Ensayo Nacer a Una Nueva Vida

Nacer a una vida nueva Introducción El ser humano a partir de que obtiene conciencia, algo así como a los 7 años de edad

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Nacer a una vida nueva Introducción El ser humano a partir de que obtiene conciencia, algo así como a los 7 años de edad, dependiendo de la cultura que se desarrolle, cuando empieza a descubrir su identidad, como persona única, que cuestiona el porqué de la vida y tantas otras preguntas existenciales, empieza a dar forma a su vida, desde su identidad, en otras palabras empieza formar su personalidad, determinada definitivamente, por la cuestión genética, por la cultura y por la parte volitiva del ser humano. La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer. La promesa de progreso que nos heredó el siglo XX, es está época de postmodernidad, con características bien determinadas, un mundo global sin fronteras en la comunicación; Bauman lo define en términos de liquides, pero hay una característica que quisiera profundizar, el hombre light que presenta Enrique Rojas: surge en la sociedad occidental y tiene una tetralogía nihilista basada en el hedonismo, consumismo, permisividad, relatividad. Todas ellas unidas por el consumismo, el afán del poder, el dinero,... Podremos hablar del hombre postmoderno, con muchos beneficios de comunicación, de adelantos tecnológicos y científicos, pero superficial, despersonalizado y hasta pudiéramos decir deshumanizado. Este ensayo pretende presentar al sacramento del bautismo como inicio de una nueva vida, una vida espiritual, una vida profunda que responda a las preguntas que dan sentido a la vida; es evidente que este ensayo estará dirigido no al niño o niña que será bautizado, sino a los papas y padrinos responsables, preocupados por la formación de sus hijos que implica esa parte espiritual y su fortalecimiento. En un primer momento pondremos en claro qué es y que no es espiritualidad, reconocer esa parte del ser humano ignorada, pero que sin ella no entenderemos integralmente al hombre, la parte espiritual; en un segundo momento tratare sobre lo simbólico del lenguaje del ser humano y lo simbólico de los sacramento; en un tercer momento

hablare en que fundamenta la Iglesia Católica el sacramento del bautismo para presentarlo como inicio de una nueva vida y por ultimo expondré algunos postulados de la cristiandad y como los recibe la postmodernidad.

La espiritualidad no es exclusiva El objetivo de esta primera parte es, obtener luces suficientes para responder a la pregunta básica de ¿Qué es y qué no es espiritualidad? La espiritualidad es una dimensión propia de toda persona humana, acompaña a la humanidad desde sus orígenes, hoy es tan viva, la necesidad de lo espiritual, que podremos decir que está de moda. Todas las experiencias traumáticas despiertan la necesidad y la sed de lo espiritual, para recuperar la paz, estas experiencias impulsan la búsqueda de espiritualidad. Lo más determinante en la vida de cada ser humano, no es lo que sucede o lo que le hacen a uno, sino lo que uno haga con eso que le sucede o le hacen a uno. Es enorme la variedad actual de las espiritualidades, dentro de una misma cultura, religión y de una misma iglesia, hay gustos, tendencias, mentalidades, actitudes y devociones diferentes que generan distintas espiritualidades, por lo que encontramos espiritualidades falsas, equivocadas o desviadas; no olvidemos que los maestros espirituales han dicho, que hay espíritu bueno y espíritu malo y que hay que practicar el discernimiento de espíritus, para descubrir el bueno del malo. El auge actual de las espiritualidades nos brinda dos luces. 1.- La espiritualidad no es un producto exclusivo, es patrimonio universal de toda la especie humana, no hay persona sin espiritualidad, es una actitud vital, para nosotros los cristianos es reconocer la espiritualidad de Jesús, es ver la espiritualidad en sus tres niveles de espiritualidad: humana, religiosa y cristiana. 2.- El auge actual de espiritualidades se debe distinguir con objetividad y honestidad entre auténticas y falsas espiritualidades, entre las que humanizan la vida y las que la pervierten y la destruyen, porque tanto

en lo humano, en las religiones como en lo cristiano, las que no humanizan son perversas. (Cabestreros) ¿Qué no es espiritualidad? Cuatro negaciones: 1.- No es algo implacable, aéreo, invisible y alejado de la vida humana, somos todo cuerpo y espíritu en una sola pieza, que se activa, siente y expresa a través de toda su corporiedad.

2.- No es la vida interior y secreta de la persona, ya que la persona exterioriza con los que convive sus circunstancias sus contextos de la realidad histórica. 3.- No es espiritualidad la teoría sobre la espiritualidad, la espiritualidad es sobre la experiencia de la fe, no sobre la teoría. 4.- Las prácticas religiosas no son en sí mismas la espiritualidad en ninguna religión, puede haber prácticas religiosas sin nada de espiritualidad, incluso hay algunas prácticas que bloquean la auténtica espiritualidad. ¿Qué es espiritualidad? La espiritualidad es experiencia espiritual, personalmente vivida, la experiencia produce un conocimiento de lo que se tiene experiencia, diferente de los otros modos de conocimiento, es un conocimiento vivo, práctico y vital que alcanza la esencia de la realidad. La experiencia puede tener niveles de calidad: positiva, negativa, superficial, momentánea o pasajera; pero la verdadera experiencia humana incluye la conciencia de la experiencia, de lo anterior podremos deducir que la experiencia espiritual o espiritualidad, es vivir personalmente la experiencia del espíritu humano o del Espíritu de Dios, todo espíritu humano tiene esa posibilidad.

