Ensayo Sobre El Suicidio por Camila Achocalla

“El suicidio; resultado de una sociedad cruel y autodestructiva” Por Camila Achocalla de 3ro 3ra ¿Qué es el suicidio? El

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“El suicidio; resultado de una sociedad cruel y autodestructiva” Por Camila Achocalla de 3ro 3ra ¿Qué es el suicidio? El suicidio es un acto por el cual un individuo, intencionadamente, se provoca la muerte. Cuando se plantea el tema “el suicidio” es común de las personas quedarse con la eterna polémica acerca de si es un acto por valentía o cobardía. Sin embargo hay que aclarar que este no es el núcleo del asunto, debido a que lo más importante es hacer una reflexión más profunda, que permita evaluar las emociones y sentimientos que muy posiblemente van de la mano con una persona en los momentos posteriores a la decisión de causar su defunción. La mente humana de por sí es compleja, y más aún si hablamos del desgaste emocional que lleva a pensar que morir, es la única salida. El suicidio se ha tratado como un fenómeno social correspondientemente a que los individuos que cometen dicho acto se ven muchas veces influenciados por su mismo entorno. Mi primera hipótesis va direccionada hacia la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre la sociedad, acerca de un modelo canónico de belleza, forma de pensar o clase social. Vivimos en un mundo donde la moda y el estatus son muestras de: poder, elegancia y reputación y a medida que las personas logren alcanzar un reconocimiento social, se genera en ellas un cierto nivel de regocijo, sin embargo, cuando ese reconocimiento no se adquiere, surgen los problemas como la inconformidad e insatisfacción del sujeto con su modo de vivir cotidiano, pudiendo manifestar frases como: "no soy suficiente, no soy como debería ser", solo por el hecho de no tener lo que se desea. Por otro lado las ideas suicidas o el suicidio en sí, no solamente están presente entre los jóvenes, de hecho, los ancianos también encuentran razones para acabar con sus vidas. Las personas de tercera edad, de igual forma pueden llegar a sufrir de trastornos mentales, inseguridades, problemas económicos y de relaciones. Pero aseguramos que ellos al ya pasar la parte que nosotros consideramos “más emocionante”, no tienen mortificaciones. Ellos se sienten tristes, inútiles, solos, tal vez frustrados por las metas que no consiguieron, desesperados por atención, y un incontable número de cosas más que probablemente no sabremos hasta que nosotros lleguemos a esa edad. Al verse tan cerca de la muerte, los ancianos también prefieren decidir cómo y cuándo morir. Esto incluso se da a veces por el fallecimiento de su compañero/a de toda la vida o cuando la soledad llega a apoderarse de ellos, y se ven tan cercanos a dejar todo atrás. Además, podemos incorporar estos factores con la falta de atención por parte de los hijos, que al adquirir responsabilidades con sus propias familias, con el trabajo, o simplemente por falta de interés, pierden la comunicación y el compromiso con sus propios padres. No tienen en cuenta que la vida es efímera y que aquellas personas que los cuidaron desde bebés, necesitan de su amor y atención en los últimos años de su vida. Vale totalmente la pena tomarnos un tiempo para reflexionar acerca de ésta problemática que está surgiendo tanto entre jóvenes y ancianos; intentar comprenderlos, conocer sus causas, prevenirlos y ayudarlos. Se podría creer que gracias al crecimiento de la tecnología y la facilidad de comunicación que tenemos hoy en día, la tasa de suicidios no es mucha, pero, esta suposición es errónea. Al contrario, es por medio de las redes sociales que se establece un “nivel de popularidad” que, al no ser alcanzado por, tomo como ejemplo a los adolescentes, provoca pensamientos de insuficiencia en la persona. Otro caso relacionado con las redes sociales es el acoso que muchos jóvenes aplican sobre los “más débiles”, porque estos últimos son completamente vulnerables a cualquier comentario negativo acerca de su físico o forma de pensar.

