldamiento ha sido mortal: la pérdida de doce millones de vidas humanas en los últimos diez años a causa del aborto. Pero no se detiene con cuestiones sobre la vida humana; es evidente en prácticamente cualquier otro tema que ha sido puesto de moda por la mentalidad secularista de la época. La Mentalidad Socialista Así, en otra área encontramos que una gran parte del evangelicalismo está confundiendo el Reino de Dios con un programa socialista. Esto también es puro amoldamiento al espíritu del mundo que nos rodea. Un ejemplo claro se puede encontrar en un boletín publicado por una importante revista evangélica. En un número reciente, el boletín presentaba el trabajo de Evangélicos por la Acción Social (Evangelicals for Social Action, ESA), su estrategia social y su crítica de la sociedad. Como ESA explica: 113

114 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Resumido brevemente, esta crítica afirma que los problemas sociales en los que los cristianos de esta nación están más preocupados (es decir, el crimen, el aborto, la falta de oración, el humanismo secular, etc.) son importantes, pero en realidad son síntomas de problemas mucho mayores: estructuras sociales injustas en los Estados Unidos, que subyacen en estas preocupaciones cristianas legítimas. La respuesta obvia, entonces, es atacar las causas de la enfermedad para que los síntomas desaparezcan. ESA gasta gran parte de su esfuerzo educativo tratando de familiarizar a los cristianos bíblicos con áreas cruciales de injusticias básicas en la sociedad y la necesidad de cambiarlas para mejorar. ¿Cuáles son estas “estructuras injustas” básicas? ESA cree que la mayoría de ellas (pero ciertamente no todas) provienen de la pobreza y la mala distribución de la riqueza, tanto a nivel nacional como internacional 1. ¿Entiende lo que se dice aquí? Sorprendentemente, ESA está diciendo que las “estructuras sociales injustas” y en particular “la mala distribución de la riqueza” son las verdaderas causas del mal en el mundo. Según ESA, estas cosas (por ejemplo, estructuras sociales injustas/mala distribución de la riqueza) son las que causan “crimen, aborto, falta de oración, humanismo secular, etc.”. Simplemente en un nivel fáctico, esto es una tontería. Hay crimen en todos los niveles de la sociedad, independientemente de la riqueza; el aborto es apoyado más fuertemente por los ricos. ¿Realmente cree ESA que cambiando las estructuras económicas se resolverá el problema de la “falta de oración”? Aquí el Evangelio se ha reducido a un programa para transformar las estructuras sociales. Esta es la línea marxista. No significa que los que toman esta posición sean comunistas. Pero sí significa que han confundido por completo el Reino de Dios con

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los conceptos socialistas básicos. Detrás de esto se encuentra la idea de la Ilustración de la perfectibilidad del hombre si sólo se eliminan las cadenas culturales y económicas2. Pero piense más allá de lo que esto significa teológicamente. ¿Qué pasó con la Caída y el pecado? ESA parece estar diciendo que el cambio de las estructuras económicas es el medio de salvación para el hombre moderno, ya que solo esto se ocupa de las “causas básicas de la enfermedad”. Irónicamente, ¡su programa no es lo suficientemente radical! El problema básico es el de la Caída, el pecado y el corazón del hombre. El problema básico es mucho más profundo que las estructuras sociales, y al no reconocer esto ESA termina con una comprensión de la salvación que es muy diferente de lo que enseñan las Escrituras. El pecado es el problema, y no hay mayor pecado que el obstinado desafío del hombre moderno a Dios y Sus leyes, en el área de las ideas y las acciones. La mentalidad socialista tal como la promueven Evangélicos por la Acción Social y otros, y respaldada por gran parte del mundo evangélico, se basa en un doble error. Primero y más importante, está mal teológicamente, distorsionando fundamentalmente el significado del Evangelio. Pero está igualmente equivocada en su evaluación ingenua de la redistribución de la riqueza y sus consecuencias. La respuesta no es algún tipo de redistribución socialista o igualitaria. Esto sería mucho más injusto y opresivo que nuestro propio sistema, aunque sea imperfecto. Para entender esto, todo lo que tenemos que hacer es observar las sociedades represivas que han resultado de los intentos de redistribuir radicalmente la riqueza siguiendo las líneas socialistas o igualitarias. Todo intento de redistribución radical ha arruinado la economía y la cultura del país donde fue probado, y cada revolución marxista ha terminado en un baño de sangre. Ha dejado a las personas con menos, no con más, y les ha puesto bajo un gobierno totalitario. En este sentido, los comentarios del economista e historiador Herbert Schlossberg son muy útiles.

116 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Schlossberg señala el “principio de odio” en las declaraciones de los formadores de opinión de la época que pidieron una redistribución socialista: El odio revelado en tales declaraciones es todo lo que se puede esperar en una sociedad que tiene envidia institucionalizada y utiliza el término justicia social para describir un sistema de robo legalizado. Eso debería alertarnos sobre la hipocresía en el viejo engaño de que los derechos de propiedad de alguna manera pueden separarse de los derechos humanos y son inferiores a ellos. No hay sociedades que sean displicentes con respecto a los derechos de propiedad pero que salvaguarden los derechos humanos. El estado que pone su mano en su bolso lo pondrá en su persona. Ambos son actos de un gobierno que desprecia la ley trascendente. Aquellos que piensan que reemplazarán la competencia del capitalismo con la cooperación del socialismo no saben nada de ninguno... Para 1959 la “cooperación” soviética había costado unos 110 millones de vidas. La alternativa a la actividad económica libre no es la cooperación, sino la coacción3. Le pediría que reconsidere una vez más la ilustración del parteaguas al comienzo del segundo capítulo. Allí mencioné cómo la nieve que yace lado a lado cuando se derrite termina a mil seiscientos kilómetros de distancia. Y vimos cómo, en el caso de la Escritura, dos puntos de vista que al principio parecían bastante cercanos terminan en lugares completamente diferentes, con consecuencias desastrosas para la teología y para la cultura en que vivimos. Ahora, cuando consideramos el amoldamiento evangélico a la mentalidad socialista, realmente encontramos que sucede lo mismo. Con su llamado a la justicia y la compasión, al principio parece que es lo mismo, o muy cercano, a lo que las

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Escrituras enseñan sobre la justicia y la compasión. Aquellos que defienden la mentalidad socialista intentan utilizar todas las palabras evangélicas correctas y evitar cualquier retórica socialista de bandera roja. Pero de hecho de lo que están hablando es “otro evangelio”. Y cuando miramos más detenidamente lo que está involucrado, encontramos que la mentalidad socialista termina en un lugar completamente diferente, con consecuencias desastrosas teológicamente y en términos de derechos humanos y vida humana. Un programa socialista no es la respuesta 4. Y cuando una gran parte del evangelicalismo comienza a confundir el Reino de Dios con un programa socialista5, esto es puro amoldamiento al espíritu del mundo de esta época. Nuestra respuesta debe ser la confrontación, confrontación en amor, pero confrontación. Se debe trazar línea. Tres Grandes Debilidades Pero aquí nuevamente debemos ser cuidadosos y tener un equilibrio adecuado. Al tomar una postura en contra de la mentalidad socialista, debemos tener cuidado de no cristianizar todo en el pasado de Estados Unidos. Esto es algo que he enfatizado a lo largo de los años, comenzando con mis primeros libros y conferencias, pero debe repetirse nuevamente. Nunca ha habido una edad de oro en el pasado. No hay una época a la que podamos mirar atrás, incluida La Reforma, la Iglesia Primitiva, o los primeros Estados Unidos, que fuera perfecta o totalmente cristiana. Hubo grandes debilidades que como cristianos debemos rechazar y luego trabajar para reparar, y mencionaría tres de éstas aquí. Primero está la cuestión de la raza, donde hubo dos tipos de abuso. Hubo esclavitud basada en la raza, y también prejuicio racial como tal. Ambas prácticas son incorrectas, y a menudo ambas estuvieron presentes cuando los cristianos tenían una influencia más fuerte en el consenso de la que tienen ahora. Y sin

118 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO embargo, la iglesia, como iglesia, no habló lo suficiente en contra de ellas. Lamentablemente, los estadounidenses se permitieron la mentira de que el hombre negro no era una persona y, por lo tanto, podía ser tratado como una cosa. Es notable que exactamente el mismo argumento se usó en la legislación Roe vs. Wade de 1973 para legalizar el aborto. Hace ciento cincuenta años el hombre negro podía ser esclavizado porque legalmente no era una persona; en los últimos diez años, doce millones de niños no nacidos han sido asesinados porque la Corte Suprema decidió que no eran personas. Como cristianos, por identificación con nuestros antepasados, debemos reconocer esta perspectiva errónea y retorcida de la raza y más allá de esto hacer todo lo posible para eliminar los prejuicios raciales de hoy. Podemos estar agradecidos por hombres cristianos como Shaftesbury, Wilberforce y Wesley que, sobre la base de la perspectiva bíblica de que hay absolutos, pudieron decir que estos males e injusticias son absolutamente incorrectos. Pero difícilmente podremos sentarnos a juzgar a las generaciones pasadas si la misma mentira se usa en la destrucción sin sentido de la vida humana de hoy6. En segundo lugar, está la cuestión del uso compasivo de la riqueza. Como he recalcado en el pasado, esto significa dos cosas: primero, obtenerla con justicia; y luego usarla con verdadera compasión. De hecho, he dicho en varias ocasiones y lugares, donde espero se tome en cuenta, que creo que cuando los cristianos lleguen al cielo y hablen de lo mucho que dieron para misiones, para construir escuelas, etc., que el Señor va a decirles que hubiera sido mejor si hubieran tenido menos dinero para dar y hubieran obtenido su dinero con justicia. En tercer lugar, existe el peligro de confundir el cristianismo con el país. En esta área, he enfatizado, primero, que no debemos envolver al cristianismo en la bandera de nuestro país7, y segundo, que debemos protestar contra la noción de “destino manifiesto” que permitiría a nuestra nación hacer lo que quiera. Somos responsables de todo lo que hacemos y de todo lo

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que Dios nos ha dado, y si pisoteamos sus grandes dones algún día conoceremos Su juicio8. La Devaluación de la Historia Después de reconocer estas graves debilidades, no obstante, debemos reconocer que el cristianismo de hecho tuvo una influencia profundamente positiva en la configuración de este país. Cuando los historiadores devalúan demasiado la influencia cristiana en la fundación del país, no es ni una buena historia ni honrar a Dios por las cosas buenas que surgieron de esta influencia y especialmente del cristianismo reformado. Hubo una gran cantidad de conocimiento bíblico en el país en ese día que existía en general y especialmente desde el Gran Despertamiento. Esto tuvo una profunda influencia, y muchos historiadores seculares están de acuerdo en que había un consenso o ethos cristiano general. Pero esto no es para ser tan tonto como para pensar que todos los fundadores de los Estados Unidos eran cristianos. No lo eran. Todo el mundo sabe, por ejemplo, que Jefferson era un deísta. Pero incluso como deísta sabía que existía un Dios, y esto marcaba una diferencia drástica en la forma en que él entendía el mundo. En particular, significó que Jefferson fundamentó el concepto de derechos inalienables en el Creador. Incluso si el concepto era defectuoso en el caso de Jefferson, por ejemplo, hay una diferencia drástica entre esto y las ideas de la Ilustración, que produjeron la masacre sistemática de las revoluciones francesa y rusa. O está el ejemplo de John Witherspoon, el ministro presbiteriano y presidente de lo que ahora es la Universidad de Princeton y el único pastor que firmó la Declaración de Independencia. Él no siempre fue consistente con su pensamiento, como ninguno de nosotros lo es. Pero es más llamativo observar de qué tema se trataba cuando, en un sermón, Witherspoon nombró y atacó abiertamente a Thomas Paine, el “hombre de La

120 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Ilustración”. Witherspoon desafió directamente los puntos de vista de la Ilustración de Paine acerca de la perfectibilidad del hombre, contrastando esto con la perspectiva bíblica de la Caída y la perdición del hombre y, por lo tanto, la falta de perfección en todos los ámbitos del gobierno9. Witherspoon no siempre fue correcto en sus opiniones políticas. Pero su cristianismo sí marcó una diferencia en su comprensión de las realidades políticas del momento. Pero hay personas dentro de los círculos evangélicos que, bajo una apariencia de erudición, minimizarán todo esto y actuarán como si el consenso cristiano estuviera siempre en un desorden total. El ejemplo de un historiador cristiano que lleva el problema hasta la misma Reforma puede mostrar hasta dónde pueden llegar. Él escribe: La confusión [de Schaeffer] se basa en su incapacidad de ver el protestantismo como la forma religiosa del humanismo renacentista. Para sentirse seguros, los protestantes dijeron que sus conciencias estaban informadas por la Biblia, en cuya sola autoridad se basaban (“sola scriptura”). Sin embargo, todos sabemos de la incapacidad protestante para ponerse de acuerdo sobre lo que dice la Biblia, o incluso sobre qué clase de libro es. En su triunfalismo, Schaeffer no puede ver lo irónico y lo trágico en el movimiento protestante, porque se niega a verlo como un aspecto del movimiento humanista mismo. En sus diversas obras, Schaeffer invoca repetidamente La Reforma como la respuesta al problema del humanismo, cuando en realidad es parte del problema10. ¿Entiende lo que se dice aquí? La importancia de La Reforma está completamente devaluada y subordinada al humanismo. La perspectiva de La Reforma y de los reformadores

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de la Sola Scriptura, la Biblia como la única base para la verdad cristiana, es descartada por completo. Todo lo que representaba La Reforma es tragado en un marasmo de síntesis y relatividad. Exactamente la misma línea es tomada por los historiadores relativistas, no cristianos, secularizados de nuestros días. Esta no es una disputa sobre los hechos de la historia; en realidad, muchos historiadores no cristianos estarían en desacuerdo con esta visión radicalmente despectiva de las ideas de La Reforma. Lo que tenemos aquí es la infiltración de un pensamiento completamente secularizado presentado como si fuera erudición evangélica. Sí, debemos oponernos a aquellos que cristianizarían ingenuamente todo en el pasado y que envolverían al cristianismo en la bandera del país. Pero igualmente debemos oponernos a quienes se amoldan al espíritu del mundo de esta época bajo la apariencia de erudición, y en el proceso no sólo distorsionan los hechos de la historia sino también la verdad cristiana11. Infiltración Académica Tristemente debemos decir que en el área de la erudición, el mundo evangélico no lo ha hecho bien. En cada disciplina académica, la tentación y la presión para amoldarse son abrumadoras. Los evangélicos tenían razón en su rechazo de un pietismo pobre que encerraba al cristianismo en un área muy estrecha de vida espiritual. Los evangélicos tenían razón al enfatizar el Señorío de Cristo en todas las áreas de la cultura: arte, filosofía, sociedad, gobierno, academia, etc. Pero entonces, ¿qué sucedió? Muchos jóvenes evangélicos escucharon este mensaje, salieron al mundo académico y obtuvieron sus títulos de grado y posgrado de las mejores escuelas seculares. Pero algo sucedió en el proceso. En medio de colegios y universidades totalmente humanistas y una orientación totalmente humanista en las disciplinas académicas, muchos de estos jóvenes evangélicos comenzaron a ser infiltrados por la visión anticristiana del mundo

122 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO que dominaba el pensamiento de sus colegas y profesores. En el proceso, cualquier punto de vista cristiano evangélico distintivo fue amoldado al pensamiento secularista en su disciplina y al espíritu del mundo circundante de nuestra época12. Para completar el ciclo, muchos de ellos han vuelto para enseñar en universidades evangélicas, donde lo que presentan en sus clases tiene muy poco que sea distintivamente cristiano. Tenga en cuenta que esta crítica no es un llamado a la retirada intelectual y un nuevo anti-intelectualismo. Los cristianos evangélicos deberían ser mejores eruditos que los no cristianos porque saben que hay verdad en contraste con el relativismo y el reduccionismo estrecho de cada disciplina. Pero con demasiada frecuencia los cristianos han ingresado ingenuamente al mundo académico con una fascinación embriagadora y han dejado atrás su juicio crítico y la verdad cristiana. La batalla en la que estamos es más intensa en el mundo académico. Cada disciplina académica ha dominado el pensamiento secularista, especialmente en las ciencias del comportamiento, las humanidades y las artes. Parte de nuestra tarea como cristianos es comprender y estudiar cuidadosamente estas áreas, pero luego responder críticamente desde un punto de vista distintivamente cristiano. Pero tenga en cuenta que, como señalé en el capítulo anterior, esto implica dos cosas: 1) ser verdaderamente creyente en la Biblia; y 2) enfrentar los resultados de la perspectiva errónea del mundo circundante con una confrontación amorosa, pero definitiva. Por favor no tome esto a la ligera. No podemos retirarnos y encerrar el cristianismo en una visión estrecha de la espiritualidad; pero en el mundo académico totalmente secularista los peligros y las tentaciones son profundos. Es muy difícil vivir en este mundo como un estudiante universitario durante cuatro años o más y no ser infiltrado por la visión del mundo circundante. Y si uno es profesor, los peligros van más allá de esto con la presión abrumadora de comprometer el pensamiento de uno a fin de ganar respetabilidad académica

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dentro de disciplinas dominadas por el pensamiento secular. Y para aquellos que son profesores en universidades cristianas evangélicas, la responsabilidad es formidable. Sí, usted debe presentar clara y cuidadosamente toda la gama del saber en su disciplina. Pero esto apenas es el comienzo de su responsabilidad. ¿Seguirá luego explicando los puntos en los que existen conflictos fundamentales entre las ideas en su disciplina y la verdad bíblica? ¿O usted, en nombre de la libertad académica, la tolerancia o la neutralidad, dejará que todo transcurra sin confrontación? Esta no es la forma en que funciona el mundo. El profesor de sociología marxista en la universidad secular no está interesado en la neutralidad, sino que se asegurará de que su posición ideológica se transmita en el aula. Una vez más, diría que, en el área de la erudición académica, el mundo evangélico a menudo ha fallado en tomar una posición clara. Esto, por supuesto, no ha sido cierto para todos, y podemos estar agradecidos por aquellos que han tomado una posición. Pero ha habido, y hay, un amoldamiento creciente en el espíritu de la época a medida que encuentra expresión en las diversas disciplinas. Y debido a esto, ¿cuántos habrán venido a nuestras escuelas en busca del pan de vida y se irán con solo un puñado de guijarros? Este peligro está presente en las universidades que se consideran las mejores universidades cristianas. El problema no es futuro, sino presente. Profecía Falsa Amoldamiento, amoldamiento. Cómo crece y se expande la mentalidad del amoldamiento. Se puede ver una vez más en el nuevo llamado evangélico a la participación en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). Es irónico que justo cuando la prensa secular exponía la hipocresía del CMI y la criticaba severamente, los líderes evangélicos y las influyentes publicaciones evangélicas lo alababan. Debido a que muestra una percepción tan notable,

