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• mariaalfonsina

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“Si regala orquídeas a alguien piense que está regalando unas flores que son fruto de la evolución de unas plantas durante unos 80 millones de años, y que quizás el sabor de helado de vainilla ya lo disfrutaron (metafóricamente hablando) los dinosaurios antes que usted.”

Las orquídeas son consideradas la familia botánica más extensa. Con aproximadamente 30,000 especies identificadas en el mundo y constituyendo el 8% de las plantas con flores, se considera como una de la especies que mayor éxito de supervivencia ha tenido. Pero, ¿A qué se debe el éxito de esta especie? Las orquídeas están indudablemente entre las especies florales más viejas, remontándose en efecto a 65 millones de años sobre la tierra. Su capacidad de adaptación ha generado que estas se puedan establecer en casi todos los ambientes de la tierra de forma natural, colonizando desde las copas de los árboles hasta establecerse en ambientes en donde la disponibilidad de nutrientes es muy baja. Estas plantas han desarrollado mecanismo de polinización aprovechándose de animales, y asegurando su propagación. Un ejemplo son los insectos polinizadores, los cuales constituyen un factor fundamental para su existencia. En la actualidad estas plantas se aprovechan del hombre, pues su conservación se debe a sus características evolutivas que son objeto de estudio y a sus características coloridas, su exoticidad, que acompañadas de su variedad, ha generado el interés del hombre por la su conservación. ¿Cómo estas plantas aprovecharon a los animales para tener éxito en su supervivencia? La Familia de las orquídeas quizás sea la más evolucionada del Reino Vegetal, pues desarrollaron diferentes mecanismos de polinización, algunos verdaderamente sorprendentes, además de constituirse como uno de los más sofisticados. La estructura floral se ha modificado en gran medida para lograr atraer a los insectos. Entre estos mecanismos están las orquídeas que simulan y poseen néctar, aquellas que simulan poseer polen, las que imitan nidos de abejas, las que imitan insectos y aquellas que al no ser ayudadas por insectos recurrieron al desarrollo de mecanismos denominados la autogamia y cleistogamia[1]. Ahora, ¿Cómo es que estas plantas han logrado aprovecharse del hombre? El interés por su conservación radica en dos cosas. Las orquídeas son un grupo taxonómico que se estableció como óptima para el estudio de los procesos evolutivos. Así se muestra en el libro “On the various contrivances by which British and foreign orchids are fertilised by insects, and on the good effect of intercrossing” publicado por Charles Darwin en el año de 1862, después del “Origen de las especies” en 1859. Por otro lado, en la actualidad se considera que las 30.000 especies de orquídeas están siendo amenazadas tanto por la colección indiscriminada debido a su belleza, como por el cambio climático. Después de millones de años de existencia sobre la tierra, su supervivencia se ve afectada por la mano del hombre y en contraste, la misma depende de él. Estas prácticas han traído consecuencias negativas pues son tan raras que sus poblaciones no son viables y los bosques donde viven están desapareciendo muy rápido. Su sensibilidad a los cambios climáticos que se han dado en las últimas décadas, constituye un periodo en su existencia donde ya no es posible que se adapten naturalmente. La sorprendente coloración y la belleza de las orquídeas las han hecho altamente apreciadas, siendo esta la característica principal que ha generado el interés del hombre por su conservación y difusión por todo el mundo. Las orquídeas son un grupo carismático y se han denominado como los "pandas del mundo vegetal". Ocupan un lugar destacado en los programas de conservación de plantas, generando programas de cultivo in vitro (técnica destinada a distribuir conservar y multiplicar especies de difícil propagación por otros métodos, o en vías de extinción); y modificaciones genéticas, ya que nuevas especies de orquídeas surgen como híbridos creando nuevos especímenes. Estas técnicas asegurarán la supervivencia de las orquídeas, pues además del interés en que sea preservada, esta es orientada a la exportación y hacia el consumo interno, lo que genera dinámicas particulares en países productores y consumidores de un bien suntuario apetecido por su perfección y belleza. Ma Alfonsina Trujillo

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[1]

Autogamia y Cleistogamia: Existen algunas especies de orquídeas, que cuando la flor no ha sido polinizada por un insecto y justo antes de

marchitarse, recurren a la "autopolinización". Este es un mecanismo por el cual parte del polen presente en una flor puede llegar a entrar en contacto con la zona estigmática, de manera que una flor es capaz de fecundarse a sí misma. Este mecanismo es muy frecuente en la especie: Ophrys apifera. A veces el proceso de "autopolinización", puede producirse sin que tan siquiera la flor llegue a "abrirse", en este caso estaremos hablando de un proceso de Cleistogamia. Una especie típica sería, por ejemplo, Neotinea maculata.

Ma Alfonsina Trujillo