Esencia De Las Religiones: Jacob Needleman

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ESENCIA DE LAS RELIGIONES Jacob Needleman La pregunta”Qué es Religión? Ha llegado a ser de enorme interés para muchas personas, especialmente de la más joven generación. Sin embargo no es suficiente responder a esta pregunta con una generalización conceptual. El esfuerzo académico por llegar a una simple y satisfactoria definición de religión está destinada al fracaso, no porque no exista una esencia común a todas las religiones del mundo, sino porque las prácticas y enseñanzas de las diversas religiones se han examinado en el pasado con la parte de nuestra mente que divide y analiza, más que con esa parte oculta que puede percibir la unidad que sirve de fundamento a toda la diversidad externa. Al individuo contemporáneo le interesa encontrar no una nueva definición conceptual de religión, sino el secreto de cómo vivir. El mensaje fundamental de las tradiciones religiosas es que el hombre no se conoce a sí mismo. No conoce ni el grado de su debilidad ni las posibilidades de su grandeza. Así, en el corazón de todas las tradiciones sagradas del mundo existen métodos y prácticas con los que el hombre puede informarse acerca de los dos aspectos, lo animal y lo Divino dentro de él. El cristiano primitivo, por ejemplo meditando en los desiertos del bosque de África y practicando el método particular cristiano de la oración continua interior (oración del corazón) experimentó directamente la enorme cantidad de distracciones de su mente y como la llenaba de ilusiones acerca de sí mismo. Al mismo tiempo, afrontando y aceptando este aspecto, descubrió ser el vehículo de lo Alto o de las Energías Superiores del Universo. La palabra “método” no debe ser malentendida como una simple técnica manipuladora. El Método incluye todas las formas y caminos a través de los cuales la tradición guía a los seres humanos para afrontar las necesidades que tiene para sobrevivir, para suplir las demandas físicas y sociales de la vida cotidiana, ante el hecho de la muerte, y en las innumerables alegrías y amarguras de la vida del hombre sobre la tierra. Pero cuando los métodos se usan erróneamente, como herramientas manipuladoras para satisfacer deseos egoístas, todos los métodos y prácticas pierden su verdadero objetivo religioso. Sí los profetas de Israél condenaron aún los ritos más sagrados cuando se llevaban a cabo externamente, sin el reconocimiento interno de la propia necesidad y sin reconocer la deuda con la fuente e vida. También las poderosas prácticas del Budismo Mahayana, para citar un ejemplo de las tradiciones orientales, advierten que solamente se lograrán efectos liberadores si se usan los métodos con el propósito de beneficiar a todos los seres vivientes. En sus formas más intensas, la religión ofrece algo más que ese extraordinario conocimiento de dos naturalezas opuestas. Al llevar más lejos las prácticas de una gran tradición se promete, se efectúa una transformación actual de la naturaleza humana en su nivel causal más profundo. El nombre dado a este nivel de ser transformado varía de tradición en tradición y también aparece con uno u otro énfasis o aspecto al cual se hace referencia. En el mundo occidental se habla de salvación , inmortalidad, de alcanzar el reino de Dios, entre otros términos. En oliente es nirvana, liberación, iluminación o Diosconciencia. A menudo se usan los términos “sabiduría” o “libertad”. Pero cualquiera que sea el término o cualquiera que sea el aspecto de transformación, es la idea de transformación la que parece constituir el factor común de todas las religiones de la humanidad. Una metáfora que se emplea a menudo para expresa el objetivo común de todas las tradiciones espirituales consiste en una montaña con varios senderos que conducen a la cima. La cima de la montaña es ese estado de ser transformado, objetivo común de todas

las religiones? Cómo podremos ve por los datos siguientes las posibilidades de desarrollo humano contempladas por la tradición agrada son inmensas. Se considera al hombre como un microcosmos en potencia, un ser que contiene en si mismo todas las fuerzas de la creación y destrucción que operan en el gran universo. Este concepto de microcosmos forma la columna vertebral de las antiguas enseñanzas de oriente y occidente, incluidas las así llamada religiones primitivas Las enseñanzas tradicionales ven que la miseria y confusión de la vida humana están enraizadas en la dificultad del hombre para ver, aceptar y vivir según el orden universal de la realidad, contenido dentro de él y dentro de la totalidad del universo. En el estado ”caído” del hombre, la divinidad está completamente separada de lo animal. Así dividido dentro de sí, el hombre vive con su existencia gobernada por impulsos que están destinados a ser sirvientes más que amos. Estos falsos amos dentro del hombre son los deseos, que están condenados no por se deseos, sino porque el hombre erradamente se identifica con ellos y les obedece ciega e incomprensiblemente. El hombre para llegar a ser un microcosmos, es decir un espejo de la extensión total del orden cósmico, divino, debe forjar dentro de su naturaleza humana una relación correcta entre los deseos y el dormido poder espiritual con que ha nacido. La transformación del hombre (llamada el “segundo nacimiento” en la tradición cristiana) consiste en la realización tangible dentro de sí de esta equilibrada relación, de esta extraordinaria unidad interior. Transformado de esta manera, el hombre puede tomar su lugar central dentro del esquema total de la creación. El es el Gran Rey de la tradición china, el Hombre cósmico del Hinduismo, el que todo lo contiene del Budismo, o la imagen de Dios del Judaísmo y Cristianismo. El refleja por una parte la totalidad de naturaleza cósmica y también llega a ser el instrumento consciente del creador dentro del orden universal. En un sentido muy general, las ideas, símbolos, y rituales de las tradiciones tienen como objetivo servir de instrumentos para ayudar a la realización del hombre que consiste en alcanzar su destino cósmico exaltado, tanto a nivel individual como social. Así las antiguas estructuras de la sociedad -llamadas teocracias- se establecieron para adecuar la vida humana a un patrón cósmico que no se percibe bajo las categorías modernas científicas. Las enseñanzas acerca de la vida después de muerte, la concepción animalística de la naturaleza (la creencia de que todas cosas están llenas de vida y conciencia) el papel del chamán y el sacerdote, los símbolos del así llamado politeísmo, y las funciones de la magia pueden acercarse y ser estudiadas desde este punto de vista, más que desde la perspectiva convencional que las mira como expresiones de culturas intelectualmente inferiores. Desde este punto de vista, es especialmente revelador estudiar el imponente orden social de la antigua India y del Egipto de los faraones. La auténtica tradición sagrada, sea de origen oriental u occidental, primitiva o reciente, politeísta o monoteísta, puede definirse entonces como el intento de trasmitir ideas y caminos de vida que pueden guiar a los individuos a traspasar el mundo de ilusiones que han llegado a formar una segunda naturaleza en él y darse cuenta de hecho, y no en la fantasía, tanto de los terrores de nuestra situación presente como de la grandeza de nuestra posible evolución interior. RELIGION EN ORIENTE Y OCCIDENTE DIOS INTERIOR Y DIOS EN LO ALTO JUDAISMO

