Erotismo y Literatura

EROTISMO Y LITERATURA Acerca de este tema es necesario saber sobre la referencia de la palabra “erotismo” mezclada con

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EROTISMO Y LITERATURA

Acerca de este tema es necesario saber sobre la referencia de la palabra “erotismo” mezclada con la “literatura” que no es un tipo de lectura donde se hable sólo de sexo o experiencias sexuales sin un sentido claro, es un pasaje por el cual nos es introducido de una manera sensual y apasionante a este tipo de lectura, donde el lector puede interactuar con este, con el fin de tener un conocimiento más profundo relacionado con la lectura y él, un Eros, en sentido amoroso y artístico. En primer lugar tomaremos el texto “Pequeño Mío” del autor Triunfo Arciniegas (Colombia - A la dama de shangai), relata lo siguiente: Al afeitarse esa mañana descubrió que tenía cara de gato: se erizó. La espantosa imagen lo persiguió durante todo el día, en cada pausa de trabajo; los ojos claros de dilatadas pupilas, bigotes enhiestos, las orejas puntiagudas y su grito, su propio grito, que le descubrió un par de pequeños y finos colmillos. En la noche sobre el cuerpo jadeante de la mujer, maulló: tuvo sueños horribles con ratas y perros, y otras bestias, al despertar se deslizo entre las sábanas, lamió los tobillos blancos y dulces y luego, perezoso, mientras los dedos de sangrientas uñas le recorrían el lomo, bebió la leche que la mujer le trajo en el platito. Del anterior texto se nota que dice “a la dama de Shangai”, se pueden definir varias hipótesis respecto a esto, tal vez fue dirigido a aquella mujer de “Shangai” o que exploro experiencias (eróticas) en ese lugar. También se encuentra un acto sexual representado por medio de un gato, cabe decir que la representación del gato en el acto sexual es un tipo de metamorfosis, una transfiguración de aquella persona en tal acto, en este caso hombre-gato; también es utilizada la metáfora: dirigiéndonos a un sentido de sensualidad por parte de lo relatado en el texto en donde nos habla de la experiencia con la mujer (jadeos, cuerpo, tobillos blancos y dulces), el lamer, deslizarse y beber la leche, refiriendo al tipo de sexualidad oral que este puede tomar lugar en esta parte, siendo esta una manera involucrarnos a la alegoría con el mito griego que cuenta que Hera, la esposa de Zeus, dio origen a la Vía Láctea, cuando su leche se derramó al retirar de su pecho, de forma brusca, Hércules. Así mismo nos encontramos que el estilo de metamorfosis también es influyente en otros autores como: Edgar Allan Poe en “El gato negro” (en el cual el ojo del gato representa no querer ver la

realidad) y William Burroghs en “Gato encerrado” (donde se comenta esa relación que sostienen los hombres con los animales), así mismo el austriaco Franz Kafka en “Una cruza” que inicia el texto (tengo un animal singular, mitad gatito, mitad cordero; para aludir a las personalidades de sus padres), teniendo en cuenta que en estos textos es utilizado el gato, como objeto relevante de estas lecturas, el gato como un ser divino en el antiguo Egipto, en donde se le adoraba y se representaba en símbolos teniendo en cuenta su figura, considerado como un ser perfecto para ellos (su estilo de caza, serenidad y su audaz vida). A su vez nos encontramos con el autor, Harold Alvarado Tenorio, en su texto “Erotismo y Literatura”, partiendo del punto de vista que se toma sobre ese tema, nos dice algo que comúnmente se piensa de este tipo de lectura, que es todo aquello que tiende a excitar el apetito sexual, así las religiones y las instituciones consideren, desde los orígenes de la vida social, lo erótico como una exageración morbosa de un instinto. Pero nos aclara que el erotismo es el vencimiento de la educación, de lo que llamamos cultura, sobre lo involuntario, sobre el mandamiento de la carne para reproducirnos. El erotismo una forma de entendimiento del cosmos y sus infinitos misterios, y uno de los trances más formidables para vencer la otredad, el erotismo considerado como una suerte de religión, en donde el hombre y la mujer hacen parte del mutuo jadeo y complacencia. “El amor, dijo Octavio Paz, es una respuesta hecha de tiempo y conciencia de muerte, y es una tentativa por hacer del instante una eternidad”. Ir en busca del Otro y encontrarse con él, es la más triunfal forma del desinterés y la experiencia religiosa misma. De lo cual se deduce que el hombre y la mujer son animales eróticos, y el erotismo, la suprema invención de nuestras culturas. La sexualidad y el erotismo son tabú para la mayoría de las ideologías. Ciertamente el erotismo ha recorrido cierta trayectoria en nuestra vida, marcando en si aspectos en cada uno de nosotros de como sobrellevar este tema, en diferentes maneras, como elemento central de la sexualidad, de una vida amorosa, con el fin de escudriñar lo profundo del erotismo, las transformaciones y cambios históricos que ha sufrido el tema de erotismo y sexualidad conlleva a que designemos varias ideas con nuestra época y costumbres actuales. Durante el Renacimiento, cierta libertad y apertura de saberes, hizo que hombres y mujeres desearan fecundar y ser fecundadas, en una frenética actividad sexual, el ideal de belleza debía contribuir a ello, como recomendación a esta

