Fases-Tectonicas

GEOLOGÍA DEL ECUADOR TECTÓNICA ANDINA FASES TECTÓNICAS EVENTO TECTÓNICO HERCÍNICO EN ECUADOR Martínez. (2016) menciona q

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GEOLOGÍA DEL ECUADOR TECTÓNICA ANDINA FASES TECTÓNICAS EVENTO TECTÓNICO HERCÍNICO EN ECUADOR Martínez. (2016) menciona que en el Devónico Tardío – Carbonífero Inferior se produjo el evento tectónico Eo – HercInico, este evento estableció un patrón estructural dominante N – S de fallas de alto ángulo que fue reactivado con la orogenia Andina. En la Cuenca Oriente el ciclo Silúrico – Devónico descrito como Formación Pumbuiza descansa directamente sobre el basamento y presenta cierto grado de metamorfismo producto de este evento Eo – Hercínico. La unidad está presente al NW de la cuenca donde está definida por pozos y sísmica, al N de la provincia geológica, Corredor Sacha – Shushufindi. En el evento Tardi – Hercínico los carbonatos y clásticos de la Formación Macuma, de edad Carbonífero superior-Pérmico, yacen discordantes sobre las metamórficas de la Formación Pambuiza (Silúrico-Devónico), formando el sustrato de los hemigrabens presentes en el Corredor Sacha- Shushufindi, sobre el flanco W de la cuenca Oriente. Siendo esta discordancia el resultado de la orogenia Tardi-Herciniana. Mientras que, en el borde oriental de esta misma cuenca, en el Sistema de fallas Capirón-Tiputini, la Formación Macuma forma el substrato de los hemigrabens directamente sobre el basamento. Los hemigrabens de la cuenca Oriente representan la continuación hacia el N del tipo de cuencas transtensionales, dextrales, pull-apart, formando depósitos aislados, y de clima cálido, típicos del subandino entre el NW Argentino y Bolivia. De manera similar a como ocurre en la cuenca Carbonífera de Paganzo y en otras cuencas Triásicas de Argentina, estas cuencas transtensionales están enraizadas en suturas que buzan en sentido de la subducción, separando terrenos o separando terrenos de cratones, asociado a un ambiente tectónico en el que se combina subducción con transcurrencia, produciendo la rápida subsidencia de depocentros angostos, con geometría de hemigrabens. La sutura se comportaría como una zona dúctil formando el supra-despegue sobre el cual se produciría la extensión por cizalla simple.

Evento Moromoro Noble et al. (1997), describe el evento Moromoro el cual afectó al terreno Amotape, Loja (CR) y Chaucha, y que en el cual el complejo metamórfico El Oro envolvió facies metamórficas anfibolíticas y migmatización de rocas sedimentarias. Además del emplazamiento de granitoides Moromoro (Marcabelí y Limón Playa) asociados a zonas de cizalla dextral y deformación.

Riel. N; et al. (2013) menciona que edades migmatíticas de 235 – 220 Ma coinciden con un evento termal en el Triásico, argumenta que después del adelgazamiento de la corteza continental la fusión de la secuencia pelítica – psamítica del Paleozoico de la unidad La Bocana inició aproximadamente hace 229 Ma. El adelgazamiento cortical y emplazamiento de la unidad Gabroica Piedras permitió el origen de calor que intensificó la anatexia cortical. Además, indica que la ocurrencia de numerosas intrusiones de granito durante el Triásico a lo largo del margen sudamericano indica que el W experimentó una extensa anomalía termal, que produjo extensas cantidades de granitoides tipo S. Atribuyen este evento al evento Slab Break – Off debido a la migración hacia el E de Sudamérica durante el Pérmico – Triásico, la separación y verticalización de este Slab provocó levantamiento y descompresión de la astenósfera, esta experimentó fusión parcial y provocó el underplating magmático de la unidad Piedras.

Evento Peltetéc Noble et al. (1997), describen al evento Peltetec-Palenque en donde Alao, Guamote y Salado fueron deformados y metamorfoseados, también indican el principal periodo de colisión de terrenos y acreción oblícua, incluyendo rotación y acreción del terreno Amotape. Litherland et al. (1994) menciona que el evento Peltetec del Jurásico superior al Cretácico inferior, representa ell levantamiento y erosión de la protocordillera Real antes de la depositación de la Formación Tena, además de desarrollar una discordancia entre Misahuallí y Hollín, y provocar que el petróleo de la Formación Santiago migre hacia Hollín. Ocurre la aproximación del arco de Alao y el terreno alóctono Chaucha, los cuales colisionaron contra el margen continental dando paso al origen de la hoy denominada sutura de Péltetec, esta colisión produce un reseteo en las edades de metamorfismo durante el Campaniano; genera klippes y a la vez sobrecorrimientos que originan los nappes del Complejo Cuyuja. Este evento sería el causante de la deformación S2 y la formación de fallas como San Antonio, Zona de cizalla del Frente Baños, Falla Llanganates, Falla Cosanga. Además, estaría asociado a las estructuras “M”, “Z” y “S” en las rocas de la División Guamote y subdivisión Cuyuja. Pratt et al.,(2005) coinciden con Litherland., (1994), en que la deformación principal de la Cordillera Real es Péltetec.

