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• Maria Alejandra Torres

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En segundo lugar considero que amarse a uno mismo es la base fundamental para poder amar a lo demás, sin amor propio, las otras relaciones están destinadas al fracaso. Quisiera rescatar la siguiente frase : “Si un individuo es capaz de amar productivamente, también se ama a sí mismo; si sólo sabe amar a los demás, no sabe amar en absoluto”.(Erich Fromm, 1956, “El arte de amar” p. 39) La relación más importante de la vida es la que tenemos con nosotros mismos, porque a partir de aquí, las relaciones con los demás serán armoniosas o difíciles. Es muy complicado dar lo que no se tiene, y si una persona no se tiene afecto hacia sí misma, difícilmente podrá darlo a los demás. Podrá creer que está queriendo a los demás, sin embargo estará cayendo continuamente en la manipulación, exigencias y chantajes emocionales. En tercer lugar, quisiera dejar en claro que amarse no es ser egoísta . La persona egoísta no se ama, no se acepta, en realidad se odia y se castiga. Por eso sólo puede tomar de los demás, pues no tiene nada para dar. No aprecia a los demás, pero tampoco se aprecia a sí misma. En cambio, para la persona que se ama, el dar, ayudar, y compartir es algo habitual que fluye sin esfuerzo. No debemos tener miedo a que la sociedad nos encasille en palabras como “ególatra” “narcisista” “vanidosa”. La forma en la que nos cuidamos tiene mucho que ver a cómo nos percibimos, y al estado de ánimo en el que nos encontramos. El no atenderse a sí mismo/a implica una agresión y una falta de escucha hacia las propias necesidades. En conclusión, tenemos que empezar amando a nuestro cuerpo tal cual es, sin forzarlo a ajustarse a un modelo que nos han impuesto. Amarlo, cuidarlo y respetarlo por dentro y por fuera, incondicionalmente. Lo siguiente es aceptar y saber expresar adecuadamente todas nuestras emociones, pues cada una de ellas cumple una función positiva, si sabemos cuál es y cómo hacerlo. De lo contrario, nos deprimimos, sentimos ansiedad o caemos enfermos. Por eso la expresión adecuada de lo que sentimos es fundamental para llevar una vida sana y plena de vitalidad. Una de las alternativas para alimentar el amor propio es la Yoga y la meditación; esto nos ayuda al crecimiento personal, además de que es un hábito maravilloso para nuestra vida. De esta manera, podemos cambiar patrones y conductas nocivas para el amor propio, sanar las relaciones afectivas, reforzar lazos de amistad y sentir mayor empatía por todo lo que nos rodea. Recordemos que el amor es una de las fuerzas que mueve al mundo, que debemos despertar ese sentimiento de cariño hacia nuestro cuerpo y alma ya que es la relación más importante que podremos tener y que de esta depende el éxito de las demás interacciones que tengamos con los demás.