época definido así: mujeres de grandes y rebosantes pechos, anchas caderas, cintura rellena y muslos vigorosos; hombre de anchos hombros y pecho y grandes pene y testículos. Con el Siglo XVIII se impuso el amor galante, a diferencia del Renacimiento donde celebró los sentidos, ahora involucraba un refinamiento de la sensualidad, llevando lo superficial a algo más complejo. Los hombres querían ser tan finos como las mujeres. Y en ellas ya no habría más robustez sino intensa palidez y flacura. Con la Revolución y el desarrollo del capitalismo, el aspecto erótico se transformó a un ambiente de sentimiento sobre amar a otro. Había que amar el alma, no el cuerpo. Amar sería reproducirse. Por esta razón fueron reemplazados los lugares en donde el erotismo llevaba su origen, y se fueron convirtiendo en espacios desolados, llenos de diversos caracteres capitalistas, dejando al erotismo solo como un decorado. Luego aparentar felicidad es la gran invención del capitalismo. El erotismo de hoy está banalizado, es superficial, previsible y comercial en el peor sentido de la palabra. Se restringe la libertad en la educación sexual, se persigue a religiosos pederastas, entre otros aspectos que ahora la sociedad ha creado, con el fin de volver divergente el valor a lo erótico, limitándolo de la mayor forma posible, tachándolo como un hecho de cierta manera escrupuloso. Con esto la literatura tiende a ser como ya se había nombrado al inicio algo morboso, debido al cambio del pensamiento del hombre sobre este tema, perdiendo en sí, la esencia amorosa y placentera. Porque fue desde el Siglo XVIII cuando este tipo de literatura alcanzó su mayor apogeo. De esos años son los más notorios textos del erotismo literario, ya que en ellos hay una crítica que reivindica el placer y hacen del cuerpo un instrumento de la rebelión, un acto de insumisión contra los poderes, una forma de supresión para no revelarnos hacia la sociedad, en una expresión de placeres y armonía consigo mismo y con otra persona, pretendiendo que en la actualidad, respecto a los cambios sufridos en la literatura tanto en lo erótico, la felicidad solo sea una apariencia, una máscara diseñada por la sociedad, perdiendo lo fundamental de este tema. En cambio en la actualidad, la literatura con lo erótico, han dejado su sentido viable, la sociedad actual solo persigue las migajas de este arte transcendental, debido a la intolerancia e ignorancia, las cuales han cerrado las puertas a este saber, limitándolo en diferentes aspectos, creando así hechos inhumanos e incoherentes, en donde el hombre y la mujer tergiversándose por medio de sus actos y actitudes, hacen de este tema, algo inalcanzable y obsceno ante los demás.