El mensaje fundamental del Judaísmo se expresa en una oración: “ Escucha Oh Israel, el Señor nuestro Dios es Uno.” Esta oración toma su nombre de la primera palabra – SH´MA ( “Escucha, “oye”, “entiende” “obedece”). Llama al hombre a escuchar la verdad revelada, a guardarla en el corazón y a vivir de acuerdo con ella para realizar la unidad de Dios en una relación que demanda de parte del hombre la unificación de su propio ser. El Judaísmo es la religión del pacto entre YHWH (Dios) y los descendientes de Abraham. De ese pacto se extiende el misterio de un Acuerdo entre el hombre y la unidad de Dios. Es a través de acciones, en la historia del pueblo elegido como éste trata de dar respuesta al pacto, y las enseñanzas de la fe judía apuntan a este objetivo. El Señor aparece con toda la trascendencia de su poder absoluto y al mismo tiempo con un interés personal inmediato por su pueblo. Para el hombre, incapaz de formarse un concepto del Creador tal como es en sí mismo, Dios aparece como el liberador del cautiverio, sacándolo de la esclavitud de Egipto y llevándolo a la tierra prometida. Los Hebreos están ligados a obedecer al Señor, y las leyes dadas por Moisés son una bendición como respuesta a sus necesidades más que un precio que deben paga. Israel es escogido, no como el pueblo de los elegidos para la salvación, sino como el pueblo objeto de una promesa que conlleva dos elementos: esperanza y responsabilidad. Lejos de liberarlos de sus cargas, Dios asigna a su pueblo una gran área: “Seréis santos, puesto que Yo el Señor vuestro Dios soy Santo”. Para el Judio, el hecho de ser pueblo creado según imagen de Dios. Al hombre se le llama para realizar la promesa inscrita en su ser, como a Israel se le designa para cumplir su alianza. Esto se aplica igualmente a cada ser humano individualmente considerado como un microcosmos. El Faraón y Egipto existen dentro de nosotros mismos. En la corriente mística judía, el símbolo del destierro y del retorno encuentra aún otro nivel de interpretación, en este caso en una escala cósmica. Los cabalista medievales, intérpretes de la Thora y de sus comentarios rabínicos, vieron en la derrota y el destierro del hombre cósmico – Adam Kadmon- la dispersión de las centellas del divino Shekhinah, de la presencia de Dios en la creación. La redención del hombre está así íntimamente ligada con la redención de la creación. Esta concepción del hombre como responsable de toda la creación , tiene su más gane influencia en el judaísmo moderno en las comunidades del Hasidim (“el piadoso”)que se levantó en Polonia en el siglo dieciocho. En el estilo de vida Hasídico no existe separación entre lo sagrado y lo profano. Cada cosa que existe contiene dentro de si un destello divino que espera su liberación. Según esta enseñanza, existe en el hombre una energía divina que puede atraer y difundir los destellos presentes por doquier. Todo depende la intención ; la condición del hombre que está vuelto hacia Dios con todo su ser. Para el Hasid, que trata de realizar la unidad de su ser en esta situación cambiante, todo lo que encuentra durante el día es santo, y a través de sus acciones todo puede retornar a la unidad con Dios. CRISTIANISMO El centro de la religión cristiana está centrada en el misterio del amor divino y la tarea del hombre consiste en responder a ese amor. De la fuente más auténtica del Cristianismo vienen las palabras de Jesús dirigidas a los judíos en términos de su misma tradición “AMARÁS AL Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento, y el segundo es semejante a éste, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas ( “Mat. 22:37-40.) Más tarde, la fe cristiana vino a incluir al pueblo que carecía de la base común del judaísmo. Como respuesta a sus necesidades y según las demandas de los sistemas, de