124 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO citaré detalladamente el artículo de Time titulado “La Curiosa Política del Ecumenismo”: Para muchos cristianos conservadores en Europa occidental y los Estados Unidos, el Consejo Mundial de Iglesias, una organización que agrupa a 301 denominaciones protestantes y ortodoxas con más de 400 millones de miembros, parece ser un clon eclesiástico de las Naciones Unidas. En respuesta a la creciente influencia de las iglesias en el Tercer Mundo, el Consejo aparentemente se ha convertido en un foro para denuncias implacables de los pecados de la política y el capitalismo estadounidense. Mientras tanto, el CMI tiene lo que algunos críticos llaman una política de “no ver el mal” hacia los regímenes comunistas... La sexta asamblea del CMI en la Universidad de British Columbia en Vancouver, a la que asistieron 838 delegados de 100 países y miles de visitantes, no hizo nada para disipar las sospechas de prejuicio antioccidental. Por ejemplo, la semana pasada un comité encabezado por William P. Thompson, uno de los dos principales líderes de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.), fue responsable de redactar la declaración formal sobre Afganistán. Trabajando estrechamente con los delegados de las iglesias soviéticas, el comité produjo un débil documento que pedía la retirada de las tropas soviéticas como parte de un acuerdo político general; esa fue una de las pocas veces que la U.R.S.S. fue nombrada específicamente en una declaración política por el CMI. Pero la declaración también decía que las tropas soviéticas deberían poder permanecer en Afganistán hasta que se llegue a tal acuerdo, y recomendó que se suspenda la ayuda a los rebeldes afganos anticomunistas. El comité de Thompson también produjo un ataque con una redacción dura sobre la

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política centroamericana de los EE. UU. El documento elogió “los logros que afirman la vida” del gobierno nicaragüense; Cuba no fue mencionada en absoluto. El obispo Alexander Malik, de la Iglesia de Pakistán, una unión de cuerpos anglicanos y protestantes, exigió que la declaración de Afganistán fuera regresada al comité para una inyección adecuada de franqueza: “Si alguna nación occidental estuviera involucrada, estoy seguro de que habríamos reaccionado con el lenguaje más fuerte disponible en el diccionario. La U.R.S.S. ha cometido una gran agresión contra un vecino y debe ser condenada”. La recomendación de Malik fue rechazada después de que el arzobispo ortodoxo ruso Kirill advirtió que cualquier declaración más fuerte presentaría “dificultades terribles” para su iglesia y sería un “desafío a nuestra lealtad al movimiento ecuménico”. Esta fue la política típica del CMI. El Consejo está dispuesto a arriesgar más daño a su imagen, no sólo porque muchos líderes de la iglesia occidental están de acuerdo con los ataques a las políticas de los EE. UU. y sus aliados, sino también porque el silencio es supuestamente el precio que se debe pagar para mantener las iglesias del bloque soviético en el Consejo. Este enfoque pragmático, algunos dirían miope, también evita que el CMI aborde la difícil situación de los creyentes religiosos en la Unión Soviética. El evento más dramático de la última asamblea, en Nairobi hace ocho años, fue la publicación de una carta abierta de dos disidentes soviéticos, el padre Gleb Yakunin y Lev Regelson, afirmando que el Consejo había guardado silencio cuando “la Iglesia Ortodoxa Rusa estaba medio destruida” a principios de la década de 1960, y pidiendo acción contra la persecución soviética13. Más tarde, el mismo artículo pasa al tema del testimonio y

126 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO el evangelismo. Aquí Time señala que: Hubo una oleada de entusiasmo en la asamblea que involucraba un documento no político titulado “Testimonio en un Mundo Dividido”. El Obispo Per Lonning de la Iglesia de Noruega (luterano) lo llamó un “retroceso peligroso” porque mostraba una “falta de urgencia misionera” y no enfatizó la singularidad del cristianismo. De acuerdo, los delegados votaron casi unánimemente por una revisión, pero al tratar con una gran cantidad de declaraciones políticas sobre todo, desde armas nucleares (sí a la congelación) a los derechos palestinos (una aprobación enfática), nunca tuvieron la oportunidad de trabajar sobre la declaración reescrita14. Ahora contraste esto con lo que informaron nuestros propios líderes evangélicos y la prensa evangélica. Un artículo en Christianity Today declaró: Los evangélicos se han deleitado con la nueva declaración del CMI sobre Misión y Evangelismo, que muestra la influencia de la teología evangélica en su fuerte llamado a proclamar el evangelio y la conversión personal a Cristo. Subjetivamente, esta fue una de las grandes experiencias espirituales de mi vida. Estamos tratando con intangibles, pero debo informar que nunca había estado entre tanta gente cristiana amable y sobrenaturalmente cortés [los delegados del CMI]... Todo parecía dignificado por la presencia del Espíritu. Las únicas discusiones que tuve en Vancouver fueron con mis compañeros evangélicos… La mayoría de los evangélicos que se reunieron en la asamblea también fueron entusiastas, tanto que produjeron una declaración elogiando al Consejo Mundial

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e invitando a los evangélicos a agregar sus dones al proceso15. Este informe pasó a descartar cualquier influencia marxista, minimizar el hecho de que el Consejo es “confuso sobre la singularidad de la salvación en Cristo”, a defender el llamado del Consejo para el desarme unilateral y, en general, a tratar de encontrar la forma de hacer que todo lo que sucedió en la Asamblea de Vancouver suene agradable. ¿Es posible que el escritor del informe de Christianity Today estuviera en la misma reunión de la Sexta Asamblea del CMI en la que estuvo Time? Uno podría pensar que habría tenido al menos tanta comprensión sobre la Asamblea como una revista secular como Time. Nuevamente vemos que el mundo a menudo comprende mejor que un evangelicalismo que se amolda. Es difícil imaginar cómo este observador pudo salir con un informe ingenuamente favorable, especialmente si consideramos algunas de las otras cosas que sucedieron en la Asamblea de Vancouver. Como un ejemplo de cuán lejos ha ido el amoldamiento, 200 evangélicos, muchos de los cuales son líderes prominentes en el mundo evangélico, firmaron la declaración elogiando al CMI y pidiendo una mayor participación evangélica. Uno de los pocos líderes evangélicos en la Asamblea que no firmó la declaración respaldando al CMI fue el Dr. Peter Beyerhaus, profesor de la Universidad de Tubinga en Alemania. En una declaración alternativa, el Dr. Beyerhaus, que ha sido un observador durante mucho tiempo del CMI, informó sobre la Asamblea de la siguiente manera: Ver la historia en un contexto materialista es la principal característica de la ideología marxista que, en la forma de la “Teología de los pobres”, ha encontrado entrada incluso en los documentos sobre la misión de Vancouver...

128 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Los oradores que representaban las doctrinas cristianas tradicionales [fueron presentados] al lado de otros que expusieron creencias radicales incompatibles con las convicciones bíblicas ortodoxas. Un ejemplo sobresaliente fue la Dra. Dorothee Sölle. Ella denunció el concepto bíblico de Dios y Su Señorío, hablando de un “movimiento de Dios” e incluso animó a sus oyentes a escribir “nuevas biblias”. Otros oradores alentaron a las mujeres para hacer de su experiencia femenina el punto de partida para desarrollar una teología profundamente nueva en la que la reverencia por el Dios bíblicamente revelado como nuestro Padre sea cambiada por el culto al dios-madre. Las religiones no cristianas se presentan como formas a través de las cuales Cristo mismo da vida a sus seguidores y también nos habla como cristianos. El miedo de muchos a que el CMI se convierta en un sincretismo creciente se confirma con la inclusión de la mitología india en el programa de adoración... y con la declaración explícita de un importante funcionario del CMI... de que un avivamiento evangelístico pone en peligro nuestro diálogo con otras religiones. La credibilidad de la afirmación del CMI de ser una voz profética que denuncia la opresión de los derechos humanos se ve perjudicada una vez más por la unilateralidad política en la que tales violaciones se señalan sólo en el mundo no marxista, mientras que los delitos graves de los estados socialistas, cuyos representantes ecuménicos son aplaudidos por la Asamblea como defensores apasionados de la paz y la justicia, se los trata con moderación o se los pasa por alto en silencio. Esto se aplica particularmente al acoso de las iglesias y la persecución de los cristianos confesos en estas áreas.

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La deficiencia decisiva de la Asamblea es la falta de un diagnóstico verdaderamente bíblico del problema básico de la humanidad: nuestra separación de Dios por nuestro pecado, y del remedio bíblico, nuestra regeneración por el Espíritu Santo por medio del arrepentimiento y la fe personal en Jesucristo, lo que resulta en la transformación de nuestra vida presente y en nuestra comunión eterna con Dios. Una perspectiva más bien optimista de la naturaleza humana y de nuestra capacidad para ayudarnos a nosotros mismos nos lleva, una vez más, a una visión universalista de la redención16. La declaración del Dr. Beyerhaus incluye mucho más que esto, todo lo cual da evidencia de la incompatibilidad fundamental del programa y la filosofía del CMI con la ortodoxia cristiana histórica. Pero observe bien. El problema aquí no es si debemos o no estar en una denominación que sea miembro del Consejo Mundial. Esta es una cuestión de conciencia individual (aunque yo no podría estar en esa denominación). Más bien, el verdadero problema se refiere a la disciplina como una de las verdaderas marcas de la iglesia verdadera. Y aquí ahora tenemos líderes evangélicos que abandonan el principio de la disciplina incluso con respecto a las doctrinas centrales de la fe y llaman a los evangélicos a contentarse con permanecer en denominaciones que son permanentemente pluralistas, con una mezcla de cristianos creyentes en la Biblia y aquellos que sostienen incluso las perspectivas más extremas de la teología liberal. Después de haber renunciado a cualquier idea o esperanza de usar la disciplina para purificar a la iglesia, cualquier cantidad de herejía y mentira se acepta como normal en la iglesia de Cristo. La conclusión del Dr. Beyerhaus es muy directa: “Todas estas observaciones contribuyen a nuestra comprensión de que el CMI está en peligro de convertirse en un portavoz de la profecía falsa para el cristianismo”17.

130 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO El Nuevo Utopismo Es interesante observar que dentro de la agenda del CMI hay un catálogo completo de temas sobre los cuales el Consejo Mundial ha “caído en el lado equivocado”, y con los cuales el mundo evangélico se ha amoldado cada vez más. Uno que mencionaría en particular se relaciona con la necesidad para los cristianos de oponerse a la tiranía, sea cual sea el lado del que pueda llegar, de la derecha o de la izquierda. Esto incluye la tiranía que existe en el bloque soviético y la tiranía extendida que existe en todo el mundo debido a la natural filosofía expansionista del marxismo y la Unión Soviética. Y tenga en cuenta que el sistema soviético se basa totalmente en la misma perspectiva de la realidad final que bajo el nombre de “humanismo” está produciendo la destrucción de nuestro propio país y nuestra propia cultura. Esto, por supuesto, también necesita un equilibrio, volvería a decir que nuestro país nunca fue perfecto: nuestro país nunca fue perfecto, y ciertamente ahora es menos perfecto. Han pasado años desde que he orado por justicia en nuestro país; hoy sólo oro por misericordia. Con toda la luz que hemos tenido y los resultados de la influencia bíblica, y luego haber pisoteado lo que hemos tenido, merecemos el juicio de Dios. Sin embargo, esto no puede hacernos olvidar que la posición soviética está aún más avanzada. Amar a nuestro prójimo como debemos significa, primero, hacer ahora todo lo posible para ayudar a aquellos perseguidos por ese sistema (y especialmente nunca minimizar la persecución de nuestros hermanos y hermanas cristianos en el bloque soviético); y segundo, no ayudar a extender esta opresión a otros países cuando fallamos en recordar que vivimos en un mundo caído y apoyamos la moda contemporánea de puntos de vista utópicos sobre el desarme. La Biblia es clara aquí: debo amar a mi prójimo como a mí mismo, de la manera que sea necesaria, de manera práctica, en

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medio del mundo caído, en mi momento particular de la historia. Es por eso que no soy un pacifista. El pacifismo en este pobre mundo en el que vivimos, este mundo perdido, significa que abandonamos a las personas que necesitan nuestra mayor ayuda. Permítame ilustrar. Estoy caminando por la calle y me encuentro con un hombre corpulento que golpea brutalmente a una niña pequeña, golpeándola, golpeándola. Le suplico que se detenga. ¿Y si se niega? ¿Qué significa el amor ahora? El amor significa que lo detenga de cualquier manera que pueda, incluso pegándole. Para mí esto no sólo es necesario por razones humanitarias: es lealtad a los mandamientos de Cristo con respecto al amor cristiano en un mundo caído. ¿Qué hay de esa pequeña niña? Si la abandono al agresor, he abandonado el verdadero significado del amor cristiano, la responsabilidad hacia mi prójimo. Ella, así como él, es mi prójimo. Tenemos, en la Segunda Guerra Mundial, la ilustración más clara que alguien pudiera pedir sobre este punto. ¿Y el terrorismo de Hitler? No había forma posible de detener el espantoso terror en la Alemania de Hitler sin el uso de la fuerza. No había forma. En lo que a mí respecta, este fue el resultado necesario del amor cristiano en el mundo caído. El mundo es un mundo anormal. Debido a la caída, no es lo que Dios quería que fuera. Hay muchas cosas en este mundo que nos afligen, pero debemos enfrentarlas. Nunca tenemos el lujo de actuar de una manera meramente utópica. Los esquemas utópicos en este mundo caído siempre han traído tragedia. La Biblia nunca es utópica. Todos lamentamos cualquier guerra, y especialmente ante la perspectiva de una guerra nuclear. Pero en un mundo caído hay muchas cosas que lamentamos pero que, sin embargo, debemos enfrentar. Desde la Segunda Guerra Mundial, los europeos más que los estadounidenses han querido la protección de las armas nucleares y han exigido esta protección. Hemos llegado a un lugar loco, con una proliferación salvaje de armas nucleares en ambos lados. Claramente aquí debe haber un debate y una reducción de

132 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO esta capacidad si es posible. Pero el factor fundamental no ha cambiado: Europa, incluso hoy más que en los días de Winston Churchill, estaría bajo la amenaza de la dominación militar y política soviética si no fuera por la existencia del armamento nuclear de la OTAN. En relación con esto, es interesante observar los recientes comentarios de Yves Montand, actor de cine francés de izquierda. Montand, por cierto, es el marido de Simon Signoret, quien ha sido conocida como la voz de la izquierda durante treinta y cinco años en Francia, y que ha estado profundamente involucrada en la actividad política de izquierda en Europa. A la luz de esto, la reciente declaración de Montand es notable: que el movimiento por la paz y las manifestaciones de paz actuales son más peligrosas que el mismo Stalin. El desarme unilateral en este mundo caído, especialmente frente al agresivo materialismo soviético con su base anti-Dios, sería totalmente utópico y romántico. Llevaría, como siempre lo ha hecho el utopismo en este mundo caído, al desastre. Puede sonar razonable hablar de un congelamiento en el nivel actual, o decir: “Nunca usaremos armas atómicas primero”. Pero si lo pensamos bien, cualquiera de éstos equivale prácticamente a un desarme unilateral. No debe olvidarse, a este respecto, que una congelación no impone restricciones a las armas existentes; no se lograría ninguna garantía actual de seguridad mediante tal medida. Uno puede entender el romanticismo de los teólogos liberales en estos asuntos, ya que el liberalismo no está de acuerdo con el énfasis bíblico en la naturaleza caída de este mundo. También se puede entender el pacifismo de las “iglesias de la paz”: siempre han tomado el mandamiento de Cristo para las personas de poner la otra mejilla y la extienden erróneamente al estado. Ignoran la responsabilidad dada por Dios al estado de proteger a su pueblo y defender la justicia en un mundo caído. Ambos puntos de vista son comprensibles; pero ambos están equivocados. Si ganan aceptación y determinan la política del

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gobierno, entonces el error se convertirá en una tragedia. Pero cuando aquellos que se llaman a sí mismos evangélicos comienzan a marchar en el desfile popular e irreflexivo de nuestros días y comienzan a ser románticos y utópicos, es momento de hablar abiertamente en oposición. Si aceptamos el amoldamiento en este punto, ¿cómo podemos decir que amamos a nuestro prójimo?18 La Subversión Feminista Hay un área final que mencionaría donde los evangélicos, con resultados trágicos, se han amoldado al espíritu del mundo de esta época. Ésta tiene que ver con toda el área del matrimonio, la familia, la moral sexual, el feminismo, la homosexualidad y el divorcio. Los reúno como un solo tema porque todos están relacionados directamente y, de hecho, son parte de uno de los aspectos más significativos de la existencia humana. El Patrón Bíblico. ¿Por qué el matrimonio y estos aspectos de la sexualidad humana son tan importantes? La Biblia enseña que la relación matrimonial no es sólo una institución humana, sino que de hecho es un misterio sagrado que, cuando es honrado, revela algo sobre el carácter de Dios mismo. Por lo tanto, encontramos que la relación matrimonial hombre-mujer se enfatiza a través de las Escrituras como una imagen, una ilustración, un tipo de la maravillosa relación entre el individuo y Cristo, y entre la iglesia y Cristo. Así, Efesios 5:25-32 dice: Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Así mismo, el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El

134 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO que ama a su esposa se ama a sí mismo. Pues nadie ha odiado jamás su propio cuerpo, al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Este es un misterio profundo, yo me refiero a Cristo y a la iglesia. Observe cómo la Palabra de Dios entrelaza muy cuidadosamente esta descripción de la relación matrimonial normativa con la descripción de la relación de la iglesia con Cristo. Las dos ideas están tan fusionadas que es casi imposible separarlas incluso con, por así decirlo, un instrumento tan afilado como el bisturí de un cirujano. Por tanto, leemos en Efesios 5:2125 y 33: Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella... En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo. Tampoco este es un pasaje aislado, ya que encontramos la misma imagen de la novia y el novio repetidamente en el Antiguo y el Nuevo Testamento. (Véase, por ejemplo, Juan 3:28-29; Romanos 7:1-4; Jeremías 3:14; 2ª Corintios 11:1-2 y Apocalipsis 19:6-9). Por lo tanto, la relación esposo-esposa en el matrimonio, y la relación del individuo y la iglesia con Cristo están íntimamente

