Ensayo Sobre El Yo y El Ello

ENFOQUE PSICOLOGICO PSICOANALISTA TEMA: EL YO Y EL ELLO MOISES DANIEL MOSCOTE HERRERA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

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ENFOQUE PSICOLOGICO PSICOANALISTA

TEMA:

EL YO Y EL ELLO

MOISES DANIEL MOSCOTE HERRERA

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES PSICOLOGIA VALLEDUPAR CESAR 2015

El yo y el ello, no fue la obra más sobresaliente y representativa de Freud; aun así, esta se maneja muy bien entre el campo científico como en el campo de la filosofía, el yo y el ello se convierte en la obra de Freud que se encarga de estudiar al hombre desde un sentido antropológicamente hablando más amplio. Dicho de otra forma: en esta obra Sigmund Freud intencionalmente da a conocer su concepción del hombre desde un campo antropológico, sin perder su carácter científico.

EL yo y el ello hacen parte de esa tridimensional composición del ser humano junto al súper yo, para Freud, el yo abarca todo lo consciente y lo que pertenece a la esfera de la consciencia, esa vida anímica de la cual tenemos plena conciencia, en ella se halla la razón, el razonamiento del pensar humano, su percepción y entendimiento de la realidad.

El yo es todo aquello que emerge, que se deja ver que sale a relucir de nuestro ser anímico, Es el componente racional del hombre, todo lo que en él pertenece a la esfera de la razón, de los pensamientos, de lo que percibe y entiende. Sin embargo, es la parte inconsciente, aquella que es solo pulsión y la parte más animal del individuo la que ocupa la mayor parte de la vida anímica y que permanece oculta a todos aunque estén allí.

Una declaración bastante atrevida es lanzada por e: "Hasta ahora los hombres han creído que tienen pensamientos. Después de mí, sabrán que tienen deseos"

Hablando del inconsciente devela ciertas características del mismo: cargado de energía, que puede trasladarse, moverse, transformarse y salir al consciente convertirse en síntomas motores pero no destruirse.

Siendo la inconsciente pulsión, deseo, se convierten en factores determinantes de la vida psíquica, cada vez que estos deseos son reprimidos o frustrados, pueden convertirse en principales generadores de patologías. ¿Qué es sino el ello, de lo que se ha venido escribiendo respecto al inconsciente? Aquello que se conoce como lo opuesto, aquello que no se puede manejar, que se sale del control del individuo, que está allí, pero al no tener este conciencia de ello, a menos que pase a ser consciente, imposibilita su regulación manejo o control.

Los deseos, según Freud queda fijados desde la más temprana infancia, estos, se mueven entre dos esferas, la vida con lo que ella conlleva, y la muerte de igual manera, siendo conocidos como instintos.

Sigmund afirma que el yo puede llegar a convencerse de actuar con total libertad, ser capaz de decidir por sí mismo, pero la realidad es que el yo para él, no es más que la creación de patrones, reglas y enseñanzas que fueron adquiridas en la niñez de los padres y de la tradición, que como afirma no es más que la prolongación de la paternidad.

El instinto vital según Freud en todo ser humano es la fuente de la libido o deseo sexual, en el niño es objetuado, el hijo ve como su rival a su progenitor del mismo sexo, pues este, desea a su progenitor del sexo opuesto, llegando a odiar hasta desearle la muerte a quien parece estar interponiéndose en su amor sexual hacia su progenitor, lo que permite colocar como ejemplo el complejo de Edipo.

Esa rivalidad empieza a desvanecerse de acuerdo a la forma como el progenitor empieza a manifestarle su cariño, el niño o la niña cual dado sea el caso, empezara a cambiar su manera de verle, luego empieza a sentir complejos de culpabilidad que le permite asumir un papel de sometido a su progenitor convirtiéndose este en el principio de autoridad que luego será prolongado en el súper yo. Para Freud la religión y las normas sociales, no son más que la extensión o prolongación inconsciente de la autoridad de los padres a muy temprana edad.

