Fantasma en Las Estructuras

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Seminario 10 Vamos a ver en este seminario el fantasma: en fantasma en la neurosis obsesiva, fantasma en la histeria, fantasma en la fobia y fantasma en la perversión. Recuerden ustedes que en la última clase mencionamos un párrafo de Subversión del sujeto de la página 803 en donde Lacan dice que: “…el neurótico en efecto, histérico, obsesivo y más radicalmente fóbico, es aquel que identifica la falta en el Otro con su demanda…” demanda del Otro. “… Resulta de ello que la demanda del Otro toma función de objeto en su fantasma, es decir que su fantasma se reduce a la pulsión.” Y esta preeminencia dada por el neurótico a la demanda, oculta su angustia ante el deseo del Otro. Frente a la pregunta “ ¿Qué quieres de mí?” el neurótico contesta “Lo que me demanda”. Entonces, en la neurosis el fantasma ($ ◊ a) se torna en pulsión ($ ◊ D), el fantasma toma la forma de la pulsión porque el sujeto frente a la falta en el Otro identifica la falta con la demanda del Otro. Vamos a trabajar como se presenta esto en la neurosis obsesiva, en la histeria, en la fobia y en la perversión. ¿Qué es lo que pasa con el obsesivo? El obsesivo niega el deseo del Otro, desconoce la falta en el Otro, acentuando del lado del sujeto la imposibilidad. Es decir, el neurótico obsesivo responde a la angustia que le suscita el deseo del Otro por el lado del sujeto. En cambio en la histeria, el deseo que toma la modalidad de insatisfecho va a producir que la histérica se escabulla como objeto, es decir, la respuesta de la histérica es por la vía del objeto. El neurótico obsesivo acentúa la imposibilidad del lado del sujeto, mientras que la histérica escabulléndose como objeto responde por esta vía. En el grafo del deseo a nivel del primer piso, el sujeto, el yo, se sostiene en la imagen especular, y a nivel del segundo piso el deseo se sostiene del fantasma. De lo que se trata es de poder ubicar el fantasma del que esos deseos imposibles e insatisfechos se sostienen. Cuando Lacan trabaja el fantasma en la histeria, vamos a ver que los ejes fundamentales que Freud nos mostró en relación a la histeria, van a ser todos retomados por Lacan: la fantasía de bisexualidad, el deseo insatisfecho, la identificación, la fantasía de seducción, la otra mujer (las señoras K), el síntoma histérico. Freud hablaba, de entrada en sus primeros historiales, de esa dimensión del deseo que se sostiene en la insatisfacción, hablaba del deseo en esa huída típica de la histérica. Fíjense que el psicoanálisis se ha divulgado de tal manera que sus significantes han pasado a la cultura, el famoso dicho “está histeriqueando”, aunque me abuelita decía algo de “calienta la pava …” y no se qué, refiere a esta cuestión de la huída como algo esencial a la insatisfacción. La histérica huye cuando se ve convocada a responder como objeto del deseo del Otro, a pesar de que ese mismo deseo ella misma lo ha convocado. Vamos a trabajar el sueño de la bella carnicera, paradigma freudiano del deseo insatisfecho, y lo vamos a trabajar tal como lo dice Lacan. ¿Qué decía el sueño de la bella carnicera? Capítulo 4: La deformación onírica de la Interpretación de los sueños: “Quiero dar una comida pero no tengo expensas sino un poco de salmón ahumado, y recuerdo que es domingo por la tarde y todos los almacenes están cerrados. Pretendo llamar por teléfono a algunos

proveedores pero el teléfono está descompuesto. Así debo renunciar al deseo de dar una comida.” Recuerden que Freud invita a asociar a la bella carnicera y ella en sus asociaciones plantea que en el día anterior su marido le había dicho que estaba demasiado gordo, que comenzaría un régimen y que iba a rehusar invitaciones a comer afuera. La bella carnicera, que se dice muy enamorada de su marido, por otro lado dice que gusta de embromarlo, por ejemplo, lo que hace es decirle que le gusta mucho el caviar pero a la vez le dice que no se lo traiga nunca porque si bien ella tiene un fuerte deseo de comer caviar eso no está permitido por su presupuesto. A pesar de esto, la bella carnicera sabe que