pensamiento vigentes en ese momento, el Cristianismo comenzó a desarrollar su propia perspectiva y a definirse como una religión independiente. Todo lo que existe ha tomado ser como una expresión del amor divino y es movido por ese amor para realzar lo que es y desarrollar su propia naturaleza así como la planta revela el secreto contenido en la semilla. Pero en el orden de la creación, el hombre, creado imagen de Dios, permanece como el elemento que conlleva incertidumbre, constituye el gran riesgo tomado por Dios de tal forma que el amor divino pueda, o no ser correspondido. En la caída de Adán, se afirma la existencia limitada y separada del mundo natural separado de su creador. A esta falta, sin embargo, se la llama algunas veces “feliz culpa” porque ocasionó el acto mas grande del amor divino. El sacrificio de su hijo que lleva a cabo el padre del cual había sido aliviado Abraham, dio ocasión a una nueva alianza. El hijo de Dios se hace hombre. En la persona de Cristo, se abre de nuevo el camino. En Cristo las dos naturaleza, - humana y Divina- “ se unieron misteriosamente en la encarnación, y unión se demostró plenamente en la perfecta sumisión de la voluntad humana en la pasión y muerte de Jesús. Finalmente la resurrección de Cristo promete el fruto del sacrificio, el hombre nuevo en cuya limitada naturaleza se transforma por la vida Divina: “ si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, permanece sólo; peo si muere produce mucho fruto” (Juan 12:24). Y también “El que encuentra su vida la perderá; y el que pierde su vida por mi causa la encontrará” (Mat.10:39) Una respuesta profunda y seria a su llamada se puede encontrar en la tradición contemplativa cristiana. Para la persona moderna la idea de contemplación puede evocar asociaciones de ensueño o divagaciones sentimentales. Esto está muy lejos de la intelección de un trabajo contemplativo y de lo que implica, con miras a una calidad de conciencia y una ardiente búsqueda que lo puede traer al núcleo de su ser, para descubrir allí su verdadera necesidad de Dios: “Para El es nuestro ser”.1 Confuso y alienado como consecuencia de la caída, el hombre debe luchar para descubrir el impulso central de amor que puede llamarlo a ser lo que realmente es. EL ISLAM El Islam, la más joven de las religiones de Occidente, vuelve a proclamar el mensaje de la unidad de Dios. Esta vez la mayor verdad toma la forma de la negación de un error: “No hay dios fuera de Dios.” El reconocimiento de esta verdad constituye un acto de sumisión por el cual el hombre llega a ser un Muslim, “Uno que se somete”. Consciente de su dependencia, el hombre reconoce” Yo no soy el absoluto” Sin embargo quien es llamado al camino interior del Islam síguela misma verdad acerca de la última realización “ Yo no soy nada separado del absoluto o diferente de El” Desde este punto de vista, la unidad se refleja en todo, como un hermoso arabesco que deslumbra el ojo al repetirse creando nuevas formas a medida que se entreteje. “Puesto que el Señor es tu Origen, tú no has venido; puesto que el Señor es tu final tu no vas, “No hay Dios fuera de Alah. “Nada puede ser separado del Infinito, y nada puede ser agregado a lo que no es Dios. Ya que el Origen es El, el finen vedad cosiste en El. La separación y la unión, el ir y venir, son por lo tanto irreales”.2 1. 2.

Cfr. The Cloud of Unknowing and the Book of Privy Counseling, ed. and intro. William Johston, S.J. (GARDEN City, New York ; Dobleday, Image Books, 1973), p. 150 Shaikh Shsarfuddin Maneri or Makhdum-ul-Mulk,Letters from a Sufi Teacher, trans, from the Persianby Baijnath Singh (NEW York: Samuel Weiser, 1974),p. 73.