En la actualidad, “la época del auge de la globalización”, el suicidio es considerado a nivel mundial como una de las causas más frecuentes de muerte, en promedio, mil personas se suicidan diariamente, y por lo menos cinco mil más intentan hacerlo ¿Qué está pasando?¿Qué puede estar tan mal en tu vida como para considerar seriamente que morir es tu única opción? Muchas de las personas ven el suicidio como la manera más corta y rápida de acabar con el sentimiento de dolor, porque en realidad, la idea del suicidio no es precisamente querer morir, sino, el deseo de dejar de sentir ese dolor. ¿Qué circunstancias provocan en la gente el deseo de terminar con su existencia? La misma sociedad es exigente y despiadada (nosotros la conformamos). En algún punto de nuestra subsistencia las personas nos vamos a sentir solas, débiles, incompetentes, e incomprendidas, como si todo el mundo estuviera encima de nosotros y en cualquier momento fuera a colapsar. Y ese es otro de nuestros grandes problemas: pensar de más. Todo el tiempo nos la pasamos diciendo frases como “sé tú mismo”, “vive tu propia vida”, “lucha por tus sueños”, “nunca te rindas”, cuando en realidad, siempre participamos de una doble moral. “Sé tú mismo, pero tal vez podrías ser más delgada” “sé tú mismo, pero podrías dejar de comportarte de esa forma” “sigue tus sueños, pero olvida lo que te gusta porque no eres bueno en eso y/o no ganarás lo suficiente” ¿Cómo se espera salvar vidas sin cooperar en motivar y fomentar sus capacidades, sueños y metas? Cuando se es niño, se tiene una percepción de un mundo puro, ni siquiera se tiene conciencia sobre el hecho de que en algún momento, todos moriremos. Con el paso de los años llegan los cambios, en el cuerpo, la mente, y en la forma de ver las cosas. Caes en cuenta de que el mundo no es color de rosa, de que la gente tiene sus lados malos, de que hay crímenes, responsabilidades mayores, de que a veces hay personas que te tratan mal simplemente por malicia, de que la gente juzga sin importarle tus sentimientos, y lo peor, que incluso tú formas o formarás parte de eso, la sociedad. En otras ocasiones es una combinación de factores, algo externo a nosotros y a nuestra propia mente, como el ejemplo de una ruptura amorosa, o la muerte de un ser querido. El sentimiento de pérdida, te da un vacío que siempre sentirás que nunca se podrá ir, te hace pensar que el dolor será eterno y no hay rescate. Todo inicia con un pensamiento base, un catalizador, como por ejemplo “mis nuevos compañeros no me hablan”. De ahí se puede derivar otras líneas de pensamientos, disparadas hacia nuestras inseguridades. Asumimos cosas que no están ni si quiera mencionadas, como en éste caso “de seguro es porque no soy atractivo/a” “no soy capaz de hacer lo que ellos hacen” “hasta mis padres siempre creen que soy un inútil” “fallo en todo lo que hago, aunque lo intente no puedo hacer nada bien ¿para qué vivo? Ni si quiera soy indispensable en la vida de nadie, mi vida no vale” ¡Y así fue como la chica o chica se suicidó! Parece absurdo ¿no? ¡Pues así sucede muchas veces! No somos capaces de comprendernos. No podemos ver cuánto alcance tienen nuestras acciones y emociones, o nuestro propio cerebro. Todo éste análisis, me lleva a la pregunta ¿en quién recae la responsabilidad de elegir el suicidio? Hasta ahora he mencionado las causas por las cuáles las personas deciden suicidarse, provocadas por otros o por circunstancias externas. Pero al final, la libertad y autonomía, como se interpreta, es la que nos da el poder de la decisión. El deseo de suicidarse sólo significa que tienes más dolor del que crees poder aguantar. Pero ya sabemos: “el dolor es inevitable, sufrir es opcional”. La vida, las decisiones, la actitud, nuestro camino, todo recae en nosotros. ¿Cuáles son las señales que presenta una persona con tendencias suicidas?       

Un cambio de apariencia – Hay veces en que los suicidas piensan que el único control que tienen en su vida es el de su propio cuerpo. Cambios de humor dramáticos Se fuerzan a sí mismos al aislamiento. Una pérdida de interés - No les importa nada ni nadie. Actúan impulsivamente o imprudentemente Un cambio en sus hábitos alimenticios y de descanso Un cambio en la vestimenta- muchos suicidas optan por autolesionarse, porque prefieren el dolor físico al dolor emocional, por ende, suelen utilizar ropa que les cubra la mayor parte del cuerpo para tapar esas heridas.