si ella se lo pidiera, el marido se lo traería. Pero no se lo pide porque gusta de embromarlo de esta manera. Yo me la imagino a la bella carnicera diciendo “Ay…que ganas de comer caviar…nooo pero está muy caro”. Freud dice “…observo que mi paciente se ve obligada a crearse en la vida un deseo insatisfecho. Su sueño también le muestra la negación de un deseo. ¿Cuál? El de dar una comida.” ¿Para qué puede precisar un deseo insatisfecho? Fíjense, en las asociaciones la bella carnicera también recuerda que el día anterior fue a visitar a una amiga, amiga de la que la bella carnicera se siente celosa porque el marido “la celebra”, que vaya a querer saber qué quería decir en esos tiempos. La bella carnicera dice “…por suerte mi amiga es seca y delgada, y a mi marido le gustan rellenitas.” Esta amiga había confesado a la bella carnicera un deseo de engordar y por otro lado esa amiga le pregunta que cuándo la va a invitar a su casa a cenar. Freud adelanta allí la primera interpretación del sueño de la bella carnicera, y dice que de lo que se trata es de no colaborar en que la amiga engorde ya que, como dice su marido: comer afuera, en este caso en la casa de la bella carnicera, engorda. Freud inatenta ir más allí y le pregunta a su paciente por esto que aparece continuamente: el salmón ahumado. La bella carnicera dice que el salmón ahumado es justamente el plato preferido de su amiga, y que también es un plato que ella misma disfruta mucho. También dice que la amiga se priva de este plato por la misma razón que ella se priva del caviar: porque es caro. En ese punto, Freud va a decir que hay una interpretación más sutil de ese sueño, dice que contemporáneamente a este sueño de la bella carnicera, sueño en que parece negarse el deseo de dar una comida, la bella carnicera se ocupa de crearse una deseo insatisfecho: el deseo de comer caviar. O sea, son contemporáneos, el deseo insatisfecho de comer caviar con el sueño en donde aparece el deseo insatisfecho de dar una comida, también la amiga tiene un deseo insatisfecho (es seca y delgada) que evidentemente no ha satisfecho el deseo de engordar. Es decir dice Freud que su propio deseo, el de la carnicera, es efectivamente que no realice un deseo de su amiga, el de engordar, pero en lugar de esto sueña que no realice un deseo propio, es decir éste deseo de no dar de comer. Obtenemos otra interpretación dice Freud si aceptamos que la sujeto no se refiere en su sueño a si misma sino a su amiga pero identificándose a ella, esto es lo que sucedió y como signo de tal identificación se ha creado en la realidad un deseo insatisfecho, es decir que el deseo insatisfecho es un efecto de esa identificación. ¿Que sentido tiene la identificación Histérica?, ustedes ya la estudiaron en Psicología de las Masas, tercer tipo de identificación, ¿cual? aquel que se produce a raíz de hechos que despiertan compasión, es una identificación que conduce al mismo síntoma. En ese sentido Freud va a decir

la identificación histérica no es solo una imitación sino una apropiación basada en la misma causa, hay una comunidad inconciente, hay una equivalencia. Mi paciente, dice Freud, no hace más que seguir las reglas de los procesos histéricos cuando expresa los celos que su amiga le inspira, celos que por otra parte ella reconoce como injustificados Dado que por más que el marido la festeje le gustan las gorditas, se identifica con ella por medio de la creación de un mismo síntoma, el proceso se explica de la siguiente manera: la sujeto ocupa en su sueño el lugar de su amiga porque ésta ocupa en el marido, en el ánimo, en el deseo de su marido, el lugar que a ella le corresponde pero no puede ocupar. Quisiera ocupar en la estimación del marido el lugar que la amiga ocupa, la equivalencia allí seria salmón ahumado igual caviar. Deseo insatisfecho de la amiga, deseo insatisfecho de la histérica. ¿Como va a tomar Lacan el mismo sueño de la Bella carnicera?, lo trabaja en muchos lugares de la obra Lacan, uno de esos lugares es por ejemplo en el Seminario 5 de “Las formaciones del Inconciente”, un sueño y también en este escrito que yo les hable