Otra idea profunda sobre literatura erótica, es que en el fondo yace una enorme carga de obscenidad y malicia. Leer y escribir sobre el erotismo es, además, otro de los rostros del amor pues revivimos la existencia de aquellos y nosotros recordando e imaginando momentos cuando recibimos amistad, solidaridad, compañerismo, ternura, caricias, fraternidad, devoción, y sensualidad, y Harold Alvarado nos presenta lo siguiente: como en este precioso poema chino de autor desconocido que traduje hace varios años: (…) Gozo colocando tus diminutos pies sobre mis hombros y las puntas de tus rojas y bordadas chinelas apuntan hacia el cielo (…). G El anterior poema chino, puede ser un ejemplo de intertextualidad, lo podemos notar teniendo en cuenta el texto de Triunfo Arciniegas “Pequeño Mío” (a la dama de shangai). Dado que la sensualidad representada metafóricamente en el texto de “Pequeño Mío” tiene cierta relación a esta parte del poema. El erotismo juega un papel muy importante con la literatura, ya que en este medio se puede reflejar la experiencia de cierto individuo o acto, de una forma artística, generando así las ideas primordiales del erotismo respecto a la literatura. Por otra parte la autora Aura Lucia Mera, del texto “El harén y sus secretos” nos habla de la vida sexual de los musulmanes, en donde los hombres pueden casarse de cuatro a siete veces, con el fin de “controlar la prostitución” y cuidar a la mujer de los peligros exteriores. Así surge la dominación masculina existente en los países islámicos. La vida familiar se desarrolla estrictamente de puertas para adentro. Y la sección de la casa destinada a las mujeres se denominó harén o “lugar prohibido”. Los hombres vivían en otra sección denominada “birun” separados por espesos muros y puertas vigiladas. Cada sultán u hombre adinerado tenía que construir un harén para que habitaran sus mujeres, los hijos y las esclavas, ya que ninguna mujer podía ser vista por ningún hombre que no fuera su marido o dueño. El harén más famoso – actualmente visitado por millones de turistas- fue el de Topkapi, en Estambul, Turquía. Llamado también “La mansión de la felicidad” –Dar-u-saade- . Hermosas mujeres voluptuosamente se dejaban ver. La mayoría eran esclavas –parte del botín de guerra-, otras adquiridas para el sultán o los visires. Esas jerarquías eran: la reina madre, la madre del sultán gobernante. Soberana del harén y autoridad

absoluta mientras su hijo asumía el trono a la mayoría de edad; la favorita –“bas haseki”- del sultán. Al darle un hijo varón éste heredaba el trono. Y las “ikbal” o mujeres oficiales del sultán. Sus hijos eran considerados principes y princesas. Gozaban de múltiples privilegios. Se encontraban diferentes tipos de mujeres las cuales servían al sultán de diversas maneras, como pasar la noche con el sultán, servicio de baño, entre otros. Las concubinas u odaliscas eran jóvenes hermosas que compartían el lecho con el sultán y podían tener hijos con él. Por último el papel de los hombres para el servicio en un harén, se habían denominados eunucos, eunucos negros, jóvenes negros del Sudán o Abisinia, castrados con métodos muy particulares, que se desempeñaban como guardianes del harén. Los comandaba el “kizlaragasi”, quien los controlaba, removía y promovía. Para que las mujeres formaran parte del harén debíanctener cuerpo perfecto, donde el “kizlaragasi” las presentaba a la favorita, y luego dependían de una cariyé experimentada que se encargaba de enseñarles literatura, música, danza, y canto. Cabe resaltar que las mujeres del harén eran muy bien preparadas con el fin de dar mejor complacencia al sultán, siendo unas mujeres inteligentes y de un perfecto actuar para la seducción, ya que la preparación de estas mujeres no solo se basaba en temas eróticos solamente, sino conocer y tener saberes previos en diferentes áreas, que eran utilizados minuciosamente en la seducción ante un sultán. Para una campesina este era su mayor reto. Si resultaba elegida, el sultán ordenaba que fuera llevada al “hammam” –baño turco- donde la bañaban, perfumaban, ungían con aceites sensuales y la engalanaban para conducirla a los aposentos imperiales en medio de música y cantos. Un aspecto importante es que los sultanes preferían las mujeres de talla mediana, bien formadas, piel clara, maquilladas, perfumadas, uña tinturadas con henna, depiladas, frescas y limpias, como si acabaran de salir del baño turco (“hammam”). Odaliscas. Ciertas peculiaridades auguraban a los hombres noches de éxtasis: cuatro partes negras: cabellos, cejas, pestañas y ojos; cuatro partes rojas: lengua, labios, mejillas y pómulos; cuatro partes redondeadas: rostros, ojos, rodilla y talones; cuatro partes perfumadas: pies, manos, axilas, pubis, y cuatro partes estrechas: nariz orejas, ombligo y vagina. No les gustaban las mujeres muy gordas ni demasiado flacas: Eran indispensable un cabello sedoso y largo. Y lo más importante, su sonrisa,