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relacionadas. Así como hay una verdadera unidad entre la novia y el novio humanos que realmente se aman, y sin embargo las dos personalidades no están confundidas, así en nuestra unidad con Cristo, Cristo permanece siendo Cristo y la novia sigue siendo la novia. Esta gran comprensión de la forma en que las Escrituras hacen un paralelo entre la relación hombre-mujer humanos y nuestra unión con Cristo guía nuestro pensamiento en dos direcciones. Primero, nos hace comprender la grandeza, la maravilla y la belleza del matrimonio; y segundo, nos ayuda a comprender profundamente algo de la relación entre Dios y Su pueblo, y entre Cristo y Su iglesia. Vidas Destrozadas. Ahora, ¿qué le ha sucedido a esta hermosa imagen del matrimonio en nuestra generación? Ha sido destruida. Y debemos decir con lágrimas que la destrucción ha sido casi completa en nuestros propios círculos evangélicos. Si nos fijamos en muchos de nuestros líderes evangélicos y en gran parte de nuestra literatura evangélica, encontramos los mismos puntos de vista destructivos sobre el divorcio, el feminismo extremo e incluso la homosexualidad que encontramos en el mundo. Hasta qué punto ha avanzado la situación entre los evangélicos en el área del divorcio se ilustra claramente por las siguientes observaciones y citas proporcionadas por Os Guinness: Por ejemplo, un cristiano conservador escribe que la ruptura de su matrimonio fue un triste pero “saludable nuevo comienzo para cada uno de nosotros a nuestra manera”. Y continúa diciendo que fue llamado por la fe como Abraham a abandonar la seguridad del matrimonio y embarcarse en un peregrinaje espiritual hacia la autenticidad emocional. Otro escribe: “Espero que mi esposa nunca se divorcie de mí, porque la amo con todo mi corazón. Pero si algún día siente que la estoy minimizando, haciéndola

136 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO sentir inferior o de alguna manera obstruyendo la luz que necesita para convertirse en la persona que Dios quiso que fuera, espero que ella sea libre de echarme, incluso si eso es mucho para ella. Hay algo más importante que seguir casados, y tiene que ver con la integridad, la personalidad y el propósito”. ¡Lo máximo en refinamiento son los falsos que dicen estarse separando por fidelidad a Cristo! Una vez esto hubiera significado que un esposo o una esposa cristianos dejaban a su pareja no cristiana debido a la fe misma. Ahora, a menudo significa que un cristiano se está divorciando de una cristiana por un problema cristiano. ¿Habría pensado, por ejemplo, que un compromiso con un simple estilo de vida podría conducir al divorcio? Sí, un escritor exhorta hoy: “La separación finalmente llega cuando uno reconoce que este tipo de conciencia no puede verse comprometida. Hay niveles de importancia y urgencia en la moralidad bíblica. Y la gran preocupación de Jesús por la venida del Reino, en contra de la cultura, superaba con creces su preocupación por el mantenimiento de las estructuras familiares. Puede haber tanto pecado involucrado en tratar de perpetuar una relación muerta o sin sentido como en aceptar la ruptura, ofrecérsela a Dios y continuar desde allí”. ¡Desobedeciendo a Cristo por fidelidad a Cristo! La ironía es exquisita19. Sí, aquí también debe haber equilibrio. Debemos tener compasión por la persona divorciada, y por todos aquellos en toda la gama de relaciones que se rompen por el divorcio. Pero bajo la apariencia de amor, gran parte del mundo evangélico ha abandonado cualquier concepto de lo correcto o lo incorrecto en el divorcio y cualquier pretexto para tratar con el divorcio de acuerdo con los límites establecidos en las Escrituras.

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Influencia Subversiva. Y no podemos hablar de divorcio sin hablar inmediatamente sobre el feminismo extremo, ya que esta es sin duda una de las mayores influencias que contribuyen al divorcio en la actualidad. Es interesante observar lo que dice sobre el feminismo el editor de una revista que se hace llamar evangélico: Durante años, la derecha ha argumentado que el feminismo amenaza con corromper los valores occidentales y socavar las instituciones estadounidenses. Nunca he entendido su preocupación; pensé que sólo temían el cambio. Pero cada vez más sospecho que están en lo cierto. El feminismo, al menos en algunas formas, es profundamente subversivo. Es por eso que me gusta20. Este editor evangélico tiene razón, al menos en un sentido. El espíritu del mundo de nuestra época apoya una visión feminista extremadamente fuerte y subversiva que enseña que el hogar y la familia son formas de oprimir a las mujeres; que la realización personal y la carrera profesional deben venir antes del matrimonio y las necesidades de los niños; que las tareas domésticas y el cuidado de los niños son degradantes; que es un desperdicio de los talentos ser un ama de casa a tiempo completo. Todo esto, por supuesto, ha tenido un efecto devastador en la familia, tanto en toda la sociedad como en aquellos que han crecido con relaciones familiares desfavorecidas y viven sus vidas rotas en el mundo21. La clave para entender el feminismo extremo se centra en la idea de igualdad total, o más propiamente la idea de igualdad sin distinción. Aquí nuevamente debemos tener equilibrio. La Biblia no enseña la desigualdad de hombres y mujeres. Cada persona, hombre o mujer, se coloca igualmente ante Dios como una persona creada a Su imagen, y al mismo tiempo como un pecador que necesita la salvación. Y debido a esto, cada persona,

138 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO ya sea hombre o mujer, tiene al mismo tiempo una igualdad infinita de valor ante Dios y entre sí, y una igualdad total de necesidad de Cristo como Salvador. Pero al mismo tiempo, esta igualdad no es una igualdad de uniformidad monolítica o “igualdad” entre hombres y mujeres. Es una igualdad que preserva las diferencias fundamentales entre los sexos y que permite la realización y el cumplimiento de estas diferencias; pero al mismo tiempo, afirma todo lo que los hombres y las mujeres tienen en común, ya que ambos fueron creados a la imagen de Dios y como expresiones complementarias de Su imagen. Por lo tanto, debemos afirmar dos cosas al mismo tiempo: debido a que los hombres y las mujeres son creados a la imagen de Dios, existe una igualdad común que tiene enormes implicaciones para toda la vida; y debido a que los hombres y las mujeres son creados con distinciones como expresiones complementarias de la imagen de Dios, esto tiene enormes implicaciones para toda la vida: en la familia, en la iglesia y en la sociedad en general. Y en esta maravillosa complementariedad hay una enorme variedad de diversidad. Pero al mismo tiempo, esto no es libertad sin forma. La Biblia otorga enorme libertad a hombres y mujeres, pero es libertad dentro de los límites de la verdad bíblica y dentro de los límites de lo que significa ser expresiones complementarias de la imagen de Dios. En general, también se debe enfatizar que debido a que todos hemos caído, los hombres a menudo han corrompido su lugar convirtiéndolo en tiranía. Es parte de la responsabilidad del esposo ver que, en la medida de lo posible, la esposa se realice. Esto también es parte de la forma bíblica. En contraste con este equilibrio maravilloso, el espíritu del mundo en nuestros días nos hace aspirar a la libertad absoluta autónoma en el área de las relaciones hombre-mujer, deshacernos de todas las formas y límites en estas relaciones y especialmente de los límites enseñados en las Escrituras. Por lo tanto, nuestra época no aspira a la igualdad bíblica y la complementariedad al

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expresar la imagen de Dios, sino una igualdad monolítica que puede describirse mejor como igualdad sin distinción, es decir, sin tomar en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres y cómo éstas afectan a cada área de la vida. Al final, la igualdad sin distinción es destructiva tanto para hombres como para mujeres porque no tiene en cuenta su verdadera identidad y los rasgos distintivos, así como las características comunes que están ligadas con lo que significa ser hombre o mujer. Consecuencias Trágicas. He hablado extensamente de esto porque es un punto absolutamente crucial. Negar la verdad de lo que significa ser hombre y mujer como se enseña en las Escrituras es negar algo esencial sobre la naturaleza del hombre y sobre el carácter de Dios y su relación con el hombre. Pero esta negación tiene consecuencias igualmente trágicas para la sociedad y la vida humana. Si aceptamos la idea de igualdad sin distinción, lógicamente debemos aceptar las ideas del aborto y la homosexualidad. Porque si no hay distinciones significativas entre hombres y mujeres, entonces ciertamente no podemos condenar las relaciones homosexuales. Y si no hay distinciones significativas, esta ficción sólo puede mantenerse mediante el uso del aborto como un medio para hacer frente a la evidencia más profunda de que realmente existen distinciones. Nuevamente vemos que una idea que al principio suena tan cercana a una idea genuinamente bíblica termina en un lugar completamente diferente. La idea de libertad absoluta y autónoma de los límites de Dios fluye hacia la idea de igualdad sin distinción, que fluye hacia la negación de lo que realmente significa ser hombre y mujer, que desemboca en el aborto y la homosexualidad, y la destrucción del hogar y la familia, y en última instancia a la destrucción de nuestra cultura. Una vez más, debemos decir con tristeza que el mundo evangélico no ha hecho bien aquí. Hay quienes se llaman a sí mismos evangélicos y se encuentran entre los líderes evangélicos que niegan por completo

140 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO el modelo bíblico de las relaciones entre hombres y mujeres en el hogar y la iglesia. Hay muchos que aceptan la idea de igualdad sin distinción y deliberadamente dejan de lado lo que las Escrituras enseñan en este punto22. Y hay otros que se hacen llamar evangélicos y luego afirman la aceptabilidad de la homosexualidad e incluso la idea del “matrimonio” homosexual23. Torciendo la Biblia. Pero note que esto no se puede hacer sin negar directamente la autoridad de las Escrituras en el área de la moralidad sexual. Esta no es una disputa sobre una cuestión de interpretación; es una negación directa y deliberada de lo que la Biblia enseña en esta área. Algunos líderes evangélicos, de hecho, han cambiado sus perspectivas sobre la inerrancia como una consecuencia directa de tratar de llegar a un acuerdo con el feminismo. No hay otra palabra para esto que amoldamiento. Es una tergiversación directa y deliberada de la Biblia para ajustarse al espíritu del mundo de nuestra época en el punto donde el espíritu moderno entra en conflicto con lo que la Biblia enseña. El siguiente es otro ejemplo de esto en el área de la homosexualidad, por un autor que se hace llamar evangélico: Es cierto que algunos cristianos insisten en que los homosexuales pueden cambiar la forma en que se sienten, de hecho, que deberían cambiar. Pero otros cristianos han comenzado a cuestionar esa noción, y no solo caprichosamente, sino después de un cuidadoso estudio bíblico, teológico, histórico y científico24. Quizás inconscientemente este autor haya dado una descripción concisa de cómo funciona el amoldamiento. Primero uno comienza a cuestionar, basado en lo que el mundo está diciendo, luego mira las Escrituras, luego la teología, luego el estudio científico, hasta que finalmente lo que enseñan las Escrituras está completamente sujeto a cualquier visión aceptada

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actualmente por el mundo. Las conclusiones del autor anterior reflejan esto de una manera notablemente creativa: la homosexualidad es similar a la “destreza”. Es decir, algunas personas son diestras y algunas personas son zurdas; algunas personas son heterosexuales y algunas personas son homosexuales. Y uno es tan bueno como el otro. Es difícil imaginar hasta dónde han ido estas cosas. El evangelicalismo está profundamente infiltrado con el espíritu del mundo de nuestra época cuando se trata del matrimonio y la moralidad sexual. Pocos irían tan lejos como los extremos mencionados anteriormente. Pero hay muchos que silenciosamente toleran estos puntos de vista y, en la práctica, si no en principio, consideran las enseñanzas bíblicas sobre el matrimonio y el orden en el hogar y la iglesia como curiosos anacronismos que son culturalmente irrelevantes en el mundo moderno. Para algunos el amoldamiento es consciente e intencional; para muchos más implica su consentimiento irreflexivo al espíritu prevaleciente de la época. Pero en cualquier caso, los resultados son esencialmente los mismos. Creyendo en la Palabra de Dios ¿Por qué es tan importante toda esta área del matrimonio y la sexualidad? Primero, porque la Biblia dice que lo es y habla en los términos más enérgicos sobre aquellos que violan lo que Dios ha establecido en esta área: ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. (1ª Corintios 6:9-10) Y nuevamente homosexualidad:

hablando

específicamente

sobre

la

142 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo, los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. (Romanos 1:26-27)25 Dios condena el pecado sexual en el lenguaje más fuerte. Esto no quiere decir que el pecado sexual sea peor que cualquier otro pecado. Y para ser consecuente con lo que la Biblia enseña, debemos tomar una posición firme contra todo tipo de pecado. Al mismo tiempo, nunca debemos olvidar que Dios condena enérgicamente el pecado sexual y nunca nos permite atenuar la condena de ese pecado. ¿Por qué este punto es tan importante? La primera razón, por supuesto, es simplemente porque Dios lo dice. Dios es el Creador y el Juez del universo; Su carácter es la ley del universo, y cuando nos dice que algo está mal, está mal. Segundo, nunca debemos olvidar que Dios nos ha hecho en nuestras relaciones para cumplir realmente lo que Él nos hizo ser, y por lo tanto, una relación sexual correcta es para nuestro bien como estamos hechos. Si no seguimos el patrón de Dios para el matrimonio y la moralidad sexual, será destructivo para nosotros personalmente y para nuestra sociedad en general. Tercero, la negación del patrón de Dios para el matrimonio y la moralidad sexual rompe el significado de la relación de Dios con Su pueblo como se ilustra en la enseñanza de las Escrituras sobre el matrimonio y la moralidad sexual. No es sólo una cuestión de lo que está bien y lo que está mal a nivel humano; es una negación de la verdad de Dios y su relación con Su pueblo. Si no seguimos el patrón de Dios, destruimos la imagen verdadera de lo que es un cristiano individualmente y como parte de la iglesia.

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Finalmente, debemos decir que esto se aplica en particular al orden dentro de la familia. Como ya hemos visto, la Biblia pinta una bella imagen de la relación del esposo y la esposa en el matrimonio, comparando esto con la relación entre Cristo y la iglesia: Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga. Ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie ha odiado jamás su propio cuerpo, al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. “Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Esto es un misterio profundo, yo me refiero a Cristo y la iglesia. En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y la esposa respete a su esposo. (Efesios 5:21-33) Esto no es opresión, como tantos hoy, incluso en el mundo evangélico, nos quieren hacer creer. Es una bella imagen de lo que debería ser el matrimonio, pero igualmente del amor de Cristo por la iglesia. Rechazar esto no sólo destruye la relación matrimonial, sino que destruye igualmente la verdad del amor inmutable de

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CAPÍTULO 6 Cristo por la iglesia y la autoridad de la Biblia en el área de la moralidad sexual.

El Gran Desastre Evangélico

Amoldamiento, amoldamiento. Cómo crece y se expande la mentalidad del amoldamiento. Los últimos sesenta años han dado a luz a un desastre moral, y ¿qué hemos hecho? Tristemente debemos decir que el mundo evangélico ha sido parte del desastre. Más que esto, la respuesta evangélica en sí misma ha sido un desastre. ¿Dónde está la voz clara que habla sobre los asuntos cruciales de la época con respuestas cristianas claramente bíblicas? Con lágrimas debemos decir que en gran parte no está allí y que un gran segmento del mundo evangélico se ha dejado seducir por el espíritu del mundo de la era actual. Y más que esto, podemos esperar que el futuro sea un desastre mayor si el mundo evangélico no toma una postura en favor de la verdad bíblica y la moral en el espectro completo de la vida. Porque el amoldamiento evangélico al mundo de nuestra época representa la eliminación de la última barrera contra el colapso de nuestra cultura. Y con la eliminación final de esta barrera vendrá el caos social y el surgimiento del autoritarismo en alguna forma para restablecer el orden social. 145

146 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Mundanería Ya sea que veamos esto como el juicio de Dios (que seguramente lo es) o los resultados inevitables del caos social hace poca diferencia. A menos que cambie la mentalidad de amoldamiento dentro del mundo evangélico, esto es seguramente lo que podemos esperar. Esto ciertamente significará que la ficción de un evangelicalismo unido tendrá que enfrentarse con honestidad, y que algunos tengan el valor de trazar una línea, trazándola con amor y trazándola públicamente. Debe haber una confrontación en amor, pero confrontación. Esto también significa no amoldarse a la forma que toma el espíritu del mundo en la actualidad, ya que avanza sin límites, afirmando ser autónomo. En contraste con esto, la Biblia ofrece verdadera libertad con forma y un estilo de vida que satisface las necesidades humanas más profundas. La Biblia da no sólo límites morales sino absolutos y verdad con respecto a todo el espectro de la vida. El siguiente enunciado es crucial. Amoldarse al espíritu del mundo en nuestra época es la forma más flagrante de mundanalidad en la correcta definición de la palabra. Y desgraciadamente, hoy debemos decir que, en general, la élite dirigente evangélica se ha amoldado a las formas del espíritu del mundo tal como encuentra expresión en nuestros días. Digo esto con lágrimas, y no debemos, de ninguna manera, dejar de tener esperanza y orar. Debemos recordar, con pesar, que muchos de aquellos con quienes tenemos un desacuerdo básico sobre estos temas del amoldamiento son hermanos y hermanas en Cristo. Pero en el sentido más básico, la élite dirigente evangélica se ha vuelto profundamente mundana1. Confrontación Todo lo que he dicho en mi libro La Marca del Cristiano y en los capítulos precedentes de este libro debe mantenerse 2. De

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hecho, debemos dar una demostración práctica de amor en medio de las diferencias. Pero al mismo tiempo, la verdad de Dios y el trabajo de la iglesia de Cristo insisten en que la verdad exige una confrontación en amor, pero confrontación. Y sepa que no es como si estuviéramos hablando de diferencias pequeñas. Las diferencias ya están ahí en el mundo evangélico, y tratar de cubrirlas no es fidelidad a la verdad ni fidelidad al amor. Hay tres posiciones posibles: 1) confrontación sin amor; 2) ninguna confrontación; y 3) confrontación en amor. Solo la tercera es bíblica. Y debe haber una jerarquía de prioridades. Todas las cosas pueden ser importantes, pero no todas están en el mismo nivel de necesidad de confrontación en un momento y lugar determinados. El abismo es: no conformarse al espíritu del mundo de la libertad autónoma en nuestra época, y la obediencia a la Palabra de Dios. Y esto significa vivir en obediencia a la plena autoridad inerrante de la Biblia en los asuntos morales y sociales cruciales de la época así como en el área de la doctrina. La obediencia a la Palabra de Dios es el parteaguas. Y el fracaso del mundo evangélico en adoptar una postura clara y distintivamente bíblica sobre los temas cruciales de la época sólo puede verse como un fracaso de vivir bajo la plena autoridad de la Palabra de Dios en todo el espectro de la vida. Sí, debe haber equilibrio y santidad permaneciendo juntos con amor. Pero eso no significa amoldamiento y concesiones constantes y crecientes, avanzando paso a paso, ajustándose a la posición del mundo en nuestros días. No significa pretender que hay algo así como un evangelicalismo unificado. El evangelicalismo ya está dividido en el punto del parteaguas. Y las dos mitades terminarán a kilométros de distancia. Si la verdad es verdad, está en antítesis de la no verdad. Esto debe practicarse tanto en la enseñanza como en la acción práctica. Se debe trazar una línea.

