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DEFINICION DEL PROBLEMA Destrucción del manglar tajamar En la madrugada del sábado 16 de enero las 57 hectáreas del manglar Tajamar, en Cancún fueron devastadas por las autoridades además surgió una fuerte controversia por la tala del manglar de Tajamar, en Cancún, Quintana Roo, para la construcción del proyecto inmobiliario Malecón Tajamar. Este manglar milenario había logrado sobrevivir gracias a las acciones del movimiento “Salvemos el Manglar Tajamar” y de un grupo de niños quienes se organizaron para defenderlo de la codicia de empresarios y autoridades que buscaban crear el complejo turístico “Malecón Tajamar”. El grupo activista fue el que denunció inicialmente que las autoridades buscaban realizar la tala y el posterior relleno de más de 50 hectáreas del manglar sin hacer la reubicación apropiada de las especies que en él habitan, como cocodrilos, iguanas, aves y serpientes. El grupo asegura que la destrucción se realizó de madrugada, sin previo aviso a la población de la zona y con protección de granaderos. El manglar fue devastado con la ayuda de policías municipales, estatales y de toneladas de maquinaria pese a las irregularidades en las que incurrió el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). Dentro de las especies afectadas están cocodrilos, lagartos y aves. Aunque la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con un comunicado asegura que la construcción de un desarrollo inmobiliario en el manglar Tajamar “cumplió con los requisitos establecidos en las leyes ambientales y rescate de fauna Lo que empezó como la denuncia de un grupo activista en redes sociales, escaló hasta las autoridades federales, incluso a nivel internacional. Los activistas utilizan las redes para publicar imágenes del manglar y la destrucción ocurrida en la zona. Este grupo compartió un formato de denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) en el que mencionan la ilegalidad del proyecto con base en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la Ley General de Vida Silvestre y la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental.

Fonatur ;El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) es una institución gubernamental responsable de la planeación y desarrollo de proyectos turísticos, como el del Malecón Tajamar, un proyecto planeado desde hace 15 años. Fonatur asegura haber “dado cumplimiento a los requerimientos ambientales previstos por la Ley, y todas sus acciones se han realizado de conformidad con autorizaciones vigentes”. El proyecto de Malecón Tajamar fue presentado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), quien otorgó en julio de 2005 la autorización en materia de impacto ambiental. El permiso en materia de cambio de uso de suelo en terrenos forestales fue autorizado en febrero de 2006. Ambas autorizaciones tienen vigencia hasta el 8 de febrero de 2016. De acuerdo con Fonatur, las obras de urbanización comenzaron en 2006. Con el fin de dar cumplimiento a la legislación ambiental, particularmente la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, Fonatur implementó a cabalidad los dieciséis términos y tres condicionantes solicitados por la Semarnat en materia de impacto ambiental”, indicó la institución en un comunicado. “De dicho cumplimiento destaca particularmente el seguimiento al Programa de Rescate de Vegetación y Reubicación de Fauna en el predio para el Proyecto Malecón Tajamar en Cancún, Quintana Roo, desarrollado e implementado por biólogos especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán y validado por la propia Semarnat”. Fonatur asegura que el beneficio económico de este proyecto supera los 11,500 millones de pesos, así como la creación de 5,166 empleos directos y 10,332 indirectos. Un juez federal de Quintana Roo ordenó hace un par de días la suspensión temporal de la destrucción del manglar Tajamar en Cancún. Maquinaria pesada desmontó y rellenó una zona de manglares pese a las protestas de ambientalistas locales. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México informó que el proyecto del Fondo Nacional de Fomento al Turismo contaba con todos los permisos necesarios, por lo que responderán al fallo del juzgado federal. La agencia ambiental dijo que aprobó el estudio de impacto ambiental en 2005, incluyendo la remoción de unas 49 hectáreas de vegetación. Señaló también que la ley que prohíbe acciones que impacten el flujo de agua a los manglares entró en vigor en 2007, mucho después de que se aprobara el proyecto actual. Es por esto la importancia de salvar el manglar ya que un manglar contiene humedales ya que es uno de los ecosistemas existentes con los que contamos en

nuestro país y entre ellos los manglares, que son humedales costeros, ocupan un lugar privilegiado por la riqueza natural que encierran y los beneficios ambientales que nos brindan. Los manglares desempeñan un importante papel como barrera natural que contiene la erosión de vientos y mareas, contribuyendo al mantenimiento de la línea de costa y el sostenimiento de arenas sobre las playas, filtran el agua, permiten el abastecimiento de los mantos freáticos, capturan gases de efecto invernadero y actúan como sumideros de carbono. Asimismo, son de gran importancia para las pesquerías, como la de camarón, entre otras funciones. Los manglares nos proporcionan beneficios ambientales equivalentes a miles de dólares; sólo por producción pesquera, en el Golfo de California generan beneficios por el orden de los 37 mil 500 dólares por hectárea al año. Desafortunadamente, estos ecosistemas se encuentran en riesgo. Las principales amenazas de los manglares en el país son la tala motivada por la ampliación de la frontera agrícola-ganadera, la destrucción ocasionada por el desarrollo de centros turísticos y urbanos, así como la construcción de granjas camaronícolas y la actividad petrolera. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indica que a nivel mundial las pérdidas más grandes en los ecosistemas de manglar de 1980 al 2005 han ocurrido en México, Honduras, Panamá, Estados Unidos y las Bahamas. De hecho, México perdió 65 por ciento de estos ecosistemas, por lo que únicamente le quedan 770,057 hectáreas. El Instituto Nacional de Ecología (INE) estima que se está perdiendo el ecosistema de manglar a una tasa promedio de 2.5 por ciento anual. El INE indica que si las tasas de pérdida anual se mantienen constantes se estima que para el año 2025 habrá una disminución de entre el 40 y el 50 por ciento de la superficie de manglar estimada para el año 2000. En México se está destruyendo gran parte de un manglar, concretamente en Cancún, para un proyecto hotelero. Muchas organizaciones ecologistas se han movilizado para rechazar este hecho y evitar que siga desapareciendo el hábitat de muchas especies que viven en el manglar de Tajamar.