su dulzura, su docilidad y su amabilidad. Aquí los dejo, soñando con las “Mil y una noche” y todas sus fantasías. G El erotismo siempre ha causado cierta atracción al público cuando se habla de aquello y tiende a ser señalado como algo vulgar, refiriéndolo solamente al placer sexual de las personas, llegando a ser limitado, censurado, sancionado, y finalmente prohibido. Se debe tener en cuenta que esto conlleva a ideas tergiversadas al verdadero sentido de este tema, la época actual así lo ha convertido, un tema que no es muy comentado. La libertad para hablar de este tema deber ser amplia, no llevándolo a un pensamiento lleno de obscenidades, sino algo maduro, en el cual se puede definir las costumbres de este arte. Es un arte, la esencia de este verdadero concepto, que tiene muchas tradiciones a partir de las diversas concepciones que se han venido trazando desde épocas anteriores, la cual tenía un mayor sentido. El erotismo en la antigüedad, también era definido por tener conocimientos y saberes en diferentes áreas de las artes, como la música, canto y literatura. Es ahí donde la literatura juega un papel importante con el erotismo, en donde se genera un medio fundamental para conocer lo erótico, la literatura en cualquier aspecto o cualquier tema, siempre va a enriquecer al lector porque generará en él, ese conocimiento idóneo, el cual lo llevará a contrastar y generar ideas, a partir de su punto de vista, no solo conociendo los aspectos escritos, sino comparándolos con la actualidad, definiendo un punto de partida de como tomar una lectura, y en este caso, relacionado con el erotismo. Ahora, refiriéndonos a lo erótico como lectura, no debe ser refrenada, debe ser ampliada a saberes en sus diferentes épocas, como un estudio sobre la sexualidad, pero en una tonalidad totalmente embellecedora, porque si la educación sexual en las instituciones o en casa es escaza ¿por qué no plantear la incentivación de la literatura erótica, como la mayor prioridad de educación sexual, que reproduzca en cada individuo un fundamento correcto y formal literario sobre la sexualidad, tanto como en sus relaciones de pareja y su vida cotidiana? Finalmente Nelly Roció Amaya nos relata con su texto “El Pecado de leer”, como la literatura erótica ha sido género secularmente prohibido, en tanto que sus autores se han visto forzados al anonimato. Esto retomando el Siglo XIX, en donde los libros que hablaran de sexo

estaban vetados. Entonces circulaban clandestinamente, con cierto éxito editorial. En el Siglo XIX muchas obras fueron destinadas a los “infiernos” de las bibliotecas. Aquí se mencionan algunos de los más relevantes. El primer libro erótico apareció anónimamente en 1800, titulado, El hijo del burdel, más tarde se conoció que se trataba de Charles Pigault Lebrun. A partir de entonces los libros constituyeron incomparables documentos de las costumbres de la época, entre otras obras, como la torrecilla de Saint Etienne (1831) o Las veladas del Palais-Royal, que mostraba el libertinaje de una joven burguesía emancipada, en 1883, Alfred de Musset (Gamiani o dos noches de exceso) daba pruebas de virtuosismo al escribir una novela erótica en tres días, sin emplear una sola palabra grosera. Pero la mayor vergüenza del siglo XIX fue el proceso contra Las flores del mal y la condena de Baudelaire. El ministerio Publico lo acusaba de “componer obras que conducen a la excitación de los sentidos por medio de un realismo grosero y ofensivo pudor”. Y en Londres era frecuente hallar comunidades de coleccionistas de libros eróticos y estampas clandestinas, que reunían a los espíritus anti-conformistas. Gracias a esta tradición, Inglaterra descubrió los Kama-sutra al mundo entero y patrocino las más curiosas obras eróticas a fines del Siglo XIX. William Haynes que reeditó las Memorias de Fanny Hill en 1846, hizo una fortuna solo con este libro, y decidió continuar con el mismo género de publicaciones, y Haynes se convirtió en el primer editor de pornografía. Parece, pues, que en el Siglo XIX se rechazaba fácilmente todo lo que tuviera que ver con la descripción pura y simple de los valores de la carne.