148 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO El Arma de las Connotaciones Volvamos ahora al lugar donde comenzamos esta parte del libro: Nombres y Asuntos. Solía alejarme incómodamente cuando me llamaban “fundamentalista”, debido a la connotación negativa que se le había dado. Pero ahora parece que tan pronto como uno se enfrenta en contra de lo que no es bíblico (en lugar del amoldamiento), tan pronto como uno adopta tal postura, automáticamente se etiqueta a uno como “fundamentalista”. Así lo usó Kenneth Woodward en Newsweek, como un menosprecio. Y cuando los cristianos creyentes en la Biblia que son hermanos y hermanas en Cristo son tomados de esta manera por la connotación de las palabras, es mucho más triste 3. Pensemos también en el término “La Nueva Derecha”. Existe una extrema derecha en contra de la cual debemos apoyarnos. Pero este término “La Nueva Derecha” también se ha convertido en un término con una connotación negativa y se usa como un menosprecio. Cuando uno examina esto, generalmente tampoco está definido y, a menudo, parece referirse a cualquiera que esté preparado para enfrentarse a la decadencia de nuestros días en lugar de consentir el amoldamiento. Pero observe. Si es justo hablar de “La Nueva Derecha” y del “Ala Derecha” religiosa, entonces debe ser igualmente justo hablar del “Ala Izquierda” religiosa, aquellos dentro del evangelicalismo que se han amoldado a la forma dominante del espíritu del mundo de nuestros días. No lo he hecho así, porque no me gustan los ataques con lenguaje insultante que algunos han usado, en lugar de tratar con los hechos y el contenido como lo he intentado hacer. Pero si hubiera usado “Ala Izquierda” para desacreditar lo que he estado describiendo, no hubiera sido injusto. Yo diría nuevamente que debe haber equilibrio. Nuestro país nunca fue completamente cristiano, pero fue diferente de lo que surgió de la cosmovisión de la Revolución Francesa y la Revolución Rusa. Y hasta antes de que vivieran de muchos de los

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que leerán este libro, fue muy diferente de lo que es hoy en día, porque hubo una clara influencia de un consenso o ethos cristiano. Ciertamente, lo que he subrayado muchas veces es correcto: ser conservador simplemente no es mejor que ser no conservador per se. El humanismo conservador no es mejor que el humanismo liberal; el autoritarismo de la izquierda no es mejor que el autoritarismo de la derecha. Lo que está mal está mal, no importa qué etiqueta se le coloque. Pero con el término “La Nueva Derecha”, como se usa a menudo hoy en día, y con demasiada frecuencia por los cristianos, parece querer decir que en todos los asuntos de los que hemos hablado en este capítulo, existe la voluntad de tomar una postura (incluso tener una confrontación equilibrada y en amor) en lugar de la mentalidad automática de la acomodación. Y si esto es así, no debemos rehuir los asuntos simplemente porque algunos usarían el arma de las connotaciones en contra de nosotros, especialmente cuando estos términos pueden tener la posibilidad de significar algo bastante diferente cuando se analizan. Una persona sensata debe concluir que todos esos términos pueden significar cosas diferentes, cuando se usan de diferentes maneras. Y luego deberíamos tener la esperanza que nuestros hermanos y hermanas en Cristo, que deberían conocer mejor, no usen las connotaciones equivocadas, sin una definición y análisis adecuados. Este es el caso si nos importa o no utilizar cualquiera de estos términos con respecto a nosotros mismos. Debemos rechazar lo que está mal independientemente de las etiquetas, sin temor a una confrontación adecuada, independientemente de las etiquetas que se apliquen. Primero de Mayo Al cerrar este capítulo, le plantearía a cada uno que lea este libro una última pregunta. Si los cristianos en este país, y los líderes evangélicos en particular hubieran estado en Polonia

150 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO durante los últimos años en lugar de en los Estados Unidos, ¿habrían estado del lado de la confrontación o del lado del amoldamiento? ¿Habrían marchado, en gran peligro personal, en las protestas del Día de la Constitución y en las manifestaciones del Primero de Mayo? ¿O habrían estado en las filas del amoldamiento aceptable? El gobierno polaco es excelente en el uso de términos con connotaciones adversas como armas: ¡“hooligans”! ¡“Extremistas”! Ellos saben cómo usar nombres para callar a la gente. No puedo estar seguro dónde habrían marchado muchos cristianos en este país a la luz de la extensión del amoldamiento en nuestro país, donde no hay balas, no hay cañones de agua, ni gases lacrimógenos, y muy raramente alguna sentencia de prisión. Me parece que los líderes evangélicos, y cada cristiano evangélico, tienen una responsabilidad muy especial de no consentir el “síndrome de blue jeans” de no darse cuenta de que sus intentos de estar “en eso” con frecuencia toman las mismas formas de aquellos que niegan la existencia o la santidad del Dios viviente. El amoldamiento conduce al amoldamiento, que conduce al amoldamiento...

PARTE IV: CONCLUSIÓN

CAPÍTULO 7

Radicales por la Verdad

En septiembre de 1965, cuando hablé en el Wheaton College para la Semana de Énfasis Espiritual, mi mensaje fue “Hablando de la posición histórica del cristianismo en el siglo XX”. En ese momento, la rebelión juvenil, que comenzó en la Universidad de California en Berkeley a principios de la década de 1960, estaba en marcha. En Wheaton hubo quienes fueron llamados “rebeldes”, incluido el presidente del consejo estudiantil, y la administración estaba teniendo problemas con ellos. Sin embargo, fue este grupo radical el que entendió mi mensaje de que si el cristianismo es cierto, afecta toda la vida y que es una voz radical en el mundo moderno. Los rebeldes escucharon. Y hubo algunos que cambiaron de opinión. Necesitamos un mensaje revolucionario en medio del pensamiento relativista de hoy. Por revolucionario, o radical, me refiero a estar en contra de la forma omnipresente que el espíritu del mundo ha tomado en nuestros días. Este es el verdadero significado de radical. 153

154 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Dios ha dado Sus respuestas en la Biblia, la Biblia que es verdadera cuando habla de la historia y del cosmos, y también cuando habla de cosas religiosas. Y, por lo tanto, da la verdad con respecto a toda la realidad. De modo que sustenta la rebelión radical contra el relativismo y el sincretismo que son el sello distintivo de nuestros días, ya sea que el sincretismo se exprese en terminología secular o religiosa, incluida la terminología evangélica. Como ya hemos llegado al famoso año 1984, lo que necesitamos a la luz del amoldamiento que nos rodea es una generación de radicales por la verdad y por Cristo. Necesitamos una generación joven y otras que estén dispuestas a sostener su posición en una confrontación en amor, pero una confrontación real, en contraste con la mentalidad de amoldamiento constante con las formas actuales del espíritu del mundo tal como nos rodean hoy, y en contraste con la forma en que gran parte del evangelicalismo ha desarrollado una mentalidad de amoldamiento automático a cada tema sucesivo. El evangelicalismo ha hecho muchas cosas por las cuales podemos estar muy agradecidos. Pero la mentalidad del amoldamiento es un desastre. Sin embargo, deberíamos señalar que sosteniendo los mismos principios bíblicos, pudiera llegar un momento en el que tendríamos que apoyarnos contra la oscilación contraria del péndulo. En este mundo caído, las cosas oscilan constantemente como un péndulo, de estar equivocadas de una manera extrema a estar equivocadas en el otro extremo. El diablo nunca nos da el lujo de pelear en un solo frente, y este siempre será el caso. Sin embargo, el problema del amoldamiento evangélico, en los años que hemos estado considerando, y especialmente en este momento crucial en la historia, es que el amoldamiento evangélico ha sido constantemente en una dirección, es decir, amoldarse a lo que está en boga con la forma del espíritu del mundo que es dominante hoy. Es este mismo espíritu del mundo el que está

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destruyendo a la iglesia y a la sociedad. El equilibrio debe ser considerado constantemente. Pero el amoldamiento del que hemos estado hablando, constantemente ha tomado la forma de ceder al consenso humanista y secular, que es la fuerza destructiva dominante de nuestros días. Y si no viene ningún cambio en esto, nuestra oportunidad habrá pasado. No solo la parte del evangelicalismo que haga las concesiones caerá al colapso, todos nosotros seremos arrastrados por ella. No podemos pensar que todo esto no está relacionado con nosotros. Todo se derrumbará a menos que usted y yo y cada uno de nosotros que amamos al Señor y a Su iglesia estemos dispuestos a actuar. Y entonces le desafío. Pido a los cristianos radicales, y especialmente a los jóvenes cristianos radicales, que se pongan de pie en una confrontación en amor, pero confrontación, mirando al Cristo viviente momento a momento para obtener fortaleza, en una confrontación en amor contra todo lo que sea malo y destructivo en la iglesia, en nuestra cultura, y el estado. Si no hay una confrontación en amor, sino sólo una confrontación valiente, y si no tenemos el valor de trazar líneas incluso cuando deseamos no tener que hacerlo, entonces la historia mirará hacia atrás a esta época como el momento cuando ciertas “universidades evangélicas” siguieron el camino de Harvard y Yale, cuando ciertos “seminarios evangélicos” siguieron el camino del Seminario Teológico Unión en Nueva York, y el momento cuando otras “organizaciones evangélicas” se perdieron para la causa de Cristo, para siempre.

PARTE V: APÉNDICE

CAPÍTULO 8

La Marca del Cristiano

A través de los siglos, las personas han exhibido muchos símbolos diferentes para mostrar que son cristianas. Han usado marcas en las solapas de sus abrigos, colgado cadenas alrededor de sus cuellos, incluso tenían cortes de cabello especiales. Por supuesto, no hay nada de malo en esto, si uno lo siente en su vocación. Pero hay una señal mucho mejor, una marca que no se pensó como una cuestión de conveniencia para su uso en alguna ocasión especial o en una época específica. Es una marca universal que durará a través de todas las épocas de la iglesia hasta que Jesús regrese. ¿Cuál es esta marca? Al final de su ministerio, Jesús espera su muerte en la cruz, la tumba abierta y la Ascensión. Sabiendo que está a punto de irse, Jesús prepara a sus discípulos para lo que está por venir. Es aquí donde deja en claro cuál será la marca distintiva del cristiano: 159

160 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes. Me buscarán, y lo que antes les dije a los judíos, ahora se los digo a ustedes: Adónde yo voy, ustedes no pueden ir. Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. (Juan 13:33-35) Este pasaje revela la marca que Jesús da para etiquetar a un cristiano no sólo en una época o en una localidad, sino en todo momento y en todos los lugares hasta que Jesús regrese. Tenga en cuenta que lo que dice aquí no es una descripción de un hecho. Es un mandamiento que incluye una condición: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. Un si está involucrado. Si usted obedece, usará la insignia que Cristo dio. Pero dado que esto es un mandamiento, puede ser violado. El punto es que es posible ser cristiano sin mostrar la marca, pero si esperamos que los no cristianos sepan que somos cristianos, debemos mostrar la marca. Personas y Hermanos El mandamiento en este punto es amar a nuestros compañeros cristianos, nuestros hermanos. Pero, por supuesto, debemos lograr un equilibrio y no olvidar el otro lado de la enseñanza de Jesús: debemos amar a nuestros semejantes, amar a todas las personas, de hecho, como prójimos. Todas las personas llevan la imagen de Dios. Tienen valor, no porque sean redimidas, sino porque son creación de Dios a la imagen de Dios. El hombre moderno, que ha rechazado esto, no

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tiene idea de quién es él, y debido a esto no puede encontrar ningún valor real para sí mismo o para otras personas. Por lo tanto, rebaja el valor de los seres humanos y produce lo horrible que enfrentamos hoy en día: una cultura enferma en la que las personas tratan a las personas como inhumanas, como máquinas. Sin embargo, como cristianos sabemos el valor de las personas. Todas las personas son nuestros prójimos, y debemos amarlas como a nosotros mismos. Debemos hacer esto sobre la base de la creación, incluso si no son redimidas, porque todas las personas tienen valor porque están hechas a la imagen de Dios. Por lo tanto, deben ser amadas, incluso a un gran costo. Este es, por supuesto, el punto central de la historia de Jesús sobre el buen samaritano: porque una persona es un ser humano, debe ser amada a toda costa. Entonces, cuando Jesús da el mandamiento especial de amar a nuestros hermanos cristianos, no niega el otro mandamiento. Los dos no son antitéticos No debemos elegir entre amar a todas las personas como a nosotros mismos y amar al cristiano de una manera especial. Los dos mandamientos se refuerzan entre sí. Si Jesús ha ordenado tan fuertemente que amemos a todas las personas como nuestros prójimos, entonces cuán importante es amar especialmente a nuestros hermanos cristianos. Si se nos dice que amemos a todas las personas como a nuestros prójimos, como a nosotros mismos, entonces seguramente, cuando se trata de aquellos con quienes tenemos lazos especiales como hermanos cristianos, teniendo un Padre a través de un solo Jesucristo y habiendo sido habitados por un solo Espíritu, podemos comprender cuán abrumadoramente importante es que todas las personas puedan ver un amor observable por aquellos con quienes tenemos estos lazos especiales. Pablo aclara la doble obligación en Gálatas 6:10: “Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe”. Él no niega el mandamiento de hacer el bien a toda persona. Pero no

162 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO es sin sentido agregar, “y en especial a los de la familia de la fe”. Esta doble meta debería ser nuestra mentalidad cristiana, el modo de pensar de nuestras mentes; deberíamos pensar conscientemente en ello y lo que significa en nuestras vidas momento a momento. Debe ser la actitud que rija nuestras acciones observables hacia el exterior. Muy a menudo, el verdadero cristiano creyente de la Biblia, en su énfasis en dos humanidades, una perdida y una salvada, una que permanece en rebelión contra Dios y la otra que ha vuelto a Dios por medio de Cristo, ha dado una imagen de exclusividad que es fea. Hay dos humanidades Eso es verdad. Algunos seres humanos hechos a la imagen de Dios todavía están en rebelión contra Él; algunos, por la gracia de Dios, han abrazado la solución de Dios. No obstante, en otro sentido muy importante, sólo hay una humanidad. Todas las personas derivan de un origen. Por creación, todos los seres humanos llevan la imagen de Dios. En este sentido, todos los seres humanos son de una sola carne, una sola sangre. Por lo tanto, la exclusividad de las dos humanidades se sustenta en la unidad de todos los seres humanos. Y los cristianos no deben amar a sus hermanos creyentes con la exclusión de sus semejantes no creyentes. Eso es feo. Debemos tener en mente el ejemplo del buen samaritano conscientemente en todo momento. Un Equilibrio Delicado El primer mandamiento es amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. El segundo mandamiento tiene el mandato universal de amar a las personas. Observe que el segundo mandamiento no es sólo amar a los cristianos. Es mucho más amplio que esto. Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Primera de Tesalonicenses 3:12 lleva el mismo doble

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énfasis: “Que el Señor los haga crecer para que se amen más y más unos a otros, y a todos, tal como nosotros los amamos a ustedes”. Aquí el orden se invierte. En primer lugar, debemos tener amor uno hacia el otro y luego hacia todos los hombres, pero eso no cambia el doble énfasis. Por el contrario, señala el equilibrio delicado, un equilibrio que no se mantiene automáticamente en la práctica. En 1ª Juan 3:11 (escrito más tarde que el evangelio que lleva su nombre) Juan dice: “Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros”. Años después de la muerte de Cristo, Juan, al escribir la epístola, nos lleva de nuevo al mandamiento original de Cristo en Juan 13. Hablando a la iglesia, Juan en efecto dice: “No olviden esto… No olviden esto. Este mandamiento nos fue dado por Cristo mientras Él todavía estaba en la tierra. Esta debe ser su marca”. Sólo para Cristianos Verdaderos Si miramos nuevamente el mandamiento en Juan 13, notaremos algunas cosas importantes. En primer lugar, este es un mandamiento para tener un amor especial para todos los cristianos verdaderos, todos los cristianos nacidos de nuevo. Desde el punto de vista de las Escrituras, no todos los que se llaman cristianos son cristianos, y eso es especialmente cierto en nuestra generación. El significado de la palabra cristiano se ha reducido a prácticamente nada. Seguramente, no hay palabra que haya sido tan devaluada a menos que sea la misma palabra Dios. Lo fundamental para la semántica es la idea de que una palabra como símbolo no tiene ningún significado hasta que se ponga en ella un contenido. Esto es bastante correcto. Debido a que se ha hecho que la palabra cristiano como símbolo signifique tan poco, ha llegado a significar todo y nada. Jesús, sin embargo, está hablando de amar a todos los cristianos verdaderos. Y este es un mandamiento que tiene dos