en la clase pasada que es la “Dirección en la cura” que está en escritos 2. Lacan va a decir que en la histérica hay un déficit en el clivaje, un déficit en el corte, entre el deseo y la demanda que la lleva a rehusar lo que desea (el caviar por ejemplo), para sostener la dimensión de falta propia del deseo para asegurar va a decir Lacan que el deseo es irreductible a la demanda, el histérico o la histérica es elevado a restaurar la dimensión del deseo insatisfaciendo la demanda. Nosotros podríamos decir que el salmón ahumado en el sueño, es el significante de un deseo insatisfecho, entendido como deseo del Otro, es decir más allá de toda demanda. La histérica justamente es el sujeto para el cual es difícil, ( en la relación con el otro) conservar, guardar, el lugar de sujeto. Por eso decíamos esto de que se acentúa por el lado del objeto la cuestión. Esa necesidad para el sujeto de crearse un deseo insatisfecho está en relación a constituir un Otro real que no sea totalmente inmanente, totalmente inherente, (ahora lo voy a explicar) a la satisfacción reciproca de la demanda. Fíjense como está todo el tiempo insatisfaciendo e insatisfaciéndose, lo insatisface doblemente al marido, lo insatisface en el deseo de ir corriendo a buscarle el caviar, lo insatisface al quedar identificada a su amiga flaca cuando a su marido le gustan las gorditas. A este nivel del Seminario 5 lo que Lacan va subrayar como posición prototípica del deseo en la histérica es esta cuestión del deseo como deseo de otra cosa, esto que se presentifica siempre como…” no, eso no, otra cosa…algo falta…todo bien…pero”, el deseo como deseo de otra cosa. Es decir un deseo más allá del objeto que está comprometido en toda demanda. Nosotros podríamos decir al rehusar su deseo sostiene la dimensión de falta del deseo del Otro. Ella se toma un trabajo que en realidad estructuralmente está garantizado porque nosotros sabemos que el deseo está más allá de la demanda pero ella se toma ese trabajo, en ese sentido nosotros podríamos decir que el deseo de la histérica no es deseo de un objeto sino que es deseo de deseo. Por el contrario ella se identifica al objeto para luego hurtarse, para luego restarse, para luego independizarse independizando al objeto del deseo de cualquier objeto, de cualquier necesidad. En el Seminario 6, “El deseo y su Interpretación” vuelve Lacan a comentar este sueño y dice lo siguiente: al desear caviar y no querer que su marido se lo

compre ella es el obstáculo, y su goce es el de impedir el deseo en las situaciones en las que ella misma trama. Es decir que la histérica se plantea la cuestión del deseo del Otro cuando sostiene este clivaje entre el deseo y la demanda insatisfaciendo su deseo pero por otro lado se pierde al identificar su deseo con el de cualquiera con tal de que presente este carácter de insatisfecho, o sea la histérica es alguien que se identifica al síntoma del otro, la amiga insatisfecha, ella insatisfecha, que macana cuando se juntan dos insatisfechas, no? Dirá Lacan que el soporte de este tercer tipo de identificación es el fantasma donde el objeto a está ligado a la constitución del sujeto en el lugar del Otro, es el fantasma, lo que vimos, el momento de la constitución subjetiva en el cual el objeto a está ligado a la constitución del sujeto en el lugar del Otro. Es decir la identificación histérica corresponde a este tiempo en la constitución subjetiva en donde el identificarse al objeto a causa el deseo del Otro. Identifica al objeto y después se escabulle. Ahora, cuando Lacan va avanzando en su enseñanza, esto ya se anunciaba de alguna manera en esta cita del seminario 6, cuando Lacan va avanzando en su enseñanza y va cambiando el acento digamos, de la dupla demanda-deseo a la dupla goce-deseo, desplaza ese acento, empieza a tener mas preeminencia el concepto de goce, goce como limite real a lo simbólico... en ese transcurrir de la enseñanza de Lacan, la insatisfacción de la histérica toma el estatuto de un modo de goce. Entonces Lacan va hablar de la satisfacción en la insatisfacción. Podríamos decir, la insatisfacción como modo de goce supliría