Fals Borda y Zememlman

UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES MAESTRIA EN METODOS Y TE

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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES MAESTRIA EN METODOS Y TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL

METODOS Y TECNICAS DE INVESTIGACION Y TEORIA DEL CONOCIMIENTO

ACERCA DE ALGUNAS REFLEXIONES EPISTEMOLÓGICAS EN AMÉRICA LATINA Ensayo sobre las intenciones cognoscitivas en Fals Borda y Zemelman

CATEDRATICO: Dr. JOSE HUMBERTO VELASQUEZ GRUPO Nº 2:

PAZ NARVAEZ, RAFAEL SAENZ, MARIA EUGENIA

San Salvador,

Diciembre de 1997

índice

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SOBRE UNA NUEVA INSERCIÓN DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN LOS PROCESOS CULTURALES: EPISTEMOLOGÍA DESDE UNA REGÍON NO TAN TRANSPARENTE DEL TERCER MUNDO

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ORLANDO FALS BORDA Y LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA: UNA EPISTEMOLOGÍA EMANCIPADORA DE SUJETO A SUJETO

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HUGO ZEMELMAN: UNA EPISTEMOLOGÍA QUE ENFATIZA LA CONSTRUCIÓN TEÓRICA INVOLUCRANDO UN SENTIDO DE EMANCIPACIÓN

4

REFLEXIONES FINALES

BIBLIOGRAFIA

2

ACERCA DE ALGUNAS REFLEXIONES EPISTEMOLÓGICAS EN AMÉRICA LATINA. ENSAYO SOBRE LAS INTENCIONES COGNOSCITIVAS EN FALS BORDA Y ZEMELMAN 1

SOBRE UNA NUEVA INSERCIÓN DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN LOS PROCESOS CULTURALES: EPISTEMOLOGÍA DESDE UNA REGÍON NO TAN TRANSPARENTE DEL TERCER MUNDO

Para reconocer las posibilidades y limitaciones de propuestas como la «investigación acción participativa» o la perspectiva de la dialéctica como epistemología, como «perspectiva dialéctica de conocimiento de la realidad» en el mundo contemporáneo, conviene exponer de manera breve los cambios culturales que han ocurrido a lo largo de la historia y la forma en que la actividad científica ha participado en esos cambios. A grandes rasgos, la historia de la humanidad parte de sociedades con culturas reconocidas como tradicionales, basadas en actividades como la caza, la pesca, la recolección de frutos y raíces, la ganadería o la agricultura, sociedades tradicionales que se perciben y caracterizan por una relación de subordinación a los procesos cíclicos de la naturaleza. Como es reconocido, se estima que los seres humanos aparecieron sobre el planeta aproximadamente hace un millón de años, de los cuales, solamente los últimos cien mil años corresponden a la especie humana actual. La mayoría de estos cien mil años, "los seres humanos han vivido en pequeños grupos o tribus, a menudo no superiores a treinta o cuarenta personas". Sin embargo, durante los últimos treinta mil años, la forma de vida de los humanos comenzó a presentar notables cambios. Inicialmente según se estima, se logró utilizar y controlar el fuego, más adelante, la práctica de la horticultura y la domesticación de animales posibilitaron una mayor complejidad social. La 3