Este es el significado de la unidad divina desde la perspectiva de un Sufi, uno que ha alcanzado el objetivo del camino interior del Islam. La verdad parece muy diferente de aquellas que se sienten separadas de su origen. Sin embargo la declaración sufí constituye una profunda evidencia de que en el Islam la enseñanza de la unidad divina no significa simplemente que existe un solo Dios en vez de muchos. Es la llave que abre el significado de la creación como una revelación del absoluto mediante mediante sus nombres divinos o cualidades como la luz blanca que se hace difusa através del prisma. Como microcosmos, el hombre el hombre ha reunido en si mismo todos los atributos que por separado reflejan las demás criaturas. Ya que está hecho a imagen y de Dios su más grande potencial, por analogía, es el de reunir todos los colores del espectro en solo destello de luz divina. Por lo tanto se puede decir: El que se conoce a sí mismo, conoce a su Señor. “ Según la perspectiva islámica el hombre necesita la revelación divina para recordar la realidad que nunca se ha manifestado directamente en el mundo. El Judaísmo y el Cristianismo son reconocidos como fundados con el carácter de auténticas revelaciones, y el Islam que afirma su descendencia originada en el Ismael, hijo de Abraham, se presenta como la tercera y final revelación. Mohamed, “ el sello de los profetas” nació en la Meca al año 570 d.C. Comenzó a desempeñar su función profética denunciando la práctica árabe que entonces prevalecía de adorar muchos dioses. Afrontando una poderosa oposición, Mohamed y sus seguidores llegaron a consolidar una fuerza social, política y al mismo tiempo espiritual. En armonía con el crecimiento del Islam, la enseñanza dada por Mohamed en el Corán desarrolló tanto los aspectos externos como internos de la religión estableciendo leyes para la guía de la comunidad orientada religiosamente y también como un camino para unir al hombre con Dios. El aspecto externo del Islam exigía a todos los muslims observancias precisas que regulaban y armonizaban todos los aspectos de la vida. Ser un muslim significaba no tanto profesar adhesión a esta o aquella doctrina sino principalmente cumplir la ley obedeciéndola voluntad de Alah. HINDUISMO Para el occidental, cuya noción de religión está basada en el gran credo monoteísta, la religión en la India puede parecer un rompecabezas fenomenal. En lugar de Dios y creación, encontrará que la realidad es completamente impersonal y que el mundo de los fenómenos es en últimas irreal. La búsqueda de un fundador carismático lo llevará hasta el confín de la historia humana. Aún la idea de historia está oscurecida por un drama cíclico del mundo que comprende su creación, preservación y destrucción . Al buscar doctrinas claras y definidas, se encontrará ante una variedad de métodos y creencias que van desde prácticas devocionales que no tienen atractivo emocional hasta fórmulas metafísicas que intelectualmente no tienen sentido para él. Sin embargo el Hinduismo ofrece interés no solo porque sus antiguas verdades impactan la sabiduría experiencial de los místicos de Occidente, o porque sus métodos tradicionales se han popularizado en Occidente, sino a causa de lo que sustenta su confusa diversidad. En el Hinduismo, el aspecto humano de la tradición se ha basado en la inclusión más bien que en exclusión. Un hindú devoto de la Madre Divina, relata la siguiente anécdota:”Mi Madre me dijo: en caso de que los no creyentes entraran en Mi templo y profanaran mis imágenes, que harías? Me protegerías o debería yo protegerte? Según las tradiciones de Occidente, los creyentes obrarían correctamente protegiendo la distorsión de la Verdad. En el hinduismo se deja que la verdad se defienda por si misma.

La expresión más simple de la verdad del Hinduismo –y por lo tanto la más difícil- es : “Tu eres Eso”, que puede entenderse como una respuesta a la más profunda pregunta que puede proponerse el hombre. Históricamente la pregunta parece presentarse bajo dos formas. Mirando la pregunta parece presentarse bajo dos formas: Mirando el mundo que nos rodea, el hombre vio en el súbito destello de la luz, en el poder invisible del viento, signos de una energía que se encuentra más allá de su control, más allá de su comprensión. Por doquier hay movimiento y cambio. Cual es la fuente donde se origina y cual es el fin al que se dirige? Qué hay detrás de todo esto? La otra forma de la pregunta tiene que ver con el misterio interior del hombre. Yo era un niño, ahora soy un hombre. Esta a dormido y ahora estoy despierto. De donde vine, a donde voy? Quién soy yo?. En un mismo instante de descubrimiento llegó la respuesta según las dos líneas de la pregunta. Mi verdadero ser, el indefinible Atman, es el mismo que el último campo de la realidad, Brahman:” Tu eres Eso”. Así la revelación hindú no está fincada en un evento histórico como la revelación dada a Moisés. No se señala un único puente que llena el vacío entre Dios y el hombre como la encarnación de Cristo. Solo existe esto. – la verdad está en cada persona esperando su realización. Con esta promesa llega la advertencia “neti, neti” “ni esto ni aquello”. No se puede identificar a Atman o Brahma con ninguna cosa particular. Se puede llegar al conocimiento del ser de todas las cosas solo por un despertar. Mientras tanto la creencia en un ser separado y pequeño o ego es semejante a una identidad asumida que impide realizar el ser verdadero de uno. BUDISMO Muchas formas del Hinduismo responden a la auto-desilusión del hombre y se pueden comparar a la madre que ofrece a su hijo su sabio conocimiento acerca de los sueños infantiles que deben ser probados y abandonados antes de que se le pueda dar ayuda. En contraste con esto, la enseñanza del Budismo es siempre urgente y directa. Ve la existencia ordinaria como una pesadilla que no es menos penosa por el hecho de que sus amenazas sean irreales. En el siglo VI a.C, Gautama Sidarta, hijo de un rey Hindú, despertó de la pesadilla. Como Buda (“el iluminado”) se liberó del sufrimiento para siempre y se llenó de compasión por aquellos que aún permanecían en la oscuridad. Pensaba él que el sufrimiento es un factor universal de la existencia humana causado por la ignorancia fundamental del hombre acerca de si mismo y del mundo. El mundo es un continuo proceso de interacción de componentes inestables en el cual nada perdura. Cualquier cosa que el hombre pueda considerar ser él mismo –el cuerpo, la mente, sensación o percepción- está por esto mismo sujeto al cambio. En el centro de su proceso el hombre introduce un obstáculo bajo la forma de la afirmación “esto es mío; este soy yo; este es mi ego” y hace de sus reacciones el centro de un drama imaginario de pérdida o ganancia, placer o pena, bondad o maldad. Viendo que la gente labraba para sí misma su propia miseria por doquier. Buda dirigió su enseñanza a la extinción del sufrimiento; el nirvana . Rechazó como objetivo de su enseñanza la exhibición de poderes maravillosos y especulaciones acerca de cuestiones metafísicas. Urgió a sus seguidores no dedicarse a la perfección de otros o a su comprensión lo cual podría implicar simplemente dedicarse a sus propios sueños; sé un refugio para ti mismo. No os encaminéis a ningún refugio externo…mantén la verdad como una lámpara. Mantente como un refugio de la verdad. No busques refugio en nadie fuera de ti” 3 A causa de su compasivo afán la enseñanza del Buda no tiene paralelo con la enseñanza afirmativa del hinduismo. Algunos han visto en la negación budista del ego y en el énfasis