Pero no se ha cumplido, las máquinas arrasaron con ellos sin clemencia, muchos animales han sido mutilados y han muerto. En este manglar no hay acceso para los turistas con el típico brazalete, el agua en lugar de ser tan cristalina tiene tonos grisáceos, pero sigue siendo un lugar del Caribe muy privilegiado que por comunicarse con el mar se ha convertido en el foco de grandes inversores hoteleros. La procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha recibido muchas denuncias solicitando la presencia de inspectores en el proyecto así como un informe de la remoción correcta de la vegetación y la fauna. Los vecinos han comentado: “Vimos animales muertos, flora arrancada, las máquinas trabajaron durante la noche para impedir que pudiéramos hacer nada”, aseguró Gerardo Solís, abogado ambientalista de la zona. Además agregó que Tajamar es una de las pocas áreas que quedan en Cancún sin construir, donde los vecinos más humildes acuden con sus familias a pasar el fin de semana. Ademas se han observado algunas especies que están en peligro de extinción como el cocodrilo moreletti o especies nativas protegidas como el cangrejo azul. El manglar tardaría para regenerarse unos 20 o 30 años aproximadamente. Sólo después de Colombia, México es el país en el mundo en el que el manglar está en peligro de desaparecer. Parece irónico que en Cancún, donde se ha destruido el manglar a diestra y siniestra con la bandera de “desarrollo económico y turístico”, se lleve a cabo en los próximos días una cumbre ambiental mundial. Pero es así y la necesitamos. Nuestro país pierde anualmente ocho mil hectáreas de manglares y Quintana Roo es uno de los estados donde la autoridad brilla por su ausencia (o demencia) en la aplicación de las leyes que supuestamente protegen a los manglares. Los manglares son sistemas que contribuyen a la recarga del manto acuífero, al control de inundaciones, estabilización de la línea costera (por eso nos estamos quedando sin playas) y son considerados también los “riñones” del medio ambiente, recursos de vida silvestre y forestales, debido a que son una importante fuente de abastecimiento de agua. Algunas muestras del daño que se está haciendo a los manglares en Cancún, son: 

Pretender construir 18 torres de 20 pisos sobre la Laguna Nichupte.



Puerto Cancún: donde después de haber rellenado con toneladas de sascab un gran espacio donde antes había manglar, han empezado a construir edificios habitacionales, comerciales, hoteles y marinas.



Construcción irregular de Hoteles como el Bahía Príncipe y Bahía del Caribe, dentro del proyecto Costa Cancún, que será la tercera etapa del destino turístico y que incluye el relleno de cientos de hectáreas de mangle.



Otro caso irregular de cómo se hacen las cosas en Cancún es el hotel Mayan Palace. Entre sus irregularidades, destaca el hecho de que el hotel, de 2 mil 800 habitaciones, se levantó sobre un espacio distinto al consignado en los permisos.

Destruir manglares libera gases de efecto invernadero Manglares como el de Tajamar son ricos en carbono; a las reservas de este elemento se les conoce como carbono azul, destruirlas libera CO2, principal contaminante de la atmósfera. De entre los gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2) es considerado el más importante, pues constituye más de 75% de todas las emisiones producidas por actividades humanas. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, en el 2013 —año más reciente para el cual se tienen datos— México produjo 452 millones de toneladas de CO2 sólo por la quema de combustibles fósiles, contribuyendo con 1.4% de las emisiones globales totales. Ese mismo año, en el mundo se produjeron poco más de 32,000 millones de toneladas de este gas. El uso de combustibles fósiles como fuente de energía es la principal causa de estas emisiones. Al quemarse los hidrocarburos, el carbono se combina con oxígeno para producir CO2. Para disminuir la dependencia del petróleo y el carbón, la Estrategia Nacional de Energía contempla que para el 2018, 25% de la capacidad para generación eléctrica provenga de tecnologías limpias y 60% para el 2050. Después de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la degradación de ecosistemas es la segunda causa de emisiones de CO2 a la atmósfera. Y es ahí donde surge la incongruencia entre políticas públicas. La incongruencia está en que desde el mismo gobierno federal, la paraestatal Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) se dedica a comercializar en las costas mexicanas predios para desarrollos turísticos en zonas de manglar, contribuyendo a la deforestación y degradación del ecosistema. El sedimento que recientemente fue expuesto en Tajamar pudo estar cientos de años enterrado y por condiciones como el agua salada y la falta de oxígeno no se descompone”, explica María Fernanda Adame, investigadora posdoctoral del Australian Rivers Institute en Queensland, Australia. “Al momento que se remueve la vegetación y el sedimento se expone al oxígeno del ambiente, todo se empieza a descomponer y cuando se descompone, ese carbono comienza a liberarse a la atmósfera. Si no se restaura Tajamar, el carbono que se estaría liberando sería de aproximadamente 133,000 toneladas de CO2, valuadas en 1.4 millones de euros en el Mercado de Carbono de la Unión Europea