la perdida de goce que se produce por estructura. Algo de goce se recupera en la insatisfacción... esas paradojas encantadoras del psicoanálisis. Entonces Lacan, fíjense, voy a hablar de uno de los seminarios últimos, Lacan.. no, perdón, en el seminario “de un otro al otro” seminario del 69 Lacan puntualiza que “como el goce absoluto no puede ser alcanzado, la histérica rehúsa cualquier otro goce, prefiriendo la privación”. Esa privación, esa satisfacción en la insatisfacción, produce digamos, un goce preferible en la medida en que elude algo de ese pasaje por la castración, de ese pasaje por el significante de la falta en el Otro. ¿Cómo vemos en un análisis, digamos, estas cuestiones de la histérica? Miren, una cosa que es insoportable, muchas veces insoportable, es los infinitos pedidos de cambio de hora que hace una histérica. Siempre va a haber algo que haga que haya que cambiar la hora. Y cuando uno trata de mover 25 turnos para hacer ese horario que pidió, no, ahora ya no. Sí pero no. Quiero decir, esto no solamente se da con el caviar, no, esto todo el tiempo aparece. Todo el tiempo. En ese seminario “de un otro al otro” Lacan va a decir lo siguiente, que nos muestra esta concepción más tardía digamos, en la obra de Lacan respecto de la histérica. Dice “a la luz de estos desarrollos, la histérica no aparece ya tanto como una representación del deseante”, que era donde ponía el acento en los primero tiempos “ya no aparece como una representación del deseante, sino como un porta estandarte del goce. Se rebela tiernamente dispuesta a mantener la representación de un goce absoluto, al mismo tiempo que la de un padre ideal, es decir, un padre muerto o castrado, alrededor del cual se coloca como queriendo ser, en último termino, su goce. Y es porque este goce no puede ser alcanzado que rehúsa cualquier otro” Nosotros podríamos decir que ofrecerse como objeto que encubre la castración del otro, que va a aparecer entonces gracias a ese apéndice postizo, en que se

torna la histérica digamos, va a aparecer en su completud, en lugar de dueño y señor del goce, podríamos decir en el sitio del “urbater” [o algo así], se acuerdan que “ur” es original, primitivo, “urbater”, el padre original, padre de la horda... En ese lugar de dueño y señor del goce, esa es la formula de la histérica, pero, esa es una operación interesada. Ser en el fantasma el objeto que asegura el goce del partenaire del amor para negar, no la castración del otro, sino la propia... (porque negar la castración del otro es lo que pasa en la perversión, acá lo que se busca, la operación interesada de la histérica negar la propia castración...) [retoma lo del fantasma] la lleva a ocupar ese lugar preferencial, a ocupar ese lugar de privilegio, ese lugar en el que ella se hace imprescindible. Ahora, ese lugar es un lugar incierto ¿cómo está segura que ese lugar de privilegio no se lo va a sacar “la otra”? ¿hasta que punto es digno el otro de su aprecio y de su sacrificio (palabra muy importante)? ¿y del homenaje que ella le hace? ¿Qué efectos se producirían si se separa de ella, si la pierde? ¿qué efectos se producirían? Si el otro la quiere es menester que de sus pruebas. Hay que ver hasta que punto es capaz de llegar, si es capaz de responder a las ofrendas que se le hacen, ofrendas ilimitadas. Y por supuesto el otro fatalmente rebela que no mereció los sacrificios, las ofrendas, los homenajes, que es traidor, indigno, pervertido, sádico, indigno de la confianza depositada. Entonces, el acto seguido a todo este primer tiempo en el que la insignia parece ser “todo por él”... primer tiempo “todo por él”, segundo tiempo: reproches, pruebas, innumerables pruebas de la perfidia del otro (perfidia, palabra de bolero) y tercer acto, desplazamiento hacia algún otro, que puede ser algún otro, una causa, alguna causa importantísima, que parezca exigir el sacrificio pasional para restaurar o alcanzar la completud del otro, pero gracias a ella por supuesto. Entonces, por otro lado, esto que se repite, estos tres tiempos: todo por él, pruebas de su indignidad para ocupar ese lugar y pasaje al otro, ese