Por eso la espiritualidad o experiencia del espíritu, puede ser solo humana, vivida en una religión o espiritualidad cristiana, en cualquiera de ellas aporta dos cualidades singulares: 1.- El espíritu humano y el Espíritu de Dios tienen referencia esencial a la vida. 2.- Tanto el espíritu humano como el Espíritu de Dios vivifican y afectan a la persona en la totalidad de su Ser. Tres principios esenciales, comunes a todas las espiritualidades. 1.- La esencial vinculación del espíritu con la vida, humanizar y mejorar integralmente la vida es el horizonte común a todas las espiritualidades.

2.- La espiritualidad que es auténtica, tiende a integrar y a unificar el crecimiento interior y exterior o relacional de la persona, es un bien integrador para todos y el universo. 3.- Tiende a impregnar y afectar positivamente todo el ser, tiene que ver con nuestra imperfección creatural, integrar nuestra imperfección en nuestra persona positivamente al servicio de la vida propia y de los demás. (Extracto de ¿Qué es y qué no es espiritualidad de Teófilo Cabestrero cmf) Resumiendo: la experiencia no es espiritualidad, la experiencia de lo espiritual es lo que es la espiritualidad, que no se limita a la teoría, es la vivencia, la práctica de la espiritualidad lo que determinara la espiritualidad, está debe estar orientada al bien común, a la dignificación de la persona, sino será una espiritualidad perversa, tiene que ser profunda, hasta modificar el ser, sino ocurre esto, fue una experiencia superficial, momentánea o pasajera. Los signos, lo profundo de lo espiritual. Los signos se usan por el ser humano desde el comienzo de la Historia, surgieron mucho antes que el lenguaje escrito, es una forma de

exteriorizar y representar un pensamiento o idea debido a la semejanza, real o imaginada, con su significado; constituye para varios una especie de icono que refuerza su fe y fortaleza interior. Un signo o símbolo determinado puede tener el mismo significado y valor para quienes representa una idea, hace 4000 años, hoy o dentro de 4000 años más. Los símbolos y signos pueden encontrarse en todas partes: en la calle, en las tiendas, en los vehículos e incluso en la ropa. Diferencia entre signo y símbolo Los signos son representaciones gráficas que envuelven un significado limitado o restringido. Son el fruto de convenciones sociales y pueden ser una letra, palabra, número. Son informativos, asesoran y ofrecen significados de las cosas. Por ejemplo, cuando estás haciendo una multiplicación y utilizas una (x). Del mismo modo, si estás escribiendo un cuento y lo terminas en tres puntos suspensivos (…) estás utilizando signos.

Los símbolos son representaciones de las cosas, se podría decir que hasta cierto punto son metáforas. Su significado no es limitado o concreto como en el caso de los signos, sino que son algo más subjetivo. Pueden ser una figura o una imagen, que ya sea por analogía o por convención se usan para a referirse a una realidad. Por ejemplo, una cruz es el símbolo del cristianismo. Hay símbolos hasta para los elementos químicos. En el mundo hay símbolos que son reconocidos por la inmensa mayoría de culturas y que han pasado a formar parte de nuestra realidad. Sin embargo, al ser abstractos y subjetivos, requieren de interpretación y es posible que algunos grupos interpreten un símbolo de una manera y otros de otra. Por ejemplo, la esvástica; para muchos es el símbolo de los nazis, pero en países como la India tiene significados positivos como “felizmente”, “salud”, “con éxito”…

Muchas cosas pueden ser símbolos, incluso los colores; por ejemplo, el color amarillo simboliza alegría e inteligencia. El Poder simbólico de los Sacramentos Cristianos. En su sentido simbólico, cada sacramento invita a lo Divino, a penetrar en el espíritu de la persona, el sentido simbólico de los sacramentos trasciende su sentido religioso. Los sacramentos presentan tareas simbólicas para crecer hasta una madurez espiritual; son concretos en su descripción de lo que hemos de hacer en las principales fases de la vida para aceptar la responsabilidad personal que acompaña a la madurez espiritual. La Iglesia católica ha presentado a los sacramentos como los signos sensibles de la gracia de Dios; como el medio de relación para participar de Dios; por muchos años determinó, que quien no participaba de los sacramentos estaba fuera de la iglesia y de Dios. Consideremos el sacramento del bautismo, por el cual una familia acepta la responsabilidad física y espiritual de un hijo que ha traído al mundo. Nuestro reto, como adultos espirituales, es aceptar simbólica, totalmente y con gratitud a la familia en que nacimos. (Myss, 2014)