horticultura y la crianza de animales parecen haberse iniciado hace veinte mil años, pero se estima que todavía diez mil años antes de Cristo, la mayoría de personas aún vivían en sociedades que obtenían su sustento a partir de la caza y la recolección. Más adelante, seis mil años después, y cuatro mil años antes de la así llamada era cristiana, aparecieron en el Medio Oriente los primeros centros urbanos, surgidos en el contexto de sociedades que obtenían de manera regular su alimentación mediante la agricultura. Para el año 1500, fecha clave por su proximidad al encuentro entre americanos y europeos, se estima que la población mundial ascendía a trescientos cincuenta millones de habitantes, cifra cercana a la actual población de Estados Unidos y Canadá, la inmensa mayoría de los cuales vivían en sociedades basadas en modos de producción agrícolas. En la actualidad, casi quinientos años después, la población mundial rebasa los seis mil millones de habitantes. "Los demógrafos afirman que entre 1650 y 1850 la población mundial se duplicó, como resultado de la iniciación del ... progreso técnico, sobre todo, para alcanzar los 1000 millones de habitantes en la última fecha citada. Entre 1850 y 1950 se duplicó nuevamente, en función no sólo de la continuidad de los avances médicos, sino con el desarrollo de la revolución tecnológica"... recientemente "... cuando se observan ya los efectos de la revolución científica, estamos asistiendo a una nueva aceleración del aumento poblacional". Para "1970 la población mundial era de 3,596,598 millones de habitantes" (Ferrer Regales, 1973: 21-22). Como se indicó, ahora la población mundial ya sobrepasa los 6,000,000,000 de habitantes. El aumento de la población mundial, algo preocupante además, es sólo una de las manifestaciones y consecuencias de los cambios culturales en la transición global hacia la modernidad, ocurrida en los últimos 500 4

años de historia humana. El breve examen de los cambios en la población muestra la trascendencia de los cambios culturales que la modernidad introdujo en la historia. Debe reconocerse, además, que uno de los centros más dinámicos en la transición cultural hacia la modernidad estuvo en Europa Occidental. A principios del siglo XX, un alemán escribió que

sólo en occidente hay «ciencia» en aquella fase de su evolución que reconocemos como «válida» actualmente. A no dudarlo, también en otras partes (India ,China, Babilonia, Egipto) ha habido conocimientos empíricos, meditación sobre los problemas del mundo y de la vida, filosofía de matices racionalistas y aún teológicos, conocimientos y observaciones tan profundas como agudas... pero el cultivo especializado y racional de las especialidades científicas, la formación del «especialista» como elemento dominante de la cultura, es algo que sólo occidente ha conocido (Weber, 1905).

La ciencia, especialmente en su tradición positivista, tanto como la economía industrial capitalista en la cual se invierte, constituyeron los vectores fundamentales en la transición cultural a la modernidad. La expansión europea sobre el mundo extiende con ella su incipiente cultura moderna y el interés científico para conocer y sojuzgar a la naturaleza y a sus habitantes:

el control y dominio de la naturaleza constituye el objetivo de dicho interés. La amenaza que le ronda es cosificar, reducir a objeto todo, hasta el hombre mismo. Cuando la razón se unilateraliza hacia ese lado y absolutiza sus posiciones, estamos ante lo que Adorno y Habermas denominan la razón instrumental

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(Mardones y Ursúa, 1982).

Precisamente, reseñando los trabajos de autores de la teoría crítica1, se llega a afirmar que

las ciencias empíricas, incluida su metodología, estaban determinadas por las exigencias del trabajo social; aquí el logro de proposiciones teóricas se subordina al mismo interés de dominación de la naturaleza física que guía la actividad del trabajo ya en el plano pre-teórico... [pero] el positivismo las desvincula tanto del conocimiento de sus propias raíces sociales como del conocimiento de sus objetivos prácticos... [lo] que permite que la ciencia aparezca como una empresa pura, enteramente independiente de los intereses prácticos" (Honnet, 1989: 449).

Sin embargo dicho autoengaño, no puede ocultar por siempre "las potencialidades destructivas de la razón humana" (Honnet, 1989: 458). Se oculta menos en la actualidad, cuando es inobjetable que la actividad científica ha contribuido con creces a la degradación ambiental del planeta, y a una diferenciación social desventajosa para la mayoría de sus habitantes. Respecto a la contribución particular de las ciencias sociales a la expansión hegemónica de la cultura occidental basta considerar el siguiente pasaje:

1



La teoría crítica, se conoce ... "en la Dialéctica de la Ilustración, el «trabajo social» no se refiere ya a una forma de praxis emancipatoria sino, más bien, al germen del pensamiento objetivante ... utilizan el concepto «racionalidad instrumental» ... el surgimiento de la racionalidad instrumental queda explicado por las estructuras elementales del trabajo humano ... " (Honnet, 1989: 460)

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Es evidente que los antropólogos poseen conocimientos especiales y determinadas destrezas para ayudar a los gobiernos a dirigir las tribus primitivas y los habitantes de sus dependencias. En ese sentido han sido empleados por los gobiernos de Inglaterra, Portugal, España, Holanda, México, Francia y otros países. La comprensión de las instituciones nativas es un requisito previo para el éxito de los gobiernos coloniales, aunque, hasta ahora los antropólogos se han utilizado más para ejecutar una política que para formularla. Del gobierno colonial al trabajo sobre grupos minoritarios en un estado moderno complejo sólo hay un paso fácil de dar" (Kluckhohn, 1949: 182).

