Ficha Del Credo

“EL PODER DE LA ORACIÓN” Durante la guerra en Corea, un hombre fue gravemente herido en un campo de batalla en Heartbrea

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“EL PODER DE LA ORACIÓN” Durante la guerra en Corea, un hombre fue gravemente herido en un campo de batalla en Heartbreak Ridge. Sus amigos estaban cubiertos en una cueva de zorros como a 10 metros del lugar cuando este fue herido en una emboscada. Mientras el fuego continuaba, los otros hombres discutían entre ellos que hacer. Pero como el fuego era intenso era difícil seguir arrastrándose y traer a su compañero herido, pues eso significaría la misma muerte.

YO CREO EN LAS PROMESAS DE DIOS (Daniel Poli) 1. Yo creo en las promesas de Dios. Yo creo en las promesas de Dios. Yo creo en las promesas de mi Señor. (bis) Si soy fiel en lo poco, Él me confiará más. Si soy fiel en lo poco, mis pasos guiará. (bis) 2. Yo creo en la misericordia de Dios. Yo creo en la misericordia de Dios. Yo creo en la misericordia de mi Señor. (bis) 3. Yo creo en el Espíritu de Dios. Yo creo en el Espíritu de Dios. Yo creo en el Espíritu de mi Señor. (bis) 4. Yo creo en el amor de Dios. Yo creo en el amor de Dios. Yo creo en el amor de mi Señor. (bis)

Rescatando Nuestros Saberes Previos: 1.- ¿Qué nos quiere enseñar esta lectura? 2.- ¿Qué es la oración para ti? 3.- ¿Haces oración? ¿Por qué? 4.- ¿Es importante la oración? ¿Por qué? 5.- ¿Hoy en día los jóvenes rezan? ¿Por qué?

Por un rato nadie se movía. Los hombres que estaban en la cueva podían escuchar a su compañero herido clamar por ayuda. Entonces uno de los hombres que estaba en la cueva empezó a mirar el reloj. No podía quitar la vista del mismo. Todos los demás lo notaron y empezaron a preguntarle cosas, pero el soldado no dejaba de mirar el reloj y permanecer en silencio. De repente, el hombre del reloj saltó de la cueva y se arrastró hasta donde estaba su compañero herido. Lo tomó por la solapa del uniforme, y de una manera lenta empezó a regresar a la cueva, todo mientras el ataque era intenso a su alrededor. Sorprendentemente ambos lograron llegar a la cueva del zorro sin ser heridos por bala alguna. Luego que el fuego cesara, le preguntaron al héroe que salvó a su compañero ¿porque había esperado tanto tiempo para rescatar a su amigo? A lo cual él respondió: "Mi madre me dijo que a la misma hora exactamente, todos los días, ella estaría orando por mí. Y de acuerdo a mi reloj, dejé la cueva exactamente cuando ella empezó a orar.

ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS: Reflexión de Joseph Ratzinger sobre la oración en la vida del cristiano Desde que el hombre es hombre, reza. Siempre y por doquier el hombre se ha dado cuenta de que no está solo en el mundo, que hay Alguien que lo escucha. Siempre se ha dado cuenta de que necesita a Otro más grande y que debe tender a Él para que su vida sea lo que tiene que ser. Pero el rostro de Dios siempre ha estado velado y sólo Jesús nos ha mostrado su verdadero rostro. El que le ve a Él ve al Padre (cf. Jn 14,9) Así, pues, si por una parte al hombre le resulta natural rezar (pedir en el momento de la necesidad y dar gracias en el momento de la alegría), por la otra, está siempre nuestra incapacidad de rezar y hablar a un Dios escondido. No sabemos pedir como conviene, dice San Pablo (Rm 8, 26). Por eso debemos decirle siempre al Señor, como los discípulos: “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1). El Señor nos ha enseñado el Padrenuestro como modelo de auténtica oración y nos ha dado una Madre, la Iglesia, que nos ayuda a rezar. La Iglesia ha recibido de la Sagrada Escritura un gran tesoro de oraciones. En el transcurso de los siglos se han elevado, de los corazones de los fieles, numerosas oraciones con las que éstos cada vez nuevamente se dirigen a Dios. Al rezar con la Madre Iglesia nosotros mismos aprendemos a rezar. (Roma, 18 de febrero de 2005) “Mi secreto es de lo más simple. Rezo y a través de mi oración me convierto en alguien que ama a Cristo, y veo que rezarle es amarlo y eso significa cumplir con su palabra. Mis pobres de los barrios marginales son el Cristo que sufre. En ellos, el hijo de Dios vive y muere, y a través de ellos Dios me muestra su verdadero rostro. Para mí la oración significa, unirme durante las veinticuatro horas, con la voluntad de Jesús, vivir para Él y con Él”. Beata Madre Teresa de Calcuta. ACTIVIDAD PERSONAL Reflexionamos las siguientes preguntas: 1. ¿Estoy valorando suficientemente la oración dentro de mi vida? ¿O la estoy considerando como algo secundario? 2. ¿Cuándo rezo tengo un verdadero encuentro con Dios? ¿o mi oración termina siendo un monólogo? 3. ¿Cuáles son mis principales motivaciones para rezar? ¿Qué puedo hacer para rezar mejor?