164 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO filos, ya que significa que debemos distinguir a los cristianos verdaderos de todos los que pretenden serlo, y asegurarnos de no dejar a ningún cristiano verdadero fuera de nuestra consideración. En otras palabras, los meros humanistas y teólogos liberales que continúan usando la etiqueta cristiana o los simples miembros de la iglesia cuya designación cristiana es sólo un formalismo no deben considerarse como cristianos verdaderos. Pero debemos tener cuidado del error opuesto. Debemos incluir a todos los que profesan la fe histórico-bíblica, sean o no miembros de nuestro propio partido o de nuestro propio grupo. Pero incluso si una persona no está entre los cristianos verdaderos, todavía tenemos la responsabilidad de amarla como nuestro prójimo. Por lo tanto, no podemos decir: “Aquí hay una persona que, hasta donde sé, no está en el grupo de los cristianos verdaderos, y por lo tanto, no tengo que pensar en ella; sólo puedo librarme de ella”. No, en absoluto. Ella está cubierta por el segundo mandamiento. El Estándar de Calidad La segunda cosa que debemos notar en estos versículos en Juan 13 es la calidad del amor que debe ser nuestro estándar. Debemos amar a todos los cristianos “Así como yo”, dice Jesús, “los he amado”. Ahora piense en la calidad y cantidad del amor de Jesús hacia nosotros. Por supuesto, Él es infinito y nosotros somos finitos; Él es Dios, nosotros somos hombres. Como Él es infinito, nuestro amor nunca puede ser como el suyo, nunca puede ser un amor infinito. Sin embargo, el amor que Él mostró, y muestra ahora, debe ser nuestro estándar. No nos atrevamos a tener un estándar menor. Debemos amar a todos los cristianos verdaderos como Cristo nos amó. Ahora, de inmediato, cuando decimos esto, cualquiera de dos cosas puede suceder. Podemos simplemente decir: “¡Ya

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entiendo!”, o podemos hacer una pequeña bandera y escribir sobre ella: “¡Amamos a todos los cristianos!” Usted puede vernos caminando con las pequeñas banderas de “amamos a todos los cristianos” enrolladas, y en el momento apropiado, quitamos todas las bandas elásticas, quitamos las cubiertas y las levantamos. Las ondeamos mientras las llevamos en las manos: “¡Amamos a todos los cristianos!” ¡Qué feo! Esto puede ser una cosa extremadamente fea, tan fea como cualquier cosa que alguien pueda imaginar, o puede ser algo tan profundo como cualquiera pueda imaginar. Y si va a ser esto último, tomará mucho tiempo, mucho de hablar y escribir conscientemente al respecto, mucho de pensar y orar sobre ello por parte de los cristianos creyentes en la Biblia. La iglesia debe ser una iglesia amorosa en una cultura moribunda. Entonces, ¿cómo nos va a considerar la cultura moribunda? Jesús dice: “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. En medio del mundo, en medio de nuestra actual cultura moribunda, Jesús le está dando un derecho al mundo. Bajo Su autoridad, Él le da al mundo el derecho de juzgar si usted y yo somos cristianos nacidos de nuevo sobre la base de nuestro amor observable hacia todos los cristianos. Esto es bastante aterrador. Jesús se vuelve al mundo y dice: “Tengo algo que decirte. Sobre la base de mi autoridad, te doy un derecho: puedes juzgar si un individuo es cristiano o no sobre la base del amor que muestre a todos los cristianos”. En otras palabras, si las personas se acercan a nosotros y nos echan en cara el juicio de que no somos cristianos porque no hemos mostrado amor hacia otros cristianos, debemos entender que sólo están ejerciendo una prerrogativa que Jesús les dio. Y no debemos enojarnos. Si la gente dice: “No amas a otros cristianos”, debemos irnos a casa, ponernos de rodillas y preguntarle a Dios si tienen razón o no. Y si la tienen, entonces tienen el derecho a decir lo que dijeron.

166 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Fracaso en el Amor Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos en este punto. Podemos ser cristianos verdaderos, cristianos realmente nacidos de nuevo, y aun así fallar en nuestro amor hacia otros cristianos. De hecho, para ser completamente realista, es más fuerte que esto. Habrá momentos (y digámoslo con lágrimas), habrá momentos en que fallaremos en nuestro amor mutuo como cristianos. En un mundo caído, donde no existe la perfección hasta que Jesús venga, sabemos que este será el caso. Y, por supuesto, cuando fallamos, debemos pedirle perdón a Dios. Pero aquí Jesús no está diciendo que nuestro fracaso en amar a todos los cristianos demuestra que no somos cristianos. Cada uno de nosotros vea esto individualmente por nosotros mismos. Si fallo en mi amor hacia los cristianos, esto no prueba que no soy cristiano. Lo que Jesús está diciendo, sin embargo, es que si no tengo el amor que debería tener hacia todos los demás cristianos, el mundo tiene el derecho de juzgar que no soy cristiano. Esta distinción es imperativa. Si fallamos en nuestro amor hacia todos los cristianos, no debemos desgarrar nuestro corazón como si fuera una prueba de que estamos perdidos. Nadie, excepto Cristo mismo, ha vivido y no ha fallado. Si el éxito en el amor hacia nuestros hermanos en Cristo fuera el estándar de si un hombre es o no cristiano, entonces no habría cristianos, porque todos los hombres han fallado. Pero Jesús le da al mundo un trozo de papel de tornasol, un termómetro razonable: hay una marca que, si el mundo no la ve, le permite concluir: “Este hombre no es cristiano”. Por supuesto, el mundo puede estar haciendo un juicio equivocado porque, si el hombre es verdaderamente cristiano, hasta donde llega la realidad, cometieron un error. Es cierto que un no cristiano a menudo se esconde detrás de lo que ve en los cristianos y luego grita: “¡Hipócritas!” cuando en realidad es un pecador que no enfrenta las demandas de Cristo.

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Pero eso no es de lo que Jesús está hablando aquí. Aquí Jesús está hablando de nuestra responsabilidad como individuos y como grupos para amar a todos los demás cristianos verdaderos de modo que el mundo no tenga una razón válida para decir que no somos cristianos. La Apologética Final Pero hay algo aún más serio. Y para entenderlo debemos ver Juan 17:21, un versículo de la oración sacerdotal de Cristo. Jesús ora, “Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”. En ésta, su oración sacerdotal, Jesús está orando por la unidad de la iglesia, la unidad que debe encontrarse específicamente entre los cristianos verdaderos. Jesús no está orando por una unidad romántica y humanista entre los hombres en general. El versículo 9 aclara esto: “Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos”. Aquí Jesús hace una distinción muy cuidadosa entre aquellos que se han entregado a Él en la fe y aquellos que todavía están en rebelión. Por lo tanto, en el versículo veintiuno, cuando ora por la unidad, el “ellos” a los que se refiere son los cristianos verdaderos. Sin embargo, observe que el versículo 21 dice: “para que todos sean uno...”. El énfasis, interesantemente, es exactamente el mismo que en Juan 13, no es sobre una parte de los cristianos verdaderos, sino sobre todos los cristianos, no que aquellos en ciertos grupos de la iglesia deberían ser uno, sino que todos los cristianos nacidos de nuevo deberían ser uno. Ahora viene la parte aleccionadora. Jesús continúa en este versículo veintiuno para decir algo que siempre me hace sentir vergüenza. Si como cristianos no nos avergonzamos, me parece que no somos muy sensibles o muy honestos, porque Jesús aquí nos da la apologética final. ¿Cuál es la apologética final? “Que

168 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”. Esta es la apologética final. En Juan 13, el punto era que si un cristiano individual no muestra amor hacia otros cristianos verdaderos, el mundo tiene derecho a juzgar que él no es cristiano. Aquí Jesús está diciendo algo más mucho más cortante, mucho más profundo: no podemos esperar que el mundo crea que el Padre envió al Hijo, que las afirmaciones de Jesús son verdaderas, y que el cristianismo es verdadero, a menos que el mundo vea alguna realidad de la unidad de los cristianos verdaderos. Ahora esto es aterrador. ¿No deberíamos sentir algo de emoción en este punto? Veámoslo de nuevo. Jesús no está diciendo que los cristianos deben juzgarse unos a otros (en cuanto a ser cristianos o no) sobre esta base. Por favor observe esto con mucho cuidado. La iglesia debe juzgar si una persona es cristiana sobre la base de su doctrina, el contenido proposicional de su fe, y luego una profesión de fe creíble. Cuando una persona acude a una iglesia local que está haciendo su trabajo, se le cuestionará sobre el contenido de lo que cree. Por ejemplo, si una iglesia está llevando a cabo un juicio de herejía (el Nuevo Testamento indica que debe haber juicios de herejía en la iglesia de Cristo), el asunto de la herejía versará sobre el contenido de la doctrina de la persona. La iglesia tiene el derecho de juzgar, en realidad se le ordena juzgar, a una persona sobre el contenido de lo que cree y enseña. Pero no podemos esperar que el mundo juzgue de esa manera, porque al mundo no le importa la doctrina. Y eso es especialmente cierto en la segunda mitad del siglo XX cuando, sobre la base de su epistemología, los seres humanos ya no creen siquiera en la posibilidad de la verdad absoluta. Y si estamos rodeados por un mundo que ya no cree en el concepto de verdad, ciertamente no podemos esperar que los seres humanos tengan interés en si la doctrina de una persona es correcta o no.

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Pero Jesús dio la marca que atraerá la atención del mundo, incluso la atención del hombre moderno que dice que él es sólo una máquina. Debido a que cada persona está hecha a la imagen de Dios y tiene, por lo tanto, aspiraciones de amor, hay algo que puede estar en cada clima geográfico, en cada punto del tiempo, que no puede dejar de llamar su atención. ¿Qué es? El amor que los cristianos verdaderos muestran el uno por el otro y no sólo por su propio grupo. Respuestas Honestas, Amor Observable Por supuesto, como cristianos, no debemos minimizar la necesidad de dar respuestas honestas a preguntas honestas. Deberíamos tener una apologética intelectual. La Biblia lo ordena, y Cristo y Pablo lo ejemplifican. En la sinagoga, en el mercado, en los hogares y en casi cualquier tipo de situación concebible, Jesús y Pablo discutieron el cristianismo. También es tarea del cristiano poder dar una respuesta honesta a una pregunta honesta. Sin embargo, sin cristianos verdaderos que se amen unos a otros, Cristo dice que no se puede esperar que el mundo escuche, incluso cuando demos respuestas adecuadas. Tengamos el cuidado, de hecho, de pasar toda la vida estudiando para dar respuestas honestas. Durante años, la iglesia evangélica ortodoxa ha hecho esto muy mal. Por lo tanto, es bueno dedicar tiempo a aprender a responder las preguntas de las personas que nos rodean. Pero después de haber hecho todo lo posible para comunicarnos con un mundo perdido, aun así nunca debemos olvidar que la apologética final que Jesús da es el amor observable de los cristianos verdaderos por los cristianos verdaderos. Si bien no es la consideración central con la que estoy tratando en este momento, sin embargo, el amor observable y la unidad entre los verdaderos cristianos mostrados ante el mundo ciertamente deben cruzar todas las líneas que dividen a las personas. El Nuevo Testamento dice: “no hay ni griego ni bárbaro,

170 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO ni judío ni gentil, ni hombre ni mujer”. En la iglesia de Antioquía, los cristianos incluían judíos y gentiles, y alcanzaron desde el hermano adoptivo de Herodes hasta los esclavos; y los cristianos gentiles griegos de Macedonia naturalmente orgullosos mostraron una preocupación práctica por las necesidades materiales de los judíos cristianos en Jerusalén. El amor observable y práctico entre los cristianos verdaderos que el mundo tiene derecho a ser capaz de observar en nuestros días ciertamente debería trascender sin reservas barreras como idioma, nacionalidades, fronteras nacionales, jóvenes y viejos, colores de piel, niveles de educación y economía, acento, linaje, el sistema de clases en cualquier localidad en particular, vestimenta, cabello corto o largo entre blancos, peinados africanos y no africanos entre negros, el uso de zapatos y el no uso de zapatos, diferencias culturales, y las formas de adoración más tradicionales y menos tradicionales. Si el mundo no ve esto, no creerá que Cristo fue enviado por el Padre. La gente no creerá sólo sobre la base de las respuestas correctas. Los dos no deben ser colocados en antítesis. El mundo debe obtener las respuestas adecuadas a sus preguntas honestas, pero al mismo tiempo, debe haber una unidad en amor entre todos los cristianos verdaderos. Esto es lo que se necesita si las personas han de saber que Jesús fue enviado por el Padre y que el cristianismo es verdadero. Falsas Nociones de Unidad Sin embargo, seamos claros sobre lo que es esta unidad. Podemos comenzar eliminando algunas nociones falsas. Primero, la unidad de la que Jesús está hablando no es sólo una unidad organizacional. En nuestra generación tenemos un tremendo impulso por la unidad eclesiástica. Está en el aire, como el sarampión en tiempos de epidemia, y tiene que ver con nosotros. Los seres humanos pueden tener todo tipo de unidad organizativa,

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pero mostrar al mundo ninguna unidad. El ejemplo clásico es la Iglesia Católica Romana a través de las épocas. La Iglesia Católica Romana ha tenido una gran unidad externa, probablemente la mayor unidad organizacional externa que se haya visto en este mundo, pero al mismo tiempo ha habido luchas de poder titánicas y odiosas entre las diferentes órdenes dentro de esa única iglesia. Hoy hay una diferencia aún mayor entre el catolicismo romano clásico y el catolicismo romano progresivo. La Iglesia Católica Romana todavía trata de mantenerse en la unidad organizacional, pero solo hay unidad organizacional, porque aquí hay dos religiones completamente diferentes, dos conceptos diferentes de Dios, dos conceptos diferentes de la verdad. Y exactamente lo mismo es cierto en el movimiento ecuménico protestante. Hay un intento de unir a las personas organizacionalmente sobre la base de la declaración de Jesús, pero no existe una unidad real, porque están involucradas dos religiones completamente diferentes: el cristianismo bíblico y un “cristianismo” que no es cristianismo en lo absoluto. Es perfectamente posible tener una unidad organizacional, gastar toda una vida de energía en ella y, sin embargo, no llegar al ámbito de lo que Jesús está hablando en Juan 17. No deseo menospreciar una adecuada unidad organizacional sobre una base doctrinal apropiada. Pero Jesús está hablando de algo muy diferente, porque puede haber una gran unidad organizacional sin ninguna unidad en absoluto, incluso en las iglesias que han luchado en favor de la pureza. Creo firmemente en el principio y la práctica de la pureza de la iglesia visible, pero he visto iglesias que han luchado por la pureza y que son simplemente semilleros de fealdad. Ya no existe ninguna relación personal, amorosa y observable ni siquiera en su propio medio, y mucho menos con otros cristianos verdaderos. Hay una razón más por la cual uno no puede interpretar esta unidad de la cual Cristo habla como organizacional. Todos los

172 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO cristianos, “para que todos sean uno”, tienen que ser uno. Es obvio que no puede haber una unidad organizacional que pueda incluir a todos los cristianos nacidos de nuevo en todas partes del mundo. Simplemente no es posible. Por ejemplo, hay cristianos verdaderos, nacidos de nuevo, que no pertenecen a ninguna organización. ¿Y qué organización podría incluir a los cristianos verdaderos aislados del mundo exterior por la persecución? Obviamente, la unidad organizacional no es la respuesta. Hay una segunda noción falsa de lo que implica esta unidad. Esta es la opinión con la que los cristianos evangélicos a menudo han tratado de escapar. Con demasiada frecuencia, el evangélico ha dicho: “Bueno, por supuesto que Jesús está hablando aquí de la unión mística de la iglesia invisible”. Y luego lo deja pasar y no piensa más en ello. En términos teológicos hay, sin duda, una iglesia visible y una iglesia invisible. La iglesia invisible es la Iglesia verdadera, en cierto modo, la única iglesia que tiene derecho a ser escrita con mayúscula. Debido a que está compuesta por todos aquellos que han recibido a Cristo como Salvador, es la más importante. Es la Iglesia de Cristo. Tan pronto como me convierto en cristiano, tan pronto como me entrego a Cristo, me convierto en un miembro de esta Iglesia, y hay una unidad mística que me vincula a todos los demás miembros. Cierto. Pero esto no es de lo que Jesús está hablando en Juan 13 y Juan 17, porque no podemos romper esta unidad no importa lo que hagamos. Por lo tanto, relacionar las palabras de Cristo con la unidad mística de la Iglesia invisible es reducir las palabras de Cristo a una frase sin sentido. Tercero, Él no está hablando de nuestra unidad posicional en Cristo. Es verdad que hay una unidad posicional en Cristo, que tan pronto como aceptamos a Cristo como Salvador, tenemos un Señor, un bautismo, un nacimiento (el segundo nacimiento), y somos revestidos de la justicia de Cristo. Pero ese no es el punto aquí. Cuarto, tenemos una unidad legal en Cristo, pero Él no está

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hablando de eso. Hay una hermosa y maravillosa unidad legal entre todos los cristianos. El Padre (el Juez del universo) declara forensemente, sobre la base de la obra consumada de Cristo en el espacio, el tiempo y la historia, que la verdadera culpa moral de los que se entregan a Cristo ha desaparecido. En ese hecho, tenemos una unidad maravillosa; pero eso no es de lo que Jesús está hablando aquí. No le servirá a los evangélicos tratar de escapar usando el concepto de la Iglesia invisible y estas otras unidades relacionadas. Relacionar estos versículos en Juan 13 y 17 simplemente con la existencia de la Iglesia invisible hace que la declaración de Jesús sea una afirmación sin sentido. Nos burlamos de lo que Jesús está diciendo a menos que comprendamos que está hablando de algo visible. Este es el punto: el mundo juzgará si Jesús ha sido enviado por el Padre sobre la base de algo que esté abierto a la observación. Verdadera Unidad En Juan 13 y 17, Jesús habla de una unidad real observable, una unidad práctica, una unidad práctica que atraviesa todas las barreras, entre todos los cristianos verdaderos. El cristiano realmente tiene una doble tarea. Tiene que practicar la santidad de Dios y el amor de Dios. El cristiano debe mostrar que Dios existe como el Dios infinito personal; y luego debe mostrar simultáneamente el carácter de santidad y amor de Dios. No Su santidad sin Su amor: eso es sólo rigor. No Su amor sin Su santidad: eso es sólo hacer concesiones. Cualquier cosa que haga un cristiano individual o un grupo cristiano que no muestre el equilibrio simultáneo de la santidad de Dios y el amor de Dios presenta a un mundo que observa no una demostración del Dios que existe sino una caricatura del Dios que existe. De acuerdo con las Escrituras y las enseñanzas de Cristo,