Precisamente para enfrentar ese tipo de orientación científica, aparece en América Latina una propuesta para descolonizar las ciencias sociales (Stavenhagen, 1971; Fals Borda, 1970), en la cual: (1) Se señala el carácter político de la práctica de la antropología social, y también de las otras ciencias sociales; (2) Se rechaza la posibilidad de una ciencia libre de valores; (3) Se advierte sobre la necesidad de desarrollar una teoría que, aún sin comprobaciones empíricas, explique toda la complejidad social; (4) Se analiza la necesidad de que los sectores sociales convertidos en objeto de estudio pasen a ser sujetos de conocimiento y; (5) Se destaca la necesidad de cambiar el carácter y la orientación de la actividad científica. 7

Todo ello lleva a deselitizar y desmistificar la ciencia social, con el propósito de que pueda contribuir a fines humanitarios (Salazar, 1992: 38). Este es el origen causal de las corrientes teóricas y metodológicas que, como la investigación acción participativa o la perspectiva de Zemelman se proponen. En la actualidad, también en Europa se abren espacios para criticar a la ciencia moderna en particular, y en general, a la cultura moderna, con su sesgo hacia el racionalismo instrumental. Paul Feyerabend, uno de los más destacados filósofos de la ciencia contemporáneos, postula la necesidad de

defender a la sociedad y sus miembros contra todas sus ideologías, incluso la ciencia... La ciencia desde luego, siempre estuvo a la vanguardia en la lucha contra el autoritarismo y la superstición... A la ciencia debemos nuestra mayor libertad ante las creencias religiosas; a la ciencia debemos la liberación de la humanidad ante las antiguas y rígidas formas de pensamiento... la ciencia de los siglos XVII y XVIII fue en realidad un instrumento de liberación e ilustración. No se sigue que la ciencia deba continuar siendo semejante instrumento. No hay nada inherente a la ciencia o a ninguna otra ideología que la haga esencialmente liberadora... (Feyerabend, 1975: 294295).

Esta crítica es uno de los signos de la así llamada posmodernidad, hacia la cual, para bien y para mal, derivamos. En todo caso, si a la ciencia de la cultura moderna le 8

tomó tán sólo algunas décadas construir y sobre todo, destruir tanto, cambiando el entorno natural y social, en contraposición cabe apostarle a la ciencia de la emergente cultura posmoderna, aún a sabiendas que no está libre de debates (Holland, 1989). Frente a la magnitud de las urgencias y retos, basta evocar la dimensión de los problemas de población y degradación ambiental, que a fines del siglo XX debemos enfrentar, pocas iniciativas de solución parecen satisfactorias.

Por eso es necesario destacar que: Una corriente intelectual autónoma se ha ido formando entre nosotros los del Tercer Mundo en los dos últimos decenios, dentro de un marco crítico común al status quo, que desafía políticamente a las instituciones del poder formal. Se ha acumulado tanta información original sobre sectores de nuestras sociedades como para dar base a una reflexión teórica y metodológica propia, que modifica nuestra visión sobre los problemas humanos e influye mucho más allá de la periferia, en Europa y Norteamérica, en los grandes centros intelectuales. Este desarrollo se acopla a los estudios de pensadores del Norte, que han alcanzado un mayor y respetuoso conocimiento de nuestras realidades, y que son igualmente críticos de los establecido, tanto en el Norte como en el Sur. Los trabajos de unos como de otros tienen, en últimas, un carácter político y un alcance universal(Fals Borda, 1991b).