proceso que se repite, también la muestra a ella a la espera, siempre a la espera digamos, de ese Otro absoluto, definitivo, figura del padre ideal, que nunca llega, y que por lo tanto todos esos otros que aparecen, son con minúscula por supuesto, y están en falta y son deficitarios. En el seminario llamado “de los 4 discursos” o “el envés y el revés del psicoanálisis” Lacan va a decir esto de una manera muy interesante, dice, “la histérica es aquella que busca un amo, nosotros podríamos decir un hombre de envergadura, para después reinar sobre él. Nosotros podríamos decir que a nivel del fantasma histérico vamos a encontrar la preeminencia del objeto oral. Ahí andan los caviares, los salmones, la afonía de Dora. Lo que se encuentra erotizado es lo oral, lo que esta en juego respecto del nivel oral del deseo es la demande del y al otro. La demande del y al otro. 24/XI/07 Teoría Psicoanalítica III – Seminario Nº 10 Profesora: Lic. Silvia Trevisan de Szerman ¿Qué decir del fantasma de la neurosis, del fantasma de la neurosis obsesiva? El fantasma de la neurosis obsesiva decíamos, que va a dar cuenta de la acentuación de lo imposible, de lo imposible del lado del sujeto. También en el seminario 5 de la formación en el inconsciente, Lacan va a hablar de la neurosis obsesiva, y ahí va a decir que debemos leer el hombre de las ratas

como la Biblia de esta neurosis, el historial del hombre de las ratas como la Biblia de esta neurosis. Lacan va a plantear en una clase de ese seminario, va a plantear que el deseo, plantea al deseo del obsesivo como evanescente, evanescente, ahora vamos a ver que quiere decir esto, por una dificultad en su relación con el otro que lo hace esencialmente dependiente del otro. Lacan va a decir que el deseo del obsesivo es fundamentalmente un deseo interdicto, un deseo prohibido, y el obsesivo lo va a presentar como interdicto, como prohibido por el otro; en ese sentido, el obsesivo siempre estará demandando un permiso, siempre estará demandando un permiso que no es más que una manera de mantener, de sostener, a ese otro interdictor, prohibidor. El obsesivo en análisis va a ser alguien que nos va a hablar todo el tiempo de innumerables impedimentos, inhibiciones, obstáculos, miedos, dudas, interdicciones; lo cual junto a la forma que toman sus síntomas no hacen más que evidenciar las exigencias del superyó, por eso mismo vamos a verlo al obsesivo todo el tiempo balanceándose, oscilando desde la manifestación de un deseo, va a decir Lacan, que de ir muy lejos deviene agresivo para con el otro interdictor, va a oscilar entre la manifestación de un deseo que va muy lejos, ese deseo, desde la óptica del obsesivo ¿no es cierto?, va a estar oscilando entre un deseo, su deseo, que si va muy lejos, va a devenir desde su mirada ¿no es cierto?, va a devenir agresivo para con el otro interdictor, a la desaparición del deseo ligada al temor de sufrir él mismo, por parte del otro, una desaparición si pone en juego su deseo. ¿No? Está todo el tiempo oscilando. Justamente en ese historial del hombre las ratas eso está claramente expresado digamos, en esta serie de dudas y cavilaciones que aparecen todo el tiempo en ese personaje que pone la piedra, saca la piedra, pone la piedra, saca la piedra; digamos si voy en la dirección del deseo puedo ser agresivo con ese otro interdictor y temo de que otro interdictor que me haga desaparecer si doy muestra de mi propio deseo. Entonces podríamos decir, en la neurosis obsesiva el deseo del otro ha sido literalmente destruido, anulado, de lo que se trata es de que no se ponga en juego el deseo del otro entendido como falta, de que no se ponga en juego el deseo del otro entendido como falta, y es justamente esto lo que le impide acceder a su deseo y lo hace retroceder ante toda posibilidad de acceder a él. Hamlet, ¿recuerdan Hamlet?, ser o no ser, ser o no ser, Hamlet no solo por el ser o no ser sino por esta, por este posponer siempre el acto, lo dejo para otro día, cuando las condiciones estés dadas digamos, sería una de las frases preferidas, cuando las condiciones estén dadas, ahí si, ahí si. Ahora no