¿Podemos ayudar a un suicida?¿Cómo? Jamás lograremos entender la mente humana por completo, pero el ser humano es por naturaleza social; esto significa que necesita relacionarse con otras personas independientemente de que lo quiera o no. Lo primero que debemos hacer para ayudar a alguien con estos pensamientos, es escucharlo. Saber escuchar es todo un arte, y no hay nada como sentirte acompañado en momentos difíciles, lo que buscamos es que la persona sepa que no está sola. Hay que asegurarles que la vida es algo a lo que debemos afrontar con determinación y fuerza, que no hay que dejarnos vencer. A pesar de esto, la empatía muchas veces no es suficiente; y aunque pueda ser doloroso, en ocasiones es necesario ayuda profesional, con personas que tengan experiencia y conocimiento en el campo de la salud. Ante absolutamente todo, hay que mostrar una actitud llena de respeto, amor, cuidado y comprensión. Nunca lástima, pena o juicio. La vida es en muchas maneras sorprendente, a veces buena y a veces mala. Hay ocasiones en las que en verdad deseamos nunca haber nacido, pero la idea de abandonar lo que tenemos aquí, nos aterra. El dolor alcanza niveles inexplicables, nos consume lenta y profundamente, dejándonos desprotegidos ante todo lo que sucede, haciéndonos desear las cosas más drásticas de las que nos arrepentiríamos, pero, tal como enunció Diógenes “Es preferible consolarse que ahorcarse.” La realidad duele, la vida duele, las personas te lastiman, nosotros nos lastimamos. Más nosotros también decidimos que tomar y qué no, qué cara darle a la vida. A pesar de que las cosas puedan ser insoportables o implacables a veces, la vida también nos da júbilo e hilaridad. Es imposible irte de este mundo sin haber pasado por malas rachas. Sí, al final, todos morimos. Sí, tal vez la vida no tiene sentido. Sí, tal vez deseas no haber nacido nunca, pero ya estamos aquí, y lo mejor que podemos hacer es tomar la mejor perspectiva de las cosas y dar lo mejor de nosotros cada día. En el texto de "Decálogo del perfecto cuentista" de Horacio Quiroga, el autor nos presenta una memorable frase “Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas.” Ser feliz, es una elección, como tomas la vida, también. Conclusión: El suicidio es el acto de quitarse la vida de forma voluntaria. Es un fenómeno que ha tenido un gran crecimiento en los últimos 45 años, en todo el mundo, sin respetar género, edad, posición socioeconómica, o educación. Las razones por las cuáles se dan, pueden ir desde pequeñas inseguridades, hasta las adicciones y los trastornos mentales. Los adolescentes son los más vulnerables respecto a él, debido a los cambios que se generan durante esta etapa de crecimiento. Algunos de los métodos pueden llegar a ser crueles y bizarros, por ejemplo, muchos suicidas optan por ingerir una suma excesiva de pastillas o realizarse cortadas en brazos y piernas, que, debido a la pérdida de sangre, provoca una muerte lenta y dolorosa. Hay formas de prevenir, detectar y salvar a las personas con tendencias suicidas, siempre y cuando se muestre amor, respeto y comprensión con éstas. No es una etapa, no es un “se le va a pasar” o “está exagerando”, bajo ningún motivo se debe minimizar los problemas de otro sin ni quiera entenderlos. De vez en cuando, la vida nos pone en situaciones que nosotros nunca esperamos, parecen injustas y nos dan deseos de morir y dejar el dolor atrás. Contamos con libertad y autonomía, que nos da todo el derecho de hacer con nuestra vida lo que queramos, incluso quitarla, no obstante, no tomamos en cuenta a las personas que dejamos vivas, tampoco las oportunidades que llegan para tener una mejor calidad de vida. En innumerables ocasiones nos encerramos dentro de un callejón, y creemos que no hay salida, más debemos tener en cuenta que las heridas sanan, uno también puede hacerlo.