en la transciencia un rechazo pesimista de todos los valores. Lo negativo del budismo no es su verdad sino el modo como presenta esa verdad. El objetivo se define negativamente –y prácticamente- como liberación del sufrimiento, de la ignorancia y de la autosuficiencia de las opiniones acumuladas y de las simpatías que atesora desemboca en la antigua conclusión. “Ni esto, ni aquello”. Cualquier cosa que se haya formado según la ley de causa y efecto puede re-formarse según la misma ley “Por el mal, ciertamente, se ha formado el mal, por la injuria se ha causado uno injuria. Por uno mismo se deshace el mal, por uno mismo se logra la purificación para la tarea más importante la de cultivar “la Práctica”. La penetración directa de los trabajos de la ley de causalidad en uno apunta a alcanzar la raíz de la ilusiones del ego y de sus sufrimientos. 3. 4.

DIGHA-NIKAYA II, cited in Houston Smith, The Religions Of Man ( New York Harper an Row, 1958), p. 109. Dhammapanda, XII: 9 in A Sourcebook in Indian Philosophy. Ed. Sarvepelli Radhikrshnan an Charles A Moore ( Princeton University Press, 1957), p.305

RELIGION TRES METODOS DE REALIZACION ORACION Y MEDITACION / Disciplina de la Meditación Disciplina Devocional, Oración Se puede definir la oración como el método apropiado para alcanzar una deidad transcendente, y la meditación como método apropiado de una religión que apunta a la experiencia de Dios en sí mismo. Sin embargo el hindú ora delante de la imagen escogida de su Señor y el Cristiano contemplativo se compromete en una actividad, llamada meditación, no menos apropiada que el “sentarse “ del monje budista. En esencia la oración tiene que ver, en parte con obtener favores así como la práctica de la meditación. La experiencia de un Hindú del siglo XIX nos ofrece un vívido ejemplo. Después de muchas tentativas de oración para obtener la disminución de los sufrimientos de su familia, un devoto tuvo que renunciar por completo a su petición, pues al experimentar la presencia e la deidad se sintió tan abrumado que le fue imposible pedir cosa alguna. En la tradición Islámica, la oración es el derecho fundamental y la responsabilidad del hombre, en virtud del lugar central que ocupa dentro del esquema cósmico. Según su profesión de fe ”No hay Dios fuera de Alah “ el muslim afirma directamente la verdad según de la cual toda la creación es una expresión indirecta . La oración para el muslim es al mismo tiempo una profesión de fe y un acto personal de sumisión ante Alah. Las oraciones que recita cinco veces al día incluye una secuencia definida de posturas: estar de pié, inclinarse, y prosternarse. Así el cuerpo expresa el reconocimiento de su dignidad esencial como hombre y su dependencia absoluta de Dios. En la oración del indio americano el individuo se expone a sí mismo ante los poderes del Gran Espíritu ”implorando una visión”. Supone de su parte un gran coraje y determinación. Guiado por un hombre sabio por medio de rituales de purificación y dedicación, el individuo se prepara para la vigilia, solo y desnudo en la cima de una montaña. Solamente al sentir lo profundo de su necesidad y las de la comunidad que participa del todo de los beneficios que recibe, puede, el que busca, adentrarse en la oración ante el reconocimiento de su propia vulnerabilidad. 5 Para la Tradición judeocristiana, la oración consiste en el encuentro del hombre con Dios. Según una figura hasídica , el movimiento místico judío:, “El pueblo imagina que ora ante Dios, pero esto no es así ya que la oración en sí misma es la esencia de la divinidad”.6De

forma semejante, un escrito contemplativo cristiano del XIV compara la oración con el grito de auxilio que brota, como un estallido, del hombre llevado al límite de sus recursos. La imagen pretende sugerir una totalidad de propósito, y no violencia;” por lo tanto, el contemplativo, debe mantenerse continuamente equilibrado y alerta en el punto más elevado y soberano de su espíritu.” 7 Según esta tradición , la oración es el esfuerzo por encontrar el lugar en que el hombre es más sí mismo-el terreno de su ser- , que es por el misterio del amor, el lugar en que más se relaciona con Dios. Todas las tradiciones religiosas presentan al hombre con el acucioso reclamo de que él no es en realidad lo que él cree que es. Por ejemplo en el cristianismo se encuentra la parábola del hijo del rey que despilfarra su herencia para vivir entre cerdos. Los sabios hindúes declaran que el verdadero ser es el testigo infinito e inmutable. El budismo señala que creer en una identidad personal es una ilusión, causa de todos los sufrimientos. Desde el la perspectiva tradicional, la meditación es el trabajo de laboratorio en el que un hombre puede llegar a conocerse tal como es. Si a menudo se ha dejado de lado la meditación considerándola como pasividad y superficialidad se debe, quizás, a que las instrucciones para montar el laboratorio se han confundido con la descripción del experimento en sí. A una conciencia relajada se la considera como condición necesaria para el estudio, y las influencias del cuerpo que contribuyen a ello se toman muy cuidadosamente en cuenta. 5. 6. 7.