174 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO el amor que se muestra es ser extremadamente fuerte. No es sólo algo que usted mencione con palabras de vez en cuando. Amor Visible Entonces, ¿Qué significa este amor? ¿Cómo se puede hacer visible? Primero, significa algo muy simple: significa que cuando cometí un error y cuando no he amado a mi hermano cristiano, acudo a él y le digo: “Lo siento”. Eso es lo primero. Puede parecer decepcionante que lo primero de lo que hablamos sea tan simple. Pero si cree que es fácil, nunca ha intentado practicarlo. En nuestros propios grupos, en nuestras propias comunidades cristianas, incluso en nuestras familias, cuando hemos mostrado falta de amor hacia el otro, nosotros como cristianos no vamos automáticamente y decimos que lo sentimos. Incluso en el nivel más simple, nunca es fácil. Puede sonar simplista comenzar diciendo que lo sentimos y pedir perdón, pero no lo es. Este es el camino del compañerismo renovado, ya sea entre un esposo y una esposa, un padre y un hijo, dentro de una comunidad cristiana o entre grupos. Cuando hemos mostrado falta de amor hacia el otro, Dios nos llama para que vayamos y digamos: “Lo siento... realmente lo siento”. Si no estoy dispuesto a decir “lo siento” cuando no he sido justo con alguien más, especialmente cuando no lo he amado, ni siquiera he empezado a pensar en el significado de la unidad cristiana que el mundo puede ver. El mundo tiene derecho a cuestionar si soy cristiano. Y más que eso, permítame decirlo de nuevo, si no estoy dispuesto a hacer algo tan simple, el mundo tiene derecho a preguntarse si Jesús fue enviado por Dios y si el cristianismo es verdadero. ¿Qué tan bien hemos practicado conscientemente esto? ¿Con qué frecuencia, en el poder del Espíritu Santo, hemos ido a

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los cristianos de nuestro propio grupo y les hemos dicho: “Lo siento”? ¿Cuánto tiempo hemos pasado restableciendo el contacto con aquellos de otros grupos, diciéndoles: “Lamento lo que hice, lo que dije o lo que escribí”? ¿Con qué frecuencia un grupo ha ido a otro grupo con el que difiere y ha dicho: “Lo sentimos”? Es tan importante que, para todos los propósitos prácticos, es parte de la predicación del Evangelio mismo. La práctica observable de la verdad y la práctica observable del amor van de la mano con la proclamación de las buenas nuevas de Jesucristo. He observado una cosa entre los cristianos verdaderos en sus diferencias en muchos países: lo que divide y rompe a los grupos cristianos y a cristianos verdaderos, que deja una amargura que puede durar veinte, treinta o cuarenta años (o durante cincuenta o sesenta años en la memoria de un hijo), no es el tema de la doctrina o la creencia que causó las diferencias en primer lugar. Invariablemente es la falta de amor, y las cosas amargas que dicen los cristianos verdaderos en medio de las diferencias. Éstas se adhieren a la mente como pegamento. Y después de que pasa el tiempo y las diferencias entre los cristianos o los grupos parecen menos de lo que lo fueron, todavía están esas cosas amargas que dijimos en medio de lo que pensamos que era una discusión objetiva, buena y suficiente. Son estas cosas, estas actitudes y palabras sin amor, las que causan el hedor que el mundo puede oler en la iglesia de Jesucristo entre aquellos que realmente son cristianos verdaderos. Si, cuando sentimos que debemos estar en desacuerdo como cristianos verdaderos, pudiéramos simplemente guardar nuestras lenguas y hablar en amor, en cinco o diez años la amargura pudiera haberse ido. En lugar de eso, dejamos cicatrices, una maldición por generaciones. No sólo una maldición en la iglesia, sino una maldición en el mundo. En nuestra prensa cristiana, los titulares de los periódicos lo dicen, y en ocasiones se extiende a la prensa secular: los cristianos dicen cosas muy amargas sobre otros cristianos.

176 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO El mundo mira, se encoge de hombros y se aleja. No ha visto ni siquiera el comienzo de una iglesia viva en medio de una cultura moribunda. No ha visto el comienzo de lo que Jesús indica que es la apologética final: la unidad observable entre los cristianos verdaderos que son verdaderamente hermanos en Cristo. Nuestras lenguas afiladas, la falta de amor entre nosotros, no las declaraciones de las diferencias que pueden existir entre los cristianos verdaderos, son lo que propiamente perturba al mundo. ¡Qué diferente es esto del simple y directo mandamiento de Jesucristo: mostrar una unidad observable que puede ser vista por un mundo que observa! Perdón Pero hay más en el amor observable que decir que lo sentimos. También debe haber un perdón visible a las personas. Y aunque es difícil decir: “Lo siento”, es aún más difícil perdonar. La Biblia, sin embargo, deja en claro que el mundo debe observar un espíritu de perdón en medio del pueblo de Dios. En el Padre Nuestro, Jesús mismo nos enseña a orar, “Perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Ahora bien, esta oración, debemos decir rápidamente, no es para salvación. No tiene nada que ver con nacer de nuevo, porque nacemos de nuevo sobre la base de la obra consumada de Cristo más nada. Pero tiene que ver con la relación existencial, experiencial momento a momento del cristiano con Dios. Necesitamos un perdón de una vez y para siempre en la justificación, y necesitamos un perdón momento a momento por nuestros pecados sobre la base de la obra de Cristo a fin de estar en comunión sincera con Dios. Lo que el Señor nos enseñó a orar en el Padre Nuestro debería hacer que el cristiano sea muy sobrio todos los días de su vida: le pedimos al Señor que nos abra las realidades experienciales de la comunión consigo mismo al perdonar a los demás.

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Algunos cristianos dicen que el Padre Nuestro no es para esta época actual, pero la mayoría de nosotros diría que sí. Y, sin embargo, al mismo tiempo, apenas pensamos una vez al año sobre nuestra falta de un corazón indulgente en relación con el hecho de que Dios nos perdona. Muchos cristianos rara vez o nunca parecen conectar su propia falta de realidad en la comunión con Dios con su falta de perdón a los hombres, a pesar de que pueden decir el Padre Nuestro de manera formal una y otra vez en sus servicios de adoración dominical cada semana. Todos debemos reconocer continuamente que no practicamos el corazón indulgente como deberíamos. Y, sin embargo, la oración es: “Perdónanos nuestros pecados, nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Debemos tener un espíritu de perdón incluso antes de que la otra persona exprese arrepentimiento por su error. El Padre Nuestro no sugiere que cuando la otra persona lo siente, entonces debemos mostrar una unidad teniendo un espíritu de perdón. Más bien, estamos llamados a tener un espíritu de perdón sin que la otra persona haya dado el primer paso. Todavía podemos decir que está equivocada, pero en medio de decir que está equivocada, debemos perdonar. Debemos tener este espíritu de perdón no sólo hacia los cristianos, sino hacia todos los hombres. Pero si seguramente es hacia todos los hombres, es importante hacia los cristianos. Tal espíritu de perdón muestra una actitud de amor hacia los demás. Pero a pesar de que uno puede llamar a esto una actitud, el perdón verdadero es observable. Créame, usted puede mirar el rostro de una persona y saber dónde está en lo que respecta al perdón. Y el mundo está llamado a mirarnos y ver si tenemos amor en todos los grupos, amor atravesando las líneas partidistas. ¿Observa que decimos “lo siento” y observa un corazón de perdón? Permítame repetir: nuestro amor no será perfecto, pero debe ser lo suficientemente sustancial como para que el mundo pueda observarlo o no encaja en la estructura de los

178 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO

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versículos de Juan 13 y 17. Y si el mundo no observa esto, entre los cristianos verdaderos, el mundo tiene el derecho de hacer los dos terribles juicios que estos versículos indican: que no somos cristianos y que Cristo no fue enviado por el Padre.

cuales podemos practicar y mostrar esta unidad incluso a través de las líneas en las que debemos diferir.

Cuando los Cristianos no están de Acuerdo

Primero, nunca debemos llegar a tal diferencia con cristianos verdaderos sin arrepentimiento y sin lágrimas. Suena simple, ¿no? Créame, los evangélicos a menudo no lo han mostrado. A veces parece que nos apresuramos, muy, muy contentos a encontrar los errores de otras personas. Nos construimos derribando a otras personas. Esto nunca puede mostrar una unidad verdadera entre los cristianos. Solo hay un tipo de persona que puede luchar en las batallas del Señor en cualquier lugar de una manera adecuada, y esa es la que por naturaleza no es beligerante. Una persona beligerante tiende a hacerlo porque es beligerante; al menos se ve de esa manera. El mundo debe observar que cuando debemos diferir entre nosotros como verdaderos cristianos, no lo hacemos porque amemos el olor a sangre, el olor de la arena de pelea, el olor a la corrida de toros, sino porque debemos hacerlo por amor a Dios. Si hay lágrimas cuando debemos hablar, entonces se puede observar algo bello. En segundo lugar, en proporción a la gravedad de lo que está mal entre los cristianos verdaderos, es importante mostrar conscientemente un amor visible para el mundo. No todas las diferencias entre los cristianos son iguales. Hay algunas que son muy pequeñas. Otras son abrumadoramente importantes. Cuanto más serio es el error, más importante es mostrar la santidad de Dios, hablar sobre lo que está mal. Al mismo tiempo, cuanto más serias se vuelven las diferencias, más importante es que busquemos al Espíritu Santo para que nos permita mostrar amor a los cristianos verdaderos con quienes debemos diferir. Si se trata de una diferencia menor, mostrar amor no requiere mucha consideración consciente. Pero cuando la diferencia se vuelve

Entonces, ¿Qué sucede cuando debemos diferir con otros hermanos en Cristo debido a la necesidad de mostrar la santidad de Dios en la doctrina o en la vida? En el tema de la vida, Pablo claramente nos muestra el equilibrio en 1ª y 2ª de Corintios. Lo mismo se aplica también en la doctrina. Primero, en 1ª Corintios 5:1-5 él reprende a la iglesia de Corinto por permitir que un hombre en pecado de fornicación permanezca en la iglesia sin disciplina. Debido a la santidad de Dios, debido a la necesidad de mostrar esta santidad a un mundo que observa, y porque tal juicio sobre la base de la ley revelada de Dios es correcto a los ojos de Dios, Pablo reprende a la iglesia por no disciplinar al hombre. Después de haberlo disciplinado, Pablo les escribe nuevamente en 2ª Corintios 2:6-8 y los reprende porque no le muestran amor. Estas dos cosas deben permanecer juntas. Estoy agradecido de que Pablo escriba de esta manera en su primera y segunda cartas, porque aquí usted ve una secuencia. Los corintios han seguido su consejo, han disciplinado al cristiano, y ahora Pablo les escribe: “Lo están disciplinando, pero ¿por qué no muestran su amor hacia él?” Podría haber seguido y citado a Jesús al decir “¿No se dan cuenta de que los paganos de Corinto que les rodean tienen derecho a decir que Jesús no fue enviado por el Padre porque no están mostrando amor a este hombre que han disciplinado correctamente?”. Una pregunta muy importante surge en este punto: ¿Cómo podemos mostrar la unidad que Cristo ordena sin compartir los errores de la otra persona? Sugeriría algunas maneras mediante las

Arrepentimiento

180 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO realmente importante, se hace proporcionalmente más importante hablar por la santidad de Dios. Y se hace cada vez más importante en ese lugar para mostrarle al mundo que aún nos amamos. Humanamente, funcionamos exactamente en la dirección opuesta: en las diferencias menos importantes mostramos más amor hacia los cristianos verdaderos, pero a medida que la diferencia entra en áreas más importantes, tendemos a mostrar menos amor. Lo contrario debe ser el caso: a medida que las diferencias entre los cristianos verdaderos aumentan, debemos amar conscientemente y mostrar un amor que tenga alguna manifestación que el mundo pueda ver. Así que consideremos esto: ¿es realmente importante mi diferencia con mi hermano en Cristo? Si es así, es doblemente importante que pase tiempo sobre mis rodillas pidiéndole al Espíritu Santo, pidiéndole a Cristo, que haga su obra a través de mí y mi grupo, que yo y nosotros mostremos amor incluso en esta gran diferencia a la que hemos llegado con un hermano en Cristo o con otro grupo de cristianos verdaderos. Un Amor Costoso En tercer lugar, debemos mostrar una demostración práctica de amor en medio del dilema, incluso cuando sea costoso. La palabra amor no debería ser sólo un estandarte. En otras palabras, debemos hacer lo que se debe hacer, a cualquier costo, para mostrar este amor. No debemos decir “te amo”, y luego… ¡bang, bang, bang! Muy a menudo la gente piensa que el cristianismo es sólo algo complaciente, solo un tipo de amor empalagoso que ama por igual al mal y al bien. Esta no es la posición bíblica. La santidad de Dios debe ser mostrada simultáneamente con el amor. Por lo tanto, debemos tener cuidado de no decir que lo que está mal está bien, ya sea en el área de la doctrina o de la vida, en nuestro propio grupo u otro. En cualquier lugar, lo que está mal está mal y

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tenemos la responsabilidad en esa situación de decir que lo que está mal está mal. Pero el amor observable debe estar ahí sin importar el costo. La Biblia no hace posible escapar de estas cosas. Primera de Corintios 6:1-7 dice: Si alguno de ustedes tiene un pleito con otro, ¿cómo se atreve a presentar demanda ante los inconversos, en vez de acudir a los creyentes? ¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al mundo? Y si ustedes han de juzgar al mundo, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar casos insignificantes? ¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de esta vida! Por tanto, si tienen pleitos sobre tales asuntos, ¿cómo es que nombran como jueces a los que no cuentan para nada ante la iglesia? Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes? Al contrario, un hermano demanda a otro, ¡y esto ante los incrédulos! En realidad, ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los defrauden? ¿Qué significa esto? La iglesia no debe dejar pasar lo que está mal; pero el cristiano debería sufrir una pérdida monetaria, práctica, para mostrar la unidad que los cristianos verdaderos deben tener en lugar de ir a juicio contra otros cristianos verdaderos, ya que esto destruiría una unidad tan observable ante el mundo que observa. Esto es amor costoso, pero sólo es tal amor práctico el que puede ser visto. Pablo está hablando de algo que es observable, algo que es muy real: el cristiano debe mostrar tal amor en medio de una diferencia necesaria con su hermano que esté dispuesto a sufrir pérdidas, no solo pérdidas monetarias (aunque la mayoría de los

182 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO cristianos parecen olvidar todo el amor y la unidad cuando se trata de dinero), sino sea cual sea la pérdida involucrada. Cualesquiera que sean los detalles, debe haber una demostración práctica de amor adecuada para un lugar en particular. La Biblia es un libro fuerte y con los pies en la tierra. Una cuarta forma en que podemos mostrar amor sin compartir el error de nuestro hermano es abordar el problema con un deseo de resolverlo, en lugar de con el deseo de ganar. A todos nos gusta ganar. De hecho, no hay nadie a quien le guste ganar más que el teólogo. La historia de la teología es muy a menudo una larga exposición de un deseo de ganar. Pero debemos entender que lo que estamos buscando en medio de nuestra diferencia es una solución, una solución que le dará gloria a Dios, que será fiel a la Biblia, pero que mostrará el amor de Dios simultáneamente con Su santidad. ¿Cuál es nuestra actitud cuando nos sentamos a hablar con nuestro hermano o cuando el grupo se reúne con otro grupo para discutir las diferencias? ¿Un deseo de terminar siendo el ganador? ¿Jugar a aventajar a los demás para mostrar superioridad? Si hay algún deseo de amor, cada vez que discutimos una diferencia, buscaremos una solución y no sólo que se pueda demostrar que tenemos razón. La Diferencia de las Diferencias Una quinta manera en la que podemos mostrar un amor práctico y observable al mundo sin compartir el error de nuestro hermano es darnos cuenta, estando conscientes y ayudándonos unos a otros a ser conscientes, de que es fácil hacer concesiones y llamar bien a lo que está mal, pero que es igualmente fácil olvidar mostrar nuestra unidad en Cristo. Esta actitud debe ser desarrollada constante y conscientemente, discutida y puesta por escrito, en y entre nuestros grupos, y entre nosotros mismos como individuos.

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De hecho, esto debe ser mencionado y puesto por escrito antes de que surjan diferencias entre los cristianos verdaderos. Tenemos conferencias sobre todo. ¿Quién ha oído hablar de una conferencia para considerar cómo los cristianos verdaderos pueden mostrar en la práctica una fidelidad a la santidad de Dios y al mismo tiempo mostrar en la práctica una fidelidad al amor de Dios ante un mundo que observa? ¿Quién ha escuchado sermones o leído escritos que presenten cuidadosamente la práctica de dos principios que al principio parecen funcionar uno contra el otro: 1) el principio de la práctica de la pureza de la iglesia visible con respecto a la doctrina y la vida y 2) el principio de la práctica de un amor observable y la unidad entre todos los cristianos verdaderos? Si no hay predicaciones y escritos prudentes sobre estas cosas, ¿somos tan tontos como para pensar que habrá algo bello en la práctica cuando las diferencias entre los cristianos verdaderos deban ser enfrentadas honestamente? Ante un mundo que observa, un amor observable en medio de las diferencias mostrará una diferencia entre las diferencias de los cristianos y las diferencias de los otros hombres. Es posible que el mundo no comprenda sobre qué están en desacuerdo los cristianos, pero entenderán muy rápidamente la diferencia de nuestras diferencias con respecto a las diferencias del mundo si nos ven que tenemos nuestras diferencias en un amor abierto y observable en un nivel práctico. Eso es diferente. ¿Puede ver por qué Jesús dijo que esto era lo que atraería la atención del mundo? No se puede esperar que el mundo entienda las diferencias doctrinales, especialmente en nuestros días cuando la existencia de la verdad verdadera y los absolutos se consideran impensables incluso como conceptos. No podemos esperar que el mundo entienda que sobre la base de la santidad de Dios estamos teniendo un tipo diferente de diferencia porque estamos tratando con los absolutos de Dios. Pero cuando vea diferencias entre los cristianos verdaderos que

184 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO también muestran una unidad observable, esto les abrirá el camino para que consideren la verdad del cristianismo y la afirmación de Cristo de que el Padre sí envió al Hijo. En realidad, tenemos una mayor posibilidad de mostrar lo que Jesús está hablando aquí en medio de nuestras diferencias que si no estamos en desacuerdo. Obviamente no deberíamos salir a buscar diferencias entre cristianos: hay suficientes sin buscar más. Pero aun así es en medio de una diferencia que tenemos nuestra oportunidad de oro. Cuando todo va bien y todos estamos parados en un pequeño y agradable círculo, el mundo no tiene mucho que ver. Pero cuando llegamos al lugar donde hay una diferencia real y mostramos principios inflexibles pero al mismo tiempo amor observable, entonces hay algo que el mundo puede ver, algo que puede usar para juzgar que realmente somos cristianos, y que en verdad Jesús ha sido enviado por el Padre. Amor en la Práctica Permítame darle dos bellos ejemplos de ese amor observable. Uno sucedió entre los grupos de hermanos en Alemania inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Para controlar la iglesia, Hitler ordenó la unión de todos los grupos religiosos en Alemania, uniéndolos por ley. Los hermanos se dividieron sobre este tema. La mitad aceptó lo dicho por Hitler y la otra se negó. Los que se sometieron, por supuesto, pasaron el tiempo de una manera mucho más fácil, pero poco a poco en esta unidad organizacional con los grupos liberales su propia claridad doctrinal y vida espiritual se marchitó. Por otro lado, el grupo que se mantuvo fuera permaneció espiritualmente vigoroso, pero apenas había una familia en la que alguien no muriera en un campo de concentración alemán. Ahora, ¿puede imaginar la tensión emocional? La guerra ha terminado, y estos hermanos cristianos se encuentran nuevamente. Tenían la misma doctrina y habían trabajado juntos