Según pudiera decir Freud, que lo que se piensa de haberse eliminado el complejo de Edipo no es así, siempre está presente aun al pasar del tiempo, debido a las pruebas obtenidas en psicologías patológicas. Ante la aparente disolución del complejo de Edipo, el objeto del deseo sexual o libido se pierde, y se asume solamente como deseo o placer, ya no es un deseo sexual, antes ahora puede ser cualquier otra la fuente, ahora el deseo pasa a ser narcisista, ya que se centra solo en aquello que le retribuye placer a su yo, por ende este, buscara fijarse en aquello que le proporciona dicho placer, de allí pues surgen las llamadas perversiones, como el fetichismo, voyerismo, vicios como la pornografía, el alcohol las drogas, entre otras, que no son más que la búsqueda constante de satisfacción de aquellos deseos que pueden no ser meramente sexuales.

El complejo de Edipo, siendo inconsciente solo se da a conocer por medio de aquellos puntos que sobresalen en cierta psicopatologías y en los sueños, pues bien Freud es conocido por su disertar sobre los sueños y el papel que juegan en el psicoanálisis, para él, los sueños no son más que la afloracion de los deseos reprimidos que están en el inconsciente.

Dicha pulsión sexual, aunque tome otras formas, busca hacerse escuchar o hacerse consciente, pues su finalidad es que el yo llegue a obrar hasta alcanzar dicho objetivo. Si bajo el principio de la censura este deseo no pasa la prueba, el yo lo reprime, siendo el súper yo el que determina la aprobación o no de dicho deseo. Para el inconsciente, este deseo no desaparecerá, siempre estará pujando, luchando por conseguir su objetivo lo que se convierte en una fuerte carga de energía, de angustia, por el displacer de ver trucado dicho placer.

Este deseo al seguir en busca de manifestarse a través del yo, enfrentara cada vez la represión del yo, lo que hará crónica la angustia, dando origen a las neurosis entre ellas la neurosis de la angustia. Existe la probabilidad que cierta parte de estos deseos no logre reprimirse completamente, la neurosis es simplemente un conflicto entre consciente e inconsciente o un conflicto sin resolver que pasa a la vida consciente.

El inconsciente puede llegar a burlar la censura que le obliga a reprimirse, lo que puede llegar a ser trágico debido a que si logra burlar tal censura es difícil se pueda recuperar, los sueños y las alucinaciones son manifestaciones de dichos deseos reprimidos, lo que le permiten enmascararse, o disfrazarse para burlar así la seguridad de censura, para conseguir su finalidad.

Para los psicoanalistas a través de la regresión, en estado de reposo del paciente, se buscaba que el individuo lograra conectarse con aquellos recuerdos que puedieran activar el inconsciente, para traer al consciente aquellos deseos pujantes por salir, si lograban pasar la censura que impone el preconsciente, y pasar a ser una representación visual podría declararse q ese deseo ya se había cumplido.

Para Freud, la educación se convierte en causa represora, dando origen a la angustia, sugiere que ser permisivo con el niño, evita traumas que le seguirán hasta la edad adulta, esta consigna ha tenido cierto impacto en la pedagogía actual. Tanto el deseo sexual como la culpabilidad para Sigmund no es más que la prolongación de eventos sufridos en la infancia, para Freud, dios no es masque una idea, por ello habla de la idea de Dios, y se refiere a esta como aquella prolongación que hizo el niño, y que ahora adulto, sustituye o prolonga aquel cuidado paternal que suplía sus necesidades y estados de desvalidez, que permitía que el niño viese al padre como un súper héroe, en otras palabras ese narcisismo le lleva a crear su Dios, en esa búsqueda de ver cumplidos sus deseos. La religión no es más que el mismo caso de la idea de Dios, el niño por motivos de su culpabilidad como en el complejo el Edipo tratado anteriormente, busca someterse a su padre bajo el principio de autoridad, lo mismo dicha culpabilidad le lleva a someterse a ese Dios padre que él ha creado. La creencia en Dios y la religión según Freud sacan al hombre de la realidad.