LA ORACIÓN DEL CREDO "La fe de todos los cristianos se cimenta en la Santísima Trinidad" (San Cesáreo de Arlés) El Símbolo o Credo se divide, por tanto, en tres partes. El Catecismo Romano (1,1,3) expone: "(El Credo) primero habla de la primera Persona divina y de la obra admirable de la creación; a continuación, de la segunda Persona divina y del Misterio de la Redención de los hombres; finalmente, de la tercera Persona divina, fuente y principio de nuestra santificación". Son -dice San Ireneo- "los tres capítulos de nuestro sello (bautismal)". El Credo consta de una serie de verdades sobrenaturales reveladas que se han denominado como artículos. Para Santo Tomás de Aquino (1224-1274), el artículo de fe es cualquier verdad sobrenatural revelada que sea distinta en sí misma de otras verdades, pero a las que se une para formar un todo orgánico de enseñanza cristiana. Según una antigua tradición, atestiguada ya por San Ambrosio de Milán (340-397) se acostumbra enumerar doce artículos del Credo, simbolizando con el número de los doce apóstoles el conjunto de la fe apostólica. El credo contiene toda la Fe católica. Actividad: Divide la oración del Credo en 12 artículos Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. 1.-______________________________________________________________________ 2.-______________________________________________________________________ 3.- ______________________________________________________________________ 4.- ______________________________________________________________________ 5.- ______________________________________________________________________ 6.- ______________________________________________________________________ 7.- ______________________________________________________________________ 8.- ______________________________________________________________________ 9.- ______________________________________________________________________ 10.- ______________________________________________________________________ 11.- ______________________________________________________________________ 12.- ______________________________________________________________________

LOS DOCE ARTÍCULOS DEL SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES 1.- "Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra." 2.- "Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor..." 3.- "...que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen..." 4.- "...padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado..." 5.- "...descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos..." 6.- "...subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso." 7.- "Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y muertos." 8.- "Creo en el Espíritu Santo,..." 9.- "...la Santa Iglesia Católica,..." 10.- "...la comunión de los santos,..." 11.- "...el perdón de los pecados,..." 12.- "... la resurrección de la carne y la vida eterna."

Creo en Dios, Deu 6:4 Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh. Mar 12:29 Jesús le contestó: «El primero es: = Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, = El Credo comienza por Dios Padre, porque el Padre es la Primera Persona Divina de la Santísima Trinidad. Padre Todopoderoso, Lc 18,27 Respondió: «Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.» Creador del cielo y de la tierra. Gén 1,1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Nuestro Credo se inicia con la creación del Cielo y de la tierra, ya que la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras de Dios. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, Heb 1,3 el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, Jn 3,16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Hch 2,36 «Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.» que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, Lc 1,35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. nació de Santa María Virgen; Mt 1,22,23 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: = Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, = que traducido significa: «Dios con nosotros.» padeció bajo el poder de Poncio Pilato, Jn 19,1-2 Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura; fue crucificado, muerto y sepultado, Jn 19,17-19 y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»

Lc 23,46 y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, = en tus manos pongo mi espíritu» = y, dicho esto, expiró. Lc 23,53 y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía. descendió a los infiernos, 1Pe 3,18-19 Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, al tercer día resucitó de entre los muertos, 1Co 15,3-4 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Mc 16,19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Hch 10,42 Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, Rom 5,5 y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Como será de importante creer en el Espíritu Santo, que el mismo Jesús nos dice que el único pecado que no será perdonado, ni en este mundo ni en el otro es el pecado contra el Espíritu Santo. la santa Iglesia católica, Efe 5,25-27 Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Mt 16,18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mt 28,19 Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, la comunión de los santos, Apo 7,9 Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos, el perdón de los pecados, Jn 20,23 a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos. la resurrección de la carne Rom 8,11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos está en ustedes, el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en ustedes. y la vida eterna. Apo 22,5 No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre.

Amén. Apo 22,20 El que da fe de estas palabras dice: “Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús. El credo no es más ni menos que una profesión de fe, es una confesión de fe sumamente completa. En esta oración está resumida toda la fe de los Apóstoles y que ha sido trasmitida a nosotros los creyentes por medio de la sucesión apostólica.