salgo con chicas, voy a salir con chicas cuando vaya de viaje de fin de curso a Bariloche, y en Bariloche hacía mucho frío, cuando venga el verano. Siempre se pospone un acto. Recuerdan que también en "Inhibición, síntoma y angustia", aparecía este mecanismo, el mecanismo de anulación retroactiva ¿no es cierto? en esta cuestión de la manifiesta oscilación del obsesivo. Para cubrir el deseo del otro, el obsesivo tiene el camino que es el recurso a su demanda digamos, es quien mejor ejemplifica esta frase ¿no es cierto? Allí donde esta el fantasma encontramos la pulsión, identificar el deseo del otro con la demanda del otro. Lacan va a decir que todas las tentativas a su deseo van a estar marcadas por una condena original a alcanzar su fin, nunca va a alcanzar su fin, siempre va a ser imposible. Vamos a ver entonces cual es el objeto del que se trata a nivel

del fantasma del obsesivo, el objeto del que se trata es allí donde la demanda del otro domina, es decir, a nivel de lo anal, a nivel del objeto anal, se trata de la demanda del otro que es la demanda educativa por excelencia. En esta fase, el "a" no es solo el excremento sino que es el excremento en cuanto demandado, esto también ustedes lo van a encontrar en el seminario de la angustia, en el seminario de la angustia Lacan también trabaja esta cuestión del objeto anal como aquello demandado. ¿Por qué vía, se pregunta Lacan ahí en el seminario de la angustia, por qué vía entra el excremento en la subjetivación? Por intermedio de la demanda del otro, en ese punto personificado, representado por la madre, justamente en la educación digamos, se le ordena al niño retener y después soltar, siempre a pedido. Escaparse el excremento, las heces, pasan a ser valoradas por que va a ser aquello que da a la demanda del otro su satisfacción y el otro no solo le presta atención a las heces, al excremento, sino que se va a agregar toda esta otra dimensión suplementaria del olfato, de la probación, de la admiración, de la limpieza; cuyos efectos erógenos son por todos conocidos y sino explíquenme ustedes por que cuestan tan caros los perfumes... Todo esto gira, todo esto gira, alrededor de la demanda de la madre, guardalo, dalo; la función de retener esta fundamentalmente ligada a la estructura del deseo anal. El deseo de retener, tendría entonces esta función de tapón, tapón respecto del deseo del otro. La evacuación grafica, de una manera peculiar, la pérdida del falo, la castración, algo que se despega del propio cuerpo, en la retención esa pérdida se desconoce. A este deseo de retener le corresponde en el fantasma lo que Lacan va a trabajar como la oblatividad, ahora explico que es, la oblatividad del neurótico obsesivo. ¿Qué es la oblatividad? Ese dar, ese altruismo propio del neurótico obsesivo, esta dimensión de darle al otro lo que el otro precisa, regalar, "te regalo mis cositas", este regalar, dimensión altruista del obsesivo que lo aleja, que lo distancia de si mismo en relación a esto de que todo lo que hace nunca es para él o por él, siempre es para beneficio de esa imagen que se construye ante el otro, imagen para el otro que teme siempre perder. Su deseo entonces, es aquello que jamás podrá manifestarse en acto, sostiene su deseo a nivel de las imposibilidades del deseo, haga lo que haga no lo puede realizar, no lo puede manifestar, no lo consigue; en ese sentido, podríamos decir que a la impotencia del obsesivo le corresponde la omnipotencia propia del fantasma del Dios Omnipotente, impotencia del obsesivo, Omnipotencia de Dios. Lacan dice el obsesivo cree en Dios, a la manera en que casi todo el mundo entre nosotros cree, a saber, ese ojo universal puesto sobre todas nuestras acciones. Esta mirada y esta imagen que el resguarda para esa mirada, es propia del obsesivo, en ese sentido, vamos a encontrar la correspondencia tal como habíamos visto, cuando hablábamos de las formas del "a", la correspondencia entre lo anal y lo escópico, lo anal y la mirada, la mirada que todo lo ve. Ahora, imagínense ustedes lo que es la combinación, la combinación frecuentísima, la combinación de una histérica con un obsesivo, una histérica siempre insatisfecha y un obsesivo todo el tiempo queriendo responder a la demanda del otro. Delicias de la vida conyugal... Ahora vamos a trabajar, para terminar, vamos a trabajar el fantasma en la perversión. Cuando Lacan trabaja en el Seminario Once la noción de pulsión