El texto sangrado se refiere a la incidencia que sobre algunos grupos intelectuales y políticos de Europa y Norteamérica tiene "una contracorriente intelectual autonómica que se ha formado entre nosotros los del Tercer Mundo, dentro y fuera de las universidades", lo cual supone dos premisas: 9

primero, que en los últimos años en verdad se ha configurado, en nuestros países pobres y explotados, un grupo de científicos sociales y políticos retadores del status quo, cuya producción independiente ha tenido efectos localmente y más allá de las fronteras nacionales (Fals Borda, 1991b).

La segunda premisa: diría que se ha acumulado tanta información fresca sobre sectores de nuestras sociedades como para dar base a una reflexión teórica y metodológica propia, que modifica anteriores interpretaciones, por lo regular exogenéticas o eurocéntricas. Claro que los trabajos rutinarios no han desaparecido de nuestras universidades, ya que sus marcos de referencia continúan reproduciéndose por inercia en instituciones académicas y en medios de comunicación masiva controladas por personas caracterizables como colonos intelectuales. No obstante, la producción de estas personas por regla general no ha trascendido las fronteras nacionales, precisamente por el mimetismo que despliegan (Fals Borda, 1991b).

A continuación plantea "una hipótesis complementaria", afirmando que aquella incidencia intelectual del Tercer Mundo tropical sobre grupos homólogos críticos de países dominantes encuentra acogida en razón de las crisis existencial que afecta a las sociedades avanzadas de las zonas templadas, sea por las proclividades autoobjetivantes de la ciencia y la técnica modernas desarrolladas allí -especialmente en sus universidades-, sea porque hoy surgen amenazas serias para la supervivencia de todo el género humano relacionadas con los avances inconsultos de esa misma ciencia euroamericana fetichizada y alienante (Fals Borda, 1991b).

Se reconoce que los euroamericanos, evidentemente, progresaron y se enriquecieron con el desarrollo científico, mucho a

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expensas de nosotros los del Tercer Mundo. Pero ello fue también a expensas de su alma y de los valores sociales, como en el contrato mefistofélico. Ahora, después de haber botado la llave del arca del conocimiento prístino de donde partió el progreso, hastiados de éste por la forma desequilibrada que tomó, y avergonzados de la deshumanización resultante, los nuevos Faustos pretenden reencontrar la llave del enigma en las vivencias que todavía palpitan en las sociedades llamadas atrasadas, rurales, primitivas, donde existe aún la práxis original no destruida por el capitalismo industrial: aquí en América Latina, en Africa, en Oceanía (Fals Borda, 1991b).

Para finalizar, añade con optimismo que:

tal constatación de las fallas existenciales e ideológicas en la zona templada podría darnos todavía más certeza y justificación a los del Tercer Mundo en la búsqueda autónoma para interpretar nuestras realidades. Y más seguridad en nuestra capacidad de saber modificarlas y construir formas alternativas de enseñanza y de acción política y social para beneficio nuestro y, de contera, también para el de todos los pueblos explotados y oprimidos de la tierra" (Fals Borda, 1991b).

En la vía de medir sus propios logros comparándose con la ciencia europea, los esfuerzos de reflexión científica y crítica de latinoamericanos no podrán más que autoconcebirse como subdesarrollados, en una carrera en la que no sólo se partió de una desventaja descomunal, sino que aún se avanza en diferentes direcciones. En tanto que los europeos se preocuparon por las diferencias entre la epistemología para las ciencias naturales y la propia de las ciencias sociales, los latinoamericanos, desde otra condición histórica, reflexionan sobre una epistemología para la emancipación 11

en contra de universal.

una

epistemología

culturalmente

pseudo-

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ORLANDO FALS BORDA Y LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA: UNA EPISTEMOLOGÍA EMANCIPADORA DE SUJETO A SUJETO