El fundamento del bautismo de la Iglesia Católica Tenéis que nacer de lo alto Jn 3,7-15 En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «No te asombres de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu». Respondió Nicodemo: « ¿Cómo puede ser eso?». Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que

bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna». Jesús nos expone la dificultad de prevenir y conocer la acción del Espíritu Santo: de hecho, «sopla donde quiere» (Jn 3,8). Es necesaria una nueva vida para poder entrar en la vida eterna, una vida nueva regenerada por la acción del Espíritu de Dios. Al inicio, las primeras comunidades, para poder pertenecer a la iglesia, los iniciaban en un catecumenado, después por opción personal de los candidatos, solicitaban el bautismo, lo que era valorado por la comunidad, su cambio o estilo de vida espiritual. Después la Iglesia ya instituida y guiada por los padres de la iglesia, por sistema bautizaban familias completas, perdiendo poco a poco la instrucción catecumenal. Gracias al Espíritu que nos enviará, nosotros «podemos subir al Reino de los Cielos, por Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da la confianza de nombrar a Dios con el nombre de “Padre”, la participación de la gracia de Cristo y el derecho a participar de la gloria eterna» (San Basilio el Grande). Al nacimiento se une el renacimiento, este es el sentido del renacimiento por el agua y por el Espíritu; es un bien que tú existas. Por esta certeza he podido vivir, renacido por el agua y por el Espíritu. (Benedicto XVI, 16 de abril de 2012).

1213 CIC. El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu ("vitae spiritualis ianua") y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. 1257 CIC. La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna; por eso está obligada a no descuidar la misión que ha recibido del Señor de hacer "renacer del

agua y del Espíritu" a todos los que pueden ser bautizados. Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, sin embargo, Él no queda sometido a sus sacramentos. Por muchos años, así como dice el CIC, la Iglesia aseguraba al bautismo como único medio para ingresar a la Gracia de Dios, pero la Iglesia del Concilio Vaticano II, deja abierta la posibilidad, a que por otros medios, tengamos acceso de la Gracia de Dios. Cristiandad y postmodernidad La lectura cristiana de los rasgos postmodernos no puede ser parcial. Ha de tener en cuenta los aspectos negativos para corregirlos y los positivos para aprovecharlos en la realización al bien común. Expongo algunos postulados de la cristiandad y como los ve la postmodernidad: 1.- La fe cristiana, fundada en la revelación de Dios en la persona y obra de Jesucristo, tiene el carácter de certeza absoluta. El espíritu postmoderno es radicalmente escéptico y poco dispuesto a aceptar que la fe cristiana pretenda tener una certeza absoluta. La formulación de las certezas absolutas están en estrecha relación con la historia y con la cultura, y, por tanto, sometidas a cierta relatividad. 2.- La fe cristiana es objetiva, en cuanto fundada sobre la revelación de Dios, y en cuanto que la salvación que trae consigo no es obra humana sino obra de Dios realizada por medio de Jesucristo. Esto está en contraste con el subjetivismo propio del espíritu postmoderno y con la libertad absoluta propugnada por él. La subjetividad de la fe tiene iguales derechos que la objetividad en una auténtica concepción de la fe de la Iglesia.

3.- La fe cristiana es global, en cuanto presenta un conjunto orgánico de verdades doctrinales, de comportamientos morales y de prácticas religiosas, que forman un único indivisible. El espíritu postmoderno desconfía de los sistemas globales y tiende al sincretismo religioso.

El equilibrio entre el carácter orgánico de la fe y la moral por un lado y la profunda experiencia religiosa, por otro, de ciertos aspectos parciales en el pueblo de Dios debe caracterizar el modo de vivir cristianamente en nuestro tiempo. 4.- La fe cristiana es razonable, en cuanto tiene motivos racionales para ser libremente acogida, busca el auxilio de la razón para ser aceptada por el hombre, no se pone en contra de la razón sino sobre la razón. En el espíritu postmoderno hay escasa confianza en la razón y en su capacidad de llegar a la verdad. Los caminos de Dios en la manifestación al hombre son numerosos y no hay que excluir ninguno. 5.- La fe cristiana es eclesial y comunitaria, en cuanto fe de la Iglesia y vivida en la Iglesia. El espíritu postmoderno privilegia el individualismo y la elección libre y la espontaneidad en las agregaciones religiosas. La fe cristiana no deja tampoco de ser individual. Es el individuo el que cree en la Iglesia y con la Iglesia; es el individuo el que se salva en la Iglesia y con la Iglesia. Quise poner estos postulados de la cristiandad y como los ve la postmodernidad, propuestos por Antonio Izquierdo en su ensayo de cristiandad y postmodernidad, intentando enlazar la vida nueva postmoderna que envuelve a todo cristiano. Conclusión Nacer a una vida nueva implica morir, el presente ensayo solo es una reflexión que personalmente, en medio de un proceso, he vivido, provocando alegría, luz, confianza, seguridad, certeza que da optar por un nuevo estilo de vida propuesto por el resucitado; con la esperanza que está reflexión pueda referir, reflejar, luz de vida para otras personas.