plantea aquello del Sujeto acéfalo de la pulsión, dice lo siguiente: el S no esta colocado aun en la pulsión si lo estuviese seria la perversión que se define por la manera de colocarse el S en la pulsión. Continúa y dice: la estructura de la perversión a decir verdad se trata de un efecto invertido del fantasma. El sujeto se determina asimismo como objeto, es en su encuentro, con la división subjetiva. Vamos a ver estas dos frases. Entonces, recuerdan, primero qué dice: el S no está aún en la pulsión. Ese aun no quiere decir que más tarde lo va a estar, porque ya sabemos que en la pulsión es S es acéfalo, no está, recuerdan aquello cuando más habla más lejos está del hablar o sea cuanto más habla menos enterado está el S . En la pulsión el S es acéfalo. En la pulsión el S no está aún, ni va a estar. Si estuviese, dice Lacan, sería la PERVERSIÓN. Por qué. Porque la estructura de la perversión es aquella en la que el S invierte el fantasma y se coloca como objeto en su encuentro con la división subjetiva. Es decir, si nosotros lo escribimos tenemos que decir que lo que se produce en el perverso es que la pulsión ha reemplazado al fantasma, porqué?:por esto que dice L ha invertido el fantasma como el perverso como sujeto se localiza en su encuentro con la división subjetiva, el perverso como objeto, pero localizado como S. El perverso como objeto se propone, se ocupa de producir la división, el barramiento del otro. Esta invertido el fantasma, la dirección del fantasma esta invertida. Vamos a ver qué quiere decir esto. A qué se refiere con esto de: como objeto se encuentra, se propone barrar al otro S, quiere decir se propone angustiar al otro. L va a decir por ejemplo, que la intención sádica no es tanto el sufrimiento del otro lo que busca, lo que busca es su angustia. En los libros del Marques de Sade, que de ahí viene sádico, lo que vemos es que el libertino obtiene a sus victimas por la fuerza, hay innumerables formas en que eso aparece, se las compra al padre, o las rapta en un convento, o las engaña con artimañas. En ese sentido nosotros podríamos decir nunca la pareja del sádico puede ser el masoquista. Porque el masoquista estaría encantado. Y esto es otra cosa. El otro tiene que estar ahí contra su voluntad. El otro tiene que estar ahí, justamente, justamente, violado física y psicológicamente. Tiene que estar en contra de su voluntad, de lo contrario el sádico perdería su goce. Y si efectivamente la pareja del sádico no era el masoquista, entonces las naranjas enteras existirían, habría complementariedad, y no la hay, la cosa sería muy distinta. Entonces, el sádico necesita que el otro esté ahí violentado. Va a utilizar poder y fuerza para someter. Tiene asimismo, en toda la literatura lo vamos a encontrar, tiene importancia trascendental, que las víctimas a corromper sean, por ejemplo en el caso del Marqués de Sade, jovencitas del convento, niñas religiosas vírgenes. Es decir, la intención es arrasarles toda su moral y sus principios. Hay una película fantástica para poder ver esto que les estoy diciendo, una película que se llama “Relaciones Peligrosas” (la profesora da el nombre de los actores y actrices) , es una película que tiene dos versiones, una será