En general, no puede afirmarse que la investigación acción participativa (IAP) tuvo por origen, exclusivamente el territorio colombiano. Ni siquiera sería exacto afirmar que se trata de un desarrollo estrictamente latinoamericano. Sin embargo, para efectos de aprendizaje, rastreamos la historia de la IAP a partir de la historia de uno de sus fundadores y cultivadores más esforzados: El colombiano Orlando Fals Borda. Al proceder así es necesario aclarar que, si bien Fals Borda es uno de los representantes más destacados en dicha corriente, no es el único, y por lo tanto, debe tomarse este primer intento de reseña histórica como provisional y susceptible de perfección. Otro aspecto que hace inicial este esfuerzo, es el carácter fragmentario de la información con la que se cuenta. El surgimiento y posterior desarrollo de la corriente de investigación acción participativa se puede describir enumerando los siguientes hitos: (1) gestación como expresión propia de las ciencias sociales críticas, a finales de la década de los años sesenta, principios de los setenta; (2) Experiencias iniciales, en instituciones alternativas como la Fundación Rosca, abocadas a realizar experiencias de campo (rurales) entre 1970 y 1975; (3) Primera sistematización y divulgación a los grupos profesionales de referencia, el evento que marca este hito lo constituye el Simposio Mundial sobre 13

Investigación Acción, celebrado en Cartagena, 1977; (4) Durante la década de los setenta, la investigación acción participativa se difunde entre los cientistas sociales críticos, mediante participaciones en eventos convencionales como el Congreso Mundial de Sociología, celebrado en la ciudad de México y por la participación en eventos del mismo carácter, regionales y nacionales. Paralelamente, entre 1982 y 1984 se realizan nuevas experiencias de campo en Nicaragua, Colombia y México. En 1985 se cierra este ciclo con la divulgación y evaluación de las nuevas experiencias; (5) A partir de 1985 se pasa a otro período de expansión, la historia de IAP incorpora una ampliación temática en el trabajo de campo, y se realizan esfuerzos de coordinación internacional; (6) Entre 1985 y 1990, el creciente prestigio de la IAP "resultó tentador como alternativa para aquellas organizaciones de la sociedad civil y otras agencias que venían desde hace décadas, haciendo «proyectos de desarrollo» paralelos, ... las miradas, antes escépticas y desdeñosas, se dirigieron cada vez más a la IAP" (Fals Borda y Rahman, 1989). En estas condiciones se produjeron dos procesos de contenido diferente, de una parte, procesos de convergencia con experiencias auténticas, como la educación popular, de otra parte procesos que intentaron la cooptación y/o cayeron en la charlatanería, dado que "muchos funcionarios e investigadores empezaron a dar a entender que practicaban la IAP, cuando en verdad hacían cosas distintas" (Fals Borda y Rahman, 1989); (7) Finalmente, en los años noventa, especialmente en Centroamérica, región de la damos testimonio, se 14

realizan nuevos esfuerzos por aplicar la investigación acción participativa en los nuevos contextos nacionales y mundiales, con lo cual se desarrollan experiencias de dos tipos, las institucionales y la de los intelectuales orgánicos en inserción personal. En primera instancia, la epistemología de la investigación acción participativa no se orienta hacia ningún tipo de utopía, sino hacia la transformación social,en este sentido, ubicándose en el terreno que se abre desde la conocida tesis once contra Feuerbach. En la epistemología de una investigación transformadora se trabaja con tres órdenes de contradicciones, (1) el dilema entre sujeto y objeto, (2) la dialéctica entre teoría y práctica y (3) las relaciones entre razón y conocimiento (Fals Borda, 1985)

En lo que se refiere al primer punto, sin negar lo básico de las reflexiones aristotélicas y hegelianas al respecto, se plantea que la cosificación de la sociedad es inadmisible en cuanto las personas son actuantes y autónomas, por ello, "la relación debe plantearse entre sujeto y sujeto, no entre sujeto y objeto como ha sido en la aplicación concreta de la escuela positivista. El asunto central es que el conocimiento se produce de manera interesada, y que las personas deben participar como sujetos autoconscientes en la producción del conocimiento que atañe a ellas directamente. En este sentido, se investiga con las personas, no solamente a las personas. En lo que se refiere al segundo punto, se trata de producir una reflexión teórica enteramente involucrada en procesos prácticos de transformación social, sean 15