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durante más de una generación. Ahora, ¿qué va a pasar? Un hombre recuerda que su padre murió en un campo de concentración y sabe que esta gente de allí permaneció a salvo. Pero las personas del otro lado también tienen profundos sentimientos personales. Luego, gradualmente, estos hermanos llegaron a saber que esta situación simplemente no serviría. Se designó un tiempo para que los ancianos de los dos grupos pudieran reunirse en un lugar tranquilo. Le pregunté al hombre que me contó esto: “¿Qué hiciste?” Y él dijo: “Bueno, te diré lo que hicimos. Nos juntamos y acordamos dejar pasar varios días en los que cada hombre buscaría su propio corazón”. Aquí había una diferencia real; las emociones se agitaron profundamente, profundamente. “Mi padre ha ido al campo de concentración; mi madre fue arrastrada”. Estas cosas no son sólo pequeños guijarros en la playa; alcanzan las fuentes más profundas de las emociones humanas. Pero esta gente entendió el mandamiento de Cristo en este lugar, y durante varios días, cada hombre no hizo nada más que buscar su propio corazón en relación con sus propios fracasos y los mandamientos de Cristo. Luego se reunieron. Le pregunté al hombre: “¿Qué pasó entonces?” Y él dijo: “Solo éramos uno”. En mi opinión, esto es exactamente de lo que Jesús habla. ¡El Padre ha enviado al Hijo! Divididos pero Uno El principio del que estamos hablando es universal, aplicable en todos los tiempos y lugares. Permítame, entonces, darle una segunda ilustración: una práctica diferente del mismo principio. He estado esperando durante años el momento en el que dos grupos de cristianos nacidos de nuevo que por buenas razones no pueden trabajar juntos se separen sin decir amargas cosas entre

186 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO sí. Hace tiempo que anhelaba dos grupos que continuaran mostrando amor al mundo que observa cuando llegaran al lugar donde la unidad organizacional pareciera no ser posible entre ellos. Teóricamente, por supuesto, cada iglesia local debería poder ministrar a todo el espectro de la sociedad. Pero en la práctica debemos reconocer que en ciertos lugares se vuelve muy difícil. Las necesidades de los diferentes segmentos de la sociedad son diferentes. Recientemente surgió un problema de esta naturaleza en una iglesia en una gran ciudad en el Medio Oeste de los Estados Unidos. Varias personas en sintonía con la era moderna iban a cierta iglesia, pero el pastor gradualmente llegó a la conclusión de que no podía predicar ni ministrar a los dos grupos. Algunos hombres sí pueden, pero él personalmente no encontró posible ministrar a todo el espectro de su congregación: los de cabello largo y las personas extravagantes que trajeron, y, al mismo tiempo, la gente del vecindario de alrededor. El ejemplo de amor observable que voy a presentar ahora no debe tomarse como una situación “era de esperarse” en nuestros días. En nuestra generación, la falta de amor puede cortar fácilmente en ambos sentidos: la gente de clase media fácilmente puede ser esnob y poco amorosa con los cristianos de cabello largo, y los cristianos de cabello largo pueden ser igualmente esnobs y sin amor con los cristianos de cabello corto. Después de intentar trabajar juntos durante mucho tiempo, los ancianos se reunieron y decidieron que harían dos iglesias. Dejaron muy claro que no se estaban dividiendo porque su doctrina era diferente; se estaban dividiendo como una cuestión de practicidad. Un miembro de la junta directiva anterior fue al nuevo grupo. Trabajaron bajo una junta directiva para hacer una transición ordenada. Ahora tienen dos iglesias y practican conscientemente el amor el uno hacia el otro. Aquí hay una falta de unidad organizacional que es amor

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y unidad verdaderos que el mundo puede observar. ¡El Padre ha enviado al Hijo! Quiero decir con todo mi corazón que a medida que luchamos con la predicación adecuada del Evangelio a mediados del siglo XX, la importancia del amor observable debe entrar en nuestro mensaje. No debemos olvidar la apologética final. El mundo tiene derecho a mirarnos mientras nosotros, como cristianos verdaderos, llegamos a diferencias prácticas y debería poder observar que nos amamos unos a otros. Nuestro amor debe tener una forma que el mundo pueda observar; debe ser visible. La Única Marca Verdadera Veamos nuevamente los textos bíblicos que indican claramente la marca del cristiano: Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. (Juan 13:34-35) Para todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros; para que el mundo crea que tú me has enviado. (Juan 17:21) Entonces, lo que podemos concluir es que como el samaritano amó al herido, nosotros como cristianos estamos llamados a amar a todas las personas como prójimos, amándolas como a nosotros mismos. Segundo, que debemos amar a todos los hermanos cristianos verdaderos de una manera que el mundo pueda observar. Esto significa mostrar amor a nuestros hermanos en medio de nuestras diferencias, grandes o pequeñas, amando a nuestros hermanos aun cuando nos cueste algo, amándolos incluso

188 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO en momentos de tremenda tensión emocional, amándolos de una manera que el mundo pueda ver. En resumen, debemos practicar y mostrar la santidad de Dios y el amor de Dios, porque sin esto contristamos al Espíritu Santo. El amor, y la unidad a la que atestigua, es la marca que Cristo les dio a los cristianos para llevar ante el mundo. Solo con esta marca el mundo puede saber que los cristianos son en realidad cristianos y que Jesús fue enviado por el Padre.

Notas

CAPÍTULO 1 / ¿Qué Importa Realmente? 1

Henry Grunwald, “Time a los 60”, Time. Octubre 1983 [número del 60º aniversario], p.5. 2 Roger Rosenblatt, “¿Qué importó realmente?” Time. Octubre 1983 [número del 60º Aniversario], pp. 24, 25. 3 Rosenblatt, p. 25. Énfasis añadido. 4 Rosenblatt, p. 26. Énfasis añadido. 5 Rosenblatt, p. 27. 6 Los términos “consenso bíblico” y “consenso cristiano”, como se usan a lo largo de este capítulo y del libro, necesitan alguna aclaración. Al usar estos términos no quiero decir que todos en el momento de La Reforma en el norte de Europa eran verdaderamente cristianos; ni, cuando estos términos se usan en referencia a nuestro propio país, que todos en nuestro país eran cristianos genuinos. Más bien, esto se refiere al hecho de que la cosmovisión cristiana, y el conocimiento bíblico en particular, se difundieron ampliamente por toda la cultura y fueron una influencia decisiva para dar forma a la cultura. En otras palabras, en el momento de La Reforma y en nuestro país hasta los últimos cuarenta o sesenta años, la gran mayoría de la gente creía en las verdades cristianas básicas tales como: la existencia de Dios; que Jesús era el Hijo de Dios; que hay una vida futura; que la moralidad se refiere realmente a lo que es bueno y malo (en oposición a la moral relativa); que Dios es justo y castigará a los que hacen lo malo; que verdaderamente hay maldad en el mundo como resultado de la Caída; y que la Biblia verdaderamente es la Palabra de Dios. En los países de La Reforma y en nuestro propio país hasta los últimos cuarenta o sesenta años, la mayoría de la gente creía estas cosas, aunque a veces sólo de forma vaga y, a menudo, no en el sentido de que confiaban personalmente en Cristo como su Salvador.

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190 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Volviendo a la fundación de los Estados Unidos, este consenso fue crucial. Esto no significa que fue una edad de oro, ni que los fundadores fueron cristianos en lo personal, ni que aquellos que eran cristianos siempre fueron coherentes en su pensamiento político. Pero el concepto de un Creador y un consenso o ethos cristiano fue crucial en su trabajo, y la diferencia entre la Revolución Americana, en comparación con las Revoluciones Francesa y Rusa, no puede entenderse sin reconocer la importancia del consenso o ethos cristiano. Esta amplia diseminación del conocimiento bíblico puede llamarse apropiadamente un “consenso bíblico”, un “consenso cristiano” o un “ethos cristiano”. Y puede afirmarse correctamente que este “consenso” tuvo una influencia decisiva en la formación de la cultura de La Reforma y las extensiones de esta cultura en América del Norte, Australia y Nueva Zelanda. Sin embargo, debemos tener cuidado de no exagerar el caso e implicar que los Estados Unidos alguna vez fueron una “nación cristiana” en el sentido verdaderamente bíblico de lo que significa ser un cristiano, o que los Estados Unidos alguna vez pudiera propiamente llamarse la “nación elegida” de Dios. Además, debemos reconocer que no existe una “edad de oro” en el pasado a la que podamos regresar, y que como nación siempre hemos estado lejos de ser perfectos. Como mencioné, en el pasado hemos tenido puntos ciegos y serias deficiencias particularmente en tres áreas: 1) en el área de la raza; 2) en el área del uso compasivo de la riqueza, en cómo obtener el dinero y en cómo usar el dinero; y 3) al suscribir erróneamente la idea del “destino manifiesto” como algunos lo han hecho. Pero habiendo hecho todos estos señalamientos, debemos reconocer que en la medida en que los países de La Reforma del norte de Europa y las extensiones de estos países, como los Estados Unidos, representan un consenso cristiano, este consenso ha moldeado profundamente estas culturas, trayendo consigo muchas bendiciones maravillosas en todo el espectro de la vida. Más aún, lo opuesto también es cierto: en la medida en que nuestra cultura se ha alejado del consenso cristiano, como lo ha hecho tan rápidamente durante los últimos cuarenta o sesenta años, esto ha tenido un efecto devastador sobre la vida humana y la cultura, trayendo consigo un desmoronamiento en la moralidad y en muchas otras áreas también. 7 Véase ¿Cómo Debemos Vivir Entonces? en Obras Completas de

NOTAS

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Francis Schaeffer, vol. V (Westchester, IL.: Crossway Books, 1982), pp. 243, 244. 8 Vea la forma en que he desarrollado el material en las siguientes dos secciones en una forma ligeramente diferente, por ejemplo, en Muerte en la Ciudad en Obras Completas, vol. IV, pp. 210-212. 9 Véase Muerte en la Ciudad en Obras Completas, vol. IV, pp. 207-299, especialmente 209-213. 10 Véase el tratamiento de esto en El Manifiesto Cristiano en Obras Completas, vol. V, pp. 423-430; en Francis A. Schaeffer, Vladimir Bukovsky y James Hitchcock, ¿Quién está por la Paz? (Nashville: Thomas Nelson, 1983), pp. 13-19; y mi crítica del humanismo secular que se encuentra especialmente en El Dios que está Ahí (Obras Completas, Vol. I, págs. 5-202) y en mi obra posterior, especialmente ¿Cómo Debemos Vivir Entonces? y ¿Qué le sucedió a la Raza Humana? en Obras Completas, vol. V, pp. 83-227 y pp. 281-419 respectivamente. Vea también las excelentes discusiones sobre el humanismo secular por James Hitchcock, ¿Qué es el Humanismo Secular? Por qué el humanismo se volvió secular y cómo está cambiando el mundo (Ann Arbor, MI.: Servant Books, 1982); Herbert Schlossberg, Ídolos de la Destrucción: La fe cristiana y su confrontación con la sociedad estadounidense (Nashville: Thomas Nelson), esp. Cap. 2; y Os Guinness, El Expediente del Sepulturero: Documentos sobre la subversión de la iglesia moderna (Downers Grove, IL.: InterVarsity Press, 1983). 11 F, L. Cross, ed., El Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana (Londres: Oxford University Press, 1958), págs. 104, 105. Obsérvese que la cita tal como aparece en el texto original del Diccionario usa la forma alemana de la palabra Aufklärung en lugar de la inglesa “Ilustración”, y que la forma en inglés ha sido sustituida en la cita tal como aparece aquí. 12 J. Gresham Machen, Cristianismo y Liberalismo (Grand Rapids, MI.: Eerdmans, 1924). 13 Véase La Iglesia ante el Mundo que Observa en Obras Completas, vol. IV, pp. 153-162, y esp. Nota 2, p. 302. 14 Véase El Manifiesto Cristiano en Obras Completas, vol. V, p. 423; y el Capítulo 1, Nota 9 de este libro.

192 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO 15

Véase la forma en que he desarrollado esto en una forma extendida en ¿Qué le sucedió a la Raza Humana? en Obras Completas, vol. V, pp. 407-410. 16 En los últimos años, me han criticado por supuestamente haber dejado mis primeras preocupaciones, como se refleja en mis libros y trabajos anteriores, y supuestamente por haber tomado una nueva dirección. Sin embargo, esta crítica realmente no es precisa. Una manera más correcta de ver mi obra sería ver una continuidad de principio a fin. Mis primeros libros trataron especialmente sobre asuntos intelectuales y el área de la cultura. Luego estuvieron los libros que trataron sobre la vida cristiana y la iglesia. Mis últimos libros han hecho una aplicación específica de mi obra anterior al área de la ley y la sociedad en general, especialmente en relación con los temas cruciales de la vida humana y la libertad de expresión religiosa. A través de todo esto, ha estado mi continuo interés en el evangelismo (ayudar a hombres y mujeres a conocer a Cristo como Salvador) y un énfasis en el Señorío de Cristo en la totalidad de la vida. Finalmente, quisiera enfatizar, de principio a fin, la necesidad de caminar diariamente con el Señor, estudiar la Palabra de Dios, vivir una vida de oración y mostrar el amor, la compasión y la santidad de nuestro Señor en la vida diaria. La forma correcta de ver mi obra es ver mis trabajos posteriores como una extensión y aplicación directas de mis trabajos anteriores, y ver que de ninguna manera he abandonado mis primeras preocupaciones. Debo admitir que, dado que mis escritos han ocupado tantas páginas y han abarcado un rango tan amplio, tengo un problema con respecto a aquellos que están familiarizados sólo con algunos de mis trabajos, o aquellos a quienes les gustaría dar prioridad a una parte sobre la otra. Simplemente enfatizaría que mi obra debe tomarse como un todo, con continuidad de principio a fin. Probablemente la mejor manera de ver esto sea consultar mis Obras Completas y leerlas de principio a fin.

CAPÍTULO 2 / Señalando el Parteaguas 1

De hecho, hubo al menos una persona que levantó una voz solitaria y valiente cuando este seminario comenzó a aceptar una visión neo-

NOTAS

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ortodoxa de las Escrituras. Él fue Jay Grimstead, un graduado del seminario, y lo mencionaría y lo honraría por sus esfuerzos. Jay Grimstead jugó un papel decisivo en la fundación del Consejo Internacional de Inerrancia Bíblica. El Consejo se organizó formalmente el 16 de mayo de 1977 en Chicago con diez de nosotros presentes. Éste aun no tenía el respaldo de la mayoría del liderazgo evangélico, y no hubo prisa en el liderazgo evangélico por apoyar esta causa. El Consejo fue formado específicamente con el propósito de defender la posición ortodoxa histórica concerniente a las Escrituras. De particular interés son las dos declaraciones emitidas por el Consejo. La primera declaración, emitida en octubre de 1978, se titula “La Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica”. La segunda declaración, emitida en noviembre de 1982, trata sobre la “Hermenéutica”. Ambas declaraciones son extremadamente valiosas al exponer primero qué quiere decir que la Biblia no tiene error, y segundo, cómo esto se aplica a la comprensión e interpretación de la Biblia. La segunda declaración sobre la hermenéutica presenta una serie notablemente equilibrada y útil de veinticinco “afirmaciones y negaciones” sobre cómo las Escrituras deben estudiarse e interpretarse adecuadamente. En conjunto, estas declaraciones establecen la integridad total de la inerrancia bíblica.

CAPÍTULO 3 / La Práctica de la Verdad 1

Véase Bernard Ramm, Más allá del Fundamentalismo: El Futuro de la Teología Evangélica (San Francisco: Harper y Row, 1983), especialmente pp. 19-22 y 43, 44. 2 El problema aquí no es realmente una cuestión de erudición. Los cristianos creyentes en la Biblia nunca deberían oponerse a la erudición genuina en ningún campo. Constantemente a través de los años, grandes eruditos creyentes en la Biblia se han involucrado en lo que generalmente se llama “Baja Crítica”, la pregunta de cuál es realmente el mejor texto bíblico. Es natural que los cristianos bíblicos encuentren importante el estudio textual porque, como la Escritura es una comunicación proposicional de Dios a la humanidad, obviamente estamos interesados en los mejores textos posibles. En consecuencia, los

194 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO eruditos cristianos han trabajado a través de los años en el área de la “Baja Crítica”. La “Alta Crítica” es un asunto bastante diferente. Comenzando donde la Baja Crítica se detuvo, trata de determinar sobre su propia base subjetiva lo que se debe aceptar y lo que se debe rechazar después de que el mejor texto se ha establecido. La diferencia real entre el liberalismo y el cristianismo bíblico no es una cuestión de erudición, sino una cuestión de presuposiciones. Tanto el viejo liberalismo como el nuevo liberalismo operan sobre un conjunto de presuposiciones comunes a ambos, pero diferentes de las del cristianismo histórico y ortodoxo. Véase Capítulo 1 de mi libro La Iglesia ante el Mundo que Observa (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1971), p. 9-34, también mis Obras Completas, vol. IV (Westchester, IL.: Crossway Books, 1982), p. 117-132. 3 Citado en George C. Bedell, Leo Sandon, Jr., y Charles T. Wellborn, Religión en América (Nueva York: Macmillan, 1975), p. 237, énfasis añadido. 4 George M. Marsden, Fundamentalismo y Cultura Estadounidense: La Configuración del Evangelicalismo del Siglo XX: 1870-1925 (Nueva York: Oxford University Press, 1980), pp. 118, 119. 5 Véase Manual Eerdmans del Cristianismo en América, Mark A. Noll et al, eds. (Grand Rapids, MI.: Eerdmans, 1983), p. 379. 6 Véase La Iglesia ante..., Capítulo 2, p. 35-60; también en Obras Completas, vol. IV, pp. 133-149. 7 Véase La Iglesia ante..., Capítulo 1, pp. 9-34; también en Obras Completas, vol. IV, pp. 117-132.