Fase Peruana En el ecuador la Fase Peruana es una etapa de deformación compresiva calificada como una inversión tectónica de régimen transpresivo dextral. En la región oriental se evidencia un hiato sedimentario regional desde 85 a 73 Ma (et al., 1999) entre los miembros Napo superior y Tena

inferior. La colisión y acreción del “plateau oceánico Pallatanga” ocurrió durante esta fase, aquí se dieron reactivación de fallas como Cosanga y San Antonio, así como también el Frente Baños. Micas con K-Ar son evidencia del reseteo en las edades correspondiente al levantamiento de Cordillera Real, este evento acrecionario da como resultado la formación de la zona de sutura Calacalí – Pujilí – Palenque.

Fase Incaica De manera general entre Perú y Ecuador Benavides – Cáceres citados en Bazán (2013) realizaron la subdivisión de esta fase en 4 eventos (Inca I – Inca IV). La fase tectónica Inca I (5955 Ma) coincide con un cambio de dirección y con un aumento de la velocidad de convergencia entre las placas Farallón y sudamericana que se producen alrededor de la anomalía 25, está caracterizada por el intenso plegamiento (fajas de orientación NW – SE) y fallamiento con rumbo NE en rocas sedimentarias del Cretáceo. La Fase Inca II, se caracterizó por una deformación “compresiva” cuya máxima expresión se sitúa hacia los 43 – 42 Ma. Hay un aumento de la velocidad de convergencia, la deformación afecta a todo el basamento sedimentario Cretáceo, originando plegamientos subpararelos de dirección WNW – ESE y fallas inversas de tendencia NW a WNW. La Fase Inca III (30 – 27 Ma), coincide con disminución de la tasa de convergencia durante el Oligoceno, dando como resultado la disminución del vulcanismo, la dirección de convergencia a rotado en sentido horario hasta E – W, producto de la ruptura de la placa Farallón. La Fase Inca IV (23 – 22 Ma). Corresponde al reinicio de la alta convergencia de placas. Antes del Mioceno la placa de Nazca/Farallón tenía una dirección de convergencia NE y la convergencia actuaba alternadamente entre tasas altas y bajas. Fue durante el Mioceno temprano que la actividad magmática se reinició. El magmatismo se encontró temporalmente ligado a la fase Inca IV (22 M) y está acompañada de una alta tasa de convergencia. La característica tectónica más importante del Mioceno temprano fue la rotación en sentido del reloj de la dirección de convergencia de la placa de Nazca. En Ecuador la fase tectónica Inca se pone en evidencia porque entre 34 – 37 Ma en la Costa se registra un hiato sedimentario, en la Cordillera Real existe una alta tasa de exhumación entre 43 y 30 Ma, en el área de la cuenca de Cuenca se depositan los sedimentos con el aporte de la Cordillera Real de la Formación Quingeo y entre 42 y 37 Ma se tiene una alta tasa de convergencia (150 mm/a) en una dirección N 70°. De acuerdo a esto, se interpreta que la Unidad Macuchi se acrecionó al continente en forma oblicua, durante el Eoceno tardío, deformando al Grupo Angamarca, la Unidad Yunguilla y emplazando tectónicamente escamas de la Unidad Pallatanga al interior de las mismas. Esta segunda acreción ocurrió a lo largo de la falla Chimbo – Cañi entre 2° S y 3° S y a lo largo de la falla Toachi – Toacazo entre 0° S y 1° S.

Fase Quechua Bazán (2013) menciona que el período tectónico Quechua corresponde a una aceleración de la convergencia entre la placa Nazca y la placa sudamericana, después del cambio de dirección de convergencia a los 26 Ma (anomalía 7). Esta convergencia se caracteriza por una tasa importante, superior a 8 cm/a hasta 11 cm/a a los 10°S y una dirección casi perpendicular a la fosa Perú-Chile. Benavides-Cáceres también subdivide esta Fase en 4 eventos (Quechua I – Quechua IV) aunque otros autores sólo consideran tres. En Ecuador, en Cordillera Real se tiene una alta tasa de exhumación entre 23 y 15 Ma, posiblemente por efecto de un cambio en los vectores de subducción de placas durante el Mioceno temprano. Una alta tasa de exhumación en la Costa refleja la existencia de un evento tectónico conocido como fase Quechua I. Alrededor de 9.5 Ma se tiene una inversión tectónica en el área de antearco, que de acuerdo a Hungerbühler et al., 2002. refleja el inicio de la compresión E – W. En la Cordillera Real alrededor de 9 Ma existió una reactivación de fallas con desplazamiento alrededor de 1.5 km en el Terreno Loja. La falla de los Llanganates pudo haber sido reactivada en régimen compresivo con un desplazamiento vertical, todo esto es atribuido a la fase Quechua II. En el Mioceno tardío un cinturón volcánico contínuo, localizado aproximadamente a lo largo del frente volcánico actual. Se considera que una fase tectónica actuó hace 5 Ma, evento conocido como fase Quechua III. En el límite inferior del Cuaternario, se produce una de las principales etapas de inversión tectónica de la Cuenca Oriente, siendo responsable del levantamiento de la Zona Subandina, evento que levanta toda la columna sedimentaria de la cuenca Oriente. Esta fase tectónica es conocida como Quechua IV, que viene ocurriendo desde hace 2 Ma.