éstos macro o micro. Se reconoce que los primeros esfuerzos por desarrollar una metodología que oriente la investigación en la medida en que se realizan acciones prácticas fueron abordados por científicos que participaban en la Segunda Guerra Mundial, encabezados por John D. Bernal. Aquí se vinculaba directamente la teoría y la práctica, sin considerar,por supuesto, el diálogo abierto entre sujetos de conocimiento. En el tercer mundo, el reto de combinar el pensamiento y la acción tiene otras dimensiones. "El punto central es si, ... a través de esa combinación se está enriqueciendo el conocimiento en su totalidad" (Fals Borda, 1985:128). En lo que se refiere a la relación entre razón y conocimiento, se presentan dos racionalidades básicamente diferentes: la una, para conocer el universo, para controlarlo, para dominar a la naturaleza. La otra, se preocupa sobremanera por producir un saber que sirva para la gente que lo hace posible, esto es, un saber que sistematiza la sabiduría del común, que se produce con una racionalidad orientada ahcia la sociabilidad comunicada. La investigación acción intenta, sin embargo, acercar ambas racionalidades, por que lo nocivo sobre todo, es su divorcio.

En la investigación acción participativa el reto es producir un conocimiento socialmente útil, para lo cual, la ciencia misma ha de transformarse. Para no vivir un mundo en el cual ""los científico puros ... pueden descubrir como ir a la luna, pero sus sistemas de valores no les permiten resolver los problemas de la mujer que tiene que ir a pie por agua para su casa. Son dos prioridades y dos valores distintos. Lo primero es 16

posible como "desarrollo", lo segundo es el gran reto de nuestro tiempo"" (Fals Borda, 1985: 130).

3

HUGO ZEMELMAN: UNA EPISTEMOLOGÍA QUE CONSTRUCIÓN TEÓRICA INVOLUCRANDO UN EMANCIPACIÓN

ENFATIZA SENTIDO

LA DE

La propuesta epistemológica de Zemelman plantea que para producir conocimiento útil a la práctica política e influir en la dirección y desarrollo de la realidad social, se puede partir desde la totalidad como perspectiva de descubrimiento. Al reconstituir reflexivamente la totalidad, se impone la necesidad de ejercitar la crítica de las teorías que previamente se han utilizado para organizar la realidad. De esta manera, la realidad no se concibe de forma unívoca, sino como «un campo de opciones», en la cual se puede ejecutar prácticas que lleven a un conjunto de opciones, o bien, a otro. Así, en el presente se presenta el futuro, como horizontes que han de ser desde el presente. Se debe evitar todo formalismo que deje fuera posibles definiciones de prácticas transformadoras, para ello debe advertirse que la totalidad desde la que se parte es una perspectiva desde la cual se delimitan campos de observación, que a su vez permitan reconocer las articulaciones dadas en lo observado. Todo este esfuerzo epistemológico, implica la apertura hacia la realidad como proceso abierto, cambiante e inconcluso, en el cual, el hombre y la mujer puedan reconocerse a sí mismos como personas y sujetos sociales. Los sujetos se plantean en esta epistemología como sujetos críticos y activos, protagonistas de su mundo, 17

no seres pasivos propicios a ser aplastados circunstancias enteramente ajenas a su poder.

por

Así puede resumirse el pensamiento epistemológico de Zemelman, el cual, como puede advertirse tiene varios puntos de contacto con las reflexiones de Fals Borda, de manera tal, explícita e implícitamente comparten las tres ppreocuciones reseñadas con anterioridad, es decir, la relación entre sujeto y objeto, entre teoría y práctica y entre razón y conocimiento. Sin duda existen algunos énfasis divergentes, como puede captarse al considerar los supuestos principales que menciona Zemelman: (1) Mutabilidad histórica de los contenidos; (2) No restringirse al supuesto de la existencia de leyes que regulan el desenvolvimiento de los procesos sociales; y (3) que la realidad social, al incluir sujetos sociales, se caracteriza por procesos con una dimensión de direccionalidad. De aquí que, el propio Zemelman se preocupe por perfilar su epistemología como una producción de conocimientos que se activa sobre la base de los siguientes aspectos: distinguir entre lo que está dado y lo que está dándose; en ambos casos, potencia y acto, deben reconocerse bajo el principio de la objetividad; en este sentido, la realidad como movimiento no debe ontologizarse, sino utilizarse como criterio de conocimiento; la razón critica lo dado; y se esfuerza por aprehender lo no dado, pero susceptible de darse y dándose; la producción de teoría debe servir, es decir, subordinarse, a la reconstrucción del problema tal como es inicialmente entendido; de aquí que el razonamiento se conciba de manera más amplia que la teoría, porque el razonamiento puede criticar, en tanto que la teoría puede ser crítica y puede dejar de serlo, puede perder pertinencia. Zemelman recomienda distinguir entre la formulación de categorías de análisis, lo que constituye un ejercicio 18