See Joseph Epes Brown, The Sacre Pipe¿ (Baltimore: Peguin Books, 1972), esp. Ch IV Hamblecheyapi: Crying for a vision Buber, Martin, Hasidim and Moder Man, ed, and tras. Maurice Friedman The cloud of Unknowing and the book of Privy Counseling, p.95

ESCRITURA / Dharma En las tradiciones, la escritura es sagrada, no porque trate el tema religioso, sino porque consiste en la transmisión de una fuente de enseñanza superior que el hombre necesita con desesperación. En esencia, como una manifestación de la misma inteligencia creadora que dio origen al hombre y al universo. Los místicos judíos estudiaban la Thora, los cinco libros de Moisés, para descubrir las leyes de la manifestación divina. Considerada en su esencia mística como el nombre de Dios, se tuvo a la Thora como el instrumento de la creación. En el Cristianismo es Cristo, el Hijo quien encarna la verdad: “Por El todo llego a ser y sin El nada de lo que existe ha llegado a ser” (Juan 1.3) El lazo entre la existencia y la revelación se encuentra también en la concepción hindú de los vedas, que como escritura registran lo que hombres excepcionales han 8. Ch VI:

The Bhagavad 13, 16, 18

Gita,

Trans.

Juan Mascaro (Baltimore :

Penguin books ) ,

Comprendido acerca de las leyes eternas e inmutables que gobiernan todas las transformaciones de materia y energía. Pero los “Vedas eternos” son esas leyes universales acerca de las cuales los escritos ofrecen una clave. Sin embargo, aunque existe en las escrituras un misterio que corresponde a un misterio en el hombre, éste no esté en la superficie. Según la tradición, la escritura responde a la preparación de la persona y al nivel en el que experimenta su necesidad. Cuando los discípulos preguntaron a Jesús porqué hablaba en parábolas, respondió con una paradoja: “porque el que tiene recibirá, pero el que no tiene será despojado de lo poco que tenga” (Mat. 13,12 ).

Como comunicación indirecta, la escritura oculta y revela su verdad al mismo tiempo. Aunque sus secretos demandan preparación, sus niveles más accesibles ofrecen preparación. Los mandamientos y disciplinas especiales guían a la persona en todas las condiciones de su vida, encauzando sus energías y recordándole a Dios. Según el gran filósofo medieval Masmónides, aún las aparentes contradicciones de la Biblia tienen la función de conducir al lector a buscar un sentido más profundo. En el Corán, que constituye el corazón y columna vertebral de la fe islámica, las características fonéticas y simbólicas de la lengua árabe guían al que busca. Como los demás lenguajes antiguos de la revelación que se tienen como sagrado, el árabe es especialmente simbólico. Una misma palabra puede comportar varios niveles de significado, desde el nombre de un objeto hasta el sutil y alusivo significado de un concepto abstracto. Por esta razón se considera al Corán como estrictamente intraductible ya que toda traducción limita el significado de cualquier interpretación, pues corresponde al nivel de de comprensión del traductor. Al lector ocasional, el Corán puede mostrarse como una confusa colección de historias, prescripciones religiosas y sociales y atractivas imágenes del cielo. Pero el muslim creyente puede leer en las batallas iniciales de su religión el relato simbólico de un combate interno contra las fuerzas de dispersión que viven dentro de su propio ser. ARTE SAGRADO La idea de arte Sagrado se ha conectado siempre con la idea de una ciencia exacta del hombre. Su propósito es el de incorporar una verdad de tal manera que pueda penetrar las asociaciones y opiniones superficiales y producir una honda impresión en el interior del hombre. Como una expresión de sabiduría tradicional, el trabajo artístico no se puede mirar como la creación de un artesano. Nunca se firmó una obra de estas y el artista usualmente trabajaba con reglas estrictamente definidas de medida y proporción. Esto no quiere decir que la actividad del artista fuera mecánica. El objetivo de un verdadero artista era el de descubrir en su trabajo los secretos de toda la creación. El hacer una obra de arte constituía una señal de iniciación en los misterios y tal aspecto no lo podían proporcionar las destrezas de la artesanía. El arte del antiguo Egipto, ejecutado por artesanos de esta clase, se diseñó para trasmitir la cualidad cósmica del asunto que se representaba. Un principio causal, impersonal, encontraba expresión en una estatua de un dios o diosa, podía guiar la conciencia emocional idolátrica pasada de una persona hacia una comprensión intuitiva de la función de ese principio en sí y en el universo. Las esculturas del áfrica negra, las proporciones de una figura son cuidadosamente determinadas por el artista pero aparentemente sin finalidad alguna de representar la naturaleza del cuerpo humano. El objetivo del artista tradicional africano no cosistía en lograr un cuidadoso parecido sino el de capturar una cualidad, tan cuidadosamente, que la figura o la estatua pudiera atraer la correspondiente influencia espiritual. Una concepción similar se encuentra en el poder milagroso que se atribuye a los íconos o pinturas religiosas del cristianismo ortodoxo. En palabras de un sobrio escritor del siglo XX: “un ícono o una cruz no existe simplemente para dirigir la imaginación durante nuestras oraciones. Es un centro material en que reposa una energía, una fuerza divina que se une al arte humano.” 9 Finalmente, en el arte Thanka del Tibet, el occidental puede encontrar más fácilmente acceso a una comprensión teórica del arte sagrado. Lo que dentro de un contexto suena a superstición, se representa aquí en términos psicológicos. Las deidades del arte Thanka, se representan en una postura precisa, expresión y colorido de tal forma que