CAPÍTULO 4 / Connotaciones y Concesión 1

Harold J. Ockenga, “Del fundamentalismo, a través del Nuevo Evangelicalismo, al Evangelicalismo”, en Kenneth S. Kantzer, ed., Raíces Evangélicas: Un Tributo a Wilbur Smith (Nashville: Thomas Nelson, 1978), pág. 36, énfasis añadido. 2 Thomas C. Oden, Agenda para la Teología: Recuperando las Raíces Cristianas (San Francisco: Harper y Row, 1979), págs. 29-31, énfasis añadido. Oden es un ejemplo muy interesante. Fue un completo liberal

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que reconoció que el liberalismo había fracasado completamente, y podemos felicitarlo por su valentía para decir esto pública y decisivamente. Esto lo ha llevado a lo que es esencialmente una posición neo-ortodoxa, pero que trata al mismo tiempo de tomar en serio toda la gama del cristianismo histórico. Sin embargo, dado que él no acepta la plena autoridad e inerrancia de la Biblia, todavía le queda un problema serio: ¿sobre qué basará finalmente su fe? Sin la verdad objetiva de la Biblia como su fundamento, Oden todavía no tiene manera de apropiarse con confianza de la verdad de las Escrituras, ni revisar realmente la mezcla de verdad y error en la vida y la teología de la iglesia a través de los siglos. Por lo tanto, podemos elogiar a Oden por redescubrir la corriente de la ortodoxia histórica, pero debemos decir que su teología aún es seriamente deficiente con respecto a su comprensión de la autoridad de la Biblia. Sin la plena autoridad e inerrancia de la Biblia, se queda sin ninguna autoridad final y está atrapado en el mismo problema básico con el que comenzó. Es interesante observar que el problema que llevó a Oden a reconsiderar su liberalismo fue la postura liberal sobre el aborto. Por lo tanto, Oden comenta: Entonces, cuando hablo de una diarrea de amoldamiento religioso, no estoy pensando en “los otros chicos” o hablando en abstracto, sino de mi propia historia personal Lo impactante no es sólo que acepté todas las tendencias teológicas a la vista, sino que pensé que le estaba haciendo un maravilloso favor a la enseñanza cristiana, y a veces lo consideré la sustancia misma del oficio docente cristiano. Fue el movimiento abortista, más que cualquier otra cosa, lo que me llevó a la repulsión del movimiento. Las crecientes estadísticas del aborto me hartaron del movimiento, me desmoralizaron del movimiento. Ahora sospecho que una buena parte de mi propia historia idealista de acción política fue mal concebida por romanticismos del autoengaño, en busca del poder en forma de prestigio, desde el principio éstos estaban dispuestos a destruir las tradiciones humanas en nombre de la humanidad, y al final dispuestos a extinguir el futuro de incontables niños por nacer en nombre de la autonomía individual (pp. 24, 25).

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Lance Morrow, “Pensando Pensamientos Animales”, Time. 3 de octubre de 1983, p. 86, énfasis añadido. 4 David Neff, “¿Quién le teme a los Humanistas Seculares?”. Revista His, Inter Varsity Christian Fellowship, Marzo de 1983, pp. 4-7, 31. 5 Véase cómo he definido cuidadosamente el “humanismo” en Francis A. Schaeffer, El Manifiesto Cristiano (Westchester, IL.: Crossway Books, 1981), págs. 22-24, en Obras Completas, vol. V (Westchester, IL.: Crossway Books, 1982), pp. 425-527. Sobre la cuestión de qué es el humanismo, véase James Hitchcock, ¿Qué es el Humanismo Secular? (Ann Arbor, MI.: Servant Books, 1982). 6 Peter Singer, “¿La Santidad de la Vida o la Calidad de Vida?” Revista Pediatrics. Julio de 1983, pp. 128, 129. 7 Una vez que se acepta el aborto, no existe un límite lógico en cuanto a qué tan lejos se puede llevar la devaluación de la vida humana. Piense en la rapidez con la que se debate sobre el uso de fetos para la experimentación. Es un horror incluso pensar en ello. Pero una vez que la vida humana no nacida no es legalmente aceptada y protegida como persona, esta es la extensión más lógica. Con respecto a las implicaciones de la experimentación fetal y los casos documentados de esto, véase “Sobre la Experimentación Humana”, Donald DeMarco, Revista The Human Life Review, otoño de 1983, pp. 48-60.

CAPÍTULO 5 / Las Formas del Espíritu del Mundo 1

Russ Williams, “Bajo el reflector: Evangélicos por la Acción Social”, Evangelical Newsletter. 15 de octubre de 1982, p. 4, énfasis añadido. 2 Para un tratamiento más amplio y una crítica incisiva de la “mentalidad socialista” véase Franky Schaeffer, Malas Noticias para el Hombre Moderno (Westchester, IL.: Crossway Books, 1984). 3 Herbert Schlossberg, Ídolos de la Destrucción: La fe cristiana y su confrontación con la sociedad estadounidense (Nashville: Thomas Nelson, 1983), pp. 133, 134. Aquí también son instructivos los comentarios de Alexander Solzhenitsyn. En un artículo titulado “Tres Momentos clave en la Historia Japonesa”, National Review, 9 de diciembre de 1983, Solzhenitsyn escribe:

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Este es un lugar apropiado para tratar brevemente un mito en boga y extendido sobre el socialismo. Aunque este término carece de cualquier significado preciso e inequívoco, ha venido a significar en todo el mundo un vago sueño de una “sociedad justa”. En el corazón del socialismo radica la falacia de que todos los problemas humanos pueden resolverse mediante una reorganización social. Pero incluso cuando el socialismo promete tomar las formas más suaves, siempre intenta implementar por la fuerza la noción artificial e inalcanzable de que todas las personas deben ser iguales. Uno de los pensadores más brillantes en la Rusia de hoy, el físico Yuri Orlov (ahora enfermo y casi muerto después de más de cinco años de confinamiento en un campo de trabajo comunista), ha demostrado que el socialismo puro es siempre e inevitablemente totalitario. Orlov muestra que no es esencial cuán suaves y graduales puedan ser las medidas del avance del socialismo: si son consistentes, entonces la secuencia de las reformas socialistas arrojará a ese país (o al mundo entero) al abismo del totalitarismo comunista. Y el totalitarismo es lo que el físico llama un “pozo de energía”. Es fácil caer, pero se requiere un esfuerzo extraordinario y circunstancias excepcionales para lograr escapar. 4

Véase la obra de John Perkins para un ejemplo sobresaliente de una alternativa a la “mentalidad socialista”, una alternativa que es a la vez bíblica, compasiva y práctica. Perkins, que es de raza negra, enfatiza la necesidad de que los negros participen activamente en el sistema económico, se les dé la oportunidad, se les trate con justicia, y se construya una equidad dentro del sistema económico. Vea especialmente John Perkins, Permitan que la Justicia ruede (Ventura, California: Regal Books, 1976), Una Revolución Tranquila: La respuesta cristiana a la necesidad humana, una estrategia para hoy (Waco, TX.: Word, 1976), y Con Justicia para Todos (Ventura, California: Regal Books, 1982). 5 Es interesante notar que mientras muchos evangélicos están empezando a cantar las alabanzas del socialismo, un creciente número de socialistas seculares se está cansando del socialismo. De particular interés es “Nouveaux Philsophes” de Bernard-Henri Levy, a quien The

198 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Christian Science Monitor llama “uno de los más grandes filósofos contemporáneos de Francia”. Levy no es un cristiano de ninguna manera, pero su visión del problema de la moralidad, la ética social y la ley es notable. Levy comenta: No soy un hombre de fe, pero creo que si buscamos una nueva base para la ética, el mejor terreno es la antigua tradición bíblica. Estos manuscritos antiguos contienen los principios de los derechos humanos, la idea de la individualidad, la idea del exilio y el cosmopolitismo. El marxismo sostiene que no hay ética absoluta, verdad, maldad y bien; todo depende de la circunstancia y la clase que lo esté expresando. Sin embargo, si desea escapar de esta relatividad de la ética, encontrará las herramientas y la inspiración en la Biblia. Sorprendentemente, Levy ve la incompatibilidad total del marxismo con el cristianismo mejor que muchos cristianos evangélicos. Vea el artículo completo de Stewart McBride, “Nuevo filósofo: BernardHenri Levy, un francés de izquierda se retira del socialismo”. The Christian Science Monitor (sección desprendible). 20 de enero de 1983, págs. B1-B3. 6 Vea cómo he desarrollado esto en ¿Cómo debemos Vivir entonces? (Westchester, IL.: Crossway Books, 1976), págs. 113, 114 y 127, 128; en Obras Completas, vol. V, pp. 141, 142 y pp. 152, 153. Mencionaría además que, en el tema de la raza, todo el tiempo que fui pastor en San Luis en la década de 1940 y el vecindario negro estaba cerca a nuestra iglesia, enfatizaba en mis ancianos que el color nunca debe ser un factor para determinar quién iba a ser aceptado como miembro de la iglesia, y que yo renunciaría como el pastor si fuera así. Y a través de los años, varias personas de raza negra han descubierto que L'Abri es el primer lugar donde la raza no hace ninguna diferencia. En la década de 1940, muchas de nuestras principales escuelas evangélicas, y no estoy pensando en escuelas como la Universidad Bob Jones, todavía tenían estrictas leyes raciales y todo lo demás. Nunca olvidaré a un hombre negro que asistió a una de esas escuelas y dijo en L'Abri: “Este es el primer lugar en el que me trataron como a un hombre”. Cuando lo dijo, lloré. Me alegra que él pudiera decir eso.

NOTAS 7

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Véase El Manifiesto Cristiano, p. 121; y en Obras Completas, vol. V, p. 486. 8 Véase Francis A. Schaeffer, Vladimir Bukovsky y James Hitchcock, ¿Quién está por la Paz? (Nashville, Thomas Nelson, 1983), p. 19. 9 Obras de Witherspoon, vol. 5, p. 184. 10 Ronald A. Wells, “Las Lamentaciones de Francis Schaeffer”, Reformed Journal. Mayo de 1982, p. 18. 11 Esto no es sólo una discusión académica abstracta. Porque si la verdad cristiana no hace una pequeña diferencia en la sociedad (sin que sea una edad de oro) y si todo es sólo una mezcla, incluido el concepto de La Reforma de la Sola Scriptura, si esto es sólo una ilusión, entonces el cristianismo es sólo una pieza más de datos en un mundo de probabilidad, incertidumbre y flujo constante. No debería sorprendernos que el historiador que cité anteriormente (vea Nota 10) que devaluó tanto La Reforma y su afirmación de Sola Scriptura en otro artículo insta a los evangélicos a mirar a Walter Rauschenbusch y Reinhold Niebuhr y a su evangelio social como nuestra base para tener algo que decir a la cultura moderna. Para aquellos de ustedes que conocen a estos dos hombres, saben lo que esto significa. Los primeros evangélicos se vieron en completo conflicto con el evangelio social de Niebuhr. 12 Para una explicación personal de cómo puede suceder esto, por ejemplo en psicología, vea el notable capítulo titulado “Un Lobo en el Redil” en el libro de William Kirk Kilpatrick Seducción Psicológica (Nashville: Thomas Nelson, 1983), pp. 13-27. 13 Richard N. Ostling, “La Curiosa Política del Ecumenismo”, Time. 22 de agosto de 1983, p. 46. Sobre la influencia marxista en las contribuciones del CMI a las causas de la guerra de guerrillas vea: Richard N. Ostling, “Peleando por el destino de las Donaciones”, Time, 28 de marzo de 1983, páginas 58, 59; Kenneth L. Woodward y David Gates, “Ideología bajo la Limosna” Newsweek, 7 de febrero de 1983, páginas 61, 62; y Raël Jean Isaac, “¿Sabe a dónde van las Ofrendas de su Iglesia?” Readers Digest, enero de 1983, pp. 120-125. 14 Ostling, “La Curiosa Política…” p. 46. 15 Richard Lovelace, “¿Hay vientos de cambio en el Consejo Mundial?” Christianity Today. 16 de septiembre de 1983, pp. 33, 34. 16 Peter Beyerhaus, Arthur Johnston y Myung Yuk Kim, “Una

200 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO Evaluación Evangélica de la Sexta Asamblea del CMI en Vancouver”, tal como se reproduce en Theological Student Fellowship Bulletin, septiembre-octubre de 1983, pp. 19, 20. 17 Beyerhaus, p. 20, 18 Para un tratamiento más amplio sobre las cuestiones relacionadas con la defensa nuclear y el pacifismo, vea Schaeffer “¿Quién está por la Paz?”, esp. pp. 19-30. Para un excelente tratamiento en un formato más amplio, vea Jerram Barrs, ¿Quiénes son los Pacificadores? El caso cristiano para la disuasión nuclear (Westchester, IL.: Crossway Books, 1983). 19 Os Guinness, El Expediente del Sepulturero: Documentos sobre la subversión de la iglesia moderna (Downers Grove, IL.: InterVarsity Press, 1983), pp. 99, 100, énfasis en el original. 20 John F. Alexander, “El Feminismo como Actividad Subversiva”, The Other Side, julio de 1982, p. 8. 21 Es interesante observar cómo los sociólogos Brigitte Berger y Peter L. Berger relacionan el colapso de la familia y la actitud anti-familia predominante en nuestra cultura con toda una gama de otros temas. Los Berger escriben: Aquellos que eliminarían a la familia burguesa quisieran, si fuera posible, eliminarla con todos los riesgos. Esta fantasía de una existencia libre de riesgos se expresa en algunas de sus causas centrales: el ideal de la “persona no casada que es sexualmente promiscua”, sin ataduras en su proyecto de autorrealización sin fin; la idealización del aborto, eliminando de una vez por todas el riesgo de embarazo en las relaciones sexuales; la insistencia de que un “estilo de vida gay” es tan legítimo socialmente como el matrimonio heterosexual, y por lo tanto colocando en el mismo nivel una relación relativamente libre de riesgos (ya que no tiene hijos) con la relación más arriesgada de todas. Todos estos temas se pueden incluir en la categoría de “anti-nacimiento”. Se los puede ver en una configuración perfectamente lógica con otros temas ideológicos que son frecuentes en los mismos estratos: el izquierdismo político, las teorías de crecimiento cero y población cero,

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sentimientos antinucleares y más generalmente antitecnológicos, pacifismo y una postura benignamente no agresiva en las relaciones internacionales, una profunda sospecha del patriotismo (que siempre tiene, al menos, una dimensión potencialmente militar) y una actitud generalmente negativa hacia los valores de disciplina, logro y competitividad. En conjunto, esta es en realidad una constelación de decadencia. Una sociedad dominada por estos temas tiene perspectivas bastante pobres en el mundo real, que en su mayoría está habitada por personas con normas y hábitos muy contrarios. Reconocemos la probabilidad de que algunos lectores se ofenderán por los párrafos anteriores; ciertamente no esperamos persuadir a nadie con un argumento tan superficial. Solo lo hacemos aquí para indicar que el destino de la familia burguesa está vinculado, en nuestra opinión, con cuestiones mucho más amplias sobre las posibilidades de supervivencia de las sociedades occidentales contemporáneas. En cualquier caso, nuestra defensa de la familia burguesa no necesariamente depende del acuerdo sobre estos temas más amplios. Pero hay un punto más que debe destacarse si uno coloca este tema en el marco de la decadencia: Ese es el punto de que el síndrome de decadencia no se distribuye uniformemente en todas nuestras sociedades. Tanto en América del Norte como en Europa occidental se concentra en los estratos que hemos descrito como la nueva “clase del conocimiento” (en el caso del evangelicalismo esto corresponde al liderazgo evangélico, especialmente como se encuentra en las “industrias del conocimiento” evangélicas como la educación y los medios impresos) aunque se irradia a otros estratos desde este epicentro. Hay otras clases (notablemente las clases media baja y obrera) y grupos étnicos grandes, relativamente no asimilados, que están mucho menos marcados por este síndrome y, en algunos casos, no han sido tocados en absoluto por él. El destino de la familia burguesa (y, en nuestra opinión, la supervivencia futura de estas sociedades) depende del desarrollo futuro de estos grupos (pp. 135-146, énfasis añadido).

202 EL GRAN DESASTRE EVANGÉLICO O en otras palabras, como esto se aplica al liderazgo evangélico, los Berger están señalando que el liderazgo dentro del evangelicalismo se ha amoldado a las ideas que están de moda entre la “clase del conocimiento” secular. Vea el libro muy perspicaz de los Berger titulado La Guerra sobre la Familia: capturando el terreno propicio para amoldarse (Nueva York: Doubleday, 1983). 22 Véase, por ejemplo, Paul K. Jewett, El Hombre como Varón y Mujer (Grand Rapids, MI.: Eerdmans, 1975); y Virginia R. Mollenkott, Mujeres, Hombres y la Biblia (Nashville: Abingdon, 1977). 23 Véase, por ejemplo, Letha Dawson Scanzoni y Virginia R. Mollenkott, ¿Es el Homosexual mi Vecino? (San Francisco: Harper y Row, 1980). 24 Letha Dawson Scanzoni, “¿Pueden los Homosexuales cambiar?”, The Other Side, enero de 1984, p. 14. 25 Vea 1ª Corintios 6:9-10; 1ª Timoteo 1: 9-10; Judas 6-7; 2ª Pedro 2:4, 6-8; Levítico 18:22 y 20:13.

CAPÍTULO 6 / El Gran Desastre Evangélico 1

Aunque no estaría de acuerdo con Richard Quebedeaux en su teología, la principal conclusión sociológica que alcanza en su influyente libro Los Evangélicos Mundanos (San Francisco: Harper y Row, 1978) es muy directa, a saber, que el liderazgo del evangelicalismo se ha vuelto mundano en el sentido apropiado de la palabra. 2 Véase Francis A. Schaeffer, La Marca del Cristiano (Downers Grove, IL.: InterVarsity, 1970); en Obras Completas, vol. IV, pp. 183-205. 3 Observe, por ejemplo, los comentarios de Gill Davis en “Cristianos por el Socialismo”, que apareció en The Other Side: “Me preocupan los predicadores de boca melosa... En este país, el apoyo mitológico al fascismo es a menudo el fundamentalismo de derecha”, según informa Lloyd Billingsley en “Primera Iglesia del Cristo Socialista”, National Review, 28 de octubre de 1983, p. 1339.