indispensable de sintaxis y la formulación de enunciados de contenido sobre la realidad, es decir, lo que implica necesariamente un ejercicio de semántica. Con esto Zemelman propone distinguir dos tipos de procesos acumulativos en las ciencias sociales: En primer lugar, aquellos que construyen teoría y acumulan conocimiento sustantivo e histórico, y en segundo lugar, las formas de organización del razonamiento y de sus recursos analíticos (Zemelman, 1987). En gran medida, la obra de Zemelman se orienta hacia este segundo proceso en las ciencias sociales. Cabe mencionar, que el esfuerzo epistemológico de Zemelman propone: "lo que decimos exige pensar a las ciencias sociales como instrumentos de razonamiento antes que como sistemas teóricos acabados... significa considerarlas como estructuras más complejas que la que puede concebirse en torno a la exigencia que define la explicación, ya que consiste en pensarlas desde la ampliación que ha ido experimentando tanto la razón como la experiencia del hombre, cada vez más abierto a la realidad histórica" (Zemelman, 1987: 7).

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REFLEXIONES FINALES

Las coincidencias entre ambos latinoamericanos son mayores que las disidencias: ambos tienen similares preocupaciones y en definitiva, responden a un mismo trasfondo histórico: Contribuir a definir un presente que contenga el futuro que nos conviene y favorece. En ambos autores encontramos reflexiones sobre la racionalidad y el método, proponiéndo una relación en la cual el método es criticado por una racionalidad histórica que busca realizarse como proyecto. En ambos casos estamos en presencia de una epistemología hacia la emancipación. 19

No es cierto que la diferencia entre ambos autores se derive de el hecho que Zemelman propone un énfasis en la construcción de teoría. De hecho tal comprensión de su obra es explícitamente rechazada: "el conocimiento no consiste en llegar a la deternminación de un objeto desde premisas teóricas y, a través de algún mecanismo de ajuste, dar cuenta de su objetividad, por el contrario, se trata de reconocer problemáticas que contengan muchos objetos posibles de ser teorizados" (Zemelman, 1987: 8) En definitiva, las diferencias son más bien de énfasis que de opiniones o premisas epistemológicas: Zemelman avanza con detenimiento sobre el momento que va del conocimiento a la práctica, precisamente porque es en es momento que se facilita la construción de un conocimiento crítico (véase Zemelman, 1987: 7, 8, 9 y siguientes). Fals Borda en cambio, se ha ocupado preferentemente en el momento de la práctica como transformación de la realidad. No se trata de uno u otro aspecto no esté presente en las obras respectivas de los autores estudiados, se trata de preocupaciones especiales que destacan relieves diferentes en uno y otro. El caso es que en Fals Borda es posible encontrar con mayor facilidad y frecuencia el abordaje de la relación entre ciencia y sentido común: él parece dirigirse, en primer lugar a las comunidades de sujetos que practican la vida cotidiana. Por el contrario, en Zemelman resulta más fácil encontrar reflexiones sobre el uso crítico de la teoría, es decir, se plantea la reflexión científica como crítica de la teoría a la vez que como crítica de la historia en la cual está inserta esa teoría: él parece dirigirse con mayor frecuencai a comunidades de cientistas sociales, que más que un sentido común, vehiculizan un sentido crítico. Sin que se reduzca la investigación acción participativa a un tipo de investigación operativa2, no hay duda que 2