mostrará al que mira una clase especial de conciencia. En cada pintura, hay un mundo entero, una enseñanza sutil y una benevolente influencia para quien la estudia. Sí, en cada caso, lo que realmente existe es el que observa –su propia conciencia- que se está descubriendo y se abre como respuesta. LA RELIGION Y LA DIFICIL SITUACION DEL HOMBRE MODERNO Después de dar una mirada panorámica sobre las prácticas de las grandes religiones del mundo y haber intentado alcanzar una comprensión de la finalidad general de toda tradición religiosa, queda por examinar el lugar de la Tradición religiosa en el mundo contemporáneo. Como se ha sugerido en la parte introductoria, la era actual está interesada en un resurgimiento del interés en la dimensión religiosa de la vida- a tal punto que algunos observadores hablan de un resurgimiento espiritual del siglo XX. En general este renacimiento espiritual se está dando fuera de las estructuras de las religiones establecidas de occidente. Nos limitaremos a discutir sobre dos fuentes principales de esta corriente renovadora del impulso religioso: el esfuerzo por llenar la brecha entre la ciencia moderna y las antiguas concepciones espirituales del mundo y la irrupción, particularmente en América, de numerosas religiones nuevas, la mayoría de las cuales tienen su fuente en las religiones de oriente. 9.

Losky, Vladimir, the mystical Theology of the Eastern Chrch ( Cambridge and London: James Clarrke, 1957 ), p. 189

Se acostumbra señalar el origen del conflicto entre religión y ciencia occidental desde las teorías de Copérnico ( 1473-1543 ) y Galileo (1564-1642 ) respecto al movimiento de la tierra alrededor del sol. Como piensa todo estudiante la iglesia miró la descripción del cosmos según Copérnico y Galileo como un desafío a la concepción bíblica, según la cual la tierra es el centro inmóvil del universo. La situación planteada desde entonces en el mundo occidental es la de que el conocimiento de la naturaleza estuvo en conflicto con las demandas de la fe. Eventualmente el poder explicatorio y el éxito pragmático de la ciencia abrumó las enseñanzas de la iglesia y prevaleció la visión científica del mundo. El ideal de la razón triunfó sobre la fe. Así, en forma simplificada, es la comprensión popular de la guerra entre ciencia y religión. En los últimos años, sin embargo, debido en gran parte al influjo de las enseñanzas orientales, los dos componentes, el componente conocimiento de la religión y el componente creencia de la ciencia han aclarado la visión. En el campo e la psicología, por ejemplo, hoy se reconoce, por lo general, que los grandes místicos de todas las tradiciones espirituales comprendieron aspectos e la naturaleza humana que la ciencia moderna ha eludido por completo. Al exponerse al conocimiento de las religiones de oriente, la idea general de los estados de conciencia ha llegado a ser un tema de investigación entre los psicólogos de occidente. El tema aquí es crucial ya que no es simplemente un tema de estudio sobre estados psicológicos patológicos tales como alucinaciones, psicosis o ansiedad. El énfasis está cambiando hacia el estudio de los estados de conciencia más altos que no se caracterizan por extrañas visiones, sino por el crecimiento general de la inteligencia, poder moral y liberación de las emociones egoístas. A la luz de estos estudios, aparece una pregunta acerca de la cualidad inferior de los estados de conciencia más altos que no se caracterizan por extrañas visiones, sino por el crecimiento general de de la inteligencia, poder moral y liberación de las emociones egoístas. A la luz de estos estudios, aparece una pregunta acerca e la cualidad inferior de los estados de conciencia que caracterizan