alrededor de los 80 y otra más actual, la mejor de las versiones es la mas viejita. En esa película hay un diálogo muy particular, un discurso muy particular del protagonista masculino Malcovich que dice: seducir a una mujer renombrada por su honor, su fe religiosa y su dicha matrimonial, qué puede haber de más prestigio?. No quiero vencer sus prejuicios, quiero que tenga fe en Dios, la virtud y la santidad del matrimonio, y que aún así no pueda aguantarse. Quiero tener la emoción de verla traicionar todos sus principios”. Efectivamente, en la película se trata de conquistarla a la pobre Michelle Pfeiffer, justamente la mujer más virtuosa, la mujer más religiosa, la mujer más llena de principios, y en ese punto, hacerla claudicar, justamente por ser la más virtuosa. No sólo se trata de arrasar su cuerpo, en ese sentido, sino también su razón. Los largos discursos que pronuncia el libertino, no son para atenuar la atención de la misma acción, sino en pos de esta violencia, digamos, la víctima debe acatar. Nosotros podríamos decir: si el Significante que es lo que representa al S para otro Significante, se trata de que no haya ningún Significante que represente a la víctima para otro Significante. Si hay un lugar en donde se evidencia el proceder de la perversión es por ejemplo, en los campos de concentración, en las cárceles. En donde esto se observa con toda claridad, no es cierto, vestir a todos por igual, o raparles a todos el pelo, sacarles las señas de su identidad, es decir arrasarlos , ponerles un número, que no tengan nombre, igualarlos, que no haya ningún significante que represente a la víctima frente a otro significante. Es decir, esto que hemos visto, esto que cada vez sabemos más de la psicología del torturador, es una evidencia clarísima de este funcionamiento del perverso: arrasar al otro, angustiar al otro, quebrarlo, lavarle el cerebro, arrasarles la razón. Hay un libro muy impactante de un psicoanalista Bruno V….. que pasó un año en los campos de concentración nazi, que se llama Psicología del Torturador, ese libro habla justamente de las experiencias de su vida en los campos de concentración, y es una muestra clarísima de este funcionamiento del perverso. Nosotros podríamos decir que el sádico representa el costado arbitrario e irresponsable de la ley. Una ley que se podría enunciar como “Esta es la ley porque lo digo yo”.Ley que no permite sin atenuantes, ley que no permite malentendido ni interrogante. Se trata de hacer surgir la voz del otro, dice L. y dejar al partenaire sin palabras, soportando la angustia y la división subjetiva. Pero no es que no hay ninguna versión del padre y de la ley en el perverso. Recuerden que cuando F trabaja… Sigue Alicia. ……. (INCOMPLETO) En este sentido nosotros podríamos decir que en la escritura, que en la neurosis el fantasma es remplazado por la pulsión, mientras que en el perverso la pulsión es remplazada por el fantasma invertido, se escribe aquello que ya Freud nos había dicho:

“La neurosis es el negativo de la perversión”. Pregunta de una alumna (no se escucha bien) acerca del tipo de padre de un perverso. Profesora: Sí hay un tipo de padre, - pero sería largísimo que me ponga explicarlo ahora -. Sí hay un tipo de padre pero también hay un tipo de relación con la madre. Una cosita más para terminar, justamente puedo contestar esta pregunta por la vía de diferenciar el objeto fetiche del objeto fóbico. Allí les doy alguna cosita sobre la fobia. ¿Cuál es la diferencia entre el objeto fetiche y el objeto fóbico? Dos objetos muy necesarios para el sujeto. Lo que aparece en el objeto fetiche es la renegación de la castración. Es decir, el intento de restituir el goce primero del A, antes de la borradura. Es decir, desmentir la castración, después de ver reconocida la castración. Por eso es desmentida, re-negación y eso tiene carácter de erótico. Eso es lo que le da el carácter de erotismo. Mientras que el objeto fobigeno lo que va a tener es una función de suplementar aquello que falló en la función del nombre del padre, como Juanito. Es decir, ayudar al corte, exactamente al revés. Por eso en un análisis no se va a tratar de arruinarle el objeto fóbico al fóbico digamos, sino que se ponga al descubierto su estructura, su función. Ciertamente porque el objeto fóbico, es un objeto que tiene condición de salida de un goce. Mientras que el objeto fetiche es metonímicamente condición de goce. El objeto fobígeno es metafórico, el caballo esta allí en el lugar del padre. El objeto fetiche es metonímico, es lo que está ahí al ladito de la castración de la madre. Es metonímico y es condición de un goce. Por esa vía podemos distinguir dos objetos, objeto fóbico y objeto fetiche. (Incompleto)