Se

conoce

que

la

así

llamada

investigación

operativa,

surgió

en

20

ella, como procedimiento se le acerca más que reflexiones epistémológico-críticas de Zemelman.

las

Por supuesto, ambas propuestas epistemológicas se han covertido en reflexiones para la praxis, y en esa misma medida, han sido objetos de criticas. Existe una tendencia a considerar que en la aplicación práctica de la investigación accíon participativa y, sobre todo, en el entusiasmo que ocasionalmente despierta, aparecen retomando el decir de Pitirim Sorokim, «achaques y manías» (Ander-Egg, 1990: 44-49), a contrapelo de tres consideraciones básicas: (a) La investigación acción no es una nueva tarea para los científicos, ni una forma de suplir las deficiencias de la democracia. (b) Ni la investigación acción es una ciencia, ni la comunidad crea teoría. (c) El materialismo dialéctico es el único sustento metodológico de la investigación acción participativa. Le parece a Ander-Egg que Fals Borda exagera cuando afirma que la metodología de la investigación acción es la nueva tarea del científico latinoamericano. Y que, por otra parte, los procesos que se derivan de aplicar esa metodología no pueden sustituir a la democracia. Inglaterra, desde 1937, como esfuerzo de un equipo de científicos que enseñaban a jefes militares procedimientos para utilizar efectivamente el recientemente inventado radar, poco después, la contundencia de los resultados obtenidos posibilitó que su aplicación se extendiera a otras actividades humanas, especialmente a la planificación industrial, y después al área de la salud. En la actualidad los campos de aplicación se han diversificado. Convencionalmente la ivestigación operativa se define como la aplicación de métodos analíticos, cuantitativos y cualitativos, para asistir a la dirección o gestión de sistemas organizados, con el propósito de encontrar, formular y probar alternativas de acción, las cuales deben mejorar las operaciones del sistema en estudio.

21

En realidad, los mismos científicos sociales que conforman la corriente de la investigación acción participativa han sido frecuentemente autocríticos respecto a los puntos que plantea, de manera unilateral, Ander-Egg. En términos reales, en el esfuerzo por investigar la realidad se han cometido errores de variada índole, incluyendo los aspectos que señala. No obstante, lo que queda detrás del telón en la crítica que Ander-Egg dirige a la investigación acción es que sus representantes, como cualquier otro científico, pueden enunciar sus opciones como las más relevantes de aplicar, posición en la que el mismo crítico se sostiene cuando plantea lo que debe considerarse correcto e incorrecto respecto a la manera de concebir la ciencia o la democracia. Ander-Egg no realiza una crítica epistemológica de la investigación acción, apenas pretende desautorizarla por sus implicaciones y conexiones políticas. En este sentido es una crítica pobre. Si bien es cierto que algunos de los cientistas sociales que se adhieren a la investigación acción participativa padecen de «achaques y manías», que deben criticarse, también es posible advertir, retomando el decir de Charles Wright Mills, que algunos cientistas sociales se entusiasman a tal punto y de tal manera con la lectura de las obras de Zemelman que corren el riesgo de adquirir aquella condición de estar «ebrio de sintaxis y ciego para la semántica», pues, se concentran en un ejercicio continuo de formulación de categorías de análisis con una sintáxis correcta, pero con poca atención a formular enunciados sobre contenidos. Más allá de las posibles críticas que se puedan enunciar 22

respecto Zemelman, promueven práctica actividad

a los planteamientos de Fals Borda y de o bien, a los procesos y resultados que las personas que se interesan por llevar a la esas ideas y criterios, lo esencial es la real, la práctica concreta que han generado.

Encontramos que entre ambos autores, más que oposiciones y diferencias, lo posible es una complementariedad enriquecedora. BIBLIOGRAFÍA. Ander-Egg, Ezequiel 1990 Repensando la investigación-acción-participativa. Comentarios criticas y sugerencias. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Bilbao, 90 p. Demo, Pedro 1994 Investigación participante. Mito y realidad. ( p.

) Kapelusz/BCP. 93

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23

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