la vida cotidiana del hombre moderno. Tal cuestión es verdaderamente revolucionaria. La habilidad de percibir y explicar esto se relaciona así mismo con un estado de conciencia del hombre.. Por lo tanto la concepción científica total de la realidad se pone en duda en forma más decisiva de lo que han podido hacerlo las oposiciones literales opuestas de la biblia a las teorías de las ciencias naturales. Desde este punto de vista la crisis de la ecología y los peligrosos y negativos efectos sociales de una tecnología hiperdesarrollada se miran como producto de la falta del hombre por entender los estados de conciencia que son posibles al individuo y que son necesarias para la acción correcta y la compresión imparcial, es decir que solo en un estado de conciencia adoptado apasionadamente ha podido el hombre llega hasta los peligroso aprietos del presente. Los próximos años determinarán que clase de efecto lograrán las nuevas enseñanzas espirituales sobre la visión materialista de occidente. Podría hacer una lista de muchos psicólogos y psicoterapeutas influyentes que estudian la mente a la luz de las enseñanzas tradicionales, así como eminentes físicos que se vuelven hacia las concepciones orientales del orden cósmico. Además existe un significativo movimiento entre los médicos científicos cuya finalidad es la de comprender antiguos sistemas de curación como la acupuntura china que tiene sus raíces en una concepción espiritual de la naturaleza humana y una visión no materialista del universo. Mucho menos definido, pero quizás de mayor importancia, es el hecho de que muchos occidentalistas incluidos hombres de ciencia, están practicando actualmente en forma activa, métodos de meditación, algunos dentro del contexto budista, otros en la línea del hinduismo- por ejemplo Meditación Trascendental, que es una adaptación radical de ciertos aspectos del sistema hindú vedanta. En los sistemas tradicionales, como se ha indicado, la meditación es uno de los métodos principales por medio de los cuales el individuo puede experimentar tanto lo limitado de su estado de conciencia cotidiano como las posibilidades que tiene para sí mismo de grados más altos de conciencia que lo conectan con una realidad superior. Al mismo tiempo, es a través de disciplinas como la meditación como el individuo puede da testimonio de las fuerzas causales intencionales que obran detrás de las escenas de la vida sensorial cotidiana. La ciencia moderna que se separó gradualmente de la idea de un Dios Creador porque no tenía evidencia verificable para tal ser. Sin embargo, métodos como la meditación introducen un campo enteramente nuevo para la observación empírica y por otra parte afinan aún más el instrumento mismo de la observación, a saber la mente del individuo. A través de prácticas como la de la meditación, las enseñanzas tradicionales han ofrecido al hombre moderno una razón para verificar empíricamente la existencia de una inteligencia suprema que no puede ser percibida por los sentidos, ni simplemente comprobada a través de las cadenas lógicas de la deducción. El asunto de importancia álgida, por tanto es si el hombre moderno que está volviendo a la práctica de la meditación hará lo mismo que hizo el hombre tradicional, ayudado en este sentido por innumerables aspectos de la cultura tradicional, como ciertos códigos de moralidad que alimentaron las emociones espirituales del hombre. En las antiguas tradiciones, se tuvo ingente ayuda y fue necesaria mucha experiencia antes de que un individuo pudiera sacar provecho de los descubrimientos que se pueden lograr por las prácticas de meditación. Es que el hombre moderno hará uso de estos fragmentos de antiguas tradiciones, de la misma forma, a saber con propósitos egoístas, como lo hizo la ciencia moderna con los grandes descubrimientos acerca del mundo externo?. Establecerá relaciones con la realidad interior basado en la misma actitud que utilizó respecto de su realidad externa? Sobre esta respuesta gira la crisis de la situación contemporánea.

Las ambigüedades del renacimiento religioso actual son sorprendentemente evidentes en las antiguas religiones que han enraizado en las pasadas décadas particularmente en Norte América e Inglaterra. Numerosos y útiles como existen cientos de grupos pequeños y grandes en el mundo occidental que han crecido alrededor de uno u otro maestro emigrado de oriente. La Meditación Trascendental y el así llamado movimiento Hare Krishna son solamente los ejemplos más conocidos. Centros para la práctica del Zen budista, directa o indirectamente relacionados con un maestro japonés actual, existen en la mayoría de las ciudades americanas; se encuentran aún lamas del tibet, como Chogyam Trumpa, que han encontrado numerosos seguidores entre quienes se cuentan algunas de las más influyentes y sofisticadas mentes de la actual escena cultural. El islamismo místico (sufismo) también ha comenzado a atraer numerosos seguidores, pero su éxito en occidente, en el presente, no se puede comparar con el alcanzado por el budismo. Al mismo tiempo que se extiende este influjo de las religiones orientales, presenciamos también una sorprendente renovación de la Cristiandad Pentecostal haciendo énfasis en el aspecto emocional de la persona de Cristo y que ofrece a sus seguidores una forma de intensa experiencia religiosa que hasta hace poco estaba limitada geográfica y sociológicamente a sociedades tecnológicamente avanzadas de occidente. La búsqueda de métodos cristianos de meditación y contemplación también han cobrado importancia particularmente por influencia de los escritos del monje trapista americano Thomas Merton quien, a su vez ha recibido fuerte influjo del budismo Zen tibetano. Ante todo esto la pregunta ineludible es si los modos de búsqueda espiritual pueden ser realmente efectivos en un mundo que ha cortado casi totalmente sus ataduras con el antiguo modo de vivir. Las formas por las que la verdad una vez se transmitió son inaplicables a las condiciones de la vida moderna?. Esta pregunta persiste porque entre los seguidores de las nuevas religiones uno puede ser testigo del proceso por el cual solamente se aceptan aquellos aspectos de las antiguas tradiciones que paren relevantes o atractivos. Puede una parte de la tradición conducir al mismo resultado al que alguna vez condujo la Tradición íntegra? Este ha sido siempre un problema en la historia espiritual de la humanidad: la tendencia de la mente a seleccionar de una enseñanza solo los aspectos que agradan, en tanto que desecha otros aspectos también necesarios, de esta manera se crea una religiosidad subjetiva extraña a una totalidad cuidadosamente integrada. Este es uno de los significados más fundamentales del término” idolatría” en las enseñanzas judeocristianas: el hombre no debe crear su propio Dios. En todo caso muchos de los extraordinarios maestros venidos desde Asia a occidente están lidiando ahora con este problema. Tendrán éxito al trasmitir al hombre moderno la esencia trabajable de la religión, en tanto que se adapta a los aspectos externos del temperamento moderno, ni9nguno lo puede aún afirmar.

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